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Falacias de Atinencia

El tema que se presenta, abarca información precisa sobre lo que son las falacias,
atinencia, tipos de falacias de atinencia y la todo lo relacionado al funcionamiento
de cada una de ellas, así como el contexto en donde se utilizan. Además de
argumentar por qué una falacia es un razonamiento no válido o incorrecto, pero
con apariencia de razonamiento correcto. Entenderemos como las premisas que
se consideran como verdaderas, no tienen una conexión lógica y por ello se
convierten en argumentaciones de tipo falaz. Además de indagar en la historia, los
orígenes de las falacias, y de como se ha desarrollado el estudio de las mimas en
diferentes contextos, pero puntualizando de forma mayoritaria en la lógica que es
el escenario que interesa. y de esa forma comprender y aprender a diferenciar la
argumentación falaz en todos los contextos de forma correcta y ordenada.

Palabras clave:
Lógica, falacias, argumento, razonamiento, conexión lógica, premisas.
Ambigüedad, estructura lógica, retorica, contexto, interacción, dialéctica.

Desarrollo:
Una Falacia es un tipo de argumentación psicológicamente persuasiva, pero que
en su estructura lógica es incorrecta, puede darse a nivel formal o a un nivel no
formal es pues, un razonamiento inválido, que se reviste de una engañosa
apariencia de corrección, o que se acepta falsamente como correcto. Las falacias
no formales son pues errores de razonamiento en los cuales podemos caer por la
falta de atención al tema que se intenta comprender.
La característica común a todos los razonamientos que cometen falacias de
atinencia* es que sus premisas carecen de atinencia lógica con respecto a sus
conclusiones, no pudiendo establecer su verdad.
La circunstancia de carecer de atinencia lógica, presentando en cambio atinencia
psicológica se explica por los distintos modos en que puede ser usado el lenguaje.
a este tipo de argumentos en donde no hay relación de consecuencia y por lo
tanto las premisas no implican la conclusión o la conclusión no se deriva
pertinentemente de las premisas. Siendo argumentos incorrectos e inválidos, las
falacias nos sorprenden y persuaden porque parecen argumentaciones válidas y
correctas.
La idea es comprender este tipo de falacia de atinencia, para ello se debe conocer
los tipos de los cuales se deriva de dicho tipo de falacia. Es necesario entender
que todo el contexto en el cual se desarrollan las falacias de atinencia para no
confundir el propósito de dicha división. Algunos autores concuerdan con las
definición de las falacias de atinencia y con la división que parte de la misma,
brindando ejemplos claros y preciso para entender cada una de esas
subdivisiones. Porque es muy necesario que se comprenda los alcances y los
limites de cada una según el contexto al cual han sido asignas. Las subdivisiones
que se deriva de la falacia de atinencia con las siguientes. En primer lugar
tenemos el Argumento por la misericordia. Esta falacia es cuando se apela a la
piedad para conseguir que se acepte una determinada conclusión. Por ejemplo:
Cuando estás en un puesto de comida y se te olvidó el dinero, le pides a la gente
que te preste dinero causándoles un sentimiento de piedad y lástima hacia ti, para
lograr que te preste dinero. Otro tipo de falacia de atinencia es la denominada
Argumento dirigido contra el hombre.
Este tipo es cuando se comete en vez de rechazar la verdad que se afirma, se
ataca al hombre que hace esta afirmación. Por ejemplo: Un hombre dice que tener
sexo con protección es malo pero el otro hombre le contesta que él solo dice eso
porque en su religión no se permite usar protección. Además, existe otro tipo de
falacia como lo es, Falacia de Ignorancia del Asunto. Se comete cuando un
razonamiento que se supone dirigido a establecer una conclusión particular es
usado para probar una conclusión diferente con tal de atraer atención. Por
ejemplo: Cuando se encuentran en un proceso judicial el fiscal argumenta
extensamente sobre el delito que se le imputa a un reo, calificando al delito como
cruel, alevoso y de lesa humanidad, sin aportar pruebas que incriminan
directamente al reo. Otro tipo de falacia de atinencia es también. La causa falsa.
