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ACTIVIDAD MODULO 5 TEORÍAS Y TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN EN

PSICOLOGÍA CLÍNICA Y DE LA SALUD

Presentado por:
Luis Alejandro Rios Ortiz

INTRODUCCIÓN. Siguiendo el esquema y perspectivas que desde el inicio se ha


venido desarrollando en el presente curso, y la concepción holística que se
destaca en la psicología clínica y de la salud, ser biopsicosocial, pienso que las
psicoterapias humanistas no se deben dejar de lado a la hora de hacer
intervenciones en nuestro campo profesional; por consiguiente mi actividad en el
presente módulo la desarrollaré el enfoque centrado en la persona de Carl Roger.
Enmarcada dentro de la llamada “tercera fuerza” de la psicología. Roger, nos
presenta una teoría sobre la persona o la personalidad en todas sus dimensiones.
Teniendo en cuenta el video del módulo 3, en cual se evidencio la entrevista del
Dr, Roger a la señora Gloria queda muy claro la importancia de esta psicoterapia
en las prácticas profesionales de los psicólogos, en el que se aplicaron técnicas de
intervención mediante un proceso psicoterapéutico centrado en la persona. En los
cuales se destacan los siguientes aspectos.
ASPECTOS A DESTACAR EN EL ENFOQUE HUMANISTA CENTRADO EN LA
PERSONA.
En este enfoque, se debe destacar que uno de los principales objetivos de la
terapia humanista, es que las personas que la toman se vuelvan cada vez más
confiadas de sus propias decisiones y al mismo tiempo encuentren mejores
herramientas, para enfrentar los momentos en que se equivoquen o la vida les
traiga retos inesperados. Por ello la motivación, el reto y el trabajo nuestro es
lograr y tener muy claro que:
1. a) El proceso terapéutico está fundamentalmente motivado por el impulso
de la persona hacia el crecimiento, la salud y la adaptación. La psicoterapia
consiste en liberar a la persona de los elementos que obstaculizan su
desarrollo normal.
2. b) Este proceso está más vinculado a la expresión y clarificación de los
sentimientos que a la comprensión intelectual de la experiencia.
3. c) La compresión de las circunstancias del presente inmediato de la
persona es más importante que su pasado.
4. d) La experiencia de la relación terapéutica, y no la conceptualización de
ésta, es el elemento determinante del crecimiento en el proceso
psicoterapéutico.
Sin embargo, la hipótesis central de la propuesta de Rogers, es la de que “el
individuo tiene la capacidad suficiente para manejar en forma constructiva todos
los aspectos de su vida que potencialmente pueden ser reconocidos en la
conciencia”. (Rogers, 1972).

