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¿Cuál es la diferencia entre el calentamiento global y el cambio climático?

Author: 
Caitlyn Kennedy
Rebecca Lindsey

El calentamiento global se refiere solo a la temperatura de la superficie de la


Tierra, mientras que el cambio climático incluye el calentamiento y los
"efectos secundarios" de este calentamiento—como son los glaciares que se
derriten, tormentas de lluvia más severas o las sequías más frecuentes. Dicho
de otra manera, el calentamiento global es un síntoma del mayor problema del
cambio climático causado por los seres humanos.

Otra distinción entre el calentamiento global y el cambio climático es que


cuando los científicos o líderes públicos hablan sobre el calentamiento global
en estos días, casi siempre se refieren al calentamiento causado por los
humanos—calentamiento debido al rápido aumento del dióxido de carbono y
otros gases de efecto invernadero causado por personas que queman carbón,
petróleo y gas.

El cambio climático, por otro lado, puede significar cambios naturales o


causados por los humanos, como las edades de hielo. Además de quemar
combustibles fósiles, los humanos pueden causar cambios climáticos al emitir
contaminación de aerosol—las diminutas partículas que reflejan la luz solar y
enfrían el clima—a la atmósfera, o al transformar el paisaje de la Tierra, por
ejemplo, de bosques que almacenan carbono a tierras de cultivo.
Protocolo de Kioto sobre cambio climático

Busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta y


promueve el crecimiento sustentable de los países en desarrollo. Conmemora
20 años de su creación.
Autor
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales

Fecha de publicación
11 de diciembre de 2016

El Protocolo de Kioto fue creado para reducir las emisiones de gases de


efecto (GEI) invernadero que causan el calentamiento global. Es un
instrumento para poner en práctica lo acordado en la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.  

Los principales GEI en la atmósfera terrestre son las siguientes:

1. Vapor de agua
2. Dióxido de carbono
3. Metano
4. Óxido de nitrógeno
5. Ozono

Fue inicialmente adoptado el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón, pero

entró en vigor hasta 2005. La decimoctava Conferencia de las Partes sobre

cambio climático (COP18) ratificó el segundo periodo de vigencia del

Protocolo de Kioto desde enero de 2013 hasta diciembre de 2020.

El protocolo ha logrado:
Que los gobiernos suscribientes establezcan leyes y políticas para cumplir sus

compromisos ambientales.

Que las empresas tengan al medio ambiente en cuenta al tomar decisiones de

inversión.

Fomentar la creación del mercado del carbono, cuyo fin es lograr la reducción

de emisiones al menor costo.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático fue

firmada por el Gobierno de México en 1992 y ratificada ante la Organización

de las Naciones Unidas en 1993. El protocolo entró en vigor el 16 de febrero

de 2005 para las naciones que lo ratificaron, entre ellas México, que lo hizo en

el año 2000.

Además de los compromisos de mitigación de los países desarrollados, el

Protocolo de Kioto promueve el desarrollo sustentable de los países en

desarrollo.   México tiene el quinto lugar a nivel mundial en desarrollo de

proyectos MDL (Mecanismo para Desarrollo Limpio) en las áreas de

recuperación de metano, energías renovables, eficiencia energética, procesos

industriales y manejo de desechos, entre otros.

Fuente: https://www.gob.mx/semarnat/articulos/protocolo-de-kioto-sobre-cambio-climatico?idiom=es
¿Cuáles son los países que firmaron el Protocolo de Kioto?

83 países firmaron y 46 ratificaron el Protocolo de Kioto en 1997. En 2001

eran ya 180 países. De los grandes emisores sólo se habían adherido la Unión

Europea y Japón, mientras que China, Australia y Estados Unidos decidieron

quedarse fuera.

PROTOCOLO DE KIOTO

¿QUE ES EL PROTOCOLO DE KIOTO?

Desde hace décadas existe una creciente sensibilización respecto del impacto

medioambiental de las actividades humanas que se concretan en el cambio

climático. Para dar respuesta a esta circunstancia y marcar una hoja de ruta

sostenible surge lo que conocemos como el Protocolo de Kioto.

