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Estudiantes, Docentes, Directivos, Personal Auxiliar y familiares presentes.

Una vez

más como cada año nos reunimos a dar inicio al ciclo lectivo. El tiempo del receso, tiempo de

descanso y de encuentros de las vacaciones quedó por ahora atrás hasta julio.

Hemos recorrido las aulas vacías con la imaginación, ahora nuestro Instituto vuelve a

tener vida, porque si bien ya hace un mes que nos encontramos para organizar el inicio de

clases, que implica aspectos como los administrativos, la inscripción, las disposiciones

ministeriales, todo ese trabajo gira en torno a un hecho muy puntual pero de enormes

alcances: el encuentro con ustedes en el aula.

Pareciera que esta visión es un poco romantizada, que en realidad queremos estar de

vacaciones, relajándonos, juntándonos con nuestra gente, con mucho tiempo libre, y haciendo

lo que nos gusta. Sin embargo creo que nadie acá podría negar la importancia de lo que nos

convoca: la enseñanza, el aprendizaje, el crecimiento a través de un trabajo intelectual, pero

también de un trabajo emocional, estos factores se entrecruzan para dar forma a lo que

podríamos resumir en una palabra: educación. Entonces, más que adornarla de ideas positivas,

me gustaría reflexionar sobre cómo es que creo que es importante llevar a cabo su labor: la de

ser estudiantes. Sí, esta es una labor y se diferencia del estudiar, que es una de las partes

importantes de “estudiantar” que es algo así como la acción de ser “estudiantes”.

Primero que nada creo que es importante que se reconozcan a ustedes como quienes

son en realidad, en sus nombres, qué piensan, de dónde vienen, cuáles son sus intereses, qué

les gusta, qué quieren, qué sienten, qué cosas son necesarias para que puedan estar acá, y

quiénes hacen sacrificios para pagar las cuotas, esto no pensando en que algún tipo de deuda,

no. Antes bien, sería interesante que puedan tener una noción real de lo que implica el acceso

a la educación. Es importante que entiendan que este es un derecho de la niñez y la juventud,

y como tal debe ser garantizado por quienes están a cargo de su crianza, que son una parte

importante de su educación, pero también lo son las personas que nos encontramos

trabajando en su formación académica y formamos parte de esta comunidad educativa.


En ese sentido, si bien en la cotidianeidad se pierden muchas veces estos hechos, si

bien muchas veces olvidamos el sentido último de levantarnos todos los días, vestirnos de

determinada manera, y venir a un lugar que a veces sentimos que ¡nos pide mucho! (porque a

quienes educamos también nos pide hacer muchas cosas) digo, este lugar debe ser

reflexionado en la medida de lo posible, debemos entender qué nos trae acá. Y en este

momento sí me pongo un poco idealista (casi romántico). Busquen en ustedes, en su

imaginación, en su memoria, en sus deseos más razones que la obligación de estar acá

“porque me mandan”.

Y dije que me ponía cercano a lo romántico por un hecho en particular: si bien el

trabajo que la escuela requiere es muchas veces intelectual, las emociones no quedan nunca

fuera de discusión. Antes bien es uno de los factores determinantes al momento de aprender,

al momento de estudiar (que ya dijimos es una parte de estudiantar). Es necesario mantener

siempre la sensibilidad que el conocimiento del mundo nos requiere, simplemente entenderlo

no basta, es sumamente enriquecedor reconocer qué sentimos con lo que aprendemos, como

es sumamente enriquecedor cuidar la sensibilidad que nos permite ver cómo están quienes

estudian conmigo, y también quienes me enseñan, no nos olvidemos de una de las caras

fundamentales de la educación: es ante todo un encuentro entre personas, que como tales

tienen toda una vida al rededor y además de la vida educativa.

Entonces, a mis colegas docentes, a ustedes estudiantes, y a cada una de las personas

de la comunidad educativa de este querido lugar que es nuestro Instituto Decroly, les deseo un

año lleno de fuerza, de compañía, de búsquedas de crecimiento y de conocimiento del mundo,

pero también de qué somos como personas, solo así podremos seguir soñando que además de

educar, estamos intentando hacer un mundo mejor.

Para terminar, confieso, creo que esta es una de las principales cosas que buscamos

quienes estamos acá.

Buen año, muchas gracias.

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