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La Ley General de Educación, Ley 115 de 1994 en el artículo 76, enfoca al currículo
como un aspecto fundamental que debe contribuir a la formación integral de los
educandos, en la construcción de la identidad cultural nacional, regional y local,
elementos claves para la direccionar el Proyecto Educativo Institucional (PEI).
Según esta misma Ley los establecimientos educativos deben estar direccionados a la
prestación de un servicio educativo de calidad, por esta razón, el Ministerio de
Educación Nacional (MEN) determinó en cada una de las áreas de conocimiento los
lineamientos curriculares que aportaron para la consecución los Estándares Básicos de
Competencias. Posteriormente, en esa misma búsqueda, se continuó el trabajo con
otros referentes de calidad como los Derechos Básicos de Aprendizaje (DBA), las
Orientaciones pedagógicas y las Matrices de Referencia esta última, es una herramienta
aportada por el Instituto Colombiano de Fomento de la educación (ICFES), en la cual se
evidencian los aprendizajes que serán presenta susceptibles a evaluar en el estudiante, y
por último arroja otra luz en la básica primaria, al dar unas Malla de Aprendizaje, en la
cuales se puntualiza más el uso adecuado que se le debe dar a los DBA. Todos estos
instrumentos que conforman la transformación curricular en Colombia, son una
propuesta que al usarlos en la práctica mejoren la calidad educativa en los
establecimientos educativos, siempre, que estén respaldados por el PEI, y el cuerpo
docente se empodere de estas herramientas en su práctica educativa. (MEN, 2019).
De la misma manera, los resultados de unos buenos resultados en esta prueba no solo
son desde el aspecto académicos, también contribuyen en el campo laboral, dado que el
puntaje del Icfes, al graduarse en algunas empresa sirve como indicador para establecer
si se competente en el ámbito laboral determinado. Tal como lo indica Cantón, (2010) la
escuela puede entenderse como una organización en la que se dan una serie de procesos
diseñados para prestar un mejor servicio a la sociedad. Cada proceso conlleva una serie
de actividades cuyo objetivo es ir añadiendo sucesivamente valor a lo largo del proceso,
de forma que se agrande el valor añadido aportado a cada tipo de centros como
destinatarios últimos del proceso puesto en marcha (Cantón, 2010 p. 4). Es un proceso
que se logra conseguir con una investigación que su producción sea la consecución de
un currículo propio del contexto que aporte cambios significativos a la comunidad.
Para iniciar se empezara con una metodología de tipo cualitativo, a través de un paralelo
entre el currículo enseñado y el currículo diseñado con el propósito evaluar el currículo
de la institución, y hacer un plan de mejoramiento a través de la elaboración de un
diseño curricular contextual enmarcado en el entorno rural afro, porque el
establecimiento educativo está en este contexto, y en su mayoría los educandos
formados son familias afrocolombianas, sin perder su esencia cultural, y el apoyo a
estas comunidades negras afrocolombianas que según lo expresa la ley 70 de 1993 es
responsabilidad del estado garantizar a las comunidades el derecho educativo de
acuerdo con sus necesidades y aspiraciones etnoculturales, en los diferentes niveles
educativos y el currículo debe adaptarse a esta disposición (Artículo 32).
“En esta línea de investigación Stenhouse (1984) realizo un estudio del currículum
en el cual pudo dar una lumbre a la forma como se ve el currículo, lo muestra como un
objeto activo, en el que la tarea de los maestros es decisiva, llegando a ser los
mejores investigadores de su práctica docente. Partiendo de esta premisa, es evidente
que el currículo debe estar en constante acción, pero el director estas acciones es el
docente, es quién debe investigar y reflexionar sobre su práctica docente, un papel
relevante para el docente y el estudiante como agentes protagonistas del proceso
enseñanza y aprendizaje, en el que el currículo es una herramienta principal para
posibilitar ese proceso.
Por otra parte Bernstein (1988) define el currículum como algo en que ocupar el
tiempo escolar, y va más allá de unos temas relacionados con el estudiante con las
áreas, implica la preparación para concebir el mundo y poder desempeñarse en el día a
día, que le sirva para que se forme al ser humano como persona, ciudadano, al
desarrollar su capacidad mental, su cuerpo y su sensibilidad. Se entiende que el
currículo no se hace por llenar un espacio o tiempo en las actividades escolares del
estudiante, debe ir mas allá, de solo impartir conocimiento, debe formar el ser, tarea que
empieza en la primera institución pública de todo ser humano, que es la familia para ser
forzada en la escuela.
