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Síntesis Teológica
Bachillerato Pontificio en Teología
2019
Prolegómenos 3
Sagrada Escritura 8
Misterio de Dios 17
Cristología 27
Pneumatología 51
Eclesiología 59
Antropología Teológica I 65
Antropología Teológica II 80
Mariología 93
Teología de los sacramentos/Sacramentos de iniciación 100
Sacramentos en particular 115
Escatología 127
Teología espiritual 139
Teología pastoral 148
Teología moral 156
Bibliografía general 172
PROLEGÓMENOS
1. ¿Qué es la Teología?
3
El teólogo debe estar siempre atento a no reedificar inconscientemente su lenguaje
tomándolo como representación adecuada de las realidades divinas.
El lenguaje análogo es el lenguaje de la comparación por una parte dice algo
verdadero de Dios, pero por otro lo dice de modo inadecuado. La analogía teológica no solo
tiene una función didáctica sino también y sobre todo Epistemológico.
4
por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su
gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos
en su compañía. Este plan de la revelación se realiza con hechos y palabras
intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la
historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos
significados por las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman las obras y
esclarecen el misterio contenido en ellas. Pero la verdad íntima acerca de Dios y
acerca de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es
a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación”. DV 2
La fe es un acto personal: la respuesta libre de todo el hombre a la iniciativa de Dios
que se revela en Jesucristo. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como
nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a
sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a
Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un
eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de
los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros.
“Cuando Dios revela hay que prestarle "la obediencia de la fe", por la que el hombre
se confía libre y totalmente a Dios prestando "a Dios revelador el homenaje del
entendimiento y de la voluntad", y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por El.
Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios, que proviene y ayuda, a los auxilios
internos del Espíritu Santo, el cual mueve el corazón y lo convierte a Dios, abre los ojos de
la mente y da "a todos la suavidad en el aceptar y creer la verdad". Y para que la
inteligencia de la revelación sea más profunda, el mismo Espíritu Santo perfecciona
constantemente la fe por medio de sus dones”. DV 5
7. ¿Fuente o fuentes de la revelación: Sagrada Escritura y Tradición?
La escritura es el “alma de toda la teología”. No es ella la que está al servicio de la teología
(teología de las tesis), sino al contrario es la teología la que está al servicio de la palabra de
Dios.
Es importante distinguir la verdadera tradición que es un proceso vivo dinámico y
creativo, del tradicionalismo, que tiende a cosificar y momificar la tradición. Y esto solo
puede hacerlo matándola.
La tradición es decisiva para conferir a una persona o a una comunidad una
identidad histórica un enraizamiento vital, un ancla existencial. Sin tradición, las personas o
comunidades se convierten en víctimas de los cambios de la desorientación general y
zozobran en el nihilismo.
Las funciones principales de la tradición de la iglesia son; construir el texto bíblico
pasándolo adelante, y actualizarlo creativamente mediante nuevas lecturas según los
tiempos.
Entre los testimonios que el teólogo debe de oír están los primarios, que son la
sagradas escrituras y la Tradición después vienen los secundarios que son los otros
testimonios eclesiales (credos, liturgias, magisterio, santos padres, doctores y teólogos); y,
5
por fin, están los “ajenos” de los que también puede apropiarse la teología (religiones,
filosofías, ideologías, ciencias, historia y signos de los tiempos).
10. ¿Qué es el magisterio y qué relación tiene con la Sagrada Escritura y con la
Teología?
El Magisterio de la Iglesia Católica es la enseñanza con autoridad de la Iglesia Católica,
ejercida por el Papa, sea por el magisterio ordinario y universal o por solemne juicio (los
pronunciamientos ex cathedra). No todos los pronunciamientos de un Papa verdadero son
enseñanzas del magisterio. Un Papa habla magisterialmente cuando cumple ciertas
condiciones
6
El Magisterio y la teología no están, por principio en relación de subordinación,
sino fundamentalmente de colaboración, ambos están subordinados a la Sagrada Escritura y
están al servicio del pueblo de Dios.
Respecto a la doctrina de la fe, el magisterio y la teología tienen funciones distintas y
complementarias compete específicamente al magisterio anunciar la palabra de Dios y velar
por su integridad, compete específicamente a la teología profundizar racionalmente esa
misma palabra de Dios, los pastores son como la boca que expone la verdad salvífica; los
teólogos son la cabeza que explica.
7
Bibliografía particular
BOFF, C., OSM, Teoría del método teológico, Dabar, México 2009.
LIBANIO-MURAD, Introducción a la Teología, Dabar, México, 2004.
(Dir.) Theodor SCHNEIDER, Manual de la Teología Dogmática, Herder, Barcelona
1996.
8
SAGRADA ESCRITURA
La afirmación que la Sagrada Escritura sea como el alma de la teología, con algunas
variantes, se encuentra en dos lugares del Concilio Vaticano II: en el Decreto sobre la
formación sacerdotal Optatam Totius en el número 16. Y, en segundo lugar, en la
Constitución Dogmática sobre la divina revelación Dei Verbum, en el Capítulo VI, titulado
«La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia», concretamente en el número 24: «La
sagrada teología se apoya, como en cimiento perpetuo, en la palabra escrita de Dios al
mismo tiempo que en la sagrada Tradición, y con ella se robustece firmemente y se
rejuvenece de continuo, investigando a la luz de la fe toda la verdad contenida en el
misterio de Cristo. Las Sagradas Escrituras contienen la palabra de Dios y, por ser
inspiradas, son en verdad palabra de Dios; por consiguiente, el estudio de la Sagrada
Escritura ha de ser como el alma de la sagrada teología»
2- Composición general de la Sagrada Escritura: autor, autores.
La Dei Verbum, describe la relación entre la acción divina y la de los hagiógrafos con las
palabras siguientes: “Para la composición de los libros sagrados, Dios eligió y empleó
hombres en posesión de sus facultades y capacidades, y actuó en ellos y por medio de ellos,
para que escribiesen como verdaderos autores todo y solo lo que él quería (DV 11).
Dios y el hombre son los autores de la Sagrada Escritura
Dios es el origen o causa de estos libros, pero no es su autor
literario
Él se valió de algunas personas de la comunidad que, como
verdaderos autores literarios, pusieron sus capacidades para
la composición de los libros bíblicos
Estos hombres, en la tradición posterior, son llamados
hagiógrafos o escritores sagrados
Relativamente pocos libros llevan el nombre de quien los
compuso
Muchos son anónimos, otros son pseudoepígrafes.
9
ESQUEMA DE LA BIBLIA HEBREA
KETUBIM – ESCRITOS
TORÁ – LEY NEBI’IM – PROFETAS
11 Libros
5 Libros 8 Libros
14. Salmos
Profetas anteriores. 4 Libros:
1. Génesis 6. Josué
15. Job
16. Proverbios
2. Éxodo 7. Jueces
17. Rut
3. Levítico 8. Samuel (1 y 2)
18. Cantar
9. Reyes (1 y 2)
4. Números Profetas posteriores. 4 Libros:
19. Qohélet
5. 20. Lamentaciones
10. Isaías
21. Ester
Deuteronomio 11. Jeremías
22. Daniel
12. Ezequiel
23. Esdras – Nehemías
13. Los doce:
24. Crónicas
Os, Jl, Am, Abd, Jon, Miq, Nah,
Hab, Sof, Ag, Zac y Mal. LENGUAS DE LA BIBLIA.
Hebreo
Los 24 (39) libros de la Biblia hebrea.
Exceptuando algunas partes de Esdras y
Daniel.
Arameo
Las pasajes de Esdras y Daniel (Esd 4,8-
6,18; 7,12-26; Dn 2,4b-7,28).
Una palabra de Gén 31,47.
Jer 10,11 (completo).
Griego Todo el Nuevo Testamento.
SENTIDOS DE LA ESCRITURA.
Sentido literal
Es el que ha sido expresado directamente por los autores humanos inspirados (IBI, II, B, 1).
La metodología es el análisis del texto en su contexto literario e histórico.
No confundir el sentido literal con lo que dice el texto al pie de la letra.
Sentido espiritual
Es el sentido expresado por los textos bíblicos, leídos bajo la influencia del Espíritu Santo en el contexto del misterio
pascual de Cristo y de la nueva vida que proviene de él (IBI, II, B, 2).
Entran en juego tres elementos: el texto, el misterio pascual de Cristo y la nueva vida en el Espíritu.
El sentido espiritual debe estar en relación con el sentido literal.
La interpretación se da en clave cristológica.
Sentido pleno
Es un sentido profundo del texto, querido por Dios, pero no claramente expresado por el autor humano (IBI, II, B, 3).
Está en la palabras, en el texto, no necesariamente en la intención humana, pero sí en la divina.
Sentido tipológico
Se le llama tipológico o típico (Rom 5,14; 1 Cor 10,6) y a veces se le llama alegórico, místico o espiritual. No está
habitualmente en las palabras, sino en las “realidades” de la Escritura: personas, acontecimientos, cosas… Sin embargo, a
veces también en las palabras, pues está en las realidades descritas por las palabras. El tipo (figura) y antitipo (realidad)
deben encontrarse en la misma Escritura. 10
Los tipos prefiguran el futuro.
El sentido tipológico es uno de los aspectos posibles del sentido espiritual.
3- Inspiración, Verdad y Canonicidad
a) Inspiración:
"La revelación que la Sagrada Escritura contiene y ofrece ha sido puesta por escrito bajo la
inspiración del Espíritu Santo. La Santa Iglesia, fiel a la fe de los apóstoles, reconoce que
todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y
canónicos, en cuando que escritos por inspiración del Espíritu Santo (Jn. 20,31; 2 Tim. 3,16;
2Pe. 1,19-21; 3,15-16), tienen a Dios como autor y como tales han sido Sagrados, Dios se
valió de los hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos; de este modo
obrando Dios en ellos, como verdaderos autores pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios
quería” (D.V. ll).
La autoridad de los libros de la Biblia se conceptualiza y proclama que están
inspirados por el Espíritu Santo. Los libros de la Biblia tienen autoridad divina porque Dios
se asoma en ellos: están con la humanidad que allí expresa, la comunidad y las personas que
tuvieron parte directa en el libro. Es estar de Dios, es por supuesto, misterioso e indomable.
Los libros son testimonios de la conciencia creyente en la que Dios se ha hecho presente; es
versión fiel de los testigos que vivieron la historia como lugar de revelación y de presencia
del Dios que viene a salvar.
La autoría humana del libro no queda afectada por su autoridad divina: transpira la
grandeza y la flaqueza, la personalidad y los condicionamientos de esos hombres concretos.
Expresa la fe de un pueblo y de la comunidad que habla en ella. Dios es el principio de esa fe
y su término de referencia, su fuente, su objetivo y su norma. La inspiración como modo de
presencia de Dios y como razón de la autoridad divina de la Biblia, no reside en la
materialidad de sus libros, ni en su contenido, ni en su forma; está en la vivencia de sus
autores. Su objetivo es comunicar como Dios viene al mundo y como está con él para hacer
un hombre nuevo
b) Verdad:
Antes del Concilio Vaticano II se habla de inerrancia y después de él de verdad en la
Sagrada Escritura. Esta inerrancia surge a raíz de los exégetas protestantes que veían que en
la lectura continuada de las Sagradas Escrituras había ciertas contradicciones en los
primeros libros, errores naturales, históricos y de índole moral. La verdad en la Escritura ha
de buscarse en el contenido global a la luz de la fe, según la intención de cada uno de los
autores y de la manera como quedaron sus escritos sin descuidar que fueron seres humanos
los que redactaron estos libros, notando algunas discrepancias que son lógicas por las
fuentes, tradiciones y ambientes que a determinado autor le tocó vivir.
c) Canonicidad:
El dato revelado, definido por la Iglesia, es ciertamente el criterio supremo e infalible para
conocer la inspiración y la canonicidad de los libros de la Biblia. La proposición del
Magisterio eclesiástico es necesaria porque la inspiración y canonicidad de un libro es un
hecho sobrenatural, que sólo se puede conocer por revelación divina, a través de la Iglesia.
La definición dogmática del canon bíblico se encuentra en el Concilio de Trento, en su
sesión IV del 8 de abril de 1546. En esa sesión se condenaron los errores protestantes,
porque rechazaban la canonicidad de algunos libros pertenecientes al canon fijado desde
antiguo por la tradición apostólica. El Magisterio posterior considera que en última
11
instancia es la tradición apostólica la razón última y más convincente: «Por la misma
tradición conoce la Iglesia el canon íntegro de los libros sagrados» (DV 8).
“Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras cosas hay que atender a
"los géneros literarios". Puesto que la verdad se propone y se expresa de maneras diversas
en los textos de diverso género: histórico, profético, poético o en otros géneros literarios.
Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el
hagiógrafo en cada circunstancia según la condición de su tiempo y de su cultura, según los
géneros literarios usados en su época. Pues para entender rectamente lo que el autor
sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a las formas
nativas usadas de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del hagiógrafo,
como a las que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres.
Y como la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu
con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados, hay que atender no
menos diligentemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura,
teniendo en cuanta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe. Es deber
de los exegetas trabajar según estas reglas para entender y exponer totalmente el sentido de
la Sagrada Escritura, para que, como en un estudio previo, vaya madurando el juicio de la
12
Iglesia. Por que todo lo que se refiere a la interpretación de la Sagrada Escritura, está
sometido en última instancia a la Iglesia, que tiene el mandato y el ministerio divino de
conservar y de interpretar la palabra de Dios”. DV 12
Los cuatro evangelios nos presentan la vida y ministerio de Jesús que culminan en su
pasión muerte y resurrección.
Están basados en las palabras y obras de Jesús, iluminadas e interpretadas bajo la luz del
Espíritu Santo y la experiencia de la resurrección.
Qué son:
Son un testimonio de fe.
Palabra viva de Jesús
Se basan en la historia, pero interpretada a la luz de la fe
Qué no son:
No son vida o biografía de Jesús
No son una grabación mecánica de las palabras de Jesús
No son un video exacto de los acontecimientos de Jesús
Evangelio de Mateo Escrito entre los años 75-85, está dirigido a judios y paganos convertidos al cristianismo.
Su teología se centra en que Jesús es el Mesías que predica el reino de los cielos a los judios, pero por rechazarlo,
provocan que el Reino se abra ma rápidamente a los gentiles.
Evangelio de Marcos Escrito entre los años 50-67, dirigido a los cristianos provenientes de la gentilidad.
Sus principios teológicos son, Jesús es el hijo de Dios, la ceguera e incomprensión ante su ministerio, el secreto
mesiánico.
Evangelio de Lucas Escrito entre los años 75-90, dirigido a Teófilo, personaje que representa a todos los cristianos provenientes de la
gentilidad.
Su teología es, Jesús el profeta, El Salvador y el Señor. El universalismo de la salvación, la pobreza, la oración, la
misericordia divina y el Espíritu Santo.
Médico gentil y compañero de viajes de Pablo.
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Estos tres evangelistas son considerados evangelios “sinópticos” conservan sus características generales y poseen semejanzas tan grandes.
(Contenido, orden y forma literaria).
Hechos de los apóstoles Evangelio de Lucas y Hechos son dos partes de una misma obra, compuesta entre el 75-90. No es una historia científica
de la comunidad cristiana, sino una historia interpretada a la luz de la fe.
Nos muestra el testimonio que la Iglesia, en su nacimiento, expansión y mision, da de Jesús y nos invita a proseguir esa
misión.
Historicidad
- Aun cuando no se trata de una obra histórica científica, sin embargo, el autor nos proporciona datos con una
base histórica pero iluminada e interpretada a la luz de la fe, dentro de una finalidad religiosa, la misión de
Jesús.
Finalidad de la obra
- Nos da la pauta global del libro al mostrarnos que la Iglesia debe continuamente dar testimonio de Jesús en
todas partes, el ejemplo de la era apostólica y en concreto de la vida de la primitiva comunidad de Jerusalén.
Características de la - La Iglesia nace de la promesa del Padre, hecha realidad por el Espíritu para dar testimonio de Jesús y prolongar
primitiva comunidad su misión
cristiana - Es una comunidad abierta a todos que vive de la palabra escuchada en la enseñanza de los apóstoles, orada y
celebrada en la fracción del pan y testimoniada en la vida y comunión fraterna
7) Literatura Paulina
1. Trece cartas llevan el nombre de Pablo, algunas escritas por él, otros por sus
discípulos, pero todos son palabra de Dios
2. Las presentamos en cinco grupos atendiendo a algunos de sus temas
Autenticidad
- Siete cartas sin duda son de Pablo: 1 Tesalonicenses, Gálatas, 1 y 2 de Corintios,
Romanos, Filemón y Filipenses
- De tres cartas se ponen ciertas dudas sobre su autenticidad paulina: 2 Tesalonicenses,
Colosenses y Efesios
- Hay tres cartas, las así llamadas pastorales de las que muchos autores modernos
afirman que no son de Pablo: 1 y 2 Timoteo y Tito.
Primera Carta a los Tesalonicenses - Pablo la escribe con las noticias que trae Timoteo de su visita a la comunidad. Los alaba por su
progreso y ejemplo, expone el tema de la segunda venida del Señor.
Segunda Carta a los Tesalonicenses - Si es de Pablo fue escrita poco después de la primera, pero si no es de él quizá sea del año 70
- Se escribió para solucionar los problemas de la comunidad con la mala interpretación de la parusía
o segunda venida de Jesús
La Carta a los Gálatas - En esta carta Pablo hace de una manera vehemente su defensa persoanal para hacer ver que el
evangelio que él predica es el evangelio auténtico de Jesucristo.
- Sostiene que la salvación o justificación nos viene no por la ley ni por nuestras buenas obras, sino
por la gracia, por la fe.
15
La Carta a los Romanos - Quiere confirmarlos en la fe y anunciarles su próxima visita con ocasión de su viaje a España
- Nos habla también de la salvación que nos ha traído Jesucristo quien nos ha liberado de la ley, del
pecado y de la muerte
Primera Carta a los Corintios - Fue escrita por Pablo en los año 55-56
- Nos presenta a Jesús y este crucificado como la verdadera sabiduría de Dios
- Exhortación sobre el matrimonio y la virginidad
- El buen uso de los carismas
1y 2 de Timoteo y Tito :
- Estas tres cartas sea que las haya escrito Pablo entre los años 64-67
- Presentan de alguna u otra forma las cualidades y características de los pastores y comunidades del epíscopo u obispo, del diácono,
del presbítero.
8) Literatura Joánica
Datos generales
Literatura Joánica.
Evangelio de Juan Escrito entre los años 90-100, dirijo a cristianos no judios que se enfrentaban quizás a algunas herejías. Su teología
Jesús es el revelador del Padre, la fe como respuesta al hombre, la vida eterna, el carácter simbólico de los signos de Je
Primera Carta de Juan. - Más que una carta parece un tratado religioso sobre la vida cristiana que tiene su fundamento en la Trinidad
- Su autor nos quiere dejar claro ciertos puntos
16
1. Dios, Padre nuestro, luz y amor
2. Jesucristo, Hijo de Dios, palabra de vida y vida eterna
3. El Espíritu da testimonio de Jesús y nos lo ha dado Dios a todos nosotros
4. El cristiano que ha nacido de Dios debe caminar en la luz, observar los mandamientos, especialmente
del amor
Segunda Carta de - Está dirigida por el presbítero a la señora elegida, es decir, a una iglesia concreta
Juan - Exhortación a permanecer en la verdad y en el mandamiento del amor
- 2 Juan 9
Tercera Carta de - El presbítero escribe a Gayo dirigente fiel, sabe que Diotrefes se opone a la presencia del presbítero y de
Juan enviados actuando mal
- El que hace el bien es de Dios y el que hace el mal no ha visto a Dios ( Juan 3, 11)
Apocalipsis
2. La doctrina
- Dios Padre es el único Señor, soberano de la historia humana
- Su Hijo Jesucristo es el cordero inmolado y resucitado que participa ya del poder de. Su Padre Dios
- El Espíritu Santo es el que exhorta a las Iglesias animándolas y reprendiéndolas y preparando el final glorios
- Las iglesias deben saber escuchar la voz del Espíritu convirtiéndose y purificándose constantemente
9) Cartas Católicas
1. Datos generales
Carta a los
hebreos. - Parece ser un sermón-homilía pronunciado en una o varias ocasiones, tiene la forma de un escrito con algunos
saludos que la convirtieron en carta
Doctrina
17
- El autor considera la vida cristiana como una peregrinación hacia el descanso eterno, es el único escrito del
Nuevo Testamento que da a Jesús este título
- La vida del creyente debe caminar en la fe, en la esperanza y caridad, es decir, en el servicio y ayuda mutua
que unido al sacrificio de Cristo es el sacrificio agradable a Dios.
Carta de Santiago - Quizá la carta sea una recopilación de diversos sermones, es discutido quien sea su autor, pudiese ser Santiago el
menor que no pertenecía al grupo de los doce, conociendo como hermano del Señor, jefe importante de la comunidad
de Jerusalén quien la escribiría hacia el 60-61.
- Otros la atribuyen a un autor posterior anónimo que escribiría hacia el 80
- Está dirigida a cristianos provenientes del judaísmo
Primera Carta de Escrita por el apóstol hacia el 64, aunque algunos niegan el origen petrino y colocan el escrito hacia el 80. Se dirige a
Pedro. comunidades de Asia, cristianos gentiles que sufrían persecuciones consistentes en calumnias y oposiciones
1. Les recuerda el bautismo a los cristianos y los exhorta a seguir dando testimonio hacia el mundo
2. Llama a los presbíteros a ser auténticos servidores del pueblo de Dios, modelados a ejemplo de Jesús el Pastor
Supremo
Segunda Carta de - Por el análisis interno de doctrina, vocabulario y conexión con la carta de Judas, se considera como el ultimo escrito
Pedro del Nuevo Testamento, cronológicamente hablando.
- No pertenece a Pedro, quizá fue escrita en el año 100 aunque algunos autores lo colocan en las primeras décadas del
siglo II.
Doctrina
- Quiere reafirmar la fe autentica basada en los profetas y apóstoles oponiéndose así a los falsos doctores
- Muestra el valor de las profecías y la inspiración del Espíritu en sus escritores.
- Toca también el tema de la segunda venida de Cristo
Carta de Judas. Si fuese de Judas, hermano de Santiago el menor, hermano del Señor sería de alrededor del 70 pero muchos consideran que fue
escrita por otra persona entre los 80-90.
- El autor quiere prevenir a la comunidad contra los falsos doctores que se han infiltrado entre ellos, desacredita su
comportamiento, son charlatanes, vacíos de espíritu, libertinos. Ante ese peligro real escribe para exhortarlos a luchar
por la fe que de una vez para siempre ha sido transmitida a los santos.
BIBLIOGRAFÍA
18
MISTERIO DE DIOS (TRINIDAD)
Argumento Agustín El valor inmutable de la verdad y de las normas sólo puede tener
antropológico su fundamento en una verdad y norma realmente existente, y que
es Dios. Combina dos argumentos: el del corazón y el de las
normas que se ubica más en Kant, llamado clásicamente
argumento ético teológico.
LIMITES: Es necesario, sin embargo, reconocer que aún alcanzado cierto conocimiento de
Dios, ni lo agotamos ni le anulamos su carácter trascendente y misterioso.
19
La Verdad íntima acerca de Dios y de la salvación humana se nos manifiesta por la
revelación en Jesucristo, Él revela el Misterio de Dios. Un Misterio que es trinitario. El
estudio teológico, apoyado en la Sagrada Escritura y en la Tradición viva de la Iglesia,
permite comprender a la luz de la fe, la verdad revelada en Cristo y por Cristo.
No obstante, se puede afirmar que este Misterio no nos condena al silencio. Se
puede tener un acercamiento humilde reconociendo nuestros propios límites.
Es un misterio porque sólo se puede decir de Dios lo que él mismo ha revelado; Dei
Verbum 24-25: Dios se puede conocer a través de las S. E.; es misterio porque es lo que es:
plenitud, perfección, trascendencia pura, etc. Sin embargo, lo que está más allá de nosotros
no lo podemos conocer, ahí entra el plano de la revelación: Dios se ha querido abrir y
autodonarse (Jesús), es un misterio de auto comunicación que se hace Auto donación,
donde entra la posibilidad de acercarnos a él. Misterio es un Dios que es auto comunicación
amorosa y nos permite el acceso a su misterio inagotable.
20
postura moderna del ateísmo; Manual del CELAM: EL Dios de nuestra fe, en su
introducción sintetiza esta situación del creyente ante el no creyente; especificar en el
cuadro qué tipo de ateísmo es y sus variantes, así como del deísmo, agnosticismo. Además,
en la postura teológica, ¿cuál es la postura ante un ateo? Búsqueda de puntos en común,
dignidad humana, todo lo que permite dialogar son otras posturas. Buscar la manera de
presentar a Dios.
Subordinacionismo: doctrina que asigna una inferioridad del ser, de estado o función que el Hijo
o el Espíritu Santo dentro de la Trinidad. (orígenes, Tertuliano)
Sabelianismo: consideraba a la divinidad como una mónada que se manifestaba (o dilataba) en
tres operaciones distintas: Padre en el Antiguo Testamento, Hijo en la encarnación, Espíritu Santo
en pentecostés
Triteísmo: es una negación de la unidad de la Deidad, y mira tres dioses en vez de tres
personalidades del único Dios
21
Herejía Concilio o Símbolo Afirmación Dogmática
22
Trinidad inmanente: Dios tal cual es en sí mismo.
Trinidad económica es Dios tal y como se ha manifestado en la historia de la
salvación.
+ La economía estrechamente relacionada con la salvación del hombre.
1
Cristo habla de haber sido enviado por el Padre y a su vez habla de enviar al ES a los apóstoles. El término
misión designa el envió de una persona divina ad extra de la Trinidad. La misión implica orden de origen, es
decir, que la persona enviada procede de aquella que la envía.
2
La creación es ya salvación por parte del Padre.
23
9. El uso del concepto persona3 en la teología trinitaria
- Analogía4 en la utilización del concepto de persona, aplicado a la Trinidad.
- Tertuliano introdujo el término persona en la teología latina; suya es la fórmula tres
personae, una substantia.
+ Tertuliano lo introdujo para hablar de la cristología, hablar de la unidad y la
distinción, en Trinidad es para la distinción: una esencia, tres personas, para resaltar
el concepto relación.
- Hipólito de Roma utilizó el término prosopon para referirse al concepto de persona
porque partía de la essentia o substantia común a las tres divinas personas, lo
utilizaba evitando con cierta solvencia el modalismo5
- Tanto el término persona como el término prosopon ofrecían una grave dificultad
para su utilización en teología trinitaria6.
- San Jerónimo y san Dámaso en Occidente, san Atanasio y los capadocios en Oriente
desarrollaron una amplia labor para superar los malos entendidos terminológicos;
respecto a estos últimos, hacen la distinción entre hipóstasis y ousía; en el primer
Concilio de Nicea han de utilizar hipóstasis para hablar de las personas de la
trinidad y ousía para hablar de la individualidad, como sustancia en relación.
(Párrafo tomado de notas de clase)
- San Gregorio de Nacianzo fue el principal artífice del entendimiento de esta
cuestión, del significado teológico, al aceptar que para designar a las personas se
utilizasen indistintamente los nombres de hipóstasis o de prósopon.
- El símbolo Quicumque ha de recoger este pensamiento ya esclarecido en oriente, y
más allá de las discusiones terminológicas el concepto de persona se ha de imponer
como necesario para hablar de la Trinidad; según se precisa que, la razón
fundamental de esto es que designamos con el nombre de hipóstasis o de persona a
los seres inteligentes y libres, distintos entre sí.
3
+ Dicho concepto es de cuño teológica, desde esta perspectiva debe ser entendida.
+ Rahner habla de no utilizar el término persona como autoconciencias. Propone “modo de subsistencia”,
no como modalismo, sino como “modos de subsistir”.
4
Puesto que la realidad divina supera la conceptualización y todo lenguaje.
5
Trinidad que se manifiesta de diversas maneras.
6
Pues prosopon y persona utilizados en el teatro parecían favorecer un modalismo, como diferentes
maneras de manifestarse la divinidad ante los hombres.
24
CONCEPTOS SIGNIFICADO
25
distingue de otra y se relaciona con ella.
7
Las misiones suponen las salidas de Dios.
26
La historia de la teología y de los dogmas debatió este problema bajo el nombre de
monarquismo. El Credo de la Iglesia asume explicaciones al respecto.
Trinidad en la unidad
Dios existe en tres Personas. La vida divina se realiza en forma trinitaria, en una
simplicísima unidad vivida por las tres personas. Es un acto vivido trinitariamente el
que la esencia divina consista en un acto simplicísimo de conocimiento y de amor.
En la actuación de Dios ad extra, no es la esencia divina la que actúa, sino las tres
personas, que no se distinguen en nada más que en la oposición de relación.
La doctrina Trinitaria constituye el contenido cristiano del monoteísmo más
exactamente concretiza la afirmación abstracta de la unidad y unicidad de Dios
determinando en qué consiste esta unidad. La unidad de Dios aparece definida como
comunión8 con el Padre, el Hijo y el Espíritu. Como unidad de amor.
La doctrina trinitaria es la síntesis de todo el misterio cristiano de la salvación.
PERSONA:
Existe un nexo indisoluble entre la gracia santificante, la misión invisible del
Espíritu Santo, las virtudes teologales de la fe y la caridad, nuestra filiación
adoptiva y la inhabitación trinitaria. La inhabitación es una faceta de la deificación o
santificación del hombre.
