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INTRODUCCIÓN
La función del sistema inmunitario es la de defendernos constantemente frente a
agresiones procedentes del exterior, así como del propio organismo, con el fin de poder
mantener la integridad biológica de nuestro organismo.
Todos los mecanismos de defensa de los cuales nuestro sistema inmunitario dispone y
pone en marcha para proteger a nuestro organismo se agrupan bajo el término
denominado respuesta inmune.
Hay dos tipos de respuesta inmune, aunque ambas sean distintas, actúan de manera
coordinada e integrada.
● La respuesta inmune innata, esta sería la natural y específica.
● La respuesta inmune adaptativa, la cual es adquirida y inespecífica.
Entre ellas es importante saber las diferencias aunque sean semejantes, para entender
mejor el funcionamiento del sistema inmune.
La principal distinción es que el Sistema Inmune Innato es el responsable de detectar el
peligro de forma bastante eficaz y rápida y de la activar el Sistema Inmune Adaptativo,
además, no solo lo activa sino que “integra” todas las informaciones posibles sobre el
agresor y pone a punto un plan de acción indicando al sistema inmune adaptativo que
“armas” movilizar y el lugar exacto del cuerpo donde deberán desplegadas.
Por otro lado el Sistema Inmune Adaptativo no puede reconocer a las moléculas
peligrosas, debido a que para ello depende del Sistema Innato.
FIG 2A
FIG 2B
RESULTADOS
DISCUSIÓN
La prueba post-hoc corregida de Bonferroni demostró una reducción significativa de la
ingesta de líquidos en animales con EC el día 1 y 2 de recuperación en el grupo de RI de
30 días en comparación con el grupo de RI de 14 días (p = 0,013 día 1; p = 0,017 día 2.
Para examinar si una inmunosupresión condicionada es evocable después de un IR de 14
y 30 días, se aislaron esplenocitos de rata en el día tres de recuperación, estimulados ex
vivo con anti-CD3 seguido de evaluación de la producción de citocinas interferón (IFN)
-γ en sobrenadantes de cultivos celulares. . La nueva presentación de la CS dio como
resultado una supresión significativa de la producción de IFN-γ en esplenocitos
estimulados con anti-CD3 de ratas condicionadas del grupo IR de 14 y 30 días,
respectivamente, en comparación con los controles (CS0) (unidireccional ANOVA; F (2,
23) = 7.61, p <0.01; ANOVA unidireccional; F (2, 25) = 8.09, p <0.01) (Fig. 2A – B).
Sin embargo, si y en qué medida los largos intervalos de retención están afectando la
inmunosupresión condicionada son mucho menos claros. Demostramos a fondo en
estudios previos que aprendimos a evitar el sabor y, en particular, la supresión de las
citocinas específicas de células T esplénicas en regímenes de acondicionamiento
asociados a CsA podría recuperarse después de un corto intervalo de retención de 2 días
(M. Hadamitzky, et al (2016)). Primera evidencia indirecta, que indica que el rastro de
memoria de una CsA asociaron la CTA y la inmunosupresión condicionada duran más
tiempo por Wirth et al. 2011. Los autores demostraron que la inmunosupresión
condicionada podría recordarse sin un refuerzo segunda vez, 6 días después de la
primera recuperación. Por lo tanto, la inmunosupresión aprendida no se limita a un solo
evento de recuperación, sino que se puede recuperar varias veces (T. Wirth, et al
(2011)). Observamos una marcada inmunosupresión aprendida en animales
condicionados de ambos, los grupos RI de 14 y 30 días, y una CTA más pronunciada
después de un RI de 30 días en comparación con 14 días. En conclusión, nuestros datos
demuestran que las respuestas condicionadas a nivel conductual e inmunológico son
recuperables después de intervalos de retención a largo plazo de 14 y 30 días en un
paradigma que emplea CsA como EI. Y sacarina como EC en ratas. Los hallazgos
presentados son fundamentales para futuros análisis sobre el condicionamiento
conductual de la inmunosupresión para dilucidar los posibles mecanismos
neuropsicológicos de las respuestas inmunes aprendidas que forman la base para los
respectivos estudios traslacionales futuros en humanos.