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CLÍNICA DE
RELAJANTES MUSCULARES 1
ERRNVPHGLFRVRUJ
Clínicas Mexicanas de Anestesiología
Número 11, abril a julio de 2009
Clínica de
relajantes musculares 1
Editor:
Dr. Raúl Carrillo Esper
Academia Nacional de Medicina. Academia Mexicana de Cirugía.
Profesor Titular de Posgrado de Medicina del Enfermo en Estado Crítico.
Expresidente del Colegio Mexicano de Anestesiología.
Ex–Presidente de la Asociación Mexicana de
Medicina Crítica y Terapia Intensiva.
Jefe de la UTI, Fundación Clínica Médica Sur.
Editor invitado:
Dr. Eduardo Homero Ramírez Segura
Médico Cirujano Naval, Neuroanestesiólogo.
Jefe del Departamento de Anestesiología del Centro Médico Naval,
Secretaría de Marina–Armada de México.
Médico Adscrito al Grupo Anestesia en Cirugía Neurológica.
Fundación Clínica Médica Sur.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Editorial
Alfil
Clínica de relajantes musculares 1
Todos los derechos reservados por:
E 2010 Editorial Alfil, S. A. de C. V.
Insurgentes Centro 51–A, Col. San Rafael
06470 México, D. F.
Tels. 55 66 96 76 / 57 05 48 45 / 55 46 93 57
e–mail: alfil@editalfil.com
www.editalfil.com
ISBN 978–607–8045–06–8
Dirección editorial:
José Paiz Tejada
Editor:
Dr. Jorge Aldrete Velasco
Revisión editorial:
Irene Paiz
Revisión técnica:
Dr. Diego Armando Luna Lerma
Ilustración:
Alejandro Rentería
Diseño de portada:
Arturo Delgado
Impreso por:
Solar, Servicios Editoriales, S. A. de C. V.
Calle 2 No. 21, Col. San Pedro de los Pinos
03800 México, D. F.
Mayo de 2010
Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente sin autorización por escrito de los editores.
Los autores y la Editorial de esta obra han tenido el cuidado de comprobar que las dosis y esquemas
terapéuticos sean correctos y compatibles con los estándares de aceptación general de la fecha de
la publicación. Sin embargo, es difícil estar por completo seguros de que toda la información pro-
porcionada es totalmente adecuada en todas las circunstancias. Se aconseja al lector consultar cui-
dadosamente el material de instrucciones e información incluido en el inserto del empaque de cada
agente o fármaco terapéutico antes de administrarlo. Es importante, en especial, cuando se utilizan
medicamentos nuevos o de uso poco frecuente. La Editorial no se responsabiliza por cualquier alte-
ración, pérdida o daño que pudiera ocurrir como consecuencia, directa o indirecta, por el uso y apli-
cación de cualquier parte del contenido de la presente obra.
Colaboradores
V
VI Clínica de relajantes musculares 1 (Colaboradores)
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI
Raúl Carrillo Esper
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII
Eduardo Homero Ramírez Segura
1. Breve reseña histórica. Relajantes musculares . . . . . . . . . . . 1
Eduardo Homero Ramírez Segura
2. Fisiología de la placa neuromuscular . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
María Elena Morales Victoria
3. Relajantes musculares de mayor uso en México . . . . . . . . . 17
Eduardo Homero Ramírez Segura,
Miguel Gutiérrez Hernández
4. Fármacos antagonistas de los bloqueadores
neuromusculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Érika León Álvarez
5. Relajantes neuromusculares en el trasplante hepático . . . . 49
Jorge Alberto González Salazar
6. Uso de los relajantes musculares en las enfermedades
neuromusculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Ricardo Flores Hernández, Óscar Sánchez Escandón
7. Bloqueadores neuromusculares en el paciente quemado . . 87
Raúl Carrillo Esper, Thania Medrano del Ángel,
Gabriela Andrade Montes de Oca
IX
X Clínica de relajantes musculares 1 (Contenido)
XI
XII Clínica de relajantes musculares 1 (Introducción)
XIII
XIV Clínica de relajantes musculares 1 (Prólogo)
Son innumerables los pasajes históricos sobre el origen de los venenos emplea-
dos por nuestros ancestros, los cuales pudieran ser los antecesores de los relajan-
tes musculares empleados en la práctica clínica actual del anestesiólogo.
Asimismo, son muchos los que han querido aspirar al “título” de haber sido
los primeros en escribir sobre el curare y son incontables las historias escritas
sobre su descubrimiento. Actualmente, en la era del “punto.com”, basta conec-
tarse a la red y navegar en un océano de información al respecto; incluso se ha
dicho que en las últimas décadas se publica un artículo diario sobre relajantes
musculares, de manera que en este capítulo, como se hace hincapié en el título,
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
1
2 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 1)
lo llevó a Europa para investigarlo. En 1805 Humboldt presentó los primeros tra-
bajos y a partir de entonces tuvieron lugar muchas investigaciones, las cuales se
llevaron a cabo hasta nuestros días; sin embargo, continuaban empleándose de
forma empírica. El moderno uso clínico del curare data de 1932, cuando West lo
usó para trastornos espásticos, pero la primera prueba del curare (d–tubocurari-
na) para producir relajación muscular para su uso en cirugía abdominal e intuba-
ción orotraqueal fue citada por Griffith y Johnson en 1942.9
El principio activo del curare es la d–tubocurarina. En el campo farmacológico
debe su acción al alcaloide d–tubocurarina, que produce el bloqueo del impulso
nervioso a nivel de la placa motora, produciendo una parálisis muscular. Se ha
empleado en tratamiento de convulsiones o espasmos musculares y síndromes
neurológicos que cursan con hipertonía muscular, entre otros padecimientos. Ac-
tualmente su única utilización tiene lugar en la anestesia, para obtener una relaja-
4 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 1)
ción muscular durante la cirugía. Sin embargo, los relajantes musculares que se
utilizan en anestesia ya no son derivados de la d–tubocurarina, sino sintetizados
artificialmente y con un mejor perfil farmacológico. La primera forma sintética
útil del curare fue desarrollada después de la Segunda Guerra Mundial (1947) por
el farmacólogo italiano Bovet, quien sintetizó el compuesto llamado galamina, al
cual le siguieron otros consecutivamente. Hoy existe una gran variedad de relajan-
tes musculares, los cuales constituyen una pieza insustituible en el arsenal farma-
cológico del anestesiólogo, como son el vecuronio, el atracurio, el cisatracurio, el
rocuronio, el pancuronio y la succinilcolina, por mencionar algunos. A pesar de las
consideraciones propias de sus efectos colaterales, la succinilcolina sigue siendo
de gran utilidad en la intubación de secuencia rápida y en la terapia electroconvul-
siva, como se verá en los capítulos correspondientes. Cabe mencionar en este capí-
tulo que en México (1983) se desarrollaron los estudios de fase 3 sobre el vecuro-
nio, los cuales culminaron con su liberación para uso clínico en 1984.10,11
De los contravenenos, como les llamaban a las plantas que revertían los efectos
de los relajantes musculares, también hay historia. Podemos mencionar la base
del veneno jirou y eseré del delta del Níger. A mediados del siglo XIX Daniell,
un médico inglés, residente de Calabar (parte tropical de África Occidental), lle-
vó el haba de Calabar (Physostigma venenosum) a Inglaterra para estudiarla; 15
años más tarde Christioso y 23 años después Fraser y Argyll–Robertson reporta-
ron los primeros resultados de las investigaciones sobre sus propiedades farma-
cológicas. A finales del siglo XIX Jobst y Hesse aislaron un alcaloide puro, la ese-
rina, y lo denominaron fisostigmina.11
Está claro que no se han hecho progresos sustanciales en el área del antagonis-
mo neuromuscular. Hasta ahora la neostigmina es el agente anticolinesterásico
más empleado a nivel mundial, a pesar de sus efectos secundarios indeseables.12
Actualmente se continúa investigando al respecto; los últimos estudios han dado
paso al sugammadex,13,14 del cual se hablará en el capítulo correspondiente a los
antagonistas de los relajantes musculares.
En los últimos 60 años los anestesiólogos han aprendido mucho sobre el em-
pleo clínico de los relajantes musculares y se han desarrollado fármacos más se-
guros. En la sala de operaciones la vigilancia neuromuscular se ha convertido en
un aspecto casi universal y se han logrado progresos que incrementan el margen
de seguridad gracias a las técnicas de estimulación y monitoreo.
Ahora bien, para darle término al presente capítulo relataremos una leyenda
urbana15 concerniente al naciente estado de Mexica, cuyo pueblo provenía de un
éxodo de su patria natal, Aztlán. Esta historia más que científica se torna románti-
ca y un tanto mitológica; sin embargo, gira en torno a una flecha que no estaba
envenenada, pero que resultó ponzoñosa y que bien vale la pena mencionar: Huit-
zilihuitl (Pluma de Colibrí) había heredado el reinado de su padre, el heroico rey
Acamapichtli (Manojo de Castañas), muerto en 1391. Al morir la esposa de Huit-
Breve reseña histórica. Relajantes musculares 5
REFERENCIAS
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
7
8 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 2)
ANATOMÍA
TIPOS DE SINAPSIS
llegada del potencial de acción produce la apertura de los canales de Ca, regula-
dos por voltaje en la membrana presináptica. Debido al acentuado gradiente de
concentración de Ca a través de la membrana presináptica (la concentración ex-
terna de calcio es de aproximadamente 10–3 M, mientras que la concentración in-
terna de calcio es de aproximadamente 10–7 M), la apertura de estos canales pro-
duce un influjo rápido de Ca en la terminación presináptica. Este influjo hace que
la concentración citoplasmática de Ca2 en la terminación se eleve de un valor nor-
mal a un valor más alto. La elevación de la concentración presináptica de Ca per-
mite que las vesículas sinápticas se fusionen con la membrana plasmática de la
neurona presináptica, dado que este proceso es dependiente del calcio. La fusión
de las vesículas sinápticas hace que su contenido (los neurotransmisores) sea li-
berado en la hendidura sináptica. Luego de esta exocitosis los transmisores se di-
funden en toda la hendidura sináptica y se unen a receptores específicos sobre la
membrana de la neurona presináptica. Con la fijación del neurotransmisor a los
receptores se abren los canales de la membrana postsináptica. El flujo de la co-
rriente resultante inducido por el neurotransmisor altera el potencial de membra-
na de la neurona postsináptica, aumentando o disminuyendo la probabilidad de
que la neurona genere un potencial de acción.1–3
las vesículas al unirse con ellas. Las sinapsinas constituyen un grupo de proteínas
de la vesícula de acetilcolina, que las une al citoplasma y evita su movilización.
La fosforilación de la sinapsina I por parte de la proteína CaM–cinasa II (depen-
diente del calcio y la calmodulina) anula su afinidad por las vesículas sinápticas
e induce el desplazamiento y fusión de las vesículas de acetilcolina hacia la mem-
brana de la terminal nerviosa, produciéndose así la exocitosis de la acetilcolina
hacia la hendidura sináptica. El número de cuantos liberados se incrementa consi-
derablemente con los impulsos nerviosos aferentes y varía directamente con la
concentración extracelular de Ca2+ e inversamente con la concentración extrace-
lular de Mg2+.
La liberación de acetilcolina ocurre espontáneamente cuando la célula nervio-
sa está en reposo, liberándose en forma aleatoria uno o más cuantos de acetilcoli-
na a la hendidura sináptica; este fenómeno produce diminutas espigas de despola-
12 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 2)
Receptores extrasinápticos
Están fuera de la sinapsis neuromuscular; existen desde la etapa fetal y aun cuan-
do el nervio deja de ejercer su función trófica sobre la unión neuromuscular (le-
sión de motoneurona). Sufren una involución progresiva luego del nacimiento;
desaparecen aproximadamente a los 20 meses, siempre que no haya lesiones ner-
viosas, falta de movimiento o miopatías que determinen su función; cuando exis-
ten están alteraciones por más tiempo se ha encontrado que múltiples proteínas
interfieren con su función. Los receptores extrasinápticos no están usualmente
presentes en el músculo de los adultos sanos, pero son importantes en la medida
en que aparecen en los músculos que reciben una estimulación nerviosa menor
que la normal. Estos receptores inmaduros están presentes también en los infantes,
los neonatos y los pacientes con déficit neuronal; son mucho más sensibles que los
intrasinápticos a los agentes despolarizantes, pero menos sensibles a los agentes
no despolarizantes, por lo que los pacientes pueden tener una respuesta anormal
a ellos. Las subunidades que los componen son diferentes a las de los receptores
postsinápticos, al igual que su sensibilidad y su tiempo de apertura.
Receptores presinápticos
Receptores postsinápticos
contiene cuatro dominios, denominados M1, M2, M3 y M4. Los receptores fetal
y extraunional contienen cinco subunidades: dos a, una b, una g, y una d, mien-
tras que el receptor desarrollado o adulto está formado por dos subunidades a,
una b, una g y una e. Sólo las subunidades a contienen la secuencia que reconoce
la ACh. Todas las subunidades tienen una conformación geométrica molecular
muy semejante y se unen entre sí por cadenas proteicas. Los dominios M2 de cada
una de las cinco subunidades se disponen de tal forma que se unen en el centro
del receptor para formar el canal iónico.
El receptor nicotínico de la ACh existe en tres estados funcionales: cerrado,
abierto y desensibilizado. En su estado abierto conduce iones, contrario a lo que
ocurre en el cerrado o desensibilizado. Durante el ciclo de transición entre uno
y otro estado los receptores, que están en estado de reposo, se unen a dos molécu-
las de ACh y se isomerizan al estado abierto; si continua la unión con la ACh u
otro ligando agonista se desensibilizan y el canal permanece cerrado.
