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La Ley Orgánica del Poder Judicial fue objeto de una reforma parcial en el

año 2003, que dio como resultado, entre otros, la modificación del Libro V,
como consecuencia de una nueva concepción orgánica y funcional de la
oficina judicial.

El modelo de oficina judicial que se instaura con la reforma llevada a cabo por la Ley
Orgánica 19/2003 pretende, según el propio legislador, garantizar la
independencia del Poder al que sirve, racionalizar los medios que utiliza y concebir a
dicha oficina como una organización de carácter instrumental que, de forma
exclusiva, preste soporte y apoyo a la actividad jurisdiccional, mediante un sistema
flexible que permita adaptarse a las necesidades de la Administración de Justicia y a dar
cumplimiento a cuantas resoluciones dicten los Jueces y Magistrados en el ejercicio de
sus funciones, comprendiendo tanto las unidades procesales de apoyo directo como los
servicios comunes procesales.

En lo que respecta a las citadas unidades procesales, debe significarse que


las mismas asumirán, conforme a las previsiones establecidas al efecto, la
tramitación procesal y llevanza de todos aquellos asuntos cuyo
conocimiento tengan legalmente atribuidos los propios Jueces y
Magistrados, asistiéndolos mediante la realización de las actuaciones
precisas para el eficaz cumplimiento de la función jurisdiccional. Por su
parte, los servicios comunes procesales son objeto de especial regulación,
llenando el vacío legal existente hasta el momento, fomentando su
desarrollo y especialización y, en fin, estableciendo un sistema que
garantice una mejor administración y gestión, especialmente en aquellos
casos en los que, por su complejidad, resulte necesaria la existencia de
mandos intermedios.


La prueba de indicios en el proceso judicial (2.ª edición)
Lluis Muñoz SabatéMás Info

II. SIGNIFICADO Y ESTRUCTURA

Señala el artículo 435 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que la oficina


judicial es la organización de carácter instrumental que sirve de soporte y
apoyo a la actividad jurisdiccional de Juzgados y Tribunales, añadiendo
que: “la estructura básica de la oficina judicial, que será homogénea en
todo el territorio nacional como consecuencia del carácter único del Poder al
que sirve, estará basada en los principios de jerarquía, división de funciones
y coordinación”.

Según el artículo 435.3 de la propia Ley Orgánica Judicial, los criterios de


funcionamiento de la referida oficina son los de agilidad, eficacia, eficiencia,
racionalización del trabajo, responsabilidad por la gestión, coordinación y
cooperación entre Administraciones. Se pretende con los mencionados
principios que los ciudadanos obtengan un servicio próximo y de calidad,
con respeto a los principios recogidos en la Carta de Derechos de los
ciudadanos ante la Justicia.

En lo que respecta a la provisión de los puestos de trabajo de la oficina


judicial es de significar que los mismos únicamente podrán ser cubiertos por
personal de los Cuerpos de funcionarios al servicio de la Administración de
Justicia.

Los funcionarios que prestan sus servicios en ellas, a excepción de los


letrados de la Administración de Justicia, sin perjuicio de su dependencia
funcional, dependen orgánicamente del Ministerio de Justicia o de las
Comunidades Autónomas con competencias asumidas en sus respectivos
ámbitos.

Por otra parte, debe hacerse notar la circunstancia de que el legislador


emplea el término “instrumental” para referirse a la propia oficina judicial
como organización administrativa, término éste propio de la Ciencia de la
Administración, que alude a las llamadas “Administraciones mediales o
instrumentales” como organizaciones administrativas de apoyo a otras
entidades y órganos constitucionales y, al mismo tiempo, como instrumento
y como conjunto de medios personales y materiales para la consecución de
los fines encomendados a esas entidades y órganos.

La concreta referencia que se hace en el artículo 435 de la expresada Ley


Orgánica a las relaciones de puestos de trabajo denota, de un lado, el
carácter netamente administrativo y funcionarial de la regulación contenida
en los artículos 435 y siguientes de dicho texto legal acerca de la oficina
judicial; y, de otro, la necesidad de ulterior desarrollo reglamentario de tales
preceptos sobre la oficina judicial, en extremos tales como el concreto
número de los puestos de trabajo de las oficinas judiciales, las
características de esos puestos, la forma de provisión de los mismos, los
requisitos para su desempeño y el complemento retributivo asignado a cada
puesto de trabajo de la respectiva oficina judicial.

Asimismo, una de las principales novedades de la reforma llevada a cabo


por la antes aludida Ley Orgánica 19/2003 en materia de la oficina judicial,
estriba en la derogación de las competencias que el antiguo artículo 473.2
de la Ley Orgánica del Poder Judicial confería a los Jueces y Magistrados
sobre la mencionada materia, si bien no puede desconocerse que al titular
del Órgano jurisdiccional le corresponden las funciones de dirección e
inspección de todos los asuntos del respectivo Juzgado o Tribunal, según se
establece expresamente en el artículo 165 de la misma Ley Orgánica.

III. UNIDADES PROCESALES DE APOYO DIRECTO

La unidad reflejada en el artículo 436 de la Ley Orgánica del Poder


Judicial se define por el legislador como el elemento organizativo básico de
la estructura de la oficina judicial, disponiendo a renglón seguido que
comprende los puestos de trabajo de la misma y que deben estar
vinculados funcionalmente, atendiendo a sus diversos cometidos. Y en razón
precisamente de estas funciones, la nueva regulación que se contiene en la
vigente Ley Orgánica del Poder Judicial de la oficina judicial distingue los dos
tipos de unidades siguientes: las llamadas “unidades procesales de apoyo
directo” y los denominados “servicios comunes procesales”.

