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¿CUÁL ES EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA PEDAGOGÍA?

Esta tiene como objeto de estudio la educación con la intención de organizarla para cumplir
con determinados fines, establecidos a partir de lo que es deseable para una sociedad, es
decir, el tipo de ciudadano que se quiere formar.
El objeto de estudio en la pedagogía es «la educación», 
La pedagogía estudia a la educación como fenómeno complejo y multirreferencial, lo que
indica que existen conocimientos provenientes de otras ciencias y disciplinas que le pueden
ayudar a comprender su objeto de estudio; ejemplos de ello son la historia, la sociología,
la filosofía, la psicología y la política, entre otras. 
El proceso formativo que tiene como dimensiones lo instructivo, lo educativo y lo
desarrollador o capacitivo y como categorías el proceso instructivo, el proceso educativo y
el proceso desarrollador. El proceso formativo puede hacerse en instalaciones escolares y
fuera de instalaciones escolares y por eso está el proceso formativo escolar y el proceso
formativo no escolar. Dentro del primero está el proceso docente educativo, el proceso
extra docente y el proceso extraescolar.
El hecho de tener un objeto de estudio bien determinado hace que pueda determinarse un
campo de acción y uno de estos puede ser el proceso formativo escolar como caso
particular.
Existe una comunidad que se encarga del estudio y desarrollo de esta ciencia y además
pueden encontrarse leyes que la rigen. Estas son:
• Relación entre el proceso formativo y la vida.
• Relación entre lo instructivo, lo educativo y lo desarrollador.
• Relación entre el proceso formativo y la actividad
• Tiene métodos generales de investigación como son: los empíricos y los teóricos.

SABER PEDAGÓGICO
El saber pedagógico es teoría y práctica; la primera se logra a través de las reflexiones
conscientes o inconscientes de los docentes y esa producción teórica fundamenta la práctica
que a su vez prueba la teoría.
El saber pedagógico son los conocimientos, construidos de manera formal e informal por
los docentes; valores, ideologías, actitudes, prácticas; es decir, creaciones del docente, en
un contexto histórico cultural, que son producto de las interacciones personales e
institucionales, que evolucionan, se reestructuran, se reconocen y permanecen en la vida del
docente.
El saber pedagógico esta en continua reconstrucción, debido a la variabilidad de la práctica
pedagógica.

Importancia del Saber Pedagógico


De lo vivido con otras personas.
De las experiencias de apropiación de la realidad educacional.
Vacío Teórico Saber Pedagógico
Las prácticas pedagógicas de los docentes tengan sentido
Ejercicio docente

Elementos que componen el saber pedagógico


-La institución formadora de docentes. -La Escuela.
-Cognitiva - Formales
- Informales -Afectivas
- Sentimientos - Afectos
- Valores -Procesual
- Flujos de Interacción - Permanencia de Significados