Cada receptor tiene dos sitios de unión para el ligando, los cuales están ubica-
dos en la conexión de las subunidades a– e y a– d. La forma del canal es más
amplia en el vestíbulo extracelular y se estrecha hasta tomar dimensiones iónicas
en su base. Los residuos proteicos esenciales para la selectividad iónica se en-
cuentran en las capas más cercanas al extremo que está en contacto con el cito-
plasma del segmento M2.
La unión de las dos moléculas de ACh con los dos sitios del receptor de las dos
subunidades a ocasiona un cambio en la conformación geométrica del receptor,
que es responsable tanto de la selectividad por determinados iones como de la
apertura de la compuerta del canal después de la unión con el ligando. Aunque
el canal está cerrado en los estados de reposo y de desensibilización, las pruebas
indican que la estructura en ambos estados es diferente, siendo más amplia la
compuerta en el estado desensibilizado que en el de reposo. La ausencia de ACh
en los sitios de unión hace que las cinco subunidades se acoden para cerrar el ca-
nal en la cara interna de la membrana, y la presencia de este ligando hace que las
subunidades se alineen para abrir paso a los iones de Na+ y K+.
dos con proteínas que constituyen 1% del genoma humano. Las enfermedades del
canal del ion se llaman canalopatías y se reconocieron por primera vez en 1989;
se ven reflejadas en la placa neuromuscular:
1. Las mutaciones en la región promotora de un gen del canal iónico pueden
dar lugar a una inexpresión o sobreexpresión de proteínas del canal.
2. Las mutaciones en la región de codificación de un gen del canal iónico pue-
den dar lugar a una ganancia o una pérdida de función del canal.
3. Las mutaciones con genes que codifican para las moléculas reguladoras o
de las vías que conduzcan a moléculas reguladoras pueden conducir a de-
fectos de la regulación del canal y de su actividad intracelular o extracelular
de ligandos o moduladores.
4. Los anticuerpos para canales de las proteínas pueden dar una baja regula-
ción o una alta regulación de la función del canal.
5. Los canales iónicos pueden actuar como agentes letales para formar gran-
des poros no selectivos en las células objetivo; su meta principal es la lisis
celular o la muerte.
Entre algunas de las enfermedades debidas a mutaciones en los canales de K+ que
se han identificado se incluyen la ataxia episódica tipo 1, el síndrome de Ander-
son y la neuromiotomía, entre otras. La influencia de los canales de K+ se reduce
a una prolongada caída de la repolarización o fase de potencial de acción; esta
pérdida de función de la mutación induce disparos repetitivos en el nervio, cau-
sando una excesiva y no reglamentada liberación de neurotransmisores en la
unión neuromuscular.
En las alteraciones por mutaciones de los canales de Cl se observa una dismi-
nución de su flujo. En el músculo esquelético en condiciones normales el flujo
de los canales de Cl representa de 70 a 80% de la conductancia de la membrana
en reposo, con los defectos en los canales de Cl y la afluencia menor de éste, así
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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3
Relajantes musculares de
mayor uso en México
Eduardo Homero Ramírez Segura, Miguel Gutiérrez Hernández
agentes relajantes musculares; ningún relajante muscular es mejor que otro; cada
uno tiene un comportamiento único dado por sus propiedades farmacodinámicas
y farmacocinéticas, y simplemente cada uno tiene sus indicaciones precisas de
acuerdo con el paciente en particular. Esta particularidad está dada por condicio-
nes como la edad, las patologías concomitantes (neuropatías, cardiopatías, insu-
ficiencia renal, estado metabólico, fiebre, etc.), la interacción medicamentosa
con los medicamentos de base o bien con los propios del manejo anestésico,1 el
tiempo y el tipo de procedimiento quirúrgico, el tipo de monitoreo transanesté-
sico y hasta el tiempo de ayuno; todas estas condiciones son importantísimas para
la elección de uno u otro relajante muscular.
17
18 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 3)
RELAJANTES DESPOLARIZANTES
Succinilcolina
RELAJANTES NO DESPOLARIZANTES
Aminoesteroideos
Todos los relajantes del grupo esteroideo son derivados del androstano con radi-
cales aminovariables, por lo que tienen muchas características farmacocinéticas
comunes; las pequeñas diferencias estructurales provocan grandes cambios en la
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Pancuronio
Vecuronio
Rocuronio
(2xDE90) las condiciones de intubación son buenas a los 60 seg, comparadas con
las obtenidas con la succinilcolina.16 Su baja potencia es uno de los factores que
influyen en el tiempo de latencia y comienzo de acción tan rápido que posee,
puesto que al necesitar mayor número de moléculas (ley de acción de masas y
gradiente de concentraciones) ocupa porcentualmente un mayor número de re-
ceptores, inhibiendo la transmisión neuromuscular antes que los RMND de alta
potencia (que necesitan menos moléculas para producir su efecto). Esta acción
precoz sobre la musculatura laríngea le proporciona la peculiaridad de ser el
RMND de menor tiempo de inicio de acción de todos los disponibles en la actua-
lidad. En México está disponible en la presentación de EsmeronR 10 mg/mL
(frasco de 50 mg/5 mL).
Bencilquinoleínas
Atracurio
Cisatracurio
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4
Fármacos antagonistas de los
bloqueadores neuromusculares
Érika León Álvarez
23
24 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 4)
(2003) reportó una incidencia de 45% de parálisis residual en pacientes que in-
gresan en la unidad de cuidados posanestésicos (UCPA). Un estudio demostró
que muchos médicos desconocen en qué consiste una adecuada recuperación del
bloqueo neuromuscular.4 Los problemas antes mencionados se imputan a dos
factores principales:
FARMACOLOGÍA COLINÉRGICA
Acetil–CoA
+ CH3
Colina HO—CH2—CH2—+N—CH3
CH3
Acetiltransferasa
de colina CH3
Acetilcolina CH3—C—O—CH2—CH2—+N—CH3
O CH3
Acetilcolinesterasa
O
Acetato CH3—C—OH
+
Colina
Figura 4–1. Síntesis e hidrólisis de la acetilcolina.
Pulmones Constricción
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
bronquial
Intestino Tono y
motilidad
Nervio
pélvico
Relajación del
Vejiga esfínter
Contracción
del detrusor
Nicotina
N
N
CH3
Muscarina
HO
CH3
H 3C CH2 +N CH3
O
CH3
H 3C CH2 CH2
O
N O
+
H 3C CH3 C CH3
Enzima
– +
MECANISMO DE ACCIÓN
Sin embargo, la duración clínica del efecto inhibidor de la AChE quizá dependa
más de la tasa de eliminación del fármaco del plasma.6
Los organofosfatos, otra clase de inhibidores de la AChE, forman enlaces muy
estables e irreversibles con la enzima. El uso de estos fármacos —como el ecotio-
fato— para tratar el glaucoma puede producir una prolongación significativa del
bloqueo de la succinilcolina, ya que también inhiben la seudocolinesterasa (coli-
nesterasa plasmática).
Paradójicamente, los inhibidores de la AChE en dosis excesivas pueden poten-
ciar un BNM no despolarizante. Además, estos fármacos prolongan el bloqueo
por despolarización de la succinilcolina, debido a un aumento en la ACh, que in-
crementa la despolarización de la placa terminal motora, así como por inhibición
de la actividad de la seudocolinesterasa.6 De hecho, las anticolinesterasas com-
parten algunas propiedades fisiológicas con la succinilcolina, como fasciculacio-
nes y aumento en la sacudida muscular. Es por ello que se recomienda usarlas con
precaución en pacientes que tienen contraindicación absoluta para la administra-
ción de succinilcolina (miotonías, distrofias musculares, sección medular y en
pacientes con quemaduras extensas).8
En vista de la distribución generalizada de las neuronas colinérgicas, no es de
extrañar que los agentes anti–ChE hayan recibido, como grupo, una aplicación
extensa como agentes tóxicos en forma de insecticidas agrícolas y de gases ner-
viosos de la guerra química. La toxicidad extrema de estos compuestos se debe
a la inactivación irreversible de la AChE, lo cual dio por resultado una actividad
inhibidora duradera.9
Fármacos antagonistas de los bloqueadores neuromusculares 29
CH3
H 3C
O—C—N—CH3 +
H 3C N OH
N N O H H 3C
CH3 CH3
Fisostigmina Edrofonio
CH2—N+—CH2CH2—N—C—C—N—CH2CH2—N+—CH2
C 2H 5 H O O H C 2H 5
Ambenonio
DURACIÓN DE ACCIÓN
Insuficiencia renal
12 300
10 10
8 8 200
6 6
4 4 100
2 2
0 0 0
E N P E N P E N P
Figura 4–6. Comportamiento de los anticolinesterásicos en pacientes con insuficiencia
renal. E: edrofonio; N: neostigmina; P: piridostigmina.
DOSIS
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La dosis de anti–ChE depende del grado de BNM que se esté revirtiendo. Su cál-
culo se hace con base en la respuesta a la estimulación del nervio periférico. En
el cuadro 4–3 se incluye el anti–ChE adecuado según el número de respuestas del
TOF. Como regla, ningún anti–ChE, sin importar la cantidad, puede revertir de
inmediato un bloqueo tan intenso que no haya una respuesta a la estimulación te-
tánica de nervios periféricos; de hecho, la dosis excesiva puede prolongar el res-
tablecimiento.
El tiempo necesario para revertir por completo un bloqueo no despolarizante
depende de varios factores: elección y dosis del anti–ChE administrado, farma-
cocinética y farmacodinamia del FBNM a revertir.12 La reversión de edrofonio
es más rápida que la de la neostigmina; la reversión es directamente proporcional
a la dosis de anti–ChE; los relajantes de acción intermedia revierten más rápido
32 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 4)
que los de acción prolongada y el bloqueo superficial es más fácil de revertir que
el bloqueo profundo (altura de contracción < 10%). Por lo tanto, los FBNM de
acción corta e intermedia requieren dosis más bajas de anti–ChE (para el mismo
grado de bloqueo) que los de acción prolongada. Estas ventajas se pueden perder
en los pacientes con insuficiencia renal o hepática. Los factores asociados con la
reversión más rápida se relacionan con una incidencia más baja de parálisis resi-
dual en la UCPA y menor riesgo de complicaciones respiratorias posoperatorias.
Aunque el tiempo de recuperación de la función neuromuscular no depende
de forma importante del momento en el cual se intentó la reversión, se recomien-
da iniciar ésta hasta que haya al menos alguna evidencia de recuperación espontá-
nea (es decir, una altura de contractura de 10%). Generalmente la recuperación
espontánea del BNM es más rápida en los niños de 1 a 10 años de edad que en
los adultos; asimismo, la dosis es menor en los infantes y en los niños.
PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS
Los principales efectos de los agentes anti–ChE que tienen importancia clínica
se relacionan con los ojos, el aparato gastrointestinal y la unión neuromuscular
del músculo estriado:
Atonía del músculo liso del tubo digestivo y de la vejiga (en el tratamiento de am-
bos trastornos el agente más eficaz es la neostigmina), glaucoma y miastenia gra-
vis; su principal uso clínico es como antagonista de los efectos de los fármacos
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Los fármacos como las fenotiazinas, los antihistamínicos y los antidepresivos tri-
cíclicos tienen actividad anticolinérgica central y periférica; la fisostigmina es
útil para eliminar el síndrome anticolinérgico central producido por sobredosifi-
cación o una reacción insólita a estos fármacos; sin embargo, elimina otros efec-
tos tóxicos de los antidepresivos tricíclicos y las fenotiazinas. Además, el fárma-
co puede desencadenar actividad convulsiva (valorar riesgo–beneficio), puesto
que cruza la BHE.
36 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 4)
Enfermedad de Alzheimer
Neostigmina
Estructura física
Dosis
Consideraciones clínicas
plasma).14 Los pacientes pediátricos y los de edad avanzada tienen mayor sensi-
bilidad a sus efectos, pues presentan un inicio más rápido con dosis menores. La
duración de acción en los pacientes geriátricos es prolongada. Suzuki y col.14
mostraron que en los pacientes con sobrepeso (IMC < 30 ) y obesos (IMC > 30)
el tiempo total de recuperación posterior a la administración de 0.04 mg/kg de
neostigmina es mayor, en comparación con los pacientes con un peso normal, uti-
lizando vecuronio a 0.1 mg/kg sobre la basal del peso real de los pacientes. En
este tipo de pacientes se justifica la administración de dosis máximas de neostig-
mina (0.07 a 0.08 mg/kg), para antagonizar el BNM con mayor rapidez que con
dosis pequeñas. En contraste con el vecuronio, el BNM inducido por atracurio
es rápidamente antagonizado por la neostigmina, aun si el atracurio (calculado
a peso real) se administró en pacientes obesos.
Se ha usado neostigmina (de 50 a 100 mg) como coadyuvante de anestesia sub-
aracnoidea para prolongar el bloqueo sensitivo y motor, quizá por inhibición del
metabolismo de ACh en la médula espinal. Sin embargo, los efectos indeseables
son náuseas, vómito, incontinencia fecal, reversión incompleta en bloqueos resi-
duales profundos, sequedad de mucosas,15,16 mayor estancia en la UCPA y bradi-
cardia resistente a atropina en dosis mayores (200 mg).3 Su efecto sobre la náusea
y el vómito posoperatorios es controversial. Se ha reportado17 que la incidencia
de éstos es menor cuando se combina neostigmina con atropina que cuando se
combina con glicopirrolato. El metaanálisis realizado por Cheng18 contrasta con
el de Tramér19, quien en su metaanálisis concluye que la neostigmina en dosis
mayores de 2.5 mg aumenta la incidencia de NVPO. El análisis de regresión lo-
gística realizado por Cheng también encontró que la atropina se asocia con un
riesgo bajo, estadísticamente significativo, para náusea posoperatoria, mientras
que el glicopirrolato no. Según estos resultados, hipotéticamente podemos decir
que la atropina es mejor antiemético que el glicopirrolato, tal vez por su efecto
anticolinérgico central; sin embargo, no hay un consenso y lo más importante es
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Piridostigmina
Dosis
Consideraciones clínicas
Edrofonio
Dosis
El edrofonio tiene una potencia inferior de una décima a una duodécima parte de
la neostigmina.11 La dosis recomendada es de 0.5 a 1.0 mg/kg.
