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Revolución Rusa.
VI
Si había un estado donde la revolución no solo era deseable sino inevitable era en el
imperio de los zares. Gigantesco, torpe e ineficaz, atrasado económica y tecnológicamente
habitado por el 80% de campesinos y 1% eran nobles hereditarios, estaba organizado por
una autocracia burocratizada, sistema que a todos los europeos cultos les parecía
prehistórico según los esquemas preponderantes a finales del siglo xix. Ese hecho había que
la revolución fuera el único medio para cambiar la política del estado.
Desde la guerra de Crimea, los gobiernos del zar eran conscientes de que la condición de
Rusia como gran potencia no podía descansar en su tamaño, población masiva y sus
primitivas fuerzas armadas. Se imponía la modernización, con la abolición d ela
servidumbre, -Rusia conto con Rumania eran los últimos bastiones de servidumbre
campesina en Europa- se había decretado con la pretensión de introducir la agricultura rusa
en el sistema del siglo xix, pero no dio como resultado la aparición de un campesinada
satisfecho ni la modernización de la agricultura.
Dado que los campesinos no eran escuchados como colectividad fuera de sus aldeas, no era
difícil imaginar su descontento, que fue agudizado por la crisis de hambre de 1891,
pobreza, el hambre de la tierra, los elevados impuestos y los bajos preciosos de los cereales,
contaba con formas importantes de organización potencial a través de las comunidades
aldeanos colectivos. Los narodniks consideraban que una comuna campesina revolucionaria
podía ser la base de trasformación directa de Rusia. La importancia de las comunas radica
en que poseían el 80% de las tierras en 50 provincias de la Rusia europea como propiedad
comunitaria, tierra que se distribuía periódicamente por decisión comunitaria. . Las
comunas se estaban desintegrando en el sur donde tenían regiones más comerciales pero en
el norte y centro conservaban todas sus fuerzas, allí eran instituciones que mantenían el
consenso respecto a la revolución. Los lugares donde la fuerza estaba siendo socavada la
mayor parte de sus componentes se estaba uniendo a su defensa militante. Con
independencia a su posición ideológica todos los rusos estaban de acuerdo a que el
gobierno del zar no había llevado a cabo bien la reforma agraria y había descuidado a los
campesinos.
Hubo un descontento de la población agraria porque se utilizo sus recursos para la
industrialización en 1890, cuyo resultado de la mezcla de capitales privados y estables,
fueron la extensión de las vías férreas, una concentración de una gran masa de proletariado
industrial concentrados en las fabricas dando inicio a un movimiento obrero comprometido
con la revolución social y por ultimo un desarrollo desproporcionado en un serie de
regiones de los márgenes occidental y meridional como Polonia Ucrania y Azerbaiyán.. Las
tensiones nacionales y sociales se agudizaron.
Desde 1830 todos los europeos estaban familiarizados con el movimiento nacional de
liberación, de base nobiliaria de Polonia contra el gobierno zarista. Desde 1870 de
acostumbraron y apoyaron la idea de una rev inminente en el mismo corazón gobernado por
el autócrata de todas las rusias, tanto porque el zarismo mostraba signos de debilidad
interna y externa como por la aparición de un importante movimiento revolucionario: hijos
e hijas de la clase nobiliaria, clase media y capas educadas sumados judíos. Los
revolucionarios eran fundamentalmente narodniks (populistas])+
Los narodniks fueron destruidos y dispersados después de 1881, pero en los primeros años
de 1900 revivieron en forma del partido social revolucionaria, estaban dispuestos a
escuchar a los habitantes de las aldeas. Se iban a convertir en el principal partido rural de la
izquierda, aunque también revivieron su fracción terrorista. Los movimientos
revolucionarios que se desarrollaron sobre las ruinas del populismo del decenio de 1870
eran marxistas.
El progreso del grupo revolucionario que finalmente prevaleció fue el dirigido por LENIN,
cuyo hermano fue ejecutado por ele asesinado del zar. Lenin tenía un extraordinario genio
para conjugar teoría y práctica revolucionaria, hay que recordar tres hechos:
Los bolchevique no eran más que una de las tendencias de la socialdemocracia rusa pero en
1912 se transformaron en un partido dependiente, cuando casi con la seguridad se
convirtieron en la fuerza mayoritaria entre la clase obrera organizada. Desde el punto de
vista de los extranjeros y probablemente de los trabajadores las distinciones entre los
diferentes clases socialistas eran incompresibles y parecían secundarias, porque todos
aquellos eran merecedores de apoyo como enemigos del zarismo.
