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CIUDADES para un PEQUEÑO PLANETA, de RICHARDS ROGERS

AUTOR:
Nombre: Richards Rogers, (1933)

Arquitecto italiano, nacionalizado en Inglaterra fue fundador, junto a otros, de la


tendencia conocida como “alta tecnología”. Es uno de los pocos arquitectos británicos
que disfrutan de un prestigio internacional avalado por numerosos encargos en muchos
países. Nació en Florencia, de padres anglo-italianos, el 23 de Julio de 1933. Se formó
en la academia de la Asociación de Arquitectos, en Londres, y en la Universidad de
Yale. Fue socio del Grupo 4 conjuntamente con Norman Foster desde 1963 hasta
1968, y después formó equipo con Renzo Piano para participar en el concurso del
Centro Pompidou, París, 1971. A partir de 1977 creó su propia firma.

El aspecto de sus obras refleja su pasión por la tecnología y el concepto de edificio


como máquina. Es un entusiasta urbanista que enfoca sus proyectos con vistas a crear
lugares para la gente. El edificio Lloyds, en Londres, terminado en 1986, fue
proyectado buscando la máxima flexibilidad. Es la construcción más importante de
Rogers en Gran Bretaña. El estudio Richard Rogers Partnership (RRP), fue fundado en
1977 y tiene oficinas en Londres, Barcelona, Madrid y Tokio. RRP ha diseñado dos
proyectos de gran envergadura, la Terminal 5 del Aeropuerto Heathrow de Londres y la
Nueva Área de la Terminal 1 en el Aeropuerto Barajas de Madrid, así como altos
edificios para oficinas en Londres, el nuevo complejo de la Corte en Amberes, la
Asamblea Nacional de Gales en Cardiff y un hotel y centro de conferencias en
Barcelona. El estudio de Richard Rogers también tiene una gran experiencia en la
planificación urbanística con los principales esquemas en Londres, Lisboa, Berlín,
Nueva York y Seúl.

En 1996 pasó a formar parte de la Casa de los Lores, con el título de “Lord Rogers of
Riverside”. A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos premios y
reconocimientos, siendo laureado en el 2007 con el mayor galardón otorgado a un
arquitecto, el Premio Pritzker.
CONTEXTO HISTÓRICO:
Este libro, escrito en el 2003, está enmarcado en la era de la información digital y
evolución tecnológica. Ya los habitantes estaban a unos pequeños pasos virtuales de
cualquier lugar del mundo, sin importar lo lejos que estuvieran geográficamente, o
hablaran el mismo idioma. Por eso el autor habla de un <<mundo pequeño>>, al
menos virtualmente hablando.

SÍNTESIS:
Rogers hace un compendio de las estrategias para convertir las ciudades difusas que
de momento a otro sufrieron una gran expansión -p.e. Londres-, en ciudades
compactas y sostenibles donde la belleza y la función se complementen de manera tal
que no se pueda percibir la diferencia entre ambas: donde las formas tanto en los
edificios, así como en la misma ciudad en sí, ad ayuden a reducir el gasto de energía y
recursos.

La proporción este espacios públicos y privados es otra característica de las ciudades


sostenibles, por esto el autor resalta a Roma como un ejemplo; pues respeta esta
proporción y sigue disponiendo de más espacios públicos que la mayoría de las
ciudades. Esto es lo más rescatable, y es algo que se debería de respetar a la hora de
hacer un planeamiento urbano, al menos según el autor piensa. Debemos de darnos
cuenta que la ciudad global está llegando ya a sus límites de densidad y de
explotación; tomar las medidas adecuadas para contrarrestar esto es imprescindible
para el autor de ciudades para un pequeño planeta.

