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El templo del

espiritu Santo
El templo del
espiritu Santo

El Señor Jesucristo habló del templo de su cuerpo, así ahora nuestro cuerpo es el templo del
Espíritu Santo, que nos a dado Dios, para andar espiritualmente y en santidad.

Jn. 2 : 19 y 20. Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Entonces
los judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levanta-
rás?

Jn. 2 : 21 y 22. Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los
muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto, y creyeron en la escritura y en la pala-
bra que Jesús había dicho. (Así también, nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo)

1Co. 6 : 19. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros,
el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?

1Co. 6 : 20. Pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

1Co. 3 : 16. ¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois
vosotros, santo es.

1Co. 12 : 27 y 28. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo y miembros cada uno en particular. Y a
unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego
los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que
tienen don de lenguas.

Heb. 3 : 5 y 6. Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimo-nio
de lo que se iba a decir; pero Cristo, como hijo, sobre su casa. Y esa casa somos nosotros, con
tal que retengamos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.

1Ti. 3 : 15. Para que, si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia
del Dios viviente, columna y defensa de la verdad.

2Co. 26 : 16. ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Y vosotros sois el templo
del Dios viviente, como Dios dijo. Habitaré y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi
pueblo.

EL SEÑOR JESUCRISTO DIJO: Vuestra casa es dejada desierta, porque después de mi partida
entrarán lobos rapaces, y la maldición de Jehová caerá sobre esta casa, no me volveréis a ver,
hasta que nuevamente digáis ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

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El templo del
espiritu Santo

Mt. 23 : 38 y 39. Vuestra casa os es dejada desierta. Pues os digo que desde ahora no volveréis a
verme hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

Hch. 20 : 28. Por tanto, mirad por vosotros y por el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por
obispos para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.

Hch. 20 : 29. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapa-
ces que no perdonarán al rebaño. Y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que habla-
rán cosas perversas para arrastrar tras sí discípulos.

Pr. 3 : 33. La maldición de Jehová está en la casa del malvado, pero bendice la morada de los
justos. (Así paso en el tiempo de nuestro Señor Jesucristo, los discípulos de Cristo huyeron)

Mt. 26 : 55. En aquella hora dijo a la gente: ¿Cómo contra un ladrón habéis salido con espadas y
con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no
me prendisteis.

Mt. 26 : 56. Pero todo esto sucede para que se cumplan la Escrituras de los profetas. Entonces
todos los discípulos, dejándolo, huyeron.
LA IGLESIA DE DIOS: Está fundada sobre la roca y los creyentes son santificados por el Espíritu
Santo, y todos los llamados a ser santos, invocarán el nombre de Cristo.

Mt. 16 : 18. Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las
puertas del hades no la dominarán.

Mt. 16 : 19. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que ates en la tierra será atado
en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos.

Ef. 5 : 24 y 25. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus
maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó
asimismo por ella. (Dice: La iglesia es la familia de Cristo, y estamos sujetos a él)

Hch. 9 : 31. Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; eran edificadas,
andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo

Hch. 14 : 23. Constituyeron ancianos en cada iglesia y, después de orar y ayunar, los encomen-
daron al Señor en quién habían creído.

Hch. 20 : 28. Por tanto, mirad por vosotros y por el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por
obispos para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.

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Ef. 5 : 26 y 27. Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra.
A fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuera santa y sin mancha.

Hch. 5 : 20. Id y puesto de pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.
Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo y enseñaban.

Hch. 3 : 1 y 2. Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, que era la de la oración.
Había un hombre, cojo de nacimiento, que era llevado y dejado cada día a la puerta del templo,
que se llama la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.

Hch. 16 : 4 y 5. Al pasar por las ciudades, les comunicaban las decisiones que habían acordado
los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guarden. Así quelas iglesias
eran animadas en la fe y aumentaban en número cada día.

LA IGLESIA DE DIOS: Será perseguida por los incrédulos, a unos los matarán y a otros los echarán
en la cárcel, para que no prediquen el camino de la verdad, para su salvación.

Hch. 8 : 1 y 3. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén,
y to-dos, salvo los apóstoles, fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria. Saulo, por
su parte, asolaba a la iglesia, entrando casa por casa, arrastraba a hombres y mujeres, y los
enviaba a la cárcel.

Ap. 2 : 10. No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de voso-
tros en la cárcel, para seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Se fiel hasta la muerte
y yo te daré la corona de la vida.

Hch. 12 : 1, 2 y 5. En aquel mismo tiempo, el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para
maltratarlos. Mató a espada a Jacob, hermano de Juan. Así que Pedro estaba custodiado en la
cárcel, pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.

Ga. 1 : 2. Y todos los hermanos que estaban conmigo, a las iglesias de Galacia. Gracia y paz
sean a vosotros, de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo

Ga. 1 : 13. Ya habéis oído acerca de mí conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía
sobremanera a la iglesia de Dios y la asolaba.

EZEQUIEL ATAUCUSI GAMONAL


Fundador, Compilador y Misionero General de la AEMINPU.
¡VARON DE DIOS!

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