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UNIDAD N°4

La Revolución Rusa y el nacimiento de la economía soviética. La colectivización


(partes de los capítulos 7, 10, y 11)
CAPITULO N°7: 7.2.1. La Europa periférica en vísperas de la industrialización:
A mediados del siglo 19, en la Europa periférica la agricultura era la principal fuente de ocupación e
ingreso. Se basaba en la producción para el autoconsumo, pero fue integrándose en el mercado internacional,
proveyendo a la Europa industrial de alimentos y materias primas agrícolas. El desarrollo de una economía
de Mercado fue necesario para la industrialización, ya que requería la modernización institucional, una
oferta creciente de capitales y mano de obra, y el incremento de la demanda interna de productos
manufacturados.
Transformaciones más importantes en Europa Oriental a lo largo del siglo 19: Emancipación de los
campesinos de la servidumbre y difusión de la economía de Mercado en las áreas rurales. En esta región
(desde Rusia hasta Prusia) se había producido durante el siglo 17 un empeoramiento de las condiciones de
los campesinos, que fueron privados de su tierra y su libertad, reforzándose los lazos feudales. La
servidumbre fue abolida en primer lugar en Prusia, donde la emancipación de los campesinos se completó a
fines de la década de 1840, en Rusia esto ocurrió a comienzos de la década de 1860. La persistencia de la
servidumbre había obstaculizado la difusión de la industrialización en Europa oriental, su abolición fue un
factor esencial en la conformación de una economía de mercado. Su desaparición fue consecuencia de la
industrialización de Europa occidental y las nuevas condiciones del comercio internacional.
En la Europa del Sur (Italia, España y Portugal) la servidumbre había sido abolida antes del siglo 18. De
todos modos, las condiciones de opresión de los campesinos persistieron en Italia meridional, Portugal, y
algunas regiones de España, obstaculizando el proceso de industrialización y la conformación de una
economía de mercado.
En los países escandinavos, la disolución de las relaciones feudales se dio a fines del siglo 18. El resultado
fue una clase campesina relativamente independiente, abierta a la innovación y orientada hacia el mercado,
lo cual incentiva el desarrollo de la industria.
7.2.2. La Industrialización de la Rusia Imperial:
Inició bajo el régimen zarista, en el marco de un sistema de economía de mercado y propiedad privada de
los medios de producción, y se prolongó con la instauración del socialismo, por el cual los medios de
producción pasaron a manos del estado y el accionar del mercado fue sustituido por una planificación
centralizada.
Intentos de industrialización durante la época imperial: Los comienzos son difíciles de determinar. El
reinado de Pedro el grande (1698-1725) constituye un momento importante en todo el proceso. Él,
impresionado por la experiencia Europea, se propuso impulsar la modernización de Rusia por medio de la
importación de la tecnología occidental. Las consideraciones militares tuvieron un papel muy importante en
esta decisión. En el siglo 18 Rusia alcanzó una significativa capacidad industrial, que combinaba con sus
recursos naturales y una casi inagotable disponibilidad de la mano de obra, le permitió competir
militarmente con occidente durante un siglo y medio.
Los intentos de modernización de Pedro el Grande estuvieron acompañados de un reforzamiento de los
lazos de dominio feudales, la servidumbre era la situación mayoritaria del campesinado. Además, se reforzó
la estructura comunal, en la que la explotación agraria se desarrollaba sobre la base de la actividad colectiva
de las familias que constituyen la comuna (mir). La inexistencia de la propiedad privada de la Tierra, limita
casi exclusivamente a la morada de cada una de las familias. La producción de hierro a lo largo del siglo 18
y en las primeras décadas del siguiente, y la industria textil del algodón entre 1830 y 1850, fueron los
sectores pioneros de la industrialización.
Estos intentos se llevaron a cabo en un escenario económico dominado por la actividad agraria.
La guerra de Crimea (1854-1856); la derrota ante FR y GB mostró las dimensiones de su atraso frente a las
potencias ya industrializadas. Por lo tanto, se puso en marcha un proceso de reformas cuyo objeto principal
era la abolición de la servidumbre. Más allá de las innovaciones militares (se pensaba que un ciudadano libre
y alfabetizado estaba en mejores condiciones de pelear por su nación que un ciervo analfabeto arrastrado por
la fuerza del campo de batalla), la idea era que los campesinos más emprendedores, liberados de sus
vínculos de dependencia, tendrían incentivos para aumentar la producción, mientras que los menos
afortunados dispondrían de la posibilidad de marchar hacia las ciudades para satisfacer las demandas de
empleo que si se produjeran.
En 1856 Alejandro II ascendió al trono y abordó la emancipación de los siervos desde el poder. El
problema fue resuelto mediante las disposiciones puestas en marcha en 1861, que no resultaron satisfactorias
para los campesinos, que alcanzaron la libertad personal pero debieron pagar por su acceso a la propiedad de
la tierra que trabajaban; sin embargo, el proceso de liberación es considerado el punto de partida de la
modernización económica de Rusia. En esos años se inició la construcción de la red ferroviaria, desde 1859
a 1880 se construyeron 21.876 kilómetros, lo que fue acompañado por un crecimiento de la producción de
carbón y, en menor medida, de hierro; a pesar de eso, inicialmente las empresas privadas encargadas de la
construcción se equiparon con material importado.
Durante el reinado de Alejandro II (1881-1893) la economía se fue estructurando sobre la base del
incremento de la exportación de cereales (el Imperio disponía de una vasta superficie de tierra fértil en
regiones de Ucrania y Polonia) y la aceleración del desarrollo industrial. El primero se fomentó por medio
del incremento de la presión impositiva de carácter indirecto sobre productos de consumo como el vodka,
tabaco, azúcar, destinado a forzar a los campesinos a la comercialización de sus cosechas. En cuanto al
impulso de la industria, surgió en esos momentos el proyecto de la construcción del ferrocarril transiberiano
(completado en la primer década del siglo 20), que pondría en contacto la región europea del imperio con la
región de Siberia. Además el gobierno implementó en 1891 una política proteccionista que permitió
impulsar la Industria del país.
El proceso de industrialización pegó un nuevo salto a fines del siglo 19 y tuvo como principal responsable
al Conde Sergio Witte, ministro de finanzas del zar Alejandro III y luego de su hijo Nicolás II, entre 1892 y
1903. Su objetivo era movilizar los vastos recursos del país creando una base industrial que reforzará su
posición en el escenario internacional, acompañado de un incremento de las exportaciones agrarias.
Friedrich List, compartía la idea de que esté respecto del desarrollo económico era una precondición
necesaria para disponer del poder político. En un memorándum secreto dirigido el zar sostenía que las
relaciones económicas de Rusia con Europa occidental son perfectamente comparables con las de las
colonias respecto de su metrópolis, proveyendo barato los productos del subsuelo y comprando caros los
productos industriales de los estados desarrollados. Sin embargo, Rusia era una gran potencia; por lo tanto,
para mantener e incrementar su posición era fundamental del desarrollo industrial. En pos de ese objetivo, la
estrategia se asentaba el proteccionismo y la apertura al capital extranjero, otorgándole al Estado un papel de
importancia en la movilización de recursos y en la remoción de los obstáculos institucionales que pudieran
bloquear el desarrollo. La gestión de Witte fue responsable de:
1) La estabilización del rublo, la moneda rusa, y el abandono del régimen de patrón oro.
2) El impulso a la construcción del ferrocarril transiberiano.
3) La penetración comercial en el extremo Oriental del imperio.
La inserción del rublo en el sistema de patrón oro facilitó el ingreso de capital extranjero destinado a
financiar la construcción de la red ferroviaria, que a su vez hizo posible la colonización de Siberia y la
conexión con la Rusia asiática. El ritmo de construcción ferroviaria fue elevadísimo en la década de 1890,
constituyendo un factor decisivo en el crecimiento industrial dado que más del 50% de la producción de
hierro, acero y maquinaria tuvo ese destino. En esos años, Rusia se convirtió en la quinta potencia Industrial
del mundo.
La inversión extranjera fue fundamental para la modernización económica: Entre 1893 y 1899 los capitales
externos orientados hacia la industria constituyeron el 55% del total, en los tres años siguientes todavía
atendían al 47%. Estás inversiones se orientaron mayoritariamente a las actividades extractivas, incluso la
explotación del petróleo de la región de Bakú. La aportación francesa fue aprox. la tercera parte del total,
frente al 23% de GB y el 20% de Alemania.
Transformaciones de la estructura agraria del Primer Ministro Peter Stolypin entre 1906-1911 (cuándo fue
asesinado); liberó a los campesinos de su vínculo con el mir, permitió la conversión de las parcelas
comunales en propiedad privada y facilitó la libre compraventa de tierras. Se buscaba crear las condiciones
para el surgimiento de una clase media propietaria que impulsara las relaciones de producción capitalistas en
el campo. Resultados de estas reformas: Un porcentaje importante de campesinos se acogió a las propuestas
del gobierno. El proceso rápidamente perdió impulso, aplastado por la inexistencia de una adecuada
estructura burocrática que la efectivizara y la reacción de amplios sectores para los cuales la columna
mitigaba su pobreza.
Entre 1883 y 1913 la tasa promedio de crecimiento industrial se encontraba entre 5 y 5,5%, con un pico
más del 8% de la década de 1890. Entre 1870 y 1913 el PBI de Rusia creció a una tasa promedio de casi el
2,5%, mientras que el PBI por habitante lo hizo a menos del 1,2%. Esto indica, que en comparación de los
otros países ya industrializados Rusia avanzaba lentamente.
EL PAPEL DEL ESTADO
Modelo Gerschenkron: Indicaba que el estado había creado las precondiciones para el despegue (o "gran
salto"). Era un modelo de industrialización caracterizado por dos tendencias de desarrollo interconexas, una
inducida por el estado y otra autónoma. En primer lugar, la neutralización se insertaba en un marco más
general de expansión política y militar del imperio ruso, qué es el siglo 18 se iba afirmando como una de las
principales potencias europeas, y desde entonces fueron creadas industria para abastecer al ejército y a la
armada.
En la mayor parte del siglo 19, el gobierno Imperial hizo muy poco para promover directamente el
desarrollo industrial, pero desde mediados de siglo comenzó a construir líneas de ferrocarril y a estimular su
construcción con el concurso de empresas privadas. Desde fines de la década de 1870, el gobierno fue
adoptando una política proteccionista que elevó los aranceles a los bienes industriales importados, los
ferrocarriles comenzaron a ser abastecidos por la industria local, que recibió un fuerte impulso. Desde 1890,
el estado fomentó su participación en la propiedad, gestión y construcción de las vías férreas, pero en 1914
el 74% del capital invertido en los ferrocarriles pertenecía a empresas extranjeras.
A partir de la década de 1890 se tomaron medidas para la atracción de inversiones extranjeras en la
industria, se dio un tratamiento preferencial a las Industrias instaladas en el territorio ruso para el
abastecimiento del estado y en 1897 se adoptó el patrón oro, lo cual aceleró el ingreso de capitales. Estos se
invirtieron principalmente en la industria pesada y los ferrocarriles, y desde de inicios del siglo 20 en el
sector bancario. Los bancos extranjeros, que adoptaron el modelo alemán, pasaron a desempeñar un papel
cada vez mayor en la financiación y el control de la Industria, hasta el estallido de la PGM.
La industrialización rusa tuvo un marcado carácter regional. La industria se concentraba en pocas grandes
ciudades (Moscú en primer lugar) y en algunas áreas industriales, como la de la industria pesada del Donetz
o los yacimientos petrolíferos del Cáucaso. Al mismo tiempo, en 1913 el 80% de la población seguía
viviendo en el campo, y una parte significativa de eso se encontraba en condiciones de gran atraso.
CAPITULO N°10: 10.6. La experiencia económica de la Unión Soviética:
En febrero y octubre de 1917 cayó en Rusia el régimen zarista y triunfó el revolucionario partido
bolchevique, una organización política liderada por Lenin que, basada en los principios del marxismo, se
propuso la instauración del socialismo. Uno de los factores decisivos para que se produjera fue la
participación rusa en la PGM, aliada a FR y GB. El esfuerzo bélico experimentado por un imperio donde el
peso de la agricultura era determinante y el desarrollo de la industria constituye un fenómeno dinámico pero
localizado término quebrantando el zarismo dando lugar al derrocamiento del último zar, Nicolás II. El
empeoramiento generalizado de la situación económica (falta de alimento en la ciudades, continuas subidas
de precios, privaciones experimentadas por los soldados en el frente) minaron la cuestionada legitimidad
social del zarismo y abrió pasó a una dinámica que se manifestó en los dos momentos revolucionarios. La
revolución de octubre fue la consecuencia de unos acontecimientos en los que la capacidad política de Lenin
contribuyó para que los bolcheviques, un partido minoritario, se hicieran con el poder. Se trataba de la
primera circunstancia histórica en la que se planteaba la superación del régimen capitalista, la instauración
del socialismo, sustentada en las ideas de Carlos Marx.
Una vez conquistado el Estado, los bolcheviques se vieron enfrentados a; la difícil terminación de la paz
con Alemania, que culminó con la entrega de una parte significativa del territorio de la Rusia Europea, y casi
simultáneamente en la guerra civil, que enfrentó a los revolucionarios con buena parte del ejército zarista,
conducidos por generales "blancos" y apoyado por las potencias vencedoras de la guerra.
Lenin y los suyos propusieron un tránsito acelerado hacia el socialismo, para lo cual adoptaron unas
medidas que privilegiaban el poder de los soviets cómo ejes de la nueva organización económica,
postulando el aumento de la productividad industrial como condición insoslayable para superar el atraso
económico. Estas medidas fueron:
a) La expropiación de la tierra en las manos de la nobleza y grandes propietarios, y el reparto de la misma
entre los campesinos.
b) El control obrero de las empresas, efectivizado a través de los soviets.
c) La creación del Consejo Superior de la Economía Nacional (VSNJ) para coordinar el conjunto de la
actividad económica.
d) La nacionalización (estatización) de las principales empresas industriales y de los bancos, junto a la
cancelación de la deuda interna y el repudio de la deuda externa contraída por el zarismo.
Las dificultades que atravesó la economía condujeron al crecimiento del papel del Estado en la producción
y la distribución de bienes. Surgió así el "comunismo de guerra" (1918-1921). El problema principal fue el
abastecimiento alimentario de las ciudades y del frente militar. La producción agraria había comenzado su
declinación a partir de 1916 pero el impacto de la caída no se hizo sentir inicialmente como consecuencia de
que al cesar las exportaciones derivó hacia el consumo interno un porcentaje importante (alrededor del 15%)
de la producción total. La productividad cayo al ser distribuidas las tierras de los nobles a los campesinos
pobres (disminuyo el tamaño medio de las parcelas). Además, los campesinos carecían de alicientes para
aumentar la producción, dado que, por una parte, la industria no disponía de bienes de producción o de
consumo para venderles, y, por otra, el estado les pagaba con dinero que se depreciaba aceleradamente. El
número de cabezas de ganado disminuyó de manera notable y cultivos industriales como el algodón y la
caña de azúcar, producción destinada en su totalidad a la venta del mercado, habían experimentado una
declinación aún más acelerada. Ante esa actitud, el gobierno instrumento medidas de presión para forzar la
entrega de granos, llegando a poner en práctica requisas implementadas por destacamentos militares y
miembros de los mismos soviets. Como respuesta los campesinos redujeron la superficie cultivada y
desviaron parte de los excedentes hacia el mercado negro. Al mismo tiempo, en las ciudades las industrias
no contaban con materias primas y energía para producir, el sistema de transportes apenas funcionaba y los
problemas de la mano de obra era en serios, ya que los obreros estaban combatiendo en la guerra o
regresaban al campo para asegurarse el alimento. En el terreno monetario el descontrol fue total. El desborde
inflacionario dio lugar al pago de salarios en especie, a la reparación del trueque y a un incremento sostenido
de la intervención del estado en el sistema comercial.
Hacia fines de 1920, asegurado el triunfo de la guerra civil, los dirigentes soviéticos se encontraron con un
panorama insostenible, marcado por la nacionalización generalizada las agudas tensiones surgidas con el
sector agrario. Lenin propuso un cambio de rumbo, la "nueva política económica" (NEP), anunciado durante
la realización en 1921 del congreso del partido comunista (denominado así desde marzo de 1918). La NEP
se fundamentaba en:
1) Resistir el aislamiento internacional (que se había incrementado tras el fin de la guerra).
2) Restablecer la colaboración entre el estado y los campesinos.
3) Concretar la recuperación económica sobre la base del desarrollo de la agricultura.
Su implementación implicaba la renuncia a la industrialización acelerada, considerada prematura en un
país donde más del 80% de la población vivía del campo.
La estrategia económica consiste en estimular la producción agraria a través de la libre comercialización de
los productos, de la tierra y la mano de obra, lo que constituye el retorno del funcionamiento de las
relaciones de mercado propias del capitalismo. La industria, a su vez, podría incrementar su capacidad de
producción vendiendo maquinarias, herramientas y artículos de consumo a los campesinos. La idea era que,
a mediano plazo, se dispusiera de los excedentes que permitieran montar una industria pesada, capaz de
generar energía en cantidad y de fabricar productos metalúrgicos, materiales de construcción y maquinarias.
Se trataba de una política gradual, diseñada a partir de desarrollo agrario, en la que el estado utilizaría sus
recursos para impulsar el desarrollo industrial. Esta etapa fue denominada por Lenin como el "capitalismo de
estado" y se basaba en un pacto entre el poder revolucionario y los campesinos. Como consecuencia de la
inviabilidad en lo inmediato de la industrialización a gran escala, postulaba una reversión parcial en el grado
de nacionalización de la economía fomentando el "cooperativismo democrático" y el retorno de la pequeña
propiedad.
El 1925, 4 años luego del nacimiento de la NEP, sus resultados fueron positivos para la agricultura y, en
menor escala, para la actividad industrial. También tuvo otras consecuencias: En el campo se verificó una
ampliación de las diferencias sociales entre los campesinos, incluyendo una consolidación de los kulaks
(propietarios más prósperos) cómo los principales beneficiarios del incremento de la producción, a favor de
su control la mayor parte de la tierra fértil.
La recuperación de la agricultura no se sustentaba de manera importante en la mecanización, bloqueando la
posibilidad de que el estado obtuviese ingresos que permitieran una expansión sostenida de la industria.
La NEP origina un profundo debate entre los dirigentes bolcheviques respecto de la estrategia más
favorable para impulsar la industrialización y la función que en ella debía cumplir la agricultura. Habían dos
posiciones: La de los partidos de la NEP y los defensores de una industrialización acelerada.
El discurso oficial puede resumirse así: Ante una economía mercantil agraria, sin posibilidades de acceder
a la financiación exterior para invertir en el sector, no existe otra vía que va a ser el crecimiento en el sector
agrario, apuntando a una más eficaz utilización de los recursos disponibles. El desarrollo del sector primario
proporcionaría alimentos para la producción urbana, materias primas para la industria y exportaciones para
pagar la compra de bienes manufacturados en el exterior; además, la agricultura se transformaría en el
principal demandante de productos industriales. Por lo tanto, cualquier transferencia de recursos que
disminuyera la renta agraria tendría como consecuencia un retraso del desarrollo industrial. El camino,
entonces, pasaba por una profundización de la NEP, a través de medidas de apoyo al sector agrario y de
orientación a las inversiones estatales hacia las ramas productoras de bienes de consumo y hacia los sectores
de la industria pesada en condiciones de abastecer a la agricultura. El proyecto de la oposición propone el fin
de la NEP, que estaba desarticulando la economía soviética, y su reemplazo por una política
industrializadora que toma su distancia respecto de los condicionamientos impuestos por el escenario
económico heredado. Preobrazhenski afirmaba que la posibilidad de obtener recursos para avanzar en la
industrialización y ampliar la dinámica de acumulación provenía de la agricultura, claro que el excedente
generado por la industria era mínimo y el país no contaba con acceso al capital extranjero. Por lo tanto, había
que someter a la producción agraria a las necesidades del desarrollo industrial. Para lo cual se tomaron
distintas medidas:
a) La manipulación de los términos de intercambio entre precios agrarios e industriales en favor de estos.
b) La elevación de la presión impositiva sobre el conjunto del sector agrario, y la inclusión de recursos
excepcionales como la suscripción de empréstitos forzosos por parte de los campesinos.
c) La utilización del papel preeminente del Estado para aumentar sus beneficios a través de la
discriminación del sector privado en las tarifas de transporte, el acceso a créditos concedidos por la banca
estatal, etc.
La prioridad del sector estatal estaba pautada por la planificación, que se transformaría en un instrumento
organizador de toda economía.
El debate respecto de la NEP se dio en una coyuntura política caracterizada por una dura disputa por el
poder, desencadenada a partir de la muerte de Lenin en 1924. Los grupos que se enfrentaron, liderados por
Stalin y Trotsky, manifestaban su desacuerdo en varias cuestiones, pero la más significativa era la condena
de este último rumbo tomado por la revolución, "capturada" por una burocracia de poder creciente, resultado
del proceso de avances del Estado sobre la economía.
Este control estatal resulta paradójico: Estaban en sus manos el 44% de la renta nacional, el 82% de la
producción industrial, el 76% del comercio minorista, la totalidad del comercio exterior y del sector
financiero, pero apenas controlaba el 3% de la producción agraria, que generaba la mitad de la renta
nacional.
Por lo tanto el triunfo de la corriente burocrática encabezada por Stalin marco el rumbo a seguir en el
futuro inmediato; los defensores del papel central del Estado del tránsito hacia una rápida industrialización
apoyaron el modelo planteado por la oposición derrotada políticamente, qué significaba el fin de la
propiedad privada y de la agricultura mercantil en los campos, cuyos costos fueron enormes. Este viraje,
luego se denominó "stalinismo", dejó una profunda marca en el desarrollo económico soviético.
CAPITULO N°11: 11.5. Colectivización y planificación en la Unión Soviética:
El modelo de acumulación implantado en la unión soviética a partir del afianzamiento de Stalin en el poder
en 1929 implicaba priorizar el desarrollo industrial a expensas de la una agricultura colectivizada que
aportaría los recursos para financiar ese desarrollo por medio del accionar del Estado. La colectivización de
la agricultura se realizó en no más de 4 años, durante los que se produjo el exterminio de la clase de los
kulaks, integrándose los campesinos en cooperativas (koljoses) y granjas estatales (sovjoses),
desapareciendo así los propietarios individuales. Los resultados de la transformación fueron muy modestos,
como consecuencia de: La presión del Estado exigiendo la entrega de cantidades crecientes de productos
agrarios para el consumo de la población urbana y para la explotación, la deficiente organización del trabajo,
el débil grado de mecanización de la agricultura, y el impacto de la colectivización, que resulta una
verdadera tragedia social con millones de víctimas.
Entre 1928 y 1941, año de la invasión alemana, a través de tres planes quinquenales sucesivos se encaró un
desarrollo industrial acelerado, en el que tenía una primacía absoluta la fabricación de medios de
producción. A partir de una elevada tasa de acumulación, la inversión se canalizó hacia la producción
siderúrgica, energética, metalúrgica, química y mecánica. El rápido crecimiento económico proporciona una
mayor capacidad de acumulación para emplear el volumen de inversiones productivas. La centralización de
la actividad económica por parte del Estado era la condición previa para garantizar la dinámica de
acumulación y crecimiento. De acuerdo con el discurso oficial, esa estrategia conduciría a la construcción de
la base económica del socialismo. Desde el punto de vista del objeto industrializador, los resultados
obtenidos a lo largo de la década fueron muy satisfactorios. Creció la importancia del sector Industrial y
disminuyó ligeramente el de la agricultura. Esta expansión económica inusual se verificó cuando los países
capitalistas estaban sumergidos en una profunda depresión.
El tipo de crecimiento fue básicamente extensivo, apuntalado en una abundante dotación de materias
primas, mano de obra y recursos financieros sin una organización que intentará mejorar la eficiencia del uso
de los factores. Los recursos para la financiación de la industrialización fueron obtenidos por medio de la
presión fiscal, la emisión monetaria y de la política de precios, se canalizaron hacia las empresas industriales
a través de las asignaciones presupuestarias y de la actividad de los bancos estatales. En la medida en que el
papel del Estado era central en la gestión del conjunto de la economía, fue utilizado para generar una
situación de intercambio desigual en prejuicio del sector agrícola, que reforzó la disponibilidad de fondos
por parte de la industria.
En resumen: El rasgo característico de la economía de la Unión Soviética a partir de los años 30 fue la
conformación de un marco de gestión estatal, una estructura económica meticulosamente regulada en la cual
el aparato burocrático administrativo era el responsable de dirigir, organizar y controlar el funcionamiento
de las unidades económicas y sociales, que se sometían a las decisiones establecidas por el estado. Esto era
así porque, como señalaba la constitución, la base del sistema económico era la propiedad socialista de los
medios de producción en forma de propiedad del estado (propiedad de todo el pueblo) y propiedades de los
koljoses y otras organizaciones corporativas.
Manual Cap. N°11 “La gran depresión de los años 30”
Mensaje del presidente Calvin Coolidge enviado al congreso de los EEUU en diciembre de 1928
pronosticaba para su país "el más largo período de prosperidad". 10 meses más tarde se produjo el crack de
la bolsa de NY, manifestación de una depresión que en poco tiempo se extendió al conjunto del mundo
capitalista. La crisis tuvo una profundidad inédita (detectable en la caída de la producción y del comercio
exterior, y en el enorme incremento de la desocupación) también por su extensión en el tiempo, la actividad
económica no se recuperó completamente hasta 1937, cuando aparecieron de nuevos síntomas de
depresión. Frente a estos problemas, se produjo un avance del Estado en las cuestiones económicas.
El despliegue de la crisis fue acompañado por una serie de acontecimientos políticos, de los cuales el
ascenso al poder de Hitler en Alemania fue el de mayor repercusión para el futuro, ya que condujo a una
nueva guerra generalizada. La economía liberal fue acusada de pasividad e inacción frente a los aspectos
socialmente más negativos de la depresión, como la desocupación. Simultáneamente, en los márgenes del
mundo regido por el mercado se concretaba la acelerada industrialización soviética, dirigida por Stalin,
realidad que en los momentos más profundos de la crisis del capitalismo para muchos aparecía en algunos
aspectos como un modelo a imitar.
11.1. Los indicadores de la crisis:
Manifestaciones de la crisis; la situación más dramática se dio en los valores del comercio exterior, que
expresan que, frente a la crisis, las economías nacionales cerraron sus fronteras para tratar de resolver sus
problemas de manera individual. Los índices correspondientes al producto bruto interno muestran la
declinación ocasionada por la crisis.
11.2. El desarrollo de la crisis:
El desarrollo de la vida económica estaba experimentando dificultades como consecuencia de los
problemas no resueltos de la posguerra.
11.2.1. Las dificultades a fines de la década de 1920:
El periodo de 1925-1929 ha sido visto como años de prosperidad. La expresión “felices años 20” se acuño
para definir ese lustro de bonanza. Sin embargo, la realidad era otra. Encabezados por los EEUU, la mayor
parte de los países occidentales iniciaron una serie de cambios que transcendían el ámbito estrictamente
económico para involucrar los aspectos sociales, políticos y culturales. No obstante persistían problemas
muy serios.
EL FRENO DE LA ACTIVIDAD PRODUCTIVA
A principios de 1929 se hacía prever la llegada de una recesión, debida a una disminución en la inversión,
afectada por la caída en la demanda de bienes de consumo duraderos y por la contracción experimentada por
la construcción. Asimismo, en todos los países importantes, con excepción de FR, los indicadores
disponibles muestran una caída de la actividad, afectada por una demanda en declinación, stocks abundantes
y crédito caro.
LOS PROBLEMAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL
A lo largo de la década, el crecimiento del comercio internacional fue por detrás del ritmo de expansión de
la producción, y las exportaciones mundiales estuvieron por debajo de la tasa de crecimiento que habían
alcanzado en 1870-1913. Estos datos muestran variaciones importantes entre materas primas y
manufacturas, además, experimentaron una caída en sus precios.
La explicación de esta nueva realidad se vincula con varios factores. A partir del escenarios surgido tras la
guerra: las cifras de los intercambios perdieron peso porque en ellas repercutía la participación creciente en
la producción mundial de los EEUU, una economía muy cerrada, y porque mostraban la ausencia de la Rusia
soviética, excluida del mercado mundial por el proceso revolucionario y por el “cordón sanitario” a que fue
sometida por las potencias occidentales. El proteccionismo creciente siguió vigente, y afecto a las
manufacturas y los alimentos. Los aranceles europeos para productos terminados crecieron aprox. un 50%
respecto de los valores de la preguerra. Para los bienes primarios, menos afectados por el problema
arancelario, existe una explicación estructural: el comercio bajo su nivel porque disminuyo el ritmo de
crecimiento de la población, afectado por la guerra. Al haber menos población se consumieron menos
alimentos pero, además, el aumento importante de la producción agraria europea limito de manera
significativa sus compras fuera del continente.
Al finalizar la década, cerca de los 2/3 de la población mundial estaban vinculados a la agricultura y a la
producción de materias primas. Su intercambio ocupaba un lugar destacado en el comercio internacional, y
la mayoría de los países periféricos dependía de ellos para sostener sus ingresos de exportación. No está
comprobada la existencia de una oferta global excesiva de bienes primarios (aunque esto ocurría con algunos
productos concretos como el trigo y el caucho) por lo que se afirma que la caída de los precios se relaciona,
además de la caída relativa de la demanda, con la introducción de las innovaciones que redujeron de manera
importante los costos de las materias primas. La convergencia de ambos factores explica porque los países
productores de estos bienes se vieron afectados por un deterioro en los términos de intercambio con los
productos industriales. Ocurrió una caída entre el 20 y 30% hacia fines de los años 20, respecto de la
situación de 1913. Esta situación se agravó en 1928, cuándo a ello se suma la disminución abrupta de las
entradas de capital extranjero. También se produjo la declinación relativa de las industrias tradicionales. Se
dio una diferencia entre las producciones "nuevas", en función a partir de la segunda revolución industrial
(petróleo, aluminio, fibras sintéticas), respecto de los productos típicos de la primera oleada de desarrollo
industrial (carbón, hierro, productos textiles).
De esta situación emergieron dificultades para el comercio internacional y el desarrollo interior en algunos
países. Por una parte, al ser estas actividades tradicionales las que se habían extendido en los países de
reciente industrialización, se generó una coyuntura de superproducción relativa (agravada en algunos casos
por la aparición de sustitutos, como la fábrica sintéticas) que contribuyó a la declinación de los precios.
Además, la importancia de las industrias para el conjunto de la producción de algunos países condujo a la
adopción por parte de varios de los gobiernos de medidas destinadas a preservarlas (aranceles
proteccionistas, aumento de la demanda a través de las obras públicas), con lo que se bloqueó la necesaria
reconversión, a la vez que se deprimía el mercado interno para la absorción de los nuevos artículos de
consumo.
LAS DIFICULTADES DEL SISTEMA FINANCIERO
La irrupción de NY como centro de finanzas tuvo consecuencias de peso para el funcionamiento del
sistema tras la restauración del patrón oro. Supuso la descentralización de la función internacional de
compensación. Mientras que antes de la guerra todas las transacciones se concentraban en Londres, el
sistema estructurado tras el conflicto condujo al surgimiento de otros dos centros, NY y París, que
empezaron a desempeñar parte de las funciones hasta entonces asumidas por el aparato financiero de la
capital británica. La nueva situación hizo de la compensación internacional un proceso más complejo y
menos eficiente, ya que debía negociar acuerdos para equilibrar las demandas entre ellos mismos. La
existencia de tres polos implicaba que los fondos internacionales podían moverse de uno a otro respondiendo
a diferenciales en las tasas de interés, a problemas que se produjeran en alguna de las monedas, o
simplemente a cuestiones de confianza.
El trabajoso restablecimiento del sistema patrón oro no condujo a una normalización del sistema financiero
internacional, fundamentalmente porque los gobiernos de los principales países no estuvieron dispuestos a
sacrificar el funcionamiento de sus economías para cumplir las normas que se requerían para que el sistema
operase como antes de la guerra. El problema principal era que los bancos centrales, tratando de impedir que
la entrada de capitales afectar al funcionamiento de sus economías, esterilizaron sus efectos monetarios (no
emitían una cantidad equivalente de la moneda nacional) impidiendo que se realizará el ajuste automático
característico del patrón oro. Así, la reserva federal de los EEUU no aumentaba la oferta de dólares al
compás del ingreso de capitales, por lo que evitaba el aumento de los precios. FR, acumulaba reservas de oro
proveniente de especuladores que querían beneficiarse de la subvaluación del franco. El resultado para
países como GB fue que los precios en EEUU no subían y que en FR se podía vender oro teniendo más
francos, por lo que para preservar sus divisas debía subir las tasas de interés.
La insistencia del gobierno de los EEUU en cobrar las deudas contraídas por sus aliados durante la guerra
hizo más difícil la situación de Alemania, obligada a pagar reparaciones con las que FR y GB saldaban sus
cuentas.
11.2.2. El crac de la bolsa de NY y la crisis en los EEUU:
A partir de 1927, los precios de las acciones en el mercado bursátil estadounidense experimentaron un alza
espectacular para la época, desencadenando un proceso especulativo que además se benefició de la
posibilidad de acceder a créditos baratos. En la visión de Galbraith, el factor fundamental fue la favorable
disposición del agente en relación con las posibilidades futuras de la economía.
El problema mayor de la dinámica bursátil era que se asentaba sobre un mecanismo crediticio cuyo
funcionamiento afectaba el sistema financiero mundial. La principal medida adoptada por la reserva Federal
en 1928 para intentar frenar la especulación consistió en subir la tasa de redescuento, esta decisión iba más
allá de las fronteras norteamericanas, contribuyó a disminuir la corriente de créditos hacia el exterior, ya
trajo capitales especulativos hacia los EEUU. Por esto, la concreción de esta política en 1928-1929 tuvo
negativas consecuencias para buena parte de la economía mundial: El flujo de capital norteamericano hacia
el exterior cayó, los capitales extranjeros huyeron hacia un mercado financiero estadounidense. La
interrupción de los préstamos afectó a muchos países en Europa central y oriental y en América Latina, los
cuales se habían endeudado de manera creciente y dependían de continuas importaciones de capital para
mantener su equilibrio exterior. La interrupción drástica de los préstamos por parte de los acreedores colocó
a los gobernantes de los países deudores frente a un problema que exigía decisiones dolorosas en relación
con la política económica interior. A la puesta en marcha de procesos de ajuste destinadas a obtener recursos
con los cuales enfrentar las obligaciones exteriores se agregó la disminución general de las importaciones,
con el consiguiente impacto sobre el comercio mundial.
Cuando comenzaba a surtir sus efectos negativos la disminución del crédito exterior, se produjo un
retroceso de la actividad económica en los EEUU. A la reducción de los préstamos al extranjero se agregó
una caída de las importaciones, qué en razón de relevancia de la demanda norteamericana (sobre todo de
materias primas), produjo un derrumbamiento de los precios internacionales de mercaderías que en muchos
casos estaban declinando.
En octubre de 1929 se desencadenó el llamado crack de la bolsa de NY, considerado por muchos el punto
de partida de la crisis mundial. La evolución del precio de las acciones permitió que se obtuvieron beneficios
excepcionales y condujo a que se dirigieron hacia allí capitales en busca de oportunidades rentables. En
octubre los precios cayeron verticalmente y, no se repusieron en corto plazo.
"Jueves negro" (24 de octubre, día del primer pánico). La caída del mercado de valores no produjo la
depresión. Aun así, el crack desencadena una crisis de confianza en el conjunto del sistema que ha sido
definida como "pánico de la liquidez". Los inversores se retiraron de la bolsa, la decisión de reducir los
gastos se extendió a todos los sectores, afectando a los niveles de producción y los precios. La disminución
de los precios, implicó desocupación, quiebras y mayores restricciones del consumo. Por lo tanto, el
elemento principal en la transmisión de los efectos de la crisis bursátil a la economía real en los EEUU fue el
descenso del consumo, que reprimió las expectativas de inversión a partir de la caída de los precios. El
desencadenamiento de la crisis mostró la capacidad del gobierno republicano para encontrar la solución y
evitar la extensión de la misma hacia la economía mundial. Hubo una consistencia en las políticas
adoptadas, las medidas adecuadas para enfrentar la depresión (la generalización de operaciones de "mercado
abierto" que permitieran una abundancia de dinero barato) no fueron encargadas con la suficiente
continuidad. La mejor parte de las autoridades económicas estaban convencidas de que la mejor manera de
salir de los problemas era aplicando políticas restrictivas en el terreno monetario, por lo que la subida de las
tasas de interés para evitar la salida de capital y la decisión adoptada en 1932 de aumentar los impuestos
contribuyeron a agravar la situación.
Varios autores señalan que los problemas del sistema bancario norteamericano fueron el factor individual
que mayor influencia tuvo sobre la depresión. Su vulnerabilidad (la mayoría se trataba de bancos locales,
apoyados en unas pocas industrias y muy desprotegidos frente a retiros masivos de fondos) condujo a que
desde 1930 las quiebras de bancos se transformaran en uno de los rasgos de la vida norteamericana, hasta el
punto que fue un elemento que hizo tomar conciencia a los ciudadanos de las dimensiones de la crisis. Sólo
en 1931, 2.294 bancos habían suspendido sus operaciones, a principios de 1933, Roosevelt asumió como
presidente marzo, casi la mitad de los bancos habían cerrado por disposición legal y muchos de los que
permanecían abiertos no tenían dinero.
En el resto del mundo, a la disminución de los préstamos exteriores y a la posterior exigencia de pago de
las deudas contraídas se sumó a la promulgación en junio de 1930 del arancel Smoot-Hawley. Esta ley, que
elevaba las tarifas proteccionistas de los EEUU a niveles nunca alcanzados antes, no sólo contribuyo a la
disminución del comercio internacional estableciendo un freno adicional a las importaciones, sino que tuvo
como consecuencia la aplicación de represalias por parte de algunos de los países afectados, circunstancia
que produjo un impacto depresivo adicional sobre el nivel de los intercambios.
Eric Hobsbawm Cap. N°3 “El Abismo Económico” 14-02
La PGM fue seguida de un derrumbamiento en todos aquellos lugares en los que los hombres y mujeres
participaban de un tipo de transacciones comerciales de carácter impersonal. Los EEUU fueron el epicentro
del mayor terremoto mundial económico; la gran depresión. La economía capitalista mundial pareció
derrumbarse en el período de entreguerras. El ciclo económico de expansión y depresión, con el que ya
estaban familiarizados todos los hombres de negocios en el siglo 19. Su repetición estaba prevista, con
algunas variaciones, en periodos de entre 7 y 11 años. A fines del siglo 19, los observadores comenzaron a
analizar el inesperado curso de los acontecimientos de los dos años anteriores. A una fase de prosperidad
mundial sin precedentes entre 1850 y los primeros años de la década de 1870 habían seguido 20 años de
incertidumbre económica y luego de otro período de gran expansión económica mundial.
