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UNIVERSIDAD PANAMERICANA

Facultad de Humanidades

Licenciatura en Trabajo Social con Orientación en Desarrollo Sostenible

La pobreza

Sujeydi Felipe

San Luis Jilotepeque, febrero, 2020


La pobreza

Se entiende por pobreza a la condición social y económica de ausencia de recursos (o a la


carencia de herramientas para adquirirlos), que permitan satisfacer las necesidades físicas y
psíquicas mínimas para un adecuado nivel de vida, tales como la alimentación, la vivienda,
la asistencia sanitaria, el acceso a servicios básicos (electricidad, agua potable, línea
telefónica) y la educación formal.

Existen diversos factores involucrados en la pobreza, así como distintas formas de medirla,
pero en líneas generales se la entiende a partir de la falta de medios para adquirir los
recursos indispensables para la vida, como es el caso del desempleo, la falta o bajo nivel de
ingresos, o condiciones de marginación y exclusión social importantes que hacen muy
cuesta arriba el ascenso social y la integración en igualdad de términos al conjunto de la
sociedad.

La pobreza es uno de los principales males sociales del mundo y a ella se atribuyen otros
flagelos y dificultades en el desarrollo de las naciones, así como la construcción de un
mundo de profundas desigualdades. Sin embargo, no parece haber métodos unánimes para
combatirla.

La pobreza es difícil de definir. Etimológicamente, la palabra proviene del latín pauperos,


vocablo que se usaba para el ganado que paría poco o para el suelo poco fértil. Por ende, es
una palabra vinculada desde temprano con la escasez y las privaciones. En líneas generales
se la asocia, en la sociedad capitalista, con la falta de recursos económicos o de las
herramientas para obtenerlos; pero en realidad va mucho más allá de la simple carencia de
capitales.

La pobreza, por lo tanto, es una forma de vida que aparece cuando las personas carecen de
los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas. Esta condición se
caracteriza por deficiencias en la alimentación, por la falta de acceso a la asistencia
sanitaria y a la educación, y por no poseer una vivienda que reúna los requisitos básicos
para desarrollarse correctamente.
Existen diversas situaciones involuntarias que pueden llevar a un individuo a la pobreza; el
desempleo, los salarios insuficientes y las catástrofes naturales son algunas de las más
frecuentes. Asimismo, una enfermedad cuya recuperación exija gastos desmesurados suele
ser el lamentable camino a la quiebra de muchas familias. Por otro lado, cabe señalar que el
uso inconsciente del dinero puede acabar con grandes fortunas.

Se suele considerar que una familia cae por debajo de la línea de pobreza cuando sus
ingresos no le permiten alcanzar a la canasta básica de alimentos. Cuando dicha situación
desesperada se extiende en el tiempo, se habla de pauperización.

Los seres vivos no podemos evitar que nuestro sentido de supervivencia nos impulse a
seguir avanzando cuando todo parece haber terminado; y es justamente la pobreza, la
necesidad extrema, una de las situaciones sociales en las que muchas personas descubren
cuán fuertes son, cuántos sacrificios están dispuestos a hacer para cuidar a sus seres amados
y procurarles un futuro mejor.

Las carencias básicas pueden representar una pesadilla para muchas personas, pero del
mismo modo mostrarles lo mejor que hay en ellos mismos. El sistema social al que nos
sometemos no está preparado para que salgamos de un pozo tan profundo como la falta de
techo y comida; no parece posible asistir a entrevistas de trabajo sin haber podido asearse,
sin contar con ropa limpia y planchada.

Pero mucha gente consigue atravesar estas etapas gracias a pensar diferente, a actuar como
nunca antes lo habían hecho; no se dejan caer ante la imposibilidad de transitar el camino
convencional, sino que se enfocan en la posibilidad de esas decisiones que, quizás, los
conducirán a las mejores oportunidades. Esa fuerza de voluntad, esa lucidez en los
momentos críticos es su verdadera riqueza.
En ocasiones se utiliza el término subdesarrollo para hacer referencia a la pobreza, lo que
supone un eufemismo. El subdesarrollo está vinculado a la incapacidad de un país o una
región para alcanzar un adecuado nivel de desarrollo de sus capacidades.