El Protocolo de Kioto sobre Cambio Climático es el resultado más

significativo del esfuerzo colectivo y global para buscar un marco conjunto

que permita luchar contra el cambio climático. De esta manera se establecen

unos límites cuantificados y obligatorios de emisión de Gases de Efecto

Invernadero (GEI) para los países que lo ratifican, y que son jurídicamente

vinculantes para éstos.


Fue estructurado en función de los principios de la Convención. Establece

metas vinculantes de reducción de las emisiones para 37 países

industrializados y la Unión Europea, reconociendo que son los principales

responsables de los elevados niveles de emisiones de Gases Efecto

Invernadero GEI que hay actualmente en la atmósfera, y que son el resultado

de quemar combustibles fósiles durante más de 150 años. En este sentido el

Protocolo tiene un principio central: el de la «responsabilidad común pero

diferenciada».

¿CUAL ES EL OBJETIVO PRINCIPAL DEL PROTOCOLO?

Presenta como objetivo global la reducción de un 5% en las emisiones

respecto de 1990 (cubre los 6 principales GEI), focalizado mediante un

compromiso de los 38 países industrializados incluidos en el Anexo Uno del

Protocolo con objetivos jurídicamente vinculantes y calendarios de

cumplimiento. No se han fijado objetivos para países en vías de desarrollo.

Para que el Protocolo entrara en vigor se establecieron 2 requisitos

indispensables:
El número de países que lo ratificaran fuera de un mínimo de 55

Las emisiones de aquellos países que hubieran ratificado el Protocolo

superaran el 55% de las emisiones totales de los países del Anexo Uno en

1990.

¿CUALES SON LOS PRINCIPIOS DEL PROTOCOLO DE KIOTO?

El Protocolo de Kioto tiene los mismos objetivos y principios que la

Convención, pero la refuerza de manera significativa ya que a través de él las

Partes incluidas en el anexo I se comprometen a lograr objetivos individuales

y jurídicamente vinculantes para limitar o reducir sus emisiones de gases de

efecto invernadero. Sólo las Partes en la Convención que sean también Partes

en el Protocolo (es decir, que lo ratifiquen, acepten, aprueben o se adhieran a

él) se ven obligadas por los compromisos del Protocolo.

Las metas cubren las emisiones de seis gases de efecto invernadero, a

saber:

Dióxido de carbono (CO2)


Metano (CH4)

Óxido nitroso (N2O)

Hidrofluorocarbonos (HFC)

Perfluorocarbonos (PFC)

Hexafluoruro de azufre (SF6)

La cantidad máxima de emisiones (medidas como el equivalente de dióxido de

carbono) que una Parte puede emitir a lo largo del período de compromiso con

el fin de cumplir su meta de emisiones es lo que se conoce como «cantidad

atribuida» de la Parte.

Al igual que la Convención, el Protocolo reconoce las necesidades y los

problemas específicos de los países en desarrollo, especialmente los de los

más vulnerables. Por tanto, las Partes en el anexo I deben informar de sus

esfuerzos por cumplir sus metas de reducción de las emisiones al mismo

tiempo que reducen todo lo posible los efectos adversos que sufren los países

en desarrollo.

¿QUE AVANCES HA LOGRADO EL PROTOCOLO DE KIOTO?


La puesta en marcha de Kioto ha permitido una reducción del 22,6% en las

emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990

en 37 países industrializados y la UE, cuando el compromiso inicial era de una

disminución del 5%.

EFECTO INVERNADERO

El efecto invernadero es un proceso en el

que la radiación térmica emitida por la

superficie planetaria es absorbida por los

gases de efecto invernadero (GEI)

atmosféricos y es irradiada en todas las

direcciones. Como parte de esta

radiación es devuelta hacia la superficie y la atmósfera inferior, ello resulta en

un incremento de la temperatura superficial media respecto a lo que habría en

ausencia de los GEI.