A comienzos de los años 20, un economista ruso, N. D. Kondratiev, formuló las pautas a las que se había
ajustado desarrollo económico desde finales del siglo 18, una serie de "ondas largas" de una duración
aproximada de entre 50 y 70 años. También afirmaba que en ese momento la banda larga de la economía
mundial y va a comenzar su fase descendente. Estaba en lo cierto.
Desde la RI, la historia económica mundial se había caracterizado por un progreso técnico acelerado, por el
crecimiento económico continuo, aunque desigual, y por una creciente "mundialización", que suponía una
división del trabajo mundial y la creación de una red cada vez más densa de corrientes e intercambios que
ligaban a cada una de las partes de la economía mundial con el sistema global. El progreso técnico continuó
incluso si aceleró en la era de las catástrofes, transformando las guerras mundiales y reforzándose gracias a
ellas.
La mundialización de la economía parecía haberse interrumpido, se estancó o retrocedió. Los flujos
migratorios habían cesado, habían sido interrumpidas por las guerras y las restricciones políticas. El
comercio mundial se recuperó de las condiciones de la guerra y de la crisis de posguerra para superar
ligeramente el nivel de 1913 a finales de los años 20, cayó luego durante el período de depresión y al
finalizar la era de las catástrofes (1948) su volumen no era mucho mayor que antes de la PGM. En
contrapartida se había más que duplicado entre los primeros años de la década de 1890 y 1913 y se
multiplicaría por 5 en el período de 1948-1971. El la extensión de las fronteras nacionales causada por la
PGM induce a pensar que tendría que haberse registrado un aumento automático del comercio interestatal,
ya que los cambios comerciales que antes tenían lugar dentro de un mismo país se habían convertido en
intercambios internacionales.
Durante la gran depresión, pareció interrumpirse incluso el flujo internacional de capitales. Entre 1927 y
1933, el volumen de los préstamos internacionales disminuyó más del 90%. Se han apuntado varias razones
para aplicar este estancamiento, por ejemplo, que la principal economía nacional del mundo (EEUU) estaba
alcanzando la situación de autosuficiencia, excepto en el suministro de algunas materias primas, que nunca
había tenido una gran dependencia del comercio exterior. Sin embargo, incluso en países que siempre habían
desarrollado una gran actividad comercial, se hacía patente la misma tendencia.
Al principio, tanto los agentes económicos como los gobiernos esperaban que, una vez superadas las
perturbaciones causadas por la guerra, volvería la situación de prosperidad económica anterior a 1914. La
bonanza inmediatamente posterior a la guerra, al menos en los países que no sufrieron los efectos de la
revolución y de la guerra civil, parecía un signo prometedor, aunque tanto las empresas como los gobiernos
veían con recelo el enorme fortalecimiento del poder de la clase obrera y de sus sindicatos, porque haría que
aumentarán los costes de producción al exigir mayores salarios y menos horas de trabajo. Sin embargo, el
reajuste resultó más difícil de lo esperado. Los precios y la prosperidad se derrumbaron en 1920, socavando
el poder de la clase obrera y desequilibrando de nuevo la balanza en favor de los empresarios. A pesar de
ello, la prosperidad continuado sin llegar.
En el mundo anglosajón, los países que habían permanecido en Australia y Japón hicieron cuánto les fue
posible para iniciar un nuevo proceso deflacionario, para intentar que sus economías retornaran a los viejos y
firmes principios de la moneda estable garantizada por una situación financiera sólida y por el patrón oro,
que no había resistido los embates de la guerra. Lo consiguieron en alguna medida entre 1922-1926. En
cambio, en la gran zona de la derrota y las convulsiones sociales que se extendía desde Alemania, en el
Oeste, hasta la Rusia Soviética, en el este, se registró un hundimiento espectacular del sistema monetario. En
el caso extremo, Alemania, se puede decir que la moneda perdió completamente su valor. Se esfumó por
completo el ahorro privado, lo cual provocó una falta casi total de capital circulante de para las empresas.
Eso explica en gran medida que durante los años siguientes la economía alemana tuviera una dependencia
tan estrecha de los créditos anteriores, dependencia que fue la causa de su gran vulnerabilidad cuando
comenzó la depresión. No era mucho mejor que la situación en la URSS, aunque la desaparición del ahorro
privado monetaria no tuvo las mismas consecuencias económicas y políticas. Cuando terminó la gran
inflación en 1922-1923, debido fundamentalmente a la decisión de los gobiernos de dejar de imprimir papel
moneda en cantidad ilimitada y de modificar el valor de la moneda, aquellos alemanes que dependían de
unos ingresos fijos y de sus ahorros se vieron en una situación de grave dificultad, aunque en Polonia,
Hungría y Austria la moneda conservo algo de su valor.
La situación parecía haber vuelto a la calma en 1924 y se vislumbraba la posibilidad de que retornar a lo
que es un presidente norteamericano llamó "normalidad". Se reanudó el crecimiento económico y mundial,
aunque algunos productores de materias primas y productos alimentarios básicos, entre ellos los agricultores
norteamericanos, sufriendo las consecuencias de un nuevo descenso del precio de los productos primarios,
después de una breve recuperación. El mayor parte de los países de Europa occidental el desempleo
continuaba siendo sorprendentemente alto. Entre 1924 y 1929 la única economía que funcionaba realmente a
pleno rendimiento era la de los EEUU. La economía estaba aquejada de graves problemas, el hundimiento
de los precios de los productos básicos (cuya caída ulterior se impidió mediante la acumulación de stock
creciente) demostraba que la demanda era muy inferior a la capacidad de producción. La expansión
económica fue alimentada en gran medida por las grandes corrientes de capital internacional que circularon
por el mundo industrializado, en especial Alemania. Este país, en 1928 había sido el destinatario de casi la
mitad de todas las exportaciones de capital del mundo, recibió un volumen de préstamos de entre 200 y 300
billones de marcos, la mitad de hechos a corto plazo. Eso hacía muy vulnerable a la economía alemana,
como quedó demostrado cuando se retiraron los capitales norteamericanos después de 1929.
No fue una gran sorpresa para nadie, salvo para los defensores de la Norteamérica provinciana, que la
economía mundial atravesara por nuevas dificultades pocos años después. De hecho, durante la época de
bonanza internacional comunista que había profetizado una nueva crisis económica, que desencadenaría una
nueva oleada revolucionaria. En realidad, sus consecuencias fueron justamente las contrarias. Sin embargo,
lo que nadie esperaba, era la extraordinaria generalidad y profundidad de la crisis que se inició, con el crack
dela bolsa de NY el 29 de octubre de 1929. Fue un acontecimiento de extraordinaria magnitud, que supuso
un poco menos que el colapso de la economía capitalista mundial, que parecía atrapada en un círculo vicioso
donde cada descenso de los índices económicos (exceptuando el desempleo) reforzaba la baja de todos los
demás.
La recesión de la economía industrial de Norteamérica no tardó en golpear al otro núcleo industrial,
Alemania. Entre 1929-1931 la producción industrial disminuyó aprox. 1/3 en los EEUU y una medida
parecida en Alemania. En los EEUU, la gran compañía del sector eléctrico, Westinghouse, perdió 2/3 de sus
ventas entre 1929-1933 y sus ingresos netos descendieron del 76% en 2 años. Se produjo una crisis en la
producción de artículos de primera necesidad, tanto alimentos como materias primas, dado que sus precios,
que ya no protegían acumulando existencias como antes, iniciaron una caída libre. Los precios del té y el
trigo cayeron en 2/3 y el de la seda en bruto en 3/4. Eso supuso el hundimiento de; Argentina, Australia,
Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Cuba, Chile, Egipto, Ecuador, Finlandia, Hungría, Indias holandesas (la
actual Indonesia), Malasia (británica), México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Paraguay, Perú, Uruguay, y
Venezuela. Este fenómeno transformó la depresión en un acontecimiento literalmente mundial.
Las economías de Austria, Checoslovaquia, Grecia, Japón, Polonia, y GB, también resultaron afectadas. La
industria sedera japonesa había triplicado su producción en el plazo de 15 años para aprovisionar al bastó y
creciente mercado de Las medias de seda estadounidense. La desaparición de moral de ese Mercado con
llevó también la del 90% de la ciudad japonesa que se enviaba a Norteamérica. Simultáneamente, se
derrumbó precio de otro importante producto básico de la agricultura japonesa, el arroz, fenómeno que
también afectó a las grandes zonas arroceras del sur y el este de Asia. Como el precio del trigo se hundió aún
más espectacularmente que el del arroz, se dice que en ese momento muchos orientales institución en este
último producto que por el trigo. Sin embargo, el boom del pan de chapatti y de los tallarines, empeora la
situación de los agricultores en países exportadores de arroz como Birmania, la indochina francesa y Siam
(la actual Tailandia). Los campesinos intentaron compensar el descenso de los precios aumentando sus
cultivos y sus ventas y eso se tradujo en una caída adicional de los precios. Esta situación llevó a la ruina de
los agricultores que dependían del mercado, especialmente del mercado de exportación, salvo en los casos
en que pudieron volver a refugiarse en una producción de subsistencia. Eso era posible en gran parte del
mundo subdesarrollado, y el hecho de que la mayoría de la población de África, Asia meridional y oriental y
de América Latina fuera todavía campesina, le permitió capear el temporal. Brasil se convirtió en la
Ilustración perfecta al despilfarro del capitalismo y de la profundidad de la crisis, con sus plantadores que
intentaban desesperadamente impedir el hundimiento de los precios que mandó café en lugar del Carbón en
las locomotoras de los trenes.
Sin embargo los efectos de la crisis se dejaron sentir Incluso en los países agrarios coloniales. Para quienes
la poseían control o acceso a los medios de producción (para los que trabajaban a cambio de un salario) la
principal consecuencia de la depresión fue el desempleo en una escala inimaginable sin precedentes.
La recuperación que se inició a partir de 1933 no permitió reducir la tasa media de desempleo de los años
30. El único estado occidental que consiguió acabar con el paro fue la Alemania nazi entre 1933 y 1938. Los
sistemas públicos seguridad social (incluido el subsidio de desempleo) no existían, o eran extremadamente
insuficientes, Sobre todo para los desempleados en períodos largos. Esta es la razón por la que la seguridad
ha sido siempre una preocupación fundamental de la clase trabajadora: Protección contra las semillas
incertidumbres del empleo, la enfermedad o los accidentes y contra la temida certidumbre de una vejez sin
ingresos. Incluso en el país donde los sistemas de seguro de desempleo estaban más desarrollados antes de la
depresión (GB) no alcanzaban ni siquiera al 60% de la población trabajadora, y eso por qué desde 1920 GB
se había visto obligada a tomar medidas contra un desempleo generalizado. En los demás países de Europa
(excepto Alemania) la proporción de los trabajadores protegidos en ese apartado oscilaba entre el 0 y el
25%. Aquellos que se habían acostumbrado a trabajar intermitentemente o atravesar por periodos de
desempleo clínico comenzaron a sentirse desesperados cuando, una vez hubieron gastado sus pequeños
ahorros y agotado el crédito en las tiendas de alimentos, veían imposible encontrar un trabajo. De ahí el
impacto traumático que tuvo en la política de los países industrializados al desempleo generalizado, causa
primera y principal de la gran depresión para el grueso de la población.
La mayor parte de la mano de obra que estuvo empleada incluso durante los peores momento
Notablemente su posición, dado que los precios descendieron durante todo el período de entreguerras y
Durante los años más duros de la depresión los precios de los alimentos cayeron más rápidamente que los
restantes productos. El desempleo generalizado y el hundimiento de los precios agrarios perjudica
gravemente a las masas, pero estaban seguras de que existía una solución política para esas injusticias (ya
fuera en la izquierda o en la derecha) sería posible que los pobres pudiesen satisfacer sus necesidades. Era la
inexistencia de soluciones en el marco de la vieja economía liberal lo que hacía tan dramática la situación de
los responsables de las decisiones económicas. A su juicio, para hacer frente a corto plazo a las crisis
inmediatas, se veían obligados a socavar la base a largo plazo de una economía mundial floreciente. En un
momento en que el comercio mundial disminuyó al 60% en 4 años (1929-1932), los estados comenzaron a
levantar barreras cada vez mayores para proteger sus monedas frente a los ciclones económicos mundiales,
sabiendo que eso significaba desmantelar el sistema Mundial del Comercio multilateral en el que, según
creían, debía sustentarse la prosperidad del mundo. La cláusula de nación más favorecida desapareció de
casi el 60% de los 510 acuerdos comerciales que se firmaron entre 1931 y 1939, y cuando se conservó fue
limitada.
La gran depresión desterró del liberalismo económico durante medio siglo. En 1931 1932, GB, Canadá,
todos los países escandinavos y los EEUU abandonaron el patrón oro, en 1936 se sumaron a la medida
incluso los más fervientes partidarios de este sistema, los belgas y los holandeses, y finalmente los franceses.
En 1931 GB abandonó el libre comercio. La gran depresión obligó a los gobiernos occidentales a dar
prioridad a las consideraciones sociales sobre las económicas en la formulación de sus políticas. El peligro
que entrañaba no hacerlo así (la radicalización de la izquierda y, cómo hacer el monstruo en Alemania y
otros países, de la derecha) era excesivamente amenazador. Así, los gobiernos protegieron a la agricultura
imponiendo aranceles frente a la competencia extranjera, donde ya existían los elevaron aún más.
Subvencionaron la actividad agraria garantizando los precios al productor, comprando los excedentes o
pagando los agricultores para que no produjeran. Los orígenes de las paradojas de la "política agraria
común" de la comunidad Europea, debido a la cual en los años 70 y 80 una minoría cada vez más exigua de
los campesinos amenazó con causar la bancarrota comunitaria en razón de las subvenciones que recibían, se
remontan a la gran depresión.
Los trabajadores, una vez terminada la guerra, el pleno empleo (la eliminación del desempleo
generalizado) pasó a ser el objetivo básico de la política económica en los países en los que se instauró un
capitalismo democrático reformado, escuchar más célebre profeta y pregonero fue el economista británico
John Maynard Keynes. La doctrina keynesiana propugnaba la eliminación permanente del desempleo
generalizado por razones tanto de beneficio económico como político. Los keynesianos sostenían,
acertadamente, que la demanda que generan los ingresos de los trabajadores ocupados tendría un efecto
estimulante sobre las economías deprimidas. Sin embargo, la razón por la que se dio la máxima prioridad a
este sistema de estímulo de la demanda fue la consideración de que el desempleo generalizado de la social y
políticamente explosivo, tal como había quedado demostrado durante la depresión. Cuando muchos años
después volvió a producirse un desempleo en gran escala, y especialmente durante la grave depresión de los
primeros años de la década de 1980, los observadores estaban convencidos de que sobrevendrían graves
conflictos sociales y se sintieron sorprendidos cuando eso no ocurrió. Eso se debió a otra gran medida
profiláctica adoptada durante, después y como consecuencia de la gran depresión: La implantación de
sistemas modernos de seguridad social. Los EEUU aprobaron su ley de seguridad social en 1935.
Trauma derivado de la gran depresión: El único país que había rechazado El capitalismo, La Unión
soviética, parecería ser inmune a sus consecuencias. Mientras el resto del mundo, o al menos el capitalismo
liberal occidental, desonida en el estancamiento, la URSS estaba inmersa en un proceso de industrialización
acelerada, con la aplicación de los planes quinquenales. Entre 1929 y 1940 la producción industrial se
multiplicó al menos por tres en la Unión soviética, cuya participación en la producción mundial de productos
manufacturados pasó del 5% en 1929 el 18% en 1938. Además, en la unión soviética no existía el
desempleo.
A raíz de los planes quinquenales de Rusia los términos plan y planificación estaban en Boca de todos los
políticos. Los partidarios socialdemócratas comenzaron a aplicar planes. Otros funcionarios británicos
moderados establecieron un grupo de reflexión abierto al que dieron el nombre de PEP (Political and
Economic Planing). Una serie de jóvenes políticos conservadores, como el futuro Primer Ministro Harold
MacmiHan se convirtieron en Defensores de la planificación.
Causa del mal funcionamiento de la economía capitalista en el período de las entreguerras: En Europa, al
menos en los países beligerantes, los problemas económicos pueden explicarse en función de las
perturbaciones de la guerra y la posguerra, sin embargo, los EEUU sólo habían tenido una breve, aunque
decisiva intervención en el conflicto. La PGM, lejos de desquiciar su economía, la beneficio. En 1913, los
EEUU era la mayor Economía del mundo, con la tercera parte de la producción industrial, algo menos de la
suma total de lo que producían conjuntamente Alemania, GB, y Francia. En 1929 produjeron más de 42% de
la producción mundial. Al terminar la PGM, el predominio de la economía estadounidense en el escenario
internacional era tan claro como el que conseguiría después de la SGM. Fue la gran depresión la interrumpió
temporalmente esa situación hegemónica. La guerra reforzó su posición de principal productor mundial, lo
convirtió en el principal acreedor del mundo. Los británicos habían perdido opcionalmente una cuarta parte
de sus inversiones mundiales durante la Guerra, principalmente las efectuadas en los EEUU, de las que
tuvieron que desprenderse para comprar suministros de guerra. Los franceses perdieron la mitad de sus
inversiones, como consecuencia de la Revolución y el hundimiento de Europa. Los EEUU, que al comenzar
la guerra eran un país deudor, al terminar el conflicto eran el principal acreedor internacional. Dado que
concentraban sus operaciones en Europa y en el hemisferio occidental su influencia en Europa era decisiva.
Sobre la situación de los EEUU puede explicar la crisis económica mundial. Después de todo, en los años
veinte era el principal exportador del mundo y, tras GB, el primer importador. En cuanto a las materias
primas y los alimentos básicos, absorbía casi un 40% de las importaciones que realizaban los 15 países con
un comercio más intenso, lo cual Explica las consecuencias desastrosas de la crisis para los productores de
trigo, algodón, azúcar, caucho, seda, cobre, estaño y café. Los EEUU Fue también la primera víctima de la
crisis. Importaciones cayeron un 70% entre 1929 y 1932. El comercio mundial definición menos de un tercio
entre 1929 y 1939, pero las exportaciones estadounidenses decidieron casi un 50%.
Las raíces del problema eran europeas y su origen era fundamentalmente político. En la conferencia de la
paz de Versalles (1919) se habían impuesto a Alemania unos pagos onerosos No definidos en concepto de
reparaciones por el costo de la guerra y los daños ocasionados a las potencias vencedoras. Para justificar las
se incluyó en el tratado de paz una cláusula que declaraba a Alemania única responsable de la guerra (la
cláusula de culpabilidad). La suma que debía pagar Alemania no se concretó, en busca de un compromiso
entre la posición de los EEUU, que proponían que se fijara en función de las capacidades del país, y la de los
otros aliados (principalmente FR) que insistían en resaciarse de todos los costos de la guerra. El objetivo que
realmente perseguían (al menos FR) era perpetuar la debilidad de Alemania y disponer de un medio para
presionarla. En 1921 la suma se fijó en 132.000 millones de marcos de oro, que era imposible de pagar.
Las reparaciones suscitaron interminables polémicas, crisis periódicas y arreglos negociados bajos los
auspicios norteamericanos, pues los EEUU, con gran descontento de sus antiguos aliados, pretendían
vincular la cuestión de las reparaciones de Alemania con el pago de las deudas de guerra que tenían los
aliados con Washington. Estas últimas se fijaron en una suma casi en absurda como la que existía en
Alemania; las deudas británicas con los EEUU suponían el 50% de la renta nacional de GB y las de los
franceses dos tercios. En 1924 entró en vigor el plan Dawes, que fijo la suma real que debía pagar Alemania
anualmente, y en 1929 el plan Young modifico el plan de reparaciones y estableció el Banco de pagos
internacionales que se multiplicarían después de la SGM. Todos los pagos, tanto de alemanes como de los
aliados se interrumpieron en 1932. Solo Finlandia pago todas sus deudas de guerra a los EEUU. Dos
cuestiones estaban en juego:
- La problemática suscitada por Keynes, que escribió un dura crítica de la conferencia de Versalles, en la
que participo como miembro subalterno de la delegación británica; "las consecuencias económicas de la
paz" (1920). Argumentaba que si no se reconstruye la economía alemana la restauración de una civilización
y una economía liberal Estable en Europa sería imposible. La política francesa de perpetuar la debilidad de
Alemania como garantía de la seguridad de Francia era contraproducente. De hecho, Francia era demasiado
débil para imponer su política, incluso cuando por un breve tiempo ocupó el corazón industrial de la
Alemania occidental, en 1923, con la excusa de que los alemanes se negaban a pagar. A partir de 1924
tuvieron que tolerar el fortalecimiento de la economía alemana.
- Estaba la cuestión de cómo debían pagarse las reparaciones. Los que deseaban una Alemania débil
pretendían que el pago se hiciera en efectivo, en lugar de exigir una parte de la producción, o al menos de los
ingresos procedentes de las exportaciones alemanas. Obligaron a Alemania a recurrir sobre todo a los
créditos, de manera que las reparaciones que se pagaron se costearon con los cuantiosos préstamos
(norteamericanos) solicitados a mediados de los años 20. Para sus rivales esto parecía presentar la ventaja
De que Alemania se endeudaba fuertemente en lugar de aumentar sus exportaciones para conseguir el
equilibrio de su balanza de pagos. De hecho, las importaciones alemanas aumentaron extraordinariamente.
Pero el sistema basado en esas premisas hizo Alemania y Europa muy vulnerable al descenso de los créditos
de los EEUU (incluso antes de que comenzara la depresión) y a su corte final (tras la crisis de Wall Street de
1929). Todo el castillo de naipes construido en torno a las reparaciones se derrumbó durante la depresión.
Para entonces la interrupción de los pagos no repercutió positivamente sobre Alemania, ni sobre la economía
mundial, que había desaparecido como sistema integrado, al igual que ocurrió con el mecanismo de pagos
internacionales entre 1931-1933.
Sin embargo las conmociones de la posguerra y los problemas políticos europeos solo explican en parte la
gravedad del hundimiento de la economía en el periodo de entreguerras. El análisis económico debe
centrarse en dos aspectos:
- La existencia de un desequilibrio notable y creciente en la economía internacional, como consecuencia de
la asimetría existente entre en nivel de desarrollo de los EEUU y el del resto del mundo. El sistema mundial
no funcionaba correctamente porque a diferencia de GB, los EEUU no necesitaban al resto del mundo. Así,
mientras GB, consciente de que el sistema mundial de pagos se sustentaba en la libra esterlina, velaba por su
estabilidad, EEUU no asumió una función estabilizadora de la economía mundial. Los norteamericanos no
dependían del resto del mundo porque desde el fin de la 1era guerra mundial necesitaban importar menos
capital, mano de obra y nuevas mercancías, excepto algunas materias primas. En cuanto a sus exportaciones,
tenía mucha menos trascendencia para la renta nacional que en cualquier otro país industrial.
- La incapacidad de la economía mundial para generar una demanda suficiente que pudiera sustentar una
expansión duradera. La base de la prosperidad de los años 20 no eran firmes, ni siquiera en los EEUU, con el
agricultura estabas en una situación deprimida y los salarios, no aumentaron mucho e incluso se estancaron
en los últimos años desquiciados de euforia económica. Al estancarse los salarios los beneficios aumentaron
de manera desproporcionada y el sector acomodado de la población fue el más favorecido. Pero al no existir
un equilibrio entre la demanda y la productividad del sistema industrial, el rápido incremento en esos días
que dieron el triunfo de Henry Ford, el resultado fue la sobreproducción y la especulación. A su vez, estas
desencadenaron el colapso.
Cuando se produjo el hundimiento, este fue mucho más espectacular en los EEUU donde se había
intentado reforzar la demanda mediante una gran expansión del crédito a los consumidores. Los bancos,
afectados por la Euforia inmobiliaria especulativa que, con la contribución habitual de los optimistas ilusos y
de la legión de negociantes sin escrúpulos, había alcanzado su Cenit Algunos años antes del Gran crack, y
abrumados por las deudas sin cobrar, se negaron a conceder nuevos créditos y a refinanciar los existentes.
Sin embargo, eso no impidió que quebraran por millares, mientras que en 1933 casi la mitad de los
préstamos hipotecarios de los EEUU estaban atrasados en el pago y cada día un millar de sus titulares
perdían sus propiedades por esa causa. Lo que hacía que la economía fuera especialmente vulnerable a ese
Boom crediticio era que los prestatarios no utilizaban el dinero para comprar los bienes de consumo
tradicionales, necesarios para subsistir, cuya demanda era muy inelástica. Los bienes de consumo duraderos
y picos de la sociedad moderna de consumo en la que los EEUU eran Pioneros. La producción de
automóviles disminuyó a la mitad en los EEUU entre 1929 y 1931. A diferencia de los ferrocarriles de los
barcos de vapor o de la introducción de la feria y de las máquinas herramientas (que reducían costos) los
nuevos productos y el nuevo estilo de vida requerían para difundirse con rapidez unos niveles de ingreso
cada vez mayores y un elevado grado de confianza en el futuro. Pero eso era Precisamente lo que se estaba
derrumbando.
A partir de 1932 había claros indicios de que lo peor había pasado. De hecho, algunas economías se
hallaban en situación floreciente. Japón y Suecia habían duplicado al terminar los años treinta la producción
de los años anteriores a la depresión, y en 1938 la economía alemana había crecido un 25% con respecto a
1929. Incluso las economías más débiles, como la británica, mostraban signos de dinamismo. Pese a todo no
se produjo el esperado relanzamiento y la economía mundial sigue sumida en la depresión. Eso era
especialmente patente en la más poderosa de todas las economías, la de los EEUU, donde los diferentes
experimentos encaminados para estimular la economía que se emprendieron en virtud del "New Deal" del
presidente Roosevelt no dieron los resultados esperados. A unos años de fuerte actividad siguió una nueva
crisis en 1937-1938, aunque se proporciones mucho más Modesta que la depresión de 1929. El sector más
importante de la industria norteamericana, la producción automovilística, nunca recuperó el nivel alcanzado
en 1929.
Para una serie de economistas el futuro del capitalismo era el estancamiento. Ese punto de vista adquirió
gran predicamento en los EEUU después de la crisis. El economista austríaco Schumpeter, en otro
diagnóstico pesimista acerca del capitalismo, afirmado que durante cualquier periodo prolongado del
malestar económico, los economistas, dejándose ganar, como otros, por el estado de ánimo predominante,
construya teorías que pretenden demostrar que la depresión ha de ser duradera. También, posiblemente, los
historiadores se mostraron sorprendidos por la tenaz resistencia de los años 70 y 80 a aceptar la posibilidad
de una depresión general de la economía capitalista mundial. Y todo ello a pesar de que los años 30 fueron
Un diseño de importantes innovaciones tecnológicas en la industria, cómo desarrollo de los plásticos. En un
sector (en el del entretenimiento y los medios de comunicación) periodo de entreguerras contemplo los
adelantos más trascendentales, al menos en el mundo anglosajón, con El Triunfo De la radio como medio de
comunicación de masas y de la industria de cine de Hollywood. En las tristes ciudades del desempleo
generalizado surgieron gigantesca salas de cine, por qué las entradas eran muy baratas, porque los jóvenes y
los ancianos, los más afectados por el desempleo, disponían de tiempo libre y porque durante la depresión
los marinos y sus esposas tenían más oportunidades que antes de compartir los datos de ocio.
En 1933 No era fácil aceptar, por ejemplo, qué dónde la demanda del consumidor, y Por ende del consumo,
caían, el tipo de interés descendería cuando fuera necesario para estimular la inversión de uno nuevo, de
forma que la mayor demanda de inversiones compensarse del descenso de la demanda del consumidor. A
medida que aumenta vertiginosamente al desempleo, resultado difícil de creer que las obras públicas no
aumentaría en el empleo porque el dinero invertido se le traería al sector privado, que de haber podido
disponer de él habría generado el mismo nivel de empleo. Tampoco parecían hacer nada por mejorar la
situación los economistas que afirmaban que había que dejar y que la economía siguiera su curso y los
gobiernos cuyo primer instinto, además de proteger el patrono oro mediante políticas deflacionarias, le lleva
aplicar la ortodoxia financiera, equilibrar los presupuestos y reducir gastos. Mientras la depresión económica
continuaba, muchos afirman que con esto no hacía sino empeorar las cosas. Resulta incomprensible que la
ortodoxia del mercado libre, tan patentemente desacreditada, haya podido presidir nuevamente un período
general de depresión A fines de los años ochenta y comienzos de los 90, en el que se ha mostrado
Igualmente incapaz de aportar soluciones.
El capitalismo del período de entreguerras estaba muy alejado de la libre competencia de la economía del
siglo 19. En los últimos años el decenio de 1930, las ortodoxia liberales de la competencia en un mercado
libre habían desaparecido hasta tal punto que la economía mundial podía considerarse como un triple
sistema formado por un sector de Mercado, un sector intergubernamental (en el que se realizaban sus
transacciones económicas planificadas o controladas) y un sector constituido por poderes internacionales
públicos o semipúblicos que regularán determinadas partes de la economía.
Los efectos de la gran depresión sobre la política y sobre la opinión pública fueron grandes e inmediatos.
Desafortunado de gobierno que estaban poder durante el cataclismo, ya fuera de derechas o de izquierdas. El
cambio no fue siempre tan inmediato como en América Latina, banderas de países conocieron un cambio de
gobierno o de régimen en 1930-1931, 10 de ellos a través de un golpe militar. A mediados de los años 30
eran pocos los estados donde la política nos hubiera modificado sustancialmente con respecto al período
anterior a la gran depresión. En Japón y Europa se produjo un fuerte giro hacia la derecha, excepto en
Escandinavia y España. El Triunfo casi simultáneo de un régimen nacionalista, belicista agresivo en dos
importantes potencias militares (Japón, 1931, y Alemania, 1933) fue la consecuencia política más
importante y siniestra de la gran depresión.
El retroceso de la izquierda Revolucionaria contribuyó al fortalecimiento de la derecha radical, al menos
Durante los años más duros de la depresión. Lejos de iniciar un nuevo proceso revolucionario, la depresión
redujo al movimiento comunista internacional fuera de la URSS a una situación de debilidad sin
precedentes. Eres influyó la política suicida de la Comintern, que no solo subestimó el peligro que entrañaba
el nacionalismo en Alemania, sino que adoptó una política de aislamiento sectario increíble, al decidir que
su principal enemigo era el movimiento obrero de masas organizado de los partidos socialdemócratas y
laboristas (a los que calificaban de social-fascistas). En 1934, una vez hubo sucumbido a manos de Hitler el
partido comunista alemán (KPD), el que Moscú había depositado la esperanza de la Revolución mundial y
que aún era la sección más poderosa, y en crecimiento, de la internacional, y cuando incluso los comunistas
chinos, desalojados de Los núcleos Rurales qué consistían la base de su organización guerrillera, no eran
más que una caravana acostada en su larga marcha hacia un refugio lejano y seguro, poco quedaba allá del
movimiento revolucionario internacional organizado. En la Europa de 1934, sólo el partido comunista
francés tenía todavía una presencia importante. En la tarea fascista, a los 10 años de la marcha sobre Roma y
en plena depresión internacional, Mussolini se sintió lo suficientemente confiado en sus fuerzas como para
liberar algunos comunistas para celebrar este aniversario. De cualquier manera, la conclusión es que, en
Europa, el resultado inmediato de la represión fue justamente el contrario de que prevenían los
revolucionarios sociales.
El retroceso de la izquierda no sé limito al declive de los comunistas, pues con la victoria de Hitler
desapareció prácticamente de la cena del partido socialdemócrata alemán y un año más tarde la
socialdemocracia austríaca conoció el mismo destino después de una vez de resistencia Armada. El partido
laborista británico ya había sido en 1931 víctima de la depresión, o tal vez de su fe en la ortodoxia
económica decimonónica, eran más débiles es que en 1913.
La situación era diferente fuera de Europa. En la zona septentrional del continente americano se registró un
marcado giro hacia la izquierda, cuando EEUU, bajo la presidencia de Roosevelt (1933-1945) puso en
práctica un New Deal más radical, y México, bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas (1934-1940), revitalizó
el dinamismo original de la Revolución Mexicana, especialmente en la cuestión de la reforma agraria.
También surgieron poderosos movimientos político-sociales en la zona de las praderas de Canadá, golpeada
por la crisis: El partido del crédito social y la federación Cooperativa del Commonwealth (el actual nuevo
partido democrático), organizaciones de izquierda según Los criterios de los años 30.
En América Latina, tiernos o sus partidos dirigentes cayeron cuando el hundimiento del precio mundial de
los productos que exportaban quebranto sus finanzas. Sin embargo, fueron más los que cayeron hacia la
izquierda que hacia la derecha. Argentina inició la era de los gobiernos militares después del prolongado
período de gobierno civil, y aunque dirigentes como el general Uriburu pronto quedaron relegados a un
segundo plano, el país giro claramente hacia la derecha. Chile aprovechó la depresión para desalojar el poder
a uno de los escasos dictadores-presidentes, Carlos Ibáñez (1927-1931), y dio un tumultuoso giro a la
izquierda. En 1932 se constituyó una jugada República socialista bajo el coronel Marmaduke Grove y más
tarde se formó un poderoso frente popular según el modelo europeo. En Brasil, el desencadenamiento de la
crisis puso fin a la vieja República oligárquica de 1899-1930, y qué voy a poder Getulio Vargas, ay que
podría calificarse de populista-nacionalista. El giro hacia la izquierda fue más evidente en Perú, aunque el
más sólido de los nuevos partidos, la Alianza Popular Revolucionaria americana (APRA), uno de los escasos
partidos obreros de tipo europeo que triunfaron en el hemisferio occidental, no consiguió ver cumplidas sus
ambiciones revolucionarias (1930-1932). El deslizamiento hacia la izquierda fue aún más pronunciado en
Colombia, donde los liberales, con su presidente reformista fuertemente influido por el New Deal de
Roosevelt, pusieron fin a un período de casi 30 años de dominio conservador. En Cuba, la elección de
Roosevelt permitió a la población de este protectorado estadounidense desalojar del poder a un presidente
odiado y muy corrupto.
En el vasto mundo colonial, la crisis se intensificó notablemente la actividad antiimperialista, en parte por
el hundimiento del precio de los productos básicos en los que se basaban las economías coloniales (o cuando
menos sus finanzas públicas y sus clases medias), y en parte porque los países metropolitanos sólo se
preocuparon de proteger su agricultura y su núcleo, sin tener en cuenta las consecuencias de esas políticas
sobre las colonias. 1 países europeos cuyas decisiones económicas se adaptaron en función de factores
internos lo podían conservar por mucho tiempo los imperios cuyos intereses productivos eran de Gran
complejidad (Holland, 1985).
La depresión señaló en la mayor parte del mundo colonial el inicio del descontento político y social de la
población autóctona, descontento que necesariamente debería dirigirse contra el gobierno (colonial), incluso
donde no surgieron movimientos políticos nacionalistas hasta después de la SGM. Tanto en el África
occidental británica como en el Caribe comenzaron a producirse disturbios civiles, fruto de la crisis que
afectó al sector de los cultivos locales de exportación (cacao y azúcar). Pero en los países donde ya existían
movimientos nacionales anticoloniales, los años de la depresión agudizaron el conflicto, particularmente En
aquellos lugares en que la situación política había llegado a las masas. Fue durante esos años cuando se
registró la expansión de los hermanos musulmanes en Egipto (creados en 1928) y cuando Gandhi movilizó
por segunda vez a la gran masa de la población India (1931).
Las consecuencias políticas inmediatas no son el único ni el principal criterio para juzgar la gravedad de la
depresión. Fue una catástrofe que acabó con cualquier esperanza de restablecer la economía y la sociedad
del siglo 19. Los acontecimientos del período 1929-1933 hicieron posibles un retorno a la situación de 1913.
El viejo liberalismo estaba muerto o parecía condenado a desaparecer. Tres opciones competirán por la
hegemonía político-intelectual. La primera era del comunismo marxista, las predicciones de Marx parecían
estar cumpliendo se, cómo tuvo que ir incluso la asociación económica norteamericana en 1938, y además la
URSS parecía inmune a la catástrofe. La segunda opción era un capitalismo que había abandonado la fe en
los principios del mercado libre, y que había sido reformado por una especie de maridaje informal con la
socialdemocracia moderada de los movimientos obreros no comunistas. En el período de la posguerra
demostraría ser la opción más eficaz. Sin embargo, al principio y no fue tanto un programa consciente o una
alternativa política como la condición de que era necesario evitar que se produjera una crisis como la que se
acababa de superar y, en el mejor de los casos, una disposición a experimentar con otras fórmulas,
estimulada por el fracaso del liberalismo clásico. La política socialdemócrata sueco en el período posterior a
1932, al menos a juicio de uno de sus principales inspiradores, Gunnar Myrdal, fue una reacción consiente a
los fracasos de la ortodoxia económica que había aplicado el desastroso gobierno laborista en GB el 1929-
1931. En ese momento, todavía estaba en proceso elaboración la teoría alternativa a la fracasada economía
de Libre Mercado. Hasta la SGM, y posteriormente, no se formularía una práctica de gobierno alternativa:
La dirección y gestión macroeconómica de la economía basada en la contabilidad de la renta nacional,
aunque, tal vez por influencia de la URSS, en los años 30 los gobiernos y otras instancias públicas
comenzaron ya a contemplar las economías nacionales como un todo y a estimar la cuantía de su producto o
renta total.
La tercera opción era el fascismo, la depresión convirtió en un peligro mundial. La versión alemana del
fascismo (el nacionalsocialismo) se benefició tanto de la tradición intelectual alemana, que (a diferencia de
la austríaca) había rechazado las teorías neoclásicas del liberalismo económico que constituyen la ortodoxia
internacional desde la década de 1880, cómo de la existencia de un gobierno implacable decidido a terminar
con el desempleo a cualquier precio. Afrontó la gran depresión rápidamente y, con otro gobierno. Sin
embargo, a medida que la gran depresión fortaleció la marea del fascismo, empezó a hacerse cada vez más
patente que en la era de las catástrofes no sólo la paz, la estabilidad social y la economía, sino también las
instituciones políticas y los valores intelectuales de la sociedad burguesa liberal del siglo 19 estaban
retrocediendo o derrumbándose.
