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TRABAJO FIN DE GRADO

GRADO EN ECONOMÍA (Doble Grado en Economía y Periodismo)


CURSO 2015-2016
CONVOCATORIA DE OCTUBRE-NOVIEMBRE

TÍTULO: Las Cuencas después del carbón


Impacto político, económico y social de la minería del carbón y las ayudas a la reconversión
en Asturias

APELLIDOS/NOMBRE ESTUDIANTE:
Donaire Ruitiña, Juan Ángel
APELLIDOS/NOMBRE TUTOR:
Ruiz-Huerta Carbonell, Jesús

Fecha: octubre de 2015


Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 4

2. LAS CUENCAS MINERAS.............................................................................................. 5


2.1 Las Cuencas. Ubicación y peso relativo............................................................. 5
2.2 Peso actual de la minería del carbón .................................................................. 7

3. HISTORIA DE LA MINERÍA DEL CARBÓN EN ASTURIAS ..................................... 8


3.1 Los orígenes: la minería en el siglo XVIII ......................................................... 8
3.2 Paternalismo industrial y movimiento obrero .................................................... 9
3.3 El declive, Hunosa y la búsqueda de la reconversión ...................................... 10

4. MARCO TEÓRICO ......................................................................................................... 12

5. LAS POLÍTICAS DE RECONVERSIÓN ....................................................................... 14


5.1 Ayudas a la producción de carbón ................................................................... 14
5.2 La reducción de plantilla y las prejubilaciones ................................................ 15
5.3 Plan de desarrollo alternativo: los fondos mineros .......................................... 16

6. GESTIÓN POLÍTICA...................................................................................................... 19
6.1 El poder político de los sindicatos mineros ...................................................... 19
6.2 Rendición de cuentas ........................................................................................ 20
6.3 La corrupción ................................................................................................... 21

7. IMPACTO ECONÓMICO ............................................................................................... 23


7.1 Demografía ....................................................................................................... 23
7.2 Empleo ............................................................................................................. 24
7.2.1 Proyectos generadores de empleo ............................................................ 26
7.3 Dependencia de las transferencias.................................................................... 28
7.3.1 Pensiones .................................................................................................. 28
7.3.2 Ayudas para infraestructuras .................................................................... 29
7.4 Distribución de la renta .................................................................................... 29

8. IMPACTO SOCIAL ........................................................................................................ 32

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

8.1 Salud ................................................................................................................. 32


8.1.1 Alcoholismo ............................................................................................. 33
8.2 Prejubilaciones e incentivos ............................................................................. 34
8.3 Género .............................................................................................................. 34
8.3.1 Barreras de entrada ................................................................................... 34
8.3.2 Distribución de la renta y conciliación laboral ......................................... 35

9. CONCLUSIONES ........................................................................................................... 37

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 38

ANEXO: ESCALA DE COEFICIENTES REDUCTORES .................................................... 45

Índice de tablas e imágenes


Figura 1: Yacimientos carboníferos en Asturias. ....................................................................... 5
Figura 2: Delimitación de las Cuencas Mineras para este trabajo. ............................................ 6
Figura 3: Población y Valor Añadido Bruto de las Cuencas Mineras en 2014 .......................... 6
Figura 4: Empleos por selección de sectores en las Cuencas Mineras, 1997-2014 ................... 7
Figura 5: Producción de carbón autóctono e importaciones en España ................................... 15
Figura 6: Reparto de los fondos del Plan de Desarrollo Alternativo 98-05 por partidas. ........ 17
Figura 7: Partidos políticos en el poder desde 1979................................................................. 19
Figura 8: Evolución de la población 1998-2014 ...................................................................... 23
Figura 9: Pirámide de población de las Cuencas Mineras vs. Asturias, 2014.......................... 24
Figura 10: Estimación de tasa de paro municipal (%). Segundo trimestre de 2015. ............... 25
Figura 11: Tasa global de empleo entre 1991 y 2014 .............................................................. 26
Figura 12: Principales empresas beneficiarias de fondos mineros para proyectos generadores de
empleo en Asturias ................................................................................................................... 27
Figura 13: Porcentaje de pensiones vs. transferencias en pensiones en Asturias (por régimen de
la Seguridad Social) ................................................................................................................. 28
Figura 14: Índice de Gini en los concejos asturianos, 2007 ..................................................... 30
Figura 15: Aproximación de curva de Lorenz de Asturias vs. Cuencas Mineras .................... 31
Figura 16: Diferencia entre las Cuencas Mineras y Asturias de la proporción entre mujeres y
hombres para cada tramo de edad, 2014. ................................................................................. 33
Figura 17: Jubiladas mujeres en Asturias por régimen de la Seguridad Social (media 2014) . 36

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

1. INTRODUCCIÓN

El colectivo minero ha sido desde finales del siglo XIX un ejemplo de lucha obrera y
sindical. La gran peligrosidad de la mina sirvió y aún sirve para convencer a muchos de que
toda reivindicación laboral que realicen es poca, si bien sus formas son también criticadas: las
huelgas mineras consiguieron una vez tras otra paralizar la actividad en todas las Cuencas,
incluso durante la dictadura. Así, paso a paso, se fueron consiguiendo derechos: desde el salario
mínimo o la jornada máxima, a principios de siglo, hasta las prejubilaciones, ya en el último
tramo.
Pero tras dos siglos de actividad minera, las Cuencas tuvieron que afrontar algo
inevitable: la fecha de caducidad de la mina. El carbón asturiano siempre fue caro y de mala
calidad y para su subsistencia frente al mercado globalizado fueron necesarias cuantiosas
ayudas. Mientras, los mineros consiguieron derechos de gran calado, entre los que destacan las
prejubilaciones.
Durante estas tres últimas décadas las Cuencas Mineras han tenido las herramientas
necesarias para acometer la reconversión de su industria. Pero, tras los literalmente miles de
millones de pesetas y de euros recibidos en subvenciones, tras ganar todas las batallas a nivel
laboral, ¿han conseguido —trabajadores, políticos, sociedad— allanar el camino para el día en
que el que cierre la última mina? ¿Han tenido las subvenciones algún efecto no deseado? ¿Ha
sido transparente la gestión de esos fondos?
Es el propósito de este trabajo tratar de dar respuesta a estas preguntas, y para ello se
hará una valoración del impacto de la minería y de los fondos mineros en la economía y la
sociedad de la región. El análisis histórico y el marco teórico serán un punto de partida para
conocer las razones históricas, políticas y teóricas por las que se adoptaron esas medidas.
Después, los datos estadísticos permitirán ver el efecto que han tenido los Planes del Carbón en
el empleo y la demografía de las Cuencas Mineras, y también valorar el grado de dependencia
que puedan haber generado en la economía de estos municipios. Por último, el análisis de la
gestión política y el impacto social tendrá como fin comprender el esquema de incentivos
generado por estas políticas, así como detectar otras posibles externalidades negativas.

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

2. LAS CUENCAS MINERAS

2.1 Las Cuencas. Ubicación y peso relativo.

Asturias es una comunidad rica en recursos minerales: existen yacimientos de oro, hierro
y zinc. Sin embargo, es el carbón el que ha configurado de forma determinante la economía de
la región por encima de los demás.
Los yacimientos se concentran en dos cuencas. Una de ellas es la del río Narcea, donde
se explotan yacimientos de antracita desde mediados del siglo XX. Las explotaciones son de
tamaño pequeño o mediano, y aunque han convertido al concejo de Cangas de Narcea en el
centro económico de la comarca, ha tenido un impacto más limitado y superficial a nivel
regional (Suárez Antuña, 2005).

Figura 1: Yacimientos carboníferos en Asturias.

Fuente: Faustino Suárez Antuña.

Es la otra cuenca la que es de interés para este trabajo: la Cuenca Hullera Central. Aquí
es donde se explota la hulla desde el siglo XIX. La hulla es una variedad de antracita menos
calorífica que la antracita, pero la asturiana tiene además otros problemas: aunque las reservas
sean más abundantes, las vetas de carbón son más estrechas y más inclinadas que en
yacimientos de otros países europeos, lo cual dificulta su extracción. Además, la proporción de
gruesos y menudos —indicador de la pureza y la calidad del carbón— es también baja y hace
necesario lavar todo el carbón. Esto provoca un aumento de los costes y una menor
competitividad del carbón asturiano (Díaz-Faes Intriago, 1979). Estos problemas no evitaron,
eso sí, que surgiera en estas cuencas una viva actividad industrial que situó a Asturias en la
vanguardia de la industrialización en España.
Así, podemos identificar a las Cuencas Mineras como el grupo de concejos —
municipios— ubicados en la zona centro, en las cuencas de los ríos Caudal y Nalón, que se
caracterizan por la explotación de la hulla, la consecuente actividad industrial y la pronta
urbanización, y donde la minería ha tenido desde entonces un impacto de gran calado en los
ámbitos económico y laboral, pero también político, social y cultural.

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

En concreto, se identificará en este trabajo como Cuencas Mineras a los concejos de


Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana, en la cuenca del Nalón, y Mieres, Aller, Lena,
Morcín y Riosa, en la del Caudal. Pese al menor peso relativo de estos dos últimos —apenas
suman 5.000 habitantes—, han sido tenidos en cuenta al ser ahí donde se mantuvo hasta este
año 2015 uno de los pocos pozos que quedaban: el pozo Monsacro. Asimismo, no se han
incorporado otros concejos como Siero, Teverga, Quirós, Sobrescobio, Caso, Oviedo —
yacimiento de Olloniego— y Gijón —mina de la Camocha— por haber cesado la actividad
minera hace décadas o no suponer esta una parte significativa de la economía municipal.
Los ocho concejos mineros suman 143.293 habitantes, un 13,5% de la población de
Asturias. No obstante, su participación en el valor añadido bruto generado en la comunidad es
menor: apenas alcanza un 9,3%.

Figura 2: Delimitación de las Cuencas Mineras para este trabajo.

Elaboración propia.

Figura 3: Población y Valor Añadido Bruto de las Cuencas Mineras en 2014

Población 2014 % regional VAB, miles € % regional

Asturias 1.061.756 17.116.297

Cuencas Mineras 143.293 13,5% 1.587.660 9,3%

Langreo 42.403 4,0% 577.007 3,4%

Mieres 41.013 3,9% 499.926 2,9%

San Martín del Rey Aurelio 17.460 1,6% 125.002 0,7%

Laviana 13.791 1,3% 117.424 0,7%

Lena 11.949 1,1% 119.983 0,7%

Aller 11.768 1,1% 109.539 0,6%

Morcín 2.811 0,3% 28.153 0,2%

Riosa 2.098 0,2% 10.626 0,1%

Datos de población: Padrón, INE. Datos de VAB: SADEI.

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

2.2 Peso actual de la minería del carbón

Aunque la actividad minera ha sido durante dos siglos significativa en Asturias, en la


actualidad ha pasado a ocupar un lugar secundario, al menos cuantitativamente y en lo que a
producción se refiere. Entre los años 2008 y 2013, la extracción de carbón supuso de media un
0,3% del VAB generado en Asturias, muy lejos de otras industrias como la energética (3,5%)
o la metalúrgica (3,1%), según los datos de SADEI.
Tampoco mantiene su importancia en cuanto al número de trabajadores en el sector. A
último día de junio de 2015, había 2.393 trabajadores afiliados a la Seguridad Social en el
Régimen Social de la Minería del Carbón, lo que supone un 0,7% de los afiliados en Asturias.
De ellos, unos 1.500 son empleados de Hunosa, de titularidad estatal, y parte del resto, personal
subcontratado de la misma. En las Cuencas Mineras, los empleados en industrias extractivas
apenas alcanzan el 5% del total, una tercera parte del empleo industrial de la comarca. Puede
concluirse, por tanto, que la explotación de los yacimientos carboníferos ya no tiene una
relevancia clave para la economía regional.

