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Los Medios de Comunicación en la

Guerra Civil Española: lecciones del


pasado para un periodismo del
futuro.
Luis Arias González

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Saludos y Agradecimientos:
-Buenas tardes. Resulta todo un reto y un honor para mí participar en este I Máster de
periodismo; así que muchas gracias por haber pensado en mí.
-Regresar al Badajoz de mi infancia, cada vez más lejana, y volver asomarme a la puerta
de Palma me alegran no saben cuánto; si encima vuelvo a esta bendita tierra para
hablarles de un tema que tanto me apasiona … no se puede pedir más.
Planteamiento
-Supongo que ustedes se preguntarán, con toda la razón del mundo, ¿qué sentido tiene la
presencia de un historiador en esta tribuna?, ¿es posible que alguien que por oficio mira
constantemente hacia el pasado encaje en este proyecto profesional y educativo que
lleva como subtítulo “el periodismo del futuro”?; ¿qué es lo que puede aportarles, de
verdad, una enésima aproximación a la Guerra Civil?, ¡otra vez la sempiterna y obsesiva
hasta el cansancio “maldita Guerra de España”! que decía Ronald Fraser; acaso ¿no
tenemos ya bastante con las 1.600 novelas y los más de 50.000 títulos de libros de
historia, muchos de ellos también novelescos?, ¿qué tienen que ver los Medios de
Comunicación de aquella España pobre y desgarrada con nuestro siglo XXI y su sistema
multimedia y de información instantánea y global?
-Saben ustedes que vivimos en una época que hace de la contradicción bandera; por una
parte domina el adanismo más absoluto en todos los sentidos; es decir, que la
desconsideración hacia el pasado resulta norma de cumplimiento obligatorio en este
culto impuesto y universal hacia la permanente modernidad; pero, al mismo tiempo,
domina una especie de temor reverencial a romper con los estereotipos consolidados y
con una serie de clichés sobre lo políticamente correcto que son considerados como

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unos auténticos e intocables tabúes. Así que, si yo consigo con esta exposición y con el
debate que me gustaría mantuviéramos al final de la misma, que ustedes perciban cómo
la Historia les va a resultar una herramienta básica y sobremanera útil para ayudarles a
entender un poco más este complejo presente sobre el que tendrán que informar; si
consigo, además, que gracias a esta visión del pasado se replanteen los grandes
principios ideológicos y ontológicos que dan entidad y verdadera trascendencia a su
vocación de informadores, me daré por plenamente satisfecho.

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-Antes de empezar y con la pretensión, espero, de aclarar un poco más las cosas que no
de enturbiarlas, quisiera leerles literalmente dos citas que considero indispensables por
su rotundidad y por proceder de testigos de primera mano:
*“En una época temprana de mi vida me di cuenta de que ningún acontecimiento
quedaba correctamente reflejado en la prensa; y, en el caso de España, comprobé por
primera vez que había reportajes en la prensa que no guardaban ninguna relación con
los hechos, ni siquiera la que establece una vulgar mentira […]” (George Orwell)
*“Nueve de cada diez reportajes de prensa son falsos. Nunca he presenciado, ni siquiera
durante la Gran Guerra, una propaganda tan contumaz y estridente” (Claude G. Bowers,
embajador de USA en España, carta a Roosevelt, 26 de agosto de 1936)
-En muchas hemerotecas españolas o en internet pueden ustedes consultar los
periódicos de ambos bandos; pero si acuden a ellos como si se tratase de libros de texto
van a quedar tan defraudados como confusos. Apenas unos días antes de acabar la
Guerra, la prensa republicana seguía hablando de hipotéticos triunfos y avances
imparables mientras que su oponente en los primeros meses del verano del 36 se había
dedicado a predecir con pelos y señales una victoria inmediata, en muy pocas jornadas;
la mentira informativa, más o menos burda o más o menos sofisticada, fue permanente y
a veces adquirió unos caracteres grotescos. Pero si lo que hacemos es leer atentamente
entre líneas, si vamos más allá de la mera superficie de fotografías, documentales,
carteles y otros soportes gráficos, si escuchamos las incendiarias grabaciones
radiofónicas de entonces buscando el mensaje oculto que las subyace, muchas veces de
forma inconsciente, entonces sí que obtendremos datos precisos y de primera mano
sobre una enorme multitud de aspectos colaterales que van desde la mentalidad
colectiva a la vida cotidiana más a ras del suelo, constituyendo así una fuente
informativa de una riqueza que difícilmente se encuentra en los archivos documentales

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al uso. Una visión que se completa mucho más cuando añadimos las personalidades de
los comunicadores implicados, hombres mujeres –la intervención femenina fue muy
significativa y con una proporcionalidad mayor de lo que se piensa- que ejercieron en
un número y con una calidad profesional como nunca se habían dado hasta entonces en
ningún choque armado, brillando a un nivel profesional que tardará en volver a
alcanzarse, por lo menos hasta el conflicto vietnamita y que yo creo que no se ha
superado jamás.

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-Lo que la G.C.E. aporta a la historia del periodismo se puede resumir en tres grandes
principios:
1) supuso un avance exponencial de todas las distintas fórmulas comunicativas pero no
sólo en nuestro país sino en el mundo entero, porque España sirvió de campo de pruebas
de estas innovaciones formales y técnicas, al igual que en los frentes y retaguardias
españoles se experimentaron militarmente nuevas doctrinas estratégicas, tácticas,
armamentos, etc.
2)convirtió la aplicación del mensaje informativo a gran escala en un elemento más del
combate, sujeto a los controles, censuras e imposiciones particulares de cada uno de los
dos bandos sin excepción. La información se arrojaba con la misma intención con la que
se lanzaban las bombas y se buscaba con ello similares efectos destructivos en el
enemigo, a la vez que servía para el sostenimiento de la moral propia, la búsqueda de
aliados y la aquiescencia de la opinión pública en el exterior. La Guerra, que había
comenzado en medio de un clima de improvisación y de eventualidad con sus toques
románticos y abigarrados que tanto agradaban a los corresponsales extranjeros, se
acabaría convirtiendo en una guerra total, ultramoderna que ponía a su servicio todos los
avances del momento.
3)puso en evidencia la imposibilidad del mantenimiento de la neutralidad entre los
comunicadores; se puede decir que casi ninguno de ellos permaneció totalmente neutral.
Su contribución al conflicto, a veces pagada con la propia vida, otras veces forzada por
las circunstancias, se hizo desde presupuestos éticos y creencias políticas que se
antepusieron prácticamente siempre a cualquier escrúpulo motivado por la defensa de la
libertad de expresión o por la independencia informativa; resultaba casi imposible
permanecer neutral, por más que algunas contadas firmas –quizás el recuperado Manuel

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Chaves Nogales- y unos muy pocos periódicos extranjeros –el New York Times, por
ejemplo- lo intentaran con escaso éxito.
-Asentados estos tres grandes principios, voy a presentarles los elementos que considero
más característicos; la falta de tiempo me obliga a una brevedad extrema en la
exposición así que voy a intentar hacer una recorrido a través de unos posibles titulares
periodísticos o de flashes, más con el ánimo de suscitar su interés que de abrumarles con
nombres, fechas y acontecimientos que, por otra parte, pueden encontrar en la multitud
de estudios publicados sobre este asunto –MENCIÓN A LA LISTA BIBLIOGRÁFICA
que estará colgada en la web-; serán ustedes, finalmente, los que tendrán que extraer sus
propias conclusiones y comprobar si las preguntas que les planteé al principio de esta
intervención, obtienen, o no, una respuesta adecuada.