En el Enfoque Centrado en la Persona el individuo debe ser visto siempre desde


su contexto sociocultural e histórico. Por ello, y en contra de algunas opiniones, la
consideración dinámica o constructiva de la tendencia actualizante está en
correspondencia con la existencia de una condición central de tipo relacional o
social: la aceptación de dicho potencial manifestada por la existencia de un
espacio de libertad de crecimiento como una comprensión empática, unas
condiciones favorables al aprendizaje significativo, un espacio para el encuentro y
el intercambio interpersonal libre y creativo.
Se puede decir que este es el planteamiento esencial del enfoque. Rogers asume
que en todo ser humano hay una tendencia innata a la actualización, esto es, al
desarrollo y a la superación constante, si se encuentran presentes las condiciones
adecuadas.
Rogers considera a la persona como un todo –organismo-organizado, dinámico y
abierto, en la que existe un deseo de estabilidad, de coherencia y deseo de unidad
y orden. Este organismo, dice, está constantemente en movimiento hacia niveles
superiores de conciencia y de realización. Para la realización de este desarrollo
dispone de un potencial organísmico como una tendencia a la autorrealización y
autoperfecionamiento. Una tendencia direccional constructiva.
Todo proceso determina un sistema fluido cambiante, en el que la relación de
ayuda va a permitir que el organismo encuentre un clima adecuado para que la
persona sea capaz de percibir su experiencia, ser más ella misma, posibilitándose,
de esta forma, aquel proceso de crecimiento que Rogers ha encontrado
experimentalmente en sus clientes en la relación psicoterapéutica.
Rogers le da verdadera importancia al paciente o cliente, dice la aceptación
incondicional y el respeto que se le tiene a la persona, cobran igual importancia,
se les considera factores que favorecen u obstaculizan la adquisición del enfoque
centrado en la persona. Aceptación y respeto deben estar enraizados en la
personalidad del terapeuta, formar parte esencial de su ser, y ello pasa, antes que
nada, por aceptarse a sí mismos.
Se puede decir, entonces, que el ser humano puede, si se le presentan las
condiciones adecuadas, desarrollarse o actualizarse, ampliar sus capacidades y
ser consciente de lo que experimenta a fin de poder autocontrolarse. “no se puede
manejar eficazmente lo que no se percibe conscientemente”, propone Rogers, de
ahí la necesidad de ampliar el concepto de sí mismo del paciente, su “self”, y de
incluir en él, el todo (o casi todo) lo que vivencia. Pero no se pretende hacerlo
actuando sobre él sino, como dice Kinget, “acompañándolo” en la experiencia,
brindándole las condiciones requeridas y dándole seguridad (Rogers y Kinget,
1971).
ACTITUDES TERAPÉUTICAS
Según Rogers el éxito de la terapia depende fundamentalmente de que se
cumplan ciertas condiciones; considera que estas son necesarias y suficientes
para el cambio terapéutico, y por tanto más importantes que cualquier técnica
concreta.
Entre estos requisitos, que se refieren a actitudes del cliente y del terapeuta,
Rogers destaca los tres que dependen del clínico: la autenticidad, la empatía y la
aceptación incondicional del cliente.
1. Contacto psicológico
Debe existir una relación personal entre el terapeuta y el cliente para que la
terapia pueda funcionar. Además esta relación debe resultar significativa para
ambas partes.
2. Incongruencia del cliente
La terapia sólo tendrá éxito en caso de que exista una incongruencia entre el yo
organísmico del cliente y su autoconcepto. Como hemos explicado previamente, el
concepto de “yo organísmico” se refiere a los procesos fisiológicos y el de
“autoconcepto” al sentido de la identidad consciente.
3. Autenticidad del terapeuta
Que el terapeuta sea auténtico, o congruente, significa que se encuentra en
contacto con sus sentimientos y que los comunica al cliente de forma abierta. Esto
ayuda a crear una relación personal sincera y puede implicar que el terapeuta
haga autorrevelaciones con respecto a su propia vida.
4. Aceptación positiva incondicional
El terapeuta debe aceptar al cliente tal y como es, sin juzgar sus actos o
pensamientos, además de respetarlo e interesarse sinceramente por él. La
aceptación positiva incondicional permite que el cliente perciba sus experiencias
sin la distorsión propia de las relaciones cotidianas, y por tanto que pueda
reinterpretarse a sí mismo sin juicios apriorísticos.
5. Comprensión empática
Para Rogers la empatía implica la capacidad de introducirse en la perspectiva del
cliente y de percibir el mundo desde ésta, así como de experimentar sus
sentimientos. La comprensión por parte del terapeuta facilita que el cliente se
acepte a sí mismo y a sus experiencias.
6. Percepción del cliente
Aunque el terapeuta sienta verdadera empatía por el cliente y lo acepte de forma
incondicional, si éste no lo percibe la relación terapéutica no se desarrollará
adecuadamente; por tanto, el terapeuta debe ser capaz de transmitir al cliente las
actitudes que le ayudarán a cambiar.

DESVENTAJAS
 Este enfoque discute repetidamente que sus esfuerzos no cambian a los
clientes.
 En la terapia centrada en el cliente parece haber sólo una técnica, o más
bien una actitud, empatía, consideración y aceptación positiva
incondicional, así a todo cliente se le trata exactamente de la misma forma.
 No se necesita evaluar a fin de elegir las técnicas más adecuadas para las
características únicas del cliente.
 La fe permanente en que el cliente es quien más sabe.

