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DESARROLLO REGIONAL
Ediciones AMAUTA
Edición preparada por
EDICIONES AMAUTA
EDICIONES AMAUTA
Apartado Aéreo 30035
Barranquilla - Colombia.
ISBN: 958-33-0110-8
Impreso en Colombia
Ediciones Amauta
Barranquilla, Noviembre de 1993
"¡Queridos estudiantes: es absolutamente necesario que ustedes se den cuenta
de que hay un contraste cada vez más violento entre las hermosas ilusiones que
nos hemos hecho todos, y lo que pasa realmente en esta Universidad…!
4. FUNCIONES DE LA UNIVERSIDAD
4.1. LADOCENCIA
4.2. LA INVESTIGACION
4.3. LA EXTENSIÓN
REFERENCLAS BIBLIOGRÁFICAS
NOTA INTRADUCTORIA
Agradezco a los colegas Homero Mercado, Elvira Chois y Jairo Parada, entre
otros, sus observaciones y comentarios sobre el contenido de este libro, muchos
de los cuales, fueron pertinentes al momento de puntualizar y precisar.
PROLOGO
La Constituyente de 1991 tuvo la virtud de revivir las utopías, de hacer creer que
todo podría ser construido o engendrado, que el mundo era objeto <<oficial>> de
debate.
El escrito que nos presenta el profesor Cristóbal Arteta se inscribe en este debate.
Muestra el afán por superar ese estado de inercia referido y avanzar. Es lo positivo
del momento.
¡Es la asfixia!
Las mil y una maneras están en la memoria de todo universitario: van desde la
imposición abierta (ya no se estila, creo), pasando por la subvaloración general
(política) de planteamientos alternativos, hasta la obstaculización de la función
docente como única labor válida del profesor. Ya ha entrado en la conciencia del
universitario que apremiado, además, por la estrechez material, decide en muchos
casos abandonar el campo y "vivir" su vida con tranquilidad, aunque con
frustración.
¿Esa política será para la educación superior en general, o sólo para el sector
público?
Desde la más remota antigüedad, son muchos los sentidos que se le han dado al
término valor. En este trabajo utilizamos el concepto de "valor" en un sentido
filosófico, como idea capital de la llamada "Teoría de los valores" o axiología; es
decir, como fundamento moral de las concepciones del mundo y de la vida.
En los límites de una filosofía que privilegie la inteligencia como Ética para la Vida,
es el Conocimiento y la aceptación de lo distinto lo que nos muestra receptivo
aquello que en apariencia no somos, v lo único que nos puede permitir el
enriquecimiento espiritual es la resolución del uno en el otro y la transformación
mediante el contacto con lo ajeno.
La posibilidad de un cambio profundo en la estructura axiológica de la sociedad,
requiere más de una estrategia educativa y cultural que del ejercicio coercitivo y
represivo del Estado y de sus instituciones fundamentales como el Ejército, la
Iglesia y la Escuela.
Lo importante es procurar que, en la polaridad del valor, los espacios propios del
valente negativo -disvalor- sean cada vez más reducidos y estériles a la
proyección de su influencia.
La educación es la base del progreso tanto material como espiritual. Por esta
razón, un pueblo que no sea capaz de desarrollar en intensidad y extensión el
nivel educativo, no puede elevar sus índices de desarrollo industrial, agrícola,
comercial, minero y, mucho menos, crear los espacios que el espíritu requiere
para su feliz y pacífico desarrollo cultural, artístico, intelectual y ético.
Educar para la vida significa no sólo saber leer y escribir y obtener las bases e
ideas fundamentales de la ciencia para comprender el discurrir histórico del mundo
en que vivimos. Significa, sobre todo, capacitar al niño y al joven física y
mentalmente para el trabajo en el medio donde le toca desenvolverse; capacitarlo
para asimilar los valores fundamentales de la existencia: como el valor a la vida, la
libertad, la democracia y la justicia social como única manera de lograr la conducta
apropiada para el manejo de las relaciones sociales y familiares; despertar y
desarrollar la conciencia ética y estética en el futuro ciudadano para que,
valorando lo bello de nuestra literatura, de nuestras artes y de nuestros valores
culturales, se forme a sí mismo en tan nobles menesteres e irradie cultura a los
demás.
