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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL

CUSCO
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

CURSO : DERECHO PROCESAL PENAL II - JUICIO ORAL


DOCENTE : ELVIS OROZ FIGUEROA
ESTUDIANTE : NOEMI DEZA MAMANI
1. PROCESO: DEFINICIÓN (DIFERENCIA CON PROCEDIMIENTO)

Proceso: descripción de forma general de una secuencia de pasos que se


realizan para llevar a cabo una actividad.
Procedimiento: descripción detallada del cómo se han de ejecutar esos pasos
(quién los debe hacer, cómo, cuándo, qué documentos deben usarse, donde se
almacenan esos documentos, etc.) para llevar a cabo una actividad.

2. DERECHO PROCESAL PENAL: DEFINICIÓN


Moras (1999) sostiene: El Derecho Procesal Penal, es la rama del derecho público
que establece los principios y regulación tanto de los órganos jurisdiccionales del
Estado para la administración de justicia, como del proceso como medio para la
concreción del derecho sustancial en el caso particular.
Para Florián (2001): Cometido un delito surge en el Estado el derecho de aplicar a
su autor la ley penal; surge y se constituye entonces una verdadera relación
jurídica entre el Estado y el delincuente. Corresponde, en efecto, a aquel, que
representa a la colectividad, el derecho y al mismo tiempo el deber de aplicar la
ley penal
3. PROCESO PENAL: DEFINICIÓN
El proceso penal es el procedimiento de carácter jurídico que se lleva a cabo para
que un órgano estatal aplique una ley de tipo penal en un caso específico. Las
acciones que se desarrollan en el marco de estos procesos están orientadas a la
investigación, la identificación y el eventual castigo de aquellas conductas que
están tipificadas como delitos por el código penal
El proceso penal importa un conjunto de principios y garantías constitucionales
que guían y gobiernan su desenvolvimiento, así como el rol de los sujetos
procesales.
4. FINALIDAD Y OBJETO DEL PROCESO PENAL
El fin único del proceso penal no es la imposición de la pena sino solucionar de la
mejor manera el conflicto derivado del delito. De modo que, la legalidad y la
racionalidad dan origen a la oportunidad como posibilidad de orientar todo
comportamiento humano, especialmente de las personas que ejercen autoridad,
aplicando medidas alternativas al procedimiento y a la pena.
5. PRINCIPIOS DEL NUEVO PROCESO PENAL
a) Principio de la exclusividad y obligatoriedad de la función jurisdiccional
La unidad y la exclusividad del ejercicio de la función jurisdiccional por el Poder
Judicial es uno de sus principios básicos. No existe ni puede establecerse –dice la
carta magna– jurisdicción alguna independiente, con excepción de la militar y la
arbitral (art. 139, inc. 1, Const.). Asimismo, las comunidades campesinas y nativas
pueden administrar justicia en el ámbito de su jurisdicción y con base en sus
costumbres, en tanto, no vulneren derechos fundamentales (art. 149, Const.).
Nadie puede irrogarse en un Estado de Derecho la función de resolver conflictos
de intereses jurídicos, sea en forma privada o por acto propio. Esta actividad le
corresponde solo al Estado, a través de sus órganos especializados.
El Estado, pues, tiene la exclusividad del encargo. La obligatoriedad significa que
si una persona es emplazada por un órgano jurisdiccional, debe someterse
necesariamente al proceso instaurado contra él. Siendo que, para cuando el
proceso acabe, dicha persona estará obligada a cumplir con la decisión que se
expida en el proceso del cual formó parte. Así tenemos que ni su actividad ni su
omisión podrán liberarla de la obligatoriedad de cumplircon lo que se decida,
pudiendo ser compelida a ello a través del uso de la fuerza estatal. Es este un
principio elemental sin el cual la vida en comunidad se haría imposible en forma
civilizada, pues es fundamento de la existencia misma del Estado, como
organización jurídica. Sus consecuencias son la prohibición de la justicia privada y
la obligatoriedad de las decisiones judiciales.