8
Hay enriquecimiento en la donación íntima de la Trinidad. Autodonación que hace ser más.
27
La inhabitación de la Trinidad es la comunión del hombre con las Tres divinas
personas, una comunión que equivale a una mutua relación de presencia. Es la razón
de ser del hombre (GS 19).
La inhabitación de la Trinidad en el alma referida en la Sagrada Escritura: “Si
alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y
haremos morada en él” (Jn 14, 23).
El hombre participa en la vida de Dios por la transformación en Cristo en la
recepción del sacramento que le consagra auténticamente a Él. Este argumento es el
que después Atanasio usará contra los arrianos al decir que: si el Hijo y el Espíritu
Santo son creaturas, nosotros nos consagramos a Dios creador y al mismo tiempo a
dos seres creados por Él.
ESPÍRITUALIDAD
La piedad de cualquier cristiano debe tener estructura trinitaria.
Todas las celebraciones de los sacramentos y sacramentales manifiestan
explícitamente que la salvación viene de la Trinidad y culmina en la unión con la
Trinidad.
Unión con Cristo, vivir conscientemente la realidad de nuestra filiación divina,
docilidad al Espíritu Santo, trato intenso con el Dios trinitario que habita en el
corazón del cristiano, son rasgos esenciales de la espiritualidad cristiana. (Beato
Josemaria Escrivá de Balaguer)
Al Espíritu Santo se le debe la vida interior, la inhabitación trinitaria, Él infunde la
gracia, lleva a la unión con Cristo, opera la santificación, edifica la iglesia. De Él la
fuerza con que los autores espirituales insisten en la docilidad al Espíritu Santo.
El Padre es el amante, el hijo es el amado y el Espíritu Santo es el amor (San
Agustín).
Bibliografía particular
-DE ALDAMA José A., Dios revelado por Cristo, BAC, Madrid 1976.
-MATEO-SECO Lucas, Dios Uno y Trino, Eunsa, Pamplona 2005.
28
CRISTOLOGÍA
Figuras Interpretación
Veterotestamentaria
s aplicadas
a Jesús
29
mesiánica: se esperaba y anunciaba que Dios en un futuro
reinaría sobre su pueblo, el esperado día de Yahveh, que traerá
consigo el cumplimiento de todas las promesas salvíficas.
El reinado de Dios va asociado a una figura mesiánica
instauradora del Reino, que según la promesa de Dios al rey
David en 2 Sam 7, sería descendiente de su estirpe. Es un
Mesías regio que se identifica con Jesús, quien es un mediador
y realizador escatológico ungido con el Espíritu (Is 7,14; Mt
1,23). Así la figura del Mesías es asociada a la figura del rey y a
sus características.
Cristo mediador Los títulos de Jesús como profeta y siervo nos ayudan a
profeta comprender que es un mediador.
En el AT, había la convicción de que llegaría un profeta
escatológico que realizaría todas las profecías hechas por los
antiguos profetas (Dt 18,15), una figura similar a la de Moisés,
llegando incluso a identificarlo con el siervo de Isaías (Is 53),
quien aceptaría sufrir y morir por su pueblo. Jesucristo se
identifica con este siervo de Yahvé, quien, asumiendo la
condición humana abocada a la muerte, experimenta una
kénosis o abajamiento, pero sin perder su condición divina (2
12
Cf. Ángel CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 336.
13
Cf. Christian DUQUOC, Cristología, Ensayo Dogmático sobe Jesús de Nazaret el Mesías, Sígueme,
Salamanca 1978, 177-178.
30
Cor 5,21)14.
También se esperaba la vuelta de Elías (Mal 3,23; 4,5; Eclo
48,10) que prepararía los caminos de Yahvé, sería el profeta de
la enseñanza definitiva (Heb 1,1-3)15.
Como profeta, Jesús anuncia el Reino dando a conocer su
identidad y su misión salvífica. Como siervo, Jesús reivindica la
obra llevada a cabo por el justo, tomando la condición de
hombre para la reivindicación de la humanidad por su muerte.
Fases Contenido
14
Cf. Ibidem, 147.
15
Cf. G. Ángel CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 127-128.
31
imposible. Los evangelios no pretenden hacer historia, son
kerigma, que trasforma la vida de los creyentes, y por ese
encuentro escriben para dar testimonio de lo que creen para
invitar a otros a la fe.
La búsqueda del Jesús histórico es ilegítima porque los
evangelios son Palabra de Dios y pedirle garantía de su
credibilidad sería una blasfemia. Por lo tanto, esta búsqueda es
inútil, no deben buscarse las palabras exactas de Jesús, sino
encontrarse con él personalmente, seguirlo y vivir la fe.
3ª fase. Käsemann Trata de buscar el equilibrio entre las dos posturas. En su obra
(1980): sí a Jesús el El Jesús Histórico, plantea que las dos tendencias llevan al
Cristo. Jesús de la historia y al Cristo de la fe, el cual es una misma
persona, no dos. Es necesario a través de la ciencia bíblica
comprender cuáles son aspectos originales y añadidos en Jesús.
No es cierto que los evangelistas intentaban engañar, sino que
hicieron una interpretación subjetiva de Jesús. Considera que es
importante mantener estas dos visiones de manera unitaria, pues
si solo nos quedamos con el Jesús de la historia, sería solamente
un buen hombre, y si solo nos quedamos con el Jesús de la fe,
sería un mito. El deseo de conocer mejor a Jesús lleva a la fe.
16
Cf. Ángel CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 281.
32
personal y comunitario, entre el presente y el futuro: es ya pero aún no, pues no ha
alcanzado su plenitud, aún falta la consumación final.
La llegada del Reino tiene una connotación salvífica, que hace presente el Señorío
de Dios y el cumplimiento de sus promesas: la reunificación de Israel, la victoria definitiva
sobre Satanás y la superación de toda forma de pecado, enfermedad, esclavitud y opresión.
Es una nueva economía salvífica, que no gira en torno a la Ley y el templo, sino en la
persona de Jesús, Él es el Reino, es Autobasileia 17, que establece la justicia, la paz, y el
gozo en el espíritu, no es un Reino de imposición, ni servilismo. Es para todos, y abarca
todas las dimensiones humanas, en lo afectivo, en las relaciones y la fraternidad (hermanos
compasivos y solidarios).
Pertenecer al Reino no es algo pasivo, no sólo se predica, sino que se actúa, por lo
que, en su mensaje, su llegada es anticipada en los signos que Jesús realiza y por los que él
mismo se identifica como figura mesiánica: exorcismos, curaciones, comidas con los
pecadores, etc., acompañado por su interpretación de la Torah. Así expresa que ya está
aconteciendo el día escatológico y la salvación que Dios había prometido18.
Jesús no define claramente qué es el Reino, y usa parábolas, metáforas para darlo a
conocer: lo expresa a través de la imagen de un banquete (Mc 2,18-20 y par.), al que los
invitados rechazan asistir (Lc 14,15-24 y par.) y en el que se cumple la profecía de Isaías
(Is 25,6). En su ministerio, Jesús come con los pecadores, particularmente con los
publicanos (Lc 5,27-39; 7,34; 19,1-10; Mt 11,19), así muestra la llegada del Reino, y la
manera como Dios Padre acoge a los pecadores con un banquete de alegría, sin exclusión
de ningún tipo19.
Milagros. En los cuatro evangelios se afirma que Jesús obró milagros, pero éstos no
son “pruebas” de la divinidad de Jesús, sino “signos” que conducen a la fe, según el
evangelio de Juan20.
Según las esperanzas judías, el Mesías tenía que destruir el reino del pecado, y
triunfar sobre la enfermedad y la muerte que eran del dominio del imperio de Satanás. Los
milagros de Jesús (Is 35, 5-6) y los exorcismos (Jer 31,34; Ex 36,25) señalaban la llegada
del Reino21.
Entre los milagros realizados por Jesús, destacan los exorcismos y las curaciones.
Los exorcismos plantearon la cuestión de la autoridad de Jesús y sobre todo, la de la fuente
de su poder que es Dios mismo, esto demuestra que tiene una autoridad recibida
directamente de Dios. Jesús es el designado, elegido y capacitado por Dios para inaugurar e
instaurar su Reino prometido que se manifestará con claridad después del juicio22.
17
Cf. Ángel CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 316.
18
Cf. Ibidem, 314-315.
19
Cf. Idem.
20
Cf. Casiano FLORISTÁN, «Jesús, el Reino y la Iglesia», en 10 palabras clave sobre Jesús de Nazaret, Verbo
Divino, Estella (Navarra) 20073, 249-292.
21
Cf. René LATOURELLE, Milagros de Jesús y Teología del milagro, Sígueme, Salamanca 1990, 28-29.
22
Cf. Ángel CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 316.
33
En las curaciones se advierte algo similar. Jesús realiza curaciones, especialmente
de ciegos y de paralíticos. Así se advierte cómo con el ministerio de Jesús está sucediendo
la victoria sobre el pecado, causante de la enfermedad que agobia al ser humano23.
En ambos casos, curaciones y exorcismos, no solamente llega el Reino, sino que lo
hace en beneficio de los que sufren exclusión, pobreza, desdicha, y están considerados
como especialmente alejados de Dios24.
Parábolas. Todos estos aspectos aparecen reflejados en las parábolas, que recogen
una parte considerable de la enseñanza de Jesús. En ellas se nos explica tanto la presencia
del Reino (un tesoro o una perla), como su carácter futuro (se ha de estar vigilante para
cuando llegue el novio o el ladrón). Se dan indicaciones sobre su modo de presencia (un
grano de mostaza, levadura). Esto exige un cambio de vida, y una conversión, pues a todos
aguarda el juicio futuro25.
Con las parábolas Jesús ilustra y justifica muchos de sus comportamientos: su
relación con los pecadores (Lc 15) o con las autoridades judías (Mc 12,1-12 y par.). Fue su
género literario preferido para transmitir su enseñanza de una manera directa, sencilla,
comprensible y profunda. Con las parábolas ilustró a sus discípulos en los «misterios del
Reino de Dios» (Mc 4,11 y par.), enfrentó las críticas de sus adversarios e interpeló
fuertemente a sus contemporáneos26. Jesús habla con parábolas para dar a una conocer una
propuesta de vida y no una imposición.
34
toma postura en relación con el descanso sabático 27. Se trata de una
libertad nueva que no cancela la ley, pero la pone en otra perspectiva
apoyándose en su propia autoridad. Se cumple la ley para corresponder al
amor de Dios. Lo impuro no está en las cosas sino en las intenciones del
corazón Mc 7,1.
Jesús y el Se alude al gesto profético de Jesús volcando la mesa de los cambistas del
Templo templo, en cuyo fondo está la redirección que Jesús le da al tema de la
elección no exclusivista y la alianza veterotestamentaria. En el templo hay
divisiones, paganos, judíos, mujeres, que es contrario a lo que quiere Dios,
el culto autentico no puede ser cerrado. La función del Templo en este
sentido ha terminado, pues al momento de la muerte de Jesús, el velo del
templo se rasgó28.
En la purificación del templo no defiende que sea el lugar de la presencia
de Dios, pues el que es absolutamente trascendente, no vive en templos
construidos por los hombres. Ahora el verdadero Templo es el cuerpo de
Cristo, víctima, sacerdote y altar.
Si antes el perdón de los pecados sucedía mediante los sacrificios que se
ofrecían en el Templo como expiación, ahora Jesús se ha convertido en el
cordero pascual que expía los pecados de una vez para siempre, es el fin
del exclusivismo y la discriminación.
Jesús quiere un culto distinto, Dios no se encierra en un templo, su
propuesta es que se puede encontrar a Dios en la vida cotidiana. Dios no
quiere sacrificios, sino una vida llena de amor y misericordia con los
hermanos, donde prevalezca la caridad.
Jesús y los Jesús se relaciona con los pobres, sin exclusión de ningún tipo, incluso con
pobres gente considerada impura. Los pobres no son necesariamente los que
carecen de recursos económicos, sino en general los marginados. Jesús
come con pecadores y publicanos, anuncia la liberación de los oprimidos y
marginados, se coloca del lado de los débiles, mostrando que en su actitud
es Dios mismo quien da a conocer sus predilecciones. Quiere significar
que en el Reino de Dios se acoge especialmente a los pobres, los
excluidos29.
Jesús y el Jesús anuncia el Reino de Dios, revelando a Dios como Padre (Abba).
Padre Esto implica una relación de absoluta obediencia, cercanía e intimidad con
Él, rechazando la idea de un Dios lejano cuyo nombre no podía
pronunciarse. Esto es una novedad en la tradición religiosa judía. En su
oración se dirige a Dios como Abba, se comprende así a Dios, como un
27
Cf. José Antonio PAGOLA, Jesús, Aproximación Histórica, editorial Claretiana, Buenos Aires 2012, 259-
261, 263.
28
Cf. Ángel CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 47, 197, 228, 291, 294.
29
Cf. J. A. PAGOLA, Jesús, Aproximación Histórica, 261-262.
35
Padre amoroso, y al mismo tiempo, Jesús se manifiesta como Hijo de
Dios30.
6. Títulos cristológicos: Mesías, Hijo de Dios, Hijo del Hombre, Señor, Rabbí.
Estos títulos dados a Jesús, llevan a la comprensión de su persona y su obra. Los tres títulos
más destacados son Señor, Mesías e Hijo de Dios. Hay numerosas maneras de denominar a
Jesús, pero éstas son las principales. San Pablo le ha llamado Sabiduría de Dios, san Juan le
llama Sabiduría, también se le ha denominado el Ángel de Yahvé, entre otras muchas
maneras.
Títulos Significado
cristológico
s
36
Mesías. Lucas (Lc 3,23-38) y Mateo (Mt 1,1-17), sitúan a Jesús en la
descendencia davídica. Mateo presenta el nacimiento de Jesús como el
cumplimiento de las esperanzas de un Mesías regio, de la descendencia de
David, del Emmanuel (Is 7,14; cfr. Mt 1,23).
En la escena del bautismo de los tres sinópticos (Mc 1,9- 11 y par.), Jesús
es ungido con el Espíritu, señal clara de mesianidad. En la sinagoga de
Nazaret, Jesús se auto-aplica el pasaje del profeta Isaías (Is 61, 1-2; Lc
4,16-21) de carácter mesiánico: es el ungido con el Espíritu de Dios para
traer la liberación a los cautivos y anunciar el año de gracia del Señor.
Hijo de Dios Es el título que mejor expresa la realidad última de Jesús, mostrando la
actitud filial de Jesús para con Dios Padre. Es el Hijo de Dios que se hace
hombre33. Jesús no se definió explícitamente a sí mismo como Hijo de
Dios, pero al anunciar el Reino, y hacerlo presente con tal pretensión y
autoridad, se estaba revelando a sí mismo como Hijo.
En los Evangelios, Jesús es proclamado como tal en tres momentos claves
y centrales de su vida: en el Bautismo, en la Trasfiguración (por la voz
del cielo: el Padre) y en la cruz, por el centurión (Mc 15,39) 34.
Hijo del Este título tiene una significación mesiánica y apocalíptica (Dn 7, 9s), y
hombre35 podría significar simplemente “hombre”, pero no da el sentido exacto.
Unos dicen que Cristo se identifica con un hijo del hombre para exponer
su verdadera humanidad, como una manera de designar el abajamiento
del Hijo de Dios. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Dios llama a
Ezequiel “hijo del hombre” para encargarle una misión especial y precisa.
Ezequiel es el hijo del hombre en situación de contingencia que entiende
bien a los de su misma condición y por ello podrá testimoniar mejor la
alianza y la gloria de Dios.
Con este título se van configurando las cualidades trascendentes del
Mesías de Israel: revelador, salvador, con prerrogativas casi divinas,
preexistente que se manifiesta al final de los tiempos, es de origen
celestial. En Jesús, es un título de majestad, define su misión de llevar a
cabo el plan salvífico de Dios manifestándolo humanamente.
33
Cf. C. DUQUOC, Cristología, Ensayo Dogmático sobe Jesús de Nazaret el Mesías, 247-249.
34
Cf. Ángel CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 111-112.
35
Cf. C. DUQUOC, Cristología, Ensayo Dogmático sobe Jesús de Nazaret el Mesías, 162-176.
36
Cf. J. A. PAGOLA, Jesús, Aproximación Histórica, 480-481.
37
Domiciano, exigen ser llamados “Señores divinos”. Jesús es el Señor, no
porque él mismo se haya conferido ese título, su Señorío no es de este
mundo, Él es la fuerza que da vida. Con su muerte y resurrección, es el
Señor de los vivos y muertos (Rm 14,8-9).
Rabbí37 Este término viene del hebreo y del arameo que significa “mi Señor, mi
maestro”. Desde un poco antes del NT el título era un apóstrofe
respetuoso empleado con respecto a los doctores de la ley. Este término
se encuentra unos 100 años a de C. En el NT es un tratamiento honorífico
de Juan Bautista (Jn 3,26), y sobre todo de Jesús (Mt 26,25.49, par).
Hacia el final del s I del cristianismo, Rabbino fue la designación oficial
de los doctores de la Ley palestinenses. Juntamente a Rabbí, se encuentra
la forma aramea Rabbuní (Mc 10,51; Jn 20,16).
38
experiencias y personas, como el de cualquier ser humano (por
ensayo y error)41. En definitiva, en la enseñanza cristiana Jesús es
representado como omnisciente y, aunque conocía humanamente,
su conocimiento es claramente superior42. Este Jesús, en ocasiones
podría parecer más mitológico, que humano 43, por ello, Rahner
propuso que Jesús tenía un conocimiento de inmediatez radical de
su condición divina por la unión hipostática, pero en su condición
humana hubo un desarrollo en la reflexión y objetivación
conceptual; puede hablarse de un desarrollo espiritual en Jesús44. El
conocimiento por experiencia de Jesús fue normal y ordinario.
Tenía nesciencia en cuanto a que no conocía lo que la ciencia de
ese entonces ignoraba (‘energía atómica’ o ‘la tierra no es plana’).
No obstante, no se puede hablar de ignorancia o error en lo que
toca al conocimiento de Dios y a su misión. Claramente, Jesús
posee un conocimiento singular de Dios como su Padre; desde su
relación interpersonal profunda con Él, en el Espíritu Santo.
c) Ausencia de La SE afirma que Jesús ‘ha sido probado en todo como nosotros,
pecado excepto en el pecado’ (Heb 4, 15). Evidentemente, en los
evangelios se constata que Jesús fue tentado (Mt 4, 1-11 y par.),
pero también que se abre camino en medio de tentaciones y luchas,
a través de la oración (Getsemaní). Su libertad está tan
íntimamente unida al Padre e impulsada por el Espíritu Santo, que
puede ejercerla humana y efectivamente, sin caer en pecado
(impecabilidad). Esto no contradice a su naturaleza humana,
porque el pecado no pertenece a ésta de manera intrínseca (Adán no
fue creado pecador). Esta plena comunión con Dios se da
insuperable en Cristo Jesús, porque la naturaleza humana está en
plena comunión con la persona del Hijo (santidad ontológica a
41
Cf. Elizabeth A. JOHNSON, La cristología hoy: olas de renovación en el acceso a Jesús, Sal Terrae,
Santander 2003, 52; A. FERNÁNDEZ, Teología dogmática, 274-75.
42
Cf. E. A. JOHNSON, La cristología hoy..., 51.
43
Cf. Karl RAHNER, «Sobre la ciencia y conciencia de Cristo», Trad. Fernando Manresa, en Selecciones de
Teología, 1962, http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol2/6/006_rahner.pdf, (30.01.19), 1.
44
Cf. A. FERNÁNDEZ, Teología dogmática, 202.
45
Cf. Ángel CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 366.
39
pesar del estado kenótico); es posible, además, hablar de una
progresiva actualización de su santidad: ‘crecía en gracia y
sabiduría’ (Lc 2, 52).
40
Símbolos de la fe hablan de la encarnación y de la humanización
del Hijo por el Espíritu Santo en el seno de la virgen María, siendo
una obra de toda la Trinidad50.
41
pecado). Esa unión de las dos naturalezas en la persona de Cristo es
lo que se denominado ‘unión hipostática’ o ‘unión en la
persona’54. En síntesis: Jesús es una única persona, con dos
naturalezas (humana y divina).
Errores cristológicos57
42
Representante: Marción (89- sino sólo el mayor de los Cristo radicalmente separado
160). profetas. Asimismo, se en dos naturalezas, una
derivó de ésta otra herejía, el humana y una divina (dos
Apolinarismo. La adopcionismo, la cual personas unidas en Cristo).
naturaleza de Cristo es afirmaba que Jesús no es María no es madre de Dios
incompleta, pues no tiene hijo natural, sino que ha sido (theotókos), sino
alma, cuyas funciones son especialmente adoptado, por antropotókos (madre del
cumplidas por el Verbo. el Padre. Representante: se hombre). Representante:
Representante: Apolinar de desconoce si provenía de Nestorio.
Laodicea. Surge de Ebión o de un grupo
controversia entre arrianos y judaizante.
semiarrianos.
Arrianismo. Intentaba
Monofisismo. En Cristo se simplificar el misterio de
da una sola naturaleza: la Cristo, Afirmaba que Jesús
humana fue absorbida por la había sido creado por el
divina. Representantes: Padre y estaba subordinado a
Eutiques y Ciro, patriarca de Él. Representante: Arrio.
Alejandría.
Monotelismo. Cristo con
una sola voluntad.
Representante: Sergio,
patriarca de Constantinopla.
Concilios Cristológicos58
43
la I (381) : Gregorio con el arrianismo). Repite en su nuevo
de Nisa Símbolo las fórmulas cristológicas de Nicea
Verdadera (330-400) y (Símbolo Niceno-Constantinopolitano), pero
humanidad de Gregorio añade la doctrina sobre la divinidad del
Jesucristo Nacianceno Espíritu Santo (filoque). Se agregan frases
(329-389) prácticamente literales del Nuevo
Testamento. Además, quieren insistir en la
verdadera humanidad con el tema de la
Virgen María y de la ubicación histórica con
el tema del tiempo de Poncio Pilato.
44
pecadores) y a la observancia sabática (curaciones en sábado); manifestó una pretensión de
estar por encima de la Torah. Jesús, contando con el antecedente de Juan Bautista (Mc
6,17-29), la tradición de los profetas que mueren en Jerusalén (Lc 13, 34), la muerte del
justo (Sab 2,10-10-20) y del siervo de Yahveh (Is 52, 13-53,12), previó su muerte como
cerca, dándole un sentido.
Hay una discrepancia fundamental con el judaísmo oficial en puntos nucleares:
imagen de Dios, concepción escatológica de la llegada del reinado de Dios, y el puesto de
Jesús mismo (autoridad y legitimidad) en la resolución del drama escatológico: se rechaza
la mesianidad de Jesús.
b) Pasión y muerte. La Última Cena es el momento de despedida y más propicio
para la confesión última, en forma de testamento a sus amigos y seguidores.
Sentido/razón de Explicación
la muerte de Jesús
según:
Jesús mismo Jesús, por su parte, reitera con frecuencia su pasión y muerte como
parte de su misión (Mc 9,31; Lc 17,25); recuerda, además, que su
pasión y muerte han sido profetizados (Lc 18,31-34; 24,26-27;
2,38). Asimismo, Él aúna el pecado humano a su muerte,
definiendo su misión como servicio y rescate por muchos (Mc
10,45.14,24;Mt 20,28.26,28; Lc 22,19-21; 1 Cor 11,24). Ahora
45
bien, los datos bíblicos son también amplios en torno a la muerte
redentora de Cristo como signo de amor a los hombres: ‘Nadie
tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos’ (Jn
15,13). Asimismo, encontramos diversos testimonios, como en Jn
13,1: ‘[...] los amo hasta el extremo’59.
10. Resurrección. Significado teológico. Los textos más primitivos del NT que hablan de
la resurrección de Jesús tienen a Dios como el agente principal de ésta, para constituirlo en
Mesías y Señor (Gál 1,1; Rom 1,4; 6,4; 8,11; Ef 1,19s). La resurrección de Cristo remite al
Padre como respuesta paterna a la obediencia filial del Hijo60. La resurrección es el
parteaguas de la Cristología, es el paso de la Teología implícita a la Teología explícita,
es el paso del Jesús Histórico, al Señor, el Kyrios.
Antes de la resurrección, los discípulos no entendían lo que decía Jesús ni sus
acciones, pero ya estaba el germen de la confesión de fe, es a partir de la resurrección de
Jesús que da inicio a la fe en Cristo, pues antes no había fe, sino seguimiento . En 1 Cor
15 se manifiesta que no existe la fe cristiana sin la resurrección. A partir de la experiencia
pascual surge el kerigma primitivo.
Este kerigma se va ampliando y san Pablo, en 1 Cor, afirma que Cristo murió por
nuestros pecados (referencia soteriológica), fue sepultado y resucitado, se apareció a unos y
luego a quinientos hermanos. Además, se dice “según las Escrituras”, en donde hay una
referencia a un cumplimiento y continuidad; no es alguien sin antecedentes, sino un
proyecto que ha venido desde el AT y se cumple ahora. En todos se repite la frase “muerto
y resucitado”; éste es el núcleo del Kerigma. El kerigma primitivo se va desarrollando y al
final de los evangelios aparece el tema de la identidad personal de Jesús: este que resucitó
está en Dios, él es el Hijo de Dios encarnado.
La resurrección es un acontecimiento escatológico (más allá del tiempo y del
espacio): nadie fue testigo de la resurrección. Ya no es una Teofanía sino una Cristofanía.
Los relatos dicen que Jesús pide que lo toquen, pero no dice que lo tocaron, sólo se tienen
testimonios de que encontraron la tumba vacía y que lo vieron vivo. A partir de estas dos
experiencias se da el paso del discipulado a la fe, ya no son discípulos, sino creyentes por el
Espíritu.
59
Cf. Á. CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 289-300.
60
Cf. Á. CORDOVILLA (ed.), La lógica de la fe..., 122.
46
San Pablo dice que nadie puede reconocer a Jesús si no es por el Espíritu. Es un
proceso largo y difícil de comprensión del nuevo estatus ontológico de Jesús. Es el mismo
con el que convivieron, pero también es distinto. La resurrección es punto de contacto entre
historia y escatología (el Jesús histórico muere, esto se desarrolla en el tiempo y el espacio);
en el nivel escatológico está más allá del tiempo, su resurrección anticipa la resurrección de
los muertos; en la resurrección Cristo es exaltado y glorificado en plenitud y entra en la
gloria misma de Dios, dominando así eternamente.
Al ir por delante la cabeza, la ascensión de Cristo es ya la propia exaltación de los
hombres; la fe reconoce ahora de un modo más profundo la naturaleza del Hijo
esencialmente igual al Padre, en adelante es llamado Kyrios61. El relato más antiguo de los
evangelios (Mc), insiste en el tema de la tumba vacía, pero ésta no es una prueba de la
resurrección. No se puede probar históricamente como se vació la tumba, se puede calificar
más como un signo para quien quiere creer, que como una prueba. El sepulcro vacío es un
signo, pero el signo en cuanto tal no es concluyente, aunque sirva de apoyo a la fe. Nuestra
fe se centra en que Jesús está ahora vivo, vivifica, está entronizado a la derecha de Dios,
es el Kyrios, que ha vencido a la Muerte para siempre y por nosotros62.
En cuanto al descenso a los infiernos, el movimiento de salvación incluye el
momento de predicación a los muertos-encarcelados (1 Pe 3,19; 4,6); Jesús estuvo tres días
y tres noches en el ‘vientre de la tierra’, como Jonás en el de la ballena (Mt 12,40). El
concepto cosmológico es ‘descenso’ (Rm 10,7). Bajó al sheol, que no es lugar de castigo,
sino para los que mueren; Dios desciende hasta el abismo (kénosis absoluta). La Ascensión
de Jesús a los cielos, es una verdad de fe, testimoniada por la SE (Mc 16, 19; Lc 24,50;
Hech 1,6; Jn 10, 17; Ef 4,10; 1 Pe 3,22; Heb 9,24).
Su sentido teológico es que Jesús entra definitivamente en la vida divina; no
significa separación o distancia, pues Él sigue presente; es el periodo del ya-pero todavía
no, que no es para quedarse mirando al cielo, sino para la misión. Finalmente, Pentecostés
(Hech 2,1), es el culmen del misterio pascual de Jesucristo; la finalidad de la Encarnación
es compartirnos su Espíritu; Sólo en el ES que los discípulos reconocen a Jesús como
Señor, entienden su palabra y obra como enviado del Padre (Gal 4,4; Hech 2,22).
Salvación como
47
liberación dentro Se participa de Él a través transforma la mente y
de la historia y a de la oración, ofrendas y el corazón creando
través de ritos sacrificiales. personas nuevas en
mediaciones Cristo.
humanas.
48
bunas nuevas a los víctima. Ya no son sobre sus hombros
pobres. Su mensaje necesarios más sacrificios. para llevarlas a
del reino de Dios El murió por todos. Su buenos pastos. Jesús
incluye el sangre nos lava y nos quita es la Vida, la Luz, el
compromiso con la el temor y la culpa. Pan que alimenta.
justicia. Cambia la Quiere habitar dentro
vida de los de nosotros a través
discípulos para de su Espíritu.
hacerlos agentes de Transformarnos para
liberación. pensar y sentir con
Él.
