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LOS HOSPITALES TAMBIÉN PUEDEN SER RESPONSABLES POR NEGLIGENCIA MÉDICA

Este post trata un tema legal muy especializado pero no por ello menos interesante ni lo abordará
de manera técnica.

También es importante aclarar que va dirigido a dos públicos en particular: los hospitales privados
y los usuarios del sistema de salud (así que en este último entramos todos nosotros,
eventualmente).

Me enteré hace poco de un asunto que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (nuestro más
alto tribunal en México) resolvió a finales de 2014 y está relacionada con una muerte provocada
por negligencia médica en un hospital privado.

La historia en términos generales fue así:

En 2010 nació un bebé en un hospital particular. Debido a que el bebé presentó dificultades para
respirar fue trasladado al área de terapia intensiva en donde se le diagnosticó dificultad
respiratoria derivada de una cardiopatía congénita cianógena, también llamada “conexión venosa
anómala de venas pulmonares.

Como el bebé no reaccionaba a los tratamientos, 20 días después fue operado en el mismo
hospital.

15 días después sus padres trasladaron a su hijo al hospital “La Raza”, un hospital público de alta
especialidad en nuestro país, en donde finalmente fallece 5 días después.

Ante esta situación, los padres decidieron someter una queja ante la Comisión Nacional de
Arbitraje Médico, que es una organización encargada de dirimir controversias entre los médicos (y
prestadores de salud en general) y sus pacientes a través de un procedimiento de un arbitraje (que
no es lo mismo que un juicio, pero tiene similitudes).

Lo que reclamaban los padres como indemnización en esa ocasión fue lo siguiente:

Que se les pagara una cierta cantidad por los gastos hospitalarios en que incurrieron

También el pago correspondiente a honorarios médicos.

Durante el arbitraje, se determina que en efecto existió negligencia médica y, por ello, condenó
tanto al hospital como a los médicos a los pagos solicitados por los papás del bebé que falleció.

Esta decisión fue combatida por el hospital en una segunda instancia o juicio cuyo juez le dio la
razón al hospital, por lo que los padres se volvieron a inconformar e interpusieron un nuevo
recurso en contra de esta nueva decisión, momento en que entró la Suprema Corte ejerciendo su
facultad de atracción que, como su nombre lo indica, atraen para su estudios aquellos asuntos o
litigios que consideran de relevancia jurídica.

Después del análisis que hizo la Primera Sala de la Corte, en la primera parte de la sentencia se
determinó que los médicos sí eran responsables por su negligencia médica. Aunque los motivos y
el raciocinio para determinar dicha responsabilidad por negligencia son un tema bastante
interesante de analizar, en esta ocasión nos abocaremos a revisar la segunda parte de la
sentencia: determinar si los hospitales eran responsables solidarios de los médicos.
En primera instancia (y como así lo expuso el hospital), la institución no podía compartir la
responsabilidad de los médicos por negligencia médica debido, entre otras cosas, a lo siguiente:

Siendo que la negligencia médica está íntimamente relacionada con la práctica médica, es
imposible incluirle responsabilidad a un hospital que en esencia es sólo una organización etérea.
Quien restaura la salud es el médico, no una persona moral.

Debido a que los padres firmaron un contrato con el hospital en donde se indicaba que el único
responsable del tratamiento era el médico, luego entonces el hospital se deslindaba de su
responsabilidad.

Los médicos no eran sus empleados, por lo que no tenía la obligación de asumir los errores o
daños causados por estos.

En términos generales, lo que argumentó el hospital tiene razón de ser en determinadas


situaciones:

El ejercicio de la profesión médica conlleva riesgos inherentes la cual está sometida al criterio
único del médico tratante, por lo que nadie más podría asumir una responsabilidad realizada por
éste.

Un hospital privado (como casi todas las organizaciones que conocemos), están organizadas bajo
ciertas figuras legales que no las convierten en otra cosa más que en ficciones jurídicas, (es decir
no son personas de carne y hueso como nosotros).

Legalmente es posible delimita la responsabilidad en que se incurra por daños siempre y cuando
sea aceptado de manera explícita por las partes, o sea a través de un contrato.