Más allá de la noción económica o material, el término pobreza también puede usarse para
hablar del vacío espiritual propio de alguien que no ama o que no es amado, de la soledad
de una persona que no ha sabido rodearse de otros seres vivos que completen su existencia.
Esta acepción es claramente literaria, aunque también aparece en el contexto de
conversaciones centradas en los sentimientos, independientemente de su formalidad o de su
belleza lingüística.

En este sentido, es también necesario un esfuerzo muy grande para superar la pobreza y, del
mismo modo que en el terreno material, el éxito no está garantizado. Desprenderse de las
propias necesidades al punto de quedarse solo, alejarse de los demás, permitiendo que el
alma se reseque y convirtiéndose en un ser antisociable, no son decisiones que puedan
revertirse fácilmente el día en el cual nos damos cuenta de nuestros errores.

En ciencias sociales, la pobreza es entendida en al menos doce sentidos específicos. Los


sentidos se superponen unos sobre otros; dos o tres definiciones distintas del mismo
término pueden encontrarse simultáneamente en una misma posición en el debate sobre la
pobreza. Los sentidos propuestos son específicos, ya que son lógicamente distinguibles, de
modo que las características asociadas a un sentido no lo están necesariamente a otros.
Pobreza como un concepto material. El primer grupo de definiciones se refiere a la pobreza
como un concepto material. La población es pobre porque no tiene algo que necesita, o
cuando carece de los recursos para acceder a las cosas que necesita.

Necesidad. El primer grupo de definiciones entiende a la pobreza como carencia de bienes


o servicios materiales. La población “necesita” cosas tales como comida, vestido,
combustible o techo. Para Vic George, “la pobreza consiste en un núcleo de necesidades
básicas y en un conjunto de otras necesidades que cambian en el tiempo y en el espacio”.
Baratz y Grigsby hablan de la pobreza como “una privación severa de bienestar físico y
bienestar mental, estrechamente asociada con inadecuados recursos económicos y
consumos” (1971: 120). Los contenidos que definen al bienestar incluyen valoraciones
sobre “estar bien”, la autoestima, las aspiraciones y el estigma, así como valoraciones sobre
la “deferencia” comprendiendo aspectos de estatus y poder. Se trata de dos visiones
opuestas en apariencia: George propone una visión “absoluta” de la pobreza mientras que
Baratz y Grigsby presentan una perspectiva “relativa”. Pero son interpretaciones sobre la
construcción social de las necesidades y no de diferentes definiciones de la pobreza. Ambas
visiones concuerdan en que la pobreza es una carencia de algo, y comparten parcialmente
qué es aquello de lo que se carece. El desacuerdo fundamental radica en el origen y el
fundamento de las necesidades

Un patrón de privaciones. No toda necesidad puede ser vista como equivalente a pobreza, y
existen varias interpretaciones sobre lo que constituye la pobreza. Algunas interpretaciones
enfatizan la importancia particular de cierta clase de necesidades, como el hambre y la falta
de vivienda. Otros subrayan la gravedad de las privaciones sufridas: por ejemplo, el
alimento y el techo son vistos con frecuencia como más importantes que el entretenimiento
o el transporte (aunque pueda haber elementos para considerar “pobre” a la población que
no puede acceder al entretenimiento o transporte).

La población puede experimentar necesidades específicas (tales como falta de vivienda o


frío), sin que esto sea suficiente para hablar de “pobreza”. No obstante, las necesidades
continúan siendo claramente importantes como indicadores primordiales de pobreza
(Whelan y Whelan, 1995). La perpetuación en el tiempo de estas necesidades es importante
porque las privaciones temporales (tales como las experimentadas por víctimas de
catástrofes) no son suficientes para constituir “pobreza”.