1.-Cuando la Verdad perjudica: Censura, control y propaganda informativa


-Obviamente, la propaganda bélica aparece mucho antes de la Guerra Civil española; a
gran escala y de forma institucionalizada, ya se había utilizado en el marco de la Gran
Guerra Europea de la que conmemoramos el centenario y en la revolución soviética del
17. Pero lo cierto, es que es aquí donde se van a crear las directrices de todo un sistema
que estará totalmente vigente al menos hasta el conflicto vietnamita, durante más de un
cuarto de siglo largo. Un sistema que aunaba la autocensura por justificación ideológica
con unas redes de control estatal y paraestatal, militares y civiles, cada vez más
complejas y más eficaces y en donde toda manifestación cultural en su conjunto se
convirtió en mera propaganda como atinadamente dejó escrito un representante de la
tercera España, de esa selecta minoría perseguida por ambos bandos, como fue Alfredo
Mendizábal Villalba.
-En la España nacional, partiendo del modelo aplicado en la Gran Guerra y de los
principios experimentados durante el conflicto de Marruecos sobre el control de la
información militar, se irían añadiendo paulatinamente otros mecanismos
propagandísticos de raíz italiana y alemana. Muy pronto, el 5 de agosto de 1936, se
constituyó el Gabinete de Prensa de la Junta de Defensa Nacional a cuyo frente estaba
Juan Pujol. El 24 del mismo mes cambió su denominación por la de Oficina de Prensa y
Propaganda, cuyas funciones fueron asumidas el 1 de octubre por la Comisión de
Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado. El 14 de enero de 1937 nacería la
Delegación del Estado para Prensa y Propaganda dependiente de la Secretaría General
del Estado cuyo primer delegado fue el general Millán Astray, siendo delegados

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sucesivamente Vicente Gay -un profesor virulentamente antisemita de la Universidad de
Valladolid- y el ingeniero Manuel Arias Paz, con el sorprendente razonamiento de que
había construido un radiotransmisor. Sin embargo el cerebro del sistema correspondeá
al intelectual monárquico Eugenio Vegas Latapié. Mientras tanto, Luis Bolín Bidwell
supervisaba directamente y de forma férrea el trabajo de los corresponsales extranjeros
aunque, tras sus chapuceros esfuerzos por negar el bombardeo de Guernica, fuera
sustituido en abril de 1937 por Pablo Merry del Val. La Delegación Nacional de Prensa
y Propaganda pasó a depender entonces del Ministerio de Gobernación en febrero de
1938 bajo la dirección de Ramón Serrano Suñer, desglosándose en una Delegación
Nacional de Prensa a cargo de Juan Antonio Giménez Arnau y otra de Propaganda a
cargo de Dionisio Ridruejo. En abril de 1937 se creó también la Delegación de Prensa y
Propaganda de FET y de las JONS de la que se hizo cargo el sacerdote navarro Fermín
Yzurdiaga.. La Falange unificada dispuso, por otra parte, de una Delegación Nacional
del Servicio Exterior que tuvo una intensa actividad propagandística con publicaciones
periódicas como Información en Montevideo u Orientación Española en Buenos Aires
y Cara al sol en Estados Unidos.
Una de las realizaciones más importantes en el terreno de la propaganda del
bando franquista fue la promulgación de la Ley de Prensa de 22 de abril de 1938, obra
también de Serrano Suñer y que estaría vigente en España hasta 1966 –la ley Fraga-, a
pesar de haber nacido con un claro carácter provisional vinculado al periodo bélico. En
ella se concibe a la prensa como un servicio público y permite al Estado intervenir en su
gestión y en sus contenidos; regula el número y la extensión de las publicaciones, el
desempeño de la profesión, designa a los directores de los periódicos y vigila las
actividades de la prensa.
El control militar se hacía evidente también a través de los servicios de
información como el SIFNE creado por Mola, los propios servicios de espionaje del
Estado Mayor de cada cuerpo y el posterior SIPM al mando del coronel Jiménez
Ungría. De hecho, los “oficiales de prensa” –reglamentados por Nicolás Franco- tenían
una consideración paramilitar.
-La zona que permaneció leal a la República contó desde el primer momento con una
infraestructura muchísimo mayor para su propaganda en prensa, radio, cine, editoriales,
etc. El Gobierno de Largo Caballero, en su remodelación del 4 de noviembre de 1936,
ya había creado un Ministerio de Propaganda con tal nombre, a cuyo frente designó a
Carlos Esplá de Izquierda Republicana. Este ministerio resultó muy poco operativo

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pues, en seguida, el Gobierno hubo de trasladarse a Valencia; la Junta de Defensa de
Madrid, asumió las labores de propaganda a través del Consejo de Orden Público
primero y luego de una específica Delegación de Propaganda y Prensa a cargo de
José Carreño España. Esta Delegación contaba con dos secretarías generales: una de
propaganda (fotografía, cinematógrafo, radio, impresos y carteles) y otra de prensa,
encabezadas respectivamente por Gerardo Saura y Ángel Herreros. Negrín, luego, haría
desaparecer el Ministerio de Propaganda, sustituyéndolo por una Subsecretaría regida
por el arquitecto Manuel Sánchez Arcas, dependiente del Ministerio de Estado, cuyo
ministro fue Julio Álvarez del Vallo –antiguo periodista él mismo- lo que indica la
importancia que se daba a la propaganda enfocada al ámbito extranjero.
La Generalidad de Cataluña y el Gobierno Vasco ejercieron competencias
autónomas en este terreno. En Cataluña se creó un Comisariado de Propaganda del
Gobierno Autónomo encabezado por el periodista de Esquerra Republicana, Jaume
Miravitlles, secretario del Comité Ejecutivo de la Olimpiada Popular que habría debido
celebrarse en Barcelona en julio 1936. El Gobierno Vasco tuvo en realidad mucho
menos espacio para realizar su actividad de propaganda aunque creó también un
Servicio de Propaganda propio.
El responsable de la censura republicana sobre los informadores
extranjeros fue Luis Rubio Hidalgo hasta noviembre de 1937 y le sucedieron en el
cargo Constancia de la Mora, junto con el pacense Arturo Barea Ogazón, gran
escritor y gran periodista aunque no pudiera ejercer como tal en aquellos años. La zona
republicana se mostró, en general más tolerante con la prensa extranjera, al menos hasta
el caso de William Carney del New York Times que publicó el emplazamiento artillero
de la defensa de Madrid.
-El Gobierno Republicano disponía fuera de España de las representaciones
diplomáticas regulares, cuyos servicios de prensa, además de servir comunicados a los
distintos periódicos y agencias, editaron en muchos casos folletos de propaganda en
varios idiomas. Se organizó además una especie de agencia internacional de noticias
a finales de 1937 que enviaba a España sus propios corresponsales. Tenía dos
delegaciones: una en París ("Agence Espagne"), dirigida por Otto Katz, otra en Londres
("Spanish news Agency"), dirigida por Geoffrey Bing.

