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TRABAJO FIN DE MÁSTER

TRANSFEMINISMO ANTIESPECISTA EN
AMÉRICA LATINA Y ESPAÑA
EN LA ACTUALIDAD (2017)
TRANSFEMINISM ANTISPECIESIST IN LATIN AMERICA AND SPANISH
STATE CURRENTLY (2017)

Valentina Trujillo Rendón


Directora: Rosa García Gutiérrez

Máster Oficial en Estudios de Género, Identidades y Ciudadanía

Junio de 2018

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 6

CAPÍTULO 1: ............................................................................................................. 9
1. Marco Referencial .................................................................................................. 9
1.1 Planteamiento pregunta de investigación .............................................. 9
1.1.1. Pregunta de investigación .................................................................... 9
1.1.2. Objetivos .............................................................................................. 9
1.1.3. Justificación ........................................................................................ 10
1.1.4. Antecedentes – Estado de la cuestión ................................................. 12
1.2. Desarrollo metodológico ....................................................................... 18
1.2.1. Estudio de caso ................................................................................... 18
1.2.2. Revisión bibliográfica y entrevistas .................................................... 19

CAPÍTULO 2: ........................................................................................................... 23
2. Antiespecismo y transfeminismo ......................................................................... 23
2.1. ¿Qué se entiende por antiespecismo? .................................................. 23
2.1.1. Especismo ........................................................................................... 24
2.1.2. Antiespecismo .................................................................................... 24
2.1.2.1. Ante el bienestarismo, el abolicionismo ................................ 28
2.2. Qué se entiende por transfeminismo .................................................... 31
2.2.1. Transfeminismo en el Estado Español ................................................. 35
2.2.2. Transfeminismo en América Latina ..................................................... 38
2.3. Transfeminsimo antiespecista ............................................................... 43

CAPÍTULO 3: ........................................................................................................... 54
3. Transfeminismo antiespecista en América Latina y el Estado Español: un
estudio de casos .................................................................................................................. 54
3.1. Actrices ................................................................................................... 54
3.2. Acciones .................................................................................................. 56
3.3. Ideas ........................................................................................................ 59

CAPÍTULO 4: ........................................................................................................... 70
4. Reflexión final: devenires rizomáticos ................................................................ 70

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................... 76

ANEXOS ................................................................................................................... 83
Anexo I ..................................................................................................................... 83
Anexo II ................................................................................................................... 87
Anexo III .................................................................................................................. 89

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RESUMEN

Este Trabajo Fin de Máster pretende ser una caracterización del transfeminismo antiespecista
en el Estado Español y América Latina. Metodológicamente se han abordado fuentes
primarias y secundarias de información. Las primeras han consistido en entrevistas realizadas
a personas de Colombia (Medellín y Bogotá), de México (Ciudad de México) y del Estado
Español (Madrid y Barcelona). Las segundas han sido revisiones bibliográficas de textos que
beben de diferentes áreas como el feminismo, el transfeminismo, el antiespecismo, la
filosofía y el transfeminismo antiespecista, con el fin de ofrecer una caracterización teórica
del movimiento clara, completa y precisa, teniendo en cuenta que se trata de una línea del
feminismo muy reciente. El análisis de la información da cuenta de divergencias y
convergencias situadas geográficamente, abordadas desde la categoría de rizoma la cual se
toma de la obra Mil Mesetas de Gilles Deleuze y Felix Guattari.

Palabras Claves: transfeminismo, antiespecismo, transfeminismo antiespecista, rizoma.

ABSTRACT

The present text pretends to be a characterization of the transfeminism antispeciesist in the


Spanish State and Latin America. Methodologically, primary and secondary sources of
information were addressed. Thus, primary sources are representing with interviews made
with people from Colombia (Medellín and Bogotá), Mexico (Mexico City) and the Spanish
State (Madrid and Barcelona). The second sources were bibliographic reviews of texts that
were taken from different areas such as feminism, transfeminism, antispeciesism, Philosophy
and transfeminism antispeciesist. The analysis of the information gives account of
divergences and convergences located geographically, approached from the category of
rhizome which is retaken from the text a Thousand plateaus of Gilles Deleuze and Felix
Guattari.

Keywords: transfeminism, antispeciesism, transfeminism antispeciesist, rhizome

5
INTRODUCCIÓN

Presento aquí una investigación con enfoque cualitativo que acude a un método
descriptivo, utilizando en primer lugar como estrategia de investigación social el estudio de
caso, teniendo en cuenta que éste involucra no sólo el diseño sino todos los momentos del
proceso investigativo (Galeano, 2012. p.67). La novedad del objeto de estudio y la ausencia
de datos cuantitativos hacen necesaria la utilización de esta metodología, que requiere de la
entrevista como instrumento para el análisis, aunque igualmente se ha recurrido a la revisión
bibliográfica que permita fundamentar el estudio teóricamente y engarzarlo en el ámbito de
los estudios interdisciplinares de género. En consecuencia, se han revisado libros, artículos,
fanzines, blogs, diarios, revistas; y se han realizado entrevistas a diferentes personas que
residen en ciudades latinoamericanas y españolas, entrevistas estructuradas cuyo objetivo
final ha sido precisar la situación del transfeminismo antiespecista en las mismas.
Finalmente, por medio del análisis de los contenidos, he realizado una caracterización de
algunos rasgos del tema en cuestión a partir de la información recolectada.

La inquietud que ha guiado esta investigación ha sido la de delimitar las características


del transfeminismo antiespecista, es decir, ha tenido como objetivo general caracterizar 1 los
principales rasgos que esta corriente reciente, y todavía minoritaria, presenta en la actualidad
en América Latina y en el Estado Español, a partir de información obtenida tanto de fuentes
primarias (entrevistas) como secundarias (documentos). Para ello, se realizaron búsquedas
delimitando tres categorías específicas: antiespecismo, transfeminismo y finalmente
transfeminismo antiespecista, debido a que la producción académica en cuanto a la última

1
Desde una perspectiva investigadora, la caracterización es una fase descriptiva con fines de
identificación, entre otros aspectos, de los componentes, acontecimientos (cronología e hitos), actores, procesos
y contexto de una experiencia, un hecho o un proceso (Sánchez, 2010). Igualmente, la caracterización es un
tipo de descripción cualitativa que puede recurrir a datos o a lo cuantitativo con el fin de profundizar el
conocimiento sobre algo. Para cualificar ese algo previamente, se deben identificar y organizar los datos; y a
partir de ellos, describir (caracterizar) de una forma estructurada; y posteriormente, establecer su significado
(sistematizar de forma crítica) (Bonilla Castro, Hurtado Prieto, & Jaramillo Herrera, 2009).

6
categoría en cuestión (la que convoca esta investigación) es muy escasa y necesita ir
construyéndose con base a las otras dos.

El Trabajo Fin de Máster está compuesto por tres capítulos y una reflexión final. El
primero contiene el marco referencial, donde se desglosa el planteamiento del problema, la
pregunta de investigación, los objetivos, la justificación, el estado de la cuestión y el
desarrollo metodológico. Responde a las preguntas básicas: qué, porqué, para qué y cómo,
aplicadas al objeto de la investigación y la investigación misma.

En el segundo capítulo se ofrece una introducción necesariamente breve a las categorías


revisadas. Como se mencionó anteriormente, son tres: antiespecismo, transfeminismo y
transfeminismo antiespecista. Sin embargo, he debido definir en primer lugar qué es el
especismo para luego definir el antiespecismo como su negación, por medio de una secuencia
cronológica del concepto, proponiendo un apartado donde se explican las dos corrientes más
comunes de los movimientos animalistas: el bienestarismo y el abolicionismo.
Posteriormente se aborda la categoría de transfeminismo dando cuenta nuevamente de un
recorrido cronológico del concepto; explico cómo esta categoría da cuenta de un
desplazamiento geográfico del término queer en el Estado Español y cómo este mismo
desplazamiento se da en América Latina pero con resultados diferentes a la hora de emplear
la categoría: hablo entonces de un transfeminismo en el Estado Español y de un
transfeminismo en América Latina. Finalmente abordo la tercera categoría, transfeminismo
antiespecista; a partir de la lectura de artículos, fanzines y las entrevistas, se hace una
aproximación del significado del concepto, y sus cargas o significados políticas y sociales.

En el tercer capítulo se presenta un análisis de la información de las fuentes primarias.


Se trata de entrevistas realizadas a personas identificadas como Analú Laferal, Emma
Álvarez, Soledad Fernández, Ate Guerrero y Catia Faria2, habitantes de diferentes lugares de
América Latina y el Estado Español. Siendo consciente de que la muestra no es representativa
para generar una categoría unificante del transfeminismo antiespecista, la intención de la

2 Durante todo el texto, se evitará la utilización de una categoría que determine el género de las
personas entrevistadas, esto con la intención de respetar la determinación de algunes hacia la
desvinculación de un binarismo de género y para no asumir lo que les otres no especifican durante la
entrevista. Sin embargo el lenguaje recurrente del texto es en femenino genérico para facilitar la lectura,
pero igualmente con incomodidades por el sesgo que éste genera.

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investigación se centra en utilizar esta información para poner en evidencia convergencias y
divergencias en las prácticas y discursos de las cinco entrevistadas con respecto al tema, y
posteriormente generar una caracterización de algunos rasgos significativos, articulando la
información obtenida a partir de éstas y los documentos revisados.

Finalmente propongo un capítulo final que, más que una conclusión general, será una
reflexión transversal acerca del objeto de investigación. Mi propósito ha sido establecer un
diálogo entre los discursos académicos y las prácticas activistas del transfeminismo
antiespecista en el Estado Español y América Latina a través del concepto de Rizoma que
propusieron Gilles Deleuze y Felix Guattari en Mil mesetas (2004 [1988]).

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CAPÍTULO 1

1. MARCO REFERENCIAL

1.1 Planteamiento: pregunta de investigación

1.1.1. Pregunta de investigación

El punto de partida de este TFM ha sido mi inquietud personal por el transfeminismo


antiespecista y el deseo de conocer y dar a conocer con mayor precisión esta corriente de
pensamiento que considero importante a la hora de encontrar mi ubicación en el mapa de los
feminismos. El transfeminismo antiespecista, entendiéndolo en un principio como un
movimiento emergente y aportando una definición genérica, entra a cuestionar los privilegios
de la especie humana y una serie de opresiones ejercidas por ésta sobre el resto de animales
no humanos y pone a dialogar los postulados (trans)feministas con los antiespecistas.

La pregunta de esta investigación busca identificar de manera más profunda y detallada


las características del transfeminismo antiespecista, es decir, tiene como objetivo principal
caracterizar los principales rasgos que la corriente o movimiento presenta en la actualidad en
América Latina y en España a partir de información obtenida tanto de fuentes primarias
(entrevistas) como secundarias (revisión bibliográfica). Esa información será analizada por
medio de tres categorías: quiénes son las actrices3, cuáles han sido las acciones y finalmente
cuáles son las ideas que permiten considerar esta corriente como una corriente definida en el
horizonte de los feminismos.

1.1.2. Objetivos

General:

3 Entendiendo ésta como la resignificación genérica de la categoría “actores”.

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• Identificar los rasgos del transfeminismo antiespecista en América Latina y en el
Estado Español presentes en la actualidad, a partir de documentos, acciones, prácticas
y los discursos de cinco personas entrevistadas.

Específicos:

• Reconocer los planteamientos teóricos significativos que permitan dar cuenta de un


proceso transfeminista antiespecista en el Estado Español y en América Latina.

• Identificar actrices, acciones e ideas que se estén trabajando actualmente en el ámbito


de la militancia o el compromiso con el transfeminismo antiespecista por medio del
análisis de las entrevistas.

• Proponer un diálogo entre discursos académicos apropiados e iluminadores y las


prácticas activistas del transfeminismo antiespecista del Estado Español y América
Latina, por medio del acercamiento al concepto de Rizoma formulado por Gilles
Deleuze y Felix Guattari.

1.1.3. Justificación

Debido a la poca difusión y conocimiento que se tiene sobre el transfeminismo


antiespecista, considero necesaria y fundamental la caracterización de algunos rasgos
ideológicos importantes de los trabajos y esfuerzos que se vienen realizando desde algunos
países de América Latina y desde el Estado Español bajo el impulso y el amparo de esa
denominación, pues representan una mirada crítica tanto del movimiento antiespecista como
del (trans)feminista, poniendo sobre la mesa académica de los estudios de género un
movimiento emergente, con fundamentación propia, que debe entrar en los debates y en las
discusiones de las aulas de clase de las universidades.

Entiendo esta aproximación al transfeminismo antiespecista como un paso importante


en el fortalecimiento personal de una serie de ideas y convicciones políticas que empezaron
a gestarse desde mi rechazo crítico a determinadas categorías normativas que los estudios
feministas, entre otros, han puesto en cuestión. Han pasado ya veinticinco años desde que se
me asignó arbitrariamente la etiqueta social y biológica ‘mujer’ y en la mayoría de los

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mismos, por esa condición de género, se han ejercido sobre mí una serie de violencias
sistemáticas normalizadas y naturalizadas por la sociedad. La familia, la escuela, las
amistades, las relaciones sexo-afectivas, el trabajo, la religión, el Estado, el cine, la literatura,
el arte, la música, entre otros, se han encargado de perpetuar una discriminación que afecta a
un grupo poblacional que significa más de la mitad de los seres humanos que habitamos el
planeta.

Hace aproximadamente doscientos cincuenta años que las mujeres dieron inicio oficial
a un cuestionamiento de las razones que justificaban su exclusión, (Beltrán, Álvarez,
Sánchez, & Maquieira, 2001), un inicio que se suele asociar al momento en el que Olympe
de Gouges escribe la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana (1791) -dos
años después de que se escribiera la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano
en plena Revolución Francesa- y la casi inmediata publicación de Vindicación de los derechos
de la mujer (1792) por parte de la inglesa Mary Wollstonecraft, donde se argumenta que las
mujeres no son por naturaleza inferiores al hombre, sino que se les ha designado de tal forma
por no haber recibido la misma educación. A partir de ese momento empezará lentamente la
visibilización de las mujeres dentro de la sociedad de la que formaban parte, aunque habrá
que esperar más todavía para que esa visibilización constara de manera oficial en la Historia.

Esas y otras primeras manifestaciones de denuncia de la desigualdad entre hombres y


mujeres han sido denominadas protofeminismo; de ahí en adelante las mujeres se han
organizado y han dado lugar a una multiplicidad de feminismos y, según el contexto, se
modifican las luchas y así mismo el sujeto político. Ya en el siglo XXI sigo cuestionándome
significativamente sobre “qué es ser mujer”, y ha sido gracias a los feminismos que las piezas
del rompecabezas se van juntando y generando respuestas, y por supuesto nuevas preguntas.
¿Soy una mujer? Al afirmarlo, estaría asumiendo un conjunto de rasgos identitarios con los
que no me siento representada, pero ¿Soy entonces un hombre? Tampoco, pues en este caso
la negación de una categoría no es la afirmación de otra que es considerada como opuesta.
Desde esa constatación aparentemente simple, considero necesaria la abolición del binarismo
de género por medio del cual se ha construido un sistema de opresión conocido como el
sistema sexo-género, esto es, la base del patriarcado. (Millet, 1975; Rubin, 1986).

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Ese proceso de cuestionamiento y reflexión personal, enriquecido de manera
determinante por el pensamiento feminista, conduce a la constatación de que el feminismo
no es uno, sino diversos. El patriarcado no oprime de la misma forma a una mujer blanca,
estadounidense, heterosexual, clase media y universitaria, que a otra indígena, colombiana,
clase baja, heterosexual, sin formación educativa o cultural occidental; o que a una mujer
trans, negra, no-heterosexual, brasileña, clase media, con estudios secundarios. Es decir, las
realidades identitarias no están atravesadas únicamente por el género, lo cual implica la
necesidad de un feminismo interseccional si se quiere avanzar en la lucha por la igualdad.

En esa búsqueda, que obedeció además a necesidades personales, de reflexión sobre


las identidades de las mujeres y de un camino por la igualdad, emergió el transfeminismo.
Sin embargo, éste no palió otra toma de conciencia que surgió en mí casi al mismo tiempo:
la de mis privilegios como humana. Así como he estado en una posición de desventaja frente
a un grupo poblacional hegemónico (hombre, blanco, heterosexual, clase alta, universitario,
cisgénero...), otros seres han estado bajo mi opresión; de esta manera, tal y como se han
ejercido sobre mí una serie de violencias, yo las he ejercido también sobre animales no
humanos, seres que al no pertenecer a una especie hegemónica han tenido que sufrir una serie
de desventajas a la hora de habitar este planeta. Cómo vincular mi posicionamiento feminista
con esa toma de conciencia guía, en consecuencia, esta investigación que tiene como objeto
caracterizar el fundamento teórico de una línea emergente de feminismo que atiende
igualmente a otras formas de vida no humana, así como ofrecer unos rasgos definitorios de
la militancia en la misma a ambos lados del Atlántico. Considero importante identificar y
formular con claridad las líneas fundamentales del feminismo antiespecista, haciendo que
mis propias convicciones éticas, morales y políticas, que me han llevado a reflexionar sobre
mi rol personal en una sociedad androcéntrica, antropocéntrica y patriarcal, encajen en una
línea del feminismo que puede y debe contribuir a la evolución del mismo. En la definición
de ese rol ha sido fundamental precisar que no se trata únicamente de un rol de “víctima”,
sino también de privilegiada en el amplio espectro de las formas de vida animal, lo que me
lleva a la necesidad de usar mis privilegios para favorecer a quienes no los tienen.

1.1.4. Antecedentes – Estado de la cuestión

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Esta investigación ha tenido que partir de la búsqueda teórico-bibliográfica de tres
categorías específicas: transfeminismo antiespecista, antiespecismo y finalmente
transfeminismo. Ha tenido que ser así necesariamente puesto que la producción académica
relativa a la primera categoría, que es el objeto de estudio, es muy escasa y necesita por ello
construirse o definirse con base a las otras dos. A continuación, haré mención
cronológicamente de las publicaciones encontradas a partir de dicho rastreo bibliográfico.

Para hablar sobre transfeminismo y antiespecismo, es preciso mencionar en primer


lugar a la autora de La política sexual de la carne: una teoría crítica feminista vegetariana
(2016 [1990]) Carol J. Adams, quien pone sobre la mesa de los debates feministas la relación
entre la opresión de las mujeres y la opresión de los animales no humanos al desarrollar el
concepto de referente ausente; por otro lado, en su obra, Adams hace un trabajo
historiográfico muy importante al documentar la presencia del vegetarianismo entre las
feministas y demostrar que el consumo de animales y lo que ello supone ha venido inquietado
a las mujeres desde hace casi un siglo y medio.

Desde 1990 hasta 2016, la producción académica fue prácticamente nula en cuanto a
la conjugación de feminismo y antiespecismo. En 2016 la Revista Latinoamericana de
Estudios Críticos Animales publicó en diciembre (segundo volumen del Año III), una sección
monográfica con la temática “Feminismos, género(s) y antiespecismo”, con nueve artículos
que remiten de manera directa a las inquietudes que motivaron esta investigación. Hay que
destacar entre ellos, en primer lugar, está el texto “Lo personal es político: feminismo y
antiespecismo” (Faria, 2016a), donde la autora atribuye un carácter no sólo personal sino
también político a la cuestión antiespecista, tal y como se ha hecho con el feminismo desde
1969 cuando Carol Hanish acuñó la emblemática consigna “lo personal es político”. En
segundo lugar la revista publicó “La cuestión de la negación del sufrimiento de los vivientes
no humanos y de las mujeres” (Sporn, 2016), cuya hipótesis parte de que tanto el especismo
como el patriarcado se basan en la idea de que hay cuerpos que valen más que otros,
condenándolos a la opresión. En el artículo “La voz de los animales: una respuesta a la
reciente teoría francesa del cuidado en la ética animal” (Donovan, 2016), se hace una crítica
de esas teorías francesas del cuidado a las que remite el título, porque en sí mismas aprueban
el “comer carne” cayendo así en una contradicción evidente. En “Escenas domésticas y la

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especie en disputa: sobre Judith Butler y los otros animales” (Iveson, 2016), el autor muestra
cómo la exclusión de género, raza y clase se asocian con la transgresión de las barreras que
delimitan el significado y la práctica de la humanidad haciendo un análisis de la obra Cuerpos
que importan. Por su parte, Rasmus Rahbek propone en “Un manifiesto vegano queer”
(2016), un veganismo queer que no implique la construcción de una identidad estable y
consolidada, sino más bien una fuerza que desafíe la normatividad de la sexualidad, género
y dietas. En “El feminismo y las prácticas de reproducción animal: dónde trazar la delgada
frontera entre lo mío y lo bovino” (Cusack, 2016), la autora pone de manifiesto la violación
sistemática de las vacas para la producción cárnica y de lácteos, ignorada o incuestionada por
la teoría feminista, quienes en el discurso desaprueban rotundamente y por obvias razones
las violaciones sistemáticas de las hembras humanas. En “Las hijas de perra y los hijos de
tigre (un análisis sobre la animalización reforzativa y denostativa en los tratos entre
humanos)” (Andueza Kovacevic, 2016), el autor hace referencia al lenguaje como
reproductor de lógicas patriarcales y especistas en las comunicaciones cotidianas entre las
personas, pues se fundan en la subyugación y en la discriminación. En “Hacia una política
de la visceralidad: cuerpos, afectos y literatura en Gloria Anzaldúa” (Caicedo, 2016), pone
de manifiesto la división de las vidas humanas que merecen o no merecen vivir de acuerdo a
la cercanía con lo animal que las autoridades atribuyan a éstas, tomando como ejemplo la
violencia policial en Estados Unidos hacia las personas afroamericanas. Por último, está el
artículo “Humanos y no humanos, naturaleza y cultura. “el ciclo maldito” del pensamiento
occidental moderno” (Rivera, 2016); al final del mismo, la autora hace referencia a cómo el
racismo, al igual que el sexismo, recurren a figuras metafóricas de infrahumanidad o de
subhumanidad, con referencias a la animalidad o la feminidad, para inferiorizar o
estigmatizar a les otres. Seguido de esta edición, la misma revista publicó en junio de 2017
(Año IV, Vol. I) el texto “El cuerpo carne: las representaciones del cuerpo femenino en la
oferta sexual” (Nuñez Lodwick, 2017); en él la autora realiza un recorrido por teorías
feministas antiespecistas, pos/de-coloniales con el fin de entender cómo múltiples categorías
se entrecruzan en el marco de régimen de opresión y explotación.

Con respecto a la segunda categoría de análisis, el antiespecismo, el texto fundamental


vuelve a ser de Catia Faria: Muerte entre las flores: el conflicto entre el ecologismo y la
defensa de los animales no humanos (2012). En el libro se dan a conocer los principios y

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objetivos que sigue el movimiento de defensa de animales y cómo estos son irreconciliables
con los presupuestos ambientalistas/ecologistas. A su vez, Alexandra Ximena Carolina
Navarro publicó Claves para reflexionar en clave de identidad/es en torno a las categorías
especismo/antiespecismo (2012), una reflexión sobre la relación entre humanos y animales
con base a algunas claves teóricas.

Por otro lado, nuevamente la Revista Latinoamericana de Estudios Animales ha sido la


que ha dado a conocer trabajos referentes al tema durante los últimos años. En 2014 (Año I
Vol. I) se publicaron los textos “Dos movimientos y continuidad humana-animal: posiciones,
suposiciones y contradicciones” (Noske, 2014), donde la autora pone en cuestión el
“bienestarismo” dentro de los debates entre el movimiento por la liberación animal y el
ecologismo. Y “Resistencia animal: ética, perspectivismo y políticas de subversión”
(González & Gaitán, 2014), en el que, mediante el lenguaje y la retórica propia del
“manifiesto”, más vinculada al activismo que a la teorización, se efectúa una (auto)crítica al
Movimiento Abolicionista de Liberación Animal, específicamente a ciertos planteamientos
que caracterizan un supuesto “animalismo radical”. En el siguiente número de la revista (Año
I Vol. II) se escribió “Extraños animales: la presencia de la cuestión animal en el pensamiento
contemporáneo” (Cragnolini, 2014), donde se aborda la idea de una transformación de las
Humanidades a partir de los “Estudios críticos de los animales”. Posteriormente la misma
revista, en 2016 (Año III Vol. I), publicó un artículo de Donna Haraway, traducido por
Alexandra Navarro y María Marta Andretta, con el título “Antropoceno, Capitaloceno,
Plantacionoceno, Chthuluceno: generando relaciones de parentesco” (2016), ensayo en el
que la autora se plantea un nuevo evento planetario llamado Chthuluceno -pasado, presente
y lo que está por venir- donde a partir del evidente envenenamiento y agotamiento de los
recursos del mundo los seres humanos nos veamos en la obligación de reconocernos como
parte de un todo. El siguiente número de ese mismo año dio a conocer “El gato como un
talismán: una experiencia corporal y vinculable” (Díaz, 2016), artículo que presenta una
fuerte carga intelectual en su planteamiento de una sociología filosófica de los vínculos entre
seres humanos y animales.

Por otro lado, en este mismo año 2016, se publicó en la Revista Española de Ciencia
Política un artículo titulado “La creciente importancia de los debates antiespecistas en la

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teoría política contemporánea: del bienestarismo al abolicionismo” (Vázquez & Valencia,
2016), en el cual se exponen las teorías clásicas y las más actuales en torno al debate sobre
los derechos de los animales. A finales de este mismo año vio la luz en Colombia La cuestión
animal(ista) (2016), libro colectivo compilado por Iván Darío Ávila Gaitán, que recoge en
377 páginas textos de diferente autoría como Catia Faria, Eze Páez, Alexandra Navarro o
Anahí Gabriela González.

