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Boedo y

Sur Tangos
Florida

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y miradas sobre la ciudad Pasión
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AÑO 6 - NUMERO 57 - Julio 2007

> SUMARIO

Cultura de las ciudades (I) Página de Inicio

Dos escuelas: Boedo y Florida La mirada del flâneur

Buenos Aires y sus cafés como un espacio urbano para la creatividad literaria. I Por Gabriela Yocco De Florida a Boedo, 2007
La opción por el Sur I Por Marcelo Corti
N. de la R: el texto de esta nota es la base de la ponencia presentada por la autora en el En Boedo entre San Juan y la cortada San
Seminario Reforma económica, Integración regional y Democratización en Argentina y Chile, Ignacio, los bares con nombres de escritores
realizado en el mes de junio en Buenos Aires y Santiago por FLACSO. simulaban para nuestro grupo una continuidad
con un pasado que en realidad fue desechado
por décadas hasta que se descubrió su potencial
para el armado de un incipiente circuito
turístico. Fue una buena ocasión de discutir que
tan real y que tan mitológico es el ciclo "arrabal
– barrio obrero – sur profundo" que propone el
tango Sur (del que no se discutió, en cambio, su
calidad poética y musical, bien expresada a
capella por la profesora Yocco). Siguiendo el
recorrido, el Pasaje Totoral se mostró como un
hermano pobre y desconocido de los pasajes de
Palermo Viejo que, 30 o cuarenta cuadras al
norte, hoy se reivindican como un supuesto
SoHo porteño.

Cultura de las ciudades (II)


Tangos del Sur
La fundación poética del barrio porteño:
Boedo, Pompeya, Almagro, Chiclana... I
Por Marcelo Corti
Introducción
La historia del tango, como la de Boedo,
registra cortes dolorosos. Mencionaré uno,
A partir de la llamada "Generación del Centenario" -es decir, aquella que ubicamos
generacional, que me toca por razones
temporalmente en 1910, al cumplirse los cien años de la Revolución de Mayo- la estructura epocales. Hubo a partir de los años ’60 (o
socio-cultural de Buenos Aires comienza a sufrir modificaciones radicales que afectarían, quizás un poco antes), una negación juvenil del
entre otras cosas, al campo intelectual. Si seguimos la línea diacrónica propuesta por Ivonne tango que hizo pensar en la posible
Bordelois en El país que nos habla, obtenemos el siguiente mapa de generaciones, en este desaparición de su vigencia. La crisis poética,
los conflictos sobre el "verdadero tango" y,
caso, con propuestas ideológico-literarias: especialmente, el abandono del tango bailado,
fueron a la vez el marco y la consecuencia de
Tenemos, en los noventa años que transcurren entre 1837, fecha que marca la llegada al Río esa brecha cultural abierta entre padres e hijos.
de la Plata del Romanticismo, de la mano de Esteban Echeverría, a 1927, la irrupción de los Sea cual fuera el futuro del relativamente
reciente renacimiento tanguero, y todo lo
movimientos vanguardistas, cambios que determinan una actitud hacia la lengua. Una actitud exasperante que sea el tematicismo que lo
por parte de los intelectuales que intentan concentrar el poder a la hora de definir una "cultura marca, al menos este revival implica la
nacional". En este sentido, podemos pensar a "la lengua" como un elemento mucho más recuperación de una producción artística
político que "lingüístico". excepcional y de una formidable cultura urbana.