2.-Periodistas y periódicos españoles: los grandes olvidados

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-Como se ha repetido tantas veces: ”Faltó el pan pero nunca los periódicos” y eso que al
año del estallido, la dificultad del abastecimiento del papel y las tintas puso en peligro la
prensa en toda España y obligó a reducir las páginas –cuatro como máximo en 1938-, y
los formatos tabloides.
-En el momento inicial, el bando franquista disponía de muchísimos menos rotativos:
223 publicaciones nacionales frente a 1.376 republicanas. Las grandes ciudades habían
permanecido leales a la República y, con ellas, los periódicos y el papel de prensa.
-Ninguno de los contendientes respetó la propiedad previa de los medios de
comunicación. En Madrid, un consejo fundado por la UGT y la CNT se incautó de los
periódicos que se repartieron entre los partidos de izquierda y los sindicatos obreros:
ABC para la unión republicana de Martínez Barrio, El Siglo Futuro –carlista- para la
CNT, la Época para el partido Sindicalista de Pestaña, los católicos El Debate (para el
PCE) y el Ya (I.Republicana de Azaña), el Informaciones de Juan March para el PSOE-
sector prietista-, el moderado Ahora fundado, como la revista Estampa por Luis
Montiel Balanzat, pasó a las JJSS ….
A medida que las tropas franquistas fueron conquistando territorios, las
editoriales de prensa que estaban bajo control sindical volvieron a sus antiguos
propietarios, salvo las de tendencia republicana o de izquierdas que sencillamente
cerraron o cambiaron de título. Así, por ejemplo, en Barcelona, La Vanguardia del 25
de enero de 1939 aún se subtitulaba como un “Diario al servicio de la Democracia”, dos
días después pasó a ser “Diario al servicio de España y de. General Franco”. Desde
septiembre de 1936, Falange Española controlará 17 diarios y 23 semanarios, y la
incautación para lograr esa unidad informativa no cesará hasta concluir la guerra
poniendo en pie los llamados ÓRGANOS DEL MOVIMIEN
TO. Otro hecho decisivo fue la fundación de la agencia efe –de Falange-, por Luis
Amato, el 3 de enero de 1939, junto al militar Celedonio de Noriega.

-La división absoluta existente hizo que coexistieran dos asociaciones de la prensa de
Madrid y dos Abc’s. En el caso de la Asociación de la prensa, en octubre del 37 está la
republicana en Madrid –que acabará dirigiendo Javier Bueno- y la nacional en San
Sebastián –dirigida por F. Casares-. En cuanto al periódico monárquico por excelencia
se convierte en el “diario republicano de izquierdas” dirigido por Elfidio Alonso
Rodríguez y su delegado en Sevilla –creado en 1929 con ocasión de la Exposición
Universal- pasa a ser uno de los periódicos nacionales más importantes dirigido por

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Luis de Galinsoga en cuyo puesto permaneció hasta el 1 de mayo del 39 en que es
traslado a dirigir la Vanguardia de Barcelona. Un paralelismo de las dos asociaciones y
de los dos periódicos nos permite ver cómo se afrontaron asuntos como la legalidad
versus insurrección, el idéntico carácter épico que se intentó dar a la guerra en ambos
bandos, las fórmulas de propaganda y contrapropaganda de todo tipo, la descalificación
del adversario, el reflejo de la vida cotidiana a través de las páginas de espectáculos, la
diferente publicidad, los chistes y hasta la creación de fórmulas de lenguaje propias.
-Pero al margen de los periódicos que pudiéramos llamar “oficiales”, existía también la
“prensa de trinchera”. Fueron numerosísimas las publicaciones de las distintas
unidades militares, sobre todo en el bando republicano. Estos periódicos de guerra,
repartidos de forma gratuita y destinados al sostén de la moral de los combatientes, así
como a su adoctrinamiento político e ideológico, contribuyeron también a las campañas
de alfabetización que se llevaron a cabo en los frentes. Los republicanos produjeron
hasta 511 cabeceras dentro de la organización “Altavoz del Frente” (Alerta,
Guerrilleros, Asalto, Habla España, en el caso de Extremadura El Frente. Diario del
Ejército de Extremadura…), mientras que sólo hubo 10 en el bando franquista.
Mezclaban la propaganda con cuestiones técnicas militares y hasta con consignas
sanitarias e higiénicas. La participación extranjera trajo consigo sus propias
publicaciones tanto en las Brigadas Internacionales (A l’Assuat”, Noi Passaremo!,
incluso en hebreo) como en los italianos del CTV que tuvieron Il Legionario.
-Otra modalidad peculiar la constituyen las revistas culturales de ambos bandos,
dedicadas a un público mucho menor, selecto y con un claro carácter de afirmación
ideológica:
1)Bando nacional: A finales de 1936 surge en Pamplona, Jerarquía, creada por la
delegación nacional de Prensa y propaganda, dirigida por el ya mencionado sacerdote
Fermín Yzurdiaga con un consejo de redacción compuesto por la élite intelectural de los
sublevados (Eugenio D’Ors, Laín Entralgo, Luis Rosales y Luis Felipe Vivanco, así
como Torrente Ballester, Rafael García Serrano, etc.O. Sólo saldrían cuatro números; en
1937 aparece la revista mensual Vértice, dirigida por Manuel Halcón desde San
Sebastían; muy lujosa con dibujos de Saénz de Tejada. Ernesto G.C. y también Agustín
de Foxá, Mourlane Michelena, Víctor de la Serna, Samuel Ros, Manuel Halcón, Jose
María Alfaro, Ridruejo, Álvaro Cunqueiro, Eugenio Montes, José María Castroviejo. La
revista de humor La Trinchera, nacida en Salamanca en 1937 bajo la dirección de
Rogelio Pérez Olivares que pasó luego a editarse en San Sebastián ya con el título de La