Figura 4: Empleos por selección de sectores en las Cuencas Mineras, 1997-2014

30% Educación y sanidad,


más AA.PP. desde
27% 2012
25% 27%

Otros servicios, menos


20% AA.PP desde 2012
21%
Comercio 17%
15%
13%

10% Otras industrias 10%


Hostelería 9%

Construcción 6%
5% 7% Extractivas 5%
5%

0%
1997 2002 2007 2012

Fuente: SADEI. La línea discontinua entre 2007 y 2012 refleja el cambio metodológico del INE de CNAE-93 a CNAE-09.

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

3. HISTORIA DE LA MINERÍA DEL CARBÓN EN ASTURIAS

3.1 Los orígenes: la minería en el siglo XVIII

La presencia de carbón en Asturias fue descubierta de forma muy temprana: la primera


licencia para la explotación de una mina fue concedida en 1593 a Fray Agustín Montero, en el
concejo de Avilés (Mesa Álvarez y Pastor Aliaga, 2012). No obstante, no fue hasta el siglo
XVIII cuando el carbón empezó a verse realmente como una mejor alternativa a la leña para la
actividad industrial (Suárez Antuña, 2005): ya entonces Gaspar Melchor de Jovellanos, uno de
los más importantes ilustrados de la historia de Asturias, defendía la libre explotación del
carbón —una visión librecambista—, frente al interés de la Armada española por abastecerse
del mineral sin recurrir a proveedores.
Por aquel entonces, las explotaciones de carbón eran muy ineficientes. El sistema de
contratos entre la Armada y sus proveedores incentivaba una extracción lo más rápida posible.
Esta aproximación cortoplacista impedía la optimización de los recursos minerales que
conllevaría una adecuada planificación y una estructura industrial estable y eficaz.
Con el fin de corregir esas ineficiencias, el gobierno de Fernando VII comenzó a buscar
inversores que tuvieran interés en proyectos industriales en la región. El primero de esos
proyectos será la explotación de Arnao, localidad costera del concejo de Castrillón. El capital
belga y español se vio atraído por lo superficial del yacimiento de carbón y por la salida al mar,
y aprovechó esa privilegiada ubicación para crear una fábrica de zinc, nutrida por el mineral
proveniente de Guipúzcoa y Cantabria. Así surgió la Real Compañía Asturiana de Minas en
1833, que construyó allí el primer pozo vertical de Asturias (Cueva, 2008), convirtiéndose en
la primera en “exponer una idea que, por conocida y asumida, no deja de ser fundamental para
enmarcar el desarrollo industrial de Asturias en los siglos XIX y XX: el factor de localización
que supuso el carbón en función de su consumo metalúrgico y siderúrgico” (Suárez Antuña,
2005).
Aun sabiéndose que los principales yacimientos se ubicaban en la Cuenca Hullera
Central, la falta de comunicaciones adecuadas impidió un desarrollo industrial más temprano
en el interior. Asturias, una región con una orografía especialmente difícil, no contaba con
buenas vías para hacer llegar el carbón —ni otras materias primas— del interior hasta el mar.
En 1842, y tras retomar Alejandro Aguado otra propuesta de Jovellanos, Gijón y Langreo son
conectadas por carretera. Diez años después, se hizo lo propio con el ferrocarril: el cuarto en
España y solo cuatro años después del que unió Barcelona con Mataró, el primero de la España
peninsular (FEVE, 2002). Estas infraestructuras son las que hicieron aparecer la siderúrgica
Sociedad Duro y Compañía, hoy multinacional conocida como Duro Felguera. La cuenca del
Caudal vio llegar el tren dos décadas después. En ambos casos, las nuevas explotaciones
provocaron una paulatina industrialización.
Las condiciones laborales eran entonces cercanas a la esclavitud (García Piñeiro, 1993):
jornadas de 12 horas, hasta 310 días de trabajo al año —incluso domingos— y el trabajo a
destajo, unido a la humedad, la inhalación de polvos y la alta siniestralidad, y todo por un sueldo
nimio. También sufrían estas condiciones las mujeres y los niños. Hoy día se discute si la
conocida palabra “guaḥe” (con hache aspirada), “niño” en asturiano, viene del inglés “washer”
(“lavador”), siendo precisamente el lavado de carbón una de las tareas de las que se encargaban
los niños (Murias Ibias, 2012).

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

En estos primeros estadios de desarrollo industrial, cuando aún se compatibilizaba de


forma generalizada la labor minera con la agrícola, los únicos actos de resistencia eran
individuales. No obstante, conforme se proletarizaba la sociedad de las Cuencas —también
debido a la llegada de inmigrantes, sin arraigo— y empezaron a difundirse las ideas socialistas,
los mineros comenzaron a movilizarse.

3.2 Paternalismo industrial y movimiento obrero

Ante las primeras protestas, en forma de sabotajes al estilo ludita, algunas de las
empresas comenzaron a tomar medidas enmarcadas en lo que se denomina paternalismo
industrial. Los primeros montepíos daban cobertura médica y proveían un seguro por
enfermedad, accidente o fallecimiento (García Piñeiro, 1993). Asimismo, los empresarios
trataron de premiar a sus trabajadores y pacificarles con la provisión de viviendas y el acceso a
economatos. Eso sí, la implantación de estas medidas fue asimétrica: frente a las actuaciones
de la belga Solvay y la Real Compañía Asturiana de Minas, cabe destacar la dejadez de Duro
Felguera respecto a la provisión de viviendas, “pese a los continuos lamentos por falta de mano
de obra” (Suárez Antuña, 2005).
Además, estas prebendas han de ser entendidas también como un mecanismo de control
social, hasta el punto de obligar a los empleados a gastar su salario en los economatos. Los
máximos exponentes del paternalismo industrial en Asturias son el poblado minero de
Bustiello, construido por la Hullera Española en Mieres, y el de Lieres, Siero, impulsado por
Solvay. En ambos enclaves las empresas sustituían a la administración municipal y podían
controlar no solo las vidas de sus empleados, sino también las de sus familias mediante la
provisión de ocio, cultura y educación. Por citar un ejemplo, ese fue el marco en el que los
hermanos de la Salle fundaron varios colegios, los cuales llegaron a formar a más de la mitad
de los jóvenes escolarizados de la comarca (Gudín de la Lama, 1999).
A principios del siglo XX empezó a gestarse el movimiento sindical minero, crucial
para entender el desarrollo de las Cuencas hasta hoy día. En 1910, Manuel Llaneza funda el
Sindicato de Obreros Mineros de Asturias (SOMA, hoy SOMA FITAG-UGT), y pronto
comenzarán las huelgas: primero para ser reconocidos, después para conseguir objetivos
laborales, tales como el salario mínimo, la semana de vacaciones o el vale de carbón como
retribución en especie (UGT-SOMA-FITAG, 2015). Además, el sindicato impulsó proyectos
como el orfanato minero o el pozo San Vicente, primera mina autogestionada de España que
cae de forma circunstancial en manos del sindicato, hoy convertida en museo (Gutiérrez, 2010).
Durante la Primera Guerra Mundial, el aumento de las exportaciones españolas provocó
escasez de productos básicos y un consecuente aumento de la inflación, no reflejado en los
salarios (García Ruiz, 2000). Como respuesta a la pérdida de bienestar de los trabajadores, la
UGT socialista y la CNT anarquista convocaron en 1917 su primera huelga general, adjetivada
como “revolucionaria”. En 1924, otra huelga general desafió al régimen de Primo de Rivera.
Durante la Segunda República, serán protagonistas en la revolución de 1934: el rechazo a la
participación de los conservadores de la CEDA —“enemigos de la República”— en el gobierno
de Lerroux terminará provocando la toma de toda la región por parte de los mineros y, en
respuesta, la severa represión por parte del Estado. Es con esta revolución con la que los mineros
llevan a cabo su más contundente acción política, ambiciosa pero quizá temeraria. Ha sido
tildada por algunos de irresponsable al contribuir a la desestabilización de un país que al mismo
tiempo presenciaba cómo Lluís Companys proclamaba el Estado catalán y, en definitiva, al
borde de la guerra civil (García de Tuñón Aza, 2004).

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Una vez estalló el conflicto, Asturias hizo honor a su carácter rebelde resistiéndose al
avance de los sublevados. Salvo por Oviedo, primera ciudad del norte en caer en manos
nacionales, la región fue el último reducto republicano en el litoral cantábrico. Pero la
resistencia tendrá un precio: tras la caída del norte en 1937, los trabajadores mineros serán
militarizados, hasta el punto de que “el abandono del trabajo sería interpretado como deserción,
la falta de disciplina como insubordinación y la huelga como rebelión militar” (García Piñeiro,
1993). Estas medidas se mantienen durante la posguerra. Como ocurría antes de la llegada del
movimiento obrero en el siglo XIX, los trabajadores ven en acciones individuales, como el
sabotaje, la única manera de visibilizar su disconformidad.
En la década de los 50, pasados ya los peores años de posguerra, el régimen habilitó
algunos canales de participación obrera que se enmarcaban, eso sí, en la concepción fascista y
franquista del sindicato vertical. De forma paralela, el cada vez mayor descontento favoreció la
removilización obrera, organizada en la clandestinidad pero adaptándose a las estructuras
construidas por el régimen (García Piñeiro, 1993). Tras modestas huelgas a finales de la década
tanto en Vizcaya como en Asturias (Argüelles, 2012) y ya de lleno en el desarrollismo, en 1962
tendrá lugar la “huelgona”, crucial por su alcance, incluso internacional. La protesta comienza
con la negativa de siete picadores a descender a la mina, en protesta por la mínima remuneración
de su trabajo a destajo congelada desde hacía tres años (Arenas, 2012; Palacios, 2012). Al día
siguiente, ciento cuarenta de los ciento setenta compañeros del Pozo Nicolasa se unirán a sus
siete compañeros, que habían sido fulminantemente despedidos («Documentos TV: La huelga
del silencio», 2012).
Pese a los intentos por reprimir la huelga, dos meses después se había propagado ya por
toda España, con hasta cien mil trabajadores movilizados y muestras de solidaridad de
intelectuales de la época, como Ramón Menéndez Pidal. Los mineros obtuvieron así parte de
las mejoras laborales demandadas al gobierno franquista, llegando incluso a doblar sus salarios
(Maestre, 2013).

3.3 El declive, Hunosa y la búsqueda de la reconversión

Al margen de las reivindicaciones obreras, las empresas mineras atravesaban un mal


momento en lo financiero. Cuando la autarquía deja paso a una mayor liberalización del
comercio exterior, las empresas perdieron parte del mercado ante el carbón extranjero, como
siempre más barato y de mejor calidad. Un lustro después de la “huelgona”, en 1967, quince
compañías privadas de la minería asturiana se fusionan para formar Hulleras del Norte, S.A.,
Hunosa. El estatal Instituto Nacional de Industria tiene una participación inicial del 77% y el
resto se reparte entre compañías como Duro Felguera, con el 10% (Díaz-Faes Intriago, 1979).
Acumulando 4.000 millones de pesetas en pérdidas —más que su capital inicial—, el INI —
hoy SEPI— se convierte en 1970 en accionista único ante la falta de interés del sector privado.
El sector privado sí mantendrá una presencia relevante en otras regiones, como en León.
Con el sector ya casi íntegramente nacionalizado, será el Estado quien dirigirá casi en
solitario la minería del carbón en Asturias desde entonces, y todo parece indicar que así será
hasta su cierre, aún sin fecha. No es poca responsabilidad: es en ese momento cuando se
materializa la necesidad de reconvertir la economía regional. Ya en democracia, los sindicatos
—legalizados—, y los sucesivos gobiernos empezaron a negociar la gestión del declive minero.
En 1985, España se convierte en miembro de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero,
CECA, y con la posterior adhesión a las Comunidades Europeas tiene que aceptar el marco
legislativo comunitario a la hora de configurar desde entonces los planes del carbón (UGT

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

FITAG y CCOO Industria, 2015). Como resultado se adoptará el Plan del Carbón 1998-2005 y
aparecerán los fondos mineros: por una parte, ayudas estatales al carbón y las Cuencas Mineras
autorizadas por la Unión Europea, y, por otra, los fondos de desarrollo regional destinados a
infinidad de proyectos. A cambio, las explotaciones mineras deberán cerrar para el año 2018, o
de lo contrario deberán devolverse las ayudas. Como se desarrollará en el punto siguiente, estos
fondos milmillonarios serán una oportunidad de oro para preparar a la Cuencas Mineras para el
cese de la actividad minera.
Todos estos planes fueron precedidos de huelgas, de seguimiento masivo en el sector y
que recibían la solidaridad de más trabajadores de la comarca. La última gran huelga tuvo lugar
en el año 2012, cuando se negociaba con el gobierno popular el que debería ser el último Plan
del Carbón. Una marcha de mineros caminó desde Asturias hasta Madrid, como lo había hecho
en otras ocasiones, para ser recibida en la capital entre aplausos (Martínez, 2014) y, algunos
dicen, poniendo fin a la acción sindical de un sector abocado a su desaparición.