GASES DE EFECTO

INVERNADERO (GEI)

Son gases atmosféricos que absorben y

emiten radiación dentro del rango


infrarrojo. Este proceso es la fundamental causa del efecto invernadero. Los

principales GEI en la atmósfera terrestre son el vapor de agua, el dióxido de

carbono, el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono.

El vapor de agua (H2O): es un gas que se obtiene por evaporación o ebullición

del agua líquida o por sublimación del hielo. Es el que más contribuye al

efecto invernadero debido a la absorción de los rayos infrarrojos.

Dióxido de carbono (CO2) óxido de carbono (IV): también denominado

dióxido de carbono, gas carbónico y anhídrido carbónico, es un gas cuyas

moléculas están compuestas por dos átomos de oxígeno y uno de carbono.

Metano (CH4): El metano es un gas de efecto invernadero relativamente

potente que podría contribuir al calentamiento global del planeta Tierra ya que

tiene un potencial de calentamiento global de 23; pero que su concentración es

bajísima.

Óxidos de nitrógeno (NOx): El proceso de formación más habitual de estos

compuestos inorgánicos es la combustión a altas temperaturas, proceso en el

cual habitualmente el aire es el comburente.


Ozono (O3): es una sustancia cuya molécula está compuesta por tres átomos

de oxígeno, formada al disociarse los 2 átomos que componen el gas de

oxígeno.

Clorofluorocarbonos (CFC): Debido a su alta estabilidad fisicoquímica y su

nula toxicidad, han sido muy usados como gases refrigerantes, agentes

extintores y propelentes para aerosoles.

EFECTOS DE LOS GASES INVERNADEROS

Sin los gases de efecto invernadero la temperatura promedio de la superficie

terrestre sería alrededor de −18 °C.

Deshielo: Como consecuencia del calentamiento global están desapareciendo

grandes masas glaciares, y ello, a su vez, se traduce en una disminución de la

cantidad de radiación solar que la superficie terrestre devuelve a la atmósfera,

el aumento del nivel del mar y la liberación de grandes cantidades de metano.

Inundaciones en la costa e islas: La supervivencia de las poblaciones

costeras está en riesgo. Según refleja el Quinto Informe de Evaluación del

Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, 2014), desde

1901 hasta 2010 el nivel medio del mar ha aumentado 19 centímetros. La

previsión es que en 2100 aumente otros 15 o 90 centímetros más, poniendo en

peligro a 92 millones de personas.


Huracanes más feroces: El efecto invernadero no es el causante de estos

fenómenos de la naturaleza, pero sí de aumentar su magnitud. La creación de

los huracanes está directamente relacionada con la temperatura del mar.

Migraciones: Para sobrevivir al aumento de la temperatura y los cambios

climáticos, determinadas especies y personas tienen que migrar. El Banco

Mundial nos advierte de que, en 2050, unos 140 millones de personas podrían

verse obligadas a irse de su lugar de origen como consecuencia de las sequías

o inundaciones.

Desertificación: El calentamiento global afecta de forma dramática al suelo,

lo degrada hasta desertificar grandes extensiones. Este fenómeno está

acabando con el equilibrio biológico convirtiendo terrenos fértiles en yermos e

improductivos. Como indica la ONU, el 30% de las tierras ya están

degradadas y han perdido su valor real.

Daños en la agricultura y la ganadería: Ya se ha alterado la duración de las

estaciones y, por tanto, los tiempos de crecimiento en algunas zonas del

planeta. Además, el aumento de la temperatura favorece las plagas de insectos,

hierbas invasoras y enfermedades. La ganadería también se ve afectada por el

calentamiento global: cambios en su metabolismo, sanidad, reproducción, etc.

Hambrunas y escasez de alimentos: La Organización de las Naciones

Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está preocupada


por cómo afecta el cambio climático a la disponibilidad de alimentos. Advierte

de que si hay una disminución en la producción agrícola la consecuencia sería

la escasez de alimentos.

Enfermedades y pandemias: El calentamiento global provoca que

enfermedades infecciosas como la malaria, el cólera o el dengue se

extiendan por zonas del planeta donde no eran habituales. Además, las

personas sufriremos más problemas cardiovasculares y respiratorios por el

aumento del calor.