RESUMEN:
Cáp. 1 la Cultura de las Ciudades:
Es impactante la belleza de la Tierra de eso no hay duda, pero también lo es su
fragilidad; en nuestra búsqueda de nuestro bienestar, estamos destruyendo
progresivamente todos los elementos que mantienen nuestra vida. Para la
supervivencia de nuestra sociedad se ha dependido siempre de un equilibrio entre lo
que es población, recursos y medio ambiente; obviar este principio solo llevaría a
graves consecuencias, una expansión global, agotamiento de los recursos naturales y
erosión del medio ambiente.
Para prevenir este inminente daño se debe de aplicar un principio preventivo para
asegurar las medidas de supervivencia de las especies de nuestro planeta.
Principalmente son nuestras ciudades las que están provocando esta crisis, con el
pasar de los años se va incrementando cada vez más la población urbana, llevando
con ello a la precariedad de los modelos de habitabilidad y al mismo tiempo el grado
de erosión y contaminación.
Es paradójico que el habitad de la humanidad, las ciudades; sea el mayor destructor
del ecosistema y la mayor amenaza para la supervivencia del hombre en el planeta.
Vivir en ciudades no tiene que significar llevar la civilización a la autodestrucción, para
ello la arquitectura y la planificación urbana pueden evolucionar para aportar
herramientas que lleven a salvar nuestro futuro, creando ciudades que produzcan
entornos sostenibles y civilizadores. Las ciudades futuras pueden ser un acceso para
restaurar la armonía perdida entre la humanidad y su medio. Como medida para esto,
se debe de aplicar tres factores fundamentales:
1. Ampliar la conciencia ecológica.
2. Expandir la tecnología de comunicaciones y,
3. la producción automatizada.

Estos factores constituyen condiciones para el desarrollo de una cultura urbana


sensibilizada con el entorno y socialmente responsable. Con esto se propone el
concepto de desarrollo sostenible y redefinir la riqueza que normalmente conocemos,
cambiarla por capital natural: aire, agua limpia, capa de ozono en condiciones, mar
incontaminado, tierra fértil y abundante diversidad de especies. La sostenibilidad
medioambiental debería convertirse en el principal rector de la moderna proyección
urbana.
La ciudad ha acabado en por ser entendida como un templo para el consumismo, en
lugar de invertir en las necesidades sociales, se limitan a solo las necesidades de los
individuos.
Debido a esta inconformidad se plantea el espacio urbano de 2 maneras, <<cerrado>>
o <<abierto>>. Es cerrado cuando desarrolla una única función, de manera más
aislada, de momento instantáneo. Ej. Zonas residenciales, túneles, parqueos, distrito
financiero. Y Abierto: Multifuncional, con variedad de usos de los que todos pueden
participar. Ej. Plazas, parques, el mercado, terrazas. Cuando nos hallamos en espacios
cerrados solemos ir con prisa en cambio en los abiertos, son más atractivos en
encontrar la mirada de del otro y a participar en la vida comunitaria.
La idea es promover el espacio abierto, ya que aportan algo en común, agrupan
distintas partes de la sociedad y alimentan un sentido de tolerancia, conciencia,
identidad y respeto mutuo.
Que el egoísmo y la segregación no le gane al contacto y la humanidad. Promoviendo
precisamente este tipo de idea de ciudadanía, se llega a una ciudad activa, de vida
urbana vibrante que es componente esencial de una buena identidad cívica.

Cap. 2: Ciudades Sostenibles:


Las ciudades nunca han albergado poblaciones de la magnitud actual. Entre 1950 y
1990, la población urbana mundial se ha multiplicado entre diez, desde los 200 millones
hasta los 2000. El futuro de la civilización estará determinado por y en las ciudades.
Las ciudades actuales consumen tres cuartas partes de la energía mundial y provocan
al menos tres cuartas partes de la contaminación total. Las ciudades se han convertido
en parásitos dentro del paisaje, ingentes organismos que absorben energía del planeta
para su mantenimiento. El mundo posee problemas por los cuales tiene que reflexionar:
Contaminación, congestión y decencia en el interior de las ciudades. El desarrollo
económico y las migraciones del mundo rural están provocando crecimiento urbano
desmesurado. Durante los próximos 30 años se espera que unos 2000 millones de
personas incrementan la población de las ciudades del mundo en vías de desarrollo,
provocando un crecimiento exponencial del volumen de recursos consumidos y de la
contaminación causada.La ciudad de México ejemplifica esta doble amenaza con su
dudoso privilegio de ser la más contaminada de las ciudades, los visitantes que llegan
en avión suelen pensar que se adentran a una tormento de hecho, se trata de una capa
de smog cuatro veces más densa que la de LA y seis veces más toxica que el estándar
máximo fijado por la OMS, el nivel de ozono excede el nivel de riego permitido durante
300 día al año. La inmigración rural continúa y ello plantea un problema grave de
vivienda, servicios e instalaciones públicas para los 70000 nuevos residentes
mensuales. En 1966 el economista Kenneth Boulding, advirtió que debíamos que dejar
de actuar como si viviéramos en una economía de cowboys en nuevos e ilimitados
territorios para conquistar y recursos para consumir. Las propias ciudades de
concebirse como sistemas psicológicos y es esta actual la que debe dirigir nuestro
enfoque para planificarlas y gestionarle la explotación de sus recursos. Los recursos
consumidos por la cuidad pueden medirse en los términos de "la huella ecológica".
Están huellas procurarlos recursos metropolitanos así como los lugares para albergar
los desechos y la polución. El urbanista ecológico Herbert Girardent ha apuntado que
la clave está en las ciudades que aspiran a un cierto "metabolismo" circular, en las que
el consumo se reduce mejorando el rendimiento y aumentando la reutilización de los
recursos. Debemos reciclar materiales, reducir gasto conservar las energías agotables
y experimentar con las renovables. En medida en que la gran mayoría de la producción
y el consumo tiene lugar a las ciudades, los actuales procesos lineales que generan
polución a partir de la producción deben reemplazarse para procesos circulares de
uso y reutilización. La cuidad es la matriz completa y cambiante de actividades
humanos y efectos medioambientales. Planificar una ciudad sostenible requiere la más
amplia compresión de las relaciones entre cuídanos, servicio, política de transporte y
generación de energía.Las consideraciones medioambientales no pueden separarse
de las sociales, pues la política destinada a mejorar el entorno puede favorecer la
calidad de la vida de los ciudadanos. Las soluciones ecológicas y sociales se
retroalimentan mutuamente para construir sociedades más sanas, vivas y abiertas.
Ante toda la sostenibilidad significa una vida mejor para las generaciones futuras. El
enfoque del autor sobre sostenibilidad urbana reinterpreta y reinventa el modelo de
cuidad densa. El alcantarillado inadecuado y pestilente propago el cólera y el tifus,
mientras que las industrias tóxicas crecían junto a las viviendas en los barrios obreros.
Como el resultado, la esperanza de vida en muchas de las ciudades de la Inglaterra
victoriana estaba por debajo de los veinticinco años. Más allá de las oportunidades
sociales del modela de la cuidad densa, esta puede aportar mayores ventajas
ecológicas. Las ciudades densas pueden diseñarse mediante una planificación
intregradora con el fin de aumentar el rendimiento energético, consumir menos
recursos, producir menos polución y evitar expandirse sobre el paisaje rural. Por esas
razones, creo que deberíamos profundizar en la idea de la ciudad compacta, una
cuidad densa y socialmente diversa donde las actividades sociales y económicas se
solapan y donde las comunidades pueden integrarse en su vecindario. Estados Unidos:
una cuidad zonificada por sus funciones con áreas de oficinas en el centro, centros
comerciales y de ocio en las afueras y barrios residentes conectados por autopistas.
Los edificios urbanos tradicionales, donde los estudios están sobre las viviendas y
estas sobre oficinas que, a su vez, lo hacían sobre tiendas o negocios, daban vida a la
calle y reducían las necesidades diarias de los ciudadanos. El factor que ha minado
más que ningún otro la cohesión social de las ciudades han sido los vehículos privados.
Se estima que en el mundo existen cerca de 500 millones de vehículos. Estos han
erosionado la calidad de los espacios públicos y han fomentado la expansión
metropolitana. Cuando más se expanden las ciudades, menos rentable resulta la
expansión de sus sistemas de transporte público y, por lo tanto, más dependiente son
los ciudadanos del vehículo privado. Las urbes de todo el mundo se está
transformando para adaptarse a las necesidades del automóvil, a pesar de que este,
más que industria, el factor capital de contaminación del planeta: la misma
contaminación de la que huyen los residentes en barrios periféricos. Paradójicamente,
desde una perspectiva individual, el automóvil sigue siendo el producto tecnológico
más deseado y liberador de este siglo. En cualquier caso las estadísticas más
sencillas muestran el daño causado por el creciente número de vehículos. Una plaza
de apareamiento necesita de unos 20 metros cuadrados y, suponiendo que solo uno
de cada cinco habitantes tengan vehículos, una ciudad de unos diez mil habitantes,
como Londres, necesitaría diez veces más la superficie del centro de la cuidad para
dar cabida a todo ese parque automovilístico. Mientras el automóvil se convierte en un
factor clave de la planificación urbanística, las calles y la forma y la distribución de los
espacios públicos parecen estar ordenados exclusivamente en beneficio del
automovilístico. Los resultados revelan la sorprendente, y a la previsible, realidad: el
grado de intercambio social y humano entre vecinos en una calle determinada es
inversamente proporcional al volumen de tráfico que registra.
La creación de la moderna cuidad compacta requiere una superación de un urbanismo
de función y del predominio de automóvil.
En las grandes ciudades, los sistemas de transporte colectivo a gran escala procuran
desplazamiento rápido atravesó de la cuidad, esto reduce el volumen del impacto del
tráfico denso que puede ser reducido y controlado.
La idea del autor es crear una ciudad compacta donde se reduce los gastos
energéticos y en donde se reduce la contaminación de los automóviles, por medio de la
sostenibilidad medio ambientada y la equidad social, y para esto el autor nos dice que
se necesita es explotar las comunidades y la moderna tecnología, involucrando a la
sociedad y asimilar la complejidad dinámica de la ciudad moderna.