Este sería el mejor camino para que la existencia de valores espirituales, vitales,
morales, religiosos y de conocimientos, en sus aspectos positivos, le entreguen al
cumplimiento de las normas, leyes e imperativos categóricos, la moralidad que
dichos actos exigen. No hay otra posibilidad de superar la angustia axiológica tan
arraigada en los altos círculos oficiales, impregnados por significativos niveles de
corrupción, inmoralidad y violencia.
2. LA AUTONOMÍA LOCAL, LA ESCUELA Y EL MAESTRO
Sin lugar a dudas, las medidas adoptadas para devolverles a los municipios
colombianos su propia identidad y para intentar transformarlos en verdaderas
entidades prestadoras de servicios públicos, persiguen, primero que todo, atenuar
la crisis que padecen y la pérdida de credibilidad como células básicas de nuestra
organización político-administrativa. Lo importante es que muchas de las nuevas
políticas encuentren no sólo voluntades para materializarlas, tino, recursos,
infraestructuras y herramientas que impidan que, como tantas otras, se queden en
el papel.
Pero la escuela, como proyecto cultural, debe dar cara a la realidad que la nutre y
da vida; debe estrecharse de tal manera con la comunidad que permita la
confluencia dialógica; y, en la toma de decisiones importantes, involucrar a todos
los sectores representados en los docentes organizados, consejos estudiantiles,
agremiaciones de padres de familia, juntas de Acción comunal o cívicas, la iglesia,
representantes de organismos no gubernamentales, artistas, periodistas, centros
de educación superior y demás organismos que, a juicio de una política educativa
bien diseñada, puedan participar en forma dinámica en el proceso-relación que
debe darse entre la escuela y el desarrollo comunitario.
¿Quién no sabe que nuestros barrios, nuestras comunidades por su modo de vida,
por sus problemas y dificultades, capturados por el individualismo, el egoísmo y la
insolidaridad, necesitan soluciones para su bienestar? ¿No es la escuela la más
indicada para formar en el niño los sentimientos de la convivencia, la solidaridad,
la justicia y el espíritu de sacrificio que lo hagan un ser preocupado por el presente
y el futuro social?
Bien vale la pena reflexionar sobre esos interrogantes para lograr que la escuela,
como proyecto cultural, estimule, profundice y consolide la democracia y la
autonomía municipales.
Estos problemas y sus efectos sólo son comunes en los denominados países
sub-desarrollados.
En Colombia, a pesar de que en los últimos tiempos el debate sobre los problemas
educativos ha alcanzado gran importancia, la educación sigue teniendo el carácter
de cenicienta en los planes gubernamentales. Es más lo que se opina sobre ella,
que lo que se hace para mejorar su calidad, para asignarle recursos económicos,
humanos y didácticos que permitan cambiarles la cara sucia y el cuerpo
deteriorado a los centros de enseñanza, y para establecer mecanismos que
garanticen la continuidad de las políticas nacionales y departamentales que se
trazan en materia de tanta importancia. No es posible que el cambio de Ministros o
de importantes funcionarios en el aparato estatal, implique el abandono de
políticas y el establecimiento de otras nuevas como si nada pasara.
Creo que aquí está la clave del gran salto hacia adelante. Es necesario hacer una
profunda y esencial revisión de nuestro sistema educativo, como parte de la
transformación social hacia una sociedad con una distribución de la propiedad, un
sistema jurídico-político y una organización de la producción y del trabajo basados
en los principios de igualdad y justicia social; con una democracia menos
restringida y formal, donde la más amplia participación popular a través de sus
organizaciones representativas, influyan en los destinos políticos, económicos,
sociales y culturales de la nación; donde la vida, la cultura y la libertad sean
declarados los más grandes e inalienables valores de la humanidad; una sociedad
que construya su propio camino, sin que las influencias ideológicas, políticas y
tecnológicas externas terminen imponiendo su voluntad y estrangulando su
soberanía e independencia; en suma, una sociedad profundamente humanitaria y
racional que se estructure alrededor del hombre, como valor individual, social e
histórico.