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4. MARCO TEÓRICO

En las últimas décadas, diversos intentos de reconversión industrial han tenido lugar en
los países desarrollados. Con el fin de encontrar las políticas públicas adecuadas para sacar
adelante esas regiones, se ha recurrido a la teoría del desarrollo regional.
Esta teoría trata de buscar el encaje de la perspectiva regional en el mundo globalizado,
donde el más fácil flujo de capitales, mercancías e información libera a las industrias del
anterior anclaje al terreno. Esto ocurre, además, con el beneplácito de los Estados, que han
asumido a escala global la liberalización de los mercados —proceso que comenzó en España
en los años 60 y culminó con la adhesión a las Comunidades Europeas—. Durante la
industrialización, la proximidad entre los yacimientos minerales, las fábricas y la demanda era
fundamental. Hoy, la mejora de las comunicaciones, junto a un marco institucional que ha
dejado atrás progresivamente el proteccionismo, propicia la búsqueda de los factores de
producción en áreas remotas y la progresiva concentración del capital. De ese modo, la
“presencia generalizada de estructuras oligopólicas [en las industrias] es el resultado de los
esfuerzos por aprovechar economías de escala en la producción, la comercialización y la
investigación y el desarrollo tecnológicos, que superan incluso la dinámica de expansión de los
mercados impulsada por las nuevas tecnologías” (Manet, 2014, p. 28). El resultado es una
creciente polarización de las regiones en cuanto a la actividad económica: en otras palabras,
una creciente desigualdad regional.
Retener y renovar la actividad económica en las regiones es el principal objetivo de la
aplicación de esta teoría, y por eso se inspiran en ella las políticas que acompañan a las
reconversiones industriales en Europa. Es el caso indiscutible de la siderurgia: como se
detallará, lo que queda de la estatal Ensidesa es hoy propiedad de ArcelorMittal, con diferencia
la mayor multinacional acerera del mundo (World Steel Association, 2015). Los altos hornos
de Avilés han conseguido de este modo lograr el encaje deseado mediante la mejora de la
productividad. No obstante, la atracción de nuevas empresas va más allá de la viabilidad de las
industrias tradicionales: también es imprescindible la inversión en infraestructuras, educación
y formación laboral (McGahey y Vey, 2008). Es en este ámbito en el que encajan los Planes de
Desarrollo de las Cuencas del Carbón.
Con el desarrollo regional también conecta la teoría de los polos industriales,
propuesta por Porter y Krugman en los años 90. Esta teoría estudió ciertas regiones,
denominadas polos o clústers de actividad económica, en las que se concentran diversas
empresas de industrias relacionadas, interconectadas entre sí y con instituciones como las
universidades (Szajnowska-Wysocka, 2009). El mejor ejemplo y clúster por antonomasia es el
californiano Silicon Valley, donde tienen sus oficinas centrales las principales compañías
digitales del mundo. En la Universidad de Stanford, ubicada en el valle, estudiaron los
inventores de la radio FM, el láser, el GPS, el ratón y el microprocesador, los fundadores de
Google y Hewlett-Packard y otras personas clave en empresas como Microsoft, Apple y
Facebook. En Europa, el ejemplo clásico es la región alemana Baden-Wurtemberg, donde
multinacionales como Daimler, Porsche y Bosch desarrollan su actividad.
Para incentivar esa agregación de empresas pueden utilizarse herramientas tales como
ayudas fiscales, subvenciones o mecanismos de financiación. También la reducción de la
burocracia puede jugar un papel importante en su desarrollo. Por ejemplo, Irlanda ha adoptado
estas políticas para atraer las delegaciones de las grandes de Silicon Valley en Europa —y con

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

frecuencia para toda la región EMEA1—, como es el caso de Google, Facebook, Twitter, Ebay
y Oracle.
Sin embargo, más interesante que atraer a las grandes corporaciones oligopólicas es
generar iniciativa empresarial con agentes internos. En una solución óptima para las regiones
occidentales desindustrializadas, el objetivo es crear espacios o sistemas locales donde la
proximidad de pequeñas y medianas empresas favorezca —interacciones personales mediante
— la aparición de sinergias y la innovación tecnológica, pudiendo hacer frente incluso a las
multinacionales (Manet, 2014).
Esta visión entronca con la teoría del crecimiento endógeno, la cual relaciona el
crecimiento económico con la innovación tecnológica, y no tanto con la acumulación de capital
(Howitt, 2008). Es decir, el crecimiento tiene un origen interno, por lo que se puede favorecer
mediante políticas que coadyuven el cambio tecnológico. Ya no se trata de que empresas del
exterior se sientan atraídas por el marco legal y la mano de obra cualificada de una región, sino
que esa misma región pueda regenerar su tejido industrial de forma independiente. Las
Administraciones tienen en su mano, por tanto, la posibilidad de influir positivamente en el
crecimiento regional: por un lado, mediante la formación de capital humano —una vez más,
invirtiendo en educación—; y por el otro, incentivando la inversión en I+D, mediante ayudas
fiscales y subvenciones, pero también mediante regulación, como la protección de la propiedad
intelectual y la libre competencia.

1
EMEA son las siglas en inglés de Europa, Oriente Medio y África.

13
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

5. LAS POLÍTICAS DE RECONVERSIÓN

Tras la transición y con la inminente adhesión a las Comunidades Económicas Europeas,


y muy especialmente a la Comunidad Económica del Carbón y el Acero (CECA), se hizo
inevitable la reestructuración de la industria española. Asturias tomó parte en los planes de
reconversión industrial de finales de los años 70 y principios de los 80, siendo designada Zona
de Urgente Reindustrialización (ZUR). La reorganización de la siderurgia española se hizo
sentir en la región, donde se daba lo que se denominó “monocultivo industrial”: Hunosa y la
siderúrgica estatal Ensidesa empleaban al 57% del sector industrial asturiano (Marín Arce,
2006). Aunque durante el gobierno de la UCD Ensidesa cerró sus plantas en Mieres y Moreda,
permaneció la de Avilés, hoy privatizada y en manos de la multinacional india ArcelorMittal.
No obstante, el carbón vivió circunstancias diferentes: la crisis del petróleo de los años
70 fue un balón de oxígeno para el sector, pero al mismo tiempo retrasó el inicio de su necesaria
reestructuración. No es hasta finales de la siguiente década cuando empieza a plantearse esa
segunda reconversión. Tras dos planes del carbón anteriores que cubren los años entre 1990 y
19972, se aprueba el mucho más ambicioso Plan 1998-2005 de la Minería del Carbón y Plan de
Desarrollo Alternativo de las Comarcas Mineras. Ese plan es el primero que se elabora según
la Decisión 3632/93/CECA de la Comisión Europea, adoptada el 28 de diciembre de 1993, por
la cual se determinan las normas comunitarias para las ayudas estatales al carbón.
A este plan le seguirá el Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón 2006-2012 y
Nuevo Modelo de Desarrollo Integral y Sostenible de las Comarcas Mineras, y el vigente Marco
de Actuación para la Minería del Carbón y las Comarcas Mineras en el período 2013-2018:
ambos con medidas semejantes o complementarias. El Plan del Carbón 1998-2005, y más
concretamente el Plan de Desarrollo adjunto, enmarca de forma explícita las medidas a adoptar
en la teoría del desarrollo regional, y resulta evidente su influencia desde entonces y hasta el
plan en vigor (Ministerio de Industria y Energía, 1997).
Los planes del carbón son negociados entre el Ministerio de Industria —titular además
de la SEPI—, los principales sindicatos —UGT-SOMA-FITAG y Comisiones Obreras— y la
patronal del sector, representada por Carbunión. En total, las Cuencas Mineras han recibido
22.000 millones de euros en ayudas para la reestructuración desde 1992 (Ministerio de Industria
Energía y Turismo, 2015). El organismo que se encarga de la gestión de estos fondos es el
Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón y Desarrollo Alternativo de las
Comarcas Mineras, IRMC, cuyas cuentas se recogen en los Presupuestos Generales del Estado.

5.1 Ayudas a la producción de carbón

Aunque, como se ha mencionado, la reestructuración de la minería se pospuso en los


ochenta por una coyuntura en su favor —la crisis del petróleo—, sus problemas eran mayores.
Tras la apertura al mercado global, el carbón asturiano no puede hacer frente a los precios
internacionales.
El carbón sigue siendo clave en el mix energético español: en 2014, cubrió el 16,5% de
la demanda de energía eléctrica, solo por detrás de la energía nuclear, con un 22%, y la eólica,
con un 20% (Red Eléctrica Española, 2015). Sin embargo, ya desde 2011 el carbón autóctono

2
El Plan de Reordenación del Sector del Carbón 1990-1993 y el Plan de Modernización, Racionalización,
Reestructuración y Reducción de Actividad de la Industria del Carbón de 1994-1997.

14
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

representa menos de un tercio del total: apenas un 22% de la suma del producido e importado
en 2014. Los principales proveedores son Colombia (31%) e Indonesia (21%).
Ese 22% autóctono está además fuertemente subvencionado. A cambio de restringir la
producción, el Estado español paga el diferencial entre el coste de producción y el precio de
mercado del mineral cuyo consumo está garantizado por las centrales térmicas. Cada plan
estipula la progresiva reducción de la producción necesaria para seguir percibiendo estas
ayudas. Como se puede apreciar en la Figura 5, la producción se ha visto reducida en los últimos
diez años en un 80%, y su peso relativo en el consumo de carbón en España a la mitad.

Figura 5: Producción de carbón autóctono e importaciones en España

50.000 45% 50%


44% 44%
45.000 41% 45%
39%
40.000 36% 40%
35.000 33% 35%
29%
30.000 30%
24%
25.000 21% 22% 25%
20.000 20%
15.000 15%
10.000 10%
5.000 5%
0 0%
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014

Autóctono Colombia Indonesia Rusia


Sudáfrica Resto Autóctono (% total)

Fuente: Eurostat y Secretaría de Estado de Energía. Elaboración propia.

Según los Presupuestos Generales del Estado de 2015, las ayudas públicas a los costes
de explotación ascienden a exactamente 50 millones de euros, repartidos en 6,1 millones para
las empresas públicas (Hunosa) y 43,9 millones para las privadas (PGE 2015). Es necesario
mencionar, no obstante, que las constantes pérdidas de Hunosa son asumidas por la SEPI: en
2014 ascendieron a 16,2 millones de euros (SEPI, 2014).