Calentamiento global: qué es, cómo nos afecta y qué podemos hacer para

revertirlo.

El calentamiento global es una realidad que cada día nos afecta más y está más

cerca de ser irreversible.

El calentamiento global es una realidad cada vez más tangible en el planeta.

Los pronósticos más desalentadores auguran que las catástrofes ocasionadas


por el cambio climático serán irreversibles a partir del 2030. Sin embargo, no

parece que el mundo esté haciendo demasiado al respecto. Y mientras tanto, el

planeta sigue enfermándose.

Calentamiento global y cambio climático

En primer lugar, es importante aclarar esta diferencia. Estos dos conceptos,

aunque pueden usarse como sinónimos, no quieren decir exactamente lo

mismo. Y aunque a los fines de este artículo los mencionaremos de manera

indistinta, comprender esa pequeña diferencia es vital para saber de qué

estamos hablando.

CALENTAMIENTO GLOBAL

El calentamiento global hace referencia al aumento, en el tiempo, de la

temperatura media de la atmósfera terrestre y de los océanos. Este

calentamiento de la tierra se produce por el efecto invernadero.


EFECTO INVERNADERO

Este efecto se produce por la emisión de gases a la atmósfera, particularmente

vapor de agua, dióxido de carbono (CO2) y metano. La emisión de estos gases

comenzó elevarse notablemente después de la revolución industrial, y se

incrementó aún mas en las últimas décadas del siglo XX, pues provienen

principalmente de la combustión de combustibles fósiles.

Al acumularse en la atmósfera, impiden que el calor que llega desde el sol

pueda volver a salir de la tierra: tal como pasa en un invernadero. Así, a lo

largo de los años, la temperatura media de la tierra ha ido subiendo.

CAMBIO CLIMÁTICO

El calentamiento global da como resultado el cambio climático. Y aquí es

donde radica uno de los conceptos más importantes que tienes que conocer:

las olas de frío, las temporadas de lluvia o sequía y cualquier cambio notable o

efecto climático inaudito, tienen que ver con el calentamiento global.


Esto quiere decir que el hecho de que el planeta se caliente no implica que

siempre hará más calor. Dado que la temperatura media de la Tierra aumenta,

los vientos y las corrientes oceánicas mueven el calor alrededor del globo de

modo que pueden enfriar algunas zonas, calentar otras y cambiar la cantidad

de lluvia y de nieve que cae. Como resultado, el clima cambia de manera

diferente en diferentes áreas.

Pero la certeza es esta: el clima está cambiando y eso pone en riesgo al

planeta.

Una visión gráfica para comprenderlo mejor

Independientemente de que el cambio climático pueda expresarse de muchas

maneras, la realidad es que el planeta se está calentando. Si quieres entenderlo

mejor, puedes seguir el trabajo de Antti Lipponen.

Él es un investigador del Instituto Meteorológico de Finlandia que se ha dado

a la tarea de concienciar a tantas personas como sea posible acerca del cambio

climático, y lo hace de una manera muy didáctica en sus redes sociales. En


base a la información que recibe de su trabajo, hace gráficos animados que

permiten visualizar estos conceptos.

“Con ellos quiero demostrar que las consecuencias del cambio climático no

van a llegar en un futuro cercano, sino que ya lo estamos viviendo; y quiero

hacerlo en un ámbito más amplio que el estrictamente científico”, comentó

Lipponen acerca de los gráficos.

De hecho, es interesante -y aterrador- descubrir que año a año la tendencia

aumenta. Todos los años son los más calientes de la historia. Y esto va a

seguir así.

El gráfico más viral de Lipponen resume en un minuto cómo estamos

realmente ardiendo.

Las principales causas del calentamiento global

Pero, ¿qué es lo que verdaderamente hace que el planeta esté cada día más

caliente? Estas son las causas principales.

Centrales eléctricas que queman combustibles fósiles


En nuestros días, la electricidad es fundamental para mantener el estilo de

vida. Pero la energía eléctrica en la mayoría de los casos es generada a través

de la combustión de combustibles fósiles, lo cual libera CO2 y favorece el

calentamiento global.

