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Oscar Mario Grisales Arredondo

Geografía

Espacio y resistencia punk en los 80 y 90


En sí, toda tribu urbana necesita un lugar donde se les reconozca, donde no se pase desapercibido
frente a la sociedad, resistencia frente a un orden que se resignifico a través de la violencia entre las
periferias acopladas a ella, (cuando hablamos de algunas periferias hablamos de las comunas
noroccidental y nororiental) que en aquella época eran sinónimo de pobreza y peligrosidad, dándole
un sentido inferior con el fin de menospreciarlas, una producción simbólica del territorio que hoy en
día se va intentando dejar a un lado. No estoy diciendo que necesariamente no hubieron actores
armados que estuvieron en estos sitios tan complejos y marginados, sino que tales afirmaciones a lo
largo del tiempo producen un efecto entre el rumor y el mito, de manera que se crea una imaginación
simbólica que produce una sociedad ajena al lugar “que permiten vivir el territorio desde un dialogo
urbano de carácter Inter contextual; es decir, desde un lugar intersubjetivo que se agencia a partir
de un contexto histórico compartido de experiencias de vida”1.
En este sentido miramos que el rumor se va convirtiendo en un discurso de verdad asociado a los
conflictos barriales que se viven vistos desde un punto de vista ajeno, donde se crean unos aspectos
despectivos, se reinventan a la ciudad y a ellos mismos “formas que en especial remiten a sentidos
de territorialidad dados más en la producción simbólica del territorio y del otro” 2, formamos un
estereotipo de idealizar al otro valiéndonos de nuestras propias significancias adquiridas por medio
de arquetipos desdeñosos, “todos son ladrones”, hace prever una dicotomía entre lo oído y lo
experimentado como una dramatización constante entre sujeto y su dominio.
A esto estaban condenados los habitantes y de manera muy marcada, gente de un estilo muy marcado
en lo llamativo como son los punkeros, que se fueron moldeando empíricamente, todo este
movimiento se acoplo a las necesidades y problemas que ocurrieron en esa década de los 80, una
“importancia de los procesos dinámicos vinculados a la espacialidad de la vida social y de la
construcción social de geografías humanas específicas”3, en esta Medellín estaban ocurriendo
fenómenos particulares que no podían ser igual de equiparables a lo acontecido con el origen del punk
en Reino Unido y por consiguiente su estilo debía ser resignificado y/o reconstituido a las necesidades
sociales y espaciales. Todos los fenómenos como el surgimiento de grupos armados, y un auge muy
grande del narcotráfico en la ciudad, el cual causó mucha inseguridad y una urbanización e
industrialización que no podemos obviar generó lo que la ciudad fue y lo que es hoy “el resultado de
un paquete integrado de influencias causales”4.
Adaptarse a una continua creación del hombre como lo es la ciudad es muy complicado, sabiendo las
variables aquí contenidas, el hecho de imaginarnos una ciudad siguiendo nuestros profundos deseos
resulta siendo algo utópico ya que esta Medellín nunca fue planteada para un crecimiento tan
exponencial a nivel urbanístico, esto ponía más retos de apropiación a nivel socio-cultural por parte
de los punks de esa época (en este caso los porks) que comienzan juntándose por sus mismos gustos
musicales y una necesidad constante de formar parches y apropiarse espacialmente de espacios para
generar cultura entorno a la música.

1
Óscar Yehiny Larrahondo Ramos, Sentidos de territorialidad en el distrito de Agua Blanca de la ciudad de Cali,
abril, 2009 p.69
2
Ibid. p.64
3
Edward W. Soja, Postmetropolis, estudios críticos de las ciudades y regiones p.52
4
Ibid. p.56
1
La adecuación de la ciudad conforme iban llegando los campesinos y formando periferias, toda un
amoldamiento en Medellín que requería de cierto modo un proceso de destrucción para poder
generar una transformación del lugar a nivel cultural, es decir, que a tal crecimiento exponencial,
resultaba inevitable que no ocurriera un proceso destructivo, bien sea de un desastre natural (Villatina)
o a nivel social o político de diferentes personas y por diferentes intereses que jugaban con la
ciudadanía y que terminaban cobrando muchos muertos. Un proceso de urbanización en la ciudad
siempre se va a denotar la desigualdad y por consiguiente siempre va a haber generadores de
conflictos, como lo menciona Harvey: “Las ciudades han sido siempre lugares de desarrollos
geográficos desiguales […], pero ahora las diferencias proliferan y se intensifican en formas negativas
e incluso patológicas que siembran inevitablemente las semillas del descontento social”5.
“El movimiento punk local es una de las consecuencias que reflejan esta crisis, esta transición
de la industrialización a la tecnificación. Esta convergencia de modos de ver el mundo, que
afectan directamente a los jóvenes, a todos nosotros y en mayor grado a los punks, puesto que
el punk surge en las grietas del sistema capitalista, en sociedades en proceso de cambio, y
esta sociedad nuestra está cambiando”6