Manual Cap. N°11 “La gran depresión de los años 30” 15/02
11.2.3. La difusión de la crisis hacia Europa:
A principios de 1931, la depresión, aún muy severa, presentaba características similares a otras en cuanto a
la evolución de su curso normal. Persistía la deflación y la desocupación había alcanzado niveles muy altos,
los países más afectados eran los exportadores de materias primas, y varios de ellos habían abandonado el
patrón oro. Los pronósticos favorables desaparecieron a partir del estallido de un pánico financiero
internacional que se inició en mayo con la quiebra del Credit-Anstalt, el banco más prestigioso de Austria,
afectado por el masivo de retiro francés de fondos, que tuvo su origen en la propuesta de la unión aduanera
entre Alemania y Austria. A esto le siguió una fuga de capitales en Alemania, GB y los EEUU, que terminó
con el patrón oro y con lo que quedaba del sistema financiero internacional estructurado a su alrededor.
Presionados por la salida de oro, los gobiernos de Alemania y GB adoptaron decisiones divergentes para
frenar el drenaje de reservas. En Alemania, el gobierno conservador encabezado por Heinrich Bruning logró
una moratoria de un año en el pago de las reparaciones de la guerra (prólogo a la cancelación de la deuda
concretará a mediados de 1932), pero aun así optó por una subida de las tasas de interés del 7 al 10%, con la
consecuencia de una profundización en la caída de la actividad económica e incremento de la desocupación.
La devaluación del marco, la otra alternativa, fue descartada por temor al retorno de la inflación, que había
hecho estragos en la posguerra. Ante la continuidad de los problemas, en diciembre de 1931 se procedió, por
medio de un decreto de emergencia, a reducir los salarios y los precios de las industrias cartelizadas. La
desocupación llegó a superar el 20% en algunos meses de 1932, desencadenándose una situación de
conflictividad social y política que abrió el camino a una alternativa de excepción, dispuesta a afrontar la
crisis con herramientas mucho más expeditivas que la "democracia inorgánica".
En GB, el problema de la libra esterlina sobrevaluada, objeto de una presión que obligaba a mantener altas
tasas de interés para evitar la huida de oro, condujo a la caída del gobierno laborista en agosto de 1931,
reemplazado por un gabinete de coalición que frente a la continuidad de los problemas opto por tomar una
decisión trascendental: El 21 de septiembre abandonó del patrón oro y dejó flotar la libra esterlina. Se
produjo de manera inmediata una depreciación de la moneda inglesa, estabilizándose luego en aprox. el 70%
del tipo de cambio que las autoridades económicas habían establecido 6 años antes, en ocasión del retorno al
patrón oro. Esta decisión, en su momento considerada desastrosa, fue la demostración inequívoca de la
desaparición del liderazgo británico pero permitió que la economía inglesa se recuperarse de manera
razonable, liberada de los condicionantes impuestas por una moneda sobrevaluada y altas tasas de interés. La
decisión británica fue acompañada por el abandono del patrón oro por parte de países que no querían verse
descolocados en su posición comercial. Hacia fines de 1932 más de la mitad de los países del mundo lo
habían hecho formalmente. La depreciación de la libra esterlina acompañada de crecimiento de una "área de
la libra", dentro de la cual países exportadores vinculados con el mercado británico pudieran proteger su
nivel de competitividad, en tanto que los países deudores de GB accedieron a una renegociación que les
permitió continuar afrontando el costo de sus obligaciones financieras.
En resumen: En poco tiempo se produjo la desorganización y la destrucción parcial de la maquinaria que
movió la economía internacional, los distintos gobiernos precedieron a buscar una salida individual en la
crisis, al desaparecer totalmente la cooperación financiera.
11.2.4. La depresión en el resto del mundo:
Con la excepción de la Unión Soviética, la crisis se extendió por todo el mundo, manifestándose en los
valores del comercio exterior, cuya disminución afectó sobre todo a las regiones económicas asentadas en
las exportaciones.
En un contexto general de caída vertical de transacciones internacionales, para América Latina, Asia y
Oceanía la situación fue aún más grave. Además, es preciso tener en cuenta la significación que adquirió el
deterioro de los términos de intercambio, es decir, la disminución relativa de los precios de productos
primarios respecto de los correspondientes a los bienes manufacturados, que se manifestó con fuerza en este
período. Para el caso de América, el deterioro fluctuó entre el 21 y el 45% en 1929-1933.
"Lotería de las mercaderías": Expresión forjada por Díaz Alejandro para describir la variada suerte que
corrieron los bienes que portaba el subcontinente, en función de las características de la demanda, las
condiciones de producción y los mecanismos de comercialización. Todos los países se enfrentaron a una
caída del precio de las estaciones de sus productos.
1) Hubo países (Bolivia, chile, México) que sufrieron una severa baja tanto en el precio como en el
volumen de las exportaciones, fundamentalmente minerales.
2) Un grupo más numeroso (Argentina, Brasil, Ecuador, Perú, y los países de América Central),
productores de materias primas y alimentos, experimentó una pérdida menor al 25% en el volumen de sus
exportaciones.
3) Unos pocos países (Colombia, Venezuela, República Dominicana) tuvieron un descenso menor al 10%.
A este factor se le suman las dificultades crecientes originadas en el pago de los servicios de la deuda en un
contexto de escasez de crédito. El resultado fue, para la mayor parte de los países periféricos, la pérdida de
reservas y la depreciación del tipo de cambio. Argentina, Australia, Nueva Zelanda, Uruguay, Brasil, Bolivia
y Venezuela son algunos de los países que optaron por salir del patrón oro, en algunos casos antes de 1931,
por lo que Kindleberger ha sostenido que el sistema monetario internacional empezó su desintegración en la
periferia de la economía mundial.
Las políticas económicas adoptadas por los países extraeuropeos frente a la crisis pueden dividirse en
pasivas y activas. La pasividad es el mantenimiento de la ortodoxia monetaria y cambiaría ligada en algunos
de los países centrales, fue un rasgo característico de países pequeños o con un grado de dependencia muy
marcado. Las políticas económicas activas se vinculan con la actuación sobre el tipo de cambio, los
controles sobre las importaciones, la intervención del estado en los mercados de los productos en problemas,
las medidas de impulso a la industrialización sustitutiva, etc. En el caso del África negra, el impacto de la
disminución de los ingresos fiscales provenientes del comercio exterior produjo un incremento de la presión
impositiva por parte de las administraciones coloniales en perjuicio de los ingresos de los indígenas,
obligando a "monetizar" operaciones que normalmente se basaban en el trueque. El resultado de una
aceleración en el proceso de desintegración de las estructuras tribales tradicionales, colocando a los
pobladores dentro de una dinámica económica que desconocían. La evaluación de las políticas económicas
activas e implementadas en la periferia es generalmente positiva, ya que los países que la pusieron en
práctica de manera más o menos sistemática avanzaron con buenos resultados hacia un nuevo patrón de
acumulación en el que el sector industrial adquirió una importancia nunca antes alcanzada, a favor de las
posibilidades que brindaba la coyuntura para sustituir importaciones. Las alternativas sustitutivas se
extendieron también en el sector rural, modificándose en algunos países la orientación productiva de la tierra
en función de la demanda interna (sustituyendo cultivos que antes se destinaban a la exportación) y también
al sector terciario, donde se verificó un avance de las empresas de capital nacional. Los países de la
Commonwealth se vieron favorecidos por la decisión británica de devaluar la libra y de implementar una
política conjunta destinada a proteger el mercado imperial. Esta orientación se estableció en la conferencia
de Ottawa (1932).
Los resultados globales del mundo periférico en los años 30 fueron modestos (con excepciones como la de
la Unión Sudafricana, beneficiada por los aumentos en el precio del oro), con un crecimiento en los ingresos
por habitante inferior al de las décadas anterior y posterior.
11.2.5. Las nuevas prácticas financieras y comerciales:
La depresión produjo un profundo impacto en el ámbito financiero internacional y en el desarrollo de las
actividades comerciales. Las modificaciones verificadas en los tipos de cambio a raíz del colapso del patrón
oro dificultaron en gran medida los movimientos de capitales. Los controles fueron utilizados abusivamente
por las autoridades gubernamentales, de manera que hicieron imposible las repatriaciones y las operaciones
multilaterales que habían sido de uso común durante los años 20. El comercio se vio sujeto un incremento de
las restricciones a la entrada de mercaderías, en tanto cada nación perseguía la recuperación económica
interna. Los controles se manifestaron de dos formas principales: Los dirigidos a actuar sobre los pagos entre
los países, los que afectaban en primera instancia los movimientos de mercaderías de un país a otro. El
primer grupo incluye a los controles de cambios los variados acuerdos de clearing y de otros tipos asociados
a ellos. El segundo está conformado para aranceles, contingentes, prohibiciones y medidas similares.
CONTROL DE CAMBIOS
Control de cambios, en su más amplia y común interpretación se refiere a las diferentes formas de
restricciones oficiales sobre las transacciones privadas de divisas extranjeras. En aquellos países en que tales
restricciones se introdujeron durante este período, los gobiernos asumieron el control del cambio exterior,
exigiendo de los exportadores las divisas recibidas en pago de sus ventas y entregándolas a los importadores
como pago de sus compras, verificándose ambas operaciones a un precio fijado de modo arbitrario por el
gobierno. La persistencia y la severidad de las políticas de control de cambios fueron el resultado de una
ampliación en los objetivos que persiguieron su introducción y mantenimiento. Pese a que su finalidad
original era suprimir la salida de capitales que iba a ser ciada a las crisis financieras del comienzo de la
década, con el paso del tiempo y la profundización de la depresión, las metas de dicha política se multiplicó.
Por una parte, el aislamiento que proporcionaba el control de cambios favorecía las posibilidades de
introducir políticas domésticas expansionistas. Bacinillas, podría contribuir a la protección de las industrias
nacionales por medio de la asignación selectiva de las divisas disponibles para la importación, previendo o
limitando la entrada de determinadas mercaderías. El control de cambios se utilizaba para conseguir ingresos
fiscales: Implementación de tipo de cambio más elevado para la venta que para la compra de divisas
extranjeras llevaba consigo la apropiación de la diferencia por parte del Estado.
ACUERDOS BILATERALES
Apuntaban a la búsqueda de un equilibrio entre las cuentas mutuas de dos países que querían mantener alto
el volumen de comercios inmovilizar oro y divisas fuertes. Existían tres modalidades principales:
1) Acuerdos de compensación: Constituyen una forma moderna del principio de trueque. Las
negociaciones eran realizadas por el estado, por individuos particulares o empresas. Un volumen
considerable del comercio alemán en 1932-1933 se llevó a cabo por acuerdos de compensación incluyendo,
por ejemplo, el intercambio de carbón por café brasileño y fertilizantes por algodón egipcio.
2) Operaciones de clearing: Constituían la apertura de una cuenta en cada país, a través de las cuales se
realizarían todos los pagos por importación y exportación entre ambos. Se utilizaban para cubrir los pagos
derivados del comercio y para otro tipo de pagos, cómo transferencias de intereses y dividendos, servicios de
fletes, etc. Un ejemplo, fue el de Alemania, que lo utilizó en su comercio con países como Yugoslavia,
Bulgaria, Hungría y Rumanía, obteniendo importantes beneficios.
3) Acuerdos de pagos: Se establecían, en general, entre países con tipo de cambio fijo y países con
controles de cambio. Existían con la necesidad de resolver los problemas de deudas congeladas e intereses
impagos en estos últimos países. Fueron utilizados de manera preferente por GB para encarar las situaciones
que se presentaron tras la crisis financiera de 1931.
ARANCELES Y OTRAS RESTICCIONES AL COMERCIO:
Las tarifas fueron el mayor obstáculo para el intercambio internacional de bienes durante este periodo. La
conversión que se operó en GB es la demostración más clara de los cambios en el territorio arancelario. El
país era todavía predominantemente librecambista hasta la aprobación de la ley de derechos de importación
en 1932, qué imponía una tasa general del 10% sobre todas las importaciones, exclusión de los bienes
procedentes del imperio, y una "lista libre" que comprendía la mayor parte de las materias primas y
alimentos. A la ley siguió una serie de recargos de mayor significación que afectaban a productos
individuales.
Otra manifestación de las políticas comerciales desplegadas durante la crisis consistió en la ampliación de
los contingentes y a la introducción de diferentes formas de control cuantitativo sobre importaciones. Se
utilizó para proteger las manufacturas domésticas y en mayor medida los productos agrícolas de la
competencia exterior que se produjo como consecuencia de la caída internacional de los precios. Además, la
adopción de restricciones cuantitativas resultado de relevancia para los países que se mantuvieron dentro del
patrón oro después del abandono del sistema por parte de GB y los EEUU. Al no utilizar los controles de
cambios, intentaron afrontar sus problemas de balanza comercial imponiendo controles a las importaciones
para tratar de mantener un cierto equilibrio en la misma.
LOS INTENTOS DE COOPERACION INTERNACIONAL
Para combatir la crisis comercial y financiera y buscar los mecanismos que permitirán iniciar la
recuperación económica era necesaria la colaboración internacional. Por esto se convocó a la conferencia
económica mundial en Londres en 1933. Uno de los temas que preocupaba a las autoridades económicas era
la estabilización monetaria, considerada en este momento el punto central para una normalización de las
relaciones comerciales y del escenario Financiero. Esta discusión perdió sentido cuando el gobierno de los
EEUU comunicó que no tenía intenciones de retomar el patrón oro, y el dólar se convirtió en una moneda
fluctuante sin esperanza inmediata de estabilización. La reunión se clausuró sin ningún éxito destacable. 3
años más tarde, con el dólar ya estabilizado, se produjeron nuevos intentos de acercamiento en busca
soluciones a la crisis. Una de sus consecuencias fue el acuerdo tripartito entre FR, GB y los EEUU, al que
luego se añadieron Holanda, Bélgica y Suiza. Este intentaba establecer algún tipo de regulación en el manejo
de los tipos de cambio, en vista de la desaparición de los mecanismos asociados al patrón. El acuerdo dejó
sentada la necesidad de la cooperación en gran escala en el nuevo escenario cambiario, un tema que fue
retomado y concretado después de la SGM a través del fondo monetario internacional.
La imposibilidad de acuerdos a nivel internacional condujo a muchos países a impulsar alternativas de
cooperación a un nivel regional. Uno de los primeros ejemplos fue el acuerdo firmado entre los países de la
Cuenca del Danubio, Hungría, Rumanía, Bulgaria y Yugoslavia, que a principios de los años treinta
concedieron preferencias arancelarias para sus principales exportaciones en varias de las negociaciones
bilaterales e individuales entabladas con los países industriales del continente europeo. Pero el parto de
cooperación más importante fue establecido por los países de la comunidad británica de naciones
(Commonwealth) en la conferencia de Ottawa celebrada en 1932. Allí se acordó la creación de un sistema de
preferencias mutuas para las importaciones provenientes de los miembros de la comunidad. El mismo sirvió
para incrementar el papel de GB en el comercio con sus antiguas colonias pero, como contrapartida, la
elevación de tarifas arancelarias que realizaron los países que estaban fuera del sistema empeoró las ya
menguadas posibilidades de competir de la industria británica en el mercado internacional.
11.4. Keynes y la Teoría General:
Repercusiones de la crisis de los años 30: La caída de la producción y la prolongación en el tiempo de las
altas tasas de desocupación pusieron en entredicho la validez de las concepciones neoclásicas. Esta
destacaba que los desajustes ocasionados por las variaciones de la actividad económica serían superados a
partir del libre funcionamiento de las fuerzas del mercado. Ante la realidad, los economistas ortodoxos
atribuyeron los problemas a las políticas intervencionistas de los gobiernos y al accionar de los sindicatos,
que impedían la disminución de los salarios. Las posiciones neoclásicas se vieron obligadas a replegarse
entre la fuerza de los acontecimientos. Tuvieron entonces mayor audiencia posturas heterodoxas que
recomendaban una política activa frente a los aspectos más negativos de la depresión.
La manifestación más elaborada de influyente de esta reacción intelectual frente a la crisis fue la
publicación en 1936 de la “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, escrita por el economista
inglés, John Maynard Keynes. Su análisis sostiene que el problema central de la economía no es determinar
cómo se establece el precio de los bienes ni la forma de distribuir los ingresos resultantes; la cuestión reside
en averiguar cómo se determinan los niveles de producción y empleo. Cuando se produce una expansión
económica, cuando aumenta la producción, el empleo, y las ventas, se verifica una disminución del
porcentaje de estas últimas que los agentes económicos (individuos, empresas) dedican el consumo (lo que
Keynes denomina un descenso de la "propensión marginal al consumo"); o sea, se produce un aumento de
los ahorros. Él plantea que no hay seguridad respecto de que tales ahorros puedan ser invertidos, porque
existe una variedad de razones (precaución, especulación, etc.) por las que los agentes pueden optar por
retener el dinero ("preferencia por la liquidez"). Si los ingresos se atesoran y no se invierten, tendrá lugar
una reducción de la demanda total de bienes y servicios ("demanda agregada"), y, con ello, del producto y
del empleo. Por lo tanto, se puede llevar a una posición de equilibrio entre el ahorro y la inversión sin que
esto implique una ocupación plena: La expresión "equilibrio con desempleo" designaba una nueva situación,
que cualquiera podía verificar en la realidad de la década de 1930. Su argumentación atacaba también la
concepción neoclásica de desempleo, que culpaba del problema a la rigidez de los salarios a la baja,
sostenida por el accionar de los sindicatos. Para él, tal hipótesis ya no respondía a la realidad, pero si los
empresarios redujeran los salarios en una situación de desempleo, el flujo de la capacidad adquisitiva (la
demanda agregada) disminuiría paralelamente a la baja de los salarios. En ese caso, la contracción de la
demanda incrementaría los niveles de desocupación. Por lo tanto, no podía esperarse el accionar automático
de fuerzas que corrigieron la situación, pues el equilibrio con desocupación podía resultar estable y
persistente. Asimismo, era erróneo plantear como solución que el desempleo redujera los salarios, porque
esto podía conducir a que una situación de equilibrio con un nivel inferior de producción y empleo.
Tampoco podía contarse con que la reducción de las tasas de interés provocarse el aumento de la inversión,
pues cabía la posibilidad de que la misma contribuyera a reforzar la "preferencia por la liquidez".
Entonces, si la inversión privada no parecía, quedaba una sola posibilidad: La intervención del Estado para
elevar el nivel de la inversión y el aumento del gasto público para contribuir a recuperar la demanda. Así se
confirmaron teóricamente lo que muchos gobiernos ya habían comenzado a instrumentar bajó la presión de
la coyuntura.
Keynes se proponía mejorar el funcionamiento del capitalismo, al encontrar que la aplicación de las
concepciones neoclásicas podría conducir a una crisis social de consecuencias imprevisibles.
● "Revolución keynesiana":
1) Los fenómenos económicos deben ser contemplados desde una perspectiva global, macroeconómica, y
no sólo desde un punto de vista microeconómico, ligado a la decisión de los agentes individuales.
2) El Estado ocupa un lugar significativo dentro del sistema económico, que va más allá de las limitadas
funciones que le atribuye el pensamiento ortodoxo.
El recibimiento inmediato de la teoría general por parte de los profesionales fue crítico y algo hostil, pero
tras la muerte de Keynes (10 años más tarde), el pensamiento keynesiano constituyó una de las bases sobre
las cuales se asentó la política económica de los países occidentales; la intervención estatal se transformó en
algo respetable para los economistas profesionales, y en un componente central del sistema capitalista de la
posguerra.
11.6. El impacto social de la crisis:
En muchos países, la crisis hizo tambalear los regímenes políticos, en especial a las democracias
parlamentarias (que después de la Primera Guerra parecían tener asegurada una existencia prolongada). Se
acentúa el proceso de crisis del liberalismo, ampliándose las atribuciones del poder ejecutivo. La subida al
poder de Hitler en enero de 1933 y la rápida instauración de una dictadura totalitaria en Alemania fueron las
manifestaciones más dramáticas de una situación en la que el desempleo masivo y la ruina de vastos sectores
de la población agudizaron los antagonismos de clase y crearon las condiciones para la irrupción de las
alternativas antidemocráticas. La radicalización política se manifestó como un anticapitalismo que penetró
en todos los sectores de la sociedad, que se canalizó hacia los movimientos de extrema derecha, portadores
de un discurso cuestionador del estatus quo.
Las repercusiones de la crisis sobre la sociedad fueron profundas y complejas:
● El deterioro del nivel de vida provocó una disminución de la natalidad, y los problemas de alimentación
contribuyeron al aumento de la mortalidad.
● Se moderó el proceso de concentración urbana, afectado por situaciones contradictorias: En algunos
países como EEUU los desocupados abandonaron las ciudades para retornar a sus regiones de origen, en
cambio en otros continuó el éxodo de la población rural, expulsada por una coyuntura en la que los precios
de los productos de la tierra se derrumbaron.
● La emigración se interrumpió hasta reducirse a unos pocos centenares de miles de individuos en todo el
mundo. Los gobiernos de los países receptores impusieron restricciones a los candidatos; estos debían poseer
recursos que les permitieran vivir sin trabajar, ya que el extranjero no podía convertirse en competencia del
trabajador nacional en la disputa por os escasos empleos disponibles.
● A su vez, al compás de la disminución de la renta nacional, se produjo en todos los países una
redistribución de ingresos que acentúa las desigualdades exacerbo los enfrentamientos entre las clases.
En un principio, la deflación favoreció a los poseedores de rentas fijas y a los propietarios. La gran
burguesía pudo en general superar la coyuntura, y la radio, el cine y la publicidad aparecieron como nuevos
ámbitos de inversión para el enriquecimiento rápido. Las clases medias vivieron en general un proceso de
empobrecimiento: Los dueños de pequeñas y medianas empresas industriales y comerciales fueron los más
perjudicados por la pérdida del poder adquisitivo experimentada por las masas populares; muchos dejaron de
ser productores independientes y se convirtieron en asalariados. Los empleados jerarquizados en su mayoría
vieron deteriorados sus ingresos. Los trabajadores fueron los que la pasaron peor: La depresión los golpeó
tanto material como políticamente, rompiendo su unidad al enfrentar a quienes trabajaban con quienes no
encontraban empleo. En la crisis se creó una nueva clase de proletarios de rango inferior: Los desocupados.
Perjudicada por la baja de los salarios nominales, pero sobre todo, quebrada por el desempleo, la clase
obrera se encontró en una posición claramente desventajosa frente a la patronal.
Repercusión sobre las organizaciones obreras: En un primer momento, la depresión produjo una
disminución de los afiliados y de la actividad de los sindicatos. Mientras que en algunos países (Alemania,
Japón, Portugal, España) la instalación de gobiernos dictatoriales terminó con el sindicalismo libre,
reprimiendo se con dureza a la clase obrera, en otros, como los EEUU y FR, coyunturas particulares (la
protección del New Deal a los sindicatos en el primer caso y la reacción de los trabajadores franceses de
frente al peligro fascista en el segundo) condujeron a una mejora de la posición relativa de los sindicatos en
el escenario de la época. En cualquier caso, el balance global era negativo: El número de obreros
sindicalizados disminuyó de forma significativa durante la década, al tiempo que los enfrentamientos entre
socialdemócratas y comunistas en Europa occidental contribuyeron a debilitar su posición frente a los
avances del fascismo, por lo menos hasta mediados de la década.
Situación del campesinado: Se ve afectado en todas partes, por la caída de los precios y el deterioro de los
términos del intercambio con los productos industriales. En algunos países agricultores se refugiaron en la
producción de subsistencia; en otros, la quema de cosechas y las migraciones internas en búsqueda de
mejores oportunidades fueron los recursos utilizados para enfrentar las consecuencias de una coyuntura
económica que los castigaba con saña y no les dejaba mejores opciones.
Los EEUU de América Adams W. Cap. N°6 “Los EEUU entre las dos guerras”
El Primer New Deal, 1933-1935:
El 4 de marzo de 1933 cuando Roosevelt pronunció su discurso de toma de Posesión, inmediatamente
decreto unas vacaciones de 4 días para la banca y convocó para el lunes siguiente una sesión extraordinaria
del congreso. A lo largo de los siguientes "100 días" el Congreso aprobó una avalancha de leyes sobre
fondos asistenciales para los parados, precios de apoyo para los agricultores, servicio de trabajo voluntario
para los parados menores de 25 años, proyectos de Obras Públicas en gran escala, reorganización de la
industria privada, creación de un organismo Federal para salvar el valle de Tennessee (la Tennessee Valley
Authority), financiación de hipotecas para los compradores de viviendas y para los agricultores, seguros para
los depósitos bancarios y reglamentación de las transacciones de valores. Estas leyes crearon nuevos
organismos, encargado de llevar a cabo estas medidas: FERA (Federal Emergency Relief), organismo
Federal para distribuir la ayuda a los Estados y municipios; AAA (Agricultural Adjustment Administration),
organismo Federal para aconsejar a los agricultores la reducción sus de cultivos y pagarles primas por ello;
CCC (Civilian Conservation Corps), el servicio de trabajo; PWA (Public Works Administration), organismo
Federal para realizar un programa especial de construcción de carreteras y otras Obras Públicas; NRA
(National Recovery Administration), organismo Federal para regular los precios, salarios y condiciones de
competencia en la industria y el comercio.
La primitiva legislación del New Deal procedía de dos Fuentes. Algunas disposiciones hoy han sido
elaboradas durante la campaña presidencial por un grupo de intelectuales que Roosevelt reunión en torno
suyo, conocidos Como "el trust de los cerebros", qué le sometieron a una serie de medidas radicales, muchas
de las cuales acabaron formando parte del New Deal. En los discursos pronunciados en su campaña de 1932,
Roosevelt había evitado cuidadosamente todo compromiso radical y ellos reflejaban ciertamente su actitud
personal En aquel momento. El "trust de los cerebros" se desintegró después de las elecciones. La segunda
fuente legislativa fue el propio congreso; una vez que el Gobierno Federal manifestó su propósito de actuar,
se abrieron las compuertas a las propuestas radicales y a la política de los grupos de presión.
El problema más acuciante para Roosevelt era la quiebra casi total del sistema bancario. La producción
industrial Había tocado fondo en otoño de 1932. Lo que prolongó la depresión hasta 1933 fue probablemente
la propia crisis bancaria; el hecho de que Roosevelt fuera capaz de superar esta crisis en una semana permite
pensar qué pudo haberse resuelto antes de que el fuera presidente.
En febrero Hoover, le propuso una solución conjunta de la actriz, ofrecimiento que el presidente electo
ignoro al darse cuenta de que se le tendía una trampa; se aceptará participar en un llamamiento conjunto
hubiese tenido que endulzar la política financiera regiamente ortodoxo de Hoover; se generará y la banca se
hundía se le responsabilizaría por eso. La crisis bancaria, que era esencialmente una crisis de confianza, se
solucionó fácilmente. Después de unas "vacaciones bancarias" que se prolongaron Por una semana, en la
primera de sus "charlas junto al fuego" Roosevelt información de emisiones de radio gentes que los bancos
se abrirían al día siguiente porque no corrían riesgo alguno si depositaron en ellos su dinero, y así lo
hicieron.
La reapertura de los bancos no fue más que el preludio de una revisión a fondo del sistema financiero,
gravemente distorsionado desde 1929 por el círculo vicioso de la contracción del crédito, el incremento de
las deudas y el impago de las hipotecas. Este objetivo fue alcanzado en gran medida 1935; se ampliaron las
atribuciones de la Reconstruction Finance Corporation creada por Hoover, qué fue utilizada por los grandes
bancos como fondo crediticio rotatorio. La Federal Deposit Insurance Corporation garantizaba los depósitos
bancarios. La Federal Farm Mortagage Corporation refinanciar aprox. una de cada cinco hipotecas
constituidas sobre las explotaciones agrícolas, y la Home Owners Loan Corporation alcanzó un éxito similar
mediante la financiación de hipotecas a los propietarios de viviendas particulares. A pesar de las constantes
dificultades económicas, durante la vigencia del New Deal prácticamente no hubieron bancarrotas. La bolsa
fue también objeto de minuciosa atención y la nueva Securities Exchange Commision sacó algunas
consecuencias de la gata, prohibiéndose por ejemplo la financiación de las acciones sobre la base de las
ganancias esperadas. Otro de los problemas acuciantes en 1933 será la ayuda a los parados. La primera
medida en este terreno fue la creación del Civilian Conservation Corps. En los parques nacionales y otros
lugares semejantes se fueron creando campamentos de trabajo donde los parados de 18 y 25 años días de
conservación de la naturaleza. A lo largo de la década de 1930, pasaron por ellos Entre cuatro y medio
buscando personas, constitución naciones emotivo varios parques más. La imagen de una vida sana al aire
libre y ofrecían los CCC era muy atractiva, en aquellos tiempos no tenían para la opinión pública americana
las implicaciones más siniestras que tuvieron los servicios de trabajo bajo los regímenes totalitarios en
Europa.
El principal intento de ayudar a los parados fue la Federal Emergency Relief Act de mayo de 1933. El
Gobierno Federal no se había encargado jamás de los subsidios de paro que eran incumbencia local, como la
Poor Law de los tiempos elisabetianos. Además, el nuevo organismo Federal, la FERA, no pagaba
directamente a los parados, sino a las autoridades estatales y locales para que pudiesen incrementar el
volumen de sus prestaciones. Algunos estados, sin embargo, pagaban a Los afectados sumas inferiores a las
que Washington considerado adecuado. Los fondos facilitados por la FERA no bastaban para que los
parados pudieran pasar el invierno, pero noviembre de 1933 nuevo organismo Federal, la Civil Works
Administration (CWA), creo 4 millones de puestos de trabajo a nivel Federal, estatal y local. Los recursos de
la CWA y la FERA eran administrados por Harry Hopkins, asistencia social en NY, principales puertos del
presidente en cuestiones asistenciales.
El New Deal jamás dispuso de un programa concreto para mitigar el paro a través de las obras públicas. La
Public Works Administration (PWA) excesivamente lenta y carecía de proyectos preparados de antemano, y
la planificación requería tiempo. Los proyectos debían autofinanciarse, travesía difícil su elaboración. La
PWA era muy vulnerable a los ataques los audífonos porque no disponían de proyectos de ejecución
inmediata, ah después de muy escaso volumen. Con su ayuda se electrifico el Ferrocarril de Pennsylvania y
se construyó el puente Triborough y el túnel Lincoln, en NY, así como varios portaaviones, pero las
inversiones federales en obras públicas no llegaron a compensar la enorme reducción experimentada por el
gasto a nivel Estatal y municipal. La FERA, la CWA, y la Works Progress Administration (WPA),
dependiendo el Gobierno Federal, no constituían verdaderos programas de Obras Públicas; opresión trabajo
únicamente porque la ética protestante así lo exigía. Los puestos de trabajo creados por la FERA eran
absolutamente marginales (barrenderos, etc.). Los puestos creados por la CWA y la WPA en la construcción
de carreteras y edificios públicos eran más razonables, pero ninguno de sus proyectos era comercial en el
sentido de que, salvo el gobierno federal, nadie estaría dispuesto a financiarlos. Fueron muy criticadas, por
ejemplo, la ayuda a escritores en el marco del Federal Writers’ Proyect, que entre otras cosas realizo una
guía de cada uno de los estados, y el proyecto de pintar murales en todas las oficinas de correos. Este tipo de
iniciativas no se hubieran llevado a cabo de no ser por la depresión, que, al margen de la ventaja de
preservar las habilidades de escritores y artistas, no aportaron beneficio alguno.
Desde el punto de vista económico era diferente que el gobierno ingresar a su dinero Morales o en presas.
Para lograr el máximo beneficio económico, los salarios debían ser equiparables a los del sector privado y
los trabajadores seleccionados por sus méritos, estudios en Amparo o no; para lograr el máximo beneficio
social, había que emplear la mayor cantidad posible de mano de obra, no utilizar ninguna maquinaria, y
reservar los puestos de trabajo a los parados. La FERA sería un justificante de la pobreza y daba a cada uno
de los necesitados un máximo de 6,5 dólares semanales. La FERA y la WPA pagaban más elevados que
estos subsidios, pero inferiores a los de la industria local, por lo que en el sur eran meros salarios de
subsistencia en tanto que en el norte eran más altos. Pero después de haber creado cuatro millones de puestos
de trabajo en el invierno de 1933-1934, con un salario promedio de $15 semanales, la CWA se disolvió. La
WPA, la sustituyo.
El New Deal se enfrentó constantemente al dilema de emplear el dinero en aliviar el sufrimiento actual o
en estimular la economía para el futuro. Ilustra esta alternativa la experiencia de la Tennessee Valley
Authority, el organismo feudal del New Deal la mayor éxito alcanzado y que fue muy admirado y emulado.
La TVA transformó una región agrícola abandonada y baldía en un programa coordinado de desarrollo;
produjo energía eléctrica y fertilizantes; controlar el curso fluvial; acabó con la malaria; fomento la
modernización de las técnicas agrícolas y mejoró la calidad de vida. Pero requirió dinero constante del
gobierno. Este era un gran problema porque gran parte de las inversiones del New Deal procedían de los
impuestos. De otro modo el Gobierno Federal habría tenido que aceptar un déficit presupuestario que este
gasto adicional, lo que no sucedió.
Tan sólo en un año (1936) el déficit fue superior a 3.000 millones de dólares. Ello suponía alrededor del
4% del producto nacional bruto, lo que significaba que una parte del dinero destinado a pagar a los hombres
que pintaban murales o a los agricultores para que producen menos energía en el salario del que disfrutaba
de un empleo. Entregar una parte de sus ingresos a los pobres parecía justificado, pero no traía crecimiento
económico. De haber sido los déficits mayores, cómo ocurrió durante la Guerra las rentas habrían
aumentado. Roosevelt no conocía el tipo de medidas recomendadas por el economista británico John
Maynard Keynes. Los primeros años del New Deal, que en este día aún a la búsqueda de una justificación
teórica del déficit presupuestario.
En su primera etapa, el New Deal fue condenado como un equivalente de la coalición, en tiempos de
guerra de una serie de intereses contrapuestos, de los cuales se esperaba recibir un trato favorable. Entre
ellos figuraban la industria y el comercio, que inicialmente no fueron hostiles al New Deal. El instrumento
destinado a estimular a las empresas fue la National Recovery Administration (NRA), la misión consistía en
eliminar la competencia antieconómica aumentando así los precios y la inversión. Las Industrias fueron
invitadas a presentar un "código" de precios, salarios, leyes, etc., "justos" que había de ser sometido a la
aprobación del presidente. No exhibir el "águila azul" (símbolo del compromiso) podría tener consecuencias
funestas para las tequeños empresas. En el verano de 1933, 16 millones de personas que trabajaban en
empresas que habían aceptado el código de la NRA. La dificultad estaba en qué en los sectores industriales
más importantes este código había sido dictado por las grandes empresas y las cámaras de comercio que
controlaban, de modo que los precios finales serán fijados olvidándose de su función social. Aquel año
fueron creados dos millones más de puestos de trabajo en la industria, logró que no puede atribuirse a la
National Recovery Administration: Elevar los precios no significa aumentar la producción.
Ante el bajo nivel permanente de las rentas agrícolas era preciso aumentar los precios de algún modo, lo
que solo podía conseguirse disminuyendo la producción. A pesar de que desde 1929 precios se habían
reducido a la mitad, el volumen de las reservas de casi todos los productos agrícolas era enorme. La AAA
concedía primas a aquellos agricultores que voluntariamente aceptaran restringir su producción. Estas
primas estaban financiadas por un impuesto variable sobre la primera fase de la elaboración del producto. El
dispositivo parecía admirable, con la salvedad de que al menos una parte del coste era soportado por el
consumidor, que podía encontrarse sumido en la miseria; por otra parte, si la elevación del nivel de vida de
los agricultores significaba más dinero, la demanda aumentaría y el empleo también. La dificultad inicial
radicaba en que las disposiciones de la AAA eran muy complejas y no pudieron ser aplicadas correctamente
hasta 1933-1934, en tanto que las cosechas, que eran muy abundantes, estaban a punto de ser recogidas; no
cabía otro recurso que subvencionar a los agricultores para que destruyeran el algodón y sacrificaran las
crías de cerdos y las cerdas preñadas, medida bastante impopular teniendo en cuenta que miles de personas
pasaban hambre y ello tanto más de una pequeña proporción de los cerdos, naranjas, etc., eran transformados
en fertilizantes.
El New Deal ha sido juzgado por lo que sucedió a lo largo de su primer año de vigencia y, aunque la
matanza no se repitió, su imagen “inhumana” prevaleció.
Otra dificultad era que la agricultura carecía de homogeneidad en cuanto se refería a dimensiones de las
explotación, cultivos, etc. Las explotaciones mayores, que eran las que tenían que renunciar a un volumen
mayor de producción, recibieron parte del león de los subsidios. Los ingresos garantizados por el Estado a
unos agricultores ocasionaban costes más elevados a otros, que adquirían productos encarecidos
artificialmente. La AAA no subvenciono los precios de la leche y la mantequilla, pero las vacas eran
alimentadas con maíz. Los precios de los productos cultivados en gran escala, como el algodón y el maíz
siempre estuvieron subvencionados. A pesar de una disminución de la superficie cultivada; los subsidios
recibidos a cambio de su reducción fueron empleados en la adquisición de fertilizantes, con el consiguiente
incremento del rendimiento de la tierra. Los precios de los productos agrícolas subieron un 75% en dos años,
aunque nunca se llegó a alcanzar la “paridad” (un nivel que garantizara a las rentas del campo la misma
relación con los salarios de la industria que antes de 1914). La razón principal fue la severa sequía en el
Oeste a lo largo de toda la década, que hizo necesaria la importación de trigo en 1935-1936. En 1935 la
restricción voluntaria había fracasado y el gobierno se disponía a declararla obligatoria, pero un año más
tarde el tribunal supremo declaro ilegal el impuesto con que se gravaba la elaboración de los productos
agrícolas a fin de financiar las primas a la reducción de los cultivos y esta decisión acabo con la AAA. La
atención se centró entonces en la conservación del suelo y la protección del medio ambiente. Los
agricultores fueron subvencionados para que renunciaran al cultivo de aquellos productos que esquilmaran el
suelo, que resultaron ser los mismo por cuya reducción habían recibido primas antes.
En Junio de 1933 se iniciaron en Londres la sesiones de la conferencia económica mundial. Para la
mayoría de los delegados aquella representaba la última oportunidad de evitar que el mundo se sumiera en la
anarquía económica. Por entonces, las relaciones económicas internacionales eran ya muy tensas y cada país
se aferraba a unas medidas irreconciliables entre sí. Muchos afirmaron que Roosevelt destruyo cualquier
esperanza de arreglo; lo que hizo fue negarse a estabilizar la cotización del dólar. Parecía que Roosevelt
pretendía experimentar con el patrón oro en un intento de fomentar la inflación en los EEUU. Estaba
comprometido con el sector agrícola, que desde hacía 40 años miraba con recelo al patrón oro; una
enmienda a la AAA le dio facultades para imponer la flotación del dólar, cosa que hizo. Esta medida carecía
de justificación, pues cuando otros países habían devaluado su moneda lo hicieron únicamente cuando sus
respectivas balanzas de pagos así lo exigieron. En 1933, la balanza de pagos americana arrojaba un
importante superávit y era importadora de oro; por otra parte era fácil tener crédito. La devaluación del dólar
sirvió únicamente para empeorar la situación de los demás países sin que ello favoreciera a los EEUU. El
resto del mundo se vio arrastrado a una guerra económica que pudo haberse evitado si América y otros
países hubiesen aplicado unas medidas más en consonancia con la situación. Roosevelt devaluó el dólar
porque, según sus consejeros, si se reducía el contenido en oro del dólar los precios subirían
automáticamente, lo que no sucedió. Entonces hizo subir deliberadamente el precio del oro efectuando
compras de este metal a precios cada vez más altos, con la consiguiente devaluación del dólar a un nivel
jamás alcanzado, sin que esta solución tuviera efectos apreciables sobre los precios a pesar de la enorme y
constante afluencia de oro a EEUU durante el resto de la década.
Roosevelt estaba convencido desde hacía mucho tiempo de que la solución de la depresión era una cuestión
de política interior y estaba decidido a sacrificar unas buenas relaciones internacionales a este fin. Es posible
que en este. estuviera en lo cierto lograba resolver los problemas económicos de América esto tendría más
importancia para el mundo que la estabilidad del dólar. Roosevelt decidió también hacer un experimento con
la plata. Las presiones de los estados productores de plata llevaron a la promulgación de una ley en virtud de
la cual el gobierno se comprometida adquirir la totalidad de la plata producida por el país a un precio muy
superior al del precio en el mercado mundial, fueron invertidos 1.500 billones de dólares en la plata.
Tampoco estás compras redujeron la inflación, lo que hicieron fue revaluar las monedas de Perú México y
China que se regían por el patrón plata, reducir sus reservas y hundirlos en una depresión aún más profunda.
A llegar el invierno de 1934-1935 muchos habían perdido ya la confianza en el New Deal. Los empresarios
abandonaron la coalición en el verano de 1935, alarma por el irresponsable déficit en el presupuesto Federal;
y al ritmo de recuperación se iba reduciendo. Parecía evidente que las medidas tomadas Durante los cien
días únicamente podrían reducir el desempleo en dos millones, sin que el New Deal fuera capaz de ir más
allá. Los sindicatos, por su parte, llevaron al convencimiento de que las medidas laborales de la National
Industrial Recovery Act eran utilizadas contra ellos. Entonces estalló el caso Schechter, en mayo de 1935.
Dos hermanos Fueron acusados por funcionarios de la National Recovery Administration de vender pollos
enfermos y de contravenir las normas laborales del código. El asunto pasó al tribunal supremo que pasó que
la National Recovery Act era ilegal. El tribunal afirmó que aquella legislación daba excesivos poderes al
presidente y negó al Gobierno Federal el derecho de regular el comercio Interestatal. Esta interpretación de
la Constitución ponía en peligro la totalidad del dispositivo legal del New Deal. A esto respondió Roosevelt
inclinándose a la izquierda.
El Segundo New Deal; Hasta la SGM (1935-1941):
En las Elecciones presidenciales de 1936 Roosevelt ganó 46 de los 48 estados. En su segundo discurso de
toma de Posesión habló de la tercera parte de la nación mal alojados mal vestida y mal alimentada. Había
tomado partido. Los empresarios deberían ser considerados como enemigos porque podrían frustrar el
cambio social, y eran muy pocos los que podían poner en duda que el cambio social no fuera esencial. Las
carreteras del sureste estaban repletas de "arkies" y "okies" obligados a abandonar sus pequeñas propiedades
de Arkansas y Oklahoma en busca de trabajo y tratados como delincuentes por su miseria. En esta época
muchos negros comenzaron apoyar a Roosevelt. En 1936 dieron por primera vez sus votos a un candidato
del partido demócrata.
La política de la NRA fue abandonada y los procesos judiciales contra los trust recibieron un vigoroso
impulso; con tal fin, el departamento de Justicia contrato 190 abogados. El gobierno anunció la próxima
promulgación de una ley sobre la vivienda, la puesta en marcha de la seguridad social y su propósito de
crear nuevos organismos de planificación al estilo de la Tenessee Valley Authority. Los sindicatos
recibieron un amplio respaldo Federal. Fueron aumentados los impuestos sobre los ingresos más elevados y
el sistema fiscal se hizo más progresivo. El congreso institución también un nuevo impuesto sobre la
riqueza, que tenía además la ventaja de adelantarse al demagogo populista de la Luisiana Hucy Long, único
rival del presidente. Long había afirmado que los ricos debían compartir Su riqueza con los pobres; pero él
fue asesinado antes de las elecciones y sus partidarios pasaron a Roosevelt. Por supuesto las consecuencias
de la nueva imposición sobre todo los ricos fueron insignificantes. En la década de 1930 no hubo tal
redistribución de la riqueza.
Durante la campaña electoral no se hizo la menor alusión a los poderes del tribunal supremo, pero
Roosevelt no dudaba de la necesidad de introducir algunos cambios. Trató el caso de Schechter como otras
sentencias desfavorables a las leyes del New Deal habían contribuido a endurecer la oposición al New Deal
dentro y fuera del congreso. El tribunal supremo se había convertido en el bastión del conservadurismo y la
lentitud de sus deliberaciones reducía la eficacia de la nueva legislación. En febrero de 1937 Roosevelt
presentó un proyecto de ley facultado al presidente para nombrar sustitutos aquellos jueces que pese a su
edad o incapacidad se negasen a aceptar la jubilación. De este modo tenía la posibilidad de nombrar 6 jueces
nuevos ilegales a él. La iniciativa fue considerada como un descarado intento de conformar el tribunal
supremo a la medida del presidente, el proyecto fue rechazado por la mayoría. El tribunal supremo era una
de las pocas instituciones Intocables en tiempos de agitación. Pero acabo de pocos meses, comenzó a dictar
veredicto rápidos y favorables y cinco de sus miembros presentaron la dimisión en el plazo de 2 años y
medio, proporcionando a Roosevelt el tribunal liberal que necesitaba.
La segunda Gran Batalla que se libró en 1937 fue la del reconocimiento de los sindicatos, en aquel año, el
número de afiliados a los sindicatos creció un 60%. En la década de 1920, el movimiento fue muy débil; los
gobiernos estatales y federales habían ignorado el uso de la violencia ilegal, mientras que la legislación era
muy desfavorable a los sindicatos. La American Federation of Labor, exclusivista y dominada por los
trabajadores especializados, mejor pagados, organizados gremialmente, no hacía el mejor esfuerzo para
atraer a los trabajadores no especializados de las nuevas industrias de producción en masa. La depresión
favoreció el movimiento sindicalista al destruir la mística del empresario y traer un gobierno que si no era
totalmente favorable a los sindicatos O al menos los apoyaría si estaban dispuestos a ayudar a la industria.
La sección 7 de la ley constitutiva de la NIR, por ejemplo, hacía hincapié en que los empresarios deberían
reconocer a los sindicatos; pero esta cláusula fue utilizada para crear sindicatos totalmente sometidos a las
compañías. Al ser provocada la National Industrial Recovery Act, fue sustituida en 1936 por una ley que
regulaba las relaciones entre empresarios y sindicatos (National Labor Relations Act) y reforzaba la posición
de los sindicatos. También se creó la National Labour Relations Board, comisión de arbitraje encargada de,
poner fin a las prácticas laborales discriminatorias a partir de aquel momento las empresas tuvieron que
preparar la libertad de sindicacion de sus empleados. Simultáneamente el propio movimiento de sindical
lanzó una ofensiva contra el exclusivismo de los sindicatos gremiales. John L. Lewis, de la United Mine
Workers. El mayor de los sindicatos que no tenían carácter gremial se retiró de la AFL y creó el Comitee of
Industrial Orgnization, que pronto dio origen a una segunda generación, el Congress of Industrial
Organization (CIO). Sus objetivos consistían en lograr la sindicación de los trabajadores de las Industrias de
producción en masa; todos los empleados, cualquiera que fuese su categoría en la empresa y su capacitación,
deberían integrarse en un mismo sindicato industrial. Su principal arma fue la huelga de brazos caídos. Los
nuevos sindicatos afiliados al CIO alcanzaron un éxito espectacular, hasta el punto de que 1939 habían
conseguido organizar, con o sin lucha, a la totalidad de los trabajadores de la Industria del acero y el
automóvil. Hubo violencia pero fue muy escasa.
En estas circunstancias, el gobierno cometió un grave error económico que retrasaría la recuperación 2
años. En 1936 el ritmo de expansión era acelerado y los precios subieron rápidamente. Teniendo un auge
especulativo, Roosevelt puso fin al déficit presupuestario. El Banco Central, la Federal Reserve Board
duplicó el mínimo de reserva, y al año siguiente la economía se sumió en una depresión que no sufría ningún
otro país, aumentando el desempleo a la cifra de 5 millones. El gobierno juzgó de modo tan equivocada la
situación ya que no tuvo en cuenta un factor psicológico: El temor que había producido en la industria y el
comercio el bandazo a la izquierda del segundo New Deal. Tan pronto como el Gobierno Federal redujo los
gastos, los empresarios perdieron la confianza y dejaron de invertir. Es probable que Roosevelt siguiera sin
comprender en 1937 el funcionamiento de la nueva política fiscal; al parecer pensaba que eran las obras
públicas y no el déficit, lo que promovía el empleo.
Los gatos federales aumentaron de nuevo en 1938, pero la hostilidad de al New Deal estaba aumentando.
Los adversarios del New Deal salieron fortalecidos de las elecciones para el congreso de 1938, formándose
Una coalición conservadora entre los demócratas del sur y los republicanos en la cámara de representantes y
el senado. A medida que el paro se prolongaba crecía la impopularidad de Roosevelt.
La forma en que eran llevados los asuntos exteriores era una fuente adicional de descontento; seguía siendo
opinión generalizada que la entrada de América en la PGM había sido innecesaria, salvo tal vez para llenar
los bolsillos de los banqueros e industriales: La magnitud de sus beneficios había sido revelada por un
comité del congreso en 1934. Hasta 1939 los dictadores europeos no eran vistos por la opinión pública
americana como una amenaza; para los liberales y aislacionistas americanos sus reivindicaciones
territoriales constituían una expresión legítima del principio de autodeterminación nacional. Existían algunos
fascistas, especialmente entre los americanos de origen alemán, pero eran insignificantes comparados con
sus Auténticos modelos.
El comité de actividades antiamericanas de la cámara de representantes, creo en 1938 para ocuparse de este
tipo de amenazas, centro su atención en los comunistas. Estaba convencido de que América podía
mantenerse al margen de un conflicto en Europa pero únicamente si tenía el necesario poderío militar. Hasta
1940 no se pudo contar con un ejército moderno y la única flota de guerra existente era la del Pacífico. Pero
el congreso tenía que el rearme arrastrara de nuevo los EEUU a una conflagración mundial y creía que
Roosevelt estaba agitando el espectro de la guerra para desviar la atención de las dificultades económicas
internas. Apenas estallado el conflicto de 1939 surgieron dificultades con la ley de Newton, que tenía que ser
abogada para que GB y Francia pudieran adquirir armamento en los EEUU; los fue, pero en términos de
favorables, chaqué ingleses y franceses estaban obligados a pagar al contacto de aquellos suministros Que
(hasta 1941) no pudieran ser transportados en barcos americanos. Esto permitió a Alemania dedicarse a una
guerra submarina indiscriminada sin riesgo de enfrentarse al más importante país neutral.
La derrota de Francia a manos de Alemania transformó la situación. la guerra relámpago y El
aparentemente inminente derrumbamiento de GB pusieron el manifiesto La debilidad militare de América,
pues a nadie se le ocultaba que si los animales ponían pie en México, grandes zonas del medio este quedaría
en la Merced de sus bombardeos. La aprobación de una asignación de 12.000 millones de dólares para la
defensa significó la creación de 2 millones de puestos de trabajo en tan sólo 1940. En septiembre de ese
mismo año fue establecido el servicio militar obligatorio.
La derrota francesa permitió a Roosevelt ocupar por tercera vez la presidencia. Antes de mayo de 1940,
probablemente no tenía intención de hacerlo, pero los únicos demócratas con alguna audiencia eran todos
conservadores y Roosevelt tuvo que enfrentarse al dilema de proseguir o abandonar el New Deal, todavía
inconcluso. El candidato de los republicanos fue Wendell Willkie, director de una compañía de electricidad,
presentado como una víctima del New Deal. Pero Willkie no era más aislacionista que Roosevelt y en la
crisis los votantes se agruparon en torno al presidente. La situación recordaba la de 1933. Al Amparo de la
ley de préstamo y arriendo de marzo de 1941 le fue concedido a GB un crédito ilimitado. Era evidentemente
absurdo enviarle suministros bélicos y permitir que los submarinos alemanes los hundieran, por lo que la
Marina americana comenzó a escoltar los convoyes, estableciendo puntos de apoyo en Groenlandia e
Islandia. En otoño de 1941 existía ya una guerra naval no declarada entre los EEUU y Alemania.
En diciembre de 1941, la gobierno japonés y alemán editaron a los americanos la decisión de declarar la
guerra. El conflicto de intereses entre Japón y los EEUU se había agudizado a lo largo de la década de 1930
a medida que Los japoneses intentaban alcanzar por la fuerza su objetivo de establecer una zona
económicamente autárquica, controlada por Japón: La próspera gran Asia oriental. A esta expansión
territorial en el sudeste asiático se oponían las Filipinas, cómo Colonia americana, y además Los estrategas
japoneses partiendo del supuesto de que los americanos no sólo no le serían los mercados comerciales y las
ricas fuentes de materias primas De esta zona sino que además estaban decididos a degradar a Japón La
potencia de segunda categoría. Pero el triunfo alemán en Francia y su probable éxito en Rusia animaron a
Los japoneses a dirigirse hacia el sur, y en 1941 se anexionaron la indochina francesa.
Los EEUU GB y los Países Bajos reaccionaron decretando el bloqueo total de sus ventas de chatarra y
petróleo, y las propiedades de japonesas en EEUU fueron congeladas. Japón no disponía de yacimientos de
petróleo y sus reservas solo alcanzaban para 2 años por lo que no tenía otro remedio que abandonar la guerra
con China o atacar la fuente de producción más próxima, las indias orientales holandesas. El alto mando
japonés llegó a la conclusión de que los EEUU no podían mantenerse al margen y decidió desencadenar un
ataque preventivo. En diciembre de 1941 los aparatos de Los portaaviones japoneses atacaron y destruyeron
gran parte de la flota americana estacionada en Pearl Harbour, en las islas Hawai. Este ataque podría
atribuirse a incompetencia militar; 9 horas más tarde los bombarderos japoneses descubrieron que la
Aviación americana seguía formada en los aeródromos filipinos. El 8 de diciembre de 1941 El Congreso
aprobó la declaración de guerra a Japón. Alemania e Italia declararon la guerra a los EEUU como habían
estipulado y los EEUU volcaron la totalidad de los recursos de su economía y su sociedad contra las
potencias del eje.
Una Ojeada al New Deal:
El New Deal fue uno de los más importantes programas legislativos de la historia moderna. La principal
dificultad estriba en que el producto nacional bruto seguía estando todavía, al estallar la SGM, por debajo
del nivel de 1929, lo cual no demuestra que el New Deal fuera un fracaso. Sin el New Deal el nivel habría
decidido mucho más, teniendo en cuenta las circunstancias de 1930. Además, la recuperación económica
después de la depresión no era su único objetivo.
El New Deal no alcanzó un éxito total. La renta per cápita real no recuperó su nivel de 1929 hasta 1940.
Desde el punto de vista económico, la década de 1930 fue una "década perdida". La inversión privada, sobre
la que reposaba la economía, no se recuperó. En el colapso inicial, la producción cayó tan bajo que la
expansión no presionó sobre la capacidad Industrial Hasta cierto tiempo después de iniciado El rearme. Pero
cabe imaginar que sin él la depresión habría sido a un peor. Problema estaba en que el New Del tenía que
resolver las dificultades de todo el mundo. Tenía que hacer frente a las necesidades más urgentes de
asistencia. Al propio tiempo, el New Deal tratando de asegurar la recuperación económica, hacer que la
industria se pusiera nuevamente en movimiento. Y para evitar una segunda recaída, Roosevelt intentó
reformar el sistema político y, en particular, las relaciones entre la economía y el gobierno.
Muchos de estos objetivos, eran mutuamente excluyentes. El lastre más grave de la economía era el
elevado porcentaje de la población empleada todavía en la agricultura; explica en gran medida porque la
depresión de los EEUU Fue más acusada que en otros países.
Aun cuando el New Deal hubiera superado la depresión, seguiría habiendo demasiados agricultores.
Subvencionar los para que permanecieron en sus granjas, que debieron haber abandonado, no promovió la
recuperación, pero si produjo la miseria. El caso de la NRA es muy semejante. Roosevelt mantenía que si el
gobierno ayudaba a los empresarios a fijar los precios, también tenía que alentar a los sindicatos a subir los
salarios. Dado que lo que se perseguía era aumentar los beneficios empresariales, ambos objetivos eran
incompatibles. Parte de la dificultad respondía a que Roosevelt era demasiado receptivo, no tenía una
estrategia global, y se dejaba aconsejar por diversos versos asesores, estaba de acuerdo con todos ellos.
Muchas medidas fueron puestas en vigor sin pensar en sus consecuencias. Los problemas eran relativamente
nuevos, como también lo eran algunas de sus soluciones. Se carecía de fuentes de información estadística.
Claro que el problema más grave en 1933 era la desmoralización generalizada de un gobierno visiblemente
decidido actuar podía muy bien superarlo, tenía muchas posibilidades de aumentar la confianza de los
empresarios, al menos a corto plazo.
Si el Gobierno Federal hubiera estado dispuesto a insuflar mayor poder adquisitivo en la economía, el
problema del reparto de fondos tal vez no habría revestido importancia. Pero el mayor déficit en el
presupuesto Federal nunca superior del 5% de la renta nacional. Una buena parte de los gastos se cubría con
los impuestos, qué no disminuyeron. Muchos de los déficits presupuestarios no estaban planificados, sino
que fueron motivados por la reducción de los impuestos recaudados. Existe, sin embargo, un argumento
político si es que se intentó esta solución: Las principales decisiones económicas seguían en manos de los
capitalistas, sólo que Cuanto más gastar el gobierno más socialista parecería y menos sería el gasto
efectuado por el sector privado. Pero este razonamiento es muy discutible. Debe haber gastado Roosevelt
suficiente dinero para ponerle a la economía nuevamente movimiento, de tal forma que intervenir resultará
rentable, difícilmente habrían desaprovechado los campesinos la oportunidad que se les presentaba por el
mero hecho de que el país fuera socialista. Lo que importaba era definitivamente el volumen del gasto
público.
En realidad, el New Deal no era en absoluto hostil a los empresarios. Todo lo que hizo fue poner al
burócrata allí donde había fracasado El Hombre de negocios, hasta que la empresa privada pudiera florecer
de nuevo. Precisamente por haber sabido evitar una solución más radical fue el Salvador y no el destructor
del capitalismo. No se produjo ningún tipo de planificación colectivista ni de ideología socialista. Incluso el
término New Deal sugería que era el individuo el que jugaba sus propias cartas.
Su efecto más perdurables aumentar El poder del Gobierno Federal en general y del presidente en
particular. Antes de 1933 para el americano medio "el gobierno" era el gobierno de su estado o Incluso el de
su municipio. A partir del New Deal, el gobierno federal se dispuso hacer las cosas por sí mismo; para ello
tuvo que reducir el poder relativo de los estados y los empresarios. El presidente y su recién creado gabinete
constituyeron al congreso como principal fuente legislativa. Una vez introducidos estos cambios, la sociedad
americana experimento una profunda transformación. Debido al incremento del poder federal y presidencial
sobre la economía, la transición de la guerra a la paz en 1945 fue indolora. El auténtico legado del New Deal
fue revolucionar las expectativas.
UNIDAD N°5
Manual Cap. N°13 “Etapa de la 2da Posguerra” 18/02
El período iniciado en 1945 con la rendición de Alemania y Japón y terminado en 1972-1973 con una
profunda crisis económica, cuya manifestación más resonante fue la subida de los precios del petróleo, se
caracterizó por dos procesos de gran significado: El crecimiento económico, con repercusiones sobre el
conjunto de la sociedad; y el enfrentamiento entre los EEUU y la unión soviética, estuvo presente durante
todos esos años en la vigencia de la Guerra Fría. Este enfrentamiento provocó que el capitalismo del
occidente se enfrentara a la amenaza del socialismo, portador de un mensaje revolucionario sustentado sobre
la base de un modo de producción radicalmente diferente.
Esta fue una de las razones por las que la expansión del capitalismo fue acompañada por una creciente
preferencia del estado que dio lugar a que se acuñara la expresión Welfare State (estado de bienestar). Los
gobiernos estuvieron dispuestos a seguir las recomendaciones del informe Beveridge, publicado en 1942, en
el que se impulsa la creación de un amplio sistema de seguridad social destinado a proteger a los ciudadanos
de las consecuencias del desempleo, las enfermedades, los accidentes y la vejez. Además, en los países
occidentales el Estado asumió tareas activas en la relación con las posibilidades de incidir de diferentes
maneras en la actividad económica. Este nuevo rol provenía de la toma de conciencia respecto de que
competía a la autoridad actuar en temas como los niveles de empleo, la demanda e inversión, para asegurar
la reproducción del sistema capitalista. Uno de los nuevos rasgos de la economía fue la producción a bajo
costo de una enorme y diversificada cantidad de bienes, a favor del desarrollo de nuevas tecnologías y la
introducción de métodos de producción más eficientes. Como consecuencia surgió la necesidad de dar salida
a los excedentes de producción, para lo cual el desarrollo de las técnicas publicitarias condujo a la
consolidación de la "sociedad de consumo de masas". Por otra parte, la concentración de los beneficios del
desarrollo industrial en los países del Norte condujo a un incremento de las desigualdades respecto del
avance en los países del hemisferio sur, que no lograron desprenderse de la dependencia acerca de la
exportación de materias primas y alimentos.
13.1. El crecimiento en cifras:
Después de la SGM las tasas anuales de crecimiento de la producción y el producto bruto interno por
habitante alcanzaron niveles sin precedentes. Sin embargo, en este período los países atrasados crecieron a
una tasa algo superior en cuanto al crecimiento demográfico, el porcentaje del producto bruto interno por
habitantes fue más bajo. Todo el proceso de expansión incluye una profunda modificación en la distribución
del empleo, que hizo perder peso al sector agropecuario en beneficio de los servicios, la ocupación en la
industria experimentó sólo una ligera declinación. Las dimensiones del cambio estructural verificado en el
período se aprecian en el aumento de la productividad por hora/hombre, que creció a un promedio de un
4,5% anual en los países desarrollados.
Los porcentajes de crecimiento en los volúmenes de exportación, que superaron largamente los
correspondientes al aumento del PBI y en todo el mundo, fueron un signo inequívoco del rumbo tomado por
el comercio internacional tras la constatación de los problemas experimentados por las políticas económicas
nacionales en la etapa anterior, orientadas a establecer controles para proteger la actividad interior.
13.2. La preparación del futuro:
Hacia el fin de la guerra se produjo una demanda generalizada de la construcción de un nuevo orden
económico internacional, debido a que ningún enfrentamiento anterior había sido tan destructivo ni se había
producido por una depresión tan profunda y duradera como la de los años 30. El punto de partida fue que los
EEUU no tenían intención de retirarse de la escena económica y política, y la presencia de la mayor potencia
mundial era esencial para que se pudiera construirse un sistema viable. En 1942 expertos norteamericanos se
reunieron con colegas ingleses para tratar de establecer un conjunto de reglas para los asuntos monetarios y
las relaciones económicas internacionales a aplicar después de la guerra. Las posturas eran divergentes:
Ambos países coincidían en su oposición a los tipos de cambio fluctuantes y a las restricciones al comercio
internacional, y también eran partidarios de controlar los movimientos capitales de a largo plazo, los ingleses
(influidas por Keynes) estaban preocupados por asegurar la implementación de medidas destinadas a la
búsqueda del pleno empleo y defendían la idea de elegir el tipo de cambio más favorable para alcanzar ese
objetivo. Los norteamericanos, por su parte, eran conscientes de que los EEUU iban a ser el principal
acreedor del mundo de la posguerra, orientaron sus recomendaciones al establecimiento de mecanismos que
aseguraran la libre circulación de bienes y servicios y prohibiesen la discriminación en el comercio y las
trabas gubernamentales sobre los pagos internacionales.
Al final concluyeron, en la conferencia internacional celebrada en la ciudad de Bretton Woods (New
Hampshire), en 1944, en la que también participaron representantes de 44 países, en la implementación del
sistema de patrón de cambios oro (que computaba como reservas, además del Oro, las existencias en divisas)
acompañado por tres novedades: 1) La posibilidad de que los tipos de cambio fijo se volvieran ajustables
para resolver problemas coyunturales, por lo que el sistema monetario se situaba a mitad de camino entre los
tipos de cambios fijos y la flexibilidad, 2) La autorización para el establecimiento de controles que limitaran
los movimientos internacionales de capitales, para evitar las perturbaciones que estos habían producido en el
pasado inmediato, 3) La creación del fondo monetario internacional (FMI), destinado a facilitar la
financiación de las balanzas de pagos de los países que estaban en dificultades, a partir de la creación de un
fondo de crédito compuesto por las contribuciones de quienes participaron de su integración. Acompañando
estas modificaciones, se defendía la existencia de un sistema multilateral de pagos basado en la libre
convertibilidad de las monedas y la eliminación de los controles de cambio en las transacciones comerciales.
13.3. El punto de partida: Las pérdidas de la guerra:
Las muertes civiles durante la SGM sobrepasaron a las militares, debido a los bombardeos de objetos
civiles, y a las políticas de exterminio masivo implementadas por los nazis, también jugaron un papel de las
enfermedades, epidemias y enfrentamientos internos. El déficit de la calidad durante el período fue bajo,
excepto en la Unión soviética. Excluyendo a Alemania, las pérdidas de población más importantes se
produjeron en Europa central y oriental, Polonia y la unión soviética fueron los países más seriamente
afectados. Las pérdidas fueron compensadas por un exceso de nacimiento sobre las muertes, resultado de un
aumento de la fertilidad en la Europa del Noroeste, de manera que dejando de lado la Unión soviética, la
población del continente entre 1945-1946 era muy similar a la anterior a la guerra. Las pérdidas materiales
fueron más graves que las de la Primera Guerra, se vio afectada Europa el norte de áfrica y Asia sudoriental.
Hubo un gran porcentaje de destrucción de viviendas, y los sistemas de transporte sufrieron una paralización
casi total, debido a los bombardeos y a la escasez de material rodante. En la industria, fueron afectados los
sectores básicos como el carbón el acero y la energía. La producción de la agricultura cayó en todas partes
debido a la falta de mano de obra, la pérdida del ganado y una absoluta carencia de fertilizantes.
13.4. El Plan Marshall y la reconstrucción europea:
Al terminar la guerra los vencedores buscaron llegar a acuerdos razonables y duraderos, sobre todo,
teniendo en cuenta las diferencias entre la Unión Soviética y el resto de los aliados; eran necesarios el
análisis y las negociaciones elaboradas. Cambios territoriales: Se concretó una división en esferas de
influencia occidental y soviética, Europa se dividió en 2 bloques; los acuerdos alcanzados le permitieron a la
unión soviética aumentar su superficie en aprox. 440.000 kilómetros cuadrados y su población en casi 25
millones de habitantes. Asimismo, este país quedo en la posición perfecta para presionar sobre los países
que, poco tiempo más tarde, se convertirían en regímenes socialistas de acuerdo con el modelo soviético.
Reparaciones: Los EEUU defendían la posición de no exigir a los vencidos pagos que afectaran sus
posibilidades de recuperación, Stalin exigía que las enormes pérdidas experimentadas por Rusia fueran
reparadas. El acuerdo se alcanzó en la conferencia de Potsdam (1945), por el que Stalin logro para su país
una serie de compensaciones a expensas de las instalaciones industriales alemanas.
El fin de la guerra con todas sus secuelas puso en primer plano el tema de la reconstrucción para los países
directamente afectados por la misma y de normalización económica para el resto. En Europa Occidental la
situación coyuntural era muy difícil: en muchos países había escasez de alimentos, materias primas y bienes
de consumo, y todos estaban desprovistos de los recursos necesarios para financiar las importaciones
imprescindibles que permitieran relanzar de manera razonable la actividad económica. Ante esta situación el
gobierno de los EEUU comenzó a enviar ayuda (que también se extendía a Europa Oriental) a través de
varias organizaciones, entre las que se destacaba la UNRRA (United National Relief Rehabilitation
Administration), que no contribuyo excesivamente a la recuperación económica pero sirvió para atenuar las
privaciones. El proceso de reconstrucción se vio dificultado por la inflación originada en la existencia de una
cantidad enorme de dinero y una limitada oferta de bienes de consumo. Como las tensiones inflacionarias
fueron abordadas; Bélgica fue el país donde se pusieron en práctica medidas de ajuste más duras, que
incluían un cambio forzoso de los billetes y el bloqueo de los depósitos bancarios. Algo parecido pero no tan
drástico ocurrió en Holanda, Noruega, Suecia, Austria y Suiza. Lo vencedores y vencidos (GB, FR,
Alemania e Italia) aplicaron políticas económicas variadas, que iban desde un fuerte intervencionismo
estatal en el primero, hasta un liberalismo ortodoxo en el último, con resultados positivos en dos terrenos: Se
contuvo la inflación y el crecimiento económico fue acelerado, se afirma que la ayuda proveniente del plan
Marshall se hizo efectiva sobre unas economías nacionales que ya habían iniciado su recuperación.
No obstante, había otro problema que ponía en peligro el proceso de recuperación: La escasez de dólares.
Ante la necesidad de reponer lo destruido y reemplazar los equipos que habían quedado obsoletos, los
EEUU emergieron como el único país que podría administrar bienes de capital, además, había que
devolverles lo que habían prestado. La importante demanda de dólares no podía ser compensada por un
incremento de las exportaciones, ya que la brecha tecnológica entre los EEUU y Europa era tan grande que
los países del viejo mundo en el corto plazo no podían colocar productos en ese mercado; por otra parte, la
salida de capitales europeos agravó aún más la situación.
A estos problemas se sumó la mala cosecha de 1947, que causó que la reactivación empezara a frenarse. En
este momento el secretario del estado norteamericano, George C. Marshall, anunció el plan que luego toma
su nombre, aunque su nombre original era Economic Recovery Program (ERP). La idea se encontraba
dentro de un cambio trascendental en la política exterior de los EEUU (lo que luego llamó la doctrina
Truman) que implicaba apoyar a los pueblos libres frente a la amenaza comunista, efectivizar a través de la
ayuda económica y financiera esencial para la estabilidad económica y política.
El plan Marshall, entonces, era una aplicación de la doctrina Truman a la situación Europea. Consistía en
un programa de ayuda que permitió a los países beneficiarios disponer de materias primas, alimentos,
combustibles, y algunos productos manufacturados. Gracias al programa, Europa pudo reducir de manera
sensible su déficit de la balanza comercial y recuperar su nivel de reservas, al tiempo que relanzaba su
actividad industrial. Asimismo, fue la punta de la lanza para el ingreso de las grandes empresas
norteamericanas en el escenario europeo.
La dinámica del crecimiento occidental en los años 50/60:
● Economía mixta: Se basaba en una relación entre el sector privado, el estado y los sindicatos.
La búsqueda de un consenso social y político más amplio posible se plasmó en la constitución de gobiernos
de coalición en los que tomaban parte activa los partidos de izquierda y los sindicatos. Se desplego así el
estado de bienestar, una estructura intervencionista que fue mucho más allá en sus funciones respecto de sus
planteos iniciales.
Importancia de la oferta de trabajo y capital:
El crecimiento de la economía occidental después de 1945 se vincula con una modificación en el volumen
de los factores trabajo y capital utilizados para generar el producto nacional. Pero, además, el crecimiento se
relaciona con aumentos en el producto por unidad de factor y este incremento en la productividad de los
factores se origina en variables como el avance tecnológico, la implementación de economías de escala y las
mejoras en la organización empresarial.
La oferta de trabajo del periodo se incrementó como consecuencia de:
a) El crecimiento natural de la población.
b) Los cambios en la tasa de la población activa, resultando de la incorporación masiva del trabajo
femenino, el descenso de la tasa de natalidad y la mejora de las posibilidades educativas permitieron a la
mujer desempeñar un papel más importante en la estructura económica.
c) El aumento de la población activa como consecuencia de los movimientos internacionales de la
población y la absorción del empleo encubierto, debido a esto la atracción de trabajadores procedentes del
sector agrícola.
Se produjeron migraciones intercontinentales.
Por otra parte, hay una dimensión cualitativa de la oferta de trabajo que se vincula con la mejora del
sistema educativo, destinada a elevar el nivel de formación de la población.
13.5.3. El progreso técnico y las modificaciones en la organización del trabajo y de la empresa:
Después de la SGM, la irrupción de las nuevas tecnologías y sistemas de organización del trabajo
produjeron, junto a la renovación de plantas y equipos, una remodelación del aparato productivo. Algunos
de los campos donde se concretó el progreso técnico:
1) Una multiplicación de las materias primas a partir del aumento de los elementos simples, de las
aleaciones entre metales para obtener otros con las propiedades, de la diversificación de los estados de la
materia, del avance petroquímico con sus posibilidades para producir materias sintéticas, etc.
2) El desarrollo de la maquinaria, los instrumentos y las técnicas de producción; nuevos procedimientos de
tratamiento de materiales en los sistemas de corte, modelado y forja a altas temperaturas y presiones;
avances en los métodos de soldadura, regulación térmica y aislamiento; utilización de micro herramientas.
3) Los notables avances en la extracción de recursos naturales, en los sistemas de transporte de los
productos y el tratamiento y la transmisión de la información (microfilmes, bandas magnéticas,
computadoras, etc.).
Esta "Revolución tecnológica" se desarrolló en el centro de las tres características fundamentales del
aparato productivo posbélico:
● Producción en masa: Comenzó durante el período de entreguerras en algunas ramas de la industria
norteamericana, generalizándose Al conjunto de la actividad productiva y a otras economías nacionales
después de 1945. La nueva tecnología, en forma de materias primas, herramientas y medio de fabricación,
constitución factor decisivo para el desarrollo de esa producción, ligada al sistema de organización fordista y
algunas pautas de consumo que privilegiaban la masividad.
● Automatización: La introducción de mecanismos automáticos y semiautomáticos facilitó la expansión de
sectores como los del automóvil, los electrodomésticos, la industria química, etc.
● Industrialización de la ciencia: Introducción de la actividad científica a la producción. Contexto de una
división del trabajo que se ampliaba y diversificada de manera constante. La ciencia se transforma en una
rama productiva más, cuyas características son la articulación entre la investigación básica y la investigación
para el desarrollo, la socialización del trabajo científico y el control del progreso científico-técnico por parte
de una minoría de grandes empresas.
La asimilación y explotación de la revolución tecnológica por parte de los seguidores implica innovaciones
y adaptaciones. Las posibilidades de transferencia de tecnología aumentaron mucho en esos años, a favor de
los esfuerzos de los EEUU desde el Plan Marshall en adelante, y de la dedicación puesta en evidencia por
los países seguidores en mejorar su posición en el terreno de la investigación.
La introducción y difusión de procesos continuos con funcionamiento automático o semiautomático en
sectores como siderurgia, cemento, petroquímica, etc. Contribuyeron a la generalización de la organización
fordista del trabajo, ya que produjeron una simplificación y fraccionamiento de las tareas, y un
desplazamiento de la actividad humana hacia otros quehaceres, como las de control, mantenimiento,
regulación. Este nivel de fragmentación condujo a la emergencia de dos mercados de trabajo: Uno
minoritario, que agrupaba las actividades especializadas que requerían de mano de obra calificada, y otro
mayoritario, que integraban las tareas que no necesitan formación especial para ser ejecutadas.
La estrategia de las grandes empresas modernas exigía nuevas formas de organización; así, las empresas
que constaban de varias plantas, dirigidas por método centralizados de control y administración, fueron
progresivamente sustituidas por empresas estructuradas en divisiones. Este progreso organizativo elevó de
manera considerable la posibilidad de generar aumentos de productividad y ha sido caracterizado como una
Revolución en la dirección de las empresas.
Otro elemento fundamental en la organización y funcionamiento de las empresas a partir del fin de la SGM
fue la expansión de las empresas multinacionales. No era un fenómeno nuevo, pero el número de empresas y
sus instalaciones en decenas de países implicó un salto de importancia. Las razones de este proceso: 1) El
aprovechamiento de países con salarios bajos y/o bajos costos de las materias primas y la energía; 2) Las
ventajas Fiscales que se ofrecen para la instalación de las plantas; 3) Las menores restricciones impuestas en
temas vinculados con la preservación del medio ambiente; 4) La búsqueda de nuevos mercados, a los que no
se puede acceder con los productos terminados provenientes del exterior, pero si fabricándolos en el país.
Inmediatamente después de la guerra, la presencia de multinacionales de origen estadounidense fue
dominante, pero a medida que el crecimiento económico se generalizó, empresas europeas y japonesas
hicieron su irrupción. Importancia de este tipo de empresas: Por una parte, se puede afirmar que en la
medida en que están sujetas a la competencia se encuentran en la avanzada de la innovación tecnológica y
son responsables de significativos incrementos de la productividad. Por otra, son con frecuencia acusados de
abusar de su poder a los países atrasados, desplegando prácticas monopólicas y depresión sobre gobiernos
débiles incapacitados de controlar su actividad.
13.5.4. El factor demanda:
El crecimiento económico de la posguerra está asociado a la expansión de la demanda y el despliegue de la
sociedad del consumo. Esta surgió a fines del siglo 19 y principios del siguiente en los EEUU, asociada a: 1)
La escasez de mano de obra en todos los sectores, que permitió que los trabajadores dispondrán de ingresos
relativamente elevados, punto de partida para la conformación de un mercado de bienes de consumo; 2)
Introducción de mejoras tecnológicas y métodos productivos que permitieron disminuir los costos, poniendo
mercancías al alcance de un vasto mercado de potenciales compradores.
En Europa y Japón, el proceso se afirmó a partir de 1945, asociado con los incrementos de la productividad
del trabajo y el papel del estado como redistribuidor de los ingresos en beneficio de los sectores de menores
ganancias, y en el caso de Japón, a la actitud paternalista de las grandes empresas, que se aseguraron
beneficios extra a los trabajadores a través de los premios y estímulos.