La actividad principal de estas unidades vendrá determinada por la


aplicación de las respectivas normas procesales, concurriendo la
circunstancia de que la oficina judicial podrá prestar su apoyo a órganos de
ámbito nacional, autonómico, provincial, de partido judicial, municipal o
incluso comarcal, extendiéndose su ámbito competencial al de los órganos a
los que presta su apoyo. Además, las unidades que componen la oficina
judicial podrán desempeñar sus funciones al servicio de órganos de una
misma jurisdicción, de varias jurisdicciones o a órganos especializados, sin
que, en ningún caso, el ámbito de la propia oficina judicial pueda modificar
el número y composición de los órganos judiciales que constituyen la planta
judicial, ni la circunscripción territorial de los propios órganos judiciales.

El nuevo modelo de oficina judicial contemplado en los artículos 435 y


concordantes de la Ley Orgánica Judicial se basa en el principio de
flexibilidad, de suerte que su concreta dimensión y su específica
organización se determinarán por la Administración Pública en cada caso
competente -General del Estado o Autonómica, según los casos-, en función
de la precisa actividad que en la misma se lleve a cabo.

Por su parte, el artículo 436.6 de la LOPJ dispone que: “los jueces y


magistrados, en las causas cuyo conocimiento tengan atribuido, podrán
requerir en todo momento al funcionario responsable cuanta información
consideren necesaria”.

En virtud de lo previsto en el artículo 437 de la Ley Orgánica del Poder


Judicial se entiende por unidad procesal de apoyo directo la unidad de la
oficina judicial que directamente asiste a Jueces y Magistrados en el
ejercicio de las funciones que les son propias, realizando las actuaciones
necesarias para el exacto y eficaz cumplimiento de cuantas resoluciones
dicten.

En la práctica existirán tantas unidades procesales de apoyo directo como


Juzgados, o en su caso, Salas o Secciones de Tribunales estén creados y en
funcionamiento, integrando junto a sus titulares el respectivo órgano
judicial.

Desde el punto de vista organizativo, las unidades procesales de apoyo


directo contarán con un letrado de la Administración de Justicia que ejercerá
las competencias y funciones que le son propias, si bien y por motivos de
racionalización del servicio, un mismo letrado de la Administración de
Justicia podrá actuar en más de una unidad procesal. Además, cada una de
dichas unidades contará con los puestos de trabajo necesarios para la
atención del Órgano judicial de que se trate, de acuerdo con el orden
jurisdiccional al que pertenezca, que se determinarán en las respectivas
relaciones de puestos de trabajo. En este sentido, el Ministerio de Justicia,
previo informe del Consejo General del Poder Judicial y de las Comunidades
Autónomas con competencias asumidas en materia de Administración de
Justicia, determinará las dotaciones básicas de las mencionadas unidades
procesales de apoyo directo, que garantizarán, en todo caso, el correcto
funcionamiento del órgano jurisdiccional respectivo.

IV. LOS SERVICIOS COMUNES PROCESALES

A tenor de lo preceptuado en el artículo 438 de la Ley Orgánica del Poder


Judicial, servicio común procesal es la unidad de la oficina judicial que, sin
estar integrada en un órgano judicial concreto, asume labores centralizadas
de gestión y apoyo en actuaciones derivadas de la aplicación de las
distintas leyes procesales, y prestarán su apoyo a todos o a alguno de los
Órganos judiciales de su ámbito territorial, con independencia del orden
jurisdiccional al que pertenezcan y la extensión de su jurisdicción concreta.

Tanto el Ministerio de Justicia como las Comunidades Autónomas en sus


respectivos territorios serán competentes para el diseño, creación y
organización de los servicios comunes procesales, con funciones de registro
y reparto, actos de comunicación, auxilio judicial, ejecución de resoluciones
judiciales y jurisdicción voluntaria.

Por su parte, las Salas de Gobierno y las Juntas de Jueces podrán solicitar al
Ministerio de Justicia y a las correspondientes Comunidades Autónomas la
creación de servicios comunes, conforme a las específicas necesidades. De
igual forma, podrán crear servicios comunes procesales que asuman la
ordenación del procedimiento u otras funciones complementarias, en cuyo
caso será preciso el informe favorable del Consejo General del Poder
Judicial.

Atendiendo a la actividad concreta que realicen, los servicios comunes


procesales podrán estructurarse en secciones, a las que se dotará de los
correspondientes puestos de trabajo y éstas, a su vez, si el servicio lo
requiere, en equipos. Al frente de cada servicio común procesal constituido
en el seno de la oficina judicial habrá un letrado de la Administración de
Justicia, de quien dependerán funcionalmente el resto de los letrados de la
Administración de Justicia y el personal destinado en los puestos de trabajo
en que se ordene el servicio de que se trate y que, en todo caso, deberá ser
suficiente y adecuado a las funciones que tiene asignado el mismo. Además,
y según previene el artículo 438.6 de la LOPJ, el letrado de la Administración
de Justicia que dirija un servicio común procesal deberá hacer cumplir, en el
ámbito organizativo y funcional que le es propio, las órdenes y circulares
que reciba de sus superiores jerárquicos. Y en el ámbito jurisdiccional,
responderán del estricto cumplimiento de cuantas actuaciones o decisiones
adopten los titulares de los Órganos judiciales en el ejercicio de sus
competencias respectivas.

Debe significarse, finalmente, que la Ley Orgánica atribuye al Consejo


General del Poder Judicial la posibilidad de establecer criterios generales
que permitan la homogeneidad en las actuaciones de los servicios comunes
procesales de la misma clase en todo el territorio nacional, sin que tal
facultad pueda incidir, en ningún caso, en el ejercicio de la función
jurisdiccional o en las competencias de las Administraciones públicas en el
ámbito de la Administración de Justicia.

Tras la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación civil y mercantil, es preciso


que, como consta en la disposición adicional segunda de la Ley 5/2012, de 6
de julio, la Administración Central y autonómica, según sus respectivas
esferas de competencias, se impliquen en esta materia suministrando los
medios necesarios para que funcione la mediación, y para ello habrá que
crear servicios comunes procesales de mediación intrajudical a donde las
partes y sus letrados se dirigirían para obtener precisa información de lo
que tienen que hacer, a qué instituto de mediación se deben dirigir con
arreglo a las características del conflicto, etc. Es decir, una herramienta que
debe existir en los partidos judiciales adscrita al decanato de los juzgados
para suministrar esta necesaria información.