Cáp. 3: Arquitectura Sostenible:


Los nuevos edificios y construcciones se conciben como poco más que solo
instalaciones financieras, en búsqueda de un beneficio que logra determinar su forma,
su calidad y su rendimiento. Lord Hanson define una línea económica dominante:
“apropiarse hoy del dinero de mañana”; esta estrategia sólo puede empeorar el futuro
siendo la oposición al pensamiento sostenible, al no incentivar iniciativas ecológicas.
Los profesionales últimamente se ven condenados a trabajar para entregar un mayor
volumen de construcción en el menor tiempo posible y a bajos costos, poniendo en
riesgo la calidad del proyecto.
Deberíamos pensar y cuestionarnos de qué manera los edificios pueden responder a
las necesidades de sus usuarios y explotar tecnologías sostenibles en lugar de
contaminantes. Estos deberían originar y conformar ciudades que celebren la sociedad
y respeten la naturaleza.
Los edificios realzan la esfera pública de maneras diversas, es decir, dan forma a la
silueta urbana, marcan singularmente la ciudad, conducen hacia su exploración y
resaltan el cruce de las calles. El más pequeño detalle tiene un efecto crucial en su
totalidad.
Los proyectos deberían relacionarse con el dominio público; se trata principalmente de
estimular el potencial humano es; humanizar la ciudad.
La vida moderna está cambiando mucho más deprisa que los edificios que la integran.
Los edificios que sean capaces de modificaciones tendrán una duración más
prolongada y serán mucho más eficientes en el uso de sus recursos.
Es necesario ofrecer flexibilidad y tratar con nuevas formas que expresen belleza
dentro de su funcionalidad. Las nuevas instalaciones deberían de ser lugares en donde
las actividades dicten la forma del edificio con el pasar del tiempo.
Debería de existir una exploración del concepto de adaptabilidad que refleje un espacio
flexible. Las nuevas ideas precisan de nuevas formas, que logren albergar nuestras
funciones cotidianas.
La conservación es preferible que la demolición de un buen edificio y su sustitución;
pero no significa que deben preservarse e impedir alguna innovación. Cuando los
edificios tienen preferencia frente a la sociedad, lo que resulta es herencia y no historia.
El asumir el uso de nuevos materiales, reciclados o compuestos puede dar lugar a
mejoras en la calidad y ahorro.
En cuanto a cómo el ámbito público puede dar forma a los edificios y cómo los edificios
flexibles ofrecen nuevos modos de organizar nuestra vida; estos conceptos intentan
animar la existencia de una sociedad viva, y reforzar la sostenibilidad ambiental.
El desafío para los arquitectos de hoy en día sería desarrollar proyectos que incorporen
tecnologías sostenibles que reduzcan la contaminación y los costos de mantenimiento.
Los arquitectos empiezan a confiar menos en soluciones tecnológicas “activas” que
requieren un alto consumo de energía, y comienzan a explotar tecnologías “pasivas”
que logren la utilización de energías renovables que provengan de recursos naturales
como plantas, viento, sol, tierra y agua.
En la medida en que nuestros edificios vuelvan a aceptar los ciclos de la naturaleza, la
arquitectura volverá a sus raíces.