SITUACION ACTUAL DE LA PEDAGOGIA EN NUESTRO MEDIO


La pedagogía actual debe innovarse y transformarse para establecer una formación integral
y poder satisfacer las necesidades de esta vida contemporánea.
La pedagogía es vital importancia para convertir la educación en una herramienta al
servicio del cambia y la transformación de las sociedades latinoamericanas.
La pedagogía actual requiere incentivar aprendizajes creativos, transformadores e
innovadores.
Cada día se hace necesario proporcionar conocimientos, desarrollar habilidades y actitudes
que preparen a los alumnos para asumir de manera consiente las tareas de la participación
social, facilitando la flexibilidad para adaptarse a un mundo en permanente transformación
o cambio, que garantice la atención a las necesidades de diferentes grupos en diversos
espacios y situaciones, que sean incluyentes, es decir una educación que propicie la equidad
independientemente en el medio que se viva.
El objetico final de la pedagogía en la actualidad es transformar al estudiante de pasivo a
crítico, creativo de modo que se haga consiente de su situación social, esto se puede lograr
a través de la labor del docente durante la practica pedagógica y con la participación del
estudiante en su desempeño escolar.
El acto de enseñar se considera como un aspecto inherente al docente, quien es reconocido
como un actor fundamental y responsable de contribuir con el desarrollo de competencias
cognitivas y sociales, ejecutor de contenidos y currículos, sin una visión crítica. Sin
embargo, en el siglo XXI esta actividad docente toma aspectos que configuran el papel en la
educación y en la sociedad, no solo como un personaje pasivo, sino como un sujeto
transformador, reflexivo, investigador y capaz de autoevaluarse. Capacitado para
transformar un modelo tradicional de repetición en un autor y creador de conocimiento
basado en la reflexión.
Tal saber pedagógico se funda, desde las ciencias sociales y humanas, en el eje
socialización, sujetación (en su doble acepción: ser agarrado por un orden social y ser
convertido en sujeto - persona de su propio desarrollo) y habilitación para el trabajo
(competencias) que en el terreno académico-escolar se traducen en educación, pedagogía y
didáctica.
Saber pedagógico entiende como el conjunto de conocimientos de niveles desiguales
(cotidianos o con pretensión de teóricos), cuyos objetos son enunciados en diversas
prácticas y por sujetos diferentes. Siempre especiñca un sujeto-soporte. El discurso
asumido como saber tiene por Gnalidad metodológica el análisis de segmentos de discurso
provenientes de diferentes prácticas, el análisis de su existencia práctica en regiones del
saber y del poder y el análisis de su surgimiento en superficies del poder y del saZ>er
(Zuluaga, 1999,148).
El saber adjetivado como pedagógico está conformado por los diferentes discursos a
propósito de la enseñanza entendida en sentido práctico o conceptual. Retínelos temas
referentes a la educación, la instrucción, la pedagogía, la didáctica y la enseñanza. Es el
conjunto de conocimientos con estatuto teórico o práctico que conforman un dominio de
saber institucionalizado el cual conñgura la práctica de la enseñanza y la adecuación de la
educación en una sociedad. Circula por los más variados registros del poder y del saber
Según tal saberse defínen los sujetos de la práctica pedagógica así: • El que soporta el
método como distintivo de su oficio y de su relación con el saber • El que enseña por su
relación con un saber, no por su relación con un método (149).
Ahora bien
decimos saber pedagógico porque hemos asumido la Pedagogía como saber El saber es el
espacio más amplio y abierto de un conocimiento, es un espacio donde se pueden localizar
discursos de muy diferentes niveles: desde los que apenas empiezan a tener objetos de
discurso y prácticas para diferenciarse de otros discursos y especificarse, hasta aquellos que
logran una sistematicidad que todavía no obedece a criterios formales. Es decir, el saber nos
permite explorar desde las relaciones de la práctica pedagógica hasta las relaciones de la
Pedagogía, así: primero, de la práctica pedagógica con la educación, la vida cotidiana déla
escuelayelentorno sociocultural que la rodea, pasando por las relaciones con la práctica
política. Segundo, de la Pedagogía con la Didáctica, su campo de aplicación y de
articulación con los saberes enseñados; con las Ciencias de la Educación; con la historia de
la educación y de la Pedagogía que los historiadores de las ideas toman como historia de su
“progreso ”; y con las teorías que le han servido de modelo o de apoyo para su
conformación. Con la adopción del término saber para la Pedagogía, se busca destacarla
movilidad que brinda al investigador para desplazarse desde las regiones más
sistematizadas hasta los espacios más abiertos que están en permanente intercambio con las
ciencias humanas y otras disciplinas y prácticas (26).
El saber pedagógico no se refiere únicamente al hecho de enseñar, sino que explica el
hecho educativo de una manera diferente a como lo hacen otras disciplinas tradicionales. El
saber pedagógico se concibe como una construcción, un conocimiento frente al hecho
educativo que no solo tiene en cuenta el aspecto práctico, sino su fundamentación teórica.
Este saber orienta una forma de ser del docente al interior de la sociedad y genera una
impronta específica en cuanto a la configuración de libertad del pensamiento de los sujetos
y sus relaciones con lo social. Zambrano (2005)
El saber pedagógico se asume como “un saber complejo porque en la acción misma de dar
clase confluyen un conjunto de saberes y de habilidades que se traducen en prácticas
específicas, en maneras particulares de enseñar, que ponen en relación a unos sujetos que
interactúan y a unos conocimientos que han de ser enseñados” (Vasco, 1997, p. 306). Esto
implica comprender la enseñanza como el eje articulador del ejercicio del maestro, en la
que se intersectan cuatro preguntas fundamentales: ¿qué se enseña?, ¿a quién se enseña?,
¿para qué se enseña?, y ¿cómo se enseña?
El saber pedagógico como saber en construcción, se está moviendo pendularmente entre un
entre un saber-cómo y un saber-qué y esta oscilación permanente hace que la pedagogía
como saber reconstructivo se ocupe no solo del problema de cómo educar y enseñar sino
también del a quiénes se educa (problemas sicológicos y culturales), así como del para qué
se educa (problemas sociales y ético políticos).
En la Licenciatura, el saber pedagógico como eje central del ejercicio docente busca: a)
centrar el aprendizaje en el desarrollo de la autonomía; b) establecer una dialéctica entre
teoría y praxis, es decir, entre teoría del aprendizaje de las lenguas y las prácticas
educativas, y entre teorías pedagógicas y la praxis social, y c) articular la comunicación y el
lenguaje desde su naturaleza intersubjetiva, crítica, práctica y emancipatoria (Universidad
de La Salle, 2010). Partiendo de esa base, la praxis se asume como mediadora entre la
teoría y la práctica, como un vínculo entre el maestro y el estudiante que surge de la
práctica reflexionada en contextos determinados y da sentido a la dinámica educativa:
En la experiencia se asume la praxis como método en la acción pedagógica, el sentido de la
praxis, la práctica reflexionada y/o la acción-reflexiónacción, que avizora el estado de alerta
o conciencia del maestro y el estudiante, punto de encuentro de enseñanzas y aprendizajes,
fruto del actuar con la intencionalidad consciente del sentido de la acción pedagógica que
se produce, transformando el sentido de las acciones del quehacer cotidiano de la escuela,
sus formas y el proceso de interacción que allí se da. (Vargas, 2007, p. 121)
De esta manera, tanto el rol del maestro formador como el del estudiante en formación no se
reducen a ser transmisores o facilitadores del aprendizaje sino que implican una interacción
dialógica que, con los conocimientos y saberes, oriente la práctica docente hacia la reflexión sobre
el saber pedagógico y su contribución a la transformación social y educativa. Dicha transformación
se traduce en las repercusiones o impactos que el ejercicio reflexivo e investigativo promueve en
las experiencias educativas cotidianas del maestro e implica la implementación de acciones
puntuales que cualifiquen su práctica pedagógica. En otras palabras: […] el saber pedagógico está
en permanente creación, lo que permite al docente realizar continuas reconstrucciones, en tanto
examina y modifica sus acciones en el aula de clase. Avanzar en su entendimiento permite
vislumbrar los logros y falencias observadas, como punto de partida en el diseño de nuevos
modelos formativos, que se constituyen a partir de la voz del propio maestro. (González y Ospina,
2013, p. 107)