En esta oficina constarían todas las instituciones de mediación reconocidas


como tales, (colegios profesionales, Cámaras, etc) incluso posibles listados
de mediadores, aunque estos creemos que sería preferible que constaran
en los propios institutos de mediación a donde se dirigirían las partes y sus
letrados para llevar a cabo el proceso de selección del mediador.

V. LAS UNIDADES ADMINISTRATIVAS

En el tratamiento normativo de la organización y funcionamiento de la


Administración al servicio de los Juzgados y Tribunales, otra de las
novedades que introduce la vigente redacción de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, tras la entrada en vigor de la Ley Orgánica 19/2003, es la de la
llamada “unidad administrativa”.

Sin estar integrada en la oficina judicial, tal unidad se constituye en el


ámbito de la organización de la Administración de Justicia con una doble y
complementaria finalidad: en primer lugar, la jefatura, ordenación y gestión
de los recursos humanos de la propia oficina judicial sobre los que se tienen
competencias; y, en segundo término, los medios informáticos, nuevas
tecnologías y demás medios materiales al servicio de la misma
Administración de Justicia.

Tanto el Ministerio de Justicia como las Comunidades Autónomas, en sus


respectivos ámbitos competenciales, podrán establecer, dentro de las
referidas unidades administrativas, oficinas comunes de apoyo a una o
varias oficinas judiciales, para la prestación de servicios, atendiendo a un
doble requisito objetivo: de un lado, que tales servicios se consideren
necesarios o convenientes para el buen funcionamiento de las expresadas
oficinas; y, de otro, que la concreta naturaleza de los apuntados servicios no
exija la realización de funciones encomendadas como propias por la Ley
orgánica del Poder Judicial a los funcionarios integrantes de los Cuerpos de
la Administración de Justicia.

En la materia a que se refiere el artículo 439 de la Ley Orgánica del Poder


Judicial, la competencia de cada Administración -General del Estado, a
través del Ministerio de Justicia, o Autonómica, dentro de su propio ámbito
territorial- comprende las siguientes materias:

 1. El diseño, creación y organización de las unidades administrativas


necesarias y de las oficinas comunes de apoyo.
 2. La determinación de su forma de integración en la Administración
pública de que se trate.
 3. Su ámbito de actuación y dependencia jerárquica.
 4. El establecimiento de los puestos de trabajo, que podrán ser
cubiertos con personal de los Cuerpos de funcionarios al servicio de la
Administración de Justicia, de la Administración del Estado y de las
respectivas Comunidades autónomas, siempre que reúnan los
requisitos y condiciones establecidas en la relación de puestos de
trabajo correspondiente.
 5. La dotación de los créditos necesarios para su puesta en marcha y
funcionamiento.

Por último, la problemática de la dependencia de los funcionarios que


prestan sus servicios en las oficinas judiciales, a excepción de los letrados
de la Administración de Justicia, se resuelve en el artículo 436.4 de la LOPJ,
señalando que: “sin perjuicio de su dependencia funcional, dependen
orgánicamente del Ministerio de Justicia o de las Comunidades Autónomas
con competencias asumidas en sus respectivos ámbitos”.

Conforme van pasando los meses desde que se aprobó la Ley 13/2009 y la
corolaria Ley Orgánica 1/2009 de reforma de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, el nuevo modelo de la Oficina judicial que, no obstante, se introdujo
como filosofía e idea en la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial del
año 2003 por la Ley Orgánica 19/2003, de 23 de Diciembre, va viendo poco
o poco la luz. Desde luego, lo que es evidente es que ha sido mucho el
tiempo transcurrido desde su originaria idea en el año 2003. Nada menos
que siete años. Y ello, por los inconvenientes que habían venido surgiendo
en una estructura interna de funcionamiento que hacía preciso que
concurrieran muchas voluntades.

Sin embargo, tras la aprobación de la reforma de la Ley de Enjuiciamiento


Civil y la Ley Orgánica del Poder Judicial en el año 2009 se han ido
aprobando las disposiciones de desarrollo precisas para hacer realidad lo
que muchos abogados y procuradores ya están percibiendo en algunos
partidos judiciales en donde ya no se habla de 'Juzgados', sino de UPAD, y
todo gira en torno a Servicios comunes procesales y nuevas formas de
organizarse 'por dentro' la Administración de Justicia. Conste que está
costando asimilar el cambio, como iremos explicando en estas mismas
páginas de esta revista en próximos números sobre las primeras
experiencias, pero el cambio era necesario y obligado para buscar otro
modelo y otras fórmulas de organizarse para dar un servicio público
adecuado a los tiempos actuales.

Por todo ello, y como disposiciones de desarrollo de la necesidad de


implantar la Oficina Judicial, en el BOE de 30 de Junio de 2010 se publicó
la Orden JUS/1741/2010, de 22 de junio, por la que se determina la
estructura y se aprueban las relaciones de puestos de trabajo de las oficinas
judiciales y de las secretarías de gobierno incluidas en la primera fase del
Plan del Ministerio de Justicia para la implantación de la Nueva Oficina
Judicial para disciplinar la composición de la oficina judicial de los partidos
judiciales incluidos en el plan experimental de implantación de la Nueva
Oficina Judicial (en adelante NOJ), lo que tiene su importancia en el
momento actual en el que ya se ha dado el 'pistoletazo de salida' a la
implantación de la tan ansiada Oficina judicial en Murcia y Burgos, ya que el
10 de noviembre de 2009 fue la fecha de arranque de estas dos primeras
sedes en el plan experimental del Ministerio de Justicia.