La Generación del ’37, a la que se sumaría más tarde Sarmiento, se ve inmersa en un debate Lugares
con lo hispano, con su normativa, que afirmaba fundamentalmente un derecho de autonomía Boedo Universal
cultural que los "distinguiera fuertemente de sus antepasados coloniales". Esta necesidad
implicaba diferenciarse y, también, forjar una lengua futura. Desplazamientos y retornos urbanos de la
pasión azulgrana I Por Mario L. Tercco
En los ’80, el faro cultural se vuelve hacia la Europa francesa. París es el modelo, el centro de
la emanación de los saberes y de los movimientos estéticos. Finalmente, la Ciudad Deportiva y su Estadio
Pedro Bidegain constituyen la avanzada de
Boedo hacia el sur profundo y desangelado, el
Finalmente, en 1927, junto y a raíz del fuerte impacto inmigratorio -lo que los hombres de esta Bajo Flores recuperado a partir del Plan
generación consideran en su mayoría la "horda inmigratoria"- se ven abocados a una tarea Regulador de 1958-62. La posesión de este
que difiere en un todo con la de las generaciones anteriores: reafirmar un pasado nacional- predio, que hasta mediados de siglo XX era
parte de un insalubre bañado, fue pieza de
patricio, una "pureza" que muchas veces anida, paradójicamente, en el pasado hispano. cambio en la extorsión que sufrió el club en la
última dictadura. (con un celebre relator de
Siguiendo las consideraciones de Bordelois, las dos primeras generaciones necesitan marcar fútbol como cómplice y vocero). La zona sigue
distancia con una España sinónimo de dominación y no muy amada ni admirada. En cambio, siendo hoy tan postergada como lo era en los
la generación del ’27 se vuelve "centrípeta", una defensiva frente a los "advenedizos ’60; cercana sin embargo al núcleo original de
Boedo, tanto la Ciudad Deportiva como su
invasores" que amenazan contaminar, entre otras cosas y por sobre todo, el idioma. Esa barrio necesitan que el eterno discurso vacío
"intimidad lingüística", conquistada duramente por las generaciones anteriores (Bordelois, sobre el Sur se lleve a la práctica desde el poder
Ivonne, "Martín Fierro y Boedo", en El país que nos habla, Editorial Sudamericana, Buenos político y que el área se integre realmente a la
Aires, 2005). Ciudad.

Política de las ciudades


Para redondear un contexto, es importante señalar cómo estaba constituida la trama del
campo intelectual del momento. En estas primeras décadas del siglo se produce el fenómeno Esa cosa que perdió en Buenos
–o proceso- que Sarlo da en llamar "autoidentificación del escritor". El escritor se vuelve un Aires
"escritor profesional". Esto no implica ni define necesariamente el modo en que el escritor
obtiene los recursos para vivir. El mercado literario es todavía demasiado pequeño como para El triunfo de Macri y la "sofisticada
permitir a un autor sustentarse con la venta de sus obras. Lo que sí implica es un "proceso de política" porteña I Por Marcelo Corti
identificación del escritor": son sujetos que dejan de ser políticos y también escritores para ser
Una elemental lectura política indicaba que la
sólo escritores que en la práctica literaria cotidiana afirmaban su identidad social. destitución de Ibarra votada por los legisladores
en marzo del 2006 era funcionalmente eficaz a
la expectativa macrista. Los tres legisladores
kirchneristas que participaron del juicio político
expresaron las distintas posibilidades ante la
elección: un voto a favor de la destitución, una
abstención y un voto en contra. Cuesta creer
que estos oscuros diputados no hubieran podido
ser disciplinados a la estrategia política del
Presidente: o bien el kirchnerismo apostó a la
debacle de Ibarra, o bien hizo una lectura
incorrecta de la situación. Tampoco pudieron
disciplinar a Telerman, a pesar de que era el
hombre del peronismo en la fórmula del 2003.