Nuevamente la Revista Latinoamericana de Estudios Críticos Animales, en su


publicación de junio de 2017 (Año IV Vol. I) publicó “La muerte de los animales no humanos
en el nuevo utilitarismo hedonista de Peter Singer” (Paez, 2017), donde se sintetiza los
argumentos del pasado y del presente de Singer para abordar su objetivo de dilucidar qué
posturas deberían adoptarse en relación con el interés o motor compartido por todos los seres
sintientes de seguir vivos. Por último, en este mismo número apareció un texto titulado “La
cuestión animal en las políticas públicas colombianas durante la década 2006-2016” (Chica,
2017), en el que se hace un esfuerzo descriptivo y analítico para dar cuenta del estado jurídico
de la protección de los animales no humanos en Colombia. Ese mismo año se publicó en el
número 27 de EIDOS, Revista del Departamento de Humanidades y Filosofía de la
Universidad del Norte, (Baraquilla, Colombia), un artículo titulado “Jerarquías especistas en
el pensamiento occidental” (Baquedano, 2017). Ahí la autora plantea cómo se han establecido
una serie de variantes para perpetuar las jerarquías especistas que constituyen la regla y no
la excepción en la tradición occidental.

Finalmente, con respecto a la tercera categoría que requería indagación para la


realización de esta investigación, el transfeminismo, puede decirse que el primer libro que
empezó a plantear los aportes de este movimiento fue el ya clásico El género en disputa
(2007 [1990]) de Judith Butler, que aunque no utiliza este concepto como tal, propone
desarticular el sujeto político del feminismo. Igualmente, y contemporáneo a esta
publicación, está Technologies of Gen- der. Essays on Theory, Film and Fiction (1987), de
Teresa de Lauretis. Diez años más tarde aproximadamente, Beatriz Preciado publicó
Manifiesto contrasexual (2002) y un año después el artículo “Multitudes queer. Notas para
una política de los anormales” (2003). Estos textos significaron los inicios de lo que se
conoce como teoría queer, cuya relación con el concepto de transfeminismo se abordará más

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adelante. Posteriormente apareció Otras inapropiables. Feminismos desde las fronteras
(hooks et al., 2004) compilación de textos de varias autoras como bell hooks, Gloria
Anzaldúa, Chela Sandoval, Avtar Brah y Chandra Mohanty, entre otras, atravesadas por la
necesidad de hacer feminismo desde una perspectiva no occidental, desde los márgenes,
como sugiere el título mismo. Y nueve años después, en 2013, Transfeminismos. Epistemes,
fricciones y flujos (2013), compilado por Miriam Solá y Sara L. Friedman, un libro que
considero fundamental para entender los transfeminismos, pues contiene una serie de
artículos que develan la interseccionalidad del movimiento; autoras y autores como Beto
Preciado, Itziar Ziga, Medeak, Sayak Valencia, Teo Pardo, Miriam Solá o Lucía Egaña son
quienes hacen posible la multiplicidad del libro. Ese mismo año se publicó también una Tesis
del Máster en Estudios de las Mujeres, Género y Ciudadanía de la Universitat Autònoma de
Barcelona titulada Furia de género: el transfeminismo como práctica política de lucha
integradora. El desafío trans (2013), escrita por Belén Macías y dirigida por Meri Torras.
Un año más tarde, se publicaron “Interferencias transfeministas y pospornográficas a la
colonialidad del ver” (Valencia, 2014), en la revista E-misférica Decolonial Gestures (Vol.
11 N.º 1); y Transfeminismo, decolonialidad y el asunto del conocimiento: algunas
inflexiones de los feminismos disidentes contemporáneos (Cabrera & Vargas, 2014), quienes
a partir del seguimiento de algunas derivas teóricas de los feminismos contemporáneos,
proponen tres disidencias que recogen algunos puntos de inflexión de los debates actuales.
De este año es también Malditas. Una estirpe transfeminista (2014), escrito por la vasca
Itziar Ziga, que niega una historia única del feminismo a través del nombramiento de la
historia de mujeres negras, anarquistas, transexuales, bolleras y pobres de todos los tiempos,
que consagraron su vida a una lucha feminista radical que no solo combatiera la opresión de
género, sino todas las opresiones que atravesaron sus vidas. En el nº 27 de la revista
Relaciones Internacionales (octubre 2014 – enero de 2015) de la Universidad Autónoma de
Madrid, se publica el artículo “Epistemologías y prácticas feministas cruzadas: las
posibilidades de la traducción y la importancia decolonial” (Ruiz & Betemps, 2015),
haciendo un análisis comparativo de dos libros ya citados (Transfeminismos. Epistemes,
fricciones y flujos y Otras inapropiables. Feminismos desde las fronteras) por haber
aportado reflexiones poscoloniales y discusiones de las teorías queer a los debates feministas
en el Estado Español. Por último, hay que destacar nuevamente un texto de Sayak Valencia,

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publicado en el libro colectivo Queer & Cuir. Políticas de lo irreal de Fernando R. Lanuza
y Raúl M. Carrasco, titulado “Del queer al cuir: ostranénie geopolítica y epistémica desde el
sur g-local” (2015), en el que se hace toda una genealogía del término queer, pasando por lo
etimológico, las multitudes y la teoría queer, para luego abordar el desplazamiento del
término a cuir, dando continuidad a las luchas decoloniales y a la perspectiva transfeminista.

1.2. Desarrollo metodológico

1.2.1. Estudio de caso

Para esta investigación, además de la revisión bibliográfica, y ante la ausencia de datos


cuantitativos o su precariedad, utilicé como principal estrategia una metodología cualitativa
y, concretamente, el estudio de caso, el cual “se define por el interés en los casos individuales,
por lo que se puede aprender de cada uno y no por las técnicas de investigación que se
empleen” (Galeano, 2012. p.68). Me concentré así en la búsqueda de historias de personas,
grupos o instituciones que permitieran generar una caracterización del transfeminismo
antiespecista en América Latina y el Estado Español. Siguiendo a María Eumelia Galeano,
el objetivo de esta estrategia de investigación social se centra en la comprensión del
significado de una experiencia, e implica el examen intenso y profundo de diversos aspectos
de un mismo fenómeno, “es decir, es un examen de un fenómeno específico, como un
programa, un evento, una persona, un proceso, una institución o un grupo social” (2012.
p.66):

Bajo esta estrategia pueden ser estudiados multiplicidad de fenómenos como creencias, prácticas,
ritos, interacciones, actitudes, entre muchos otros. Un caso es, pues, un suceso o aspecto social localizado
en un espacio y tiempo específicos, y que es objeto de interés de un estudio (Ibidem).

Asumir el estudio de caso como estrategia global de este Trabajo Fin de Máster
significó elegir lo particular y prescindir de lo general, debido a la singularidad e importancia
que se le da a cada uno de los cinco casos estudiados. Esto con el propósito de no representar
el transfeminismo antiespecista en general, sino representar unos casos particulares que están
girando en torno al tema, pues “un caso no puede representar al mundo, pero sí […] un mundo

18
en el cual muchos casos se sienten reflejados” (Galeano, 2012. p.68). A su vez, Galeano
afirma que esta metodología:

Implica sacrificar la posibilidad de generalizar a contextos amplios, de recoger información sobre


numerosos actores, de tener visiones de conjunto sobre situaciones sociales, e incluso de valerse de
técnicas de generación de información que involucran directa, intensa y vivencialmente a actores,
escenarios y al investigador mismo; también implica de alguna manera marcos de análisis más
específicos y formas particulares de presentación de los resultados, centrados en objetos más definidos
en términos espaciales y temporales. (…) Un caso, y la narración que lo sostiene, no constituye una voz
individual encapsulada en sí misma, sino que antes al contrario, una voz puede, nos atrevemos a afirmar,
en un instante determinado, condensar las tensiones y los anhelos de otras muchas voces silenciadas.
(2012. p.67-68)

De esta manera, estos casos han sido analizados desde diversas perspectivas y en todas
sus dimensiones: desde lo social, que incluye las relaciones, las estructuras, las posiciones,
los roles; desde lo cultural que tiene que ver con las categorías o formas simbólicas de
representación del mundo de los individuos; y desde una postura psicológica, la cual incluye
los procesos que permiten a los individuos ordenar el mundo y ejercer acciones sobre él.

1.2.2. Revisión bibliográfica y entrevistas

Como se ha venido mencionando, ésta es una investigación con enfoque cualitativo


que acude a un método descriptivo; pero además de utilizar el estudio de caso como estrategia
de investigación social, me apoyé en otras dos técnicas que considero fundamentales para
poder avanzar en el objeto de estudio: la revisión bibliográfica y la entrevista. La primera ha
significado la consulta de libros o artículos, muchos de los cuales han sido ya referidos, pero
también fanzines, blogs, diarios y revistas no académicas. La segunda, la entrevista, ha sido
utilizada con diferentes personas que residen en ciudades latinoamericanas y españolas; han
sido entrevistas estructuradas, teniendo en cuenta siempre la pregunta por el transfeminismo
antiespecista (Anexo I). Finalmente, por medio de análisis de contenido, he procurado
realizar la caracterización del tema en cuestión en torno a una serie de rasgos, a partir de la
información recolectada.

Tal y como ya se ha expuesto, la revisión bibliográfica se realizó a partir de las tres


categorías mencionadas en el apartado anterior: transfeminismo antiespecista, antiespecismo

19
y transfeminismo. Las lecturas del corpus localizado proporcionaron algunas herramientas
conceptuales necesarias para plantear las preguntas de cada entrevista, de manera que la
realización de éstas fue con el fin de generar una conversación (a distancia y por escrito) con
diferentes personas que, a priori, conocían el transfeminismo antiespecista, militaban en él o
realizaban actividades en su órbita. Este instrumento cualitativo, la entrevista capaz de
generar la conversación, que se caracteriza por ser uno de los más efectivos a la hora de
compilar información, fue fundamental para generar una reflexión transversal y abordar las
categorías de análisis con las que se realizó finalmente el trabajo.

En una primera fase de la investigación contacté con siete personas y una colectiva,
cuyos nombres, en algunos casos, ya han sido mencionados en páginas precedentes: Catia
Faria (Barcelona), Ate Guerrero (Madrid), Analú Laferal (Medellín), Soledad Felipe
Fernández Robayo (Bogotá), Emma Álvarez Brunel (Ciudad de México), Juli La
Transmatriarca (Madrid), Constanza Álvarez (Santiago de Chile) y la Colectiva Libertaria
Severas Flores (Bogotá). Tras exponer el motivo por el cual había establecido el contacto y
tras proponer la posibilidad de la entrevista, dos de las siete personas no respondieron las
preguntas: Constanza fue la única que no respondió el mensaje inicial, a pesar de haberle
escrito por varios medios; mientras que Juli La Transmatriarca me hizo saber que, por razones
personales, no podía responder a la entrevista en ese momento. Por otro lado, con la Colectiva
llegó a plantearse incluso un modo de retribuirles esta colaboración con la entrevista, pero
aunque hubo un par de propuestas, no se logró un punto en común. Por último, las otras cinco
personas contactadas sí respondieron la entrevista y se mostraron muy dispuestas a participar
en la construcción de este Trabajo Fin de Máster.

Las entrevistas se caracterizaron por ser semiestructuradas, es decir, estuvieron


basadas en el uso de una guía de preguntas que deben ser tratadas en un orden particular,
dejando a su vez un margen de libertad para la persona que está siendo entrevistada (Rusell,
1995. p.148). Por otro lado, la muestra fue no probalística (Hernández, Fernández, &
Baptista, 1991. p.178), pues la selección de la misma tuvo que ver con el acercamiento que
tuvieran particularmente con el transfeminismo antiespecista.

Posteriormente, aplicando análisis de contenido, y partiendo del hecho de que dicha


“técnica de investigación (está) destinada a formular, a partir de ciertos datos, inferencias

20
reproductibles y válidas que puedan aplicarse a su contexto” (Krippendorff, 1990. p.28), me
dirigí a la información de las fuentes primarias para analizarla a partir de tres categorías. En
primer lugar, la categoría de actrices, para la cual tuve en cuenta dos definiciones puntuales
que muestran la importancia de ésta dentro del contexto transfeminista antiespecista 4. Por un
lado, se entenderá que un actor “puede ser un individuo, una red de sociabilidad, un grupo,
un colectivo o una sociedad” (Giménez, 2006. p.146); los actores son también unidades de
acción tanto individuales como colectivas en interacción dentro del sistema de relaciones
sociales, que disponen de un margen, a veces importante, de posibilidades de acción, es decir,
disponen de cierto grado de autonomía, lo que a su vez implica una identidad (Ibidem). Por
otro lado está la definición que Giddens, (1979) propone con respecto a la actuación de este
actor, la cual tiene cuatro características: a) que es una intervención intencionada, aunque sea
inconsciente, b) sobre la que el sujeto puede reflexionar y de la que es responsable, c) que
depende no tanto de las intenciones del sujeto cuanto de su capacidad y d) que no está
determinada sino que es “contingente y variable”, en el sentido de que el actor tiene la
posibilidad de actuar de otra manera.

En segundo lugar, está la categoría de acción, cuya utilización parte de la relación


simbiótica que tiene con la categoría anterior. Como dice Hindess, el actor es “un lugar de
decisión y acción en el que esta última es, de alguna forma, consecuencia de aquella” (1986.
p.115), entendiendo entonces al actor como un sujeto o una unidad de acción. De esta manera,
las acciones organizadas que fueron obtenidas de las entrevistas, tienen que ver con los
hechos ejecutados por las actrices entrevistadas y a su vez las acciones que ellas reconocen
desde sus contextos.

Por último, está la categoría de idea, entendiéndose como un proceso cerebral


correspondiente a una situación específica generando reflexiones acerca de ésta y teniendo
un impacto en el comportamiento social en la medida en que guían acciones; igualmente
“abarca preceptos, imágenes mentales, recuerdos, conceptos, proposiciones, teorías,
inferencias, problemas, propuestas, instrucciones, planes y mucho más. La mayoría de las

4 Tal y como se menciona anteriormente, la categoría Actrices es una reisgnificación de la categoría


Actores.

21
ideas se pueden expresar en símbolos, como la palabra hablada o escrita, dibujos o fórmulas
matemáticas” (Bunge, 1999. p.75).

Finalmente, para concluir el Trabajo Fin de Máster, ofrezco una lectura de los hallazgos
obtenidos del análisis de contenido y la revisión bibliográfica a través del concepto de rizoma
planteado por Deleuze y Guattari, teniendo en cuenta los seis principios que ellos describen
en Mil mesetas: el primero y segundo serían los de conexión y heterogeneidad; el tercero, el
de multiplicidad; el cuarto, el de ruptura asignificante; y el quinto y sexto los de cartografía
y calcomanía.

22
CAPÍTULO 2

2. ANTIESPECISMO Y TRANSFEMINISMO

En este capítulo ofrezco una introducción a las categorías revisadas que, como se ha
mencionado reiteradamente, son tres: antiespecismo, transfeminismo y transfeminismo
antiespecista. Me detengo en primer lugar en el especismo con el fin de entender
fundamentadamente su negación, que es la categoría que nos convoca; a partir de esa
oposición intentaré definir el antiespecismo por medio de una secuencia cronológica del
concepto, proponiendo un apartado donde se explican las dos corrientes más comunes de los
movimientos animalistas: el bienestarismo y el abolicionismo, para dejar claras las ideas
precisas en las que se fundamenta el posicionamiento de este Trabajo Fin de Máster.
Posteriormente se abordará la categoría de transfeminismo dando cuenta nuevamente de un
recorrido cronológico del concepto y explicando cómo ésta da cuenta de un desplazamiento
geográfico del término queer en España y cómo este mismo desplazamiento se da en América
Latina pero con resultados diferentes a la hora de emplear la categoría; hablo entonces de un
transfeminismo en el Estado Español y un transfeminismo en América Latina, para luego
exponer cómo se entenderá a lo largo de este Trabajo Fin de Máster. Finalmente se buscará
caracterizar el transfeminismo antiespecista a partir de la lectura de los fanzines, libros y
artículos, y con la información obtenida en las entrevistas.

2.1. ¿Qué se entiende por antiespecismo?

Según Alexandra Ximena Navarro, las relaciones que los animales humanos hemos
establecido con los animales no humanos tienen que ver con las representaciones que se
construyen acerca de ellos. De esta manera existen dos formas posibles de concebirlos. Por
una parte, la especista, “que los construye de manera instrumental, donde el animal se
configura como ser en relación con, en función de, viviente para, o al servicio de, el ser
humano” (2012. p.45-46). Esta perspectiva piensa a los animales no humanos como
inferiores, carentes de recursos o, directamente, ellos mismos como recursos. Por su parte y
en contraposición al especismo, está la perspectiva antiespecista que “los configura como
una alteridad, que aunque diferente, incognoscible y extraña a la humana, es capaz de sentir
dolor, placer y deseos de preservar la propia vida, por lo cual se le considera como una vida

23
sintiente que debe ser respetada” (Ibidem).

2.1.1. Especismo

Antes de definir el antiespecismo considero necesario empezar definiendo qué es el


especismo. Este término aparece por primera vez en 1970 con Richard Ryder, entendiéndose
como una discriminación moral basada en la diferencia de especie animal, aunque el
concepto empezaría a tener más repercusión y difusión en 1975 con la clásica obra Animal
liberation: a new ethics for our treatment of animals de Peter Singer, entendiéndose entonces
como una consideración o tratamiento injustificado y desventajoso de aquellos seres que no
pertenecen a una o varias especies por el solo hecho de pertenecer a otra, por ejemplo, el uso
en la alimentación, vestido, entretenimiento, entre otros, de los animales no humanos por
parte de los humanos (Vázquez & Valencia, 2016. p.149). Su estructura se cimienta en la
creencia de la superioridad de los seres humanos como culminación de la evolución
(antropocentrismo) atribuyéndonos luego la arbitraria potestad de usar, subordinar, dominar
otras especies animales. En esta misma lógica, los seres humanos han asignado ciertas
jerarquías entre los animales no humanos, generándose por ejemplo una empatía mayor con
un perro o un gato (animales domésticos) que con una vaca o un cerdo (animales de granja),
y mayor con una vaca o un cerdo que con un pez o un gusano. De esta manera, el especismo
se ha percibido como parte de un sistema androcéntrico en el que se discrimina igualmente
por cuestiones de género, etnia, clase, diversidad funcional, edad o lugar de origen. Por esto
las posturas especistas poco difieren de aquellas que justifican las jerarquizaciones humanas
como el racismo, el sexismo, el clasismo, la homofobia, etc.

Como menciona Alexandra Ximena Carolina Navarro, el especismo, abordándolo


desde la praxis, “da lugar a todas aquellas prácticas por medio de las cuales el ser humano
puede utilizar o favorecer a determinados animales de acuerdo con lo que considere
pertinente (compañía, entretenimiento, alimento, vestido, experimentación, muerte)” (2012.
p.43). Éste entonces se ve reflejado en los aspectos más cotidianos de la vida y quizá la
práctica más evidente es la alimentación. Según la FAO (Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación), cada segundo mueren dos mil animales para
servir de alimento a toda la especie humana, sin contar los peces. Esto daría un total de
345’000.000 (trescientos cuarenta y cinco millones) al día y 60.000’000.000 (sesenta mil

24
millones) al año. Los peces por su parte no se cuentan individualmente, sino por toneladas,
dando un total de 140’000.000 (ciento cuarenta millones) de toneladas al año; si se diera un
peso a cada pez de dos kilogramos, el total sería de 70.000’000.000 (setenta mil millones) de
peces 5.

Por otro lado, se estima que cerca de 140’000.000 (ciento cuarenta millones) de
animales son cazados en trampas y otros 40’000.000 (cuarenta millones) criados en granjas
con el fin de usar sus pieles. Se calcula que para fabricar un abrigo se necesitan alrededor de
ciento veinte chinchillas, doscientas cincuenta ardillas, sesenta visones, treinta mapaches,
veinte zorros, nutrias y linces, quince focas, ocho lobos, seis leopardos6.

Otra de las explotaciones de las que son víctimas los animales no humanos es la que
deriva de la experimentación científica con la justificación de que se han logrado, gracias a
ella, muchísimos avances para la cura de enfermedades humanas. Sin embargo, en la mayoría
de los países no hay legislación que contemple la muerte de animales de laboratorio en estas
investigaciones científicas ni mucho menos obligatoriedad de llevar un registro de los
mismos.

A nivel internacional las cifras varían entre quienes están a favor y quienes están en contra de la
experimentación en animales. Se calcula, sin ningún tipo de precisión, que mueren entre cincuenta y
cien millones de animales al año en el mundo. Quienes están en contra aseguran que la cifra llega hasta
trescientos millones y que los tratamientos no tienen buenos índices de efectividad en humanos.
(Larralde, s.f.)7

5
Véase en FAO–Food and Agriculture Organization of the United Nations (2013) “Livestock primary”,
FAO Statistical Database. (En línea en: http://www.fao.org/faostat/en/#data/QL consultado el 20 de octubre
de 2017).

6
Véase en: http://www.animanaturalis.org/p/animales-para-vestir. Véase también:
https://vimeo.com/9493007 y https://vimeo.com/7864133, videos resultado de la investigación realizada por la
organización Equanimal, quienes ingresaron a granjas de visones y a la industria peletera china, donde se
muestra la crueldad a la que son expuestos estos animales no humanos. (Consultado el 20 de octubre de 2017).

7
Véase en: http://www.revistaanfibia.com/cronica/morir-por-la-ciencia/ (Consultado el 20 de octubre
de 2017).

25
En La cuestión animal(ista) (Gaitán, 2016), textos como “Por qué defender a los
animales es cuestión de justicia” de Oscar Horta, “Altruismo más allá de la especie” de Eze
Paez e “Igualdad, Prioridad y animales no humanos” de Catia Faria, tratan este tema del uso
desmedido de los animales y la cantidad de ellos que mueren a diario a causa de la
explotación humana o como consecuencia del desinterés por ayudar a aquellas especies
menos privilegiadas en los entornos naturales.

Así pues, el especismo, está presente en las acciones más cotidianas de la vida humana,
en las cuales el lenguaje cumple un papel sin duda significativo. Por ejemplo, en las
expresiones cotidianas se utilizan sustantivos de animales para cosificar a los seres humanos
y despojarles de derechos como la vida, la educación, la salud, la vivienda, la libertad.
Nombrar a una persona como ‘animal’ es entendido siempre como peyorativo, se utiliza de
hecho como un insulto, tanto en términos genéricos como particulares. En Colombia, por
ejemplo, es común insultar a la policía diciéndoles cerdos, a los ladrones diciéndoles ratas, a
las personas miedosas gallinas, a las ambiciosas arpías, a las infieles perras, y un sin fin de
expresiones que se han normalizado y no se cuestionan. De esta manera, el uso excesivo de
un lenguaje especista es causante de la cosificación de los animales no humanos, justificando
acciones violentas hacia ellos al pasar de ser seres sintientes a objetos y recursos.

2.1.2. Antiespecismo

Teniendo claro qué es el especismo, puede entenderse que el antiespecismo es la


negación de éste. Según Catia Faria:

Es el rechazo a la discriminación que sufren los demás animales por razón de su especie. Y es la
lucha por el fin de esta discriminación que se manifiesta por una parte en su explotación y por otra en
negarse a ayudarles cuando lo necesitan. Exige hacerse vegana y sobre todo activista para erradicar el
especismo8. (Faria, 2016b)

Históricamente, podría decirse que las cuestiones antiespecistas empiezan a tener un


auge en el siglo XIX cuando Darwin publica El origen de las especies (1859) y El origen del

8
Tomado de la entrevista del programa Terrícolas en 2016: “Transfeminsimos por la liberación animal”
de Radio ELA. (En línea en: http://www.radioela.org/TERRICOLAS-Transfeminismos-por-la.html Consultado
el 30 de enero de 2017).

26
hombre y la selección en relación al sexo (1871), teniendo como resultado un despliegue
animalista que desataría preocupaciones por los derechos de los animales. Por ejemplo, en
esta época Frances Power Cobbe publica Darwinism in Ethics (1872), Eduard Byron hace lo
propio con The right of an animal. A new essay in Ethics (1879) y Henry Stephen Salt con
Animal Rights considered in relation to social progress (1892). Ellos fueron quienes
protagonizaron la discusión en el mundo anglosajón sobre la necesidad de hablar de una ética
animal, discusiones que sin embargo perdieron interés y no se retomaron nuevamente con
fuerza hasta los años setenta del siglo pasado, con Richard Ryder y Peter Singer, quienes
empezaron a examinar los argumentos a favor y en contra del especismo proponiendo la
sintiencia como criterio para la consideración moral (Vázquez & Valencia, 2016. p.154).

La sintiencia es lo que vincula moralmente a humanos y no humanos, lo que


“implicaría que todos los seres vivos sintientes deben ser vistos como iguales y no ser
considerados como fuentes de aprovechamiento para otros”:

En la Encyclopedia of Animal Rights and Animal Welfare, editada por Marc Bekoff y Carron A.
Meaney (1998), estos autores entienden la sintiencia o el sensocentrismo como un sistema de valores y
principios que se centran en la capacidad de sentir. Dicho de otra forma, el sensocentrismo define como
lo más valioso a ese «alguien animal» que puede sentir y prescribe como éticas todas aquellas acciones
que están destinadas a resguardar los derechos de esos «alguienes» que sienten (Vázquez & Valencia,
2016. p.159).