La pobreza, los tugurios, la desigualdad económica y social, la mendicidad, las prostitutas, los
punks… son el producto de un sistema que siempre está motivado a generar más excedentes y termina
dejando como lo más preponderante a las dinámicas económicas, más allá de lo social, el crecimiento
espontaneo de las periferias fue obligado por unos huecos del mismo plan de gobierno, por la
necesidad de acumular el capital en un solo sitio y dejar en inequidad y desamparo a la clase obrera.
El mito paisa, el de un personaje trabajador, jornalero, caficultor, todo eso se iba disgregando, todo
ese ideario ya no representaba a los jóvenes, una identidad cultural desvanecida por los cambios
abruptos, la pérdida de valores la cual se iba dispersando con el auge del dinero fácil.
“De la época del predominio minero el paisa heredo el espíritu aventurero, su afición
exagerada por la riqueza y de la época de la colonización cafetera, su sentido de arraigo, de
propiedad y acumulación […]Esos códigos y esas normas son bastante flexibles y no impiden
ser al mismo tiempo rezandero y contrabandista”7

El punk vivió en los jóvenes como un recuerdo constante de su marginalidad, pobreza, violencia,
donde en todo esto buscaban su identidad y a la par se creaba un estigma de la juventud en Medellín
desde una mirada externa, dándole sinónimos como el de delincuente, drogadicto y violento, por unas
practicas violentas de las cuales no todos son protagonistas de la misma, también cabe mencionar la
película Rodrigo D. No futuro, el cual muestra esta cara del sicariato desde los movimientos punk,
dándole el sinónimo de bandolero a los metaleros y punk. La forma de como representar su
cotidianeidad a través de la música como un eje fundamental y por apropiaciones de lugares, los
cuales resultaban algo, un movimiento contracultural al sentido del ser paisa, un desprecio hacia un
tipo de música cotidiana (como el tango, “vallejarto”, bolero, salsa) que no daban de cuenta los
problemas en los que se consumía la ciudad.
En sí, hablar de filosofía en el punk resultaba algo ilógico, porque ya nada mas las ideas de estilo de
vida carente de sentido era suficiente para participar en los encuentros, donde normalmente la
vestimenta que se usaba era necesario que fuera de segunda mano, ya que no se proveía de los recursos
para poder costearse ropa nueva. El sitio mas frecuentado para ir por estos signos de aceptación y

5
David Harvey, La libertad de la ciudad, 2008 p.28
6
Omar Alonso Urán Arenas, Música, cultura y ciudad, El caso de las tendencias musicales devenidas del rock en la ciudad
de Medellín 1994 p.149
7
Alonso Salazar Jaramillo, las bandas juveniles en el valle de Aburrá, En qué momento se jodió Medellín, Editorial Oveja
negra LTDA, 1991. p.93
2
culto era en la plaza minorista, donde podían costearse sus atuendos llenos de significado,
normalmente estas ropas de segunda las modificaban para poder identificarse dentro de cada
“parche”, que se formaban en laderas y barrios de obreros, donde eran conscientes de no valer nada
y eso era lo que les daba un orgullo.
El movimiento punk iba frecuentando calles que dieron lugar a un enclave propio al ir caminando por
partes de la ciudad, desencadenando una serie de espacios, como locales, conciertos, notas o parches.
Se fueron uniendo personas con un mismo gusto musical relevante al punk, con bandas extranjeras
como los Ramones, The Clash, Sid Vicius, entre otras, que fue fomentando esa unión de resistencia.
Estos grupos o “parches” iban obteniendo su propia identidad, un lenguaje propio desde sus propias
precariedades, “La pobreza, la falta de recursos sociales y la experiencia del “innercity” o lo urbano
se convirtieron en referentes obligados que fueron fomentando el desarrollo de un lenguaje simbólico
común” 8.