Los gobiernos zaristas comprendieron claramente que la inquietud social y política era cada
vez mayor y peligrosa. El zarismo no solamente no desalentó sino que muchas veces
estimulo el antisemitismo masivo.los judíos cada vez peor tratados y mas discriminados, se
integraron progresivamente a los movimientos revolucionarios. El régimen consciente del
peligro trato de utilizar como arma la legislación laboral e incluso durante un breve periodo
de 1900 organizo los sindicatos bajo auspicios de la policía. Fue la masacre dirigida desde
esos ambientes, el hecho que desencadeno la revolución de 1904.
Se afirma que los regímenes débiles deben evitar aventuras de la política exterior. La guerra
ruso-japonesa de 1904-1905, causo 84.000 muertos a Japón y 143.000 heridos, constituyo
un desastre rápido y humillante para Rusia que subrayo la debilidad del zarismo. El zar
sabia que subía la marea revolucionaria, por lo cual acelero las negociaciones de paz. La
revolución estallo en 1905, antes que hubieran concluido
Como dijo Lenin, la rev de 1905 fue un rev burguesa con medios proletarios. Fueron las
huelgas masivas las que forzaron al gobierno a iniciar la retirada, ejercieron una presión
que condujo a la concesión de una especie de constitución del 17 de octubre. Además
fueron los obreros quienes, con la experiencia acumulada en las comunidades aldeanas, se
constituyeron como consejos. (SOVIETS EN RUSO). El soviets de san Petersburgo por
un tiempo fue elegido como la autoridad más eficaz en la capital nacional. Los partidos
socialistas se apresuraron a reconocer la importancia de esas asambleas y algunos
desempeñaron un papel importante como Trotski
Nadie puso en duda el carácter burgués de la revolución. No solo las clases medias
apoyaron la revolución y los estudiantes de movilizaron masivamente para luchar por ella
sino que liberales como marxistas aceptaban que si la revolución triunfaba, solo podía
desembocar en el establecimiento de un sistema parlamentario burgués de corte occidental,
con sus características liberales civiles y políticas, en el seno del cual había que luchar por
desarrollar las etapas siguientes de la lucha de las clases marxistas.
Todo el mundo mostraba acuerdo en este punto menos los socialrevocionarios que soñaban
todavía que las comunas campesinos fueran transformadas en unidades socialistas.
Lenin tenía claro que las autoridades zaristas que la burguesía de Rusia eran demasiado
débiles, numérica y políticamente, como para arrebatar el poder al zarismo, de la misma
forma que la empresa capitalista privada era demasiado débil para poder modernizar el país
sin la intervención extranjera y la iniciativa del estado. Incluso cuando la revolución estaba
en su punto más álgido las autoridades solo hicieron concesiones política modestas que no
equivalían ni mucho menos a una constitución indirecta (duma) con poderes limitados
sobre los aspectos económicos y sin poder alguno sobre el gobierno y las leyes
fundamentales.
Como había quedado demostrado en 1905 el zarismo podía ser derrocado. La revolución
burguesa tenía que realizarse, por así decirlo sin la burguesía. Seria protagonizada por la
clase obrera, organizada y dirigida por el disciplinado partido vanguardista de
revolucionarios profesionales, que fue la extraordinaria contribución de Lenin a la política
del siglo xx y se basaría en el apoyo del campesinado hambriento de tierra , cuyo peso
político en Rusia era decisivo y cuyo potencial revolucionaria ya había quedado
demostrado . Básicamente esa fue la posición de Lenin hasta 1917. La idea de que en
ausencia de la burguesía, los trabajadores podían tomar el poder y proceder directamente a
la etapa siguiente de la revolución social.
El proyecto de Lenin descansa en el desarrollo de la clase obrera, en la posibilidad de que el
campesino siguiera siendo una fuerza revolucionaria y naturalmente y también en la
movilización, adhesión o cuando menos neutralización de los fuerzas de liberación nacional
que eran fuerzas revolucionarias en la medida en que eran enemigas del zarismo. El
proletario se estaba desarrollando, dado que Rusia inicio un nuevo proceso de
industrialización masiva y los jóvenes inmigrantes de las factorías de Moscú y san
Petersburgo se mostraban más dispuestos a apoyar a los radicales bolcheviques que a los
moderados mencheviques. Tras unos años de desmoralización tras la derrota de 1905, a
partir de 1912 volvió a sentirse una fortísima marea de insurrección proletaria, movimiento
que adquirió tintes dramáticos por la masacre de 200 trabajadores en la huelga en las
remotas minas de oro siberianas de propiedad británica, en el rio Lena.