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Ametralladora y la dirección de Miguel Mihura, con colaboradores como "Tono",
Edgar Neville y el adolescente Álvaro de Laiglesia, que luego dirigiría el famoso
semanario humorístico La Codorniz. La Ametralladora llegó a superar los 100.000
ejemplares. Aunque la más popular, sin duda, de los nacionales será la revista ilustrada
Fotos, creada en febrero de 1937 y que tan sólo costaba 40 cts., frente a las tres pesetas
de Jerarquía o Vértice.
2)Por parte republicana y patrocinada por el Ministerio de la Cultura iba a nacer una de
las mejores revistas literarias españolas de todos los tiempos, Hora de España publicada
en Valencia; Gil Albert fue su alma y tuvo como colaboradores a Antonio Machado,
Rafael Alberti, José Bergamín, Max Aub, Rosa Chacel, Emilio Prados, María
Zambrano, Luis Cernuda, León Felipe, Corpus Barga y tantos otros. A diferencia de El
Mono Azul, de Alberti, no tenía una orientación popular sino más literaria y elitista,
publicó veintitrés números, el último de los cuales, impreso en Barcelona poco antes de
su ocupación, no pudo llegar a distribuirse. Tamibén la revista Madrid (3 números,
editada en Valencia), erudita y de gran altura.
- Aunque bastantes de los Periodistas españoles, tenían ya experiencia informativa a la
hora de cubrir una guerra tanto en Marruecos –como fue el caso del Tebib-el Arrumi-
como en la Gran Guerra donde estuvieron presentes Araquistaín, Pujol, Bolín, Álvarez
del Vayo, etc., de poco les sirvió porque va a ser muy otra su otra su actuación. Ambos
bandos buscaron una identidad ideológica e informativa concreta y a quien no encajaba
en el molde se le expulsaba o depuraba en el mejor de los casos si es que no se llegaba
al encarcelamiento y la muerte. Durante la Guerra y en la posterior represión de los
primeros años 40, fueron fusilados por los nacionales Javier Bueno, Sánchez Monreal,
Díaz Cerreño, Ángel de Guzmán, Manuel Navarro Ballesteros, Augusto Vivero, Julián
Zugazaogoitia, Mauro Bajatierra, Juan Manuel Valdeón, Carlos Gómez, Rodríguez
Peinador, Gálvez, Cardelloes… Y los comités, jurados populares y las sacas en
represalia por los bombardeos se llevaron por delante en la zona republicana la vida de
22 redactores y 44 obreros sólo del ABC, –incluido el subdirector Alfonso Rodríguez de
Santamaría. Los premios y los reconocimientos deben considerarse también como una
fórmula más sutil de control y de adoctrinamiento: en el bando nacional en 1938, se
fallaron los premios Francisco Franco y José Antonio; en la zona republicana, hubo los
premios “República”. La consideración en que se les tenía como elemento
propagandístico y simbólico de primer orden hizo que incluso se produjera un canje de

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periodistas presos entre ambos bandos (9 periodistas nacionales refugiados por 9
periodistas vascos presos en Burgos; enero de 1939).
-En 1936, el oficio de periodista en España había alcanzado un alto nivel; la
constitución republicana el título III, cap. I, artículo 34 reconocía el derecho total a la
libertad informativa y existía el carnet de prensa desde la dictadura de don Miguel
Primo de Rivera. Cierto es que era un periodismo muy politizado y radical, envuelto
además en una lucha soterrada por el control de los medios de masa y las primeras
grandes concentraciones de periódicos –el famoso trust azañista en torno a El Sol, Luz y
La Voz-. Dominaba por encima de todo el periodista de raza, formado de una manera
autodidacta o siguiendo una tradición familiar, así como los escritores-periodistas y los
políticos-periodistas. En 1936, el periodismo seguía siendo un oficio sin una formación
previa reglada salvo la que se intentó dar con la Escuela de Periodismo que a imitación
de lo que se estaba haciendo en los USA, abrió el Debate de Herrera Oria en 1926, el
periódico más importante de la Editorial Católica a la que también pertenecían el Ya y el
mismo Hoy, que nos acoge y promueve este máster enlazando así con esta labor
formativa pionera en España y de las primeras de Europa.
-Me resulta muy difícil con el tiempo de que disponemos, mencionar unos nombres y
tener que silenciar otros, con el riesgo que esto siempre conlleva, pero no hay otro
remedio. Así que como paradigma republicano me voy a quedar con Javier Bueno
aunque también podría hablarles de César Falcón, Navarro Ballesteros, Eusebio
Cimorra o Elfidio Alonso, entre muchos otros. Javier Bueno nació en Madrid en 1891,
hijo de la actriz Soledad Bueno y del periodista Manuel Nakens (director de varios
periódicos extremistas, entre ellos el anticlerical El Motín). De formación autodidacta,
comenzó muy joven a trabajar como vendedor de periódicos e ingresó en la UGT.
Manifestó siempre un cierto espíritu libertario, aunque en la línea marxista, muy
antiestalinista y antiburocrático. Se vinculó a Asturias en la primavera de 1933, cuando
llegó a Oviedo para dirigir el periódico Avance, al que dio un espectacular giro, hasta
convertirlo en un periódico de referencia de la clase obrera asturiana con una gran
tirada. Sus artículos impulsaron decisivamente a la Alianza Obrera y contribuyeron a
crear el clima que propició la revolución de octubre de 1934. Detenido tras ella, Bueno
estuvo preso hasta febrero de 1936, cuando la victoria del Frente Popular en las
elecciones vació las cárceles. Vuelto de nuevo a la dirección de Avance, tras el
levantamiento militar de Aranda en Oviedo, el 19 de julio, tomó un fusil y combatió en
el frente. Resultó herido durante la ofensiva republicana de octubre sobre la capital

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asturiana y quedó cojo. A comienzos de 1937 se hizo de nuevo cargo del diario Avance,
que en su tercera etapa se editaba en Gijón en los talleres de el Noroeste (los de Avance,
incautados, publicaban La Nueva España). Hombre de amplia cultura, sus escritos eran
de gran ingenio y pulcritud literaria, y de un acerado contenido político. Tras la caída
del frente asturiano consiguió embarcar hacia Francia y posteriormente pasó a Madrid.
En la capital española permaneció hasta la entrada de las tropas franquistas, dirigiendo
el diario socialista Claridad. Refugiado en la embajada de Panamá que fue asaltada
ingresó en la madrileña cárcel de Porlier, en la que permaneció hasta ser fusilado el 26
de septiembre de 1939.
-En cuanto al bando nacional, la lista podría incluir a Víctor de la Serna, Giménez
Caballero, Arrarás, Galinsoga, Luis Bravo, Juan Aparicio, Antonio de Obregón, Julio
Camba, Torcuato Luca de Tena, Josep Plá, Xavier de Echarri, Fernando Casares… pero
voy a centrarme en dos. Manuel Aznar Zubigaray, periodista, escritor y diplomático
(nacido en la localidad navarra de Etxalar en noviembre de 1894 y fallecido en 1975),
hombre contradictorio, controvertido, de una inteligencia y una capacidad contrastadas,
y paradójicamente desconocido para el gran público, a pesar de contar con una biografía
repleta de logros y aventuras que para sí quisieran muchos mitos de ficción. Comenzó
como un vehemente defensor de la figura de Sabino Arana y de los postulados del
Partido Nacionalista Vasco. Pasó del españolismo de Nocedal al separatismo de Sabino
Arana, para llegar al españolismo liberal de Ortega y Gasset, al conservadurismo de
Romanones y al republicanismo de Azaña, y desembocar primero en el falangismo y
luego en el franquismo.
Aznar fue corresponsal de prensa en la Gran Guerra y en el frente de Marruecos. Se
desplazó a Madrid de la mano del empresario vasco Nicolás María Urgoiti, cercano a
Azaña y fundó y dirigió el diario El Sol y luego El País, el Diario de la Marina y el
Excelsior en La Habana, e igual responsabilidad tuvo más tarde al frente de la revista
Semana. A medida que efectuaba estos traslados, se iban produciendo en él sus
transformaciones ideológicas antes referidas.
* Víctor Ruiz Albéniz (Mayagüez, Puerto Rico, 1885 - Madrid, 1954) conocido con el
pseudónimo de “Tebib-el- Arrumi”, aunque también por el de “Chispero”, y “Acorde”.
Trabajó como reportero bélico de los periódicos Diario Universal e Informaciones,
defendiendo al ejército africanista. Este apoyo a los militares de África le causó
problemas con el Gobierno de la República, y es por esta razón cuando se produjo el
pronunciamiento militar fue nombrado coresponsal de Guerra del Estado Mayor