Imagen captada de un “pogo” en Itagüí, barrio Pilsen, placa polideportiva publica, tomada del libro Música,
cultura y ciudad, El caso de las tendencias musicales devenidas del rock en la ciudad de Medellín 1994

¿Dónde se propiciaban estos encuentros?


“El punk empieza a vivirse desde los barrios populares, desde la [sic] subterraneidad la cual
significaba, además, marginalidad económica y social”. Lo cual demuestra una apropiación singular
donde se utilizan lugares con poca visibilidad y una apropiación espacial hasta altas horas de la noche,
lo cual en aquella época resultaba algo insospechado donde todo espacio abandonado resultaba propicio
para sus encuentros de intercambio musical:
“las zonas nororiental y noroccidental fueron las que mayor concentración tuvieron de estos
sonidos. Los lugares eran las casas, los garajes y las terrazas de algunas de ellas; allí se
concentraban los ensayos y los embrionarios conciertos. Pero no era un fenómeno estático:
había cierta circulación motivada por el intercambio musical”9.

Los intercambios musicales suscitaban una interacción entre las personas de diferentes lugares, los
cuales acordaban espacios de mutua avenencia, todo este enclave musical propició un continuo
movimiento entre diferentes lugares que les dieron relevancia entre tribus urbanas, como lo que es la
avenida la playa, también un sitio que le llamaban la banca, en todo el centro de la ciudad en todo
Coltejer, intercambios musicales, como en la minorista donde “el guanabanero” donde tenía un punto
de intercambio de CD y casetes. También se demuestra movimientos entre los diferentes barrios que
siempre llevaban a complicaciones con las fuerzas públicas, ya sea solo por hacer los llamados
“pogos”, los cuales “fomentaban” el desorden, o también por solo mirar las indumentarias ya los
predefinía como delincuentes. “Las galladas trazaron al interior del cantón noroccidental presencias,

8
Mayra Santos, Geografía en decibeles: Utopías pan caribeñas y el territorio del rap, Revista de Crítica Literaria
Latinoamericana, Año 23, No. 45, 1997 pp. 351-363, p.353
9
Juan Diego Jaramillo, Lukas Jaramillo, Ruido, Inventario de músicas en Medellín, Editorial Casa de las estrategias, 2014,
p.50
3
territorialidades [...] “diálogos inter barriales” con base en el disfrute e intercambio de la música, que
le confirieron unas nuevas connotaciones simbólicas al espacio urbano”10.
Lo que se buscaba para una apropiación de un lugar, era su nivel de clandestinidad, para que no
hubieran impedimentos a la hora del disfrute de una colectividad, ya que como lo había mencionado
antes, siempre habían problemas por la policía y por alto nivel de peligrosidad al uno estar en muy
altas horas dela noche por fuera de casa, lugares cercanos al barrio, sitios periféricos, pequeños
espacios, callejones, mangas, dependía todo de una vivencia colectiva, un lugar que les sirviera para
relacionarse y poder escuchar tranquilos su música. Sus caminatas en comunidad por diferentes sitios,
atraían la mirada y los comentarios, ya que siempre ha habido una religiosidad muy fuerte que causaba
unos discursos prejuiciosos entorno a su vestimenta ruda y su música la cual la gran mayoría de veces
la mantenían en una grabadora para ir escuchando mientras caminaban. Dar un “vuelton” “ir de rose”,
eran (y son) términos muy usados para referirse a su desplazamiento. Cada gallada tenía su camino
ya trazado para recorrer la ciudad, donde lo mas importante era buscar sitios de intercambio musical
“notas” se les llama, se hacían cada ocho días los fines de semana.
El paseo por diferentes lugares entre estos grupos o galladas iban haciendo una construcción espacial
azarosa entre lo que iban observando, una forma imaginativa del lugar entre paso y paso, lo cual hizo
confluir una serie de relaciones en diferentes territorialidades, donde se creaban espacios a favor de
un pequeño libertinaje, resignificaban ese espacio a su antojo generando un sentido muy fuerte a ese
espacio. El termino parche habla de resignificación espacial, donde los mismos punks delimitaban
un lugar importante de intercambio cultural, normalmente ligado a sectores abandonados por la
misma sociedad, sitios de poca importancia o lugares donde se ejercía la prostitución y la mendicidad,
como ocurre con una tribu llamada los pig, que utilizaban un sitio conocido como “la calle del pecado”
en Pedregal.
Espacios de poca regulación en los cuales no tendrían impedimentos a la hora de escuchar música,
hablar y tomar alcohol, crear espacios inimaginables dentro de una ciudad de los cuales “no se puede
predecir a partir de los estímulos materiales ni las percepciones sensoriales, ni tampoco de la forma
en que se representa”11, siempre se va a otorgar otro significado, dependiendo de quien se apropie
de dicho lugar. Lugares pequeños, poco convencionales, casi clandestinos, eso son los que aporta
todo este sentido, no se puede hablar de grandes sitios de socialización punk (parches), simplemente
porque el sentido de toda esta filosofía va de hacerlo todo de forma furtiva. Los lugares cambiaban
dependiendo de las experiencias vividas en los “roses” que cada gallada hacía, eso complicaba el
rastreo de cada sito en los cuales se relacionaban los pequeños grupos para conversar, joder, enterarse
de las novedades, hacer planeación de actividades y escuchar rock. Algunas veces esas actividades
planeadas tenían que ver con “desatinar” conciertos de metaleros. Unos cuantos personajes que se
camuflaban entre los parches, delincuentes, los cuales formaban sus propios parches (los Scorpions
y los Monjes)
“La esquina era un espacio de socialización privilegiado dentro de la cuadra, era un
componente del barrio, un espacio de convivencia, de expresión, de conflictos, un espacio
abierto, más libre […]En esta lógica se empieza a configurar el espacio en la zona
noroccidental de Medellín a partir del punk. Los semens, ocupaban un terreno baldío,
convertido en un tiradero de basura entre los limites del barrio Castilla y Francisco Antonio
Zea”12