Arquitectura de las ciudades


El autor y el intérprete
Le Corbusier y Amancio Willliams en la
Casa Curutchet I Por Daniel Merro Johnston
En 1947 se conocen personalmente en París. El
argentino explica su magnífica propuesta para
un edificio de oficinas que terminaba de
proyectar y sueña con un futuro industrial,
preciso y moderno para sus obras cuando Le
Corbusier le presenta a Jean Prouvé. Pero la
prueba de fuego llegaría en 1949, cuando Le
Corbusier lo elige para dirigir su proyecto más
La "amenaza inmigratoria" reciente, la Casa Curutchet en La Plata. En ese
momento cambian los roles: de amigos a
Los inmigrantes de finales del siglo XIX no provenían de donde se los esperaba, sino de una colaboradores. En lugar de debatir sobre
Europa empobrecida. En general carecían de formación escolar, muchos de ellos eran conceptos y teorías de la modernidad en
abstracto, tendrían ahora que compartir la
analfabetos. La generación siguiente, en cambio, se diferencia cualitativamente y, no sólo se misma obra y en algunos casos situarse uno a
incorpora al proceso productivo de una nación en crecimiento, sino que también avanza cada lado del atril. Las condiciones variaron
sustancialmente en el terreno cultural. La marca de esta generación no deja de ser sustancialmente: de maestro y discípulo a autor
fuertemente innovadora en los terrenos del periodismo, la literatura y los emprendimientos e intérprete.
editoriales. Sin embargo, este aporte no es visto con agrado por los "porteños de pura cepa", Nuevo y exclusivo de café de las
que pretendían representar con exclusividad el mandato intelectual de la nueva generación
ciudades
posterior al Centenario.
Proyecto Mitzuoda I Una ficción
El escritor pasa a ser el portaestandarte de una identidad nacional amenazada por la metropolitana contemporánea (por
"contaminación lingüística" del inmigrante y también por sus costumbres y por sus gustos entregas). I De Carmelo Ricot, con
literarios. Un baluarte largamente defendido y con celosa protección amenaza con Verónicka Ruiz
desmoronarse frente a una oleada de nuevos habitantes que comienzan a afincarse en la
ciudad de Buenos Aires y a modificarla en más de un sentido. Al respecto, no carece de Epílogo (segunda parte)
importancia la transformación del mapa urbano de la ciudad. Un mapa que no sólo denuncia Donde se explica un curioso episodio de
un crecimiento no previsto y, por lo tanto, desordenado y hasta caótico, sino también una paternidad compartida, falseamiento de
pertenencia de clase, una división ideológica. identidades y retiro del mundo.

La calle Florida, eje del porteñismo aguerrido, de la extraña mezcla de vanguardia, Mensajes al café
cosmopolitismo y xenofobia de estos años, sigue siendo la calle de la elite. Una calle sin Adiós al maestro Vilca, desalojo en Santiago y el
espíritu, como la definiría, palabras más palabras menos, Roberto Arlt. Una calle en la que blog de Susana Fernández Quesada.
todos se reconocen, se saludan, se reafirman en su sensación de pertenencia a esa "clase" de
legítimos portadores de lo porteño puro, de la pura idiosincrasia de una ciudad. Café corto
Semana de Boedo - Ciudad e inmigración, en
Entre tanto, Boedo comienza a crecer desde el loteo de quintas hasta parcelas de bajo costo, Buenos Aires - Muebles Improbables, por Miguel
destinadas a las viviendas de los inmigrantes. Este cambio urbanístico también implicó, por Jurado - Miradas perdidas y corazones solitarios,
supuesto, cambios en la estructura cultural del barrio. La confluencia en esta zona de los muestra fotográfica en Barcelona - Revista OÍDLES
- Inversión, concentración y desindustrialización -
suburbios de la ciudad de diferentes individuos, con sus cargas culturales propias, sus propios Concurso de experiencias exitosas en gestión del
anhelos y su propio bagaje cultural, proporcionó al barrio características distinguibles del resto agua - XXII Jornadas de Investigación Urbe y
de la ciudad. Territorio, en la FADU-UBA - Seminario Hipótesis
de Paisaje, en Santiago - Piacenza Futura:
experimentar la renovación urbana - Laboratorio
Estos inmigrantes, primero ahogados por la añoranza del regreso, pero paulatinamente de la Vivienda del Siglo XXI, en Barcelona - Dott,
insertándose en la vida social y cultural de la ciudad, fueron el germen de una nueva innovación social y diseño - Convención de
Ordenamiento Territorial y Urbanismo, en La
concepción de la literatura y de la política -con su bagaje de ideas anarquistas y de Habana - Seminario Internacional de Ordenamiento
transformación social-. Insertos desde el comienzo en un contexto de pobreza, no tardaron en Territorial, en Mendoza - XII Seminario de
impulsar también desde lo literario y desde el mismísimo idioma un cambio que para unos se Arquitectura Latinoamericana, en Concepción y
Chiloé - Himnos del Ciclón... - El grito de Soriano.
resumía en la palabra "revolución" y para otros implicaba un proyecto de cambio con
diferentes estrategias pero con las mismas finalidades. Este, entre otros, también era el
"peligro" que significaba esta "horda de inmigrantes". Las necesidades de cambio ante
una sociedad cargada de injusticias y desequilibrios, de una sociedad que estaban seguros de
poder cambiar.