Por otro lado, de entre las sedes elegidas para continuar con el proceso de
implementación de la oficina judicial, más recientemente, el Director
General de Modernización del Ministerio de Justicia acaba de dictar la
Resolución de fecha 1 de Febrero de 2011 por la que se determina la
entrada en funcionamiento de la implantación de la NOJ en los partidos
judiciales de Cáceres y Ciudad Real y más tarde, la segunda fase tiene como
partidos judiciales objeto de la NOJ los de Cuenca, León y Badajoz. Todo ello,
bajo el modelo de la Orden sobre la que gira el esquema de las presentes
líneas.

Recordemos que todo el esquema de la NOJ descansa, según puntualiza el


Ministerio de Justicia, en dividir los objetivos que corresponden a cada
operador dentro de la Administración de Justicia, dejando cada actividad en
su aplicador directo, y así:

 1. La jurisdiccional, que recae en jueces y magistrados


 2. La actividad procedimental, que corresponde a los letrados de la
Administración de Justicia y a los servicios de apoyo y procesales
 3. La administrativa, que recae en el Ministerio de Justicia o en las
Comunidades Autónomas con competencias asumidas.

En consecuencia, el proceso de implementación de la NOJ en todo el país va


a seguir un proceso dispar al tener que organizarse en cada Comunidad
Autónoma que tenga las competencias transferidas para ir perfilando los
servicios que se implantarán de forma progresiva en los próximos dos años
hasta la definitiva implantación de esta NOJ. Y ello, porque la plasmación
fáctica en la organización judicial española de este sistema es sumamente
complejo al tener que depender de muchas circunstancias que van desde la
superior organización del Cuerpo de letrados de la Administración de Justicia
para ir distribuyendo las distintas jefaturas de servicio a las que hay que
adscribir a los letrados de la Administración de Justicia como directores a los
acuerdos con los respectivos sindicatos de funcionarios judiciales para
consensuar la conformación de cada servicio común y la obligatoria
movilidad de puestos de trabajo que inexorablemente debe producirse.
Pero, sobre todo, este nuevo sistema cuenta con un problema mayor. Y es
que los actuales edificios judiciales están hechos para una organización
judicial distinta a la que se prevé en la actual organización que deja el
sistema de la NOJ.

VI. DEFINICIÓN DE CONCEPTOS

Se aprovecha la citada Orden JUS/1741/2010, de 22 de Junio para dejar


claros los conceptos del nuevo sistema organizativo judicial que afectan
obviamente a todo el territorio español, ya que son conceptos básicos de la
organización de la NOJ, y así:

¿QUÉ ES LA OFICINA JUDICIAL?

La oficina judicial se define de esta forma como la organización de carácter


instrumental que de forma exclusiva presta soporte y apoyo a la actividad
jurisdiccional de jueces y tribunales y comprende tanto las unidades
procesales de apoyo directo como los servicios comunes procesales.

¿QUÉ SON LAS UPAD?

Las unidades procesales de apoyo directo asisten directamente a los jueces


y magistrados en el ejercicio de las funciones que les son propias, mediante
la realización de las actuaciones precisas para el exacto y eficaz
cumplimiento de cuantas resoluciones dicten.
¿CUÁNTAS UPAD HABRÁ?

Han de existir tantas unidades procesales de apoyo directo como juzgados


o, en su caso, salas o secciones de tribunales estén creados y en
funcionamiento y constituyen, junto a sus titulares, el respectivo órgano
judicial.

¿QUÉ SON LOS SERVICIOS COMUNES PROCESALES?

Los servicios comunes procesales por su parte, son aquellas unidades de la


oficina judicial que sin estar integradas en un órgano judicial concreto
asumen labores centralizadas de gestión y apoyo en actuaciones derivadas
de la aplicación de las leyes procesales.

¿CÓMO Y QUIEN ORGANIZA ESTOS SERVICIOS?

La competencia para el diseño, creación y organización de estos servicios


comunes procesales corresponde a las Comunidades Autónomas en el
ámbito de sus respectivos territorios y al Ministerio de Justicia en aquellos
otros en los que todavía no se haya producido la asunción de competencias
en materia de justicia por la respectiva Comunidad.

¿CUÁL ES EL OBJETO DE LA ORDEN MJ?

La Orden 1741/2010 tiene dos objetivos:

 a) De una parte, establecer la estructura de la Nueva Oficina Judicial


con una delimitación por Cuerpos de las funciones que desarrollarán
las unidades procesales de apoyo directo y los servicios comunes
procesales y,
 b) Por otra, aprobar la relación de puestos de trabajo de las oficinas
judiciales y de las Secretarías de Gobierno de aquellos partidos
judiciales, donde se va implantar la primera fase de la oficina judicial
y que son: Burgos, Cáceres, Ciudad Real, Logroño, Murcia, Palma de
Mallorca, Ceuta y Melilla.

¿LÍNEAS GENERALES DE LA ORDEN?

En la Orden del Ministerio de Justicia, que en líneas generales podrá ir


extrapolándose al sistema organizativo de las distintas Comunidades
Autónomas con pocas diferencias entre ellas por razones obvias y de
homologación, se contemplan los siguientes aspectos que configuran quien
interviene en la NOJ y cómo lo hace:

 a) LETRADOS DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA: Insiste en la