10
Carlos Alberto David Bravo, Mala Hierba, El surgimiento del punk en el barrio Castilla, impreso en Medellín, 2016 p.82
11
David, Harvey, El cosmopolitismo y las geografías de la libertad (2009), Madrid, Ediciones Akal, 2017, p.166
12
Ibid. pp.85-86
4
13

13
Carlos Alberto David Bravo, Mala Hierba, Cartografía rockera de la zona noroccidental de los años 80, pp.112-113
5
Se mencionaba de unas bandas delincuenciales, autodefensas barriales de limpieza social, los cuales
eliminaban de forma sistemática ladrones, mendigos y homosexuales y a los punks se les podía
catalogar mediante su código como una “delincuencia demencial”, la idea de no recrear una identidad
catalogada como correcta hace que se vea poco estético estos productos de un proceso social y
urbanístico de la ciudad, los cuales buscar una resignificación espacial entorno a una urbe, retomando
espacios los cuales posiblemente no son bien vistos por el ciudadano que no vivía en las periferias.
“El espacio no solo se constituye en un escenario imprescindible para la acción humana, sino que
su ordenamiento representa e inculca un orden social”14.Estas construcciones de resignificación
abren una nueva idea de un movimiento el cual se buscar generar una unión de parches para formar
un colectivo juvenil autónomo, un orden dentro de la idea del punk que se llamó por un tiempo
movimiento punk Medellín, (MPM), lo cual terminó no gustando, solo por la simple idea de formar
algo grande, y el punk nunca se pensó para eso, pero si resulto en un evento atractivo en la cancha 12
de octubre en 1985 donde se reunieron todos estos colectivos de parches.
Toques, bandas y grabaciones
Cuando se habla de bandas, se menciona del trascender de ser simples parches a crear música, lo cual
mostraba un avance en todo lo referente al punk en los 80. Era muy complicado conseguir algún
espacio en las disqueras porque simplemente no encajaba en una dinámica comercial, por esta razón
se fueron modificando espacios de forma empírica, lo menos profesionales posibles e instrumentos
los más hechizos posibles, todo eso era lo que representaban la escena punk. Una casa en el barrio la
unión en castilla era donde varias personas practicaban y donde se formaron varias bandas, un lugar
icónico y representativo de los comienzos de una escena local, fue también objeto de representación
del movimiento, ya que ahí se hizo una toma de la película Rodrigo D. No Futuro. Solo faltaban
espacios donde estenografiar y compartir la música por medio de los llamados toques “diferencias
que se dan en los espacios heterotópicos no se refieren a la segregación y la separación, sino a las
relaciones potencialmente transformadoras con los demás espacios”15.
“Eso fue en Buenos Aires. El chino me dice, hay un espacio muy chimba [...] Para poder que
nos aceptara el cura el toque, nos fuimos peinaditos, ya sabía que no podíamos hablar de
bandas de rock, ni de punk mucho menos, entonces decíamos que éramos grupos juveniles
(…) y el cura llega y nos presta la iglesia para hacer un concierto, en la iglesia”16