b) Principio de obligatoriedad de los procedimientos establecidos en la ley
Casi todas las normas procesales contienen prescripciones de obligatorio
cumplimiento, pero este rasgo no es absoluto. Hay algunas normas procesales
que regulan opciones a fin de que los interesados decidan la actuación más
conveniente para sus intereses. El procedimiento para ser tal, no se configura
simplemente por la secuencia ordenada de actos procesales, requiere que estos
cumplan una forma preestablecida que los conduzca y permita interpretarlos
congruentes con la etapa del litigio que atraviesan. Estas formas condicionan la
manifestación exterior del acto, comprometiendo su contenido, van dirigidas a las
partes, terceros, auxiliares y al mismo órgano jurisdiccional. Cuando las reglas
adjetivas señalan el modo de ser de los actos que componen el proceso, se habla
del principio de legalidad de las formas.
c) Principio de la independencia de los órganos jurisdiccionales
Si el juez no fuera soberano en la decisión que toma para resolver un caso
concreto, entonces el proceso judicial solo sería un pretexto para protocolizar una
injusticia obtenida con base en un factor externo que pervierte la voluntad del
juzgador.
El principio de independencia significa que la actividad jurisdiccional (exclusiva del
juez) no debe verse afectada por ningún tipo de poder o elemento extraño que
presione o altere su voluntad. Para que se pueda obtener el fin de una recta
administración de justicia es indispensable que los funcionarios encargados de tan
delicada y alta misión puedan obrar libremente en cuanto a la apreciación del
Derecho y de la equidad, sin más obstáculos que las reglas fijadas por ley para
emitir su decisión. El principio de independencia del órgano jurisdiccional rechaza
toda coacción ajena en el desempeño de sus funciones.
d) Principio de imparcialidad de los órganos jurisdiccionales
El término “imparcialidad” proviene del vocablo impartial que significa “que no es
parte”. La imparcialidad no solo debe ser entendida como una calidad del órgano
jurisdiccional, sino también como el deber de todos los que participan en la
actividad judicial de proteger tal estado, compromiso que alcanza a las partes
interesadas en el conflicto contenido en el proceso judicial. La imparcialidad es un
requisito esencial para el juzgador, sin el cual este vería desnaturalizadas sus
funciones y atribuciones. El juez, pues, debe de resolver en atención a la
razonabilidad, legalidad y probanza de los argumentos vertidos por las partes
durante el desarrollo del juicio. Todo elemento extraño –como inclinaciones
políticas o religiosas, prejuicios, sobornos, entre otros– perturbarán la
imparcialidad del juez y, por ende, la legalidad y justicia que todo fallo judicial debe
tener.
e) Principio de motivación de las resoluciones judiciales
El juzgador debe fundamentar todas y cada una de sus decisiones, salvo aquellas
que por su propia naturaleza son simplemente impulsivas del tránsito procesal o
“de mero trámite”. Una exigencia de este tipo impone a los otros protagonistas del
proceso una serie de deberes. Así, las partes deberán sustentar todas las
peticiones que formulen o todas las absoluciones que realicen a los
planteamientos de la otra parte. De igual manera, las partes deberán fundamentar
los medios impugnatorios que usen, garantizando así un sistema procesal
coherente, lógico y racional.
Es indispensable que los funcionarios judiciales expliquen y fundamenten sus
decisiones, a menos que se trate de simples órdenes para el impulso del proceso.
Caso contrario, la decisión sería arbitraria y atentaría contra el derecho de
defensa.
Para el cumplimiento del deber constitucional de motivación de las resoluciones
jurisdiccionales, el juzgador debe de manejar adecuadamente las reglas de las
máximas de la experiencia, reglas de la lógica y categorías jurídicas. La infracción
del deber constitucional de motivar las resoluciones se puede dar de cuatro
diferentes maneras:
• Falta absoluta de motivación.- Tiene lugar cuando la resolución no expresa el
más mínimo argumento (real o aparente) que fundamente la decisión adoptada.
Existe una total ausencia de motivación.