SITUACIÓN ACTUAL DE LA EDUCACIÓN

Si bien las escuelas son mejores, no son suficientemente buenas. Aunque la mayoría de los
niños ingresan a la escuela primaria, muchos lo hacen sin haber recibido ningún tipo de
educación preescolar. En América Latina, sólo el 25% de los niños de cuatro años asisten a
la enseñanza preescolar. El acceso a estos programas está distribuido de manera poco
uniforme y es un privilegio de los hogares urbanos de clase media y alta. Demasiados
alumnos abandonan la escuela primaria antes de haber adquirido aptitudes para leer y
escribir y retener una alfabetización funcional. Si bien las tasas han disminuido, América
Latina sigue caracterizándose por las tasas de repetición y deserción temprana más altas del
mundo.

Como consecuencia de estas grandes deficiencias en las escuelas de América Latina, el


aumento de los niveles de educación es cada vez más lento en comparación con otras
regiones. El nivel promedio de educación de la fuerza laboral de América Latina se elevó
de aproximadamente 2,5 años en 1955 a más de 4,5 años en 1990, pero en el mismo
período la educación promedio de los trabajadores de Corea, Taiwan, Singapur y Hong
Kong se elevó de aproximadamente 3,3 años a casi 9 años (Londono, 1996).

El aprendizaje total en los años de escolaridad primaria es desalentador y problemático


tanto para los alumnos como para los docentes en el ciclo secundario. Son varias las causas.
En primer lugar, en algunos países, el número total de horas de instrucción es relativamente
escaso. El ciclo escolar oficial de los países latinoamericanos tiene menos días que, por
ejemplo, Japón, pero además muchas de las escuelas tienen un horario de clases de menos
horas por día. La combinación de clases relativamente numerosas y la capacitación
deficiente de los docentes en el manejo del aula da como resultado una proporción
relativamente alta de horas dedicadas a resolver problemas de disciplina, con lo que se
reduce el tiempo total de instrucción. La salud deficiente de los niños y la imposibilidad de
llegar a la escuela cuando en condiciones climatológicas adversas reduce aún más el tiempo
que dedican los alumnos al aprendizaje. Si bien estos problemas son mucho más graves en
América Latina y el Caribe, también se presentan en escuelas rurales de Estados Unidos.