Esta forma de poder expandir sus expresiones culturales hacia sitios de diferente funcionalidad e
índole, provocó que se formaran espacios surgidos a través de una necesidad contrafactual y una
producción de una espacialidad problemática ante un intento de resignificación de aquellos lugares
sagrados, como lo son las iglesias y/o conventos, lo cual significo en ese momento una lucha entre la
fuerza pública y los punks.
“El enfrentamiento más directo se dio contra la policía, que era llamada por la familia, los
vecinos o la iglesia. Todos protestaban por el ruido que producía la música, la actitud de la
gente y la apariencia. La policía como expresión de la represión y de la corrupción, llegaba
a los conciertos y metía a toda la audiencia en un camión. Decomisaba botas, cadenas y
chaquetas, armaba balaceras y destruía equipos que habían sido construidos por los
partícipes del concierto”.17

14
Marta Herrera Ángel, Ordenamiento espacial de los pueblos de indios: dominación y resistencia en la sociedad colonial,
Revista Fronteras, vol. 2, N.º 2, 1998, pp. 93 – 128, p.97
15
David Harvey, El cosmopolitismo y las geografías de la libertad (2009), Madrid, Ediciones Akal, 2017, p.187
16
Jose Juan Posada, Más allá del no Futuro, crónicas en escena, documental, 12 de marzo de 2017, 00:04:00 minutos
17
Andrea Restrepo Restrepo, Una lectura de lo real a través del punk, Punk expresión marginal, 2005, p.36
6
Un concierto recordado como la batalla de las bandas en marzo 11 de 1985, donde hubo una
interacción entre diferentes géneros musicales que terminaban en conflictos entre los punks y los
metaleros, se distinguía mas que todo por una lucha de clases sociales, se resignificaba el punk para
la clase baja y el metal tenia una idea de ser de una clase media-alta, apodos despectivos como
“chatarreros”, todo esto junto con el nombre del concierto “Batalla de las bandas” influía en una
sociedad que se veía muy afectada por la violencia “El concierto se salió de las manos, el público
comenzó a correr, a tirarse de las tribunas, a gritar y a escupir, a lanzar piedras, a empujar sobre
la consola. Una verdadera batalla de bandas”18.También hubo conciertos donde imperaba un
desorden del mismo punk, un libertinaje mediado entre la música y las drogas, era un concierto
benéfico para un personaje influyente en la música punk que tuvo un accidente, en aras de la amistad,
se logró concertar un concierto en un coliseo a las afueras de Copacabana, las mismas dinámicas que
surgen para no ser afectados por las fuerzas publicas ni por los grupos armados de limpieza social.
“El concierto se realizó en un abandonado coliseo, rodeado de gallinazos. Me impresiono la fila de
punketos chupando sacol y alelí […] y fumando marihuana”, todo esto venia de una abstracción de
todo lo medianamente se tenia conocimiento sobre una idea de el “DIY” (Do It Yourselft), hazlo tu
mismo, por eso se demostraba la precariedad de el sonido y la ubicación de los eventos, aparte de
huir de la violencia, también se demostraba una resistencia a aportar a una venta hacia una idea de un
capital. La música como contracultura de los ámbitos comunes en la sociedad “El capitalismo está
motivado por la necesidad de encontrar espacios lucrativos para la absorción de excedentes de
capital”19.
El concierto que tuvo Kraken en 1987 en el Carlos Vieco, donde se formó un conflicto en el que se
tuvo que cancelar el evento, posiblemente por esa idea de comercializar y por las personas que fueron
a ese evento de forma relevante a la clase alta. De alguna manera se iba formando también de forma
más seria, una especialización musical en el bar Marullas, en todo el centro de la ciudad, en el cual
resultaron perdidas para los realizadores del evento ya que no se pudo recaudar el alquiler ni par el
alquiler del espacio. Espacios para grabar punk, solo había uno, donde se menciona a Luis Emilio, el
cual proporcionaba su casa en el barrio Laureles (Santa Gema), un espacio adaptado para ensayos de
música, algo muy precario significativo de la escena punk en Medellín en 1987.Donde pasaron casi
todas las bandas de punk hasta ese momento creadas en la ciudad, un punto de encuentro con las
mismas “condiciones de género, edad, raza, o extracción social que los caracterizaba”20.
Movimientos que fueron originando y reclamando su espacio de forma cultural, como la creación del
centro cultural Castilla en 1991 a raíz de una violencia recrudecida por la guerra narco-política, una
integración musical entre las bandas de metal y punk, y por consiguiente una integración entre los
que se mantenían en el disfrute de estos parches que iban ganando más fuerza y mas valor cultural.
Se consolida un espacio para bandas emergentes de música alternativa como lo es hoy el Carlos
Vieco.
Lo que identifica a un concierto punk es el inconformismo social y político que emana de esa desazón
al no quererse acoplar a una sociedad que te obliga de forma autoritaria y violenta. Se procura una
salida a esta realidad por medio de un movimiento contracultural a través de la música. De alguna
manera lo que se busca con los conciertos es llegar a un acoplamiento de las mismas desaprobaciones
por medio de canciones que se trasmite de forma discursiva los inconformismos adquiridos alrededor
de esta violencia y por eso no importa en que instancias se haga el parche, los toques o las notas, es