El idioma, la palabra, la literatura, en fin, no están ajenos de modo alguno a este instrumento
de cambio que, desde Boedo, estos nuevos actores sociales se proponían encarnar. La
Editorial Claridad (que significa sin duda el antecedente inmediato de Eudeba, Editorial
Universitaria de Buenos Aires, o de CEAL, Centro Editor de América Latina, en los sesenta)
más la publicación en folletos de colección "Los Pensadores", fueron baluartes de un intento
de difusión democrática de las ideas hasta ese momento inédito en el círculo intelectual
argentino.
Florida y Boedo: una dicotomía compleja

Entender la discusión entre dos de los grupos más significativos de la historia literaria
argentina simplemente como estética reduce y minimiza lo que esta oposición significó en su
momento y, de algún modo, sigue significando. Podemos pensar que, a partir de este
"agrupamiento", el mapa cultural literario e ideológico queda trazado de un modo indeleble.
Quién participó de qué grupo, qué implicaba pertenecer a cada uno de ellos y quienes se
"movían libremente" entre uno u otro sigue definiendo hoy una pertenencia que es literaria
pero también mucho más que eso. Si ocultamos o ignoramos la ferocidad del enfrentamiento
entre ambos grupos también estamos ocultando e ignorando todos sus matices político-
sociales y discriminatorios que la tiñeron y caracterizaron. El conflicto entre los grupos de
Boedo y Florida fue mucho más que algunas escaramuzas menores mencionadas, por
ejemplo, por Borges en posteriores publicaciones.

El grupo Florida se aglutinó en torno de, fundamentalmente, una publicación: la revista "Martín
Fierro". Ser "martinfierrista", pertenecer al Grupo de Florida o a la vanguardia son, entonces,
términos intercambiables. ¿Qué significaba, concreta y simbólicamente, aglutinarse en esa
época en torno a una publicación?

En principio, los avances de la llamada "Segunda Revolución Industrial" que afectan, como es
sabido, fundamentalmente a las comunicaciones, permiten un intercambio de ideas jamás
experimentado hasta ese momento. El abaratamiento de los medios de transporte y, en modo
especial, de los medios de impresión, acorta las distancias de un modo que para nosotros
puede parecer casi absurdo, pero que en estas décadas de principios del siglo XIX implicaron
una movilización intelectual sin precedentes.

Entonces fundar una revista formaba parte del necesario mecanismo de identificación: daba la
posibilidad de publicar casi simultáneamente traducciones que formaran un corpus y, por lo
tanto, un canon; abría discusiones, debates, ciclos de artículos que se respondían el uno al
otro; fomentaba las encuestas y proponían -o descartaban- a los "jóvenes escritores". Una
revista se conformaba así en un medio invaluable de construcción de identidad, difusión de
ideas y legitimación de posiciones, tanto literarias como ideológicas.

Las revistas más importantes de estas décadas son la mencionada Martín Fierro -en su tercer
época, que comienza en 1926-, que en principio se erige explícitamente como ruptura con
Nosotros, la publicación que por entonces constituía uno de los modelos a rebatir por lo que
sería la vanguardia propuesta desde Florida. Proa es otra de las publicaciones en la que
podemos ver colaboraciones frecuentes de Borges, del poeta Oliverio Girondo -entre otros-
ambos vinculados fuertemente con Martín Fierro y con el movimiento vanguardista.

Si de mecanismos de legitimación y de identidad se trata, es llamativo el rol que la vanguardia


argentina le otorga al Estado. En el contexto de los movimientos vanguardistas de la época,
que en su mayoría tenían como pilar fundamental la ruptura con las instituciones y todo lo que
éstas implicaran, la actitud de los martinfierristas se distingue de un modo particular. Por esto
resulta casi una paradoja la "doctrina del patronazgo", como la llama Beatriz Sarlo.