De esta manera, aquello que impulsa al sensocentrismo es la empatía, “entendida como


la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo puede sentir”
(Ibidem). A partir de ahí se crean las teorías sobre derechos animales, especialmente las
abolicionistas, pues “un ser sintiente es un ser con intereses, preferencias y deseos. No
necesita ser portador de características fisionómicas ni cognitivas similares a la de los
humanos para ostentar el derecho inalienable a no ser usado como propiedad” (Ibidem).

Por su parte, Martha Nussbaum en Fronteras de la justicia (2007), presenta la teoría


de que no sólo los animales merecen consideración moral directa, sino que debieran ser
titulares de derecho, merecedores de una vida digna:

Es difícil precisar con exactitud qué significa esa frase, pero, en cualquier caso, lo que está
bastante claro es lo que no significa: condiciones como las soportadas por los animales circenses (…)

27
apretujados en jaulas sucias y sin espacio, hambrientos, aterrorizados y apaleados, y objeto únicamente
del cuidado mínimo necesario para hacerlos presentables en el escenario al día siguiente. Entre los
elementos de una existencia digna se incluirían, al menos: disfrutar de oportunidades adecuadas de
nutrición y actividad física; vivir libres de dolor, miseria y crueldad; disponer de la libertad para actuar
del modo característico de cada una de las especies (…); vivir sin miedo y gozar de oportunidades para
entablar relaciones gratifiantes con otras criaturas de la misma especie (o de otras distintas), y tener la
opción de disfrutar de la luz y del aire en tranquilidad. (2007. p.322)

Sin embargo esta autora ha cuestionado a su vez “el antropocentrismo desde teorías
que atribuyen plena consideración a los animales no humanos basándose en su capacidad
para tener experiencias positivas (disfrute) y negativas (sufrimiento)” (Faria, 2016a. p.327-
328), sosteniendo una perspectiva utilitarista centrada en el desarrollo de las capacidades del
individuo: “Los derechos de los animales son específicos de cada especie y se basan en las
formas de vida y de florecimiento características en cada una de ellas” (Nussbaum, 2007.
p.322), entendiéndose entonces como una discriminación entre especies de acuerdo a la
tenencia de unas u otras características, pues tal y como lo hace en su texto, favorece los
intereses de los animales más complejamente sensibles, con ejemplos de negociaciones
bienestaristas (Crespo Carrillo, 2016. p.366). Es decir, apelar a características distintas de la
capacidad de los individuos para poseer bienestar experiencial significaría estar cayendo en
una instancia de especismo (Faria, 2016a. p.322).

Por esto, las posiciones animalistas estarían divididas en diferentes tradiciones


filosóficas: contractualismo, utilitarismo y bienestarismo (las cuales subyacen a la lógica
especista) y el abolicionismo e inherentismo (propias del antiespecismo) (Navarro, 2012.
p.46). Para este caso presentaré las dos grandes corrientes de estos discursos animalistas, que
agruparé en las denominaciones bienestarismo y abolicionismo.

2.1.2.1. Ante el bienestarismo, el abolicionismo

Mientras los animales sean propiedades, nunca habrá una valoración


significativa de los intereses humanos y no-humanos, así como no había tal
valoración entre los intereses de los esclavos y los de los dueños de los
esclavos. (Francione, 2009)

28
El bienestarismo se entiende como aquella corriente que está orientada a subsanar o
enmendar situaciones de crueldad con los animales y a procurar que el uso de los animales
no humanos hecho por los humanos sea “responsable”, de manera que sufran lo menos
posible. Por el contrario, el abolicionismo cuestiona en sí mismo el uso de estos animales no
humanos, su estatus de propiedad y apunta al fin de la dominación animal (Gaitán Ávila,
2016. p.68).

En esa misma línea, Gary Francione expone cinco razones por las cuales se opone a un
trato bienestarista de los animales no humanos9:

1. En primer lugar, Francione argumenta que ese bienestar animal puede servir para
hacer la explotación más eficiente, y pone el ejemplo de la campaña que ha llevado a un
acuerdo de McDonalds para requerir estándares más humanitarios en los mataderos y
aumentar los espacios para las gallinas de batería. Animalistas reconocidos como Singer y
PETA aplauden estas acciones, pero estos estándares fueron desarrollados por Temple
Grandin, quien asegura que este manejo adecuado de los animales que van a ser sacrificados
mantiene la industria de la carne funcionando con seguridad, eficiencia y con beneficios para
que se produzca carne de mejor calidad al no estresar a las reses ni producir fracturas óseas:
“el trato cuidadoso bien diseñado minimizará los niveles de estrés, mejorando la eficiencia y
manteniendo la buena calidad de la carne. El manejo brusco o el equipamiento pobremente
diseñado está en detrimento tanto del bienestar animal como de la calidad de la carne” 10.

2. En segundo lugar pone de manifiesto que este bienestar hace que las personas se
sientan más cómodas con la explotación animal al “consumir con conciencia”. Peter Singer
y Jim Mason, en su libro The way we eat: why our food choices matter, afirman que se puede

9
La información presentada acerca de las cinco razones para oponerse al bienestarismo proceden de la
traducción del texto de Gary Francione “Abolición de la explotación animal. El viaje no empezará mientras
caminemos hacia atrás” (2006), hecha por José Valle y Sharon Núñez para Igualdad Animal
(www.igualdadanimal.org). (en línea en: http://animalliberationfront.com/ALFront/Actions-
Colombia/AboliciondelaExplotacionAnimal-GaryFrancione.pdf. Consultado el 10 de noviembre de 2017).

10
Véase en: www.grandin.com

29
ser “omnívoro consciente” y hacer una explotación ética de los animales cuando elegimos
comer sólo aquellos que hayan sido bien cuidados y matados sin dolor ni angustia.

3. En tercer lugar cuestiona cuál es el objetivo del bienestarismo. Como el bienestar


promueve los “derechos animales” afirmando que el oponerse a éste es contraproducente
para el “objetivo” de la liberación animal que comparten las personas animalistas, Francione
se pregunta ¿cuál es exactamente ese objetivo? En teoría, todas las personas animalistas están
trabajando en pro de los animales y la discusión entre sí amenaza la unidad del movimiento;
sin embargo, dicha unidad no existe debido a que hay una diferencia irreconciliable con el
discurso del bienestarismo y del abolicionismo.

4. En cuarto lugar expone una falsa dicotomía que proponen igualmente Singer y
Manson, sosteniendo que únicamente se tienen dos opciones: o ser bienestarista o no hacer
nada, puesto que la postura abolicionista es demasiado idealista y no aporta estrategias para
ayudar a los animales a corto plazo. Francione asegura que es una falsa dicotomía porque se
está causando daño, dolor, sufrimiento y muerte diariamente a miles de animales no humanos
y obviamente esta situación no va a cambiar de la noche a la mañana, ni en un mediano-corto
plazo, pero una de las estrategias más inmediatas que propone el abolicionismo es el
veganismo, siendo una forma de cambio progresivo al rechazar todos los “productos” de
origen animal asumiéndose el principio de abolición en la vida propia. El veganismo sería
una forma viable y posible para todas las personas, incluso la única manera en que el “no
hacer” algo acabe convirtiéndose en hacer muchísimo, porque el mero hecho de no consumir
animales no humanos ni nada que provenga de ellos repercute positivamente en la vida de
estos.

5. En quinto y último lugar, Francione cuestiona la pregunta que hacen Singer y


Manson “¿En qué lado estás tú?”, pues asumen que si no estás de acuerdo con las posturas
bienestaristas, lo estás con quienes explotan y oprimen a los no humanos. Teniendo en cuenta
que el bienestarismo sigue promoviendo la explotación de los animales no humanos a través
de campañas de “consumo consciente”, ejecuciones “humanitarias”, consumo con
“compasión”, es paradójico que consideren que estas prácticas y discursos están en el lugar
opuesto a dicha explotación.

30
Con lo anterior queda claro que el antiespecismo no trata de buscar regulaciones que
reduzcan el sufrimiento y dolor de los animales no humanos que se utilizan para el consumo
humano, sino que busca estrategias para abolir dicho sufrimiento, dolor y muerte; y que
contrario a esto estaría la concepción de un bienestarismo legal o regulacionismo que se
soporta sobre la idea de que los animales no humanos son inferiores respecto a los humanos
(Aboglio, 2016. p.114).

2.2. ¿Qué se entiende por transfeminismo?

Cuando Judith Butler a finales de los años ochenta y principios de los noventa del siglo
pasado escribe y publica El género en disputa. Feminismo y la subversión de la identidad
(2007 [1990]), planteó una cuestión muy importante que desarticula los planteamientos
teóricos de la época (incluso los de ahora) argumentando que el sexo, al igual que el género,
era una construcción cultural. Por eso en el transcurso del libro la autora alterna las palabras
sexo, género o sexo/género para dar cuenta que no hay una diferenciación entre estos
conceptos, pues los cuerpos ya están culturalmente construidos.

Butler basa su argumentación en propuestas de Simone De Beauvoir, Luce Irigaray,


Adrianne Rich y Michel Foucault, principalmente. De Simone De Beauvoir retomó su
icónica frase “no se nace mujer: llega una a serlo”, tomando rigurosamente el “hacer” como
si hubiese un fin, un mandato, un objetivo impuesto y durante toda la vida se trabajara para
alcanzarlo, para llegar a ser esa mujer. Posteriormente toma de Irigaray la cuestión del
lenguaje; Irigaray planteó que éste (el discurso, el habla) es falologocéntrico, es decir, se
centra en un orden simbólico masculino y cualquiera que pretenda construirse como sujeto
debe ser un sujeto varón, unificándose ambos (sujeto/varón) como si fueran sinónimos. De
Rich toma la afirmación de la heterosexualidad como obligación, un disciplinamiento
compulsivo que ha hecho que la cultura históricamente haya construido a varones y a mujeres
para los fines de la procreación, como sujetos que desean aquello que no son, construyéndose
a las mujeres como deseantes de varones y a la inversa. Finalmente, Butler retomó de
Foucault, desde la corriente posmoderna y postestructuralista, la noción de disciplinamiento:
de ahí su propuesta de que no hay una distinción entre sexo y género, sino que hay cuerpos
que ya están construidos culturalmente. Es decir, no puede hacerse un acercamiento al sexo
como natural porque este acercamiento, ya sea teórico, conceptual, cotidiano o trivial,

31
siempre será a través de la cultura; al leerlo, describirlo o pensarlo se hace bajo unos
parámetros culturales 11.

Con lo anterior podría entenderse que no existe tal naturaleza, esto es, no existe ese
cuerpo natural que se percibe en Occidente, ya que todos los cuerpos tienen inscripciones
narrativas de la historia y de la cultura. La interpretación de los cuerpos a lo largo de la
historia de la medicina, por ejemplo, ofrece constantes cambios, lo que añade a las
inscripciones anteriores las del momento histórico, el lugar geográfico o el modelo social.
Toda lectura del cuerpo es, en cierto modo, subjetiva, en el sentido de no única e imparcial.
Un claro ejemplo, y es con el que Butler argumenta su posición radical en cuanto a la
inexistencia de lo natural, son las categorías que las personas que habitaban América antes
de la llegada de los colonizadores, utilizaban para hacer esta diferenciación de sexos:
distinguían más de dos sexos y categorizaban a las personas por otras características. Con
ello muestra que nuestra clasificación “natural” es en realidad una construcción cultural
donde ciertos datos se toman como relevantes según intereses políticos y de poder.

A su vez, Butler cuestiona la existencia de esta naturaleza por medio de los conceptos
de identidad y sujeto; por un lado deja atrás la concepción de identidad como estable e
inamovible, entendiéndola como algo inestable, que fluye y está en un constante tránsito; y
por otro, prefiere plantear a los individuos no como sujetos (seres sujetados a) ritualizados
bajo condiciones de prohibición y tabú, sino como individuos con agencia, capaces de
accionar, revelarse y cuestionar la normatividad natural impuesta.

Foucault afirma que los sistemas jurídicos de poder producen a los sujetos a los que más tarde
representan. (…) No obstante, los sujetos regulados por esas estructuras, en virtud de que están sujetos
a ellas, se constituyen, se definen y se reproducen de acuerdo con las imposiciones de dichas estructuras.
Si este análisis es correcto, entonces la formación jurídica del lenguaje y de la política que presenta a las
mujeres como «el sujeto» del feminismo es, de por sí, una formación discursiva y el resultado de una
versión específica de la política de representación. Así, el sujeto feminista está discursivamente formado
por la misma estructura política que, supuestamente, permitirá su emancipación. Esto se convierte en
una cuestión políticamente problemática si se puede demostrar que ese sistema crea sujetos con género

11
Tomado de la conferencia “Aproximación al pensamiento de Butler” (2003) realizada por María Luisa
Femenías. (En línea en: https://www.comadresfeministas.com/publicaciones/enlaweb/femenias.pdf.
Consultado el 10 de octubre de 2017)

32
que se sitúan sobre un eje diferencial de dominación o sujetos que, supuestamente, son masculinos. En
tales casos, recurrir sin ambages a ese sistema para la emancipación de las «mujeres» será abiertamente
contraproducente. (Butler, 2007 [1990]. p.47)

Sin embargo, como dice Sayak Valencia, es importante aclarar que Butler no quiere
decir que el sexo no exista, al negar la materialidad del cuerpo en pos de un constructivismo
radical. Su intención es “resaltar que el acceso directo a la materialidad del cuerpo no es
posible, ya que esta mediado por un imaginario social y cultural (…) dentro de unos códigos
de inteligibilidad ya pactados dentro de discursos, prácticas y normas con raíz
heteropatriarcal” (2015. p.7).

A partir, entonces, de esta desencialización radical del sexo, el género y la orientación


sexual, esta autora propone el concepto de Performatividad de género como la forma de
explicar este movimiento relacional que se exige a los individuos para producir y reafirmar
la correspondencia entre esta tríada que desencializa, “una alineación ideal que en realidad
es cuestionada por la singularidad de forma constante y falla permanentemente” (Ibidem).
Desde estas proposiciones llega a cuestionar ese “sujeto político” mujer del feminismo, pues
cuando una “es” mujer, evidentemente no es todo lo que es, debido a que “el género no
siempre se constituye de forma coherente o consistente en contextos históricos distintos y
porque se entrecruza con modalidades raciales, de clase, étnicas sexuales y regionales de
identidades discursivamente constituidas” (Butler, 2007 [1990]. p.49). De esta manera no es
posible separar el género de las intersecciones políticas y culturales que lo producen y
sostienen, “lo cual lleva a la perspectiva feminista a replantear sus supuestos, y entender que
“las mujeres”, más que un sujeto colectivo dado por hecho, era un significante político”
(Valencia, 2015. p.7). Butler entiende en consecuencia el concepto de Performatividad de
manera diferente al de Performance tal y como explica en Performatividad, precariedad y
políticas sexuales:

Cuando actuamos, y nosotros actuamos políticamente, lo hacemos ya con una serie de normas
que están actuando sobre nosotros, y en maneras que no siempre conocemos. Cuando actuamos, en caso
de que sea posible, a través de la subversión o la resistencia, no lo hacemos porque seamos sujetos
soberanos, sino porque hay una serie de normas históricas que convergen hacia el lugar de nuestra
personalidad corporizada y que permite posibilidades de actuación. (2009. p.334)

33
Debe entenderse y quedar claro entonces que la performatividad o lo queer no es una
identidad. No la categoriza como un elemento de “quita y pon”, ni se estructura por las
decisiones individuales y caprichosas, sino que lo propone como una posibilidad de
insurgencia política.

Así, Butler fue abriendo una discusión dentro del movimiento feminista que amplía los
horizontes de éste, y empieza a entenderse el género como un constructo cultural normativo,
como un sistema de opresión que afecta directamente a otros grupos subalternos, anormales,
patologizados, invisibilizados y que el sistema quiere exterminados. Y puso sobre la mesa la
cuestión de la violencia que produce esta categorización que ha hecho la cultura occidental
entre falos (hombres) y vulvas (mujeres), al asignar una identidad fija e imposibilitar un
agenciamiento de cada individuo, imponiendo roles, vestuario, funciones, discursos y
prácticas a unos y otras. Seguir legitimando entonces un discurso basado en una identidad de
mujeres estaría perpetuando a su vez una serie de violencias que vienen implícitas para éstas
en esta sociedad:

Quizás el problema sea todavía más grave. La construcción de la categoría de las mujeres como
sujeto coherente y estable, ¿es una reglamentación y reificación involuntaria de las relaciones entre los
géneros? ¿Y no contradice tal reificación los objetivos feministas? ¿En qué medida consigue la categoría
de las mujeres estabilidad y únicamente en el contexto de la matriz heterosexual? Si una noción estable
de género ya no es la premisa principal de la política feminista, quizás ahora necesitemos una nueva
política feminista para combatir las reificaciones mismas de género e identidad, que sostenga que la
construcción variable de identidad es un requisito metodológico y normativo, además de una meta
política. (Butler, 2007 [1990]. p.52-53)

Para los años en los que Butler está construyendo su reflexión, las décadas de los
ochenta y noventa, en Estados Unidos empieza a despertarse un malestar con respecto a los
procesos de institucionalización LGBT, al feminismo de Estado, a la patologización de la
transexualidad o a la proliferación del SIDA, entre otras cuestiones; para contrarrestar este
malestar, empiezan a organizarse personas que se apropian del insulto queer buscando
gramáticas, lenguajes, instrumentos y estrategias capaces de desmontar los regímenes de la
normalización del cuerpo que se legitima con la modernidad, y haciendo una crítica desde el
activismo a aquellas élites que estaban liderando y abanderando las luchas sociales de ese
momento. Desde el ámbito teórico el concepto como tal de Teoría queer viene ligado a una

34
versión que acabó haciéndose oficial y a otra que ha sido invisibilizada, probablemente por
esta misma lógica de una exclusión a lo que no entra dentro de la lógica blanca académica.

…La versión oficial sitúa su uso teórico en 1991 cuando Teresa de Lauretis, publica su
emblemático artículo “Queer Theory. Lesbian and Gay Sexualities.” en la revista Differences. Sin
embargo, y quizá en la misma lógica blanca del capitalismo académico, que invisibiliza lo minoritario,
no se considera como uso “teórico” el que le da Gloria Anzaldúa en su libro La Frontera/Borderland,
publicado en 1987 (…) Ni tampoco se considera lo dicho por Cherrie Moraga en su ensayo Queer Aztlan:
the reformation of a chicano tribe, cuya primera versión data de 199212. (…) Siguiendo la versión oficial:
De Lauretis acuña el término teoría queer, para referirse a los movimientos sociales (…),
introduciéndolo por primera vez a la academia californiana y redimensionando con ello los Women
Studies, así como los Gays and Lesbian Studies. (Valencia, 2015. p.5)

A continuación, intentaré mostrar brevemente de qué manera este entendimiento de lo


queer como movimiento y teoría llegó al Estado Español y se extendió también por el sur de
América para hacer una reconfiguración de éste, no tanto en su contenido, sino en la forma
en que se nombran estas multitudes postidentitarias a finales del siglo XX y principios del
siglo XXI.

2.2.1. Transfeminismo en el Estado Español

Como se ha adelantado, en los ochenta y noventa la academia y los movimientos


sociales empezaron a conversar y a beber unos de otros, iniciándose un proceso de
cuestionamiento de esos discursos hegemónicos que perpetúan opresiones y marginan a las
personas que no están dentro de los cánones raciales, étnicos, de clase, orientación sexual,
entre otros:

El contexto de surgimiento de estos discursos y prácticas está fuertemente ligado a una serie de
debates sobre la forma tradicional de entender el sistema sexo/género y la sexualidad que afectan al
sujeto político del feminismo.(…) Este movimiento de deconstrucción del género trata de poner en el
centro de los debates feministas la especificidad de la opresión sexual, sin que esta esté eclipsada por el
género; y el cuestionamiento de la norma heterosexual como régimen político-económico y como base
de la división sexual del trabajo o de las desigualdades estructurales entre los géneros. Hablamos, en
definitiva, de un conjunto de cambios que, desde los años ochenta, han traído consigo el emerger de una

12
Este tema se aborda más adelante cuando hago referencia al transfeminismo en América Latina.

35
polifonía de voces, dando lugar a una serie de micropolíticas postidentitarias. (Solá, 2013. p.17)

Teniendo en cuenta los cuarenta años de dictadura franquista que se vivieron en España
el siglo pasado, el pensamiento feminista desde lo académico y activista sufrió una represión
que evidencia el bache existente en esta época. Solo en la década de los noventa el grupo
LSD y La Radical Gai13 introdujeron un debate activista y teórico con respecto a lo queer,
dando a conocer a autoras como Wittig, Butler, Haraway y Teresa de Lauretis, y posibilitando
la creación de redes con el exterior para desarrollar nuevas estrategias políticas (Macías,
2013. p.45).

Sin embargo, había necesidad de trasladar estos pensamientos a un contexto de habla


hispánica. De esta manera, “en un gesto de desplazamiento geopolítico, pero cercano a los
postulados queer, el concepto transfeminista está siendo reivindicado por algunos colectivos
trans-bollo-marica-feministas surgidos en los últimos años en el Estado español” (Solá, 2013:
19). Con esto, se ponía en evidencia la necesidad de una multiplicidad del sujeto feminista,
ese que Butler cuestionaba a principios de los noventa14. A partir de este momento, cuando
se traslada de Estados Unidos al Estado Español lo queer, se nombra en muchas ocasiones
como transfeminismo, término “que quiere situar al feminismo como un conjunto de
prácticas y teorías en movimiento que dan cuenta de una pluralidad de opresiones y
situaciones, mostrando así la complejidad de los nuevos retos a los que debe enfrentarse y la

13
“El grupo LSD surge en febrero de 1993, en el contexto del barrio madrileño de Lavapiés, un contexto
bastante politizado, reuniendo a componentes provenientes de grupos feministas, de lesbianas, y de la izquierda
extraparlamentaria. (MoJose Belbel, Beatriz Preciado, Fefa Vila, Susana Blas, Cabello/ Carceller), Carmela
García. Fue un proyecto multidisciplinar de hipervisibilización lesbiana pionero en el Estado español
Interrelacionaron discursos de la identidad con una serie de discursos anticapitalistas, antimilitaristas y
antibelicistas” y “Las Radical Gai surge en 1991 en Madrid. No trabajan en Chueca, barrio en el que florece
todo lo gay y donde el mercado rosa encuentra su mejor público, sino que surge en el Lavapiés, por ser el lugar
de encuentro de las minorías. Se disolvieron en 1997” (Macías, 2013. p.45)

14
Hay dos versiones de cuándo se usa por primera vez la palabra transfeminismo como tal en el Estado
Español. Por un lado, según Miriam Solá “aparece por primera vez en las Jornadas Feministas Estatales del año
2000 en Córdoba en dos ponencias: «El vestido nuevo de la emperatriz» del Grupo de Lesbianas Feministas de
Barcelona y en «¿Mujer o trans? La inserción de las transexuales en el moviemiento feminista» de Kim Pérez”
(2013. p.19). Y por el otro, Belén Macías afirma: “El colectivo vasco Medeak, (…) propusieron el término
transfeminismo y es el que últimamente más se viene utilizando en el activismo” (2013. p.47), sin dar una fecha
exacta de este suceso. Por lo tanto, tomaré como referencia la fecha proporcionada por Solá.

36
necesidad de una resistencia conjunta en torno al género y a la sexualidad” (Ibidem).

A su vez, el feminismo planteó una serie de cuestiones que hacen referencia a lo


contraproducente que puede llegar a ser la relativización de las identidades que se propone
con lo queer, pues puede llevar a un ocultamiento de la asimetría existente entre hombres y
mujeres, es decir, que al criticar ese binarismo, se pueden invisibilizar las desigualdades
estructurales por razón de género. Y es ahí donde cobra mayor importancia el concepto
transfeminismo, que sigue conteniendo la palabra feminismo a diferencia de queer,
haciéndose “cargo de una experiencia y de unos vínculos con las luchas feministas que le
preceden y permite no olvidar las diferentes posiciones de poder de hombres y mujeres en la
sociedad” (Solá, 2013. p.20).