Sin este norte, no se le pueden trazar fines a la educación que permitan un nuevo
enfoque de su sistema. Sólo, y gracias a él, se puede diseñar un sistema
educativo menos impositivo y autoritario, más abierto y participativo, capaz de
contribuir a la formación de un hombre solidario, seguro de sí mismo y de ideales,
cuyo amor por la libertad lo haga altamente socializado, respetuoso del
pensamiento ajeno y en condición de decidir responsablemente sobre su propia
vida sin imposiciones y rigurosidades ajenas; con una gran capacidad de análisis
lógico-abstracta que, en sus más elementales niveles, propicie observar y
comprender la realidad objetivamente, sin deformaciones ni mentiras; que estimule
y desarrolle en forma permanente la creatividad ante el trabajo y a nivel de
soluciones a los problemas sociales, científicos y tecnológicos; con capacidad de
conjugar, en el terreno del trabajo práctico, lo asimilado intelectualmente; y, sobre
todo, que su amor por la razón, la libertad y la vida le implique reconocer al otro,
sin condenarlo a su supresión, oponiendo el saber a la barbarie.
3. LA CONSTITUYENTE DEL 91, LA UNIVERSIDAD Y LA LEY 30
La experiencia histórica nacional indicaba que habían sido pocas las reformas
constitucionales llevadas a cabo por asambleas constituyentes, siendo más
numerosas las adelantadas por Congresos.
"Por los antecedentes históricos, por las condiciones internacionales, por los aires
de cambio y renovación que soplan en todo el territorio nacional y porque el
pueblo está decidido firmemente a ser protagonista de su propia historia, eligiendo
a sus más connotados dirigentes, la próxima Asamblea Nacional constituyente
debe ser no el camino, sino el instrumento que le permita al pueblo abrir el camino
al andar.
Ya basta de tanta demagogia y retórica que lo que ha hecho es crear varias
ilusiones. Los grandes problemas nacionales deben abordarse con la profundidad
que las soluciones requieren. La nueva Constitución Nacional debe reflejar los
cambios nacionales e internacionales de la época presente. Debe permitir una real
democracia, creando espacios para que el pueblo a través de sus propias
organizaciones se exprese en forma autónoma y libre frente a las grandes
decisiones nacionales; debe garantizar y asegurar verdaderamente la protección
de los derechos humanos tan pisoteados en nuestro país; debe dar paso a la
autonomía regional frente al excesivo centralismo; debe establecer las medidas
que hagan del Estado un instrumento de justicia social y bienestar comunitario.
Pero, sobre todo, debe establecer un nuevo sistema educativo que asegure la
educación para todos los colombianos en todos sus niveles y que, proyectada
hacia la formación de un hombre nuevo, se interese por la calidad de la educación
y por la formación de los docentes que la imparten.
La imposición de rectores decretada por el Decreto Ley OSO de 1980 debe dar
paso a la democracia directa ejercida por estudiantes y profesores, quienes deben
elegir democráticamente a las principales autoridades académico-administrativas
de la institución: rectores, vicerrectores y decanos.
Hay que hacer posible una Universidad abierta al mundo, con excelentes y
provechosas relaciones de intercambio académico, cultural, científico e
investigativo. Los avances científicos y técnicos de otras latitudes hay que
integrarlos a nuestro sistema educativo. La retórica sobre el atraso de nuestro
sistema educativo y la presentación de cifras frías para justificarlo, como han
venido haciendo nuestras grandes autoridades educativas, deben permitir la
adopción de claras y radicales medidas de renovación y adaptación de
experiencias de los avanzados modelos educativos que más sirvan a nuestras
circunstancias y propósitos. No se trata de copiar o calcar. Hay que avanzar y,
para lograrlo, nada mejor que integramos a la producción intelectual de la época
en el mundo.
Es cierto que con la nueva ley no se van a resolver automáticamente todos los
problemas de la Educación Superior colombiana, pues, más allá de la letra, se
requiere vocación universitaria, voluntad y decisión política por parte de nuestros
gobernantes y de quienes tengan la responsabilidad histórica de dirigir los
destinos de la educación en el país. Pero nadie podrá negar que,
comparativamente con lo existente y a pesar de sus limitaciones, son muchas las
bondades y avances que contiene.
Este nuevo ente, integrado por dieciséis (16) funcionarios y sin nómina
burocrática, en los que se cuentan el Ministro de Educación Nacional, el Jefe del
Departamento Nacional de Planeación y el Rector de la Universidad Nacional de
Colombia, ejercerá la suprema inspección y vigilancia de la educación superior.