Consideraciones clínicas
Fisostigmina
Estructura física
Es una amina terciaria que tiene un grupo carbamato, pero no amonio cuaterna-
rio; por lo tanto, es liposoluble y constituye el único anti–ChE disponible para
uso clínico, el cual pasa de manera libre la BHE. Esta propiedad limita su uso
como un agente anti–ChE.
Se absorbe con facilidad en el sistema digestivo, el tejido celular subcutáneo
y las mucosas. La instilación conjuntival quizá genere efectos sistémicos si no
se toman medidas (p. ej., presión sobre el canto interno) para prevenir su absor-
ción por parte de la mucosa nasal. Su metabolismo ocurre por hidrólisis efectuada
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por esterasas plasmáticas; la excreción renal desempeña sólo una función de me-
nor importancia en su eliminación. En el ser humano la dosis de 1 mg inyectada
por vía subcutánea se destruye casi en su totalidad en dos horas.
Dosis
Consideraciones clínicas
Los factores que alteran la reversión de los BNM no despolarizantes son la acido-
sis respiratoria, el BNM intenso, las alteraciones electrolíticas (hipermagnese-
mia, hipocalemia e hipocalcemia), las interacciones farmacológicas, la alcalosis
metabólica (por hipocalemia e hipocalcemia acompañantes) y la hipotermia se-
vera.6 La velocidad de conducción nerviosa en voluntarios sanos se retarda apro-
ximadamente 2 m/seg/_C de reducción de la temperatura en rangos de temperatu-
ra de 36 a 26 _C. Una adecuada reversión del BNM inducido con vecuronio puede
ser muy tardada ante la presencia de hipotermia prolongada (> 30 min), aun cuan-
do la neostigmina se administre con 10% de recuperación espontánea. Sin embar-
go, la hipotermia no cambia el aclaramiento plasmático (696 mL/min), que es el
máximo efecto o duración de acción de la neostigmina. Por consiguiente, es pro-
bable que el retardo en la reversión del BNM en pacientes hipotérmicos ocurra
porque la concentración plasmática del fármaco BNM disminuye muy lentamen-
te.20
Cuando se antagoniza en demasía la anticolinesterasa en ocasiones también
se requieren reactivadores de ésta. El cloruro de pralidoxima (protopam chloride)
es el único reactivador de la AChE con que se cuenta en la actualidad; se puede
obtener en presentaciones oral y parenteral. Otros reactivadores de la AChE son
el cloruro de obidoxima (ToxogoninR), su análogo, el cloruro de trimedoxima
(TMB–4), y la diacetilmonooxima. Los primeros dos agentes son más potentes
que la pralidoxima, mientras que la diacetilmonooxima cruza la BHE. Las oxi-
mas no son eficaces para antagonizar la toxicidad de los inhibidores carbamoiles-
téricos, y ,como la actividad anti–ChE de la propia pralidoxima es débil, aquéllas
no se recomiendan para el tratamiento de la sobredosis de neostigmina o fisostig-
mina y están contraindicadas en la intoxicación por carbaril.
Fármacos antagonistas de los bloqueadores neuromusculares 41
Sugammadex
Estructura química
soluble en agua con una larga cavidad hidrófoba que asegura la encapsulación de
FBNM esteroideos, especialmente rocuronio. La estabilidad del complejo rocu-
ronio–sugammadex es el resultado final de fuerzas intermoleculares (van der
Waals), incluidas interacciones termodinámicas (uniones de hidrógeno) e hidro-
fóbicas.23 El peso molecular del sugammadex es de 2178.01. Este fármaco cons-
tituye el primer agente selectivo de unión a relajantes.5
Mecanismo de acción
Ejerce sus efectos al formar complejos muy estrechos en una relación 1:1 con
FBNM del tipo esteroideo (rocuronio > vecuronio > pancuronio) (figura 4–9).
Estos complejos están en equilibrio con una muy alta tasa de asociación y una
muy baja tasa de disociación, por lo que el complejo de unión es fuerte.
42 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 4)
NaO2C
S CO2Na
NaO2C O S
O
S O OH O
O
OH HO HO
OH O
HO
O OH S CO2Na
OH O
O HO
S
NaO2C OH HO O
O OH
HO
OH OH O
O OH O S
S O
O
CO2Na
NaO2C S
CO2Na
A B
Dosis
Efectos secundarios
Futuras aplicaciones
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5
Relajantes neuromusculares
en el trasplante hepático
Jorge Alberto González Salazar
INTRODUCCIÓN
49
50 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 5)
FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA
DE LOS RELAJANTES NEUROMUSCULARES
Succinilcolina
RELAJANTES NEUROMUSCULARES
NO DESPOLARIZANTES
Vecuronio
Rocuronio
Cuadro 5–1.
RNM Dosis t½a t½b Vc Vdss Cl (mL/kg/
(mg/kg) (min) (min) (mL/kg) (mL/kg) min)
Pancuronio
S Adultos 0.1 a 0.25 3 a 13 110 a 190 50 a 122 178 a 290 0.8 a 0.3
S Renales 0.06 a 0.08 12 a 18 258 a 489 117 a 135 296 0.28 a 0.75
S Cirróticos 0.08 a 0.25 5.6 a 23.7 208 a 224 120 a 173 425 1.45 a 1.47
Rocuronio
S Adultos 0.06 2.07 29 82 " 38 220 " 43 5.1 " 7.1
S Cirróticos 2.2 97 272 2.3
Vecuronio
S Adultos 0.1 a 0.15 7 52 116 " 62 328 " 190 7.1 " 2.4
S Renales 11 83 109 241 3
S Cirróticos 6.3 84 91 253 2.73
Atracurio
S Adultos 0.4 a 0.5 1.5 20.6 60 130 a 175 5.9
S Renales 3.4 23.7 86 224 6.7
S Cirróticos 3.7 24.5 104 280 8
Cisatracurio: 0.1
RNM: relajante neuromuscular; Vc: volumen de distribución central; Vdss: volumen de distribución
en estado estable; Cl: depuración; T½a: vida media alfa; T½b: vida media beta.
Relajantes neuromusculares en el trasplante hepático 53
Atracurio
Es un RNM del grupo de las bencilisoquinolinas de duración intermedia. Los me-
canismos mediante los cuales se metaboliza incluyen eliminación mediante la
reacción de Hoffmann e hidrólisis éster. La primera consiste en un proceso de de-
gradación espontánea a temperatura y pH fisiológicos, dando lugar a dos metabo-
litos: la laudanosina y el acrilato monocuaternario. En los pacientes con insufi-
ciencia hepática o renal no se observa una prolongación significativa del bloqueo.
En cuanto a la hidrólisis éster, se lleva a cabo por esterasas plasmáticas inespecífi-
cas, dando lugar a dos metabolitos: el alcohol y el ácido cuaternario, los cuales,
a su vez, se transforman en laudanosina mediante la eliminación de Hoffmann.
La laudanosina es una sustancia neurotóxica que es depurada por el hígado; de
acuerdo con Pittet JF y col., se han observado elevaciones mayores de dos veces
en cerdos sometidos a trasplante hepático, en comparación con un grupo control
que no fue sometido a trasplante, lo cual indica que su metabolismo y eliminación
dependen de la función hepática.13
En pacientes que serán sometidos a trasplante hepático el uso de atracurio pro-
porciona indudables ventajas, pues gracias a su mecanismo en estos pacientes no
se presentan alteraciones farmacocinéticas de consideración, por lo que el blo-
queo neuromuscular no se prolonga más que en otros casos. No obstante, durante
la fase anhepática disminuyen sus necesidades, debido a la disminución en la de-
gradación por la hipotermia y la acidosis. Una vez iniciada la fase neohepática
se observa un aumento de sus necesidades, pues se recupera la función hepática
y se corrigen la acidosis y la hipotermia, según Farman y col.14
Relajantes neuromusculares en el trasplante hepático 55
Cisatracurio
Pancuronio
CONCLUSIÓN
Los acontecimientos importantes durante el THO, como son los cambios agudos
de volumen, el gasto cardiaco, el equilibrio ácido–base y los electrólitos, conlle-
van un efecto prolongado de los relajantes neuromusculares. En el caso del atra-
curio y del cisatracurio sólo disminuyen sus necesidades en periodos de acidosis
e hipotermia, lo cual hace que estos dos últimos RNM representen una mayor uti-
lidad durante el THO.
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58 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 5)
6
Uso de los relajantes musculares en
las enfermedades neuromusculares
Ricardo Flores Hernández, Óscar Sánchez Escandón
INTRODUCCIÓN
59
60 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 6)
CONSIDERACIONES GENERALES
Valoración preoperatoria
Apoyo psicológico
Es muy importante debido a que la mayoría de los pacientes presentan alteracio-
nes emocionales al conservar una función intelectual normal y ser conscientes de
su progresivo deterioro motor.
Interacciones farmacológicas
Muchos pacientes reciben de forma crónica tratamientos que pueden interactuar
con los fármacos anestésicos:
Antidepresivos tricíclicos
La amitriptilina, la imipramina, la doxepina, la desipramina y la nortriptilina po-
tencian la acción de la noradrenalina en el sistema nervioso central (SNC), previ-
niendo su recaptación en las terminaciones nerviosas simpáticas posgangliona-
res. Durante el tratamiento pueden provocar la aparición de arritmias, hipotensión
ortostática y crisis hipertensivas que ceden con los bloqueadores alfaadrenérgi-
cos (fentolamina), además de sedación y efectos anticolinérgicos.
El tratamiento no debe ser suprimido de manera preoperatoria, pero se deben
prever las posibles interacciones farmacológicas.1 La mayor disponibilidad de
noradrenalina en el SNC puede, en teoría, incrementar los requerimientos anesté-
sicos (aunque es poco probable) y provocar crisis hipertensivas tras la administra-
ción de los fármacos vasoactivos indirectos (efedrina), por lo que, si se necesita
emplear un vasopresor, se indican los vasopresores directos (metoxamina o fenile-
frina); por desgracia, en México no se cuenta con la forma liofilizada de la última.
El tratamiento crónico puede alterar la respuesta al pancuronio, probablemen-
te por sus efectos anticolinérgicos o simpáticos. En teoría, la ketamina podría pro-
ducir efectos adversos similares. La dosis de adrenalina exógena necesaria para
provocar arritmias durante la anestesia con inhalatorios puede estar disminuida.
Los depósitos cardiacos de catecolaminas pueden estar depletados en los trata-
mientos prolongados, por lo que los efectos depresores cardiacos de los anestési-
cos pueden ser mayores. La probabilidad de delirio y confusión en el posoperato-
rio es importante, debido a la suma del efecto anticolinérgico de estos fármacos
y los anticolinérgicos centrales que se utilizan como premedicación.
Anticonvulsivantes
La medicación anticomicial tampoco se debe suspender antes de la operación.
El fenobarbital aumenta la biotransformación de los anestésicos por estimula-
ción de las enzimas microsomales hepáticas; esta inducción enzimática nos hará
prever un menor efecto del anestésico.
La fenitoína y la carbamazepina reducen casi 50% la duración del bloqueo
neuromuscular conseguido con pancuronio y vecuronio, con lo cual se afecta me-
nos la duración del atracurio.2,3 Cuando se asocia otro anticonvulsivante a la feni-
toína también se acorta el bloqueo inducido por el atracurio.4 En cambio, la admi-
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Valoración intraoperatoria
Aspectos generales
Valoración posoperatoria
Manifestaciones clínicas
Consideraciones anestésicas
de los casos coexistían la presencia de una hernia discal lumbar, tumores espina-
les o problemas relacionados directamente con la técnica anestésica. Sin embar-
go, los estudios20 reportan el uso de anestesia epidural lumbar para intervencio-
nes infraumbilicales, evitando un bloqueo sensitivo superior a T6 (para mantener
una tos eficaz). Consideran que tienen mayor riesgo la anestesia general y la ad-
ministración de RM que la anestesia epidural para intervenciones del abdomen
inferior o de los miembros inferiores.
Enfermedades desmielinizantes
Manifestaciones clínicas
reacción con la luz; asimismo, las alteraciones del movimiento ocular incluyen
diplopía y nistagmus, y en la sensibilidad al calor se aprecia un aumento de la
temperatura corporal tan pequeño como 0.5 _F, la cual puede, sin embargo, agra-
var los síntomas.21 No se conoce la causa, pero es probable que el aumento de
temperatura origine un bloqueo completo de la conducción en las fibras desmieli-
nizadas,1 caracterizado por exacerbaciones y remisiones de los síntomas con in-
tervalos impredecibles e inicio variable. Lo más frecuente es que se desarrollen
en pocos días y mejoren en semanas o en meses. Ocasionalmente persisten sínto-
mas residuales durante la remisión. En otros pacientes el curso es más benigno
y se presentan episodios de desmielinización infrecuentes seguidos de remisio-
nes prolongadas o incluso permanentes. Algunos factores, como el estrés emo-
cional (incluido el estrés perioperatorio), las infecciones, la fiebre y los trauma-
tismos, pueden exacerbar los síntomas y convertir las lesiones subclínicas en
66 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 6)
Tratamiento
No existe un tratamiento etiológico, pero hay que evitar los factores que pueden
exacerbar los síntomas. El estrés que produce la cirugía puede ser excesivo, por
lo que las intervenciones electivas son escasas.
Tratamiento sintomático
Consideraciones anestésicas
El paciente puede llegar al quirófano por una patología urgente o para resolver
algunas de las complicaciones de la enfermedad (rizotomías, implantación de
electrodos extradurales, cirugía ortopédica, etc.).