Si desde Boedo se apunta con un dedo acusador al Estado como parte fundamental de un
sistema corrupto y socialmente injusto, desde Florida se requiere un nivel de legitimación del
escritor o de las figuras culturales por parte de ese mismo Estado que lo coloca casi en el
lugar de mecenazgo. Esta intervención estatal, llamada desde la dirección de la revista Martín
Fierro a través de una serie periódica de artículos, se manifestaría concretamente en los
premios y concursos organizados institucionalmente, a un nivel de "oficialismo" que marcaría
el prestigio literario y que desplazaría el circuito de legitimación de los artistas jóvenes.

Así, se acepta el "concurso" como "mecanismo de promoción" y "reconoce explícitamente la


legitimidad de la intervención estatal como reguladora y patrocinadora de las artes:
incluso que los presidentes de la nación intervengan a favor del desarrollo artístico puede ser,
desde el punto de vista de esta vanguardia, ‘honroso para ambas partes’" (Sarlo, Beatriz,
"Vanguardia y criollismo, la aventura de Martín Fierro", en Ensayos Argentinos, de Sarmiento a
la Vanguardia, Editorial Ariel, Buenos Aires, 1997, págs., 222-223).

¿Qué implicaba, concretamente, la propuesta vanguardista de este grupo? En principio, como


toda vanguardia, parte de una ruptura que pretende ser radical con lo que la antecede. Para
los integrantes de Florida -mayoritariamente poetas- la vanguardia llegó principalmente de la
mano de un Borges recién llegado de España y deslumbrado por el Ultraísmo. Un movimiento
literario español cuya doctrina adjudicaba a la búsqueda de la metáfora un papel esencial, y
que Borges definió de esta manera: "Tachadura de las frases medianeras, de los nexos y los
adjetivos inútiles. Síntesis de dos o más imágenes en una, que ensancha así su facultad de
sugerencia". Así queda definido entonces el programa, al menos desde lo literario, que
seguirían en general los vanguardistas de esta generación.

Paradójicamente, este modelo de claro corte español se cruza con un enraizado


antihispanismo, con una alabanza a la modernidad, con antiinmigracionismo y una
inclinación a los modelos franceses. Si ponemos esto en contexto, nos arroja una mezcla
singularmente compleja. Por una parte, el ultraísmo y su origen innegablemente español, por
otra el antihispanismo pero en estrecha convivencia con la defensa del idioma "porteño" que
"amenazan" los inmigrantes con su nuevo bagaje lingüístico. Lugones, como figura, sintetiza
bastante bien este complejo marco de confluencias. Se lo rechaza o se lo admira, sin medida,
sin reconvenciones. Sin duda es un punto de mira, o se escribe desde él o en contra de él.
Pero no puede obviarse. No ocurre lo mismo con Rubén Darío. Del poeta fundador del único
movimiento literario puramente latinoamericano, el modernismo, se reniega sin pudores.

Este conjunto de inclinaciones estético-ideológicas, sumado al gusto por el jazz, por la música
de Stravinsky y otras sofisticaciones, no puede ocultar de modo alguno una tendencia
clasista. Un clasismo determinado por la opción por los lujos de la vida moderna y, desde lo
fonético, por una impecable dicción porteña que los detenta en portadores del "deber ser" del
idioma y que los distingue de los boedistas.

Los integrantes más destacados de este grupo eran Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Evar
Méndez (director del periódico Martín Fierro), Norah Lange y Leopoldo Marechal. Por otra
parte, en la confluencia entre Florida y Boedo, podemos encontrar figuras como Raúl
González Tuñón o Nicolás Olivari, que responden a las propuestas de ambos grupos.
Para Boedo, desde el punto de vista estético, el predominio estará puesto en la novela de
corte realista-naturalista, en la literatura al servicio de la revolución social y en la
concepción del "arte comprometido", en lugar del "arte por el arte" propuesto por la vanguardia
martinfierrista. Desde el punto de vista político, ya hemos mencionado el aporte que desde la
segunda generación de inmigrantes nos llega de las corrientes socialistas y anarquistas
europeas. La revolución social, o el cambio hacia una sociedad más justa, será entonces el
campo de apoyo en el que se sustentarán todas las actividades culturales, incluso y
fuertemente, la literaria.