Anteriormente, esta función le correspondía al ICFES, organismo que con la nueva
ley tiene restringidas considerablemente, sus funciones.
En medio de limitaciones y avances, tal vez, el logro más importante obtenido con
la Ley 30, está contemplado en el Título 111, Capítulo V -Del Régimen Financiero,
en donde se señala taxativamente que "las universidades estatales u oficiales
recibirán anualmente aportes de los presupuestos Nacional y de las entidades
territoriales que signifiquen siempre un incremento en pesos constantes, tomando
como base los presupuestos de renta y gastos vigentes a partir de 1993" (Artículo
86).
"A partir del sexto año de vigencia de la presente ley, el Gobierno Nacional
incrementará sus aportes pura las universidades estatales u oficiales, en un
porcentaje no inferior al 30% del incremento del PIB" (Artículo 87).
4.1 LA DOCENCIA
Para alcanzar un mejor nivel de calidad, ritmo y cobertura hay que reducirle el
espacio a la cátedra magistral en favor de un trabajo más activo e intenso del
estudiante en el aula, laboratorio o biblioteca y una conciencia participativa hacia
la investigación y actividades de extensión educativas y universitarias. Es hora de
orientar el trabajo educativo del pre-grado no sólo hacia la apropiación de
conocimientos, sino a la generación de nuevos, a través del quehacer
investigativo del estudiante, organizado, confrontado, rectificado y dirigido por el
profesor.
Las clases deben ser la oportunidad para acercar al estudiante a las líneas de
investigación que maneja la institución, y para permitir al profesor realizar una
labor docente muy próxima a sus intereses investigativos. Hay que romper con el
círculo vicioso: exposición del profesor-apuntes del estudiante-evaluación. Se
impone como necesidad implementar la clase-taller. Es muy buena alternativa
para alcanzar niveles de calificación académica, científica e investigativa
superiores.
4.2. LA INVESTIGACIÓN
De los 201 proyectos de las universidades estatales, 144 fueron llevados a cabo
por sólo cuatro universidades: la Nacional 72, la del Valle 34, la de Antioquia 27y la
UIS 21.
COLCIENC1AS e ICFES son los institutos estatales que tienen a su cargo las
funciones de apoyo y fomento de la investigación en las Universidades. A ellos les
corresponde la definición de políticas generales e instrumentos legales, para
estimular las actividades investigativas y la formación de grupos de investigadores.
En las estadísticas del ICFES se percibe la misma situación. Para aprovechar los
recursos puestos a disposición de la investigación, por parte de este organismo,
es la Universidad del Valle la que más ha presentado y desarrollado
investigaciones: 83 de las 247 localizadas en el período 1982-1988. Le siguen la
Tecnológica del Magdalena, con 16; la de Antioquia, 11; la del Quindío, 11; la U1S,
8; ¡a de Córdova, 7; la del Tolima, 6; la de los Andes, 5; la de Sucre, 4 y la de
Nariño, 4.
Desde Octubre de 1988, como resultado del Foro sobre política de ciencia y
tecnología, realizado con los auspicios de la Presidencia de la República, el
Ministerio de Educación Nacional y COLCIENCIAS, tanto este organismo como el
ICFES han venido implementando una serie de medidas tendientes a estimular las
actividades científicas y tecnológicas e incorporarlas a la vida económica, política
y social del país. Con el apoyo del 1CETEX, COLCIENCIAS se ha propuesto
impulsar planes concretos de capacitación y perfeccionamiento de actuales y de
futuros investigadores, partiendo deliberadamente de la identificación de
necesidades de formación de científicos en las diferentes áreas del conocimiento.
Por otro lado, es difícil establecer una relación directa entre el acrecentado
centralismo político administrativo y la concentración de la actividad investigativa
en las cinco principales universidades del interior del país, debido a la relativa
autonomía de cada institución para estimular los procesos, organizar el sistema y
fundamentar la infraestructura.