Preoperatorio
Es importante prever los efectos que el periodo perioperatorio puede tener en los
síntomas, pues independientemente del tipo de anestesia seleccionada es proba-
ble que se produzca una reagudización.1 Se han implicado tanto la cirugía como
la anestesia; sin embargo, sólo se obtuvo evidencia cuando se presentó fiebre.26
El curso impredecible de la enfermedad puede originar una asociación incorrecta
entre una reagudización y el periodo perioperatorio. Si la intervención es progra-
mada se aconseja realizarla en el periodo de remisión y con el paciente afebril.
Cuando el paciente está en tratamiento con corticoides se debe suplementar con
hidrocortisona en dosis de 100 mg por vía IV cada 4 a 6 h.27
S Alteraciones hepáticas.
Transoperatorio
dosis menores que las habituales y evitar técnicas que incluyan grandes dosis de
anestésicos (p. ej., la anestesia regional intravenosa).28 Dado que los opiáceos no
son neurotóxicos su empleo está más indicado en estos pacientes que el de anesté-
sicos locales.
Posoperatorio
Se debe realizar una evaluación neurológica para detectar precozmente una recaí-
da e iniciar un tratamiento precoz, aunque una recaída, por sí misma, no empeora
el pronóstico.27 Es importante reconocer y tratar precozmente cualquier aumento
de la temperatura.
Siringomielia
Manifestaciones clínicas
Los signos clínicos corresponden a un síndrome medular central con afectación
de la médula cervical superior. Se produce pérdida sensitiva, habitualmente de
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Tratamiento
Las técnicas quirúrgicas aportan un beneficio limitado. El abordaje depende de
la presencia o ausencia de una malformación de Arnold–Chiari asociada.38 Si
70 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 6)
Consideraciones anestésicas
Enfermedad de Parkinson
Anticolinérgicos
Son útiles, sobre todo para el temblor. Se utilizan trihexifenidilo (ArtaneR), ben-
zotropina (CogentínR), biperidén (AkinetónR) y prociclidina.
Aumento de dopamina
Levodopa
La dopamina exógena no atraviesa la barrera hematoencefálica, pero sí lo hace
su precursor inmediato (levodopa), que se convierte en el SNC en dopamina me-
diante la enzima decarboxilasa. Se administra en combinación con un inhibidor
72 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 6)
Amantadina
Libera dopamina en las terminaciones presinápticas. Los efectos colaterales in-
cluyen retención urinaria y edema secundario, depresión y estado confusional
agudo. Tratamiento quirúrgico: cirugía estereotáxica.
Consideraciones anestésicas
Es una enfermedad importante desde el punto de vista anestésico, porque la anes-
tesia geriátrica cada vez es más frecuente y es en los ancianos donde prevalece
la enfermedad. Se sabe que la anestesia general se asocia con cambios en la activi-
dad dopaminérgica, pero no se conoce su implicación a nivel práctico, por lo que
el manejo anestésico se basa fundamentalmente en el conocimiento del estado
general del paciente, del tratamiento y de sus efectos secundarios.1,20 No existe
contraindicación absoluta para algún tipo de técnica anestésica.
Preoperatorio
La levodopa se debe mantener en el periodo perioperatorio. La vida media de eli-
minación es corta, por lo que la interrupción del tratamiento más de 6 a 12 h puede
ocasionar un cuadro de rigidez43 que puede interferir con una adecuada ventila-
ción. También se han descrito episodios de temblor en pacientes sometidos a
anestesia regional44 por retraso en la administración del fármaco, por lo que se
recomienda la administración de levodopa oral la mañana de la cirugía a la hora
habitual y repetirla durante la cirugía si la intervención es lo suficientemente lar-
ga. Esta coordinación proveerá la máxima protección transoperatoria y posope-
ratoria de exacerbaciones de la enfermedad. Por otra parte, la suspensión brusca
de levodopa puede desencadenar el síndrome neuroléptico maligno.
Además, estos pacientes tienen mayor riesgo de padecer laringoespasmo,45
cuya incidencia disminuye si se administra la medicación en el periodo periope-
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Anestesia general
La disminución del volumen intravascular, la depleción de los depósitos de nora-
drenalina y la alteración del SNA pueden manifestarse como hipotensión durante
74 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 6)
Anestesia regional
Posoperatorio
Cirugía estereotáxica
Neuropatías periféricas
Distrofia muscular
Existe otro tipo de distrofias cuyas manifestaciones son más localizadas y afectan
a grupos musculares particulares:
tempranas son más severas y los pacientes quedan confinados a silla de rue-
das alrededor de los 10 años de edad.
S Distrofia oculofaríngea: es una enfermedad autosómica dominante que in-
volucra el cromosoma 14q11, a causa de una repetición anormal del trinu-
cleótido (GCG). Su presentación ocurre entre los 30 y los 45 años de edad
y se caracteriza por ptosis palpebral de lento progreso, disfagia y disfonía.
En este tipo de distrofias no existe una opinión generalmente aceptada sobre las
indicaciones o contraindicaciones precisas del uso de los relajantes musculares;
la respuesta parece ser normal principalmente en las etapas iniciales de la enfer-
medad, cuando aún no existe compromiso de mayores grupos musculares. Sin
embargo, se debe tener mucha precaución con la succinilcolina, debido a un ma-
yor riesgo de hipercalemia, rabdomiólisis e hipertermia.104–106
Miotonías
Miotonía es el término descriptivo utilizado para definir una condición clínica
donde existe una relajación anormal del músculo esquelético posterior a una con-
tracción. Desde el punto de vista electromiográfico, las descargas miotónicas tie-
nen un sonido característico, que es similar al generado por el motor de una moto-
cicleta y es provocado por la tendencia de los potenciales de acción muscular a
aumentar y disminuir en amplitud y frecuencia. La miotonía es resultado de una
alteración intrínseca del músculo más que de la motoneurona o de la unión neuro-
muscular, y es causada por anormalidades genéticas a nivel de los diversos cana-
les iónicos, como es el caso de la miotonía congénita, cuya alteración se encuen-
tra en el gen que codifica para el canal del cloro en el cromosoma 7. En la
paramiotonía congénita está alterado el gen del canal iónico del sodio, que codifi-
ca el cromosoma 17 en el caso de la distrofia miotónica o enfermedad de Steiner,
cuyo gen se localiza en el cromosoma 19q13 y el cual codifica la miotonina prote-
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incinasa.
Entre las complicaciones anestésicas en los pacientes con distrofia miotónica
están el aumento en la sensibilidad a los anestésicos y a los relajantes musculares,
así como las afecciones cardiopulmonares. La exacerbación de la miotonía se
puede presentar con bajas temperaturas corporales y con los relajantes muscula-
res despolarizantes; se recomienda el uso de los RMND de duración corta o inter-
media (atracurio, vecuronio y mivacurio).107–115
En síntesis, en relación con las enfermedades neuromusculares y el uso de re-
lajantes musculares se deben tomar las siguientes consideraciones:
De preferencia usar relajantes musculares no despolarizantes.
a. Utilizarlos en ciertas condiciones y en algunos casos evitar los relajantes
musculares despolarizantes.
82 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 6)
b. Usar los relajantes musculares de acción corta o intermedia, así como dosis
bajas de los mismos durante tiempos no prolongados.
c. Tener en cuenta ciertos factores de riesgo que agraven la enfermedad neuro-
muscular: falla multiorgánica, hipertermia, medicamentos (esteroides,
aminoglucósidos, tetraciclinas, clindamicina, quinidina, procainamida, be-
tabloqueadores, antagonistas de los canales de calcio, furosemida, magne-
sio y agentes anestésicos inhalados) y alteración de las enzimas musculares.
d. Tomar en consideración la presencia de compromiso cardiopulmonar aso-
ciado con la enfermedad de base o como complicación médica.
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7
Bloqueadores neuromusculares
en el paciente quemado
Raúl Carrillo Esper, Thania Medrano del Ángel,
Gabriela Andrade Montes de Oca
La piel es uno de los órganos más extensos del cuerpo humano. Produce un manto
de evaporación que permite la regulación térmica y un manto ácido que protege
de gérmenes y hongos. Una persona de 70 kg tiene 1.80 m2 de piel que pesa 4.2
kg; constituye 6% del peso corporal y recibe 30% del gasto cardiaco.1
Las quemaduras se definen como un traumatismo térmico producido por la
transferencia de calor hacia los tejidos;2–5 ocurre cuando la liberación de energía
térmica que se produce por distintos agentes resulta superior a la normal del cuer-
po y es recibida por el organismo, provocando daños en los tejidos y los órganos
adyacentes.6
INCIDENCIA
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
87
88 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 7)
Según una encuesta efectuada por el Instituto Nacional del Quemado (INAQ),
en el año 2000 la tasa nacional promedio de quemaduras fue de 107.26 por cada
100 000 habitantes, de los cuales 5.7% requirieron algún tipo de procedimiento
quirúrgico, como cirugía de urgencia y procedimientos reconstructivos.
CLASIFICACIÓN
Las causas más frecuentes de quemaduras ocurren por causas químicas y físicas,
entre las que destacan la escaldadura, los líquidos inflamables, diversas sustan-
cias químicas —como los álcalis—, el fuego directo y las explosiones (cuadro
7–1).
El anestesiólogo tiene un importante papel en el grupo multidisciplinario que
atiende al enfermo quemado, colaborando en las siguientes fases de atención:
elección del procedimiento o manejo anestésico (regional, sedoanalgesia y gene-
ral) y tipo de fármacos y anestésicos.
Los procedimientos quirúrgicos en el quemado son múltiples, entre los que
destacan los lavados para desbridación de tejido, toma y aplicación de injertos,
fasciotomías, cirugía reconstructiva, etc. Estos procedimientos se deben realizar
bajo una estrecha evaluación perioperatoria del estado físico del paciente y enti-
dades asociadas a la quemadura, como estado de choque, quemadura de la vía aé-
rea, extensión y profundidad, género, edad, causa específica de la quemadura,
reanimación y exámenes de laboratorio (biometría hemática, química sanguínea,
electrólitos séricos, gases arteriales y tiempos de coagulación, entre otros) enfo-
cados en la prevención de la pérdida de calor, broncoaspiración, cambios fisiopa-
tológicos secundarios a la respuesta neuroendocrina, alteraciones o modificacio-
nes cardiovasculares, electrolíticas, renales, hepáticas, gastrointestinales y
metabólicas, etc.13–14
SUCCINILCOLINA
BLOQUEADORES NEUROMUSCULARES
NO DESPOLARIZANTES
Los BNM se usan ampliamente para intubación dentro del hospital y fuera de él
en caso de emergencia. El inicio rápido de la parálisis neuromuscular es impor-
tante, en especial cuando el paciente tiene el estómago lleno, debido a que dismi-
nuye la posibilidad de broncoaspiración.33
La aparición de receptores de acetilcolina a niveles críticos para causar hiper-
calemia requiere más de 72 h, dependiendo de la gravedad de la lesión. La hemo-
rragia exanguinante y la acidosis metabólica también causan hipercalemia.34
Entre tres y cuatro días después de la lesión térmica se desarrolla resistencia
a los BNM, por lo que se requiere la administración de dosis mayores, aunque se
Bloqueadores neuromusculares en el paciente quemado 93
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Antes del advenimiento del curare las condiciones adecuadas para una relajación
muscular esencial para la cirugía intratorácica o intraabdominal sólo podían ser
proporcionadas por anestesia profunda con éter o ciclopropano. La profundidad
anestésica requerida era causa frecuente de depresión cardiovascular, acidosis
metabólica y respiratoria y alteraciones en las funciones hepática y renal. El éter
y en especial el ciclopropano sensibilizaban el corazón para el desarrollo de arrit-
mias y el peligro de explosión siempre estaba presente. Las intervenciones ries-
gosas eran abandonadas por temor a la mortalidad anestésica; la administración
de anestesia era más un arte que una ciencia y se practicaba con pocos conoci-
mientos científicos.
La introducción del curare en la práctica anestésica por parte de Griffith y
Johnson en 1942 provocó profundos cambios en la eficacia y la seguridad de la
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
97
98 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 8)
ran histamina. Por sí sola, la histamina puede disminuir la presión arterial e incre-
mentar la PIC, lo cual disminuye la presión de perfusión cerebral (PPC). Cuando
la barrera hematoencefálica (BHE) se encuentra alterada, la histamina puede pro-
ducir cerebrovasodilatación e incremento en el FSC. Dependiendo de la dosis y
de la velocidad de administración la mayoría de los componentes benziloquinóli-
cos (d–tubocurarina, metocurina, atracurio, mivacurio) tienen el potencial de li-
berar histamina y producir incremento en la PIC. El doxacuronio y el cisatracurio
producen cambios mínimos en la liberación de histamina en un amplio rango de
dosis. En los pacientes neuroquirúrgicos el atracurio en dosis de intubación no
tiene efectos significativos en la PIC, la presión arterial o la presión de perfusión
cerebral. La presencia de laudanosina, como se ha mencionado, parece no tener
consecuencias clínicas en humanos; sin embargo, se ha informado que la lauda-
nosina produce crisis convulsivas en animales. Por otro lado, existe un informe
de caso en la literatura acerca de un paciente con insuficiencia hepática secunda-
ria a la administración de acetaminofén que desarrolló estatus epiléptico después
de una administración de atracurio durante seis días. Los autores sugirieron que
la acumulación de laudanosina en este paciente durante la infusión prolongada
de atracurio pudo ser la causa de las crisis convulsivas.6
Los componentes esteroideos (pancuronio, pipecuronio, vecuronio y rocuro-
nio) pueden ser mejores relajantes en el paciente neuroquirúrgico, ya que no tie-
nen efecto directo sobre la PIC; sin embargo, se ha informado que el uso de pan-
curonio se relaciona con cambios pulmonares importantes en los pacientes
neuroquirúrgicos que permanecen en las unidades de cuidados intensivos; ade-
más, aunque el pancuronio no produce un incremento en el FSC, el consumo me-
tabólico cerebral de oxígeno (CMRO2) y la PIC, sus efectos vagolíticos pueden
ocasionar un incremento en la frecuencia cardiaca y la presión arterial, lo cual
puede ocasionar una elevación de la PIC en los pacientes con alteraciones en la
autorregulación. También se ha informado que el pipecuronio no tiene efectos so-
bre la PIC y la PPC en pacientes con tumores intracraneales, aunque lo han retira-
do del mercado debido a sus propiedades anafilactoides. El vecuronio no tiene
efectos sobre la PIC, la frecuencia cardiaca o la presión arterial en pacientes neu-
roquirúrgicos. El control de la vía aérea se puede obtener rápidamente (dentro de
90 seg) con una dosis de cebado de 0.01 mg/kg seguida de una dosis mayor de
0.1 mg/kg. Las dosis superiores de vecuronio (0.4 mg/kg) tampoco tienen conse-
cuencias hemodinámicas. El rocuronio tampoco tiene efectos en los pacientes
neuroquirúrgicos, pero se han observado dosis vagolíticas cuando se administra
en dosis de 0.9 mg/kg, que podrían comprometer la hemodinámica intracraneal en
pacientes con alteraciones en la autorregulación; no obstante, no hay informes en
la literatura acerca de esta posibilidad. Una dosis de rocuronio de 1.2 mg/kg tiene
el mismo tiempo de inicio que la succinilcolina y puede ser el agente de elección
en pacientes neuroquirúrgicos.