En el Estado Español debería entenderse finalmente que cuando se habla desde el


transfeminismo, se está haciendo referencia igualmente a las multitudes queer, pues es
importante que no se confunda esto con una identidad, aunque muchos movimientos de gays
y lesbianas quieran hacerlo parte de su sigla (LGBTIQ). A esto, de manera pertinente Beatriz
Preciado dice:

El movimiento “queer” es post-homosexual y post-gay. Ya no se define con respecto a la noción


médica de homosexualidad, pero tampoco se conforma con la reducción de la identidad gay a un estilo
de vida asequible dentro de la sociedad de consumo neoliberal. Se trata por tanto de un movimiento post-
identitario: “queer” no es una identidad más en el folklore multicultural, sino una posición de crítica
atenta a los procesos de exclusión y de marginalización que genera toda ficción identitaria. El
movimiento “queer” no es un movimiento de homosexuales ni de gays, sino de disidentes de género y
sexuales que resisten frente a las normas que impone la sociedad heterosexual dominante, atento también
a los procesos de normalización y de exclusión internos a la cultura gay: marginalización de las bolleras,
de los cuerpos transexuales y transgénero, de los inmigrantes, de los trabajadores y trabajadoras sexuales.
(Preciado, 2012)

Con esto quizá, queda más que claro que debe haber una cierta meticulosidad cuando
se emplean términos como éste, pues llevarlos al ámbito de lo institucional (como lo es la
sigla) hace que pierda su fuerza insurgente como movimiento. Debe tenerse en cuenta que
esta palabra anglosajona es el origen, por así decirlo, de lo que se conoce como
transfeminismo, y apela a una revolución o transformación profunda con unos intereses
políticos, sexuales y corporales no normativos que sitúan a individualidades y colectividades

37
marginadas en una posición de lucha contra un heteropatriarcado blanco, cis, neurotípico,
documentado, clase media, masculinizado…

Fue en 2013 cuando se publicó Transfeminismos. Epistemes, fricciones y flujos, una


compilación de Miriam Solá y Sara L. Friedman, un libro fundamental para entender los
transfeminismos, pues contiene una serie de artículos que develan la interseccionalidad del
movimiento. Autoras y autores como Beto Preciado, Itziar Ziga, el colectivo Medeak, Sayak
Valencia, Teo Pardo, Miriam Solá, Lucía Egaña, por ejemplo, participaron en la redacción
del volumen publicado en la editorial vasca, Txalaparta. Con el libro se pretendía así hacer
hincapié en la vigencia del feminismo:

(…) Resaltar unos vínculos que tienen que ver con nuestro pasado reciente, con las tres últimas
décadas de movimiento feminista y de las luchas en torno a la libertad y diversidad sexual y de género.
Unas conexiones que representan la especificidad de nuestra historia: la importancia de un feminismo
que ha dado lugar a una serie de discursos y prácticas políticas que han creado el caldo de cultivo de lo
que hoy llamamos transfeminismo. Se trata, pues, de pensarnos en situación, conscientes de nuestra
historia y junto a otras para poder desarrollar interpretaciones que reconozcan lazos genealógicos,
fortalezcan las alianzas y acerquen las luchas. (Solá, 2013. p.23)

Y plantear un movimiento más reflexivo con respecto a apariciones anteriores, como


la del 2009 en las Jornadas Feministas Estatales de Granada, donde la mayor parte de los y
las participantes acudieron en bloque y leyeron el Manifiesto para la insurrección
transfeminista (Anexo II), gritando un insolente y provocador “aquí está la resistencia trans”
“el sujeto mujer se nos ha quedado pequeño” y finalizando con el lema “el feminismo será
transfeminista o no será”. Cuatro años después, se ha construido un movimiento más
responsable y humilde que con este libro acaba proclamando que “el feminismo será lo que
le dé la gana ser y, por fortuna, eso no está en nuestras manos cambiarlo” (Solá, 2013. p.22).

2.2.2. Transfeminismo en América Latina

Hasta ahora, no se ha mencionado en este Trabajo Fin de Máster algo que es de suma
importancia: que el movimiento queer fue formado en un principio por devenires
minoritarios del tercer mundo estadounidense, siendo estos el reflejo de lo que conocemos
como multitudes de cuerpos que no encajan en las lógicas heteropatriarcales, racistas y
clasistas presente en Estados Unidos, y que se originó como contestación frente a una

38
combinación de factores económicos, políticos y sociales durante el gobierno de Ronald
Reagan (1980 a 1988) (Valencia, 2015. p.3), quien aumentó los impuestos “afectando de
forma directa y severa a las poblaciones pobres, racializadas, sexualmente minoritarias,
migrantes y enfermxs de SIDA –en muchos casos, estas poblaciones encarnaban de manera
interseccional todas esas variables-” (Valencia, 2015. p.4). Las consecuencias de estas
políticas puestas en marcha por este proyecto conservador y neoliberalista (globalización)
fueron las movilizaciones multitudinarias y aparentemente heterogéneas que sacaron a las
calles sus protestas durante la década de los años ochenta. Multitudes encabezadas
principalmente por feministas lesbianas chicanas, afroamericanas y asiático-americanas,
junto a otro proletariado disidente sexual que habitaba ese tercer mundo estadounidense,
vieron la necesidad de reconfigurar las resistencias de las luchas de los años sesenta y setenta,
haciendo un ejercicio autocrítico radical respecto al machismo y la homofobia que pervivía
al interior de los movimientos identitarios como el Chicanismo o el Black Power (Ibidem).
Ello da cuenta de una impronta latinoamericana, o al menos mexicana dentro del movimiento
queer que surge en ese contexto neoliberal estadounidense, rechazando las categorías
dicotómicas opresoras como hombre/mujer, blanco/no blanco, heterosexual/homosexual e
iniciando un proceso de resignificación de ese insultante y peyorativo queer, para
reivindicarse como lo raro, excluido, anormal, diferente, precario. Se generaron en ese marco
alianzas que crearon agenciamientos inesperados, desarticularon el clamado derecho del
heteropatriarcado blanco y dieron paso a una nueva forma de pensar la sexualidad, el género,
la raza, la clase y los lugares de privilegio y opresión de cada individualidad.

Como una necesidad decolonial latinoamericanista, surgen a finales del siglo XX y


principios del XXI diferentes publicaciones al respecto, haciendo evidente un afán por
generar conocimiento desde el sur y para el sur, y dando cuenta de que América Latina tiene
un contexto social, étnico, político y cultural diferente del europeo y del estadounidense y
por lo tanto las producciones teóricas de las ciencias sociales y humanas de estos lugares no
resultaban necesariamente eficaces o suficientes para explicar o categorizar las realidades
propias (Castro-Gómez, 2010; Grosfoguel, 2006; Quijano, 2000; Rivera & Barragan, 1997).
De ahí que se incrementara el eco de “los feminismos pos y decoloniales, el black feminist,
los feminismos de color y tercermundistas, marcando una tercera forma de disidencia con
respecto al feminismo blanco hegemónico, cuestionando a su vez ese sujeto universal

39
femenino” (Cabrera & Vargas, 2014. p.30):

Esta revisión resulta particularmente importante ya que implica la tensión de las nociones de
género asignadas por el poder hegemónico, que tienen profundas raíces coloniales. Este tensionamiento
implica el reconocimiento del género como una construcción social que, sobre la base de la genitalidad,
produce cuerpos sexuados que se localizan en un esquema jerárquico donde lo femenino denota
inferioridad y otras opciones por fuera de este binario hombre/mujer, o incluso la resistencia a
reconocerse en el género asignado, son descartadas. (Cabrera & Vargas, 2014. p.31)

Por otro lado, es necesario apuntar aquí que, en Argentina, Néstor Perlongher, en la
misma época que en Estados Unidos estallaba la insurgencia queer como movimiento
político y más tarde académico, escribió una serie de ensayos entre 1980 y 1992, los cuales
fueron publicados posteriormente por Osvaldo Baigorria y Christian Ferrer en un texto
titulado Prosa Plebeya (2013), libro que compilaba sus escritos sobre las políticas del deseo,
la cuestión homosexual y la estética neobarroca, dando cuenta de una emergencia de
inconformidades similares en el sur del continente americano. En este mismo país, se publica
además la revista Ramón 99 desde 2010 y las Ludditas Sexxxuales escribieron Ética amatoria
del deseo libertario (2012) y Foucault para encapuchadas (Caserola, 2014), deconstruyendo
las imposiciones relacionales, capitalistas, heterosexuales, patriarcales, corporales, de género
y sexuales.

Al mismo tiempo, en Chile también se cuestionaban diferentes aspectos de las


sexualidades, el género, la colonialidad, etc. En 2006 la Coordinadora Universitaria por la
Disidencia Sexual (CUDS), haciendo uso del concepto mismo de disidencia sexual, convocó
a individualidades desde el artivismo, el activismo y la academia, para reflexionar y
visibilizar lo que se sale de la norma heterosexual y binaria. Su publicación Por un feminismo
sin mujeres (Díaz et al., 2011), sirvió para que esta Coordinadora Universitaria dejara
constancia de su pensamiento crítico con respecto a los debates acerca de lo queer en el
contexto latinoamericano, tratándose temas coyunturales como la utilización de esta palabra
en un contexto hispanohablante. Felipe Rivas, una de las personas que participó en la
escritura de este libro con un texto titulado “Diga ‘queer’ con la lengua afuera: sobre las
confusiones del debate latinamericano” afirma que el significado que se le da en América
Latina a “lo queer” “ha venido a plantear una crítica a la estabilización de identidades
esencialistas y naturalizadas del sexo, género y el deseo (…) Estas teorías se pueden

40
reconocer a veces como queer, o como posfeministas, posgénero, posidentitarias, de
Disidencia Sexual, etc.” (Rivas, 2011. p.63) y por otro lado una posición de resistencia y
localización estratégica frente a procesos de normalización de lo gay y lo lésbico dentro del
discurso económico mercantil e institucional estatal (Rivas, 2011. p.64).

Sin embargo, las anteriormente mencionadas multitudes queer y sus acciones directas
y teóricas, fueron trascendiendo la geopolítica del norte, desde ese tercer mundo
estadounidense hacia un sur tercermundista, decolonial, sudaca, “creando una coyuntura del
desplazamiento geopolítico y epistémico de lo queer a lo cuir, puesto que la
tercermundización –como categoría de enunciación de los procesos de subalternización g-
local-, teje redes de intercambio y diálogo posible con el sur” (Valencia, 2015. p.9). Y es
justo aquí donde se hace inevitable hacer una diferenciación con la resignificación que en el
Estado Español se le dio al término queer proponiéndose transfeminismo, pues en América
Latina se castellanizó la palabra y cuir se enmarcó como un término con su propia genealogía,
pensando en la migración de los conceptos, como entes viajeros:

Por ello, afirmamos que el uso del término queer y su derivación en cuir no obedece a un
entusiasmo ingenuo —que hunde sus raíces en los deseos de legitimación a través del consumo cultural
y la exportación de contenidos—, sino que su intención es tender puentes transnacionales de
identificación y afinidad que reconozcan y visibilicen la vulnerabilidad históricamente compartida; entre
los procesos de minorización —que emergieron como protesta crítica en el tercer mundo
estadounidense— a través de las multitudes queer con los procesos de subalternización histórica que se
implantaron en nuestros territorios a partir de la colonización y nuestros propios devenires minoritarios
— y que se actualizan constantemente a través de los aparatos de producción y verificación de la razón
blanca heteropatriarcal. (Valencia, 2015. p.12)

Se entiende entonces que la resignificación que se le da a la palabra queer y a todo lo


que ésta conlleva (movimientos, multitudes, teoría) en América Latina no dista mucho de lo
que aconteció en España al rebautizarse como transfeminismo. Incluso puede decirse que es
utilizada con más frecuencia esta palabra que cuir y que resulta ser más familiar, quizá por
incluir una palabra ya naturalizada como feminismo, por lo que seguiré utilizando
‘transfeminismo’ a lo largo de este trabajo para referirme a este movimiento y confluencia
de personas que asumen un discurso y unas prácticas no heteronormativas, que se salen de
las categorías binarias, que son excluidas, abyectas, raras, anormales, migrantes, eso sí, con

41
un carácter decolonial. Como lo dice Sayak Valencia:

Cuir, busca, además, visibilizar algunos usos estratégicos de la desobediencia epistémica, donde
se proponen (…) otras metodologías de corte decolonial que muestren las inquietudes discursivas (…)
en torno a la renovación de los imaginarios de la insumisión social por medio de las prácticas
(trans)feministas y de la disidencia sexual como prácticas pacíficas de desobediencia civil organizada.
(2015. p.14)

Finalmente, cuir es un movimiento que hace alianzas con los transfeminismos y con
los procesos de minorización étnico/raciales, de diversidad funcional, migrantes, etáreos, de
clase, etc: “que reconoce los logros y la historiografía de otros movimientos de
transformación social, como las multitudes queer del tercer mundo estadounidense, así los
diversos feminismos: indigenista, ecologista, ciberactivista, etc.” (Valencia, 2015. p.15-16).

A modo de resumen, podría decirse que el movimiento transfeminista comienza a


principios del siglo XXI, algunas veces nombrado como tal y otras no, pero que se va tejiendo
con los planteamientos de Judith Butler, Teresa de Lauretis, Beto Preciado, Gloria Anzaldúa,
bell hooks, entre otres desde lo teórico. Por otro lado, y ya desde el activismo, surge de la
apropiación y valorización del insulto queer, dando lugar de esta manera a la búsqueda de
gramáticas, lenguajes, instrumentos y estrategias para desmontar los regímenes de la
normalización del cuerpo que viene con la modernidad, y a su vez una reapropiación desde
el español para nombrarse desde estos lugares hispanohablantes.

Además, con la deconstrucción del género que propone este movimiento, se trata de
poner en el centro de los debates feministas la especificidad de la opresión sexual, sin que
ésta esté eclipsada por el género. Busca también el cuestionamiento de la norma heterosexual
como régimen político-económico y como base de la división sexual del trabajo o de las
desigualdades estructurales entre los géneros (Solá, 2013: 17). Siguiendo esta lógica:

Los transfeministas no necesitamos un marido porque no somos mujeres. Tampoco necesitamos


ideología porque no somos un pueblo. Ni comunismo ni liberalismo. Ni la cantinela católico-
musulmano-judía. Nosotros hablamos otra lenguas. (…) Somos los jacobinos negros y maricas, las
bolleras rojas, los desahuciados verdes, somos los trans sin papeles, los animales de laboratorio y de los
mataderos, los trabajadores y trabajadoras informático-sexuales, putones diversos funcionales, somos
los sin tierra, los migrantes, los autistas, los que sufrimos de déficit de atención, exceso de tirosina, falta

42
de serotonina, somos los que tenemos demasiada grasa, los discapacitados, los viejos en situación
precaria. Somos la diáspora rabiosa. Somos los reproductores fracasados de la tierra, los cuerpos
imposibles de rentabilizar para la economía del conocimiento. (Preciado, 2013. p.10-12)

Dicho esto, sin embargo, es importante subrayar que no hay una definición cerrada de
lo que es el transfeminismo, pues es un abanico abierto y compuesto por multiplicidad de
saberes, cuerpos, subjetividades, lenguajes, identidades, sexualidades. Por esa misma razón
pretende huir de una definición cerrada, pues no corresponde delimitar unas bases o de
circunscribir un campo de pensamiento.

2.3. Transfeminismo antiespecista

El cambio necesario es tan profundo que parece imposible. Tan profundo


que es inimaginable. Pero lo imposible es lo que viene. Y lo inimaginable es lo
debido. ¿Qué fue más imposible o más inimaginable: el esclavismo o su abolición?
El tiempo del animalismo es el tiempo de lo imposible y de lo inimaginable.
Nuestro tiempo: el único que tenemos. (Preciado, 2014)

A partir de la revisión de libros, artículos académicos, fanzines y la información


recogida con las entrevistas, propongo en el presente capítulo la identificación de los rasgos
significativos del transfeminismo antiespecista con el fin de contribuir a su caracterización
como movimiento.

La idea de una interseccionalidad de las luchas parte de que los cuerpos humanos están
atravesados por diversas opresiones, tal y como se ha mencionado en el apartado anterior.
Todas las personas están inscritas dentro de unas categorías que hacen referencia al color de
piel, la estética, el lugar de procedencia, la genitalidad, la orientación del deseo, el nivel
educativo, el posicionamiento político, la capacidad cognitiva, física y económica, entre
otras. La medida de esa inscripción se produce bajo un canon hegemónico de hombre, blanco,
cisgénero, heterosexual, primermundista, universitario, de derecha, neurotípico, delgado,
clase media, con propiedades. La pregunta es, entonces, por el porcentaje de personas que
pueden cumplir con estas exigencias patriarcales y capitalistas que establece la sociedad
occidental, ya que cuando se hace evidente que los privilegios están en unos pocos y que las
marginadas somos más, los resultados de la movilización para abolir estos privilegios que

43
tienen unos sobre otras son escasos, pues bajo las lógicas neoliberales lo que se desea no es
abolir los privilegios, sino obtenerlos.

Sin embargo, algunas marginadas somos conscientes de que, además de esas


opresiones, nos atraviesa el privilegio de la especie, y es desde esa toma de conciencia cuando
se hace necesario pensar en la posibilidad de usar ese privilegio irrenunciable a favor de
quienes no lo tienen. El transfeminismo antiespecista puede entenderse así como la
convergencia de dos movimientos que buscan la igualdad y la justicia para todas la especies.

Para ubicar en el tiempo el germen de esta relación entre sexismo y especismo nos
podríamos remontar al siglo XVIII con Mary Wollstonecraft y luego, más tarde, a las
sufragistas, tal y como propone Guerrero:

Empiezo a buscar dentro de la historia del movimiento feminista (occidental y blanco en aquel
momento, luego ampliaré horizontes gracias a lecturas sobre colonialidad y racismo) para ver si alguna
feminista ha tenido algún acercamiento con la “problemática de los animales no humanos” y para mi
sorpresa encuentro muchas cosas interesantísimas que de alguna forma me hacen sentir que no es un
disparate todo lo que estoy sintiendo en ese momento. De algún modo, leer a Wollstonecraft diciendo
que la tiranía de los hombres sobre los animales es la misma que ejercen sobre las mujeres y los hijos, o
a las sufragistas con su lucha contra la vivisección... me hace poner palabras por fin a todo este lío de
emociones que venía portando. (A, Guerrero, comunicación vía correo electrónico, 16 de octubre de
2017).

Sin embargo, hasta principios de la década de los noventa no empezó a discutirse el


tema de una manera más completa y abierta, cuando Carol J Adams publicó La Política
Sexual de la Carne. Una teoría crítica feminista vegetariana (2016 [1990]) analizando las
opresiones vividas por las mujeres y los animales no humanos a partir del concepto de
“referente ausente”:

A través de la matanza, los animales se han convertido en referentes ausentes. Los animales, tanto
su nombre como su cuerpo, son convertidos en ausentes como animales para existir como carne. (…)
sin los animales no habría consumo de carne y, sin embargo, están ausentes del acto de comer carne
porque han sido transformados en comida. (2016 [1990]. p.123-124)

El lenguaje renombra a los cuerpos muertos antes de comérselos. No es un cerdo, es


jamón, papada, chuleta, lomo, paletilla; no es una vaca, es morrillo, costilla, solomillo,

44
jarrete, espaldilla; no es un pollo, es una pechuga, un muslo, un ala, son huevos. De esta
manera, los animales vivos son ese referente ausente en el concepto de la carne. Adams señala
tres maneras a través de las cuales los animales se convierten en referentes ausentes: la
primera, que se acaba de explicar, es la literal; la segunda es la definitoria: por ejemplo,
cuando se dice que se comen terneras o corderos y no animales bebés, cambia la forma en
como nos referimos a ellos con formas eufemísticas para menguar la crueldad; y la tercera es
la metafórica: por ejemplo, cuando las víctimas de violación o mujeres maltratadas dicen “me
sentí como un trozo de carne”; en este caso el significado de carne no se refiere a sí mismo,
sino a cómo se sintió la mujer ante una violencia machista. La carne cumple un referente
ausente cuando forzamos el significado de la metáfora: nadie puede sentirse como un trozo
de carne, porque por definición es algo violentamente privado de todo sentir.

En el caso de las mujeres, por ejemplo, el referente ausente se hace evidente en la


publicidad, donde se vende un perfume, pero se muestra una mujer semidesnuda o se vende
una hamburguesa y ésta se coloca en medio de dos senos, aunque no muy diferente y más
difícil de aceptar es lo que nos muestra la historia del arte y la representación de las mujeres
como cuerpos desnudos o trozos de cuerpos desnudos:

Del mismo modo que los cadáveres están ausentes del lenguaje sobre la carne, en las
descripciones sobre violencia cultural, las mujeres a menudo son el referente ausente. La violación, en
particular, conlleva un simbolismo tan potente que el término es transferido desde la experiencia literal
de las mujeres y aplicado metafóricamente a otros casos de devastación violenta, como la “violación”
de la tierra en los escritos ecologistas de los primeros años 70. La experiencia de las mujeres se convierte
de este modo en un vehículo para describir otras opresiones. (…) Estos términos evocan las experiencias
de las mujeres pero no a las mujeres (…) La violencia sexual y el consumo cárnico, que parecen ser
formas distintas de violencia, encuentran un punto de intersección en el referente ausente. Las imágenes
culturales de violencia sexual, y la violencia sexual real, a menudo depende de nuestro conocimiento
sobre cómo los animales son descuartizados y comidos. (Adams, 2016 [1990]. p.126-127)

De esta manera, se entiende que la opresión está basada en la cosificación, la


subordinación y el abuso de la otra. Entendemos la cosificación cuando un sujeto es
percibido como objeto o propiedad, en vez de un sujeto con intereses propios que deben
atenderse; por ejemplo: la erotización de los animales listos para el consumo y la
animalización del cuerpo de las mujeres listas para el consumo, ambos bajo cánones

45
heteropatriarcales. En segundo lugar, la subordinación se produce cuando se carece de voz o
poder político y los intereses propios son desatendidos, ignorados y controlados; por ejemplo,
cuando Wollstonecraft escribe su carta de vindicación de los derechos de las mujeres en el
siglo XIII, un inglés escribió al poco tiempo, a modo de parodia y con el fin de ridiculizar,
un manifiesto por la vindicación de los derechos de los animales. Y por último, entendemos
el abuso como la sujeción a violencia física y sexual, como por ejemplo, la violación de vacas
para la producción masiva de leche, la matanza desmedida de mujeres por razones machistas,
-haciendo uso metafórico de las palabras violación y matanza-15.

Para profundizar en el transfeminismo antiespecista he manejado la información


contenida en autopublicaciones, como los fanzines, de colectivos militantes como es el caso
de Jauría16, colectivo transfeminista por la liberación animal de Madrid que regularmente
sacan a la luz ejemplares sobre el tema, y publicaciones académicas en las que se ha abordado
el tema desde una perspectiva feminista y que retomaré más adelante.

Respecto a los fanzines, Jauría se manifiesta de esta manera:

No pretendemos aquí ser la voz de nadie. Los animales no humanos están librando una batalla
por su vida y su libertad en este mismo instante. Pero sus gritos son instantáneamente silenciados por
los medios y la educación especista que ignora sus intereses. Su explotación y asesinatos son ocultados
y apartados de los lugares donde transcurren nuestras vidas. Ante esto, mostramos nuestra rabia y dolor
por su situación e insistimos: sus cuerpos, sus vidas, también importan. Creemos que el transfeminismo
es un paraguas donde caben todas estas luchas, donde cabemos todas en nuestra amplia diversidad y mas
allá del individualismo. No queremos liberarnos si no es juntas y en colectiva, no creemos que podamos
ser libres si estamos oprimiendo a otras. Así, entendemos la liberación animal como máxima por la que
luchar, porque todas somos animales. (Jauría, 2016. p.9)

Las diferentes publicaciones editadas por el colectivo han querido informar sobre
diferentes temas que acontecen tanto dentro del movimiento transfeminista como en el
antiespecista, poniendo a disposición de la sociedad glosarios, gráficas, ilustraciones,
poemas, o recomendaciones de libros, películas, documentales, música, artículos, etc.,

15
Tomado del taller dictado por Catia Faria en Barcelona “Les bretxes quotidianes que alimentem:
privilegis invisibles”. (En línea en https://www.youtube.com/watch?v=qHcrdGZYnsI&t=28s).

16
Véase en https://jauriazine.wordpress.com/

46
permitiendo que se conozca lo que se está pensando dentro de las colectividades que plantean
estas posturas en Madrid, lugar donde se han formado otros colectivos, como el que surge
mientras Ate Guerrero realizaba el documental MUTA:

El momento en el que Ate Guerrero empieza a entrevistar a mujeres, bolleras y trans del
movimiento de liberación animal para un documental y de repente lo que pretendía ser un mero
diagnóstico de una realidad invisibilizada, termina por ser la construcción misma de una red alternativa
al activismo antiespecista mainstream. Un ejemplo que ha resultado de ello es la plataforma
“Transfeministas por la Liberación Animal”. (C. Faria, comunicación vía correo electrónico, 6 de
octubre de 2017)

En lo que respecta a los estudios académicos, hay que destacar especialmente el


conjunto de artículos que se publicó en diciembre de 2016 en el Vol. II del Año III en la
Revista Latinoamericana de Estudios Críticos Animales, una edición que se propuso como
monográfico en torno al tema “Feminismos, género(s) y antiespecismo”. Aunque varios de
los artículos establecen una relación entre el especismo y la violencia hacia las mujeres,
considero sobre todo dos de ellos como más representativos, por su mayor afinidad con los
objetivos de este Trabajo Fin de Máster. El primero es “La cuestión de la negación del
sufrimiento de los vivientes no humanos y de las mujeres”, de Carola Sporn, que establece
un análisis sobre la negación del carácter sufriente de algunos cuerpos, y a su vez revisa el
modo en que dicha convención habilita la posibilidad de usarlos para fines ajenos a sí
mismos. Representa igualmente un aporte para pensar el vínculo entre especismo y
patriarcado como formas de discriminación y opresión. Una de las cuestiones que más llama
la atención del texto de Sporn tiene que ver con la relación que ella presenta entre la
invisibilización del sufrimiento que padecen los animales no humanos, y la invisibilización
del trabajo doméstico como base de la opresión de las mujeres:

La intención es señalar cuán necesario resulta ocultar y negar el sufrimiento de los otros cuando
lo que se busca es legitimar determinados comportamientos y cosmovisiones. La hipótesis es que tanto
el especismo como el patriarcado se amparan en la idea de que hay cuerpos que valen más que otros y,
fundamentalmente, cuerpos a los que no les duele el dolor –producto de su uso, explotación y
enajenación. (Sporn, 2016. p.40-41)

De lo anterior se puede interpretar que Sporn conjuga el feminismo socialista y las


teorías antiespecistas. Esta corriente del feminismo de los años setenta ya hacía una crítica a

47
la categoría de amas de casa como un eufemismo de trabajo no asalariado, estableciendo el
modo de producción doméstico (MDP) como instrumento analítico adecuado para analizar
las relaciones entre capitalismo y patriarcado. Este modo de producción, por analogía al
modo de producción capitalista, remite a las relaciones de poder que se establecen en la esfera
privada. Pero la diferencia como tal entre ambos modos de producción es que en el MPD se
realiza un trabajo no reconocido como tal y no es remunerado, con lo que se concluye que
este trabajo doméstico realizado por las mujeres constituye la base económica y material del
patriarcado (Beltrán et al., 2001). De esta manera, las feministas socialistas lograron poner
en evidencia la importancia o repercusión en la esfera pública que tiene la labor de las mujeres
en la esfera privada como amas de casa y cómo este oficio no remunerado logra mantener en
pie tanto el sistema patriarcal como el capitalista.

