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Teología y Vida, Vol. XXXIII (1992), pp.

185-191

Pedro Ossandón y Pedro Rodríguez

El método de Orígenes

1. ¿EXEGESIS ALEGORICA SIMPLEMENTE? (1)

Esta pregunta es el intento de comprender la originalidad como la autenticidad de


los resultados de la exégesis origeneana. En nuestros tiempos, en que todo lo que suena a
alegoría parece arcaico, obsoleto e incluso distorsionante del sentido Bíblico, dedicarse a
estudiar a un Padre de la Iglesia a quien se le atribuye 1a cumbre de la alegoría, viene a
ser como una nostalgia anacrónica.
Sin embargo en la lectura del Prólogo del In Canticum, como en De Principis, nos
encontramos con cierta clave de lectura de la obra de Orígenes, para comprender no sólo
su punto de vista, sino la coherencia de su procedimiento y la profundidad de sus resulta-
dos.
Una primera pregunta que aun está abierta a una mayor profundización es la rela-
ción y/o diferencia que puede tener la tipología con la alegoría.
Lo segundo, que nos parece de la mayor importancia, está en el trasfondo de su
lectura: es el tener ante sus ojos el misterio de la Economía de la Salvación, cuyo centro
es Cristo, recapitulador de la historia en toda su extensión, y de toda la sociedad humana
sin exclusión.
El sentido de Cristo, de la historia y la sociedad; el trasfondo bíblico, la visión
sintética y total con que enfrenta cada detalle, le ayuda a entrar en el contexto exacto de
cada pasaje, sacándole una riqueza que al mismo tiempo da una gran apertura para
continuar abriendo canteras.
El rechazo a la interpretación alegórica es considerado como una reacción de una
teología vinculada al liberalismo protestante alemán del siglo XIX. Las incomprensión
provendría desde los tiempos apostólicos, y dura hasta hoy (2).
Por último, nos vemos urgidos a planteamos la actualidad de la alegoría, como
método teológico-exegético.

(1) Este trabajo de investigación corresponde a una beca, ayudantes becarios, de la Dirección de postgrado
de la Vicerrectoría Académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
(2) Pérez-Cotapos Larraín, Eduardo, "Parábolas: diálogo y experiencia. El método parabólico de Jesús
según Dom Jacques Dupont", Anales de la Facultad de Teología Vol. XUI (1991). Si bien es cierto que
el tema propio de este trabajo es las Parábolas, en lo referente a la alegoría y la alegoresis marca una
postura que va más allá de éstas; un tema en el que los diversos autores allí recogidos muestran su
antipatía o su cercanía.
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2. RIGUROSIDAD

Quienes dicen que la alegoresis de los Padres es poco sistemática, no conocen la


rigurosidad de un Orígenes. Si sólo juzgamos teniendo en cuenta la exégesis moderna
como la única que llega a resultados correctos, entonces no es la alegoresis, sino noso-
tros, los que no tenemos rigurosidad.
Nuestro autor, aparte de ser un hombre muy culto, erudito y hábil de inteligencia,
no sólo frente a temas religiosos, sino también filosóficos, es también muy exigente a la
hora de hacer un análisis sobre textos. "Sobre la firme base de las Hexapla elaboró una
serie de criterios que hiciesen más profunda y homogénea la interpretación escriturística:
de ellos habla, sobre todo, en el L. IV 'De Principis' " (3).
¿Qué es la Hexapla? Orígenes transcribió en seis columnas paralelas las versiones
de la Biblia existentes: primero la hebrea, y luego las traducciones al griego, empezando
por los LXX (4). Desde este instrumento elaboró criterios de exégesis, como la explica-
ción de la Escritura con la Escritura y el acercamiento al texto con reverencia, estudiándolos
como escritos divinos (5).
Quienquiera conocer la Escritura en su sentido más profundo, será aconsejado por
Orígenes a que se dedique a este estudio con exactitud, con cuidado de examinar el
sentido literal, pues sólo desde él, mirado correctamente, puede surgir una adecuada
interpretación espiritual (6).