Como bien apunta Ivonne Bordelois (ibíd., pág. 59), aparentemente esta "batalla" estético-
ideológica la ha ganado la vanguardia martinfierrista. Entonces, si la historia la narran los
vencedores, no sólo se narra una versión de la historia desde este costado literario (y como
suele constar en más de un manual o de lo legitimado institucionalmente como "historia de la
literatura argentina"), sino que además se suprime la parte de esa historia que resultó
resueltamente enriquecida por el aporte del grupo de Boedo.

Siguiendo a Bordelois: "El tono de la literatura argentina, a partir de esa generación, será más
y más acentuadamente porteño, establecido y dictado por porteños, y será correlativamente
más difícil para los escritores de provincia salir de los rangos del anonimato y brillar
paralelamente a los nombres consagrados en Buenos Aires" (ibíd., pág. 59). Y de esta
centralización cultural son responsables ambos grupos.

Este grupo no sólo logra una toma de conciencia social inexistente hasta el momento: también
y a partir de sus traducciones, introduce en el sistema literario argentino "algunas de las obras
europeas más revolucionarias de principios de siglo". Se publicaron, gracias a su esfuerzo, en
millares de ejemplares, a Dostoievsky, Shopenhauer o Nietzsche. Se trataba de jóvenes
escritores que expresaban la necesidad de cambio, como dijimos, frente a una sociedad
injusta, que veían cargada que desequilibrios; una realidad, en fin, que ellos estaban
convencidos de poder cambiar.

Así es que presentaban desde la literatura los hechos del modo más descarnado posible, los
conflictos humanos en tono de denuncia. Este modo de percibir el arte quizá haya alcanzado
su máxima expresión en las obras teatrales -por las características propias del género- que
crearon. Hablamos de Los Pensadores, una de las publicaciones casi con forma de folletín -
por lo económico de las ediciones y de su manufactura- que dio lugar después a la Editorial
Claridad, en la que la izquierda se manifestaría por escrito durante décadas.

Allí los boedistas expresaron con palabras que dejan de lado cualquier explicación: "La
literatura no es un pasatiempo de barrio, no: es un arte universal cuya misión puede ser
profética o evangélica". También, y en concreta referencia a la literatura nacional, sostenían:
"Hacemos realismo porque tenemos la convicción de que la literatura para el pueblo debe ser
sincera, valiente... Los escritores que hicieron sano realismo enfrentarán a los que viven de la
literatura falsa, romántica y hueca". En estas palabras podemos descubrir un velado o semi-
velado ataque a las vanguardias que les eran contemporáneas.

Los escritores de Boedo recibían las influencias de un perfil de arrabal que del que no
renegaban y que, por el contrario, intentaban reflejar sin freno alguno. También era evidente la
influencia del realismo social que mostraban los escritores rusos. El mencionado Dostoievsky,
pero también Tolstoi y Gorki. Y no sólo los rusos, sino además otros europeos como Román
Rolland, Emilio Sola -el arquetipo por antonomasia de intelectual moderno-, y Enrique
Barbusse. Ellos aportaron su mirada naturalista, muchas veces violenta, en sus enfoques de la
realidad cotidiana.

Si bien se marca a este grupo con el predominio de la prosa, la poesía no fue ajena a estas
manifestaciones. Las obras de Raúl González Tuñón que lo acercan más a Boedo muestran la
misma sensibilidad y modo de impactar sobre la realidad; por ejemplo, en su libro Violín del
Diablo, de 1926 (se toma como referencia lo expresado por Zakim, Néstor, J., en "Boedo, su
historia, su espíritu...", Boedo Un barrio con historias, Edición del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, 2006):

"Cien lucecitas, maravilla


de reflejos funambulescos.
Aquí hay una mujer y manzanilla,
aquí hay olvido, aquí hay refrescos.
Pero sobre todo mujeres
para los hombres de los puertos,
que prenden como alfileres
sus ojos en los ojos muertos".