49
12. Problemática sobre la mediación única de Jesucristo y la universalidad de la
salvación. Podemos formular la siguiente pregunta: ¿hay contradicción entre que Dios
quiere que todos se salven y el hecho de que Jesucristo sea el único Mediador entre Él y los
seres humanos?
En el medioevo, los teólogos cristianos pensaban que los judíos y los infieles no
eran objeto de la misericordia salvadora de Dios en Cristo, recordemos, asimismo, el
axioma extra Ecclesiam nulla salus. Esta concepción ha cambiado. El CVII reafirmó la
visión bíblica según la cual la salvación es una posibilidad para todas las personas (GS, 22).
Hay tres posiciones comunes.
a) Los teólogos que sostienen que Jesucristo es esencial para la salvación, y esto hay
que interpretarlo en un sentido exclusivo. Jesucristo es el único Salvador verdadero, pero
como la fe salvífica en Cristo es explícita, sólo se salvan los que confiesan a Jesucristo
(axioma del extra ecclesiae). La Iglesia es la esfera de los salvados, frente a los no
salvados; es una salvación exclusiva de la que se benefician los cristianos únicamente. Se
termina socavando el plan salvífico de Dios para todas las personas.
El axioma: ‘fuera de la Iglesia no hay salvación’, no se interpretó, sin embargo, de
manera literal, ni siquiera en la patrística. Justino imaginaba al Logos, sembrando semillas
de verdad y bondad por todo el mundo (semina verbi). Las religiones paganas y los
filósofos griegos eran, desde esta perspectiva, preparaciones para el evangelio (precursores
de Cristo). Además del bautismo de agua, Agustín desarrolló la idea de que el bautismo de
sangre (martirio) y el de deseo (aquellos que morían antes de ser recibidos explícitamente
en la Iglesia, pero que querían ser cristianos), podían salvar. Tomás de Aquino, por su
parte, fue uno de los teólogos que abrió una participación más amplia en la gracia de Dios.
No obstante, la otra visión prevaleció durante el medioevo hasta el s. XX y, por ello, era
urgente predicar y bautizar;
b) Aquellos que sostienen que Cristo es esencial para la salvación, pero, a diferencia
de la primera, argumenta que se debe interpretar esta afirmación en un sentido inclusivo. El
CVII, en su Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas
(Nostra Aetate), prestó atención a la nueva situación de la humanidad: gran número de
personas ‘fuera’ de la Iglesia, vitalidad de las religiones, aprecio por su sabiduría espiritual
y la causa común por el bien humano. La declaración tiene una enseñanza universal: hay un
único Dios que creó a todas las personas, siendo la voluntad salvífica universal y tiene su
punto focal en Cristo, quien murió para salvarnos.
Todo lo que es verdadero y santo en las religiones del mundo es un reflejo de la luz
divina, que ilumina al mundo entero. El encuentro y el diálogo deben reemplazar al rechazo
y la condena. Dios inspira la conciencia de cada persona y la capacita para ser fiel a la
gracia. K. Rahner tiene la tesis de que todas las personas que tratan de cumplir la voluntad
de Dios, escuchando sus conciencia y tratando de llevar una vida moral recta, están siendo
guiadas, de hecho, por la gracia salvífica de Cristo (no hay otra); están diciendo ‘sí’ a
Cristo, aunque no lo sepan (cristianos anónimos); por ello, para Rahner, la misión
cristiana consiste en que se tome conciencia y se explicite algo que se conoce ya
implícitamente.
50
Las estructuras positivas de una religión son vistas como los medios a través de los
cuales se hace eficaz la gracia de la salvación; una vez escuchada la verdad evangélica, es
obligatorio que sigan a Cristo de un modo más explícito. Algunos autores han criticado la
tesis rahneriana (H.U. Balthasar y H. Küng); c) Algunos teólogos han desarrollado al idea
de que Jesucristo no es esencial para la salvación de todas las personas, pero sí es
extraordinariamente importante. Es normativo en sentido universal pero no esencial para la
salvación. Buda o Krishna podrían apoyar valores que los cristianos pasan por alto; es una
actitud más teocéntrica y menos cristocéntrica. Jesucristo es el camino de salvación
únicamente para los cristianos. Recientemente se ha retomado el sentido universal de la
salvación, no sólo como un humanocentrismo, sino la universalidad de la reconciliación
del mundo y al cosmos entero a través de Cristo64.
Bibliografía particular
- DUQUOC, C., Cristología, Ensayo Dogmático sobe Jesús de Nazaret el Mesías,
Sígueme, Salamanca 1978.
- HAAG, H, «Rabbí» En Diccionario de la Biblia, Dir. H. Van den Born, S. de
Ausejo, Herder, Barcelona 1987.
- LATOURELLE, R., Milagros de Jesús y Teología del milagro, Sígueme, Salamanca
1990.
- PAGOLA, J. A., Jesús, Aproximación Histórica, editorial Claretiana, Buenos Aires
2012.
- FERNÁNDEZ, A., Teología dogmática, T. I, BAC, Madrid, 2015.
- COLLANTES, J. (dir.), La fe
- de la Iglesia Católica. Las ideas y los hombres en los documentos doctrinales del
Magisterio, Historia Salutis (colecc.), no. 446, BAC, Madrid 19842.
- JOHNSON, E. A., La cristología hoy: olas de renovación en el acceso a Jesús, Sal
Terrae, Santander 2003.
- CORDOVILLA, Á. (ed.), La lógica de la fe. Manual de Teología Dogmática,
Biblioteca Comillas. Teología (colecc.), Unión de Editoriales Universitarias
Españolas, Madrid 2013, no. 6, 366.
- BEINERT, W., Diccionario de teología dogmática, Herder, Barcelona 1990.
- FLORISTÁN, C., «Jesús, el Reino y la Iglesia», en 10 palabras clave sobre Jesús de
Nazaret, Verbo Divino, Estella (Navarra) 20073.
Fuentes electrónicas
- RAHNER, K., «Sobre la ciencia y conciencia de Cristo», Trad. Fernando Manresa, en
Sele
64
Cf. E. JOHNSON, La cristología hoy..., 147-162.
51
cciones de Teología, 1962,
http://www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol2/6/00
6_rahner.pdf, (30.01.19).
- PABLO VI, Constitución Pastoral Gaudium et Spes, Vaticano, Roma 1965,
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_const_19
651207_gaudium-et-spes_sp.html, (10.02.19).
- PABLO VI, Encíclica Sacerdotalis Caelibatus, Vaticano 1967, en,
http://w2.vatican.va/conte
nt/paul-vi/es/encyclicals/documents/hf_pvi_enc_24061967_sacerdotalis.html,
(30.01.19).
52
PNEUMATOLOGÍA
53
2. Elementos fundamentales de pneumatología bíblica
“A muchos suele preocupar, a saber: por qué el Espíritu Santo no es Hijo, siendo
así que salió del Padre, según se lee en el Evangelio. Salió como don, no como
nacido, y por esto no se le llama Hijo, pues no es nacido, como el Unigénito, ni
renació por la gracia adoptiva, como nosotros”
(San Agustín, De
Trinitate)
El Antiguo Testamento habla del Espíritu de Dios – “Rúaj Yahve”, y lo representa
mediante imágenes vigorosas como: viento soplo, agua, fuego, paloma, don. El término
rúaj es polisémico y en ocasiones uno de los significados se superpone a otro distinto o
complementario.
54
sobre su alianza con Dios. (Cfr. Is 11, 2; Ez 1, 28)
pueblo para
salvarle la Con el rey el Espíritu de Dios es un don que debe
vida permanecer con el elegido, el ungido de Yahvé.
Estas personas están inundadas por el Espíritu.
55
La Iglesia es presentada como una comunidad misionera
por obra del ES.
56
el Espíritu no proceden del Padre de una necesidad evolutiva, sino porque la actividad
absoluta del Padre es la consumación de su paternidad es la más pura autocomunicación de
su divinidad al Hijo en la procesión del Espíritu. El Espíritu procede del Padre (y del Hijo)
bajo la modalidad de espiración. La misión del Espíritu Santo en la Trinidad es unir, es la
unión entre el Amado y el Amante. La misión del Espíritu Santo fuera de la Trinidad es la
efusión del amor, en la acción y autocomunicación al mundo.
Modelos explicativos
57
misma, sino una tendencia La idea rectora de esta
a otro, por eso el Espíritu concepción es el principio
Santo es don mutuo del teológico-trinitario de que
Padre y del Hijo. Padre, Hijo y Espíritu no se
distinguen entre sí por
propiedades comunicables, de
manera que esas propiedades
pueden convenir o sólo a la
Padre Hijo naturaleza común o
únicamente a las hipóstasis.
Dificultades ES
Dificultades Dificultades
Se le acusa de Para la teología oriental Las relaciones entre Logos y
subordinacionismo por esta concepción se Pneuma están confusas y
destacar con mayor fuerza contempla como un doble quedan sin explicar; la acción
la distinción existente principio fundante, el del Espíritu difícilmente puede
entre el Padre, el Hijo y el Espíritu procede pues del caracterizarse como la acción
Espíritu, al punto de llegar Padre y del Hijo. Esto es del Espíritu de Cristo.
a subordinar –en mayor o inaceptable porque rompe
menor medida- a la el único principio en Dios
Trinidad. que es el Padre.
58
“el Espíritu Santo es algo común al Padre y al Hijo, sea ello lo que sea. Mas esta
comunión es consubstancial y eterna. Si alguien prefiere denominarla amistad,
perfectamente; pero juzgo más apropiado el nombre de caridad”
(San Agustín, De Trinitate)
«Creemos…
Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre; que con el Padre y el
Hijo recibe una misma adoración y gloria, que habló por los profetas».
(DzH 150)
El I Concilio de Constantinopla (381) habla claramente de la divinidad y de la hipóstasis
del Espíritu Santo. No utiliza el término técnico homoousia, pero aplica al Espíritu Santo
predicados que claramente indican su divinidad y su igualdad esencial con el Padre y con el
Hijo. Se le dan los calificativos divinos de Señor y vivificante. Procede del Padre, es
adorado y glorificado junto con el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo ha hablado por los
profetas. Es, por tanto, el Dios que se comunica a sí mismo en la revelación.
6. Lugar y misión del Espíritu Santo en la Iglesia. ¿Presencia del Espíritu más
allá de la comunidad cristiana? ¿en la creación toda?
“Don es el Espíritu Santo desde la eternidad,
donación en el tiempo.”
(San Agustín, De Trinitate)
El ser y la actividad de la Iglesia son inexplicables sin la acción del Espíritu Santo, pues, si
bien la Iglesia es el pueblo de Dios y el Cuerpo Místico de Cristo, también se define como
Templo del Espíritu. El ES es el alma de la Iglesia, la expresión se repite en la literatura
patrística, dice Agustín de Hipona: “Lo que es nuestro espíritu o nuestra alma respecto a los
miembros, así es el Espíritu Santo respecto a los miembros de Cristo, el cuerpo de Cristo
que es la Iglesia” (Sermón 268). Santo Tomás compara al Espíritu Santo con el corazón,
dado que al modo como el corazón ejerce un influjo interior en el hombre, de modo
semejante el corazón invisiblemente vivifica y unifica a la Iglesia, mientras que Cristo, por
su naturaleza invisible, se compara a la cabeza. El Espíritu Santo es el que ayuda a aunar
los elementos dispares, que confluyen en el ser único de la Iglesia: el que sea humana y
divina, visible e invisible, interna y externa, temporal y eterna, carismática y jurídica, etc.
El Espíritu Santo es el santificador de la Iglesia, de forma que el Espíritu Santo habita en
ella y en el corazón de los fieles como en un templo y la guía a toda la verdad.
El Espíritu Santo está presente más allá de la comunidad cristiana, esto ya lo
afirmaban los Padres de la Iglesia como San Ireneo de Lyon, quien decía que el don del
Espíritu celeste ha sido enviado a toda la tierra. Los autores anteriores a la escolástica
admitían que el Espíritu Santo es el principio de todo conocimiento verdadero, por lo que
aparece allí donde las personas se confían a Dios y a su amor, aunque al hacerlo, no hablen
expresamente de Dios o de Jesús. Ahora bien, la acción del Espíritu Santo, por ser el Dador
de vida, es el principio vital de la creación; de manera que, la creación, la naturaleza, la
vida y el espíritu humano existen por obra del Espíritu divino vivificante y dependen de Él
permanente (Cfr Lumen Gentium 4)
59
7. ¿Qué implica la vida según el Espíritu? O del lugar y la misión del Espíritu en
el cristiano
“El Espíritu es Espíritu de Dios,
porque lo otorga, y nuestro, porque lo recibimos.”
(San Agustín, De Trinitate)
La vida según el Espíritu implica vivir de acuerdo con ese Espíritu. Es decir, hundiendo la
raíz en las páginas de la Escritura, la vida del hombre se debe a la acción vivificadora del
Espíritu divino; vivir significa existir por la fuerza del Espíritu de Dios. Vivir según el
Espíritu es dar espacio a una vida nueva en la gracia, respetarla y fomentar la libertad. Vivir
conforme al Espíritu es vivir en relación y disposición a salir de sí mismo y entrar en la
dinámica divina para encontrarme a mí mismo y encontrar al otro, lo que lleva a
desprenderse de toda falsa seguridad para recibir el don de la vida verdadera. La vida según
el Espíritu nos hace ser hijos de Dios, destinados a la glorificación. Mediante el Espíritu
Santo se lleva a cabo la unión más íntima entre el hombre y la Trinidad, al tiempo que en
ellos confluye el amor de Dios Padre, el amor salvífico del Hijo y el amor vivificante del
Espíritu Santo.
Herejías pneumatológicas: agregar: montanistas, macedonianos, pneumatómacos,
Focio y Joaquín de Fiore
60
Bibliografía particular
HILBERATH B., Pneumatología, Herder, Barcelona 1996.
CARRILLO ALDAY S., Teología bíblica del Espíritu Santo, I, El Antiguo Testamento,
los Evangelios, los Hechos de los apóstoles, DABAR, México 1998.
CONGAR Y., El Espíritu Santo, Herder, Barcelona 1991.
FERNÁNDEZ A., Teología dogmática I, BAC, Madrid 2012.
MÜLLER G., Dogmática. Teoría y práctica de la teología, Herder, Barcelona, 1998.
ECLESIOLOGÍA
61
Evangelios66 un momento solemne donde Jesús instituye la Iglesia, varios estudiosos
encuentran el acto fundacional de la Iglesia por Cristo: a) Evangelios: cuando confía a
Pedro la misión de ser el fundamento y la roca de la nueva institución (Tú eres Pedro y
sobre esta edificaré mi Iglesia Mt 16,18). Esta concepción es tradicional;
b) Según la Comisión Teológica Internacional no existe un momento, sino 12
momentos fundacionales: estos 12 momentos incluyen la trinidad (que funda la Iglesia: el
Padre envía al Hijo, luego éste al ES), la creación, la elección del pueblo de Dios, toda la
vida y obra de Jesucristo, la elección de los 12, la atribución a Pedro de su nombre y la
institución de la Eucaristía, el sacrificio pascual, él envió del Espíritu Santo. Aunque el
término Iglesia es muy parco en la predicación de Jesús, su actitud de fundar la Iglesia
queda patente.67 Cristo es el fundador de la Iglesia. Por eso dice Tomás de Aquino: Cristo
vino al mundo para constituir la Iglesia.
3. Relación y distinción entre Iglesia y Reino de Dios
A pesar de la abundante bibliografía, los autores no llegan a un consenso sobre la
relación Iglesia-Reino porque tienen una íntima conexión. A) Relación. Según Eloy Bueno
de la Fuente, la relación entre ambos debe expresarse en fórmulas dinámicas: la Iglesia está
llamada al servicio del reino de Dios. La Iglesia debe servir al reino, pero no como un
protagonista que actuara desde fuera. Así mismo, el Reino no puede ser separado de la
Iglesia ya que ésta no es un fin en sí misma, sino que está ordenada al Reino de Dios del
cual es germen, signo e instrumento. B) Diferencia. Iglesia y Reino de Dios se distinguen,
aunque interrelacionan mutuamente. El Reino abarca todo el ámbito de la salvación: se
refiere fundamentalmente a los bienes espirituales e internos, o sea, al mensaje salvador que
propone y predica Jesús mientras la Iglesia, por el contrario, es la institución que lleva a
cabo el Reino. Con los términos de LG 5 la Iglesia es germen y principio del reino.
66
Si los Evangelios no tienen este detalle es porque no son crónica de la vida pública de Jesús, sino testimonio de su
persona y de su enseñanza. F. FAYNEL estudiando la Iglesia en el NT, escribe en su libro La fundación de la Iglesia en
Cristo y por Cristo: Los sinópticos y los Hechos de los apóstoles nos han presentado las tres grandes etapas de la
fundación de la Iglesia por Cristo: el ministerio público, el sacrificio pascual y el envió del Espíritu Santo; pp. 140-141.
67
El conjunto de la vida pública de Jesús es inexplicable sin el intento de establecer la Iglesia, con el fin de que continuase
su misión.
68
Ricardo BLÁZQUEZ, La Iglesia, 25-33. Véase Modelos de Iglesia en la historia, disponible en
http://www.acogerycompartir.org/archivo/2004/Cortes-convocatoria/ModelosIglesia.htm (01/03/2019). Los nombres,
imágenes, analogías, expresiones innumerables servían para contemplar la comunidad de los creyentes con ojos nuevos. Y
a la Iglesia la denominaron: arca, luna, pueblo santo, cuerpo de Cristo, casa de Dios, madre, morada del Espíritu, esposa
de Cristo, vid, rebaño, etc.
69
Avery DULLES, Modelos de la Iglesia. Estudio crítico sobre la Iglesia en todos sus aspectos , Colección «Teología y
mundo actual», nº 40, Editorial Sal Terrae, Santander 1975, 7-47.
62
Se subrayan los elementos institucionales. Lo formal y lo externo prima sobre lo
interior. Fue predominante en los años preconciliares. Pertenecer a la Iglesia es acatar las
normas y obedecer a sus representantes oficiales
2. Iglesia como comunión mística
En reacción contra la visión tan juridicista del modelo anterior, se subrayan los
elementos interiores de la Iglesia: la experiencia del Espíritu, y la comunión entre los
miembros, que se entiende ante todo como amor y amistad. Ser miembro significa estar en
comunión con Dios por su Espíritu y, desde luego, con los hermanos.
3. Modelo sacramental
No confundirlo con una Iglesia que se dedica fundamentalmente a administrar
sacramentos. En este modelo, la Iglesia se entiende a sí misma como sacramento. Un
sacramento es la presencia visible de lo invisible. Es de algún modo, una síntesis de los dos
modelos anteriores
4. Modelo heraldo
La Iglesia se entiende así misma como anunciadora (heraldo) del evangelio. Está en
función de una misión, que consiste en el anuncio explícito de la Buena Noticia de
Jesucristo. En este modelo, la Iglesia deja de mirarse a sí misma y se abre a la misión, que
entiende como dar a conocer a Jesucristo.
5. Modelo servidora
La misión de la Iglesia no es solo proclamar a Jesucristo sino servir a los pobres.
Este es el aspecto subrayado por este modelo. En situaciones de secularización, el único
lenguaje inteligible es el del servicio.
63
peregrina, purgante y triunfante. Estos 3 niveles constituyen también la comunión en un
mismo cuerpo.
La Iglesia es católica: Anuncia la totalidad de la fe; lleva en sí y administra la
plenitud de los medios de salvación; es enviada a todos los pueblos; se dirige a todos los
hombres; abarca todos los tiempos (CEC 868). La palabra clave aquí es apertura o católica
en sentido genuino y se opone a lo sectario. Ha habido momentos en que la iglesia quiso
decir solo nosotros: los santos dicen los donatistas los que no son lapsi, los albigenses, los
cataros. Por vocación la Iglesia debe estar abierta a todos, es universal y con apertura al
dialogo.
La Iglesia es apostólica: porque está fundada sobre los apóstoles (CEC 857). Se ha
interpretado solo en sentido clerical. Ahora bien, los que no son apóstoles ordenados son
también apostólicos, por tanto, se valora también la apostolicidad de los laicos que son
discípulos. El discípulo es quien va detrás y sigue al maestro; el apóstol, en cambio, además
de seguir al maestro es enviado para el anunciar la buena nueva a todos (tarea principal).
70
Angel CORDOVILLA PÉREZ (ed.), La lógica de la fe. Manual de Teología Dogmática, Comillas, Madrid 2013, 469-474
64
8. Iglesia, diálogo ecuménico y diálogo interreligioso
La Iglesia católica: nada rechaza de lo que, en las religiones cristianas y no
cristianas, hay de verdadero y santo», al contrario, «considera con sincero respeto los
modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas, que, aunque discrepan, en muchos
puntos de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella
Verdad que ilumina a todos los hombres.
a) Diálogo ecuménico: Nuestra atención se dirige, ante todo, a los cristianos que
reconocen públicamente a Jesucristo como Dios y Señor y Mediador único entre Dios y los
hombres, para gloria del único Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Sabemos que existen
graves divergencias entre la doctrina de estos cristianos y la doctrina de la Iglesia católica
aun respecto a Cristo, Verbo de Dios encarnado, de la obra de la redención y, por
consiguiente, del misterio y ministerio de la Iglesia y de la función de María en la obra de
la salvación. Nos gozamos, sin embargo, viendo a los hermanos separados tender hacia
Cristo, como fuente y centro de la comunión eclesiástica. Movidos por el deseo de la unión
con Cristo, se sienten impulsados a buscar más y más la unidad y también a dar testimonio
de su fe delante de todo el mundo. (UR 20)
b) Diálogo interreligioso que se lleva adelante entre personas de otras religiones y
convicciones religiosas. No podemos invocar a Dios, Padre de todos, si nos negamos a
conducirnos fraternalmente con algunos hombres, creados a imagen de Dios (NA 5). El
diálogo interreligioso no busca una fusión o asimilación de doctrinas distintas sin
coherencia sustancial, sino más bien la promoción del entendimiento entre las diferentes
religiones para aumentar la aceptación de los demás. En una sola palabra, busca el trato
recíproco constructivo entre las religiones o movimientos espirituales que no tienen una
raíz cristiana en común.
65
sinodalidad que es el principio de que todos tienen valor, están interconectadas y trabajan
en conjunto.
Icono de la Trinidad: Con una perspectiva bíblica y patrística, la Lumen Gentium,
explica que la Iglesia viene de la Trinidad, está estructurada a imagen de la Trinidad y
camina hacia la consumación trinitaria. En este sentido, Y. Congar reconoce a la Iglesia
como una extensión o una manifestación de la Trinidad, el misterio de Dios en la
humanidad.
Cuerpo místico: esta imagen viene de Pablo. Resalta la diversidad de carismas en
la unidad, la capitalidad crística: Cristo es la cabeza el que guía, alimenta y orienta. María
sería el cuello que une la cabeza con el cuerpo. Al hablar de cuerpo de Cristo, Pablo se
refiere al cuerpo físico, eucarístico y eclesial. Entonces el cuerpo místico tiene que ver con
la Iglesia misterio.
Templo del Espíritu: Consumada la obra que el Padre encomendó realizar al Hijo
sobre la tierra, fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés a fin de santificar
indefinidamente la Iglesia y para que de este modo los fieles tengan acceso al Padre por
medio de Cristo en un mismo Espíritu. Él es el Espíritu de vida o la fuente de agua que salta
hasta la vida eterna, por quien el Padre vivifica a los hombres, muertos por el pecado, hasta
que resucite sus cuerpos mortales en Cristo. El Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón
de los fieles como en un templo, y en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos.
Guía la Iglesia a toda la verdad, la unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna
con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus frutos. Con la fuerza
del Evangelio rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la unión
consumada con su Esposo. En efecto, el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: ¡Ven! Y
así toda la Iglesia aparece como «un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo».
Misión: La Iglesia peregrinante es misionera por su naturaleza, puesto que toma su
origen de la misión del Hijo y del Espíritu Santo, según el designio de Dios Padre (AG 2).
La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser "el sacramento universal de la salvación",
obedeciendo el mandato de su Fundador, por exigencias íntimas de su misma catolicidad,
se esfuerza en anunciar el Evangelio a todos los hombres para que se establezca el reino de
Dios en toda la tierra. (AG 1)
Bibliografía particular
66
ANGUIANO, A., Sinópsis de la sistemática teológica, Ad Usum Privatum, 2018-19.
CORDOVILLA PÉREZ, A., (ed.), La lógica de la fe. Manual de Teología Dogmática,
Comillas, Madrid 2013.
FERNÁNDEZ, A., Teología dogmática II (Creación, Antropología, eclesiología,
Sacramentos, Escatología), BAC, Madrid 2012.
DULLES, A., Modelos de la Iglesia. Estudio crítico sobre la Iglesia en todos sus
aspectos, Colección «Teología y mundo actual», nº 40, Editorial Sal Terrae,
Santander 1975.
USMA GÓMEZ, J. F., Diálogo ecuménico y diálogo interreligioso, tan parecidos y
tan diferentes: algunas reflexiones, disponible en
http://www.centroecumenico.org/images/dialogo/articulos/66DialogoEcumenico.pd
f (2/03/2019)
CABIEDAS TEJERO, J. M., Eclesiología-Mariología, Apuntes, 2017-18.
OTT, L., Manual de Teología Dogmática, Herder, Barcelona 1968.
BLÁZQUEZ, R., La Iglesia. Misterio, Comunión, Misión, Sígueme, Salamanca 2017.
67
ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA I
El hombre es un ser hecho para Dios, que está destinado a identificarse con Cristo,
que tiene una dignidad particular que es el fundamento de la moral, que hay una realidad
de pecado en la historia humana y en cada persona, que hay una salvación y renovación en
Cristo: eso es la gracia.
Desde el Concilio Vaticano II, este tratado afronta el problema del hombre en cuanto
destinado a participar de la naturaleza divina, del hombre en cuanto, según la revelación,
está llamado a ser hijo de Dios
En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado.
Porque Adán, el primer hombre, era figura del que había de venir, es decir, Cristo nuestro
Señor. Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor,
manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su
vocación. Nada extraño, pues, que todas las verdades hasta aquí expuestas encuentren en
Cristo su fuente y su corona (GS 22).
68
El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado, en este
sentido, la Cristología define la antropología, ya que la cristología es una antropología en
plenitud, por ende, la antropología es una Cristología deficiente. La creación en Cristo
muestra a éste como causa ejemplar, modelo o arquetipo según el cual ha sido diseñado
todo lo creado:
Ésta es, pues, la otra cara de la afirmación de Cristo como cumbre y fin de la
creación. Si Cristo es la meta de la creación, y si esta meta no es simplemente un caso
singular, sino que es también un momento interno del agraciamiento de la criatura
espiritual en general, entonces ésta ha sido pensada a imagen de Cristo y está llamada
desde su origen a ser lo que en Cristo se manifiesta. Por ello, toda la creación es un modus
deficiente de esa protorrelación de Dios con lo distinto de sí que en Cristo alcanza su
plenitud. A su luz son creadas todas las cosas, destinadas a esa culminación a través de la
libre acogida del Dios que se quiere entregar a sí mismo a lo distinto de sí y por ello lo
crea.
Tertuliano: cuando Dios modelaba al hombre de barro el modelo fue y sigue siendo
Jesucristo.
A)
ANTIGUO
TESTAMENT
O
69
2- EN EL Dios crea el hombre con polvo, sopla en sus narices para darle el
RELATO soplo de vida, así el hombre deviene un ser vivo. El hombre no ha
YAHVISTA sido creado por la palabra de Dios según este relato, sino que fue
(GEN. 2,4B – modelado con barro del suelo. La creación del hombre y de la mujer
3,24): es el inicio de la creación. La creación del hombre es una
participación del ser de Dios.
70
Alianza.
B) CREACIÓN EN
EL NUEVO
TESTAMENTO
71
Herejía es una creencia o teoría controvertida o novedosa, que entra en conflicto con el
dogma establecido. Basándose en la etimología griega de la palabra, que proviene de
hairesis (αἵρεσις), que significa una elección o un grupo de creyentes, es una escuela del
pensamiento o una opinión particular o específica s obre un punto de doctrina determinado.
Como Dios en tanto que trascedente no es un ser como cualquier otro, sino
radicalmente distinto de todo lo demás, mentalmente es posible que sea la causa y
fundamento de cada ente, sea libre en su propia realidad y que, justamente por ello, lo
sostiene, vivifica y consuma de forma íntima y permanente.
Vestigia Trinitatis: Doctrina desarrollada por San Agustín en la que sostiene que hay
señales de la Trinidad en la creación. Estas señales no son ilustraciones de la Trinidad sino
más bien huellas de la Trinidad dejadas durante la creación. Por esto, San Agustín dijo que
el “vestigio” de la Trinidad se encuentra en cada criatura, en cuanto es única, en cuanto
tiene una forma específica, y en cuanto tiene un orden.
Dios está presente en la creación, y lo está como Aquel que la trasciende. Lo que a su
vez implica que la creación no es independiente, sino ordenada a Él; y que el hombre, en
cuanto creatura, es nada frente a Dios, pero a la vez abierto hacia Él. La doctrina
agustiniana, con tanta resonancia en la religación expuesta por Zubiri, nos ofrece una
posibilidad de reflexión sobre el hombre necesitado de Dios. Ayudar al hombre a que sepa
encontrarse desde dentro de sí, será ayudarle a reconocer su propia limitación y su propio
deseo de trascendencia en abertura hacia Dios. El Dios trascendente e íntimo es el Dios,
misterio que se nos revela por Jesucristo. Parafraseando el pensamiento agustiniano podría
afirmarse que la doctrina cristiana de la trascendencia e inmanencia de Dios, abre al
hombre a una actitud de oración en la que adora a Dios por ser El quien es y le suplica
como hombre necesitado.