Limitación de recursos. Las necesidades mantienen un vínculo estrecho con los recursos;
toda necesidad lo es de algo. Puede considerarse que la pobreza refiere a circunstancias
donde las personas carecen de ingreso, riqueza o recursos para adquirir o consumir las
cosas que necesitan. Booth afirmaba que “los ‘pobres’ son aquellos cuyos medios de vida
pueden ser suficientes, pero son apenas suficientes para una vida decente e independiente;
los ‘muy pobres’ serían aquellos cuyos medios de vida resultan insuficientes de acuerdo a
un nivel de vida considerado normal en ese país” (1971: 55).

La limitación de los recursos, o más precisamente el control limitado sobre los recursos,
tiende a implicar un consumo bajo, aun cuando ambos aspectos no son equivalentes;
algunas feministas sostienen que aquellas mujeres con recursos limitados en el hogar
pueden ser pobres si no tienen un ingreso propio (ver trabajos citados en Millar, 1996: 56-
57). Esto sería así aun cuando su consumo y nivel de vida fueran altos.

Pobreza como situación económica Si la pobreza está asociada a una falta de recursos,
también puede ser entendida en términos económicos. Uno de los enfoques más utilizados
para medir la pobreza es el de los ingresos, a tal punto que algunos científicos sociales
consideran que pobreza es equivalente a bajos ingresos.

Posición económica. Una “clase” de personas es un grupo identificado en virtud de su


posición económica en la sociedad. La clase es un aspecto de desigualdad, pero esa
desigualdad es una característica de la estructura social y no de la desigualdad de recursos o
del consumo; los recursos y el consumo son, en el mejor de los casos, un indicador de
posición social. Miller y Roby sostienen que “definir el problema de pobreza en términos
de estratificación lleva a percibir la pobreza como un problema de desigualdad. En este
enfoque, nos alejamos de los esfuerzos por medir líneas de pobreza con precisión
pseudocientífica. En su lugar, observamos la naturaleza y el tamaño de las diferencias entre
el 20 o 10% más bajo y el resto de la sociedad” (1967).

Condiciones sociales Clase social. Las definiciones vinculadas a la clase social


comúnmente refieren a las condiciones sociales de los pobres. La idea de “clase social”
identifica la posición socioeconómica con el estatus socioeconómico. Para esta concepción,
los roles sociales y ocupacionales son constitutivos de la noción de clase. El concepto de
clase es utilizado tanto como un medio para conceptualizar la posición de los pobres en
términos estructurales, así como de referencia para la investigación empírica sobre los
impactos distributivos de las políticas públicas, por ejemplo, las relacionadas con educación
o atención a la salud.

Dependencia. Algunas veces se considera a la población pobre como aquellos que reciben
beneficios sociales debido a su carencia de medios. El sociólogo George Simmel sostiene
que la “pobreza”, en términos sociológicos, refiere no tanto a las personas con bajos
ingresos sino a aquellos que son dependientes: “La persona pobre, sociológicamente
hablando, es el individuo que recibe asistencia porque carece de medios de subsistencia”.

Carencias de seguridad básica. Aunque la carencia en la seguridad básica ha sido definida


como necesidad (Duffy, 1995: 36), también puede ser vista como vulnerabilidad ante los
riesgos sociales. Charles Booth describía a las personas pobres como aquellos que “viven
en lucha para satisfacer las necesidades básicas de la vida y cumplir sus metas, mientras
que los ‘muy pobres’ viven en un estado crónico de necesidad” (1902: 33).

Wresinski identifica a la pobreza con una “carencia de seguridad básica” entendida como
“la ausencia de uno o más factores que permiten, a individuos y familias, asumir
responsabilidades básicas y disfrutar de derechos fundamentales […] la pobreza crónica
resulta cuando la carencia de seguridad básica afecta simultáneamente varios aspectos de la
vida de la población, cuando es prolongada y cuando compromete seriamente sus
oportunidades para recuperar sus derechos y para reasumir sus responsabilidades en un
futuro venidero”

Ausencia de titularidades. La definición previa de Wresinski alude a la carencia de


seguridades como una falta de derechos. Drèze y Sen (1989) sostienen que tanto la
privación como la carencia de recursos reflejan carencia de titularidades más que ausencia
de artículos esenciales en sí mismos.

