Sunteți pe pagina 1din 2

Testimonio

Mi nombre es Julián Andres Fickert Manera, tengo 28 años, nací en La Paz, Bolivia y crecí en un hogar
cristiano. Mis padres estudiaron en el instituto bíblico de Palabra de Vida en Buenos Aires; mi papá es de
nacionalidad boliviana y mi mamá argentina. En estos momentos mi papá trabaja a tiempo en la obra de
Dios, en la BBN, una radio cristiana que tiene oficinas por todo el mundo.

A la edad de seis años mi mamá me predico el evangelio por medio de una sandia y acepte al Señor, por
muchos años mi vida cristiana era muy similar a la mayoría de los que han crecido en una familia
cristiana, totalmente rodeado por la iglesia. Esto se ve en que realice mis estudios primarios y de la
secundaria en un colegio cristiano.

A mis dieciséis años todo lo que era seguro en mi vida se vio afectado por la enfermedad de mi mamá, el
2006 fue diagnosticada con cáncer, esto nos trajo a la Argentina donde realizo su tratamiento médico
pero el caso era muy complejo, tenía dos tumores en el cerebro. Ese año me vi obligado a dejar a mis
amigos, la iglesia donde crecí a un lugar donde no conocía a muchas personas, excepto a mi familia.

A fines de ese año nos enteramos que ya no se podía hacer nada más para luchar contra la enfermedad
y en el mes de febrero del 2017 mi mamá partió a la presencia del Señor, esto causo que dudará mucho
acerca de Dios y que sintiera que tener una relación con Él no valía la pena. Esto causo que, durante 3
años casi cuatro, mi vida cristiana sea solo un engaño, me bautice y participe en distintos ministerios
solo para callar las voces de los hermanos de la congregación en Bolivia.

Al mismo tiempo me sumergí en la depresión y comencé a perder mi voluntad por continuar viviendo,
pero Dios fue muy fiel para con mi familia y mi persona; escucho las oraciones de mi papá, de mis tíos,
de mi hermano y muchos miembros de la iglesia que conocían lo que estaba pasando. Esta oración fue
contestada por medio de una pregunta que surgió en mi interior: ¿Cómo puede ser que a pesar de que
sabía que su enfermedad la mataría, mi mamá, jamás perdió la sonrisa que la caracterizaba?

Esta pregunta surgió de la nada y aunque ahora se que la respuesta esta en que tenía una relación
genuina con Dios, la respuesta errada que surgió en ese momento fue que ella encontró ese motivo para
sonreír, pese a la situación, en Palabra de Vida. Al mismo tiempo se abrían las puertas para estudiar un
año en ese lugar, yo solo lo pensaba como una forma de escapar. Sin saber que Dios utilizaría ese año, el
2010, estudiando la biblia para restaurar mi vida y volver a buscar a tener una relación conmigo.

Este proceso de restauración aún continua, ahí estuve en el ministerio con niños: la horita feliz con los
hijos misioneros; después Dios me llevó a estudiar licenciatura en letras en Santa Fe, los años que duro
la carrera participe de la escuela dominical, del grupo de teatro y en el grupo de adolescentes; este
último se transformo el lugar donde quiero servir todo el tiempo que Dios me permita.

Al terminar mis estudios regrese a Bolivia durante dos años donde trabaje, gracias a Dios, en el grupo de
adolescentes y en la escuela dominical, pero constantemente sentí que no estaba en el lugar correcto,
comencé a orar y Dios me trajo de vuelta a la Argentina. Ahora, estoy aquí seguro que quiero estar y
hacer lo que mi padre celestial tenga para mí, esperando que me guíe a hacer de él, el motor y el fin de
cada una de mis acciones.
Intenciones

Podría decir que mis intenciones son muy comunes: poder ejercer la carrera que Dios me ha dado, pero
uno de los mayores deseos que hay en mi corazón es que este enorme regalo sea un instrumento en las
manos de Dios, y si pudiera ejercer mi carrera sirviéndole al mismo tiempo, se que me encontraría en
una posición muy ideal.

No tengo una pretensión salarial porque desconozco los valores que se manejan al respecto, por lo que
si se da una oportunidad laboral la tomaría esperando que sea el lugar donde Dios ha dispuesto que
continué mi camino.

S-ar putea să vă placă și