¿Qué dijo la Corte al respecto?

Por cuestiones de método, lo que la Corte hizo fue realizar un análisis de todos los argumentos de
los juicios y recursos anteriores en combinación con la Ley y la Jurisprudencia y arribó a un
resultado final a través de 4 preguntas:

¿Los centros de salud (incluidos los hospitales) pueden ser responsables civilmente?

Si la respuesta anterior es sí, ¿Se puede derivar una responsabilidad a un hospital privado por los
actos médicos negligentes?

Si la respuesta anterior es sí, ¿Qué tipo de responsabilidad procede fincar al hospital (simple,
solidaria, mancomunada, alternativa…)

Finalmente, ¿El contrato y el “usuario de salud” puede eximir o delimitar la responsabilidad civil a
un hospital privado?

Veamos las respuestas:

El cuestionario

A la primera pregunta, la respuesta es SÍ. De conformidad con los lineamientos del derecho a la
salud establecidos en la Constitución (así como en varios tratados internacionales que México ha
firmado sobre el mismo tema), el derecho a la salud impone obligaciones no sólo al gobierno, sino
que se extiende al Congreso, a los hospitales (públicos o privados) y hasta a los médicos.

Los servicios de salud tienen una naturaleza integral, el cual requiere la participación de varios
agentes que participan para la recuperación o conservación de la salud y en donde los hospitales
juegan un papel fundamental.

A diferencia de otros servicios y establecimientos comerciales, el tema de los servicios a la salud es


bastante amplio (incluye el tratamiento, diagnóstico, suministro de medicamentos, aparatos
quirúrgicos y de recuperación así como insumos, rehabilitaciones, etc.), y tiene como objetivo
cuidar un bien superior: la salud, por lo que su protección es un tema de interés público y merece
el grado de protección constitucional. Seguro esto te suena a choro, pero nos ayuda a comprender
el grado de complejidad e interrelación entre todos los actores de los servicios de salud.

Considerando todo esto, no sólo la revisión que te hace el médico se considera como servicio de
salud, sino también el que te proporciona el hospital donde te atienden, ¿O acaso podríamos
pensar que aunque tengas al mejor cirujano del mundo, te pueda realizar una operación en su
casa?

A la segunda pregunta, la respuesta es SÍ.

Como vimos, uno de los argumentos del hospital es que los médicos que atendieron al bebé no
eran sus empleados, sino contratistas que trabajan en sus instalaciones (lo cual es perfectamente
legal), sin embargo si consideramos esta situación para delimitar la responsabilidad del hospital,
entonces el que demanda tendría una carga excesiva al tener que demostrar dicha situación. No
nos corresponde determinar el tipo de contrato o relación que tengan el hospital y los médicos
que trabajan en él (y tampoco creo que te lo suelten así nada más).

Tomando esto en cuenta, la Corte analiza una figura muy interesante y ya abordada por otros
tribunales en el mundo: la “Responsabilidad aparente”.

¿Qué pensarías si llegas a atenderte a un hospital (o simplemente vas a visitar a algún paciente
ahí) y observas a un médico hacer lo siguiente?:

Se conduce como empleado o integrante del hospital

Saluda con familiaridad al resto del personal del hospital

Trabaja de manera constante y cotidiana en el lugar

Tiene un turno regular

Los equipos, medicamentos e insumos con los que trabaja los proporciona el hospital

Lo más probable es que pienses que ese doctor es empleado o, por lo menos, es integrante de una
estructura dentro del hospital. No hay necesidad de andar buscándole 3 pies al gato.

La responsabilidad aparente atiende más a las cuestiones materiales (lo que vemos, lo que sucede)
que a las formales (el tipo de contrato que tenga el médico con el hospital).
Aquí la Corte hace una aclaración importante: el hecho de informar al paciente que el médico no
es su empleado, o consultarle que si está de acuerdo con la intervención de un médico que no es
formalmente su empleado, no es suficiente para eximir al hospital de responsabilidad (siempre
depende de cada caso).

Otro aspecto a importante que consideró la Corte es la “vulnerabilidad”.