18
Omar Urán, Medellín en vivo, la historia del rock (1997), IPC, viceministerio de la juventud, 1997, p.87
19
David Harvey, La libertad de la ciudad, 2008, p.17
20
Mayra Santos, Geografía en decibeles: Utopías pan caribeñas y el territorio del rap, Revista de Crítica Literaria
Latinoamericana, Año 23, No. 45, 1997 pp. 351-363, p.352
7
lo mínimo en lo que se presta atención, lo importante gira entorno a poder gritar una verdad y hacer
consciencia mediante estos alaridos y estridencias primordiales para esta escena, instaurar unas
concepciones de un pensamiento de ciudad, como se muestra la ciudad ante los ojos de miles de
jóvenes que no sienten un futuro prometedor frente a las guerras y muertes que generan los conflictos.
Música y espacialidad
La música tiene un ámbito muy importante por la fuerza que los motiva a luchar en contra de la
sociedad, el sistema y la violencia es a través de sus letras, que contienen todo un desahogo que resulta
discursivo alrededor de un escenario, una especie de lenguaje al que muchos catalogarían de ruido
sin sentido y sin un fin justificable, una lucha de ideales relevantes que tienen que ver con la pobreza
muerte y marginación a la cual trascienden canciones.
Dinero-Pestes
“Caminando por las calles sin saber a donde voy, sin angustias, ni problemas, libre del
sistema soy. El sistema nos da hienas que nos quieren consumir, con promesas, con dinero,
de ambición nos llenaras. ¡Dinero…angustias! ¡dinero…problemas! ¡dinero…sistema!
Nuestro dios es el dinero y sin él el hambre esta, cuanta gente se asesina sin poderlo disfrutar,
lo deseas, lo acaricias y por el la vida das, el sistema lo ha creado y tú lo conservaras”.21

En Medellín se muestra un gran apego a este tipo de canciones, simplemente porque se identifican de
forma muy clara alrededor de la letra que converge con los problemas que se viven muy frecuentes
en la sociedad, y como se transforman en esos relatos del diario vivir en la esencia de ciudad, de
Medellín en la esfera de problemas e intensidades variadas que se manejan, una identidad citadina,
donde la calle es el sinónimo de hogar, parches como una espacialidad referenciada por zonas y banda,
canciones que perduraran como memoria de una época pasada.
Medellín es punk-Dezadaptadoz
“Y aun vamos por ahí retando a la vida, buscando una salida, ignorando tus mentiras,
desafiando tu opinión. Y aun vamos por ahí caminando por las calles, molestando en los bares,
nunca podrás entender mi forma de actuar ni de vestir. En memoria de estos años, en memoria
de todos los que han muerto, en memoria de los olvidados, en memoria de todos nosotros, por
eso hoy vamos a gritar… Medellín es punk. Y se que vas a recordar los conciertos, las peleas,
los bares, los problemas y todas esas canciones que te hacia vibrar y aunque muchos han
cambiado, no olvidaremos nunca, lo que fuimos, lo que somos y seguro que vamos a seguir
igual”22