5.2 La reducción de plantilla y las prejubilaciones

Otro gran pilar de los planes de la minería es el laboral. Para llevar a cabo las
reducciones de plantilla de forma no traumática, los mineros, acogidos ya en la Seguridad Social
al ventajoso Régimen Especial de los Trabajadores del Carbón desde los ochenta, se
beneficiaron de prejubilaciones. Estas permiten a los mineros dejar de trabajar a edades tan
tempranas como los 42 años. Como requisito, el trabajador debe haber cotizado 8 años o más
al régimen especial del carbón y debe contar con una antigüedad en Hunosa de al menos 4 años.
El cálculo de la edad de prejubilación se realiza con esta fórmula:
Edad de prejubilación = Edad química (54 años) − Años trabajados × Coeficiente reductor
Se parte de la denominada “edad química”, establecida en 54 años, de la que se restan
el número de años trabajados multiplicado por un coeficiente reductor, diferente para cada

15
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

puesto de trabajo3. En el caso de haber trabajado en puestos con coeficientes diferentes, se


pondera el número de días con el coeficiente correspondiente. De este modo, un picador
(“trabajador de interior que desarrolle trabajos de arranque de mineral de forma directa”, el
mayor coeficiente) que haya trabajado 24 años en ese puesto podría prejubilarse con 42 años.
Además, “la cantidad bruta garantizada final no podrá exceder el 70% de la base máxima de
cotización por contingencias por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales del
Régimen General de la Seguridad Social […] ni ser inferior al 60% de la base normalizada
correspondiente a la categoría en las que hubiera cotizado el trabajador en los seis últimos meses
anteriores” (Ministerio de Industria, 2013).
A falta de estadísticas oficiales y accesibles, en 2014 se contaban unos 7.000
prejubilados (J. V. / E. P., 2014). La cifra ya más que cuadruplicaba la del número de
empleados, 1.592 ese mismo año (SEPI, 2014). Según el diario ABC, la mitad de ellos cobran
más de 2.000 euros al mes, y tres cuartas partes más de 1.700 euros (Ruiz Castro, 2012).
Otro procedimiento menos frecuente, pero también contemplado, es la baja voluntaria
con indemnización, por la cual se abonan 10.000 euros más 35 días de salario por año trabajado
hasta un máximo de 30 mensualidades. Asimismo, todos los trabajadores, extrabajadores y
viudas de Hunosa, hasta 17.000 personas, mantienen el derecho a percibir el “vale del carbón”:
300 kilos de carbón en especie o su valor económico, de unos 30 euros (G., 2014). En 2015, la
partida estatal de costes sociales destinada a familias fue de 271 millones de euros (PGE 2015).

5.3 Plan de desarrollo alternativo: los fondos mineros

Las ayudas a la producción y las dirigidas a la reducción de plantilla pretenden perpetuar


la actividad de forma artificial para dar tiempo a un desmantelamiento progresivo y no
traumático del sector. En cambio, los planes de desarrollo actúan sobre varios frentes que, según
la teoría del desarrollo regional y las demás expuestas en el marco teórico, pueden generar
actividad económica nueva, mayor crecimiento y puestos de trabajo que ocupen el lugar de la
minería.
El Plan de Desarrollo Alternativo 1998-2005 permitió la ejecución de proyectos por
valor de 1.600 millones de euros solo en Asturias (Prendes, 2015). Aunque no hay un balance
final del plan 2006-2012, se estima que en total se han destinado unos 3.000 millones de euros.

3
Los coeficientes reductores pueden verse en el Anexo según están recogidos en el Real Decreto 2366/1984,

16
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Figura 6: Reparto de los fondos del Plan de Desarrollo Alternativo 98-05 por partidas.

Formación
115.740.000 € Carreteras
7% 804.930.000 €
Infraestructuras 50%
Proyectos 1.273.513.000 €
generadores 79%
de empleo Proyectos municipales
214.200.000 € 166.372.000 € 11%
13% Educación 9%
Polígonos ind. 7%
Medio Ambiente 3%

Fuente: Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias.

Infraestructuras. Una de las recomendaciones claves que recoge la teoría del


desarrollo regional es la mejora de las infraestructuras. Amparadas por los planes, se han
llevado a cabo numerosas mejoras en las comunicaciones comarcales. Entre ellas destaca muy
especialmente la autovía minera, que comunica Gijón con las Cuencas y la Autovía de la Plata
(A-66) sin atravesar Oviedo y que es una alternativa viaria a la congestionada autovía “y-
griega” que comunica Oviedo, Gijón y Avilés. A su inauguración parcial en 2003, al igual que
a otras similares, asistieron no solo el presidente asturiano, sino también los representantes
sindicales de Comisiones Obreras y SOMA FIA-UGT. Entonces se cifraba la inversión en 196
millones de euros, a falta de varios accesos de presupuestos multimillonarios (EFE, 2003).
Según la Sindicatura de Cuentas del Principado, fueron finalmente 213 millones de euros.
También son relevantes la carretera Oviedo-La Espina (217 millones) y la “y-griega” de
Bimenes (123 millones). Muchos otros fondos fueron destinados a cientos de pequeñas
infraestructuras no solo viarias —incluyendo de carácter social, cultural y turístico—, en todos
los concejos mineros. Solo entre 2005 y 2008 se contaban más de doscientos de estos proyectos
en veintiún concejos, según recogía la Sindicatura de Cuentas en su informe de fiscalización
(2012).
Educación y formación. Los planes 98-05 y 06-12 recogían ayudas al estudio para los
habitantes de los concejos mineros —un grupo mucho mayor que los que se han entendido en
este trabajo por Cuencas Mineras—. Para estudios superiores, las becas cubrían la matrícula,
una ayuda general y otra específica de movilidad. Para idiomas, la beca cubría hasta 2.725 euros
por alumno para realizar un curso de un mes en Estados miembros de la Unión Europea para
cursos de inglés, francés y alemán, o 1.135€ para cursos de idiomas en España. Asimismo,
concedían ayudas a entidades que realizaran cursos para desempleados del sector o de los
concejos mineros. La fundación encargada de la concesión de las becas se denominaba
Fundación para el Desarrollo de la Formación en las Zonas Mineras del Carbón, Fundesfor. La
entidad fue extinguida el 31 de diciembre de 2012, terminando con ella esas ayudas que ya no
figuran en el último plan salvo para formación de empleados.

17
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Como se señaló en el marco teórico, la universidad es una de las instituciones relevantes


en los polos industriales. En ese sentido, también se sirvió de los fondos mineros el Campus de
Mieres de la Universidad de Oviedo, que recibió 133 millones de euros en tres fases
(Arreseigor, 2011). Se trata, de hecho, de uno de los grandes proyectos acometidos bajo los
planes del carbón.
Creación de puestos de trabajo. Las ayudas para empresas trataron de incentivar la
creación de empleo en las Cuencas. En el penúltimo plan se fijaban 150 millones de euros en
ayudas en este sentido, destinados tanto a grandes como a pequeñas y medianas empresas.
Además, desde entonces se contemplan nuevos instrumentos: fondos de capital riesgo y
financiación de microproyectos, enmarcada esta última en la normativa europea de minimis4.
Entre 2006 y 2009 269 empresas que presentaron sus proyectos para crear 3.844 empleos
recibieron 126 millones de euros (Rodríguez-Mera, 2014). De cómo resultaron esos proyectos
se hablará más adelante.
Inversión en investigación y desarrollo. Aunque ausente en el plan 98-05, los dos
últimos planes del carbón contemplan la concesión de ayudas para proyectos de I+D+i
relacionados con los yacimientos del carbón. Las tecnologías de combustión limpia y los
almacenes subterráneos —en las minas— de dióxido de carbono son dos de las iniciativas
propuestas. En lo que se ha denominado la “Hunosa verde”, la hullera estatal se ha puesto a la
cabeza en este ámbito con el ánimo de perpetuar su actividad más allá del cierre de las minas.
Algunos de los proyectos que se han llevado a cabo son el sistema de energía geotérmica que
abastece al hospital Álvarez-Buylla y al Campus de Mieres, y que se pretende extender al resto
de la villa (Montañés, 2015), y la planta experimental de captura de dióxido de carbono en la
Central Térmica de Hunosa, en La Pereda (Mieres).
También es reseñable la creación de la Fundación para el Progreso del Soft Computing:
una iniciativa conjunta de Cajastur, el Gobierno del Principado y el Ministerio de Educación
para el estudio de esta disciplina, tiene su sede —el European Centre for Soft Computing—
muy cerca del Campus de Mieres. De los 13,2 millones de euros que costó su puesta en
funcionamiento, 6 millones fueron aportados por la caja y otros 6 provinieron de los fondos
mineros (El Comercio, 2006).

4
La regulación europea permite una mayor laxitud en el control de las ayudas inferiores a 200.000 euros. http://eur-
lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=uriserv:l26121

18
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

6. GESTIÓN POLÍTICA

6.1 El poder político de los sindicatos mineros

22.000 millones de euros en veinticinco años de ayudas: cuando un colectivo de 45.000


personas consigue esos fondos para sus propuestas, es difícil utilizar otra palabra que “éxito”.
No fueron solo beneficios personales para los trabajadores, sino también para sus vecinos, para
sus comarcas y regiones. No se puede explicar semejante logro sin comprender las dinámicas
políticas subyacentes. Si se ha repasado la historia de la minería en Asturias, ha sido con el fin
de mostrar el gran poder que los sindicatos han conseguido en el sector, y que a posteriori, en
democracia, les ha situado en una posición privilegiada para negociar los planes del carbón.
Como se puede apreciar en el gráfico inferior, Asturias ha sido gobernada por el PSOE
durante veintiocho de los treinta y tres años que han trascurrido desde la aprobación del Estatuto
de Autonomía. Frente a la relativa alternancia política a nivel nacional, Asturias ha sido —y
sigue siendo— uno de los bastiones del socialismo español; pero el fenómeno se acentúa aún
más en las Cuencas Mineras. Salvo por cuatro años de gobierno de la UCD en Aller y uno del
Partido Popular en Morcín —casi anecdóticos—, PSOE e Izquierda Unida se han repartido las
alcaldías de la comarca durante estos treinta y siete años.

Figura 7: Partidos políticos en el poder desde 1979

80 85 90 95 00 05 10 15

España ?
Asturias

Langreo
Mieres
SMRA
Laviana
Aller
Lena
Morcín
Riosa

PSOE PP Izquierda Unida UCD Foro

Partido del presidente o alcalde a final del año. Elaboración propia.

Los logros sociales se consiguieron gracias a este dominio de la izquierda, pero no solo
por estar en línea con los idearios de izquierdas —que también—, sino por el enorme poder
político y electoral que los representantes obreros, y más concretamente mineros, han tenido en
la política regional e incluso nacional.
Ya durante las reestructuraciones de los ochenta, Asturias logró inclinar la balanza en
su favor por este motivo. La filiación al PSOE de la UGT, dominante en la siderurgia asturiana,
forzó al gobierno central a hacer concesiones. El ejecutivo de Felipe González desoyó así el
célebre informe Kawasaki y decidió conservar la planta de Ensidesa en Avilés en lugar de los
altos hornos de Sagunto, donde CC.OO. era el sindicato mayoritario (Marín Arce, 2006).

19
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Lo mismo ocurrió una y otra vez en todo lo relativo a los fondos mineros. Para ilustrar
este poder basta con citar un nombre: José Ángel Fernández Villa. Secretario general del SOMA
durante treinta y cuatro años, este langreano, que trabajó en Hunosa y Ensidesa, fue además
miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE desde 1979 y 1993, senador por Asturias entre 1999
y 2003 y diputado en la Junta General del Principado desde 1983 hasta 2007. Se solía decir de
este líder histórico del movimiento sindical asturiano que era él quien decidía quién iría al frente
de la Federación Socialista Asturiana —casi siempre sinónimo, como se aprecia en el gráfico,
de designar la presidencia autonómica—. El siguiente párrafo publicado por el diario El Mundo
(Manso, 2014) sintetiza, con gran dureza, la magnitud e implicaciones de su poder:

“Su trayectoria es una alegoría de las deficiencias de un sistema que permite a un grupo
de interés específico colonizar la estructura de un partido y, por extensión, de las
instituciones, y someter a uno y a otras a una obediencia ajena y un provecho concreto;
una anomalía democrática cuya principal herramienta de presión -la capacidad para
incendiar la calle con decenas de miles de obreros- sólo podía arrojarse contra la
misma formación a la que parasitaba.”

