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Definición
Es el fundamento del orden jurídico de un Estado. Es la ley suprema que determina la organización
del Estado, reglamenta el ejercicio del poder y consagra los derechos y garantías que se
consideran fundamentales para el ser humano. La Constitución en sentido formal: son las reglas
relativas a la organización y la actividad del Estado, y el conjunto de normas que consagran los
derechos humanos fundamentales. La Constitución en sentidomaterial : es el documento que debe
ser elaborado y modificado según un procedimiento especial, distinto de aquel que se observa para
la legislación común.
Según Andueza (2007), es la parte del derecho público que estudia la organización superior de los
poderes del Estado y las bases sustanciales de éste, así como sus limitaciones frente a los
particulares y las fuentes de la Constitución". Según el Dr. Andueza (Ob. Cit), el Derecho
Constitucional nos permite:
3. Determinar cómo están creados los órganos superiores del Estado y sus competencias.
5. Determinar hasta dónde puede llegar la acción de la administración pública y los derechos
fundamentales y deberes de cada ciudadano para facilitar la convivencia pacífica a la vez que
armónica de los hombres mediante las relaciones entre el Poder y aquellos que le dieron tales
facultades, basados siempre en las ideas que persigue toda la sociedad: La Justicia y el Derecho.
Origen: En el mundo antiguo en Grecia, particularmente en Atenas y Esparta, surgen los primeros
antecedentes del constitucionalismo moderno, como consecuencia de la distinción entre leyes
fundamentales o constitución y las leyes ordinarias. El derecho constitucional moderno nace, para
García-Pelayo, con la teoría clásica de la ley fundamental, así como la aparición de varios tratados
sobre constituciones estatales, publicados en Francia, Alemania, Inglaterra y Holanda,
principalmente. Pero como hecho histórico que dio origen al moderno estudio del derecho
constitucional, debe señalarse la constitución inglesa del siglo XVIII. De ella partió el barón de
Montesquieu para exponer sus tesis sobre el funcionamiento de una Constitución tendentes a
buscar principios de validez general.
La aparición del derecho constitucional entre las disciplinas jurídicas autónomas, es relativamente
nueva. Al descender Bonaparte de los Alpes sobre el suelo de Italia en 1796, su ejército llevaba
consigo los principios de libertad y de individualismo con que la Revolución Francesa acababa de
sustituir al gobierno absoluto. Para ser enseñados sistemáticamente, esos principios hallaron lugar
propicio en la tierra que había fecundado la tradición jurídica de Roma, y por eso fue que en Italia
se fundaron entonces, antes que en ningún otro país, las primeras cátedras de derecho
constitucional.
La explicación del fenómeno por el que se disoció de la enseñanza metódica la intensa vida
política, estriba acaso en la influencia, superviviente y poderosa, de los grandes teorizantes del
siglo XVIII. En ellos hallaron su inspiración las realizaciones revolucionarias, y más que organizar a
éstas, se trataba de desenvolver las doctrinas de Montesquieu y de Rousseau.
El colapso del régimen monárquico, la necesidad de organizar a la república sobre bases nuevas y
las experiencias inglesa y norteamericana como ejemplos prácticos, todo eso hizo resurgir en
Francia los estudios del derecho constitucional, a partir del último tercio de la centuria pasada.
Finalizaba el siglo (1895) cuando Esmein publicaba la primera edición de sus Elementos de
derecho constitucional francés y comparado.
La América es, quizá, la única parte del mundo, después de la abolición de la esclavitud en los
Estados Unidos, donde el derecho constitucional se ha adoptado en toda su extensión, con todas
sus consecuencias, cargando con el riesgo del abuso con tal de disfrutar de las ventajas, de las
garantías, y del progreso de sus doctrinas. Es necesario que pasen algunos siglos para encontrar
en un pueblo anglosajón el principio del derecho constitucional, perdido con la destrucción de las
Repúblicas griegas, con la decadencia del Imperio romano, y con los horrores y la barbarie de las
conquistas.
Un rey, como muchos de su época, era el azote de su nación. Prohibió la caza, destruyó los
linderos levantados por los propietarios, confiscó sus tierras, quitó la honra a muchas familias e
hizo otras cosas más, que refiere la historia de su tiempo. Este rey era Juan sin Tierra. Los que
sufrían se cansaron, se revistieron de resolución y arrancaron al rey una Constitución que en
sustancia garantizaba hasta donde era posible, su libertad y sus propiedades, la facultad de
disponer de ellas en favor de sus herederos, el privilegio de no ser gravados con servicios
personales ni contribuciones excesivas, ni de estar obligados a ministrar bagajes en tiempo de
guerra sin recibir el precio, a usar todos de las medidas y pesos de Londres para los granos, la
cerveza y el vino, y el libre derecho de ir y venir por tierra y por agua a la capital.
Por lo tanto, la era constitucional comenzó a fines del siglo XVIII al sancionarse la Constitución
Federal de los Estados Unidos de Filadelfia de 1787 y la primera Carta Orgánica Francesa de
1791. Durante el siglo XIX, las constituciones fueron liberales, protegían al individuo frente al poder
del estado absoluto. Después comenzó la era de las constituciones sociales, la primera fue la de
México de 1917 y luego la de Weimar (Alemania), donde se trató de defender al individuo del poder
de la gran empresa económica, por primera vez se reconoció el derecho de la familia y del grupo
obrero.
El nuevo derecho constitucional aparece con el renacimiento de la ciencia política, mediante los
trabajos de Prelot, Gutzevitch, Buegess, Burdeau, Duverger y la institucionalización de las
instituciones políticas. En la edad moderna, el Estado significaba "grupo gobernante". En la edad
contemporánea, Estado es la institución política por excelencia que comprende tanto a
gobernantes como a gobernados. El derecho constitucional es cada vez menos el estudio de la
Constitución para convertirse en el estudio de las instituciones políticas, estén éstas en el texto de
la Constitución o no. Para Prelot, el estado es el poder institucionalizado. Para Duverger las
instituciones políticas son "las estructuras sociales y políticas tal como habiendo sido engendradas
por la tradición, la historia, las costumbres" él mismo define al concepto Constitución como el
"acuerdo de voluntades con el fin de dar una organización racional y coherente del poder político".
Para Xifra Heras es "una organización profundamente arraigada en el grupo social". Para Hauriou
es "todo elemento de la sociedad cuya duración no depende de la voluntad de individuos
determinados". Según Xifra Heras, las características propias de las instituciones son:
Permanencia indefinida: debe tener la intención de durar en el tiempo.
Cultivo de una o varias funciones valiosas. Orden, seguridad, justicia etc.
Entidad impersonal: indiferente a quienes la forman en un determinado momento.
Actuación unificada: debe contar con la voluntad del ente colectivo