específica y trascendental función que le ha sido encomendada, tanto
en la Ley Orgánica del Poder Judicial como en la reforma de la Ley de
Enjuiciamiento Civil por la Ley 13/2009 como verdaderos rectores de
la oficina judicial y directores de los distintos servicios comunes
procesales (artículo 3 Orden JUS/1741/2010).
o • Funciones del letrado de la Administración de Justicia en las
unidades procesales de apoyo directo (artículo 6 Orden
JUS/1741/2010).
o • Dirección de los servicios comunes procesales (artículo 12
Orden JUS/1741/2010).
o • Jefatura de sección y equipo (artículo 13 Orden
JUS/1741/2010).
o • Funciones del letrado de la Administración de Justicia en el
servicio común general (artículo 15 Orden JUS/1741/2010).
o • Funciones del letrado de la Administración de Justicia en el
servicio común de ordenación del procedimiento (artículo 20
Orden JUS/1741/2010).
o • Funciones del letrado de la Administración de Justicia en el
servicio común de ejecución (artículo 24 Orden
JUS/1741/2010).
 b) FUNCIONARIOS JUDICIALES: Se especifican con detalle las
competencias de los funcionarios de los Cuerpos de Gestión Procesal
(antiguos oficiales) y Administrativa, de Tramitación Procesal y
Administrativa (antiguos auxiliares) y de Auxilio Judicial (antiguos
agentes judiciales) (artículos 4 y ss. Orden JUS/1741/2010). (1)
o • Funciones del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa
en las unidades procesales de apoyo directo (artículo 7 Orden
JUS/1741/2010).
o • Funciones del Cuerpo de Tramitación Procesal y
Administrativa en las unidades procesales de apoyo directo
(artículo 8 Orden JUS/1741/2010).
o • Funciones del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa
en el servicio común general (artículo 16 Orden
JUS/1741/2010).
o • Funciones del Cuerpo de Tramitación Procesal y
Administrativa en el servicio común general. (artículo 17 Orden
JUS/1741/2010).
o • Funciones del Cuerpo Auxilio Judicial en el servicio común
general. (artículo 18 Orden JUS/1741/2010).
o • Funciones del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa
en el servicio común de ordenación del procedimiento (artículo
21 Orden JUS/1741/2010).
o • Funciones del Cuerpo de Tramitación Procesal y
Administrativa en el servicio común de ordenación del
procedimiento (artículo 22 Orden JUS/1741/2010).
o • Funciones del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa
en el servicio común de ejecución (artículo 25 Orden
JUS/1741/2010).
o • Funciones del Cuerpo de Tramitación Procesal y
Administrativa en el servicio común de ejecución (artículo 26
Orden JUS/1741/2010).
 c) SERVICIOS COMUNES PROCESALES. TIPOS
o • Servicio común general (artículos 14 y ss. Orden
JUS/1741/2010).
o • Servicio común de ordenación del procedimiento (artículos
19 y ss. Orden JUS/1741/2010).
o • Servicio común de ejecución (artículos 23 y ss. Orden
JUS/1741/2010).
 d) Se recoge en el Anexo III la RPT de adscripción de puestos de
trabajo a cada Servicio común procesal, que es la base real sobre la
que descansa el inicio del funcionamiento de la NOJ, ya que si no se
cierra este punto es inviable que funcione. Nótese que supone estas
RPT una auténtica movilidad laboral, aunque no geográfica, sí
funcional, y de mucha importancia, ya que mientras que la actual
estructura estaba configurada por la adscripción de funcionarios por
juzgados y secciones ahora lo está por la adscripción a las Unidades
de apoyo procesal directo (UPAD) y a los Servicios comunes
procesales.

VII. INSTRUCCIÓN 1/2011, DE 31 DE MARZO, DEL PLENO DEL


CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL, SOBRE EL
FUNCIONAMIENTO DE LAS UNIDADES PROCESALES DE APOYO
DIRECTO A JUECES Y MAGISTRADOS Y SU ACTUACIÓN COORDINADA
CON LOS SERVICIOS COMUNES PROCESALES

No sin grandes dificultades en su implantación se siguen dando los pasos de


desarrollo reglamentario para que la oficina judicial vaya siendo una
realidad en los distintos territorios. Tanto los pertenecientes al Ministerio de
Justicia como los de las CC.AA. Y es que la gran alteración de la organización
judicial que supone la implementación del sistema que supone la oficina
judicial no era una moneda fácil de cambio que nos permitiera afrontar con
rapidez una modificación de un modelo ya históricamente tradicional a otro
radicalmente distinto en su configuración y estructura.

Pues bien, entre las modificaciones reglamentarias de desarrollo de


la LOPJ y de la Ley 13/2009 y la Ley Orgánica 1/2009 surge ahora la
Instrucción 1/2011 para fijar la piedra angular central del sistema, como son
las Unidades Procesales de apoyo directo a los jueces y cómo se van a
relacionar con los Servicios comunes procesales. De lo que se trata es de ir
perfilando cada una de las áreas que van a conformar el organigrama que
debe implantarse con un sistema reglado que defina y delimite con claridad
cada uno de los pasos que deben darse en la estructura interna de
funcionamiento.

Por ello, en la propia Exposición de Motivos de la Instrucción se destaca que


las Unidades Procesales de Apoyo Directo se configuran, pues, con la
finalidad de prestar una asistencia directa al Juez o Magistrado en el
ejercicio de las funciones que le son propias, de tal forma que la actividad
de los funcionarios al servicio de la Administración de Justicia que presten
servicio en las mismas se encuentra exclusivamente orientada a dicha
actividad. Y dicha actividad es la de juzgar, al quedar circunscrita el resto de
materias a los servicios comunes o al refuerzo competencial atribuido a los
letrados de la Administración de Justicia en la reforma de la LEC producida
en la Ley 13/2009.

1. Objetivo de las UPAD

Las Unidades Procesales de Apoyo Directo son las unidades de la oficina


judicial que directamente asisten a Jueces y Magistrados en el ejercicio de
las funciones que les son propias.

2. Obligación de asistencia a los jueces en las UPAD

Los letrados de la Administración de Justicia y el resto de los funcionarios al


servicio de la Administración de Justicia con destino en estas unidades
cumplirán y velarán por el cumplimiento de las decisiones que adopten los
Jueces y Magistrados en el ejercicio de sus competencias.

3. Instrucciones de los jueces a los funcionarios de las UPAD

Competencia del juez con respecto a instrucciones a los funcionarios de la


UPAD. ¿Sobre qué materias interesará el juez a los funcionarios de la UPAD
su actuación?

