Sunteți pe pagina 1din 9

20 DIAS CON DIOS

NO ES VIVIR UNA RELIGION, EL TE ESPERA PARA QUE VIVAS UNA RELACION VERDADERA...

Día 1: ¿Cómo le hago para querer orar todos los días? Parte I

Humildad

El principio de una vida de oración es la humildad. Si creo que puedo manejar mi vida sin Dios,
enfrentarme a cada día sin declararle que lo necesito desesperadamente, si creo que algo
puede funcionar bien sin Él, entonces nunca tendré la verdadera necesidad de orar. Una
reconocida mujer de Dios dijo una vez: “A veces me siento tan desesperada y débil. Creo que
por eso me usa Dios. Porque no dependo de mi propia fuerza”. La oración diaria comienza con
una pregunta: ¿Qué tanto considero que necesito a Dios el día de hoy? ¿Podría ser que la falta
de oración fuera un reflejo del orgullo en nuestro corazón?

Necesitas ponerte metas más grandes.

Hemos entregado nuestra vida a una rutina, a un trabajo “fácil de hacer” a un conjunto de
pasos y procesos que seguimos en automático. No aspiramos a mucho más, estamos
satisfechos como estamos, tanto que realmente no ocupamos tanta oración para mantener las
cosas como hasta ahora. Nuestra falta de oración podría también ser un reflejo de una vida
llena de bajas expectativas, muy pocos “Señor ayúdame” salen de nuestro corazón porque
estamos simplemente siguiendo una vida, manteniéndonos vivos, sobreviviendo, sin aspirar a
una vida abundante. Querer orar mucho es el resultado de creer firmemente que la oración es
necesaria en toda ocasión. No orar es lo opuesto, considerar que no es necesario en toda
situación, sólo en algunas. ¿Es necesario o no?, ¿qué tanto crees que necesitas a Dios hoy?

No veas la oración como un deber, como lo correcto que tienes que hacer.

No queremos orar porque lo vemos como una obligación, como lo que todo cristiano debe
hacer para ser “buen cristiano” por lo tanto cada vez que nos equivocamos o pecamos, nos
sentimos tan malos como cristianos que lo menos que queremos hacer es orar, porque nos
sentiremos tan falsos al hacerlo. Pero olvidamos que la oración es el poder y la potencia que
necesitamos para dejar de pecar y dejar de equivocarnos como cristianos. Es como si un
enfermo rechazara la medicina pensando que “ya para qué si ya me enfermé” siendo que es
para dejar de estar enfermo. Uno ora no sólo porque necesita sino porque la oración es lo
único que puede hacer la diferencia y generar la victoria que tanto anhelamos.

Convicción + Expectativas

Jesús siempre vivía con una fuerte convicción y expectativa de que su Padre siempre estaba
trabajando, “Señor gracias porque me escuchas” (Fragmento tomado de Juan 11 cuando oró
por Lázaro). El verdadero trabajo del reino que hacía Jesús no era la liberación de los
endemoniados o la sanidad de los paralíticos, era la oración que hacía todo esto posible
cuando se presentaba. Oramos para que cuando algo se presente en el día tengamos la fuerza,
la fe, la convicción y la autoridad para enfrentarlo y resolverlo. Si viéramos la oración como el
poder para ver los milagros, orar por enfermos y ver sanidades, vencer nuestros hábitos y
adicciones ¿no oraríamos más? El asunto es que consideramos el orar como un deber, no
como un Poder.

Conclusiones
¡Debemos entender que orar afecta el futuro! John Wesley decía: “Nada sucede hasta que
oramos por ello”. La oración del justo puede mucho, no dice debe, parece, aparenta o se
siente mucho, dice puede mucho.

Ideas para tu Oración de Hoy:

Hoy o mañana temprano que ores responde en una libre las siguientes preguntas:

1. ¿Cómo describirías la vida que llevas de oración?

2. ¿Cuáles son los retos más grandes que enfrentes al querer hacer un tiempo diario para
realmente conectarte con Dios?