Hacer uso de servicios hospitalarios normalmente no es agradable y, en ocasiones, se solicitan en


caso de urgencia. Cuando se requieren de estos servicios, el hospital nos pide firmar un contrato
como parte de la documentación necesaria para recibir la atención médica.

Si el paciente está en aptitud de hacerlo, lo firma directamente, sino lo hacen sus familiares o
personas cercanas. En cualquiera de los casos, ambos son considerados como grupos vulnerables
por el estado de salud del paciente, situación que puede ser aprovechada por los hospitales para
deslindarse de responsabilidad (seamos honestos: en esas circunstancias lo que menos queremos
o hacemos es leer un contrato… y la Corte lo sabe).

Finalmente, para confirmar la respuesta a esta pregunta, la Corte consideró un aspecto que no se
menciona dentro de la historia: en una de las cláusulas del contrato con el hospital, los padres del
bebé firmaron la aceptación de responsabilidad del pediatra ya que ellos lo habían elegido desde
antes, sin embargo a los pocos días fue tratado por un cardiólogo designado por el hospital, por lo
cual dicho cardiólogo actuó como agente, empleado o dependiente del hospital, por lo que es lo
mismo decir que las fallas del médicos también son responsabilidad del hospital.

Este razonamiento me parece medio “tricky”, ¿Entonces los papás tuvieron la “suerte” de no
haber firmado un contrato con el hospital en donde se deslindaran de la responsabilidad del
cardiólogo? Me parece que contradice todo lo dicho anterior. Finalmente la Corte tomó en cuenta
hasta los recibos de honorarios con logos del hospital que expidió el cardiólogo para hacerlos
responsables solidarios.

A la tercera pregunta, la respuesta es solidaria.

En materia civil, existen diferentes tipo de responsabilidades. Una de ellas es la “solidaria” que no
es otra cosa que asumir de manera común una misma obligación por dos o más personas. Es decir
que si una no me responde, me puedo ir contra la otra sin esperar a que me cumpla la primera.
Este supuesto está regulado en el Código Civil y cabe hacer la siguiente aclaración:

Si bien se logró determinar el motivo por el que surgió la responsabilidad solidaria, esto es
diferente de la “condena” que cada uno debe pagar, que en este caso fue así:

Los médicos debían reembolsar los honorarios que se le habían pagado

El hospital debía condonar la deuda pendiente de los padres y devolverles el pagaré que firmaron
al principio (¡Ah, porque si no te habías dado cuenta, a veces hasta te incluyen un pagaré en los
documentos que firmas al ingresar y tú ni en cuenta!)

A la cuarta pregunta, ya vimos que la respuesta es NO, debido a que el derecho a la salud es un
tema de interés público y de protección constitucional, el cual debe ser recuperado y conservado
mediante servicios médicos que involucran toda una serie de actividades y participantes, por lo
que no es tan fácil deslindar una responsabilidad así como así dentro de un contrato (no te están
instalando un sistema de cable en la tele ni están reparando tu coche, están recuperando tu
salud).

Espero sinceramente que nunca tengas qué recurrir a los servicios de un hospital por alguna
contingencia que te quite la tranquilidad pero, desafortunadamente no tenemos una bola de
cristal para ver el futuro, por eso importante que conozcas hasta qué grado y quién te responde
por alguna negligencia médica.

Así que ya sabes:

– La negligencia médica no sólo es aplicable al médico tratante, sino que se podría hacer extensiva
al hospital donde te atendieron. Todo esto está sujeto a las circunstancias y pruebas en el asunto.

– Un aspecto importante a recordar, los servicios de salud no implican que el médico o el hospital
se vean obligados a garantizar la curación del enfermo, pero sí al empleo de las técnicas
adecuadas e idóneas para el caso, con el más alto profesionalismo y calidad del servicio.

– Pide que te expliquen los procedimientos e implicaciones del tratamiento médico. Si no


entendiste, vuelve a preguntar que para eso está el hospital y el médico que te atienden.

– Puede resultar complicado por la emergencia, pero en la medida de lo posible, date 5 minutos
para leer los papeles que firmas al ingresar a un hospital.

– Recomendación: si utilizas los servicios de un médico particular o un hospital privado, es


preferible que lo hagas a través de un seguro.

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