• Motivación aparente.- En este caso la resolución aparece prima facie como
fundamentada. El juzgador glosa algunas razones del porqué ha tomado la
decisión. Decimos que se trata de una motivación aparente porque, en cuanto nos
adentramos en la profundidad y razonabilidad de la fundamentación, sin
quedarnos solo en el aspecto formal, descubrimos que no existe ningún
fundamento; que se han glosado frases que nada dicen (que son vacías o
ambiguas) o que carecen de contenido real (no existen elementos de prueba que
las sustenten). Es necesario dejar en claro que la motivación aparente no
constituye, en estricto, motivación alguna y no debe ser considerada como una
motivación real.
• Motivación insuficiente.- Se incurre en esta infracción cuando se viola el principio
lógico de razón suficiente, es decir, se consignan solo algunos de los argumentos
que llevaron a tomar la decisión, pero no todos los que van a generar la
convicción.
• Motivación incorrecta.- Se presenta cuando en el proceso de motivación se
infringen las reglas de experiencia o de la lógica, se interpretan o aplican
incorrectamente las normas jurídicas, o se recurre a criterios que carecen de
cualquier fundamento.
En este nivel es necesario advertir sobre un tema de fundamental importancia, que
no ha sido tomado en cuenta debidamente: la motivación de la pena que se
impone. En tanto la sentencia penal condenatoria no solo se encuentra
conformada por el pronunciamiento del juzgador sobre la realización de un hecho
punible, sino que, además, por el pronunciamiento sobre la pena que corresponde
imponer (salvo en los casos de reserva del fallo condenatorio), el derecho a la
fundamentación de las resoluciones jurisdiccionales resulta exigible, también, en el
extremo de la sentencia condenatoria que se refiere a la pena judicialmente
determinada.
f) Principio de la doble instancia o pluralidad de instancias
En primer lugar, debemos de tener en cuenta que existen dos definiciones de
relieve jurídico acerca de la instancia. La primera se conecta de modo directo con
el impulso del procedimiento, ya que a los tribunales no les corresponde la
iniciación de la administración de justicia, que se confía a los interesados o a los
perjudicados.
En este aspecto instancia equivale a iniciativa procesal y a la posterior actividad
mediante solicitudes, peticiones o súplicas, de carácter escrito o verbal, esto
último en el curso de diligencias, audiencias o vistas. La otra acepción básica de
instancia en lo procesal se relaciona con la jerarquía de los tribunales o conjunto
de actuaciones practicadas desde la iniciación litigiosa hasta la sentencia
definitiva. Así, se llama primera instancia al ejercicio de la acción ante el primer
juez que conoce el asunto y segunda instancia al ejercicio de la misma acción ante
el juez o tribunal de apelación con el objeto de que reforme la sentencia del primer
juez. Debemos concluir, afirmando que todo proceso debe ser conocido por dos
jueces de distinta jerarquía, cuando así lo requieran los interesados por medio de
un recurso de impugnación. Ello en aplicación del derecho que toda persona tiene
de impugnar las decisiones judiciales.
g) Principio de la cosa juzgada Inspirado en la Constitución Política, el artículo III
del Título Preliminar del Código Procesal Penal establece la interdicción de la
persecución penal múltiple, señalando que:
“Nadie podrá ser procesado, ni sancionado más de una vez por un mismo hecho,
siempre que se trate del mismo sujeto y fundamento. Este principio rige para las
sanciones penales y administrativas. El Derecho Penal tiene preeminencia sobre
el Derecho Administrativo. La excepción a esta norma es la revisión por la Corte
Suprema de la sentencia condenatoria expedida en alguno de los casos en que la
acción está indicada taxativamente como procedente en este Código”. Al respecto
debemos de precisar que para que los fines del proceso se concreten es
indispensable que la decisión final que se obtenga en este sea de exigencia
inexorable. Esta calidad de indiscutibilidad y de certeza en su contenido es una
autoridad intrínseca que acompaña a las resoluciones judiciales y recibe el
nombre de cosa juzgada.
6. DIFERENCIA ENTRE PRINCIPIOS, DERECHOS Y GARANTÍAS
i. Los derechos –desde un punto de vista subjetivo– son las facultades con
las que cuenta una persona para exigir el respeto de toda situación que le
favorece, conforme al ordenamiento jurídico vigente. Un derecho es una
potestad individual de proceder o no conforme a los límites legales
impuestos por una autoridad.