Su liderazgo indiscutible en cada pugna se sumaba al inigualable poder de movilización


de la minería asturiana, que en fechas tan recientes como 2012 fue aún capaz de paralizar la
comunidad autónoma cortando las carreteras que la unen con la meseta.

6.2 Rendición de cuentas

Sin embargo, el mismo gran poder que permitió obtener las ayudas del Estado es, como
dijo Manso, una “anomalía democrática”. La opacidad y la falta de control del uso eficaz de los
fondos son transversales a cada ámbito de los planes del carbón.
Aunque en los últimos años ha habido un creciente esfuerzo en España por la
transparencia y el libre acceso a la información y los datos de las Administraciones Públicas,
no se ha apreciado un cambio notable en las instituciones encargadas de los fondos mineros. El
Instituto para la Reestructuración de la Minería (IRCM) aprobó en 2013 un plan de medidas
para abrir un catálogo de datos al público ese mismo año: dos años después, aún no se puede
encontrar una sola estadística en su sede electrónica.
En los últimos años, varias instituciones han cuestionado la gestión de los organismos
encargados de los fondos. En el informe citado en un capítulo anterior, la Sindicatura de
Cuentas del Principado de Asturias concluía que la gestión de los fondos mineros es poco
eficiente “tanto desde el punto de vista operativo, como en su reflejo financiero”. Esto impide
conocer la situación de las ayudas recibidas, y culpa de ello a la contabilidad del Principado de
Asturias. También destaca los bajos niveles de ejecución de los proyectos presupuestados entre
2006 y 2009: entre el 50 y el 70% del total. Recomienda finalmente la centralización de la
gestión de las ayudas (Sindicatura de Cuentas, 2012).
Efectivamente, el gran número de agentes implicados —Gobierno, comunidad
autónoma, ayuntamientos, sindicatos, empresas, organismos— impide un seguimiento eficaz
del uso de los fondos. Uno de los casos que se puede analizar de forma más detallada es el de
Fundesfor, la fundación encargada de la gestión de los fondos destinados a formación, también
mencionada. En 2012, estando ya anunciado el cierre del organismo para finales de año, el
Tribunal de Cuentas elevó al Congreso un informe de fiscalización que recogía las numerosas
irregularidades en su gestión. En lo relativo a las becas para el estudio, el tribunal señalaba que
la fundación no monitorizó el cumplimiento de las obligaciones por parte de los becarios ni

20
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

pidió justificantes de los gastos. En cuanto a las ayudas a proyectos de formación, Fundesfor
no exigió garantías financieras a los receptores, concedió ayudas a proyectos que no cumplían
los requisitos establecidos y no reclamó el reintegro de las ayudas a las nueve empresas que
subcontrataron la ejecución de los proyectos, lo cual estaba prohibido. El informe recoge
incluso cómo no se seguían las recomendaciones que el mismo tribunal había realizado en 2002:
por ejemplo, la fundación seguía sin cruzar información con la totalidad de Administraciones
Públicas para evitar el fraude en las solicitudes (Tribunal de Cuentas, 2012).
Ambas instituciones coinciden en señalar la falta de control en la gestión de las ayudas.
Los objetivos a veces no eran claros; las exigencias, prácticamente inexistentes, y pocas veces
los resultados fueron valorados. Las deficiencias en el empleo de los fondos podrían haberse
subsanado en los veintitrés años que han cubierto los sucesivos planes del carbón. La
ineficiencia, y por supuesto la ineficacia, lleva consigo un elevado coste de oportunidad. Sin
embargo, las agentes implicados —políticos y ciudadanos— no demandaron de forma
contundente rendición de cuentas, quizá cegados ante el volumen de las ayudas.

6.3 La corrupción

Pero la cara más oscura de la gestión política de la reconversión va más allá de la


negligencia. En esta última etapa, dos personajes clave se han visto embarrados por un grave
caso de corrupción.
El primero de ellos es Victorino Alonso. Llamado “el rey del carbón” por los medios,
este empresario leonés posee gran parte del sector privado de la minería del carbón y es el
presidente de la patronal, la ya mencionada Carbunión. En 2010, acusado por un delito de fraude
fiscal cometido en 1996, logró conmutar la cárcel por una elevada multa. En 2013, Hunosa se
querelló contra dos de sus empresas por la desaparición de medio millón de toneladas de carbón
del Almacén Estratégico Temporal (AETC) que custodiaban, por valor de 46 millones de euros.
Ya en 2015, debe enfrentarse a una fianza de 66 millones de euros por destruir un yacimiento
arqueológico en Huesca. Mientras, aplicaba un ERE temporal a toda su plantilla, de más de 800
empleados.
El otro personaje clave es el propio José Ángel Fernández Villa, el histórico líder
sindical. En octubre de 2014, la Fiscalía Anticorrupción anunció que estaba investigando al
sindicalista por ocultar presuntamente a la Hacienda Pública 1,4 millones de euros (Europa
Press, 2014). Aunque se había acogido a la amnistía fiscal de Rajoy, la fiscalía sospechaba que
su procedencia era ilícita.
El origen de esos fondos aún no está claro. Villa defendió que los 1,4 millones de euros
provenían de la herencia de su madre, quien regentaba un chigre —bar de pueblo—; esta
versión, difícilmente creíble, fue desmentida por una de sus hermanas (Hernández, 2015). Sin
embargo, se apunta ya a tres fuentes ilícitas: la participación del sindicalista en el comité
intercentros de Hunosa, que le reportó 243.000 euros en gastos no debidamente justificados; las
ayudas a cursos de formación a través de Fundesfor, cuyas cuentas, como se ha detallado, no
estaban claras, y el cobro fraudulento de comisiones por contratos para la construcción de la
residencia para mayores del Montepío de la Minería, en el concejo de Aller. Según informa El
País, Villa, presidente del Montepío, consiguió en la fiesta minera de Rodiezmo, en León, que
José Luis Rodríguez Zapatero concediera subvenciones al organismo. En la dirección colocó a
José Antonio Postigo, su amigo personal, y ambos colocaron a dos hijos con sendos contratos
de 50.000 euros anuales y blindados con una anualidad en caso de despido. Al igual que Villa,

21
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Postigo y su hija regularizaron cientos de miles de euros con la amnistía fiscal del Partido
Popular.
Además de las pruebas documentales, son también relevantes dos intercambios que
ilustran la posible dimensión de la trama y que destapó José Vía, representante del minoritario
sindicato USO en una entrevista a El Comercio (Moriyón, 2014). Según sus palabras, durante
el trascurso de unas negociaciones el secretario de UGT-FITAG para el carbón recriminó al
gerente del Instituto del Carbón su falta de puntualidad, a lo que este respondió: “Vengo del
Tribunal de Cuentas de declarar por los fondos de formación de la minería, que vosotros sabéis
muy bien cómo los gastasteis”.
Asimismo, Vía destaca otro intercambio aún más explícito, esta vez entre Villa y
Victorino Alonso en otra reunión. Al alinearse Alonso a favor de una propuesta de USO y en
contra de UGT, Villa le recrimina de esta manera:

“Pero cómo nos puedes hacer esto tú a nosotros, con todo lo que te hemos ayudado,
que hemos hecho siempre lo que has querido, cada vez que has querido la huelga nos
has tenido de rehenes en las huelgas, hemos hecho siempre esto por ti, y ahora nos
pagas así”. Se pone con voz campanuda Victorino y le dice: “José Ángel, todo lo que
habéis hecho por mí bien que os lo he pagado”

Esta entrevista publicada por El Comercio figura en el diario de sesiones de la comisión


parlamentaria que investigó el caso a principios de este año (Junta General del Principado,
2015): Victorino Alonso negó ante dicha comisión haber hecho estas declaraciones. El informe
final de la comisión, que no fue aprobado en el parlamento asturiano, solo pudo probar que la
concesión de 27 millones de euros al Montepío había sido irregular por tratarse este de una
identidad privada, pero señala indicios del origen de la fortuna de Villa y denuncia el descontrol
y la connivencia de todos los agentes políticos y sindicales (E. Méndez, 2015).
De cualquier modo, caso Villa no es el primer escándalo de corrupción en torno a los
fondos: también han sido investigados el uso fraudulento de las ayudas a la producción en la
mina de la Camocha, en Gijón, en fechas tan tempranas como 1998 (Castro, 2014) y la
cotización irregular de los directivos del carbón como mineros de interior en León (R. Méndez,
2015).

22
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

7. IMPACTO ECONÓMICO

7.1 Demografía

Las Cuencas Mineras están viviendo una crisis demográfica muy preocupante. Frente al
2% de población que ha perdido Asturias en los dieciocho años comprendidos entre 1998 —
entrada en vigor del primer Plan de la Minería— y 2014, las Cuencas han perdido un 17% de
sus habitantes. La pérdida de población no parece seguir ningún patrón claro: concejos más
urbanos (Langreo, Mieres) y menos (Morcín, Aller) se ubican por encima y por debajo de la
media de la comarca.

Figura 8: Evolución de la población 1998-2014

105%

100%
Asturias 98%

95% Morcín 94%

90%

85% Langreo 85%


Cuencas 83%
80% Mieres 81%

75%
Aller 74%

70%
1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014

Fuente: SADEI. Elaboración propia.

Igualmente descorazonador es el envejecimiento de la población en las Cuencas. Si


comparamos las pirámides de población autonómica y regional, se puede apreciar que las
Cuencas Mineras están en una situación aún peor. La comarca se encuentra por debajo de la
media asturiana hasta los 50 años de edad.

23
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Figura 9: Pirámide de población de las Cuencas Mineras vs. Asturias, 2014.

85 y más
80-84
75-79
70-74
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
25-29
20-24
15-19
10-14
5-9
0-4
10% 8% 6% 4% 2% 0% 2% 4% 6% 8% 10%

Cuencas: mujeres Cuencas: hombres Asturias

Fuente: SADEI. Elaboración propia.

Asturias es la región europea con menor índice de fertilidad, y la región con peor
proyección de población entre 2004 y 2030 en Europa occidental tras Alemania del Este y la
región italiana de Liguria (Berlin Institute for Population and Development, 2008; Eurostat,
2013). Si tenemos en cuenta la misma comparación de estas dos pirámides, podríamos concluir
que, también en ese sentido, a las Cuencas Mineras les espera un futuro aún más negro que al
resto de la región en lo que a demografía se refiere.

7.2 Empleo

La importancia fundamental de la minería y el objetivo primordial de las políticas para


la reconversión de las Cuencas Mineras es el empleo. Durante los últimos años, se incentivó la
llegada de nuevas industrias a la comarca, pero la crisis que comenzó en 2008 fue una prueba
de fuego para valorar la eficacia de esas medidas.

24
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Figura 10: Estimación de tasa de paro municipal (%). Segundo trimestre de 2015.

Fuente: Regiolab (Universidad de Oviedo), 2015.

En el segundo trimestre de 2015, las Cuencas Mineras estaban a la cabeza en niveles de


desempleo, superando el 25% en algunos municipios —Mieres, Langreo, Aller—, hasta cinco
puntos por encima de la media regional (20,16%). Pero también lo estaban al comienzo de la
crisis: en el primer trimestre de 2008, el desempleo en Langreo y Mieres superaba el 10%,
cuando en la comunidad estaba en torno al 8% (Laboratorio de Análisis Económico Regional,
2015).
Es difícil calcular las tasas de empleo y desempleo al no existir datos municipales sobre
población activa: en el caso anterior han sido calculadas por la Universidad de Oviedo. Hacer
una estimación a partir de la población en edad de trabajar tampoco parece una buena idea
debido a las prejubilaciones. Para observar la evolución del empleo en la comarca desde la
implantación del plan del carbón de 1998 se hace necesario, pues, utilizar otras herramientas.
Ante esta limitación, la tasa global de empleo, igual al número de ocupados entre la
población total (INE, 2015), puede ser útil para hacer una valoración de la relación entre empleo
y población. Además, y a diferencia de la tasa estándar de empleo, es también un indicador de
la dependencia regional de la Seguridad Social y los servicios públicos.
Como se aprecia en la Figura 11, la tasa global de empleo es notablemente inferior en
las Cuencas Mineras que en el resto de la comunidad autónoma: tan solo un 23% de la población
de las Cuencas trabajaba en 2014. Curiosamente, la diferencia entre ambas tasas era igual en
1997, año inmediatamente anterior al plan del carbón del 98, y en 2014: once puntos.