Además, los organismos financiadores ofrecen por igual los recursos y establecen
las normas, requisitos y exigencias a que deben someterse las distintas
universidades del país en materia de investigación. Aunque está claro que el
tratamiento que le da el listado colombiano a la universidad de provincia es
discriminatorio. Los planificadores de las entidades estatales encargadas del
fomento y coordinación de las actividades investigativas tienden, en general, pero
más con relación a la provincia, a identificar "lo caro con lo bueno".
Hay que darles continuidad y profundidad a las acciones, pues "la ciencia
contemporánea exige grandes medios, complejos instrumentos y las instituciones
deben propender por la disponibilidad de todos los recursos para ordenar la
actividad según estas características".
4.3. LA EXTENSIÓN
Las estadísticas recogen una conexión directa entre los programas de post-grado
ofrecidos y la concentración de las actividades investigativas, siendo cada vez
más creciente el número de investigadores post-graduados.
Para superar, en gran parte, las dificultades que presenta la función investigación
en la universidad costeña y muy especialmente en Barranquilla, es necesario la
implementación práctica de un discurso coherente donde se señalen las
prioridades para avanzar y que, sobre todo, tenga como fundamento una férrea y
sólida voluntad de acción que estimule el esfuerzo y cree los espacios y
condiciones para el desarrollo de las actividades investigativas.
Los estudios avanzados son importantes si sirven para ampliar la cobertura de las
actividades investigativas, profundizar su nivel y estrechar más los lazos de la
universidad con la nueva Colombia que se quiere construir.
Para avanzar, estrechar y hacer más dinámica la relación de los post-grado con la
investigación en la Universidad del Atlántico, es necesario que en la
reestructuración administrativa de ésta, la administración de la investigación no
siga canales relativamente independientes de los de la administración de los post-
grados.
La falta de coordinación hay que superarla para que la acción y sus resultados
sean recíprocos. La investigación como "ámbito y fundamento" de los estudios de
post-grado debe alentar su desarrollo, de tal manera, que respondan a las
exigencias y necesidades de nuestro desarrollo económico, político y socio-
cultural. Los post-grado son una buena estrategia de estímulo al progreso de la
investigación científica en la Universidad.
Los intereses burocráticos por la dirección del nuevo organismo y las intrigas de
siempre, impidieron que la comisión continuara su labor y diseñara la política
general de estudios avanzados para la Universidad del Atlántico. Más bien, se
desintegró con posterioridad al nombramiento del primer Director del
Departamento de Estudios Avanzados, el autor de este libro, cuya designación se
hizo mediante Resolución de Rectoría Nº 000640 de Septiembre 29 de 1989.
5.3.2. De ilusión a realidad. Seis meses después de la firma del convenio con la
Universidad Nacional y sólo 14 días después del nombramiento del doctor Pedro
Falco González como nuevo Rector, se firmaba en el Salón Julio Enrique Blanco,
el primer proyecto específico en el marco de dicho convenio para iniciar los post-
grados.
Por fortuna, muy pronto llegamos a la conclusión que nos impediría mirar hacia
atrás: si pensamos en la calidad, para ninguna universidad oficial del país es
posible la autofinanciación total de un post-grado, realizado mediante convenio y
con la imposibilidad de aportar docentes.
Nos quedó sólo una alternativa: o claudicar, o salir en medio del mar de
dificultades para ganar con la experiencia académica e investigativa de la
Universidad Nacional y crear los condiciones, diseñar las líneas, cualificar los
recursos docentes y aumentar los bibliográficos.
Como lo señalan los referentes teóricos del macroproyecto: "La tarea de lograr la
integración no es fácil... el problema que más dificulta el éxito de la integración lo
constituyen las actitudes negativas hacia las personas limitadas a quienes se les
sigue considerando «minusválidas», incapaces, ciudadanos de segunda clase o,
lo que es peor, se pasa por alto su dignidad y derechos como personas".
En escasos tres (3) años, se han superado las metas previstas en la Estrategia
General de Desarrollo (1991 1995), logrando lo que suponíamos debíamos
alcanzar en 1994.
El primer aspecto es reflejo de la crisis educativa nacional que abarca todos sus
niveles y del cual no escapa ninguna de las Facultades de Educación del país,
como quedó consignado en las conclusiones de los Seminarios sobre Formación
de Docentes realizados, con el auspicio de la subdirección académica del ICFES,
entre Marzo y Junio de 1987.