73
Autonomía de la creación: Lo creado es real y completamente distinto del Creador. La
creación implica que, aunque el Creador y la criatura pueden considerarse ambos bajo la
noción común de ser, dado que la criatura posee un ser participado, no tiene sin embargo
comunidad de ser con Dios. La teología de Sto. Tomás se apoya en la idea de participación
para formular el concepto de creación. Participar significa aquí el poseer de modo limitado
e imperfecto algo que se halla en otro de modo total, ilimitado y perfecto. La participación
de la criatura respecto del creador es la llamada participación trascendental. Ser criatura
significa poseer el esse participado, limitado por la esencia que lo recibe. Dios, en cambio
no posee el esse; El ES el ESSE Subsistente.
Motivo: bondad de Dios: Dios fue movido por su bondad a crear libremente el
mundo. Es el amor de su bondad infinita el que le movió a dar existencia a seres finitos
para hacerles partícipes de sus propias perfecciones.
Las criaturas han tenido un principio y no existe desde la eternidad. Aunque en Dios,
su voluntad creadora es inmutable y eterna, esto no implica la eternidad del mundo porque
el mundo empieza existir no cuando Dios concibe la idea sino cuando la realiza.
74
Creación y Trinidad: Creación, obra de la Trinidad: Como toda actividad de Dios
hacia fuera (ad extra), la creación es un acto libre de Dios, y común por lo tanto a las tres
Personas Divinas.
CEC 292: La acción creadora del Hijo y del Espíritu inseparablemente una con la del
Padre, es claramente la regla de la fe de la Iglesia. La creación es obra de la Santísima
Trinidad.
Por otro lado, en el contenido bíblico Imago Dei aparece en el AT, mientras que en
el NT aparecerá Imago Christi.
75
Metodológicamente, al concepto de imagen de Dios se le debe sumar el de
«semejanza» para poder introducir el alcance protológico y escatológico que se alcanza por
Cristo y la encomienda dada al hombre a actuar de forma semejante a Dios con el dominio
y providencia respecto a la creación.
Lo más común es que por «imagen» se entienda el alma creada por Dios, que
permanece después del pecado, aunque debe afirmarse que es la totalidad del ser humano,
en su unidad de cuerpo y alma, la que ha sido creado en orden a Dios.
Esto tienen el propósito de marcar la superioridad del hombre por encima de las
demás criaturas y negar la igualdad del hombre con Dios.
Juan Pablo II habló de un «ser esponsalicio» para hablar desde la imagen del
hombre creado como varón y hembra para decir que en la comunión interpersonal es que el
humano es imagen de Dios.
8. Síntesis de los fundamentos bíblicos sobre el ser humano como imagen de Dios
- De la creación del hombre en ambas narraciones se expresa cercanía del hombre con
Dios:
76
a. Relato sacerdotal (P). Gen 1: con un relato sobrio habla del hombre creado a
imagen de Dios y como hombre y la mujer; hombre tiene un significado colectivo; marca la
diferencia con los animales y la cercanía con Dios; destaca el deber de multiplicarse,
someter y dominar la tierra como representación y ayudantes de Dios.
Alma Ex 23, 9
Sede y acto de otras impresiones
anímicas
Persona Lv 19,8
En relación con la comunidad
77
el hombre en Cuerpo Lv 19, 28
común con los
animales. Parentesco Gn 29, 14
Espíritu 2 Re 19, 7
Ser independiente e invisible
Por otro lado, Ruiz de la Peña propone agregar el término aikon=icono en la teología de
la imagen para decir que, mientras que Jesús es la imagen de Dios, el hombre es imagen de
la imagen que es Cristo.
78
9. Herejías y definiciones dogmáticas sobre la constitución del hombre como
creación de Dios
Más que hablar de herejías y definiciones dogmáticas directamente del hombre como
imagen de Dios, se puede hablar de esto en relación con la constitución de la naturaleza
humana como creación de Dios.
1) Niega la
preexistencia de las
Los errores
DUALISMO O PLURIFORMISMO
almas
priscilianistas de
561 Concilio de Bajo el procedencia 2) Niega el pecado
Braga pontificado de origenista de las almas en las
Juan III moradas celestiales
(Sostenía un
modalismo en la 3) Niega la
Trinidad y un incorporación del
cuerpo aparente alma como castigo
en el Verbo, sin por el pecado
encarnación:
docetismo) (DH. 456)
79
2 (XV Olivi inmediata y
Ecuménico) esencialmente
(1248 – 1298) forma del cuerpo
(DH. 902)
80
- Relación: es el nexo entre los seres creados individualmente que le permite el diálogo. Es
la dimensión que hace referencia a la sociabilidad y apertura a la trascendencia, es decir, ir
más allá del propio Yo sin omitir o suprimir a éste y llegar a la comunión. (GS 24-27)
-Trabajo: por medio de las capacidades físicas e intelectuales del hombre, este es capaz de
reivindicar su identidad. El ejercicio laboral manifiesta la capacidad humana de ejercer sus
potencias y, con esto, se hace partícipe del ordenamiento y desarrollo de la creación,
haciéndose co-creador.
El trabajo es el medio que hace asequible un fin del individuo con el ejercicio de su
inteligencia y voluntad. Implica esfuerzo y fatiga, un cierto desgaste que lleva a ser
personal a su realización. El trabajo lleva al hombre a autodefinirse y a trascenderse a la
vez al modificar la realidad por medio de él.
- Libertad: Es el ejercicio de las potencias personales de la voluntad y la inteligencia en
circunstancias específicas que posibilitan tal ejercicio. Se dice de Dios en el acto creador y
de los ángeles y los hombres en su autodeterminación, con la distinción de que en los
hombres dicha autodeterminación es paulatina.
Filosóficamente se ha llegado a hablar de que el hombre cuenta con una “libertad
de” y de una “liberad para”. Mientras que la libertad para se suele llamar positiva y es el
hecho de ser dueño de la voluntad, la libertad de comúnmente se predica como negativa en
referencia a los elementos externos que posibilitan o impiden el camino de la acción
personal.
- Unidad: se dice de la totalidad del ser y no sólo de un conjunto de partes. Así, del hombre
se predica la unidad (una sola realidad) del alma y del cuerpo, en contraposición con el
dualismo platónico. El alma y el cuerpo forman una sola cosa: el hombre, que para su
análisis se divide en dos por las operaciones espirituales y las físicas de las que es capaz.
81
dinámica de la existencia humana desde su relación con Dios, donde el hombre se concibe
especial entre las creaturas por poder relacionarse con su creador.
Así, el hombre, creado a imagen de Dios, es la síntesis de toda la creación visible e
invisible, coronación y consumación de la actividad creadora de Dios. A través de él todos
los seres pueden alcanzar la unificación y su sentido más pleno. De ahí que haya sido
constituido como señor sobre las creaturas para que hiciese uso de ellas, dando gloria a
Dios (Sal 8) y creado como un ser social para vivir en comunidad (Cfr. GS 12).
12. Síntesis del Magisterio sobre el hombre como creación de Dios en J. COLLANTES,
La fe de la Iglesia:
a. Dios creó al hombre a su imagen como síntesis del mundo material y espiritual, es
decir, con un cuerpo material y un alma espiritual, racional e inmortal, creado con
dimensión crística, ser como Cristo y hecho a imagen de él.
b. Aquí radica la fundamental igualdad y la excelsa dignidad humana.
c. El alma humana no preexiste a la formación del hombre; ni es emanación de la
sustancia divina; ni derivación de la sustancia de los padres, sino creación directa de
Dios.
d. El alma humana es única en cada individuo, e informa sustancialmente el cuerpo,
con el que constituye una unidad en la dualidad.
e. El hombre ha sido creado como ser social, dotado de libertad y de la conciencia
moral, para alcanzar la plenitud tendiendo libremente al Creador.
f. La actividad humana tiene su propia autonomía que contribuye al progreso humano
purificada con la cruz y la resurrección.
Bibliografía particular
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Madrid, 2001.
Müler, G. L., Dogmática. Teoría y práctica de la teología, Herder, Barcelona 2009,
110-119.
GONZALEZ Faus J. I., Proyecto de hermano, Sal Terrae, 1991.
COLLANTES, J., La fe de la Iglesia católica, BAC, Madrid 2009, 930.
KEHL, M., Contempló Dios toda su obra, y estaba bien, Herder, 2009.
FERNÁNDEZ, A., Teología domgática II. Creación, antropología, Eclesiología,
Sacramentos, Escatología, BAC, Madrid 2015.
LADARIA, L. F., «El hombre creado a imagen de Dios», en B. SESBOÜÉ (DIR.), El
hombre y su salvación, 75 – 115.
LADARIA L., Antropología Teológica, Verbo Divino 1993.
82
MARTINEZ A., Antropología Teológica Fundamental, BAC, 2002.
Mysterium Salutis, Cristiandad, Madrid 1969, II, 1-2, Cristiandad, Madrid 1969.
RUIZ de la Peña, El don de Dios, Sal terrae, 1991.
RUIZ de la Peña, Imagen de Dios, Sal terra, 1988.
RUIZ de la Peña, Teología de la Creación, Sal terrae, 1986
TORRES Queiruga, Recuperar la creación, Sal Terrae, 1997.
83
ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA II
1. ¿En qué consiste la oferta original de gracia, y qué son los dones preternaturales?
Consiste en que, desde el principio, el hombre fue llamado a la comunión con Dios. La
amistad, la intimidad, el estado de santidad y de justicia, lo que se llama paraíso71.
La gracia se puede comprender desde el esquema oferta-aceptación, desde la
relación de Dios con el hombre. La gracia es un acto libre y espiritual, tanto de parte de
Dios como del hombre. La gracia se entiende como ENCUENTRO libre y gratuito que
resulta de la libre oferta de Dios de sí mismo (auto donación) y de la aceptación libre por
parte del hombre. Es un encuentro dialógico que solo puede darse entre personas72.
Los dones preternaturales: tomados del libro del Gn 2-3, se refieren a la cualidad
que, no siendo absolutamente sobrenatural, sino que fue creada, está por encima de la
naturaleza propia del sujeto que no eran exigidos por la naturaleza, pero congruentes con
ella, la perfeccionaban en línea natural y constituían, en definitiva, una manifestación de la
gracia73. Según la teología tradicional estos dones se perdieron definitivamente con el
pecado original; hoy la teología los interpreta, en otros términos: claro que los hombres
antes del pecado iban a morir, eran pasibles y tenían concupiscencia, pero esto era
interpretado desde la gracia original74.
a) El don de rectitud o integridad en sentido estricto, es decir, la inmunidad de la
concupiscencia.
b) El don de la inmortalidad, es decir, la inmortalidad corporal.
c) El don de impasibilidad, es decir, la inmunidad de sufrimientos.
Se suele poner un cuarto don, que es más una ocurrencia.
d) El don de ciencia, es decir, el conocimiento infundido por Dios de muchas verdades
naturales y sobrenaturales75.
Hay que decir que la teología contemporánea reinterpreta los dones preternaturales viendo
al hombre en una situación desde la gracia original, donde ve de manera diferente su
naturaleza.
84
El concepto de pecado en el Antiguo Testamento es muy complejo y se percibe de
diversas formas. No existe una verdadera reflexión teológica sobre esta experiencia
humana. Las expresiones para indicar el pecado están sacadas de la vida profana. El pecado
se debe entender desde la óptica de la alianza76.
ANTIGUO TESTAMENTO77
76
Cfr. S. VIRGULIN, «Pecado», en Nuevo Diccionario de Teología Bíblica, P Rossano - G. Ravasi - A,
Girlanda, Paulina, Madrid 1990.
77
Cfr. Xavier LEON-DUFOUR, «Pecado», en Vocabulario de Teología Bíblica, Herder, Barcelona 2001.
85
El pecado se entiende desde la relación de amor, una llamada libre y gratuita a
establecer una alianza y el rechazo de parte del hombre.
Viene para los pecadores no para los justos. (Mc 2, 17). Predica el perdón de los
pecados y la conversión. (Mt 6,12; 18,23ss).
En los
Sinópticos. Como los profetas, denuncia el pecado. (Mc 7,21ss)
Anuncia la misericordia de Dios para con el pecador. (Lc 15 1ss).
Su actitud es de triunfo sobre el pecado. (Mt 8,16ss, Mt 26,28).
Jesús "quita el pecado del mundo" precisamente comunicándole el Espíritu.
El apóstol considera el pecado desde el punto de vista psicológico, individual,
social e histórico. Pablo considera el pecado como una desobediencia a la
voluntad de Dios, como una rebelión contra su ley, como un error culpable,
como una acción injusta que se opone a la verdad, como una negación de la
NUEVO TESTAMENTO78
78
Cfr. S. VIRGULIN, «Pecado»,…
86
NEGACIONES INDIRECTAS
Gnósticos y maniqueos. atribuían la Origenistas y priscilianistas. Los cuales
corrupción moral del hombre a un principio explicaban la inclinación del hombre al
eterno del mal: la material. mal por un pecado que el alma cometiera
antes de su unión con el cuerpo.
NEGACIONES DIRECTAS
PELAGIANISMO. LUTERANISMO. Exalta la gracia divina
sobre la libertad humana. Su imagen sobre
-El pecado se transmite por imitación del
el hombre es negativa absolutamente. La
mal ejemplo. El hombre puede no pecar,
gracia es la mirada de Dios, de
con su libertad puede vivir sin pecado, o sea,
misericordia y de perdón, pero el hombre
vivir en la gracia.
sigue pecando como antes. Identifica el
- El bautismo de los niños no se administra pecado original con la concupiscencia. Y
para remisión de los pecados, sino para que como el bautismo no borra la
éstos sean recibidos en la comunidad de la concupiscencia, tampoco borra el pecado
Iglesia79. original81. Por eso, El hombre se concibe
Transpone al plano ontológico y doctrinal la como justo y pecador al mismo tiempo. En
experiencia psicológica. Para él la relación el fondo, no hay transformación
del hombre con Dios es la de un Dios justo ontológica, la justicia es extrínseca.
con un hombre libre. Por tanto.
Dios justo – Recompensa a los justos y
castiga a los malos. No hay pecado donde
no hay un acto de libertad personal, por
tanto, no puede admitir la transmisión del
pecado original. En la relación con Dios
cada hombre comienza de nuevo, es un
nuevo Adán80.
DEFINICIONES DOGMÁTICAS82
A quien se
Concilio y fecha Definición
responde
PECADO Concilio Cartago Pelagianismo Y Transmitido a todos sus
descendientes no por vía de imitación,
ORIGINAL 418
sino por vía de propagación.
79
Cfr. Luawig OTTO, Manual de Teología Dogmática, 182.
80
Cfr. V. GROSSI y B. SESBOUE, «Pecado original y pecado de los orígenes», en Historia de los dogmas. El
hombre y su salvación, T II, Bernard Sesboue, Secretariado Trinitario, Salamanca 1996, 120-121.
81
Cfr. Alberto ANGUIANO GARCÍA, Apuntes de clase de Antropología Teológica fundamental, Universidad
Pontificia de México, Ad usum privatum pro manuscripto, México 2016.
82
Cfr. Albererto ANGUIANO GARCÍA, Apuntes de clases. Antropología Teología fundamental…
87
Trento
Adán perdió también para nosotros, la
C. 1 y 2.
justicia y santidad que había recibido
"Decreto sobre el pecado Lutero de Dios
ORIGINANTE
original"
Dz. 789-90
1546
Concilio Vaticano II El pecado es cometido al inicio de la
GS 13 historia.
TRENTO
S. V: Decreto sobre el Contra Pighi Verdadero y propio pecado de cada
pecado original, Canon (+1542) uno.
3.
1546
C. Orange
PECADO Pelagianismo Muerte del alma
Trento, Canon 2
ORIGINAL
ORIGINADO TRENTO
S. V: Decreto sobre el Que es privación y no simple carencia
Pelagianismo
pecado original, Canon 2 de santidad y justicia83.
1546
TRENTO
Lutero. La concupiscencia no se identifica con
S. V: Decreto sobre el Identificación el pecado, pero viene del pecado e
pecado original, C. 4 y de la inclina al hombre hacia el pecado.
5. concupiscencia
con el pecado. También en los niños apenas nacidos
1546
83
Este es el vocabulario de Tomás, privación y no simple carencia, aquí estamos en el núcleo de la definición
de pecado original, pues pecado original es privación de la justicia y la santidad original
88
Hay que hacer una distinción entre el mal, la culpa y el pecado. El mal es más genérico, y
corresponde más bien al ámbito filosófico. La culpa hace referencia a la responsabilidad de
un acto malo. Es también un concepto jurídico. Tiene también un significado psicológico
aunque Santo Tomás lo usa como lo equivalente de pecado. Cabe subrayar que el concepto
de pecado implica la condición de relación con Dios, Dios es santo y el hombre es pecador,
por eso pecado es un concepto teológico.
Hay que distinguir dos dimensiones del pecado: la ética-psicológico y la teológica
–religiosa84.
El pecado sólo desde esta última se puede explicar, porque es una afirmación de
naturaleza fiducial.
Debe tenerse en cuenta que la originalidad de la vida cristiana es entender el pecado
desde estas dos dimensiones, no como yuxtaposición, sino como dos mundos que se
relativizan y se complementa.
Así considerado, el pecado es una decisión personal contra la voluntad de Dios,
una negativa voluntaria a la comunión con él, y una desviación hacia los bienes
creados.
La posibilidad ontológica del pecado se funda en la finitud de la criatura, las causas
o fuentes que lo originan se encuentran en la naturaleza del hombre vulnerada por el pecado
original, de ahí que el pecado original sea la privación de la santidad y de la justicia
original.
84
Cfr. Cat. Iglesia, No. 387.
85
Cfr. Martín GELABERT, La astuta serpiente. Origen y trasmisión del pecado, Verbo Divino, Estella 2008,
117-148. También Cfr. Luawig OTTO, Manual de Teología Dogmática, 180-181.
89
Pecado original materialmente, se identifica con la concupiscencia (opuesta a la justicia)
la incluye materialmente, formalmente es privación de la justicia, cuya causa unitiva es la
Gracia. (S. Th., I-II, q. 82, a.3.)
6. ¿Qué es concupiscencia?
86
Cfr. Martín GELABERT, La astuta serpiente, 124.
87
Cfr. Alberto ANGUIANO GARCÍA, Apuntes de clases. Antropología Teología II. Pecado, Universidad
Pontificia de México, Ad usum privatum pro manuscripto, México 2018.
88
Cfr. Cat. Iglesia No. 404- 405.
90
Viene del latín cupido, que es la cupiditas, es el deseo, es el apetito de una potencia hacia
su objeto, ese es el realismo de santo Tomás.
La concupiscencia es la inclinación hacia el mal. No es verdadera y propiamente
pecado, sino que es la consecuencia del pecado original, y convierte al hombre en esclavo
de sus pasiones, de las cuales solo puede liberarse con la ayuda de Dios, es decir, de la
gracia; y no se borra con el bautismo, sino que permanece por toda la vida. (Dz 792, GS
17)89.
Se define de manera activa como un conjunto de inclinaciones espontáneas e
irracionales.
De manera pasiva como como la supresión o debilitamiento de una fuerza, que
debería completar y mantener en equilibrio a las demás inclinaciones.90
Antiguo testamento
Es una forma verbal que significa ser benevolente, ser bueno, una bondad
no recíproca, sino asimétrica. Denota igual la bondad de los actos de una
Hannan
persona con otra que no tiene posibilidad de corresponder; designa pues la
acción del sujeto que es bueno y se hace bueno.
89
Cfr. Georg LANGEMEYER, «Concupiscencia» en Diccionario de teología dogmática, Wolfgang Beinert
(dir), Herder, Barcelona 1990, 134.
90
Cfr. Cat. Iglesia, No. 405, 1264. Cfr. Maurizio FLICK - Zoltan ALSZEGHY, Antropología Teológica,
Sígueme, Salamanca 1970, 230.
91
Las preguntas 7, 8 y 9 fueron resueltas atendiendo a subsidios proporcionados por el profesor Alberto
Anguiano.
91
Hesed-emet: emet quiere decir: así es, así lo creo, es verdad. Es un amor
inamovible, firme, inmutable, incambiable.
Nuevo testamento
Elein es una forma verbal, hace referencia a la piedad como una actitud filial,
Elein
tiene la característica de ser un amor espontaneo, visceral, tierno.
92
8. Dificultades históricas: Pelagio y Agustín, Lutero y Trento, Controversia De auxiliis
Pelagio: Pelagio ve ante todo la gracia de Dios como una mediación exterior,
histórica, que puede orientar al hombre hacia el bien; también en la razón, y en la libertad
humana, pues por ellas se puede seguir el ejemplo de Cristo. Contempla, Pelagio una
dimensión de la gracia como el «auxilio» concreto para que el hombre haga el bien; por
otra parte, ni hacemos el bien ni lo dejamos de hacer sin nuestra voluntad. Puestas estas
condiciones, el bien o el mal que cada uno hace es fruto de nuestra libertad; Dios ha creado
todas las condiciones para que este bien pueda realizarse, es decir, nos ha dado la
posibilidad fundamental de llevarlo a cabo. Ahí se ve primordialmente la gracia, no tanto en
el querer y realizar después concretamente este bien, que es el fruto de la libertad humana
rescatada por Cristo que, con su muerte y resurrección nos ha reconciliado con el Padre.
Agustín: Agustín aborda por primera vez la cuestión pelagiana en su obra De
peccatorum meritiser remisiones, del año 412; el hombre no puede evitar por sí solo el
pecado; precisa para ello de la gracia, que sin embargo no hace inútil el empeño de la
voluntad. La terminología de la gracia, que se va constituyendo poco a poco en Agustín, se
convierte en equivalente a la de «justicia y justificación». La gracia expresa en Agustín una
relación: no solamente es un puente instrumental posible entre el hombre y Dios, sino que
es siempre la benevolencia de alguien que se da a sí mismo al otro. Agustín distingue entre
libre albedrío y libertad. El libre albedrío es la facultad de elegir con que nace cada uno de
los seres humanos. La libertad es el amor al bien; es el estado de la voluntad misma
orientada hacia el bien que es Dios. La gracia, por su parte, es una ayuda
(auxilium/adjutorium) al libre albedrío del hombre, dándole la posibilidad concreta de
hacerse libertad. El máximo empeño de Agustín será saber mostrar como compatibles, más
aún, como mutuamente referidas y complementarias, libertad-gracia, que los pelagianos
reputaban como inconciliables. La gracia es absoluta y necesaria para hacer el bien.
Lutero: Para Lutero la gracia es la certeza de que Dios mira al hombre pecador
como si fuera justo, le da su gracia y le tiene por santo a causa de los méritos de Cristo. Es
la mirada benevolente de Dios que, por los méritos de Cristo en la cruz, no le imputa al
hombre su pecado (visión extrínseca), pero no lo transforma interiormente. El hombre sigue
siendo pecador, pero es mirado con justicia: simul iustus et peccator. No hay libertad, pues
se depende absolutamente de la gracia. Lutero reacciona contra la idea de la gracia creada y
del «hábito» de la escolástica de su tiempo, en el sentido en que él entiende estos conceptos
como algo que, una vez poseído, obliga a Dios a darnos la vida eterna, un presupuesto para
la acción meritoria del justo que le otorga un cierto derecho a la salvación; por esta razón,
la gracia puede llegar a ser «más odiosa que la ley», es decir, a estar más apoyada todavía
en lo que el hombre hace y en su mérito, y por ello más alejada de la primacía absoluta de
Dios. De ahí la negación de la «gracia creada», porque la justicia del cristiano no se refiere
a una sustancia o a una cualidad, sino que depende sólo del favor divino.
Trento: El Concilio de Trento renunció a una definición de gracia como «hábito
creado». Trento quiere afirmar la realidad de la justificación en el hombre, y considera
insuficiente la mera no-imputación del pecado; la gracia tiene su realidad «inherente» al
hombre, no es sólo a favor de Dios. Con el mismo vocablo «gracia» se designa en Trento
varias cosas distintas: la acción de Dios que mueve al hombre a la justificación o le hace
perseverar en el bien. Es también el favor de Dios manifestado en la redención de Cristo; el
93
don recibido de Dios. Se trata siempre de subrayar la iniciativa de Dios, la primacía de su
obra, y a la vez el efecto de ésta en el hombre. Nunca se puede hablar, según Trento, de la
gracia como algo que nos pertenezca con independencia de su fuente. En el decreto
tridentino no se habla sólo de la realidad de la gracia en el hombre, sino también de la
nueva relación de éste con Dios. La teología católica va a mantener que el pecador, a pesar
de su enemistad con Dios, no peca en todas las obras que lleva a cabo, es decir, que queda
en él una bondad «creatural» que no desaparece por el hecho del pecado. Controversia de
auxiliis: La cuestión planteada se refería a ¿cómo conciliar la gracia de Dios y la libertad
del hombre? Se pueden observar dos posturas:
Luis Molina, jesuita (1536-1600). Intentó elaborar como un sistema teológico las
relaciones entre la gracia de Dios y la libertad humana. Molina partía de la
existencia del libre albedrío y de la capacidad del hombre para hacer algo. Pero el
hombre no puede ejercitar su libertad más que mediante un concurso divino.
Además del concurso general que pertenece al orden de la creación, Dios ayuda al
hombre mediante una gracia preveniente de orden sobrenatural. Este concurso no
es una «premoción» física, sino un concurso simultáneo. Para evitar caer en la
acusación de semi-pelagianismo, Molina apelaba entonces a la ciencia media de
Dios, es decir, a la ciencia de los futuribles: Dios sabe lo que podría hacer una
persona puesta en una situación concreta, o si se realiza tal o cual condición. Esta
ciencia es infalible, pero no supone ningún decreto predeterminante. Para Molina,
gracia y libertad son causas simultáneas.
Báñez (+1604), dominico, enseñaba la predestinación física. Esta teoría afirmaba
que el decreto libre de Dios de aportar a cada acto del hombre el concurso
necesario suponía una «premoción física» (que mueve al hombre a hacer el bien),
como la del hacha, que no puede cortar sin recibir un impulso físico, según la cual
el sujeto humano queda infaliblemente determinado en su naturaleza propia, de
forma que Dios sabe lo que este hombre va hacer libremente. Pero, para la escuela
tomista, esta determinación no suprime la libertad de la criatura: tiene una
relación intrínseca con el libre albedrío y concede al acto libre ser libre. El acto
libre es fruto de la gracia eficaz. Sin embargo, la dificultad que ha suscitado
siempre esta teoría se refiere al respeto de la libertad humana.
Finalmente, después de más de ciento veinte reuniones celebradas entre 1598
y1607, Pablo V no condenó a nadie y prohibió a cada una de las partes censurar las
posiciones de la otra. Así mismo, se mencionó que la gracia y la libertad no deben ser
concebidas como dos fuerzas en competencia.
9. ¿Qué se entiende por justificación, y cuál es el papel del ser humano en esta obra de
Dios?
Justificación: es una doctrina bíblica de la gracia. La gracia entendida como perdón de los
pecados, es la acción salvífica que Dios realiza en cada hombre por Jesucristo en el Espíritu
Santo, y por la cual, de un modo gratuito y gracioso, y a través de la fe, otorga la liberación
de los pecados y la renovación interior. La doctrina de la justificación tiene su fundamento
en la Escritura: desarrollada por san Pablo en la carta a los Romanos, significa
94
esencialmente que el hombre pecador no puede ser salvado por sus obras, sino únicamente
por la gracia de Dios. Este tema paulino, repensado por san Agustín, se convirtió en el tema
central de la teología luterana y el Concilio de Trento percibió su importancia dedicándole
su famoso «Decreto sobre la justificación». Según Trento: la justificación es el paso de la
condición del hombre en Adán, a la condición del hombre en Cristo.
Ante la iniciativa salvífica divina, el hombre debe reaccionar activamente,
disponiéndose, cooperando y asintiendo libremente a tal iniciativa. En esa disposición libre
y activa a la iniciativa justificante se incluyen diversos actos, entre los que destaca la fe.
Esos actos no causan ni merecen la justificación misma, que es don gratuito. Sin la aptitud
humana para responder a Dios libremente no se entiende que lo que Dios pretende es
restaurar una relación de amistad recíproca. Por la fe el hombre se hace el hombre partícipe
de la salvación y de la justicia que se han operado en Jesucristo. Así, la actitud humana que
llamamos fe afirma por un lado la iniciativa divina en todo, y por otra excluye una simple
pasividad por parte del hombre.
92
Cf. Wolfgang BEINERT, Diccionario de teología dogmática, Herder, Barcelona 1990, 312-313.
95
con él, haciéndonos «hijos en el Hijo» (GS 22,6; LG 40,1), capacitándonos para vivir,
sentir, actuar como él93.
93
Cf. J. L. RUIZ DE LA PEÑA, El don de Dios, Sal Terrae, Santander 1991, 379-383.
94
Cf. Ibidem, 384-385.
95
Cf. Ibidem, 357-362.
96
Cf. J. L. RUIZ DE LA PEÑA, El don de Dios, 392-393.