Esta falacia es cuando se admite una conclusión a partir de una causa que no es
la causa real. Esta falacia está relacionada con las supersticiones y creencias sin
base racional.
Por ejemplo: Como tu cumpleaños cayó en viernes 13, perdiste la final de tu
torneo de fútbol. Aunque has el momento los primeros tipos de falacias de
atinencia parecen interesantes, aún existen otras que impactaran a lo que se
refieren. Por ello están estas otras. Argumento por la ignorancia. Esta falacia es
cuando se sostiene que una proposición es verdadera simplemente sobre la base
de que no se ha demostrado su falsedad, o que es falsa porque no se ha
demostrado su verdad. Esta falacia suele cometerse con mucha frecuencia en
temas relativos a los fenómenos extra sensoriales, donde no hay pruebas claras
en pro o en contra.
Por ejemplo: “Ya que ninguno de mis compañeros puede demostrarme lo
contrario, deben darme la razón y acordar en que existen los unicornios.” Otro tipo
es la siguiente. Argumento al pueblo. Esta falacia es cuando al dirigir un llamado
emocional al pueblo con el fin de ganar su asentimiento para una conclusión que
no está sustentada en pruebas. Esta falacia se utiliza para despertar las pasiones
y el entusiasmo de la multitud. Es un recurso favorito del propagandista, del que
pasa avisos comerciales. Por ejemplo: El discurso de Martin Luther King que
conmovió al pueblo hablando sobre el trabajo y la libertad, haciéndolos luchar por
lo que creían correcto y sus derechos como ciudadanos. Otro tipo es. Argumento a
la autoridad
El argumento de apelación a la autoridad es el sentimiento de respeto que siente
la gente por las personas famosas, para ganar la aceptación a una conclusión.
Por ejemplo: Cuando tienes un desarrollo sobre un tema que viste en clase y tú
concluyes sobre el tema y te acercas a un maestro o a tus papás para que te den
su aceptación y opinión sobre ello. Y por último mencionamos la falacia
Argumento a la fuerza. Es el argumento de apelación a la fuerza, o a la amenaza
de fuerza, para provocar la aceptación de una conclusión. Usualmente sólo se
recurre a ella cuando fracasan las pruebas o argumentos racionales.
Tal vez pensemos que las falacias no tengan nada que ver con nosotros, pero nos
equivocamos: las falacias son muchos más comunes de lo que pensamos. Pero
no hay que darle la importancia debida a dicho termino y máxime en la conexión
logia que pueda existir. La palabra falacia deriva del latín “fallere”, que significa
“engaño” y precisamente eso es lo que es. Yo siempre he definido a las falacias
como “mentiras elaboradas”, ya que estas pueden ser tan sutiles que pasan
desapercibidas; pero, ojo: que el argumento sea falso, no quiere decir que las
premisas o las conclusiones también lo sean, llegar a esta conclusión sería,
igualmente, una falacia.
Llegado a este punto, te preguntarás, ¿esto qué tiene que ver conmigo?, si he
vivido todo este tiempo sin conocerlas, ¿qué importancia tiene conocerlas ahora?,
si piensas de ese modo, permíteme mostrarte en el error en el que te encuentras,
pues podría ser que en este preciso momento seas víctima de ellas. ¿Cómo
puede ser esto posible?, te sorprenderías de lo sencillo que es encontrarlas,
convivimos con ellas a diario, es solo que no te has dado cuenta de ello; solo
necesitas encender la televisión, escuchar atentamente una conversación o
incluso, solo tener plena conciencia de lo que dices, porque muchas veces
utilizamos las falacias sin siquiera conocerlas, inconscientemente.
Estas falacias, brevemente explicadas, no son las únicas que existen, pues hay
muchísimas más, pero explicarlas todas no es el punto de este escrito. Ahora, ¿no
te parece haberlas escuchado anteriormente? Porque yo sí. Una fuente enorme de
falacias podrían ser los recientes discursos políticos, ya que prácticamente
carecen de argumentos, consideran mejor o hasta más entretenido sacarse sus
trapos sucios o hasta insultarse entre sí, antes de ofrecer un discurso “decente”.
Las falacias, al principio, pueden ser algo complicadas de encontrar o captar, pero
con práctica se puede mejorar su comprensión y así poder mejorar nuestra
capacidad analítica y mejorar nuestras respuestas. Aunque sus nombres sean
algo complicado de aprender, pues están en latín, con su comprensión, habrá un
gran paso hacia un mejor entendimiento.