La base de la sociedad de consumo fue la elevación de los salarios reales. La expansión de la demanda
repercutió sobre la actitud de los empresarios, que reaccionaron multiplicando las inversiones. Estas se
orientaron a la producción de bienes de consumo durables y a la construcción y actividades vinculadas con
el aumento del tiempo libre y el desarrollo de la moda. El estado realizó importantes inversiones en
infraestructura, estimulando las actividades del sector privado mediante subvenciones y créditos en
condiciones favorables. La dinámica de la sociedad de consumo condujo a la conformación de una
estructura empresarial dual: Por un lado, se produjo una profundización en el proceso de concentración
oligopólica de empresas que respondían a la demanda generada por un consumo masivo en continuo
crecimiento; por otro, el desarrollo de la gran actividad de empresas pequeñas orientadas hacia servicios y
bienes que satisfacen los gustos causados por la moda.
La demanda interna creció con mucha fuerza, pero las exportaciones lo hicieron con mucha más. Hubo una
aceleración del comercio exterior en los principales países desarrollados durante 1950-1973.
Esta expansión tuvo una estrecha relación con las decisiones políticas. Las recomendaciones sobre la
liberalización del comercio exterior formuladas en la reunión de Bretton Woods condujeron a una baja
sustancial de las barreras aduaneras y el desarrollo de formas de cooperación económica, con consecuencias
positivas para la creación de nuevos y crecientes oportunidades de inversión. Asimismo, el estado realizó
otras contribuciones significativas a través de las medidas impositivas y crediticias que beneficiaron a las
empresas exportadoras. A su vez, los progresos técnicos en los sistemas de transporte y los bajos precios del
petróleo condujeron a una reducción de los fletes, los costos de traslado incidieron de manera decreciente
sobre el precio final de las mercaderías.
Importancia de las exportaciones en el crecimiento económico: Se incrementaron en un contexto de
expansión económica generalizada. Por lo tanto, los países de crecimiento acelerado ganaron en
competitividad exterior a través de la rápida inversión interior, y a la inversa, los países de crecimiento lento
tuvieron pocas posibilidades de mejorar su posición exportadora a causa de su baja tasa de inversión.
13.5.5. La integración económica internacional:
A partir de la puesta en marcha del Plan Marshall por parte de los EEUU, quedó claro que había una
intencionalidad diferente en la mayor potencia del mundo respecto del financiamiento de la economía
internacional. El aislamiento fue reemplazado por la cooperación, y la búsqueda de acuerdos sustituyó a las
decisiones unilaterales. El acuerdo general sobre aranceles aduaneros y Comercio (GATT) fue la primera
manifestación de espíritu. La idea de un mecanismo internacional de este tipo había surgido en Bretton
Woods pero se concretó en la conferencia internacional sobre el comercio y empleo que se celebró en la
Habana en 1947-1948. Sus principios fundamentales: La igualdad de trato y el multilateralismo, teniendo
como trasfondo la defensa del librecambio, al que se reconocían algunas excepciones, justificadas por la
necesidad de garantizar el pleno empleo o por las pautas impuestas por el desarrollo. El GATT se convirtió
desde un principio en un foro de liberalización del comercio, convocándose periódicamente “rondas” en las
que se buscaba profundizar este proceso. En su origen, estaba formado por 23 países, pero ya en 1952 eran
34, totalizando más del 80% del comercio mundial. Su efectividad fue acompañada por un desconocimiento
de las desigualdades existentes entre los países desarrollados y los subdesarrollados.
El logro más significativo en el proceso de cooperación económica fue la creación del mercado común
europeo. En 1944 y los gobiernos de Bélgica, Holanda, y Luxemburgo, aún en el exilio, acordaron la
creación a partir del 1° de enero de 1948 del Benelux, una unión aduanera que con el tiempo se
transformaría en una Unión económica completa.
Los EEUU, embarcados en el proceso de liberación del comercio internacional, estaban dispuestos a
admitir estructuras arancelarias discriminatorias si los arreglos promovían el logro de objetivos que iban más
allá del terreno económico. La integración económica crearía una barrera fuerte y próspera contra la
propagación del comunismo y por eso fue estimulada.
Un sólido cimiento para la integración fue el surgimiento de la comunidad europea del carbón y el acero
(CECA). La iniciativa provino del ministro de relaciones exteriores de FR, Robert Schuman, que en 1950
propuso inicialmente que la producción del carbón y el acero proveniente de FR y Alemania se colocarán
bajo una autoridad común. Ya va a normalizar las delicadas relaciones franco-alemanas, mientras que se
insertaba a la República Federal alemana como estado soberano en Europa occidental. Así se pudo superar
una enemistad de 80 años a favor de la situación en la que los conflictos relevantes para la balanza del poder
mundial pasarán por otro lado. En 1951 se firmó el tratado de la creación de la CECA, se sumaron Italia y
los países del Benelux. GB fue invitada a tomar parte pero declinó la invitación. La CECA abrió el camino a
la colaboración y la integración política.
En 1955 se iniciaron las conversaciones para una unión aduanera que abarcase los países de la CECA, que
culminaron con la creación de la comunidad económica europea (CEE), a través del tratado de Roma
firmado en 1957. Objetivos de la CEE: Desarrollo armónico de las actividades económicas de la región;
expansión de cada uno de los países integrantes de la misma; crecimiento del nivel teoría de la población de
la comunidad mediante la creación de un mercado de más de 160 millones de personas; la aproximación de
las políticas económicas de los integrantes. El tratado contemplado al libre movimiento de la mano de obra,
de capital y servicios dentro de la región; la implementación de políticas agrícolas y de transporte comunes,
así como la creación de un fondo social europeo, destinado a tratar los temas de empleo y las cuestiones
relativas al nivel de la vida. Con la constitución de la CEE se dieron las condiciones para que los países que
quedaron afuera formaran su propio bloque comercial. Esta fue la Asociación Europea de Libre Comercio
(EFTA), que se fundó en Estocolmo en 1959. Sus integrantes fueron Austria, Dinamarca, GB, Noruega,
Portugal, Suecia y Suiza (la "Europa de los siete"). Cada uno se obligaba a una reducción de las tarifas para
las mercaderías provenientes de sus socios manteniendo su propia tarifa exterior para terceros países.
Los acontecimientos posteriores condujeron a un acercamiento de GB y otros países de la EFTA a la
comunidad económica europea, que tuvo su concreción con el ingreso de GB, Irlanda y Dinamarca en 1972.
La CEE fue un éxito desde el punto de vista comercial; las transacciones entre los países que la componían
se cuadruplicaron entre 1958-1969. El dinamismo derivado de su creación condujo a un incremento de las
inversiones extranjeras, sobre todo norteamericana, acompañadas por nuevas tecnologías y métodos de
gestión, que apuntalaron de manera sólida del crecimiento económico de continente.
13.5.6. El sistema monetario:
La creación del FMI tras las negociaciones de Bretton Woods implicó el establecimiento de pautas para la
puesta en vigencia de un sistema monetario basado en partidas fijas y en el respaldo de monedas fuertes, que
no ocasionara las dificultades que había generado el patrón oro. Su funcionamiento dependía de la situación
dominante de los EEUU, el país acreedor del mundo occidental, dueño hacia fines de la década de 1940 del
60% de las reservas de oro del mundo, y abastecedor de materias primas y productos industriales necesarios
para la reconstrucción del continente europeo y Japón.
El sistema, aplicado parcialmente durante los años 20, fue el "patrón de cambios oro", que incluía como
divisas de reservas aquellas que tenían generalizadas de presión internacional. Estas eran el dólar y la libra
esterlina, pero las dificultades experimentadas por GB en la inmediata posguerra condujeron a una
devaluación de su moneda en 1949, que dejo el camino libre a la hegemonía de la divisa norteamericana. Al
Dólar se le dio un valor fijo en oro (35 dólares la onza) en los primeros años de la posguerra las monedas
nacionales fueron inconvertibles, por la enorme escasez de dólares. El Plan Marshall, la guerra de Corea
(que institucionalizó el gasto militar estadounidense en el exterior) y las inversiones externas de las grandes
empresas norteamericanas aseguraron un flujo de liquidez que se transformó en demanda de productos
europeos y japoneses, situación de alivio para estas economías que permitió instaurar la libre convertibilidad
de las principales unidades monetarias.
En el nuevo sistema, en el interior de los EEUU la moneda norteamericana no era convertible en oro, de
manera que no había control externo sobre la oferta monetaria; los gobiernos podrían contraerla o ampliarla
de acuerdo con la política económica que deseaban implementar. Por eso la emisión podría utilizarse para
financiar el déficit de la balanza de pagos. En cambio, en el terreno internacional el dólar era convertible en
oro y se constituía en el respaldo mayoritario del resto de las divisas, asegurando el buen funcionamiento del
sistema y facilitando la recuperación económica del mundo capitalista. Durante los años 50 y principios de
los 60 se pudieron afirmar que el dólar era tan bueno como el oro. Los problemas comenzaron a aparecer a
medida que las economías europea y japonesa despegaron, mejorando su competitividad internacional,
circunstancia que modifico posición de la moneda norteamericana (su abundancia llevo a que los gobiernos
europeos comenzaran a inmovilizarla para que no se transformará en un factor inflacionario) poniendo en
cuestión la vigencia del sistema.
Manual Cap. N°13 “Expansión de la segunda posguerra” 19/02
13.6.5. El caso japonés:
El despegue económico de Japón se vincula con la restauración de la dinastía Meiji en 1868, que trajo el
fin del feudalismo y de la hegemonía del régimen Tokugawa, que dominaba el país desde 1603.
Antes de 1853, cuando el comodoro Perry de la marina norteamericana exigió la apertura de los puertos a
los comerciantes extranjeros, Japón había vivido aislado, conectado con el occidente sólo por medio de una
factoría holandesa instalada en una isla de la Bahía de Nagasaki. En el interior existía una dictadura militar
(bakufu), en la que el shogun, sus familiares y vasallos conseguían entre la cuarta y quinta parte de la tierra
del país. El resto estaba en manos de los señores feudales (daimyo), quienes administraban de manera
autónoma sus territorios (han), pero dependían del shogun, quien ejercía un control político sobre ellos. Por
debajo de los señores feudales estaban los guerreros (samuráis), que durante el shogunato Tokugawa se
habían convertido en una clase ociosa, sostenida por el trabajo de los campesinos, que constituían la mayor
parte de la población y vivían en una situación de dependencia similar a la de los siervos europeos: Tenían
prohibido abandonar la tierra, y su libertad de cultivo estaba limitada por los señores. El impuesto anual
sobre la tierra, abonado en especie, oscilaba entre el 45% de la cosecha total de los campos de arroz.
El sistema feudal se vio afectado de manera progresiva por la irrupción de relaciones comerciales que
cambiaron los paisajes agrarios y los métodos de producción para responder a las demandas de los núcleos
urbanos. En las ciudades, la producción artesanal era diversificada, elaborada sobre la base de tecnologías
primitivas, implementadas por industrias controladas por gremios similares a los europeos, y también por
trabajadores domésticos instalados en el campo y coordinados en sus tareas por un mercader. Los
comerciantes eran considerados la clase más baja de la sociedad.
Las restricciones internas y externas impuestas por un régimen opresivo durante el período Tokugawa
impidieron que el país experimentarse un desarrollo significativo con anterioridad a los cambios que se
implementaron a partir de 1868.
El último shogun Tokugawa fue depuesto en noviembre de 1867, el poder retornó a la institución Imperial
por medio de un representante de 15 años, Meiji, que se instaló en Tokio a fines del año siguiente. Esta
revolución política fue en principio la culminación de un proceso de deterioro del shogunato, que se había
acelerado con la aparición de las potencias extranjeras a partir de 1853, y se concretó en los años siguientes
con la firma de tratados comerciales con GB, Rusia, Holanda, EEUU y FR, que limitaron durante la
soberanía del país. Las dificultades económicas de la apertura del comercio exterior se vieron agravadas por
unas de complicaciones financieras que terminaron de desacreditar el régimen. El alzamiento, protagonizado
por samuráis de Rango inferior instalados en zonas alejadas del país, empobrecidos por un la situación
económica y resentidos por la humillación frente al extranjero, pudo triunfar sin mayor oposición.
Durante la "Era Meiji" (1868-1912) se sentaron las bases para el despegue de Japón, partiendo de las
reformas institucionales profundas y utilizando el emperador como símbolo de la unidad nacional frente al
exterior, como guía moral indiscutible de una unidad renovada que impone grandes tareas de
transformación. Principales reformas: Se abolieron los clanes feudales y se establecieron unidades
administrativas llamadas "prefecturas"; los estipendios percibidos por los samuráis fueron sustituidos por
bonos estatales equivalentes alrededor de 4 a 6 años de sueldo; que aseguraban las libertades de ocupación y
residencia; se abolieron tanto los gremios como los monopolios estatales; se introdujo un sistema fiscal
eficiente, destinado a equilibrar el incremento del gasto público dirigido al montaje de un aparato de estado
moderno, y se realizó una reforma agraria que beneficio a los grandes campesinos en perjuicio de la nobleza
y de los pequeños cultivadores.
El papel del estado fue fundamental tanto en la cuestión de abolir todo residuo de tradicionalismo
absolutista erigiendo en su reemplazo un régimen burocrático moderno como en la construcción de un
sistema capitalista, ante la inexistencia de una clase empresarial importante, cortadora de los valores sociales
adecuados a la nueva estructura productiva. En este último aspecto, las preocupaciones del régimen Meiji
apuntaron a la inversión en varios campos: Ferrocarriles, hilanderías, fábricas de maquinaria agrícola, de
cemento, de ladrillos, etc. El esfuerzo industrializador fue acompañado por un impulso consciente hacia la
adopción de los valores occidentales en cuestiones de educación y tecnología. El estado restructuró el
sistema educativo para adecuarlo a las demandas modernas: Fue creado el Ministerio de Educación (1871);
se introdujo la enseñanza obligatoria con una duración de 4 años (1886), extendida a 6 años en 1907.
También se impulsó la creación de escuelas técnicas agrícolas, de medicina, navegación y comercio.
Asimismo, el papel del estado se manifestó también en el financiamiento a mediano y largo plazo de las
actividades industriales y las exportaciones, a través de la creación y promoción de instituciones
especializadas, como el Banco Industrial (1902), bancos locales, caja de ahorros y compañías de seguros. La
interrelación del sector público y el privado condujo a que la industria experimentara un fuerte proceso de
concentración en manos de unas pocas grandes empresas (zaibatsu), que combinaban las actividades
industriales con las bancarias, así como también las vinculadas con el comercio exterior, desplazando en este
terreno a las compañías extranjeras. Por su parte el financiamiento exterior del desarrollo provino de la
exportación de seda (en rama y tejida), té y tejidos de algodón, y del acceso al capital extranjero. La
expansión de los recursos que generaron las exitosas guerras contra China (1894-1895) y Rusia (1904-1905)
contribuyeron al ascenso del crecimiento económico. Los resultados económicos del período Meiji muestran
que las exportaciones se incrementaron a la mayor tasa mundial, en tanto el producto bruto interno por
habitante creció un promedio de 2,7% anual, estaba por encima de la media anual pero por debajo de los
porcentajes correspondientes a otros países.
La etapa entre 1913-1938 constituyo para Japón un período de acelerado crecimiento; experimentó las
tasas más altas mundiales de incremento del producto bruto interno. Las bases de ese proceso durante la
PGM fueron la sustitución de importaciones ante un comercio mundial afectado por el conflicto, la creciente
participación de los textiles japoneses de los mercados de China y la India a costa de los productos
británicos, y las ganancias derivadas de la navegación en una coyuntura de enormes dificultades para
transporte.
Los años 20 y la crisis de la década siguiente no lograron modificar el curso de los acontecimientos. Japón
tuvo una continua expansión de la industria y de las exportaciones manufactureras, sobre la base de un
cambio estructural significativo: El predominio de la industria pesada (metalurgia, siderurgia, química). En
la visión de Maddison, en este periodo se consolidaron algunos de los rasgos de la industria japonesa, como
la constitución de la "economía dual"; que consistía en la coexistencia de grandes empresas, controladas por
los zaibatsu, basadas en la utilización racional de tecnología, recursos financieros y capital humano, junto a
numerosas pequeñas y medianas empresas, subcontratistas que empleaban mano de obra en abundancia y
bienes de equipo relativamente obsoletos. La diferencia de productividad entre ambos sectores se
manifestaba en profundas desigualdades en los niveles salariales. En las empresas de mayor tamaño los
trabajadores eran seleccionados y capacitados, asegurándoles un empleo de por vida; en las otras, los
empleos eran en general de baja calificación, utilizaban mano de obra femenina, jóvenes y trabajadores a
tiempo parcial, que en muchos casos alternaban sus tareas con las actividades rurales, ya que en el campo
estaban localizadas buena medida de este tipo de establecimientos.
Durante el medio siglo anterior a la SGM, la expansión económica de Japón estuvo influida por sus éxitos
bélicos, incluyendo las campañas en China a principios y mediados de los años 30, que condujeron a la
extensión del territorio bajo su control y crearon oportunidades para invertir y comerciar en zonas en las que
tenían situaciones preferenciales.
El enfrentamiento de 1939-1945 terminó en desastre en el terreno militar y económico, no solo perdió sus
colonias y sus influencias en Asia, sino que también les fueron arrebatadas sus inversiones en Manchuria y
China. Además, el país fue devastado; se estima que la destrucción física fue equivalente a 2 veces la renta
nacional del año fiscal 1948-1949. La derrota trajo consigo la ocupación extranjera, extendida hasta
principios de los 50, y está implementó una serie de cambios que incluyeron una reforma agraria, el
desmantelamiento de los zaibatsu y la democratización según los modelos occidentales. La idea inicial de los
vencedores apuntaba a acabar con la hegemonía japonesa en el extremo Oriente, limitando su crecimiento y
esterilizando su fuerza militar. Sin embargo, la evolución de la coyuntura internacional (marcado por el
enfrentamiento entre los EEUU y la Unión Soviética, y el triunfo de las huestes en Mao-tae-Tung en China)
obligó a la reconstrucción del Japón como bastión contra los países socialistas.
La guerra de Corea (1950-1953) termina de definir la situación: La demanda de armamentos, repuestos y
otros productos relacionados con la actividad militar por parte del ejército norteamericano se volcó hacia la
economía japonesa, por lo que fue preciso modificar de manera rotonda los planteamientos originales,
proponiéndose el desarrollo de Japón como potencia hegemónica en el sudeste asiático. Las políticas
adoptadas resultaron casi idénticas a las de anteriores gobiernos nipones, resucitándose una economía
liderada por las grandes empresas.
El crecimiento explosivo experimentado por Japón desde principios de los años 50 hasta la crisis del
petróleo fue superior al de cualquier otro país desarrollado. Aspectos más importantes vinculados con el
despegue económico:
● Clima internacional de la posguerra: El atentado en la hegemonía de los EEUU y la expansión del
comercio mundial impulsada por el GATT, creó las condiciones para la colocación de las exportaciones
japonesas, fundamentales para pagar las importaciones de materias primas, petróleo y recursos tecnológicos.
Asimismo, el hecho de que los gastos militares japoneses se redujeran de manera drástica permitió
concentrar los recursos en el crecimiento económico.
● Un abundante suministro de mano de obra barata para la industria, proveniente del sector agrícola (y de
sectores industriales de baja productividad) permitió una gran elasticidad en la oferta, por lo que fue viable
que los salarios crecieran menos que la productividad, facilitando el descenso de los costos. Esta situación
laboral fue posible porque el movimiento sindical, que surgió con fuerza en la inmediata posguerra,
impulsado por las fuerzas de ocupación, fue neutralizado por los acuerdos celebrados con las grandes
empresas, que terminaron de imponer "el estilo japonés de organización laboral", fundado en el empleo de
por vida y en las escalas salariales establecidas sobre la base de la antigüedad.
● Un elevado nivel de ahorro (asentado sobre una baja propensión al consumo) permitió que el país tuviera
el mayor índice de inversión dentro de los países desarrollados. Este alto volumen de inversión pudo ser
explotado al máximo por la posición relativamente atrasada de la productividad japonesa respecto de la de
los países más desarrollados.
● El crecimiento de las exportaciones, implicó la irrupción de la industria nipona en occidente. No
obstante, su importancia cuantitativa fue menor que la que tenía para la economía antes de la SGM.
● El papel del Estado partió de la búsqueda de una alternativa a la estrategia de crecimiento a largo plazo
basada en la teoría de las ventajas comparativas. Para ello fue fundamental la actividad desarrollada por el
Ministro de Comercio Internacional e Industrial, que actúa como mecanismo de compensación contra las
deficiencias del mercado (seleccionando los ámbitos apropiados para el establecimiento de agrupamientos
industriales de alta tecnología) pero además coordinado de manera amplia el conjunto de la actividad
productiva, involucrando organismos públicos y sectores de la actividad privada. Asimismo, desde el Estado
se estructura un sistema educativo de alta calidad, dirigido a impulsar el desarrollo económico y a servir a
las grandes empresas. Las realizaciones de la posguerra fueron la continuidad de una fuerza que ya antes de
1939 había hecho de Japón uno de los países mejor dotados de instalaciones y sistemas de enseñanza.
● La modernización Industrial se realizó inicialmente a partir de la utilización de recursos tecnológicos
provenientes del occidente (en especial los EEUU), regulados por el Estado a los efectos de controlar los
pagos por patentes y regalías. Este impulso inicial (aprovechado al máximo por la capacidad de adaptación
de los trabajadores japoneses) fue acompañado por un considerable esfuerzo orientado hacia el cambio
tecnológico, contratado a través de un incremento constante de los gastos de investigación básica y aplicada.
● El predominio del confucianismo en la sociedad japonesa implicó el asentamiento de una visión del
mundo que justificaba el orden social existente y el encolumnamiento detrás de la autoridad. De esta
manera, el pueblo participó del proyecto nacionalista y expansionista de los militares en la década del 30, y
más tarde avaló el modelo de desarrollo impuesto desde el poder tras ola de Brasil de la guerra. La
organización fabril japonesa, fue entonces aceptada mayoritariamente como parte del estatus quo
incuestionable y las clases trabajadoras apuntalaron con su esfuerzo la estrategia de expansión económica
acelerada.
13.9. La Expansión económica en el resto del mundo:
Los países no industrializados compartían pocas características comunes, entre ellas la pobreza casi
generalizada y las dificultades para encarar un desarrollo económico sostenido. Se fórmula un diagnóstico
muy similar de los problemas económicos que los aquejaban, y se encararon políticas que no diferían de
manera significativa entre sí. Este diagnóstico se asentaba sobre una serie de ideas que tuvieron su
elaboración teórica a fines de los años 40, a partir de la obra del economista argentino Raúl Prebisch y el
equipo de expertos de la comisión económica para América Latina (CEPAL). Él afirmaba que la producción
de alimentos y materias primas para la exportación era insuficiente para sostener el crecimiento de un país,
ya que sus precios en los mercados internacionales se deterioraban de modo sistemático frente a los precios
de los productos manufacturados. La solución consistía en el fomento de la industrialización sustitutiva de
importaciones destinada a abastecer los mercados internos, protegidos por el accionar estatal. Por otra parte,
el escepticismo respecto de las posibilidades de ayuda por parte de los mercados financieros internacionales
contribuyó a potenciar el papel del estado en ese terreno, desplegando políticas destinadas a redistribuir las
divisas obtenidas por las exportaciones en beneficio de los sectores industriales. En una primera etapa, la
política de sustitución de importaciones, orientada a los bienes de consumo, dio resultados positivos,
apreciables en los índices de crecimiento del producto bruto industrial. Pero cuando la demanda interna se
frenó y la sustitución de importaciones se extendió a los bienes de capital se hizo visible el atraso
tecnológico, la necesidad de proteger actividades poco competitivas llevó a un incremento de las tarifas
arancelarias, con consecuencias inflacionarias qué desequilibraron la balanza de pagos y forzaron la
devaluación de las monedas.
Un grupo limitado de países, ubicados en general en el sudeste asiático, encaró desde mediados de los años
50 un modelo de crecimiento sustentado en la exportación de productos industriales, que fueron sustituyendo
a las tradicionales exportaciones de materias primas y alimentos. La base consistía en la expansión de
sectores intensivos en trabajo (industria textil, electrónica) aprovechando la disponibilidad de mano de obra
abundante y barata. Países como Corea del Sur y Taiwán, colonias japonesas antes de la guerra, se vieron
favorecidos por un proceso de descolonización que incluyó reformas profundas en la propiedad de la tierra,
favoreciendo un crecimiento igualitario. El Estado aportó orientaciones definidas en materia de subsidios a
la exportación y apertura del capital extranjero, e implementó medidas de apoyo de los terrenos monetario y
financiero. Resultado del comportamiento de estos países: Mientras que el producto bruto interno por
habitante de América Latina se mantuvo, entre 1950-1973, dentro del promedio (2,7%), los países africanos
crecieron a una tasa sensiblemente más bajo, del 1,9% anual, en tanto Corea del Sur y Taiwán lo hicieron a
un promedio de 5,7%. Un indicador significativo de los logros de los "Tigres del Pacífico" (Corea del Sur,
Taiwán, Singapur y Hong Kong) es comparar la evolución de su PBI comparado con el de los EEUU.
Otra situación particular es la de los países involucrados en el proceso de descolonización abierto después
del fin de la SGM, el cual concluyó con el acceso de numerosos países asiáticos y africanos a la
independencia política. Sin embargo, la nueva situación se vio negativamente afectada por el hecho de que
las nuevas naciones eran muy pobres. Los países que durante aprox. 3/4 del siglo ejercieron el colonialismo
extrajeron grandes fortunas en minerales y otros productos pero compartieron muy poco de los beneficios
obtenidos de los nativos. La miseria extendida, agravada por el acelerado crecimiento demográfico, resultó
entonces un enorme condicionante para la estabilización de gobierno viables, afectados, además, por la
persistencia de situaciones de dependencia respecto de las potencias colonizadoras, que ha concluido con la
difusión de la expresión “neocolonialismo”. El resultado fue que la democracia al estilo occidental pudo
consolidarse en muy pocos países, predominando las dictaduras más o menos desembozadas con los
gobiernos revolucionarios de inspiración marxista o de alguna variante nacionalista del socialismo.
Los generalizados intentos de estos gobiernos de impulsar el desarrollo de la agricultura (la revolución
verde) y encarar la industrialización por vía de la sustitución de importaciones no concluyeron en éxitos de
significación. En la década de 1970, las naciones surgidas de la descolonización podían dividirse en tres
grupos:
1) Los países productores de petróleo.
2) Los países con un nivel de desarrollo intermedio, basado en materias primas valiosas o una estructura
Industrial más o menos asentada.
3) Los países realmente atrasados, agobiados por la carencia de recursos y aplastados por un mercado
interno raquítico.
13.10. Los cambios sociales:
La edad de oro de desarrollo del capitalismo trajo unas transformaciones que afectaron a la mayoría de la
humanidad, el período comprendido entre el fin de la SGM y la crisis del petróleo marca la división entre la
sociedad tradicional y el mundo moderno.
a) El más importante de estos cambios fue la desaparición relativa del campesinado. A principios de los
años 40 sólo había dos países en el mundo cuya población ocupada en el sector primario era menor de 20%
del total de la población económicamente activa (GB y Bélgica), 35 años más tarde ningún país de Europa
occidental, salvo Irlanda, España y Portugal, la gente que trabaja en el sector rural superaba el 10%, el
medio para los países desarrollados serán del 7% en 1890.
Las únicas regiones donde la declinación de la población rural tuvo escasa significación fueron en el
continente africano al sur del Sahara, el sur y sudeste asiático, y China.
La despoblación del campo en los países desarrollados estuvo originada en el enorme progreso de la
agricultura basado en la incorporación masiva de tecnología y otros factores como la cría selectiva de
ganado y la biotecnología. En cambio, las regiones más pobres, donde la revolución verde se introdujo a
partir de los años 60, está solo fue suficiente para alimentar mediocremente a una población en rápido
crecimiento. La única razón para abandonar el campo era la eventual presión demográfica sobre una tierra
escasa. La contrapartida del despoblamiento rural fue la acelerada urbanización, que se manifestó con fuerza
en el mundo periférico, dado que en los países desarrollados las grandes urbes se "disolvieron", al instalarse
sus habitantes en los suburbios o barrios residenciales construidos especialmente en México, San Pablo, y
Shanghái, que pasaron a ser las ciudades más habitadas del mundo.
b) La clase obrera industrial, que se mantuvo relativamente estable durante este periodo (su declinación
comenzó en los años 80) experimentó lo que Hobsbawm denomina una “crisis de conciencia”. El proceso
que desde fines del siglo 19 había convertido a los partidos y organizaciones obreras en fuerzas políticas de
significación entró en crisis en los países desarrollados. Las causas residen en que el éxito económico
transformó por completo la vida de amplios sectores de las clases trabajadoras: El pleno empleo y
despliegue de la sociedad de consumo de masas les aseguraron su nivel de vida impensado solo una
generación antes.
Consecuencias de esta situación: Agudización de las diferencias entre quienes realizaban actividades de
mayor calificación, mejor remunerados y potencialmente sensibles a discursos provenientes del centro y la
derecha política. Pero, además, la diversificación racial y étnica proveniente de las migraciones masivas
condujo al surgimiento de conflictos.
Se fue modelando así la “sociedad de los 2/3”, en la que esa proporción mantiene una situación
relativamente estable dentro del mundo de la economía de mercado, en tanto el resto constituía the
residuum, una subclase que vive de los seguros de desempleo, la vivienda pública y la participación sólo
ocasional en el mercado laboral.
c) Las mujeres pasaron a ocupar un lugar cada vez más importante en la sociedad, a favor de su
incorporación masiva en el mercado de trabajo. Las mujeres casadas abandonaron el hogar y buscaron un
empleo. Sectores laborales que recibieron la aportación de mano de obra femenina: La industria en los países
periféricos que iniciaron el camino de su desarrollo, y los servicios en el ámbito de dominio del capitalismo
avanzado. Las mujeres ampliaron de manera notable su participación en los estudios superiores,
acompañando el proceso que también afecta a los hombres. La universidad aparecía como la preparación
indispensable para acceder a empleos de responsabilidad, por lo que la creciente presencia femenina se
constituyó en una de las manifestaciones de los nuevos roles asumidos por ellos en la sociedad. Lo que
cambió con la revolución social fue el carácter de las actividades femeninas en la sociedad y su papel
desempeñado o sus expectativas convencionales acerca de cuál debería ser ese papel, y en particular las
ideas sobre el papel público de la mujer y su prominencia pública.
En los países socialistas, donde la ideología hegemónica defendía con fuerza la liberación femenina y las
circunstancias habían determinado que casi la totalidad de las mujeres estuvieran incorporadas al mercado
laboral, la realidad mostró avances mucho más modestos. Si bien se concretaron algunos logros (igualdad de
derechos públicos, acceso a la enseñanza) el tradicionalismo de las poblaciones de los países en los que el
triunfo el socialismo se manifestó bajo la forma de una falta de cooperación, abierta o disimulada, a todo el
proceso.
d) El proceso de innovación tecnológica característico de este periodo de crecimiento económico impulsó
la expansión de profesiones para las que eran imprescindibles los estudios universitarios. En muchos países
todavía estaba por resolverse el problema de la alfabetización masiva, pero el incremento de la población
que cursaba estudios superiores se fue generalizando, produciéndose situaciones que en muchos casos no
tenían que ver con el desarrollo del país, ya que si bien no es extraño que en Europa Occidental los
estudiantes superasen en muchos casos el 2,5% de la población total en los años 70, pero lo es que por la
misma época en Ecuador ese porcentaje fuera del 3,2%. Este fenómeno no se dio con la misma fuerza en los
países socialistas, ya que el sistema no estaba en condiciones de responder a una demanda que se disparó
más allá de toda previsión.
Estos centenares de miles de jóvenes constituían un factor social y político nuevo. Si bien la mayoría de los
estudiantes acudían a las universidades con el objetivo de obtener un título, era mucho más llamativa la
presencia de quienes desplegaban una militancia activa, fundamentalmente en agrupaciones de izquierda o
de ultraizquierda. Durante los años 60, el movimiento estudiantil adquirió dimensiones mundiales
canalizando el descontento social y político. Los sucesos del Mayo francés de 1968 fueron la manifestación
más conocida y difundida de una rebelión que se extendió desde los EEUU hasta Polonia y Checoslovaquia,
pasando por México.
Han sido debatidas las razones por las cuales, en el momento de mayor expansión económica y más amplia
difusión del bienestar generado por la sociedad industrial, un sector de quiénes eran en mayor medida
beneficiados por sus avances reaccionó cuestionándola de manera radical. Se puede afirmar que su
disconformidad se vinculaba con el rechazo del rumbo que la sociedad estaba tomando con independencia
de que el mismo aseguraba un nivel de vida nunca antes alcanzado. Los estudiantes habían sido los primeros
en reaccionar contra los profundos cambios sociales y culturales que estaba produciendo el capitalismo de la
posguerra. Su impacto sobre el resto de la sociedad, fundamentalmente sobre las clases trabajadoras, fue
limitado. La prosperidad generalizada determinó que la revolución desapareciera de su horizonte mental; las
huelgas que se desencadenaron en 1968 en países como FR e Italia solo apuntaban al logro de mejoras
salariales.
Tamames Ramón (1999) Estructura Económica Internacional; Cap. N°23 “La República Popular China”
23.1. De Gran Imperio a país semicolonial:
Un inmenso país, sólo menor por su superficie que la ex-URSS y Canadá. La nación más poblada de la
tierra y una de las unidades políticas y culturales más viejas de la historia. Ya en la tercera centuria a.J.C., el
pueblo chino formaba un imperio, que dio el mundo numerosas e importantes innovaciones y técnicas: El
papel, los precedentes a la imprenta, la pólvora, la porcelana, la seda, la brújula, el uso de los abonos, la
rotación de cultivos, etc. Así como aportaciones filosóficas notables: Confucio, Mencio, Lao-Tsé...
En realidad, desde los tiempos de Roma hubo un comercio con occidente, que se incrementaron a partir del
siglo 13, gracias a los navegantes venecianos y luego a los portugueses. Los productos de la artesanía China
(sedas tejidos porcelanas marfiles, etc.) fueron muy apreciados en occidente durante los siglos 16-17,
compitiendo en precio y calidad con los de otras procedencias. Sin embargo, esta situación cambio con el
maquinismo. El mercado chino no tardó en convertirse, desde principios del siglo 19, en el campo común de
toda clase de ambiciones del capitalismo europeo, japonés, y de los EEUU.
Los problemas exteriores con caracteres bélicos se iniciaron en 1834, cuando las fuerzas británicas y China
se enfrentaron en una lucha abierta por primera vez, ya que Londres veía a China como un área de futura
expansión a partir de la India, y a corto plazo como el más importante mercado para colocar no sólo la
producción de sus nuevas industrias mecanizadas.
A comienzos del siglo 20 los sectores jóvenes y progresistas presionaban en favor de una modernización
del país, y lograron el derrocamiento del imperio y la proclamación de la republica (1912).
23.2. La larga guerra civil:
Con la proclamación de la republica china se abrió una fase de confusión general, y de luchas intestinas
entre los “señores de la guerra”. En 1921, con la asistencia de un delegado de la III Internacional, quedo
formalmente organizado el partido comunista de china (PCCh) que tuvo una amplia base popular campesina
sostenida por Mao Tse Tung. El objetivo primordial era llevar adelante la guerra revolucionaria para
instaurar gobiernos tipo soviet que llevaran a cabo la reforma agraria.
Después de la SGM, en 1949 este sector tomo el poder y proclamo en Pekín, la república popular china. El
PCCh, basándose en los campesinos llegaba al poder efectivo.
23.3. La condición humana en la estructura económica anterior a la Revolución:
Según una estimación de las Naciones Unidas, en 1947 la renta per cápita de China era de sólo unos 40
dólares por año, muy por debajo del 250 dólares per cápita del promedio mundial de entonces.
Un país rural con escaso desarrollo de la industria y una masiva población agrícola estimada por los
propietarios y los usureros. Era una agricultura intensiva, casi de jardinería, pero con muy escasa inversión:
Medios muy toscos de cultivo, carencia de fertilizantes químicos, labores muy poco profundas,
reconocimiento de la selección de semillas, etc. Por otro lado, la falta de una política nacional de
conservación de recursos hidráulicos contribuye a las enormes fluctuaciones en las cosechas, determinaras
unas veces por sequías pertinaces y otras por inundaciones desastrosas. Tampoco existía un sistema de
transportes a escala nacional y, por ello a menudo se daba la escasez de alimentos con hambres
exterminadoras en unas regiones, simultáneamente con situaciones de sobreabundancia y altos precios en
otras.
Situación de los obreros: Todavía en los años 30 y 40 eran frecuentes las jornadas de trabajo de 12 o 14
horas. Las mujeres y los niños que en conjunto suponían más del 50% de la fuerza laboral en la industria,
eran objetos de especial explotación, con salarios muy inferiores a los que en cualquier otro país podría
haberse considerado un nivel de subsistencia. Las condiciones de vivienda llegaban a límites infrahumanos,
la educación era casi inexistente para el pueblo. Sólo un 10% de la población sabía leer y escribir.
La china anterior a 1949 era un país de economía tradicional, explotado por una clase mediocre de
terratenientes y usureros locales, dominados a su vez por concesionarios industriales y comerciantes de gran
parte extranjeros.
23.4. El Triunfo comunista y la política de aislamiento de China:
El PCC puso en marcha una serie de reformas, con el propósito de desarrollar rápidamente el país en un
proceso de socialización que al propio tiempo lo habría de convertir en una gran potencia económica y
militar una Potencia sustentadora de sus aspiraciones ideológicas de llevar la revolución a todo el mundo
subdesarrollado. En este planeamiento, operó hasta 1972 el intento de la segregación de China de la
comunidad internacional de las Naciones Unidas. Ello se debió básicamente a la decisión de los EEUU de
boicotear de manera sistemática, hasta 1972, la entrada de la China Popular en la ONU. Esta situación de
cerco internacional, promovido por el protagonismo del capitalismo mundial, Se vio agravada para china a
partir de 1960, con el enfriamiento progresivo de las relaciones con la URSS.
23.5. Las grandes transformaciones de la revolución:
La escisión chino-soviética también puede imputarse en buena parte al propio desarrollo de la Revolución
China. Grandes fases que en ella pueden distinguirse: La reforma agraria seguida de la colectivización las
comunas, el primer plan quinquenal, el gran salto hacia adelante y su relativo fracaso, el reajuste
subsiguiente, la revolución cultural, y la nueva política de Deng Xiao-ping.
23.5.1. La reforma agraria:
El slogan “la tierra para los campesinos”, se puso en marcha en todo el país y a fines de 1953 estaba
prácticamente ultimada. Consistió en la confiscación de todas (o parte de sus tierras) a los propietarios ricos
y medios, para su redistribución entre los campesinos pobres y los obreros agrícolas asalariados. La reforma,
que se hizo un título individual, significó la difusión máxima de la propiedad privada y la supresión
definitiva de la clase terrateniente, del alquiler de tierras a precios altos, de los salarios miserables y el
crédito usurario.