Relajantes neuromusculares en cirugía neurológica 101
Figura 8–1. Respuestas electromiográficas del nervio facial obtenidas durante una
anestesia total intravenosa con infusión controlada a objetivo (TCI) para propofol (3.5
mg/mL) y un TCI para rocuronio (ED50). Las respuestas del nervio facial en el músculo
orbicular y el masetero son fácilmente obtenidas aun con dosis de rocuronio suficientes
para mantener una sola respuesta del TOF. La respuesta observada es el resultado de
la tracción excesiva sobre las estructuras nerviosas en la vecindad del nervio facial.
cientes con insuficiencia renal las infusiones a largo plazo pueden prolongar la
parálisis neuromuscular, ya que el metabolito 3 desacetilado del vecuronio se eli-
mina por vía renal. Existen varios paquetes de software para administrar infusio-
nes controladas en asa cerrada de relajantes neuromusculares, que permiten la
administración del relajante con una biorretroalimentación mantenida por el mo-
nitoreo del TOF. El que más se presta a esta tarea es el Computer Control Infusion
Pump (CCIP), de la Universidad China de Hong Kong (http://www. cuhk.edu.hk/
med/ans/softwares.htm).
ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS
Los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica tienen una sensibilidad exage-
rada a la hipercalemia producida por la administración de succinilcolina, debido
a la denervación y atrofia de los músculos estriados, por lo que se puede decir que
su administración está contraindicada. También se ha descrito un incremento en
la sensibilidad a la administración de los relajantes no despolarizantes, aunque
se ha informado que los relajantes de corta duración se pueden administrar con
seguridad.11,12
Como se mencionó al principio, la elección del relajante neuromuscular de-
pende en gran medida de las preferencias del anestesiólogo. Sin embargo, en el
caso de una cirugía intracraneal se deben tomar en cuenta los efectos adicionales
sobre la hemodinámica intracraneal que acarrea el uso de estos fármacos y su po-
tencial en la modificación de respuestas electrofisiológicas, así como en los ries-
gos asociados de parálisis residual y complicaciones posoperatorias.
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106 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 8)
9
Relajantes musculares en
la terapia electroconvulsiva
Mirna Leticia González Villavelázquez, Alejandro Obregón Corona
INTRODUCCIÓN
adjuntos.
En la práctica actual se administra una serie de 8 a 12 tratamientos a un ritmo
de dos a tres sesiones por semana. Es importante reconocer que el umbral convul-
sivo tiende a aumentar a lo largo del curso de varios tratamientos. Se debe regis-
trar el tiempo acumulativo de las convulsiones generadas por la TEC. La dura-
ción acumulativa menor de 210 seg carece de beneficio; la duración mayor de
1 000 seg no demuestra una mejoría adicional en los síntomas. Sin embargo, mu-
chos pacientes presentan una remisión total con 100 seg de tiempo convulsivo
total. Las contracciones musculares violentas que acompañan a la crisis convulsi-
va pueden ocasionar una lesión esquelética, como fracturas vertebrales; sin em-
bargo, la adición de relajantes musculares elimina este riesgo.
107
108 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 9)
La mortalidad asociada con la TEC es muy baja: del orden de 1 por cada 28 000
casos. Las arritmias, el infarto miocárdico, la insuficiencia cardiaca congestiva
y el paro cardiaco son causas frecuentes de muerte.1–4
La TEC se considera efectiva en pacientes con depresión grave, esquizofrenia
acompañada de catatonia y manía, entre otros casos.
El procedimiento se realiza bajo un breve periodo anestésico, con relajación
muscular y control ventilatorio, y se lleva a cabo mediante estimulación eléctrica
con aparatos computarizados modulares que vigilan mediante un electroencefa-
lógrafo la convulsión inducida por una onda de pulsos breves (figura 9–1). Antes
de aplicarse se administra atropina para inhibir la salivación.
El área destinada a la terapia electroconvulsiva debe estar equipada con lo ne-
cesario para una anestesia general, así como con material de emergencia (figura
9–2).5
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Respuesta cerebral
El sistema cerebrovascular responde a la TEC con un aumento significativo del
flujo sanguíneo cerebral (figura 9–3), lo cual incrementa la demanda y el consu-
mo de oxígeno en relación con un aumento de la actividad electroencefalográfi-
ca; también la presión arterial sistémica se eleva rápidamente y puede modificar
los mecanismos de autorregulación cerebral e inducir aumentos significativos de
la presión intracraneal.10,11
Respuesta cardiovascular
A B
C D
A B
Figura 9–4. A. Respuesta hemodinámica inmediata a la aplicación del estímulo eléctri-
co. B. Respuesta hemodinámica posterior a la aplicación del estímulo eléctrico; se ob-
serva taquicardia sinusal transitoria.
112 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 9)
S Uso primario: necesidad de una rápida respuesta, mayor riesgo con otros
tratamientos, escasa respuesta previa a los psicofármacos o buena respuesta
a la TEC en anteriores ocasiones, preferencia del paciente, antecedentes de
buena respuesta a la TEC y episodios agudos con severa agitación y gran
desorganización conductual.
S Uso secundario: escasa respuesta al tratamiento psicofarmacológico, efec-
tos secundarios intensos con otros tratamientos y deterioro de las condicio-
nes del paciente.
Contraindicaciones
Se considera que no existen contraindicaciones absolutas para la TEC, aunque
sí situaciones de alto riesgo. La condición del paciente (sobre todo la gravedad
y la duración de su proceso), la amenaza para la vida que represente el trastorno,
la respuesta a otras terapias, los efectos adversos o contraindicaciones de otros
tratamientos y el peligro de la abstención terapéutica determinan el riesgo del pa-
ciente. En general el manejo de pacientes de alto riesgo incluye un mayor control
y cuidado en la técnica de aplicación de la TEC, en especial de la anestesia.
Relajantes musculares en la terapia electroconvulsiva 113
Efectos secundarios
Los efectos secundarios inmediatos a la administración de la TEC suelen incluir
confusión, amnesia y cefalea; la confusión puede durar desde unos minutos hasta
horas, dependiendo en gran parte de la dosis de energía administrada, del tipo de
onda empleada (mayor posibilidad de confusión con onda sinusal), del tiempo
transcurrido desde el anterior TEC y de la duración de la crisis convulsiva, ade-
más de los fármacos administrados.
Un estudio del Instituto Nacional de Psiquiatría encontró algunos datos rela-
cionados con los efectos secundarios. Durante la aplicación del estímulo eléctri-
co y el periodo inmediato se presentaron efectos secundarios menores y transito-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
rios en 12% de los casos, donde fue más frecuente la taquicardia ventricular; los
efectos secundarios en el periodo mediato a las sesiones de la TEC se presentaron
en 67% de los casos, y entre las alteraciones cognoscitivas el déficit de memoria
reciente, que fue la que más se observó y puede ser permanente en la minoría de
los pacientes, y confusión, que desaparece en las horas posteriores al trata-
miento.16,17
VALORACIÓN PREANESTÉSICA
EN LOS PACIENTES DE ALTO RIESGO
Manejo anestésico
Al aplicar la terapia electroconvulsiva se pretende siempre obtener las condicio-
nes técnicas, metodológicas, de monitoreo, de la evaluación preterapéutica y pos-
terapéuticas, anestésicas y farmacológicas, que permitan obtener la mayor efica-
cia con el mínimo riesgo y con la máxima reducción de los efectos secundarios.
El paciente debe contar con ayuno de al menos seis horas antes del tratamiento,
salvo alguna medicación necesaria, que será administrada con poca agua. La ca-
beza no debe portar joyas y el cabello debe estar limpio y seco.
Se recomienda 20 min antes de la anestesia la administración de algún antiin-
flamatorio, del tipo del ketorolaco en dosis de 30 mg intravenoso, para prevenir
Relajantes musculares en la terapia electroconvulsiva 115
En los pacientes con alguna alteración ósea una apropiada relajación muscular
disminuye el riesgo de fracturas, incluso en pacientes con fragilidad ósea (p. ej.,
osteoporosis y fracturas recientes). Sin embargo, en los pacientes con osteoporo-
sis severa se aconseja usar de 1.0 a 1.25 mg/kg de succinilcolina para asegurar
un completo bloqueo muscular.
ROCURONIO
TERAPIA ELECTROCONVULSIVA
SIN RELAJACIÓN MUSCULAR
La opción de llevar a cabo una TEC bajo anestesia general sin relajación muscu-
lar es una técnica descrita hace décadas, pero aún es cuestionable; constituye una
opción en los pacientes con tetraplejía o riesgo de hipertermia maligna y de hecho
es la primera opción en algunos hospitales.
Algunos centros hospitalarios recomiendan el empleo de sevoflurano en la
TEC como agente único, pues permite la inducción y el mantenimiento de la hip-
nosis, a lo que hay que añadir el efecto depresor sobre las motoneuronas espinales
y, por tanto, sobre la abolición del movimiento. Algunos médicos con experiencia
con el sevoflurano para la TEC mencionan que “puede ser utilizado para producir
un estado anestésico adecuado para la TEC”, pero que, excepto en casos seleccio-
nados, “no posee ventajas obvias cuando se compara con los anestésicos intrave-
nosos comúnmente usados”. Incluso se ha encontrado que el sevoflurano provee
mejores condiciones del estado de alerta en el periodo posictal.37,38
Los narcóticos del tipo del remifentanilo o el alfentanilo, aunados al propofol,
también se han estudiado ampliamente, pero se han asociado con un acortamiento
en la duración de la convulsión, por lo que pueden ser una buena opción en los
pacientes que requieran un estímulo eléctrico elevado o en los pacientes que ne-
cesiten una mayor cardioestabilidad.
Monitoreo
Para medir la duración de las crisis, además del uso del electroencefalograma, se
utiliza la siguiente técnica: antes de inyectar el relajante muscular se infla un
Relajantes musculares en la terapia electroconvulsiva 119
más de 15 seg, o bien 25 seg o más según el registro del EEG; de ahí la enorme
utilidad del monitoreo electroencefalográfico que en algunos casos está incorpo-
rado a los aparatos de la TEC.
El monitoreo EEG es parte crucial de la práctica moderna de la TEC, pues faci-
lita la confirmación de que la crisis cerebral ocurrió y terminó. El monitoreo EEG
es el más importante para determinar que la crisis finalizó. El registro adecuado
se asegura al prestarle mayor atención a la colocación de los electrodos, la prepa-
ración de la piel, la buena amplificación y la exclusión de artefactos.
La electromiografía (EMG) es una forma de medir la duración de la crisis mo-
tora. El trazado se interpreta igual que en el EEG. Un registro que se hace plano
indica que la crisis motora ha terminado. La duración de la crisis queda en las
marcas del tiempo del papel de registro. El EMG también puede ser sujeto de arte-
factos.
120 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 9)
ÍNDICE BIESPECTRAL EN LA
TERAPIA ELECTROCONVULSIVA
CONCLUSIONES
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124 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 9)
10
Uso de relajantes musculares
en pacientes con trauma
encefálico y medular
Francisco Alejandro López Jiménez
INTRODUCCIÓN
125
126 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 10)
INDICACIONES
Debido a que existe una clara asociación entre hipoxemia y una mala evolución
neurológica después de la lesión cerebral traumática, se ha recomendado el ma-
nejo temprano de la vía aérea en estos pacientes, incluso con mandatos legales
que apoyan la intubación de secuencia rápida de manera prehospitalaria en la es-
cena del accidente. Sin embargo, esta práctica está siendo cuestionada al evaluar
la asociación entre intubación de secuencia rápida (ISR) prehospitalaria y la evo-
lución neurológica en pacientes con trauma encefálico, pues se ha encontrado que
la intubación prehospitalaria con ISR se relaciona con un incremento de la morta-
lidad y una mala evolución neurológica en estos pacientes.4 Otro estudio5 hizo
una comparación prospectiva entre los pacientes con trauma encefálico grave e
Uso de relajantes musculares en pacientes con trauma encefálico... 129
intubados en el sitio del accidente y los que se intubaron al llegar al centro de trau-
ma, encontrando que el grupo intubado en el campo presentó un aumento de la
mortalidad y la morbilidad en comparación con los pacientes intubados en el hos-
pital. Los autores de ambos estudios explicaron estos hallazgos al citar el retraso
en el transporte que produce la ISR y la experiencia variable de los rescatadores.