La falta de vivienda es el resultado de la falta de acceso a la vivienda o la tierra, no de la


inexistencia de viviendas en sí; las hambrunas, sostienen Drèze y Sen, no son el resultado
de la falta de alimentos, sino de la incapacidad de la población para comprar los alimentos
existentes. La ausencia de titularidad es fundamental para la condición de pobreza: las
personas con titularidades no son pobres.

Exclusión. La exclusión se ha convertido en el paradigma dominante en la discusión sobre


la pobreza en la Unión Europea, donde se la percibe como un medio para acotar la
controversia política que había acompañado al concepto de pobreza. La exclusión social
afecta a individuos, personas y áreas geográficas; puede ser vista no sólo en términos de
niveles de ingreso, sino también vinculada a cuestiones como salud, educación, acceso a
servicios, vivienda y deuda. De ese modo, los fenómenos que se derivan de la exclusión
social incluyen:

 El resurgimiento de los que viven sin vivienda;


 crisis urbanas
 tensiones étnicas;
 aumento del desempleo de largo plazo; altos niveles persistentes de pobreza

1. Tipos de pobreza
Cuando hablamos del término pobreza enseguida nos vienen a la cabeza los países en
desarrollo, cuya ciudadanía no disfruta de muchos de los derechos fundamentales que
podemos identificar en países como el nuestro. Sin embargo, no es un factor exclusivo de
estos territorios, sino que se extiende por todo el planeta. De hecho, los denominados países
del primer mundo han sufrido un avance significativo en los tipos de pobreza durante los
últimos años.

Como estamos viendo, la pobreza como concepto general engloba la carencia de recursos
básicos para el ser humano como alimentos, agua potable, vivienda, educación, sanidad e
integridad social. No obstante, puede clasificarse en varios tipos según los factores que la
causan y los sujetos afectados. Existen diversos factores involucrados en la pobreza, así
como distintas formas de medirla, pero en líneas generales se la entiende a partir de la falta
de medios para adquirir los recursos indispensables para la vida, como es el caso del
desempleo, la falta o bajo nivel de ingresos, o condiciones de marginación y exclusión
social importantes que hacen muy cuesta arriba el ascenso social y la integración en
igualdad de términos al conjunto de la sociedad.

La pobreza es uno de los principales males sociales del mundo y a ella se atribuyen otros
flagelos y dificultades en el desarrollo de las naciones, así como la construcción de un
mundo de profundas desigualdades. Sin embargo, no parece haber métodos unánimes para
combatirla.

1.1 Extrema
Según los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los
derechos humanos, la extrema pobreza se caracteriza por la exclusión social y la
acumulación de precariedades en diferentes áreas de la vida: falta de documentos de
identidad, viviendas inseguras, alimentación insuficiente y falta de acceso a atención
sanitaria y educación. Estas inseguridades contribuyen a aislar a quienes las sufren del resto
de la sociedad y establecen un ciclo de extrema pobreza que se hereda de generación en
generación.

Pobreza Extrema es un término que se refiere al estado más bajo de la pobreza y que
incluye a toda persona que no alcanza a cubrir el costo mínimo de alimentos en
determinado tiempo. En Guatemala, de acuerdo con la medición del Instituto Nacional de
Estadística realizada en el año 2006 –Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2006-, se
categorizaba dentro del umbral de pobreza extrema a toda persona que no alcanza a cubrir
el costo mínimo de alimentos en un año -3206 quetzales anuales-. Esta cifra, sin embargo,
aumenta cada año de acuerdo al promedio de consumo anual por persona y según la
Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2011, era de 4380 quetzales anuales.