El 40% de las emisiones de CO2 de Estados Unidos provienen de la

producción de electricidad, y la quema de carbón representa el 93% de las

emisiones de la industria de servicios eléctricos.

El paso a la generación de electricidad a partir de energías renovables es vital

para disminuir el cambio climático.

La industria alimenticia, especialmente la ganadera

Además del CO2, el metano es otro gas que afecta al calentamiento global. Si

bien su volumen de producción es menor, sus efectos son tanto o más graves

que el del CO2, pues tiene más capacidad para mantener el calor, y además

interacciona con otras moléculas que fomentan el efecto invernadero.

La principal causa de emisión de metano es la industria agropecuaria, al punto

que se estima que aproximadamente la mitad de las emisiones de gases

causantes del calentamiento global relacionadas con la alimentación provienen

de la producción de carne.
En menor medida, el cultivo de arroz a nivel industrial también genera

liberación de metano.

Quema de gasolina del transporte

Se considera que el 33% de las emisiones de CO2 provienen del transporte.

Por un lado, por la cultura automovilística típica de la modernidad. Pero

también como consecuencia de la globalización: cada producto que

adquirimos por Internet de una región remota del mundo debe trasladarse.

Multiplicado por la cantidad de población mundial, eso general un

impresionante aumento de las emisiones de gases que generan el

calentamiento global.

Deforestación
Se dice que los bosques son el pulmón del planeta, y no es un simple dicho.

Los árboles limpian el aire y eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera.

Además, ayudan a retener la humedad, bajando la temperatura y evitando las

grandes sequías.

Sin embargo, el uso de los bosques como combustible (tanto para leña como

para carbón vegetal), el apetito por la leña y los productos de papel, la

necesidad de espacios de pastoreo para la ganadería y el uso de tierras

forestales tropicales para plantaciones vegetales han hecho que los bosques se

redujeran de forma notable.

Aumento del uso de fertilizantes químicos en las tierras de cultivo

En la última mitad del siglo XX, el uso de fertilizantes químicos (a diferencia

del uso histórico de estiércol animal) ha aumentado drásticamente.

La alta tasa de aplicación de fertilizantes ricos en nitrógeno tiene efectos sobre

el almacenamiento de calor de las tierras de cultivo. Como si fuera poco,

cuando la lluvia los arrastra, estos productos químicos caen en los océanos,

provocando un fuerte impacto ambiental.

Calentamiento global: un problema humanoLa Convención Marco de las

Naciones Unidas para el Cambio Climático es el principal organismo


internacional dedicado a este tema. Así es como define el cambio climático en

su artículo 1:

«Un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana

que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la

variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables»

Es decir que el calentamiento global es un fenómeno físico de origen

antropogénico -consecuencia de acciones humanas- que resulta en un aumento

indeseado de la temperatura media del planeta. No es natural ni esperable: es

consecuencia directa de la acción del ser humano y se requiere un compromiso

real para revertirlo.

Tiempo contado: será irreversible en una década

El mayor problema de todo esto es que el calentamiento global no es algo que

pueda revertirse así como así. De hecho, hay daños que ya son irreparables.

Pero al día de hoy, todavía es posible pensar que si se generan cambios

profundos y verdaderos el cambio climático puede detenerse y el daño

realizado al planeta lentamente repararse.

Sin embargo, los pronósticos no son muy alentadores. De acuerdo con

científicos y expertos en el tema, para 2030 la catástrofe del calentamiento

global habrá llegado a un punto de no retorno. Es decir que tenemos, como


especie, alrededor de una década para hacer cambios reales en nuestro estilo

de vida, costumbres y sistemas económicos para evitar el desastre.

Pues los científicos estiman que una vez que la temperatura de la Tierra supere

los 1,5ºC por encima de su media, ya será demasiado tarde.