96
Experiencia de la gracia: La gracia es objeto de experiencia. Porque el hombre es
el ser constitutivamente abierto a la trascendencia; a su conciencia viene dada
perceptiblemente tal apertura constitutiva, cuya captación es ya experiencia de la
trascendencia misma. Y, como el nombre cristiano de la trascendencia es Dios, ̶ o el don de
Dios que es la gracia ̶ , experiencia de la trascendencia, experiencia de Dios y experiencia
de la gracia son uno y lo mismo (K. Rahner). Así pues, preguntarse por la experiencia
cristiana de la gracia es preguntarse cómo realizó Cristo su condición filial, la realizó
siendo un hombre y un Hijo verdadero, de tal manera que la experiencia del ser humano
que vive como Hijo en su cotidianidad, en relaciones, en sentimiento y afectos es todo el
tiempo experiencia de gracia, es decir, es experiencia de Dios que acompaña esa vida
humana, sin esperar todo el tiempo acontecimientos sobrenaturales97.
97
Cf. Ibidem, 394-397, 401.
98
Cf. Ibidem, 402-403.
99
Cf. José Antonio SAYÉS, La gracia de Cristo, BAC, Madrid 1993, 404.
97
MARIOLOGÍA
Introducción
Se trata de presentar de manera sintética el lugar que ocupa María de Nazaret en la teología
católica, su dependencia radical del misterio de Jesucristo y su relación con la Iglesia.
Desde estos presupuestos, se enunciarán las verdades fundamentales de fe sobre María:
maternidad divina, virginidad perpetua, inmaculada concepción y asunción en cuerpo y
alma a los cielos; para concluir con algunos criterios fundamentales sobre el culto y la
devoción mariana.
Innegable su omnipresencia en la liturgia, en el arte y la devoción popular católica,
María tiene su lugar desde el punto de vista teológico en el contexto de la confesión de fe
en Jesucristo, como el Hijo de Dios encarnado, muerto y resucitado. La humanización del
Hijo eterno de Dios, siendo iniciativa del Padre, con la obediencia filial del hijo y la
participación del Espíritu, no se verificó sin la participación humana, en la persona sencilla
de una joven judía.
De modo que fuera del contexto del misterio de Cristo, María no tendría ninguna
consistencia en la teología. Ella es reconocida y venerada desde y por su relación con
Jesucristo. La Cristología es pues, el principio hermenéutico de cualquier afirmación
mariológica.
María puede ser vista, por otro lado, como la realización plena de lo humano en
cuanto apertura a Dios, en cuando disponible desde la fe a la voluntad divina. El hombre es
plenamente hombre cuando dice Dios, “oyente de la Palabra” como diría el P. Rahner.
Parece importante esta consideración de la cabal creaturalidad de María, sobre todo por las
atribuciones y exageraciones que en ciertos momentos históricos le han dado, tanto en el
campo teológico como en la religiosidad popular, llegando a situar a María en un plano casi
divino. Baste mencionar como ejemplos la polémica sobre María como corredentora, la
advocación popular de “divina infantita”, o la acusación protestante de que la trinidad de
los católicos es Padre, Hijo, María.
A partir del Vaticano II, la forma de abordar la persona y la obra de María ha sido la
vinculación al misterio de la Iglesia. Retomando las intuiciones patrísticas, se ha presentado
a María como imagen/tipo de la Iglesia, en particular por la maternidad. Es verdaderamente
madre de Jesucristo, y madre nuestra.
Las referencias en la Escritura sobre la persona de María de Nazaret se encuentran
sobre todo en los evangelios. Destacan sin duda los relatos de la infancia en Lucas y Mateo,
pero luego también los otros evangelios con distinta valoración aluden a la ascendencia y
origen de Jesús, su parentesco con él; su acompañamiento en el grupo de discípulos y
discípulas, su cercanía en el momento de la cruz. Luego en Hech compartiendo la vida de la
comunidad primitiva en espera de Pentecostés, y Pablo resaltando la misión en la
encarnación, sin mencionar su nombre. Gal 4,4. Por último, hay una línea de interpretación
mariológica en la mujer vestida de sol del Ap 12. En el centro sin duda está su maternidad
98
mesiánica. Sobre esta base es que la reflexión posterior elaborará el resto de sus
afirmaciones.
En la época patrística la reflexión mariana es marginal. Los grandes concilios
antiguos una finalidad eminentemente cristológica y soteriológica, de modo que la figura de
María no es centro de discusión. Las menciones sobre María están como apoyo para
afirmar la verdadera humanidad de Jesús.
Poco a poco, por la veneración a santos y mártires, la figura de María va
adquiriendo un estatuto teológico más propio, especialmente va subiendo su relevancia a
nivel litúrgico. Se resalta su ejemplaridad como mujer creyente.
De este primer periodo surgirán dos afirmaciones fundamentales que más adelante
veremos específicamente: la maternidad divina y la virginidad perpetua de María. Llama la
atención además el paralelismo que usarán varios de los santos padres de los primeros
siglos, sobre todo Justino e Ireneo, entre María y Eva. Pablo ya había usado este mismo
recurso, poniendo en paralelo a Adán y a Jesucristo. Obediencia-desobediencia, vida-
muerte. Los padres ven una enorme fecundidad en este recurso a nivel teológico y
espiritual.
Las otras dos verdades fundamentales sobre María hunden sus raíces en estas
reflexiones antiguas, después de grandes y acaloradas discusiones en la Edad Media,
quedan definidas a nivel dogmático hasta los siglos XIX y XX: inmaculada concepción y
asunción. De esto hablaremos ahora.
Verdades fundamentales
El reconocimiento de la concreción histórica de los caminos de Dios con los hombres es el
supuesto previo de una reflexión teológica sobre la importancia de la madre de Jesús. La
encarnación del Hijo eterno de Dios no es un símbolo, sino el hecho histórico por
antonomasia de la teología católica.
Maternidad divina
La expresión madre de Dios no se encuentra en la Sagrada Escritura, sino que surge en los
teólogos católicos de los primeros siglos como desarrollo de la confesión de Jesucristo
como verdadero Dios y verdadero hombre.
Fue en ocasión del concilio de Éfeso en año 431 que se pronunció “Si alguno no
confiesa que Dios es según verdad el Emmanuel, y que por eso la santa virgen es madre de
Dios, pues dio a luz carnalmente al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema” DZ 113
Para Nestorio, patriarca de Constantinopla esta expresión sonaba fuera de lugar:
“acaso Dios puede tener una madre, acaso no estamos cayendo en politeísmo como otros
pueblos donde los dioses tienen padres y madres…” decía. Si acaso, María podría ser
madre del hombre Jesús, no theotokos sino antropothokos.
99
María es engendradora de Dios, por cuanto el Logos encarnado es verdadero Dios,
sin que su naturaleza divina desaparezca por la unión con la naturaleza humana ni quede
limitada en forma alguna, respondía Cirilo de Alejandría y con él los padres conciliares.
María es engendradora de Dios, porque dio la vida a un hombre que era el Logos divino
nacido según la carne. No dio a luz a Dios sino que se comprometió en una hora histórica y
concreta a servir enteramente a la humanización del Logos de Dios en el Dios-hombre
Jesucristo.
Si María es madre de Jesucristo y él es verdadero Dios y verdadero hombre, si sus
dos naturalezas están unidas hipostáticamente, entonces se puede decir que María es madre
de Dios. Está detrás además la doctrina de la communicatio idiomatum, el intercambio de
propiedades entre las dos naturalezas en la única persona del Jesucristo.
El misterio de la encarnación no fue una simple apariencia externa. Dios se hizo
verdaderamente hombre, asumió plenamente la humanidad. Entró en la historia humana a
través de María, su madre, y vivió plenamente esa historia, como proceso, como evolución,
maduración, historia verdaderamente humana; en definitiva, desvalida como las demás y
sujeta como todas a los cuidados y atenciones de los otros.
María, la madre de Jesús, tuvo ahí un papel singular. Ella fue verdaderamente madre
de Jesús, con todo el papel que corresponde a una madre en la educación y configuración
de la personalidad madura del hijo. La maternidad de María no fue simplemente biológica.
María fue, de alguna manera, el instrumento que Dios tomó para ayudarse a configurar, a
deletrear la propia Palabra que quería pronunciar en Jesús.
Virginidad
En la jerarquía de verdades de fe, de la cual habla Vaticano II, esta cuestión no ha sido
objeto de una definición oficial directa por parte de un concilio ecuménico. Se han hecho
declaraciones en forma incidental en sínodos, pero no una declaración dogmática explícita
a nivel universal.
Los evangelios dicen de la concepción de Jesús sin la participación de un padre
humano en Mt 1,18 y en Lc 1,26. Hoy se discute si se trata de un modo figurado o
simbólico o como un acontecimiento histórico corporal. Los relatos de la infancia de Jesús
tienen una estructura haggádica, no necesariamente histórica. Sin embargo, otros piensan
que no se excluye con esto necesariamente la posibilidad histórica del acontecimiento. Fue
la manera en como los evangelistas, con los recursos teológicos y literarios de finales del
siglo I, pudieron expresar la convicción de fe de que Jesús tenía un origen divino. Aunque
el resto de los autores neotestamentarios, Juan, Marcos, Pablo expresan la verdad de la
encarnación sin mencionar la concepción virginal.
Ya a comienzos del siglo III los símbolos bautismales usaban la expresión: ¿Crees
en Jesucristo, Hijo de Dios que nació de María Virgen por obra del Espíritu Santo? DZ 2, y
de forma similar en la ampliación del credo niceno en el I Concilio de Constantinopla en
381. Se quiere decir con esto que el Logos encarnado es un hombre verdadero con una
historia concreta, cuyo comienzo por obra del Espíritu ha sido puesto y querido por Dios.
100
La expresión como tal se mantiene hasta hoy a nivel teológico y litúrgico: la
siempre virgen María. LG 52, 69.
En un contexto cristológico, la virginidad de María quiere expresar que con este
niño, Dios establece un nuevo comienzo salvífico en la historia de la humanidad, un nuevo
comenzó por gracia, que no puede derivarse de las propias posibilidades de la historia
humana, sino que se debe a la iniciativa originaria de Dios, a su espíritu vivificante. Es el
símbolo real del cumplimiento de la promesa divina de que Dios. El Logos encarnado es un
hombre lleno por completo del Espíritu de Dios.
Se pone de manifiesto simbólicamente la insuficiencia del hombre para obrar su
salvación, que solo puede recibirla de forma gratuita de parte de Dios. Se ponen este
acontecimiento en paralelo con la resurrección, en ambos casos se superponen lo histórico y
lo escatológico.
Las afirmaciones bíblicas fueron tomando peso en los ambientes ascéticos de la
Iglesia y se produjo una progresiva inflación del misterio de la virginidad en detrimento del
valor de la maternidad. Consagrarse a Dios mediante la virginidad proporcionaba un
estatuto de santidad y cercanía con Dios por encima del orden natural de la vida en la que la
maternidad era parte fundamental del ser mujer. Al mismo tiempo la virginidad de María se
focalizó como un fenómeno estrictamente físico.
Como ha expresaba el entonces Card. Ratzinger, la doctrina de la filiación divina no
se vería afectada por el hecho de Jesús hubiera nacido de un matrimonio normal. La
filiación divina no es un hecho biológico sino ontológico. (“Introducción al Cristianismo”
255).
No es una continencia sexual lo que constituye a María siempre virgen, sino su
actitud de servicio para abandonarse completamente a la voluntad de Dios, su apertura para
dejarse llevar por el Espíritu y configurar su vida por entero de acuerdo con la fe en las
promesas de Dios.
Inmaculada concepción
Pio IX en la Ineffabilis Deus en 1854, DZ 1641 “la doctrina que sostiene que la beatísima
virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original desde el primer
instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención
a los méritos de Cristo Jesús, salvador del género humano, está revelada por Dios y deber
ser firme y constantemente creída por todos los fieles”.
Los testimonios bíblicos a este respecto son indirectos, por ejemplo la vocación
profética de Jeremías desde el vientre materno, o en el Nuevo Testamento la Iglesia elegida
desde antes de los siglos para vivir justamente como esposa Ef 1-3. Según Lucas, María es
la elegida, la llena de gracia, es felicitada por su fe.
En los desarrollos posteriores encontramos la idea de que a causa de la encarnación,
Dios preparó su morada, fue santificada como templo, una santidad original. En cierto
momento de la historia, Dios toma la iniciativa de redimir a la humanidad de su atadura al
pecado. Por pura gracia, Dios crea un nuevo género humano, que está abierto a su voluntad
101
y que se deja poner al servicio de la salvación. Aparece aquí aquel paralelismo entre Eva y
María.
Son especialmente famosas las polémicas medievales por la “no necesidad de
redención” entre dominicos y franciscanos. ¿Si María nació sin pecado, cómo es posible
que para alguien, Cristo no hubiera ejercido redención? Duns Scoto introduce el concepto
de pre-redención: en atención a su misión, y por méritos de Cristo, fue preservada del
pecado original y acogida en la comunión don Dios desde su origen, redimida
anticipadamente. En el Concilio Trento, cuando se habla sobre pecado original, se dice de
la “excepción de María”, pero no se llega a definir dogmáticamente.
Otros han dicho que la inmaculada concepción de María la pone en un plano
sobrehumano, y sus méritos en cuando a la obediencia y la acogida de la voluntad divina se
verían afectados. Pero María estuvo necesitada de redención como cualquier otro ser
humano, también ella recorrió el camino de la peregrinación en la fe. Se le reconoce más
bien como la primera redimida, pero no por eso deja de ser una creatura débil. Igual que
todos nosotros tuvo que luchar por vivir en gracia. La inmaculada concepción de María, su
santidad es un proyecto que Dios quiere para todos nosotros, la vida sin pecado.
Este dogma nos recuerda, por otro lado, la primacía de la gracia en la obra de
salvación.
Asunción
Al igual que los comienzos de la existencia humana de María estuvieron santificados por un
acto de Dios, también lo estuvo su final temporal. “Cumplido el curso de su vida terrena,
María fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial” declara Pio XII en la bula
Munificentissimus Deus en 1950, DZ 2333. Se dice que no se trató de un tema de fe
controvertido, sino de una convicción firmemente anclada en el sentir creyente de la
Iglesia. Sensus fidei.
Se trata de un homenaje a la mujer que hallo gracia delante de Dios. Si ella siempre
estuvo abierta a Él, si siempre fue discípula fiel, el final de su vida no podía estar al margen
de Dios. Compartir la vida con Jesús, también su muerte y su resurrección. Toda ella en
Dios.
De la maternidad divina como centro: su disposición al obrar de Dios en ella, y su
unión con Jesucristo, lanzan hacia atrás (inmaculada concepción), y hacia adelante
(asunción) la unión de María con Dios.
La expresión “asunta en cuerpo y alma a los cielos”, supone modelos
mentales incompatibles con la mentalidad moderna (incluiría implícitamente el estado
intermedio). Por eso es necesaria una hermenéutica de las afirmaciones escatológicas:
descosmologización y cristocentralización. Las afirmaciones bíblicas sobre la realidad
escatológica han de situarse más allá de un espacio temporal y referirlas todas a la persona
de Jesucristo.
102
Hay que distinguir en primer lugar entre ascensión y asunción: Jesucristo asciende
al Padre, por su naturaleza divina es sujeto activo. María es asunta al cielo, llevada,
plenificada como sujeto pasivo en la fuerza de Dios consumador.
La asunción de María no es una carrera espacial, no es una traslación física, porque
el cielo no es un lugar, sino un estado. Ir al cielo no es emprender un viaje sideral. Hemos
de reconocer que muchos cristianos, en su representación imaginativa del futuro
escatológico, todavía están demasiado pendientes de representaciones plásticas muy
deficientes, provenientes de nuestra primera educación cristiana, en nuestra infancia. No se
atreverían a expresarías porque les parece un mundo de representaciones infantiles. En ese
sentido, son un obstáculo para la fe, incluso piedra de escándalo para personas cultas y
críticas. El cielo es Dios. Es lo que significa su asunción.
Lo que todas las personas tienen que esperar, una vida íntegra, imperecedera,
consumada en la comunión con Dios, cree la Iglesia ya se ha otorgado a María. No hay
apoyos bíblicos, sino es un desarrollo teológico del discurso sobre la confianza creyente de
María en Dios.
El dogma de la asunción es signo de esperanza para todos nosotros: lo que ella ha
vivido es el proyecto que Dios tiene preparado para todos nosotros. María, prestando su fe
y su esperanza como pista de aterrizaje de Dios en Jesús, personifica la fe y la esperanza de
Israel. Es, para la fe del Nuevo Testamento, la nueva y definitiva hija de Sion, el resumen y
la cristalización de todas las esperanzas mesiánicas en el Dios liberador.
María, nueva hija de Sion, es el símbolo de una esperanza activa, que ofrece a sí
misma, que se compromete por el advenimiento del reino, que no falla aun a pesar de las
dificultades y oscuridades, que sintoniza y resume la esperanza colectiva de todo un pueblo,
de todos los hombres y pueblos que esperan en el Dios liberador. Una esperanza
cristocéntrica: ¡Ven, Señor Jesús!, que apunta al reino: "Venga a nosotros tu reino".
103
la gloria de Dios, que se expresa en el cumplimiento de su voluntad, manifestada en Jesús:
el anuncio y la construcción del reino de Dios. Ella misma se había anticipado a
señalárnoslo en el evangelio: "Haced lo que él os diga"...
En la liturgia existen cuatro solemnidades: inmaculada concepción, madre de Dios,
anunciación y asunción; dos fiestas: natividad de María y visitación; ocho memorias:
Lourdes, Monte Carmelo, Rosario, Dolores, Reina, presentación de María, corazón
inmaculado, y dedicación de la Basílica de Santa María Mayor. Devociones populares: mes
de mayo, sábado dedicado a María, Angelus, Rosario o salterio a María, letanías,
peregrinaciones, ex votos, consagraciones, asociaciones marianas. Todas ellas han de estar
insertas debidamente en la auténtica liturgia y espiritualidad cristiana.
El mismo Pablo VI enumera fallos y desviaciones que hay que corregir: actitudes
cultuales erróneas, exageración de contenidos y de formas, falseamiento de la doctrina,
estrechez de mente, vana credulidad, sentimentalismo, cosas manifiestamente legendarias o
falsas.
Las apariciones no pretenden ser una ampliación de la doctrina de fe, sino que
apuntan a la conducta moral de los fieles, son un impulso profético al corazón y a la
voluntad para la puesta en práctica del depósito tradicional de la revelación con renovada
energía y en una situación histórica concreta. Cuatro reconocidas: Lourdes, Fátima,
Guadalupe y Aparecida. Cuando la Iglesia hace un análisis sobre las apariciones toma en
cuenta si hay información suficiente, mensaje ortodoxo, transparencia, signos, salud
psicológica del vidente, frutos, juicio de la Iglesia.
Algunas teólogas contemporáneas han querido presentar a María como modelo de la
mujer contemporánea: diálogo responsable con Dios, capacidad de ir contracorriente, fe
liberadora, maternidad no posesiva, hermana y discípula. Insisten en la necesidad del
redescubrimiento de María la mujer sencilla de Nazareth, sin coronas ni vestidos lujosos,
quemada por el sol, desgastada por el trabajo de una mujer pobre, perseguida y exiliada,
que canta y que denuncia.
La vida de María, como la nuestra, fue verdaderamente humana. Y también ella
estaba envuelta en la misma clase de situaciones sociales opresoras, desesperanzadoras y
con frecuencia insolubles, esas situaciones en que todos nos encontramos de vez en cuando.
Y allí creyó. Esta es su grandeza.
104
SACRAMENTOS EN GENERAL/SACRAMENTOS DE
INICIACIÓN
100
Cf. Antonio DORADO GONZÁLEZ, Los sacramentos del Evangelio. Sacramentología fundamental y
orgánica. Consejo Episcopal Latinoamericano, México 1989, 43.
105
Ha sido pues, a lo largo de la vida de la Iglesia, y en virtud de la reflexión teológica
y de la acción litúrgica y pastoral, como se ha ido acuñando el sustantivo sacramentum,
para determinar aquellas acciones que, fundamentadas en la Palabra de Dios, tienen en la
Iglesia una finalidad sobrenaturalmente soteriológica, y son por tanto medios para la
salvación del hombre.
Siete sacramentos: son los signos fundamentales por los que se actualiza en la
Iglesia la misión, la vida y el misterio de Cristo. Son lugares o momentos privilegiados del
encuentro de Dios con el hombre en la Iglesia a través de un signo sensible.
101
Cf. D. BOROBIO, Historia y teología comparada de los sacramentos. El principio de la analogía
sacramental, Sígueme, Salamanca 2012, 215-216; D. BOROBIO, Celebrar para vivir. Liturgia y sacramentos
de la Iglesia, Sígueme, Salamanca 2003, 126-130; H. DENZINGER, P. HÜNERMANN, El magisterio de la
Iglesia. Enchiridion symbolorum definitionum et decralationum de rebus fidei et morum, Herder, Madrid
20002, 1535-1537.
106
Así:
1. Cristo: Sacramento original.
2. Iglesia: Sacramento derivado/relativo.
3. Siete Sacramentos: Autorrealizaciones o procesos básicos de la Iglesia.
102
F. J. NOCKE, «Doctrina general de los sacramentos» en T. SCHNEIDER, Manual de Teología Dogmática,
Biblioteca Herder, Barcelona 1996, 821-823.
103
CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, Los sacramentos del Evangelio. Sacramentología fundamental y
orgánica, CELAM, México 198, 59.
107
Reconoce la acción mediadora de la Iglesia Desconoce la mediación eclesial
104
F. J. NOCKE, «Doctrina general de los sacramentos», ..,830.
105
P. ROSATO, Introducción a la teología de los sacramentos, Verbo Divino, Estella (Navarra), 1994.
106
D. BOROBIO, Historia y teología comparada de los sacramentos. El principio de la analogía sacramental,
… 111.
108
4. En las acciones sacramentales se ponen ante Dios las situaciones concretas de una
vida comunitaria ante un Dios que no está lejano sino presente en su amor
incondicional.
5. Los sacramentos actualizan epicléticamente la acción de Dios en nosotros,
vinculándonos a su ser y hacia la puesta en práctica de los gestos y actitudes
proféticas de Jesús en nuestra vida.
6. La gracia recibida, requiere necesariamente la traducción existencial para reproducir
la acción profética de Cristo.
Ambas definiciones presentan el sacramento desde su carácter simbólico, y situado dentro
de la Iglesia reconociendo la unidad y la participación de la comunidad. Prevalece en todo
caso el carácter comunitario y simbólico del sacramento.
b. Iniciación cristiana
107
OÑATIBIA, Ignacio, Bautismo y confirmación, BAC, Sapientia Fidei, Madrid 2000, 120.
109
- El bautismo cristiano aparece con referencias iniciales en la práctica del bautista, de
la cual Jesucristo toma parte
- La comunidad cristiana leyó estos acontecimientos en sentido pascual y como
voluntad del resucitado
- Las fórmulas varían, primero formas unitarias en sentido cristológico, la presencia
del ES, luego en sentido Trinitario
Doctrina joánica Jn 3, 1ss. Es necesario nacer de nuevo, para entrar el reino, para
poseer el don del ES
La expresión nacer de agua y del Es no puede referirse
explícitamente al bautismo, pero si tiene una referencia
sacramental. La relación agua-Espíritu-nuevo nacimiento aparece
en el mismo bautismo de Jesús, luego también en el diálogo con
la samaritana Jn 4
La referencia al baño que hace que el hombre esté limpio Jn 13,
10
El resultado final de esta regeneración es la realidad de ser hijos
de Dios; los que reciben la palabra y creen tiene el poder de
hacerse hijos de Dios Jn 1, 12; Filiación y unción del ES Jn 2, 20
111
Rom 6, 1 dice que los bautizados han de comprender lo que ha ocurrido con ellos,
para que por su fe, vivan su bautismo.
o Adhesión a Jesucristo. Por el bautismo, los creyentes son incorporados a
Jesús, a su vida y a su destino. Así se comprende claramente Hech 2, 38; Mc 10, 38
o Perdón de los pecados. Se trata de la anulación de una vida anterior en
donde el punto de referencia no era Cristo ni Dios, sino los propios deseos. Hech 22,
16. Se hará una fórmula que más adelante formará parte del núcleo de la fe:
"bautismo para el perdón de los pecados"
o Don del Espíritu. Se trata del Espíritu del resucitado que permite al
bautizado vivir una vida nieva Rom 5, 5. Una transformación interior que da origen a
un nuevo modo de entender las relaciones. Una acción congregadora y edificante de
la comunidad.
o Unidad y dignidad de los bautizados. Los bautizados se hacen comunidad:
ésta nace y crece mediante el bautismo, lo decisivo no es lo numérico sino la
solidaridad entre los bautizados, se han derribado los muros 1 Cor 12, 13; Gal 3, 27;
Ef 4, 4
o Nacimiento y vida nueva: don y tarea. Un nuevo principio de acción, un
corazón nuevo, de modo que no se escuche la palabra desde fuera, sino que la acoge
en su interior y pueda realizarla como algo que cae de peso. Un estilo de vida nuevo.
1 Cor 6, 1ss; Gal 5, 13
112
Aparecen juntamente en la práctica apostólica dos gestos que se ligan en el rito de la
confirmación, la imposición de manos y la unción con aceite.
En Oriente
Se mantuvo el rito de iniciación completo, los presbíteros administran los tres
sacramentos incluso a los lactantes
La presencia del obispo está representada por el aceite consagrado por él
Siglos más tarde, Lutero y los protestantes, verán en la doctrina de la
confirmación una subestimación del bautismo y una supervaloración del
ministerio episcopal
113
11. Elementos teológicos fundamentales del sacramento de la confirmación
El confirmado recibe el sello del Espíritu - Con los signos propios de la impla
que lo fortalece para la lucha contra el imposición de manos y la unción con el
mal y lo hace testigo de esperanza santo Crisma.
- Pecados contra la esperanza: acedia
(incomodidad e indolencia permanente,
tibieza y mediocridad) y miedo
- Fundamentación cristológica Lc 4, 17 (el
espíritu del Señor está sobre mí, porque
me ha ungido…); Mt 12, 16 (en su
nombre se llenarán de esperanza las
naciones)
- Se convierte el confirmado en Discípulo
misionero.
Profundización de la pertenencia eclesial -La incorporación a la comunidad eclesial
que había tenido lugar en el bautismo, en
la confirmación se profundiza.
-Se asume, con el conocimiento de sus
dones y carismas, la vocación concreta
como miembro del cuerpo de Cristo;
ahonda en la comunión con la Iglesia, y
es invitado a ofrecerse como miembro
activo en los ministerios eclesiales.
Crecimiento y maduración de la fe -Asumiendo la propia identidad de
bautizado, se asume también la fe como
don y como tarea
-En medio de nuestra libertad, Dios vuelve
a hacerse presente en nuestro crecimiento
para que le aceptemos como criterio de
vida y apropiemos sus pensamientos y
sus sentimientos en forma consciente
libre
-La confirmación es tiempo oportuno de
"confirmar" la fe: asumirla de forma
consciente
114
12. Fundamentación cristológica de la eucaristía
En Sacrosanctum Concilium, del Vaticano II, se destaca la fundamentación cristológica de
la eucaristía (Cfr. SC 47); el Cardenal Müller destaca que “Cristo Jesús, el Hijo del Padre
eterno hecho hombre y mediador del reino de Dios (en la predicación, la cruz y la
resurrección), instituyo, en la última cena, la eucaristía como memorial real
(anamnesis/memoria) de toda su actividad salvífica, del sacrificio de su vida en la cruz y de
su resurrección de entre los muertos. Él es el sujeto del sacrificio de la cruz y de la
actualización sacramental de este sacrificio bajo la modalidad de las acciones litúrgicas de
la Iglesia (=presencia actual).
Todos los aspectos que caracterizan el sacrificio de la cruz se dan pues, y por esta
razón, en la eucaristía: la alabanza a Dios, la acción de gracias, la oración y la expiación
como aceptación de la gracia de la acción de la alianza en la obediencia divina” 108 y puede
destacarse además, que la Eucaristía tiene su principal fundamentación cristológica en la
misma autodonación de Cristo, caracterizada en sus comidas, la misma última cena y las
comidas del Resucitado, es decir, Cristo dándose, entregándose y haciendo participar de su
Cuerpo.
14. ¿Qué significa esta frase: “la Iglesia hace la eucaristía, la eucaristía hace la
Iglesia”?
108
M. GERHARD, Dogmática. Teoría y práxis de la teología, Herder, Barcelona 2009, 695-696.
109
M. GESTEIRA, La Eucaristía, misterio de comunión, 65.
110
D. BOROBIO, Eucaristía, BAC, Madrid 2000, 16-17
115
Perteneciendo literalmente al título de dos apartados de la obra Meditación sobre la Iglesia,
de Henrí De Lubac, hace alusión principalmente a una “eclesiología eucarística”. Esta
expresión nos dice simplemente que en la Cena del Señor tenemos el memorial de la pascua
de Jesús, el memorial de su pasión, muerte y resurrección; tenemos la actualización del
misterio pascual en la multiplicidad de los tiempos y los lugares a lo largo de la historia. La
eucaristía renueva, en cada comunidad cristiana y en cada vida cristiana, la reconciliación
actuada por Dios consigo mismo, nuestra redención y la vida resucitada de Cristo Jesús,
"derramada en nuestros corazones", haciéndolo per ipsum et cum ipso et in ipso, "por medio
de Cristo Jesús, con él y en él". La eucaristía es el sacramento de la unidad y el vínculo de
amor (s. Agustín).