En segundo lugar, está el artículo de Catia Faria “Lo personal es político: feminismo y
antiespecismo”. En él la autora trata de manera explícita la relación entre feminismo y
antiespecismo, abordando tres asuntos principales: en primer lugar, las similitudes
estructurales entre sexismo y especismo a tres niveles fundamentales: discriminación,
desigualdad y opresión; en segundo lugar, Faria hace una evaluación crítica a la propuesta
ecofeminista; y por último, ofrece un análisis sobre la decisión reproductiva.

Para abordar el primer asunto, las similitudes estructurales entre feminismo y


antiespecismo, debe empezarse por el primero de los niveles señalados: la discriminación.
De entrada, es fundamental entender qué es el sexismo y qué es el especismo. Cuando se dice
que el sexismo es hoy en día una de las formas de discriminación más reconocidas y
habitualmente se utiliza la palabra para referirse a la discriminación que sufren las mujeres
por razón de género, es importante aclarar que esta definición

está basada en una concepción reduccionista (binaria) de las identidades y expresiones de género.
En la medida en que el sexismo consiste en considerar o tratar de forma desventajosa a todos aquellos
individuos que no cumplen con la propiedad de ser un hombre cisgénero, el sexismo consiste en excluir
a las mujeres (o, en rigor, a las mujeres cisgénero) de la consideración moral (o en considerarles en
menos medida), pero de igual modo hace también con otras identidades y expresiones de género como,
por ejemplo, las personas transgénero, intergénero o agénero, entre otras. (Faria, 2016a. p.23)

48
De igual forma, se entiende el especismo como la forma de discriminación por razón
de especie, al considerarse a los animales no humanos de forma inferior respecto a los
humanos.

Se estima que cada año, más de 160 mil millones de animales no humanos son criados, capturados
y matados brutalmente con el fin de convertirse en productos alimentarios y de vestimenta para uso de
los seres humanos (FAO 2015). Muchos millones son matados para experimentación y sujetos a
experiencias dolorosas y angustiosas, como el encarcelamiento y la vivisección. Muchos otros
experimentan agonía y desolación, confinados, forzados y frecuentemente, matados para entretener a
poblaciones humanas en múltiples circunstancias. Por otra parte, un número abrumador de animales no
humanos son desatendidos cuando sufren por causas ajenas a la acción humana, como por daños
producidos por diferentes eventos naturales, entre ellos, hambrunas, enfermedades, catástrofes naturales
o condiciones climáticas extremas. (Ibidem)

Por lo anterior, “considerar o tratar de forma desventajosa a unos individuos frente a


otros, a pesar de que tienen intereses similares, basándose en criterios normalmente
arbitrarios” (Faria, 2016a. p.25), es la razón por la cual sexismo y especismo son formas de
discriminación igualmente injustificadas. Esto debido a que a la hora de considerar los
intereses de los individuos por la especie a la que pertenecen es tan irrelevante como hacerlo
por el género, siendo así, si nos oponemos a la opresión sexista, resulta una postura coherente
oponerse también al especismo.

El segundo nivel señalado por Faria tiene que ver con la desigualdad, porque, como
dice la autora, aunque el rechazo a la discriminación es necesario para la justicia, ésta supone
mucho más que el mero rechazo a los tratos discriminatorios; por tanto, exige mucho más
que la igualdad:

“¿Qué implica entonces la lucha por la justicia? La forma no sesgada de pensar sobre cuestiones
de justicia es imaginar que no sabemos cuál es nuestra posición en la sociedad, no sólo con respecto al
nivel económico, sino también con respecto a, entre otras cosas, nuestro sexo, nuestro género, nuestra
orientación sexual, nuestras capacidades o nuestra especie. ¿Qué elegiríamos como justo en tales
circunstancias? (…) La lucha por la igualdad y la justicia debe ser necesariamente feminista y
antiespecista”. (Faria, 2016a. p.26)

Finalmente el tercer nivel tiene que ver con la opresión, y en este caso con la
construcción de la masculinidad cisheteropatriarcal, pues “...existen similitudes relevantes

49
entre la injusticia padecida, (…) por quienes no son hombres cisgénero y (…) por los
animales no humanos” (Ibidem). Esto se debe a que tanto el sexismo como el especismo
operan bajo una misma lógica de opresión jerárquica.

Para abordar el segundo asunto, Catia Faria hace una evaluación crítica de la propuesta
ecofeminista, extrayendo las implicaciones fundamentales de asumir, en la práctica y de
forma consistente, el eslogan feminista “lo personal es político” de Carol Hanish. Siendo el
ecofeminismo una posición que vincula ecologismo con feminismo, defiende que “la
opresión hacia las mujeres y la explotación de la naturaleza (y de los animales no humanos)
son parte de la misma lógica de dominación patriarcal” (Faria, 2016a. p.28), razón por la cual
sostiene que la mejor forma de neutralizar al patriarcado, opresor tanto de mujeres como de
los demás animales no humanos, es mediante la conversión de las mujeres en aliadas de la
naturaleza. Dado lo anterior, es importante prestar atención a que los animales no humanos
y lo que de una manera general podemos llamar ‘la naturaleza’ no son entidades idénticas y
por tanto sus intereses deben ser tratados por separado.

La primera consideración merecedora de atención es que los animales y la naturaleza no son


entidades idénticas. Referirse, como suele hacerse, a los animales no humanos y a naturaleza de forma
indistinta presupone que los demás animales son meramente partes del medio ambiente, y que su valor
es relativo a la posición que ocupen en ecosistemas y otros conjuntos ecológicos. Sin embargo, los
animales, incluidos los seres humanos, son seres sintientes individuales con la capacidad para tener
experiencias positivas y negativas. (…) No importan cuan “enredados” (“entangled”) puedan estar los
seres sintientes con la naturaleza. Sus intereses no coinciden (y a menudo son contrarios) a las
necesidades de las entidades no sintientes. Sus intereses deben ser, por ello, tratados de forma separada.”
(Faria, 2016a. p.28-29)

Por esta razón, la romantización de la naturaleza puede convertirse en un arma de doble


filo, pues ésta no es algo para ser admirado o celebrado sino mucho más complejo. Así, el
enfoque feminista de no interferir con la naturaleza es una forma de contrarrestar las
intervenciones masculinas antropocéntricas y éticamente injustificadas, como la caza, por
ejemplo. Sin embargo, esto no debería significar que se elimine todo tipo de intervención,
más bien al contrario: “nos compromete con intervenir de formas beneficiosas para los demás
animales. (…) ayudar a los animales en el medio salvaje cuando lo necesitan es justo lo que
debemos hacer”. Este modelo debe ser sustituido por un nuevo paradigma de intervención

50
feminista y antiespecista “que rechace a la vez la dominación patriarcal de los demás
animales pero atienda también a los intereses de todos los animales que mueren y sufren, ya
sea por causas humanas o naturales” (Faria, 2016a. p.31). Es en ese punto donde toma sentido
la frase de Carol Hanish:

Rechazar el especismo tiene implicaciones prácticas importantes. Por una parte, exige que nos
abstengamos de causar daño a les demás animales y así renunciar a participar en aquellas prácticas que
supongan sufrimiento y la muerte de animales no humanos. La primera implicación práctica del
antiespecismo es, así, el veganismo. (…) Debemos no sólo dejar de dañar a les demás, sino igualmente
impedir que ese daño ocurra, ya sea causado por otros seres humanos o por eventos naturales. (…)
rechazar el especismo implica, además del veganismo, volverse activista en defensa de los demás
animales, trabajando para que otres dejen de causarles daño y buscando ayudarles cuando están en
situación de necesidad. (Faria, 2016a. p.31-32)

Por su parte, sobre este mismo tema, el colectivo Jauría, en el primer volumen de su
Fanzine, retoma los planteamientos que hace la filósofa Stephanie Jenkins en Returning the
Ethical and Political to Animal Studies, quien propone una definición de veganismo muy
semejante a la que expresa Catia Faria:

Es un componente necesario (aunque no suficiente, ya que cualquier conjunto de la ética siempre


será incompleta) de una ética feminista afectiva de no violencia. Cuando es construida sobre una ética
feminista, la práctica vegana no es una obligación universal, ni una fantasía de la pureza, sino más bien
un "imperativo corporal" (Weiss 1999, 129) para responder al sufrimiento de le otre y rechazar las
prácticas corporales cotidianas que hacen a ciertos seres considerados "otres", seres "asesinables”.
(Jauría, 2016. p.5-6)

Retomando el discurso de Catia Faria en la entrevista personal que le realicé para esta
investigación, ella habla también sobre la relación existente entre el ejercicio de la
masculinidad y la opresión:

El especismo juega un papel fundamental en la construcción de la masculinidad heteropatriarcal,


cuyos rasgos identitarios se basan de forma no despreciable en el consumo de carne, la actividad de la
caza y otras múltiples formas de violencia hacia los animales de otras especies. Esto pone de manifiesto
un sistema de poder en el que la mayoría de seres humanos y no humanos son oprimidos y sus intereses
subordinados a los intereses del hombre cis heterosexual. En ese sentido, los animales no humanos
califican legítimamente como sujeto político del transfeminismo. Restringirlo a la especie humana es

51
una estipulación arbitraria injustificada. (C. Faria, comunicación vía correo electrónico, 6 de octubre de
2017)

Finalmente, en el tercer asunto que toca Faria, reflexiona sobre un aspecto clásico del
feminismo, la decisión reproductiva y la renuncia a procrear, como compromiso
antiespecista. Entendiendo que la reproducción se nutre de la estructura patriarcal en la que
las mujeres son vistas como meros instrumentos de procreación, como máquinas de
producción de humanos, subordinadas a la crianza a lo largo de la historia, la decisión
reproductiva puede cuestionarse no sólo desde el pensamiento feminista, sino también desde
el antiespecista:

A menudo se piensa que la decisión reproductiva es una de esas decisiones “típicamente


personales” que debemos dejar a criterio personal de cada individuo. Así, es común renunciar a evaluar
el impacto ético de tal decisión. Es decir, en vez de evaluar en qué medida puede resultar perjudicial
para el nuevo ser o para otres afectades por la decisión, se suele apelar a factores como el instinto o el
deseo de la persona que delibera. (Faria, 2016a. p.34)

De esta manera, el transfeminismo antiespecista se ve atravesado igualmente por la


cuestión antinatalista, que defiende la no reproducción de la especie humana, teniendo en
cuenta que ésta representa lo que conocemos hoy como plaga dentro del planeta.

Para resumir, el transfeminismo antiespecista puede entenderse como una corriente


transfeminista que proviene de la coalición entre ambos movimientos con sus teorías y
prácticas, donde coherentemente se lucha por la igualdad y la justicia de todos los seres que
tienen la capacidad de sentir dolor o placer. El movimiento considera que no hay ninguna
razón justificada para que existan el sexismo y el especismo, de ahí la pertinencia en sí de la
corriente transfeminista como justa y lógica.

Sin embargo, la realidad es que el hecho de ser antiespecista no convierte a una persona
en transfeminista o viceversa. Claros ejemplos de ello los encontramos dentro de los mismos
grupos activistas; en el caso de los colectivos por la liberación animal no es extraño encontrar
a hombres cis, blancos, heterosexuales abanderando y asumiendo todo el protagonismo en la
lucha antiespecista, e incluso acosando, abusando, cosificando y maltratando al resto de
compañeras que no se enmarcan dentro del canon hegemónico, realizándose asunciones de
poder masculino que invalidan la posible confluencia del animalismo con el feminismo. Por

52
otro lado, en los colectivos transfeministas no faltan aquellas humanas que siguen ejerciendo
unos privilegios igualmente arbitrarios por cuestiones de especie, así como lo que tienen los
cisvarones por cuestiones de género.

53
CAPÍTULO 3

3. TRANSFEMINISMO ANTIESPECISTA EN AMÉRICA LATINA Y EL ESTADO


ESPAÑOL: UN ESTUDIO DE CASOS

En el presente capítulo se recoge un análisis de la información de las fuentes primarias,


es decir, las entrevistas realizadas a Analú Laferal, Emma Álvarez, Soledad Fernández, Ate
Guerrero y Catia Faria, habitantes de diferentes lugares de América Latina y España. Es
preciso aclarar que soy consciente de que la muestra no es representativa para generar una
categoría unificante del transfeminismo antiespecista ni mucho menos, pero considero que sí
puede ser de gran utilidad para mostrar convergencias y divergencias en las prácticas y
discursos de cinco singularidades y que la información derivada de ello contribuirá a la
caracterización de un movimiento que, como tal, carece aún de largo recorrido y requiere de
intentos de definición y explicación cada vez más precisas y completas.

Así pues, he analizado la información obtenida en las entrevistas a partir de tres


categorías: En primer lugar está la categoría de actrices, en segundo lugar, la de acción y en
tercer lugar, la de idea17.

3.1. Actrices

Según García Sánchez, “el término actor se define a partir de la idea de acción: el actor
(…) es todo aquel sujeto que actúa, en otras palabras, el sujeto de la acción” (2007. p.202)
Para la implementación de esta categoría de análisis tuve en cuenta, además, dos definiciones
puntuales que muestran la importancia de ésta dentro del contexto transfeminista
antiespecista. Por un lado, se entenderá que un actor “puede ser un individuo, una red de
sociabilidad, un grupo, un colectivo o una sociedad” (Giménez, 2006. p.146); son también
unidades de acción tanto individuales como colectivas en interacción dentro del sistema de
relaciones sociales, disponen de un margen, a veces importante, de posibilidades de acción,
es decir, disponen de cierto grado de autonomía, lo que a su vez implica una identidad
(Ibidem). Por otro lado, está la definición que Giddens (1979) propone con respecto a la

17
La sistematización de esta información puede encontrarse en el Anexo III.

54
actuación de este actor, la cual tiene cuatro características: a) es una intervención
intencionada, aunque sea inconsciente, b) sobre la que el sujeto puede reflexionar y de la que
es responsable, c) que depende no tanto de las intenciones del sujeto cuanto de su capacidad
y d) que no está determinada sino que es “contingente y variable”, en el sentido de que el
actor tiene la posibilidad de actuar de otra manera.

Teniendo en cuenta estas definiciones, he logrado evidenciar veinticinco actrices


mencionadas por las entrevistadas, incluyendo a las propias entrevistadas. Ate Guerrero,
desde Madrid, mencionó dentro de sus referentes importantes a Eva Benet, Catia Faria, Carol
J. Adamas, Angela Davis, Christopher Sebastian, Mary Wollstonecraft, a Las Sufragistas, al
Movimiento Antiespecista Transfeminista, y a los colectivos Jauría, Aph Ko y Cuerpos
Empoderados. Catia Faria, desde Barcelona, reconoce también a Ate como una actriz dentro
del transfeminismo antiespecista y a la Plataforma Transfeminista por la Liberación Animal.
Por otro lado, Analú Laferal, desde Medellín, también hace una mención de Catia Faria como
un referente teórico importante; otras actrices nombradas fueron la Cerda Punk o Missogina,
Ochodoscuatro Ediciones, el proyecto artístico Eunuca y la activista Debie Vicent. Soledad
Fernández, también desde Bogotá, nombró la Colectiva Libertaria Severas Flores, a la cual
pertenece, el Frente de Liberación Animal (desde lo antiespecista) y al movimiento Bash
Back! (desde lo transfeminista o queer). Emma Álvarez, desde Ciudad de México, menciona
a un colectivo que existió en 2014 llamado Maricas Antiespecistas y reiteradamente a algunas
comunidades indígenas, que aunque no se nombren como transfeministas antiespecistas,
tienen una relación entre sí y con otras especies mucho más respetuosa que grupos o
colectividades de occidente que así se definen.

Lo que se evidencia es que el reconocimiento de actrices es diverso, coincide en pocas


ocasiones, pero se obtiene una muestra significativa, teniendo en cuenta que la cantidad de
personas entrevistadas es poca y que el transfeminismo antiespecista no es un movimiento
que tenga mucha fuerza, una estructura amplia, coordinada y dilatada en el tiempo, con
referentes sólidos, ni un movimiento que haya tenido aún gran reconocimiento. También se
percibe que dependiendo de las posiciones geográficas se nombran unas u otras actrices,
teniendo todavía el movimiento, sobre todo como activismo, una dimensión local. Por
ejemplo, es el caso de Emma Álvarez, de Ciudad de México, al reconocer a las comunidades

55
indígenas como campo compartido de inquietudes coincidentes, o de Soledad Fernández, que
nombra a la colectiva de su ciudad.

3.2. Acciones

En segundo lugar está la categoría de acción, cuya utilización parte de la relación


simbiótica que tiene con la categoría anterior, el actor, que, como dice Hindess, es “un lugar
de decisión y acción en el que esta última es, de alguna forma, consecuencia de aquella”
(1986. p.115) entendiéndose entonces al actor como un sujeto o una unidad de acción. De
esta manera, las acciones organizadas que fueron obtenidas de las entrevistas tienen que ver
con los hechos ejecutados por las actrices entrevistadas y a su vez las acciones que ellas
reconocen desde sus contextos.

Logro identificar treinta acciones, tanto desde lo individual como desde lo colectivo.
Ate Guerrero inicia hablando de su militancia en el anarquismo, antes, incluso, que en el
feminismo o el antiespecismo, significando éste una base política en su vida como activista;
posteriormente estaría su militancia en colectivos feministas y luego en los antiespecistas.
Refiere también que es al leer a Peter Singer en la universidad cuando decide pasar de ser
vegetariana a vegana y comenzar su activismo por la liberación animal, lo cual la lleva a
fundar un colectivo antiespecista. Sin embargo, debido a una agresión recibida por parte de
quien era su pareja (hombre cis) en el colectivo antiespecista que había fundado, y al poco
apoyo recibido por parte de las otras personas que conformaban dicho colectivo, surgió la
necesidad de crear un colectivo antiespecista no mixto con perspectiva feminista. Además
del acercamiento al antiespecismo, le resultó fundamental realizar una búsqueda de
acercamientos a la problemática de los animales no-humanos dentro del movimiento
feminista, ámbito de lecturas en el que se encontró con actores mencionadas anteriormente
que dieron luces y argumentos a su activismo, hasta el punto de diseñar una charla titulada
“Alianzas en la otredad: transfeminismo y Liberación Animal”, dando de esta manera los
primeros pasos para que otras mujeres con sensibilidades parecidas se levantaran se
familiarizaran con su propuesta y se sumaran a ella, pues ésta es la primera charla datada por
el Archivo del Movimiento Antiespecista Transfeminista en el Estado Español, pronunciada
en junio de 2015 en Barcelona. Poco después pone en marcha el proyecto de realización de
un documental, Muta, que aborda temáticas de compromiso y transversalidad en la lucha

56
antiespecista y transfeminista, además de otras como antinatalismo, antirracismo y cuestiones
de clase, que en la actualidad se encuentra en vías de realización.

Por su parte, Catia Faria menciona el antiespecismo como un primer momento dentro
de su activismo, pero recalca la necesidad del feminismo por su reconocimiento del sexismo
como opresión y discriminación injustificadas y por su lucha sistemática y cotidianamente
contra ello mucho antes de que comenzara su lucha contra el especismo. Faria hace alusión
a la acción de cuestionar el statu quo en primer lugar feminista, “es decir a un feminismo
hecho sobre todo por y para mujeres cis, blancas, heterosexuales, sin diversidad funcional,
neurotípicas…” (C. Faria, comunicación vía correo electrónico, 6 de octubre de 2017), por
parte del transfeminismo, y también a la de problematizar el “statu quo transfeminista y su
desatención al privilegio que todes ostentamos con base en la especie a la que pertenecemos”
(Ibidem) por parte del antiespecismo, lo que da como resultado el surgimiento del
transfeminismo antiespecista. Otras acciones de suma importancia realizadas por Faria y que
elle no menciona en la entrevista son las publicaciones constantes de textos académicos y/o
divulgativos en revistas, libros, blogs o diarios; las entrevistas que concede para diarios
locales; la participación y realización de/en talleres, charlas, festivales, conferencias,
programas radiales; y la docencia que ejerce en la Universitat Pompeu Fabra.

La tercera persona entrevistada, Analú Laferal, menciona su militancia anarquista y el


acercamiento a ésta desde el anarcopunk en primer lugar, y el entendimiento de las cuestiones
especistas y sexistas a través de este movimiento. Una de sus acciones principales
actualmente es el proyecto artístico Eunuca, donde se realiza un trabajo de experimentación
audiovisual, activismo y etnografía visual abordando temas transfeministas, antiespecistas y
pospornográficos. Sus acciones cotidianas como la alimentación, el vestuario, las prácticas
sexuales e identitarias, son herramientas principales con las que aborda el transfeminismo
antiespecista. Analú refiere a su vez que dentro de los movimientos antiespecistas de la
ciudad de Medellín se están dando pocos debates sobre el feminismo; cuenta que existen
encuentros para organizar la realización de una acción pública o publicar un fanzine sobre el
tema, pero terminan siendo efímeros, es decir, no hay ni fuerza ni coordinación grupal tan
fuerte como para que pueda hablarse con rigor de la existencia de un movimiento

57
transfeminista antiespecista en la ciudad, con un núcleo activo organizado, vías de expresión
y difusión, desarrollo teórico programático, etc.

Coincide también Soledad Fernández al mencionar que, en primer lugar, su militancia


fue en el anarquismo, específicamente su encuentro con el anarcopunk. Fernández, también
colombiane, habla de las alianzas que pueden existir entre algunos parches18 transfeministas
y antiespecistas, diálogos permanentes y redes de apoyo que se nutren, pero no cree que
pueda hablarse de la existencia de una colectivo específico que pueda recibir de manera
inequívoca el calificativo de movimiento o grupo transfeminista antiespecista. A su vez
menciona que la lectura constante de fanzines, entrevistas, manifiestos y ensayos, tanto
antiespecistas como transfeministas le han permitido nutrirse y tener como referentes no tanto
a académicas, sino a activistas. También Soledad Fernández aborda el tema desde sus
acciones cotidianas: su forma de relacionarse con las demás personas, su alimentación, forma
de vestir y actuar, el uso de las herramientas de la acracia, según ella lo denomina, como el
apoyo mutuo, la autonomía, la asociación libre, la autogestión, el rechazo a la jerarquización,
la realización de talleres, boicots, performances, festivales, fiestas y cineforos.

Emma Álvarez, por su parte, coordina un proyecto llamado “Joterismo: feminismos


jotos y analquismo”, donde se abordan temas sobre género, feminismos, disidencia sexual,
antiespecismo, movimientos sociales y militancia anarquista. El ser marica desde pequeña le
llevó a pensar el género y las violencias de manera crítica, siendo ese un punto de partida en
su accionar activista pues el encontrar también a otras maricas orgullosas de su feminidad le
permitió entender que sentirse obligada a la masculinidad no dejaba de ser una forma de
violencia. También participó en la creación del Bloque Contra el Encierro Animal, que
realizaba acciones en los zoológicos, acuarios y circos de la ciudad para detener el maltrato
de los animales no-humanos; conformó un grupo para cocinar comida vegana a personas en
situación de calle y se dedicó a la difusión del veganismo por medio de diferentes actividades;
constantemente aborda el tema antiespecista en los espacios feministas y jotos19 en los que

18
Perteneciente a la jerga colombiana que se refiere al conjunto de personas que se reúnen para realizar
una actividad.

19
Expresión utilizada en México para referirse a los hombres homosexuales.

58
participa; y finalmente, se ha dedicado a la creación de espacios autónomos para debatir
lecturas, documentales, experiencias y reflejar en actos lo que se está pensando sobre estos
temas.

Al igual que con las actrices, las acciones son diversas, aunque entre éstas se puede
encontrar más convergencia. Por ejemplo, es de resaltar que cuatro de cinco entrevistadas,
comenzaron su activismo desde el anarquismo: Ate Guerrero y Emma álvarez desde las
militancias anarquistas y Analú Laferal y Soledad Fernández desde la música, influenciadas
especialmente desde el anarcopunk, “corriente del punk más crítica y politizada donde se
mencionaban los feminismos y la liberación animal” (S.F. Fernández, comunicación vía
correo electrónico, 18 de octubre de 2017). Otro de los puntos en común es que todas abordan
el transfeminismo antiespecista desde sus acciones cotidianas y son activistas. Guerrero y
Laferal utilizan los medios audiovisuales, Álvarez y Fernández los colectivos, los festivales
y los encuentros; por su parte Faria trabaja desde un enfoque más académico, sin dejar a un
lado otras herramientas que hacen parte de su activismo.