La reacción del gobierno zar fue crear un campesina conservador, al tiempo que
incrementaba su productividad agrícola iniciando decididamente una política similar a la de
los enclosures –acercamientos- británicos. La comuna campesina seria dividida
sistemáticamente en parcelas privadas para beneficios de una clase de grandes campesinos
de mentalidad comercial, los kulaks. Si Stolypin ganaba su apuesta a los fuertes y sobrios,
la polarización social entre ricos y pobres, se produciría la diferenciación rural de clases
anunciada por Lenin, que eso no ayudaría a la revolución
Lo indudable es que la derrota de la revolución de 1905 no había tenido como resultado la
aparición de una potencial alternativa burguesa al zarismo. En 1912-1914 el país era
víctima de nuevo de la agitación social. Lenin estaba convencido de que se aproximaba de
nueva situación revolucionaria. En el verano de 1914 lo único que se interponía en el
camino de la revolución era la fuerza y la solida lealtad de la burocracia, la política y las
fuerzas armadas del zar que no se sentían desmoralizadas y a la vez la pasividad de los
intelectuales rusos de clase media que, desmoralizados por la derrota d e1905 habian
abandonado el radicalismo político por el irracionalismo y el vanguardismo cultural.
El estallido de la guerra sirvió para aglutinar el fervor político y social, así el régimen
zarista cayó en 1917.
En 1914, la revolución ya había sacudido a todos los antiguos imperios del globo, desde las
fronteras de Alemania hasta el mar de china. No estaba claro todavía que la revolución rusa
originaria un régimen comunista y se convertiría en el acontecimiento fundamental de la
política mundial del siglo xx, de la misma forma que la rev. Francesa había sido el suceso
más importante en la política del siglo xix.
La rev. Rusa seria que la iba a tener más repercusión internacional. Podemos afirmar con
toda seguridad que precipito las rev persa y turca e incentivo la china e impulsando al
emperador austriaco a introducir el sufragio universal transformo e inestabilizo aun más el
difícil panorama político del imperio de los Habsburgo. Rusia era una de gran potencia, una
de las cinco piedras angulares del sistema internacional cuyo centro era Europa. Una rev en
ese estado necesariamente había de producir importantes consecuencias a escala global.
Pero las repercusiones de la misma serian más amplias que la de 1789, se iban a extender
desde le pacifico hasta las fronteras de Alemania. El hecho crucial de que Rusia formara
parte de los mundos de los conquistadores de de las víctimas, de los avanzados y de los
atrasados, dio a su rev una enorme resonancia potencial en ambos. Era al mismo tiempo un
gran país industrial y una economía agraria con una tecnología medieval, una potencia
imperial y una semicolonia.
La Rusia zarista ejemplificaba todas las contracciones del mundo en la era imperialista.
Todo lo que hacía falta para que esas contradicciones estallaran de forma simultánea era esa
guerra mundial.
Carr.
La revolución rusa de 1917 constituye un punto decisivo en la historia, y bien puede ser
considerada por los futuros historiadores como el mayor acontecimiento del siglo XX. Al
igual que la revolución francesa, continuará polarizando las opiniones durante mucho
tiempo, siendo exaltada por algunos como un hito en la liberación de la humanidad de la
opresión pasada, y denunciada por otros como un crimen y un desastre. Representó el
primer desafío abierto al sistema capitalista, que había alcanzado su cenit en Europa a
finales del siglo XIX. El hecho de que tuviera lugar en el momento más crítico de la
primera guerra mundial, y en parte como resultado de esta guerra, fue más que una
coincidencia. La guerra había infligido un golpe mortal al orden capitalista internacional tal
y como éste había existido antes de 1914, y había revelado su inestabilidad intrínseca. Se
puede pensar en la revolución a la vez como consecuencia y como causa del declinar del
capitalismo.