ii. Los principios son los fundamentos de algo, se entienden como


proposiciones o verdades que sustentan el saber o la ciencia jurídica. Los
principios procesales son aquellas máximas que configuran las
características esenciales de un proceso, pudiendo coincidir o no con un
derecho fundamental procesal, por ejemplo, el principio de imparcialidad de
los jueces o el de igualdad procesal.

iii. Por su parte, las garantías importan el aseguramiento y/o protección contra
algún riesgo o necesidad. Las identificamos con el concepto de tutela,
amparo o protección jurídica. Las garantías son el amparo que establece la
Constitución y que debe prestar el Estado para el efectivo reconocimiento y
respeto de las libertades y derechos de la persona individual, de los grupos
sociales, e incluso del aparato estatal, para su mejor actuación y
desenvolvimiento.
La mayoría de las Constituciones de Latinoamérica han incorporado un conjunto
de garantías genéricas y una extensa relación de garantías específicas. Las
garantías genéricas son las normas generales que guían el desenvolvimiento de la
actividad procesal. En ocasiones sirven para reforzar el contenido de las garantías
específicas. Estas últimas se refieren a aspectos puntuales y concretos del
procedimiento y a la estructura y actuación de los sujetos procesales. Como
garantías genéricas se consideran: el derecho a la tutela jurisdiccional, la
presunción de inocencia, el derecho de defensa y el debido proceso. Estas
garantías refuerzan e, incluso, dan origen a las garantías específicas como: la del
juez natural, publicidad, pluralidad de instancia, cosa juzgada, etc. Existiendo,
además, una marcada interrelación entre ellas.
7. DILIGENCIAS PRELIMINARES:
a. Definición (finalidad)
Una vez que el fiscal toma conocimiento de la comisión de un hecho que
reviste características de delito, inicia los actos de investigación, requiriendo la
intervención policial o realizando por sí mismo las diligencias preliminares, con
la finalidad inmediata de cumplir con los actos urgentes o inaplazables
destinados a determinar si los hechos ocurrieron y su delictuosidad, así como
asegurar los elementos materiales de su comisión, individualizar a los
involucrados y asegurarlos debidamente. El fiscal puede constituirse
inmediatamente en el lugar de los hechos con el personal y los medios
especializados para examinar la escena de los hechos e impedir su alteración.
Estas diligencias preliminares tienen por finalidad realizar actos urgentes o
inaplazables, asegurar los elementos materiales de la comisión del delito,
individualizar a las personas involucradas en la comisión del hecho punible y a
los agraviados, todo ello en aras de determinar si el fiscal formaliza o no
investigación preparatoria. A decir de Oré Guardia “la finalidad de estas
diligencias es determinar si [el fiscal] debe o no formalizar investigación
preparatoria”
b. Plazos (procesos simples, complejos y crimen organizado)
La Comisión de Seguimiento del nuevo Código Procesal Penal informa que “[a]
diferencia del viejo sistema, donde no existía un plazo determinado, en el CPP
de 2004 las diligencias preliminares tienen un plazo no mayor de veinte días,
salvo que se produzca la detención del investigado, pues en dicho caso el
Ministerio Público deberá formalizar su investigación en un plazo no mayor de
veinticuatro horas de su detención, siempre que considere que existen
suficientes indicios para formalizarla. No obstante lo dicho en el párrafo
precedente, el fiscal puede fijar un plazo mayor a los veinte días que establece
la norma, teniendo en cuenta las características, complejidad y circunstancias
de los hechos objeto de investigación. El plazo de las diligencias preliminares
se encuentran bajo control de quien se considere afectado, ya sea por su
excesiva duración o porque no reviste la calidad de complejidad. Las
diligencias preliminares son obligatorias para solicitar la incoación de un
proceso inmediato o una acusación directa”.