1.2 Relativa
Por el contrario, la pobreza relativa ha aumentado en las últimas décadas en los países
desarrollados. Tiene presente la importancia del contexto para entender las cifras y
considera que la pobreza solo puede medirse dentro de un mismo entorno social.
De este modo, este modelo mide la pobreza en función de los ingresos de un país o
comunidad, siendo más realista en los recursos mínimos necesarios a ingresar, pero
encontrándose con otros contratiempos; por ejemplo: es posible que la población tenga
unos ingresos similares, pero que estos no alcancen para llevar una vida digna, e incluso
que, en el peor de los casos, un amplio porcentaje de la población sufra malnutrición.

El principal valor de las cifras que muestran la pobreza relativa es que, dejando de lado los
recursos mínimos indispensables, nos muestra cómo la inflación, la devaluación de la
moneda o el trabajo precario suponen una pobreza progresiva que el método de pobreza
absoluta no contempla.

Asimismo, con este método, no podemos extrapolar ni comprender la pobreza de una forma
absoluta, sino que siempre obtendremos cifras económicas vinculadas a un contexto, país o
región determinados. De este modo, la comparativa con otras regiones resultará imposible,
si bien los defensores de esta metodología afirmarán que, en esencia, esa comparación ya es
imposible en sí misma.

1.3 Absoluta
El modelo de “pobreza absoluta” establece unos recursos mínimos por persona que
permitan disfrutar de una vida normal —y aquí se encuentra el primer problema: ¿qué es
normal? Alimento, ropa, trabajo… pero estos factores pueden variar en otros contextos, por
supuesto—; sin embargo, este indicador no depende del IDH del país o la región donde
vive el individuo, así como no se establecen variaciones en el capital para la adquisición de
bienes y servicios.

En el sistema de pobreza absoluta, la pobreza se entiende como una causa unidimensional:


es decir, se entiende que para vivir en cualquier lugar se deberá contar con 25 € al día (cifra
inventada), por ejemplo, que nos permitan un lugar para vivir y un número de comidas
suficientes para ingerir las calorías de un adulto.
Sin embargo, aunque la pobreza absoluta puede ser una medida aproximativa útil para la
consulta rápida en nuestro propio contexto, se omiten imprescindibles para entender la
pobreza, como:

Vivir en Barcelona o en Nueva York difiere sustancialmente en gasto a hacerlo en Lagos,


Nigeria, o en Quito, Ecuador. Y vivir en cualquiera de estas ciudades y en diferentes barrios
o distritos de estas también.

Las personas no realizamos las mismas actividades, por lo que no tenemos el mismo gasto
calórico; y la comida solo es un pequeño ejemplo: ¡el IDH de cualquiera de estos contextos
también varía! Un teléfono móvil en Níger, Etiopía o Mali no es un bien de primera
necesidad, pero quizá sí lo es en Londres, Kinsasa o Hong Kong.

A grandes rasgos, la pobreza absoluta se ha ido alejando de la forma en la que, hoy día,
entendemos la pobreza por su multidimensionalidad y por ser una medida inexacta
imposible de trasladar entre contextos cercanos incluso: así, la pobreza absoluta no ofrece
cifras reales y evaluables para comprender los recursos indispensables a una vida digna.

2. Causas
Aunque cada territorio y cada caso son diferentes, existen una serie de causas históricas que
explican el origen de la pobreza, como el colonialismo, la guerra, la esclavitud y las
invasiones.

La pobreza no tiene causas simples determinadas sino que es consecuencia de una serie de
condiciones de construcción histórica, social y cultural.

Algunos teóricos acusan a la historia imperial de las naciones europeas, que saquearon y
colonizaron a los demás continentes, como la causante de que éstos entraran al mundo
moderno en condiciones muy desiguales y de dependencia económica, lo cual se traduce en
márgenes de pobreza considerables.
Por otro lado, la pobreza suele implicar deficiencias educativas importantes, entre las que
está también la educación sexual y reproductiva. Así, las poblaciones más pobres son más
propensas al embarazo precoz y la familia no planificada, lo cual coarta sus posibilidades
de superación y reinicia el ciclo de marginación y pobreza.