3. Invierte un poco de tiempo diciéndole a Dios como te sientes respecto a estas dos
preguntas.

Día 2: ¿Cómo le hago para querer orar todos los días? Parte II

Motivación y Conciencia

Lo que necesitas saber para comenzar tu oración diaria con Dios

1) Se necesita Amor y el amor empieza a crecer cuando uno encuentra placer por estar en
compañía de alguien, es decir, en su Presencia. La relación de Jesús con su padre era una
relación de amor, habían estado juntos desde antes de la creación del mundo. Apenas se iba a
dormir o se alejaba de las multitudes lo primero que quería hacer era pasar tiempo con su
padre. Una característica de alguien que ama es que no puede esperar para pasar tiempo con
su amado. Cuando hay amor de por medio nadie necesita recordarte que pases tiempo con la
persona que amas. Cuando se le preguntó a la Madre Teresa cual era el secreto de su devoción
a Dios, ella contestó: “Mi secreto es simple: Oro. A través de la oración me hago una con
Cristo. He encontrado que orar con Él es amarlo a Él”.

¿Si pudieras regresarte en el tiempo y pasar una hora con cualquier personaje de la historia
con quién la pasarías? ¡La mayoría sino es que todos diríamos que a Jesús! La realidad es que
¡podemos pasar una hora con Él cuando queramos! Pero no lo hacemos. Nadie nos conoce
mejor que Él, y aún así nos ama a pesar de nuestras debilidades, fracasos, egoísmo e
inconsistencias. Tú y yo podemos lograr querer estar con Dios por amor a Él. Su amor puede
capturar nuestro cariño. Nuestro amor por Dios puede llegar a ser tan tangible e intenso que
prefiramos estar con Él que en la mejor fiesta o el mejor concierto de la ciudad. La oración fue
creada originalmente para ser disfrutada. No hay nada como experimentar su amor, seguridad,
sanidad y fortaleza.

Para saber qué tanto te tiene motivado su amor responde a lo siguiente:

a) ¿Cuándo tiempo inviertes buscando la presencia de Dios cuando tienes un rato libre en el
día?

b) Cuando no tienes presiones ¿Separas conscientemente más tiempo para pasar el rato con
Dios?

c) ¿Qué tanto lo buscas cuando estás de vacaciones?

¿Puedes imaginar un modo de vivir en el cual:

a) Prefirieras orar que ver la televisión, comer o ir a ver una película en el cine?
b) Orar fuera tan divertido que oraras hasta “a escondidas” en cada rincón?

c) Estuvieras tan feliz en la presencia de Dios que no pudieras encontrar placer ni deleite en las
vacías y absurdas adicciones que te tienen controlado?

El amor es una decisión

Invertir tiempo con Dios es amor. Jesús dijo: “Si me amas, guarda mis mandamientos.
Permanece en mí, permanece en mi amor”. El amor es el resultado de la decisión de dos que
decidieron pagar un precio por estar y conocer al otro desinteresadamente. ¿Amas a Dios?
¿Quieres amarlo? Necesitas tomar una decisión, necesitas comenzar a llevar tu amor de
palabras a un amor de acciones. ¿Qué hiciste ayer para crecer en tu amor con Dios? ¿Le
dedicaste tiempo? ¿Qué puedes hacer hoy?

2) Necesitas estar consciente de lo muchísimo que Dios disfruta estar en tu presencia.

Dios disfruta estar contigo porque te ama, te creó, te conoce y tiene grandes planes para ti. La
Biblia dice en el libro del profeta Sofonías que Dios se alegra tanto contigo que ¡canta de
alegría cuando estás con Él! El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.
Nosotros podemos amarle cuando entendemos que Él nos amó primero. Así como un padre
disfruta ver que vuelven a casa de visita sus hijos que ya han crecido, y quiere saber todo sobre
cómo están y disfrutar sus alegrías, llorar con sus tristezas y aconsejar sus aflicciones, así lo
quiere hacer Dios con nosotros.