La cooperativización permitió un aumento considerable de la producción y los rendimientos del trabajador,
aunque desde el punto de vista de la construcción del socialismo y el comunismo, las cooperativas tenían un
inconveniente para los dirigentes chinos; perpetuaban la noción de propiedad privada de la tierra. A ello se
unía la aspiración de conseguir mayores economías de escala, merced a explotaciones de mayor extensión y
plenamente integradas. Con esos dos propósitos, desde fines de 1956 y durante todo 1957, se pasó de las
cooperativas voluntarias, a las cooperativas de producción avanzada, que comprendía en cada una de 100 a
200 de las antiguas explotaciones familiares de la propiedad privada.
El siguiente paso había de ser la construcción de las comunas, que combinaban elementos estrictamente de
política agraria con los de organización industrial y administración en el plano regional. Con las comunas se
buscaba pasar de forma acelerada al comunismo integral. Este invento fue conocido como el “gran salto
adelante” en el que al tiempo que se iba a la concentración de una gran superficie bajo una sola dirección, se
suprimía por entero el concepto de propiedad privada. Mao Tse Tung visito estas primeras experiencias, dio
su aprobación y la formación generalizada de las comunas no se hizo esperar.
La explotación de cada comuna paso a hacerse por medio de brigadas de trabajo (de 50 a 100 flias. cada
una) administradas por un comité elegido, que decidía en problemas de industrias rurales, comunicaciones,
conservación de aguas, repoblación forestal, esparcimiento, cultura e incluso defensa. Con la formación de
las comunas todas las antiguas formas de propiedad privada de los medios de la producción rural fueron
abolidas.
Esta colectivización fue mucho más espontánea y racional que la experiencia soviética de los años finales
de la década de 1920 y primeros de 1930. Sin embargo, los resultados de la formación de las comunas no
fueron totalmente positivos. Coincidiendo con graves dificultades climatológicas durante 1959, 1960 y 1961
y con una intensa actividad fabril en las áreas rurales, la producción agrícola cayo de forma muy sensible.
En ese contexto se autorizaron de nuevo algunas formas de propiedad privada, en concreto hasta un 5% de
la superficie de la comuna, para dedicarla a cultivos hortofrutícolas; la cría de aves y cerdos, la artesanía
doméstica y de los mercados locales de productos provenientes de la producción privada también fueron
autorizados. Al mismo tiempo, se redujo la dimensión media de las comunas, para poder administrarlas
mejor. Su número pasó a unas 76.000. La mejora en la producción no se hizo esperar, y desde mediados de
la década de 1960, China ya no necesito hacer grandes compras de alimentos, especialmente cereales, en el
exterior. A ello contribuyeron también otros dos elementos importantes: las grandes obras de embalses,
regadíos y drenajes, que amortiguaron el eterno problema de las sequias y las inundaciones, y la mejora del
transporte interno, que permitió una mejor distribución de los productos a escala nacional.
23.5.2. La primera industrialización y el “gran salto adelante” (GSA):
Inicialmente, el gobierno de la República popular china que planteó la industrialización del país según el
modelo soviético, si bien a partir de 1958 ya se apareció en la industrialización en claro apartamiento de
salud. Fases de la evolución de la política industrial china: Recuperación (1949-1952), el primer plan
quinquenal (1952-1957), la fase de transición de las cien flores (1957), el gran salto adelante (1958-1960).
Después nos referimos a la revolución cultural y a las reformas post-Mao.
a) La recuperación (1949-1952): En esta 1ra etapa se dieron los primeros pasos en el control socialista de la
economía. Aparte de la reforma agraria se nacionalizaron las principales industrias, la banca y todo el
comercio al por mayor. Sin embargo, sucesión en manos privadas (aunque con un fuerte control del estado)
la mayor parte de la pequeña y mediana industria.
b) El primer plan quinquenal (1952-1956): En 1953 fue aprobado el primer plan quinquenal, siguiendo el
modelo soviético de planificación. El núcleo central de este plan consistió en la construcción de 694
importantes centros fabriles y Mineros, de los cuales 156 habían de realizarse con asistencia soviética. Los
resultados fueron excelentes; rápido aumento de las producciones, formación de grandes números de
técnicos, implantación progresiva de una verdadera administración pública, información estadística
satisfactoria, y mayor grado de aprovechamiento de la capacidad en las Industrias ligeras, y en la artesanía.
El problema más importante que pudo apreciarse en la industrialización fue la aparición de la burocracia
similar a la URSS.
c) La fase de transición de las cien flores (1957): Ante las incipientes muestras de rigidez y burocratismo
en 1957, Mao Tse Tung planteó una política de liberalización para la crítica. Este fue el tema de un
celebrado discurso, en el que invitaba a que se utilicen por doquier las opiniones críticas, "como 100 flores".
Las reacciones no tardaron en manifestarse. Las críticas fundamentales se dirigieron a los siguientes
puntos:
- Una planificación excesivamente centralizada, burocratizada, sin flexibilidad.
- El desconocimiento del óptimo de dimensión y localización para las plantas industriales de las diversas
ramas de la Industria.
- La excesiva compartimentación o "departamentalismo" apreciable en la burocracia del estado; con sus
secuelas de falta de coordinación.
- El movimiento de excesivamente Rápido y demasiado pronunciado de transferencia del esfuerzo de
industrialización del litoral e interior, con un derroche claro de recursos y de efectivos humanos calificados.
- La falta de uso de los precios como incentivos para conseguir mayores niveles de productividad en la
industria.
Estas críticas provocaron una viva reacción maoista de réplica a las actitudes liberales antes y flexibilizar, a
las que se calificó de "economicismo". Se estaba compartiendo No ya La amenaza de una NEP, incansable e
innecesario en la china de 1957, sino del caso a China de las incipientes tendencias a la liberalización
económica.
Se inició así una clara separación de las ideas soviéticas, y se impuso la teoría de la continua contradicción
preconizada por Mao.
d) El gran salto adelante (GSA) (1958-1960): Con ocasión de prepararse el segundo plan quinquenal
(1958-1962), el gobierno de la República popular China (RPC) suprimió la libertad de crítica y reinstauró la
unidad de expresión, planteando la necesidad de forzar el crecimiento económico en una fuerza masivo de
colectivización de la agricultura y el desarrollo industrial.
Se trataba de industrializar a base de grandes inversiones y tecnología, utilizando también técnicas
intermedias, recursos locales en todo el país e incluso en las áreas rurales más remotas y con menos tradición
industrial, y haciendo uso de una nueva inversión masiva de "capital humano". El propósito del GSA
consistía En sobrepasar los niveles de producción del Reino Unido para 1972.
El GSA consiguió grandes éxitos inmediatos cuantitativos. Por ejemplo, la producción de hierro y acero, se
dobló en tan sólo un año. Lo mismo sucedió en la minería del Carbón y también se consiguieron fuertes
aumentos en otras producciones. Pero la propia intensidad del esfuerzo, la falta de coordinación, las
catastróficas circunstancias meteorológicas y la retirada de la ayuda soviética en 1960, provocaron una
súbita suspensión de los propósitos del GSA, para pasar a una política del ajuste.
¿Por qué se retiró la ayuda soviética?
Se puede decir que las razones fueron tres:
- China con su GSA, intentaba quemar etapas, pasando directamente al comunismo, sin necesidad de un
largo período transitorio como el que desea 1917 estaba realizando la URSS.
- Por otra parte, 1960 fue el momento en Jrushov planteo en la URSS la política de la coexistencia pacífica
con el capitalismo. Esta política equivalía a una cierta contemporización soviética-norteamericana, te marcó
la conquista de manera indefinida y se venía a aceptar, el aislamiento internacional de China. La agresividad
de china en los nuevos países de África también producía una irritación en la URSS.
- La URSS se había comprometido (en 1958) a facilitar a China la asistencia técnica para que esta
construyese su propia bomba atómica. A última hora, tal vez la URSS pensó que por muy socialista que
fuese, no le convenía que su poderoso vecino tuviera tan formidable arma.
La retirada súbita de la ayuda soviética, ocasionó un golpe feroz a toda la economía China, ya que la
construcción de grandes obras, plantas industriales, centrales eléctricas, etc., quedaron interrumpidas.
¿Fue un completo fracaso el GSA?
El GSA consiguió un fortalecimiento de China: Una más clara comprensión de que todo el conjunto chino
era una sola nación, y la idea de prestar servicio a la comunidad sin esperar un premio inmediato se
extendió, cosa que influyó decisivamente en la consolidación del sistema socialista en China.
En la segunda mitad del 1960 se adoptó una línea más flexible en la política económica: Se redujeron las
ambiciosas metas de crecimiento que se había demostrado eran excesivas, y se limitó el alto grado de
autarquía regional que se habían agregado con la fuerza de dispersión de pequeñas instalaciones industriales,
muchas de ellas claramente antieconómicas. Así, se volvió de nuevo a los proyectos de gran dimensión de
ámbito nacional y sobre la base de una coordinación interregional. La recuperación económica se produjo
relativamente rápido y en 1964 China se encontraba de nuevo en condiciones de plantearse algo parecido a
un nuevo gran salto y organizar la revolución cultural.
“La gran revolución cultual proletaria procura capacitar al hombre para que revolucione su propio
pensamiento, permitiendo de ese modo la realización de tareas en todos los campos con resultados mayores,
más rápidos, mejores y más económicos. La gran revolución cultural proletaria es una poderosa fuerza
motivadora para el desarrollo de la productividad social del país. Es erróneo oponer la gran revolución
cultural al desarrollo de la producción”. Esto era necesario para evitar la vuelta al capitalismo.
En 1971 China Popular fue admitida como miembro de la ONU, y se consagro mundialmente como gran
potencia, con su puesto en el consejo de seguridad junto a los cuatro grandes; EEUU, URSS, GB, y FR. A
partir de entonces normalizo sus relaciones con EEUU y empezó a participar en todas las reuniones
internacionales.
23.7. La política de modernización y la teoría de los dos sistemas:
Tras la muerte de Mao en 1977 y la consolidación de Den Xia Ping al frente del poder, la formulación
oficial del proceso de cambio político y social en China se basó en las cuatro modernizaciones: Agricultura,
industria, ciencia y tecnología. Todo el cambio arrancó en 1978.
En la agricultura se pasó del sistema de comunas al sistema generalizado de parcelas familiares
individuales. El poseedor de la parcela se comprometía a entregar la cantidad prevista de bienes a los
almacenes del estado, a un precio fijado previamente, pero podía disponer del resto de su capacidad de
producción para los mercados libres. Incluso con la posibilidad de contratar otras parcelas y emplear trabajo
ajeno.
El proceso de reprivatización rural y culminó en 1988, cuando la asamblea nacional popular (el
parlamento) aprobó una enmienda constitucional autorizando la legalidad de la libre compraventa de
derechos de utilización de la tierra.
En la industria, las prioridades se dirigieron a resolver los cuellos de botella más importantes: En la
energía, para poner fin a las severas penurias del suministro de electricidad; en el transporte, donde los
ferrocarriles requerían una drástica modernización para atender a los impresionantes aumento de las
necesidades de carga; y en las telecomunicaciones, sector el cual las mejoras sean precisas para agilizar la
inmensa economía china en sus relaciones internas y externas. Pero el sector industrial se transformó por un
vasto proceso de desregulación, que permitió a las empresas dedicar una parte de sus beneficios a atender al
mejor desarrollo de las inversiones, o a pagar pluses a sus trabajadores, vender en el mercado libre por
encima de una cierta cantidad oficialmente establecida, y retener parte de las divisas obtenidas por
exportación. Se introdujo, además, el derecho de despido de los obreros ineficaces por parte de la empresa, y
el acceso cada vez más libre al crédito bancario. Las nuevas fórmulas establecieron la posibilidad de vender
acciones a los propios obreros, otros ciudadanos, o incluso en la bolsa de valores.
Otro instrumento para fomentar la productividad industrial y el desarrollo de toda clase de servicios, son
las zonas económicas especiales (ZEE), en las que se impulsó la iniciativa extranjera, con toda clase de
facilidades, para atraer a suelo chino industrias de alta intensidad de capital, y tecnologías de punta; así
como nuevas formas de organización que luego pudiesen ser un modelo para el resto del país.
Con las 4 modernizaciones, China experimento un importante progreso, para agilizar la economía en la
dirección de un nuevo sistema que se pasó a denominar mercantisocialismo.
En los años de 1990 se multiplicaron las zonas especiales para la inversión según los métodos capitalistas y
se dieron facilidades para adoptar mecanismos más flexibles en el interior del país, lo que permitió a China
continuar creciendo a ritmos inusitados.
2.4. Un gran país en marcha: liberalización, convertibilidad y apertura financiera:
En 2001 China ingreso en la organización mundial de comercia (OMC), que acelero la liberalización
comercial, el establecimiento de entidades financieras, la inclusión de los servicios de fletes, seguros, etc.
para dar máxima flexibilidad a la economía. Y fundamentalmente habrá de permitirse la libre circulación de
capitales, suprimiéndose las fuertes restricciones imperantes con facilidades también en el derecho de
establecimiento.
Por lo demás, con la mayor afluencia de capitales extranjeros surgieron nuevas estructuras de propiedad
con mayor presencia de empresas multinacionales, y una mayor difusión de bancos extranjeros y otras
entidades financieras. Se introdujeron tecnologías de la información y se potenciaron actividades
relacionadas con internet, y comenzaron a cotizar en alza las grandes compañías estatales.
La economía china experimento un cambio extraordinario desde 1978. En 2009, el 55% del PBI lo
generaba el sector privado, el 25% el sector público y el 20% las áreas rurales y el cooperativismo. Esa
composición señala que la economía está evolucionando con rapidez a una estructura de carácter mixto, con
un papel más relevante de la empresa privada y con fuerte presencia del intervencionismo estatal.
Los cambios imprescindibles:
Por la poca atención prestada al medio ambiente, desde 1978 se inició un crecimiento, los ríos y lagos están
contaminados y sin vida por la lluvia acida, los residuos se acumulan, y las exigencias energéticas conducen
a fuertes emisiones de carbono. China es el máximo contaminador del planeta. Desde la entrada de la china
en la OMC el proceso de transformación ganó velocidad. De modo que se hará inevitable el cambio de la
actual estructura política, todavía basada en el poder monolítico del PCCh, para ir dando paso a una
expresión diferente de fuerzas, derivando hacia la senda de la democracia.
Graziano, “Agotamiento, crisis y reestructuración del régimen de acumulación soviético”
Este trabajo en cara los aspectos económicos de la crisis la reforma del sistema soviético. El tema
fundamental es el régimen de la acumulación, cuyas características básicas entre 1930 y 1980 se analizan,
así como el fracaso de las reformas de 1958 y 1965.
Se plantean los objetivos, particularidades y límites de la perestroika y el significado y perspectiva de las
transformaciones en la URSS y en Europa Oriental.
Características básicas del régimen de acumulación soviético (1930-1980):
Este modelo de crecimiento se había ido prefigurando en la década de los 20’ y cobro toda su dimensión
después de la colectivización forzosa en la década de los 30’, en un contexto político muy dura, tanto local
como internacional. El rasgo más distintivo es el carácter de planificación centralizada de este régimen.
Además, la propiedad era estatal. El sistema de planificación soviético es uno de los sistemas de
planificación más burdos desde el punto de vista de la sutileza y la capacidad para una asignación adecuada
de los recursos. No es una crisis del socialismo, o de la planificación como instrumento de política
económica; es una crisis de un sistema particular de planificación que ya no tiene futuro. Este sistema de
planificación, conocido como sistema de planificación por balances materiales, tenía por objetivo un rápido
crecimiento a cualquier costo: servía para crecer sin buscar la eficiencia. Este sistema suponía el derroche de
recursos, que conducía a un régimen de acumulación extensivo sobre la base del uso de recursos abundantes:
básicamente de mano de obra y recursos naturales. Este mecanismo de planificación era de todas maneras un
sistema consistente. Gente todos los pronósticos que veían corta vida el sistema capaz de reproducirse a sí
mismo año tras año y garantizada su perpetuación a lo largo de prácticamente 50 años.
Aún en su simplicidad formal, se trataba de un sistema consistente que permitía a los mecanismos que
corrigieran eventuales desviaciones con respecto a su planteo original. Era un sistema fuertemente eficaz en
el corto y mediano plazo mientras se dieran las condiciones que ya no se cumplen, como la 10 de recursos.
Pero simultáneamente era ineficiente. Esos logros se obtenían a la costa de derrochar enormemente recursos
naturales y humanos.
Una de las fuentes principales de crisis de este sistema fue el apoyarse sobre la abundancia de
determinados recursos. La otra está ligado a esto: En la medida en que no se le da importancia a un
aprovechamiento racional de los recursos tampoco hay estímulos importantes para la innovación
tecnológica. En la URSS se han realizado innovaciones tecnológicas importantes, sobre todo en el área de la
industria militar, la industria aeroespacial y algunas ramas vinculadas a estas, pero este esfuerzo ha sido un
resultado de políticas de investigación, de esfuerzos destinados desde el estado para avanzar en la
innovación tecnológica.
Esto ocurre también en la mayor parte de los países capitalistas desarrollados. Lo que no tiene la URSS es
el estímulo a la innovación a nivel microeconómico, a nivel de empresas, de unidades de producción
particulares. El sistema de planificación por balances materiales utiliza coeficientes técnicos fijos que no se
han corregido desde hace decenios y que estimulan a los directores de las empresas a comunicar a los
órganos de planificación metas de producción inferiores a las factibles, con el fin de garantizar el logro de
sus metas y no incurrir en ningún tipo de sanción con respecto al sistema central. El que estos coeficientes
no recuperarán las modificaciones que se iban dando de hecho más allá de lo deseado, hacía que toda la
tecnología atendiera fuertemente a estabilizarse, ah no aprovechar eventuales innovaciones parciales que se
producían en alguna fábrica en particular y a depender totalmente de las innovaciones que por decisión
política se pudieran impulsar desde arriba, qué ocurría muy raramente.
Al mismo tiempo no había ningún estímulo a la difusión de innovaciones y en esto era fundamental el tipo
de organización que había en el sistema de planificación. Básicamente, la pirámide de planificación que
empezaba en el Politburro, pasaba por el consejo de ministros, seguía por los 40 y pico ministerios
económicos y terminaba en las empresas particulares, estableciendo divisiones por rama que correspondían a
distintos ministerios. Cómo los objetivos de producción ponían el énfasis en determinadas ramas y otras no,
se producían frecuentes estrangulamientos en una serie de productos críticos, siguen no considerados
prioritarios. Esto llevó a que gran parte de los ministerios empezarán a producir una serie de recursos
críticos que no correspondían formalmente a la propia estructura y así se empieza a dar una duplicación de la
producción de recursos por una cantidad de ministerios que formalmente no tendrían que realizar esta
actividad. El caso más típico es el de máquinas herramienta. Las máquinas herramientas empiezan a ser
reparadas en distintas empresas, donde se instala un taller que trata de superar la falta de repuestos. A lo
largo de 50 años, los distintos ministerios terminan disponiendo de fábricas de máquinas herramienta
independientemente de cual sea su objetivo principal de producción. Si en una fábrica de máquinas
herramienta en particular se produce cierto tipo de innovación tecnológica, no hay ningún mecanismo que
garantice que esta Innovación se difunda hacia el resto de las fábricas que existen bajo la dependencia de
otros ministerios o del mismo ministerio. Simultáneamente, la forma en que se produce esta expansión de la
producción de recursos críticos lleva en gran medida a que éstos sean subutilizados, es decir que ciertas
máquinas herramientas se cuenten como reserva y sean utilizadas dos o tres días al mes o algunas semanas al
año solamente. Todo esto lleva de hecho un proceso de sobre inversión que se suma a la tendencia de sobre
inversión que tiene el propio sistema, el énfasis permanente en la producción de bienes de uso por encima de
los bienes de consumo. Al mismo tiempo se pone en marcha un proceso que desvirula el carácter
centralizado de la planificación de la producción. El sector industrial de la URSS es un sector feudalizado,
donde cada ministerio tiene un alto grado de autonomía con respecto del sistema político central.
Estas son dos fuentes de posibles crisis, el agotamiento de recursos y la falta de innovación tecnológica.
El empleo de los recursos humanos y naturales:
Características en el régimen soviético no muy diferentes a las del capitalista:
- la existencia de mano de obra asalariada, alguna experiencia del comunismo de guerra que también tuvo
sus matices. Todo el desarrollo soviético se dio sobre la base de la explotación de mano de obra asalariada,
con un diferencial de salarios monetarios mucho menor que en occidente pero con fuertes diferencias bajo la
forma de salarios no monetarios, fácil acceso a ciertos privilegios, a condiciones menos penosas para
acceder a determinados bienes de consumo para ciertas categorías laborales.
En la URSS hay un mercado de trabajo de sui géneris, concierto cuota de movilidad laboral posiblemente
menor que en Occidente, pero efectivamente una forma de relaciones salarial que no rompe con lo básico de
la relación salarial capitalista.
-El carácter provista del régimen de acumulación soviético; un régimen fordista deformado y adaptado a
ciertas características políticas y sociales pero que no rompe con el patrón tecnológico social que
predominaba en occidente desde la década de los treinta y sobre todo a partir de la segunda posguerra:
Inversiones que requieren escalas muy elevadas; procesos de producción que tienen que ser planificados con
mucha anticipación; mucha rigidez ante lo que en occidente son las variaciones del mercado y, en el caso de
la URSS, preferencias de las autoridades políticas, lo que en suma Configura un régimen muy poco flexible
y que no se aleja fuertemente del patrón tecnológico capitalista predominante Durante los treinta años
posteriores a la SGM.
¿Qué es lo que lleva a la crisis de este régimen?
Por un lado está la falta de innovación tecnológica, salvado a partir del impulso que se le daba a la industria
militar y a la industria espacial. De alguna manera la confrontación militar con los EUA y con el resto de
occidente obligaba a mantener un ritmo de innovación en algunos rubros que pertenecían precisamente al
área de la confrontación. La industria textil y la industria metalmecánica, por ejemplo, no son competitivas
con la industria occidental, pero si lo eran la de armamentos y la aeroespacial.
Para mantener un patrón de innovación tecnológica que no lo alejara mucho del ritmo de innovación
occidental, el sistema soviético tuvo que destinar recursos cada vez más grandes a Costa de las otras ramas
de producción y esto se corta, ya no se logra mantener este ritmo, en el momento en que se produce la
tercera Revolución Industrial en el mundo capitalista. El impacto de la electrónica en una serie de ramas, la
informatización de la producción, la utilización de nuevos materiales, la biotecnología, y una gran variedad
de nuevas áreas de innovación tecnológica permitieron al menos en algunas ramas de la economía occidental
un rápido crecimiento de la productividad.
Spincast exógeno desnuda una capacidad de responder a estímulos para la innovación tecnológica. A partir
de la tercera Revolución tecnológica en occidente, ya la URSS y los países del este no están en condiciones
de mantener el mismo paso en la esfera militar y en la aeroespacial. Este es el primer “crac” en el sistema; el
segundo pasa por el agotamiento de los recursos: por un lado de los recursos naturales, sobre todo los
energéticos, que se hubiera producido mucho antes de no ser por la crisis del petróleo en el 73’, que permitió
a la URSS mantener un balance comercial favorable y de alguna manera postergar una crisis que se produjo
electivamente en el último decenio.
La URSS ya tiene serias dificultades para obtener recursos energéticos según los requerimientos de su
industria, pero también se produjo el agotamiento de los recursos humanos. En la URSS hay un sector
primario que tiene desempleo encubierto y se puede extraer permanentemente mano de obra con destino a la
industria sin que por este motivo caiga la productividad agrícola. De hecho, hasta bien avanzados los 60’, la
URSS estuvo en condiciones de seguir desplazando mano de obra rural hacia la industria permanente que
empezó a agotarse en aquella década y que llego a su punto limite en los 80’, cuando empieza a entrar al
mercado de trabajo la generación de nietos de los muertos en la guerra. Esta generación no había impactado
fuertemente en la economía soviética porque todavía había población excedente, ocupación excedente en el
campo. Recién entre al mercado del trabajo en los 80’ y aparece por 1era vez un estrangulamiento que pone
al desnudo la necesidad de una utilización más racional de la mano de obra.
Hay otra forma de desempleo encubierto: La intensidad del uso de la mano de obra en la URSS. Si para un
mismo producto en la URSS se requiere el triple, cuádruple o más horas de trabajo que en occidente, no es
sólo un problema de condiciones de trabajo sino también de la calidad de la organización del proceso del
trabajo. En este sentido el desempleo encubierto también existe fuertemente en la industria; una gran parte
de la mano de obra no es plenamente utilizada. Además, la cuota de ausentismo es elevadísima. Quizás es la
única forma de protesta individual que existe frente a las condiciones de trabajo altamente insatisfactorias en
la mayoría de las ramas industriales y esto pone también sobre el tapete el problema del uso bastante
ineficiente de la mano de obra en la Industria.
Estos hechos se producen simultáneamente por lo que se desnuda la incapacidad de acelerar el proceso de
innovación tecnológica y al mismo tiempo se produce el agotamiento de recursos humanos y recursos
energéticos.
Fracaso de las reformas de 1958 y 1965:
Hubieron por lo menos dos importantes intentos de reforma: El primero fue el 58', en la época de la
apertura de Kruschev, cuando se intenta la reforma Liberman (fue importante divulgador, pero los
verdaderos reformadores fueron otros). Con la reforma se intenta producir una descentralización relativa del
sistema a través de mayores cuotas de responsabilidad de los directores de empresa, de los empresarios
soviéticos, por medio de una serie de estímulos materiales y se Procura reemplazar las metas de producción
medidas en volúmenes físicos por metas de producción medidas en volúmenes de ventas o el diferencia
entre ventas, costo de capital variable y capital constante (en términos de beneficios). Las reformas, sin
embargo, fracasan por dos motivos fundamentales:
- el que las reformas no apuntarán al corazón de las fallas de este sistema de acumulación.
- la resistencia política que había contra este tipo de innovaciones.
Había muchos perdedores, sobre todo en el aparato burocrático estatal, desde la alta hasta la pequeña
burocracias empresarias. Esto lleva al fracaso de la primera reforma.
En 1965, hay una segunda reforma que se intenta en situaciones políticas ya no de apertura sino de fuerte
restricción. Se trata de hacer una reforma de precios, que aumente los precios relativos de bienes de
consumo, estaban fuertemente subsidiados y basados sobre un esquema de precios relativos de la década de
los 20. El sistema de precios relativos de la URSS no responde una política deliberada, sino que es una
fotografía con pequeños retoques del sistema de precios de la última vez que hubo una experiencia de
Mercado más o menos generalizado en el país; qué fue durante la nueva política económica (NEP) En la
década de los 20; este sistema de precios relativos sigue rigiendo prácticamente hasta ahora sin
modificaciones sustanciales. En 1965 se intenta una reforma en este sentido y fracasa por los mismos
motivos. Queda claro que en el ámbito político e intelectual soviético había mucha Claridad sobre las
limitaciones de los sistemas desde hace más de 30 años, prácticamente desde fines de los años 50 inclusive
desde antes de la muerte de Stalin. De alguna manera, las reformas del 58 y el 65 fracasan
fundamentalmente porque no estaban dadas las condiciones políticas.
Objetivos, características y límites de la perestroika:
Se intentó una nueva reforma más decidida debido a que la sociedad era incapaz de seguir manteniendo en
pie un régimen que no daba más. Fracase o no la reforma y sean cuales fueren sus características, no se
podía Volver atrás; si se intentaba mantener el funcionamiento de la economía según los patrones de la
planificación centralizada, balance de materiales, metas de volumen físico, se puede decir que la economía
soviética colapsaría.
Este fenómeno fue el principal impulso de una reforma decidida y llévate una fracción importante de la
burocracia estatal adhiriera a la propuesta de reforma que Desde hacía muchos años se venía incubando en
una serie de ambientes académicos. Gorbachov en este sentido no es un reformador de la primera hora, es un
político con mucha intuición, mucha sensatez para comprar una propuesta de reforma en un momento en que
se da cuenta de que ya no hay más opciones.
Esta reforma básicamente apuntaba a pasar de un régimen de acumulación extensivo que derrocha los
recursos disponibles, a un régimen de acumulación intensivo. Es que podría ser el proceso de reforma
económica de la perestroika. Un régimen de acumulación intensivo implica sobre todo poner el énfasis en la
necesidad de acelerar el proceso de innovación tecnológica. Se piensa impulsar este proceso en dos medios,
por un lado, crear estímulos para que la sociedad civil, casi inexistente en la URRSS como forma Autónoma,
empiece a generar por sí misma nuevas formas de producción. Es que implica un largo proceso, romper con
una cultura Industrial que lleva decenios, cambiar totalmente las formas de dirección, modificar la forma en
que está concebida la actividad de ingeniería en las fábricas, transformar la organización del trabajo, etc. La
otra vía para poder producir innovaciones tecnológicas en la importación de tecnología, la apertura a las
contribuciones tecnológicas de Occidente. Se trata de traer empresas conjuntas (joint-ventures) entre capital
transnacional y el estado soviético, de manera de que a través de un proceso de coloración se eduque a
gerentes, técnicos y operarios soviéticos en nuevas modalidades de producción y organización del trabajo.
Algo muy difícil.
Este era un escenario con una posibilidad de fracaso elevadísima, más allá de la forma particular que
asuma el proceso, con privatizaciones o sin privatizaciones.
La perestroika tuvo dos fases; la primera empieza en el 85 y dura hasta mediados del año pasado, y la
segunda que Quizás esté empezando a perfilar hace unos meses, tras el fracaso rotundo de la primera. La
primera propuesta se apoyaba en dos o tres medidas básicas; una era la mayor descentralización en la gestión
de las empresas en términos cualitativamente similares a los propuestos por la reforma Liberman, pero
implementados con mayor profundidad y energía. Es complicado a obligar a las empresas a la autarquía
financiera. Lo que importaba realmente eran los balances materiales, los egresos y los ingresos físicos.
Como sólo había mercados de bienes finales y mercados de fuerza de trabajo, las empresas productoras de
bienes intermedios y de bienes de capital eran sistemáticamente deficitarias desde el. De pero porque tenían
que pagar en efectivo la mano de obra pero no vendían sus productos, lo entregaban a otras empresas, así
como las empresas de bienes de consumo tendían a ser supervitarias desde el punto de vista Financiero. Así,
el movimiento financiero no reflejaba De ninguna manera la calidad de la gestión de la empresa. Ahora se
apuntaba a que la empresa se haga responsable en términos de rentabilidad directamente de su propio
funcionamiento con el fin de crear estímulos a la búsqueda de mayor productividad.
En segundo lugar, se trata de cubrir sobre todo la baja calidad del sector terciario. La baja calidad de escala
general, había problemas de calidad tanto en servicios del sistema hospitalario como en la prestación de
servicios personales. Se apuntaba básicamente a liberalizar fuertemente el sector de servicios personales
permitiendo la aparición de empresas familiares Que explotas en una serie de actividades hasta ahora
concentradas en manos del estado y cuya calidad puede mejorar rápidamente. Eran restaurantes y una serie
de servicios personales que se prestaban en escalas muy reducidas. Se aspiraba a cubrir en un primer
momento aprox. el 50% de la oferta del sector terciario a través de la creación de empresas familiares.
La tercera modalidad consiste en una serie de medidas que permiten la realización de empresas conjuntas,
de joint-ventures con capital extranjero, con directores soviéticos y participación de técnicos ingenieros y
operarios occidentales a la par de otros tantos técnicos ingenieros y operarios soviéticos. Este tipo de
propuesta no prosperó muy rápidamente: Desde 1985 se aprobaron unos 60 proyectos y en la práctica se
empezaron a hasta el año pasado aprox. 5 o 6.
La lentitud de la Reforma tiene que ver con la oposición de una parte importante de la sociedad soviética.
Había oposición en tanto de la burocracia media y de algunos sectores obreros ligados a la industria más
pesada, que veían que podían perder posición relativa en la medida que se desplazaban recursos a la
producción de bienes de consumo. Había, además, un sabotaje muy fuerte fortalecido por la feudalización
que existía en el nivel de ministerios. El segundo obstáculo destacado era el costo de ese tipo de reforma,
que tiene un costo social muy elevado. No se iba a dar sin desempleo y sin incorporar un elemento hasta
entonces ausente en la vida soviética; la incertidumbre; para el empresario, para la estabilidad del obrero,
etc.
La tercera traba es de carácter técnico: no se puede hacer funcionar con criterios de rentabilidad las
empresas si hay un sistema de precios absolutamente distorsionado. Esto obligaba a realizar antes una
reforma Administrativa desde arriba del sistema de precio, cuyo impacto más visible sería un fuerte
encarecimiento de la canasta familiar. Por otro lado, mientras empieza a frenarse el proceso de reformas
económicas, se da un proceso de apertura política casi descontrolado que al menos en una primera fase
aparece como una reforma que no tiene costos: La mayor democratización de la sociedad en muchísimos
aspectos parece agarrar puros beneficios en términos de calidad de vida, desde un punto de vista simbólico y
de poder real, sin costos visibles salvo para una fracción relativamente menor de la burocracia. Este proceso,
sin embargo, tiene sus consecuencias económicas en la medida en que estimula una serie de demandas que
la reforma económica no está en condiciones de satisfacer; la gente quiere consumir más y mejor, pero al
mismo tiempo no está fácilmente dispuesta a pagar los costos de una mejora en la calidad de vida que pasan
por la posibilidad de desempleo, encarecimiento de los recursos de primera necesidad y posiblemente
desplazamiento de los lugares de trabajo. Este es el gran problema con que se enfrenta la primera fase de la
perestroika, que lleva virtualmente a una paralización.
El impulso de la segunda fase es más liberal. La primera, que tenía como principal ejecutor al primer
ministro Riskhov, consistía en un proceso de descentralización paulatina, con incorporación de mecanismos
de mercado y sin privatización masiva de las fabricas estatales, siempre bajo un control estricto del estado.
La segunda es de alguna manera una conciliación, una vía de compromiso entre la propuesta inicial y la de
algunos economistas que están a favor de un absoluto “shock” de mercado. Esta propuesta no implica la
liberación absoluta pero si un proceso de liberalización más acelerado con una supervisión estatal, pero
incluya las privatizaciones industriales. En el presente año se empieza a hablar de privatizaciones en el
sector industrial, al menos para la pequeña y mediana industrias. En esta propuesta no queda claro quién va a
ser el propietario: por un lado se acepta que puedan ser los capitales extranjeros, pero más bien para estos
capitales se piensa todavía en las figuras de joint-ventures; en los niveles de pequeña y mediana industrias
no parece clara la figura de un empresario que emerja y se haga cargo de la actividad productiva en un corto
plazo, salvo en el sector agrícola donde el campesino del kolijós o el trabajador del sovjós empieza a operar
como un pequeño campesino que ofrece sus productos a precios mucho más elevados que los oficiales en los
mercados urbanos.
En el nivel industrial, en cambio, no está de ninguna manera definido Cuál va a ser el sujeto de este nuevo
proceso de transferencia de las empresas estatales al sector privado. Si va hacer alguna forma de
privatización con propiedad fuertemente diluida, alomizada, alguna forma de sociedad anónima o de
cooperativas, implementarías visibles, así se está pensando en alguna forma alternativa. Lo que sí está claro
es que Aparentemente se le acaba el tiempo a la reforma. Esta aparece como Inevitable, pero la presión por
hacerla es creciente al mismo tiempo que empiezan a aparecer resistencia a la vez más fuertes de los sectores
de poder que pueden verse perjudicados por este tipo de proceso. Cuando las condiciones políticas son
mejores para un proceso de reforma administrada, la crisis del sistema es tal que al margen de maniobra
económica es mucho mejor y en este sentido el éxito la reforma no es fácilmente predecible, lo que no
quiere decir que al fracasar la reforma se vuelva a la situación anterior cosa que es absolutamente imposible.
Lo que puede ocurrir es que se produzca cierto tipo de procesos no previstos que lleven a una fuerte
desestructuración de la economía soviética Durante los próximos años.
Los economistas soviéticos que están en gran medida cocinados con la imagen de la economía de Mercado,
ven que la liberalización acelerada de los mercados va a llevar a la URSS en un plazo razonable a una
situación similar, sino a la de los países más prósperos de Europa occidental, síguela de algunos países de
segunda línea del continente. Lo que tienen frente a ellos es el estándar de vida, las condiciones sociales de
Europa occidental, pero de ninguna manera imaginan que en el futuro las pueda aparecer el modelo
latinoamericano. Puede ocurrir que se produzca una acelerada tercermundisación de las economías de
Europa oriental. Los economistas soviéticos no ven esto ya que más allá del fracaso del discurso oficial
soviético todavía no hay ninguna ruptura epistemológica en el pensamiento soviético en este sentido. Saltan
de una visión donde la verdad es una y todo lo que se aleja de esa verdad es erróneo a una visión alternativa
donde el liberalismo es más tradicional, donde el lugar de la incertidumbre también existe; no logran
incorporar en su pensamiento el factor incertidumbre como un elemento ineludible. En el capitalismo con
los ojos del liberalismo manchesteriano pero no tiene ninguna forma de verlo con los ojos de un Keynes o un
Schumpeter. Esto para Graziano constituye un obstáculo importante.
Significado y perspectivas de las transformaciones en la URSS y en Europa oriental:
Para hablar de una tercermundisación de la URSS hay que tener en cuenta que esta viene de 70 años de
experiencia de desarrollo no capitalista, que no tiene memoria viva de una forma de organización social
diferente. Además, haciendo excepción a los últimos 10 años, en términos relativos el grueso de la población
soviética mejoró su calidad de vida con la experiencia del socialismo. Hay también una Concepción muy
igualitaria de la sociedad que va a ser difícil de compatibilizar con el funcionamiento de una economía más
o menos competitiva. Existen límites muy fuertes a la reforma económica, pero en última instancia de papel
del estado, por inercia propia, va a seguir siendo muy fuerte durante decenios en la URSS, más allá de los
esfuerzos liberalizadores que se intenten.
En el caso de Europa del este y la situación es muy diferente. Es muy discutible que la experiencia de la
economía centralizada haya traído vienes a estos países, al menos la población no lo diga así. Hay una
experiencia de organización capitalista todavía viva: Son 45 años de planificación centralizada, experiencias
de desarrollo capitalista relativamente avanzados sobre todo el caso de Alemania democrática y
Checoslovaquia y en este sentido de la posibilidad de una evolución hacia formas capitalistas más acelerada
es factible.