Los nombres de las bandas también reflejaban ese aspecto contracultural sin ser refinado, solo
mencionando lo que les parecía, lo que actuaban y vivián. Eran nombres contestatarios como I.R.A,
la misma porquería, dezadaptadoz, Antioquia podrida, P-ne, N.N, las pestes, o simplemente haciendo
juegos de palabras que resultaban en verdades que vivía la ciudad. En esta canción de lokekeda se
muestra estas complejas relaciones entre los diferentes espacios a los que asistían, de forma violenta
y como una especie de ritual conectado a unos reflejos de sociedad, en el cual sintetizaban todo su
dolor.
La música como apuesta social que demostraba de una forma integral la imaginación desde el punto
de vista geográfico, con hechos que fueron conflictivos y verídicos en todo el entramado de ciudad y
periferia, los cuales fueron creando tugurios y formando su vida en la ciudad, campesinos que

21
Diego Londoño, Medellín en canciones, el rock como cronista de la ciudad, 2014, editorial géminis Ltda. P.47
22
Ibid. p.45
8
terminan sufriendo las más cruentas acciones insurgentes y la indiferencia de un Estado el cual los
invisibiliza.
Fértil Miseria-Desplazados
“Desplazados por la violencia, desplazados por las sucias guerras, desplazados dejan sus
tierras, desplazados arrastran su miseria ¡No No No! Es la consecuencia de una guerra
absurda, guerra por poderes que te matan y te juzgan, grupos armamentistas solo
consiguieron, muertes y mentes sin deseo. Ahora en este país esto estamos viendo y vemos
como mueren los niños indefensos, grupos guerrilleros y paramilitares, ejercito gobierno y
USA federal ¡no no no! Todos contra todos nos estamos destruyendo, disparos, bombardeos,
con grandes armamentos y el pueblo campesino paga con su vida el precio de esta absurda,
absurda guerra podrida”23

Todo este desplazamiento termina generando los problemas con que vienen los campesinos,
desencadenando cúmulos de pobreza por toda la ciudad, abandonadas en un mar paisajístico de
edificios mas grandes que una montaña, perdidos entre la mendicidad y la penuria, narrar a través de
una historia que afecta el espacio con la sociedad. Una gran cantidad de experiencias vividas por los
mismos cantantes en una época de violencia, muestra como ellos iban creando un imaginario espacial
que se puede rastrear a través de sus letras que son a fin de cuentas relatos de encrucijadas
experimentadas.
IRA-Atentado Terrorista
“Despertamos asustados/ esperando la tragedia/ todos duermen convencidos/ que seremos
hoy sus presas/ terroristas y bandidos/ miles de bombas los esperan/ destruir, destruir,
destruir/ destruir. Atentado terrorista/ solo buscan destruir/ siembren pánico y destruyan/
siembren odio y no huyan/ los escombros solo quedan/ destruir, destruir”24

Violencia y miedo era lo que se vivía, letras que dieron origen a la protesta punk y como estas nos
hacen crear nuestro propio imaginario en el cual interactuaban, manifiestos de postura ante algo que
les tocó vivir, mediante esto demostraban que todo lo que estaban haciendo tenía una razón de ser,
un sentido relevante entre todo lo acontecido aunque sus canciones dijeran lo contrario: “Parido
después de la segunda guerra mundial, en la tercera poguiando y bebiendo, ¿desarrollo humano un
obstáculo o un paso?”25.
La apropiación técnica en las liricas de un lenguaje tendencial de forma poética, donde se muestra
una opinión del Estado, discursos de homogeneidad formados desde las elites que no representan lo
que ocurre en la ciudad, ahí se puede decir que entra toda la dinámica de liricas y eventos de
movimientos musicales propiciando una conciencia armónica y fecunda de interpretaciones de
realidades vividas y relatadas desde la música y por la música.