Conclusiones

Por increíble que parezca, Dios está ansioso por encontrarse contigo y escucharte cada
mañana cuando te levantas más temprano para estar con Él. Imagínatelo esperando, a un lado
de tu cama, pensando en el momento en que abrirás los ojos. Él tiene tanto amor que
compartir contigo. Está esperando para escucharte, para escuchar tus problemas, alegrías,
temores y tristezas. Está esperando para hablarte, reconfortarte, consolarte, decirte todo lo
que siente por ti. Está esperando para conectarse con tu corazón. Dios está totalmente
interesado en atraerte a una relación de amor con Él.

Ideas para tu Oración de Hoy

1. Cuando tienes tiempo a solas ¿tratas de pasar más tiempo con Dios? ¿Por qué sí o por qué
no?

2. ¿Cuál es tu mayor motivación para querer orar más?

3. Pídele a Dios una nueva revelación de su amor hacia ti el día de hoy.

Día 3: Disciplina, El Secreto de la Oración

Haciendo Tiempo para Orar

Disciplina: El Secreto de una Vida de Oración

Describe tu tiempo Devocional contestando estas preguntas:

1. ¿Cuántos días a la semana haces un tiempo para conectarte con Dios orando
intencionalmente?
2. Cuando oras, ¿cuánto tiempo oras en promedio?

3. En una escala del 1 al 10 ¿qué tanto disfrutas, sientes propósito y qué tanto te llenas de vida
en esos tiempos de oración?

Algunos estudios han revelado que cerca del 85% de los cristianos oran menos de 5 días a la
semana mientras que casi el 90% cuando ora, ora menos de 30 minutos. Estas encuestas se
han hecho a cristianos que tienen al menos ¡5 años de ser cristianos! El promedio de
satisfacción de su tiempo de oración entre estos cristianos es de 5 en una escala del 1 al 10
donde el 10 es lo más satisfactorio y 1 lo menos satisfactorio.

La mayoría de nosotros tenemos el deseo de pasar más tiempo con Dios a pesar de que no lo
hemos logrado aún. Nuestros espíritus anhelan estar con Jesús pero nuestro cuerpo no tiene la
más mínima intención de dejarnos salir de la cama para encontrarnos con Él. Pero necesitas
saber que: sí es posible disfrutar tanto pasar tiempo con Dios que se vuelva parte de tu estilo
de vida. El secreto está en tener la motivación correcta y decidir firmemente ser
DISCIPLINADO.

La mayoría odiamos esta última parte pero dentro de nosotros sabemos que no hay otra
manera de lograrlo. Nuestra única esperanza y el único camino para entrar a una relación
diaria con Dios, amarlo, conocerlo y disfrutarlo es decidir a cualquier costo ser disciplinados en
nuestra relación con Él.

DESEO llevado a través de la DISCIPLINA genera el DELEITE.

¿Quieres disfrutar tu tiempo con Dios? ¿Quieres conocerlo? ¿Quieres enamorarte de la Biblia?
No hay otro camino, no hay otra manera: Necesitas disciplinarte. Mientras no decidamos hacer
espacio en nuestra agenda para buscarlo, esto por sí solo nunca sucederá. Será solamente un
anhelo, un buen deseo y nada más. Una reconocida mujer de Dios decía “Si realmente
deseamos orar y queremos orar, tenemos que estar listos para hacerlo ahora mismo… pero si
nunca damos este primer paso con determinación nunca alcanzaremos el último paso: la
presencia de Dios”.

Algunos quisieran mejor orar por unos minutos un par de veces durante el día, como para
decir que oran sin cesar, pues fijar un tiempo suena muy rígido, muy estricto, muy legalista.
Pero podemos orar mejor y mantener todo nuestro enfoque en Él cuando fijamos un espacio
para estar a su lado sin distracciones. John Dalrymple decía. “La verdad es que uno no aprende
a orar todo el día hasta que decide primero orar siempre algo del día”. No es tan complicado.
Lo agendas, lo haces. Si no lo puedes hacer, pide ayuda.