Por medio de la fuerza del Espíritu, a través de las realidades salvíficas de la Palabra
y el Pan, la Iglesia, como Cuerpo de Cristo, nace a la existencia y la hermandad cristiana se
anima, en cada comunidad de fe y de sacramentos, como así también en las comunidades
conectadas entre sí en todo el mundo (que son las asambleas sacramentales locales y las
iglesias locales), es decir, la communio ecclesiarum, siempre en vital unidad con la Iglesia
que "preside sobre la comunión en el amor" (SC 41; LG 21, 22).
116
16. Núcleo dogmático de los siguientes conceptos: sacrificio, memorial, epíclesis,
comunión, transustanciación; y controversias eucarísticas.
Controversias eucarísticas111
Entre realismo y simbolismo. Se suscita entre dos monjes del monasterio de Corbie (s. IX)
Pascasio Radberto y Ratramno que escriben a la vez obras homónimas De corpore et
sanguine Domini; Radberto responde en la línea del realismo, existiendo así una plena
identidad entre el pan y el vino y el cuerpo y la sangre de Cristo; entre el cuerpo
eucarístico y el cuerpo histórico, no tanto con el cuerpo glorioso; Ratramno reacciona
111
BOROBIO, D., «Doctrina eucarística durante la Edad Media (s. IX-XV)», en Id., Eucaristía (Sapientia Fidei.
Serie de manuales de teología, 23), Madrid, BAC, 2005, p. 67-76
117
contra el exagerado realismo y afirma que el cuerpo eucarístico no puede ser igual que el
histórico, existe así un doble cuerpo de Cristo, es algo más espiritual.
La defensa oficial del realismo. La herencia controversial del siglo IX, se radicaliza en el
siglo XI con Berengario de Tours y Lanfranco de Bec; Berengario afirmará que no es
posible que el sacramento contenga el cuerpo de Cristo en sentido propio, no puede ser otra
cosa que semejanza, figura espiritual o virtual de Cristo, pero no su presencia real corporal;
Lanfranco de Bec insisten en el realismo eucarístico más bien de tipo físico y material,
postura que será la del Magisterio y será la solicitud que Berengario ha de asumir.
118
Bibliografía particular
ARNAU R., Tratado general de los sacramentos, Sapientia Fidei. Serie de manuales
de teología, BAC, Madrid 20013.
BOROBIO D., Celebrar para vivir. Liturgia y sacramentos de la Iglesia. Sígueme,
Salamanca 2003.
_________, Eucaristía, BAC, Madrid 2000
_________, Historia y teología comparada de los sacramentos. El principio de la
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symbolorum definitionum et decralationum de rebus fidei et morum, Herder, Madrid
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DORADO GONZÁLEZ G., Los sacramentos del Evangelio. Sacramentología
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GERHARD M., Dogmática. Teoría y práxis de la teología, Herder, Barcelona 2009
GESTEIRA M., La Eucaristía, misterio de comunión
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SCHNEIDER T., Manual de Teología Dogmática, Biblioteca Herder, Barcelona 1996.
Documentos eclesiásticos
CONCILIO VATICANO II, BAC, Madrid 197832.
119
SACRAMENTOS EN PARTICULAR
I. Orden y Matrimonio.
120
apacentar al pueblo de Dios según su grado, desempañando según la persona de Cristo, la
enseñanza, el gobierno y la santificación (cf. CIC 1008).
En la teología paulina: La reflexión sobre el apostolado y los carismas se orientan
hacia el sacerdocio de los ministros de la Iglesia, a los responsables de las comunidades a
los cuales da títulos sacerdotales:
- Dispensadores de los ministerios de Dios (1Cor 4,1 s).
- Ministros de la nueva Alianza (2 Cor 3, 6).
- Define la predicación apostólica como un servicio litúrgico (Rom 1, 9; 15, 15 s).
En la teología de Hebreos se trata de un único sacrificio en plenitud. Hay una
identificación entre el animal y el sacerdote de la antigua alianza. Hay universalidad. La
ofrenda que se identifica con el ofrendador no es solo para los israelitas, es para todos los
pueblos de la tierra.
- Hebreos: la sangre de Cristo derramada. Cristo no imita a los sacerdotes que
ofrecían sacrificios exteriores, sino que se ofreció a sí mismo y se sirvió de su
propia sangre. Asumió las consecuencias del pecado con un sacrificio personal,
existencial y no ritual.
- Por la pasividad de la pasión, Jesús puede entrar a lo más íntimo del ser humano, a
la conciencia, y ahí puede esparcir su sangre. Hay una trascendencia que supera
cualquier expectativa sacerdotal. Así, con su muerte, queda abolido el pecado.
Partiendo del Misterio Pascual el sacerdocio se da en el sacrificio redentor de Cristo
que es único, realizado una vez por todas. Y por esto se hace presente en el sacrificio
eucarístico de la Iglesia. Lo mismo acontece con el único sacerdocio de Cristo: se hace
presente por el sacerdocio de Cristo, y por eso solo Cristo es el verdadero sacerdote; los
demás son sus ministros; Jesús hace participe el ministerio a sus discípulos.
121
cuando ofrece el Sacrificio Eucarístico. El sacerdocio ministerial será cristológico-
eclesiológico (cf. LG 10).
Por otro lado, se puede añadir que el sacramento del Orden imprime carácter de
manera esencial y se vincula con Cristo cabeza.
Relación entre ambos sacerdocios: En el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común, su
diferencia es esencial y no solo en grado, están ordenados el uno al otro; ambos, en efecto,
participan, cada uno a su manera, del único sacerdocio de Cristo. Mientras el sacerdocio
común de los fieles se realiza en el desarrollo de gracia bautismal, el sacerdocio ministerial
está al servicio del sacerdocio común, en orden al desarrollo de la gracia bautismal de todos
los cristianos (Cf. LG 10).
4. Razones y especificidad del triple grado dentro del orden sacerdotal: diacono,
presbítero y obispo.
El ministerio eclesiástico, instituido por Dios, está ejercido en diversos órdenes por
aquellos que ya desde antiguo reciben los nombres de obispos, presbíteros y diáconos. La
doctrina católica expresada en la liturgia, el magisterio y la práctica constante de la Iglesia,
reconoce que existen dos grados de participación ministerial en el sacerdocio de Cristo: el
episcopado y el presbiterado y el diaconado está destinado a ayudarles y a servirles, de ahí
que el término Sacerdos designa, en el uso actual, a los obispos y a los presbíteros, pero no
a los diáconos.
Esta distinción se deriva de la práctica de las comunidades cristianas en su proceso
de evangelización, de ahí que el libro de los Hechos de los Apóstoles marque la necesidad
de los diáconos.
122
gobernar. Espíritu Santo, grado.
ligados así a la
Ejercen su función comunión con su Miembros del
específica en el obispo y con la presbiterio a los
culto eucarístico o cabeza. cuales se
sinaxis uniendo la incorporan
ofrenda de los (imposición de
fieles al sacrificio manos de los
de su Cabeza. demás sacerdotes).
123
Alianza; el que lleva al Padre a toda la humanidad. (cf. Lc 12, 32. Mt 15, 24). Por otro lado,
el Concilio Vaticano II en LG 3 hace énfasis en la sucesión apostólica. Y por su parte
Kasper dice que el núcleo del sacramento del orden se puede definir como aquel que hace
del hombre un ser que crea con la palabra, que crea comunidad.
124
sacramentos, de la Eucaristía. sacramentos.
en sus
oraciones.
1, 26-28: relato 19, 6: muestra 5, 25-26; 31- 7, 39: Muestra 19, 9: Habla de
de la creación. la unidad que 32: Analogía al matrimonio las bodas del
se deriva del que el apóstol como la Cordero,
La vocación
del matrimonio matrimonio, Pablo hace del Alianza de discurso que
así como su matrimonio Cristo y su muestra el
se inscribe en
indisolubilidad humano con el Iglesia, como sentido
la naturaleza
, ya que Jesús pacto alianza renovación de escatológico
misma del
enseño sin de Cristo con la persona para del matrimonio
hombre y la
ambigüedad el su Iglesia, el pasar del entre el
mujer, según
sentido cual para él es pecado a una hombre y la
salieron de la
original de la un misterio. vida nueva. mujer, el cual
mano del
unión del ya no es solo
Creador. Por eso dice:
hombre y la pacto humano,
que los
Y este amor mujer, que es sino que es
maridos deben
que Dios indisoluble, elevado a la
amar a su
bendice es pues Dios dignidad de
mujer como
destinado a ser mismo lo sacramento,
Cristo amo a
fecundo y a estableció: lo por eso
su Iglesia, por
realizarse en la que Dios unió, trasciende.
la cual se
obra común que no lo
125
del cuidado de separe el entregó para su
la creación. hombre. salvación.
El profeta Oseas (2,16. 17. 21-22) nos muestra una imagen esponsal entre Dios y su pueblo,
dejando ver que la unión es en la justicia, la rectitud y en la fidelidad.
Por otro lado, la imagen Cristológica del sacramento del Matrimonio es la imagen de
la fidelidad de Cristo
126
1. ¿Qué es el pecado y qué es la conversión? Fundamentos bíblicos y enseñanza de
Jesús
Fundamento bíblico: -
- Fundamento bíblico:
- El Evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios con los
pecadores (Lc 15), El ángel anuncia a José: «Tú le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 21). Y en la institución de la
Eucaristía, sacramento de la redención, Jesús dice: «Esta es mi sangre de la Alianza,
que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados» (Mt 26, 28). Dios
«que te ha creado sin ti, no te salvará sin ti» 112. La acogida de su misericordia exige
de nosotros la confesión de nuestras faltas «Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y
justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia» (1 Jn 1, 8-
9). Como médico que descubre la herida antes de curarla, Dios, mediante su Palabra
y su Espíritu, proyecta una luz viva sobre el pecado.
-Conversión: La conversión exige el reconocimiento del pecado, y este, siendo una
verificación de la acción del Espíritu de la verdad en la intimidad del hombre, llega a ser al
mismo tiempo el nuevo comienzo de la dádiva de la gracia y del amor, así pues convencer
en lo referente al pecado, descubrimos una doble dádiva; el don de la verdad de la
conciencia y el don de la certeza de la redención113.
-Pecado: El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al
amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos
bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido
definido como una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna (Sth I-II q.71)
(Confrontar con las otras definiciones de pecado).
- El pecado supone ciertas rupturas:
- 1. Con Dios: cuando rechazamos su voluntad y decidimos por nuestra cuenta lo que
es bueno y lo que es malo.
- 2. Con los demás: cuando los rechazamos por su raza u otra razón. Cuando
olvidamos sus necesidades y no les ayudamos. Cuando los vemos solo como medio
y no fin en sí.
- 3. Con uno mismo: cuando actuamos egoístamente pensando sólo en nosotros y
sentimos una gran tristeza interior por haber pecado, delinquido.
112
SAN AGUSTÍN, SERMÓN 169, 11, 13: PL 38, 923.
113
JUAN PABLO II, Carta. Enc. Dominum et vivificantem, en http://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_18051986_dominum-et-vivificantem.html (16.03.2017).
127
A partir del comienzo de la catequesis sinóptica Jesús se encuentra en medio de los
pecadores. En efecto, para ellos ha venido, no para los justos114. Usando el vocabulario
judío les anuncia que sus pecados le son remitidos, no ya que asimilando así el pecado a
una deuda y hasta empleando a veces el término 115 Jesús como los profetas y Juan el
Bautista predica la conversión116, un cambio radical del espíritu que ponga al hombre en la
disposición de acoger el favor divino, de dejarse mover por Dios. Por eso, también como
los profetas, denuncia el pecado donde quiera que se halle. En este momento, esta actitud de
Dios frente al pecado todavía la revela más Jesús con sus actos que con sus palabras. No
solo acoge a los pecadores con el mismo amor 117. Además de esto actúa directamente sobre
el pecado:
-Derrama su sangre, la sangre de la alianza para la remisión de los pecados (Mt 26, 28).
-Quita la ceguera espiritual que tiende al pecado (Jn 3, 19).
-Borra el pecado del mundo (Jn 2, 12).
Perdón de pecados en los apóstoles: La comunicación del poder de perdonar es
conferida por Cristo resucitado quien lo comunica a sus apóstoles para que ellos perdonen
los pecados (Jn 20, 22). La primera remisión del pecado se otorgará en el bautismo, a todos
los que se conviertan y crean en el nombre de Jesús (Mt 28, 19; Mc 16, 16). Este ministerio
de perdonar los pecados se ejerce en nombre de Cristo y solo por medio de Él. Los
apóstoles predican la remisión de los pecados (Act 2, 38; 5, 31…). Pero en sus escritos
insisten menos en el aspecto jurídico del perdón que en el amor divino que por Jesús nos
salva y nos santifica (Rom 5, 1-11), los apóstoles también oran y hacen confesión mutua de
sus faltas como medio para obtener la curación y el perdón de los pecados (Sant 5, 15 s).
Ellos deben perdonar siempre y perdonar por amor, como Cristo (Col 3, 13), como su Padre
(Ef 4, 32).
3. Dimensión antropológica del sacramento de la reconciliación y unción a los
enfermos
La realidad antropológica del sacramento de la reconciliación encuentra su ser en la
naturaleza humana, o en otras palabras en su finitud, o en su limitación. Pues bien, es así
como la finitud del ser humano es punto de partida para la comprensión de este sacramento
mencionado. Por consiguiente, cuando nos referimos a la finitud del ser humano hacemos
alusión a la realidad del ser humano en todo su ser y su existir. Esto se ve claramente en
palabras de Paul Ricoeur, cuando hace énfasis en la finitud humana, que se encuentra ligada
a la idea de que el hombre es frágil por constitución, además de esto puede fallar; designa
una característica del ser del hombre. Como dice Descartes al comienzo de la IV
meditación, “me hallo expuesto a una infinidad de fallos, de modo que no debe extrañarme
si me equivoco.” 118
Por tanto, vemos cómo la finitud es fundamento de la esencia humana, de igual
modo, tiene en su mismo ser la equivocación, el fallo, “la caída” como parte de lo que
114
Mc 2,17.
115
Mt 6,12.
116
Mc 1,4.
117
Lc 1,36.
118
Cf. Ricoeur, Paul. Finitud y culpabilidad, Editorial Trotta, Madrid 2004, 21.
128
nosotros somos, es decir, hace parte de nuestra humanidad. Partiendo de este presupuesto el
ser finito nos hace seres que podemos equivocarnos, o cometer errores; así mismo entramos
en conflicto con nosotros mismos, y con los demás. Sin duda alguna, la finitud humana
como el conflicto en el ser humano se convierten en esencia de lo que realmente somos, y
esto es lo que nos hace existir y desenvolvernos en diferentes situaciones de vida. Por esta
razón, el hombre vive y se encuentra de modo permanente con las “fronteras”, “los límites”
o los topes de su existencia. 119
119
Cf. Borobio, Sacramentos y etapas de la vida, Ediciones Sígueme, Salamanca 2000,19.
120
Ritual de la Penitencia, Editrice vaticana, Roma 1974, 27. 37.
121
Mt 16,19.
122
LG 22.
123
Los Sacramentos de curación , Colección Manantial Litúrgica 18 ,Edición Buena Prensa , México 2012 ,
40.
129
Contrición perfecta: o de caridad, cuando brota del amor de Dios amado sobre
todas las cosas, es decir, que por medio de ella se obtiene el perdón de las faltas veniales,
de los pecados mortales, pero con la condición de recurrir tan pronto sea posible a la
confesión sacramental.
Contrición imperfecta: es también un don de Dios, nace de la consideración de la
fealdad del pecado, tal conmoción de la conciencia puede ser el comienzo de una evolución
interna de la persona, pero esta no alcanza por sí misma el perdón de los pecados graves,
pero dispone para obtenerlos en el sacramento de la penitencia.124
La confesión de los pecados: : por la confesión el hombre se enfrenta a los pecados
de los cuales se siente culpable; asume su responsabilidad y por ello, se abre de nuevo a
Dios y a la comunión con la Iglesia. La confesión constituye una parte esencial del
Sacramento de la penitencia. 125 Por eso todo fiel llegado a la edad del uso de razón debe
confesar, al menos una vez al año, los pecados graves de que tiene conciencia. Por eso el
Concilio Lateranense IV (1215) obligó a todos los fieles a confesar por lo menos una vez al
año todos sus pecados al propio sacerdote, procurando cumplir la penitencia impuesta (DS
812; DZ 437).
La satisfacción en la penitencia:
La absolución quita el pecado, pero no remedia todos los desórdenes que el pecado causó,
es decir, que el pecador debe todavía recobrar la plena salud espiritual, por lo que debe
expiar, satisfacer sus pecados lo que se conoce como penitencia.
La penitencia que el confesor impone debe tener en cuenta la situación personal del
penitente y buscar su bien espiritual, debe corresponder a la gravedad y a la naturaleza del
pecado cometido. Tales penitencias ayudan al penitente a configurarse con Cristo, para no
solo volver al estado en el que se encontraba antes del pecado, sino a trascender más allá, es
decir, a estar en comunión plena con Dios.
124
Cf. CONCILIO DE TRENTO, seis. 14. Doctrina sobre el sacramento de la penitencia: DS 1676 ;1677; 1678.
125
Cf. Idem
126
Ex 15, 26 ;Is 33, 24.
130
vosotros? Que llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren por él y le unjan con óleo
en el nombre del Señor127 ”.
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___________, Sacramentos y etapas de la vida, Sígueme, Salamanca 2000.
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PABLO VI, Const. Ap. Sacram Unctionem infirmorum, AAS 65, 1973.
127
Sant 5, 14.
128
PABLO VI, Const. Ap. Sacram Unctionem infirmorum, AAS 65, 1973, 8.
131
PÍO XII, Mediator Dei, 1947.
RICOEUR, P., Finitud y culpabilidad, Editorial Trotta, Madrid 2004.
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xii_enc_20111947_mediator-dei.html consultado el 11 de marzo del 2019
132
ESCATOLOGÍA
130
RUÍZ DE LA PEÑA J.L, La pascua de la creación. Escatología, BAC, Madrid 2011, 30-34.
131
RAHNER K, Principios teológicos de la hermenéutica de las declaraciones escatológicas en Escritos de
teología, IV, Madrid 1969, 411-439.
133
b) Forma-verdades escatológicas de la Escritura (imágenes): donde el contenido
escatológico existe en la revelación justamente como misterio, sin embargo,
estas afirmaciones hacen presente una realidad futura que afecta a la existencia
como una presencia amenazante y redentora, en la que la historicidad esencial
del hombre y su intelección son a quienes les corresponde una mirada regresiva
a un pasado auténticamente temporal, un anamnesis y prognosis, de la que no se
puede omitir la existencia física, espacio-temporal y corporal, en tanto que, el
futuro tiene que existir como no-comprendido e indisponible y tiene que ser ahí
verdaderamente, es decir, hay que mirar previamente a él, hay que decir algo de
él en tanto lo aún no realizado.
PARUSÍA132 (de páreimi, “estar presente” o “llegar”). Es la venida del Señor glorificado al
final de los tiempos con poder y gloria133.
Síntesis bíblica
En el AT en los libros escritos en griego y en la traducción de los LXX no aparece el uso
técnico de parousía. En cambio, en el NT utilizan el término con cierta frecuencia para
denotar el advenimiento glorioso de Cristo al final de los tiempos, sin embargo, hay un
vocabulario rico y variado para referirse al acto final de la historia. La parusía se conecta
inmediatamente con el fin del mundo presente que es seguido de una nueva creación y con
el juicio, en (1 Tes 4,13-18) aparece la descripción más completa y directa de la parusía,
pero en (1 Co 15) es donde hay inseparabilidad de la parusía respecto de los demás
elementos del éschaton.
En conclusión, esta venida de Cristo concluye y consuma la historia en cuanto
historia de salvación, es una venida en poder; de ahí que entrañe automáticamente la
derrota de las potestades adversas, glorificación de los que ya ahora pertenecen a Cristo, el
juicio, el fin del mundo actual y la renovación cósmica. En cuanto a los restantes términos
usados en el NT para nombrar este acontecimiento acentuarán uno u otro de sus aspectos,
más sin perder la referencia a la totalidad, entre ellos: Día del Señor es la expresión que con
mayor frecuencia designa la parusía con su variante en los sinópticos de venida del Hijo del
Hombre. Mientras que epifanía, apocalipsis y manifestación, pertenecen al vocabulario
neotestamentario de la parusía.
Dificultades históricas134
132
RUÍZ DE LA PEÑA J L, Op.Cit, 124-128.
133
FINKENZELLER J, «Parusía», Diccionario de teología dogmática, 514.
134
RUÍZ DE LA PEÑA J L, Op.Cit, 131-139
134
A través de la historia hay que decir que el pensamiento de la parusía ha sufrido una
progresiva neutralización, de la patrística a la teología medieval, y de ésta hasta nuestros
días. Desde la Edad Media hasta el CVII, aparece en el IV Concilio de Letrán y en la
profesión de fe del emperador Miguel Paleólogo. Es hasta la Constitución LG 48-49 donde
la parusía vuelve a recuperar el lugar destacado que le otorgará el NT, así mismo la GS 39
sostiene que el reino presente se consumará en la venida del Señor. En tanto que, la
contraposición de la primera-segunda venida se recoge en el decreto Ad gentes 9; y en la
participación en el culto litúrgico entraña la expectación de la manifestación final de Cristo
que aparece en SC 8, sin embargo, los nuevos textos eucarístico han recuperado la
aclamación escatológica maranatha, presente, como se ha indicado en los documentos más
antiguos.
Núcleos teológicos
En escatología uno de los temas centrales es que «el Señor viene», que la historia conocerá
su cumplimiento, este es el tema que domina a todos los demás, primero el devenir de la
historia es proceso limitado, no indefinido, no interminable. La fe en la creación implica ya
un límite temporal en el punto-alfa de la historia; la esperanza en la parusía marca un límite
en el punto-omega, porque la parusía es la que finaliza el mundo, no destruyéndolo sino
consumándolo.
El núcleo del éschaton es la parusía, que consiste en la revelación de la realeza de
Cristo, por una parte, y la consumación de su obra, por otra. En cuanto, novedad
consumadora, la parusía consiste cabalmente en la resurrección, el juicio y la nueva
creación, entendidos no ya como otros sucesos, sino como dimensiones o concreciones del
único acontecimiento que es “la venida en poder”, y que lleva el reino de Dios a su
plenitud. Donde el misterio de la pascua es el mismo misterio escatológico, la salvación de
Dios operando desde la entraña de la historia e imprimiendo en ella un dinamismo
irrefrenable hacia su consumación. La parusía, en cuanto acto último de la historia de
salvación, es lisa y llanamente la pascua de la creación, su paso a la configuración
ontológica definitiva mediante la anulación del desfase aún vigente entre Cristo y su obra
creadora.
JUICIO135
En el credo nicenoconstantinopolitano profesamos «Vendrá con gloria a juzgar», esta
fórmula aúna parusía y juicio final, hay que distinguir entre juicio escatológico y juicio-
crisis, que es la terminación de cada persona. Del verbo hebreo safat significa
indiferentemente juzgar o gobernar.
Síntesis bíblica
135
Cf. Ibidem, 143-147.
135
Cuando Dios interviene siempre lo hace con una doble vertiente: salva y juzga, la prioridad
es siempre salvífica, entonces el juicio es fundamentalmente para la salvación. En el NT las
victorias de Israel, son manifestaciones de la soberanía de Yahveh y pueden ser llamadas
“juicios”: el Yahveh juez es el auxilio de su pueblo (Jue 11,27; Dt 33,31ss), está
concepción seguirá en el NT donde el juicio es despliegue de la potestad regia de Jesús (Mt
25, 31ss; Lc 10,18), donde se muestra que el juicio será la victoria definitiva de Cristo
sobre los poderes hostiles (pecado, muerte).
Dificultades históricas
En la cultura latina el juicio se entenderá como acto de decisión, en términos jurídicos,
luego de un dies Domini se transformará en un dies irae propio de la época medieval, con
características de angustia e inseguridad ante una sentencia incierta, la consecuencia de ello
fue la pérdida del gozoso y expectante maranatha de las primeras liturgias para caer en
moralismo. En cambio, es preciso recuperar la comprensión original del juicio escatológico
propio del Cristo Salvador.
Núcleos teológicos
La parusía es la que coloca las cosas en su lugar; en cuanto desembocadura positiva del
devenir histórico, le hace justicia, lo absuelve de la ignominiosa sospecha del sinsentido, lo
declara justificado al revelarlo finalizado. Entonces, la consecuencia es que la parusía es el
juicio y el juicio no es sino la parusía; el “venir en poder” es un “venir a juzgar”, esto es, a
justificar la realidad y la historia en su globalidad. Porque decir que Cristo viene como
Señor es tanto como decir que, viene a ejercer una potestad regia: que viene a juzgar. Y en
este aserto no hay nada que evoque un proceso judicial. De allí que, sólo con la parusía se
consuma la historia, que sólo entonces es posible el juicio a la totalidad del continuum
histórico, en fin, el juicio no es contenido judicial, sino la mostración de un sentido total,
que redime, sobrepujándolos con su plenitud a los sinsentidos parciales.
Sin embargo, hay que decir que la el sentido anterior de juicio ha sido contaminado
con la otra significación que aparece en la Biblia con respecto al juicio-crisis,
entendiéndolo como discriminación y fijación de la suerte definitiva que nos espera en
virtud del comportamiento ético-religioso, en conclusión, este juicio –crisis autojuicio,
tiene un carácter intrahistórico, no es el juicio escatológico. Es la actitud personal de cada
ser humano el principio constitutivo de su situación definitiva y la Palabra de Dios
únicamente constata y pública esa situación (Mt 25,31ss).
VIDA ETERNA136
136
RUÍZ DE LA PEÑA J L, Op.Cit., 197-215.
136
La vida eterna (cielo, gloria, bienaventuranza) es la meta última de la esperanza cristiana.
Significa la realización plena y definitiva del hombre integral. Es el triunfo final de la
gracia, que introduce al hombre en la total e inmediata intimidad amorosa con la
comunidad divina, con la comunidad humana, alcanzando la máxima armonía con el
cosmos transformado. Toda la historia salvífica, iniciada desde la creación, perfilada con
las promesas veterotestamentarias y realizada en Cristo, halla finalmente su consumación.
Si la parusía, impone un término a la historia, llevándola a su plenitud; la nueva
creación es el marco de una nueva humanidad, surgida de la resurrección de los muertos,
pero, cómo se logra esto, el credo responde que por la esperanza cristiana en la vida eterna.
Síntesis bíblica
En el AT la vida es la existencia colmada por las bendiciones de Yahveh, está sólo se
disfrutará en plenitud si se comulga en la vida de Dios por medio de una amistad íntima y
sólida (Ex 33,18; Sal 16,11; Sb 5,15). Será en el NT donde el contenido último de la
promesa se visualice con rasgos firmes y concretos, en tanto que Cristo es la promesa
cumplida y que, en su persona, en sus palabras y acciones el reino de Dios se hace ya
presente.
a. Predicación de Jesús, es palpable la riqueza y la variabilidad de las
imágenes que describen la plenitud escatológica y de los términos empleados para
significarla: reino (de Dios/de los cielos), paraíso, gloria, cielo, visión de Dios, vida
eterna y ser con Cristo, son categorías que sin olvidar el aspecto comunitario
destacan el aspecto personal de la salvación que se anuncia.
b. La vida eterna, es Juan quien profundiza este concepto, y hay
equivalencia entre “tener vida” y “tener vida eterna” (Jn 3,36; 5,24; 6,47). Cristo es
la fuente de esta vida, que estaba en él desde su preexistencia como Verbo (Jn 6,57;
Jn 11,25), esta vida consiste en conocer al único Dios verdadero que se traduce en la
comprensión y participación íntima. Y lo que es más importante: dicha vida es
participación en la vida de Cristo resucitado (Gál 2,20) y se manifestará en su
plenitud con la parusía (Col 3,23s). De suerte que ahora somos herederos en
esperanza de la vida eterna (Tit 3,7).
c. Visión de Dios, aquí equivale a ver al rey, de allí que la visión de Dios se
ha de entender como convivencia, familiaridad, comunión existencial, por eso ven a
Dios los que gozan de su intimidad, se sientan a su mesa y comparten su existencia
(2 Co 5,6-8; 1 Jn 3,2).
d. Ser con Cristo, está categoría como la anterior están animadas por un
vigoroso Cristocéntrismo: ver-conocer a Dios es ver a Cristo tal cual es (1 Jn 3,2) o
estar presentes junto al Señor (2 Cor 5,8).
En conclusión, todo lo que denomina reino de Dios, paraíso, visión de Dios,
vida eterna, no es, sino ser con Cristo, en la forma de la existencia definitiva.
Porque allí donde está Cristo está el Reino, Él es nuestro éschaton.