25
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Figura 11: Tasa global de empleo entre 1991 y 2014

60%

50%

39%
40%
31%
Asturias 34%
30% 26%
Langreo 26%
20%
Cuencas 23%
20%

10% Riosa 11%

0%
1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011 2013

Fuente: SADEI. Elaboración propia.

Aunque esta tasa sea el enésimo indicador de la mala situación demográfica de la


comarca, su evolución deja intuir un impacto positivo de las políticas de reconversión en este
ámbito, amortiguando el impacto de la desaparición de la minería.
No obstante, falta por ver si consigue ponerse fin a la tendencia a la baja que dio
comienzo con el estallido de la crisis de 2008, y que en Asturias ya se empieza a dejar atrás.
Tras llegar a aumentar la tasa de empleo en 6 puntos respecto a 1998, las Cuencas han
retrocedido la mitad en estos últimos seis años. También es necesario considerar hasta qué
punto esta estabilidad depende de las rentas de los pensionistas y prejubilados,
excepcionalmente altas en las Cuencas como se verá en el epígrafe 7.3.

7.2.1 Proyectos generadores de empleo

De hecho, parte de esa bajada de la tasa de empleo se debe también al desempeño poco
positivo de los mayores proyectos subvencionados. La financiación de proyectos empresariales
generadores de empleo, uno de los pilares de los planes de desarrollo alternativo de las cuentas,
no ha sido un gran éxito.
Destacan los cincuenta y dos proyectos participados por Hunosa a través de su filial
Sadim Inversiones, de los cuales fue también prestamista. En total, estos proyectos recibieron
106 millones de euros en ayudas, no solo de fondos mineros, sino también del Principado de
Asturias y del Instituto de Desarrollo Económico del Principado, el IDEPA. En 2012, uno de
cada cuatro proyectos respaldados por Sadim había fracasado; algunos de ellos de magnitud,
como puede apreciarse en la tabla. Hunosa ha conseguido recuperar las cantidades prestadas,
pero no ha ocurrido lo mismo con las ayudas. Ese año se mantenían 1.369 puestos de los 1.875
pactados entre 1998 y 2010, un 27% menos (Castaño, 2012).

26
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Figura 12: Principales empresas beneficiarias de fondos mineros para proyectos generadores de
empleo en Asturias

Fondos mineros Ayudas por


Empresa Sadim* recibidos Plantilla trabajador Despidos Notas

Alas Aluminium 13% 13.500.000 € 258 52.326 € 258 Reabierto con nuevo
propietario en 2014, 50
empleados.
Rioglass * 9.318.219 € 165 56.474 € 44

Duro Felguera * 4.966.098 €

Felguera Const. 2.039.394 € 69 29.556 € 47 Cerrada.


Mecánicas
Felguera Melt 1.897.053 € 116 16.354 € 102 Cerrada.

Laminados de 29% 4.500.000 € 52 86.538 € Bajas inventivadas,


Aller retoma actividad en
2012.
Diasa Pharma 40% 3.470.006 € 90 38.556 € 90

Perfilados del * 3.379.427 € 33 102.407 € 33 30 empleados en 2014,


Norte encargo por un año.
Kerkus Metal * 3.483.360 € 57 61.112 € 57 Cerrada.

Autotex 2.900.000 € 207 14.010 € 207 Cerrada.

VenturoXXI 21% 1.637.777 € 73 22.435 € 73 Cerrada.

* Participadas por o deudoras de Sadim Inversiones. Porcentaje refleja participación en 2014.

Fuente: Sadim Inversiones, La Nueva España, El Comercio, RTPA. Datos aproximados.

Al cerrar sus puertas después de recibir cientos de millones, algunas de esas empresas
fueron tildadas de cazasubvenciones. Parece que el marco institucional en el que se concedieron
las ayudas estaba dominado por incentivos perversos: la falta de controles adecuados antes y
después de la adjudicación de las ayudas favoreció que compañías cuya viabilidad era, a la luz
de los hechos, muy discutible se beneficiaran de decenas de miles de euros por cada puesto de
trabajo que, en muchos casos, no lograron mantener más allá del tiempo mínimo requerido. Al
margen de las posibles intenciones ilícitas de algunas de esas empresas, es posible que algunos
proyectos salieran adelante ante las optimistas perspectivas de crecimiento a las que puso fin la
crisis de 2008, claro punto de inflexión como se aprecia en la evolución de la tasa de empleo e
incluso en los datos de población. Tampoco consiguieron atraerse industrias punteras —de
tecnologías de la información, por ejemplo— que pudieran acercar a las Cuencas a convertirse
en un polo de innovación.

27
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

7.3 Dependencia de las transferencias

7.3.1 Pensiones

Una de las principales justificaciones de las ayudas al carbón y del régimen especial de
pensiones del sector es el sostenimiento de las Cuencas Mineras ante la progresiva desaparición
de la explotación del mineral. No obstante, en las mismas justificaciones de los Planes del
Carbón se señala “el alto nivel de desempleo y dependencia de la Seguridad Social” como uno
de los rasgos de las comarcas (Ministerio de Industria y Energía, 1997). En efecto, cuando se
miran los datos es fácil constatar la dependencia que la economía comarcal y regional tiene de
dichas pensiones.
Según la Seguridad Social, 35.766 asturianos percibieron en 2014 una pensión a través
del Régimen General de la Minería del Carbón, un 11,74% del total. Sin embargo, percibieron
809 millones de euros, o uno de cada cinco euros (18,76%) repartidos en pensiones en la región.
Frente a la jubilación media de 1.220 euros, los mineros asturianos ingresaron 2.115 euros, un
73% más que el resto de jubilados y un 55% más que los jubilados en el régimen general. Estos
datos no incluyen ni tan siquiera a los prejubilados del carbón.

Figura 13: Porcentaje de pensiones vs. transferencias en pensiones en Asturias (por régimen de la
Seguridad Social)

100%

90%
Carbón
Carbón
80% 11,94%
18,76%
70% Trabajadores del Mar
Autónomos Autónomos
24,99% 14,12% SOVI
60%
Enfermedades profesionales
50%
Accidentes de trabajo
40% Carbón
30% General Autónomos
General
57,95%
53,19% General
20%

10%

0%
Número pensiones Euros

Fuente: Seguridad Social. Elaboración propia.

Esos 809 millones de euros suponen un 3,77% del PIB de toda Asturias (algo superior
a los 21.000 millones de euros en 2014). Pero para juzgar el impacto de estas pensiones en la
economía comarcal, parece oportuno compararlo con datos agregados de renta: en las Cuencas
Mineras, la renta familiar disponible ajustada neta era en 2012 (dato más reciente) de 2.400
millones de euros (SADEI, 2015). Los 778 millones de euros recibidos en pensiones mineras
en 2012 equivalen, por tanto, una tercera parte de la renta neta de las Comarcas Mineras.
Es evidente que no todo ese dinero se gasta en las Cuencas. Según el Censo de 2011, un
34% de los trabajadores de la minería del carbón vive fuera de las Cuencas Mineras. Un 8%

28
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

vive en Cangas del Narcea, donde hay explotaciones de antracita, pero el otro 24% vive en
municipios sin explotaciones, en especial en Oviedo (12%) y Gijón (8%).
También hay que considerar, por un lado, que parte del dinero se habrá destinado al
ahorro, y, por la otra, la renta de los en torno a 2.300 trabajadores mineros aún en activo y muy
especialmente la de los 7.000 prejubilados, un colectivo que equivale a la tercera parte del de
los pensionistas. En cualquier caso, ante estas comparaciones parece claro que las transferencias
estatales vía pensiones del carbón son cruciales para la economía de los concejos mineros.
Tomando los datos anteriores, podrían suponer una cuarta parte de la renta comarcal.
Un último dato puede ilustrar la peligrosa dependencia de las pensiones: en 2014, la
esperanza de vida al nacer en Asturias se situó en los 79 años para los hombres y en 85 para las
mujeres. En 2014, los mayores de 75 años eran la mitad (48%) de los pensionistas en el régimen
del carbón y percibían cerca del 40% del dinero, lo cual podría equivaler a un 10% de la renta
de las Cuencas.

7.3.2 Ayudas para infraestructuras

Las ayudas para el desarrollo regional influyen en las decisiones políticas relacionadas
con el gasto público. Según el efecto del papel matamoscas, el aumento de los ingresos públicos
debido a ayudas exógenas —en este caso del gobierno central— provoca un aumento del gasto
público proporcionalmente mayor que el que causa el aumento de ingresos fiscales, dada la
propensión de los actores políticos a maximizar el presupuesto (Inman, 2008). Algunas de las
infraestructuras acometidas han tenido un elevado coste de oportunidad a cambio de una
utilidad dudosa. Por ejemplo, tres conexiones paralelas de la cuenca del Nalón con Siero están
separadas por apenas dieciocho kilómetros y tuvieron un coste total de unos 620 millones de
euros (Ordóñez, 2010). Probablemente, estas infraestructuras no se hubieran ejecutado de
haberse percibido que esos fondos tienen su origen en el contribuyente-votante local y regional.
Sin embargo, en el caso asturiano, estos incentivos políticos pudieron haberse vuelto
parcialmente en contra de las comarcas mineras. Los fondos para infraestructuras fueron
algunas veces la excusa para reducir el gasto autonómico en los municipios mineros, lo cual
negaba los principios de adicionalidad y complementariedad bajo los que se otorgaron las
ayudas. Los saneamientos en algunos núcleos urbanos de la cuenca del Nalón fueron pagados
con fondos mineros, mientras que en otros municipios se hicieron con cargo de los presupuestos
generales, como denuncian los sindicatos (Alperi, 2015). De hecho, podría considerarse que los
fondos fueron integrados en los presupuestos autonómicos, limitando el beneficio adicional que
los justificaba (Prendes, 2015).
Una administración intermedia —la comunidad autónoma— inhibe así el aumento del
gasto público en las comarcas que las ayudas deberían permitir, al utilizarse esos fondos como
una oportunidad de asignar más recursos a otros municipios. Jugando con la ilusión fiscal que
las ayudas generan, pudo repartirse la percepción de un aumento del gasto público entre los
municipios no mineros —real— y los mineros —engañosa, al no aumentar en la medida que
debería—, con el consecuente rédito político. Esto dificulta la valoración del impacto de parte
de las ayudas y pudo provocar una dependencia de las mismas para las cuentas regionales.

7.4 Distribución de la renta

Cuando se atiende a los índices de desigualdad en los concejos mineros es posible


destacar un curioso patrón. Fedea calculó en 2014 el índice de Gini para municipios de más de

29
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

5.000 habitantes, utilizando microdatos fiscales del año 2007. Según los resultados, los
concejos de las Cuencas Mineras asturianas, o al menos los que tienen más de cinco mil
habitantes, puntúan especialmente bien en cuanto a distribución de la renta.