La primera revolución rusa de 1905 tuvo un carácter mixto. Fue una revuelta de los
iberales y constitucionalistas burgueses contra una autocracia arbitraria y anticuada. Fue
una revuelta obrera, desatada por la atrocidad del “domingo sangriento”, y que condujo a la
elección del primer soviet de diputados obreros de Petersburgo. Fue una extensa revuelta
campesina, espontánea y carente de coordinación, a menudo extremadamente cargada de
resentimiento y violencia. Estos tres cabos nunca llegaron a entrelazarse, y la revolución
fue fácilmente dominada con el coste de algunas concesiones constitucionales, en buena
medida irreales. Los mismos factores inspiraron la revolución de febrero de 1917, pero esta
vez reforzados y dominados por el cansancio de la guerra y por el descontento general
respecto a la forma en que ésta era dirigida. La abdicación del zar era lo único que podía
detener la marca de revueltas. La autocracia fue reemplazada por la proclamación de un
Gobierno Provisional basado en la autoridad de la Duma. Pero el carácter híbrido de la
revolución se hizo una vez más evidente. Al lado del Gobierno Provisional se reconstituyó
el soviet de Petrogrado –la capital había cambiado de nombre en 1914– según el modelo de
1905.
La dramática llegada de Lenin a Petrogrado a comienzos de abril hizo añicos este precario
compromiso. Lenin, en un primer momento casi en solitario incluso entre los bolcheviques,
atacó la suposición de que el cataclismo que estaba teniendo lugar en Rusia fuera una
revolución burguesa y nada más. El desarrollo de la situación después de la revolución de
febrero confirmaría el punto de vista de Lenin de que aquélla no podía mantenerse dentro
de límites burgueses. Lo que siguió al colapso de la autocracia no fue tanto una bifurcación
de la autoridad (el “doble poder”) como una total dispersión de ésta. El sentimiento común
a obreros y campesinos, a la vasta mayoría de la población, era de inmenso alivio ante el
alejamiento de un íncubo monstruoso, sentimiento que venía acompañado de un profundo
deseo de conducir sus propios asuntos a su manera, y de la convicción de que esto era
posible, de un modo u otro, y fundamental. Se trataba de un movimiento de masas
inspirado por una ola de inmenso entusiasmo y por visiones utópicas de la emancipación de
la humanidad de las cadenas de un poder remoto y despótico, y que no estaba interesado en
los principios occidentales de democracia parlamentaria y gobierno constitucional
proclamados por el Gobierno Provisional. Se rechazaba tácitamente la noción de autoridad
centralizada. Por toda Rusia se extendieron los soviets locales de obreros y campesinos.
Algunas ciudades y distritos se autoproclamaron repúblicas soviéticas. Los comités obreros
de fábrica se atribuyeron el ejercicio exclusivo de la autoridad en u campo. Los campesinos
se apoderaron de la tierra y la repartieron entre ellos. Y todo lo demás se eclipsaba ante la
demanda de paz, de poner fin a los horrores de una guerra sangrienta y sin sentido. En las
unidades militares, grandes y pequeñas, desde las brigadas hasta las compañías, se eligieron
comités de soldados, que a menudo pedían la elección de los oficiales y desafiaban su
autoridad. En el frente, los ejércitos abandonaron las duras imposiciones de la disciplina
militar, y lentamente comenzaron a desintegrarse. Este movimiento general de revuelta
contra la autoridad les parecía a la mayor parte de los bolcheviques un preludio del
cumplimiento de sus sueños sobre un nuevo orden social; no tenían ningún deseo de
detenerlo ni los medios para ello.
Por tanto, cuando Lenin redefinió el carácter de la revolución en sus famosas “tesis de
abril”, su diagnóstico mostraba a la vez agudeza y visión de futuro. Describía lo que había
sucedido como una revolución en transición desde su primera etapa, que había dado el
poder a la burguesía, a una segunda etapa, que daría el poder a los obreros y a los
campesinos pobres. El Gobierno Provisional y los soviets no eran aliados, sino antagonistas
que representaban a clases diferentes. El objetivo a la vista no era una república
parlamentaria, sino “una república de los soviets de diputados obreros, campesinos y
campesinos pobres en todo el país, de abajo arriba”. El socialismo no podía ser introducido
inmediatamente, claro está. Pero como primer paso los soviets se harían cargo del control
de “la producción social y la distribución”. A lo largo de las vicisitudes del verano de 1917,
Lenin consiguió gradualmente la adhesión de los seguidores de su partido a este programa.