137
Dificultades históricas
La tradición insiste en concebir el cielo como sociedad, en realidad el sujeto primero de la
gloria celeste es esa “unidad transpersonal”, que es la Iglesia; en ella y por ella llega a las
personas singulares el gozo eterno. Ha influido de tal manera la concepción social de la
vida eterna en los Padres que es ésta una de las razones que motivaron las incertezas
reinantes hasta el siglo XIV sobre el momento en que comienza la bienaventuranza
esencial, si inmediatamente después de la muerte o sólo a partir de la parusía. Es san Ireneo
que afirma que la vida eterna consiste en la visión de Dios. Mientras que la índole
cristológica de la vida eterna aparece tempranamente, para mantenerse en toda la Edad
Patrística.
Los primeros símbolos de fe recogen la esperanza cristiana en “la vida eterna” (DS
15, 19,21ss), mientras que diversos documentos del magisterio consideran la
bienaventuranza como un reinar con Cristo (DS 540), pero el más importante es Benedictus
Deus en la que se sostiene la visión de Dios como constitutivo esencial de la vida eterna.
Pero en la constitución (LG 48), se aportan sustanciales complementos sobre esta doctrina
donde se recalca el acento cristológico.
Núcleos teológicos
Ahora conviene indagar, en cómo repercute la salvación consumada en la socialidad y la
mundanidad constitutiva de la condición humana.
- La salvación como vida eterna, se sostiene en (Sab 1,1s y 11,24) que Dios
crea para la vida porque crea por amor y el amor es biógeno, generador de vida, de
allí que el cristianismo patentiza la cohesión entre creación y salvación escatológica.
Porque si todo amor auténtico promete perennidad, el amor de Dios, amén de
prometerla, ha de otorgarla, puesto que Él tiene en sus manos la vida y la muerte.
- Visión-divinización en el ser con Cristo, “ver a Dios” y “ser en Cristo” son
una y misma cosa, ya que el NT estipula que ser en Cristo es el último e irrebasable
estadio del proceso salvífico donde el éschton de la esperanza cristiana reviste un
carácter personal, en la que Cristo glorioso es la totalidad de la promesa cumplida,
la plenitud del reino, donde el Dios que se hizo hombre diviniza a los hombres por
la comunicación de su ser personal, iniciada en la fe y consumada en la visión
eterna, donde gracia y gloria, consisten en lo mismo, en la posesión del bien
incoado.
PURGATORIO137
Según la tradición eclesiástica, el purgatorio es el proceso de purificación después de la
muerte que limpia al hombre de cualquier mancha y le permite la entrada a la consumación
celeste.
137
Cf. J. FINKENZELLER «Purgatorio», Diccionario de teología dogmática, 575-578.
138
Síntesis bíblica
Hoy se sabe que en la Sagrada Escritura no hay ningún pasaje que se pueda referir al
purgatorio de manera incuestionable. Sin embargo, (2 Mac 12, 40-46; 1 Co 3, 10-15 y Mt 5,
25-26), son pasajes que han contribuido a la doctrina del purgatorio.
Uno de los pasajes clásicos en torno al tema es 2 Mac 12, 40-46, sin que el pasaje
constituya un testimonio directo, acerca de la existencia del purgatorio, es notable el
progreso que el sacrificio por los difuntos insinúa en la poca diferenciada liturgia judía: una
acción cultural puede ayudar a los creyentes muertos en una situación objetiva de pecado.
Otro texto en favor del purgatorio es 1 Cor 3, 10-17, el ver. 15 puede significar el
riesgo de condenación que corren los misioneros poco celosos, y una diferencia de grado en
su recompensa, comparada con la de los buenos apóstoles.
Sin embargo, hay ideas que pueden ayudar al núcleo germinal del dogma, una de
ellas es la constante persuasión de que sólo una absoluta pureza es digna de ser admitida a
la visión de Dios. AT (Ex 20, 18-19; Is 35, 8 y 52, 1) hablan de la imposibilidad en que se
hallan los que no están totalmente limpios de transitar por la Jerusalén escatológica. En el
NT diversos pasajes ratifican esta exigencia de total pureza para participar de la vida eterna,
(Mt 5,8; Mt 5,48; Ap 21,27).
Otra idea, la más importante, el verdadero lugar teológico de la doctrina, es la de la
responsabilidad humana en el proceso de la justificación (2 Sam 14), se recoge un caso de
la separabilidad de la culpa y pena: el perdón de Dios no exime a David de sufrir el castigo
de su pecado.
Lo anterior descubre la idea de que algún justo muera sin haber alcanzado el grado
de madurez espiritual requerida para vivir en comunión con Dios, a éste le entrañaría un
suplemento de purificación ultraterrena y de allí la legitimidad de los sufragios por los
muertos (2 Mac 12).
Dificultades históricas
Es hasta la Época patrística cuando se elabora una doctrina específica sobre el purgatorio
que tiene su base en las ideas bíblicas sobre la promesa y realización de la salvación. Aquí
tienen un papel importante la celebración de la Eucaristía y la Penitencia, mientras que ya
en el s. II se comienza a orar por los difuntos, ahora bien, en el s. III la plegaria por los
difuntos es introducida en la Eucaristía y en el s. IV se le pide a Dios que no tenga en
cuenta los pecados y errores de los fallecidos.
La penitencia en Oriente se entendió como un proceso de tipo pneumatológico-
pedagógico y en Occidente se vinculaba con un carácter punitivo, esta distinción llevó a
concebir la doctrina del purgatorio de dos maneras para los orientales es un proceso de
maduración, y para los occidentales tiene un carácter punitivo la purificación que tenía
efecto entre la muerte y la resurrección. Sin embargo, la doctrina vinculante de la Iglesia es
la afirmación de que existe un purgatorio, dejando su explicación a la teología.
139
Núcleos teológicos
Hay que decir que a la idea de expiación penal ha de ser equilibrada con la idea de proceso
de madurez. La noción dogmática del purgatorio no conlleva ningún tipo de precisión sobre
la índole de penas, sería legítimo reducir éstas a la simple dilación de la visión de Dios,
tampoco se puede olvidar que a todo proceso auténtico de purificación o madurez es
inherente, por su misma naturaleza, un cierto coeficiente de sufrimiento, presente ya en la
propia conciencia de imperfección cuando va acompañada por un sincero anhelo de
perfeccionamiento. Porque la idea de pena o castigo es inseparable de la culpa o pecado,
que fluye connaturalmente de éste, sin necesidad de ser sobreañadido por una sanción
convencional161. Entonces, ha de entenderse como el anhelo, alentado por el amor, de
verse libre de las últimas deficiencias que todavía impiden la contemplación plena y
perfecta de Dios y sólo en la medida en que ese crecimiento en el amor de Dios resulta
doloroso, se puede hablar de sufrimiento en el purgatorio.
MUERTE DEFINITIVA138
Del hecho de que Dios quiere la salvación de todos se sigue que no quiere la perdición de
nadie; no quiere la muerte eterna. El tema se desarrolla desde dos tentaciones extremas: la
de considerar la muerte eterna como una verdad de rango idéntico a la de la vida eterna
(simetría absoluta de una historia que puede ser, indiferentemente, de salvación o de
condenación) y la de amortizar toda posibilidad real de condenación a favor de una
salvación sin excepciones (asimetría absoluta de la historia o tesis de la apocatástasis).
Síntesis bíblica
El AT afirma la bondad de Dios y sus obras. (Gen 1); no ha creado nada para la muerte, ni
aborrece nada de lo que existe (Sab 1,13; 11,24); no quiere la muerte del pecador, sino que
se convierta y viva (Ez 18,23). En el NT, se define a Dios pura y simplemente, como amor
(1 Jn 1,8), usa de su paciencia, prolongando la historia, puesto que no quiere que nadie
perezca, sino que todos se conviertan (2 Pe 3,9), la predicación de Jesús anuncia y promete
únicamente la salvación, no la condenación (Mt 4,17). Pablo afirma en (Rom 8,31ss) que ni
el Padre ni el Hijo acusan o condenan, de modo que “nada nos podrá separar del amor de
Dios manifestado en Cristo”.
Sin embargo, hay que decir que sí se contempla en la Escritura la posibilidad de la
muerte eterna, que hace referencia a la situación de fracaso absoluto del hombre, cuyo
horror sobrepuja cualquier experiencia límite de esta vida. En el AT el texto que constituye
el antecedente próximo de las imágenes neotestamentarias del infierno (gehena) es (Is
66,24), mientras que Daniel habla de un oprobio eterno (Dan 12,2). En el NT la idea de
condenación se formula en una serie de expresiones que significan, dentro de su
variabilidad, la negación de aquella comunión con Dos en que consiste la bienaventuranza,
como: perder la vida (Mt 8,35), no ser conocido (Mt 7,23), echado o quedar fuera (Lc
138
RUÍZ DE LA PEÑA J L, Op.Cit., 225-246
140
13,23), mientras que Pablo hablará de no heredar el reino (Gal 5,21) y Juan de no ver la
vida (Jn 3,36). En conclusión, todas las fórmulas tienen en común el presentar el estado de
condenación como consistente, ante todo, en la exclusión de aquel acceso inmediato a Dios
o a Cristo en el que estriba la vida eterna.
Dificultades históricas
La unanimidad de la primera patrística se rompe con Orígenes ya que se apartará de dos
puntos de lo que venía siendo comprensión generalizada del dato revelado, a) pone en duda
el carácter eterno de la condenación, a esta propuesta pone fin el sínodo de Endemousa (DS
411) en el 543, y restablece la unanimidad en lo tocante a la duración eterna del infierno, b)
sobre la naturaleza del fuego, donde todo pecador enciende para sí la llama del propio
fuego, porque el alimento y la materia del propio fuego son los pecados. Así pues, el fuego
infernal es símbolo del tormento interior del condenado, afligido por su propia deformidad
y desorden. De aquí surge el contrapeso a las concepciones meramente materialistas del
tormento físico, descuidando así el dato esencial: la pérdida de Dios. Será san Juan
Crisóstomo quien afianzará la concepción de perdición como pérdida de Dios.
En la época medieval el concilio de Letrán IV emitió una profesión de fe contra la
herejía albigense, ellos no admitían más estado penal que la encarnación (DS 801); un siglo
más tarde, la constitución dogmática Benedictus Deus vuelve a tocar la doctrina del
infierno (DS 1002), donde hay dos observaciones, a) no precisa en qué consisten las penas
infernales, b) no se define la realidad fáctica de la perdición. Por último, en LG 48 aparece
el tema del infierno haciendo alusión al NT, donde la muerte eterna ha de estimularnos a la
constante vigilancia se rechazó la afirmación de hecho de los condenados.
Núcleos teológicos
El punto de partida para la concepción teológica de la muerte eterna ha de ser su no
procedencia de la voluntad de Dios; y desde allí comprender el infierno como la sensación
inmanente de la culpa. Sólo así se hace justicia a las enseñanzas de la revelación y se
alcanza, a la vez, una mayor credibilidad.
Síntesis bíblica
139
RUÍZ DE LA PEÑA J L, Op.Cit., 289.
141
El antecedente es que el Dios de la Antigua alianza es el Dios vivo y en Él se fundamenta
toda vida, que en el hombre es concebida como una realidad total, de allí que Israel no
apunta a la existencia del alma incorpórea sino a la resurrección de los muertos. Por eso
resulta increíble que en el AT no existan testimonios claros sobre esta doctrina, los
testimonios a favor son pasajes del llamado “apocalipsis de Isaías” (Is 24-27) y en especial
(Is 26,19) al que se suma (Is 53,9-12). Ahora bien (Dn 12,2-3), se reconoce como un
testimonio en el que se entiende la muerte como un sueño y la resurrección de los muertos
como un despertar, así como (2 Mac 7,9-14), que explica la resurrección como premio de la
observancia de la ley y el martirio. En cualquier caso, en esos pasajes no se supone una
resurrección universal.
En el NT hay una propuesta diferente que está sustentada en (Mt 22, 23-33 y par)
donde Jesús fundamenta la resurrección de los muertos remitiéndose a (Ex 3,6) y aclara que
esta vida derivada de la resurrección no es una simple prolongación sublimada de la vida
terrena, sino como una vida en una corporeidad distinta como la que significa el “ser como
ángeles” y el hecho de que “no se casan”. Si bien es cierto que no se afirma la resurrección
de los impíos, sí se afirma la resurrección de los justos. Pero una resurrección universal se
desprende de distintos textos relativos al juicio y sobre todo del juicio final en (Mt 25, 31-
46).
En las afirmaciones joánicas hay dos concepciones acerca de la resurrección de los
muertos: Primero, en su escatología presente, hay un despertar del hombre de su muerte
espiritual en su encuentro con Cristo (Jn 5,25). 2) Contiene testimonios a favor de la
resurrección universal de los muertos en el último día (Jn 5,28-29). Segundo. en las
comunidad primitiva de Jerusalén y las Iglesias del NT la creencia en la resurrección de los
muertos forma parte de ellas desde el comienzo, de la predicación cristiana (Hch 4,2), en
Pablo hay una amplia teología amplia de la resurrección de los muertos y de la resurrección
del cuerpo dándoles una fundamentación cristológica al establecer una conexión indisoluble
entre la resurrección de Cristo y la nuestra (1 Co 15,13; 1 Tes 4,14; Rom 8,11.29), también
marca la diferencia entre el cuerpo terrestre y el cuerpo resucitado (1 Co 15,36-49).
Dificultades históricas
En toda la tradición eclesiástica la resurrección de los muertos se entiende desde los
comienzos con la auténtica esperanza cristiana, de allí que siempre se insiste en la
resurrección frente a todas las tendencias hostiles al cuerpo, que aparecen entre los docetas,
gnósticos, maniqueos. Con ello la defensa de la resurrección adquiere unos componentes
antropológicos y cristológicos porque en Cristo, el Hijo de Dios encarnado y resucitado
corporalmente, se perfila y presenta ejemplarmente la salvación del Hombre.
Núcleos teológicos
La fe de la Iglesia exige para la resurrección la identidad corporal númerica; el
mismo y propio cuerpo de la existencia terrena que es el de la existencia resucitada. Esto
surge de la necesidad de salvar la propia identidad personal, frente a una posible confusión
142
con la doctrina de la metempsicosis y la reacción contra la visión del cuerpo como ajeno a
la verdad del hombre.
Para Pablo, el término denota al hombre entero; por tanto, en 1 Cor 15 la dialéctica
identidad-diversidad no remite a una parte del hombre, sino a su totalidad: todo el hombre
será a la vez, el mismo y distinto (transformado). Entonces, la resurrección del cuerpo
consiste en que todo el hombre se reencontrará en Dios con su historia viva. Entonces, nos
corresponde resucitar porque Cristo resucitó, como Cristo resucitó, y como miembros del
cuerpo de Cristo resucitado.
Ahora bien, respecto de si la resurrección ha de entenderse sólo como un
acontecimiento del último día o si se realiza en la muerte de cada uno, la respuesta
corresponde a la doctrina sobre el estado intermedio.
ESTADO INTERMEDIO140
Se suele designar así a la forma de existencia del hombre entre la muerte individual y la
resurrección de los muertos en el último día. Esta concepción ha alcanzado importancia en
el cristianismo gracias a la doctrina del purgatorio.
La discusión sobre el estado intermedio, ha llegado a un punto muerto, sin que se
previsible que aparezcan nuevas aportaciones capaces de reactivarlo, porque se considera
perteneciente al ámbito de la especulación. Los datos dogmáticos a retener son, de un lado,
la inmediatez de la retribución esencial y la índole escatológica de la resurrección, el cotejo
de ambos datos es lo que genera problema: ¿Cuál es el estatuto ontológico del sujeto de la
retribución inmediata? ¿Se da una situación de alma separada a lo largo de un período
temporalmente extenso entre la muerte y la resurrección?
Es una cuestión que sigue abierta a la especulación, sin embargo, no hay que olvidar
las proposiciones de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la fe en lo que afecta a
las cuestiones escatológicas.
Síntesis bíblica
En el AT la concepción del estado intermedio deriva de su vinculación a la idea de ŝeol y a
la creencia en la resurrección de los muertos. Sin embargo, este estado intermedio aparece
con mayor claridad en los escritos extrabíblicos de la apocalíptica judía (HenEt y 4Esd).
Mientras que, si el NT constituye un testimonio en favor del estado intermedio hay
diferentes respuestas puesto que no es un tema específico en el NT. Algunos opinan que
Jesús adoptó la concepción del estado intermedio que aparece en la literatura
intertestametaria del judaísmo primitivo y lo fundamentan en textos como (Lc 12,16-21;
16,19-31; 23,43). Por su parte San Pablo expresa el anhelo de partir y estar con Cristo (Fil
140
FINKENZELLER J «Estado intermedio», Diccionario de teología dogmática, 267-269.
143
3,20-21; 1 Co 15,37) son texto que no pueden ser interpretados como estado intermedio,
porque su propósito es otro.
Dificultades históricas
Entre estas dificultades se encuentra la gnosis, que rechaza el estado intermedio donde hay
una cualificación negativa por su deficiencia frente a la resurrección futura, en el desarrollo
posterior, como lo es en la teología de san Agustín y la escolástica medieval, se adquiere
una importancia tan grande que la esperanza bíblica en la resurrección de los muertos pasa,
al menos existencialmente, a un segundo plano frente a la bienaventuranza y felicidad del
alma en el estado intermedio.
Todas las declaraciones medievales sobre la escatología incluyen, sin embargo, la
doctrina del estado intermedio del alma libre del cuerpo (Dz 456, 456,530). Tampoco la
Congragación para la doctrina de la fe de 17/05/1979 supone el estado intermedio al hacer
hincapié en la pervivencia del alma después de la muerte y diferencia explícitamente su
situación de la forma de existencia que tendrá después de la parusía de Cristo. En
conclusión, no existe ninguna decisión oficial del magisterio eclesiástico que tenga como
objeto explícito el estado intermedio.
Núcleos teológicos
La doctrina del estado intermedio figura una de las controversias más relevantes en el
campo de la escatología, porque se trata sobre todo del problema del tiempo, que después
de la muerte ya no existe como tiempo experimental intramundano, pero que parece
suponer la expresión de estado intermedio.
144
TEOLOGÍA ESPIRITUAL
La vida espiritual, tiene sus propias leyes, sus principios, dinamismos, el estudio que de la
vida espiritual lo hará a partir de los principios de la revelación de las conclusiones de la
teología dogmática y la moral. El objeto formal de la teología espiritual es la experiencia
que el hombre tiene de la vida en gracia que se conoce en la dogmática.
141
Cf. Charles, ANDRÉ BERBARD, Teología Espiritual, Sígueme, Salamanca 2007, 68-72.
142
Cf. Saturnino, GAMARRA, Teología Espiritual, BAC, Madrid 1994, 37.
145
Para Bernard es la disciplina, que fundada sobre los principios de la revelación
estudia la experiencia espiritual cristiana y como la vida interior se va desarrollando
progresivamente.
Experiencia personal
Es necesaria para dar un contenido concreto a los conceptos espirituales. Cuando falta la
experiencia queda privada de contenido
Documentos eclesiales
Sobre el sacerdocio
Sobre los dones del Espíritu Santo
Sobre la vida religiosa
Los textos del concilio Vaticano II que tratan de espiritualidad o pastoral
146
Vivir en Cristo
Es el tema central de la teología espiritual, el núcleo vital desde el que cobran sentido todos los
demás temas de la vida cristiana y de la espiritualidad Ser y vivir en Cristo es la misma realidad.
Estar en Jesús y participar de la vida que él tiene y es, recibida a su vez del Padre, es el centro y
fundamento de la existencia del creyente, y la máxima plenitud a la que el hombre puede aspirar”
Vida fraterna
La filiación y la fraternidad se implican mutuamente. No es posible vivir la filiación sin la
dimensión fraterna; y, consecuentemente, la fraternidad viene a ser la verificación de la
vivencia filial (cf.1Jn 4,20-21). La implicación es mutua, pero sin confusión.
La fraternidad se vive en Cristo. Se recibe del Señor y se vive en el Señor.
Vida de amor
Que el “vivir en Cristo” incluye el amor es de total evidencia, según los textos del Nuevo
Testamento (Jn 15,9.12; 17,26). El amor es la clave de la revelación de Dios y del hombre y
que es de la entraña de la vida cristiana. “Vivir en Cristo” es “amar en Cristo”.
Vida cristiforme
El “vivir en Cristo” descansa en el “ser en Cristo”. Esta participación del ser y del
vivir del Hijo, le hace al cristiano cristiforme.
147
La relación entre el “vivir en Cristo” y “vivir según el Espíritu” se contempla desde una
doble perspectiva, que es complementaria: desde la actuación del Espíritu en Cristo y desde
la actuación del Espíritu del Hijo en nosotros. Jesús resucitado nos da el mismo principio de
su actuación: nos da su Espíritu. El principio de nuestra existencia es el mismo que animó a
Jesús. Por tanto, no se puede “vivir en Cristo” sin el Espíritu.
Vivir en misión
La razón de este planteamiento es clara: la misión del cristiano es relación con la Iglesia,
que es, por su propia naturaleza, misionera; y la razón fundamental de esta misión es el “ser
y vivir” en Cristo en la Iglesia. Quien es y vive en Cristo, vive la relación de hijo y de
hermano en el Hijo, con todo lo que en ello implica, también en su misión, de forma
participada (cf. Jn 20,21). Por eso el cristiano constitutivamente es y vive en misión, y su
espiritualidad consiste en “vivir el misterio de Cristo enviado”.
4. ¿Inhabitación trinitaria?
Es el auto donación del Padre a Cristo y por Cristo en el Espíritu a los hombres
La inhabitación es la Trinidad en el hombre. La misma Trinidad, inmanente en sí
misma, es la Trinidad salvífica, la Trinidad que ha hecho historia en el Verbo y en la
persona justificada143
De acuerdo el documento de aparecida en su número 240 Una auténtica propuesta
de encuentro con Jesucristo debe establecerse sobre el sólido fundamento de la Trinidad-
Amor. La experiencia de un Dios uno y trino, que es unidad y comunión inseparable, nos
permite superar el egoísmo para encontrarnos plenamente en el servicio al otro. La
experiencia bautismal es el punto de inicio de toda espiritualidad cristiana que se funda en
la Trinidad.
143
Cf. S., GAMARRA, Teología Espiritual, 58.
148
Dios trino y uno
Cristo Señor que es Cabeza y Cuerpo y hay un principio de comunión (perfecta
comunión)
Hombre que es espíritu encarnado y dentro de los rasgos de su composición esta la
intersubjetividad, la comunión.
Esta triple dimensión hace que, del misterio de la trinidad, de Cristo de la Iglesia y
del hombre se sostiene la dimensión espiritual pues todas las dimensiones integran una
relación.
Cuando afirmamos que cuando en el bautismo el hombre queda cristificado, el
hombre queda integrado al cuerpo de cristo que es la Iglesia y no sólo en el misterio
pascual, esto desvela una relación que se hace patente desde la fuente de la vida interior,
porque este bautismo sólo se vive en la Iglesia y a partir de él en los demás sacramentos.
Dentro de esta misma dimensión eclesial de la vida espiritual es necesario destacar
dos aspectos: en primer lugar, el aspecto litúrgico sacramental que se dan en la Iglesia, y el
aspecto apostólico misionero.
a) Aspecto litúrgico sacramental. La necesidad de la Iglesia se hace patente con una
diáfana se hace patente en la vida sacramental, que son actos del Cristo glorioso Cristo los
ha dado en la Iglesia. Es por los sacramentos que se recibe la vida de gracia. Los
sacramentos los recibes siempre de la Iglesia, por lo tanto para el cristiano su ser cristo se
alimenta y se sostiene solo en la Iglesia prioritariamente a través de los sacramentos.
b) Dimensión apostólica la Iglesia es sacramento universal de salvación y por ello es
misionera por naturaleza, la Iglesia no entiende la economía de la salvación sino es desde la
misión, el Cristiano tampoco lo puede entender sino es identificado con la misión de la
Iglesia, por ello el Espíritu apostólico es esencial, no podríamos hablar de una
espiritualidad madura y cristiana si no es apostólica, por lo tanto el cristiano que quiere
vivir su fidelidad requiere el apostolado de la misión esta cristificación bautismal es
también con el Cristo enviado, por tanto esta cristificación va encaminada la madurez
sacramental.
149
fin, en principio en una historia personal y realidad personal, se aprende a amar por la
experiencia del amor recibido, de ahí que pasando al plano sobre natural el fundamento
último es la actitud de Dios por la cual se auto entrega al hombre, este es el fundamento de
la caridad, el ámbito de la experiencia de un Dios que se me da y me invita a amarle yo
también, la caridad hace que este Dios donado genere en nosotros una respuesta similar, la
caridad purificará nuestra manera humana de amar, y por eso Tomás de Aquino dice que la
perfección de la vida espiritual está en la caridad.
7. ¿La oración?
Expresamos a Dios con palabras lo que se mueve en nuestro interior, o simplemente se lo
presentamos de forma callada La oración cristiana es una oración en el Espíritu del Padre y
del Hijo, que viene en ayuda «de nuestra debilidad e intercede por nosotros con gemidos
inenarrables» (Rom 8,26) «atestiguando a nuestro Espíritu que somos Hijos de Dios» (Rom
8,16) «cuando oréis, decid: Padre Abba…» (Lc 11,2)145
Existe, por tanto, una estrecha relación entre la revelación y la oración. La
constitución dogmática Dei Verbum nos enseña que, mediante su revelación, Dios
invisible, «movido de amor, habla a los hombres como amigos (cf. Ex 33, 11; Jn 15, 14-
15), trata con ellos (cf. Bar 3, 38) para invitarlos y recibirlos en su compañía».
Esta revelación se ha realizado a través de palabras y de obras que remiten siempre,
recíprocamente, las unas a las otras; desde el principio y de continuo todo converge hacia
Cristo, plenitud de la revelación y de la gracia, y hacia el don del Espíritu Santo que hace al
hombre capaz de recibir y contemplar las palabras y las obras de Dios, y de darle gracias y
adorarle, en la asamblea de los fieles y en la intimidad del propio corazón iluminado por la
gracia divina.
Por este motivo la Santa Iglesia recomienda siempre la lectura de la Palabra de Dios
como fuente de la oración cristiana; al mismo tiempo, exhorta a descubrir el sentido
profundo de la Sagrada Escritura mediante la oración «para que se realice el diálogo de
Dios con el hombre, pues “a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando
leemos sus palabras”».
De cuanto se ha recordado se siguen inmediatamente algunas consecuencias. Si la
oración del cristiano debe inserirse en el movimiento trinitario de Dios, también su
contenido esencial deberá necesariamente estar determinado por la doble dirección de ese
movimiento: en el Espíritu Santo, el Hijo viene al mundo para reconciliarlo con el Padre, a
través de sus obras y de sus sufrimientos; por otro lado, en el mismo movimiento y en el
mismo Espíritu, el Hijo encarnado vuelve al Padre, cumpliendo su voluntad mediante la
Pasión y la Resurrección. El «Padrenuestro», la oración de Jesús, indica claramente la
unidad de este movimiento: la voluntad del Padre debe realizarse en la tierra como en el
cielo (las peticiones de pan, de perdón, de protección, explicitan las dimensiones
fundamentales de la voluntad de Dios hacia nosotros) para que una nueva tierra viva y
crezca en la Jerusalén celestial.
145
Cf. Idem
150
8. ¿La santidad?
Se llama santidad al punto de partida y al punto de llegada: «Habéis sido lavados, habéis
sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu
de nuestro Dios» (1 Cor 6,11), Es decir es lo que tengo que hace, lo mejor posible por Dios
con Alegría.
La santidad ontológica: es el estado operado por Dios en el bautismo. Es la que
constituye al hombre santo en sentido más estricto, hijo de Dios y vivificado por Cristo.
Santidad teológica moral: participa del Padre por Cristo en el Espíritu Santo que,
al ser vida, es dinámica, tiende a su perfección abarcando a todas las personas, incidiendo
en todos sus niveles, supone la cooperación con la gracia y es operativa. «El santo
santifíquese más» ( Ap 22,11).
Todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la
vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más
humano incluso en la sociedad terrena. En el logro de esta perfección empeñen los fieles las
fuerzas recibidas según la medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo sus
huellas y hechos conformes a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, se
entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Así, la santidad del
Pueblo de Dios producirá abundantes frutos, como brillantemente lo demuestra la historia
de la Iglesia con la vida de tantos santos (LG 40)
Su santidad Francisco afirma: Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios
paciente: en esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia
militante. La santidad «de la puerta de al lado»; «la clase media de la santidad»
9. ¿Discernimiento?
La primera parte que fundamenta el discernimiento, San Ignacio es guía en este menester el
discernimiento espiritual, tiene como finalidad descubrir la voluntad de Dios en el
cotidiano, el fundamento de la vida humana es Dios y sólo así se puede tener como
referente el discernimiento pues entiendo y acepto que mi vida está orientada hacia Dios y
lo tiene como último fin de tal forma que quiere discernir lo que Dios quiere, este no es un
acto de enajenación para el hombre, ya que la naturaleza está ordenada a Dios, por ello
buscar la voluntad no es despersonalizante. La persona se enfrenta en su medio a una
compleja red de situaciones, de sentimientos y de reacciones etc. Dentro de todo esto,
estamos llamados a hacer presente la fe y así se hace más fácil escuchar la voz de Dios que
nos dice que hacer.
La naturaleza y el objeto del discernimiento. El discernimiento espiritual discernir
es juzgar ponderar, clarificar ordenar y separar o bien colar de fondo está la idea de
distinguir y entonces el discernimiento espiritual es la búsqueda de la voluntad de Dios.