Figura 14: Índice de Gini en los concejos asturianos, 2007

Nava 0,55
Llanes 0,54
Cangas de Onís 0,52
Llanera 0,49
Grado 0,49
Villaviciosa 0,49
Piloña 0,48
Ribadesella 0,48
Valdés 0,47
Cudillero 0,47
Gijón 0,46
Oviedo 0,46
Castrillón 0,45
Gozón 0,44
Parres 0,44
Siero 0,44
Salas 0,43
Navia 0,43
Cangas del Narcea 0,43
Carreño 0,41
Avilés 0,41
Lena 0,41
Aller 0,41
Pravia 0,40
Tineo 0,40
Laviana 0,39
Mieres 0,39
Langreo 0,39
San Martín del Rey Aurelio 0,38
Noreña 0,38
Corvera de Asturias 0,35 Cuencas Mineras
0,00 0,10 0,20 0,30 0,40 0,50 0,60

Datos: Fedea, 2014. Municipios de más de 5.000 habitantes. Elaboración propia.

Como se puede observar, seis de los diez primeros municipios de entre los treinta y dos
concejos asturianos con más de 5.000 habitantes están, de hecho, en las Cuencas. Si trazamos
la curva de Lorenz, se puede observar que la curva de las Cuencas Mineras está más próxima a
la recta que indica una distribución perfecta de la renta.

30
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Figura 15: Aproximación de curva de Lorenz de Asturias vs. Cuencas Mineras

100%

80%

60%
Renta

40%

20%

0%
0% 20% 40% 60% 80% 100%
Población

Asturias >5k Cuencas Mineras >5k

Datos: Fedea, 2014. Aproximación por media ponderada de quintiles de renta en municipios con más de 5.000 habitantes.
Elaboración propia.

Más allá del caso asturiano, parece existir evidencia empírica del efecto positivo de la
minería en la redistribución de la renta a largo plazo —conforme suben los salarios— (Miranda
Pacheco, 2015), si bien puede provocar el efecto contrario en las regiones adyacentes, difícil de
cuantificar en este caso.
Habría que evaluar, eso sí, el impacto de la crisis en la distribución de la renta de la
comarca. Por un lado, es conocida la incidencia tan negativa que ha tenido a nivel nacional
(Consejo Económico y Social de España, 2013); por el otro, las rentas relacionadas con el
carbón no se han visto tan afectadas: los trabajadores del sector tienen empleos más estables y,
además de cobrar pensiones más elevadas, los jubilados han visto crecer sus pensiones en un
23% desde 2007, un punto más que los trabajadores del régimen general de la Seguridad Social.

31
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

8. IMPACTO SOCIAL

8.1 Salud

Más allá del impacto económico, la actividad minera cambió de forma determinante la
sociedad de las Cuencas Mineras. Aunque el alejamiento del mundo rural ocurriría más tarde o
más temprano en toda la región, los cambios provocados por la reciente terciarización de
Asturias no son los mismos que los de la temprana industrialización de las comarcas. Antes de
empezar a movilizarse, los mineros tuvieron que enfrentarse al duro trabajo de la mina sin tan
siquiera derechos laborales: el absentismo laboral fue una preocupación de la patronal desde un
primer momento. Por un lado, las explosiones de grisú5 y otros accidentes en el interior de la
mina eran constantes, y son recogidas por frecuencia en la cultura popular: el himno de los
mineros, En el pozu María Luisa, quizá sea la mejor muestra de ello6. Por el otro, numerosas
enfermedades laborales han hecho mella en los trabajadores de la mina. La más característica
de ellas es la silicosis, enfermedad pulmonar provocada por la inhalación de partículas de sílice.
Además, los mineros también estaban expuestos a la humedad en el interior de las minas de
forma frecuente y prolongada. Entre 2009 y 2013, la mortalidad derivada de las enfermedades
del sistema respiratorio y del osteomuscular es un 7% y un 13% superior, respectivamente, en
las Cuencas en comparación con Asturias, según los datos de SADEI.
También parece apreciarse en los datos demográficos la elevada siniestralidad y las
enfermedades laborales relacionadas con la mina, dada la mayoría de varones en la minería —
que se analizará en el apartado 8.3—. Si se comparan las pirámides de población de las Cuencas
Mineras y Asturias (Figura 16), puede apreciarse cómo la proporción de mujeres a partir del
tramo 70-74 años es un 10,5% mayor en la comarca que en la comunidad. Puede deducirse que
se debe a la peor salud de los mineros, en especial aquellos que no llegaron a disfrutar de las
prejubilaciones como los actuales. Al fin y al cabo, este caso es un ejemplo extremo de cómo
la mayor esperanza de vida de las mujeres frente a la de los hombres está ligada a un factor
conductual, y no tanto biológico (Hawkes y Buse, 2013). Parece claro que las prejubilaciones
no solo han permitido reducciones de plantilla no traumáticas, sino que también repercutirán
positivamente en la salud de los trabajadores.

5
El grisú es el nombre que recibe el metano que se acumula entre las vetas de carbón. Las bolsas de grisú son
especialmente frecuentes en los yacimientos asturianos.
6
También llamada Santa Bárbara Bendita, la letra de la canción clama a la patrona lo siguiente: “En el pozo María
Luisa murieron cuatro mineros. […] Traigo la camisa roja de sangre de un compañero. […] Traigo la cabeza rota,
que me la rompió un costero. […] Mañana son los entierros de esos pobres compañeros.”

32
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Figura 16: Diferencia entre las Cuencas Mineras y Asturias de la proporción entre mujeres y
hombres para cada tramo de edad, 2014.

85 y más
80-84
75-79
70-74
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
25-29
20-24
15-19
10-14
Más hombres Más mujeres 5-9
proporcionalmente proporcionalmente 0-4
-12% -8% -4% 0% 4% 8% 12%

Datos: SADEI. Elaboración propia.

8.1.1 Alcoholismo

A las múltiples amenazas a la salud de los mineros, hay que añadir una más: el alcohol.
El chigre, el bar, fue desde los primeros tiempos un punto de encuentro para los trabajadores,
de gran relevancia social y cultural al ser el espacio en el que estos acordaban sus
reivindicaciones laborales y organizaban las protestas. Pero más allá de su noble función de
ágora sindical, en los chigres se bebía, y mucho: por aquel entonces, sidra, vino y aguardiente
de dudosa calidad (Sierra Álvarez, 1985). De hecho, la cultura del bar y del alcohol se perpetúa
hasta hoy en día. Según un estudio sobre la mortalidad en las Cuencas desde 1987 hasta 2003,
se percibe una mayor incidencia de la cirrosis hepática como causa de muerte en relación con
la media autonómica (Quirós, Redondo, y Donate, 2005). Parece que la tendencia se mantiene:
según los datos de SADEI, la mortalidad entre 2009 y 2014 por enfermedades del aparato
digestivo —entre las que se cuenta la cirrosis— fue un 13% mayor que en toda Asturias.
Las prejubilaciones, lejos de corregir estos problemas, perpetúan los hábitos generados
durante los años trabajados. A principios del siglo pasado, preocupaba que el tiempo libre del
que los mineros disponían tras la reducción de la jornada a ocho horas se empleara en los
“vicios” (Sierra Álvarez, 1985); hoy, se puede constatar que el desempleo es un factor de riesgo
para el alcoholismo (Mossakowski, 2008), y viceversa.
Se mantienen, por tanto, todos los factores para que el alcoholismo siga estando presente
en la sociedad de las Cuencas. Los prejubilados beben porque llevan toda la vida haciéndolo, y
además cuentan con tiempo y recursos económicos. Sus hijos, que se enfrentan a elevadas tasas
de desempleo, crecen en un entorno familiar y social donde el consumo de alcohol se ve con
normalidad. Esta tolerancia alcanza incluso a la esfera institucional: hasta marzo de 2015,
Asturias era la única comunidad donde la edad mínima para beber alcohol estaba fijada en los
16 años, frente a los 18 años del resto de España. Las estadísticas también reflejan este
desajuste: Asturias está por encima de la media en consumo de alcohol, y uno de cada tres

33
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

asturianos de entre 14 y 18 años se ha emborrachado en los últimos 30 días (Consejería de


Sanidad del Principado de Asturias, 2015).

8.2 Prejubilaciones e incentivos

Las prejubilaciones han mejorado la calidad de vida de los antiguos trabajadores y han
mantenido la demanda de bienes y servicios en las Cuencas Mineras. Como colectivo, los
prejubilados han mantenido también la alta disposición a movilizarse para defender causas
propias y ajenas, habiendo un continuum social entre la etapa laboral y la prejubilación. Sin
embargo, las prejubilaciones tienen una cara b que podría corregirse con iniciativas que no
parecen contemplar los planes mineros.
Muchos mineros se han prejubilado con poco más de cuarenta años, y aunque el desgaste
producido por la mina es una realidad, no necesariamente ha tenido el mismo impacto en todos
los individuos. En otras palabras: pueden estar en perfectas condiciones para seguir trabajando.
A falta de alternativas ocupacionales y de información y formación para llevarlas a cabo
(Martínez Rodríguez, Rodríguez Rodríguez, Díaz Pérez, et al., 2006), existen incentivos para
trabajar pese a estar cobrando la prejubilación. Los prejubilados se convierten así en “activos
encubiertos” de la economía comarcal. Al margen de las tradicionales labores en el campo,
cuyo fruto suele dedicarse solo al consumo propio, es frecuente su participación en el sector de
la construcción, “especialmente con las reparaciones domésticas y las pequeñas obras de
rehabilitación” (Comas Arnau, 2005, p. 33), coloquialmente llamadas “chollos”. Estos trabajos
engrosan la ya abultada economía sumergida de la región: un 26% del PIB en 2012, ligeramente
por encima de la media nacional, que se situaba en el 24,6% (Sardá y Gestha, 2014). Además,
el fenómeno repercute de forma negativa en las perspectivas de empleo de los jóvenes de la
comarca.
Pero también esos jóvenes son beneficiarios indirectos de las prejubilaciones. Las
elevadas prejubilaciones, en especial en los primeros años de los planes del carbón, han
permitido un nivel de vida medio-alto a los hogares de las Cuencas que no es ajeno a los hijos
de los mineros. Los jóvenes pueden percibir que el dinero entra en las casas sin esfuerzo, a lo
que se suman las bajas aspiraciones educativas en las zonas tradicionalmente industriales,
donde encontrar trabajo era fácil (M. Basteiro, 2013). Esta situación es paradójica: un factor
coyuntural —las prejubilaciones— y otro cultural —propio de las áreas industriales— agravan
las consecuencias de un problema estructural —las deficiencias del mercado laboral
comarcal—.

8.3 Género

La minería es un sector históricamente dominado por los hombres, pero, como se


explicó en el apartado 3.1, las mujeres han participado en diversas labores relacionadas desde
sus comienzos. Tras el veto entre los años 50 y 80, la mujer ha vuelto al sector, aunque su
participación es minoritaria.

8.3.1 Barreras de entrada

La vuelta de la mujer a la minería se vio con reticencias entre los trabajadores de


Hunosa. A mediados de los 80, la empresa quiso reintroducir la mano de obra femenina en la
cadena de producción, y en 1984 las ocho primeras participaban en las pruebas de selección,

34
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

las cuales, aun estando destinadas a los puestos en el interior de la mina —en igualdad de
condiciones con los hombres—, solo les permitieron trabajar en puestos de exterior. Dos de
esas mujeres acudieron sin éxito a los tribunales: por aquel entonces, estaba prohibido “el
empleo femenino en trabajos subterráneos de minería”, según recogía la Carta Social Europea
adoptada en 1961 y ratificada por España en 1980 (Bango, 1986a; BOE 1980). Así fue hasta
1996, año en el que será revisada por el Consejo de Europa, si bien el Tribunal Constitucional
ya se había pronunciado en 1992 al respecto7. A partir de entonces, solo se restringirá el trabajo
en la mina durante el embarazo.
Pero la lucha de estas dos mujeres no terminó ahí. Su incorporación en 1986 fue
acompañada del rechazo de los demás trabajadores y sus representantes sindicales, hasta el
punto de llegar a convocar una huelga parcial y manifestaciones en su contra (Bango, 1986b;
Cuartas, 1986). Los medios recogían declaraciones de algún trabajador que se oponía a la
incorporación dado que los maridos de ambas ya trabajaban y había muchos desempleados en
las comarcas, a lo que una de ellas respondió que renunciaría a su puesto si las demás mujeres
de mineros que trabajaban hacían lo propio.
En los años sucesivos más mujeres pasan a formar parte de la plantilla de la empresa,
también desempeñando por fin trabajos en el interior de la mina. En 2013, trabajaban en Hunosa
199 mujeres, un 12% de la plantilla (SEPI, 2013). Además, han entrado por fin a la mina: en
2011, eran 127 las mujeres que trabajaban en el interior, frente a las 85 que trabajaban en
puestos de exterior (de Miguel, 2011). El último hito al respecto fue la designación de María
Teresa Mallada como presidente de Hunosa, en el año 2012, convirtiéndose en la primera mujer
al frente de la empresa pública, y previsiblemente una de las últimas personas que ocupará ese
puesto (Villar, 2012).