Oré Guardia añade que “concluido el plazo de 20 días o el que se haya fijado,
el fiscal optará por alguna de las siguientes alternativas: i) Si considera que los
hechos no constituyen delito, no son justiciables penalmente, o existen causas
de extinción, declarará que no hay mérito para formalizar investigación
preparatoria y ordena el archivamiento. En este caso el denunciante puede
acudir al fiscal superior. ii) Si el hecho fuese delictuoso y la acción penal no ha
prescrito, pero falta la identificación del autor o partícipe, ordenará la
intervención de la Policía. iii) Si hay indicios reveladores de la existencia de un
delito, que la acción no ha prescrito, que se ha individualizado al autor, y que –
si fuera el caso– se ha satisfecho el requisito de procedibilidad, dispondrá la
formalización de la investigación preparatoria. iv) Si considera que existen
suficientes elementos que acreditan la comisión del delito y la participación del
imputado en su comisión, podrá formular directamente acusación”. En suma,
las diligencias preliminares consisten en un conjunto de actos realizados por el
fiscal o por la policía, por encargo de aquel o por urgencia y necesidad. Como
es obvio, forman parte de la investigación preparatoria y las actuaciones que
se realicen en esta fase no podrán ser repetidas en la investigación
preparatoria formalizada. De otro lado, desde el mismo instante que se da
inicio a las diligencias preliminares el imputado y/o su abogado defensor
pueden recurrir al juez de la investigación preparatoria a fin de plantear tutela
de derechos(238) o solicitar la audiencia de control de plazo.
8. INVESTIGACIÓN PREPARATORIA:
- Definición (finalidad)
El CPP de 2004 señala que, cuando de la denuncia, del informe policial o de las
diligencias preliminares realizadas por el fiscal, aparezcan indicios reveladores de
la existencia del delito, que la acción penal no ha prescrito, que se ha
individualizado al imputado y que, si fuera el caso, se han satisfecho los requisitos
de procedibilidad, aquel dispondrá la formalización y la continuación de la
investigación preparatoria, comunicándoselo al imputado y al juez de la
investigación preparatoria.
La formalización de la investigación preparatoria tiene como una de sus
finalidades la legitimación de los sujetos procesales y como consecuencia
suspende el curso de la prescripción de la acción penal e impide que el fiscal
archive la investigación sin intervención judicial. Conforme al informe de la
Comisión “[s]e trata de la continuación de la investigación (siempre que se haya
hecho uso de las preliminares) o del inicio de esta ante la existencia de indicios
reveladores de un delito. En tal sentido, el fiscal, como ente objetivo, debe verificar
que la acción penal no ha prescrito, que se ha individualizado al imputado y, de
ser el caso, haya cumplido con los requisitos de procedibilidad. Se trata del inicio
de la primera etapa del proceso común, la llamada investigación preparatoria, del
cual el fiscal es el director. No obstante ello, deberá de notificar al imputado de los
cargos que se le imputan, sin perjuicio de poner en conocimiento, a su vez, de tal
disposición al juez de investigación preparatoria, quien garantizará el respeto
irrestricto de los derechos fundamentales ante la acusación fiscal”.
- Plazos (procesos simples, complejos y crimen organizado) y sus respectivas
prórrogas
El CPP de 2004 establece que el plazo de la investigación preparatoria es de 120
días naturales, prorrogables por única vez a sesenta días. En caso de
investigaciones complejas el plazo es de ocho meses, prorrogable por igual
término solo por el juez de la investigación preparatoria.
• Si el fiscal considera que se han alcanzado los objetivos de la investigación,
puede darla por concluida antes del término del plazo indicado, emitiendo una
disposición de conclusión de la investigación preparatoria.
• Si el plazo vence sin que el fiscal haya concluido la investigación, las partes
pueden solicitar la conclusión de esta al juez de la investigación preparatoria. El
juez citará a una audiencia de control del plazo de investigación a fin de decidir la
conclusión o continuación de la investigación.
En el primer supuesto (si el fiscal dispuso la conclusión de la investigación),
cuenta con quince días para decidir si formula acusación o solicita sobreseimiento.