Por último, las guerras y conflictos territoriales suelen dejar desamparados a quienes las
padecen, sean refugiados, migrantes o sobrevivientes, y a menudo reducidos a condiciones
de pobreza que no logran superarse hasta varias generaciones en el futuro.

2.1 Corrupción
Mendicidad, pobreza, desnutrición, delincuencia y falta de oportunidades para acceder a los
servicios básicos son el común denominador de las comunidades más vulnerables del país,
que sufren por la indiferencia del Estado.

Es un problema que no sólo involucra a los gobiernos de turno, sino también a toda la
ciudadanía y al mismo modelo de Estado Social de Derecho que debe propender por la
efectivización de los derechos de todo tipo. El Estado Social y Democrático de Derecho es
un Estado que debe intervenir en favor de los más débiles en pro de la igualdad y la justicia
material, buscando satisfacer todo tipo de necesidades. En desarrollo del principio de
solidaridad es necesario idearse mecanismos que le permitan cubrir el territorio y sus
requerimientos. Y es allí donde radica realmente el problema de la pobreza en el mundo. Si
bien es cierto que la corrupción es un problema que afecta en forma directamente
proporcional la pobreza, también lo es, que luchando contra la corrupción los pobres no van
a dejar de serlo. Estadísticamente, observamos como los países con mayores índices de
percepción de la corrupción son los que poseen mayor número de habitantes pobres, lo que
conlleva a reflexionar de entrada que la corrupción es la causa principal de la pobreza.

2.2. Desigualdad en el reparto


Una definición rápida de la desigualdad económica sería decir que consiste en un reparto
desequilibrado de riqueza y rentas económicas entre los miembros o grupos de una
comunidad
La desigualdad económica se traduce en una disponibilidad de recursos económicos muy
dispar entre los individuos de la sociedad. Y con un reparto de riquezas tan discrepante,
cada vez es mayor la brecha entre individuos ricos y pobres, y las oportunidades de unos y
otros. Las diferencias entre los niveles de renta, capitales o patrimonio entre unas y otras
personas son evidente, y aún peor, es cada vez más abismal, tal y como comprobaremos a
lo largo del post. Pero ¿cuál es el origen de la desigualdad económica?

No es fácil fijar un momento exacto en que unas comenzaron a ser más ricas y otras más
pobres. Sin embargo, podemos encontrar el germen de la desigualdad económica en los
inicios de la industrialización. Su llegada introdujo transformaciones sociales y
económicas. Los beneficios y progresos de la era industrial no favorecieron por igual al
conjunto de la sociedad ni todos los países tuvieron la misma capacidad de sacar
rentabilidad a estos nuevos avances.

2.3 Crecimiento mundial


En el año 2011 la población mundial era de 7.000 millones de personas. Ahora, la previsión
es que en el año 2050 aumente hasta rebasar los 9.000 millones, según el Fondo de
Población de la ONU. Este crecimiento exponencial del número de habitantes del planeta
inevitablemente contribuirá al aumento de situaciones de desigualdad si no tomamos
medidas para poner freno a las causas que provocan la pobreza en el mundo.

La superpoblación o sobrepoblación es un fenómeno que se produce cuando una elevada


densidad de población provoca un empeoramiento del entorno, una disminución en la
calidad de vida o situaciones de hambre y conflictos. Generalmente este término se refiere a
la relación entre la población humana y el medio ambiente. También puede aplicarse a
cualquier otra especie que alcance niveles críticos en su número de individuos.

La sobrepoblación proviene de la superación por una especie animal de los límites de


sostenibilidad del biotopo que habita. Esto es, una especie demanda más alimento, produce
más residuos y exige más espacio del que el biotopo puede darle o aceptar sin sacrificar el
futuro de otras especies que habitan en él. La sobrepoblación es tanto una cuestión de
espacio, como de limitación de recursos, y sobre todo, como consecuencia directa, de
extinción de las especies que cohabitan la región superpoblada con la especie humana. Se
estima que cerca de un 99,9% de todas las especies que han surgido en el planeta se han
extinguido por una u otra causa, además de que sin estas extinciones la especie humana
nunca hubiera llegado a ocupar todos los ecosistemas terrestres del planeta.

