Sunteți pe pagina 1din 6

Formación Sociocultural IV

Unidad III Administración por valores

Tema: Administración por valores

Marzo de 2019
Administración por valores
Por: MTE. Luis Enrique Pérez Ostoa / Agosto de 2015

“No actuamos correctamente porque tenemos virtud o excelencia,


sino que las tenemos porque hemos actuado correctamente.”
-Aristóteles.

Ética y valores
Entenderemos a la ética como una macro-estructura; la parte de la filosofía que se encarga
del estudio del comportamiento del ser humano, estableciendo un marco de referencia teórico para
la operatividad de la moral; la ética se ve nutrida por la axiología y específicamente por los valores
universales (dada su invariabilidad en diferentes contextos culturales) como la libertad, la justica,
el respeto, la tolerancia y la igualdad, por mencionar algunos de los más importantes.

Los elementos distintivos de la ética, que a su vez, permiten diferenciarla de la moral,


serían: su génesis teórica, su tendencia hacia la objetividad, la universalidad de sus preceptos
centrales, su invariabilidad a través de grandes períodos de tiempo y su existencia, como estructura
desarrollada fuera del individuo mismo.

Existen diferentes tipos de ética de acuerdo a su contexto de acción, los principales son los
siguientes:
 Ética personal: Es el esquema de valores que un individuo, de manera personal conoce y
comprende, así como las estructuras éticas que identifica como “fundamentales”,
independientemente de que esté dispuesto a acatarlas o no.
 Ética profesional: Conjunto de normas, reglas y estatutos, que guían de manera holista,
las distintas interacciones intrapersonales e interpersonales de un profesionista.
 La ética empresarial: Conjunto de directrices, que guían de manera holista, las distintas
interacciones que existen dentro de una empresa, corporativo, organización o institución,
así como aquellas que se proyectan fuera de ella, con sus pares.
 La ética social: Establece la dimensión más amplia de la ética, que tiene como principal
intención, definir aquellas prácticas, que son correctas o incorrectas, para el ser humano.
La moral, en contraste, constituye una expresión eminentemente práctica, corresponde a la
decisión personal que un individuo toma al incorporar o no, elementos dictaminados por la ética,
como parte de su conducta, distinguiendo así, por tanto, a los conocidos actos morales, inmorales
y amorales.

Los elementos distintivos de la moral, que a su vez, permiten diferenciarla de la ética,


serían: su génesis práctica, su tendencia hacia la subjetividad, la falta de generalización sobre sus
preceptos centrales, su variabilidad a través de grandes períodos de tiempo, y su existencia, como
estructura desarrollada dentro de la mente del individuo mismo.

Por su parte, los valores, objeto de estudio de la axiología (ciencia complementaria a la


ética), representan parte central tanto para la ética como para la moral, y se posicionan como
conceptualizaciones abstractas que refieren a las cualidades de una entidad, y reflejan, desde luego,
la importancia y estima que el ser humano tiene por dichas cualidades.

Cobran especial protagonismo los valores morales, definidos como las actitudes y
conductas que una determinada sociedad considera indispensables para la convivencia, el orden y
el bien general, los valores morales, se clasifican principalmente en:
 Valores Personales: Son aquellos que cada persona considera imprescindibles y sobre los
cuales construye su vida y sus relaciones con los demás. Normalmente suelen ser una
combinación de valores sociales y universales, además de los que va incorporando según
sus vivencias.
 Valores sociales: Son los que imperan en la sociedad en la que vivimos. Han cambiado a
lo largo de la historia y pueden coincidir o no con los valores personales y universales.
 Valores Universales: Cimentados en los principios básicos de la existencia misma, se
caracterizan por tener aplicabilidad en los diferentes contextos y circunstancias en los que
se desenvuelve la población global.
Comunión y comunicación.
Para muchos investigadores en ciencias de la comunicación, e incluso para la Real
Academia Española misma, la comunicación es definida de un modo tan simplista como:
“informar algo a alguien”; sin embargo, la realidad es que nos encontramos ante un proceso
sumamente complejo y con distintos niveles de abstracción.

