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AMARGA AMARGURA

I. Ilustración:
Quiero que imagine un jugo de naranja con naranjas frescas y muy
ricas.
Ahora quiero que imagines una naranja un tanto podrida con un
sabor rancio y amargo.
¿Recuerdas ese rico sabor del jugo? Ahora exprime esa naranja
amarga en el ¿qué tal ahora el jugo?
¿Cómo poder ahora recomponer ese jugo?
Así es el resentimiento, termina amargando todo el jugo de la vida?
II. QUE ES EL RESENTIMIENTO

• El resentimiento es aquel sentimiento profundo de disgusto o enojo


que tenemos hacia alguien por una ofensa pasada. Es nuestro
doloroso recuerdo de heridas anteriores.

• El resentimiento es el gran enemigo de las buenas relaciones.

• Destruye la amistad y transforma a los amigos en enemigos.

• Pero el efecto más dañino del resentimiento es la destrucción de la


persona que se aferra a él.
III. ¿POR QUÉ GUARDAMOS RESENTIMIENTO?
De todas las cosas malas y destructivas que pueden ocurrirnos, el
resentimiento es una de las peores.
Es como un microbio mortal, luchando constantemente para tener
domino sobre nosotros y destruirnos.
Ninguna persona que razone bien quiere albergar y alimentar un
microbio mortal en su cuerpo, sabiendo que este microbio podría con el
tiempo llegar a aniquilarlo.
Sin embargo muchos cristianos se aferran al pecado del resentimiento
que es mucho más destructivo que cualquier microbio.
1. Guardamos resentimiento porque sentimos que el resentimiento
es justificado:
a. Una razón por la que nos es difícil reconocer la venenosa
naturaleza del resentimiento es que pensamos que es correcto.
b. Nos sentimos justos al tener resentimiento.
c. Nos decimos: "Es normal que esté resentido con fulano".
d. A fin de justificar el resentimiento, a menudo formamos en la
mente una imagen falsa de la otra persona.
a. Dejamos a un lado el cuadro total de lo que es aquella persona
y todas las cosas buenas y decentes que pueda haber hecho, y
enfocamos sólo la ofensa que ella nos hizo.
2. Guardamos resentimiento porque nos hace sentir superiores
a. Cuando alguien hace algo que nos ofende o nos hiere, tomamos
hacia esa persona una actitud de superioridad. Nos decimos: “Yo
JAMAS haría tal cosa.” Nos gusta sentirnos superiores y por lo
tanto nos aferramos al resentimiento
3. Guardamos resentimiento porque nos gusta “llevar la cuenta”
a. A veces nos aferramos al resentimiento con el objeto de tener
algo para compensar cualquier ofensa futura que podamos
cometer.
b. Queremos poder decir: “Puede ser que me haya equivocado o
haya hecho mal en eso, pero tú me hiciste esto y este otro a mí”.
“Tú me lo has hecho mas veces”
4. Guardamos resentimiento porque disfrutamos de nuestros
resentimientos
a. Aunque parezca extraño, mantenemos abiertas nuestras heridas
por el placer que nos producen.
b. Nos gusta cuidar tiernamente a nuestras heridas y sentir lástima
por nosotros mismos después de que alguien nos ha ofendido.
IV. LOS RESENTIMIENTOS SE TRANSFORMAN EN AMARGURA

• De todos los pecados, el resentimiento es uno de los más extraños


porque su fin es el castigar a la otra persona.

• Sin embargo es mucho más doloroso para nosotros de lo que jamás


pudiera ser para la otra persona.

• A veces la otra persona ni siquiera se ha dado cuenta de que ha


hecho algo malo. Por lo tanto nuestro resentimiento no le produce
daño alguno, pero para nosotros sí, es muy destructivo.

• Si guardamos el resentimiento, puede transformarse en amargura.


La amargura afecta la salud, la mente, la personalidad y nuestra
comunión con Dios.