Puede percibirse una divergencia derivada de las procedencias geográficas. Mientras


Catia Faria y Ate Guerrero hacen alusión a plataformas, movimientos, archivos y colectivos
que se nombran como transfeministas antiespecistas en el Estado Español, Emma Álvarez,
Analú Laferal y Soledad Fernández no reconocen, o al menos no nombran, dentro de las
ciudades latinoamericanas, un colectivo o grupo de personas cuyo activismo esté enfocado,
coordinado y fuertemente impulsado desde esta perspectiva tan específica.

3.3. Ideas

Por último, está la categoría de idea, entendiéndose ésta como un proceso cerebral
correspondiente a una situación específica generando reflexiones acerca de ésta y teniendo
un impacto en el comportamiento social en la medida en que guían acciones; igualmente
“abarca preceptos, imágenes mentales, recuerdos, conceptos, proposiciones, teorías,
inferencias, problemas, propuestas, instrucciones, planes y mucho más. La mayoría de las
ideas se pueden expresar en símbolos, como la palabra hablada o escrita, dibujos o fórmulas
matemáticas” (Bunge, 1999. p.75).

59
A la hora de sistematizar esta categoría, evidencio que no es preciso cuantificarla, razón
por la cual no hay un número exacto de las ideas que las actrices proponían en las entrevistas.
En primer lugar, están las ideas de Ate Guerrero, quien inicialmente afirma que cada vez son
más y están mejor organizadas las personas que componen o forman parte de colectivos
transfeministas antiespecistas en el Estado Español: “tenemos una red envidiable” (A,
Guerrero, comunicación vía correo electrónico, 16 de octubre de 2017), llega a decir, pues
se ha producido recientemente un florecimiento, que más que puntual ha sido rizomático,
razón por la que no puede decir dónde se ha originado exactamente. Por otro lado, Guerrero
enuncia cuatro puntos de encuentro y debate desde el activismo y la teoría del transfeminismo
y el antiespecismo. El primero es la política desde los cuerpos, pues el transfeminismo ha
desarrollado una importante política de los cuerpos y el transfeminismo antiespecista ha
situado junto a los cuerpos humanos, los cuerpos de los demás animales:

Básicamente se basa en visibilizar que el transfeminismo ha desarrollado una importante política


sobre los cuerpos y desde los cuerpos. Han visibilizado que existe un cuerpo modelo que ocupa el lugar
de máximo valor (el varón, cis blanco, hetero occidental etc.) y que a su alrededor podemos trazar otros
lugares de menos privilegios que ocuparían cuerpos menos privilegiados. En este esquema tan
interesante en el que gráficamente vemos los privilegios de algunos cuerpos y las opresiones de otros,
¿dónde están los demás animales? El transfeminismo antiespecista ha situado junto a los cuerpos
humanos, los cuerpos de los demás animales. Esto es, les han reconocido la categoría de cuerpo. Esto es
importante puesto que los animales no son considerados cuerpos, son considerados comida, fuerza de
trabajo etc. (Ibidem)

El segundo punto es la crítica a la subjetividad moderna, pues desde ambos


movimientos (el transfeminismo de forma más consciente y el antiespecismo un poco menos
consciente) se ha desarrollado dicha crítica, la cual pasa a ser una cuestión con profundidades
filosóficas que no se detallaron en la entrevista. En tercer lugar está el asunto del
antinatalismo, del cual, dice, poco se habla, pero que evidencia que al igual que la lucha por
el aborto libre y gratuito, también decidir que nuestros cuerpos no van a reproducirse es una
acción política y de autoposesión:

Incluso la decisión de la esterilización voluntaria irreversible es un acto de autoposesión y de


decisión irrevocable de No traer más individuos humanos al mundo. Esto por varias razones políticas
basadas en los recursos económicos y materiales además de tiempo dedicado a alguien y no a los

60
animales no humanos(...) También por una cuestión fundamental para mí: son potenciales explotadores
de animales. (Ibidem)

Por último, está el tema de las agresiones, que también se viven en los colectivos
antiespecistas. De esta manera, las transfeministas se están organizando para visibilizar las
agresiones machistas que hay dentro de dichas organizaciones, pues no existen posiciones
neutrales ni dos versiones de la historia cuando se habla de agresiones. Finalmente, algo muy
importante es que el transfeminismo ha tratado de tejer alianzas con otros colectivos
oprimidos por otras cuestiones: “a las transfeministas (especistas) se les llena la boca
hablando de las opresiones que sufren pero nos cuesta mucho trabajo vernos como
opresorxs… Tenemos que mirarnos los privilegios, el de especie también” (Ibidem).

En lo que respecta a las ideas de Catia Faria, ella afirma que, en principio, considera
que puede hablarse del transfeminismo antiespecista como un movimiento político o social,
entendiendo que el transfeminismo es considerado como tal, aunque aún más marginal y más
en contra del statu quo:

El transfeminismo surge como un cuestionamiento y una respuesta política al statu quo feminista,
es decir a un feminismo hecho sobre todo por y para mujeres cis, blancas, heterosexuales, sin diversidad
funcional, neurotípicas, entre otras situaciones de privilegio. Del mismo modo, el antiespecismo viene a
cuestionar el statu quo transfeminista y su desatención al privilegio que todes ostentamos con base en la
especie a la que pertenecemos. La restricción del sujeto político y de los ejes de opresión y
discriminación a la especie humana es puramente arbitraria (C. Faria, comunicación vía correo
electrónico, 6 de octubre de 2017)

Sin embargo, afirma que, a pesar de que se lo califique como un movimiento social,
eso no determina su legitimidad o alcance político, sino la importancia de sus principios y la
urgencia de su lucha. Por esa razón, no sabría decir si hay o no un movimiento a nivel global
o cuándo puede haber empezado, pero lo que sí sabe es que “hay redes cada vez más extensas
de personas y colectivos con las mismas preocupaciones transfeministas y antiespecistas,
retroalimentándose desde distintos lugares geográficos en el mundo” (Ibidem). De esta
manera precisa, al igual que Ate, que no existe un momento específico de cuándo se origine
el transfeminismo antiespecista, no existe una estructura jerárquica de éste, sino que es más
bien rizomática y se va construyendo paulatinamente a través de nuevas alianzas que van

61
surgiendo. Afirma además que, si existe dicho movimiento a nivel global, una parte de éste
está definitivamente en el Estado Español e identifica un momento específico en el que se
empiezan a tejer redes, nombrando al respecto a ate Geurrero, cuando empieza a entrevistar
a “mujeres, bolleras y trans del movimiento de liberación animal para un documental y de
repente lo que pretendía ser un mero diagnóstico de una realidad invisibilizada, termina por
ser la construcción misma de una red alternativa al activismo antiespecista mainstream.”
(Ibidem). Dando como resultado la plataforma “Transfeministas por la Liberación Animal

Uno de los problemas que plantea Faria es el cuestionamiento que le generan aquellas
propuestas, incluso muy articuladas, transfeministas antiespecistas que se convierten en “una
suma simple de transfeminismo y veganismo o bien en la vindicación de la no normatividad
de identidades en el movimiento antiespecista” (Ibidem). En su opinión, pues, debería irse
mucho más lejos y sería posible extraer implicaciones prácticas de los principios
transfeministas aplicados más allá de la especie humana:

Por ejemplo, un problema en el que estoy trabajando hace tiempo para el cual no he encontrado
una respuesta satisfactoria es determinar en qué medida la problematización transfeminista de la
relevancia normativa de “lo natural” nos puede ayudar a la hora de saber cómo debemos enfrentarnos a
los daños que sufren los animales en el medio salvaje por causas naturales (Ibidem).

Uno de los principales cuestionamientos que puede hacérsele al transfeminismo


antiespecista es en qué se diferencia del ecofeminismo. Al respecto, Catia Faria tiene una
posición clara que le permite argumentar de qué manera se distancian dichas posturas. En
primer lugar, habla de la romantización de lo natural, tal y como se hace con la maternidad y
la heterosexualidad, que son percibidas como naturalmente idílicas, y la compara con el modo
en que se romantiza lo natural referente a individuos de otras especies, particularmente,
aquellos que viven en el medio salvaje:

Una de las estrategias patriarcales más efectivas en la perpetuación del statu quo (dañino para la
mayoría de individuos existentes) es su romantización – una estrategia de manipulación de las creencias
y deseos de los individuos para que se sometan a prácticas naturales que van, a menudo, en contra de
sus verdaderos intereses y favorecen la institución patriarcal. Tal y como la maternidad y la
heterosexualidad son percibidas como naturalmente idílicas, también lo es todo lo natural referente a
individuos de otras especies, en particular, aquellos que viven en el medio salvaje. El ecofeminsmo,
paradójicamente, cae en esta artimaña, defendiendo una posición de no intervención (“hands off

62
approach”) y de incluso celebración de los procesos naturales, fuente de sufrimiento y muerte para un
número aplastante de animales no humanos, como parte del “curso natural de las cosas”. Sin embargo,
y como decía antes, reconocer que “lo natural” no tiene relevancia normativa, nos conduce a
problematizar los daños naturales que sufren los demás animales tal y como lo hacemos en el caso
humano (Ibidem).

En segundo lugar, habla del deber del cuidado que se exige con relación a quienes están
en situaciones de desfavorecimiento, en este caso los animales salvajes, pues las formas de
intervención que se han dado en la naturaleza han seguido modelos masculinos de
dominación como la caza. Sin embargo, aclara, oponerse a estas formas de intervención no
implica abstenerse de intervenir, sino que por el contrario “implica intervenir de formas
beneficiosas para los animales en cuestión, guiadas por el cuidado y la satisfacción de sus
intereses básicos en vivir y no sufrir” (Ibidem). Concluye sosteniendo que esta intervención
también implica buscar maneras de mitigar y prevenir dichos sufrimientos, investigar sobre
las necesidades específicas de los animales que viven de manera salvaje y determinar cuáles
son esas formas de intervención más efectivas que permitan el desarrollo sostenible de su
bienestar.

Faria enuncia cinco puntos de encuentro, más que de debate, entre el transfeminismo y
el antiespecismo. Primero, al igual que Ate Guerrero, considera que un punto fuerte de
contacto es la ampliación del sujeto político “a todes aquelles oprimides por el
heteropatriarcado” (Ibidem), el cual se nutre del especismo, en la misma medida en la que se
nutre de otras formas de discriminación y opresión que afectan exclusivamente a seres
humanos, tales como el cisexismo y el heterosexismo: “En ese sentido, los animales no
humanos califican legítimamente como sujeto político del transfeminismo. Restringirlo a la
especie humana es una estipulación arbitraria injustificada” (Ibidem). El segundo punto de
contacto tiene que ver con el rechazo a diferentes formas de discriminación y sistemas de
poder que controlan los cuerpos, tanto humanos como no humanos, pensando, por ejemplo,
la arbitraria opresión que se ejerce sobre los cuerpos de los animales no humanos,
transformados diariamente en un producto consumible. Consecuencia de éste sería el tercer
punto de encuentro: el cuestionamiento de los privilegios, tanto de los que disfrutan los

63
hombres sobre las mujeres 20 como los que ostentan los humanos sobre los no humanos. En
cuarto lugar, estaría el cuestionamiento de lo que puede llamarse la “normatividad natural”.
Y por último, un punto en común que Catia Faria destaca dentro de la teoría antiespecista, la
sintiencia como aquel criterio de delimitación de quienes importan y debemos respetar:

…la sintiencia como criterio de consideración moral es el único criterio que nos permite justificar
por qué importan los seres humanos independientemente de su género, color de piel, status socio-
económico, capacidades cognitivas, funcionalidad física, prácticas sexuales o procedencia geográfica.
Importan en la misma medida porque ninguno de estos atributos afecta a sus intereses en no ser dañado
o beneficiado por algo. Lo único necesario para ser dañado o beneficiado es ser sintiente, es decir, tener
la capacidad para sufrir y disfrutar. Ahora bien, en ese aspecto, humanos y no humanos son iguales y
por tanto tienen un interés en no sufrir y en disfrutar de sus vidas que debe ser igualmente respetado
(Ibidem).

Sin embargo, a pesar de esos vasos comunicantes, quienes defienden cada posición, ya
sea transfeminista o antiespecista, defienden en la teoría unos principios y valores que luego
no están en disposición de asumir en la práctica con todas sus implicaciones, manifestándose
divergencias en el modo de organizar el activismo por parte de cada movimiento, haciéndose
caso omiso de lo que ambos comparten y canalizándose la acción como si ambos abordaran
problemas diferentes sin relación entre sí: “En la práctica, veo dos movimientos
prácticamente incomunicados y mi llamado es simplemente a la consistencia: si defendemos
X, debemos luchar a favor de X.” (Ibidem).

Para finalizar, Catia Faria argumenta una de sus frases o lemas más conocidos, “La
lucha por la igualdad y la justicia es necesariamente feminista y antiespecista”, pues más que
igualar las luchas neutralizando aportaciones distintas o diferencias, explica:

(…) se trata de reconocer que sólo hay una lucha: aquella que busca un mundo más justo para
todos los seres que pueden sufrir y disfrutar de sus vidas, más allá de su especie y de otros factores
irrelevantes como el género. Así, el feminismo inclusivo y el antiespecismo feminista deberían ser, en
realidad, distinciones puramente transitorias ya que un feminismo consistente no puede excluir

20
Esto incluye a su vez una serie de características que les hacen más o menos privilegiados, y más o
menos oprimidas, que tienen que ver con factores como la orientación sexual, la identidad de género, la
racialización de los cuerpos, el lugar de nacimiento y de residencia, la capacidad adquisitiva, las diversidades
corporales y cognitivas, entre otros.

64
justificadamente a los demás animales, ni un antiespecismo serio puede admitir actitudes
discriminatorias en la base de sus prácticas (Ibidem).

En tercer lugar están las ideas de Analú Laferal. Inicialmente afirma que el
transfeminismo antiespecista no es un movimiento político, pues estos tienen una carga
identitaria que, en el caso del movimiento que nos ocupa, no es tan fácil de comprimir en un
programa que se identifique con nitidez, sino que se trata más bien de grupos de personas en
el mundo que encuentran sintonía en torno a ese tema en común. Laferal alude
inmediatamente después a una cuestión que hace que haya una divergencia entre lo que
plantean Ate Guerrero y Catia Faria, y tiene que ver con la geolocalización de ella misma:
esta divergencia hace referencia a la concepción y la organización en torno al transfeminismo
en Colombia y en general en América Latina, algo que está en emergencia desde muy
recientemente:

El movimiento feminista en Colombia y en Latinoamérica está muy articulado, es un movimiento


grande, de base… siento que no todo el movimiento feminista se ha dado a discusión sobre el
transfeminismo, que eso es fundamental y las personas que se están dando la discusión con el
transfeminismo no han considerado el antiespecismo. (A. Laferal, entrevista personal, 20 de octubre de
2017)

En cuanto a los puntos de contacto entre el transfeminismo y el antiespecismo, Analú


Laferla considera que, en la teoría, ambos movimientos “crecen de la misma tierra y del
mismo abono se alimentan (…) cuando leo sobre transfeminismo y cambio por ejemplo la
palabra heteropatriarcado por especismo, me sigue teniendo sentido la frase” (Ibidem). Lo
que le permite concluir que es un aspecto compartido fundamental el hecho de ser tanto el
especismo y como el sexismo dos opresiones arbitrarias e injustificables.

Sin embargo, uno de los puntos en que Analú Laferal considera que divergen es dentro
de las organizaciones y colectivos, una divergencia que tiene que ver con la priorización de
las luchas que generan un menosprecio por otras en lugar de un sentimiento de solidaridad e
impulso común. Por ejemplo: cuando dentro de colectivos feministas se coloca sobre la mesa
el punto de vista y las reivindicaciones del antiespecismo, no es extraño que se responda con
un “ya habrá tiempo para eso”. Otro de los puntos que Laferal considera que generan
desencuentro procede igualmente de algunos movimientos feministas que reducen el

65
antiespecismo a veganismo, opción alimentaria que es criticada también como un privilegio
burgués y un acto capitalista, cayéndose de esta manera en una crítica a las acciones
antiespecistas como si fueran caprichos de clase alta que carecen de pensamiento social,
cuando realmente el veganismo y otras acciones poseen en su base justificadora un enunciado
de cuidado y de abolición de jerarquías, no solamente entre las personas sino también entre
éstas y el resto de seres vivientes. Por su parte, también el antiespecismo se muestra con
frecuencia poco atento a las reivindicaciones feministas: el movimiento antiespecista sigue
estando en manos de varones que no consideran el feminismo en el mismo rango de sus
reivindicaciones ni se cuestionan su lugar privilegiado de enunciación, siendo entonces
perpetuadores del sexismo y con frecuencia insensibles a la violencia y a la opresión que
sigue ejerciéndose sobre las mujeres.

Finalmente, con respecto a la frase de Catia Faria sobre la justicia y la igualdad, Analú
Laferal considera que ningún animal humano debería ejercer violencia sobre otros seres
sintientes, pero no comparte que ese no ejercer violencia tenga que estar enunciado como
transfeminista antiespecista:

Conozco prácticas y personas muy cuidadosas que nada que ver con transfeminismo y con
antiespecismo, sino más desde otros puntos más del cuidado, de otros lados, y siento que también son
válidos …me parece muy linda en lo personal, y la llevaría como bandera y realmente la llevo como
bandera en muchos momentos de mi vida, pero el decir que tiene que ser necesariamente transfeminista
y antiespecista, siento que ya está cayendo en un ejercicio de obligación, como de única manera posible
y eso creo que es lo que me genera un poquito de ruido (Ibidem).

Por su parte, Soledad Fernández plantea inicialmente que el transfeminismo antiespecista sí


puede ser un movimiento social y político, aunque no cree que haya actualmente tal movimiento
global, sino tan solo brotes temporales y fugaces. Hace referencia también a que los movimientos
transfeministas son muy jóvenes y no siempre se articulan a la lucha antiespecista, y a su vez,
considera que los movimientos antiespecistas se plantean luchas contra todas las opresiones, pero
pocas veces éstas se nombran desde lo trans, lo no binario o desde posturas feministas:

Me arriesgaría a decir que veo más fácil que un parche transfeminista se plantee asuntos
antiespecistas a que un grupo antiespecista se pensara el transfeminismo, o sea estos últimos están
liderados por hombres y personas cis en su mayoría, y en ese lugar pocas veces se piensa a otros sujetos

66
humanos en condición de opresión por razones sexo-genéricas (S.F. Fernández, comunicación vía correo
electrónico, 18 de octubre de 2017).

Finalmente Soledad Fernández propone un planteamiento libertario: “nadie será libre


hasta que todes seamos libres”, afirmando que estas luchas abogan por quienes carecen de
privilegios o disfrutan pocos de ellos y reciben mayores formas de opresión, y manifestando
su convicción en que un mundo en el que se abolieran los conceptos de especie, raza y clase
sería mejor.

Por último, Emma Álvarez Brunel comienza la entrevista exponiendo su particular


desconfianza a la de hora de hablar de movimientos, pues la palabra misma puede ocasionar
una generalización peligrosa, especialmente porque de un movimiento se espera unidad y el
seguimiento de una serie de consignas, lo que genera inevitablemente una homogenización
de las individualidades por la colectividad que preferiría evitar. Por esa razón el/la prefiere
pensar en el transfeminismo antiespecista como “células organizativas, cada una con sus
luchas, estrategias y demandas” (E. Álvarez, comunicación vía correo electrónico, 25 de
septiembre de 2017).

Cuando hablamos de un movimiento o movimientos globales antiespecistas se tiende a pensar en


Occidente; sin embargo, sí considero, sin idealizar, que muchos pueblos indígenas han tenido una
relación más respetuosa con el ambiente y otras especies (Ibidem).

Emma Álvarez, por su parte, expone dos puntos en los que se encontrarían el feminismo
y el antiespecismo, uno en el ámbito de la lucha política y otro en los postulados teóricos. En
cuanto a lo primero, se refiere a que ambos tienen la necesidad de luchar contra las formas
de comercialización y explotación de los cuerpos; en lo segundo, a la urgencia que se tiene
de entender profundamente el sistema en el que vivimos y sus formas de operar, para poder
ejercer o impulsar su transformación:

Como lucha política creo que se encuentran en la necesidad de luchar contra las formas de
explotación y comercialización de nuestros cuerpos, con la defensa de nosotres y otres animales frente
a las diferentes violencias que responden a un sistema de dominación y opresión. Como teoría se
encuentran en la urgencia por seguir describiendo ese sistema que vivimos y entender sus formas de
operar. Es ahí que contextualizarnos y hablar desde las experiencias toma relevancia. También pensar
en la interseccionalidad de las luchas y cómo nos oprimen muchos sistemas (Ibidem).

67
Finalmente, Emma Álvarez considera que tanto transfeminismo como antiespecismo
son posturas políticas que no tienen que ser universales o globales, pues una persona puede
defender los derechos o la dignidad de mujeres, la diversidad sexual o causas animalistas, y
no nombrarse desde estas posturas necesariamente, coincidiendo con lo que plantea Analú
Laferal.

Después de lo presentado acerca de las ideas que exponen cada una de las entrevistadas,
se pone en evidencia que hay una diversidad de planteamientos y reflexiones sobre el
transfeminismo antiespecista, que surgen de las experiencias vividas, las lecturas, las
investigaciones y los estudios realizados con respecto al tema. También se comprueba que
una parte de estas diferencias responde a la geolocalización de cada una, mostrándose más
similitudes entre Ate Guerrero y Catia Faria, que habitan un territorio muy cercano (dentro
del Estado Español, aunque en diferentes ciudades) que entre ellas dos y Soledad Fernández,
Emma Álvarez y Analú Laferal, que comparten a su vez una idiosincrasia latinoamericana,
aunque entre las tres últimas existan también divergencias. Por ejemplo, mientras les dos
primeres hacen alusión a plataformas, movimientos, archivos y colectivos que se nombran y
autodefinen como transfeministas antiespecistas en el Estado Español, les tres segundes no
reconocen, o al menos no nombran, dentro de Latinoamérica, un colectivo o grupo de
personas cuyo activismo esté enfocado desde esta perspectiva tan específica, razón por la que
probablemente no se atrevan a nombrarlo como un movimiento social o político. Con
respecto a esto último, Guerrero y Faria tampoco hacen una afirmación rotunda de qué
pudiera ser un transfeminismo antiespecista: hablan más de organizaciones o estructuras
rizomáticas, un punto de vista que se desarrollará a continuación, en la reflexión final.

Según lo investigado, podría decirse que hay por lo tanto más acogida en el Estado
Español que en Latinoamérica por lo que podríamos llamar un movimiento transfeminista
antiespecista. Posiblemente porque son conceptos diferentes y desconocidos, desde
Latinoamérica sí existen colectivos o grupos de personas que se posicionan dentro del
ecofeminismo y tienen características, valores, posturas teóricas y modos de acción
cotidianos o articulados que se asemejan a los de los colectivos transfeministas antiespecistas
del Estado Español. Al ser ésta una investigación con un sesgo conceptual muy marcado y
orientado a facilitar la caracterización del transfeminismo antiespecista no se ha considerado

68
pertinente identificar aquí los rasgos compartidos con el ecofeminismo, cuestión que
redundaría negativamente en el objetivo de establecer con cierta precisión límites
conceptuales. Con todo, la confrontación del transfeminismo antiespecista con el
ecofeminismo podría contribuir a esta caracterización, sobre todo buscando señalar aquello
que el primero no ha encontrado reflejado en el segundo, pero dejamos apuntada esa tarea
para una investigación complementaria a la que aquí se ofrece.

69
CAPÍTULO 4

4. REFLEXIÓN FINAL

No hay nada más bello, más amoroso, más político que los
tallos subterráneos y las raíces aéreas, la adventicia y el rizoma.
(Deleuze & Guattari, 1988)

Para hacer una caracterización del transfeminismo antiespecista es necesario,


considero, posicionarse desde una perspectiva coherente con este postulado, teniendo en
cuenta que el movimiento, como tal, se encuentra todavía en proceso no cerrado de gestación
y autodefinición. Por lo tanto, no sólo las entrevistas y lecturas abren un abanico de
posibilidades para identificar cómo se están tejiendo redes, qué se hace en distintos puntos
geográficos, de qué se habla y sobre qué se reflexiona, y quiénes son los y las emisoras en el
proceso, sino también un cúmulo de experiencias propias que están atravesando las prácticas
y los discursos de mi cotidianidad. Un contexto geopolítico y social proporciona a cada
persona las necesidades y herramientas para construir su propio devenir; por tanto, así los
devenires tengan un punto en común (en este caso el transfeminismo antiespecista), trabajar
para la construcción de éste tiene un sin fin de posibilidades.