Los más sabios acerca del tema aseguran que el cambio es posible, pero debe

suceder ahora. Un reporte de la ONU asegura que de alcanzarse la meta fijada,

el porcentaje de la población mundial con carencias importantes se reduciría

en un 50% y las crisis alimentarias también disminuiría de manera importante.

Según Johan Rockström, coautor del reporte Hothouse Earth, “el cambio

climático está ocurriendo más pronto y más rápidamente de lo que se

esperaba. Aún hoy, sin aumentar la temperatura, es un tema doloroso. Es

importante entender a nivel global que se tienen que llevar a cabo cambios

importantes para no rebasar el incremento de temperatura en 1,5°C”.

Si se alcanzan los 1,5ºC se llegaría al punto de no retorno, pero en caso de

alcanzar los 3°C, la devastación no tendrían precedentes y nuestro estilo de

vida actual podría desaparecer por completo.

Consecuencias del cambio climático


Hasta ahora hemos hablado mucho sobre el calentamiento global, pero quizá

todavía no comprendas qué es lo que lo hace tan grave. Quizá piensas que

tampoco es tan malo tener un poco más de temperatura, pero la realidad es que

eso afecta tanto al ecosistema, que incluso la vida como la conocemos podría

estar en riesgo.

Estas son las consecuencias más trágicas del calentamiento global:

1. Deshielo y aumento del nivel del mar

Quizá la primera y más importante consecuencia del calentamiento global es

que los hielos del planeta se están derritiendo. Esto puede no parecerte muy

grave, pero lo es. En primer lugar, porque gran parte del agua potable que

consumimos nace en las grandes masas de hielo.

Segundo, porque este deshielo origina el aumento del nivel del mar. Esto

implica que una gran parte de la superficie terrestre podría quedar

completamente sumergida bajo el océano si este deshielo sigue avanzando.

Barcelona, Nueva York, Río de Janeiro, Shanghái, El Cairo y Sídney podrían

ser de las primeras ciudades en desaparecer.

Finalmente, porque las mareas condicionan en gran medida todo el equilibrio

del ecosistema, con lo cual los grandes cambios pueden traer grandes

consecuencias, como las que se enumeran a continuación:


2. Mayores sequías

El calentamiento global aumenta los niveles de sequía en el mundo. En las

zonas que de por sí ya son secas, esto se ha visto intensificado notablemente

en los últimos años. Pero también empiezan a verse afectada las zonas

tradicionalmente más lluviosas, como las tropicales.

3. Pérdida de cultivos y escasez de alimentos

Los cultivos dependen directamente del ecosistema. El cambio de temperatura

con sus consecuencias en el nivel del mar, la disponibilidad de agua potable y

la sequía, entre otros, ponen en peligro la producción de los alimentos más

básicos para el consumo humano.

Esto implica menos comida, más pobreza y más personas pasando hambre.

4. Desaparición de especies de animales


Por supuesto, los humanos no somos los únicos afectados por el calentamiento

global. El reino animal es quizá el que más está sufriendo las consecuencias en

este momento, y las seguirá padeciendo si no actuamos a tiempo.

Ya hay muchos osos polares muriendo ahogados o enfermos porque no se

adaptan a las nuevas temperaturas. Las aves migratorias se encuentran

desorientadas y muchas especies comienzan a disminuir en cantidad por no

poder adaptarse a las nuevas condiciones.

5. Propagación de enfermedades

Los cambios de temperatura a nivel planetario también afectan a la salud.

Muchas enfermedades son más propensas a desarrollarse en climas cálidos,

por lo que a medida que el calentamiento global avanza, cada vez son más los

países afectados por este tipo de enfermedades que podrían causar grandes

plagas.

6. El cambio climático es el mejor combustible para los huracanes

Harvey e Irma son ejemplos recientes y palpables de lo que una tormenta bien

alimentada puede hacer: territorios inundados, deslaves, inmuebles dañados,

muertes y miles de afectados. El cambio climático aumenta la temperatura del

aire, y la del océano, elevando además sus niveles de agua. Esto produce
mayor humedad, que es de lo que se nutren las tormentas, volviéndose así más

intensas y violentas.