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agregado al cuartel de Franco. Al mismo Franco le encantaba el tono grandilocuente de
sus crónicas de guerra.
3) Manuel Chaves Nogales (1897-1944), debe figurar por sí mismo y, a pesar de sus
evidentes simpatías republicanas, como el único periodista español al que puede
calificarse de independiente. Su oficio le venía de su padre el también periodista Manuel
Chaves Rey. Durante su carrera profesional llegó a entrevistar a reyes como Alfonso
XIII, el emperador Haile Selassie, Humberto de Saboya, Churchill, el arzobispo de
Canterbury y el Metropolitano Eulogio, jefe de la Iglesia rusa; a gobernantes como
Abdelkrín, Goebbels, los miembros del primer gobierno de la II República; a artistas y
toreros como Juan Martínez, Juan Belmonte, Chevalier, Chaplin o a marginados,
conoció la realidad europea en sus viajes por distintos países, especialmente Francia,
Alemania, Italia y Rusia, siendo todo un experto en la revolución rusa, el nazismo y el
fascismo, que el periodista veía como las expresiones de un mismo talante
antidemocrático, tendencias de signo opuesto pero hijas de un mismo sentir totalitario,
implacable y destructor. A los pocos meses del comienzo de la Guerra Civil, tras dirigir
Ahora, Chaves Nogales tuvo que salir de España. El exilio en Francia, antes que un
fracaso, supuso la proyección europea de su quehacer informativo.

3.-corresponsales y medios extranjeros: mitificación y realidad


-El contexto internacional de crisis de los años treinta proporcionó a la Guerra Civil
española un especial interés y produjo una división profunda en las opiniones
públicas de los distintos países.
-A la llamada de España acudieron cerca de un millar de periodistas o voluntarios
que ejercieron en algún momento tareas informativas complementarias. Con ellos
vinieron también los periódicos y la revistas más seguidas, las agencias informativas
como la Associated Press, la United Press, la Agencia Havas francesa, la agencia Tass
–rusa-, los alemanes –Wolff y Hunkpresse-. “The North American Newspaper
Alliance”…, todas volcaron lo mejor que tenían en plantilla o que contrataron a toda
prisa. Hay que decir que muchos de los enviados por las agencias y los periódicos no
estaban de acuerdo con la ideología que defendían las mismas –profranquistas o
neutrales mayoritariamente- y a la vez, hay decir tamibén estos medios dejaron amplia
libertad de comunicación a los enviados aunque sus crónicas no encajaran dentro de su
línea ideológica determinada. Los que llegaron fueron conscientes enseguida de que en

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tierra española se luchaba no sólo por un bando, sino por ideales universales y de amplia
extensión.
-Son estos periodistas y corresponsales extranjeros los que conformaron los
grandes y más reconocidos episodios simbólicos de la Guerra Civil, muchas veces a
través de sus scoops y de primicias informativas hábilmente explotadas por los medios
aunque no fueran tan determinantes para el propio desarrollo de la Guerra. Así sucedió
con la defensa del Alcázar de Toledo (referencia de Gunter Grass sobre su infancia y los
juegos en torno al Alcázar tras leer el Völkischer Beobachter), la llegada a Madrid de las
primeras Brigadas Internacionales, el asesinato de miembros del clero que tan bien
expuso Cardozo, la defensa de Madrid (tan bien descrita por Geoffrey Cox), el
bombardeo de Guernica dado a conocer por George L. Steer corresponsal de The Times,
y Christopher Holme, de la agencia británica Reuter junto a Nöel Monks, del Daily
Express y Mathieu Corman, de Ce Soir , los sucesos de Barcelona o la toma de Badajoz
con toda su carga de controversia a cuestas…
-La visión que los hispanistas han vertido sobre ellos ha magnificado su papel en
exceso, en claro detrimento de los periodistas españoles. Este proceso de mitificación
resulta comprensible -Paul Preston, idealistas bajo las balas- quizás por pura
identificación personal o por las similitudes vitales o por la empatía natural que da el
paisanaje… Pensemos que lo mismo nos sucede ahora: estamos pendientes de la
liberación de Marc Marginedas y del secuestro de Javier Espinosa y Ricardo García o
recordamos con toda la razón las muertes de Couso y de Anguita Parrado en Irak pero
¿quién es capaz de citar a uno sólo de los más de cien periodistas sirios asesinados hasta
la fecha?...
-El perfil de estos informadores resulta muy variado; casi una tercera parte eran los
mismos que informaron al mundo de la guerra italo-etíope, la chino-japonesa y más de
la mitad van a continuar su labor en la segunda guerra mundial; incluso hubo algún
veterano de la revolución rusa y de la guerra civil rusa y hasta de la mexicana. La
mayoría de ellos no habían estado nunca en España, la estancia media no llegaba a los
tres meses y su conocimiento del español o de la cultura y la situación de España era
totalmente epidérmico –excepciones fueron Jay Allen que hablaba español
perfectamente y llevaba aquí desde hacía dos años antes, el también americano Edward
Knoblough (entrevista a Gil Robles en mayo del 36 y sigue las eleccciones) o Pierre
van Paasen y -, dominando los prejuicios y los tópicos más al uso; no llegan a la decena
los que cubrieron la guerra desde ambos lados y son, desde luego, los que tuvieron un