8.3.2 Distribución de la renta y conciliación laboral

No existen datos públicos sobre los salarios de los empleados de Hunosa, pero sí
podemos evaluar las estadísticas sobre pensiones. Si atendemos a los pensionistas en el
Régimen Especial de la Minería del Carbón, de los 20.683 jubilados asturianos en ese régimen,
tan solo 223 eran mujeres: un mínimo 1,1% del total.

7
El Tribunal Constitucional reconoció el derecho de otra mujer, Concepción Rodríguez Valencia, a “ocupar la
plaza de ayudante minero en HUNOSA en igualdad con los varones que superaron al mismo tiempo que ella las
correspondientes pruebas de acceso”. http://hj.tribunalconstitucional.es/HJ/en-
US/Resolucion/Show/SENTENCIA/1992/229

35
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Figura 17: Jubiladas mujeres en Asturias por régimen de la Seguridad Social (media 2014)

Diferencia con
Número de mujeres % total Pensión media hombres

Minería del Carbón 223 1,08% 1.608,73 -24%

Todos los regímenes 57.732 33,57% 715,27 -52%

General 24.186 27,00% 954,21 -37%

Autónomos 29.233 58,73% 553,89 -28%

Trabajadores del Mar 143 6,62% 611,17 -53%

SOVI 3.675 64,73% 369,64 -5%

Enferm. profesionales 27 1,36% 951,44 -57%

Accidentes de trabajo 245 11,44% 788,29 -37%

Fuente: Seguridad Social.

En cuanto al importe de las pensiones, se percibe también un severo desajuste: mientras


que la pensión media se situó en los 2.120,70 euros para los hombres, en el caso de las mujeres
se quedó en 1608,73 euros, un 24% menos. Es necesario realizar, no obstante, dos importantes
matizaciones: por un lado, de las pocas mujeres que han trabajado en el sector minero en las
últimas décadas, aún menos lo han hecho en el interior de la mina —los puestos mejor
pagados—, y por tanto pueden haber cotizado en media menos que los hombres; pero, por el
otro, se puede observar que, con la salvedad del seguro obligatorio de vejez, es precisamente
en el régimen de la minería donde se aprecia la menor brecha entre hombres y mujeres. Así, ese
24% no es tan grave si se compara con la pensión un 37% menor de las mujeres en el régimen
general o el 52% de media.
Pero la actividad minera tiene una dimensión de género que va más allá de la propia
participación de la mujer en el sector de forma directa. Precisamente la pequeña participación
de la mujer puede provocar un reparto desigual de la renta entre ambos géneros, algo constatable
de forma empírica (Reeson, Measham, y Hosking, 2012). La conciliación familiar es también
difícil en un sector en el que se trabaja en tres turnos, incluido el nocturno, y en el que tampoco
se han impulsado medidas que la favorezcan más allá de los permisos por lactancia (BOPA
2012). De hecho, Hunosa es la única gran compañía de la SEPI que no tiene —¿aún?— un plan
de igualdad (SEPI, 2014). Ante a los relativamente altos salarios que se pagan en la minería,
que pueden ser suficientes para sostener la economía doméstica y que estadísticamente están
en manos masculinas, las mujeres pierden aún más incentivos para trabajar fuera del hogar.
Esto tiene evidentes implicaciones en cuanto a distribución de la renta, en especial a largo plazo,
al incidir muy negativamente en la posterior pensión. De hecho, la discriminación de género es
uno de los factores que repercuten negativamente en las perspectivas de futuro de las regiones
industriales en declive, dado su impacto negativo en la igualdad de oportunidades (McGahey y
Vey, 2008). No se ha encontrado una sola medida que haya tratado de atajar ese desajuste en
un cuarto de siglo de planes del carbón.

36
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

9. CONCLUSIONES

Algún día antes del 31 de diciembre de 2018 el último pozo echará el cierre, poniendo
así fin a casi dos siglos de actividad minera. Por muy pobre que fuera la calidad del carbón
asturiano, los mineros fueron pieza fundamental de la industrialización española, y también
cruciales en la lucha por los derechos laborales y sociales de todo el país que aún hoy se
conservan.
La minería dio empleo durante décadas, atrajo a inmigrantes de toda España, creó
riqueza en la comarca e incluso incidió positivamente en el reparto de la renta regional. Sus
efectos negativos se sufrieron de formas diferentes según el sexo: los hombres se dejaron en las
minas su salud, y en muchos casos también sus vidas; las mujeres no fueron partícipes del
mismo modo de los beneficios laborales de la minería, convirtiéndose esto en un obstáculo para
su entrada en el mercado laboral.
Cuando la baja productividad de la minería asturiana se tuvo que enfrentar a la
globalización, la falta de rentabilidad llevó a abordar el progresivo repliegue del sector. Para
hacerlo de la mejor manera, los mineros utilizaron su importante capital político en las
negociaciones con el Estado, consiguiendo grandes victorias sobre el papel.
Sin embargo, ¿cómo serán las Cuencas esa nochevieja de 2018, veintidós mil millones
de euros después? Con la gran mayoría de los mineros ya prejubilados —afortunadamente, con
mejor salud que sus antepasados—, sus rentas desaparecerán progresivamente con ellos: cabe
recordar que un 40% de las pensiones actuales del carbón es percibido por mayores de 75 años.
Las iniciativas por crear puestos de trabajo parecen, a todas luces, insuficientes para cubrir los
empleos de la minería, por lo que el éxodo hacia las ciudades de la comunidad seguirá
mermando su demografía. La demanda generada por las pensiones sostendrá el nutrido sector
servicios de la comarca solo un par de décadas más. Si las tendencias no consiguieron invertirse
ni con el empleo de las milmillonarias transferencias, no parece probable que se puedan invertir
en los tres años que quedan, cuando el plan del carbón vigente ya parece de cierre.
Algunos se preguntarán entonces qué se pudo haber hecho. Quizá fueran necesarios más
fondos y mejor gestión para impulsar más y mejores proyectos generadores de empleo, frente
a los millones en infraestructuras cuya utilidad nadie discute pero cuyo carácter prioritario es
cuestionable. Quizá los proyectos de I+D+i deberían haber recibido más que una parte marginal
de los fondos. Quizá asumir los flujos migratorios internos habría animado a llevar a cabo
iniciativas de las que se beneficiara toda la región, y no solo la comarca: el eje Oviedo-Gijón-
Avilés, cuyo tejido económico y laboral es más sólido, podría haber atraído talento si se hubiese
planteado seriamente el objetivo de convertirlo en un polo de innovación y crecimiento.
En cualquier caso, el intento de reconversión, que tras ponderar sus resultados podemos
tildar de “fallido”, se lleva su mayor suspenso en un ámbito: la gestión política. El monopolio
del poder político y sindical en Asturias llevó a una gestión irresponsable de los fondos. Si todos
los colectivos afectados hubiesen comprendido el elevado coste de oportunidad de estas malas
prácticas y los agentes implicados en la toma de decisiones hubiesen sido más diversos,
seguramente habrían demandado un mayor control del uso de los fondos y habrían corregido
las deficiencias de los planes del carbón con mayor tino. Incluso podrían haberse discutido otras
vías, quizá complementarias, para que, en el ocaso de la minería asturiana, una comarca pudiera
despedirse con tranquilidad del mineral que tanto la cambió.

37
Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

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ANEXO: ESCALA DE COEFICIENTES REDUCTORES

Recogido en el Real Decreto 2366/1984, de 26 de diciembre, sobre reducción de la edad


de jubilación de determinados grupos profesionales incluidos en el ámbito del Estatuto del
Minero, aprobado por el Real Decreto 3255/1983, de 21 de diciembre.
1. Coeficiente 0,50
Personal de interior que desarrolla trabajos directos de arranque de mineral, de
fortificación en los frentes de arranque o de avance de distintas labores de preparación o
investigación.
- Picador.
- Barrenista.
- Ayudante Picador.
- Ayudante Barrenista.
- Auxiliar Picador.
- Posteadores que trabajen en los frentes de arranque en condiciones análogas de
penosidad o peligrosidad a las que concurren en el resto de categorías de este apartado.
- Oficial Sondista (Inyectador) que trabajen en los frentes de arranque en condiciones
análogas de penosidad o peligrosidad a las que concurren en el resto de categorías de
este apartado.
- Perforista.
- Rozador.
- Martillero.
- Desplazador de arranque o pilas.
- Conductor Minador Continuo.
- Jumbista.
2. Coeficiente 0,40
Personal de interior que participa en las labores de arranque o avance de forma indirecta,
significadamente mediante el manejo de explosivos, labores de carga y transporte del mineral.
- Posteador.
- Minero primero.
- Artillero.
- Ayudante de Artillero, cuando desempeñen sus trabajos en las mismas condiciones que
los de la categoría a la que auxilian.
- Electromecánicos de primera y segunda que trabajen en los frentes de arranque en
condiciones análogas de penosidad o peligrosidad a las que concurren en el resto de
categorías de este apartado.
- Oficial mecánico principal de explotación y Oficial eléctrico principal de explotación,
que trabajen en los frentes de arranque en condiciones análogas de penosidad o
peligrosidad a las que concurran en el resto de las categorías de este apartado.
- Camineros y Tuberos en arranque y preparación.
- Maestro Minero.
- Cargador-Pegador.
- Conductor camión de labores mineras.
- Conductor Cargador de labores mineras.
- Palista.
3. Coeficiente 0,30

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Las Cuencas después del carbón Juan Ángel Donaire Ruitiña

Personal de interior en labores de mantenimiento, conservación, saneo y entibación.


Personal Técnico, Encargados y Vigilantes.
- Técnico o Vigilante.
- Ayudante Artillero.
- Entibador.
- Ayudante Entibador.
- Caballista.
- Maquinista de tracción.
- Vagonero.
- Rampero.
- Electromecánico de primera.
- Electromecánico de segunda.
- Oficial mecánico principal de explotación.
- Oficial eléctrico principal de explotación.
- Estemplero.
- Viero.
- Murero.
- Sondista.
- Maquinista de scraper.
- Machacador en trituración primaria.
4. Coeficiente 0,20
- Resto de categorías profesionales interior.
5. Coeficiente 0,20
- Trabajadores trasladados de puestos de interior a puestos de exterior en cumplimiento
de un precepto legal o reglamentario. Caso de que el traslado se produzca a un puesto
de interior el coeficiente correspondiente al nuevo puesto se incrementará en un 0,10.
6. Coeficiente 0,15
- Trabajadores de exterior que realicen labores de roza y arranque con similares riesgos a
los tenidos en cuenta para las categorías de interior que desempeñen labores del mismo
tipo.
7. Coeficiente 0,10
- Trabajadores de exterior que participen de forma directa en el desarrollo de labores
mineras distintas de las consignadas en el apartado 6 de esta escala con concurrencia de
riesgos pulvígenos.
8. Coeficiente 0,05
- Resto de trabajadores de exterior que participen de forma directa en el desarrollo de
labores mineras.

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