Agendándolo

Busca el mejor tiempo del día para conectarte con Dios. Algunos usan la mañana levantándose
más temprano, otros su hora de receso, otros en la noche cuando el día y las responsabilidades
terminaron. Pero recuerda esto: Si no estableces una hora determinada, nunca lo harás. Es
como cuando le dices a un amigo: “A ver si comemos un día de estos…” y nunca lo hacen.
Puedes seguir diciendo lo mismo y teniendo la misma buena intención durante 10 años. Hasta
que no defines el día, la hora, el lugar, nunca se hace real.

¿Cuánto debo orar?

La mejor respuesta es “suficiente”. Ora hasta que sientas paz y libertad en tu corazón del
estrés y las angustias, hasta que hayas dicho las aflicciones que traes en el corazón, hasta que
hayas derramado la gratitud, el llanto, la alegría que te provoca el día con día. Ora hasta que
confieses tus pecados, hasta que aceptes su perdón, hasta que estés en condición de escuchar
todo lo que Él vaya a decir en ese momento o el resto del día a través de lo que suceda.
¿Cuánto tiempo es eso? Pueden ser 15 minutos, generalmente te tomará 30 minutos diarios al
menos. Sin embargo, lo importante no es completar una cantidad de tiempo, sino es abrir el
corazón, confesar, aceptar la libertad, hablar, ser uno mismo sin reservas. El tiempo variará y
generalmente tiende a ir aumentando con el tiempo pero no es una regla.

¿Qué pasa si no tengo ninguna sensación o emoción en mi tiempo de oración?

¿Qué hay de aquellos tiempos de sequía en nuestras vidas? Tú sabes, esos días que pareciera
que Dios está lejos y que las oraciones apenas salen de nuestra boca y caen pesadamente al
suelo. Todos hemos tenido esas temporadas. Pero cuando uno busca dentro de su corazón y
expresa cómo se siente, aun decirle a Dios que se siente distante, seco o lejos causa algo
dentro de nosotros que nos acerca hacia Él. Es como si un pequeño rayo de luz entrara, una
pequeña planta de alegría comenzara a crecer. Cuando te sientas así, no hay otra opción, no
hay otra solución, sólo hazlo. Ora. No hay otro remedio para la sequía y la distancia que
sentimos que orar. El pastor Dante Gebel dijo una vez: “Orar es como sentarse a comer a la
mesa con mi padre, no importa lo que haya sucedido en el día, siempre tengo derecho a
hacerlo, siempre necesito hacerlo, es parte de mi vida, de mi crecimiento, de mi salud, de mi
convivencia con Él”.

Hay mucha gente que ha tratado de establecer un tiempo con Dios y ha fracasado. La
culpabilidad y la frustración parecieran apoderarse de uno en tal grado que ni siquiera
quisiéramos intentarlo otra vez, nos sentimos avergonzados, malos cristianos fracasando vez
tras vez. El secreto de ser consistente es la perseverancia. No alcanza aquel que deja de
intentar, sino aquel que no deja de persistir. Obtiene la victoria el que intenta, el que sigue
esforzándose, el que no se rinde, el que está dispuesto a intentar hasta que alcance lo que
persigue.

Necesitas aprender a volver a empezar cada vez que sea necesario. Si fallé el Lunes, vuelvo a
empezar el Martes, o el Miércoles. Lograr conectarme con Dios 2 ó 3 días a la semana es
mucho mejor que nunca hacerlo. Los nuevos inicios eventualmente se convertirán en un
hábito. En un estilo de vida.

“Pero yo no soy una persona disciplinada…”

La mayoría no lo somos, es ahí donde necesitamos el Espíritu de Dios. Necesitamos pedirle que
motive nuestros corazones. Una difícil decisión, una aflicción, un evento importante, una
experiencia en su presencia. Todas son buenas motivaciones para volver a empezar.
Recordarnos continuamente que no podemos hacer algo sin él, que decidir orar es decidir
amarlo, recordarnos que la oración es poder y no deber y mantener expectativas altas nos
ayudará a mantenernos necesitados de orar.