Todo inicia cuando, en mi evolución personal e intelectual, me pregunto por el qué es,
el cuándo y el dónde surge el transfeminismo antiespecista, al que me aproximo con empatía
y curiosidad. Ni los artículos ni los libros, es decir, el material predominantemente
académico, daban cuenta de estas inquietudes, que, sin embargo, empezaron a esbozarse
como respuestas a través de las entrevistas que han servido de base para este Trabajo de Fin
de Máster, entrevistas que fueron perfilando un núcleo de afinidades y coincidencias. De las
entrevistas brotó también algo que redunda directamente en la posible caracterización del
movimiento: su resistencia a definirse mediante mecanismos conceptuales habituales, a
adaptarse a categorías ortodoxas de definición. Ate Guerrero y Catia Faria hicieron referencia
a lo rizomático; Analú Laferal habló de puntos de encuentros y desencuentros; Soledad

70
Fernández de brotes fugaces; y Emma Álvarez de células organizativas. Todas ellas
desconocían un origen o matriz desde el qué construir la caracterización:

No sabría precisar cuándo ha empezado ese movimiento ya que no creo que tenga una estructura
jerárquica, con un claro centro que lo origina, sino más bien rizomática: se va construyendo y
modificando continuamente a partir de las nuevas alianzas que van surgiendo. (C. Faria, comunicación
vía correo electrónico, 6 de octubre de 2017)

Esto es lo que ha pasado: un florecimiento. Ha sido más rizomático que puntual, por ello no
podría decir dónde surge en el estado español (A. Guerero, comunicación vía correo electrónico, 16 de
octubre de 2017)

Pues específicamente el movimiento transfeminista antiespecista no tengo nociones de dónde


pueda surgir, veo puntos de encuentro y puntos de desencuentro a lo largo de la historia, pero no son de
enunciación específica transfeminista antiespecista, entonces no podría identificar bien ese punto de
origen, ni donde, ni cuando, ni quienes (A, Laferal, entrevista personal, 20 de octubre de 2017 )

Pienso que sí es un movimiento social y político, no creo que haya tal movimiento global, más
bien brotes, temporales y fugaces (S.F. Fernández, comunicación vía correo electrónico, 18 de
octubre de 2017)

Me conflictúa hablar de movimientos (…) Me gusta pensar más en células organizativas, cada
una con sus luchas, estrategias y demandas (E. Álvarez, comunicación vía correo electrónico, 25 de
septiembre de 2017)

Estas ideas me hicieron pensar en que el transfeminismo antiespecista es una


construcción rizomorfa, que no tiene un origen establecido, sino que es la unión de
multiplicidades que cambian de naturaleza al juntarse.

A continuación propongo la hipótesis de que el transfeminismo antiespecista lo


constituyen líneas de fuga de un Rizoma 1, que será el feminismo, y un Rizoma 2, que será
el movimiento animalista, entendiendo estos conceptos según los planteamientos teóricos de
Gilles Deleuze y Felix Guattari (2004 [1988]). Argumentaré esta hipótesis a partir de los seis
principios que ellos proponen como características generales del rizoma. En primer y
segundo lugar están los principios de conexión y de heterogeneidad, el tercer principio es el
de multiplicidad, el cuarto, el de ruptura asignificante, y el quinto y sexto son los principios
de cartografía y calcomanía: “En sí mismo, el rizoma tiene formas muy diversas, desde su

71
extensión superficial ramificada en todos los sentidos hasta sus concreciones en bulbos y
tubérculos: cuando las ratas corren unas por encima de otras.” (Deleuze & Guattari, 2004
[1988]. p.12).

El primer y segundo principio, de conexión y heterogeneidad, hacen alusión a que


cualquier punto de un rizoma puede y debe ser conectado con cualquier otro, permitiendo
que no haya un punto fijo ni un orden establecido:

En un rizoma (…) cada rasgo no remite necesariamente a un rasgo lingüístico: eslabones


semióticos de cualquier naturaleza se conectan en él con formas de codificación muy diversas, eslabones
biológicos, políticos, económicos, etc. (...) Un rizoma no cesaría de conectar eslabones semióticos,
organizaciones de poder, circunstancias relacionadas con las artes, las ciencias, las luchas sociales
(Ibidem)

Hay una relación entre estos dos principios en cuanto a que el transfeminismo
antiespecista surge de la conexión entre ambas líneas de fuga que representan una
multiplicidad heterogénea. Multiplicidades con contextos y realidades geopolíticas que
divergen en unos factores y convergen en otros. Se establecen de esta manera agenciamientos
colectivos de enunciación que funcionarán directamente con los agenciamientos maquínicos.
Entendiendo desde un eje horizontal, un agenciamiento incluye dos segmentos, uno de
contenido y otro de expresión; el primero hace referencia a los agenciamientos maquínicos
de cuerpos, acciones y pasiones, mezcla de cuerpos que actúan los unos sobre los otros; y el
segundo, a los agenciamientos colectivos de enunciación, de actos y enunciados,
transformaciones incorporales que se atribuyen a los cuerpos. (Ibidem p.13)

En otras palabras, estos agenciamientos colectivos de enunciación son, por ejemplo,


las consignas, las cuales deben ser deducidas de la suma de particularidades de una situación
política determinada y a su vez deben dar cuenta del carácter social al que se está haciendo
referencia. Por ejemplo, frases como “contra la opresión patriarcal, animal y capitalista,
feminismo antiespecista” o “La lucha por la justicia y la igualdad debe ser necesariamente
transfeminista antiespecista”, pueden hacer referencia a este tipo de agenciamiento dentro
del transfeminismo antiespecista.

72
Si se objeta que esas particularidades remiten precisamente a la política y no a la lingüística habría
que señalar hasta qué punto la política trabaja la lengua desde dentro, haciendo variar no sólo el léxico,
sino también la estructura y todos los elementos de la frase, al mismo tiempo que cambian las consignas.
Un tipo de enunciado sólo puede ser evaluado en función de sus implicaciones pragmáticas, es decir, de
su relación con presupuestos implícitos, con actos inmanentes o transformaciones incorporales que él
expresa, y que van a introducir nuevas divisiones entre los cuerpos (Ibidem p.88)

El tercer principio, de multiplicidad -como un sustantivo-, hace referencia a que no


existen unidades dentro del rizoma, “no tienen ni sujeto ni objeto, sino únicamente
determinaciones, tamaños, dimensiones que no pueden aumentar sin que ella cambie de
naturaleza” (Ibidem p.14). Nuevamente se vuelve a los agenciamientos, pues estos son
precisamente ese aumento de dimensiones en una multiplicidad que cambia de naturaleza en
la medida que cambia sus conexiones. En un rizoma entonces no hay puntos o posiciones,
sólo hay líneas:

Lo múltiple hay que hacerlo, pero no añadiendo constantemente una dimensión superior, sino, al
contrario, de la forma más simple, a fuerza de sobriedad, al nivel de las dimensiones de que se dispone,
siempre n-1 (sólo así, sustrayéndolo, lo Uno forma parte de lo múltiple). Sustraer lo único de la
multiplicidad a constituir: escribir a n-1. Este tipo de sistema podría denominarse rizoma. (Ibidem p.12)

La multiplicidad hace referencia a que la unión de uno mas uno no deviene dos, ni
luego tres, ni cuatro o cinco; cuando dos multiplicidades convergen surge algo más, algo
diferente, cambia su naturaleza, porque no es una simple adición. “Las multiplicidades se
definen por el afuera: por la línea abstracta, línea de fuga o de desterritorialización según la
cual cambian de naturaleza al conectarse con otras” (Ibidem p.14). En este caso, como he
venido mencionando, esas líneas de fuga provienen del feminismo por un lado y del
movimiento animalista por el otro, cambian su naturaleza al conectarse porque se relacionan
las teorías y las prácticas, de manera que la corriente transfeminista es esa línea de fuga del
feminismo, y el antiespecismo la del movimiento animalista, convergiendo y cobrando
sentido las luchas de manera interseccional.

El cuarto principio es, como se adelantó, el de ruptura asignificante: los cortes


excesivamente significantes que separan las estructuras o atraviesan una. Deleuze y Guattari
nos hablan de que un rizoma puede ser roto e interrumpirse en cualquier parte, pero siempre
recomienza en alguna de sus líneas:

73
Todo rizoma comprende líneas de segmentaridad según las cuales está estratificado,
territorializado, organizado, significado, atribuido, etc.; pero también líneas de desterritorialización
según las cuales se escapa sin cesar. Hay ruptura en el rizoma cada vez que de las líneas segmentarias
surge bruscamente una línea de fuga, que también forma parte del rizoma. Esas líneas remiten
constantemente unas a otras. Por eso nunca debe presuponerse un dualismo o una dicotomía, ni siquiera
bajo la forma rudimentaria de lo bueno y de lo malo. (Ibidem p.15)

Para el rizoma 1, las diferentes corrientes del feminismo pueden representar esas líneas
de segmentaridad, pues según éstas se organiza, territorializa y se le da un significado. Hablo
entonces del transfeminismo como una línea de fuga porque la percibo como una ruptura del
rizoma en cuanto surge bruscamente, quizá, desde la corriente feminista radical (línea
segmentaria), sin dejar de formar parte del rizoma. Por su parte, para el rizoma 2, las
diferentes corrientes del movimiento ecologista representan esas líneas de segmentaridad; en
este caso es de la línea animalista de donde se produce una ruptura que genera la línea de
fuga del antiespecismo.

“¿Cómo no iban a ser relativos los movimientos de desterritorialización y los procesos


de reterritorialización, a estar en constante conexión, incluidos unos en otros?” (Deleuze &
Guattari, 2004 [1988]. p.15). Los autores dan comienzo con esta pregunta a la explicación de
la relación rizomática que existe entre una abeja y una orquídea, pues tanto la orquídea como
la abeja se desterritorializan: la primera, al formar una imagen como señuelo para que la
abeja haga una reterritorialización de ésta al absorber su polen, y la segunda, al devenir una
pieza del aparato reproductor de la orquídea y la reterritorializa cuando transporta ese polen.
De esta manera la abeja y la orquídea hacen rizoma, en tanto que heterogéneos; existe un
paralelismo entre dos estratos, de tal forma la organización vegetal imita a la organización
animal del otro. Es aquí donde se puede comprender con mayor profundidad el principio
anterior, de multiplicidad, pues se intenta ver algo distinto, ya no de imitación sino de
aumento del valor, encadenándose y alternándose ambos: “No hay imitación ni semejanza,
sino surgimiento, a partir de dos series heterogéneas, de una línea de fuga compuesta de un
rizoma común que ya no puede ser atribuido ni sometido a significante alguno.” (Ibidem
p.16).

De esta manera se puede entender que se sigue generando rizoma porque existe una
reterritorialización en este caso de las especies no humanas, por parte de las transfeministas,

74
y se desterritorializan en cuanto a que pasan a ser sujetos-objetos de producción y
subordinación por la humanidad, a ser seres no humanos con las mismas necesidades de
disfrutar la vida sintiendo placeres y evitando el dolor.

Por último, los principios quinto y sexto, de cartografía y calcomanía, tienen que ver
con que un rizoma no responde a ningún modelo estructural o generativo. Volviendo al
ejemplo de la abeja y la orquídea, se entiende que esta última no reproduce el calco de la
abeja, sino que hace mapa con ella en el seno de un rizoma; lo mismo ocurre con el
transfeminismo antiespecista, porque si el mapa se opone a ese calco es precisamente porque
está orientado a una experimentación que actúa sobre lo real:

El mapa no reproduce un inconsciente cerrado sobre sí mismo, lo construye. (…) Forma parte del
rizoma. El mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, alterable, susceptible de
recibir constantemente modificaciones. Puede ser roto, alterado, adaptarse a distintos montajes, iniciado
por un individuo, un grupo, una formación social. Puede dibujarse en una pared, concebirse como una
obra de arte, construirse como una acción política o como una meditación. (…) Contrariamente al calco,
que siempre vuelve a lo mismo, un mapa tiene múltiples entradas (Ibidem p.17-18)

De esta manera, entiendo que la reproducción de un statu quo feminista es el calco del
movimiento de mujeres. La legitimación de ciertas prácticas y discursos que tienen como
sujeto político sólo a las mujeres cis genera violencia, y cuando ese sujeto político es
cuestionado se empieza a hablar de transfeminismo. Así mismo, cuando se cuestiona el statu
quo de este transfeminismo y dentro de sus sujetos políticos se incluyen a los animales no
humanos, se genera esa conexión entre las líneas de fuga que devienen en el transfeminismo
antiespecista.

Finalmente, lo que pretendo con este Trabajo Fin de Máster, es plantear la posibilidad
de evidenciar los rasgos característicos de lo que se entiende como transfeminismo
antiespecista. No sobra resaltar que estos aportes son meras interpretaciones personales de
lecturas feministas, antiespecistas y filosóficas que me permiten comprender cómo diferentes
multiplicidades nos estamos moviendo en relación a un mismo tema que nos atraviesa, y por
supuesto, no se trata de un pensamiento estable o generalizante que busca la verdad absoluta,
siempre estará mutando.

75
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81
ANEXOS

Anexo I:

PREGUNTAS A CATIA FARIA

1. ¿Qué llega primero a tu vida, el feminismo o el antiespecismo?

2. ¿Podría hablarse del transfeminismo antiespecista como un “movimiento


político o social”? Si sí, ¿Podría hablarse de un movimiento a nivel global? ¿Tienes
alguna noción de dónde y cuando surge dicho movimiento?

3. ¿Consideras que en España existe este movimiento? ¿Tienes alguna noción de


cuándo, dónde y quiénes lo inician?

4. ¿Cuáles han sido tus referentes teóricos y/o de activismo en cuanto al


transfeminismo antiespecista?

5. Entendiendo tu distanciamiento de las posturas ecofeministas ¿Cómo sería,


por ejemplo, esa intervención feminista antiespecista en la naturaleza?

6. ¿Por qué la afirmación de que la lucha por la igualdad y la justicia debe ser
necesariamente feminista y antiespecista?

7. ¿Qué puntos de encuentro y debate identificas entre el transfeminismo y el


antiespecismo como movimiento? Y ¿Qué puntos de encuentro y debate identificas
entre el transfeminismo y el antiespecismo como teoría?

PREGUNTAS A EMMA ÁLVAREZ BRUNEL

1. ¿Qué llega primero a tu vida, el (trans)feminismo o el antiespecismo?

83
2. ¿Podría hablarse de transfeminismo antiespecista como un
“movimiento político o social”? Si sí, ¿Podría hablarse de un movimiento a nivel
global? ¿Tienes alguna noción de dónde y cuando surge dicho movimiento?

3. ¿Consideras que en México (o Latinoamérica) existe este movimiento?


¿Tienes alguna noción de cuándo, dónde y quiénes lo inician?

4. ¿Cuáles han sido tus referentes teóricos y/o de activismo en cuanto al


transfeminismo antiespecista?

5. ¿Qué piensas de la afirmación “la lucha por la igualdad y la justicia


debe ser necesariamente transfeminista y antiespecista”?

6. ¿Desde dónde sueles abordar este tema: la academia, el activismo,


desde un colectivo, desde la movilización social, etc.? Es decir, cómo actúas frente a
esto, cuáles han sido tus herramientas.

7. ¿Qué puntos de encuentro y debate identificas entre el transfeminismo


y el antiespecismo como movimiento? Y ¿Qué puntos de encuentro y debate
identificas entre el transfeminismo y el antiespecismo como teoría?

PREGUNTAS A ATE GUERRERO

1. ¿Qué llega primero a tu vida, el (trans)feminismo o el antiespecismo?

2. ¿Podría hablarse de transfeminismo antiespecista como un


“movimiento político o social”? Si sí, ¿Podría hablarse de un movimiento a nivel
global? ¿Tienes alguna noción de dónde y cuando surge dicho movimiento?

3. ¿Consideras que en España existe este movimiento? ¿Tienes alguna


noción de cuándo, dónde y quiénes lo inician?

4. ¿Cuáles han sido tus referentes teóricos y/o de activismo en cuanto al


transfeminismo antiespecista?

84
5. ¿Qué piensas de la afirmación “la lucha por la igualdad y la justicia
debe ser necesariamente transfeminista y antiespecista”?

6. ¿Desde dónde sueles abordar este tema: la academia, el activismo,


desde un colectivo, desde la movilización social, etc.? Es decir, cómo actúas frente a
esto, cuáles han sido tus herramientas.

7. Entiendo que estás trabajando en la realización de un documental,


Muta. ¿Qué te ha motivado a hacerlo? ¿En qué va este proyecto? ¿Crees que estás
cumpliendo el objetivo de trazar puentes entre los movimientos?

8. ¿Qué puntos de encuentro y debate identificas entre el transfeminismo


y el antiespecismo como movimiento? Y ¿Qué puntos de encuentro y debate
identificas entre el transfeminismo y el antiespecismo como teoría?

PREGUNTAS A ANALÚ LAFERAL

1. ¿Qué llega primero a tu vida, el (trans)feminismo o el antiespecismo?

2. ¿Podría hablarse del transfeminismo antiespecista como un “movimiento


político o social”? Si sí, ¿Crees que podría hablarse de un movimiento a nivel global?
¿Tienes alguna noción de dónde y cuando surge dicho movimiento?

3. ¿Consideras que en Colombia (o Latinoamérica) existe este movimiento?


¿Tienes alguna noción de cuándo, dónde y quiénes lo inician?

4. ¿Cuáles han sido tus referentes teóricos y/o de activismo en cuanto al


transfeminismo antiespecista?

5. ¿Qué piensas de la afirmación “la lucha por la igualdad y la justicia debe ser
necesariamente transfeminista y antiespecista”?

85
6. ¿Desde dónde sueles abordar este tema, la academia, el activiso, desde algún
colectivo, desde la movilización social, etc? Es decir, cómo actúas frente a esto, cuáles
han sido tus herramientas.

7. ¿Qué puntos de encuentro y debate identificas entre el transfeminismo y el


antiespecismo como movimiento? Y ¿Qué puntos de encuentro y debate identificas
entre el transfeminismo y el antiespecismo como teoría?

PREGUNTAS A SOLEDAD FELIPE

1. ¿Qué llega primero a tu vida, el (trans)feminismo o el antiespecismo?

2. ¿Podría hablarse del transfeminismo antiespecista como un “movimiento


político o social”? Si sí, ¿Crees que podría hablarse de un movimiento a nivel global?
¿Tienes alguna noción de dónde y cuando surge dicho movimiento?

3. ¿Consideras que en Colombia (o Latinoamérica) existe este movimiento?


¿Tienes alguna noción de cuándo, dónde y quiénes lo inician?

4. ¿Cuáles han sido tus referentes teóricos y/o de activismo en cuanto al


transfeminismo antiespecista?

5. ¿Qué piensas de la afirmación “la lucha por la igualdad y la justicia debe ser
necesariamente transfeminista y antiespecista”?

6. ¿Desde dónde sueles abordar este tema, la academia, el activiso, desde algún
colectivo, desde la movilización social, etc? Es decir, cómo actúas frente a esto, cuáles
han sido tus herramientas.

7. ¿Qué puntos de encuentro y debate identificas entre el transfeminismo y el


antiespecismo como movimiento? Y ¿Qué puntos de encuentro y debate identificas
entre el transfeminismo y el antiespecismo como teoría?

86
Anexo II

MANIFIESTO PARA LA INSURRECCIÓN TRANSFEMINISTA

Hacemos un llamamiento a la insurrección TransFeminista:

Venimos del feminismo radical, somos las bolleras, las putas, lxs trans, las inmigrantes,
las negras,las heterodisidentes... somos la rabia de la revolución feminista, y queremos
enseñar los dientes; salir de los despachos del género y de las políticas correctas, y que
nuestro deseo nos guíe siendo políticamente incorrectas, molestando, repensando y
resignificando nuestras mutaciones. Ya no nos vale con ser sólo mujeres. El sujeto político
del feminismo “mujeres” se nos ha quedado pequeño, es excluyente por sí mismo, se deja
fuera a las bolleras, a lxs trans, a las putas, a las del velo, a las que ganan poco y no van a la
uni, a las que gritan, a las sin papeles, a la marikas...

Dinamitemos el binomio género y sexo como práctica política. Sigamos el camino que
empezamos, “no se nace mujer, se llega a serlo”, continuemos desenmascarando las
estructuras de poder, la división y jerarquización. Si no aprendemos que la diferencia hombre
mujer, es una producción cultural, al igual que lo es la estructura jerárquica que nos oprime,
reforzaremos la estructura que nos tiraniza: las fronteras hombre/mujer. Todas las personas
producimos género, produzcamos libertad. Argumentemos con infinitos géneros...

Llamamos a la reinvención desde el deseo, a la lucha con nuestros cuerpos ante


cualquier régimen totalitario. ¡Nuestros cuerpos son nuestros!, al igual que lo son sus límites,
mutaciones, colores, y transacciones. No necesitamos protección sobre las decisiones que
tomamos en nuestros cuerpos, transmutamos de género, somos lo que nos apetece, travestis,
bollos, superfem, buch, putas, trans, llevamos velo y hablamos wolof; somos red: manada
furiosa.

Llamamos a la insurrección, a la ocupación de las calles, a los blogs, a la desobediencia,


a no pedir permiso, a generar alianzas y estructuras propias: no nos defendamos, ¡hagamos
que nos teman!

87
Somos una realidad, operamos en diferentes ciudades y contextos, estamos conectadxs,
tenemos objetivos comunes y ya no nos calláis. El feminismo será transfronterizo,
transformador transgenero o no será, el feminismo será TransFeminista o no será...

Os Keremos.

Red PutaBolloNegraTransFeminista.

Medeak, Garaipen, La Acera Del Frente, Itziar Ziga, Lolito Power, Las Chulazas,
Diana J. Torres AKA Pornoterrorista,Parole de Queer, Post_op, Las maribolheras precarias,
Miguel Misse, Beatriz Preciado, Katalli, MDM,Coletivo TransGaliza, Laura Bugalho,
EHGAM, NacionScratchs, IdeaDestroyingMuros, Sayak Valencia, TransFusión, Stonewall,
Astrid Suess, Alira Araneta Zinkunegi, Juana Ramos, 7menos20, Kim Pérez (Cofundadora
de Conjuntos Difusos), d-generadas, las del 8 y et al, Beatriz Espejo, Xarxa d'Acció Trans-
Intersex de Barcelona, Guerrilla Travolaka, Towanda,Ciclobollos, O.R.G.I.A, Panteras
Rosas, Trans Tornados,Bizigay, Pol Galofre, No Te Prives, CGB, Juanita Márkez Quimera
Rosa, Miriam Solà, Ningún Lugar, Generatech, Sr. y Sñra. Woolman, Marianissima Airlines,
As dúas, Oquenossaedacona, Go Fist Foundation,Heroína de lo periférico, Lola Clavo,
Panaderas Sin Moldes, Señorita Griffin, Impacto Nipón, Las Mozas de KNY, Kabaret Lliure
de Mediona, Teresa Matilla, ItuEnAcción, Rodrigo Requena, Alba Pons Rabassa, Mery
Escala,Panaderas Sin Moldes, Señorita Griffin, Impacto Nipón, Las Mozas de KNY, Kabaret
Lliure de Mediona, Teresa Matilla, Proyecto Transgénero Cuerpos Distintos, Derechos
Iguales, Casa Trans de Quito, TransTango, Patrulla Legal, Confederación Ecuatoriana de
Comunidades Trans e Intersex

88
Anexo III

Tabla sistematización entrevistas

Fragmento Variable Fuente Observaciones

Entrevista
ATE GUERRERO Actores Ate

"Mi primera militancia es anarquista, desde los 14 años Entrevista


formé parte de colectivos anarquistas en mi pueblo" Acción Ate Anarquismo

"Comienzo a militar en colectivos feministas que


principalmente se centra en llevar a cabo una fuerte
campaña a favor de la despenalización del aborto y de Entrevista
su legalización sin supuestos" Acción Ate

Esta referencia a
Peter Singer
"Cuando entro en la universidad una profesora de ética luego mirar si
trae a clase el libro de Liberación Animal de Peter puede entrar a
Singer y yo dejo de3 ser vegetariana para ser vegana y Entrevista hacer parte de los
empiezo a hacer activismo por la liberación animal" Acción Ate Actante

"los colectivos feministas no quieren oír nada de


antiespecismo, para ellas es algo personal y que nada
tiene que ver con la lucha feminista. Por otro lado, en
Entrevista
el grupo antiespecista ocurren cosas graves también.
Acción Ate
Sufro una agresión por parte de mi pareja (chico cis),

89
que era militante y compañero del colectivo que
montamos."

"me surge a mí la necesidad (vital) de hacer un


movimiento antiespecista no mixto con perspectiva
feminista" Acción

"Empiezo a buscar dentro de la historia del movimiento


feminista (...) para ver si alguna feminista ha tenido
algún acercamiento con la “problemática de los
animales no humanos” y para mi sorpresa encuentro
muchas cosas interesantísimas que de alguna forma me
hacen sentir que no es un disparate todo lo que estoy
sintiendo en ese momento. De algún modo, leer a
Wollstonecraft diciendo que la tiranía de los hombres
sobre los animales es la misma que ejercen sobre las
mujeres y los hijos, o a las sufragistas con su lucha Idea –
contra la vivisección...me hace poner palabras por fin a Acción – Entrevista
todo este lío de emociones que venía portando." Actores Ate

"diseño una charla que tenía por título “Alianzas en Utilización ya en


la otredad: transfeminismos y liberación animal” en concreto de las
la que parto de la experiencia individual que acabo de palabras
relatar pero acompañada de un soporte teórico Entrevista transfeminismo y
transfeminista más serio y completo" Acción Ate antiespecismo

"Somos cada vez más y mejor organizadas. Tenemos Entrevista


una red envidiable. " Idea Ate

90
"Ha hecho falta que algunes tiremos las primeras
piedras para que el resto se levantara y formara parte Entrevista
de esto" Acción Ate

Hace mención de
lo rizomático
porque no le ve
"esto es lo que ha pasado: un florecimiento. Ha sido un momento
más rizomático que puntual, por ello no podría decir Entrevista exacto en el que
dónde surge en el estado español. " Idea Ate surge

Primerla charla
en el Estado
Español, según
"archivo del movimiento antiespecista transfeminista Ate y el archivo
que datan los eventos y sitúan la primera charla que se del movimiento
dio en el Estado fue en Junio de 2015 en Barcelona y Entrevista antiespecista
la di yo" Acción Ate transfeminista.