Son representantes fundamentales de este grupo Elías Castelnuovo, Leónidas Barletta y


Roberto Mariani, Alvaro Yunque, Roberto Arlt, Nicolás Olivari, y otros.
Lugares de confluencia: de lo privado a lo público

Es, entonces en estas décadas fundamentales en las que se forma una nueva identidad
social, la del artista. Y, por consiguiente, nuevas relaciones entre los "hombres de letras".
Estas nuevas relaciones requerirán nuevos espacios. Así, de la mano de la creciente
urbanización de la ciudad, se produce un paso fundamental en la conformación de los lugares
simbólicos de "encuentro". De los salones y los clubes se pasa a los cafés.

El café se erigirá en el lugar de encuentro por antonomasia de la estirpe porteña argentina,


una mezcla de parentescos y camaraderías, de relaciones políticas y de romances o
desencuentros literarios. El café será el lugar en el que por primera vez una mujer -Norah
Lange- se subirá sobre una mesa para recitar a viva voz un poema o gritar sus opiniones.

En el café se configuran los estereotipos de la bohemia, del "escritor malogrado" y el de las


"jóvenes promesas". En palabras de Sarlo, un lugar para la conformación de cofradías, tanto
estéticas como ideológicas. Todo un entramado de condiciones socio-culturales deriva en el
espacio híper-simbólico del café, como lugar sacro del imperio porteño. El "lugar de encuentro"
por excelencia, que perdura hasta nuestros días.

La dicotomía "Florida / Boedo; Vanguardia / Izquierda; Ultraísmo / Realismo (...) se proyectan


a la literatura en el nombre de dos calles de la ciudad de Buenos Aires: históricamente
aristocrática y situada en el centro la primera; obrera y fabril la segunda, que atravesaba lo
que entonces era el suburbio suroeste de la ciudad" (Prieto, Martín, "Capítulo 8", en Breve
Historia de la Literatura Argentina, Editorial Taurus, Buenos Aires, 2006, pág., 223). Así los
espacios simbólicos de pertenencia a grupos estéticos se hacen concretos en los espacios
de pertenencia en determinados cafés: la clave del encuentro, del debate, del torbellino de
ideas. Espacios para crear revistas, para leer en voz alta textos propios o ajenos. Espacios, en
fin, en los que se materializa y cristaliza esa identidad de la que hablamos anteriormente.

La trama del campo intelectual, que podemos rastrear en las revistas, en los manifiestos, en
los famosos "epitafios" con los que los martinfierristas atacaban a sus opositores de Boedo,
tiene su correlato exacto en esos puntos de encuentro que también podemos marcar como
pares opuestos y, además, enfrentados:

Centro Periferia

Martín Fierro Boedo


Lector de poesía Lector inseguro del idioma
(prefiere las novelas)

Alabanza del cine y del Jazz Tango

Dos sistemas literarios, dos sistemas de traducciones, dos formas que se acusan mutuamente
de cosmopolitismo. Y, como consecuencia, dos lugares de encuentro: la confitería Richmond,
en un lugar privilegiado de la calle Florida para los martinfierristas. Y, en Boedo 837/39, en un
local ubicado en el fondo de una construcción que ha llegado hasta nuestros días, "Antonio
Zamora se reunía con jóvenes escritores: Elías Castelonuovo, Álvaro Yunque, Leonidas
Barletta, Roberto Arlt, Nicolás Olivari, Roberto Mariani y otros (...), jóvenes proletarios
representativos de intereses de perfil popular coherente con su formación política y con su
modo de vida" (Zakim, Néstor, J., "Boedo, su historia, su espíritu...", en Boedo Un barrio con
historias, Edición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2006, pág., 13). Algo similar
podemos decir acerca del grupo de escritores que se reunía, entre otros lugares y
preferentemente, en la Richmond. No cualquier lugar, sino un lugar que representaba y
ratificaba también una pertenencia social. Un lugar de reconocimiento mutuo y de mutua
aceptación.

GY

La autora es poeta, ensayista, docente de castellano, literatura y latín y profesora de música.


Es titular del curso El lenguaje en acción: palabra y paisaje urbano en la Literatura Argentina,
que dicta en FLACSO.
Ver su blog puertas adentro.

La presentación de esta ponencia en el Seminario de FLACSO se continuó con la recorrida


urbana descripta en la nota De Florida a Boedo, 2007, en este número de café de las
ciudades.