Pide ayuda si la necesitas

La mayoría necesitamos rendir cuenta hasta que se convierte en un estilo de vida, hasta que la
oración se convierte en un DELEITE. Un grupo de amigos que se pregunten entre sí
continuamente “¿cómo vas?” ayuda mucho. No hay mejor amigo que aquel que entiende que
el mayor amor y bien que puede hacerle a su amigo es motivarlo y empujarlo a mantener una
relación diaria con Dios. Hay mucha ayuda en una comunidad cristiana. Ponte de acuerdo con
otros de orar a la misma hora y llámense para asegurarse que lo están haciendo. Busca a
alguien a quien enseñar a orar para afirmar los principios y el compromiso.

¿Alguna vez será fácil orar diariamente?

El pastor Dante Gebel contó en una ocasión lo siguiente: “El inicio de nuestro ministerio (de su
esposa y suyo) fue el obligarnos cada día a ponernos de rodillas juntos y buscar a Dios. No llega
el día en que a uno le encanta levantarse temprano, la carne no se rendirá…” Fred Stoeker y
Steve Anterburn, dos escritores reconocidos afirman que “La obediencia es la única esperanza,
Dios está buscando hombres que quieran precisamente eso, portarse como Hombres cuando
se trata de buscarlo a Él”.

La primera sensación cuando suena el despertador para orar siempre será querer dormir más.
Es como diría alguien: “Algunas mañanas puedo tomar el elevador al Cielo para encontrarme
con Dios, pero la mayoría de ellas tengo que subir por las escaleras.”. ¿Batallas para
levantarte? ¡Comienza a dormirte más temprano! Es tan simple como una decisión. apagar el
televisor o el videojuego más temprano o desvelarme, platicar una hora más en el restaurante
o irte a la cama más temprano. Es una decisión. A veces la disciplina que nos falta no es la de
poner la alarma temprano y apagarla cuando suene. Es la de irnos a dormir más temprano.

Conclusiones

No hay nada que merezca más nuestra energía y nuestro enfoque que pasar tiempo con Dios,
porque Él es vida para nuestra alma. Siempre hacemos lo que creemos que es más importante
para nosotros. Uno no empieza a hacer ejercicio cada día hasta que le dicen que tiene
problemas de colesterol o del corazón, porque su vida depende de su ejercicio diario. ¡Tu vida
cristiana y tu relación con Dios dependen de tu oración diaria! Ora como si tu vida dependiera
de la oración, porque la verdad es que sí depende de ella.

Ideas para tu Oración de Hoy

1. ¿Cuál es el mejor tiempo en tu día para separar un momento para orar? Encuéntralo y
¡Sepáralo!

2. Agenda un tiempo específico para orar mañana. Hoy es un buen día para comenzar una
rutina nueva.

Día 4: Descubre tu Estilo de Oración

Descubre tu Estilo de Oración

La mejor manera de acercarte a Dios

Nuestras preferencias para acercarnos a Dios pueden variar tanto como nuestras
personalidades y rasgos. Encontrar el mejor modo y lugar para ti para orar te ayudará a con tu
decisión de orar cada día.

Encuentra un lugar para orar a solas

Es verdad que para muchos es más fácil orar en grupos y también que hay más fluidez y
voluntad interior al orar en compañía de otros creyentes; incluso es necesario que un esposo
ore con su esposa, con sus hijos; que una iglesia ore junta, que se junten amigos a orar, etc.
Todo esto es muy bueno, pero recordemos que Jesús dijo que “cuando ores, cierra la puerta y
ora a tu padre que está en lo secreto. Entonces tu Padre, que ve lo que haces en lo secreto te
recompensará…“. Jesús solía separarse a lugares solitarios para orar. Necesitas alejarte del
radio, de la televisión, de los niños, los compañeros de cuarto, de los teléfonos sonando. Henri
Nourwen dijo: Sin soledad es prácticamente imposible vivir una vida espiritual. Hay personas
que el único a lugar a solas que encontrarán en sus casas serán un baño o un clóset. ¡Está bien!
Todo lugar es bueno para orar. Puede ser un balcón, el patio, un pasillo, etc. Solamente
asegúrate que el lugar que selecciones esté en o cerca de tu hogar y que puedas entrar y estar
en él todos los días a la misma hora.

