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Electivo Economía y Sociedad

Profesor Julio Tapia/

Guía de Trabajo
Las Necesidades Humanas

1.- Concepto:

En el lenguaje corriente, necesidad es sinónimo de carencia de algo, del deseo de poseer o de disfrutar algo que
no se tiene y que existe, aunque por diversas razones – pobreza, por ejemplo – no esté realmente al alcance de
la persona.
De esta manera, algunas ramas de la teoría económica suponen que cualquier persona, independiente de su
situación, “necesita” o puede optar a todo lo que existe dentro del marco de realidad que históricamente le
corresponde vivir.
Sin embargo, las necesidades no poseen el mismo rango de importancia para todos los sujetos. Tampoco se nos
presentan con el mismo grado de urgencia ni son iguales las posibilidades de satisfacerlas. Así, respirar a pulmón
lleno no admite postergación y es una necesidad que todos pueden satisfacer sin mayor dificultad. Otras, en
cambio, plantean dificultades muchos mayores para su satisfacción y permiten limitaciones, sustituciones o
exclusiones con consecuencias mucho menos dramáticas. Esto permite una clasificación que posee cierta
importancia.
Clasificación:
En primer lugar, con un rango indiscutible de importancia debemos anotar las necesidades vitales o de origen
biológico tales como dormir, respirar, comer, abrigarnos, etc. Su satisfacción incompleta o parcial atenta contra
la existencia misma del individuo.
Por otra parte, la vida humana se desarrolla de acuerdo con pautas o moldes culturales que crean múltiples
necesidades asociadas a las anteriores y que llegan a tener importancia significativa. Es el caso de que, si bien no
es absolutamente indispensable usar platos y cubiertos para comer, por razones de existencia social ha llegado
a serlo y requerimos comida cocinada de determinada manera y servida conforme a la manera adoptada por
nuestra cultura. Este tipo de hábitos de origen cultural, que generan necesidades, se extiende a todos los
ámbitos de nuestra vida: vestidos, muebles, habitaciones, etc…
Por último, la verdad que expresa la frase “no solo de pan vive el hombre” aparece también en el campo de las
necesidades humanas. Lo que genéricamente llamamos espíritu, crea necesidades que le son propias y que
deben ser atendidas. Aunque no todas estas necesidades espirituales tengan mayor significación económica – la
búsqueda de Dios, por ejemplo – es evidente que las personas gastan parte de sus ingresos en obtener o en
crear emociones estéticas (cine, pintura, música) o en avanzar en el conocimiento puro (filosofía y ciencias) y
otras actividades semejantes.
Desde otro ángulo pueden clasificarse en colectivas e individuales. En el hecho, todas las necesidades son de
carácter individual, porque las experimenta el individuo. Pero, desde que se vive en comunidad, muchas de ellas
pasan a ser del grupo entero y se tornan colectivas. Por ejemplo, la necesidad de vigilancia policial, las de
educación, las de higiene ambiental, etc…
Para atender estas necesidades colectivas, que ningún individuo por sí mismo podría satisfacer, cobra una
importancia primordial el Estado como aparato visible que analiza y concentra esfuerzos para lograr los fines
generales que consciente o inconscientemente se propone la comunidad o, si se quiere, quienes toman su
representación.

Otras características de las necesidades:

Se ha dicho ya, que se suponen ilimitadas, en tanto que todos pueden, eventualmente llegar a necesitar de
todo, en el sentido económico del término. Podemos agregar, conforme a la experiencia personal de cada uno
de nosotros que, además, son generalmente progresivas. Esto quiere decir que en cuanto se satisface una de
ellas – tener casa propia, por ejemplo – de inmediato surgen otras y otras, como tener muebles mejores,
aparatos electrodomésticos, etc. Otro tanto ocurre con las necesidades espirituales: cada avance en ese terreno
lleva a nuevas aspiraciones más altas y complejas.
Como nadie puede satisfacer todas sus necesidades, cada quien deberá resolver, cuáles satisfacer, en parte o
completamente, y cuáles postergar. De hecho, con mayor o menor conciencia y reflexión sobre tan importante
asunto, cada consumidor establece su propia ordenación o lista de preferencias de sus necesidades ya que ellas
son jerarquizables.
Establecer una jerarquía es justamente crear un ordenamiento de rengos según la menor o mayor importancia
que se les asigne a las necesidades. El criterio para establecer estos grados de importancia puede fundarse tanto
en valores reales y objetivos, como en las meras referencias que surgen del medio social y de los mecanismos de
influencia que operan en los medios de comunicación, En este sentido, la publicidad hecha a través de la
televisión, la radio, la prensa, internet y redes sociales, posee una fuerza decisiva para introducir preferencias y
gustos.
(Curso de Economía, Aníbal Pinto s. – Carlos Fredes A., Editorial Universitaria, Santiago 1985.)
Actividades