Los problemas de la calidad de la educación pasan del ciclo primario al secundario. La


matrícula en la escuela secundaria en América Latina y el Caribe se cuadruplicó desde
1990. En muchos países esta expansión fue posible estableciendo dos turnos de las escuelas
y los docentes y reduciendo el tiempo total de instrucción. En general, las escuelas de las
Américas que imparten el ciclo secundario básico han sido utilizadas como sistema para
eliminar a los estudiantes que no serían admitidos a las universidades. En Estados Unidos,
aproximadamente el 75% de los estudiantes concluyen su educación secundaria, pero este
porcentaje es menor en América Latina y el Caribe.

Si bien hoy en día se capacita a una proporción más alta de docentes que hace 50 años, gran
parte de esa formación es inadecuada para las condiciones de trabajo. La mayoría de los
docentes aprenden un sólo método de instrucción. La formación hace mucho más hincapié
en el contenido que en las técnicas y en el manejo del aula. La capacitación durante el
servicio es limitada y a menudo no está vinculada con la situación del docente. Los
docentes tienen pocas oportunidades de reunirse para analizar problemas e intercambiar
soluciones. Además, las personas que ingresan actualmente al cuerpo docente provienen de
hogares con niveles más bajos de educación y formación cultural que hace 50 años.

En América Latina y el Caribe la enseñanza es pedante y rígida, con bajo nivel de


participación de los alumnos. Se hace hincapié en el aprendizaje del contenido por
memorización y repetición. Se les da poco tiempo a los alumnos para redactar y se les
asignan pocos trabajos para hacer en la casa porque los docentes no tienen tiempo de
corregirlos. Los docentes rara vez alientan a los estudiantes a trabajar en grupos, utilizar
técnicas de aprendizaje por descubrimiento, o evaluar a los alumnos sobre la base de lo que
producen y no de lo que responden. La enseñanza de las ciencias se realiza principalmente
por exposición, dedicándose poco tiempo al trabajo de laboratorio o a la investigación. En
los pocos países que aplican exámenes rigurosos para determinar el pase de la escuela
primaria a la secundaria, los docentes se centran en prepararlos para pasar la prueba y no en
seguir el plan de estudios oficial.

En América Latina y el Caribe, la administración escolar está casi siempre a cargo de una
persona que no tiene formación formal en administración, y que cuenta con poco respaldo
de los supervisores y del ministerio central. Los administradores son responsables de
manejar los fondos limitados que tienen a su disposición y de monitorear la asistencia de
los maestros. Se reúnen pocas veces con los docentes y pocos administradores están en
condiciones de ofrecer asistencia a los docentes para mejorar sus métodos de enseñanza. En
los últimos años, la mayoría de los países de las Américas comenzaron a transferir la toma
de decisiones en materia educativa de los ministerios centrales aislados a las oficinas
regionales, distritales o municipales. Además, algunos países incrementaron el uso de
fondos públicos para subvencionar a escuelas privadas. Ninguna de estas reformas de
descentralización han producido grandes mejoras en el aprendizaje de los alumnos8. Una de
las principales limitaciones es la falta de administradores capacitados que puedan organizar
la participación de la comunidad y de los padres en la toma de decisiones y en la
movilización de recursos, y que puedan trabajar con los docentes para mejorar las prácticas
didácticas.

La matrícula postsecundaria y de educación superior creció más del 8% anual desde 1990.
En la actualidad, más del 19% de los miembros del grupo etario ingresan a instituciones de
educación superior en América Latina y el Caribe; en Estados Unidos y Canadá, la cifra es
de más del 50%. En todo el continente, las instituciones postsecundarias se quejan de que
los estudiantes que reciben no están debidamente preparados. Los índices de repetición del
año escolar son elevados y son pocos los estudiantes que concluyen sus estudios.