Por ser un grupo


de personas
activistas que les
convoca el
Entrevista antiespecismo
"archivo del movimiento antiespecista transfeminista " Actores Ate transfeminista

"a la vez otras dos compañeras hablaban de feminismo Entrevista


y antiespecismo (Eva Benet y Catia Faria)" Actores Ate

91
"Muches vivíamos agresiones, las habíamos vivido por
parte de compañeros del movimiento, y siempre
ocurría lo mismo que relaté antes: la agresión se
invisibilizaba, se apoyaba al agresor y lx superviviente
se iba fuera o, en su defecto, seguía militando a duras
penas en presencia de su agresor. Que empezaramos a
dar charlas sobre feminismo/transfeminismo y
antiespecismo no hizo más que detonar algo que estaba Entrevista
a punto de hacerlo. " Acción Ate

"Actualmente sí que obviamente reconozco ciertos


referentes teóricos fundamentales como Carol J.
Adams, Angela Davis, Christopher Sebastian, Aph
Ko... También proyectos como Jauría y “cuerpos Entrevista
empoderados”" Actores Ate

"Pero antes de ir a la universidad a estudiar todo esto


yo ya era activista anarquista y feminista y Entrevista
posteriormente antiespecista" Acción Ate

"Sí, estoy trabajando en un documental llamado Muta


que justamente trata sobre antiespecismo y
transfeminismo aunque aborda más cuestiones
relativas a estos dos movimientos políticos. Las
cuestiones principales que abordo son: Compromiso y Realización de
Transversalidad en la lucha además de otras como Entrevista documental
antinatalismo, racismo, cuestiones de clase etc." Acción Ate MUTA.

92
"Políticas desde los cuerpos. Básicamente se basa en
visibilizar que el transfeminismo ha desarrollado una
importante política sobre los cuerpos y desde los Con respecto a
cuerpos. los puntos de
El transfeminismo antiespecista ha situado junto a los Entrevista encuentro y
cuerpos humanos, los cuerpos de lxs demás animales." Idea Ate desencuentro

"Crítica a la subjetividad moderna. Desde mi punto de


vista, tanto transfeminismos (de forma más consciente) Con respecto a
como antiespecismo (menos conscientemente) han los puntos de
desarrollado una crítica profunda a la subjetividad Entrevista encuentro y
moderna. " Idea Ate desencuentro

"Antinatalismo. No es el punto mainstream pero creo


que al igual que la lucha por el aborto libre y gratuíto,
decidir que nuestros cuerpos no van a reproducirse es
algo igualmente político y de autoposesión. Incluso la
decisión de la esterilización voluntaria irreversible es
un acto de autoposesión y de decisión irrevocable de
No traer más individuos humanos al mundo.
Antinatalismo. No es el punto mainstream pero creo
que al igual que la lucha por el aborto libre y gratuíto,
decidir que nuestros cuerpos no van a reproducirse es
algo igualmente político y de autoposesión. Incluso la Con respecto a
decisión de la esterilización voluntaria irreversible es los puntos de
un acto de autoposesión y de decisión irrevocable de Entrevista encuentro y
No traer más individuos humanos al mundo. " Idea Ate desencuentro

93
"Agresiones. Las feministas saben qué hacer con una
agresión, tienen claro que contra las agresiones hay que
posicionarse férreamente y no tolerarlas. En el
movimiento antiespecista transfeminista también lo
tenemos claro pero ahora recién nos estamos
organizando para visibilizar agresiones machistas y Con respecto a
tratando de hacer ver al movimiento antiespecista que los puntos de
no existen posiciones neutrales ni dos versiones de la Entrevista encuentro y
historia cuando hablamos de agresiones. " Idea Ate desencuentro

"A las transfeministas (especistas) se les llena la boca


hablando de las opresiones que sufren pero nos cuesta Con respecto a
mucho trabajo vernos como opresorxs. Y lo somos. los puntos de
Tenemos que mirarnos los privilegios, el de especie Entrevista encuentro y
también". Idea Ate desencuentro

Entrevista
CATIA FARIA Actores Catia

"llega primero el antiespecismo, en el sentido en que


mi activismo empezó siendo, estrictamente hablando,
antiespecista. Pero, por otra parte, el feminismo llegó
claramente antes a mi vida en el sentido en que he
reconocido el sexismo como opresión y discriminación
injustificadas y he luchado cotidianamente contra ello Entrevista
mucho antes que el especismo". Acción Catia

"Si se puede hablar de transfeminismo como


Entrevista
movimiento político o social, en general, entonces lo
Idea Catia
mismo se aplicará al transfeminismo antiespecista,

94
aunque éste sea aún más marginal y más en contra del
statu quo".

"El transfeminismo surge como un cuestionamiento y


una respuesta política al statu quo feminista, es decir a
un feminismo hecho sobre todo por y para mujeres cis,
blancas, heterosexuales, sin diversidad funcional,
neurotípicas, entre otras situaciones de privilegio. Del
mismo modo, el antiespecismo viene a cuestionar el
statu quo transfeminista y su desatención al privilegio por qué surge el
que todes ostentamos con base en la especie a la que Entrevista TA, en respuesta
pertenecemos". Acción Catia a qué…

"en realidad, el hecho que el transfeminismo


antiespecista califique más o menos como movimiento
social no determina su legitimidad o alcance político,
sino la importancia de sus principios y la urgencia de Entrevista
su lucha". Idea Catia

"Lo que sí sé es que hay redes cada vez más extensas


de personas y colectivos con las mismas
preocupaciones transfeministas y antiespecistas,
retroalimentándose desde distintos lugares geográficos Entrevista
en el mundo" Idea Catia

"No sabría precisar cuándo ha empezado ese Hablando del


movimiento ya que no creo que tenga una estructura Estado Español
Entrevista
jerárquica, con un claro centro que lo origina, sino más teniendo en
Idea Catia
bien rizomática: se va construyendo y modificando cuenta lo que

95
continuamente a partir de las nuevas alianzas que van también dice Ate
surgiendo". de rizoma

"identifico un momento en el tiempo que considero


relevante como impulsor de esta red de la que hablaba.
El momento en el que Ate Guerrero empieza a
entrevistar a mujeres, bolleras y trans del movimiento
de liberación animal para un documental y de repente
lo que pretendía ser un mero diagnóstico de una Hace referencia
realidad invisibilizada, termina por ser la construcción también a una
misma de una red alternativa al activismo antiespecista Entrevista Acción, el inicio
mainstream". Idea Catia del documental

"Un rastreo más


preciso de esta
cuestión lo
tendrá,
seguramente, el
Archivo del
"resultado de ello es la plataforma ‘Transfeministas por Entrevista Movimiento
la Liberación Animal’" Actores Catia Antiespecista. "

"Aunque esto sea necesario, creo que el


transfeminismo antiespecista debería ir mucho más allá
de esto y extraer implicaciones prácticas de los
principios trasnfeministas aplicados más allá de la Entrevista
especie humana" Idea Catia

96
"reconocer que “lo natural” no tiene relevancia
normativa, nos conduce a problematizar los daños
naturales que sufren los demás animales tal y como lo Entrevista
hacemos en el caso humano". Idea Catia

"En la teoría veo múltiples puntos de contacto, más que Entrevista Convergencia en
de debate" Idea Catia la teoría

"Considera por ejemplo cuestiones centrales en el


transfeminismo como la ampliación del sujeto político
a todes aquelles oprimides por el heteropatriarcado. El
heteropatriarcado se nutre del especismo, como
mínimo, en la misma medida en la que se nutre de otras
formas de opresión y discriminación que afectan
exclusivamente a seres humanos como el cisexismo o Entrevista
el heterosexismo". Idea Catia

"En ese sentido, los animales no humanos califican


legítimamente como sujeto político del También puede
transfeminismo. Restringirlo a la especie humana es Actores - Entrevista entenderse como
una estipulación arbitraria injustificada". Idea Catia Idea

"Otros puntos de contacto incluyen el rechazo a


diferentes formas de discriminación y sistemas de
poder que controlan los cuerpos. el cuestionamiento de
privilegios
y, por fin, como comenté antes, el cuestionamiento de Entrevista
lo que se puede llamar la “normatividad natural”". Idea Catia

97
"Desde la teoría antiespecista, destaco sobre todo la
sintiencia como el fundamento de la consideración
moral, es decir, el criterio de delimitación de quienes
importan y debemos respetar.
Lo único necesario para ser dañado o beneficiado es ser
sintiente, es decir, tener la capacidad para sufrir y
disfrutar. Ahora bien, en ese aspecto, humanos y no
humanos son iguales y por tanto tienen un interés en no
sufrir y en disfrutar de sus vidas que debe ser Entrevista
igualmente respetado". Idea Catia

“La lucha por la igualdad y la justicia es


necesariamente feminista y antiespecista. Más que
igualar las luchas, a mi entender, se trata de reconocer Referencia dada
que sólo hay una lucha: aquella que busca un mundo por Catia en la
más justo para todos los seres que pueden sufrir y Entrevista:
disfrutar de sus vidas, más allá de su especie y de otros https://www.diag
factores irrelevantes como el género. Así, el feminismo onalperiodico.net
inclusivo y el antiespecismo feminista deberían ser, en /global/29972-lo-
realidad, distinciones puramente transitorias ya que un personal-es-
feminismo consistente no puede excluir politico-
justificadamente a los demás animales, ni feminismo-y-
un antiespecismo serio puede admitir Entrevista antiespecismo.ht
actitudes discriminatorias en la base de sus prácticas”. Idea Catia Faria ml

"Otra cosa es que les defensores de cada posición


defiendan unos principios teóricos que luego no están
dispuestes a asumir en la práctica con todas sus
Entrevista Divergencia en la
implicaciones. Eso luego se manifiesta en divergencias
Idea Catia práctica
en el activismo que se lleva a cabo en cada movimiento

98
como si se trataran de problemas no relacionados entre
sí. En la práctica, veo dos movimientos prácticamente
incomunicados y mi llamado es simplemente a la
consistencia: si defendemos X, debemos luchar a favor
de X".

"ANA LÚ LAFERAL, soy una persona en tránsito, en Entrevista


tránsito constante hacia la nada". Actores Analú

"Con respecto al transfeminismo y al antiespecismo lo


tengo en todos los aspectos de mi vida porque no es
algo puntual, una actividad específica sino que es una
concepción que tengo de la realidad, una herramienta Entrevista
que me permite mirar y posicionarme en la realidad". Idea Analú

"Puntualmente hago un trabajo de experimentación


audiovisual, lo nombro yo, que tiene un poco de
activismo si se quiere y de etnografía visual, pero
básicamente son expediciones a los límites y a las
fisuras también de tres cosas principalmente: el Entrevista
transfeminismo, antiespecismo y la pospornografía". Acción Analú

"todo lo que tiene que ver con la alimentación, con el


vestido, las prácticas sexuales, identitarias, pues ahí
obviamente también está presente toda esa perspectiva
del mundo que, si bien la alimenta el antiespecismo y
el transfeminismo, también la alimentan mis días, mi Entrevista
vida, mis emociones, no es solo eso". Acción Analú

99
"pues específicamente el movimiento transfeminista
antiespecista no tengo nociones de dónde pueda surgir,
veo puntos de encuentro y puntos de desencuentro a lo
largo de la historia, pero no son de enunciación
específica transfeminista antiespecista, entonces no
podría identificar bien ese punto de origen, ni donde, ni Entrevista
cuando, ni quienes, no". Acción Analú

"Creo yo que si el transfeminismo antiespecista es un


movimiento político social? Pues yo creo que no,
porque siento varias cosas. Primero que los
movimientos políticos o sociales, principalmente los
movimientos políticos tienen una carga identitaria que
digamos en el TA no es tan fácil de agarrar, o sea, los
mov. Políticos y sociales se basa en la clase, en una
específica tarea en la sociedad, en el género, son
movimientos de base masivos, y siento que el TA no es
masivo, no lo he visto lastimosamente masivo y
tampoco lo veo de base, podemos hablar de la
organización de las mujeres por un lado, podemos
hablar de un movimiento trans por otro lado, pero no
siento que se pueda hablar de un movimiento de
mujeres antiespecista o de trans antiespecista, siento
que el antiespecismo no es tan común y cuando es Entrevista
común no se cruza necesariamente con eso". Idea Analú

"siento más bien que es como no sé personas en el Entrevista


mundo que encuentran eso en común". Idea Analú

100
"siento que la pequeña parte del movimiento que sí es
antiespecista, sí se está dando los debates sobre el
feminismo, no sé si tanto sobre transfeminismo, pero
terminan siendo no más de veinte personas creo yo, y
creo que veinte personas no forman un movimiento
social o político, pues acá en Medellín, porque en el
mundo sí hay diferentes expresiones pero también Entrevista
siento que son pocas personas en cada ciudad". Acción Analú

"son muy efímeros, o sea, de repente se juntan para


hacer una acción, se juntan para hacer un fanzine,
se juntan para algo, pero después ves que llevan
inactivas un montón de tiempo, o que estuvieron
activas solo un par de meses, que no está mal, pero pues
que siento que para ser un movimiento social y político
y global, pues se requiere primero una comunicación
entre todas las personas que estén involucradas y
segundo una permanencia en el tiempo, que garantice
que los procesos perduren y sean estables, entonces
siento que no, no es un movimiento político, social
global, sino que somos personas que de repente Entrevista
estallamos en pequeñas partecitas del mundo". Acción Analú

"el movimiento feminista en Colombia y en


Latinoamérica está muy articulado, es un movimiento
grande, de base… siento que no todo el movimiento
Entrevista
feminista se ha dado a discusión sobre el
Idea Analú
transfeminismo, que eso es fundamental y las personas

101
que se están dando la discusión con el transfeminismo
no han considerado el antispecismo".

"creo que el transfeminismo es algo que recientemente Entrevista


se está intentando hablar". Idea Analú

"mi mayor referente que ha detonado todo esto en mi


vida, para mí ha sido el movimiento anarco punk Entrevista Anarcopunk:
mundial". Acción Analú actores, idea

Entrevista
"Missogina, me gustan mucho, la cerda punk". Actores Analú Referente

Entrevista
"Catia Faria, Jauría, Ochodoscuatro ediciones". Actores Analú Referente

"Me genera un poco de ruido, me parece linda, linda en


lo personal, pero me genera un poco de ruido
personalmente sí, la lucha por la igualdad y la justicia
para mí si debe ser transfeminista y antiespecista y
siento que ningún cuerpo y ningún ser vivo y ningún
animal debería, al menos el animal humano no debería
ejercer violencia sobre otres seres vives, pero no sé si Con respecto a la
necesariamente ese no ejercer violencia tenga que estar Entrevista afirmación de
enunciado como transfeminista antiespecista". Idea Analú Catia

"Eunuca se ha convertido en ese lugar sí para mostrar Actores – Entrevista También como
ese montón de expediciones que he hecho". Acción Analú Hecho

102
"Debie Vicent me parece por ejemplo una experiencia
de vida muy importante, que es ser trans en el
movimiento antiespecista más radical del mundo y con
más radical del mundo me refiero a acciones directas,
me parece que es un punto de encuentro lindo, si bien
no se nombra y no tendría por qué nombrarse desde el
tranfeminismo antiespecista, sí es un cuerpo trans que Convergencia
está ahí militando en el antiespecismo y eso pues me Entrevista como lucha
parece como un punto de encuentro claro". Actores Analú política

"Qué punto de diferencia puede haber entre los dos y


en la base?, pues el punto de diferencia que tienen
como los movimientos sociales, que intentan priorizar
luchas y que en la priorización de las luchas generan
realmente un menosprecio por ciertas luchas, valga la
redundancia, es decir, cuando se pone en el
movimiento feminista el tema sobre el antiespecismo Entrevista Divergencia en la
pues dirán: ya va a haber tiempo para eso". Idea Analú práctica

"el antiespecismo se confunde mucho con veganismo,


y se critica mucho como un privilegio burgués, como
un acto capitalista, entonces creo que todavía no tienen
claridad, y por ejemplo al no diferenciar antiespecismo
de veganismo, antiespecismo de capitalismo verde,
terminan criticando todo el moviemitno feminsita a las
acciones antiespecistas como si fueran “fetichitos”,
como si fueran pequeños gustos de clase alta, cuando
realmente, pues para mí es vital y es super importante
Entrevista También como
y siento que deben estar juntas, porquetienen un
Idea Analú Hecho
enunciado y es el enunciado del cuidado y el enunciado

103
de la abolición de jerarquías con el resto de seres
vivientes y las dos están ahí planteando una propuesta
buena".

Divergencia en la
"el punto de desencuentro más grande es que siga práctica, en los
estando en manos de varones que ni siquiera colectivos
consideran el feminismo, ni siquiera se cuestionan su Entrevista antiespecistas
lugar de enunciación". Idea Analú (animalistas)

"en cuanto al punto de encuentro y debate en la teoría,


para mí teóricamente el antiespecismo y el
transfeminismo nacen del mismo punto, pues no sé si
del mismo punto, pero de la misma tierra crecen, del
mismo abono se alimentan, para mí puntos de
diferencia, más que quienes lo dicen y no tienen en
cuenta el otro, para mí cuando leo sobre
transfeminismo y cambio por ejemplo la palabra
heteropatriarcado o heteronormatividad por especismo,
me sigue teniendo sentido la frase que leo, entonces el
punto de encuentro teóricamente es muy grande, es Entrevista Convergencia en
gigante". Idea Analú la teoría

"SOLEDAD FELIPE FERNÁNDEZ ROBAYO. Estoy


en tránsito no binario, mi identidad de género ha fluido
Entrevista
y actualmente me veo a mi misme como agénero. Creo
Actores Sole
que la historia empieza al leerme como chico gay y

104
luego como marica, antes de descubrir que realmente
soy trans".

"Creciendo en el punk me encontré con el anarcopunk,


dentro de esta corriente más crítica y politizada se Acción – Entrevista anarcopunk:
mencionaban los feminismos y la liberación animal". Idea Sole actante, idea

"Pienso que si es un movimiento social y político, no


creo que haya tal movimiento global, mas bien brotes, Entrevista
temporales y fugaces". Idea Sole

"veo más fácil que un parche transfeminista se plantee


asuntos antiespecistas a que un grupo antiespecista se
pensara el transfeminismo, o sea estos últimos están
liderados por hombres y personas cis en su mayoría y
en ese lugar pocas veces se piensa a otros sujetos
humanos en condición de opresión por razones sexo- Entrevista
genericas". Idea Sole

"no me he enterado de algún grupo que se ubique


articulando ambos movimientos, considero que existe
el movimiento como alianzas entre parches
(trans)feministas y antiespecistas, que son
cuyunturales y temporales, o que se dan como diálogos Refiriéndose a
permanentes y redes de apoyo… Siento que se nutren Colombia.
mutuamente mas no van de la mano ambas luchas en Entrevista Ausencia de
alguna colectividad en especifico". Acción Sole Actantes

105
"Desde las Severas Flores en Bogotá, nos pensamos
como maricas, feministas, anarquistas y
antiespecistas pero como tal no hemos desarrollado
una visión transfeminista, hacemos mención de las
disidencias sexo-genericas. Habemos personas trans,
nobinarias y racializadas y desde nuestros cuerpos y
particularidades nos pensamos practicas y diálogos
antiespecistas en nuestras escuelas, festivales y
eventos… Nos sumamos a iniciativas de otros parches Entrevista
o invitamos otros colectivos a trabajar juntes". Actores Sole

"la mayoría de mis referencias vienen de fanzines,


manifiestos, artículos, entrevistas, compilas de ensayos podría
pero sobre antiespecismo por un lado y transfeminismo interpretarse
por otro, igual poco académicos y más desde la práctica Entrevista como actantes
de las activistas". Acción Sole también

"Las acciones directas del Frente de Liberación Animal


y su “organización” descentralizada a través de células
no relacionadas entre sí me parece una buena forma de
que se den brotes que atacan y se dispersan o disuelven Entrevista
sin dejar rastro". Actores Sole

"Las acciones de grupos queers como Bash Back! me


parecen inspiradoras a la hora de manifestarse
violentamente y su fuerte en la autodefensa, su postura
crítica a las políticas de asimilación me parecen Entrevista
destacables, había militantes trans en sus filas". Actores Sole

106
"Es como se plantea en círculos libertarios, nadie será
libre hasta que todes seamos libres y estas luchas
abogan por les menos privilegiades, les oprimides.
Aboliendo el género, la especie, la raza y la clase todo Entrevista
estaría muy bello". Idea Sole

"abordo el transfeminismo antiespecista desde mis


prácticas cotidianas, me asocio con otras personas Entrevista
interesadas". Acción Sole

"En la colectiva nos hemos manifestado junto a otras


colectividades e individualidades que se solidarizan
con los sujetos políticos de estas luchas, (en el caso del
transfeminismo el sujeto político no es tan fácil de
delimitar), y a partir de esa solidaridad militan por su Entrevista
liberación" Acción Sole

"Las herramientas serían las de la acracia: apoyo


mutuo, autonomía, asociación libre, autogestión,
rechazo a la jerarquización… Todo esto puede
plasmarse en fanzines, manifestaciones, boicots,
performances, talleres, festivales, fiesta jeje, cineforos, Entrevista
etc.". Acción Sole

EMMA ÁLVAREZ BRUNEL.


Entrevista
Ha participado en diversos colectivos, como Manada
Actores Emma
de Jotas, Bloque Rosa, Maricas Antiespecistas y

107
Semillero Feminista, así como en movimientos
sociales (#YoSoy132 y Justicia por Ayotzinapa).

"Le interesan los temas de género, feminismo,


disidencia sexual, antiespecismo, anarquismo y
movimientos sociales. Actualmente coordina con otras
personas el proyecto “Joterismo: feminismos jotos y Entrevista
analquismo". Acción Emma Anarquismo

"Ser marica afeminada desde chiquita también me


llevó a pensar el género y las violencias de manera
crítica. Encontrar otras maricas orgullosas de su
feminidad me permitió entender que sentirse obligada Entrevista También como
a la masculinidad es algo violento". Acción Emma Idea

"Me conflictúa hablar de movimientos, siento que es


una generalización peligrosa, especialmente porque de
un movimiento se espera unidad y consignas generales.
Me gusta pensar más en células organizativas, cada una Entrevista No es un
con sus luchas, estrategias y demandas". Idea Emma movimiento

"Cuando hablamos de un movimiento o movimientos


globales antiespecistas se tiende a pensar en Occidente,
sin embargo sí considero, sin idealizar, que muchos
pueblos indígenas han tenido una relación más
respetuosa con el ambiente y otras especies, incluso Entrevista Perspectiva
quienes los consumen". Idea Emma decolonial

108
"En 2014, formamos un grupo que se llamaba Maricas Entrevista
antiespecistas (ya no existe)". Actores Emma

"entre nuestras primeras acciones estuvo la formación


de un grupo llamado Bloque contra el encierro animal
(que agrupaba a otros colectivos o activistas), que hizo
protestas afuera del zoológico de Chapultepec.
También ha habido protestas contra los circos (ya no
son legales en la ciudad), contra los acuarios y otros
centros de encierro animal. Ese mismo año hubo
grupos que cocinaban vegano para personas en
situación de calle y actividades de ese estilo, que Entrevista
promovían la dieta vegana". Acción Emma

"Ahora, aunque no me mantengo en ese activismo


antiespecista, sino más en el feminista (difícilmente se
han juntado) intento mantener el tema en los espacios Entrevista También como
en los que participo". Acción Emma Idea

"Prefiero pensar en una lucha por la justicia


(preguntándonos qué es la justicia) que por la igualdad.
Pero también creo que “transfeminismo” y
“antiespecismos” son posturas políticas que no tienen
que ser universales o globales. Una persona puede
defender derechos o la dignidad de mujeres, diversidad
sexual y animales y no nombrarse transfeminista ni Entrevista
antiespecista". Idea Emma

109
Respuesta simila
"Creo que no me siento cómoda con las ideas a la de Analú con
globalizantes que piden que las luchas “deben ser” de Entrevista respecto a la
cierta manera o nombrarse de cierta manera". Idea Emma misma pregunta

"Principalmente me interesa abordar estos temas desde Entrevista


el trabajo político y colectivo". Acción Emma

"Por ejemplo, encontrarnos en espacios autónomos y


debatir temas, lecturas, documentales, experiencias, etc
y formular posturas desde ahí, incluso un pensamiento
contextualizado. Esto va de la mando de la acción.
Reflejar en actos lo que estamos pensando y Entrevista
discutiendo". Acción Emma

"Como lucha política creo que se encuentran en la


necesidad de luchar contra las formas de explotación y
comercialización de nuestros cuerpos, con la defensa
de nosotres y otres animales frente a las diferentes Convergencia
violencias que responden a un sistema de dominación Entrevista como lucha
y opresión". Idea Emma política

"Como teoría se encuentran en la urgencia por seguir


describiendo ese sistema que vivimos y entender sus
formas de operar. Es ahí que contextualizarnos y hablar
desde las experiencias toma relevancia. También
pensar en la interseccionalidad de las luchas y cómo Entrevista Convergencia en
nos oprimen muchos sistemas". Idea Emma la teoría

110

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