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185-191
El método de Orígenes
(1) Este trabajo de investigación corresponde a una beca, ayudantes becarios, de la Dirección de postgrado
de la Vicerrectoría Académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
(2) Pérez-Cotapos Larraín, Eduardo, "Parábolas: diálogo y experiencia. El método parabólico de Jesús
según Dom Jacques Dupont", Anales de la Facultad de Teología Vol. XUI (1991). Si bien es cierto que
el tema propio de este trabajo es las Parábolas, en lo referente a la alegoría y la alegoresis marca una
postura que va más allá de éstas; un tema en el que los diversos autores allí recogidos muestran su
antipatía o su cercanía.
186 PEDRO OSSANDON y PEDRO RODRIGUEZ
2. RIGUROSIDAD
3. DIOS Y SU ECONOMIA
(3) Simonetú, Manlio; Inlroducción para el "Comi!nlario al Canlar de los Canlares", Ed. Ciudad Nueva,
Madrid 1986, p. 16.
(4) Cf. Crouzel, Henri, Inlroduclion. Commenlaire srir le Canlique des Canliges I (Livres I·II), Sources
Chréúennes W375 (1991), p.l3; Origene, édiÚons Lethielleux (1985), pp. 91-120.
(5) De Principis L. IV, 3, 5; Simonetú, Manlio, ib. pp. 17-18, "Interpretar la Escritura con la Escritura. En
el pasaje que Orígenes tiene a mano destaca el concepto y los términos fundamentales, los pone en
relación con otros pasajes escriturísticos donde se repiten el mismo concepto o los mismos términos, y
de este acercamiento hace brotar el significado espiritual, el más auténúco para él".
(6) SimonetÚ, Manlio, ib. En efecto, el senúdo literal es imagen y simbolo del senúdo espiritual, y sólo
partiendo de la letra se puede llegar al espíritu de la Escritura, p. 17.
(7) De Principis, L. IV, 1,7; Filocalia. sobre el libre albedrío, COmi!nlario sobre el Génesis.
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sentir -por esquemática, por parcial, y a veces por paradójica que sea la expresión- su
preocupación de universalidad. Así la leían los Padres de la Iglesia" (8).
4. EL HOMBRE EN CRISTO
En Jesús está todo el hombre, y aunque llega a este mundo después que la aparición
del hombre, es sin embargo anterior: el modelo es futuro respecto de la réplica, en la
aparición histórica; pero es futuro porque es anterior (11).
Esta comprensión en Cristo toma al hombre como colectivo y como individuo, de
aquí que la Iglesia tiene un rol fundamental no sólo en términos jurídicos respecto de la
interpretación de la Escritura, sino teológicos: "Pues no hay vida interior auténticamente
sobrenatural, sino en estrecha dependencia con el Hecho histórico de Cristo y con la Vida
colectiva de la Iglesia (12). La Iglesia con Cristo son ese único cuerpo, en el que todo
hombre está referido obligadamente en su relación a Dios, ya sea para entender quién es
como hombre, y qué lenguaje tiene Dios para manifestársele.
"Por esto, para quienes están persuadidos que los libros santos no son escri-
tos de hombres, sino que han sido redactados por la inspiración del Espíritu Santo
según la voluntad del Padre del universo por medio de Jesucristo y así han llegado
hasta nosotros, hay que mostrarles aquel que me parece ser el método conveniente
para comprenderlas, para aquellos que están sujetos a la regla de la Iglesia celeste
de Jesucristo, transmitida por la sucesión de los apóstoles" (13).
Como la salvación, ese plan de Dios de todos los siglos, es universal, es esencial-
mente social y se muestra en la historia como un proceso de alianza, cuyo definitivo es
Cristo; entonces la historia entera resulta el intérprete obligado entre Dios y cada uno de
nosotros (14). Al acceder a la Escritura, Orígenes se encuentra no sólo con letras, sino
sobre todo con una historia que hay que interpretar. Tanto la naturaleza como la historia
es para él un lenguaje, un misterio de cumplimiento progresivo, hasta Cristo y su Igle-
sia" (15).
La historia, por tanto, es figura de Cristo; lo anuncia, lo profetiza o lo anticipa (16),
al mismo tiempo que lo ensombrece mientras El no aparezca, o, mejor dicho, cuando El
haga brillar, con su venida, dando a conocer los bienes que la letra tenía ensombrecidos (17).