Desde luego que el currículo no se toma algo rígido que debe ser ejecutado de la misma
manera en todos los contextos del sector educativo, dado que dependiendo de la cultura,
así deberá ser asumido, como una cimentación cultural en dos premisas, primero desde
los aspectos sociales e históricos y segundo desde el aspecto cultural en el que está
inmersa la institución o establecimiento educativo expone Poggi, Margarita (1998:17).
Sin embargo, es pertinente analizar que no existe un diseño currículo forzado, porque
la ley General de Educación en Colombia le confiere la autonomía escolar a cada
establecimiento educativo, explícitamente al referirse a la autonomía curricular
esbozado en el artículo 77, en el que considera de la siguiente manera: “Dentro de los
límites fijados por la presente ley y el proyecto educativo institucional, las instituciones
de educación formal gozan de autonomía para organizar las áreas fundamentales de
conocimiento definidas para cada nivel, introducir asignaturas optativas dentro de las
áreas establecidas en la Ley, adoptar algunas áreas a las necesidades y características
regionales, adoptar métodos de enseñanza y organizar actividades formativas, culturales
y deportivas, dentro de los lineamientos que establezca el Ministerio de Educación
Nacional.”
Por primera vez en Colombia deja de existir un currículo único, obligatorio y uniforme
dictado por el Estado, dado que ya no es el gobierno que controla legalmente los
contenidos y la metodología de la educación, esto quiere decir que se dio un cambio
radical en las relaciones del Estado con la institución educativa y el proceso de
enseñanza aprendizaje, los educadores no tienen que seguir al pie de la letra el currículo
impuesto, los educadores son llamados a tener una conciencia colectiva con el
propósito de organizar el plan de estudios ciñéndose a los parámetros establecidos y no
a las determinaciones de cada gobierno, es de vital importancia entonces hacer una
meditación profunda de cómo aplicar el currículo de manera contextual, y que logre las
competencias propias de cada nivel de aprendizaje, con el objetivo de alcanzar lo
esbozado en el currículo, y que no se quede solo en el texto, pero que genere resultados
positivos en el desempeño de los estudiantes.
Se debe considerar cuales son las finalidades y el derrotero que desea tener la
educación, la importancia de esta acción radica en que estos resultados de la reflexión
y discusión realizados por los docentes y directivos docentes, se hacen con el fin de
actuar de una manera determinada para lograr el propósito educativo esperado, sin dejar
de lado que esta reflexión estaría corta, si no se toman acciones al hacer uso de
estrategias o la realización de un plan de mejoramiento, que posibilite el cambio,
partiendo de la escuela como lugar secundario en el aspecto de discusión del desarrollo
(Escudero, 1995).
Dado lo anterior, desde el ángulo del maestro, la ejecución efectiva del currículo
dependerá en gran medida de la participación que tenga el docente en la realización del
mismo, de los aportes que realice, de que contribuya con sus saberes y experiencias y
de lo dispuesto que este a experimentar otros planteamientos nuevos de trabajo, que
posibiliten la construcción del conocimiento, que de manera constante realice una
reflexión sobre sus prácticas de aula, con relación al currículo que le ha sido dado.
Con el propósito de lograr el diseño curricular por competencia, Tobón (2005), propone
que el diseño curricular por competencia se alcanza con las siguientes acciones
mediáticas y en evaluación permanente, de la siguiente manera:
E l c u rric u lo p o r c o m p e te n c ia d e b e te n e r
Una organizaciòn y planeaciòn
organizaciòn de competencias
macro a alcanzar
Los anteriores elementos propuesto por Tobón, deben ser ejecutados de manera
continua y contextual, para lograr un currículo por competencia que sea integral y
responda a las necesidades del entorno.
Objetivo general
Objetivos específicos
Metodología
Como metodología de investigación para diseñar el currículo se sugiere la investigación
acción-educativa, la cual se efectúa en un proceso permanente. Basándose en las
investigaciones realizadas por Lawrence Stenhouse (1998), en la que expone
enfáticamente rotundamente: “... desarrollo del currículo debería tratarse como
investigación educativa. Es decir que desarrolle un currículo debe ser un investigador...
Debe partir de un problema, no de una solución”. Lo anterior evidencia que será
pertinente hacer uso de la metodología investigación acción alcanzar los objetivos
propuestos en la profundización de un currículo contextual como el planteado
anteriormente.
Referencias bibliográficas
Congreso de la República de Colombia (1994). Ley 115 del 8 de febrero de 1994, por la
cual se expide la Ley general de educación. Recuperado el 04 de noviembre de 2019 de
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=292