El avance en los soviets fue más lento. Cuando en junio se reunió un Congreso Panruso de
los Soviets –el primer intento de crear una organización soviética central con un comité
ejecutivo permanente–, de un total de más de 800 delegados los socialistas revolucionarios
obtuvieron 285, los mencheviques 248 y los bolcheviques tan sólo 105. Fue en esta ocasión
cuando Lenin, respondiendo a un desafío, hizo la afirmación, acogida con gran burla, de
que había en el soviet un partido dispuesto a tomar el poder gubernamental: los
bolcheviques. Mientras el prestigio y la autoridad del Gobierno Provisional se desvanecían,
la influencia de los bolcheviques en las fábricas y en el ejército crecía rápidamente, y en
julio el Gobierno Provisional decidió proceder contra ellos bajo la acusación de que
realizaban propaganda subversiva en el ejército y actuaban como agentes alemanes. Varios
dirigentes fueron detenidos. Lenin huyó a Finlandia, desde donde mantuvo correspondencia
regular con el comité central del partido, que ahora trabajaba en la clandestinidad en
Petrogrado.
Fue durante esta retirada forzosa de la escena de la acción cuando Lenin escribió uno de sus
más famosos escritos, y el más utópico de ellos, El Estado y la revolución, un estudio de la
teoría del Estado de Marx. Este no sólo había predicado la destrucción del Estado burgués
por la revolución proletaria, sino que había previsto, después de la victoria de la revolución
y de un período de transición bajo la dictadura del proletariado, el progresivo
debilitamiento y la extinción final del Estado. Lo que el proletariado necesita en el
momento de su victoria, observaba Lenin, es “un Estado que se extinga, es decir,
organizado de tal modo que comience a extinguirse inmediatamente y que no pueda por
menos de extinguirse”. El Estado ha sido siempre un instrumento de dominación y opresión
de clase. La sociedad comunista sin clases y la existencia del Estado son incompatibles.
Lenin lo resumía en un aforismo de su propio cuño: “Mientras existe el Estado, no existe
libertad. Cuando haya libertad, no habrá Estado.” Lenin no sólo era un profundo conocedor
de Marx, sino que tenía un oído sensible al sentir revolucionario de los obreros y
campesinos, cuyo entusiasmo se inflamaba ante la perspectiva de escapar a las cadenas de
un Estado poderoso y omnipresente. El Estado y la revolución es una notable síntesis de las
enseñanzas de Marx y las aspiraciones de las masas carentes de instrucción. El partido
apenas aparece en sus páginas.
En septiembre, tras el abortado intento de toma del poder del general derechista Kornilov,
los bolcheviques obtuvieron la mayoría en los soviets de Petrogrado y Moscú. Lenin, tras
algunas vacilaciones, resucitó la consigna “Todo el poder para los soviets”, que suponía un
desafío directo al Gobierno Provisional. En octubre regresó disfrazado a Petrogrado para
asistir a una reunión del comité central del partido. Persuadido por él, el comité decidió,
con las únicas opiniones en contra de Zinoviev y Kamenev, preparar una inmediata toma
del poder. Los preparativos fueron llevados a cabo principalmente por un comité militar
revolucionario que había sido creado por el comité central del Congreso de los Soviets, y
que se encontraba ahora firmemente en manos de los bolcheviques. Trotski, que se había
unido a los bolcheviques tras su regreso a Petrogrado en el verano, desempeñó un
importante papel en la planificación de la operación. El 25 de octubre (del vicio calendario,
equivalente al 7 de noviembre del calendario occidental, que sería introducido, unos meses
más tarde), la Guardia Roja, formada principalmente por obreros industriales, tomó
posiciones estratégicas en la ciudad y avanzó sobre el Palacio de Invierno. Fue un golpe sin
sangre. El Gobierno Provisional se vino abajo sin resistencia. Algunos de los ministros
fueron detenidos. El primer ministro Kerenski huyó al extranjero.