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mayor grado de conocimiento y análisis como es el caso de Herbert Mathews y William
P. Cartney del New York Times. Pertenecían a todas las nacionalidades posibles aunque
el mayor número correspondió a Gran Bretaña y Francia, seguidos muy de cerca de los
USA, Bélgica, Italia, Alemania, Portugal, Rusia, países centroeuropeos y de Europa
Oriental, Suiza, holandeses, daneses, finlandeses, japoneses como Jamada Joshniki
(Osaka Maininichi) y sudamericanos, especialmente argentinos, chilenos y cubanos.
-A todos ellos les unirán las dificultades con las que tuvieron que enfrentarse:
censura, persecución, peligros, enfermedades y cinco –diez según otros- de ellos
murieron durante la guerra (tres, por cierto, asesinados a sangre fría por Kim Philby:
Bradish Johnson, fotógrafo de Newsweek, Edward J. Neil, de la Associated Press y
Dick Sheepshanks, de la agencia Reuter). En la zona franquista, algunos corresponsales,
como Edmond Taylor, jefe del departamento para Europa del Chicago Daily Tribune,
Bertrand de Jouvenel del Paris-soir, Webb Miller de la United Press, Arthur Koestler y
Dennis Weaver, ambos del News Chronicle, John Withaker, etc. se contaron entre los
que fueron encarcelados y amenazados con ser ejecutados aunque no se llegó a fusilar a
nadie. En la zona nacional un periodista que fuera hecho prisionero por ir con el
enemigo era considerado como espía. Bolín se dedicaba a expulsar periodistas con
regularidad pero también se expulsaron de la zona republicana.
-La mayoría del periodismo internacional optó por la República frente al general
Franco, pero a partir de 1937 eran conscientes de que la guerra estaba
irremediablemente perdida y sus crónicas –cada vez más contraladas- pasaron a
describir fundamentalmente aspectos humanos y menudos de la contienda alejándose de
los análisis profundos y de las predicciones a medio plazo. La atención de la prensa
internacional fue enorme entre el estallido de la contienda y la primavera de 1937 (hasta
el bombardeo de Guernica inclusive), pero la guerra chino-japonesa, la lentitud del
avance de Franco y la absorción alemana de Austria, en marzo de 1938, y
posteriormente de Checoslovaquia, eclipsaron las noticias de España de forma brusca,
con dos excepciones: Teruel y la batalla del Ebro.
-La tipología clasificatoría que los englobaría es tan compleja como engañosa, porque
muchos forman parte en mayor o menor medida de varias de estas categorías a la vez,
pero aún así es buena que la conozcan:
a) la categoría Escritores-periodistas, engloba a los totalmente ya consagrados como
eran Hemingway, John Dos Passos –con su secretario José Robles Pazos-, Saint-
Exupery tan conocido por “el principito”, Georges Bernanos, George Langelaan –el

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autor del famoso relato de cienciaficción “la mosca”-, Indro Montanelli, Bertrand de
Jouvenel… como a los que venían a iniciar su carrera, buscando el trampolín que les
catapultase a la fama
b) la de los Políticos-periodistas la integran aquellos movidos por un compromiso más o
menos asumido y enviados por sus partidos ya fueran comunistas (Claude Cockburn,
Koltsov, Koestler…), fascistas (Charles D’Ydewalle rexista belga), liberales (Randolph
Churchill, hijo de Winston, no confundir con su primo Esmond Romilly ) o católicos
(Alfred Lunn, Tom Burns, Harold Cardozo del Daily Mail y el Sunday Express …)
C) bastantes utilizaron el carnet de prensa como una mera excusa para entrar en España
como combatientes: es el caso del brigadista Tom Wintringham, del voluntario nacional
Peter Kemp que llegó a ser alférez legionario o Esmond Romilly –Boadilla-.
d) Espías sin más, tal como lo fueron el escurridizo Kim Philby integrante del círculo
comunista de Cambridge, corresponsal del Times y condecorado por Franco con la Cruz
militar individual con distintivo rojo; Arthur Koestler; el misterioso agente checo Otto
Katz que actuó bajo el seudónimo de “André Simone” y que llegó a inventar en marzo
de 1938 una noticia sobre una rebelión militar en Tetuán contra Franco, hay quien
afirma que aquel reportaje influyó en la decisión del Gobierno francés de reabrir la
frontera y permitir la llegada de armas soviéticas a la República. Mijail Koltsov, los
“ojos y oídos” de Stalin en Madrid, corresponsal de Pravda, así como todos y cada uno
de los corresponsales alemanes como Karl Silec –firmaba Sx- del Deutsche Allgemeine
Zeitung, el corresponsal pronazi de la aviación inglesa Nigel Tangye, y buena parte de
los italianos y portugueses como Félix Correia y Leopoldo Nunes –no así Mario Neves-.
e) los Aventureros que buscaban ante todo en España una experiencia vital y emociones
fuertes en un marco de revolución y de guerra como hicieron las americanas, todas de
clase alta y educación selecta, Kitty Bowler, Martha Gellhorn o Virginia Bowles. Otros
venían a conocer un ambiente de cruzada en pleno siglo XX como los excéntricos
aristócratas profranquistas vizconde de Poncins, considerado el creador del término
“contubernio judeomasónico” y la condesa de Kinnoull enviada por The Catholic
Herald.

f) Por último están los periodistas profesionales de reconocido prestigio, sin que esto
suponga que ninguno de ellos fuera verdaderamente neutral, algo que era imposible e
impensable. A lo más que se llegó es que algunos atemperaran o cambiaran sus
presupuestos iniciales como Indro Montanelli que abjuró del fascismo después de haber

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sido voluntario en la conquista de Abisinia o A. Koestler que pasó de ser espía
comunista a un anticomunista furibundo tras su paso por las cárceles andaluzas.

4.-la revolución de los medios audiovisuales


-La Guerra española confirió un enorme impulso a la radio, el fotoperiodismo y el
cartelismo, pero también al cine propagandístico y al documental.
-Comenzaré con El cartel esa especie de conciencia colectiva mural que partiendo de
los principios de la propaganda comercial los transforma para darles una finalidad
propagandística, entremezclando el mensaje con la fuerza artística y simbólica del
contenido artístico.
-En el cartel republicano se aprecia una notable fuerza, si bien el contenido
conceptual va ir perdiendo rotundidad a medida que se alarga el conflicto y la victoria
parezca cada vez más utópica. Enfrente, el falangismo acusa una notoria falta de
originalidad y una excesiva simplicidad.
La mayoría de los cartelistas republicanos provenían del campo comercial, y la
mayoría también formaban parte de sindicatos y asociaciones profesionales de
izquierdas; los grupos más importantes se distribuían en las cuatro ciudades
republicanas de importancia, Barcelona, Valencia, Madrid y Bilbao.
-Los dos cartelistas españoles por antonomasia son Josep Renau y Sáenz de Tejada.
Renau (1907-1982), además de cartelista, fue un magnifico pintor y dibujante y también
fotógrafo. Militó en el Partido Comunista y llegó a ser Director General de Bellas Artes
con el gobierno de Largo Caballero. Fue la persona que encargó a Picasso la
elaboración de un mural para la exposición de París de 1937, que se conoció como El
Guernica. Carlos Sáenz de Tejada partía de una formación más clásica, fue ilustrador
de Vogue y Fémina, además de realizar escenografías para la compañía de ballet de
Antonia Mercè, La Argentinita.
-Se ha hablado mucho de la importancia de la fotografía tanto por lo que supone como
testimonio directo y creación de algunos iconos de alcance mundial y cultural como por
lo que aportó por entonces a esta fórmula del reporterismo fotográfico. Nada hubiera
sido posible sin las nuevas tecnologías en materia de cámaras y de películas y del boom
que vivió la información gráfica en diarios y revistas. La aparición de la legendaria
Leica con su gran versatilidad, dureza y su cómodo rollo de 35mm., utilizada por los
grandes reporteros fotográficos de la guerra civil, marcará el inicio del fotoperiodismo
moderno.