La calidad académica no es superable en forma aislada, al margen de una
reconceptualización de todo nuestro sistema educativo que mire hacia una
sociedad más justa y democrática donde el hombre pueda realizarse
integralmente. Mientras ello se logra, nos corresponde implementar las
innovaciones que sean necesarias para mejorar lo que tenemos, aún con las
grandes limitaciones que pesan sobre nuestro quehacer, tales como: crónica crisis
financiera de la institución que impide el desarrollo de la docencia, la academia y
la investigación; la actual estructura administrativa que exige rápidas y urgentes
adecuaciones; la ausencia de un coherente marco normativo a nivel docente y
dicente que establezca objetivos, derechos, deberes, responsabilidades e
incentivos para la capacitación, la docencia y la actividad investigativa; los
vicios clientelistas en la selección del personal docente; la falta de efectivos
mecanismos de selección del estudiante que ingresa a la Facultad, sus precarias
condiciones de existencia y las dificultades en que nuestro educador debe
desarrollar su actividad por razones infraestructurales y las que gravitan sobre su
nivel de vida, además, de la ineficiencia del sistema educativo mismo que nos
entrega productos ya moldeados para su posterior "formación”.
Es posible pensar que una de las mayores dificultades para lograr tal identidad es
que la mayoría de nuestros alumnos no ha sido formada para ser maestros en los
niveles de primaria y debido, igualmente, a la carencia de un cuerpo docente
altamente especializado en el campo de la pedagogía que aporte ideas e
iniciativas en la reestructuración curricular y planes de estudio. Mientras no
establezcamos claros y precisos requisitos de ingreso a los estudiantes de
Educación y no valoremos el trabajo en investigación pedagógica y su aplicación
práctica, poco avanzaremos en la lucha por optimizar la academia y la pedagogía
en la Facultad.
Con las Escuelas Normales del Departamento y el SENA no existe ningún tipo de
contacto. Con el Centro Experimental Piloto y el Fondo Educativo Regional apenas
se ha intentado sin lograrlo, a pesar de las propuestas que en varias
oportunidades se han presentado y que tienen como finalidad contribuir a la
capacitación de los educadores de enseñanza oficial primaria y secundaria.
Con la Secretaría de Educación el divorcio es más acentuado, si se tiene en
cuenta que es la entidad que debe estrechar más sus lazos con la Facultad.
Si la Facultad se interesa por los problemas del medio social donde está inserta,
da paso a la formación integral de un docente más comprometido con su realidad.
Es lastimoso y lamentable que nunca sepamos qué pasa \en las esferas oficiales,
específicamente en los organismos encargados de planificar, estimular e impulsar
las políticas para el desarrollo regional y, muy especialmente, lo que se ha
diseñado en materia educativa.
Para el logro de esos objetivos, las más importantes estrategias serían las
siguientes:
IV) Al lado del fortalecimiento del saber pedagógico específico se debe asumir en
la Universidad el liderazgo para la actualización de todos nuestros docentes y
conformar equipos interdisciplinarios de reflexión e investigación pedagógica, para
el impulso y puesta en marcha de seminarios, cursos especiales de actualización y
programas de pedagogía universitaria y docencia investigativa.
VIII) Es urgente revisar los criterios inadecuados para seleccionar a los aspirantes
a nuestros programas. Para ello, conviene valerse de un "grupo de especialistas
que elabore una propuesta sobre pruebas para explorar aptitudes, intereses,
capacidades, vocación, etc., con destino a los aspirantes". Igualmente deben
favorecerse, en la selección, a los estudiantes de escuelas normales (bachilleres
pedagógicos) y a aquellos con una alta experiencia docente.
Para tal efecto, es necesario elaborar una programación especial que racionalice
esfuerzos y establezca claros objetivos a los eventos que se programen.
Fue fundada mediante ordenanza Nº 24 del día 3 de Junio de 1941, con el nombre
de Instituto de Tecnología del Atlántico, adscrito al entonces Museo del Atlántico,
institución constituida (Ordenanza Nº 35 de 1940), gracias a la inspiración
intelectual del ilustre filósofo barranquillero Julio Enrique Blanco. Su objetivo:
formar ingenieros químicos, químicos farmacéuticos y técnicos químicos.
