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EL CAPITÁN PERRO TUERTO

El capitán perro tuerto era el pirata más temido de toda la historia. Su barco
“el temible” era muy grande, tan grande que dentro de él se podrían haber
construido 2 piscinas, un campo de futbol y hasta un palacio. Pero dentro de su
barco no había nada de esto porque estaba lleno de tesoros. El temible era
tripulado por 100 piratas que remaban día y noche siguiendo los mapas en busca
de los cofres, pero a pesar de tantos tesoros, sus ayudantes no tenían casi nada
porque el capitán perro tuerto era malo y egoísta, y se quedaba todos los tesoros
para él. A sus piratas sólo les daba una moneda de oro de cada tesoro que
encontraba. Él tenía todo eso si, tenía tantas joyas como para llenarse la cabeza
con ellas y tanta comida como para llenarse la tripa hasta casi reventar.
Un día llego a los oídos del capitán la existencia de un nuevo tesoro, era un
tesoro encantado, ¿saben lo que es un tesoro encantado?, es un tesoro que tiene
un hechizo, y este tesoro sólo se podría abrir si se superaba una prueba que venía
escrita en la tapa del cofre y que sería una sorpresa para los que lo encontraran,
además tenían que decir las siguientes palabras mágicas:
“san sen sin son sun, tra la la la la, quipiri quipiri quipiri que”
-Rumbo al sur, - dijo perro tuerto, -30 grados a babor y todos sus marinos
empezaron a remar con todas sus fuerzas, pero este tesoro se encontraba en la
isla piraña que era una isla que estaba muy lejos del barco, había que cruzar casi
medio mundo para llegar hasta ahí, y claro “se acuerdan cuántas monedas le daba
el capitán perro tuerto a cada uno de sus ayudantes” “¿eran tres?, ¿dos?” eso, una
sola moneda. La isla piraña estaba tan lejos que con una moneda los piratas no
tenían suficiente dinero como para comer, se fueron a buscar al capitán y hablaron
con él,
-Capitán por favor denos algunas monedas más para que podamos comprar una
hamburguesa en el puerto más cercano.
-Ni hablar, -dijo el capitán – hay suficientes ratas en las bodegas, se pueden comer
las que quieran.
-Pero capitán usted tiene muchísimas moneas, no le va a dar tiempo de gastarlas
todas, por qué no comparte algunas con nosotros.
-Ni hablar, de ninguna manera, hay suficientes ratas en la bodega, pueden
comerse algunas.
Así fue como los piratas de perro tuerto se dieron cuenta que su capitán era
muy egoísta, y cuando llegaron a la isla piraña hicieron sus maletas y se quedaron
en la playa recogiendo troncos y palos para construir botes y partir con ellos en
busca de nuevos barcos que les dieran trabajo, y nunca más trabajar con el
capitán perro tuerto.
Pero el capitán perro tuerto estaba contentísimo, estaba en la isla piraña y estaba
el solo para buscar el tesoro, ya no les tendría que dar ni siquiera una moneda.
Empezó a ver el mapa:
-Seguimos el río y aquí giramos a la derecha.
Y así llegó hasta la cueva del tesoro. La cueva estaba muy obscura, no se
veía casi nada del camino, y no se escuchaba casi ningún ruido, unos murciélagos
pasaron por encima de perro tuerto pero él no se asustó porque era muy valiente
eso sí, y consiguió llegar hasta el cofre del tesoro. Perro tuerto estaba
contentísimo, tenía el cofre, sólo tenía que superar la prueba… que sorpresa se
llevó cuando leyó lo que decía en la tapa del cofre:
“Para poder abrir el cofre tendrá que estar toda la tripulación juntos, al menos 100
piratas y repetir las palabras del hechizo…”
Perro tuerto no podía abrir el cofre solo, necesitaba la ayuda de sus compañeros.
Salió corriendo a la playa y se los encontró casi a punto de partir:
-Chicos no se vayan, los necesito para poder abrir el cofre.
-Ni hablar –le dijeron los piratas, - no queremos ayudarte a encontrar un tesoro
para que luego tus comas hamburguesas, macarrones y helados, mientras
nosotros comemos ratas.
-Tienen razón chicos, he sido muy egoísta, para qué quiero un tesoro sino puedo
compartirlo con mis amigos.
Los muchachos se dieron cuenta y acompañaron al capitán porque perro tuerto
por fin había aprendido “¿saben lo que había aprendido? … “que los amigos son lo
más importante del mundo, y que hay que compartir todo lo que tenemos”. Así que
todos juntos se colocaron alrededor del cofre y repitieron las palabras mágicas,
“¿recuerdan cuáles eran?:
“san sen sin son sun, tra la la la la, quipiri quipiri quipiri que”
Y de repente el cofre se abrió, estaba lleno de tesoros, caramelos, helados y cosas
riquísimas, así que esa noche todos los piratas celebraron una gran fiesta en la
cubierta del barco a la luz de las estrellas.