1. Preparación de las resoluciones judiciales y al dictado de las mismas;

2. Establecimiento de las instrucciones generales y particulares para la


realización de los señalamientos;

3. Dirección del desarrollo de actos y vistas de conformidad con las leyes


procesales;

4. Decisión sobre la prioridad de una actuación sobre otra en un momento


puntual, o de una clase de asuntos sobre otros en casos justificados.

5. El establecimiento de pautas para la preparación de determinadas vistas;

6. El encargo de la realización de fotocopias.

7. Otras funciones que son propias del auxilio a la labor de Jueces y


Magistrados.

4. Supervisión del letrado de la Administración de Justicia

Se atribuye la competencia al juez para el dictado de estas instrucciones en


torno a la organización interna de la UPAD, correspondiendo al letrado de la
Administración de Justicia la supervisión y estricto cumplimiento de que
estas instrucciones se cumplen y ejecutan.

5. Solicitudes del juez a funcionarios de otros servicios comunes

Los Jueces y Magistrados, en las causas cuyo conocimiento tengan


atribuido, podrán requerir en todo momento al funcionario responsable,
cualquiera que sea la unidad de la oficina judicial en la que se encuentre
destinado, cuanta información consideren necesaria.

6. Criterios de coordinación entre las UPAD y los servicios comunes


procesales

1. Cuando un expediente llegue a la UPAD desde el servicio común de


tramitación solo se anota una diligencia de constancia, o nota simple de
recepción.

2. En temas importantes y antes de que se adopte una decisión en un


servicio común procesal (trámite o ejecución) se recomienda en la
Instrucción que los letrados de la Administración de Justicia de los servicios
comunes procesales tengan que adoptar los mecanismos oportunos para
que puedan consultarse directamente con el Juez o Magistrado las
decisiones que deban adoptarse, ya que una de las lagunas que podrían
existir en esta organización es que las UPAD trabajen de forma
descoordinado con los servicios comunes procesales o que los jueces no
pudieran contactar o tener conocimiento de las actuaciones que se lleven a
cabo en estos, entre las que están la tramitación de los procedimientos que
luego van a desembocar en la celebración de un juicio o la ejecución de la
sentencias dictadas. Uno de las quejas del sistema por los jueces radicaba,
precisamente, en que no sería deseable la desconexión entre las UPAD y los
servicios comunes, o mejor dicho entre el juez y estos.

7. Remisión de escritos a la UPAD

Hasta la fecha la costumbre era que los escritos que presenten las partes en
un procedimiento lo remitan al juzgado. Pero la nueva estructura se cambia
por la recepción de estos en el servicio común que corresponda. Por ello,
aunque el procurador dirija el escrito a la UPAD se derivará al servicio
común que corresponda, salvo que la documentación recibida debiera ser
conocida, por razones de urgencia, de agilidad o eficacia, por el órgano
judicial, en cuyo caso, se remitirá de manera inmediata a la UPAD aún
cuando no se encuentre físicamente el expediente en la misma.

8. Conocimiento del juez del estado de la causa

Dado que los letrados de la Administración de Justicia ejercerán fundones en


los Servicios comunes procesales y también habrá en las UPAD, resulta que
cada juez podrá recibir información, en las áreas del procedimiento que
correspondan, tanto de uno como de otro, por lo que se especifica que en
cualquier caso ambos letrados de la Administración de Justicia darán cuenta
al juez de las fases del procedimiento y de las situaciones de las que deba
conocer el juez.

9. Elaboración de las resoluciones judiciales

Nótese que en los servicios comunes procesales de trámite y ejecución se


dictan resoluciones de trámite por el letrado de la Administración de
Justicia, pero las que son de la estricta competencia del juez se dictan por
este en la UPAD. Por ello, en el art. 5 de la Instrucción se especifica que las
Unidades Procesales de Apoyo Directo, elaborarán e integrarán en la
aplicación de gestión procesal las resoluciones que dicte el Juez, Magistrado,
Tribunal o letrado de la Administración de Justicia de la respectiva unidad.

Ahora bien, como para el dictado de las distintas actuaciones que es preciso
coordinar hay que establecer pautas de actuación la propia Instrucción
recomienda con toda lógica que en los términos en que se establezca en los
Protocolos de cada Oficina Judicial y conforme a las instrucciones que
disponga el LAJ Coordinador Provincial, los Servicios Comunes Procesales
podrán colaborar con las Unidades Procesales de Apoyo Directo en la
realización de esta tarea siempre que sean necesarias y así lo solicite el
titular del órgano judicial. Quiere esto decir que puede que algunas de las
resoluciones que deben ser dictadas por el juez se hagan en el servicio
común procesal, pero para ello es preciso articular un protocolo que defina
en cada caso donde se dicta cada una de las que son atribuidas al juez.
Cierto y verdad es que la LEC, tras la reforma por Ley 13/2009, especifica
las funciones que se atribuyen al juez y al letrado de la administración de
Justicia, pero no entra a resolver si estas se dictan en un servicio o en otro.
Tampoco lo hace la LOPJ, por lo que uno de los graves problemas que están
existiendo en la entrada en funcionamiento del sistema es el de que falta
una normativa de actuación que resuelva estas incidencias internas, para lo
cual esta Instrucción sirve para ofrecer algo de luz al respecto.

10. ¿Quién notifica las resoluciones judiciales de las UPAD?