La fecha del golpe había sido fijada para coincidir con el II Congreso Panruso de los
Soviets de Diputados Obreros y Soldados, que comenzó en la tarde del día siguiente. Los
bolcheviques tenían ahora la mayoría –399 sobre un total de 649 delegados–, y asumieron
la dirección del acto. El congreso proclamó la disolución del Gobierno Provisional y el
paso de la autoridad a los soviets, y aprobó por unanimidad tres importantes decretos, los
dos primeros a propuesta de Lenin. El primero era una proclama, en nombre del “Gobierno
Obrero y Campesino”, que proponía a todos los pueblos y gobiernos beligerantes el
comienzo de negociaciones en pro de una “paz justa y democrática”, sin anexiones ni
indemnizaciones, y pedía particularmente “a los obreros conscientes de las tres naciones
más adelantadas de la humanidad” –Inglaterra, Francia y Alemania– su ayuda para poner
fin a la guerra. El segundo era un decreto sobre la tierra, e incluía un texto redactado por los
socialistas revolucionarios, que respondía a las aspiraciones pequeño-burguesas del
campesino antes que a las teorías bolcheviques a largo plazo sobre la socialización de la
agricultura. La propiedad de los terratenientes era abolida sin compensación; tan sólo la
tierra de los “simples campesinos y cosacos” quedaba libre de confiscación. La propiedad
privada de la tierra quedaba abolida a perpetuidad. El derecho a usar la tierra se concedía a
“todos los ciudadanos del Estado ruso (sin distinción de sexo) que deseen trabajarla ellos
mismos”. Los derechos sobre los minerales, y otros derechos de tipo subsidiario, quedaban
reservados al Estado. La compra, venta y arrendamiento de la tierra, así como el empleo de
trabajo asalariado, quedaban prohibidos. Esto era un fuero para el pequeño campesino
independiente que cultivara su parcela de tierra con su propio trabajo y el de su familia,
sirviendo primariamente sus propias necesidades. La resolución final de la cuestión de la
tierra se reservaba para la futura Asamblea Constituyente. El tercer decreto, propuesto por
Kamenev, que presidía la sesión, creaba un Consejo de Comisarios del Pueblo
(Sovnarkom), como Gobierno Provisional Obrero y Campesino que gobernaría el país bajo
la autoridad del Congreso Panruso de los Soviets y de su comité ejecutivo hasta la
formación de la Asamblea Constituyente.
Estas proclamaciones tenían varios rasgos distintivos. Pocas horas antes, Lenin había
cerrado su intervención ante el soviet de Petrogrado con estas audaces palabras: “En Rusia
debemos ocuparnos de la construcción del Estado socialista proletario.” En los decretos del
Congreso de los Soviets, más formales, los conceptos de “Estado” y “socialismo”
permanecieron entre bastidores. En medio del entusiasmo de la victoria, cuando el viejo
Estado y sus correspondientes males estaban siendo barridos, nadie ansiaba enfrentarse al
problema de la construcción de un nuevo Estado. La revolución era internacional, y no
tenía en cuenta las fronteras nacionales. El Gobierno Obrero y Campesino carecía de
definición o designación territoriales: la extensión última de su autoridad no podía ser
prevista. El socialismo era un ideal del futuro; Lenin afirmó, al presentar el decreto sobre la
paz, que la victoria del movimiento obrero abriría “el camino hacía la paz y el socialismo”.
Pero ninguno de los decretos mencionaba al socialismo como fin o propósito de la
revolución: el contenido de ésta, al igual que su extensión, se verían en el futuro.
Bujarin habló de “la línea que en este momento divide a esta asamblea en [...] dos campos
irreconciliables, de principio [...] a favor del socialismo o contra el socialismo”. La
asamblea escuchó mucha oratoria poco concluyente. Avanzada la noche se levantó la
sesión; y el Gobierno impidió por la fuerza que volviera a reanudarse. Este fue un momento
decisivo. La revolución había dado la espalda a las convenciones de la democracia
burguesa.
Hacia 1924 a partir de la muerte de Lenin, se desata una lucha por el poder en la que se
enfrentan dos bandos liderados por Trotsky y Stalin, en el primer bando se configuro como
exportador de la revolución, además de la existencia de líneas internas para evitar caer en la
burocracia, en cambio el segundo bando presentaba un monolitismo cerrado.
