ETAPAS Y RASGOS DEFINIDORES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN ESPAÑOLA

a) España al igual que Europa occidental ha conocido en estos dos últimos siglos
un amplio proceso de crecimiento y cambio al compás de la afirmación del
capitalismo.
b) Las anteriores situaciones se caracterizaban por tener un perfil más estacionario,
por descensos y discontinuos aumentos de producción, y cambios más lentos y
graduales.
c) La singularidad de la historia económica contemporánea europea proviene de:
un carácter sostenido a largo plazo, del movimiento ascendente de la renta real
por habitante y de la sustitución de la base agraria de las sociedades tradicionales
por una base industrial, y por una base de servicios en etapas más avanzadas.
d) A su vez, tiene lugar: el reconocimiento de la propiedad privada y el creciente
papel del mercado en la asignación de bienes, servicios y factores de producción
(tierra, trabajo y capital).
e) Crecimiento económico moderno, industrialización y capitalismo son términos
sinónimos.
f) Contexto: revolución industrial (conjunto de innovaciones mecánicas y de
organización de la producción)
g) La revolución industrial configura el primer capitalismo industrial (uso de
máquinas, empleo asalariado en fábricas).
h) Gran Bretaña (modelo a seguir) que sirve para distinguir a los países de pronta
incorporación de los de industrialización tardía.
i) Concurrencia de diversos factores y condiciones.

Perspectiva histórica comparada

a) La medición de la actividad económica de cada país resulta clave para la
realización de estudios comparados.
b) El indicador fundamental en las comparaciones internacionales es la evolución
de la renta real per cápita.
c) De las comparaciones internacionales se extraen tres notas: la situación retrasada
de la economía española, la inclusión de España en la vertiente mediterránea de
industrialización (España, Italia, Portugal y Grecia) y la trayectoria plenamente
europea que ha seguido la economía española.

Principales etapas
a) La división de la economía española en etapas responde a un doble criterio:
interno (marcha general de la economía española) y externo (comparación de la
economía española con patrones europeos).
b) Podemos distinguir seis grandes períodos entre 1830 y comienzos del siglo XXI:
a. 1830-1850. Revolución Industrial en Cataluña y precondiciones
institucionales.
b. 1850-1890. Equipamiento industrial y mantenimiento de ritmos europeos
de crecimiento.
c. 1890-1913. Proteccionismo y moderación del crecimiento.
d. 1913-1935. Diversificación industrial y crecimiento más intenso.
e. 1935-1950. Autarquía y distanciamiento de Europa.
f. 1950-1975. Apertura y convergencia.
g. Desde 1975. Integración y acompasamiento con Europa.
Componentes y rasgos fundamentales: el siglo XIX
a) Dentro del siglo XIX se pueden señalar tres hechos de especial trascendencia:
a. Precondiciones institucionales para el surgimiento del capitalismo
mediante una serie de disposiciones y actuaciones legales, dirigidas a la
libre circulación de propiedades rústicas e inmobiliarias, de trabajo, de
capital, de productos y servicios; de factores y bienes que se incorporarán
al mercado. Sin embargo dichos cambios no se produjeron en su
totalidad debido a unas <<causas institucionales>> como la
modernización inconclusa del marco institucional.
b. Bases materiales que permiten la ampliación de la capacidad productiva
de la economía española a través de la entrada de capitales, técnicas y
proyectos empresariales procedentes del extranjero (banca, minería y red
ferroviaria). Asimismo, se produce una revisión del marco jurídico-
mercantil y se otorga a la peseta su condición de moneda de curso legal.
Mientras que la red ferroviaria juega un papel clave en la formación del
mercado nacional en España, siendo apreciable el <<ahorro social>> que
supuso para el sistema económico.
c. Proteccionismo (conquista por parte de la producción española del
mercado nacional con amplias posibilidades de comunicación interior),
el cual cuenta con el apoyo patronal y social.

Componentes y rasgos fundamentales: el siglo XX

a) Dentro del siglo XX se pueden señalar tres hechos de especial trascendencia:
a. Extensión y diversificación del tejido industrial propia de la <<segunda
revolución industrial>> (ampliación de la ciencia a la producción fabril y
formación de una gran Banca privada) que se traduce en un tejido
industrial que agranda sus proporciones, su densidad y su diversificación,
lo cual es perceptible tanto sectorial como territorialmente cono desde las
iniciativas empresariales.
b. La Guerra Civil y los dos lustros posteriores provocan un corte en la
tendencia de forma tajante, configurando un sistema proteccionista e
interventor de autoabastecimiento nacional (autarquía), generando
limitaciones derivadas de producir para un pequeño mercado interior, a
lo que se suma la imposibilidad de acceder a planes de recuperación, y
paralelamente la supresión de libertades y la perdida de capital humano.
c. El decenio de 1950 o decenio bisagra registra un crecimiento económico
mayor con respecto a otros períodos anteriores. Algunos de los
acontecimientos más importantes acaecidos a partir de entonces son:
i. El Plan de Estabilización y Liberalización (pone fin al
intervencionismo, a la escasa relación con el exterior y a la falta
de disciplina de las finanzas públicas).
ii. Acuerdo Comercial Preferencial con la CEE.
iii. Tratado de Adhesión de España con la Comunidad.
iv. Acta Única Europea.
v. Integración de España en el Sistema Monetario Europeo y
establecimiento de la moneda única; el euro.
Por otra parte, los procesos que mejor expresan el cambio en la economía
y sociedad españolas son:
- El proceso de desagrarización.
- La apertura exterior.
- La ampliación de capacidad económica del sector público.
 También es novedosa la ampliación de los recursos públicos (edificación
del Estado de Bienestar, redistribución de la renta, mejora del nivel
educativo y de la cualificación laboral).

España en clave europea al comenzar el siglo XXI

La europeización de España (aspiración colectiva de sucesivas generaciones de
españoles) se ha logrado con la integración en la Unión Europea y el compromiso
con la Unión Económica y Monetaria, convirtiéndose en uno de los grandes países
de Europa por su dimensión geográfica y por su población. Sin embargo, España se
caracteriza en la Unión Europea por su baja productividad y por un consecuente
déficit de su economía.