3. Consecuencias
Esta problemática trae consigo diversas consecuencias muy graves que se pueden observar
a largo o a corto plazo dentro de una determinada nación.

Las condiciones de desarrollo de un país se ven cada vez más inalcanzables cuando las
consecuencias de la pobreza no son atendidas a tiempo y con la competencia necesaria,
problemáticas como ésta la puedes ver en las siguientes consecuencias:

3.1 Delincuencia
La delincuencia puede surgir gracias a la unión de los diversos tipos de pobreza como, la
alimentaria, infantil, rural, urbana, emocional, mental y extrema. Es un mal social que
afecta a todos los componentes sociales de un país.

En otras instancias, la escasez de alimentos obliga a cierto sector de la población que no


posee una escala de valores equilibrada, a ser delincuentes. Este tipo de ciudadanos opta
por conseguir de la manera más fácil todo lo que por los medios disponibles del país pobre
no pueden. Este fenómeno abarca la prostitución y asesinatos entre los mismos habitantes
de la región.

3.2 Migración
La pobreza y extrema pobreza y desigualdad social, laboral y salarial siguen siendo las
principales causas de la migración hacia Estados Unidos, problema que se ha agudizado
en las últimas semanas con las noticias de la migración de niños, niñas y adolecentes que
van en busca de mejores oportunidades.
Las limitaciones económicas que afectan al pobre, hacen que este se vea sometido a
situaciones terribles de hambre, insalubridad, falta de educación, vestuario, trabajo digno
etc., lo cual sumado a las limitaciones económico financieras del Estado para combatir este
problema fundamental, hace que nos veamos enfrentados en nuestro diario vivir, con una
migración permanente de nuestros connacionales hacia otros países, con la idea de encon-
trar un trabajo que les permita obtener los ingresos suficientes para la subsistencia de su
familia.

La migración, aunque implica decisiones individuales, está lejos de ser un acto


exclusivamente voluntario, solo animado por un afán egoísta de encontrar mejores
condiciones de vida personales y familiares, y de disfrutar de un mejor estatus civil en los
lugares de destino. En la región centroamericana, las migraciones han tenido los rasgos de
una fuga poblacional, bajo condiciones de precariedad cada vez mayores. Esa huida ha sido
un entrevero de flujos desde sociedades que se “descampesinizaban” o de territorios
convertidos en teatro de guerra y bajo regímenes políticos despóticos; o la más reciente, la
de los desplazados por el ajuste estructural quienes para salvar a sus sociedades de origen
han tenido que huir de ellas. Ese efecto de expulsión solo ha significado relativamente
“poner afuera” a quienes participan de esa salida, pues las nuevas lógicas de reproducción
de valor y de reproducción social los ha reintegrado a los motores de la acumulación bajo la
forma de la mercancía fuerza de trabajo que reditúa beneficios a las economías locales por
medio de los sistemas de remesas familiares.

3.3 Enfermedades
La pobreza, el clima y los servicios inadecuados son solo algunas de las causas por las
cuales las personas de países en desarrollo alcanzan un alto grado de vulnerabilidad a
enfermedades que amenazan su vida. En general, el paludismo y la tuberculosis fueron
eliminados o contenidos en gran medida en los países de ingreso alto, pero continúan
acabando con millones de vidas cada año en las regiones en desarrollo. El VIH/SIDA sigue
siendo una pandemia mundial y dos tercios de la población de África al sur del Sahara se
encuentran infectados. El sexto objetivo de desarrollo del milenio (ODM) fue dividido en
tres metas. Tiene por objeto combatir esta enfermedad y el paludismo, entre otras
afecciones.

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