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 Aumento de las infecciones: debido a que el petróleo causa una

disminución de la resistencia frente a éstas. Esto se hace


especialmente importante en aves ya que al limpiarse las plumas
tragan petróleo, de manera que pueden presentar concentraciones
sub-letales.

 Efectos sobre la disponibilidad de luz (zona fótica): no hay que olvidar


que la mancha de petróleo en la superficie del mar produce una
reducción importante de luz en toda la columna de agua. Esto produce
una reducción o eliminación de la fotosíntesis, proceso indispensable
para el mantenimiento de las redes tróficas pues de ella dependen el
crecimiento de los vegetales, que sirven de alimento para los
herbívoros (y así sucesivamente) y genera un aporte de oxígeno al
agua. Además, hemos de tener presente que las comunidades de algas
son refugio para muchas larvas y juveniles de peces.

 La falta o disminución de plantas fotosintéticas reduce el aporte de


oxígeno y alimento al ecosistema. - La pérdida de extensión en la
distribución de algas y otras plantas acuáticas limita las zonas que
proporcionan cobijo a miles de especies marinas.
La fotosíntesis es el proceso de elaboración de los alimentos por parte de las
plantas. Los árboles y las plantas usan la fotosíntesis para alimentarse, crecer
y desarrollarse.
Para realizar la fotosíntesis, las plantas necesitan de la clorofila, que es una
sustancia de color verde que tienen en las hojas. Es la encargada de absorber
la luz adecuada para realizar este proceso. A su vez, la clorofila es
responsable del característico color verde de las plantas.
Fotosíntesis: Se realiza en las hojas, que se orientan hacia la luz. La clorofila
de las hojas atrapa la luz del Sol. A partir de la luz del Sol y el dióxido de
carbono, se transforma la savia bruta en savia elaborada, que constituye el
alimento de la planta. Además la planta produce oxígeno que es expulsado
por las hojas.

Investigaciones y pruebas le permitieron a Rodríguez obtener una fibra


celulosa que puede absorber y solidificar hidrocarburos u otros aceites que
pudieran ser derramados accidentalmente en ríos, lagunas o el océano. El
producto, bautizado como PMC (PROWEBST Marine Cleaner) podría ayudar
a eliminar el 99% de los vertidos de petróleo si se aplica de forma correcta.
Los creadores del PMC indican que después de absorber el petróleo el
producto se puede utilizar como combustible sólido.
Cuando su empresa logre alcance internacional, podría reemplazar a
los dispersantes que se utilizan para reducir las manchas de petróleo a
partículas, pero que en realidad no solucionan el problema de la
contaminación. El PMC, a diferencia del dispersante, retira el contaminante
del agua y deja limpia la superficie, permitiendo almacenar de forma segura
los residuos resultantes de la limpieza, los mismos que podrían ser
aprovechados posteriormente como combustible.
Uso de Dispersantes
A veces, resulta apropiado utilizar dispersantes químicos con el objetivo de
acelerar el proceso de dispersión natural y biodegradación de un
hidrocarburo derramado, especialmente cuando la contención y
recuperación no son convenientes.  Sin embargo, al igual que todas las
medidas de remediación, el uso de dispersantes tiene sus limitaciones y debe
ser utilizado bajo un cuidadoso control.
Un dispersante químico tiene dos componentes principales: Un agente de
superficie activo o surfactante, y un solvente apropiado.
Surfactante
El surfactante tiene una estructura molecular que presenta una parte
hidrófila (tiene afinidad con el agua) y otra parte oleófila (tiene afinidad con
el hidrocarburo).
Cuando el surfactante es aplicado en forma homogénea y se mezcla con el
hidrocarburo flotante, las moléculas del surfactante se disponen de manera
que rompen la tensión interfacial entre el hidrocarburo 
Solvente
Para que el dispersante sea efectivo debe estar distribuido en todo el
hidrocarburo, por lo que la mayoría de los dispersantes contienen un
solvente apropiado o combinación de solventes que actúan distribuyendo el
surfactante dentro del hidrocarburo. 
Tipos de dispersantes
Dispersantes a base de hidrocarburo o dispersantes convencionales: 
Tienen una base de solvente de hidrocarburo y entre un 15% y un 25% de
surfactante.  Deben ser aplicados directamente en el hidrocarburo, sin diluir
con agua de mar ya que los vuelve menos eficaces.  Las fórmulas actuales de
los dispersantes de este tipo, conocidas como “de segunda generación”
tienen un solvente sin compuestos aromáticos tóxicos, como los que usaban
los “de primera generación”.
2) Dispersantes concentrados o auto mezclantes: 
Contienen una mayor concentración de componentes surfactantes (> 50%). 
Estos productos “de tercera generación” se aplican preferentemente puros
pero pueden diluirse con agua de mar (5 – 10%) antes de ser rociados.  Las
tasas de aplicación por lo general varían entre 1:5  y 1:30 (dispersante
puro/hidrocarburo).

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