“Complete este resumen colocando en él las palabras que correspondan:

Las necesidades pueden entenderse como……………………………………………….de algo y que se…………………………tener,


usar o gozar. Las hay de carácter biológico o vitales. Estas son las más……………………………………….de satisfacer
puesto que su desatención provocan……………………………………………………….

Asociadas a éstas se crean necesidades de existencia social o culturales que también poseen una gran
importancia económica. Se diferencian de un grupo humano a otro de acuerdo con el tipo
de……………………………….que posean.

Las necesidades llamadas espirituales, se refieren al cultivo de las………………………………….del………………………………y


de la religión.

Todas las necesidades se caracterizan por ser…………………………………………en su


número…………………………………………
En su aparición y…………………………………………….en su satisfacción.
2.- Reflexión sobre el tipo de sociedad que se construye, según la idea de necesidad.

El concepto de necesidad tiene una larga trayectoria en el pensamiento social. Las concepciones tradicionales
consideran las necesidades como ya vimos, infinitas, ilimitadas y siempre cambiantes. Si la necesidad es
entendida así, asume un carácter de infinitud que se retroalimenta a sí misma, ya que cada necesidad satisfecha
hace surgir muchas otras que será necesario realizar. Esto da origen a una concepción sobre el sistema
económico, definido a priori como orientado a la satisfacción de las necesidades humanas, como un sistema en
permanente crecimiento (…) En la sociedad consumista, el concepto de pobreza dominante se relaciona con la
cantidad y variedad de bienes disponibles. Es pobre quien carece o no tiene acceso a determinado tipo de
bienes que son considerados como imprescindibles para la existencia humana. Del mismo modo, son
considerados ricos los que disponen de una gran cantidad y diversidad de esos bienes. Las sociedades con estas
características, como las principales de Europa, en la cual los bienes son sobrevalorados, tienden a producir más
bienes que los socialmente necesarios, generándose así una tendencia hacia el derroche y el despilfarro e
incluso la obsolescencia muy rápida de estos. La economía se organiza y orienta hacia el productivismo extremo,
donde lo que importa es producir la “necesidad” de nuevos bienes, generando así una permanente
desvaloración de lo que ya se tiene, debido a la continua sustitución de un producto o modelo por otro nuevo.
En la sociedad ascética, las condiciones de escasez material conducen a valorar de un modo distinto las cosas. En
ella, la pobreza está referida fundamentalmente hacia la dimensión espiritual, psíquica o mental. Se es rico en la
medida en la cual se siente menos la pulsión de la necesidad; soy más rico en cuanto menos necesito, soy más
pobre mientras más necesito. Es el grado de libertad que se experimenta frente a la necesidad lo que determina
la situación de pobreza o riqueza. Una sociedad como esta tiene evidentemente grandes méritos desde el punto
de vista moral, pero a la vez (…) tiende a producir una suerte de sometimiento o conformismo frente a la
realidad, además de limitar la calidad de las condiciones de vida.
(Elizalde, A., y otros “Una revisión crítica del debate sobre las necesidades humanas desde el enfoque centrado
en la persona. En Polis Revista Latinoamericana, 2006.)

Actividad:

1.- A partir de la lectura del texto anterior haga una reflexión personal sobre qué bienes son prescindibles e
imprescindibles en la sociedad de consumo en qué estamos insertos.
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2.- ¿Cómo crees que cambian las necesidades de una familia que debe enfrentar las consecuencias de un
desastre natural (terremoto, aluvión, etc.) o de una guerra?
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