3. DIOS Y SU ECONOMIA

Para el maestro alejandrino todo en el universo y en la historia encuentra no sólo su


origen, sino también su culmen en Dios. En contra de los gnósticos, que consideran la
creación como una degradación divina, para Orígenes todo es conducido misteriosamente
a la unidad en Dios.
Si bien es cierto que la debilidad humana no logra abarcar este misterio, y tantas
veces nos quedamos con el sentido camal de las Escrituras, sin embargo la providencia
de Dios no está en bancarrota a causa de nuestra ignorancia; ella se extiende por todo el
universo, gobernando las cosas con un arte indecible (7).
Como expresa muy excelentemente De Lubac: "La Biblia, que contiene la revela-
ción de la salvación, contiene también, a su manera, la historia del mundo. No basta, para
comprenderla, revisar al detalle todos los hechos que contiene, sino que es necesario

(3) Simonetú, Manlio; Inlroducción para el "Comi!nlario al Canlar de los Canlares", Ed. Ciudad Nueva,
Madrid 1986, p. 16.
(4) Cf. Crouzel, Henri, Inlroduclion. Commenlaire srir le Canlique des Canliges I (Livres I·II), Sources
Chréúennes W375 (1991), p.l3; Origene, édiÚons Lethielleux (1985), pp. 91-120.
(5) De Principis L. IV, 3, 5; Simonetú, Manlio, ib. pp. 17-18, "Interpretar la Escritura con la Escritura. En
el pasaje que Orígenes tiene a mano destaca el concepto y los términos fundamentales, los pone en
relación con otros pasajes escriturísticos donde se repiten el mismo concepto o los mismos términos, y
de este acercamiento hace brotar el significado espiritual, el más auténúco para él".
(6) SimonetÚ, Manlio, ib. En efecto, el senúdo literal es imagen y simbolo del senúdo espiritual, y sólo
partiendo de la letra se puede llegar al espíritu de la Escritura, p. 17.
(7) De Principis, L. IV, 1,7; Filocalia. sobre el libre albedrío, COmi!nlario sobre el Génesis.
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sentir -por esquemática, por parcial, y a veces por paradójica que sea la expresión- su
preocupación de universalidad. Así la leían los Padres de la Iglesia" (8).

4. EL HOMBRE EN CRISTO

La encarnación, este maravilloso desposorio entre Dios y el hombre, que tiene su


concreción en Cristo, es el camino en el orden del ser como en el interpretar. La distin-
ción en el hombre de cuerpo, alma y espíritu es una manera de comprender cómo se
produce esta unión de naturalezas, no sólo en Cristo, sino anticipadamente en todo lo que
le anuncia, es decir, la Palabra, la Escritura, que también tiene carne y espíritu (9).
Para el maestro, la Palabra de Dios son más que escritos humanos, detrás de la letra
que muestra historia y normas viene brillando Jesús, que le da el correcto sentido a las
cosas.

"Quien estudia con cuidado y atención los escritos proféticos, percibirá al


leerlos una huella de entusiasmo, y este sentimiento lo persuadirá de que lo que
nosotros creemos que son palabras de Dios, no son escritos de hombres. Y la luz
que contiene la ley de Moisés, escondida anteriormente debajo del velo, ha brilla-
do con la venida de Jesús que ha apartado el velo y ha hecho conocer poco a poco
los bienes que la letra tenía ensombrecidos".

En Jesús está todo el hombre, y aunque llega a este mundo después que la aparición
del hombre, es sin embargo anterior: el modelo es futuro respecto de la réplica, en la
aparición histórica; pero es futuro porque es anterior (11).
Esta comprensión en Cristo toma al hombre como colectivo y como individuo, de
aquí que la Iglesia tiene un rol fundamental no sólo en términos jurídicos respecto de la
interpretación de la Escritura, sino teológicos: "Pues no hay vida interior auténticamente
sobrenatural, sino en estrecha dependencia con el Hecho histórico de Cristo y con la Vida
colectiva de la Iglesia (12). La Iglesia con Cristo son ese único cuerpo, en el que todo
hombre está referido obligadamente en su relación a Dios, ya sea para entender quién es
como hombre, y qué lenguaje tiene Dios para manifestársele.

