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INTRODUCCION
Se define la diarrea crónica como la disminución en la consistencia de las deposiciones,
con o sin aumento de su frecuencia, y por un período mayor de 4 semanas; ya sea en
forma continua o intermitente (1, 2)
Según la OMS, la prevalencia de diarrea crónica oscila entre el 3% y el 5% a nivel
mundial (3), siendo en Estados Unidos cercana al 5% (1, 4) En Chile no existen datos al
respecto, pero representa el segundo motivo de derivación a los servicios de
gastroenterología infantil (5).
Junto con la malnutrición, la diarrea crónica causa cada año la muerte de 4,6 millones
de niños en el mundo (1, 4).
FISIOPATOLOGÌA
Existe una gran variedad de enfermedades que pueden producir diarrea crónica, y éstas
dependen principalmente, de la situación socioeconómica de la población. En los países
desarrollados, la causa más frecuente es la diarrea crónica inespecífica; mientras que en
los países en vías de desarrollo priman las infecciones crónicas (parasitosis). En Chile,
aproximadamente el 70% de las diarreas crónicas tienen su origen en una de estas tres
entidades: diarrea crónica "inespecífica", giardiasis y enfermedad celíaca (1, 2)
Para un mejor enfrentamiento, las causas de diarrea crónica pueden ser divididas en
aquellas que se manifiestan con malabsorción (acentuada, moderada o específica) y
aquellas que no la presentan (2). La tabla 1 resume esta clasificación.
1. Enfermedad celiaca:
2. Giardiasis:
Definición: Es la principal causa de diarrea crónica en niños que lucen sanos, y aparece
como consecuencia de una alteración transitoria de la motilidad intestinal (13). La
diarrea se asocia a un consumo excesivo de líquidos azucarados, hiperosmolares y fríos
(bebidas carbonatadas, zumos de frutas, etc.), golosinas, productos dietéticos con
fructosa o sorbitol, e ingestión de dietas pobres en grasa; lo que determina un tránsito
intestinal más acelerado (2).
En este cuadro no hay evidencia de alteraciones en la absorción de nutrientes; transporte
de agua, glucosa o electrolitos; deficiencias enzimáticas intestinales o pancreáticas, ni
alteraciones estructurales del tracto digestivo (14)
Suele observarse con mayor frecuencia en niños de estratos medios y altos; y pese a la
alta frecuencia con la que se observa, se desconoce su real incidencia (13)
Clínica: Diarrea intermitente que aparece sólo en horas de vigilia, sin dolor, y con
deposiciones disgregadas o semilíquidas con restos vegetales sin digerir. No produce
impacto en el estado general y nutricional del niño, ni alteración de la absorción
intestinal (2, 15).
Los síntomas aparecen entre los 6 y 36 meses de edad y se resuelven espontáneamente
en la edad escolar; pudiendo exacerbarse o incluso desencadenarse luego de una diarrea
aguda infecciosa (2).
Diagnóstico: Netamente clínico, y exige los siguientes criterios:
• 3 o más episodios diarios de deposiciones no formadas e indoloras.
• Síntomas por más de 4 semanas
• Comienzo de los síntomas entre los 6 y 36 meses de edad.
• No presentar alteración de la curva de crecimiento, si la ingesta calórica
es adecuada.
Tratamiento: Educación, apoyo y consejo familiar, enfatizando en relación al excelente
pronóstico del cuadro. Se sugiere un esquema de alimentación normal con reducción
drástica de los jugos o golosinas; y del consumo de éstos fuera del horario de comidas.
El uso de antibióticos, medicamentos antidiarreicos y dietas de eliminación no tiene
fundamentos racionales, por lo que debe evitarse (2,13)
ENFRENTAMIENTO DIAGNÓSTICO DE UN NIÑO CON DIARREA
CRÓNICA
Anamnesis: completa e inquisitiva tiene un alto índice predictivo (2), y debiera incluir:
• Descripción detallada de la historia alimentaria y del crecimiento y desarrollo
del niño.
• Desencadenantes de la diarrea (infecciones entéricas, uso de laxantes,
antibióticos, dieta).
• Características de las heces (presencia de mucosidad, alimentos no digeridos,
etc)
• Dieta del paciente
• Antecedentes familiares de enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria
intestinal, síndrome intestino irritable, malabsorción.
• Antecedentes sociales (acceso a agua potable, zona de residencia, asistencia a
jardín infantil, viajes, contactos con animales) (1).
• Indicadores de patología funcional (especificidad 70%): duración de los
síntomas mayor 1 año, desarrollo pondoestatural normal, ausencia de diarrea
nocturna (1, 2):
• Signos de alarma: hematoquezia o melena, fiebre persistente, pérdida de peso o
alteración curva crecimiento, anemia.
Abordaje diagnóstico:
En todo niño con historia de diarrea crónica se sugiere una historia clínica completa,
evaluación del estado y evolución pondoestatural y un examen físico riguroso. Luego de
esto:
1. Niño sin alteración pondoestatural y con edad y factores de riesgo para giardia:
Iniciar estudio con un parasitológico seriado de deposiciones y tratar.
2. Niño sin alteración pondoestatural y con historia o elementos sugerentes de
diarrea crónica inespecífica: modificación de la dieta y control.
3. Niño con alteración pondoestatural; antecedentes familiares de enfermedad
celíaca o presencia de signos de alarma: estudiar con anticuerpos antiendomisio
o antitransglutaminasa o derivar según acceso a estos exámenes.
CONCLUSIONES:
La diarrea crónica en niños es una patología cuyo primer abordaje se realiza en atención
primaria. Las etiologías más frecuentes corresponden a diarrea crónica inespecífica,
enfermedad celíaca y giardiasis, de modo que se sugiere iniciar el abordaje desde la
sospecha de estas condiciones.
El enfrentamiento de una diarrea crónica infantil dependerá de los elementos
objetivados en una completa anamnesis y examen físico; con especial énfasis en los
cambios de la curva de desarrollo pondoestatural y en la presencia de signos de alarma.
REFERENCIAS
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