ILUSTRACIÓN DE UNA TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE

La terapia centrada en el cliente, se centra más en los procesos que en las


técnicas. A continuación se presentan algunas transcripciones en los
estudios de casos amplios realizados por Carl Rogers en el año 1967.
Lo que en seguida se presenta sólo es una idea breve de lo que realmente
sucede en la terapia centrada en el cliente.
Jim: el joven silencioso
Un nombre de 28 años, que había sido hospitalizado como un
“esquizofrénico simple”. Durante los 11 meses previos a la terapia había
mejorado un poco, pero todavía se encontraba distante y silencioso.
En lugar de clasificar al cliente como un “caso perdido”, Rogers continuó
adoptando las actitudes terapéuticas que, creía, originarían el crecimiento al
fin.
Terapeuta: Veo que hay algunos cigarrillos en el cajón, ¿hm? Sí, hace calor,
(silencio de 25 segundos).
Terapeuta: Se ve un poco enojado esta mañana o ¿es mi imaginación? (el
cliente mueve ligeramente la cabeza). No está enojado, ¿verdad? (silencio de
un minuto y 26 segundos).
Terapeuta: ¿Te gustaría decirme qué te pasa? (silencio de 12 minutos 52
segundos).
Terapeuta: Quiero decirte que “si puedo ayudarte en algo, cuentes
conmigo”. “Pero si es algo que tú mejor. . . si prefieres permanecer dentro
de ti, está bien. . . creo que lo que en verdad te estoy diciendo es que “me
interesas”. No estoy sentado aquí como un palo” (silencio de 1 minuto y
once segundos).
Terapeuta: Y creo que tu silencio me dice, que no quieres, o que no puedes
salir en este momento y está bien. No te molestaré, sólo quiero que sepas
que estoy aquí, (silencio de 17 minutos 41 segundos).
[Después de dos comentarios sin respuesta durante el minuto posterior,
Rogers continúa.]
Terapeuta: Quizá esta mañana sólo quieres que me calle. . . y a lo mejor
debiera hacerlo, pero sigo sintiendo como si quisiera. . . estar en contacto
contigo de alguna manera. (silencio de 2 minutos 21 segundos) (el cliente
bosteza)
Terapeuta: Pareces cansado o desanimado. (silencio de 41 segundos)
Cliente: (¡Al fin!) No. Sólo mal.
Terapeuta: Todo está mal, ¿eh? ¿Te sientes mal?. . .
Cliente: No.
Terapeuta: ¿No? (silencio de 20 segundos)
Cliente: No, sólo siento que no soy bueno para nadie, nunca lo fui y nunca lo
seré.
Terapeuta: Así te sientes ahora, ¿eh? Qué no eres bueno para ti mismo, no
eres bueno para nadie. Que no vales absolutamente nada, ¿eh?
Cliente: Sí. Eso fue lo que me dijo el tipo con el que fui a la ciudad el otro día.
Terapeuta: Creo que el significado de eso, si estoy en los cierto, ¿es que
aquí hay alguien que. . . te importó lo que piensa de ti? Te dijo que él piensa
que eres muy malo. Y esto realmente te quitó el piso. [Jim llora en silencio.]
Esto te hace llorar.
Cliente: Pero no me importa.
Terapeuta: Tú dices que no te importa nada, pero de alguna forma creo que
una parte de ti se preocupa porque una parte de ti llora por eso. . .
Cliente: Creo que siempre lo he sabido.
Terapeuta: Si te entiendo bien, lo que te lastima más que todo, es que él te
diga que no eres bueno; que es lo que tú siempre has pensado de ti. Es lo
que quieres decir [Jim asiente moviendo la cabeza]… Así que por lo que él
dice y por lo que quizá sientes, te sientes casi tan malo como el peor de
todos.
[El cliente continúa llorando. Rogers después de reflejar los sentimientos de
tristeza y desesperanza del cliente, por algunos momentos más, termina la
entrevista. Tres días después tiene lugar otra sesión. Después de algunos
comentarios iniciales del terapeuta, el cliente comienza]:
Cliente: Me voy a ir.
Terapeuta: ¿Te vas a ir? ¿Realmente vas a huir de aquí? Ya sé que no te
gusta el lugar, pero debe haber sucedido algo especial ¿o qué?
Cliente: Sólo quiero huir y morir.
Terapeuta: M-m, M-m, M-m. Ni siquiera te quieres ir de aquí para ir a alguna
parte.
Solamente quieres dejar este lugar y morir en un rincón, ¿eh?.. . No lo puedo
evitar pero me pregunto si todavía es cierto que algunas cosas que este
amigo te dijo ¿son aún parte de lo que te hace sentir tan mal?
Cliente: En general, sí.
[Los siguientes 30 minutos fueron utilizados para reflejar los sentimientos
negativos del cliente y en guardar silencio de hasta 13 minutos].
Cliente: Podría irme hoy. ¿A dónde? No sé, pero no me preocupa.
Terapeuta: Siento que te decidiste y te vas a ir. (silencio de 53 segundos).
Cliente: Por eso me quiero ir, porque no me importa lo que suceda.
Terapeuta: M-m, M-m, M-m. Por eso te quieres ir, porque realmente no te
preocupas por ti mismo. Precisamente no te preocupa lo que suceda. Y creo
que me gustaría decir. . . Yo me preocupo por ti. Y me preocupa lo que pase.
Después de un silencio de 30 segundos, el paciente se pone a llorar con
sollozos violentos. Durante los siguientes quince minutos, Rogers (quien
estaba retrasado para otra cita) refleja las emociones intensas que expresó
el cliente.
Según Rogers éste es un momento importante del cambio terapéutico. “Jim
Brown, quien se ve a sí mismo como terco, amargado, maltratado, sin valor,
inútil, sin esperanza y sin posibilidad de ser amado, experimenta mi cuidado
por él. En ese momento su coraza defensiva se rompe y se abre, y nunca
podrá volver a ser la misma”.
Este cliente pudo abandonar el hospital después de varios meses de
tratamiento y 8 años después informó a Rogers que era feliz, tenía empleo y
era independiente.
Aplicaciones del método centrado en el cliente
Como es evidente a partir de este caso ilustrativo, Rogers cree que su
método de tratamiento se puede aplicar con éxito a clientes que muestran
conductas “psicóticas” severas así como a aquellos marcados como
“neuróticos” o con “desórdenes de personalidad”. También vale observar
que, aunque Rogers comenzó su trabajo de tratamiento clínico en contextos
de uno-a-uno, sus ideas y principios han sido recientemente aplicados en
contextos de grupos de varias clases.
Ciertamente, muchos de los conceptos de Rogers tienen aplicaciones en
situaciones no terapéuticas, incluidos la educación de niños, relaciones
conyugales, educación y relaciones interpersonales en general.