Por regla general, todos los actos de comunicación se llevan a cabo por el
servicio común procesal dedicado a esta finalidad. No obstante, se permite
que las UPAD puedan y que deban hacerlas, ya que:

 a) Corresponderá a las Unidades Procesales de Apoyo Directo realizar


directamente aquellas notificaciones cuando existan razones de
agilidad, eficacia o urgencia que lo justifiquen, así como la realización
de actos de comunicación que deban practicarse a través del sistema
de gestión de notificaciones telemáticas Lexnet u otros sistemas
electrónicos disponibles de naturaleza análoga. En estos casos el acto
de comunicación se llevará a cabo directamente por los funcionarios
de las Unidades Procesales de Apoyo Directo.
 b) Además, en la forma que establezcan los correspondientes
Protocolos de Actuación, corresponderá a los funcionarios del Cuerpo
de Auxilio Judicial que asistan a la vista oral practicar las citaciones
que puedan realizarse en el acto a los usuarios y profesionales
presentes tras la decisión de suspensión o de continuación de la
misma.

¿Y cómo se hacen?

1. Pues cuando en un mismo asunto se practiquen unas notificaciones de


forma telemática y otras por medios diferentes, las primeras se llevarán a
cabo por los funcionarios de las Unidades Procesales de Apoyo Directo y las
segundas por el Servicio Común que corresponda.

2. Las Unidades Procesales de Apoyo Directo, al integrar en el sistema de


gestión procesal las resoluciones de Jueces y letrados de la Administración
de Justicia, imprimirán las copias necesarias de dichas resoluciones para los
casos en que las mismas deban ser notificadas directamente a las partes.
Dichas copias se remitirán al Servicio Común que corresponda para su
práctica. Igualmente procederán a expedir las cédulas que genera
automáticamente el sistema de gestión procesal, siempre que no se
necesite incorporar ningún dato, cuando el acto de comunicación consista
en una citación o emplazamiento a las partes, remitiéndolas a continuación
al Servicio Común que corresponda.

11. Recepción de comparecencias de profesionales, partes y víctimas

Aunque todas las actuaciones de la tramitación y ejecución se llevan a cabo


en los servicios comunes procesales también se aclara en la Instrucción que
en las Unidades Procesales de Apoyo Directo solamente se llevarán a cabo
las comparecencias y peticiones que efectúen las partes, profesionales y
demás interesados en los procedimientos en la medida en que sean
pertinentes a las competencias y tareas residenciadas en las mismas.

12. Señalamientos

Una de las polémicas que surgió en el trámite de la Ley 13/2009 fue la


competencia de los señalamientos en el sentido de determinar si era
competencia del letrado de la Administración de Justicia o del juez,
quedando fijado en la línea de que las Unidades Procesales de Apoyo
Directo auxiliarán al titular del órgano en la remisión material de las
instrucciones generales y particulares para la realización de los
señalamientos, así como en la comprobación de la adecuada
parametrización de la agenda programada de señalamientos conforme a
dichas instrucciones y al calendario de disponibilidad del titular del órgano
judicial. Y ello, debido a que es el juez el que debe fijar ese calendario
previo a fin de evitar un señalamiento no controlado o previsto por el mismo
con arreglo a los criterios predeterminados.

13. Control por la UPAD de las actuaciones llevadas a cabo por los servicios
comunes procesales para la celebración de la vista por la UPAD

Nótese que es desde el Servicio común procesal de tramitación donde se


llevan a cabo las actuaciones destinadas a llevar a cabo actos de
comunicación citando a partes y testigos y peritos para la vista ante la
UPAD. Pero cuando el servicio común les envía el expediente con las
actuaciones llevadas a cabo es obvio que la UPAD controle la correcta
ejecución de esos actos para evitar la suspensión de la vista. En la
actualidad el sistema está basado en la ejecución por el juzgado
competente de todos los actos, pero con este sistema "se lo hacen" desde
otra unidad y cuando le llega el expediente es simplemente a los efectos de
control y revisión de lo ejecutado para la correcta celebración de la vista.
Por ello, las Unidades Procesales de Apoyo Directo efectuarán el control de
la remisión por el Servicio Común de los expedientes señalados para
celebración de vistas, con la anticipación establecida en cada caso.
Revisarán las citaciones y documentación necesarias para celebración de la
vista señalada. Además, procederá la devolución del expediente al Servicio
Común que lo hubiese remitido, en aquellos casos en los que, a la vista de
las actuaciones, no conste la práctica de alguna citación o de alguna
diligencia que se hubiese acordado y sea necesaria para la correcta
celebración de la vista. En todo caso y antes de proceder a la devolución del
expediente al servicio común remitente, se intentará averiguar y en su caso
completar por medios rápidos y directos (teléfono, fax o comunicación
electrónica) la existencia, estado y ubicación de la diligencia que no conste
practicada.

14. Las vistas las preside y dirige el juez

En el desarrollo de los actos y vistas, la dirección de las mismas


corresponde al Juez que las presida.

15. Incidencias a llevar a cabo fuera de la sala de vistas


Se atribuye la competencia a los funcionarios de la UPAD para llevar a cabo
las siguientes actuaciones de incidencias que surjan en la vista:

 - Comparecencia relativa a causas de incomparecencia de algún


interviniente.
 - Comparecencia destinada a facilitar datos de localización de un
interviniente.
 - Diligencias telefónicas, con su constancia, para facilitar la
comparecencia de algún interviniente o averiguar las causas de su
demora.
 - Aviso a Médico Forense.
 - Petición de cita para reconocimiento médico forense, como
información previa al señalamiento de juicio en sala.
 - Traslado urgente de presos, si no se estima motivo de suspensión.
 - Conducción inmediata de testigos.
 - Comunicación telefónica para la práctica de videoconferencia.

Se trata de actuaciones relativas a cuestiones que es preciso asegurar para


evitar la suspensión de una vista y que, obviamente, atribuye la Instrucción
a la UPAD, no al servicio común procesal de tramitación. Ello se hace para
garantizar a quien corresponde llevar a cabo estas actuaciones y evitar
problemas competenciales en su ejecución.

16. Cuestiones de urgencia en el orden penal

Se fijan en la Instrucción algunas cuestiones que afectan al orden penal de


las consideradas urgentes y que se refieren a:

 a) Tramitación de requisitorias.