En el caso de Alemania Oriental Esto es claro: Se queda totalmente dentro de las ferias de gestión del
Bundesbank, está totalmente sometida a reglas de juego del capitalismo sin matices. No es tan claro lo que
puede ocurrir en países como Rumanía y Bulgaria donde el desarrollo industrial es todavía relativamente
menor, donde la intervención del Estado sigue siendo vista como simpatía al menos por una parte importante
de la población Y dónde es activamente en los resultados electorales los antiguos partidos comunistas No
salieron tan mal parados.
Situaciones intermedias son la de Hungría y Polonia. Hungría es, de alguna manera, el país donde se
practica con cierto éxito una reforma parcial con mayor descentralización ya desde los años 60, qué llevó a
que los directores de empresas tuvieron mucha más autonomía. Esto, que en principio Parecía un modelo
que inspiraba la primera fase de la perestroika, hoy está totalmente superado en el sentido que la mayor parte
de las expresiones políticas en Hungría rechazan por excesivamente centralizado este sistema relativamente
más descentralizado que se había practicado desde 1968; aparentemente hay una voluntad fuertemente
liberalizadora que la va acercando más al modelo de Alemania democrática que al modelo de La Unión
soviética. Polonia se diferencia fuertemente del resto de los países de Europa Oriental debido a que nunca
abolió la propiedad privada de la Tierra, es el único país que esta área que cuenta con un campesinado
importante y que constituye una fuerza política Autónoma que pesa con fuerza, además de la relativa
autonomía de una parte importante de la clase trabajadora a través de la solidaridad.
Estos dos casos (Hungría y Polonia) parecen como las zonas más grises en un eventual proceso de
transformación, que pueden dar lugar a una rápida asimilación e integración con Europa occidental, en un
papel claramente subordinado, o que pueden de alguna manera acompañar un proceso de reforma no
estrictamente tendiente a la integración con Europa occidental, de la mano de lo que vaya ocurriendo
eventualmente en la Unión soviética.
Papel que cumple el occidente en este proceso, y su papel en el sistema capitalista: La presunta búsqueda
de autarquía de las economías socialistas nunca fue exitosa, siempre permanecieron ligadas de una forma o
de otra al mercado capitalista mundial.
El grado de endeudamiento de algunas economías es muy fuerte y la dependencia de recursos primarios
críticos también; se puede decir que todas estas economías han funcionado como una anomalía en el marco
del mercado capitalista mundial, pero nunca desvinculadas de este. Desde el momento en que cayó el muro
de Berlín sean sobreestimado las perspectivas que los países de Europa Oriental ofrecen para las inversiones
extranjeras. Es cierto que hay ciertas afinidades culturales, la cercanía, una serie de factores que pueden
jugar a favor, pero hay una total ausencia de cultura Industrial en los términos en que se entiende en
Occidente. Este es un proceso que va a llevar muchísimo tiempo revertir. Alarma, independientemente de la
ayuda que los estados de occidente puedan brindar al proceso de reforma, los capitales privados no van a
correr con propuestas de inversión a Europa oriental; las inversiones van a seguir siendo fuertemente
selectivo, muy estudiadas, no se puede esperar un flujo masivo de recursos privados hacia el área oriental,
aunque si se puede pensar en alguna forma de Plan Marshall.
La reunificación alemana ofrece ejemplos claros. Se había estimado el costo a fondo perdido de La
unificación alemana en 65 1.000 millones de marcos. Frente a esta cifra, plazuela reforma del sistema de
transporte en Alemania democrática implica una erogación aproximada de 135 1.000 millones de Marcos, de
los cuales 100.000 serían solamente para la reforma del sistema ferroviario. Entonces, Alemania Federal se
va a haber fuertemente comprometida con el subsidio al proceso de reunificación, ¿cómo se puede pensar
que va a tener la disponibilidad de recursos financieros para una ayuda importante a otros países? En el caso
de Japón, otro posible participante en un proceso de financiación hasta ahora no aparecen signos más claros.
En este sentido No necesariamente se verá un proceso de apoyo entusiasta de las economías más prosperas
de occidente a los procesos de reforma económica, si en el apoyo será fuertemente político. No debe
esperarse que haya ni financiamiento e inversiones masivas.
Con respecto a la posible desventaja de América Latina en este proceso, también se hacen afirmaciones
muy poco firme. Se parte del supuesto de que hay una presunta competitividad de las economías de Europa
del este con respecto a las latinoamericanas. Con respecto a las economías de clima tropical esto no es de
ninguna manera cierto y con respecto a las de clima templado es muy difícil hacer generalizaciones. Están
pendientes estudios electorales que permitan ver efectivamente cuál es la situación en cada rama de la
industria y otros sectores. Además, va a depender mucho de la estrategia de los grupos empresarios europeos
y norteamericanos con respecto a la localización de actividades en distintas zonas geográficas. Puede ser
que, por ejemplo, Europa Oriental aparezca como un lugar oportuno para la realización de ciertos tramos del
proceso de producción que impliquen Sencillamente una modificación importante en la canasta de
importaciones con respecto a américa Latina, pero no necesariamente un absoluto desplazamiento de esta del
mercado tal como hasta ahora viene participando. Esto no quiere decir que las cosas sean fáciles,
sencillamente quiere decir que por el solo hecho de la apertura de Europa occidental Europa Oriental no se
puede deducir que hemos perdido por el mayor atractivo de estas economías frente a las latinoamericanas.
La incertidumbre que ofrecen estas economías no es menor que la que ofrecen las nuestras.
¿Estamos frente a la muerte del socialismo?: De alguna manera se está frente a la desaparición de un
modelo de crecimiento y acumulación que se autotituló socialista. Pero puede Que aparezca alguna
alternativa a este modelo de socialismo. Lo visto era un intento demasiado prematuro en términos
macroeconómicos experiencia de superación del capitalismo.
UNIDAD N°6
Manual Cap. N°14 “La crisis de la década de 1970 y la inestabilidad de los años 80” 21/02
La acelerada expansión de la segunda posguerra experimentó o freno a principios de la década de 1970.
Una serie de acontecimientos muestra que una etapa del desarrollo económico del capitalismo estaba
llegando a su fin.
14.1. La crisis del petróleo:
El crecimiento de la economía mundial se frenó de manera significativa a partir de 1974. Esta aparición
repentina de una de desaceleración del crecimiento se ha vinculado con circunstancias exteriores, como el
aumento del precio del petróleo, y de las materias primas. Se trata de una realidad concreta con efecto
visible, dado que una gran cantidad de recursos provenientes de los países importadores del petróleo y
materias primas se transfirió a quienes los exportaban, con el impacto consiguiente sobre la acumulación de
capital, los precios y la actividad económica global. Se produjo un incremento de ingresos percibidos por los
países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), creada en 1960 por los dirigentes de
los países de Irak, Irán, Arabia Saudita, Kuwait y Venezuela. Una de las consecuencias de esto fue que una
parte de los dólares provenientes de la venta de petróleo se retiraron hacia los bancos europeos y
norteamericanos produciendo un gran incremento de la liquidez. Entre 1974 y 1981 la salida de capitales de
los países de la OPEP superaron los 460.000 millones de dólares, siendo uno de los factores decisivos en el
endeudamiento externo experimentado por los países subdesarrollados. Pero, además, existía una serie de
factores internos en el desarrollo de los países industrializados, que contribuyeron a explicar la transición de
una expansión sostenida a un estancamiento. Los problemas experimentados por el sistema monetario (que
culminó con la suspensión de la convertibilidad del dólar por parte del gobierno de Nixon en 1971) y la
aceleración de la inflación constituyeron elementos desestabilizadores de importancia. La situación de la
moneda norteamericana se fue deteriorando a lo largo de 1960 como consecuencia del déficit sistemático de
la balanza de pagos norteamericana (originada por la competitividad creciente de la producción de Europa
Occidental y Japón) y la continua salida de capitales hacia el exterior bajo la forma de gastos militares y de
inversiones de las empresas. Las reservas de oro y activos internacionales en manos de la reserva federal
apenas suponían el 10% de las reservas mundiales y su disponibilidad de oro solo podía respaldar uno de
cada diez dólares en circulación, un problema ya que el metal precioso era la base sobre la que se establecía
el valor del dólar. La decisión de 1971 hundió el sistema de paridades fijas que había caracterizado al mundo
occidental en los años anteriores; en la cumbre de Jamaica celebrada en enero de 1976 se formalizo el
reconocimiento internacional de que en adelante las monedas no tendrían vinculación directa con el oro, y
ningún gobierno tenía la obligación de garantizar la paridad fija de su moneda. A partir de esto, la liquidez
quedaría determinada por las condiciones financieras internacionales, lo que significaba que los mercados
financieros serían los proveedores de la oferta monetaria internacional
Ante los problemas que se estaban produciendo, los gobiernos se abocaron a prevenir las dificultades
provenientes de la disminución del comercio internacional (afectado por el incremento del precio del
petróleo) con políticas de corte keynesiano basadas en la expansión monetaria y la ampliación del crédito.
Además, el incremento de los gastos estatales provenientes de la necesidad de dar cobertura social a un
número creciente de desocupados, contribuyo a incrementar los déficits presupuestarios nacionales. Estas
decisiones contribuyeron a un incremento sostenido, que desde fines de los años 60 se potencio como
consecuencia de la espiral precios-salarios desencadenada en una coyuntura de pleno empleo. Si se suma el
impacto producido por los factores externos, aparece el escenario de la crisis, caracterizado por el
estancamiento productivo, la persistencia de la inflación y la irrupción con gran fuerza de la desocupación.
La expresión “estanflacion” se utilizó para sintetizar los rasgos principales de la nueva coyuntura económica
en la que la inflación parecía un factor de presencia ineludible dentro de la dinámica del sistema económico.
El desempleo alcanzó niveles preocupantes.
A fines de la década se produjo el estallido de una segunda “crisis del petróleo”, originada por las
consecuencias de la PGM entre Irán e Irak, los gobiernos se encontraron frente a un agravamiento de los
problemas. Hasta ese momento, la solidez básica de la economía había contribuido a que las políticas
aplicadas por los gobiernos funcionaran de manera adecuada; resulto posible mantener niveles de
crecimiento razonables sin producir problemas serios en la balanza de pagos o incrementos incontrolables de
los precios. Ante la nueva realidad, se produjo una modificación en las orientaciones de la política
económica, dando prioridad al problema de la inflación y al tratamiento de los desequilibrios exteriores, y
dejando en segundo plano los objetivos del crecimiento y el pleno empleo. Las políticas de control de
precios e ingresos fueron el paso intermedio que llevo a los controles monetarios. Milton Friedman, el
principal defensor de las posturas monetaristas, se transformó en el nuevo mentor intelectual en reemplazo
de Keynes. La escuela de Chicago logro penetrar con su discurso. Sin embargo, las recetas monetarias no se
aplicaron de manera consecuente; sus efectos económicos y sociales (más recesión y desempleo) no podían
ser asumidos por los gobiernos en esa coyuntura. No obstante, el influjo creciente de los “Chicago Boys”,
con su prédica ultra liberal, contribuyó a crear el escenario donde se inició la destrucción del consenso
alrededor del cual se había conformado la economía mixta. Las críticas a la ineficiencia del Welfare State
ganaron audiencia, al tiempo que se reivindicaba al mercado como el más eficiente asignador de recursos.
14.2. El proceso de endeudamiento externo:
La existencia de una situación de liquidez en el mercado financiero, potenciado por la cuantía de los
petrodólares, condujo a que en la segunda mitad de la década de 1970 se produjera un enorme incremento de
los préstamos internacionales. La cuantía total de los préstamos en el quinquenio 1976-1980 fue de 296,7
mil millones de dólares, de los cuales los países periféricos fueron los receptores del más del 40%. Parte de
ella se destinó a los gastos en armamento; hubo también un alto grado de corrupción y errores de política
económica de mucha significación. Sin embargo, el acceso al crédito externo sirvió para impulsar el
crecimiento de un grupo significativo de países, aunque los resultados fueron muy pobres.
Las condiciones que favorecieron la expansión del crédito internacional cambiaron al comenzar 1980. La
deuda se había contraído con tasa de interés variables y un dólar depreciado; ambos elementos se
modificaron súbitamente. Por una parte, el Libor (London Interbank Rate), la tasa de interés a la que se
suscriben los préstamos internacionales, pasó del 8% anual en 1979 al 17% 2 años más tarde, como
consecuencia de la política monetaria encargada por la Reserva Federal de los EEUU. En el mismo lapso, el
dólar experimenta una apreciación de aprox. el 30%, con el consiguiente perjuicio para los deudores. A estas
circunstancias desfavorables y agregaron; la recesión económica internacional, que limitaba las
posibilidades de exportación de los países endeudados, y la caída de los precios de las materias primas (con
la excepción del petróleo). Las consecuencias de estas dificultades fueron: El volumen de la deuda de los
países no desarrollados creció en 180.000 millones de dólares entre 1980 y 1982; comparada con el PBI, la
deuda total que elevó desde el 26% al 33%, y en relación con las exportaciones e incremento del 110% al
148%. El pago de los servicios de la deuda pasó del 15% de las exportaciones en 1980 a más del 40% en
1982, superando el 50% en la Argentina y Brasil. Ante estas situaciones, en agosto de 1982 México declaró
una moratoria unilateral de 3 meses a los efectos de renegociar su deuda, decisión que fue secundada casi de
inmediato por países como Brasil, Argentina, Perú y Venezuela. Desde ese momento, la deuda externa se
transformó en una de las cuestiones que agitaron en mayor medida al mundo financiero internacional. Los
acreedores públicos y privados, agrupados en el club de París, intentaron inicialmente negociar el modo en
que los países deudores iban a cumplir con sus pagos, pero muy pronto quedó claro que el problema era
mucho más grave, por la muy difícil situación que trabajaban algunos de estos. Además, la deuda estaba
concentrada en un pequeño número de grandes bancos; más del 60% de la deuda latinoamericana pertenecía
a los 9 bancos más importantes de los EEUU, por lo que existía en este país un gran interés muy concreto
por el tema.
Consecuencias de la dinámica abierta por el estallido de la crisis: 1) Se frenó la concesión de nuevos
préstamos internacionales a los países endeudados; 2) A partir de 1985 se implementó el plan Baker (por
James Baker, secretario del tesoro de los EEUU), que además de reprogramar los pagos de la deuda
planteaba la posibilidad de conceder nuevos préstamos a los países que cumplirán las condiciones de ajuste
monetario pactadas con el fondo monetario internacional; 3) Ante el escaso éxito de esta iniciativa, a fines
de la década un nuevo secretario del tesoro, Nicolas Brady, propuso un nuevo planteamiento del problema,
que si bien mantenía los criterios anteriores (implementación de planes de programas de ajuste monetario y
de liberalización interna y externa cuyo cumplimiento se condicionaba la concesión de nuevos préstamos),
también incorporaba la idea de que los países endeudados que hubieran logrado un cierto equilibrio
macroeconómico pudieran acceder a los mercados internacionales de capitales. Además, se incorporaron
otras variantes, como la recompra de la deuda por parte de los gobiernos de los países endeudados, su
conversión en nuevos préstamos, e incluso la posibilidad de condonar una parte de la misma.
Se sentaron así las bases del ocurrido en la última década del siglo 20, en la que el problema de la deuda
externa pasó a un segundo plano, en un nuevo escenario, caracterizado por la globalización de los mercados
financieros y la preeminencia de los capitales privados.
14.3. Los años 80:
La década de 1980 estuvo caracterizada por la continuidad de los problemas, con tasas de crecimiento muy
bajas. Estas cifras reflejan los éxitos coyunturales de las políticas neoliberales implementadas por Ronald
Reagan en los EEUU y Margaret Thatcher en GB, las dificultades experimentadas por la economía alemana
en el proceso de Constitución de la Unión Europea. Además, la actividad se vio afectada por la continuidad
de la desocupación, que en algunos países desarrollados, hacia 1989, todavía alcanzaba niveles importantes.
El rasgo más destacado de la década fue el triunfo de las posturas monetaristas, impulsadas especialmente
por Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Frente al keynesianismo que emergía de algunas de las propuestas
de la izquierda democrática, las concepciones defendidas por Milton Friedman fueron naturalmente
asociadas a la derecha política; además de restituir el poder del capital sobre el trabajo, sustentaba otras
ideas atractivas para sus intereses: Si la inflación debía ser atacada con políticas monetarias restrictivas, y
dado que los gobiernos eran responsables de la excesiva emisión monetaria en razón de los déficit
presupuestarios, la disminución el gasto público se convirtió en uno de los objetivos de los monetaristas. Los
programas sociales aparecían como objeto de ataque: Se sostenía que los seguros de desempleo permitían
mantener elevados los salarios y afectaban al funcionamiento del mercado de trabajo; si se reducía la
protección social, no solo disminuiría la inflación sino que se podría reducir la presión fiscal y bajar la
salarios.
La manifestación concreta del agotamiento de un modelo de desarrollo basado en la producción fordista, la
energía barata, el pleno empleo garantizado por el estado y la activa participación de este en el control de la
demanda agregada. Simultáneamente, fueron apareciendo los elementos constitutivos de una realidad
económica de rasgos inéditos impulsada por una nueva revolución tecnológica, acompañada por la
continuidad de las altas tasas de inflación.
14.3.1. El derrumbamiento de la unión soviética y la Europa del Este:
El acontecimiento más importante de la década de 1980 fue el acelerado y sorprendente proceso que
culminó con el fin de la guerra fría y la caída del mundo socialista. La unión soviética estaba
experimentando problemas de entidad desde los años 70, estas no se limitaban al ámbito económico, lo
ocurrido a partir de 1985 ha planteado un enigma con múltiples y contradictorias respuestas, aunque parece
existir un cierto consenso respecto de la significación que tuvieron las reformas encaradas por Mijaíl
Gorbachov.
La unión soviética era una superpotencia militar, la tercera economía del mundo, el mayor productor de
petróleo y gas, y el único país de importancia autosuficiente en recursos energéticos. La tasa de crecimiento
del PBI venía disminuyéndose desde los de los años 70 y se estancó en la década siguiente, mientras que el
PBI por habitante tuvo un comportamiento aún más pobre, pero las economías capitalistas tampoco habían
tenido un comportamiento demasiado exitoso. El problema endémico de la economía soviética, la
producción agraria, se neutralizaba gracias a la disponibilidad de divisas provenientes de las exportaciones
de petróleo y gas.
Si a esto sumamos una situación política controlada, en la que la gente estaba descontenta pero lo
manifestaba por medio de acciones individuales y la disidencia era intelectualmente poderosa pero
numéricamente débil, nos encontramos ante la paradoja de un trascendental cambio histórico concretado sin
la intervención de movimientos sociales importantes y sin una guerra. Con esa situación, los estudiosos
debaten acerca de cuál fue la fuerza impulsora de la perestroika: Para algunos fue la idea de Gorbachov y sus
colaboraciones respecto de que era imprescindible poner en marcha reformas para retomar el ritmo de
crecimiento enfrentarlo el desafío tecnológico estadounidense, moderando las distorsiones del sistema sin
alterar sus bases. Se trataba de un proyecto “neoburocrático” en el que el papel principal le seguía
correspondiendo al partido comunista de la Unión Soviética (PCUS). Otros afirman que los protagonistas de
la perestroika actuaron con la convicción de que la imitación del modelo económico occidental era la única
solución para un sistema que requería más que una simple reforma.
Gorbachov habría accedido al poder con una visión “neoburocratica”, dispuesto a mantener el socialismo,
pero con el paso del tiempo fue tomando conciencia de la necesidad de cambios más profundos, destinados a
introducir una economía de mercado. Sin embargo, el gran problema, la causa de la pérdida del control del
proceso, fue que en su curso se perdieron los precarios apoyos que sostenían a los reformadores; mientras
que para la minoría que quería un proceso rápido, el accionar de Gorbachov, lleno de contradicciones y
marcha atrás, era más bien una traba que un impulso real.
Refuerza esta interpretación la revisión de las medidas de política económica adoptadas por los equipos
encabezados por Gorbachov, que muestran la intención inicial de producir cambios dentro del sistema, sin
modificar los postulados de una economía cuya base era la planificación centralizada. Ante el deterioro de la
situación, el intento de Gorbachov de producir un cambio acelerado hacia una economía de mercado (el plan
de los 500 días) tuvo como consecuencia una reacción política de los sectores de un status quo solo
levemente reformado, a actuar para paralizar el proceso. Su “éxito” llevo a la situación económica a una
crisis profunda; la unión soviética se quedó sin plan y sin mercado; el PBI cayo del 9% entre 1989 y 1991,
prólogo del desastre que se verifico en los años siguientes.
Manual Cap. N°15 “La Economía entre dos siglos”
La transición entre los siglo XX y XXI estuvo marcada por dos cuestiones: Los impactos de todo orden
producidos por las transformaciones tecnológicas de la “Tercera Revolución Industrial”, entre ellos la
“globalización”, y el escenario creado tras el hundimiento de la experiencia socialista que se desarrolló en la
Unión Soviética, que abrió el camino al triunfo del capitalismo en su versión ultra liberal.
En este periodo el crecimiento económico fue acompañado de sucesivas crisis financieras de nuevo tipo,
con consecuencias para buena parte de los países del planeta; además, los beneficios de la nueva realidad no
parecen distribuirse equitativamente entre las distintas regiones, ni tampoco entre los diferentes sectores
sociales en el interior de cada país. Los problemas del medio ambiente comenzaron a adquirir dimensiones
cada vez más preocupantes.
15.1. Las trasformaciones tecnológicas:
Desde el punto de vista económico, la última década del siglo 20 se caracterizó por la aparición de unas
transformaciones tecnológicas que modificaron de manera notable los procesos productivos, justificando la
denominación de la "tercera revolución industrial" o "segunda ruptura industrial".
La recomposición del sistema técnico verificada tras la crisis de los años 70 fue el resultado de la
convergencia entre las oportunidades generadas por un conjunto de nuevas tecnologías (electrónica,
biotecnología, los "nuevos materiales") y una demanda social cada vez más exigente. Esta última se planteó
en términos de una diversificación del consumo, de la exigencia de productos menos uniformes, de calidad
garantizada; se trataba de la reconfiguración de la sociedad de consumo. Frente a esto, se produjo una
aceleración del cambio tecnológico, que se manifestó de manera particular en terrenos como los materiales
industriales y las "tecnologías de la información".
En la cuestión de los materiales se trató, por una parte, del desarrollo que experimentaron los plásticos
(impulsados por los shocks petroleros, que aumentaron los precios de los materiales tradicionales), las
cerámicas y los "materiales compuestos" (fibra de vidrio, resinas), y, por otra parte, de las modificaciones
que se produjeron en la tecnología de materiales tradicionales como los metales, papel, etc., destinadas a
elevar la productividad de los recursos naturales. El objetivo final de todo el proceso era minimizar los
insumos materiales requeridos por unidad de producto. Esta "guerra de los materiales" tuvo como resultado
el crecimiento ininterrumpido del número de materiales de alto rendimiento desde la década de 1980,
acompañado del acortamiento del ciclo de vida de los mismos, lo que provocó una competencia mucho más
intensa que la que se libraba entre los materiales de uso masivo. Por ejemplo, los plásticos especiales han
tenido un considerable papel en el terreno médico y farmacológico, así como también en el de la electrónica.
Por su parte, desde la década de 1970, la historia de las tecnologías de la información (microelectrónica,
informática, telecomunicaciones) constituye una clara demostración del desarrollo de un proceso de
convergencia tecnológica que condujo a la formación de un sistema de redes integradas en escala mundial.
El empalme de un conjunto de tecnologías dispersos alrededor de una técnica dominante fue el hecho
catalizador. Lo que la locomotora a vapor y los rieles de hierro representaron para el ferrocarril, y la alta
tensión en corriente alterna para electricidad, en el caso de las tecnologías de la información lo ha sido la
digitalización asociada a la invención y el desarrollo de los semiconductores, conduciendo desde el transistor
al microprocesador.
Tecnologías de base (la de componentes electrónicos, la vinculada con las transmisiones y la de la
digitalización) se combinaron en una dinámica interactiva hasta acelerar y hacer posible la fusión de un
sistema de tratamiento de la información (la informática) y un sistema de comunicación vocal (el teléfono),
dando por resultado el surgimiento de un sistema mediático de imágenes y sonidos.
Lo que caracteriza a esta revolución es la aplicación central del conocimiento y la información aparatos de
generación de conocimiento y procesamiento de la información/comunicación en un círculo de
retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos.
La tendencia dominante de la tecnología de los macrosistemas en todos los niveles se orienta hacia la
búsqueda de la "gestión en tiempo real" de conjuntos cada vez más complejos. Esta búsqueda se aplica a la
comunicación, la transmisión, al tratamiento de datos, y a la ejecución de las decisiones adoptadas en
función de su tratamiento. El impacto tecnológico se manifiesta también en la disminución de los costos.
Uno de los rasgos más significativos de esta revolución tecnológica es su velocidad de difusión. Las nuevas
tecnologías vinculadas con la información se han extendido por todo el mundo enorme velocidad. Se puede
afirmar que en los comienzos del tercer milenio todos los territorios del planeta están conectados por el
nuevo sistema tecnológico.
● Biotecnología: Tiene un potencial revolucionario, ya que genera la posibilidad de manipular la
información genética para crear organismos "nuevos" y colocar las fuerzas que guían el metabolismo de la
vida al servicio de la producción de riquezas. En la década de 1960 se produjo el descubrimiento de los
procedimientos de la clonación, a fines de la siguiente se patento un ratón manipulado genéticamente. Como
consecuencia de este descubrimiento en octubre de 1990 el gobierno de los EEUU puso en marcha el
Proyecto Genoma Humano, un consorcio científico público cuyo objetivo era llegar a establecer el “mapa”
del genoma humano, el desciframiento de los códigos químicos del ADN que componen los genes humanos
contenidos en los cromosomas de la célula. 10 años más tarde, el presidente Bill Clinton anuncio que el
genoma humano había sido secuenciado por completo, lo que constituyó un acontecimiento de enormes
implicaciones en el ámbito económico, ya que las posibilidades de la ingeniería genética se extienden a
sectores que van desde la medicina a la producción de alimentos y desde la industria química a la
farmacopea.
● Tecnologías de gestión: Aplicación de los sistemas informáticos al diseño y control de los procesos.
● Sistema integrado de administración, producción y comercialización: Automatización y solución de
numerosos problemas emergentes del trabajo de oficina, y calidad en la operación coordinada de los stocks y
de la producción con el objetivo de reducir los inventarios.
El avance tecnológico permitió pasar del esquema tradicional de grandes plantas y producción e informe a
un sistema flexible de fabricación de unidades adaptables a una creciente diferenciación de los productos,
cuyo valor reside en la capacidad de satisfacción de un mercado consumidor cuyos deseos son
minuciosamente estudiados, provocados y reemplazados por la racionalidad de las leyes de
comercialización.
Benjamin Coriat describe que se ha producido la transición del "fordismo" al "posfordismo", caracterizada
por el hecho de que la producción se acomodó al cambio constante sin pretender modificarlo. El escenario se
caracteriza ahora por la convergencia de nuevas y variadas formas organizativas, que involucran tanto a las
grandes empresas como las pequeñas y medianas.
● Empresa red: Resumen toda una serie de prácticas (el desarrollo de la gran empresa horizontal, el modelo
de producción basado en la franquicia, las alianzas estratégicas de las grandes empresas, etc.) que
constituyen los elementos fundamentales de las organizaciones en la actualidad. Las redes de producción se
han configurado de dos maneras principales; cadenas de mercancías entradas en el productor (industrias
como las del automóvil, los aviones a las computadoras), y cadenas de mercancías dirigidas al comprador
(industria textil, artículos para el hogar).
La nueva realidad productiva, producto una declinación irreversible de los métodos tradicionales de trabajo
basado en: Un empleo de tiempo completo + tareas bien definidas + un modelo de carrera profesional
desarrollado a lo largo del ciclo vital. Este proceso fue acompañado de una tendencia a la desaparición
progresiva del empleo agrícola, una disminución constante del empleo industrial, y una ampliación de la
demanda de puestos de trabajo en servicios para la producción, la salud y la educación. El resultado es una
flexibilización del mercado de trabajo, que abarca a quienes carecen de calificaciones y a quienes tienen una
formación especial, ya que el proceso tecnológico se ha acelerado de tal manera su ritmo que supera
constantemente la definición de los conocimientos apropiados para disponer de un empleo satisfactorio. El
resultado final depende de los escenarios, en los EEUU por ejemplo, la reestructuración del mercado laboral
tomó la forma de una disminución de los niveles salariales, en la Unión Europea se manifestó a través de
una fuerte presión para flexibilizar las leyes laborales surgidas como consecuencia de la implementación del
estado de bienestar, la que se saldó con algunos éxitos significativos.
Como consecuencia de esta nueva realidad los trabajadores, con dependencia de su calificación, se
convirtieron en individuos aislados contratados en una red flexible, por su futuro es desconocido.
La consecuencia este ciclo de innovación tecnológica ha sido la superación de las principales dificultades
surgidas durante los años 70 y 80. Su motor esencial es la vinculación entre el imaginario técnico de la
satisfacción de las expectativas del consumidor, condicionadas por la publicidad. En esta sociedad, se
responde a los deseos del consumidor pero no se modifica la orientación general del proceso técnico,
sometido a una lógica única; las estrategias de concepción y promoción de los productos, bajo la forma de
una aparente diversidad, encubren la existencia de una marcada uniformidad. Las tecnologías vinculadas con
la satisfacción de la demanda de bienes de consumo asociadas a la vida cotidiana constituyen los extremos
de redes técnicas cada vez más extendidas en el espacio, cada vez más densas, operadas por sistemas
informáticos capaces de transmitir y procesar información en tiempo record. También experimentaron una
profunda transformación como consecuencia de la aplicación de los sistemas orientados a la producción y
gestión. Los aviones, partiendo de la experiencia del Concorde en la década de 1970, se beneficiaron con la
utilización de nuevos materiales, pero, además, la intensificación del tráfico a la regulación cada vez más
cuidadosa del espacio aéreo, para lo cual se hizo uso de las posibilidades brindadas por la informática. En el
ferrocarril se impuso el concepto de alta velocidad.
Nos encontramos, frente a una realidad que apunta un automatismo integral que tiende a eliminar la
intervención humana. De cara al futuro se plantea una disyuntiva: O se extiende el campo de aplicación de
las operaciones automáticas gracias a la Inteligencia artificial o, por el contrario, se rehabilita el papel de los
operadores. También es presentan dos posibilidades para la gestión de las redes: Una centralización e
integración creciente, o la especialización y descentralización.
Manual Cap. N°15 “La economía entre dos siglos” 24/02
15.2. El fenómeno de la globalización:
Los últimos 5 siglos constituyen un largo proceso de formación y expansión de los mercados, de la
industrialización, la urbanización y occidentalización, involucrando naciones, culturas y civilizaciones. Para
muchos estudiosos las transformaciones de la última década del siglo 20 (influenciadas por el fin de la
Guerra Fría) es la culminación de una larga historia de desarrollo del capitalismo que se ha desplegado en un
ámbito especial cada vez más amplio adoptando formas diferentes, que hora se vuelve completamente global
de forma que incluye, recubre, recrean o revoluciona todas las formas de organización social del trabajo,
producción y vida. Mientras que el período de 1870-1914 es considerado una coyuntura de liberalización e
integración de los mercados a nivel planetario, entre 1914 y 1945 se desarrolla una etapa de retroceso en
esos terrenos. Existen posturas que argumentan que las transformaciones enculadas con la tecnología de la
información constituyen un acontecimiento tan importante como la RI inglesa. Caracterizadas así la nueva
realidad implica referirse a un salto cualitativo de profundas dimensiones, la globalización. Elementos que la
componen: Una economía en condiciones de funcionar como una unidad en tiempo real la escala planetaria;
las capitales se movilizan de manera instantánea durante las 24 horas en los mercados financieros, la ciencia
y la tecnología también están organizadas en flujos globales, si bien estos se encuentran concentrados en
algunas regiones y en un número limitado de empresas e instituciones. Incluso del transporte de mercancías
ha experimentado una disminución de costos y una transformación en su composición, al transportarse
fundamentalmente productos manufacturados cada vez más livianos, que ocupan menos espacio. En cuanto
al trabajo, la libertad de movimientos de la fuerza de trabajo se encuentra limitada por las restricciones que
imponen los países ricos a la entrada de mano de obra proveniente de las regiones más pobres. Pero, como
contrapartida, las empresas se desplazan para instalarse allí donde encuentran las condiciones laborales más
favorable, así como también están en condiciones de demanda mano de obra de cualquier parte del mundo
ofreciendo la remuneración adecuada. Otra de las características es que se ha pasado de una concepción de
la producción basada en el ciclo productivo, a otra global, de los mercados. En la primera se introducían
nuevos productos que se vendían en los países desarrollados la que se devenían obsoletos, luego se dirigían
hacia los países atrasados. En la nueva situación, el mismo producto se vende en todo el mundo
simultáneamente, reduciendo los costos y uniformando los gustos de los consumidores.
La verdadera discusión de la globalización es un objeto de debate; algunos especialistas afirman que las
dimensiones del proceso son sobrevaloradas destacando que la mayor parte de la población mundial sigue
excluida (o tiene participación mínima) en la economía global. Asimismo, se argumenta que las
modificaciones en la estructura de la división internacional del trabajo son poco significativas y el rol de los
estados nacionales está muy lejos de haber declinado, constituyéndose en arquitectos y actores de la
economía mundial. Por el contrario, otros especialistas defienden la idea de que las dimensiones y la
irreversibilidad de los cambios están marcando el advenimiento de una nueva realidad económica,
caracterizada por procesos como el de la liberación del capital (tanto productivo como financiero) de las
construcciones territoriales, y por las presiones de la competencia global sobre las economías nacionales.
15.2.1. Las transformaciones financieras:
El "nuevo orden financiero internacional" tuvo su origen en diferentes factores que irrumpieron en la
economía mundial durante la crisis de los años 70. Entre estos: 1) La crisis del sistema monetario
internacional, que dio fin a un período en el que la liquidez monetaria internacional se había administrado
por medio de los saldos negativos de la balanza de pagos de los EEUU, siendo este el único modo de regular
la oferta de dólares circulantes por la economía mundial; 2) La significación cuantitativa de los petrodólares
que condujo a un gran apogeo de los préstamos internacionales; 3) Los crecientes déficits presupuestarios de
los países desarrollados, obligaron a buscar formas de financiación de los mismos que evitarán la emisión
inflacionaria; 4) Las modificaciones verificadas en la estrategia de las corporaciones transnacionales, que se
volcaron de manera creciente hacia el terreno financiero.
Se fue concretando entonces un proceso de internalización financiera favorecida en la década de 1980 por
la restrictiva política monetaria estadounidense, que al subir de manera normal las tasas de interés, puso en
marcha una dinámica en la que la financiación del déficit fiscal gubernamental, ofreciendo alto rendimiento
en emisiones de letras y bonos del tesoro, se convirtieron en una atractiva oportunidad para inversores de
todo el mundo. A su vez, las empresas contaron con muchas facilidades para ampliar sus emisiones de
títulos, a favor de la baja de la presión fiscal y de la extrema liberalización de las prácticas financieras
promovidas por el gobierno. Se genera una situación de euforia en la que aumento de las ganancias de las
empresas en lugar de reinvertir se asentaron la masa de fondo orientados a la búsqueda de beneficios en el
mercado bursátil. En este nuevo escenario, las instituciones financieras no bancarias (sociedades
hipotecarias, compañías de seguros, bancos de inversión, fondos de pensiones) adquirieron un notable
protagonismo, en perjuicio de los bancos comerciales tradicionales.
La importancia del sistema financiero alcanzó tales niveles que en los EEUU durante los años 80 su
aportación al PBI superó a la producción manufacturera. El desarrollo del polo financiero estadounidense
tuvo un fuerte impacto sobre el resto del mundo. En principio, los gobiernos europeos no podían quedarse
sin actuar ante la salida masiva de capitales hacia el territorio norteamericano; la respuesta fue el
endurecimiento de las políticas monetarias, defendiendo sus monedas y estimulando la expansión de sus
mercados financieros nacionales. Las tasas de interés se convirtieron en el instrumento clave de la política
económica en casi todos los países desarrollados y la restricción de la oferta monetaria pasó a ser una
constante en el comportamiento de las autoridades.
La importancia del sector financiero se extendió al conjunto del mundo capitalista, y los recursos
disponibles en busca de colocación rentable se hicieron cuantitativamente enormes. Otro nuevo rasgo de la
realidad es la concentración: En las actividades intervienen numerosos actores pertenecientes a un gran
número de países pero se concentran en unos pocos mercados, y el control mayoritario corresponde un
número reducido de grandes bancos internacionales, corporaciones transnacionales e inversiones
institucionales. En la década de 1990 los países no desarrollados fueron receptores de un aluvión de flujos de
inversión y préstamos, ahora de carácter privado. América Latina, la Cuenca asiática del Pacífico y los
países de Europa del este fueron las zonas preferentes de colocación de esos recursos.
15.2.2. La ideología de la globalización:
Si partimos de que la globalización es un proceso dinámico de creciente libertad e integración mundial de
los mercados de trabajo, bienes servicios tecnología y capitales, no caben dudas de que su trasfondo es el
triunfo actual del pensamiento liberal, impulsado por el derrumbamiento del socialismo con centro en la
Unión Soviética, que durante más de 70 años se presentó como una alternativa al capitalismo. La
significación del éxito norteamericano en la Guerra Fría se ha manifestado en la hegemonía de las
concepciones extremas del liberalismo: Las empresas transnacionales, privilegiadas impulsoras de la
globalización, encuentran apoyo académico en su búsqueda del establecimiento de mercados libres en la
vida económica de las sociedades de todo el mundo. Sin embargo, con la expresión "Mercados Libres" se
entiende mucho más que la libertad de comprar y vender: Lo que se predica y se exige es un sistema de
empresa privada liberado de las regulaciones gubernamentales, sin un control efectivo por parte de los
sindicatos, la traba de escrúpulos sentimentales sobre el destino de los trabajadores, sin la limitación de
barreras aduaneras o restricciones a la inversión. El neoliberalismo, la corriente de pensamiento que
defiende la versión extrema de una economía gobernada a través de los mecanismos de mercado, alcanzado
una vigencia en el ámbito académico y en el de los protagonistas de la política económica que torna muy
difícil desplegar hasta sus últimas instancias una alternativa reformista. La idea de que los mercados y los
organismos financieros internacionales van a castigar cualquier heterodoxia ha logrado limitar el accionar de
quienes desarrollan su política en la oposición cuestionando los mecanismos de la ortodoxia neoliberal.
Una síntesis entusiasta de las bondades de la globalización la brindaba en el año 2000 el entonces
presidente de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Mike Moore: “No conozco otra forma mejor
de sacar al mundo de la pobreza. No va discutirme que en todas partes se vive mejor que hace 20 años. En
todas partes el Per cápita es mucho más alto". La reunión anual de los principales líderes políticos en la
localidad Suiza de Davos se ha convertido en el símbolo de la hegemonía ideológica y política del
neoliberalismo.