CONCLUSIONES
Se ha presentado aquí un nuevo Enfoque Centrado en la Persona, esbozando
algunas de las condiciones necesarias para facilitar el desarrollo integral del
individuo y de las instituciones.
Considero que el Enfoque Centrado en la Persona, reconoce el gran valor de cada
persona, promoviendo que el acompañamiento sea personal, atendiendo y
adecuándose a las necesidades individuales, respetando el tiempo y el proceso de
cada uno.
Esta puede ser una experiencia terapéutica que propicie la responsabilidad y
madurez y que favorezca el desarrollo de potencialidades creativas, estancadas o
maniatadas por los miedos y ansiedades. Permitiendo que sea un verdaderamente
un proceso de ayuda.
Para Rogers, el cambio constructivo de la personalidad en el paciente durante la
psicoterapia depende hipotéticamente de tres actitudes esenciales del terapeuta.,
que son más importantes que las cualidades profesionales, la orientación
terapéutica o las técnicas de entrevista del terapeuta.
Su tesis es que existirán cambios en el paciente si existen en el terapeuta tres
patrones de actitud y en el paciente una condición especial.
El primero; es cuando el psicoterapeuta es él mismo, cuando en la relación con el
paciente él es genuino; se presenta sin “fachada”, o máscara y muestra
abiertamente los sentimientos y las actitudes que en ese momento fluyen en él, a
esto es a lo que Rogers define con el término de “congruencia”.
El segundo punto consiste en que cuando el terapeuta experimenta una actitud
cálida, positiva y aceptante hacia la realidad del paciente, se facilita el cambio.
Esto implica la disposición genuina por parte del terapeuta para que el paciente
manifieste todos sus sentimientos durante la terapia. A esto es lo que denomina
“interés positivo incondicional”.
La tercera condición esencial para el cambio es que el terapeuta experimente una
exacta comprensión empática del mundo interno del paciente; es decir, que sienta
el mundo de significados privados y personales del paciente como si fuera el
propio mundo, pero sin perder jamás la cualidad de “como si”. Esto es, la empatía
esencial para el cambio terapéutico.
Para estas tres condiciones siempre tiene que estar presente la relación dialógica,
así como determinadas condiciones personales y sociales como el respeto al ser
humano, el no ejercer el poder sobre el otro, el compartir el poder dentro un clima
de autenticidad en el que uno puede aprender del otro. Y como ya lo dijimos estas
condiciones nos deben permitir que consigamos lograr el desarrollo favorable de la
persona.

Referencias Bibliográficas
Lafarga, J. (1986). Contexto histórico del enfoque centrado en la persona. En
Desarrollo del potencial humano, (pp. 24-56). México: Trillas
Olivares, R. (2000). Antecedentes históricos del Desarrollo Humano Existencial
Humanista. Texto inédito.
Rogers, C. (1965). La relación terapéutica: Investigación y teoría recientes. En
Desarrollo del potencial humano, (pp.155-169). México: Trillas
Rogers, C. (1972). Psicoterapia centrada en el cliente. Buenos Aires: Paidós.

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