Cáp 4: Londres, la Ciudad Humanista:


En los tiempos de antes, a través de su evolución, Londres era una ciudad sin
esperanza, 50 años más tarde, era una ciudad que poseía un gran sistema hacia la
sociedad, pero desde las ultimas 2 décadas, Londres, a pesar de su progreso en
tiempos pasados, no ha conseguido tener un entorno seguro, saludable y humanizador
para sus habitantes.
A pesar de que en sus inicios era un lugar con mucho potencial, este ha ido perdiendo
muchos de sus antiguos logros (Ej: Solía tener autoridad municipal). Su transformación
se basa solamente en el sector financiero, en lugar de tratar de favorecer a sus
ciudadanos, sin orientación y contaminada, su futuro pende de un hilo.
En Europa está creciendo un interés por renovar la cultura urbana, mejorar su calidad
de vida, pero en Londres se plantea un fuerte contraste; y para poder lograr un cambio
positivo, es necesario imponer una jerarquía, y tomar decisiones estratégicas para el
bien del ciudadano (Ej: transporte, vivienda…). Una táctica que ayudaría al progreso,
seria tomar en cuenta la arquitectura, y la proyección urbana, ya que muchas veces
ignoramos el impacto que puede provocar en nuestras vidas. Si se generan centros de
arquitectura se podría tratar de tomar más en cuenta la opinión del ciudadano, realizar
concursos de arquitectura, para así colaborar entre todos a planear un futuro desarrollo
para esta.
El gobierno de Londres tomó una técnica mentalista, y esto provoco un incremento de
espacios de oficina, etc. Por lo que se dio un desarrollo insostenible, carente de calidad
cívica y de beneficios comunitarios. Con toda esta problemática generada por un
“desarrollo” descontrolado de cuidad, Londres se ha convertido en una de las ciudades
menos sostenibles de Europa. Para poder generar un cambio a tiempo, se necesita
reducir el consumismo y contaminación de Londres, crear un plan estratégico que
considere criterios arquitectónicos, medioambientales, social, transporte, entre otros.
Se debe tratar de consolidar y no expandir la ciudad. Se debe tomar lo que es
considerado como perdido, y reforzarlo, sacando un provecho de manera sostenible.
El gobierno de Londres ignora la importancia de incorporar las viviendas en su
desarrollo, ignorando las ventajas de integrar la política de la vivienda en una estrategia
urbanística global. (Ej.: Holanda). Para poder convertir esta ciudad en un lugar
sostenible, se debe volver a tomar al habitante como el centro de la ciudad, además, se
deben de tomar en cuenta políticas para mejorar el aire, seguridad, educación,
accesibilidad. Además, el problema con la gran cantidad de vehículos no solo afecta el
aire, también afecta a los ciudadanos, en especial a los niños, quitándoles ese sentido
de independencia al sentirse reprimidos bajo el temor de viajar solos alrededor de la
ciudad.
Las ciudades deben ser lugares de encuentro entre las personas. A veces se debe de
perder la tradición y se debe tratar de salir adelante con nuevas tácticas, y no tener
miedo de crear o diseñar, para así conseguir un mejor futuro para esta. Volver a
conectar todo de manera más tranquila y pacífica, para que todos puedan disfrutar y
beneficiarse de esta.
Otra propuesta importante es el sembrar árboles, ya que estos generan miles de
beneficios como por ejemplo eliminar la contaminación sónica, del aire, además de
reducir la cantidad de CO2; además embellecería a la ciudad y la haría más deseable
tanto para los habitantes, como para los visitantes.
Londres tiene la oportunidad de convertirse en una ciudad cultural, equilibrada y
sostenible.

