MÉXICO Y ARGENTINA EN 2020”. El ente con sede en París deja en el 0,7%, cinco décimas menos, el nuevo pronóstico para el país norteamericano y en el -2% el del país sudamericano. Brasil, estable: su economía se expandirá un 1,7%. La sombra del coronavirus sobre la economía será alargada. El golpe será mucho mayor en China, donde la epidemia ha provocado lo más parecido a una cuarentena colectiva, y en países como Corea del Sur se han disparado. Pero las principales economías de América Latina, que en los últimos tiempos vienen sufriendo una merma en sus previsiones económicas iniciales a medida que van pasando los meses, también sentirán la ralentización global. México, pese a no ser un gran exportador de materias primas y tener una economía mucho más conectada a Estados Unidos que al gigante asiático, crecerá solo un 0,7% en 2020, cinco décimas menos de lo que proyectaba la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Y Argentina, inmersa en una fuerte crisis interna y en plena renegociación de su deuda con el Fondo Monetario y con los grandes bonistas privados, decrecerá un 2%, tres décimas más de lo previsto en noviembre pasado. Brasil, entretanto, se queda como estaba: su economía se expandirá un 1,7%, en línea con lo previsto hasta ahora. De ellas, con todo, solo Brasil está entre las economías latinoamericanas más expuestas al coronavirus, una clasificación que lideran Chile y Perú, por el cobre, y en la que también se encuentra Ecuador. Solo reduce más su proyección para 2020 en China —el país del que es originario el SARS-CoV-2 y donde más fuerte ha sido el golpe, tanto en lo humano como en lo económico—, que crecerá ocho décimas menos hasta el 4,9%, y en una Sudáfrica muy dependiente de la exportación de productos básicos, uno de los principales canales de transmisión económica del brote, que se expandirá solo un 0,6% este año. A continuación vienen México y Australia —una economía muy vinculada a lo que ocurra en Asia-Pacífico y, especialmente, en China—, con un 0,5% a la baja, lo mismo que se espera para el G20 en su conjunto. En el caso de Argentina, la rebaja es igual a la aplicada en Turquía, en Francia o en Canadá. La OCDE proyecta un crecimiento del 1,8% para Brasil, en línea con lo previsto hasta ahora, y del 0,7% para una Argentina que empezará a ver la luz al final del siempre eterno túnel de la recesión, el rescate y la inflación sin freno. México, en cambio, sí ve mermado su crecimiento: pasa del 1,6% al 1,4%, formando parte además del pequeño grupo de países —el Reino Unido posBrexit, con todo lo que eso conlleva; India, que no termina de levantar cabeza; Rusia, muy vinculada al mercado petrolero y de minerales, que no pasa sus mejores días por el coronavirus; y Sudáfrica— que ven mermada su proyección tanto este año como el próximo. Con todo, los economistas del organismo advierten de que un cierto parón de la economía mundial ya se percibía antes de que el coronavirus hiciese acto de presencia. “El comercio global estaba débil, la producción industrial continuó estancándose a finales de 2019 y el aumento del consumo perdió fuerza a pesar de la mejora del mercado de trabajo”, con la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China como un factor “importante” detrás de esta tendencia a la atonía. Para el conjunto del bloque emergente, en el que están enmarcados las tres grandes economías latinoamericanas, la OCDE espera una recuperación “gradual aunque modesta” este año y el próximo, tras haber sufrido en carne propia los efectos de la guerra comercial entre EE UU y China. Sin embargo, para que se produzca un “repunte” será necesario “un impacto positivo de las reformas y del apoyo de la política monetaria en India y en Brasil, políticas bien enfocadas en México y en Turquía para impulsar el crecimiento sostenible y una recuperación gradual de los exportadores de materias primas más expuestos a la ralentización china”.
REFERENCIA:
Fariza, I. (02 de 03 de 2020). EL PAÍS. Obtenido de EL PAÍS: