KABUKI

Se dice que a finales del siglo XVI Okuni, una sacerdotisa encargada del santuario lzumo
Taisha bailó una danza de origen budista llamada: Nembutsu-odori, que por esas fechas
estaba tan influenciada por la danza popular, que había perdido su carácter litúrgico,
durante su manifestación escénica estuvo acompañada por su amigo Nagoya Sanzaemon
de origen samurái que conocía las danzas del Teatro Noh, a esto se agregó la influencia
de la danza popular, durante sus representaciones evocaba al espíritu de Yamasaburo
Nagoya, un joven que se decía había muerto en una batalla, Okuni logró atraer una gran
cantidad de espectadores, surge así, la primera época del teatro kabuki conocida como
Onna-Kabuki (kabuki de mujeres, habrán otras dos transformaciones para llegar a lo que
ahora conocemos como Teatro kabuki, pero esa es otra historia , que puedo contar en
otro momento.).

Sabemos que en la compañía de Okuni los hombres interpretaban las partes de las
mujeres, las mujeres interpretaban las partes de los hombres, y que las canciones con las
que bailaban, a juzgar por los pocos ejemplos que quedan, eran en gran parte románticas,
si no eróticas.

Este nuevo tipo de espectáculo creó impacto en la nueva clase de los mercaderes, que
se orientaba hacia el mundo de los negocios más que hacia el pasado legendario e
histórico. El teatro Noh se proponía, en esencia, evocar el espíritu del pasado a fin de
llegar a los recovecos menos explorados de la mente, mientras que el Kabuki intentaba
glorificar la energía vital de la clase comerciante urbana.

El arte del Kabuki se desarrolló en dos ciudades: Osaka y Edo (hoy Tokyo), con dos
estilos diferentes en una y otra: wagoto y aragoto. Los ciudadanos de Osaka, dedicados
sobre todo a las actividades comerciales, tenían un comportamiento más amable y
realista que se reflejaba en el Kabuki wagoto (estilo suave o comercial), mientras que en
Edo, centro del gobierno militar, Ia mezcla de guerrero y ciudadano dio lugar a un modo
de vida especifico y a un comportamiento irascible que se reflejaba en el mucho más
estilizado y violento Kabuki aragoto (estilo violento o guerrero). Nuevamente encontramos
aquí un contraste dialéctico similar al contraste entre dioses armoniosos y violentos
siendo la armonía el atributo de la deidad y la violencia el de sus descendientes.

Abel Solares