• Consideremos lo siguiente:
1. La amargura afecta nuestra salud.
a. La amargura es veneno para el cuerpo. El resentimiento, la
amargura, el odio y la falta de perdón pueden producir úlceras,
hipertensión arterial y docenas de otras enfermedades.
b. Algunos médicos han estimado que casi el 90% de las
enfermedades tienen su origen en los enojos, miedos,
resentimientos y amarguras.
2. La amargura afecta la mente.
a. Está comprobado que la amargura puede causar, y causa
depresión. La gente que tiene tendencia a estar deprimida la
mayor parte del tiempo, es a menudo gente que tiene
resentimientos en contra de un ser amado o de algún pariente
que los lastimó a una edad temprana.
b. Si tú eres una de estas personas, nunca podrás conocer una
victoria perdurable sobre la depresión hasta que te deshagas de
esa amargura.
3. La amargura afecta la personalidad.
a. Mientras más nos sentimos de alguien, más pensamos en él. Y
mientras más pensamos en una persona, más nos parecemos a
ella.
b. Es un hecho que cuando enfoca tus emociones en una persona,
tiendes a parecerte a ella.
4. La amargura afecta nuestra comunión con Dios.
a. Cuando oramos el Padre Nuestro, decimos algo así: “Perdónanos
nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores”.
b. Cuando tú oras así, estás diciendo: “Dios por favor perdóname mis
pecados tal como yo perdono a otras personas sus pecados contra
mí”. Si tú no perdonas a las otras personas, estás en realidad
pidiéndole a Dios que no te perdone a ti.
V. Jacob y Esaú una historia de resentimiento:
a. Hermanos mellizos, Jacob nació tomando a su hermano por el
talón.
b. Cuando jóvenes Esaú estaba cazando y encontró a su hermanos
cocinando un potaje de lentejas y cambio su primogenitura por
un plato de lentejas.
c. Cuando su padre Isaac era ya viejo queda ciego y antes de morir
llama a Esaú para darle su bendición y ceder todos los derechos
legales y espirituales, pero antes lo manda a cazar y quería comer
de esa caza.
d. Rebeca (que amaba más a Jacob) le preparo un guiso a Isaac y
pidió a Jacob que lo llevara pero antes lo vistió con la ropa de su
hermano y luego puso piel de ovejas para tratar de confundir a su
padre (porque Esaú era muy velludo)
e. Su padre le da la bendición a Jacob y luego comienza una vida de
Amargura entre ambos.
Génesis 27:41-45
“41 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le
había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de
mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.
42 Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor; y
ella envió y llamó a Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu
hermano se consuela acerca de ti con la idea de matarte.
43 Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz; levántate y huye a casa
de Labán mi hermano en Harán,
44 y mora con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano
se mitigue;
45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo
que le has hecho; yo enviaré entonces, y te traeré de allá.”
f. Jacob huyo por 20 años.
 14 años fue esclavo de su suegro para obtener el amor de su
vida.
 6 años fue esclavo por el ganado.
g. Dios le sale al encuentro a Jacob y le dice que regresa a la tierra
de su padre pero Jacob tiene miedo de su hermano que en un
tiempo le perseguía.
 Mando mensajeros a él tratando de ganarse el favor de él.
 Génesis 32:3-5 “3Luego Jacob envió mensajeros a su hermano
Esaú, que estaba en la tierra de Seír, en la región de Edom. 4 Y
les ordenó que le dijeran: «Mi señor Esaú, su siervo Jacob nos
ha enviado a decirle que él ha vivido en la casa de Labán todo
este tiempo, 5 y que ahora tiene vacas, asnos, ovejas, esclavos
y esclavas. Le manda este mensaje, con la esperanza de
ganarse su favor».
h. Esaú va a buscarlo con 400 hombres armados.
 Génesis 32:6-8,11 “6 Cuando los mensajeros regresaron, le
dijeron a Jacob: «Fuimos a hablar con su hermano Esaú, y
ahora viene al encuentro de usted, acompañado de
cuatrocientos hombres».
 7 Jacob sintió mucho miedo, y se puso muy angustiado. Por
eso dividió en dos grupos a la gente que lo acompañaba, y lo
mismo hizo con las ovejas, las vacas y los camellos, 8 pues
pensó: «Si Esaú ataca a un grupo, el otro grupo podrá
escapar».
 11 ¡Líbrame del poder de mi hermano Esaú, pues tengo
miedo de que venga a matarme a mí y a las madres y a los
niños!
i. Jacob quiere sobornarle con regalos.
 13 Jacob pasó la noche en aquel lugar, y de lo que tenía
consigo escogió, como regalo para su hermano
Esaú, 14 doscientas cabras, veinte chivos, doscientas ovejas,
veinte carneros, 15 treinta camellas con sus crías, cuarenta
vacas, diez novillos, veinte asnas y diez asnos. 16 Luego los
puso a cargo de sus siervos, cada manada por separado, y les
dijo: «Vayan adelante, pero dejen un buen espacio entre
manada y manada».
 17 Al que iba al frente, le ordenó: «Cuando te encuentres con
mi hermano Esaú y te pregunte de quién eres, a dónde te
diriges y de quién es el ganado que llevas, 18 le contestarás:
“Es un regalo para usted, mi señor Esaú, que de sus ganados
le manda su siervo Jacob. Además, él mismo viene detrás de
nosotros”».
 19 Jacob les dio la misma orden al segundo y al tercer grupo,
y a todos los demás que iban detrás del ganado. Les dijo:
«Cuando se encuentren con Esaú, le dirán todo esto, 20 y
añadirán: “Su siervo Jacob viene detrás de nosotros”».
 Jacob pensaba: «Lo apaciguaré con los regalos que le
llegarán primero, y luego me presentaré ante él; tal vez así
me reciba bien». 21 De esta manera los regalos lo
precedieron, pero Jacob se quedó esa noche en el
campamento.
j. El encuentro inesperado
 Génesis 33:1-4 Cuando Jacob alzó la vista y vio que Esaú se
acercaba con cuatrocientos hombres, repartió a los niños
entre Lea, Raquel y las dos esclavas. 2 Al frente de todos
colocó a las criadas con sus hijos, luego a Lea con sus hijos, y
por último a Raquel con José. 3 Jacob, por su parte, se
adelantó a ellos, inclinándose hasta el suelo siete veces
mientras se iba acercando a su hermano.
 4 Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al
cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los dos se pusieron a
llorar.
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VI. EL PERDON NOS LIBRARÁ