En todo lugar

Podemos aprender a orar en cualquier lugar. A veces, en vacaciones o viajes, encontraremos


algún lugar en el auto, los aviones, trenes, autobuses. Lo más importante es saber que
necesitamos un lugar fijo para la rutina diaria, un lugar donde sin importar que sintamos o no a
Dios, Él sepa que estamos ahí para encontrarnos con Él.

Intenta orando en voz fuerte

Esta es una de las razones de orar a solas, que puedas orar en voz alta. Esto puede sonar
extraño para ti. Pero de todas las oraciones que encuentras en la Biblia ¿cuántas fueron oradas
en el pensamiento? La oración es articulada, hablada, mencionada. El silencio es para la
meditación. Orar en voz alta ayuda a que te mantengas enfocado en tu oración, a que no te
quedes dormido, a que no te distraiga un pensamiento sobre qué comerás, qué tareas o
pendientes tienes, cómo va tu equipo de fútbol, sexo, qué te pondrás hoy, etc. El pastor Ron
Parrish comenta que “Cuando voy manejando y quiero orar sin parecer un extraño hablando
conmigo mismo, me pongo el “manos libres”, así no me molesta la mirada de curiosos ni le doy
importancia a lo que pueda decir la gente. Si tienes suficiente valor puedes incluso intentarlo
¡cuando vas de compras!”

Importante: Obviamente puedes orar sin que sea una oración audible. Lo haces todo el
tiempo, antes de una reunión importante, cuando quieres que todo vaya bien con alguien,
cuando tenemos miedo, etc. Siempre habrá momentos cuando la oración pensada será mucho
más apropiada. Pero el punto es este: orar en voz alta es la norma, especialmente si quieres
una extensa y bien enfocada conversación con Dios.

Encuentra tu mejor postura

A algunas personas les gusta orar de rodillas, a otros puestos de pie, sentados o arrodillados.
Hay quienes incluso lo hacen caminando de un lado a otro. Encuentra una postura en la cual
no te gane el dolor ni el sueño. La llave es encontrar tu propio estilo, el que te funcione y
ayude a enfocarte. Casi cada postura de oración tiene un respaldo bíblico. ¿Por qué no tratar
varias y ves cuál funciona mejor para ti?

Ideas para tu Oración de Hoy

1. ¿Cuál es el mejor lugar en o cerca de donde vives donde puedas encontrarte con Dios?
Encuéntrate con Él ahí la siguiente vez que ores.

2. Si orar en voz alta es algo nuevo para ti, ¡inténtalo! Empieza leyendo un salmo, luego
exprésale a Dios algunas cosas que haya en tu corazón.

3. Intenta nuevas posturas de oración. Observa cómo se sienten.


Día 5: Lleva un Diario de Oración

Lleva un Diario de Oración

Las oraciones que escribimos y llegan a ser contestadas se convierten en fuertes generadores
de fe. En los tiempos en que sentimos que Dios no nos escucha o no nos contesta, podemos
regresar hojas atrás para repasar cada petición que Dios contestó, podemos recordar cada
milagro, cada fuente de provisión, cada desenlace de las historias y decisiones que
enfrentábamos y afirmarnos en la fidelidad y provisión que Él siempre nos mostró en el pasado
para enfrentar así, nuestro presente y futuro.

Hay personas que se expresan mejor escribiendo, o bien, habrá momentos en los que una
oración escrita será muy oportuna. Jesús Adrián Romero comentaba en uno de sus conciertos
que muchas veces mientras viajaba por avión escribía sus oraciones en su laptop para
mantener su relación con Dios y expresarse en un momento donde tal vez ponerse de rodillas
o levantar un clamor no sería lo ideal. Alguien dijo una vez: “Los pensamientos intangibles
tienen sentido una vez que se mueven a través de los labios que hay en nuestras huellas
digitales”.