El compromiso político es indispensable

Para Christiana Figueres, ex Secretaria de la CMNUCC e impulsora

del Acuerdo de París, los países deben trabajar de forma consciente y

mancomunada para poder revertir el cambio climático.

Lamentablemente, son muy pocos los países y gobernantes de peso que están

haciendo algo al respecto. De hecho, el actual presidente de Estados Unidos

-uno de los países del mundo con más responsabilidad sobre este problema-,

Donald Trump, se ha jactado durante toda su campaña de no creer en el

calentamiento global. Y en 2017, sacó a Estados Unidos del acuerdo de París.

Con lo cual, la situación es cada día más dramática, lo que hace cada vez más

necesaria la toma de consciencia y el grito global en favor del planeta.


Otros datos de interés

Debes saber que el problema del cambio climático tiene muchas aristas. No se

trata solo de los gases contaminantes, aunque sean los más dañinos. Hay otros

factores que también es necesario tener en cuenta:

Las grandes represas agravan el problema al generar gases de efecto

invernadero

Una investigación reciente de la Universidad del Estado de Washington

encontró que, a nivel mundial, los embalses de las represas generan 1,3% de

todos los gases de efecto invernadero. ¡Más que las emisiones de toda Canadá!

El 80% de las emisiones generadas son de metano, un gas 20 veces más

potente que el dióxido de carbono.

Existen contaminantes cuya mitigación es una gran oportunidad de solución

en el corto plazo

El hollín de la leña y del escape de los autos (carbono negro), los gases con los

que funcionan refrigeradores y aires acondicionados (hidrofluorocarbonos), el

gas natural que hace funcionar tu cocina (metano) y el ozono del nivel del

suelo formado por luz solar y emisiones de combustibles fósiles, son

contaminantes climáticos de vida corta.


Permanecen menos tiempo en la atmósfera que el dióxido de carbono, pero

contribuyen en gran medida al cambio climático y dañan la salud. Por ello, si

los controlamos efectivamente, se puede avanzar mucho y ganar tiempo para

generar soluciones de largo plazo.

La naturaleza es nuestra mejor aliada

Los entornos naturales cumplen funciones claves para mitigar el cambio

climático y protegernos de sus efectos. Los bosques, páramos y manglares

capturan dióxido de carbono de la atmósfera; mientras que los arrecifes de

coral sirven de barrera natural contra tormentas y huracanes.

Un fondo internacional fue creado para financiar actividades climáticas de

países en desarrollo

El Fondo Verde del Clima, entidad creada en el marco de Naciones Unidas,

busca ser el mayor canalizador de recursos económicos para que los países

más vulnerables a los cambios extremos en el clima lleven a cabo programas y

proyectos de mitigación y adaptación.

¿Hay algo que puedas hacer?

Con todo lo dicho, es posible que sientas un poco de desesperanza. Sin

embargo, no todo está pedido. Hay algunos cambios que puedes hacer todos
los días para ayudar a mejorar la situación y, sobre todo, que pueden servir

para tomar conciencia a nivel global.

Estas son algunas acciones sencillas que puedes llevar a cabo:

- Elige energías renovables o limpias en la medida de tus posibilidades.

- Cuando uses la lavadora, aprovecha su capacidad y utiliza programas de baja

temperatura para ahorrar energía.

- Cierra el grifo cuando te lavas los dientes, lavas los platos o te enjabonas en

la ducha.

- Apaga los aparatos electrónicos cuando no los utilices. Aquí podrás conocer

además cuáles son los que más energía consumen cuando están apagados.

- Si precisas un electrodoméstico, escoge los más eficientes, que son los que

tienen la calificación A, A+ y A++.

- Regula el termostato de tu refrigerador para mantener la temperatura interna

entre 2º C y 4º C.

- Ubica el refrigerador lejos de fuentes de calor, como la luz del sol.


- Descongela el freezer antes de que la capa de hielo alcance 3 mm de espesor

para ahorrar un 30% de energía.

- No coloques alimentos calientes en el refrigerador, ya que éste necesitará

consumir más energía para que tomen una temperatura inferior, cuando

pueden hacerlo fuera de él.