CARR
Cap. 3: El Comunismo de Guerra
La hostilidad del mundo exterior fue tan solo uno de los peligros que sufrieron los
bolcheviques tras la toma de poder. En Petrogrado la revolución se hizo sin sangre, pero en
Moscú hubo enfrentamiento entre bolcheviques y el gobierno provisional. Los partidos
políticos desplazados se organizaron contra la autoridad de los Soviets. Las comunicaciones
se interrumpieron por paro de trabajadores guiados por mencheviques y se desorganizaron
los servicios administrativos. Se estableció un tribunal revolucionario para juzgar a quienes
organicen revueltas contra el Gobierno Obrero y Campesino. Se acuña los conceptos
políticos: el terror rojo y el terror blanco en este periodo. Toda esta situación afecta
directamente a la economía ya que toda el área económica se había visto afectada por las
necesidades militares, provocando desintegración económica, financiera, social; sumado a
ello el hambre y el frio sorprendieron a grandes sectores de la población. Los bolcheviques
habían adoptado para la agricultura un programa del sindicalismo revolucionario
“sociabilización” de la tierra y la distribución igualitaria entre quienes la cultivaban. Pero la
caída de la producción más la nacionalización de las industrias llevaron al deterioro
continuo de los sistemas productivos.
En 1918 se plantea la política económica “Comunismo de Guerra” dentro de la cual la
comida era la primera prioridad ya que la población en general estaba hambrienta. Se
generaron “destacamentos de alimentación” donde se recaudaba ganado y grano de los
especuladores y de los Kulaks ya que se creía que lo acumulaban. Las reacciones de los
campesinos en los primeros años de guerra fueron de expropiar las tierras de los
terratenientes y de los kulaks, donde empezaron a producir para su propia subsistencia pero
ello produjo que las obreros de las fábricas y que en las ciudades la gente muera de hambre,
consecuentemente se provoca el enfrentamiento entre Soviets del Pueblo con los Comités
locales. Ante esta situación el campesino pobre prefería resguardarse con los kulaks ante
que morir de hambre de la mano de los bolcheviques. El gobierno soviético, los soviets
locales y las empresas industriales controladas por el Vesenja (controlaría, organizaría y
administraría la producción tanto en el campo como en las fábricas) crearon “granjas
soviéticas” con propósitos específicos en cuanto a la producción de alimentos. La
producción industrial fue cada vez más dominada por las necesidades del Ejército Rojo ya
que se le proporcionaba hombres, alimentos y lo que necesiten para poder hacer frente a las
guerras civiles y con los aliados que azotaban a Rusia. Lo que provoco que una vez
superado el peligro de los blancos, los campesinos se revelaran contra la política de
comunismo de guerra. Consecuentemente el transporte se vino abajo, las materias primas se
acabaron y la población disminuyo casi a un 50%. Por otra parte el dinero perdía valor y se
empezó a emplear un sistema de trueque.
El comunismo de guerra tuvo importantes consecuencias para la organización del trabajo,
Lenin plantea la supresión de los hombres por las maquinas que era la antítesis directa del
control obrero. En 1919 se llama al servicio militar obligatorio, reduciendo obreros en los
campos y fábricas. Y se crean los “campos de concentración”, en donde trabajaran los
presos que plantearon la contrarrevolución con trabajos muy severos. Se decreta el “sábado
comunista”, donde los trabajadores asisten a sus puesto del trabajo pero no cobraran
remuneración el fin era acelerar la productividad para abastecer al ejército rojo. Una vez
realizada la derrota de Denikin y Kolchak la crisis militar quedo superada. Pero se
evidencio aún más el colapso de la economía y Trotsky se convirtió en el líder de la
recuperación económica. Se abandonó la política de comunismo de guerra y se empezó a
gestar la NEP para la recuperación de la economía soviética.
Para 1920 se evidencia que la economía estaba atascada y se debía poner la marca sistemas
de producción de intercambio. El campesinado ya que no tenía posibilidad de generar un
excedente y se pasó a un periodo de hambrunas, que llevo a levantamientos y a grupos de
oposición frente a los Bolcheviques. A este malestar se le suma la aparición de la Oposición
Obrera que era un programa vs. la proliferación de controles económicos y políticos contra
la maquinaria estatal.
