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Ahora bien, todos estos aspectos mencionados han dejado una serie de

consecuencias graves, debido a que han provocado excesivas muertes por distintos
factores tales como la inseguridad, la represión por parte de cuerpos policiales, la
falta de personal médico, el desmedido costo de los medicamentos y los centros
médicos. No obstante, se considera que aproximadamente 5.282 muertes son por
resistencia a la autoridad, en su mayor parte son homicidios cometidos por las fuerzas
de seguridad del Estado, por uso excesivo de la fuerza o mediante ejecuciones
extrajudiciales. Además, se nota la incidencia que tienen los niños y adolescentes en
este contexto violento, puesto que, también son víctimas de los cuerpos de seguridad;
lo más indignante es que todos estos casos de injusticia quedan totalmente impunes y
olvidados en el tiempo. Igualmente, Venezuela encabeza la lista de países más
violentos de Latinoamérica, y posiblemente del mundo, y destaca el elevado número
de venezolanos que fueron asesinados en manos de las fuerzas de seguridad del país.
Por esta causa, los venezolanos han adquirido hábitos condicionados por tantos años
con delincuencia, cuando se oculta el sol se ven muy pocas personas por la calle por
el temor de convertirse en víctimas de los maleantes
De igual forma, la situación económica y social ha desencadenado que los
venezolanos manifiesten estados de depresión, estrés, ansiedad y angustia, que si no
logran mantener la calma y la estabilidad de estos estados emocionales pueden ser
conducidos directamente al suicidio. Dichos estados se ven empeorados por el
reciente contexto hiperinflacionario y el deterioro de los servicios públicos, también
por el pensamiento de tener una calidad de vida óptima y un futuro planificado,
además de tener el acceso a bienes, servicios, la atención médica y la seguridad como
es debido. Por su parte, aquellas personas que padecen de enfermedades mentales que
antes estaban bajo control por tratamiento y hoy no debido a la escasez de
ansiolíticos, antidepresivos, anticonvulsivos, antipsicóticos y estabilizadores del
ánimo.
Asimismo, en los últimos años en Venezuela se ha presentado una pobreza
extrema y ésta se ve reflejada en las calles de las ciudades, personas recogiendo y
revisando las bolsas de basura con la esperanza de encontrar algo que les logré saciar
su hambre, sin embargo, ésta forma de sobrevivir trae sus secuelas, puesto que, al
ingerir comida en estado de descomposición se ocasiona una cadena de
enfermedades. Si bien es cierto, dicha pobreza ha suscitado un nivel de desnutrición y
esto se debe principalmente a la falta de una buena alimentación y a la disminución
de la proporción de alimentos de alto valor nutricional, como las carnes, el pescado,
los lácteos, las frutas y vegetales, al mismo tiempo, la alimentación del venezolano
últimamente está basada en un alto valor calórico, puesto que, ingesta constante un
exceso de carbohidratos.
En la actualidad, la escasez de medicinas, falta de médicos y la carencia de una
infraestructura hospitalaria adecuada ha hecho que muchos pacientes sufran en los
centros asistenciales públicos a los que acuden en busca de salud. Además, el colapso
de la red eléctrica nacional y la interrupción a nivel nacional del sistema de agua
potable ha traído nuevos actores al ruedo sanitario, como las infecciones por
transmisión hídrica, como diarreas virales y bacterianas, parasitosis intestinales y
brotes epidémicos de hepatitis en varias regiones del país.
Cabe destacar, que los primeros afectados en la escasez de fármacos de alto costo
son las personas que padecen de cáncer, VIH y hemofilia. Aunado a esto, el sueldo
mínimo es miserable, por lo que es imposible mantener una vida de calidad, no
alcanza para sustentar todo lo necesario para una sana y balanceada alimentación, así
como tampoco para costear con los productos de higiene personal, las medicinas y
mucho menos para pagar lo relacionado con los vestidos.

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