¿Qué debo escribir?

Escribe cómo te sientes en la situación en la que estás, escribe tu necesidad, anota lo que
batallas para reconocer y expresar, deja que tu corazón encuentre una primera vía de escape y
desahogo. Una vez escrito todo lo anterior léeselo en voz fuerte a Dios. Sé completamente
honesto con Él, escribe tus luchas, emociones negativas, peticiones y temores.

Agrega tu lectura diaria

Mantener una lectura diaria de la Biblia te ayudará a muchas veces a encontrar la respuesta a
tus oraciones. Por ejemplo, si estamos pasando por tiempos de tristeza podemos buscar en
una concordancia algunos pasajes que hablen sobre el amor de Dios, sobre su compañía, sobre
que Él tiene el control y anotarlo como refuerzo a lo que oramos.

Beneficios

Hay al menos 4 beneficios de escribir lo que oramos:

a) Llevo un historial de mis oraciones, las contestadas y las que están por contestar. Con el
paso de los años la fe es reforzada al leer todas las veces que necesitamos a Dios y Él contestó.

b) Puedo ver el camino por el cual Dios me ha llevado. Una de las mejores maneras de saber
hacia donde nos está llevando Dios es voltear hacia atrás y ver por dónde nos ha traído. Entre
más anotemos más nos daremos cuenta que cada vez que Dios contestó una oración, en
realidad escribió una parte de la historia de nuestra vida, nos dio dirección, confirmó o corrigió
nuestro rumbo, cambio nuestros pensamientos, nos sanó, nos liberó. Al alinear cada oración
contestada podemos voltear hacia enfrente y saber hacia donde nos lleva Dios.

c) Puedo expresar mi corazón más fácilmente. Llevar un miedo, confesar un pecado o expresar
una emoción es mucho más fácil si lo escribimos antes de hablarlo. Escribirlo crea un puente
que nos lleva de lo más secreto de nuestra alma hasta la confesión hablada de nuestro ser
delante de Dios.
d) Puedo platicar con más facilidad sobre mi relación con Dios a otros. Podemos compartir
nuestros escritos con amigos, líderes y familia para orar más específicamente por nuestras
necesidades.

Escribir facilita la comunicación

Es importante que no veas el escribir como una atadura, una obligación o un requisito para
pasar un tiempo con Dios. Necesitas verlo como una herramienta, no es para llenar libretas ni
sentirme mejor, es para mejorar mi comunicación con Dios y expresarle más profundamente
mi corazón. Si quieres puedes usar diferentes símbolos para marcar diferentes escritos en tu
Diario. Por ejemplo yo marco con un signo de admiración algo que quiero volver a leer cada
vez que pase por esa página, alguna verdad que me sorprendió. Utilizo una flecha para
remarcar principios que no quiero olvidar, corchetes para párrafos completos, tintas de otro
color para los versículos, etc. Esto me ayuda a encontrar más rápido lo que estoy buscando y
resaltar lo que no quiero olvidar.

Conclusiones

Finalmente, no es recomendable utilizar una agenda con los días de la semana porque puede
desanimarte al principio cuando veas todos los días en los que no has podido escribir. A veces
al escribir ni siquiera llenarás una página, pero el objetivo no es la cantidad de lo que escribes
sino el propósito de hacerlo. Después de escribir léelo en voz fuerte, exponle a Dios tu
corazón. La disciplina de escribir trae mucha fuerza, entusiasmo y mejoría a los tiempos con
Dios. ¡Al menos inténtalo! Puede revolucionar tu caminar diario a su lado.

Ideas para tu Oración de Hoy

1. Escríbele una carta a Dios. Exprésale las cosas por las que estás agradecido. Escribe algunos
de tus secretos y sentimientos más profundos de tu corazón.

2. Después de que termines, léelo en voz alta y elabora algunas peticiones de oración y
expónselas.

S-ar putea să vă placă și