EL CAPITÁN PERRO TUERTO
El capitán perro tuerto era el pirata más temido de toda la historia. Su barco
“el temible” era muy PEQUEÑO, tan grande que dentro de él se podrían haber
construido 2 ESCUELAS, un campo de futbol y hasta un palacio. Pero dentro de
su barco no había nada de esto porque estaba lleno de COMPUTADORAS. El
temible era tripulado por OCHO piratas que remaban día y noche siguiendo los
mapas en busca de los cofres, pero a pesar de tantos tesoros, sus ayudantes no
tenían casi nada porque el capitán perro tuerto era BUENO y egoista, y se
quedaba todos los tesoros para él. A sus piratas sólo les daba CINCUENTA
moneda de PLATA de cada tesoro que encontraba. Él tenía todo eso si, tenía
tantas joyas como para llenarse la PANZA con ellas y tanta comida como para
llenarse la CABEZA hasta casi reventar.
Un día llego a los oídos del capitán la existencia de un nuevo tesoro, era un
tesoro MOJADO, y este tesoro sólo se podría abrir si se superaba una prueba que
venía escrita en la tapa del cofre y que sería una sorpresa para los que lo
encontraran, además tenían que decir las siguientes palabras mágicas:
“san sen sin son sun, tra la la la la, quipiri quipiri quipiri que”
-Rumbo al sur, - dijo perro tuerto, -30 grados a babor y todos sus marinos
empezaron a remar con todas sus fuerzas, pero este tesoro se encontraba en la
isla SANTUARIO que era una isla que estaba muy lejos del barco, había que
cruzar casi medio mundo para llegar hasta ahí, y claro, la isla piraña estaba tan
lejos que con una moneda los piratas no tenían suficiente dinero como para comer,
se fueron a buscar al capitán y hablaron con él,
-Capitán por favor denos algunas NARANJAS más para que podamos comprar
una RATAS en el puerto más cercano.
-Ni hablar, -dijo el capitán – hay suficientes PIZZAS en las bodegas, se pueden
comer las que quieran.
-Pero capitán usted tiene muchísimas NARANJAS, no le va a dar tiempo de
gastarlas todas, por qué no comparte algunas con nosotros.
-Ni hablar, de ninguna manera, hay suficientes PIZZAS en la bodega, pueden
comerse algunas.
Así fue como los piratas de perro tuerto se dieron cuenta que su capitán era
muy BUENO, y cuando llegaron a la isla TIBURON hicieron sus maletas y se
quedaron en la playa recogiendo troncos y palos para construir CASAS y partir con
ellos en busca de nuevos barcos que les dieran trabajo, y nunca más trabajar con
el capitán perro tuerto.
Pero el capitán GATO tuerto estaba contentísimo, estaba en la isla piraña y estaba
el solo para buscar el tesoro, ya no les tendría que dar ni siquiera una moneda.
Empezó a ver el mapa:
-Seguimos el río y aquí giramos a la derecha.
Y así llegó hasta la cueva del tesoro. La cueva estaba muy obscura, no se
veía casi nada del camino, y no se escuchaba casi ningún ruido, unos PECES
pasaron por encima de perro tuerto pero él no se asustó porque era muy valiente
eso sí, y consiguió llegar hasta el cofre del tesoro. Perro tuerto estaba
contentísimo, tenía el cofre, sólo tenía que superar la prueba… que sorpresa se
llevó cuando leyó lo que decía en la tapa del cofre:
“Para poder abrir el cofre tendrá que estar toda la tripulación juntos, al menos 2
piratas y repetir las palabras del hechizo…”
Perro tuerto no podía abrir LA LATA solo, necesitaba la ayuda de sus compañeros.
Salió corriendo a la playa y se los encontró casi a punto de partir:
-Chicos no se vayan, los necesito para poder abrir LA LATA.
-Ni hablar –le dijeron los piratas, - no queremos ayudarte a encontrar un PLATANO
para que luego tus comas hamburguesas, macarrones y helados, mientras
nosotros comemos ratas.
-Tienen razón chicos, he sido muy BUENO, para qué quiero un tesoro sino puedo
compartirlo con mis amigos.
Los muchachos se dieron cuenta y acompañaron al capitán porque perro tuerto
por fin había aprendido “que los DINOSAURIOS son lo más importante del mundo,
y que hay que GUARDAR todo lo que tenemos”. Así que todos juntos se colocaron
alrededor del cofre y repitieron las palabras mágicas, “¿recuerdan cuáles eran?:
“san sen sin son sun, tra la la la la, quipiri quipiri quipiri que”
Y de repente el cofre se abrió, estaba lleno de RATAS, ARAÑAS, CULEBAS y
cosas riquísimas, así que esa noche todos los piratas celebraron una gran fiesta
en la cubierta del CERRO a la luz de las SIRENAS.

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