Ante esta situación de malestar se plantea una Nueva Política Económica (NEP) basada en:
Entrega de producción de parte del campesinado hacia el Estado
Venta de excedente al mercado de consumo
Incentivos para la Industria
Industria que incentivara a campesinos a comprar
Renacimiento de mercado privado
Establecimiento de una moneda estable
Por otra parte la disputa del Gobierno con los Sindicatos quedo resuelta por medio del
reconocimiento de ellos como “organizaciones de masa no partidarias”, eran un
instrumento de persuasión y ellos cuidarían de la producción y de la disciplina laboral. Pero
el rol de los sindicatos esta nucleado por el partido. Lo que Lenin no permite bajo ningún
aspecto es la aparición de nuevas plataformas políticas, es decir nuevos partidos ni
escisiones del Único Partido. Pero aun así aparecieron dos partidos de izquierda de
oposición: los Socialistas Revolucionarios y los Mencheviques. Ambos estaban en contra
del Tratado Brest-Litovsk, pero fueron apresados por bolcheviques hasta la década de 1920
aprox. Las ventajas ofrecidas por la NEP fueron depuestas por las inclemencias climáticas
que llevo nuevamente al hambre de la población. Pero para 1923 las cosechas fueron
excelentes y la situación mejoro, incluso la URSS exportaba en pequeñas cantidades
granos.
Cabe destacar que la esencia de la NEP fue el Kulak que producía para el mercado. En
1922 se realiza en Nuevo Código Agrícola que establecía que las tierras se podían arrendar,
tener trabajo asalariado, si bien tuvo restricciones se logró hacerlo. Lenin concluye
sostenido que la NEP proporciono una solución ante el Comunismo de Guerra, pero que
también esta política económica seria superada por otra más adecuada en su momento. Era
necesario levantar a la Industria y no deteriorar más a los obreros industriales que habían
sido el núcleo principal de la revolución.
No había una determinación territorial por las guerras civiles por eso se la llama Federativa
ya que así se cubría a las regiones autónomas habitadas por poblaciones no rusas o por
aquellas que habían pertenecido al Imperio Ruso. Incluyo a las Repúblicas de Azerbaiyán y
de Ucrania en 1920, más Bielorrusia, Armenia y Georgia en 1921. Pero la unificación
encontró límites con Ucrania y solo con ella el uso de la fuerza era posible, puesto que
había permitido el avance de los aliados en su territorio. Para 1922 se aprueba la
Conformación de las Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) compuesta por: o
RSFSR o Ucrania o Bielorrusia o Transcaucásica o Incorporación en 1925 de Uzbekistán o
Incorporación en 1925 de Turkmenistán
En 1923 se realiza la Constitución de la URSS que planteaba:
En 1927 luego de que Stalin se impusiera en el seno del comité del Partido Comunista
anuncio la intención de reorganizar y reforzar el orden soviético. Sin alterar los
elementos básicos del régimen leninista (El Estado de partido único e ideología única,
la manipulación de la legalidad y el control estatal de la economía, centralización de las
instituciones de gobierno, radicalización de la vida política y desmantelamiento de la
NEP). Planteaban la intensificación de la industrialización, y se abandonaba la
exportación de la revolución y apunto a la consolidación del socialismo y de la unión
soviética. La desestructuración de la NEP se dio a partir de la implementaciobn del
primer plan quinquenal (el cual tuvo un doble objetivo, destruir el sector privado y
desarrollar las producciones económicas de base), al que le siguió la purificación del
partido y la sanción de la constitución de 1936. Esto tuvo como resultado la
intensificación del centralismo político, en el que la disidencia política seria perseguida.
Se puso énfasis en la industrialización, para esto fue necesaria la importación de
técnicos y tecnologías. El campo fue mecanizado y se dio la sustitución de la mediana y
pequeña producción por grandes explotaciones ya sea de carácter estatal o comunal.
El segundo plan quinquenal (1933-1937) trato de cubrir las falencias del primero,
sobretodo en la existencia de técnicos, y el desarrollo de la industria ligera y de bienes
de consumo. Además de incremento de inversión en la mecanización del campo y las
concesiones del campesinado, permitiendo la comercialización individual de las frutas y
legumbres cosechadas en su propio huerto y del ganado doméstico.
El tecer plan quinquenal fue interrumpido por la guerra, a la hora de empezar la guerra
la URSS era la tercera potencia industrial del mundo. No obstante el desarrollo del plan
quinquenal favoreció mas a las ciudades que al campo, el cual era mayoritario que el
sector industrial.
El esfuerzo por la industrialización tenía dos motivos, el de la guerra y el de la
necesidad para la concreción de la revolución socialista. Hacia 1930 en la URSS se fue
configurando un una especie de burocracia naciendo de la amalgama de militantes de
carrera y comunistas convertidos en militares.