En el segundo supuesto (si es el juez de la investigación preparatoria quien le
ordena la concluya por vencimiento de plazo), el fiscal cuenta con diez días para
pronunciarse por el sobreseimiento o la acusación. En conclusión, el fiscal cuenta
con veinte días naturales para realizar las diligencias preliminares, con la
posibilidad de fijar un plazo distinto según las características, complejidad y
circunstancias de los hechos objeto de investigación. En tanto que, para la
investigación preparatoria tiene un plazo de 120 días naturales, prorrogables por
única vez hasta por un máximo de sesenta días naturales. Tratándose de
investigaciones complejas, el plazo es de ocho meses, prorrogables por igual
plazo, por el juez de la investigación preparatoria. Las dudas sobre el cómputo de
los plazos fueron desarrolladas en la Cas. Nº 02-2008-La Libertad (3 de junio de
2008), por la cual la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema estableció,
como doctrina jurisprudencial (de conformidad con lo previsto en el inciso 4 del
artículo 427 del CPP de 2004), que “los plazos para las diligencias preliminares,
de veinte días naturales y el que se concede al fiscal para fijar uno distinto según
las características, complejidad y circunstancias de los hechos objeto de
investigación son diferentes y no se hallan comprendidos, en los 120 días
naturales más la prórroga a la que alude la norma pertinente, que corresponden a
la investigación preparatoria propiamente dicha”. Entonces, debemos de entender
que, si bien los plazos son distintos, la investigación preparatoria está integrada
por “dos subetapas: las diligencias preliminares y la investigación preparatoria
propiamente dicha”. Hablamos pues, de una sola investigación criminal.
ACTOS
ACTUACIÓN POLICIAL
La Policía como institución del Estado, además de velar por el orden interno y
demás funciones que le confiere la Constitución en su Art. 166°, también tiene por
finalidad investigar bajo la dirección del Ministerio Público los hechos denunciados
como presuntos delitos. Ello conlleva que tan pronto tenga conocimiento de un
hecho calificado como delito, intervenga en salvaguarda de los derechos de las
personas y en salvaguarda de los medios de prueba que se generen
como producto de delito. En ese sentido, la Policía ante una situación de actuación
directa y urgente no necesita de la presencia del Fiscal, pués ésta actuando de
acuerdo a sus atribuciones (casos de flagrancia o cuasi flagrancia). Pero luego de
realizada la intervención, se encuentra en la obligación de dar cuenta de forma
inmediata al Ministerio Público, elevando para tal caso un informe razonado (Art.
322° del NCPP), conteniendo la motivación de su intervención y la relación de las
diligencias realizadas, luego de dicho informe, en el que no podrá calificar el
delito (como ocurría cuando elaboraba el atestado policial), podrá continuar con la
investigación, según las pautas establecidas por el Fiscal y de acuerdo a las
atribuciones recogidas en el Art. 68° del NCPP. Es importante destacar la
intervención policial, en la investigación del delito, sobre todo para la formulación
de la denuncia, debido a que la aprehensión de los autores o partícipes, el recojo
de instrumentos u objetos del ilícito, el recojo de las primeras testimoniales pueden
ser fundamentales para la adopción de medidas indagatorias subsiguientes.
Ello demanda que nuestra Policía Nacional tenga una preparación especializada y
en particular manera en técnicas de investigación criminal, en razón que
la delincuencia organizada cada día busca mecanismos eficaces para eludir su
responsabilidad en la comisión de los ilícitos, de allí el gran reto a que antes de la
vigencia del NCPP en el distrito judicial de Lambayeque, se cuente con un equipo
de policías de investigaciones capacitados que coadyuven al Ministerio Público al
cumplimiento de una labor eficaz en la persecución del delito.
Calificación de la denuncia
El Fiscal, realizadas o no las diligencias preliminares, calificará la denuncia y
determinará si es conveniente iniciar la investigación preparatoria o no. En caso de
que arribe a la conclusión de que no procede formalizar y continuar con la
investigación preparatoria, por las causales expuestas en el inciso primero del Art.
334° del NCPP, ordenará el archivo de la denuncia. En estos casos la decisión del
Fiscal adquiere la calidad de consentida si es que no es recurrida ante el superior,
dentro del plazo establecido por ley (05 días inc. 5 del Art. 334°).
La calificación de la denuncia es sumamente importante, no sólo porque mediante
ella se puede evitar dar inicio a todo un proceso de investigación, para aquellos
supuestos en los que la veracidad de la denuncia puede ser desvirtuada
fácilmente, sino que además, la facultad del Fiscal de archivar los actuados sólo
se puede dar hasta antes de la formalización de la investigación preparatoria.