Al hablar de falacias no podemos recurrir a una visión unificada del concepto ya


que han sido muchas las conceptualizaciones a lo largo del tiempo. El tratamiento
estándar es el que define un argumento falaz como el argumento que parece
válido, pero no lo es. Es importante tener en cuenta que no toda maniobra que
eluda o impida la comunicación en una discusión es falaz. Desde el punto de
vista lógico los argumentos son productos textuales a modo de tramas semánticas
compuestas por premisas, una conclusión y un tejido ilativo. Una falacia es
entendida como un fallo relativamente sistemático o un error que habitualmente se
encuentra disimulado por recursos emotivos o retóricos que intentan compensar la
insuficiente capacidad de persuasión racional. Se distingue entre la perspectiva
monológica y la dialógica. Autores como Johnson (1995), Lumer (2000)
e Ikuenobe (2004) conciben las falacias como argumentos incorrectos (desde un
punto de vista lógico), que pueden ser abstraídos de la interacción y analizados en
la discusión argumentativa en relación con las circunstancias en que se dieron.
Por otro lado, La perspectiva dialéctica hace hincapié en la consideración previa
del contexto como necesidad para llevar a cabo la identificación y la clasificación
de las falacias. Desde el punto de vista de la perspectiva retórica cobran
importancia los procesos de argumentación que tienen lugar sobre la base de las
relaciones interpersonales: la interacción comunicativa, las relaciones de inducción
(en el sentido de inducir a alguien a hacer o creer algo) y los ocasionales efectos
disuasorios, suasorios y persuasivos. Se atiende a dos elementos en particular: la
intención del inductor y la reacción del receptor ante dicha inducción; a partir de
cuales cabría distinguir entre un intento falaz (engaño pretendido por el inductor) y
la falacia efectiva (mentira propuesta por el inductor y cumplida con el
consentimiento del receptor engañado). También definen estratagemas y
estrategias falaces como recursos deliberados de introducir condiciones, sesgos o
impedimentos al proceso de interrelación discursiva entre inductor y receptor. La
perspectiva pragmadialéctica define las falacias a partir de las reglas para una
discusión crítica, es decir, las concibe como violaciones de las reglas de una
discusión crítica que pueden tener lugar como un descarrilamiento de las
maniobras estratégicas utilizadas. Propone un modelo normativo con diez
principios que las partes que intervienen en el acto comunicativo deberían seguir
para resolver diferencias de opinión. Walton (1995) propuso una versión
expandida al introducir el cambio de contexto de un diálogo a otro y entender que
una falacia tiene lugar cuando un cambio dialéctico ocurre en tanto tipo de diálogo
con su propio objetivo. Recientemente, Oswald (2015) ha realizado un exhaustivo
análisis pragmático de la manipulación falaz, abordando los diversos mecanismos
que la conforman y haciendo hincapié en la complejidad y multiplicidad de
objetivos simultáneos que conlleva (informativos, conversacionales,
argumentativos, etc.) Jacobs y Jackson (2006), exponentes de la perspectiva
más socializada de la falacia, la conciben como una responsabilidad compartida
donde su potencial se realiza o no en respuesta a esta. Es una especie de
movimiento estratégico (independientemente de que esté planeado o no) realizado
en dos pasos: la ejecución de un movimiento incorrecto y la posterior aceptación
de este descarrilamiento dejándolo pasar o llevándolo más lejos, en lugar de
corregirlo. La perspectiva de las ciencias experimentales presenta la falacia como
una trasgresión del método científico en las relaciones de causalidad, la
formulación de leyes explicativas y los prejuicios erróneos vertidos sobre la
observación o las propias observaciones defectuosas.

 En conclusión, podría darte un consejo, no creas en todo lo que te digan,


infórmate primero y corrobora dicha información, no dejes que te metan “gato
por liebre”, como dicen por ahí, y, sobre todo, no te dejes llevar por ese enorme
“mundo” de falacias.
 Desde una perspectiva distinta, Todas las falacias son razonamientos que
infringe alguna regla lógica, que nos persuaden con premisas que parece
correctas, pero no lo son.
 En lo que respecta a las falacias, aunque pareciera una tarea sencilla la
construcción de un razonamiento lógico, muchas veces nos encontramos con
errores muy comunes, que llevan a que concluyamos que el tal no es para
nada preciso.

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