"Por esto, para quienes están persuadidos que los libros santos no son escri-
tos de hombres, sino que han sido redactados por la inspiración del Espíritu Santo
según la voluntad del Padre del universo por medio de Jesucristo y así han llegado
hasta nosotros, hay que mostrarles aquel que me parece ser el método conveniente
para comprenderlas, para aquellos que están sujetos a la regla de la Iglesia celeste
de Jesucristo, transmitida por la sucesión de los apóstoles" (13).

(8) De Lubac, Henri, Calo/icisrrw, Ediciones Encuentro (1988), p. 117.


(9) De Prin.cipis, L. IV, 2, 8.
(10) De Prin.cipis, IV, 1,6.
(11) De Lubac, Henri, ib. p. 120.
(12) De Lubac, Henri, ib. pp. 144-145. Cf. De Prin.cipis, L. IV, 3, 8.
(13) De Prin.cipis, IV, 2, 2.
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5. LA HISTORIA, VERDAD Y FIGURA

Como la salvación, ese plan de Dios de todos los siglos, es universal, es esencial-
mente social y se muestra en la historia como un proceso de alianza, cuyo definitivo es
Cristo; entonces la historia entera resulta el intérprete obligado entre Dios y cada uno de
nosotros (14). Al acceder a la Escritura, Orígenes se encuentra no sólo con letras, sino
sobre todo con una historia que hay que interpretar. Tanto la naturaleza como la historia
es para él un lenguaje, un misterio de cumplimiento progresivo, hasta Cristo y su Igle-
sia" (15).
La historia, por tanto, es figura de Cristo; lo anuncia, lo profetiza o lo anticipa (16),
al mismo tiempo que lo ensombrece mientras El no aparezca, o, mejor dicho, cuando El
haga brillar, con su venida, dando a conocer los bienes que la letra tenía ensombrecidos (17).
Por tanto, la historia sin Cristo no puede desvelar el significado de las cosas, siendo así
Cristo el exégeta (18). Para Orígenes los antiguos intérpretes habían sido los maestros de
la ley, pero ahora la llave del conocimiento está en Cristo, y sólo en El podemos com-
prender la historia, como historia de salvación (19).
A diferencia de los filósofos alegóricos, que consideraban las historias desde las
cuales alegorizaban pura irrealidad, Orígenes asume la realidad de los hechos como
fundamento para una buena interpretación espiritual o alegórica; su misticismo, lejos de
atenuar el carácter histórico y social de la religión de Israel, lo refuerza y lo profun-
diza (20).

6. LETRA Y ESPIRITU: MISTERIO DE LA ENCARNACION

Lo que Orígenes llama "exégesis literal" es muy diferente de la significación que


dan a esta expresión los exégetas modernos. Para los modernos, en efecto, el sentido
literal es aquel que tenía el escritor en vista (la intención del autor) (21). Orígenes com-
prende por "literal" la letra del texto tal cual se encuentra en la Escritura, confrontándolo
con todos sus paralelos y similares a lo largo de la Escritura, cuando dice "Examine con
cuidado dónde el sentido literal es verdadero y dónde es imposible, y haga todo lo que
pueda por investigar el sentido a partir de expresiones semejantes, que están dispersas por
toda la Escritura" (22).

(14) De Lubac, Henri, ib. 117.


(15) De Lubac, Henri, ib. pp. 120-129, "Si todo el AT aparece habitualmente a los Padres como una vasta
profecía, el objeto de esta profecía no es otro que el misterio de Cristo, que no sería completo si no
incorporase también el misterio de la Iglesia".
Cf. De Principis, IV, 1,3 ••...Porque la historia y todo lo que hoy día vemos está mostrando claramente
que desde el tiempo de Jesús ya no hubo más rey ...••.
(16) De Principis, L. IV, 1,3.
(17) De Principis, L. IV, 1,6.
(18) Cf. Balthasar, Hans Urs Von. "Dieu est son propre exégete, Communio (Paris) N" XI, 1 Janvier-fevrier
1986,pp.5-12.
(19) De Principis, L. IV, 2, 3.
(20) De Lubac, Henri, ib. pp. 118-119.
(21) Crouzel, Henri, ib. Introduction, p. 18.
(22) De Principis, L. IV, 3, 5.
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Para Orígenes el sentido literal coincide con el sentido espiritual, si bien es cierto
que el sentido espiritual es el que desvela el misterio que ensombrece el sentido literal;
pero, básicamente, no hay oposición, sino continuidad y superación. Esta superación es la
clave del paso de la letra al espíritu. La materialidad del texto sagrado es la base firme de
la que parte toda exégesis auténticamente alegórica, para descubrir el significado más
verdadero de la Escritura; una utilización arbitraria de- la alegoría no haría más que
apartarse del sentido espiritual, al tiempo que la pura letra hace perder sentido a la
letra (23).