• ¿Qué es el perdón? El perdón es soportar el daño o la injuria uno


mismo y escoger ya no recordarla más.

• El perdón significa que en lo que a ti se refiere, le concedes a la


persona que te hizo daño, un pasado limpio.

• Perdonar es costoso. La persona que perdona paga un precio por la


ofensa o el mal que ella está perdonando.

• Cristo tuvo que pagar la pena de nuestros pecados, para


perdonarnos. Por eso murió en la cruz. Es costoso perdonar, pero es
más caro aún no hacerlo.
VII. COMO TORNARNOS DE LA AMARGURA AL PERDON
1. Reconoce que Dios es Juez.
a. La gente necesita ser juzgada por sus malos hechos, pero tú y yo
no somos los indicados para juzgarla. El juicio pertenece a Dios.
La Biblia dice en Romanos 12:19: “No os venguéis vosotros
mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios;
porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré dice el
Señor”
b. Dios nos dice que no tratemos de vengarnos, sino más bien
debemos perdonar. Cuando perdonamos a alguien, estamos
entregando esa persona a Dios, reconociendo que sólo El tiene
derecho a juzgar y a castigar a la gente por el mal que hace.
2. Confiesa tu pecado.
a. Alguien puede haberte hecho una injuria grave. Si así fuera, él es
responsable ante Dios. Pero si tú guardas rencor, estas pecando y
eres responsable ante Dios por tu pecado de amargura.
b. Para tratar con este pecado, debes confesarlo a Dios y pedirle a El
que te limpie con la preciosa sangre de Su Hijo.
3. Debemos dar sentencia de muerte al resentimiento y la amargura.
a. El resentimiento y la amargura no son defectos sin importancia.
Se encuentran entre los pecados más grandes que existen.
Debemos darles sentencia de muerte a ellos o ellos nos darán
sentencia de muerte a nosotros.
b. El mantener la amargura es “vivir según la carne” y la Biblia nos
dice:
“Si vivís conforme a la carne, moriréis” (Romanos 8:13).
c. Porque fuimos crucificados con Cristo tenemos el derecho a
rechazar cualquier cosa referente a la vida antigua. Esto significa
que podemos rehusar y rechazar el pecado de la amargura.
4. Como Cristo te ha perdonado a ti, así también tú debes perdonar.
a. El nos perdonó a nosotros. La Biblia dice: “Vestíos, pues, como
escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia,
de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros sí
alguno tuviera queja contra otro.
Colosenses 3:12,13 “de la manera que Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros”
b. Aunque otra persona no te pida perdón o ni siquiera reconoce
haberte hecho mal, tú de todos modos puedes perdonarle.
Puedes perdónale UNILATERLAMENTE.
5. Confía en que el Espíritu Santo haga de tu perdón una realidad.
a. Perdonar a los demás y librarnos de la amargura, es el resultado
de nuestra cooperación con el Espíritu Santo. No podemos
hacerlo a solas, y el Espíritu Santo no lo hará a menos que
nosotros elijamos pedir su ayuda.
b. Debemos trabajar juntamente con El. Nosotros escogemos
perdonar y confiamos en el Espíritu Santo para que lo haga. La
Biblia dice:
Romanos 8:13 “Porque si vivís conforme a la carne, moriréis;
más sí por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne,
viviréis”
c. ¡Debemos pedir al Espíritu Santo que nos ayude a perdonar y
olvidar! Es posible “perdonar” a alguien y luego empezar
constantemente a revivir su ofensa.
d. Cuando rehusamos olvidarlo, mantenemos vivo nuestro
resentimiento. Que Dios nos ayude a perdonar como El perdona:
perdonar y olvidar. Dios dice:
Hebreos 8:12 “Y nunca más me acordaré de sus pecados y de
sus iniquidades”

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