Frente a esta visión optimista de la dirección de las transformaciones en curso, de quienes se resisten a
aceptar la validez de ese pensamiento único, denunciando que la realidad de la globalización no es la que
pintan sus interesados apologistas. Por una parte, destacan el hecho de que mientras se insiste en las ventajas
de la apertura de los mercados, la realidad muestra que el acceso a los mercados internacionales por parte de
los países pobres se ve fuertemente limitado por las políticas proteccionistas de los países ricos. El caso de la
constitución de 1995 de la OMC es un ejemplo ilustrativo: Los partidarios de la revolución afirmaban que
sería la plataforma de legal e institucional para una nueva economía mundial, que reportaría el máximo
beneficio al mayor número de posibles de personas; el que todos los países se vieran representados de una
manera igualitaria parecía una garantía para los menos favorecidos. En la práctica, los países pobres se ven
fuerte y continuamente limitadas por las acciones proteccionistas de los países ricos: Por ejemplo, los EEUU
mantuvieron las barreras proteccionistas para los productos de los países en desarrollo, y a su vez practicó
subvenciones masivas destinadas a satisfacer las demandas de los productores nacionales. Estas
subvenciones los impulsan a aumentar su oferta, lo que da a lugar a un descenso de los precios globales de
estos productos, afectando los intereses de los países pobres para quienes se trata de elementos
fundamentales en su comercio exterior. Además, la jurisdicción de la OMC sobre los “derechos de
propiedad relacionados con el comercio” ha conducido a consolidar las ventajas de los EEUU en las
industrias vinculadas con la investigación intensiva. La significación del accionar de la OMC se comprueba
con el hecho de que la primera gran demostración de oposición a la globalización eligió como escenario en
diciembre de 1999 la ciudad de Seattle, donde se estaba realizando una conferencia de la organización.
15.2.3. ¿Globalización = incremento de las desigualdades?:
Quienes se oponen a la globalización guiada por las concepciones neoclásicas y practicada por las
empresas transnacionales argumentan que, lejos de disminuir las desigualdades existentes, la globalización
ha contribuido a ensanchar la brecha existente entre países ricos y pobres. Una manera de tratar la cuestión
es verificar el desfasaje existente en el PBI por habitante entre los países ricos y pobres. Si se recurre a las
estadísticas de Maddison, las posibilidades que estas brindan dependen de la caracterización que se haga de
los distintos países, que en muchos casos está lejos de constituir grupos homogéneos. Otra estadística
importante es la referida a la evolución de la pobreza extrema en el mundo, a partir del número de personas
que viven con ingresos inferiores a $2 diarios. Más allá de que estas estadísticas no especifican en la
distribución del ingreso entre las diferentes clases sociales en el interior de cada país, se pueden realizar
varios comentarios respecto de la evolución de las desigualdades entre las diferentes regiones del planeta.
A lo largo de las últimas dos décadas del siglo 20 (sobre todo en la última) se ha producido una
diferenciación entre los países pobres: mientras China y la India se han embarcado en un proceso de
desarrollo que les ha permitido crecer muy por encima del resto de los países atrasados (e incluso de los
países desarrollados), aunque todavía sus valores del PBI por habitantes se encuentran a nivel muy bajo. Los
países de América Latina, África y Asia (excepto China, India, y los “tigres asiáticos”) han proseguido en la
senda del atraso relativo respecto de las naciones desarrolladas, constituyendo el 42% de la población. Una
de las cuestiones que debe dilucidarse es si ese atraso esta ocasionado por la globalización, o si es el
resultados de la “desconexión” de estas regiones respecto del proceso transformados que se está produciendo
en el mundo. Las dos posiciones pueden apreciarse en un texto reciente, en el que debaten Martin Wolf,
defensor de la globalización, y Susan George, militante en organizaciones que cuestionan la realidad
emergente de los cambios de la globalización. Wolf defiende la idea de que todo el mundo acabara por
integrarse en la economía de mercado, que es una cuestión de tiempo, y que la desigualdad se vincula más
con las políticas erróneas y la corrupción de los gobernantes de los países pobres que con el accionar de las
empresas transnacionales. George afirma que la globalización es responsable de una parte de la miseria en el
mundo y que se podría organizar perfectamente de otra manera la economía y la sociedad si existiese la
voluntad política de hacerlo pero esta voluntad esta sobre todo al servicio de los que más se benefician de la
situación actual.
Las enseñanzas de la realidad actual apuntan en el sentido de que aquellos países en los que se está
produciendo (o se ha concretado en gran medida) la salida del atraso y el achicamiento de la distancia
respecto de los países ricos, lo han hecho en gran medida debido a la existencia de un Estado fuerte, en
condiciones de controlar el rumbo del proceso. La globalización sin control, sujeta al libre accionar del
capital transnacional, genera con alta frecuencia realidades de superexplotación e injusticia que alejan a los
países pobres de toda posibilidad de desarrollo real.
Por su parte, los países ricos poco hacen para modificar el rumbo general del proceso; ni siquiera se
muestran dispuestos a acordar la implementación de tres medidas, que permitirían imaginar un futuro
diferente: 1) Establecimiento de un comercio justo eliminando las trabas que impiden a los países pobres a
colocar su producción en los mercados de los países más ricos; 2) Condonación de la deuda externa de los
países más pobres; 3) Cumplimiento estricto del compromiso relativo a destinar el 0,7% del PBI de los
países desarrollados como ayuda oficial al desarrollo.
Otra discusión se plantea si nos referimos al tema de la distribución del ingreso entre las diferentes clases
sociales en el interior de cada país. El elemento estadístico disponible más conocido para esta cuestión es el
Índice Gini, que mide la desigualdad de ingresos de un país a partir del estudio del porcentaje de la renta
nacional que obtienen los sectores más ricos y los más pobres, se expresa en un coeficiente que va de 0 a 1,
0 siendo la situación en la que todos los habitantes perciben los mismo ingresos, y 1 en la cual los ingresos
se concentran en una sola persona. Los resultados muestran un amplio rango que va desde los países cuyo
índice se encuentra alrededor de 0,25 (Dinamarca, Japón, Suecia, Bélgica, Noruega), hasta aquellos en los
que alcanza y supera un 0,60 (Guatemala, Republica Centro Africana, Sierra Leona, Lesotho, Namibia).
Puede hablarse de una correlación positiva entre países desarrollados e igualdad y países pobres y
desigualdad en la distribución del ingreso, pero con alguna matización importante: Los EEUU presentan una
elevada situación de desigualdad, además creciente. Es el país más rico con el índice Gini más alto.
Desde la perspectiva defensora del actual orden de las cosas, si bien se acepta como indiscutible el
aumento de la brecha entre los países ricos y los más pobres, se lo considera inevitable como consecuencia
del punto de partida hace 20 años. En cuanto a la desigualdad entre los individuos se afirma que la situación
de los pobres en el mundo ha mejorado “enormemente” en términos de expectativas de vida, mortalidad
infantil, alfabetización, disminución del hambre e incidencia del trabajo infantil.
Por otra parte, de las usinas del fundamentalismo liberal ha surgido una argumentación para justificar las
crecientes desigualdades existentes en algunos países, entre los que se destaca los EEUU: Durante los
últimos años, se afirma que el crecimiento económico ha sido más acelerado en países en los cuales el
porcentaje de PBI en manos del sector más rico de la población se ha incrementado (los EEUU, GB,
Canadá) respecto de aquellos donde este proceso no se ha verificado (FR, Japón). Por lo tanto se trata de una
tendencia positiva en la que la desigualdad óptima es la que en cada momento determina mercado. Aplicar
esfuerzos para repartir la torta de manera más igualitaria puede reducir el tamaño de la torta.
La constatación de la persistencia y en algunos casos la profundización de las desigualdades, ha conducido
al surgimiento de un amplio movimiento social extendido por todo el mundo, con diversas manifestaciones.
El acto que desencadenó estos movimientos "antiglobalizadores" fue la acción de protesta masiva realizada
en 1999 en la ciudad de Seattle en ocasión de una reunión plenaria de la OMC. Este acontecimiento se
convirtió en un hito y una señal para que en todo el mundo emergieran movimientos conformados por miles
de militantes que se han manifestado en varias ocasiones acudiendo a los lugares de reunión de organismos
económicos internacionales.
La oposición de la globalización sometida a los dictados del capitalismo transnacional se ha convertido en
un movimiento de enorme repercusión que creo ámbitos alternativos de discusión, como el foro social que se
reúne cada año en el verano austral en la ciudad de Porto Alegre en Brasil. Tratando de hacer realidad el
slogan "otra globalización es posible". Sin embargo, la cría de los distintos grupos no está exenta de
contradicciones, manifestada en la diferente visión que tienen de los métodos de acción y la relación a
establecer con la política convencional.
15.2.4. ¿Globalización frente a Estados nacionales?:
La globalización ha generado una considerable polémica, centrada en el tema de las relaciones entre el
poder tradicional de los estados nacionales y la importancia adquirida por las empresas multinacionales en la
nueva realidad económica. Una de las posiciones sostiene que la creciente significación de las grandes
empresas en la organización y conducción de la economía internacional ha producido una transformación en
la economía global y en los asuntos políticos. Para los que defienden esta postura la globalización de la
producción y el papel central de las multinacionales es la prueba del triunfo de la economía de mercado y de
la racionalidad económica sobre el anacrónico estado nacional y la economía internacional políticamente
fragmentada. La economía global muestra una clara tendencia hacia cada vez más profunda integración; las
economías nacionales no funcionan ya como sistemas autónomos en condiciones de impulsar la creación de
riqueza, dado que las fronteras nacionales se muestran cada vez menos importantes. En resumen: Existe una
sola economía global, que trasciende e integra a las principales regiones del mundo y en ese escenario se
diluye el control normativo de los gobiernos nacionales, que no tienen otra opción que adaptarse a las
fuerzas de la globalización económica, encarnadas en las empresas multinacionales. La idea de que ningún
Estado puede resistir las presiones especulativas de los mercados se sustenta en hechos como la exitosa
operación realizada contra la libra esterlina por parte del grupo financista húngaro George Soros a principios
de los años 90.
También existen quienes argumentan que aunque las dimensiones y características de las operaciones
financieras parecen reforzar la idea de que el capital no tiene patria, la realidad es que toda la actividad
económica y financiera, la producción, el comercio y el consumo se realizan en un lugar específico del
planeta. Hablar del "fin de la geografía" es una exageración, ya que tanto el lugar y el espacio continúan
siendo variables determinantes en la distribución mundial de la riqueza y el poder económico. El destino de
los bienes está determinado por las condiciones económicas o las ventajas competitivas a nivel local y
nacional. También para las multinacionales más importantes y ricas, las ventajas competitivas están en gran
parte radicadas en los sistemas nacionales de innovación productiva, mientras la producción y la venta se
concretan a nivel regional. Las multinacionales no son otra cosa que sociedades nacionales que operan
internacionalmente, en tanto la base nacional constituye un ingrediente vital de su éxito e identidad. En ese
escenario, los gobiernos conservan un considerable poder negociador en su enfrentamiento con las
multinacionales, porque controlan el acceso a una serie de estratégicos recursos económicos nacionales. Las
dimensiones del Estado constituyen un factor de importancia: Si la facturación anual de la General Motors
supera el PBI sumado de 15 países latinoamericanos, esto sin duda encontrarán dificultades en desarrollar
una política independiente, pero de ninguna manera se trata de una realidad inevitable. Las actitudes
adoptadas por algunos gobernantes latinoamericanos en los últimos años muestran que cuando se dispone de
un significativo poder político dentro de las propias fronteras, la posibilidad de desarrollar una política
independiente se incrementa. De cualquier manera, la formación de bloques regionales, más allá de los
problemas que implica su funcionamiento, constituye sin duda la alternativa más esperanzadora para hacer
sentir la voz de quienes individualmente no son actores relevantes en el mundo de las relaciones económicas
internacionales.
15.3. Los sistemas económicos vigentes:
Si en las transformaciones de la economía en las últimas décadas (incluido el hundimiento de la
experiencia socialista) han dado lugar a la convergencia en ciertos aspectos entre las principales economías
nacionales, algunas diferencias fundamentales permanecen intactas. A pesar de que toda economía moderna
se propone impulsar el bienestar de sus ciudadanos, las distintas sociedades varían en el camino a tomar.
Existen 3 principales sistemas económicos: El modelo norteamericano, el japonés y el alemán. Que serán
descriptos a partir de; los objetivos fundamentales de la actividad económica de la nación; el papel
desempeñado por el estado en la economía; la estructura del poder empresarial y las prácticas en los
negocios privados.
15.3.1. El modelo norteamericano:
El capitalismo de los EEUU tiene como objetivo primario la maximización en la creación de la riqueza a
los efectos de beneficiar a los consumidores; a la distribución de la riqueza le otorga una menor importancia.
La economía se aproxima al modelo neoclásico de una economía de mercado en la que los individuos
buscan obtener la mayor utilidad posible con sus ingresos y las empresas aspiran a maximizar sus beneficios.
El énfasis puesto en la creación de riqueza y en el consumismo ha conducido a una relativa de preocupación
respecto del impacto social de las actividades económicas.
Su economía ha sido caracterizada como "capitalismo gerencial": Grandes corporaciones en las que los
propietarios individuales son reemplazados por empresas oligopólicas. El objetivo del bienestar de los
individuos consumidores y las realidades del poder de las corporaciones ha dado como resultado la
existencia en la vida económica de una tensión sin resolver entre los ideales y la realidad. Cuando los
defensores de los consumidores reclaman un mayor accionar gubernamental para su protección, los
economistas reaccionan sosteniendo que es, salvo cuando existen fallas en el funcionamiento de mercado, la
mejor defensa para los consumidores es la competencia.
No existe en las empresas un desarrollo sostenido de responsabilidad social: Asumen mínimas obligaciones
respecto de sus empleados y la comunidad en donde desarrollan su actividad. Una corporación es una
commodity que se vende y se compra como cualquier otra, sin tener en cuenta las repercusiones sociales de
estas transacciones.
El rol del estado: Está acotado no sólo por la influencia de las ideas neoclásicas sino también por la tensión
existente entre el sector público y el privado, lo que dificulta la cooperación, y las mutuas sospechas se
reflejan en el terreno político. Los conservadores (mayoritariamente republicanos) rechazan cualquier
presencia fuerte del estado en la economía, los sectores más progresistas (enrolados en el partido demócrata)
temen que los negocios privados interfieran en los programas gubernamentales para su propio beneficio.
Además, la fragmentada estructura del gobierno y sus numerosos puntos de acceso hacen más fácil la
intromisión de los intereses privados. Debido a esta situación, el Estado se ha visto restringido en su
capacidad de desarrollar una efectiva estrategia económica nacional. La excepción a esto es el área de las
decisiones macroeconómicas. De cualquier manera, las responsabilidades están divididas: El congreso y el
ejecutivo son responsables de la política fiscal, el control sobre la política monetaria reside en la reserva
federal, que cuenta con una amplia autonomía para desarrollar sus funciones. También existe otra área en la
que el estado manifiesta su voluntad intervencionista; la defensa de los intereses de ciertos sectores
afectados por la competencia exterior o involucrada en cuestiones de la defensa nacional, que se considera
importante de proteger. Durante años esta ha sido una única constante de la política estadounidense.
La organización y el control de los negocios se caracterizan por la fragmentación y falta de coordinación de
las políticas implementadas. Sin embargo, existen políticas antitrust y de preservación de la competencia
destinadas a impedir la concentración empresarial. Las empresas norteamericanas están mucho más
limitadas que sus rivales en su disposición a compartir información, tecnología y otros recursos.
El control de las empresas norteamericanas está muy disperso: En muchas grandes empresas los
poseedores de la mayor cantidad de acciones con frecuencia no cuentan con más de 1 o 2% del total.
Además, la industria y las finanzas se encuentran totalmente separadas, lo que genera conflictos, que
redundan en perjuicio de la implementación de políticas nacionales.
15.3.2. El modelo japonés:
En el Japón, la economía está en buena medida subordinada a los objetivos globales de la sociedad; estos
han sido inicialmente los desarrollar una economía autosuficiente, y más tarde de alcanzar a los países
occidentales. El resultado fue la progresiva implementación de una política económica caracterizada como
"neomercantilista", lo que incluye asistencia y protección estatal a sectores industriales específicos con el
objeto de incrementar su competitividad y controlar las "palancas de comando" de la economía.
Cada una de las denominaciones que se han utilizado para caracterizar el sistema económico japonés
(capitalismo tribal, capitalismo colectivista, comunismo competitivo, capitalismo desarrollista, etc.) subraya
algún elemento particular del sistema: El papel fundamental de las corporaciones en la organización de la
economía y la sociedad, la subordinación del individuo frente al grupo, el énfasis en el desarrollo, la
primacía del productor sobre el consumidor, la estrecha colaboración entre el gobierno, las empresas y los
trabajadores.
A pesar del imperativo de la competencia, los japoneses con frecuencia subordinan el objetivo de la
eficiencia económica a la equidad y a la armonía social. Alguno de los aspectos de la economía japonesa que
más impresionan a los observadores y estudiosos extranjeros son los vinculados al deseo de proteger a los
más débiles. Un ejemplo de esto es la abundancia de personal en los grandes almacenes, con el objetivo de
evitar un incremento de la desocupación (y potencial descontento social). Situaciones así explican el bajo
nivel de productividad del sector terciario, y se vinculan también con la resistencia de las inversiones
extranjeras, aunque estás sean más eficientes.
Para alcanzar el objetivo de la rápida industrialización, el Estado japonés impulso el desarrollo de ciertos
rasgos sociales; estructuración de un sistema educativo de alto nivel; puede decirse que a partir de ciertos
elementos culturales tradicionales del Estado japonés creó la sociedad de la actualidad. Las instituciones de
ahorro postal aseguraron un altísimo nivel de ahorro que se redujo el costo del capital y facilitó la inversión
industrial. Asimismo, el Estado jugó un papel importante en el bloqueo de las inversiones extranjeras y a la
importación de mercaderías, algo que recién comenzó a cambiar a mediados de la década de 1990.
La independencia de poder de la burocracia gubernamental, acompañada de su fragmentación, constituye
otro aspecto distintivo del Estado japonés; las mismas conformaron verdadero feudos independientes que
representaban segmentos particulares de la sociedad y en general creían que tenían la responsabilidad de
promover los intereses de su grupo. El resultado fue la existencia de frecuentes conflictos políticos y
jurisdiccionales que a causa de la falta de un equipo de funcionarios capaz y numeroso determinó que
hubiera muchas dificultades para resolverlos. La debilidad de la burocracia gubernamental se convirtió en un
serio obstáculo para enfrentar los crecientes problemas económicos y financieros que afectaron a Japón a
partir de la última década del siglo.
El sistema corporativo de organización industrial presenta fundamentales diferencias con las economías del
occidente las principales son: 1) Existe un mercado de trabajo dual, compuesto por un sector caracterizado
por el empleo de por vida, y otro, mayoritario, integrado por hombres y mujeres empleadas en empresas de
pequeño tamaño, que tienen escasa seguridad en el empleo y no participan de los beneficios del sistema; 2)
La obtención del capital por parte de las corporaciones se realiza sobre todo a partir de bancos con los que
están estrechamente vinculados, lo que asegura un bajo costo de financiación; 3) Las empresas japonesas
consideran que es de su responsabilidad la protección de quién es la apuntalan, incluyendo tanto los
empleados como los subcontratistas.
Las corporaciones japonesas buscan incrementar las ventas y reforzar su poder.
15.3.3. El modelo alemán:
Alemania, cómo Japón, se planteó como objetivos la exportación, el ahorro interno y la inversión antes que
el consumo. El mercado actúa con considerable libertad, y el Estado interfiere bastante menos que en Japón.
Además, el sector privado de la economía (con excepción de las empresas de tamaño medio) es dominado
por alianzas entre las grandes corporaciones y los bancos privados. El sistema económico alemán intenta
equilibrar el accionar del mercado con la intervención en el terreno social; tanto el estado como el sector
privado han contribuido a construir un altamente desarrollado modelo de seguridad social. Alemania
constituye la representación más acabada del estado de bienestar característico de Europa occidental, en el
que el manejo de la economía está basado en la cooperación entre el capital, los representantes del trabajo
organizado y el gobierno. Desde la década de 1980 el estado de bienestar es objeto de cuestionamientos
crecientes; el resultado ha sido la puesta en marcha de la agenda 2010, programa de reformas, que
implementado por un gobierno socialdemócrata, ha producido un recorte de cierta importancia en el sistema
de cobertura social.
El papel del estado en la economía alemana ha sido fundamentalmente indirecto: Las leyes y regulaciones
implementadas después de la SGM facilitarán la rápida acumulación de capital y el crecimiento económico.
En el núcleo de su sistema económico se sitúa el Banco Central, el Bundesbank. A pesar de que la
institución carece de la independencia que tiene la reserva Federal, influencia sobre la sociedad reside en la
creencia de que el Bundesbank es el defensor de la moneda y el más feroz enemigo de la inflación. En
cuanto a las cuestiones macroeconómicas, el papel del Estado ha sido mucho más modesto: Si bien existe
una activa política industrial, durante décadas invirtió sumas considerables en investigación y desarrollo. Su
intervención se limitó además a otorgar subsidios y protección a actividades en crisis como la minería de
carbón y la construcción de barcos; no obstante, como consecuencia de las transformaciones experimentadas
por la producción a nivel mundial, desde principios de los años ‘90 estos sectores fueron privatizados.
La estructura empresarial alemana se caracteriza por la existencia de poderosos organizaciones y alcance
nacional, situación que también se verifica en el ámbito laboral. Elementos particulares de la Industria: 1) El
papel desempeñado por las empresas de tamaño medio, que tienen una enorme capacidad exportadora
centrada en terrenos como los productos químicos y las máquinas-herramienta; 2) La estrecha integración
entre la industria y el sistema financiero.
¿Qué es la globalización? Joachim Hirsch 24-02
Lo relacionado con la globalización en la conciencia de la vida cotidiana representa cosas muy variadas:
Internet, Coca-Cola, televisión vía satélite, IBM, libre comercio, correo electrónico, tratado de libre
comercio, triunfo de la democracia sobre el consumismo, telenovelas de Hollywood, Microsoft, catástrofes
climáticas, la ONU y las intervenciones militares humanitarias relacionadas bajo su nombre.
La globalización de cierta manera hoy en día es un fetiche, la palabra se utiliza con frecuencia sin ser
entendida en detalle, significando muchas veces lo opuesto, pero teniendo algo en común: Describe algo así
como un poder oculto que agita el mundo, que termina toda nuestra vida y que nos domina cada vez más.
Sea como sea, prácticamente no existe en la actualidad un problema social, ninguna catástrofe y ninguna
crisis, que no pudiera ser relacionada con la globalización. Se enlazan con ello tremendas esperanzas en un
mundo unido, seguro, pacífico; hasta se considera la posibilidad de un gobierno democrático mundial.
La red de conceptos ideológicos relacionados con la globalización es bastante amplia: Se habla del mundo
como de una "aldea global", de una “sociedad mundial" o de una "sociedad popular". Sin embargo, la
creencia en la formación de una sociedad mundial, pacífica y humana, es mentira por todas las experiencias
prácticas: Las guerras entre naciones, las guerras civiles, las divisiones sociales tanto dentro de las
sociedades particulares como también a nivel internacional, el racismo, el nacionalismo y el
fundamentalismo, y se despliegan cada vez más movimientos de migración en masa, que frecuentemente se
topan con fronteras herméticamente cerradas.
La globalización se trata de relaciones complejas entre factores técnicos, económicos, políticos e
ideológico-culturales.
¿Qué se entiende por "globalización" y cuáles son sus dimensiones?:
1) En lo técnico se la relaciona con toda implantación de nuevas tecnologías, especialmente de
revoluciones tecnológicas, vinculadas con las modernas posibilidades de elaboración y transferencia de
información, que permiten unir regiones del mundo muy distantes. Este desarrollo sirve de base sobre todo
para la idea de una "aldea global".
2) En lo político se la relaciona con la finalización de la guerra fría y la división del mundo en dos bloques
enemigos derivada de la misma. Tras la caída de La Unión Soviética, se presenta como definitiva la victoria
histórica del modelo democrático liberal. EEUU se ha convertido mundialmente en una potencia militar
dominante sin restricciones. Sobre ello se basa el nuevo papel que desempeña la ONU, de la que se espera
algún día podrá desempeñar la función de un "gobierno mundial" general.
3) En lo ideológico-cultural puede entendérsela como la universalización de determinados modelos de
valor; por ejemplo, el reconocimiento general de los principios liberales democráticos y de los derechos
fundamentales; sin embargo, también pueden entenderse como la generalización del modelo de consumo
capitalista. Este desarrollo se vincula fuertemente con la formación de monopolios de los medios de
comunicación de masas.
4) En lo económico hace referencia a la liberación del tráfico de mercancías, servicios, dinero y capitales; a
la internalización de la producción y también a la posición cada vez más dominante de las empresas
multinacionales.
¿Qué hay de nuevo en la globalización actual y cuáles son sus causas?
El capitalismo es un sistema global desde su origen, en sus comienzos estuvo estrechamente vinculado con
el colonialismo, y desde el siglo 19, el imperialismo pertenece a sus características estructurales decisivas.
La globalización se refiere, en esencia, a un proceso económico.
Desarrollo del capitalismo en el siglo presente: Podría entenderse como una sucesión de crisis
estructurales. Al comienzo del siglo, en los años 30, se desencadena una crisis económica mundial presidida
por una serie de movimientos revolucionarios, relacionados con la revolución de octubre en Rusia. La
solución para esta crisis consistió en implantar un modo de acumulación y regulación que se distinguía
fundamentalmente del anterior. Este nuevo método de acumulación y regulación era el fordismo, que creó
las condiciones para un mejoramiento estructural de la rentabilidad del capital en escala mundial. Esto tuvo
como premisa levantamientos y revueltas sociales y desplazamientos de las fuerzas políticas, sobre todo de
la fracasada revolución socialista en occidente, la exitosa revolución rusa, la SGM y el fascismo. De ahí
proviene la posición dominante en la esfera internacional de EEUU, que hizo posible hacer hegemónico, en
la región occidental del mundo, su modelo social y económico, en conflicto con el socialismo estatal
soviético.
Características del capitalismo fordista: Estrategia de acumulación, descansaba en una producción
taylorista en masa con una fuerte expansión del trabajo asalariado a expensas de la producción tradicional
agrícola y artesanal; también se impuso un modelo de consumo masivo. Con ello, el capital transitó hacia la
ampliación sistemática del mercado interno. Esto significó que el consumo de la clase trabajadora pasaría a
ser parte del proceso de reproducción del capital. Como consecuencia se produjo una extensa y profunda
capitalización de la sociedad en su conjunto atareado que las formas tradicionales de la producción de
subsistencia, por ejemplo, la producción casera, fueron desplazadas por mercancías producidas sobre las
bases capitalistas, y las relaciones sociales se dieron una forma comercial en una medida considerable. La
implementación de este nuevo modo de acumulación estaba vinculado al establecimiento de una forma de
regulación política y social caracterizada por un alto grado de dirección económica, por una expansión de la
política estatal de crecimiento, ingreso y ocupación y por el reconocimiento de los sindicatos y la
institucionalización política de compromisos de clases en el marco de estructuras corporativas. La expansión
paulatina del estado de bienestar representó; un importante mecanismo de integración política de los
asalariados en el marco de la conformación con el "comunismo", y un apoyo determinante para el modelo
fordista de consumo masivo. La integración de la clase trabajadora en el modo de acumulación fordista, la
implantación de nuevas tecnologías de producción y formas de organización del trabajo, así como el nuevo
modo de regulación política, sirvieron por un tiempo para progresos bastante importantes en la producción,
con altas tasas de ganancia y un crecimiento económico relativamente constante. Por primera vez parecía
realizable la unión de un creciente ingreso masivo con una enorme ganancia del capital. El fordismo de las
dos décadas siguientes a la SGM parecía una "edad de oro" del capitalismo. Esta fue la base para una
extensa reforma política relacionada con la posibilidad de moldear democráticamente y "civilizar" al
capitalismo. Todo esto constituyó la base decisiva de la efectividad de los partidos políticos reformistas de
tipo social-demócrata.
El fordismo puede considerarse en conjunto como un sistema global. Al fordismo de las metrópolis les
correspondido uno periférico. La estrategia de sustitución de importaciones, que predominaba durante este
tiempo en la periferia capitalista, se puede valorar como ensayo para crear gradualmente estructuras
económicas y sociales fordistas, semejantes a aquellas de las metrópolis capitalistas desarrolladas.
Entretanto el fordismo quedó organizado bajo una forma estatal nacional. En su centro estaba la expansión
de los mercados internos sobre la base de una amplia intervención estatal y de compromisos de clases
institucionalizadas. Esto hacia posible una regulación estatal nacional relativamente independiente de las
condiciones económico-sociales sobre el tráfico de dinero y, con ello, de las condiciones para los controles
de capital a través de las fronteras. En todo el mundo se coordina este sistema de economía nacional
mediante una red de organizaciones internacionales. Gran importancia las instituciones del sistema Bretton
Woods, el FMI y el Banco Mundial. En la regulación del sistema monetario internacional y en la
coordinación de los sistemas monetarios nacionales. Este sistema fue apoyado y garantizado por EEUU
sobre la base de su absoluta superioridad económica. El dólar estadounidense se convirtió políticamente en
el dinero regulador mundial.
Esta época de oro del capitalismo no duró mucho tiempo. En los años setenta se originó una nueva crisis
económica mundial. El motivo puede entenderse en esencia en el marco de la lógica propia de las
tecnologías tayloristas y los procesos de trabajo existentes. Al no poder elevar a voluntad las ganancias del
capital, se volvió a estancar el proceso de acumulación y crecimiento. Las reservas de productividad que se
encontraban en el proceso de producción taylorista y fordista demostraron ser completamente limitadas. La
forma de regulación del estado de bienestar se orientaba cada vez más hacia un conflicto de intereses por las
ganancias del capital. Así parecía la crisis del fordismo como si fuera una crisis del estado de bienestar.
Parecía como si la base económica del capitalismo del estado de bienestar empezará tambalearse. La
compatibilidad de la ganancia del capital y el bienestar colectivo llegó a su fin. Con esto se desvanecieron
también las bases para los compromisos entre las clases sociales. Este proceso afectó (en parte tardíamente,
pero con mayor fuerza) igualmente a los países de la periferia. Como agravante de la crisis del régimen
fordista internacional se mostró una mayor internalización de la producción y una influencia creciente de los
consorcios multinacionales. También por esto, las bases de las formas de acumulación y regulación con
orientación nacional estatal dirigidas hacia el desarrollo del mercado interno, quedaron cada vez más
enterradas.
Si se tiene presente esta correlación histórica podrá determinarse con mayor precisión lo que significa
globalización: La decisiva estrategia del capital como solución de la crisis del fordismo, es decir, que la
liberalización radical del tránsito de mercancías, servicios, dinero y capital debe ser la condición previa de la
renovada racionalización sistemática del proceso de trabajo en la producción capitalista, y eso está vinculado
con la destrucción del compromiso fordista de clases y de sus bases institucionales. Todo eso significa:
- La implantación de tecnologías y procesos de trabajo que prometen al capital un amplio y renovado
impulso de racionalización, es decir, una revolución tecnológica para la apertura de nuevos mercados y
fuentes de ganancias. Lo cual indica que la imposición de nuevas tecnologías no es de ninguna manera el
origen y la causa sino la finalidad de la globalización.
- El desplazamiento del reparto social del ingreso a favor del capital, la desintegración del estado social y la
destrucción de los compromisos sociales que se basaban en él.
- Que el capital internacional se traslada de un lugar a otro sin considerar las fronteras nacionales para
aprovechar las mejores ubicaciones de producción acosta favorables y en el marco de una combinación de
las redes de empresas de amplia cobertura mundial.
Esas transformaciones en el modo capitalista de regulación y acumulación presuponen una reforma radical
de la estructura social y política. La primera meta de la globalización puede destruir los intereses sociales
institucionalizados y la estructura de compromisos implicados en la forma de regulación fordista.
La globalización no señala una lógica inevitable del capital, sino que es una vasta estrategia política. Esta
estrategia se impuso esencialmente por el capital internacionalizado, en coordinación con los gobiernos
neoliberales que, a consecuencia de la crisis, llegaron al poder. La política económica de liberalización y
desregulación tiene como meta crear las condiciones políticas institucionales adecuadas para una
transformación en la correlación de fuerzas de las clases, tanto nacional como internacional; he aquí la
condición para la organización técnica de la producción capitalista. Esto conduce al cambio estructural y
funcional de los estados que los lleva a una incapacidad total para llevar adelante una regulación social y una
política de bienestar en la forma tradicional. El neoliberalismo dominante desde los años setenta otorga la
legitimación ideológica de esta estrategia capitalista para superar la crisis.
La globalización actual es en esencia un proyecto capitalista en la lucha de las clases. No es un mecanismo
objetivo y menos un desarrollo político cultural propio, sino una estrategia política. Lo que se puede derivar
de la globalización es la vigencia del viejo capitalismo, una sociedad de clases que se basa en la explotación
del trabajo vivo. Al mismo tiempo, sin embargo, se trata de una forma completamente nueva de capitalismo,
con relaciones de clases radicalmente modificadas, con un nuevo significado de política y un papel
completamente distinto del estado. Por eso mismo el capitalismo globalizado está lejos de establecer una
nueva y estable edad de oro que se caracterice por un alce armónico de bienestar social, paz y democracia.
Unidad y fragmentación del mundo:
La idea de que la globalización del capitalismo conduce hacia una sociedad mundial uniforme, armónica y
cooperativa, es falsa. Por un lado, es cierto que la globalización significa unificación económica; pero
significa también una creciente fragmentación económica, social y política. Esto puede comprobarse en
distintos niveles:
1) La pluralización del centro capitalista. La crisis del fordismo también significó el fin de la hegemonía de
EEUU. Bajo la protección garantizada por los EEUU, en el orden mundial de la posguerra, Japón y Europa
occidental pudieron crecer como competidores del mismo nivel. Tras la caída de la Unión soviética, los
EEUU eran la potencia militar dominante, pero ya no contaban con la capacidad económica necesaria para
una posición hegemónica como antaño. El centro capitalista tiene la forma de una "tríada", de pueblos
diversos, entretejidos por una competencia intensificada. El conflicto interior imperialista dominante hasta la
SGM vuelve otra vez a primer plano. Este es un motivo por el cual ha quedado fracturada la tendencia hacia
el libre comercio que se tomó como base de la globalización; hay un creciente proteccionismo regional y
existen guerras económicas al menos latentes. El conflicto entre las metrópolis capitalistas, en vista de la
superioridad técnica armamentista de los EEUU, prácticamente ya no se puede dirimir por medios militares.
Por eso las potencias de la tríada compiten entre sí, especialmente en el terreno económico y político, y
simultáneamente se encuentran juntos bajo la dirección de los EEUU para operaciones militares contra la
periferia, como es el caso de la guerra del Golfo o la intervención en Somalia. Aquí los EEUU adopta
tendencialmente la función de una política rentada, las metrópolis pagan mancomunadamente. Este
desequilibrio de potencia militar y económica conduce a que el imperialismo tome una forma nueva y muy
compleja.
2) Al mismo tiempo se llega a una amplia diferenciación de la periferia capitalista. Ya no se puede hablar
de un tercer mundo. Como consecuencia de la implantación de la política neoliberal y de las rupturas
sociales que generan, se desarrollan condiciones de vida tercermundistas también dentro de las metrópolis
capitalistas. Mientras que el modelo de desarrollo latinoamericano quedó prácticamente derrotado, se
registraron triunfos en los "tigres" del sureste asiático en el sentido de un crecimiento capitalista. La relación
entre el centro y la periferia se transmuta actualmente de manera considerable, se vuelve más compleja y
diferenciada porque quiere nuevos sentidos en términos espaciales y sociales.
3) En conjunto, estas tendencias conducen a crecientes desigualdades internacionales. La visión fordista de
un desarrollo general y regular del mundo capitalista resultó ser irreal. Las diferencias de riqueza son
mayores que nunca y un conjunto de regiones del mundo parecen estar desconectadas del desarrollo
económico y expuestas a caer en la miseria absoluta. De este modo se llega a una intensificación de los
movimientos de migración y huidas, que se topan con fronteras nacionales cada vez más bloqueadas y
herméticas.
4) La esperanza de que la globalización condujera a una desaparición de los estados nacionales ha recibido
una fuerte decepción. Los estados nacionales han cambiado notablemente su función y su significado, pero
siguen determinando, como antes, el orden político mundial. La globalización capitalista significa el mismo
tiempo una renacionalización de la política. Más allá de los estados nacionales nunca ha existido una
instancia política capaz de negociar y legitimar de manera democrática un orden social mundial.
5) Esto ha conducido a que la actual sociedad mundial se caracterice por una creciente cantidad de guerras
y guerra civiles. La creencia de que con la globalización se ha abierto una nueva época de democracia,
bienestar, paz y humanidad, queda refutada por el claro crecimiento del nacionalismo, racismo y
chauvinismo de bienestar.
El nuevo orden mundial parece tener los rasgos de un caos global. Al mismo tiempo la globalización une
cada vez más a los seres humanos. Esto no solamente es cierto porque casi todos quedan afectados por los
desastres ecológicos globales que se están manifestando. Con las transformaciones de los últimos años se
han fortalecido los impulsos hacia la democracia, el bienestar social y los derechos humanos. Tras la
conclusión de la Guerra Fría todos los sistemas capitalistas encuentran ante una más intensificada presión de
legitimación democrática. La globalización del capitalismo de ninguna manera ha enmudecido a los
movimientos democráticos y sociales. En cierto sentido, hasta mayor importancia les ha impreso. El
desarrollo hacia nuevas formas de cooperación internacional, independientes de los aparatos estatales de
dominación, puede incrementar sus oportunidades. Esto quiere decir que la globalización capitalista de
ninguna manera es un proyecto exitoso y completo, sino un desarrollo disputado y conflictivo cuya salida no
está asegurada.
Comentarios finales:
La globalización del capitalismo cambia el mundo profundamente, sin que con esto desaparezcan las
relaciones capitalistas de dominación y explotación. De cierto modo hasta las ha intensificado en diversos
aspectos, incrementando los conflictos derivados de las mismas. La globalización es un proceso impuesto y
reñido políticamente. Los cambios vinculados con la misma, motivan a que las categorías políticas y
económicas fundamentales deban ser reflexionadas de nueva cuenta. Esto es válido tanto para el concepto de
estado como para el de clases, nación o democracia.

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