- Asegúrate de apagar las luces que no utilices.

- Usa lámparas de bajo consumo. Con esto ahorrarás más de 45 kilogramos de

dióxido de carbono emitidos al aire por año.

- Si puedes, implementa luces con detección de movimiento o con

temporizador en el exterior para evitar que permanezcan prendidas muchas

horas.

- Aprovecha siempre que puedas la luz y el calor natural del sol.

- Usa colores claros en las paredes para que reflejen la luz natural.

- Si hace frío o mucho calor, baja las persianas y cierra o abre las cortinas

(según la temperatura) durante la noche para aislar más tu casa.


- Evita lo máximo que puedas el uso de aire acondicionado. Cuando lo

enciendas, ten presente que no es conveniente que mantengas la temperatura

por debajo de los 24° en épocas calurosas. Si te es posible, usa un ventilador.

- Si vas a usar el aire acondicionado, cierra puertas y ventanas.

- Reduce el brillo de tu monitor y/o dispositivos móviles, ya que consumen el

doble de energía cuando están más altos.

- Reutiliza el papel o recíclalo.

- No utilices aerosoles.

- Procura utilizar productos de higiene y limpieza del hogar biodegradables

para no contaminar el agua.

- Riega en el momento menos caluroso del día, para evitar que se evapore el

agua y debas volver a regar.

- Seca tu ropa colgándola al sol y no en secadoras eléctricas.

- Asegúrate de que tus grifos no goteen para no desperdiciar agua sin uso.

- Fomenta en tu círculo de amigos, familia o compañeros de trabajo prácticas

más sustentables como la separación de residuos.


- Si necesitas trasladarte hacia un sitio cercano, camina o usa bicicleta. Si no,

usa siempre que puedas el transporte público, o comparte el viaje con otras

personas. De esta manera, ahorrarás 30 gramos de CO2 por cada 4,5

kilómetros.

- Si vas a comprar algo, intenta que sea solo lo que necesitas; no compres de

más.

- Escoge siempre productos locales y de estación. Así ayudarás a reducir el

impacto y la contaminación de su traslado, y además estarás consumiendo

productos que no necesitaron tanta conservación.

- Si puedes, compra alimentos orgánicos, libres de pesticidas; o bien comienza

de a poco a crear tu propia huerta. Puedes empezar con un jardín vertical de

aromáticas para tu cocina. Ya verás lo satisfactorio que es cosechar lo que tú

mismo cultivas. Y si lo fomentas en tu barrio, puedes luego intercambiar

alimentos con tus vecinos.

- Si vas a cultivar, escoge pesticidas ecológicos.

- Usa tu propia bolsa de tela o reutiliza una que ya tengas para trasladar tus

compras.

- Reduce al máximo que puedas el uso y desecho de plásticos. 


- Escoge productos que hayan sido fabricados de manera sustentable.

Infórmate sobre lo que consumes. Por ejemplo, escoge prendas de vestir que

no hayan sido hechas gracias a la explotación infantil.

- Escoge productos con poco envase o con alguno que puedas reutilizar.

- Si estás pensando en viajar, escoge hacer un turismo sustentable. Respeta el

ambiente en el que estás y conoce la cultura de la zona.

- Escoge muebles y productos hechos en otro tipo de material que no sea la

madera; o reutiliza, por ejemplo, la de los pallets desechados. La industria de

la madera emite 1.500 toneladas de CO2.

- Planta un árbol: uno solo absorbe una tonelada de dióxido de carbono

durante toda su vida, y además será muy gratificante ver cómo crece contigo.

[También te puede interesar: Por qué pensar mejor tus consumos puede ayudar

a salvar el planeta]

Tal vez nuestras pequeñas acciones individuales no puedan revertir lo que está

sucediendo. Pero si todos vamos hacia la misma dirección, y exigimos con

fuerza que los Estados y empresas hagan lo mismo, tal vez el cambio todavía

sea posible.
Fuente: https://www.bioguia.com/ambiente/calentamiento-global_38663896.html

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