Descubrir la voluntad de Dios en una situación concreta y en un contexto a fin de responder
a la voluntad que Dios manifiesta a través de palabras y obras y se descubre analizando los
signos que Dios da en la experiencia de la Iglesia, los signos a través de la vida, etc.
151
10. ¿El pecado en la espiritualidad cristiana?
Es esencialmente infidelidad de un amor; el hombre que rechaza el amor de Dios 146. Lo que
implica la vivencia del pecado en el vivir en Cristo. No se trata de una conciencia
enfermiza centrada en sí misma, si no de abrirse a la relación de Dios con el hombre,
relación que es de amor, de perdón y misericordia. «Tengo siempre presente mi pecado»
(Sal 50, 5), siempre en y desde la relación con Dios.
Ascesis
La mera colaboración del hombre con Dios en la propia perfección: «es el compromiso
personal, consciente, voluntario, libre, amoroso, en el camino hacia la perfección de la vida
espiritual con el cúmulo de fatigas, mortificaciones, penitencias, oraciones, trabajo,
renuncia, desapego, sacrificios que dicho itinerario comporta y exige»
Una ascesis activa consecuente con el «ser» y «vivir» en Cristo. Esta ascesis, antes
que preparación, es fruto de la vida en Cristo.
Una ascesis pasiva, también teologal, que consiste en sufrir la que le viene dada, sin
entenderla, contraria a su proyecto de vida, sin dominarla, y que puede vivirla sólo desde la
fe, bajo la acción del Espíritu. En esta clave se entienden las purificaciones para la unión
con Dios. 147
La Ascesis es la herramienta de la que nos valemos para fortalecer los muros por los
cuales transitan nuestros deseos y aspiraciones, los cuales fuera de control son capaces de
destruir nuestra vida, o al menos impedir que ésta alcance la plenitud. Es, digamos, el
elemento regulador, y, en muchos casos, el propulsor de una vida equilibrada y santa. Por
eso dice al respecto el Catecismo de la Iglesia: "Tomar la cruz cada día y seguir a Jesús es
el camino más seguro de la penitencia"
Mística
Experiencia de Dios presente e infinito, provocada en la persona por una especial moción
del Espíritu Santo»148 La oración mística es aquella en la que el cristiano percibe y
experimenta la presencia activa de Dios en el alma149.
146
Cf. Idem
147
Cf. S. GAMARRA, Teología Espiritual, 283.
148
Cf. Ibidem, 279.
149
Cf. Ch. ANDRÉ BERBARD, Teología Espiritual, 554.
152
La mística tendría que ser la comunión íntima que es inexpresable, comunicación
directa con Dios que no solo logra un monje, sino también una persona sencilla que
entiende la vida desde Dios. La mística no es para unos escogidos. La mística de ojos
abiertos permite contemplar la realidad con los ojos de Dios.
153
deductivo porque extrae de la revelación y el magisterio todas las consecuencias de la vida
de gracia. (Método teológico, descriptivo inductivo en cuanto se basa en la experiencia y es
deductivo en tanto se basa en la revelación.
154
TEOLOGÍA PASTORAL
La palabra Pastoral se usa en la Iglesia para casi todo, está tan extendido el uso que queda
totalmente desdibujado su contorno y vacío su contenido, pero tenemos que utilizarla para
dar actualidad a nuestro lenguaje y a nuestra comprensión teológica. Puede darse también
que el término pastoral no aparezca unido a teología, sino todo lo contrario, como con
cierto antagonismo. Serían dos puntos de enfoque distintos, el teológico, como reflexión
especulativa y el pastoral, que clarifica la práctica de la Iglesia. La palabra pastoral, hace
referencia a la práctica y a la acción de la vida de la Iglesia. La empleamos para referirnos
al trabajo que desarrollamos dentro de la Iglesia. Las distintas acciones de la Iglesia serían
los distintos campos de la pastoral. Podríamos decir que la Teología dogmática
eclesiológica se refiere al ser de la Iglesia y la Teología Pastoral a la acción de la misma y a
la tarea de cada día, al respecto Floristain afirma que es la teología de la praxis de los
cristianos.
La teología pastoral debe ser estudiada con una metodología teológica, haciendo de
ella una reflexión desde la fe, desde el dato revelado y desde el magisterio de la Iglesia que
entran en dialogo con las situaciones históricas del mundo. Ejerce una función critica en el
interior de la vida de la Iglesia y tiene la función de buscar las líneas fundamentales de su
autorrealización, por ello se puede afirmar que es plenamente teológica no solo por el
fundamento de su capacidad crítica, sino también por los criterios de acción que propone y
que brotan de la fe de la Iglesia y de la comprensión teológica.
155
tomar. La teología pastoral, como toda teología, se presenta como un servicio en diálogo
con los otros servicios y ministerios eclesiales. En ella, tampoco se pueden confundir
teología y magisterio. Los dos son servicios a la Iglesia, pero no se confunden. Lo
importante es que vivan en un diálogo clarificador respetando cada uno lo que es propio del
otro.
A partir del Concilio Vaticano II se abrió un panorama más amplio respecto al modo de
concebir a la teología desde América Latina. Posteriormente con los aportes de Medellín se
comenzó un nuevo modelo de reflexión a partir de tres categorías fundamentales, Ver,
Juzgar y Actuar. Se trata de una metodología para la acción transformadora de los
cristianos en sus ambientes y para superar el divorcio fe-vida. Es una propuesta de
espiritualidad como corazón de la pastoral.
156
El “actuar” se propone determinar aquellas actitudes que las personas deben
cambiar en sus vidas, los criterios de juicio que deben ser transformados, los
hábitos que son cuestionados por la Palabra de Dios y las acciones que se
van a desarrollar.
Enunciado Contenido
No es posible concebir ninguna
especialidad de la teología, sin un
vínculo de unidad con el universo
teológico en su conjunto. La teología en
Carácter Unitario. Forma parte de una
general es concebida como un
propuesta teológica conjunta
conocimiento global, en el cual
contribuyen las diferentes disciplinas
que la constituyen. No teología aparte,
sino una parte de la teología.
La práctica es considerada como
elemento constitutivo y determinante
del conocimiento teológico en cuando
Carácter Teológico. Tiene como
tal. El peso específico recae sobre el
objeto la articulación teológica de la
aspecto propiamente teológico. La
práctica
articulación teológica de la práctica
representa la especificidad teológica.
Referencia de la fe.
Carácter mediador. Está situada entre La relación entre T/P, está en el centro
157
de la TP y del sujeto que la produce.
Los desafíos deben ser asumidos desde
esta correlación. La tarea es mantener la
la correlación crítica de la teoría y la coherencia y la unidad interna entre
práctica T/P. La T/P son momentos constitutivos
uno del otro, no pasos. Según se
comprenda esta correlación dependa
una sana TP.
La TP es un lugar privilegiado para
mostrar de manera más evidente la
Carácter interdisciplinar. Incluye la relación entre las ciencias humanas y
capacidad de colaboración con las discurso teológico. Es necesaria la
ciencias humanas cooperación y relación horizontal con
las ciencias humanas. Propiciar una
relación simétrica y horizontal.
No se busca elaborar una ciencia
empírica, sino reafirmar la relación con
la práctica. Argumentos cuantitativos.
Carácter Experimental. Mantiene una
Un ejercicio de humildad al dejarse
constante interpelación empírica
interpelar. Instancia crítica frente a
justificaciones fáciles e infundadas.
Libra del hipersubjetivismo.
Enunciado Contenido
Extrae de las prácticas su sentido más
Carácter analítico. Analiza profundo. Pone en evidencia toda la
críticamente las prácticas de los riqueza reformadora y el dinamismo
creyentes. que entrañan las prácticas. Explicita su
potencial transformador. Se adentra en
el campo de la hermenéutica.
Construye un discurso teológico que la
define. Una criteriología que explique
Carácter reflexivo. Reflexiona los contenidos básicos de su
teológicamente sobre las prácticas de significación. La libra de los “errores
los creyentes cognitivos”. Una dinámica cíclica de
acción-reflexión-acción. Reflexión no
academicista.
Carácter propositivo. Suscita modelos Es el oficio constructivo. Desde el
alternativos para una práctica renovada modelo de la práctica comunicativa (G
Habermas). No desde el pragmatismo.
158
realidades sociales, y responde desde
análisis social y el discurso público estos criterios a problemas actuales. La
teología en el ámbito público.
Académico-Eclesial-Público.
Desarrolla la capacidad reflexiva sobre
las prácticas. No sólo trabajar
Carácter formativo. Contribuye en la
organizadamente, hay que organizar la
formación de los miembros de la
mente. Saber-saber hacer-ser. Todos
comunidad eclesial
sujetos e interlocutores. Docente-
Discente.
Poner en relación crítica las prácticas
eclesiales y los valores evangélicos.
Conduce a una constante actualización
Carácter Crítico. Promueve una
y recontextualización permanente.
constante presencia crítica del
Heterocrítica: se ejerce sobre las
evangelio en la Iglesia y en la sociedad
prácticas desde la teología; Autocrítica:
se ejerce sobre la teología desde la
práctica.
159
Penosa distancia entre palabra y vida.
Espiritualidad más de silencios 'habitados'.
Implementar más signos y gestos evangélicos.
La palabra puede ser un refugio para no hacer las cosas, o la falta de
compromiso.
160
No de cantidad, sino de calidad.
Ni en la desesperación, ni en la presunción reside la fuerza.
Sólo la esperanza es realista, porque toma en serio las posibilidades de todo
lo real.
No es ingenuidad: 'quieres sacarte la lotería sin comprar el billete'.
Hay esperanza realista, cuando hay posibilidades.
La esperanza no toma las cosas tal como se encuentran ahí
161
Bibliografía particular
162
TEOLOGÍA MORAL
I. LA EXPERIENCIA MORAL
1. ¿Cómo se puede definir un valor?
Valor: Es todo aquello que ayuda al hombre a crecer y a “ser más” como persona,
orientándolo a una vida más perfecta.
Contravalor: Es aquello que de alguna manera destruye, degrada o corrompe a la persona
o la hace menos en su cualidad de ser humano150.
Diferencia entre moral y ética:
La diferencia entre ética y moral es que la moral se refiere al conjunto de normas y
principios que se basan en la cultura y las costumbres de determinado grupo social. Por otro
lado, la ética es el estudio y reflexión sobre la moral, lo que permite que un individuo pueda
discernir entre lo que está bien y lo que está mal.
150
José Luis Martín DEL CAMPO MENA, La fundamentación de la Moral, CEFAL, México, 1994, 35.
151
Cf. René SIMON, Moral, Herder, Barcelona 1987, 108.
152
Cf. José Román FLECHA ANDRÉS, Teología moral fundamental, Serie de manuales de Teología
Sapientia Fidei, BAC, Madrid 1994, 192-193.
163
Actos del hombre: son aquellos carecen de conciencia o de libertad, o de ambas
cosas. Un ejemplo claro es la digestión, la respiración, etc. Solo pertenecen al hombre
porque él que los ha ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no está
en el hombre, en cuanto a hombre sino en cuanto naturaleza. Estos actos carecen de moral,
por tanto, no pueden juzgarse desde el punto de vista moral, como buenos o malos.
153
José Antonio SAYÉS, Antropología y moral, de la nueva moral a la Veritatis splendor, Palabra Madrid,
1996, 76 – 77.
154
J. R. FLECHA ANDRÉS, Teología moral, 194-195.
164
5. ¿A qué llamamos factores o fuentes de la moralidad y cuáles son?
Son los diferentes elementos de la acción humana que ha de medirse por la norma ética y
que determina la moralidad de la acción156.
6. ¿Cuáles son las condiciones para que se pueda actuar según el principio del
doble efecto?
Principio desarrollado por J. P. Gury (1801-1886) afirma que del principio del doble efecto
un acto del cual se sigan sea efectos buenos, sea efectos malos puede ser puesto si se
realizan estas cuatro condiciones:
1. El acto es en sí bueno o indiferente
2. La intención del agente es solamente hacia el efecto bueno, mientras que el efecto
malo sea solamente tolerado o permitido.
3. El efecto malo no es un medio para llegar al efecto bueno.
4. Que haya una proporción adecuada entre el efecto bueno y el efecto malo.
Este principio fue reconocido en la enseñanza del Papa Pío XII. Pero advierte
límites y propone el principio de totalidad157.
155
Evencio CÓFRECES MERINO – Ramón GARCÍA DE HARO, Teología Moral Fundamental, EUNSA,
Pamplona 1998, 412-413.
156
J. R. FLECHA ANDRÉS, Teología moral…, 196-198.
157
Javier COELLAR RÍOS, Apuntes de Bioética, Universidad Pontificia de México, ad usum privatum, pro
manuscripto, México 2015, 9.
158
JUAN PABLO II, Carta Encíclica Veritatis Splendor, 06 ago. 1993, in AAS 85 (1993) 1133-1228.
165
8. ¿Qué son las normas absolutas morales o “absolutos morales”?
En la Encíclica Veritatis splendor se realiza afirmaciones sobre la existencia de normas
morales absolutas. Más en concreto, si se quiere, la afirmación de la existencia de normas
que no admiten excepciones de ningún género, sean cuales sean la intención y las
circunstancias del agente, y, en consecuencia, la afirmación de la existencia de actos
intrínsecamente malos159.
159
Enrique MOLINA, Las normas morales absolutas y la opción fundamental en la encíclica Veritatis
Splendor, en Dadun, abril 2014, 635-642.
160
Ángel RODRÍGUEZ LUÑO, Ética general, EUNSA, Pamplona 1993, 284-285.
161
TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología, I-II, q. 94, a. 2, 4 y 6.
162
Adela CORTINA, “Razón práctica”, en AAVV, Diez palabras clave en ética, Verbo Divino 1994,
327-375.
166
como el “ser deseable”), es “simple” y es “universal”, porque se refiere al bien en general
por hacer y al mal en general por evitar163.
4. ¿Qué la conciencia actual o conciencia en sentido estricto?
Conciencia actual: Es la experiencia personal, directa y viva, aquello que vivimos y de lo
cual y con lo cual vivimos y convivimos, el conjunto de todos los acaecimientos personales
inmediatamente sentidos y experimentados164.
La conciencia en sentido estricto: es la capacidad que tiene el hombre de hacer juicio y
valoración moral, la cual le permite descubrir los valores y los contravalores (lo bueno y lo
malo) e inclinarse por aquello que valora como bueno y le ayuda a su crecimiento como
persona165.
167
P. Tony MIFSUD, Moral fundamental, el discernimiento cristiano, Colección de textos básicos para
seminarios latinoamericanos, Colombia, 1996, 330.
168
Gabino MÁRQUEZ, Ética, Razón y Fe, Madrid 1928, 72.
168
La fuente principal es la persona y la enseñanza moral de Jesús. En efecto, el
primer dato de la moral cristiana es la vida misma de Jesucristo. El cristiano, cuando se
cuestiona acerca de cómo debe vivir, tiene la gracia inmensa de contar con el paradigma de
la vida del Dios hecho hombre, el cual, en palabras de san Pedro, «os dejó un ejemplo para
que sigáis sus pasos» (1 Ped 2,21).
Los fundamentos teológicos de la moral social cristiana son: la sagrada Escritura,
la Tradición, tal como son interpretados por el Magisterio – en demanda de criterios
éticos para conducir la vida, de acuerdo con la fe en Jesucristo.
Bien común: Es la armonía que se logra entre los que lo componen, de tal
manera que a ninguno se le perjudique en sus aspiraciones
legítimas.
169
Manuel LOZA MACÍAS, Ética Social, Universidad Pontificia de México, México 1998, 15-21.
170
JUAN PABLO II, Encíclica Sollicitudo rei sociales, 38.
169
Autoridad: Es la facultad de coordinar, impulsar y sancionar a los
miembros de la sociedad para que cumplan con su vínculo de
solidaridad –deberes y derechos- en pro del bien común. El
orden social requiere “tanta autoridad cuanto sea necesaria,
tanta libertad como sea posible”. La autoridad es medio y, en
última instancia, proviene de Dios en tanto necesaria para la
consecución del bien común. Juan XXIII definió la autoridad
como “la facultad de mandar según recta razón”171.
171
JUAN XXIII, Encíclica Pacem in terris, 47.
170
d) Buscar formas de concretar el salario justo y la defensa de los derechos de los
trabajadores.
e) Combate de la pobreza y desigualdad a través de un verdadero “desarrollo humano
y social integral, para acotar los problemas.
f) Desarrollo y crecimiento económico sin perjuicio de los ecosistemas y del medio
ambiente a nivel planetario, para no comprometer el futuro de las siguientes
generaciones (cfr. Laudato sí).
g) Atender la “migración mundial”, nuevo signo de los tiempos, para garantizar sus
derechos humanos.
h) Combate a la carrera armamentista, la proliferación de actividades económicas
inmorales e ilícitas (turismo sexual, trata de personas, tráfico de órganos),
narcotráfico, pornografía, violencia...
i) Desarrollo de un nuevo sistema económico mundial que no genere desechables o
“descartables”172.
V. MORAL DE LA VIDA
1. El debate sobre la identidad y el estatuto del embrión humano
Las circunstancias que ha generado polémica ente los mismos teólogos moralistas, para
definir, cuál es la verdadera identidad personal del embrión humano han sido muy diversas,
ante tales debates se ha concluido lo siguiente:
Carácter propio: El derecho a la vida es el primero, el más fundamental y el más
obvio de los derechos de todo hombre. El cigoto es una realidad nueva, con capacidad para
iniciar la emisión de un programa y crecer como organismo y no como un simple amasijo
de células173. Por tanto:
El embrión es persona: El carácter del embrión como persona y por tanto
merecedor de todos los derechos de la persona y por ende del respeto y reconocimiento de
sus derechos uno de los cuales es el derecho a la vida como propio e inalienable. En este
sentido, cuando se habla de la inviolabilidad de la vida humana, ello implica que toda
acción deliberada encaminada a la eliminación de un ser humano inocente, constituye un
acto gravemente inmoral, del que nadie tiene el derecho para realizar tal acto174.
Y los estatutos son:
Estatuto antropológico: La existencia de una carga genética humana hace posible
que se pueda equiparar a la existencia de un ser humano, con las mismas potencialidades
que tiene toda persona. Incluso a pesar de que se encuentra en un estado de debilidad, el
embrión humano trae consigo ya una conciencia aunque del todo no se encuentre
172
FRANCISCO,
Evangelii Gaudium, 204 ss.
173
Elva ESPINOSA NORDELO, ‹‹El estatuto del embrión humano: aspectos científicos, éticos y
antropológicos›› en Bioética, vol. 6, 1, (Ene-Abr 2006) 4-6.
174
Benjamín FORCANO, ‹‹Estatuto ontológico del embrión. por un planteamiento convergente entre ciencia y
fe›› en Éxodo, 98 (mar-abr 2009) 22-27.
171
desarrollada; pues aunque padezca algún padecer físico, continua conservando su valor
inviolable y sagrado que se tiene de su estructura humana175.
Estatuto ontológico: Responde a la pregunta acerca del modo en que aquello que es
propio y específico del ser personal se relaciona con la vida humana. Así, el embrión es un
individuo de la especie homo sapiens, designa el viviente de la naturaleza animal
incipiente; esto es el transcurso de la etapa temporal del diseño corporal, que permitirá la
organogénesis posterior. Pues la personalidad del embrión no puede ser determinada con
criterios biológicos. La interpretación de la conducta de un ser como personal se basa en
una interpretación de los mismos que deriva del conocimiento que se tiene a partir de la
personalidad176.
2. ABORTO
Definición de aborto: Es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice,
de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento
(EV 58).
Planteamiento del problema: El aborto es un problema antiguo en la historia de la
humanidad. Los hombres de otras etapas históricas y de otras culturas han tenido que
afrontarlo desde la peculiaridad de su situación. Tanto a nivel teórico como a nivel práctico,
el aborto es un interrogante planteado a la conciencia humana de todas las épocas.
Tipología del aborto: *Espontáneo * Provocado
1) Espontáneo: cuando la interrupción acaece por las causas naturales, sin la libre
intervención humana.
2) Provocado: es el que se debe a la intervención libre del hombre.
Tipos de aborto provocado:
- Aborto terapéutico: es el aborto provocado cuando la continuación del embarazo
pone en peligro la vida de la mujer gestante.
- Aborto eugenésico: Aborto provocado cuando existe el riesgo, y a veces la certeza,
de que el nuevo ser nazca con anomalías o malformaciones congénitas.
- Aborto humanitario: es provocado cuando el embarazo ha sido consecuencia de
una acción violenta, como por ejemplo, la violación.
- Aborto psicosocial: es provocado cuando el embarazo resulta no deseado.
Valoración teológico-moral del aborto:
La sagrada Escritura no tiene referencias directas y explicitas al tema del aborto.
Los textos que a veces se citan, tanto del Antiguo (Ex 21,22-23) como del Nuevo
Testamento (Gál 5,20; Ap 9,21; 21,8; 22,15), no contienen una enseñanza directa y clara
175
Elva ESPINOSA NORDELO, ‹‹El estatuto del embrión humano: aspectos científicos, éticos y
antropológicos›› en Bioética, vol. 6, 1, (Ene-Abr 2006), 6-8.
176
Gloria María TOMÁS Y GARRIDO, Cuestiones actuales de Bioética, Eunsa, Pamplona 2012, 41-42.
172
sobre el aborto. Sin embargo, la Sagrada Escritura ofrece una visión decididamente a favor
de la vida. Tal cosmovisión puede ser aplicada coherentemente a la realidad concreta del
aborto177.
La Iglesia católica formula su doctrina sobre el aborto del siguiente modo:
- Todo ser humano, incluido el niño en el seno materno, posee el derecho a la vida
inmediatamente de Dios, no de los padres ni de cualquier autoridad humana.
- Por tanto, no existe hombre, alguno, autoridad humana alguna que pueda exhibir un
título válido o una “indicación” suficiente (médica, eugenésica, social, moral, etc.)
para una directa disposición deliberada sobre una vida humana inocente178.
Todo aborto procurado es el asesinato injusto e inicuo de un ser humano. El feto no
es una persona potencial, sino que es una persona con potencialidades, que serán siendo
actualizadas, demuestra que no se trata de un desarrollo hacia el ser hombre sino del
desarrollo un ser humano.
173
fisiológico normal.
174
engendrado en una relación de amor de dos personas de sexo diverso, ligadas por el
vínculo del matrimonio”.
D) Inseminación totalmente intraconyugal (IAC): En una inseminación artificial
verdaderamente homóloga la intención unitiva y procreativa son ciertamente muy
fuertes. “El niño nace por eso en un contexto de amor y de espera siempre
seguramente dominante en el ánimo de los progenitores”.
E) Inseminación eugenésica: es la que tiende a mejorar la especie humana, con
donaciones de los premios Nobel a fin de originar una raza superdotados.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS
La concepción, fecundación o fertilización derivada de la unión de un gameto masculino y
un gameto femenino, es parte de la naturaleza antropológica de los seres vivos. Es un
evento natural en sí mismo. De modo, que cualquier intervención artificial que produzca la
inhibición de este proceso, es antinatural. Es un acto contranatura, por consiguiente es
contrario a la ley natural.
Anticoncepción hormonal: Es la que utiliza hormonas sintéticas con propiedades
semejantes a la producción natural y normal que toda mujer tiene cíclicamente producidas
en sus ovarios.
Anticoncepción de emergencia: Es la aplicación de una dosis alta de estas
hormonas sintéticas, con concentraciones 10 veces mayores de las usadas comúnmente en
las píldoras anticonceptivas, usadas en las 24 horas siguientes de una relación sexual, tiene
acción abortitaciente al alterar histológica y funcionalmente el endometrio.
Anticoncepción mecánica: actúan como una barrera física, su labor es interrumpir
el paso de los espermatozoides al interior del útero femenino, evitando así, su encuentro
con el óvulo impidiendo la fecundación.
Los dispositivos intrauterinos: el dispositivo intrauterino es un marco plástico
pequeño y flexible, que lleva un alambre de cobre o mangas de cobre. Métodos quirúrgicos
(esterilización): debe entenderse que la infertilidad resultante se considera permanente. La
infertilidad masculina y femenina, pero éstos son muy costosos y presentan gran cantidad
de fracasos. La selección entre esterilización masculina (vasectomía) o femenina (ligadura
de trompas) con fines contraceptivos depende de varios factores180.
Valoración moral de los métodos anticonceptivos
Los métodos anticonceptivos son ilícitos, pues contradicen la naturaleza intrínseca
de la sexualidad, desvinculando el aspecto unitivo del procreador. Se exime el
comportamiento sexual de su responsabilidad inmediata de poder ser causa de nueva vida.
Está en juego la dignidad del amor personal. El hecho de que el amor humano tome la
forma de un intercambio sexual y esté estructuralmente tan ligado a la procreación no
180
Cf. Rafael José CABRERA ARTOLA, «Bioética de la anticoncepción», en Revista de Actas-III Congreso
Internacional en reconocimiento de la fertilidad, Nicaragua 2008, 65-72.
175
depende de una elección arbitraria de libertad, sino que es un hecho de la naturaleza
racional181.
4. EUTANASIA
Es un tema conflictivo, incluso desde su etimología: “eu” significa buena y “thanatos”
significa muerte. Con gran manipulación terminológica, con frecuencia se hace equivalente
a las expresiones: “muerte digna”, “derecho a morir en paz”.
LA SEPAL la entiende como: “la conducta (acción y omisión) intencionalmente
dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e
irreversible, por razones compasivas y en un contexto médico”.
Es importante no confundir la eutanasia con la sedación en la agonía, puesto que
difieren:
La eutanasia: tiene la intención de provocar la muerte del paciente. Su
procedimiento es basado en la administración de un fármaco letal, que da a resultado la
muerte.
La sedación: la intención es aliviar el sufrimiento del paciente. Su procedimiento
consiste en la administración de un fármaco sedante, y el resultado que se espera es el
alivio de ese sufrimiento.
Para que sea considerado muerte digna se tiene que tomar en cuenta los siguientes
aspectos:
- La muerte digna es la muerte con todos los alivios médicos adecuados y los
consuelos humanos posibles.
- Es el respeto por la dignidad del ser humano hasta la hora de su muerte natural.
- El dolor, actualmente se puede controlar.
- La calidad de la vida comienza con la vida.
- Acabar con el dolor a través de la muerte, no significa realmente un alivio del
sufrimiento; significa en realidad, acabar con el paciente.
- Las personas que han fallecido, evidentemente dejaron de sentir dolor porque ya no
existen; pero con eso no se puede decir que experimentan alivio.
- La verdadera compasión significa “padecer con”, situarnos en el lugar de quien
sufre y, coherentemente, hacer lo posible por aliviar y humanizar su sufrimiento.
Puede distinguirse diversos tipos de eutanasia182:
1) Positiva: quitar la vida mediante una intervención médica, de ordinario
administrando un fármaco;
2) Negativa: omisión de los medios ordinarios para mantener en vida al enfermo;
181
Cf. G. M.TOMÁS Y GARRIDO, Cuestiones actuales…,109-110.
182
Ricardo SADA y Alfornso MONROY, Curso de teología moral, Minos, México, 1985, 166.
176
3) Eugenésica: la que tiene que objeto eliminar de la sociedad a las personas con una
vida “sin valor”.
A este término se suelen añadir adjetivos, según cual sea la causa por la que se
quiere provocar la muerte. Así se cita por ejemplo la eutanasia eugenésica, económica o
social, cuando la muerte se busca como medio para purificar la raza o para liberar a la
familia o la sociedad de la carga de las así llamadas vidas sin valor183.
La Iglesia ha condenado tradicionalmente la eutanasia (cf. GS 27): “es necesario
reafirmar con toda firmeza que nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano,
sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además
puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad,
ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente
imponerlo ni permitirlo. Se trata en efecto de una violación de la ley divina, de un crimen
contra la vida, de un atentado contra la humanidad”.
183
Cf. G. M.TOMÁS Y GARRIDO, Cuestiones actuales…109-110.
177
178
BILBIOGRAFÍA GENERAL
179
DENZINGER H., HÜNERMANN P., El magisterio de la Iglesia. Enchiridion
symbolorum definitionum et decralationum de rebus fidei et morum, Herder, Madrid
20002.
DULLES, A., Modelos de la Iglesia. Estudio crítico sobre la Iglesia en todos sus
aspectos, Colección «Teología y mundo actual», nº 40, Editorial Sal Terrae,
Santander 1975.
_______, Cristología, Ensayo Dogmático sobe Jesús de Nazaret el Mesías,
Sígueme, Salamanca 1978.
DORADO GONZÁLEZ G., Los sacramentos del Evangelio. Sacramentología
fundamental y orgánica. Consejo Episcopal Latinoamericano, México 1989.
FERNÁNDEZ A., Teología dogmática I, BAC, Madrid 2012.
_______, Teología dogmática II (Creación, Antropología, eclesiología,
Sacramentos, Escatología), BAC, Madrid 2012.
FLORISTÁN, C., «Jesús, el Reino y la Iglesia», en 10 palabras clave sobre Jesús de
Nazaret, Verbo Divino, Estella (Navarra) 20073.
GERHARD M., Dogmática. Teoría y praxis de la teología, Herder, Barcelona 2009
GESTEIRA M., La Eucaristía, misterio de comunión
GONZÁLEZ Faus J. I., Proyecto de hermano, Sal Terrae, 1991.
GRELOT, P., Los Evangelios, Verbo Divino, Navarra 1985.
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