Las alteraciones bioquímicas asociadas con la intubación temprana influyen tam-
bién en estos resultados, como los altos niveles de oxígeno cerebral, que favore-
cen la formación de radicales libres y pueden ser tan perjudiciales como el déficit
de oxígeno. La hiperventilación después de la ISR también es deletérea, debido
al efecto vasoconstrictor sobre la circulación cerebral. Se ha demostrado que
usando catéteres de microdiálisis localizados en la proximidad del tejido cerebral
lesionado la presencia de mediadores de la lesión cerebral secundaria (lactato y
glutamato) se asocia con periodos breves de hiperventilación. Esta técnica reduce
la presión intracraneal y se recomienda sólo en pacientes con lesiones ocupativas
con herniación inminente y únicamente durante el breve intervalo entre el diag-
nóstico y el tratamiento quirúrgico o el establecimiento de otras medidas para
controlar la PIC.7,8
dos los elementos de la ISR sobre la PIC y los demás parámetros cerebrales son
más importante que los efectos de cada agente o maniobra empleados en ella.13
Aunque no hay protocolos aceptados universalmente, los objetivos farmacológi-
cos en la ISR del paciente con lesión cerebral consisten en producir de manera
rápida y segura inconsciencia y parálisis y amortiguar los incrementos de la PIC
ante la manipulación de la vía aérea; de manera clásica la ISR se define como la
administración simultánea de un agente inductor con el relajante muscular con
el propósito de intubación.14 Estos dos agentes solos no son apropiados ante la
presencia de hipertensión intracraneana y lesión encefálica; el uso de lidocaína
y opioides es obligado en el intento por minimizar los cambios nocivos en los pa-
rámetros intracraneales.15 En el manejo de la lesión cerebral traumática, de acuer-
do con lo postulado en la terapia o protocolo de Lund, los dos principales objeti-
vos de tratamiento en estos pacientes son prevenir los incrementos nocivos de la
PIC y mejorar la microcirculación en las áreas contundidas.16
Hay reportes en ambos sentidos sobre los efectos de la succinilcolina en la pre-
sión intracraneal y la hemodinamia cerebral. Un estudio que comparó el uso de
succinilcolina con vecuronio para intubación en el servicio de urgencias en pa-
cientes traumatizados con sospecha de lesión encefálica reportó que la parálisis
con ambos relajantes es un procedimiento seguro que no se acompañó de deterio-
ro neurológico y es una maniobra potencialmente salvadora en pacientes trauma-
tizados combativos.17 Por otro lado, los efectos de la succinilcolina sobre la pre-
sión intracraneal, la presión arterial media, la velocidad de flujo de la arteria
cerebral media y el electroencefalograma fueron monitoreados después de una
dosis de 1 mg/kg en pacientes con lesión cerebral e hipertensión intracraneal ven-
tilados mecánicamente, sin observaciones de cambios significativos en estas va-
riables.18 Brown reportó pacientes con lesiones intracerebrales por trauma cerra-
do que recibían ventilación mecánica a los que se les administró succinilcolina
en dosis de 1 mg/kg y se les midió la presión intracraneal y la presión arterial me-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Succinilcolina
Debido a que la succinilcolina produce una relajación muy rápida del músculo
esquelético, dentro del rango de 30 a 60 seg después de su administración, es am-
pliamente usada para la ISR. A nivel molecular la succinilcolina se une al recep-
132 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 10)
ria. El uso de succinilcolina no está exento de riesgos, que incluyen desde bradi-
cardia e hipotensión hasta paro cardiaco.
Este último evento ocurre por bradiarritmias–asistolia y se observa con fre-
cuencia en los pacientes ancianos.
Las muertes por hipercalemia se presentan después de la succinilcolina en pa-
cientes con trauma múltiple, lesiones por aplastamiento o quemados graves, por
lo que se debe evitar entre 24 y 48 h después de la lesión en estos pacientes. Otras
condiciones que se presentan con hipercalemia grave son las enfermedades neu-
romusculares, como la distrofia muscular de Duchenne, las lesiones medulares,
las infecciones abdominales graves y el tétanos (cuadro 10–2).
La susceptibilidad a la hipercalemia masiva es resultado de la proliferación ex-
traunional de los receptores nicotínicos. La administración de pequeñas dosis no
paralizantes de relajantes no despolarizantes previene las fasciculaciones pero no
el desarrollo de la hipercalemia, la cual pone en peligro la vida. La hipercalemia
preexistente, como en la insuficiencia renal o en la acidosis grave, también pre-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Rocuronio
Vecuronio
Atracurio–cisatracurio
Cuando se presenta la lesión medular aguda se deben tener las mismas considera-
ciones para el uso de relajantes musculares que en la lesión cerebral, sea para ase-
gurar de urgencia la vía aérea o para el tratamiento en quirófano o en la unidad
de cuidados intensivos. En el paciente con lesión medular crónica, que es la condi-
ción clásica, donde existe regulación al alza (up–regulation) de los receptores de
la acetilcolina, hay que tener presente la distribución alterada de éstos. En estos
casos dichos receptores se diseminan más allá de la unión neuromuscular por toda
la membrana celular, generando hipersensibilidad a la acetilcolina y la succinil-
colina,30 así como resistencia a los relajantes musculares no despolarizantes. La
hipersensibilidad se manifiesta como hipercalemia. Uno de los efectos indesea-
bles de la succinilcolina es el inicio agudo de hipercalemia y la inestabilidad car-
diovascular asociada en ciertos pacientes susceptibles. Se sigue reportando una
respuesta hipercalémica letal después del empleo de succinilcolina. En condicio-
nes normales del músculo maduro e inervado, los receptores de acetilcolina se
encuentran localizados sólo en el área unional. En ciertos estados patológicos,
incluyendo la denervación de las motoneuronas alta y baja por trauma, la dener-
vación química por relajantes musculares, medicamentos o toxinas, la inmovili-
zación, las infecciones, el trauma muscular directo, la inflamación muscular y las
lesiones térmicas, existe un incremento (up–regulation) de los receptores de ace-
tilcolina, que están diseminados por toda la membrana muscular. La despolariza-
ción de estos receptores por parte de la succinilcolina genera la salida de potasio
del músculo, produciendo la hipercalemia. El receptor nicotínico neuronal
alfa–7, recientemente descrito, puede ser despolarizado no sólo por la acetilcoli-
na y la succinilcolina, sino también por la colina de manera persistente; es posible
que desempeñe un papel crítico en la respuesta hipercalémica a la succinilcolina
en pacientes con un incremento de los receptores.31
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138 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 10)
que se describen con mayor frecuencia están los vagolíticos que aumentan la fre-
cuencia cardiaca, por lo que los enfermos en los que podría ser perjudicial una
tendencia a la taquicardia deberían recibir otro bloqueador no despolarizante.3 Se
cuenta con estudios clínicos que apoyan la tesis de que los pacientes que presen-
tan datos de enfermedad renal y hepática tratados con atracurio y cisatracurio
—cuya vía de eliminación es independiente del estado metabólico del paciente—
presentarían una recuperación más rápida y completa que si recibieran otros blo-
queadores.4
Con excepción del atracurio y el cisatracurio, que deben indicarse de forma
continua por su vida media corta, la administración en bolo parece ofrecer venta-
jas potenciales para controlar la taquifilaxia, el monitoreo por acumulación del
141
142 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 11)
Sí
Garantizar analgesia
y sedación
Monitoreo
Figura 11–1. Guía de empleo de los RNM en la UCI. (Monitorear el TOF, proteger los
ojos y los puntos de presión, así como llevar a cabo la profilaxis de la trombosis venosa
profunda. Reevaluar cada 12 h.)
INTERACCIONES FARMACOLÓGICAS DE
LOS RELAJANTES NEUROMUSCULARES
Dosis ini- 0.1 a 0.2 0.4 a 0.5 0.025 a 0.15 a 0.25 0.06 a 0.1 0.08 a 0.1 0.085 a 0.1 0.6 a 1
cial mg/kg 0.05
Infusión 2.5 a 3 4 a 12 0.3 a 0.5 9 a 10 1a2 0.8 a 1.2 0.5 a 2 10 a 12
mg/kg/min
% excre- Vía de Hof- 5 a 10 70 Metab. 45 a 70 50 > 50 33
ción renal fmann (Hoffmann) inactivo
% excre- Vía de Hof- Mínima Sin datos Sin datos 10 a 15 35 a 50 Mínima < 75
ción hepá- fmann (Hoffmann)
tica
Falla hepá- Mínima/sin Mínima/sin Sin datos Aumenta la Aumento Variable Mínima Moderado
tica cambio cambio duración moderado aumento
Falla renal Sin cambio Sin cambio Aumenta la Aumenta la Aumenta el Aumenta el Aumenta la Mínimo
duración duración efecto efecto duración
Metaboli- No No acumu- Sin datos No Sí Sí Sin datos No
tos activos lación de
laudanosina
Liberación No Mínima pe- No Mínima pe- No No No No
de histami- ro depen- ro depen-
na diente de diente de
la dosis la dosis
Vagólisis No No No No Sí No No A altas do-
sis
Hipoten- No Mínima No No No No No No
sión, blo-
queo gan-
glionar
Bloqueo Raro Raro Datos insu- Datos insu- Sí Sí Datos insu- Datos insu-
prolongado ficientes ficientes ficientes ficientes
Una vez superado el tiempo en que el curare estaba relegado a los laboratorios
de fisiología, Cole llevó a cabo las primeras indicaciones terapéuticas en la clíni-
ca para el tratamiento del tétanos en 1934 (figura 11–2).
Por otra parte, en 1933 Sakel estudió la insulinoterapia en la esquizofrenia y
en 1934 von Meduna analizó la terapia convulsionante, o cardiazolterapia. En
1938 Cerletti y Bini realizaron en Roma —en la Clínica Universitaria Neurológi-
ca— la primera aplicación eléctrica en el ser humano y dieron así la comunica-
Relajantes musculares en la unidad de cuidados intensivos 145
Figura 11–2. Ataque de tétanos antes de la introducción del curare por parte de Cole
en 1934.7
S Traqueotomía percutánea.
S Broncoscopio.
S Gastroscopio y colonoscopia.
S SDRA con decúbito prono; ventilación protectiva.
Monitoreo
CONCLUSIONES
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12
Bloqueadores neuromusculares en
anestesia cardiovascular pediátrica
Luis Gerardo Motta Amézquita, Marcela Barrera Fuentes,
Esteban Monroy Díaz, Orlando Tamariz Cruz
INTRODUCCIÓN
155
156 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 12)
Figura 12–1. Sala de cirugía cardiovascular con infusiones de fármacos: bloqueo neu-
romuscular (vecuronio) y bomba de circulación extracorpórea. Instituto Nacional de Pe-
diatría, México.
PARTICULARIDADES Y CONSIDERACIONES
FARMACOLÓGICAS DE LOS BLOQUEADORES
NEUROMUSCULARES EN PEDIATRÍA
portantes que nos llevarán comprender mejor la elección del relajante y su dosifi-
cación, así como el monitoreo en el paciente pediátrico.
Las diferencias fisiológicas en el recién nacido vuelven sui generis la farmaco-
cinética de los fármacos con respecto al adulto. Los cambios en el volumen de
distribución, la composición de los líquidos corporales, la concentración de pro-
teínas plasmáticas, la capacidad enzimática, la sensibilidad a los agentes inhala-
dos y a los relajantes musculares, y la inmadurez del sistema hepático hacen que
se requiera un especial cuidado en el manejo y la dosificación de los medicamen-
tos. También influye la presencia de una mejor masa muscular, una menor reserva
grasa, un mayor flujo sanguíneo por unidad de peso/órgano y una mayor superfi-
cie corporal respecto al peso.5
Durante el periodo posnatal la maduración de la unión neuromuscular posee
una variabilidad biológica e individual que es la responsable del comportamiento
“impredecible” de los relajantes neuromusculares en esta etapa de la vida. La pro-
porción de la masa muscular como porcentaje del peso corporal es de 20% en el
recién nacido (15% en el bebé prematuro) y aumenta hasta 50% en el adulto.6
El proceso de mielinización del sistema nervioso periférico (SNP) se concluye
hasta después del nacimiento, por lo que es relativamente lenta la transmisión
nerviosa en los neonatos.
La maduración completa de la placa neuromuscular se alcanza aproximada-
mente a los dos años de vida. La cantidad de acetilcolina que se libera de la termi-
nación nerviosa infantil es menor respecto de la del adulto.6
En los primeros dos meses de vida, particularmente en el neonato, la placa neu-
romuscular se sigue desarrollando. En esta fase de maduración los receptores tie-
nen un incremento en la actividad metabólica.
La mayor diferencia entre los receptores inmaduros y los maduros es funcio-
nal, debido a una apertura prolongada de los canales iónicos, lo cual permite que
los músculos inmaduros sean fácilmente despolarizados; dichos receptores tie-
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nen mayor afinidad por los agentes despolarizantes y, por lo tanto, menor afini-
dad por los no despolarizantes.
Durante los primeros dos años de vida están madurando el nervio y la placa
terminal, por lo que es muy difícil predecir la susceptibilidad del neonato o del
lactante a un relajante muscular determinado.7 Una de las particularidades rela-
cionadas con la edad es la alteración del grado de bloqueo neuromuscular en rela-
ción con la composición corporal y la distribución del fármaco.
Debido a que los RNM se distribuyen exclusivamente en el líquido extracelu-
lar y a que los neonatos y los lactantes tienen un compartimento extracelular muy
grande y un mayor volumen de distribución, se requieren dosis más altas para al-
canzar el efecto deseado. Esta diferencia es menor en los infantes y los escolares,
pues tienen un volumen de distribución semejante al de los adultos. Una compa-
ración de la composición del peso corporal total se aprecia en el cuadro 12–2.
158 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 12)
En lo que concierne a las alteraciones del tipo de las fibras musculares (tipo
I de conducción lenta y tipo II de conducción rápida) es importante notar que las
de tipo I son más sensibles a los RNM que las de tipo II.