Una de las principales diferencias entre informar y comunicar se encuentra en el


intercambio de ideas, en la interacción, en un flujo bidireccional de mensajes entre las partes
involucradas; pero la interacción, por sí misma, no lo es todo, como parte de un verdadero ejercicio
comunicativo, los mensajes que se intercambian, deben de ser comprendidos satisfactoriamente,
es decir, debe de existir un acuerdo mutuo de entendimiento.

Así, la comunicación se posiciona como elemento fundamental para la comunión, es decir,


a través del intercambio y retroalimentación de mensajes, dos o más personas pueden alcanzar un
mismo punto de vista, un acuerdo, una perspectiva en común y aunado a ello, una unión, es decir,
una común unión.

Para alcanzar la común unión o la comunión, se plantean cuatro pasos elementales, en los
que el rol de la comunicación, es protagónico:
 Mostrar: Es manifestar una acción o algo material.
 Decir: Expresar un mensaje de manera verbal o no verbal, informar algo a alguien.
 Comunicar: Intercambio de ideas, interacción, y flujo bidireccional de mensajes entre dos
o más personas.
 Convenir: Llegar a un acuerdo a través de la comunicación.

Supervivencia, crecimiento y herencia de calidad.


Toda vez que son abordados los valores, la ética y la moral, en conjugación con las
tendencias hacia la común unión, con la comunicación como piedra angular, surgen importantes
elementos relacionales a la evolución humana, específicamente en alusión a la supervivencia, el
crecimiento y la herencia de calidad.
Al respecto, Blanchard y O’Connor (1997), en su libro Administración por valores, definen
al éxito como la construcción de un fundamento para la supervivencia y el crecimiento; es decir,
una persona exitosa es aquella que es capaz de encontrar razones y argumentos válidos, al menos
para ella, que le permitan no sólo subsistir a través del tiempo, sino además, esforzarse por ser
cada vez, una mejor versión de sí misma.

Blanchard y O’Connor también vierten su opinión sobre la excelencia, refiriendo que se


alcanza, cuando una persona o un colectivo de personas, logran crear una herencia de calidad.

De ese modo, tenemos que, para lograr construir un fundamento para nuestra supervivencia
y crecimiento, creando mediante nuestros valores una herencia de calidad, de manera individual y
colaborativa, debemos esforzarnos como especie para forjar nuestras metas en el éxito y la
excelencia.
Referencias:

Ángel, D. (2012). Capital social comunicativo. Equidad & Desarrollo, 0(15), 101-129.
Recuperado de http://revistas.lasalle.edu.co/index.php/ed/article/view/195

Beltrán S., L. R. (1981). Adiós a Aristóteles: "La Comunicación Horizontal". Comunicación y


Sociedad Nº6, 5-35.

Blanchard, K., & O’Connor, M. (1997). Administración por valores. México D.F.: Norma.

Fernández Alatorre, A. C. (2010). Las competencias cívicas. Otra forma de pensar la educación
en valores. En SEP, SNTE, & DGFCMS, Planeación didáctica para el desarrollo de
Competencias en el aula 2010 (págs. 327-351). México D.F.: SEP.

Fernández, G. H. (1998). Cómo dominar la comunicación verbal y no verbal. España: Playor.

González Anaya, D. (1985). La conducta del hombre como ser integral. México: Anuario.

Medina, J. (s.f.). Educación Moral: Un estudio crítico de la clarificación de valores. Cataluña,


España: Documento del Departamento de Ética de la Universidad de Cataluña, España.

Orozco, G., Navarro, E. & García, A. (2012). Desafíos educativos en tiempos de auto-
comunicación masiva: la interlocución de las audiencias. Comunicar, 38, 67-74. (DOI:
10.3916/C38-2012-02-07).

S-ar putea să vă placă și