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-España, antes de la Guerra, ya contaba con publicaciones gráficas de gran prestigio
como Estampa, Crónica, Blanco y Negro o Mundo Gráfico; lo que se hizo a partir de
1936 fue cambiar sus contenidos a la vez que se fundaban nuevas publicaciones como
las nacionales Fotos, Revista o Destino y aumentaba la inclusión cada vez mayor de
imágenes en los periódicos como pasó con La Vanguardia, La Publicidad o el asturiano
Avance.
-Todos los fotógrafos sufrieron las mismas dificultades a la hora de realizar su trabajo
tanto en los frentes como en la retaguardia: en el bando republicano escaseaba el
material gráfico, las películas y el papel fotográfico, de manera que a veces debieron
volver a utilizarse las viejas placas de cristal; el fotógrafo Alfonso contaba que para
hacer uno de sus reportajes sobre el golpe de Casado tuvo que emplear los restos de un
rollo de película de cine. Todo ello sin contar lo arriesgado de la empresa en sí, que le
llegó a costar la vida a la fotógrafa Gerda Taro y heridas muy graves a su pareja, Robert
Capa.
-La estética de cada bando marcará su impronta del mismo modo que en el cartelismo y
aunque la instantánea fue lo dominante tambien se prodigaron los retratos de corte
clásico y muchos montajes fotográficos, algunos descubiertos hace poco como los que
llevaron a cabo Agustí Centelles con la famosa foto de los guardias de asalto
parapetados tras los caballos en Barcelona y la icónica “El Miliciano Muerto” de Capa
cuya verdad han descubierto Hugo Doménech y Raúl M. Riebenbauer.
- Los fotógrafos españoles republicanos que no puedo por menos de citar son Manuel
Albero y Francisco Segovia, el gran Alfonso (Alfonso Sánchez Portela), Escobar,
Centelles, los hermanos Mayo, Santos Yubero, Luis Torrens, José María Díaz
Casariego, Luis Marín y Constantino Suárez; todos ellos son menos conocidos que
sus homólogos extranjeros a pesar de la importancia y la calidad de sus reportajes sobre
la guerra.
-El bando nacional empieza enseguida a incorporar fotógrafos profesionales para que
cubran sus hazañas en el frente y dignifiquen la imagen de un régimen militar que se iba
institucionalizando a marchas forzadas. Queipo convierte al fotógrafo Serrano en su
testigo del avance por Andalucía y Aranda hará lo mismo con Jaime Pacheco y Ángel
Llanos, aunque el gran nombre es el de Pepe Campúa (José Demaría Vázquez), con su
estremecedor reportaje sobre la batalla de Teruel.
-Pero es el húngaro Robert Capa, quien parece eclipsar todo con su afirmación de que
“una causa sin imágenes no es solamente una causa ignorada, es una causa perdida”,

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el que la foto del miliciano muerto sea un montaje no significa que sea una de las
mayores cumbres de este arte y una de las mejores manifestaciones icónicas populares
del siglo XX. A su nombre hay que añadir los de Gerda Taro, Reisner o Namuth
pertenecientes a la revista Vu, David Seymour, “Chim” que trabajaba para Regard o
Life, y Walter Reuter, entre otros, reportero de la revista AIZ (Arbeiter Illustrierte
Zeitung), o incluso la casi olvidada Kati Horna, que trabajó especialmente para
publicaciones anarquistas como Mujeres Libres o Tierra y Libertad y el caso de
Deschamps, el reportero de L'Illustration de París.
-El afán catequizador y propagandista se llevó también hasta la infancia; los tebeos de
la guerra civil española expresaban y comunicaban el clima de guerra a la sociedad
civil a través de los niños, que se convertían en agentes activos de la guerra de papel de
la propaganda mediante un adoctrinamiento muy eficaz por medio de los tebeos tanto
los editados en la España de Franco (de impecable calidad como “Flechas y Pelayos” y
“Pulgarcito”) como en los republicanos “Camarada” o “Juanín”…
-En cuanto a LA RADIO, fue sin duda el segundo de los elementos más novedosos, el
gran Altavoz propagandístico; la guerra puso el punto y final a la etapa pionera de la
radiodifusión de entretenimiento en España y la convierte brúscamente en un arma
política y hasta militar impensable creando un efecto que se extendería al resto del
mundo.
-De las 63 emisoras de radio que había en España en el año de 1936, sólo 16 quedaron
en manos nacionales y sin embargo fue este bando el que logró sacar mejor y mayor
partida al medio imponiéndose también en el uso de las emisoras de radio clandestinas
utilizadas por la quinta columna y en la guerra de interferencias gracias al apoyo
tecnológico alemán y a una concepción mucho más moderna. Recordemos que en
ambas zonas era delito escuchar la radio enemiga, calificado en la zona republicana
como de “desafección, derrotismo y espionaje”, lo que dio lugar a la conocida escena de
las escuchas efectuadas al amparo de una manta.
-Hasta la aparición de RNE, las emisoras fundamentales de los sublevados fueron
Radio Castilla de Burgos, Radio Valladolid y Unión Radio Sevilla, en la que Queipo dio
sus famosas 600 charlas. RNE salta a las ondas el 19 de enero de 1937 inaugurada con
un discurso de Franco y un chotis de Celia Gámez. Se instala en Salamanca con equipos
alemanes en su sede de Anaya y puesta bajo la dirección de Antonio Tovar, un año
después. A las voces de Jacinto Miquelarena y el Tebib-el-Arrumi, se une la del locutor
del parte de guerra Fernando Fernández De Córdoba. La fórmula de mezclar coplas y

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canciones populares con una información atractiva –mensajes personales, previsión
meteorológica, actualidad bélica, breves radioconferencias…- y consignas impactantes
pero de escasa duración alcanzaría un enorme éxito. Se aplicaban así las enseñanzas
alemanas, italianas y portuguesas (el jefe de los Viriatos era Botelho Moñiz, director del
“Radio –Club portugués”).
-Las radios republicanas más escuchadas fueron Unión Radio Madrid, Radio-España,
Trans-radio y Radio-Telégrafos. También tenían su propio parte de guerra a las 12’15
de la noche con la voz de Augusto Fernández; hubo además distintas emisoras
anarquistas y comunistas pero de escasa potencia y la Generalitat creó su propia cadena
pública. Se utilizó para la propaganda internacional a Radio Exterior-La Voz de Madrid
donde hablaba con regularidad Arturo Barea, iniciando así una carrera radiofónica que
luego continuaría en el exilio a través de la BBC en su canal español . No hubo nunca
una actuación conjunta y coordinada como sucedió en el bando nacional y se optó por
dar mensajes falsamente tranquilizadores y por la trasmisión de largos discursos de
Indalecio Prieto, La Pasionaria, Santiago Carrillo, Negrín, etc., que no contribuyeron a
hacerla más popular, sino todo lo contrario.