Las fibras de tipo I tienen una relevancia clínica, debido a que el diafragma del
neonato tiene menor cantidad de este tipo de fibras que el infante o el adulto, lo
cual hace que el diafragma del infante sea más reactivo a los RNM que su propia
musculatura periférica.4
RELAJANTES NEUROMUSCULARES
NO DESPOLARIZANTES
Siempre hay que considerar los efectos del grupo de las bencilisoquinolinas, ya
que no comparten un patrón farmacocinético común; su principal efecto indesea-
do son los efectos vegetativos, la descarga de histamina y algunos efectos relacio-
nados con la edad, principalmente debido a alteraciones en los volúmenes de dis-
tribución y aclaramiento plasmático.9
D–tubocurarina
Vecuronio
Tiene menos efectos vagolíticos y una acción más corta que el pancuronio; no
causa liberación de catecolaminas y su mayor ruta de eliminación es por vía hepá-
tica.
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Rapacuronio
Presenta un inicio rápido de acción (60 seg) y corta acción (8 a 20 min) con dosis
de 1.5 mg/kg en neonatos y de 2 mg/kg en lactantes.
Pancuronio
Rocuronio
Es un derivado del vecuronio, pero es menos potente que éste y tiene parámetros
farmacocinéticos similares a los del vecuronio; se calcula que su DE95 es de 250
mg/kg en lactantes y de 310 mg/kg en niños mayores y adultos. Dentro de las dosis
clínicamente utilizadas el rocuronio no presenta efectos secundarios significati-
vos, por lo que no influye en la estabilidad hemodinámica.6
diátrica.
TREN DE CUATRO
Es el estímulo más utilizado y está constituido por una corta serie de estímulos
supramáximos a frecuencias bajas de 2 Hz/seg. Cada estímulo se repite con fre-
cuencias que no son inferiores de 10 a 12 seg. La estimulación con tren de cuatro
(TOF) ofrece las siguientes ventajas:
La mayoría de los autores coinciden en que las indicaciones para el uso de estos
agentes en el paciente críticamente enfermo incluyen intubación endotraqueal,
coordinación durante la ventilación mecánica en determinadas modalidades,
cuando las presiones intrapulmonares son muy elevadas en el estatus asmático,
disminución de la adaptabilidad pulmonar o aumento del consumo de oxígeno,
cuando existe aumento de la presión intracraneal (PIC) en el estatus epiléptico,
en el síndrome de hipertermia maligna, en intoxicaciones exógenas y tétanos,
164 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 12)
errores de interpretación hay que recordar que el edema periférico reduce la in-
tensidad de la corriente que llega al nervio, por lo que el estímulo supramáximo
debe ser de 100 mAmp —superior al necesario en la mayoría de los pacientes qui-
rúrgicos.
El conocimiento y la comprensión cabal de las complejidades de los agentes
BNM y la absoluta necesidad de técnicas de monitoreo estricto —cuando se utili-
zaron— son indispensables en la actualidad.
Como se mencionó, se reconoce que el bloqueo parcial de la función neuro-
muscular más una adecuada sedación y analgesia mantenida (benzodiazepinas y
opioides) proveen las condiciones clínicas ideales para ventilar a la mayoría de
los pacientes críticos, sin preocuparnos por la parálisis prolongada.
El patrón bioquímico presente en pacientes con sepsis, con trauma y posqui-
rúrgicos como respuesta al estrés debido a la estimulación del sistema nervioso
166 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 12)
Hemodilución
La BCE en pediatría es cebada con una combinación de cristaloides, coloides,
plasma fresco y concentrado eritrocitario. Durante la iniciación de la BCE la adi-
ción de este fluido con el volumen circulante del paciente genera:
Hipotermia
La cirugía cardiaca pediátrica muchas veces se realiza bajo condiciones de hipo-
termia, la cual altera la farmacocinética de los fármacos administrados, debido
a que disminuye su metabolismo inhibiendo la función enzimática y reduce la
perfusión tisular incrementando la viscosidad y la actividad de los sistemas autó-
nomo y endocrino para producir vasoconstricción. Como consecuencia, la far-
macocinética se altera de la siguiente forma:
Una vez que se restablece la normotermia hay reperfusión de los tejidos; los fár-
macos que se encontraban secuestrados en los tejidos ingresan nuevamente para
incrementar los niveles plasmáticos del fármaco. Para los fármacos con volúme-
nes de distribución pequeños la vasoconstricción producida por la hipotermia
puede disminuir aún más el volumen; esto podría explicar el incremento en los
niveles plasmáticos de relajantes musculares observado durante la hipotermia.
168 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 12)
Perfusión
La perfusión de los tejidos puede estar alterada como consecuencia de la activa-
ción de la respuesta inflamatoria sistémica que se observa durante la BCE, que
puede dar lugar a la activación de los sistemas autónomo y endocrino, y de las
citocinas locales; lo anterior no sólo altera la perfusión, sino también algunos me-
canismos de aclaramiento.
Estado ácido–base
Durante la BCE el estado ácido–base puede ser manejado con pH–stat o alfa–stat.
El cambio del pH en cada uno de los esquemas puede afectar la perfusión en los
órganos, además de afectar el grado de ionización y la unión a proteínas de algu-
nos fármacos, dando lugar a un incremento o una disminución del fármaco libre.
Secuestro farmacológico
Una vez iniciada la BCE los pulmones son excluidos del circuito; algunos fárma-
cos pueden ser secuestrados en los mismos, dando lugar a un reservorio que pos-
teriormente, con la reperfusión pulmonar durante la salida de bomba, da lugar a
la liberación del fármaco.
Algunos fármacos también pueden ser captados por diferentes componentes
del circuito de BCE; algunos de los fármacos lipofílicos, como los anestésicos
volátiles, el propofol, los opioides, los barbitúricos y la nitroglicerina, se unen a
los oxigenadores; a pesar de lo anterior, este secuestro tiene menor importancia
clínica que el observado a nivel pulmonar.
Unión a proteínas
En la sangre los fármacos están libres o unidos a proteínas; la porción del fármaco
libre es la que interactúa con los receptores, dando lugar al efecto del fármaco.
Los fármacos se pueden unir a la albúmina o a la a1–glucoproteína ácida, la cual
es un reactante de fase aguda, por lo que se encuentra elevada durante el estrés.
Los cambios en la unión a proteínas tienen importancia clínica sólo en los fár-
macos con alta unión a las mismas. Este grado de unión puede encontrarse alte-
Bloqueadores neuromusculares en anestesia cardiovascular pediátrica 169
rado por estados patológicos antes de la BCE o cambios que ocurren durante la
BCE. Las enfermedades renales y hepáticas disminuyen la cantidad de albúmina
en la sangre, que tiene importancia debido a que los fármacos ácidos se unen a
ella. Los niveles de a1–glucoproteína ácida se encuentran incrementados en al-
gunos estados, como la respuesta inflamatoria sistémica durante la BCE.
Edad
Los neonatos pueden tener efectos farmacológicos alterados debido a las diferen-
cias en la distribución del líquido extracelular y grasa e inmadurez en los meca-
nismos de aclaramiento farmacológico.
Temperatura
Cambios ácido–base
El flujo sanguíneo alterado durante la BCE puede generar acidosis tisular, que ini-
cia una respuesta adrenérgica; de acuerdo con el esquema de manejo de pH se pue-
de alterar el grado de ionización y la unión a proteínas. Los cambios en el pH tam-
bién afectan el balance de electrólitos y las concentraciones de calcio, magnesio
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Por otro lado, debido a las estrategias actuales de extubación pronta y muy
pronta,36,37 en nuestra unidad sólo se emplean en pacientes con síndrome de bajo
gasto cardiaco38 como consecuencia del cambio en la carga (sea de presión o de
volumen), en el ritmo o en la contractilidad; lo más común es la fisiología univen-
tricular en cualquiera de sus estadios que presenten un desequilibrio en el balance
de la circulación sistémica pulmonar (Qp/Qs > 1).39 El bloqueador neuromuscu-
lar permite un aumento en la DO2 y quizá una mejor relación entre DO2 y VO2.
En la unidad de cuidados cardiovasculares del Instituto Nacional de Pediatría
aplicamos de inicio vecuronio en dosis de 25 a 100 mg/kg/h, asociado con un anal-
gésico potente, debido a que el tratamiento posoperatorio intensivo dura en pro-
medio de 36 a 72 h, pero no más de este tiempo. En caso de tener falla renal o
hepática se emplea atracurio en dosis de 150 a 450 mg/kg/h.
También es importante señalar que dentro de la estrategia de manejo del sín-
drome de bajo gasto cardiaco se encuentra la escalada de inotrópicos, vasodilata-
dores y el uso de esteroides,41 los cuales, en conjunto con el uso de bloqueadores,
se han asociado con desórdenes musculares adquiridos.42
Los pacientes que requieren cuidados intensivos durante más de cinco días
presentan disfunción neuromuscular grave.
La falla al destete ventilatorio requiere una evaluación pronta de la posible de-
bilidad muscular. La debilidad muscular profunda fue reportada en una mujer con
estado asmático, quién desarrolló miopatía grave después de recibir esteroides
y bloqueadores neuromusculares en forma conjunta.
Debido a la dificultad para diferenciar entre las causas de miopatía y de neuro-
patía adquirida en la unidad de cuidados intensivos, se engloban con el término
miopatía–polineuropatía en el paciente gravemente enfermo. En la actualidad se
identifica como un factor de riesgo la asociación de bloqueadores neuromuscula-
res–esteroides únicamente para el desarrollo de miopatía cuadripléjica aguda, la
cual se presenta con una profunda debilidad muscular generalizada, cuadriplejía
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13
Relajantes musculares en
la paciente obstétrica
María del Carmen González Amozorrutia,
Luisa Piedad Manrique Carmona
INTRODUCCIÓN
177
178 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 13)
CAMBIOS FISIOLÓGICOS Y
FARMACOCINÉTICOS EN EL EMBARAZO
Útero y embarazo
Complejo uteroplacentario
Pinocitosis
Difusión simple
Es el principal proceso por el cual la mayoría de los fármacos atraviesan las mem-
branas biológicas. El índice de difusión es proporcional al gradiente de concen-
tración de la sustancia a través de la membrana sin efecto de saturación; no re-
182 Clínica de relajantes musculares 1 (Capítulo 13)
S Variables maternas.
S Variables fetales.
S Variables placentarias.
S Variables farmacológicas.
efectos, aunque pueden ser puntales y profundos, casi siempre son transitorios.
La mayor importancia consiste en una posible intromisión en la transferencia ini-
cial entre la madre y el infante fisiológicamente alterado y enfermo, y en pacien-
tes con patologías agregadas, como cardiopatías y nefropatías.
FARMACOLOGÍA PERINATAL
K A (Cm * Cf)
Qńt +
D
Cerca de 57% del gasto cardiaco regresa a la placenta sin perfundir los tejidos
fetales. Esto se relaciona con el cortocircuito de la circulación fetal a través del
foramen oval del corazón y del ducto arterioso. Este mecanismo permite una ex-
posición disminuida del cerebro fetal a los fármacos circulantes. Los factores que
permiten el uso de relajantes musculares con la seguridad de que la cantidad que
llegue a alcanzar al feto no lo afecte son la extracción por parte del hígado fetal,
la dilución progresiva de las concentraciones de la sangre de la vena umbilical
y un gran cortocircuito cardiaco derecha–izquierda en el feto.
En cuanto al metabolismo y la eliminación, aunque la actividad de las enzimas
hepáticas en el feto es usualmente menor que en el adulto, el feto humano puede
manejar los fármacos administrados a la madre. El hígado fetal humano almace-
na una cantidad significativa de citocromo p–450 y fosfato dinucleótido nicotina-
mida–adenina (NADPH) citocromo c reductasa aun en la decimocuarta semana
de gestación. Así, hasta los fetos prematuros pueden metabolizar los anestésicos
locales administrados a la madre (figura 13–1).16
Flujo venoso
umbilical, paso
al hígado fetal
F
E Excreción a
Dilución y unión a través del flujo
proteínas en el espacio arterial umbilical
T extraceular fetal
O
Excreción urinaria,
intestinal y pulmonar
les (sangre que llega al neonato) y las arterias (sangre que sale del neonato) en
el momento del nacimiento son usualmente muy bajas, por ejemplo, 9.1 mg/L
para el vecuronio.1 Dado que la unidad fetoplacentaria pesa 4 kg y tiene un volu-
men sanguíneo de 400 mL, se puede asumir que la cantidad máxima eliminada
en el nacimiento es de alrededor de 40 mg de vecuronio (cuadros 13–2 y 13–3).