Es importante destacar que las disposiciones del Fiscal tendientes al
archivamiento del caso, implica la imposibilidad de que dicho caso pueda ser
promovido por otro Fiscal. Excepcionalmente, la norma deja abierta la posibilidad
de reabrir la investigación si es que se aportan nuevos elementos de convicción o
se acredita que la denuncia no fue debidamente investigada. (Art. 335° del NCPP).
Formalización y continuación de la investigación
Una vez terminado el plazo para la realización de las diligencias preliminares, el
Fiscal, si considera que se dan los elementos tanto objetivos, como subjetivo, dicta
un acto de disposición, con el cual se da inicio a la investigación, el mismo que
debe ser comunicado al Juez de la Investigación Preparatoria.
Como vemos ahora el Fiscal, tendrá que realizar una labor más eficiente, pués
será él y no la Policía quien determine los hechos que se suscitaron y la
correspondiente tipificación del delito. En la tipificación el Fiscal no debe de
limitarse a indicar en que artículo del Código Penal se encuadra el hecho delictivo,
sino que tiene que ir más allá, es decir además de ello, deberá de indicar cuáles
han sido los motivos que lo han llevado, a calificar el hecho como un determinado
delito (establecer que el hecho es ilícito, porque concurren los elementos
normativos y descriptivos del tipo penal, establecer las proposiciones facticas y
jurídicas de dicha conclusión).
Lo que se busca con la investigación preparatoria, es justamente la recopilación
de los elementos de prueba necesarios para sustentar la acusación en el Juicio
Oral, pero si esta se hace innecesaria porque en las diligencias preliminares se
recopiló toda la información y elementos de prueba suficientes como para
sustentar la acusación del Ministerio Público, éste puede prescindir de dicha etapa
investigatoria y proceder a formular directamente su acusación. Es decir que si el
Fiscal, esta totalmente convencido de la comisión del delito y cuenta para ello con
suficientes elementos de prueba, no tendrá que esperar a que el plazo de la
investigación preparatoria venza para recién acusar, pues en ese sentido la norma
es flexible y sobre todo porque ello implica la abreviación de las diligencias
y tiempo en el proceso a seguir. (Arts. 336° y ss. de NCPP).
Efectos de la Formalización de la Investigación:
 a) Suspende el curso de la prescripción de la acción penal.
 b) El Fiscal perderá la facultad de archivar la investigación sin intervención
judicial
Conclusión de la investigación preparatoria
La finalidad de la investigación es incorporar los elementos de prueba necesarios
para conocer la verdad histórica objetiva y construir la vedad procesal. Siendo esto
así, el Fiscal, no necesita esperar que se cumpla el tiempo máximo fijado para la
investigación, a fin de darla por concluida y como consecuencia de ello proceder a
formular acusación, pués dadas las circunstancias y si a consideración del Fiscal
se ha reunido la prueba suficiente que sustente no sólo su acusación, sino
también el debate probatorio en el juicio oral, éste dará por concluida dicha etapa
procesal.
Cabe resaltar que, todos los elementos de prueba reunidos en la investigación, no
tienen aún el valor suficiente para su acreditación como tales, pues esta última
adquiere recién dicha calidad mediante el debate público y oral. En la etapa de
investigación lo que se realiza es la recolección de los elementos que servirán
para probar la imputación en el juicio, debido a eso es que precisamente recibe
esta etapa el nombre de investigación preparatoria. Esto no ocurre con el agónico
Código de Procedimientos Penales, en donde los elementos reunidos en la
investigación se convertían automáticamente en prueba, sin la necesidad de que
estos sean producidos directamente en el juicio oral, dictándose a nuestro modo
de ver sentencias inconstitucionales, máxime si en muchos casos la única prueba
para sostener la acusación, era el Atestado Policial.
DILIGENCIAS DE CARÁCTER NECESARIO
Así como lo indica el código procesal penal peruano en su artículo 321
respecto de la investigación preliminar:
1. Persigue reunir los elementos de convicción, de cargo y de descargo, que
permitan al Fiscal decidir si formula o no acusación y, en su caso, al
imputado preparar su defensa.