-Y finalizaré con el cine en la Guerra Civil del que voy a dejar fuera,
intencionadamente, el apartado de ficción a pesar de que sea muy difícil deslindar en
este caso la línea que lo separaba del reportaje; ¿cómo calificar, si no, la sobrevalorada
Sierra de Teruel –L’Espoir- de Malraux o la obra de Carlos Belo, Romancero
marroquí: ficción, docudrama, documental con argumento…?
-Se han catalogado hasta un total de 453 documentales filmados en España: 360 en la
zona republicana y 93 por la nacional; películas que muestran con toda crudeza las
dimensiones ideológicas, estéticas y morales de la contienda y que se caracterizan por
ser un cine hiriente, directo y de propaganda explícita. Inciden en la crueldad del
enemigo, el triunfalismo de los combatientes y la alta moral de la retaguardia… si bien
en el lado franquista se da más importancia a los aspectos militares, el orden y la
jerarquía mientras que en el republicano se apela a la moral para ganar la guerra y el
intento de mostrar una cierta normalidad en la vida cotidiana. El contenido nacional fue
siempre más homogéneo y unidireccional que el republicano donde se nota de forma
más clara la diversidad de orígenes de la producción (partidos políticos, sindicatos,
gobiernos autónomos catalán y vasco…)

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Hay que tener en cuenta, además, que la segunda mitad de los años 30 fue la
época dorada de los noticiarios y que existían todo un conjunto de salas de cine en los
USA y en muchos países de Europa que se dedicaban a proyectar únicamente
noticiarios en sesión continua. Esto hizo que en julio de 1936 los más importantes
noticiarios americanos, ingleses y franceses mandaran a sus equipos técnicos a cubrir
la noticia por antonomasia. Todos regresaron al cabo de medio año, quedando con
equipo fijo sólo la Fox Movietone News (USA), las demás compañías comprarán el
material a freelances o a la propia Fox o bien envían de forma esporádica equipos por
un corto espacio de tiempo.
-Hicieron reportajes a favor claramente de la República directores como Le Chanois y
el británico Ivor Montagu autor de The defense of Madrid quien además coordinará
varios cortos producidos por el gobierno de Negrín y un reportaje para el comité de no
intervención en Ginebra -“Testimony of Non Intervention” (1938)-. El “Contemporary
historians” hollywodiense (integrado por Dos Passos, Lillian Hellman, H. Bogarth,
Gary Cooper…) encargó al holandés Joris Ivens el reportaje “Spanish Earth” (1937) que
fue, sin duda, uno de los más vistos; Herbert Kline rueda “Earth of Spain” y “Return to
life” para Frontier Films sobre la sanidad militar republicana. Pero quienes más metros
de película impresionaron fueron los rusos Roman Karmen y Boris Makasaiev (“sobre
los hechos de España”) y Esther Shub (“Ispanija”), que trajeron con ellos el estilo
expresionista de Eisenstein con sus primeros planos y el montaje sincopado que luego
sería adoptado aquí miméticamente.
-A favor de los sublevados rodaron documentales propagandíticos Italia a través del
Istituto Nazionale Luce, con títulos como “Legionarios del aire. Novios de la muerte”
sobre el CTV de aviación y Giorgio Ferroni: “España una, grande y libre. De la barbarie
roja al triunfo de la civilización fascista” (1939); Alemania rodó “La Legión Cóndor”
de la agencia Tobis; Portugal pretendió seguir la misma línea alemana pero su situación
de subdesarrollo cinematográfico se lo impidió quedando su ayuda reducida a los
laboratorios Tobis de Lisboa que positivaron “El entierro del general Sanjurjo” (1936) y
“O caminho de Madrid” (1936). Pero el mejor conjunto documental fue el que llevó a
cabo Russell Palmer entre 1936 y 1938 bajo el título de “defensores de la fe”, rodado a
color, con utilización de sonido y autoproducida por él con el apoyo de los comités
católicos norteamericanos, si no lo han visto se lo recomiendo vivamente.
-La República partía en este terreno con una clara situación ventajosa porque controlaba
el 18 de julio los dos centros de producción cinematográfica existentes: Madrid y

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Barcelona, con sus estudios, técnicos y laboratorios. Esto hizo que su noticiarios fueran
más numerosos y de mayor nivel. Enseguida, la CNT barcelonesa siguiendo a las tropas
creó dos noticiarios: España gráfica y Momentos de España, aunque nunca tuvieron
periodicidad regular. Las JJSS, por su parte, crearon “Gráfico de la Juventud” (9
números). El Ejército del Centro editó Noticiario, sobre las operaciones bélicas (15
números). Pero el conjunto documental más importante, sin duda, fue el que
promovieron el PCE y el PSUC a través de Film Popular y la Generalitat y que
materializó Laia Films, titulado “España al día”; estrenado en Barcelona en diciembre
de 1936 y que duró hasta la caida de Barcelona en enero de 1939; fueron un total de 108
ediciones, dirigido por Juan Castanyer; origianariamente en catalán, luego se editó una
edición en castellano.
-Érroneamente se asocia el no-do con la guerra pero el primer nodo no saldría hasta
1943. En la españa con la capitalidad en Burgos se creó el departamento nacional de
cinematografía, dirigido por Manuel Augusto García Viñolas –periodista procedente de
El Debate- desde 1938 que produjo un Noticiario Español del que se editaron 23
números y ocho documentales aparte entre los cuales destacan especialmente los que
realizó Edgar Neville junto a su pareja Conchita Montes (La Ciudad Universitaria
(1938), Juventudes de España (1938), ¡Viva los hombres libres! (1939)…). Por su parte,
la promotora CIFESA, con sede en Sevilla –la torre del Oro, es el símbolo realizó
algunos docmentales con el título de “Para España” sobre la liberación de distintas
zonas republicanas al igual que hizo por su cuenta la delegación de Prensa y propaganda
de FETJONS que tuvo en el uruguayo Joaquín Martínez Arboleya –“Santicaten”- el
realizador de “Alma y Nervio de España”, “La guerra por la paz”,y otros documentales
sobre la Guerra en el Norte
-Sin embargo, el público, harto de la guerra a ambos lados de las alambradas y las
trincheras, prefería con mucho las antiguas películas escapistas norteamericanas porque
el exceso de propaganda como el de información causan siempre cansancio, así que
haciendo mía esta última lección no quiero tampoco cansarles más
MUCHAS GRACIAS Y ESPERO AHORA SUS INTELIGENTES PREGUNTAS

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