"La causa de las opiniones falsas, de esas impiedades y de esas palabras


estúpidas en cuanto a Dios se refieren, no parece ser otra cosa que el hecho de no
comprender la Escritura en su sentido espiritual, sino que la interpretan según la
letra sola" (24).

La comprensión más profunda tiene, por un lado, su instrumento práctico, que es la


interpretación de la Escritura con la Escritura, y, por otro lado, su criterio más teológico,
del Misterio de Cristo en su encarnación y del Misterio de Dios en la Trinidad (25). Este
a priori teológico tiene su punto de arranque en la regla de la Iglesia, como auténtico
coexégeta de Cristo (26).

7. RESPUESTAS A PREGUNTAS INICIALES

Ciertamente que no podemos hablar de una alegoría como un método asumido sin
crítica por parte de Orígenes. Utiliza un método propio de su época, pero al mismo
tiempo lo transforma; dentro de las limitaciones de cualquier método, lo hace dócil al
objeto que busca: comprender teológica y vitalmente la Sagrada Escritura.
La fe eclesial y la experiencia de un encuentro personal con Dios juegan un papel
fundamental, y desde aquí enfrenta a quienes pretenden, desde un conocimiento, dominar
la verdad.
La alegoría de Orígenes tiene un rasgo que los filósofos de su época no podrían
comprender desde su estrecha visión; las imágenes alegóricas que utiliza no son inventos
poéticos, sino que son hechos y personajes reales que, anteriores en el tiempo, nos
quieren señalar una dirección que no se puede conocer sino con la develación que se
produce no en un conocimiento de tipo gnóstico, sino real con la persona de Jesús, por
medio de su Iglesia. Esta experiencia tan particular y a la vez universalizante del creyente
tiene su proceso de crecimiento, por lo que también la interpretación alegórica de Oríge-
nes tiene una veta psicológica.

(23) SirnOlletti, Manlio, ib. p. 17.


(24) De Principis, IV, 2,2.
(25) Crouzel, Henri, Origene. ib. p. 101, "La Palabra se hizo hombre para traducir su mensaje en una perso-
na humana, en sus actos y sus gestos humanos: en efecto, toda la vida del Verbo encamado que es la
Palabra". Balthasar, Hans Urs V on,Intento de resumir mi pensamiento (Traducido por José Miguel Oriol
y Felipe Hemández). Balthasar, "Le Mysterion d'Origene", RSR 26 (1936) 513-562, "El signo precede
siempre en el tiempo, lo que le es anterior eternamente", p. 514.
(26) Crouzel, Henri, Introduction. ib. p. 27; De Principis, L. IV, 2, 2; In Canto 87,21-24; 91, 8-10; 220,12-
14.20-22; 234, 20-29 ("dulce es la voz de la Iglesia católica que confiesa la verdadera fe"); 235,3-5.
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Esta alegoría podemos llamarla más correctamente tipología, lo que nos hace entrar
en el complejo mundo de los tipos y arquetipos; en el mundo de la economía salvífica.
Qué actualidad puede tener el método de Orígenes, dejando de lado la rigurosidad,
que hoy no es problema por ausencia, sino, quizás, por exceso o exclusivismo, creo que
su aporte está en la línea más teológica, es decir, como todo armazón histórico crítico
necesita de un sustento más hondo, que ayude a levantar la mirada, y a trascender (27).
Esta línea más teológica nos impulsa a comprometemos vitalmente, a sentimos
incorporados en el trabajo de exégesis, a ser parte de ese matrimonio entre came y
espíritu, a ser parte de Cristo, como el gran método del Padre.

