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breve diccionario —versión 3.0— de la Política Mexicana.

De la A a la F, algunos términos de uso


común y sus verdaderos significados.

Alianzas: recurso express para hacerse de un compañero de viaje al que luego —alguna de las
partes— le dará las gracias una vez que concluya la travesía. Reconocimiento explícito de que uno
no puede solo.

“Alianza Contranatura”: forma espontánea de disfrazar un temor y miedo naturales.

Albazo: forma cínica de denunciar que mi contraparte se me adelantó a romper un pacto, una norma
legal o simplemente “me chamaqueó”.

Animal político: lo contrario del político animal.

Aplauso: en política, lenguaje corporal de la envidia. Entre políticos, forma sonora de decirse unos a
otros, “¡te odio, pero disimulo!”.

Bazbazear: acción de declarar que uno está seguro de algo para contradecirse horas o días después,
sobre todo en investigaciones judiciales abiertas.

Blindar: además de cobertura de protección, acción de protección para evadir cualquier acción
latosa como la justicia o el cuestionamiento.

Compradrazgo: institución familiar sobre la que está construida la familia política mexicana.

Cárcel: accidente laboral susceptible de superar mediante una adecuada terapia de rehabilitación
mediática (para más detalles, consulte a René Bejarano).

Corrupción: recurso ilegítimo para alcanzar un fin legítimo, lo cual no sólo justifica al medio, sino
termina purificándolo y haciéndolo imprescindible.

Complot: salida de emergencia más cercana para escapar de la latosa autocrítica.

Cómplice: compañero de lucha.

“Con todo respeto”: anuncio inminente de que un político va a mandar a otro al diablo.

Decálogo: nuevo y excitante recurso retórico para promover monólogos de fondo, y lograr que
todos lo escuchen superficialmente.

Derecho: el más chueco y torcido concepto de nuestra vida pública.

“¡Dénme por muerto!”: forma rebuscada y barroca de advertir a los enemigos: “no se pasen de
vivos conmigo, ¿eh?”. Manera eficaz de dar vida a enconos, envidias, rencores y linchamientos
públicos.

“Estoy convencido”: confesión a voz en cuello de que estoy profundamente equivocado y ay de


aquél que me contradiga.
Espalda: parte del cuerpo del adversario que más excita y atrae a un político cuando lo tiene a
menos de un metro de distancia.

Espaldarazo: manera artificial de mantener de pie a un político que se colapsa o reporta una cuerva
pronunciada a la baja.

Encuesta: nueva arma para desmoralizar adversarios cercanos o dar por concluido un debate
ideológico incómodo. “Dime cuántos puntos traes en la última encuesta y te diré si tengo tiempo de
hablar contigo”.

“En lo oscurito”: forma coloquial de iluminar con gran intensidad un asunto o una conducta
inexplicable a luz del día.

Fiscalía especial: Catarsis judicial. Salida institucional fácil a problemas político-penales difíciles.
Válvula de escape a presiones sociales desbordadas o de alto impacto mediático.

Facultad de atracción: código en clave para ordenar que una investigación judicial se vaya
rápidamente al “archivo muerto”.

Diccionario de la Política Mexicana II

Olvidándonos un poquito —no del todo, aclaro— de las ejecuciones en el centro de


Acapulco, donde nuevamente murió un menor de edad, del rechazo de senadores (43
votos en contra y 42 a favor) para exhortar al gobierno cubano para respetar los
derechos humanos, y de la depuración del famoso Renaut, les presento la segunda y
última parte del Diccionario de la Política Mexicana 3.0.

“Hablar bien de México”: mecanismo sicológico de defensa frente a una realidad


desfavorable que acota los mecanismos de percepción. Consultar:
www.unetealosoptimistas.gob.mx.

Honestidad: forma infalible de identificar a un político tonto o primerizo.

Incompetente: concepto jurídico en forma de lavabo de manos. Fórmula para volverse


un político competente. Estado natural de la burocracia.

Inapelable: expresión elegante para decir que alguien ya no es pelable, que su causa
ya peló chido o “chupó faros”.

Justicia: es el más injusto de los vocablos usados por nuestros políticos.

Legítimo: el autoproclamado lado blanco de lo espurio en el símbolo ying/yang


político.

Lodo: insumo refinado, transparente e insustituible de la propaganda política.

“Me sumo a…”: autoconfesión de un político que está sumido o hundido.

Moral: árbol que da moras, tal cual (Gonzalo N. Santos dixit).

Narco-política: fantasma que recorre la escena política que nadie ha visto pero se
siente. Adjetivo calificativo para descalificar a un adversario.
“No suena lógico”: manera intuitiva de identificar un intenso sonido a metal precioso
en los arreglos políticos que carecen de sentido.

Paulettización: 1) distractor mediático por excelencia de muchos temas, incluyendo


otras muertes escandalosas de niños. 2) Adj. calificativo para denotar enredo judicial
con tintes políticos, provocado por la falta de malicia de los implicados en la
investigación. 3) Enfermedad discapacitante de los políticos para encontrar soluciones
y respuestas aparentemente a la vista, tacto y al olfato de todos.

Política: la más veleidosa, voluble y tentadora amante de los políticos mexicanos.

Presupuesto público: botín supremo por el que se inventaron las campañas


electorales. La cereza de una elección.

Pobreza: rica veta interminable de inspiración de los discursos políticos.

Perversidad: estado natural de la mayoría de los políticos. Sinónimo de


profesionalismo o “experiencia probada” para ciertas instituciones de carácter político.

Reformas: tradición de querer cambiarlo todo, para que todo siga igual. Recurso
propagandístico para dar la impresión de que avanzamos a toda prisa por el camino
correcto.

Revolución: término en desuso desde la teoría de la evolución de Darwin, hace 100


años.

Renuncia: sacrificio transitorio, en espera de una recompensa mayor (cuando es para


ocupar otro cargo). Castigo divino causado por un error terrenal (cuando la renuncia
es irrevocable). Recurso de rehabilitación terapéutica intensiva (cuando es por
motivos de salud).

Responsabilidad: palabra con intenso olor a azufre. Pronunciada más de tres veces
produce náuseas, mareos y desmayos.

Simulación: acto detestable, poco honroso y ojéis que hacen todos los políticos, menos
el que lo declara o señala.

“Son percepciones”: mecanismo para declararse ausente de la realidad circundante.


Ej. Son percepciones que no hemos creado suficientes empleos; la inseguridad es una
percepción.

Testigo protegido: la vía más rápida de pasar del anonimato al reconocimiento y a la


fama, mediante un soplido. Método exprés para ser alguien importante en la vida, sin
dejar de ser el mismo delincuente. En el México mafioso, sinónimo de indefensión,
vida corta o “días contados”.

Traición: combustible de origen fósil que mueve a la política mexicana.

Ultimátum: inicio de una negociación que no tendrá fin ni finalidad.

Voto útil: estado individual de euforia muy coyuntural, que generalmente deviene en
profundos y prolongados estados colectivos de desánimo y desencanto.
Zambadear: poner a bailar a todos los servicios de inteligencia y seguridad del
gobierno al ritmo sinaloense-brasileño de la zambada desatado por la publicación de
una entrevista muy criticada pero sí muy envidiada

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