Cáp 5: Ciudades para un Pequeño Planeta:


La importancia del Transporte es fundamental para facilitar el desplazamiento de
personas a las actividades alrededor de Londres haciendo todos sus lugares accesibles
por el usuario promocionando todos los lugares de la ciudad.
Se recalca la importancia de que el transporte debe ir de la mano de la arquitectura ya
existente, potencializando el desarrollo de Londres. Las innovaciones deben estimular
la reestructuración de la ciudad según criterios de sostenibilidad. Se debe hacer un
equilibrio entre empleos, empresas grandes y pequeñas evitando concentraciones en
los centros urbanos.
Los edificios ya no simbolizan un orden jerárquico estático, ahora son más flexibles lo
cual ha provocado un impacto en la cultura, ya que la ciudad se ha transformado en un
lugar de actividades diarias que habían sido destinadas a los espacios residenciales
pero actualmente todo es realizado en la ciudad.
La arquitectura está cambiando en respuesta a las demandas, pero con ello esta
contaminación y desgaste ambiental. Se dice que una ciudad sostenible debe ser:
justa, bella, creativa, ecológica, y que favorezca al contacto, que sea compacta y
diversa.
La sostenibilidad requiere una planificación urbana a largo alcance y esto debe ir de la
mano del ahorro de servicios y menos contaminación vehicular, por lo cual los países
desarrollados deben ser aún más cuidadosos ya que el consumo es por mucho más
elevado que los países en vías de desarrollo.
Las naciones deben unirse si quieren dar un cambio trascendental en el medio
ambiente y creer firmemente en la sostenibilidad como una filosofía dominante
cubriendo temas como: vivienda, transporte, recreación, servicio público.
La legislación urbana debería promover grandes cambios tecnológicos y de
comportamiento que incidieran más allá de los límites urbanos. Una mayor autonomía
municipal y una mayor participación del ciudadano facilitarían la creación de políticas
públicas dirigidas a problema y entornos completos.
Rogers da énfasis no tanto al estado como responsable de los cambios urbanos, sino a
sus ciudadanos digitales. Refiriéndonos a estos, si contamos con la voluntad de
crearlas, las ciudades del futuro facilitarán la fundación de una sociedad en la que
todos disfruten de salud, seguridad, plenitud y Justicia. Las nuevas tecnologías podrían
dar a nuestras ciudades nuevas esperanzas: una vida más social más bella, más
apasionante y, sobre todo, una vida que estará determinada por la propia ciudadanía.

CRÍTICA:

El autor propone un modelo de desarrollo para las ciudades, y este lo sustenta en base
a proyectos ejemplares de su propio ejercicio profesional o de colegas. Las propuestas
y apreciaciones que hace son muy adelantadas para su época, e incluso hoy en día es
muy inspirador para tener una pautas sobre el modelo de desarrollo urbano que
tenemos que asumir para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de población
del mundo que vive en condiciones inaceptables; además de garantizar nuestra
supervivencia como especie en el planeta.
Por esto pienso que es un libro que según sus expectativas, las cumple
magistralmente. Es más, lo hace de una manera breve y suscinta, pero sin perder tanto
la profundidad, como la validez de sus afirmaciones y pensamiento.

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