2. Tiene por finalidad determinar si la conducta incriminada es delictuosa, las
circunstancias o móviles de la perpetración, la identidad del autor o
partícipe y de la víctima, así como la existencia del daño causado
3. La Policía Nacional del Perú y sus órganos especializados en criminalística,
la Dirección de Policía Contra la Corrupción, el Instituto de Medicina Legal y
los demás organismos técnicos del Estado, están obligados a prestar apoyo
al Fiscal. Las universidades, institutos superiores y entidades privadas, de
ser el caso y sin perjuicio de la celebración de los convenios
correspondientes, están facultados para proporcionar los informes y los
estudios que requiere el Ministerio Público. La Contraloría General de la
República, conforme a sus atribuciones y competencia, a solicitud del
Titular del Ministerio Público, podrá prestar el apoyo correspondiente, en el
marco de la normativa de control.
4. El Fiscal, mediante una Disposición, y con arreglo a las directivas
emanadas de la Fiscalía de la Nación, podrá contar con la asesoría de
expertos de entidades públicas y privadas para formar un equipo
interdisciplinario de investigación científica para casos específicos, el
mismo que actuará bajo su dirección.

Las funciones propias de la investigación preparatoria son :


1. El Fiscal dirige la Investigación Preparatoria. A tal efecto podrá realizar por
sí mismo o encomendar a la Policía las diligencias de investigación que
considere conducentes al esclarecimiento de los hechos, ya sea por propia
iniciativa o a solicitud de parte, siempre que no requieran autorización
judicial ni tengan contenido jurisdiccional. En cuanto a la actuación policial
rige lo dispuesto en el artículo 65.
2. Para la práctica de los actos de investigación puede requerir la colaboración
de las autoridades y funcionarios públicos, quienes lo harán en el ámbito de
sus respectivas competencias y cumplirán los requerimientos o pedidos de
informes que se realicen conforme a la Ley.
3. El Fiscal, además, podrá disponer las medidas razonables y necesarias
para proteger y aislar indicios materiales en los lugares donde se investigue
un delito, a fin de evitar la desaparición o destrucción de los mismos.
DILIGENCIAS QUE PUEDEN ORDENARSE
El fiscal para la práctica de los actos de investigación puede requerir la
colaboración de las autoridades y funcionarios públicos, quienes lo harán en el
ámbito de sus respectivas competencias y cumplirán los requerimientos o
pedidos de informes que se realicen conforme a la Ley.
CONTROL JUDICIAL DE LOS ACTOS DEL FISCAL
Según el código procesal penal en su artículo 323 el juez cumple las siguientes
funciones en la investigación preparatoria:
1. Corresponde, en esta etapa, al Juez de la Investigación Preparatoria
realizar, a requerimiento del Fiscal o a solicitud de las demás partes, los
actos procesales que expresamente autoriza este Código.
2. El Juez de la Investigación Preparatoria, enunciativamente, está facultado
para: 
a) autorizar la constitución de las partes;
b) pronunciarse sobre las medidas limitativas de derechos que requieran
orden judicial y las medidas de protección; 
c) resolver excepciones, cuestiones previas y prejudiciales; 
d) realizar los actos de prueba anticipada; y,
e) controlar el cumplimiento del plazo en las condiciones fijadas en este
Código

RASGOS Y CARACTERÍSTICAS
1. Es no jurisdiccional.- porque está bajo la conducción del fiscal y no del
juez
2. Es preparatoria.- porque busca reunir los elementos de cargo o desacrgo
que permitan al fiscal acusar o no, y al imputado preparar su defensa, como
excepción de formación de medio probatorio son los casos de prueba
anticipada o actos irreproducibles, introducirlos al contradictorio mediante la
lectura de las actas.
3. Tiene control Jurisdiccional.- por cuanto el juez garantiza el respeto de
los derechos fundamentales del imputado, es el único que los restringe y
los convalida, impone medidas de corrección o protección.
4. Es flexible.- debido a que permite que con las diligencias preliminares el
Fiscal requiere la Acusación directa.

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