Desde sus mismos orígenes, la Universidad fue bien pensada. Como cúspide de
la pirámide educativa debía responder a las exigencias de un sistema unificado y
desarrollar las ciencias y las tecnologías en el marco de la cultura universal para
superar las divergencias regionales y locales y su diversificación por razones
geográficas, étnicas, económicas y/o socioculturales.
La vieja revista STVDIA (vocablo latino donde la V es la grafía latina del fonema U,
y que significa "colección de ensayos o estudios: Trabajos cuyos autores los
consideran apenas como preparatorios, al menos para presentarlos con modestia
ante el mundo científico y de las bellas artes"), fundada en Octubre de 1955 por el
ilustre escritor samario, exdecano de las Facultades de Economía y Ciencias
Jurídicas, doctor Rodrigo Noguera Barreneche Diazgranados, perdió su
continuidad, y la mayoría de las veces en que fue reeditada, careció de las
características que le imprimió su fundador: la calidad de sus temas y el rigor
científico-estético-literario.
Esta deprimente situación de la academia conducía a la apatía, a la
desmoralización, al desconcierto, al rutinarismo y al repeticionismo estéril. La
criticidad y la creatividad como esenciales factores de poder académico habían
desaparecido de nuestras aulas. Nuestros estudiantes se habían convertido en
simples transeúntes hacia la obtención de un título para ofrecer su fuerza de
trabajo en el fuertemente crecido ejército de reserva.
Ayer como hoy, la situación de la academia sigue siendo inquietante y exige una
profunda reforma para ponerla al tenor de los cambios y transformaciones de la
vida nacional y regional.
A pesar de que en sus 52 años de vida los diagnósticos han mantenido una
relación de continuidad por la abundancia de las identidades y la escasez
de diferencias, hoy puede mostrar con orgullo una sólida tradición académica;
buenos pergaminos en su función docente; un gran número de profesionales
calificados, vinculados al sector productivo, público y docente, en la nación, la
región y la localidad; una influencia relativa en Barranquilla y el Caribe colombiano,
en un espacio cada día más restringido, debido a la pérdida de credibilidad y a la
creciente competencia de otras instituciones de educación superior, igualmente
interesadas en proyectar su efecto y poder académico en la región.
Los cambios ocurridos en el país, recién iniciada la década del 90, representan
para el Departamento y la I ciudad, modificaciones sustanciales en las prácticas
de la vida política local, las cuales, muy pronto se van a ver reflejadas en la vida
de la Universidad del Atlántico.
Por los anuncios del doctor Sarabia en su discurso de posesión, -al señalar que la
Universidad del Atlántico le correspondía como cuota burocrática el entonces
representante a la Cámara, doctor Abel Francisco Carbonell- todo parecía indicar
que continuaríamos aferrados al pasado y a la tradición del clientelismo y la
politiquería local.
Por fortuna no fue así. La salida del doctor Sarabia de la Gobernación, por su
aspiración a la Cámara de Representantes, permitió que el Presidente Gavina
encargara del primer cargo del Departamento al doctor Arnold Gómez, quien se
desempeñaba como Secretario Privado del mandatario saliente.
No hay otra manera de avanzar por camino seguro. Sobre todo, hoy, cuando es
muy amplio y generalizado el comentario de que las cosas en la Universidad están
cambiando.
Recién iniciada la década del 90, desde la perspectiva del tecnicismo financiero la
Universidad estaba quebrada, pues acumulaba una deuda correspondiente al 60%
de su presupuesto y una insuficiencia presupuestal del 30%. Es decir, la institución
debía 3.500 millones de pesos y para poder funcionar en ese año necesitaba
1.800 millones más de lo asignado.