Aunque sean cuestiones de trámite se atribuye a las UPAD las


siguientes actuaciones en las requisitorias:

Para la tramitación de las requisitorias, en las Unidades Procesales de


Apoyo Directo se practicarán las siguientes actuaciones:

o - Expedición y cese de requisitorias.


o - Anotación de altas y bajas en el Registro Central de Medidas
Cautelares, Requisitorias y Sentencias no - - Firmes y
comunicación a Fuerzas de Seguridad y Juzgado de Guardia del
cese de las requisitorias.
o - Convocatoria de comparecencia del artículo 505 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, previa consulta de la agenda, aviso
urgente a profesionales, Ministerio Fiscal y traslado del preso.
En este artículo ha sido sustituida la expresión “imputado” por
la de investigado o encausado.
o - Una vez dictada una requisitoria, se remitirá el expediente
desde la Unidad Procesal de Apoyo Directo al Servicio Común
correspondiente (de ordenación del procedimiento o de
ejecución, según la fase del procedimiento), donde quedará
depositado hasta que sea habido el requisitoriado y se
practiquen las diligencias que procedan, sin perjuicio de su
remisión a la Unidad Procesal de Apoyo Directo para el dictado
de la resolución judicial que en cada caso y momento
corresponda.
 b) Control de presos preventivos.

También se detalla una materia de gran importancia en las Unidades


procesales de los actuales juzgados de instrucción, porque no es
materia que deba desconectarse del juez instructor.

En las Unidades Procesales de Apoyo Directo se llevarán a cabo las


actuaciones necesarias para el debido control de la situación de
prisión preventiva que se haya acordado por el titular del órgano
judicial. En particular efectuarán las siguientes actuaciones:

o - Consulta periódica en el sistema de gestión procesal.


o - Dación de cuenta inmediata, en caso de ser indicado por el
Juez, recabando en su caso la inmediata remisión del
expediente desde el servicio común que realice la ordenación
del procedimiento.
o - Convocatoria de comparecencia para una posible prórroga de
la prisión preventiva.
 c) Juicios rápidos en los Juzgados de lo Penal.

Lo mismo ocurre con las UPAD dedicadas a la labor de enjuiciamiento


penal unipersonal.

En los procedimientos para el enjuiciamiento rápido de determinados


delitos, en las Unidades Procesales de Apoyo Directo se practicarán
las siguientes actuaciones:

o - Registro, aceptación e incoación, salvo casos en que se


registran en el Servicio Común que corresponda.
o - Nombramiento de Procurador, en el caso de que no haya sido
nombrado por el Juzgado de Instrucción.
o - Recepción de escritos de defensa, examen de los mismos y
dación de cuenta al Juez.
o - Citaciones urgentes en relación con pruebas propuestas con
posterioridad a la remisión por el Juzgado de Instrucción, que
sean admitidas o cualesquiera omitidas, si no se estimare
causa de devolución al Juzgado de Instrucción.
o - En caso de juicios rápidos suspendidos y señalados en sala,
se actuará del modo previsto en el penúltimo párrafo del
apartado Décimo del presente Acuerdo.
 d) Actuaciones en los Juzgados de Instrucción.

Se fijan algunas reglas en la tramitación de las diligencias penales que no


quedan en la competencia de los servicios comunes procesales, sino de las
UPAD. Se trata de materias que no deben ni pueden quedar desconectadas
del juez, y sobre las que se había apreciado que no podían estar en la órbita
del servicio común procesal, sino directamente del juez instructor.

1. En el Procedimiento Abreviado por delito, las actuaciones de tramitación


de las Diligencias Previas corresponderán a la correspondiente unidad
procesal de apoyo directo hasta que el órgano judicial dicte el auto
ordenando seguir el procedimiento ordenado en el artículo 780 y siguientes
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, mientras que las actuaciones
posteriores a dicho auto serán realizadas por el Servicio Común Procesal
correspondiente.

2. En los procedimientos para el enjuiciamiento rápido de determinados


delitos, todas las actuaciones serán practicadas por la Unidad Procesal de
Apoyo Directo correspondiente hasta la remisión de los autos al Juzgado de
lo Penal.

3. En los sumarios incoados de conformidad con los artículos 299 y


siguientess de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, las actuaciones de
tramitación corresponderán a la correspondiente Unidad Procesal de Apoyo
Directo hasta que el Juzgado de Instrucción dicte el auto de conclusión de
sumario.

4. En los juicios de faltas, una vez que el Juzgado de Instrucción haya


dictado el auto de incoación de dicho procedimiento, las subsiguientes
actuaciones serán realizadas por el correspondiente Servicio Común
Procesal.

5. En todos los procedimientos, la pieza de medidas cautelares personales


será competencia de la UPAD.

17. Control directo del juez de los pasos dados en la tramitación y/o


ejecución de un expediente

Para garantizarlo se señala que debe garantizarse el debido control por el


juez del estado procedimental y para ello deben existir aplicaciones
procesales informáticas que lo permitan. Así:

Las distintas aplicaciones de gestión procesal contarán con sistemas que


permitan al Juez o Magistrado conocer en todo momento el estado de
tramitación del asunto sometido a su conocimiento, velando el letrado de la
Administración de Justicia y los funcionarios de la Unidad Procesal de Apoyo
Directo para que la información esté debidamente actualizada y sea
completa.

En definitiva, que la experiencia que se está llevando a cabo en los distintos


territorios donde se está implantando la oficina judicial permite el dictado
de Instrucciones como la 1/2011, de 31 de marzo que sirven para definir
mejor las competencias en cada una de las materias que está
comprobándose que está dando problemas en su implantación.
Precisamente por ello, el objetivo de una implementación paulatina del
nuevo sistema se hizo con esta finalidad: ir viendo y comprobando las
lagunas del sistema para ir subsanando los errores y dictar instrucciones de
desarrollo que resolvieran las dudas de aplicación.

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