23
Diego Londoño, Medellín en canciones, p.51
24
Santiago Arango Naranjo, 15 años de canciones contadas, textos periodísticos sobre el circuito musical de Medellín,
2014, p.37
25
Jose Juan Posada, Más allá del no Futuro, crónicas en escena, documental, 12 de marzo de 2017, 00:27:00 minutos
canción BSN (Bastardos Sin Nombre)
9
Conclusión
Se recorre a lo largo del ensayo una serie de simbologías tomados desde una significancia global
desde medios precarios de información, diferentes problemas que se acrecientan y forman una
relevancia importante a la hora de resignificar estas alternancias semióticas, es decir, el modo como
se reinterpreta el punk (u otro genero musical) en las vivencias de cada cultura en particular, cómo
sus vivencias actúan para cambiar el ideario punk, también como se resignifica la palabra tomada de
otro contexto como lo es el británico: “Punk viene a significar “porquería”, “basura”, “algo
despreciable”… y en general cualquier palabra asociada estas y dirigida contra el centro de la
cuestión que se trate, intentando ridiculizarla o menospreciarla sañudamente”26.Estos problemas a
nivel local muestran su interacción a través de sus problemas y su expresión de una tendencia en la
ciudad. Las modas de estos grupos alteran un orden social establecido como los piercings y el cabello
largo, la aceptación de las drogas en los parches muestra la contracultura local que se iba formando.
La depreciación del Estado y su normatividad, ir en contra del sistema actualmente constituido, se
alterna entre la lírica musical y una apropiación de la ciudad, sitios marginales, muy ligeramente
frecuentados, jóvenes que se acogen y forman una subcultura anexa a la vida de prostitutas, indigentes
y drogadictos, sin dejar de un lado los principios y dogmas que profesan, desde este punto atienden a
un mensaje directo y literal, unas estéticas poco asimilables que van más allá de un estilo. Tendencias
musicales variables que relatan conforme a lo relativo de un grupo o sociedad, ciudad o país, que
hablan de particularidades sociales, económicas y políticas que rigen un cambio, donde las canciones
crean relatos, evocan conflictos, producen realidades y espacialidades. Se puede llegar a identificar
que por la gran variedad de músicas y subculturas en la juventud de los 90 (y ahora también)
comprender viéndolo desde un solo punto de vista. “Las distinciones de género han sido cruciales
en la autodefinición de la música y el análisis debe respetar las diferencias al tiempo que cuestiona
su reproducción y resalta su efecto cultural”27(traducción propia).
De cierto modo cada subcultura requiere su propio espacio, los cuales representan o reflejan sus
intenciones o estéticas, apropiaciones de sitios públicos o lugares abandonados, los cuales van
catalogando como: “ahí es donde se mantienen los punkeros”, donde la gente que convive alrededor
también tiene un papel preponderante de aceptación o negación de lo que acontece en esos lugares a
ciertas horas, ya sea por las notas que ellos haces o por la gente que frecuenta esos parches. La ciudad
también se toma como un sitio para conciertos públicos, integraciones e intercambio musical. Las
formas de apropiación espacial de efecto entre las relaciones sociales que ocurren entre los mismos
subgrupos o desde un referente común: “La capacidad de la música para llevar un significado
ideológicamente explícito, aunque permanece abierta a varias interpretaciones como un particular
universal, la ha convertido en una poderosa fuerza política en la figuración de las geografías
nacionales”.28
Un proceso de resistencia social mediante una producción espacial, en oposición a la urbanización y
gentrificación, viene siendo un eje muy importante a la hora de hablar de el punk, reacciones a nivel
cultural provocadas por la violencia y los modelos formales de una sociedad conservadora,
transformaciones que se dieron alrededor de la música como eje fundamental de todo su sentido
cultural, involucrando las vivencias y cotidianidades individuales muy fuertes que terminaban
formando parte como la representación de un colectivo de minorías enfocadas en una formación
social grupal.

26
Jordi Sierra I Fabra, Historia de la música (de la gran crisis al punk rock) Vol.3, Edicomunicacion, 1986, p.105
27
Andrew Leyshon, David Matless, George Revill, The Place of Music: [Introduction], Transactions of the Institute of
British Geographers, New Series, Vol. 20, No. 4 (1995), pp. 423-433, p.425
28
Ibid. p.426
10
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