Hoy, los salarios se cancelan con alguna normalidad y la Universidad puede hacer
pequeñas inversiones en el mejoramiento de la planta física y de sus laboratorios;
por primera vez en su historia, la Universidad cuenta con una Estrategia General
de desarrollo para el quinquenio 1990-1995 que le permite orientar cada una de
sus acciones en los campos académico, administrativo y financiero. Las
viejas carreras iniciaron el primer semestre de 1993 con nuevos planes de estudio
que no se reformaban desde hacía más de 10 años; el surgimiento de nuevas
facultades y programas: Facultad de Ciencias Básicas y Ciencias Humanas,
carreras de Ingeniería Mecánica, Ingeniería Industrial, Biología Marina y
Licenciatura en Básica Primaria. La Universidad tenía muchos años que ni
avanzaba en esa dirección; el desarrollo de estudios avanzados o de post-grado:
Maestrías en Historia, Ingeniería Química y Educación-Psicopedagogía,
Especializaciones en Ciencias Físicas, Administración Pública y Proyectos de
Desarrollo mediante convenios interinstitucionales. Además, la Especialización en
Enseñanza de Ciencias Naturales que será implementada con recursos propios, a
más de otras perspectivas y posibilidades; el montaje del centro de informática con
la proyección de laboratorios en las distintas unidades académicas; la creación del
sello editorial Universidad del Atlántico para la difusión de las más valiosas
producciones intelectuales de la localidad; la fundación de "Gaceta Universitaria" y
el resurgimiento de la revista especializada "Ensayos de Economía" para la
divulgación del pensamiento científico y universitario; la proyección de la
Universidad con ¡a puesta en marcha de programas de extensión en los
municipios del Departamento y la propuesta de extender y descentralizar
administrativamente sus programas y unidades académicas.
Estos seis aspectos, a mi modo de ver, constituyen "la clave" que marca las
diferencias de fondo entre lo viejo y lo nuevo y que le permitirán a la Universidad
colombiana, si existe voluntad y decisión política, cumplir con la prestación de un
servicio con calidad capaz de formar integralmente colombianos en el campo
profesional e investigativo, convertir a la educación en factor de desarrollo
científico, cultural, económico, político y ético y de promoción de la unidad
nacional, la descentralización, la integración regional y la cooperación
interinstitucional.
El Estatuto General de cada universidad debe señalar las funciones que puedan
delegarse en el Rector y reglamentar su designación, requisitos y calidades
(Parágrafo artículo 65 y artículo 66).
Esas cifras, y la gran influencia que ejerce en la geografía costeña, indican que no
es sólo una Universidad del Departamento del Atlántico, sino de toda la Costa
Norte del país. Razón suficiente para ocupar un sitio de privilegio en las políticas
económicas y planes educativos implementados por el Gobierno Nacional en el
terreno de la educación.
Es tal vez comprensible que, en el pasado reciente, por su crisis de dirección y las
correspondientes secuelas de desgreño administrativo y dificultades en sus
principales ^funciones académicas, % el Gobierno Nacional mirara con mucho
desdén y mostrara poco interés en resolver los problemas financieros del Alma
Mater. Pero, hoy, las cosas son distintas. La Universidad vive intensamente,
aunque con dificultades, tiempos de recuperación integral.
Sin embargo, el esfuerzo que en esta década se hace desde entidades como el
CORPES, por ejemplo, muy pronto entregarán excelentes resultados. La
Universidad debe vincularse activa y dinámicamente a este proceso.
En Colombia son muy pocas las universidades que han centrado sus esfuerzos en
el impulso y mejoramiento de aquellos programas y actividades encaminadas a
estimular la praxis investigativa, a definir y dirigir las líneas de investigación de
acuerdo con los planes de desarrollo y las políticas de innovación y cambio.
En este proceso, los estudios avanzados son significativos. Pero se requiere algo
más: una clara política sobre investigaciones, la aprobación real, sin más
demoras, de los recursos económico-financieros para impulsarla y una dirección
con suficiente autoridad académica en este campo y capacidad para implementar
la reestructuración del viejo sistema de investigaciones y su relación con el
Departamento de Post-grado, programar seminarios permanentes, talleres sobre
prácticas y actividades investigativas y, sobre todo, canalizar las iniciativas y
actividades individuales hacia la creación de los grupos de investigación científica
en el seno de las Facultades.
Por ello, es exigencia, de primer orden, asimilar y asumir con responsabilidad las
políticas contenidas en el Plan de Desarrollo Regional elaborado por el Consejo
Regional de Planificación de la Costa Atlántica -CORPES -.
FRONDISI, Risieri. ¿Qué son los valores? México: Fondo de Cultura Económica,
1981.
MOSQUERA MESA, Ricardo. La Universidad ante los reíos ~ del futuro. Santa
Fe de Bogotá: UNAL, 1989.