Buenos poemas de Oliverio Girondo están publicados en el sitio Web de Daniel Rodríguez, de
donde se obtuvo la imagen de Espantapájaros que se reproduce en esta nota; el sitio El Ortiba
contiene textos de Nicolás Olivari y el tango La Violeta, que compuso junto a Cátulo Castillo,
grabado por Carlos Gardel; el facsímil del poema de Cesar Tiempo se obtuvo del sitio de
Matilde Alba Swan.

Un poema de Raúl González Tuñón:

La Libertad

(de La muerte en Madrid)

De pronto entró la Libertad.

La Libertad no tiene nombre,

no tiene estatua ni parientes.

La Libertad es feroz.

La Libertad es delicada.

La Libertad es simplemente

la Libertad.

Ella se alimenta de muertos.

Los Héroes cayeron por Ella.

Sin angustia no hay Libertad,

sin alegría tampoco.

Entre ambas la Libertad

es el armonioso equilibrio.

Nosotros tenemos vergüenza,

la Libertad no la tiene,

la Libertad anda desnuda.

(Y el señor Jesucristo dijo

que el reino de Dios vendrá

cuando andemos de nuevo desnudos

y no tengamos vergüenza.)

Hermanos, nosotros sabemos,

pero la Libertad no sabe.

II

Hay que ser piedra o pura flor o agua,

conocer el secreto violeta de la pólvora,

haber visto morir delante del relámpago,

conocer la importancia del ajo y el espliego,

haber andado al sol, bajo la lluvia, al frío,

haber visto a un soldado con el fusil ardiente,

cantando, sin embargo, la Libertad querida.

Viva el amor, la vida poderosa,

la muerte creadora de olores penetrantes

y eso porque uno muere y resucita,

la luz sobre los techos de la aurora,

sobre las torres del petróleo,

sobre las azoteas de las parvas,

sobre los mástiles del queso y el vino,

sobre las pirámides del cuero y el pan,

la gente retornando,

una ventana con la bandera en familiar bordado


y la exacta ambulancia, con heridos,

cantando, sin embargo, la Libertad querida.

Hay que ser como el puente necesario,

natural como el lirio, como el toro,

saber llegar al fondo del silencio,

al subsuelo del brote y a la raíz del grito,

hay que haber conocido el miedo y el valor,

haber visto una mano que agita una linterna

de noche, hacia el distante nido de metralla,

hay que haber visto a un muerto cicatrizado y solo

cantando, sin embargo, la Libertad querida.

III

De pronto entró la Libertad.

Estábamos todos dormidos,

algunos bajo los árboles,

otros sobre los ríos,

algunos más entre el cemento,

otros más bajo la tierra.

De pronto entró la Libertad

con una antorcha en la mano.

Estábamos todos despiertos,

algunos con picos y palas,

otros con una pantalla verde,

algunos más entre libros,

otros más arrastrándose, solos.

De pronto entró la Libertad

con una espada en la mano.

Estábamos todos dormidos,

estábamos todos despiertos

y andaban el amor y el odio

más allá de las calaveras.

De pronto entró la Libertad,

no traía nada en la mano.

La Libertad cerró el puño.

¡Ay! Entonces...

RGT

> ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES

café de las ciudades es un lugar en la red para el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina o profesión:
cualquiera que tenga algo que decir puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos. Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas, según el gusto de cada uno), y
tolerancia con las opiniones ajenas, son la única condición para entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café: trataremos de demostrarle su error. Nuestro café está en cualquier lugar
donde alguien lo quiera disfrutar, pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque desde allí se mira mejor en todas las
direcciones. Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles, y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar caminando a nuestro café, y por eso viene gente del centro y de
todos los barrios (sí alguien prefiere un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar de bar en bar: ¿cómo pedirle a los
parroquianos que se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única cadena a la que pertenece el café de las ciudades: la de todos los cafés únicos e irrepetibles, en
cualquier esquina de cualquier ciudad.

Marca en trámite
Editor y Director: Marcelo Corti
Diseño: Laura I. Corti
Corresponsal en Buenos Aires: Mario L. Tercco

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