8. CONCLUSION

Quienes hemos realizado esta investigación, sobre la exégesis origeneana, estamos


trabajando en la investigación, de nuestra propia tesis, sobre el Comentario al Cantar de
los Cantares de este mismo autor, aunque sobre distintos temas (La fe y la Iglesia).
Paralelamente, somos sacerdotes, párrocos, en sectores populares viviendo las pre-
ocupaciones propias del ministerio; el intenso trabajo conjunto con laicos, comunidades ...
y si nos preguntan ¿qué relación hay entre esta investigación teológica y nuestro trabajo
actual?, pareciera que no habría respuesta. Sin embargo creemos que esta investigación
ha significado mucho mayor profundidad y fecundidad para un trabajo que, siendo en
muchos momentos tan lleno de urgencias y en otros tan planificado en base a proyectos
pastorales avanzados, busca el encuentro personal y colectivo con la persona de Jesús y
su Reino; del mismo modo como hemos reconocido en la lectura que Orígenes hace, e
invita a hacer, de la Palabra de Dios.

8.1. Los Padres se parecen a los pobres

Se parecen el uno al otro por la experiencia graciosa de Dios y por el lenguaje


simbólico en que la expresan. Cuando, en la actualidad, somos testigos de la delicada
acción de Dios en un poblador, viendo, con asombro, la salud que regalan los besos del
mismo Verbo de Dios en el sufriente, no podemos sino reconocer la experiencia de fe de
los Padres.
En efecto, el lenguaje simbólico para entender la Palabra se desvela en la unidad
de la experiencia de Dios-Uno. Ambos viven la síntesis del amor encamado. Los Padres
no son racionalistas ni abstractos, sino, más bien, sensibles a un pensamiento práctico-
simbólico.

8.2. Los Padres acercan la universalidad a la población

Es más importante la Sabiduría que la doctrina: vivir la Palabra que enseflarla, con
el peligro de encajonarla, reducirla a mi propia estatura. Esta experiencia de la Palabra
encamada, esta sabiduría de los Padres nos ayuda a comprender con claridad los procesos

(27) Cí. Balthasar, Hans Urs Von, "Entrevista" en Communio N" 17 (1987) Chile. p. 103.
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vitales de los más pobres; reconociendo en ellos el camino que hizo Jesús. más aún.
reconociendo en Cristo el camino que hace el hombre pobre.

8.3. La exégesis alegórica da sentido a la vida

La interpretación psicológica de la Escritura desentraña alimento nuevo y nutritivo


a las preguntas actuales y candentes de búsqueda de sentido El hombre. cansado de
legalismos e ideologismos. busca ver de una manera nueva; nuevos sueños ...• entender su
entorno inmediato y trascendental. de un modo más vital y sugerente. El lenguaje alta-
mente técnico y especializado de hoy nos encierra y nos distancia.

8.4. Los Padres miran desde Dios

Mirar desde la globalidad, desde la unidad de Dios. entrega nuevas perspectivas;


hace levantar la cabeza para observar más lejos y más hacia adelante, Y. también, más
hacia atrás.
Mirar desde Dios no nos aleja de la historia, ni del hombre. ni menos de los pobres.
Por el contrario, nos permite descubrir en profundidad y desde dentro estos misterios.
Mirar desde Dios nos compromete vitalmente tanto con el que mira (Dios). como
con quienes son mirados (los hombres). Esta mirada es a la vez cristológica y eclesiológica.
O bien. en la unidad del único cuerpo de Cristo. Es. por tanto. una mirada dinámica,
abierta al futuro, que recoge la historia como ascendente.

8.5. Orígenes no es gnóstico

Por el contrario, los tiene como adversarios. o más bien son su desafío para dar
respuesta. Toma en serio lo material. la creación. el sentido literal, desde el criterio de
darle importancia, como punto de partida y camino de interpretación y de ser. a la
Encarnación del Verbo.

8.6. Una exégesis teológica

Un método más de seguimiento de Cristo, como El exégeta, nos abre un horizonte


fértil en todos los campos.

"Por el contraía, cualquier país del mundo. ya sea griego o bárbaro, tiene
miríadas de fieles nuestros, que han abandonado las leyes paternas y aquellas que
son creídas ser dioses. para observar la ley de Moisés y para seguir como discípu-
los las palabras de Jesucristo" (28).

El revelador de Dios y el hombre. que nos abre en El ese misterio. se nos aparece a
cada instante ... , y nos hace epifanía de este misterio para otros.

(28) De Principis, IV, 1,2.

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