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DESINTEGRACIÓN ALFA

La desintegración alfa o decaimiento alfa es una variante de desintegración


radiactiva por la cual un núcleo atómico emite una partícula alfa y se convierte en
un núcleo con cuatro unidades menos de número másico y dos unidades menos de
número atómico.

Se le puede considerar emisión espontánea de núcleos de helio 4 (4He2+) —en


adelante partículas α— a partir de núcleos de átomos más pesados, mediante un
proceso de fisión nuclear espontánea. Este tipo de desintegración es típico
únicamente de los núcleos atómicos muy pesados.

El telurio 106 (106Te) es el isótopo más ligero en el cual ocurre desintegración alfa
en la naturaleza. Artificialmente, el berilio 8 (8Be) se desintegra en dos partículas
alfa, en el proceso triple alfa, esencial para generación de carbono 12 (12C) en el
interior de las estrellas.

La secuencia de este fenómeno de desintegración se representa mediante la


ecuación siguiente:

Con el uranio 238, por ejemplo:

La primera ecuación no está equilibrada eléctricamente. Pero, en la mayoría de los


casos el núcleo resultante pierde rápidamente dos electrones en favor de la
partícula alfa y se convierte en un átomo de (4He), eléctricamente neutro.

Por esta razón, en la mayoría de los casos, cuando existe un mineral de alto
contenido de uno o más elementos radiactivos, en sus alrededores, por la vía de
decaimiento alfa, se forman bolsas de 4He.

Todo el helio existente en la Tierra se origina mediante desintegración alfa de


elementos radiactivos. Debido a esto suele encontrarse en depósitos minerales
ricos en uranio o en torio. Así mismo se obtiene como subproducto en pozos de
extracción de gas natural.

El espectro propio de la desintegración es discreto: en un estudio espectroscópico


pueden observarse picos en energías identificables con las propias del proceso de
decaimiento.

Proceso de decaimiento de un núcleo

El núcleo atómico es la parte central del átomo. Está formado por protones y
neutrones, unidos entre sí por la interacción fuerte, la cual permite que el núcleo se
mantenga estable pese a la repulsión electrostática entre los protones. La cantidad
de protones en el núcleo determina el elemento químico al que pertenece.

Se puede imaginar este fenómeno como una partícula α atrapada en un pozo de


potencial cuántico generado por el resto de nucleones del átomo, donde el potencial
coulombiano más allá del radio del átomo es dominante.

Clásicamente, si la energía, E, de la partícula alfa fuese superior a la energía


potencial, V(r), de la barrera de potencial, siendo r el radio nuclear, aquella
escaparía. Pero, normalmente, la partícula no puede escapar del átomo, ya que
debe superar la barrera coulombiana, y se limitaría a rebotar dentro del núcleo.

La explicación del fenómeno fue la confirmación del efecto túnel, predicho en la


mecánica cuántica y planteado por George Gamow.

Toxicidad

Al ser relativamente pesadas y cargadas positivamente, el recorrido libre medio de


las partículas alfa es muy corto, y a poca distancia de la fuente pierden rápidamente
su energía cinética. La consecuencia de esto es que en una zona pequeña se
deposita gran cantidad de energía (del orden de un MeV) y, en caso de
contaminación interna, incrementa el riesgo de daño celular.

En general la radiación alfa externa no es peligrosa: pocos centímetros de aire o la


delgada capa de piel muerta de una persona absorben las partículas. Tocar una
fuente α suele no ser dañino, pero -según sea la cantidad incorporada al organismo-
su ingestión, inhalación o introducción en el cuerpo pueden serlo.

La principal fuente natural de radiación alfa que nos afecta en la corteza terrestre
es el radón, gas radiactivo existente en el suelo, el agua, el aire y varios tipos de
rocas.Al inhalar este gas, algunos de sus productos de desintegración quedan
atrapados en los pulmones.

A su vez, estos productos continúan desintegrándose y emitiendo partículas alfa,


que pueden dañar las células pulmonares.

Probablemente la causa de la muerte de Marie Curie -a los 66 años, por leucemia-


haya sido una exposición prolongada a altas dosis de radiación ionizante. Trabajó
frecuentemente con radio, que decae en radón,3 y a su vez se desintegra en otros
elementos radiactivos emisores de rayos beta y gamma.

Se sabe que para el asesinato del disidente ruso Alexander Litvinenko, en 2006, se
utilizó 210Po, que es un radioisótopo emisor alfa

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