Por tanto, la historia sin Cristo no puede desvelar el significado de las cosas, siendo así
Cristo el exégeta (18). Para Orígenes los antiguos intérpretes habían sido los maestros de
la ley, pero ahora la llave del conocimiento está en Cristo, y sólo en El podemos com-
prender la historia, como historia de salvación (19).
A diferencia de los filósofos alegóricos, que consideraban las historias desde las
cuales alegorizaban pura irrealidad, Orígenes asume la realidad de los hechos como
fundamento para una buena interpretación espiritual o alegórica; su misticismo, lejos de
atenuar el carácter histórico y social de la religión de Israel, lo refuerza y lo profun-
diza (20).
Para Orígenes el sentido literal coincide con el sentido espiritual, si bien es cierto
que el sentido espiritual es el que desvela el misterio que ensombrece el sentido literal;
pero, básicamente, no hay oposición, sino continuidad y superación. Esta superación es la
clave del paso de la letra al espíritu. La materialidad del texto sagrado es la base firme de
la que parte toda exégesis auténticamente alegórica, para descubrir el significado más
verdadero de la Escritura; una utilización arbitraria de- la alegoría no haría más que
apartarse del sentido espiritual, al tiempo que la pura letra hace perder sentido a la
letra (23).
Ciertamente que no podemos hablar de una alegoría como un método asumido sin
crítica por parte de Orígenes. Utiliza un método propio de su época, pero al mismo
tiempo lo transforma; dentro de las limitaciones de cualquier método, lo hace dócil al
objeto que busca: comprender teológica y vitalmente la Sagrada Escritura.
La fe eclesial y la experiencia de un encuentro personal con Dios juegan un papel
fundamental, y desde aquí enfrenta a quienes pretenden, desde un conocimiento, dominar
la verdad.
La alegoría de Orígenes tiene un rasgo que los filósofos de su época no podrían
comprender desde su estrecha visión; las imágenes alegóricas que utiliza no son inventos
poéticos, sino que son hechos y personajes reales que, anteriores en el tiempo, nos
quieren señalar una dirección que no se puede conocer sino con la develación que se
produce no en un conocimiento de tipo gnóstico, sino real con la persona de Jesús, por
medio de su Iglesia. Esta experiencia tan particular y a la vez universalizante del creyente
tiene su proceso de crecimiento, por lo que también la interpretación alegórica de Oríge-
nes tiene una veta psicológica.
Esta alegoría podemos llamarla más correctamente tipología, lo que nos hace entrar
en el complejo mundo de los tipos y arquetipos; en el mundo de la economía salvífica.
Qué actualidad puede tener el método de Orígenes, dejando de lado la rigurosidad,
que hoy no es problema por ausencia, sino, quizás, por exceso o exclusivismo, creo que
su aporte está en la línea más teológica, es decir, como todo armazón histórico crítico
necesita de un sustento más hondo, que ayude a levantar la mirada, y a trascender (27).
Esta línea más teológica nos impulsa a comprometemos vitalmente, a sentimos
incorporados en el trabajo de exégesis, a ser parte de ese matrimonio entre came y
espíritu, a ser parte de Cristo, como el gran método del Padre.
8. CONCLUSION
Es más importante la Sabiduría que la doctrina: vivir la Palabra que enseflarla, con
el peligro de encajonarla, reducirla a mi propia estatura. Esta experiencia de la Palabra
encamada, esta sabiduría de los Padres nos ayuda a comprender con claridad los procesos
(27) Cí. Balthasar, Hans Urs Von, "Entrevista" en Communio N" 17 (1987) Chile. p. 103.
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vitales de los más pobres; reconociendo en ellos el camino que hizo Jesús. más aún.
reconociendo en Cristo el camino que hace el hombre pobre.
Por el contrario, los tiene como adversarios. o más bien son su desafío para dar
respuesta. Toma en serio lo material. la creación. el sentido literal, desde el criterio de
darle importancia, como punto de partida y camino de interpretación y de ser. a la
Encarnación del Verbo.
"Por el contraía, cualquier país del mundo. ya sea griego o bárbaro, tiene
miríadas de fieles nuestros, que han abandonado las leyes paternas y aquellas que
son creídas ser dioses. para observar la ley de Moisés y para seguir como discípu-
los las palabras de Jesucristo" (28).
El revelador de Dios y el hombre. que nos abre en El ese misterio. se nos aparece a
cada instante ... , y nos hace epifanía de este misterio para otros.