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Succinilcolina
Rocuronio
Atracurio
0.2 a AT 30.3 " 3.7 2.25 " 0.86 16.34 " 2.90 0.42 " 0.10 0.126 " 0.162 " 0.045 0.059 "
0.3 0.034 0.024
0.3 NE 35.8 " 6.8 2.22 " 0.91 17.81 " 3.55 0.39 " 0.08 0.116 " 0.167 " 0.037 0.053 "
0.021 0.020
Vecuronio
0.04 AT 26.5 " 1.6 5.1 " 0.9 36 " 1.8 0.38 " 0.02 0.251 "
0.007
0.025 a NE 29 a 69 13 " 8 71 " 20 0.31 " 0.04 0.270 "
0.05 0.040
Pancuronio
0.04 AT 28.1 " 3.2 3.8 " 1.5 72 " 6 0.18 " 0.01 0.283
"0.028
0.06 a AT 30 " 7 10.5 " 5.5 114 " 27a 4.70 " 1.37a 0.345 " 0.11
0.1
NE 45 " 12 13.2 " 5.9 146 " 38a 3.71 " 0.53a 0.380 " 0.119
Vecuronio
La duración clínica del vecuronio se ha reportado aumentada entre 53 y 78% de
las embarazadas a término y después del parto.24
Hay un solo estudio farmacocinético acerca del vecuronio en mujeres embara-
zadas, el cual reporta un incremento en el aclaramiento de vecuronio durante la
cesárea de 0.312 a 0.384 L/kg/h, que resulta en un acortamiento de la vida media
b de 71 a 36 min, en comparación con los resultados obtenidos en pacientes no
gestantes (hombres y mujeres).7
El acortamiento de la vida media b de vecuronio durante la cesárea puede ser
explicado por el incremento de la filtración glomerular en el embarazo; el vecuro-
nio se elimina predominantemente por vía biliar (40%) y en menor proporción
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Atracurio
Hay controversias acerca de si la eliminación de Hoffmann o la hidrólisis por és-
teres son los mecanismos más importantes de su eliminación (cuadros 13–3 y
13–4). Dado que la eliminación de Hoffmann es un proceso netamente químico
independiente de las funciones renal, hepática o enzimática, el proceso de aclara-
miento no se ve afectado durante el embarazo.29
De manera similar, los datos farmacodinámicos reportados del atracurio indi-
can una duración clínica sin cambios durante el embarazo (cuadro 13–4).30
La liberación de histamina que se produce ocasiona hipotensión arterial que
en condiciones de inestabilidad hemodinámica o patología cardiaca incrementa
Relajantes musculares en la paciente obstétrica 189
Cisatracurio
Este isómero no tiene efectos indeseados, pero tiene un inicio de acción relativa-
mente lento, lo cual lo hace indeseable para su utilización durante la inducción
de secuencia rápida en la anestesia obstétrica.
Pancuronio
En las mujeres no embarazadas el pancuronio es excretado principalmente a tra-
vés del riñón con 43 a 67% del fármaco eliminado en la orina de 24 h. Los cam-
bios en la filtración glomerular quizá son responsables de 27% de incremento en
el aclaramiento de pancuronio, con una disminución proporcional en la vida me-
dia de eliminación.31
Su tiempo de latencia es prolongado, por lo que no es útil en la inducción de
secuencia rápida de la anestesia general en la paciente embarazada.
Interacción medicamentosa
Sulfato de magnesio
Los iones de magnesio toman el lugar del calcio suprimiendo la liberación de
neurotransmisores en las finales nerviosas, incluyendo los de acetilcolina. Está
bien establecido que el magnesio en concentraciones terapéuticas séricas (5 a 8
mg/dL–1) prolonga la acción de los relajantes musculares no despolarizantes,
pero esto no afecta clínicamente a la succinilcolina.32
La aprobación oficial del MgSO4 parenteral como tocolítico ha incrementado
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CONCLUSIÓN
En general una mujer gestante es considerada como una paciente de alto riesgo,
debido a los múltiples problemas que se pueden presentar en el periodo prenatal
o en el periparto. El manejo anestésico y la elección del relajante muscular se de-
ben basar en el conocimiento de la fisiología del embarazo, las condiciones ma-
ternas y obstétricas, el ayuno, la edad gestacional y la fisiopatología de los proble-
mas del parto. Cualquier mujer embarazada en trabajo de parto es una candidata
potencial para una emergencia obstétrica. El adecuado monitoreo de la relajación
muscular y las condiciones generales de la paciente normarán el momento para
una extubación segura.
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Índice alfabético
193
194 Clínica de relajantes musculares 1 (Índice alfabético)
analgésico, 23, 109 atracurio, 4, 21, 23, 37, 43, 50, 52,
androstano, 19 54, 55, 56, 61, 63, 64, 81, 89, 91,
anestesia, 3, 4 92, 98, 100, 101, 117, 135, 141,
cardiovascular pediátrica, 155 142, 143, 144, 151, 156, 159,
epidural, 65 165, 166, 170, 171, 172, 173,
lumbar, 65 184, 186, 187, 188
obstétrica, 68 atrofia
espinal, 68 de miofibras, 173
general, 65, 177 muscular, 64, 67
geriátrica, 73 espinal, 64
obstétrica, 177, 178, 189 por denervación, 165
regional, 64, 68, 75 progresiva, 64
subaracnoidea, 37 progresiva, 173
anestésico atropina, 24, 34, 35, 37, 38, 39, 40,
intravenoso, 23 44, 73, 108, 115
local, 23 azatioprina, 66
volátil, 23
aneurisma, 114 B
anhidrosis, 79
anomalía genética, 151 baclofén, 66
anormalidad benserazida, 72
electrolítica benzodiazepina, 67
ácido–básica, 164 benzotropina, 71, 75
nutricional, 164 besilato de atracurio, 21
placentaria, 184 bigeminismo, 34
antagonismo farmacológico, 23 biperidén, 71
anticolinesterásico, 27 bloqueador
apnea, 129 muscular no despolarizante, 23
aracnoiditis, 69 neuromuscular, 89, 94
arritmia, 34, 60, 61, 97, 108, 132 bloqueo
cardiaca, 110, 186 neuromuscular, 19, 23, 24, 44,
vagal, 77 50, 54
ventricular, 114 residual, 150
asistolia, 77 no despolarizante, 31
asma, 165 vagal, 56
bronquial, 20 bradiarritmia, 115, 132, 134, 158
aspiración pulmonar, 133 bradicardia, 34, 37, 38, 39, 40, 77,
ataxia, 65 133, 143, 145, 158, 186
episódica, 15 fetal, 34
atetosis, 70 bretilio, 145
atopia, 20 bromocriptina, 72
Índice alfabético 195
bromuro de pralidoxima, 40
de neostigmina, 37 de suxametonio, 19
de piridostigmina, 38 de trimedoxima, 40
de rocuronio, 20 colestasis, 51
de vecuronio, 20 complicación
broncoaspiración, 62, 88, 92, 177 respiratoria posoperatoria, 32
broncoespasmo, 129 transanestésica, 59
bupivacaína, 41, 44, 68, 145 vascular, 35
compresión aortocava, 178
compromiso
C cardiopulmonar, 82
neurológico, 59
cafeína, 179 confusión, 113
calcio, 143, 169 constipación, 79
cáncer de pulmón de células peque- contracción muscular, 12, 50
ñas, 78 espontánea, 28
carbamazepina, 61, 66, 98 contractura muscular, 116
carbidopa, 72 contraveneno, 2
cardiazol, 108 convulsión, 3, 61
cardiopatía, 17, 183 corea
congénita, 161 de Huntington, 70
cianótica, 162 de Sydenham, 70
catástrofe abdominal, 142 cortisona, 44
catatonia, 108 crisis
cefalea, 113, 117 cerebral, 119
cianosis, 109 convulsiva, 100, 113
ciclofosfamida, 66, 143 hipertensiva, 60, 72
ciclopropano, 97, 190 cuadriparesia, 78
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
debilidad difteria, 76
muscular, 15, 43, 61, 68, 70, 78, digoxina, 179
80, 133, 151, 152, 169, 173 diltiazem, 143
posoperatoria, 23 diplopía, 65
neuromuscular, 78 disartria, 65, 69, 71
debilitamiento postetánico, 13 discinesia, 72
decametonio, 182 disestesia dolorosa, 66
deficiencia de neuronas colinérgi- disfagia, 71, 104
cas, 36 disfunción
déficit autonómica, 103
de colinesterasa, 61 faríngea, 74
neurológico focal, 98 hepática, 52, 91, 142
deformación inmunitaria, 125
esquelética, 61 metabólica, 125
musculosquelética, 74 neurológica, 103
degeneración axonal, 77, 165 neuromuscular, 173
dehidrobenzoperidol, 71 primaria
delirio, 39, 60 del injerto, 52
demecario, 29 hepática, 53
demencia de Alzheimer, 36 renal, 91, 142
denervación farmacológica, 166 respiratoria, 104
depresión, 39 disritmia, 35
cardiovascular, 97, 128 distonía, 70
inmunitaria, 67 distrofia
mayor de Becker, 80
bipolar, 110 de cinturas, 80
unipolar, 110 de Duchenne, 80, 133
melancólica, 112 de Emery–Dreifuss, 80
neonatal, 177 facioescapulohumeral, 80
psicótica, 112 miotónica, 81
respiratoria, 40, 61 muscular, 28, 79
desipramina, 60 de Duchenne, 79, 133
desprendimiento placentario, 178 oculofaríngea, 81
deterioro neurológico, 131 dolor
dexmedetomidina, 145 muscular, 116, 121
diabetes, 76 posoperatorio, 68
diacetilmonooxima, 40 domperidona, 75
diazepam, 66, 179 dopamina, 60, 70, 71, 72, 73, 103
dietiléter, 190 doxacurio, 144, 156, 170
difenhidramina, 75 doxacuronio, 100
difenilhidantoína, 66, 98, 99 doxapram, 145
Índice alfabético 197
I
K
íleo paralítico, 75 ketamina, 60, 74
imipramina, 60 ketorolaco, 114
impotencia, 79
incontinencia fecal, 37
inestabilidad L
cardiovascular, 136
hemodinámica, 61, 188 labetalol, 116
infarto laringoespasmo, 73, 126, 129
miocárdico, 108 laudanosina, 21, 54, 55, 98, 100,
reciente, 114 135
infección abdominal, 133 lesión
inflamación muscular, 136 celular, 64
insuficiencia cerebral, 127, 130, 132, 135, 136
cardiaca, 114 traumática, 127, 128, 131
congestiva, 108 cervical, 127
hepática, 30 de la neurona motora inferior, 62
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
N
M
náusea posoperatoria, 37
magnesio, 82, 143, 169, 189 nefropatía, 183, 186
malformación de Arnold–Chiari, 69 neomicina, 143, 145
manía, 108, 110, 112 neostigmina, 23, 24, 27, 28, 29, 30,
manitol, 182 31, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 44,
metilprednisolona, 66 45, 143, 145, 173
metilsulfato de neostigmina, 37 neumonía, 137, 150
metoclopramida, 73 por aspiración, 71
metocurina, 91, 100, 170 neuralgia del trigémino, 66
metohexital, 115 neuritis óptica, 65
metoxamina, 60 neuromiotomía, 15
metronidazol, 143, 145 adquirida, 16
mialgia, 115, 132 neuropatía, 17, 62
inducida por succinilcolina, del paciente en estado crítico,
132 78
miastenia gravis, 16, 29, 35, 36, 79 hereditaria, 78
midazolam, 41, 44, 78 periférica, 76
mielitis necrótica, 69 hereditaria, 78
mielopatía progresiva, 69 neurotoxicidad, 68
mioglobinemia, 19 nicardipina, 145
miopatía, 13, 79, 117, 135, 145, nicotina, 24, 26, 145
161 nifedipino, 143, 145
cuadripléjica aguda, 173 nimodipina, 143
del paciente nistagmus, 65, 69
crítico, 152 nitroglicerina, 114, 143, 145,
en estado crítico, 153 168
necrosante, 152 nitroprusiato, 114, 145
miosis, 33 noradrenalina, 24, 60, 72, 110
miotonía, 28, 81 nortriptilina, 60
Índice alfabético 201
O con insuficiencia
hepática, 21, 32, 50, 54, 55,
omeprazol, 143, 145 100
ondansetrón, 145 renal, 21, 32, 54, 103
osteoporosis, 117 con lesión
ouabaína, 2 cerebral, 127, 128, 131, 135,
óxido nitroso, 45, 74, 190 137
cervical, 127
medular crónica, 136
P con neuropatía, 76
con quemadura, 28, 186
paciente con relajación neuromuscular,
anciano, 133 160
anestesiado, 134 con sepsis, 165
catatónico, 108 con síndrome de Guillain–Barré,
cirrótico, 56 77
combativo, 127 con sobrepeso, 37
con aneurisma intracraneal, 114 con tetraplejía, 118
con cardiopatía, 186 con trauma, 129, 130, 165
congénita, 161, 172 craneoencefálico, 99
con cirrosis hepática, 51 encefálico, 125, 126, 128
con colestasis, 51 medular, 125, 126
con convulsión muscular, 120 múltiple, 133
con coronariopatía, 135 con traumatismo craneoencefá-
con déficit neuronal, 13 lico, 133
con depresión grave, 108 con tumor intracraneal, 100
con deterioro neurológico, 186 con ventilación, 165
con distrofia miotónica, 81 crítico, 141, 142, 144, 147, 149,
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relajación 45, 46, 52, 53, 54, 64, 89, 91, 92,
muscular, 3, 63, 97, 137, 178 93, 98, 100, 102, 117, 118, 129,
neuromuscular, 55, 178 134, 135, 141, 142, 143, 144,
relajante 145, 156, 160, 161, 162, 165,
muscular, 2, 4, 7, 17, 49, 59, 62, 170, 172, 186, 188, 190
77, 78, 97, 101, 107, 109, 116, ruptura
117, 119, 121, 125, 126, 127, cardiaca, 114
128, 131, 147, 177 de aneurisma intracraneal, 99
despolarizante, 18, 62 uterina, 178
esteroideo, 137
no despolarizante, 18, 62, 134, S
136, 189
neuromuscular, 50, 56, 98, 102, sacudida muscular, 28
141, 144, 146, 149, 150, 155, salbutamol, 143
157, 179 salicilato de fisostigmina, 40
despolarizante, 51, 158 sección medular, 28
remifentanilo, 118 sedación, 60
reserpina, 71 sedante, 109
respuesta inflamatoria, 125 sepsis, 137, 151, 165
retención urinaria, 73 serotonina, 61
retrasplante, 52 sevoflurano, 44, 118, 145
riesgo síndrome
de aspiración, 74 anticolinérgico central, 35
pulmonar, 104 catatónico, 112
de broncoaspiración, 64, 178 de Anderson, 15
de edema cerebral, 114 de bajo gasto cardiaco, 173
de fractura, 117 de compresión aortocava, 178
de hipercalemia, 62 de disfunción multiorgánica, 151
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.