En América Latina, la demanda insatisfecha de educación superior  y la relajación de las


restricciones gubernamentales ha estimulado el establecimiento de muchas universidades
privadas. Algunas de ellas son de calidad dudosa y ofrecen programas que guardan poca
relación con las oportunidades de empleo. En las universidades públicas y privadas, es
limitada la producción de conocimientos nuevos a través de la investigación; la función
principal de la educación superior es la transmisión del conocimiento, a menudo no
vinculado con los objetivos nacionales y las prioridades económicas actuales. La mayoría
de los profesores no tienen formación a nivel de doctorado y más de la mitad tienen otros
empleos.

El mejoramiento de la calidad y la eficiencia de la educación en las Américas se ha


desacelerado debido a la falta de capacidad para aprender de las innovaciones dentro de los
sistemas nacionales y de las que se adoptan en otros países. En la mayoría de los casos, las
funciones de planificación, elaboración del presupuesto y evaluación son independientes;
sólo unos pocos ministerios de educación pueden asociar las variaciones en los insumos, las
prácticas y los costos con indicadores de desempeño del sistema, como el porcentaje de
alumnos que concluyen los estudios o el nivel de aprendizaje de los estudiantes. Pocos
países hacen esto de manera regular (McMeekin, 1998). Las reformas dependen de la
disponibilidad de nuevo financiamiento y no del análisis sobre la mejor manera de utilizar
los fondos existentes. Dado que los montos de nuevo financiamiento, sea de organismos
donantes externos o del presupuesto nacional, son erráticos, el mejoramiento del sistema es
un proceso intermitente y no continuo.
Durante los años ochenta disminuyó el gasto público en educación en América Latina y el
Caribe, al mismo tiempo que se elevaba la matrícula total. Ultimamente aumentaron los
niveles de gasto, pero aún así apenas superan los niveles de 1980. El gasto es de
aproximadamente la décima parte del monto que se gasta por alumno en los países
desarrollados (US$ 143 frente a US$1.089 en 1993) (Schiefelbein et al, 1998). En
comparación con otras regiones del mundo, incluidas aquellas con niveles similares de
ingreso per cápita, la educación en América Latina tiene graves problemas de
financiamiento. El gasto en educación en 1988, como porcentaje del Producto Interno
Bruto, fue de 3,69% en América Latina, en comparación con 4,08% en todo Asia, 4,9% en
Africa subsahariana, y 5,05% en Europa y la Unión Soviética. (Reimers, 1995).

SITUACIÓN ACTUAL DE LA EDUCACIÓN


Ha llegado un momento en el que el sistema de educación actual está siendo seriamente
cuestionado sobre todo por parte de los padres que están buscando un verdadero desarrollo
en sus hijos, desde la educación preescolar hasta la educación media y superior.
Padres que no se conforman con que sus hijos cubran solamente un horario o
superficialmente cumplan un plan de estudios. Y es uno de los problemas actuales de la
educación que con dificultades proveen los gobiernos. Tantos estudiantes que se vuelven
solo un número y parte de una gran burocracia. Por eso muchos optan por las escuelas
particulares, pero con esto surgen otra clase de problemas empezando con los precios de las
colegiaturas y los gastos que a la escuela se le ocurra, que para eso hay mucha creatividad.

Pero uno de los problemas más serios es que se está observando que los estudiantes, en el
mejor de los casos, aprenden la parte académica pero hablando de su carácter y actitudes,
estos dejan mucho que desear.
Alguien podría decir que eso se aprende en casa y así es, pero el asunto es que no se está
haciendo ni en la escuela ni en la casa, entonces quien se va a hacer cargo?

Lo que habla más claro acerca de la educación de hoy son los niños y adolescentes que todo
mundo conocemos, son raros aquellos que son amables, considerados o al menos
elocuentes, la mayoría solo pueden comunicarse entre ellos y eso casi en dialecto por lo
limitado de su vocabulario, pero no les ponga delante a alguien más pequeño por qué no lo
soportan, pero menos a alguien más grande, no se saben comunicar con los adultos, para
ellos son viejos o anticuados o cualquier otra excusa, la cuestión es que en lugar de ser
seres sociables son todo lo contrario y para colmo ni siquiera con un buen nivel académico
en su gran mayoría.

Es evidente que algo está fallando en la educación actual pero quien va a hacer algo, es
obvio que los que pueden hacer más para realizar un verdadero cambio son los padres con
su decisión de tener más participación en su educación y formación atreviéndose a probar
alternativas que en este momento no son tradicionales.

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