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Universidad de El Salvador A. PETROVSKI, Psicología General.

Facultad de Ciencias Económicas Manual didáctico para los institutos


Escuela de Administración de Empresas de pedagogía. Editorial Progreso
Cátedra: Psicología Organizacional Moscú. Págs. 76-86

Capítulo III

DESARROLLO DE LA PSIQUIS Y LA CONCIENCIA

1. Desarrollo filogenético de la psiquis

LA PSIQUIS COMO RESULTADO DE LA EVOLUCION DE LA MATERIA.

El surgimiento y desarrollo de la psiquis del hombre constituye uno de los problemas más
complicados para los investigadores que aspiran a conocer las leyes de la naturaleza.

Los científicos de orientación materialista explican el surgimiento de la psiquis mediante un


largo desarrollo de la materia. Al investigar la naturaleza de la materia, ellos estudian las
diversas formas del movimiento de la materia, por cuanto el movimiento es una forma de
existencia de la materia, es una propiedad inseparable e internamente propia de ella.

En general no existe la materia inmóvil en un estado permanente de quietud absoluta. Se


encuentra en estado de movimiento, cambio y desarrollo continuo toda la materia del
universo, tanto orgánica como inorgánica.

Toda materia, comenzando por la inanimada e inorgánica y terminando por la forma mas
alta y complicada como lo es el cerebro humano, posee la calidad general del mundo
material, la propiedad del reflejo, ósea, la capacidad de responder a las influencias
externas. Las formas del reflejo dependen de las formas de existencia de la materia; el
reflejo se manifiesta en la capacidad de responder a las influencias externas de acuerdo con
el carácter de la influencia y con la forma de existencia de la materia.

En el reino mineral el movimiento puede manifestarse mecánicamente, físicamente o en la


interacción química de cuerpos y sustancias.

Al pasar al reino animal, cualitativamente se modifican las formas de movimiento de la


materia. Son propias del reino animal las formas biológicas del reflejo, surgiendo en
determinada etapa del desarrollo del mundo animal la psiquis como una forma
cualitativamente nueva del reflejo.

En la materia viva, el reflejo adquiere formas cualitativamente nuevas en comparación con


el reflejo en el mundo inanimado, este no depende únicamente de la fuerza y naturaleza de
las influencias externas, sino también del estado interno del organismo. Todo organismo
vivo responde selectivamente (activamente) a las influencias externas, presentando así una
propiedad cualitativamente nueva de la materia viva como es la autorregulación.

1
Como resultado de una prolongada evolución los organismos actuales poseen multifacéticas
formas de reflejo, empezando por la irritabilidad y terminando en manifestaciones mucho
mas complejas del reflejo tales como las sensaciones, las percepciones, la memoria y el
pensamiento, las cuales constituyen formas de manifestarse la vida psíquica.

LA IRRITABILIDAD
TROPISMOS

Todos los organismos vivos, en cada una de las etapas de la evolución de las formas
vegetales y animales, poseen la forma biológica particular del reflejo, ósea, la irritabilidad.
La irritabilidad es la capacidad del organismo vivo de responder a las influencias
biológicamente significativas (bióticas).

Una irritabilidad elemental se descubre ya en los organismos vivos más simples, como los
unicelulares, los cuales reaccionan mediante el movimiento a las influencias del medio. El
medio puede ejercer influencia biótica, como resultado de la cual se modifica la naturaleza
del protoplasma del organismo vivo. En la célula viva, como un sistema autorregulado que
experimenta la acción del estimulo, se inician movimientos de búsqueda que solo cesan en
un medio cuya influencia va a ayudar a restablecer las propiedades químicas de dicha célula
y la estructura del protoplasma.

Las formas de respuesta a variados movimientos en relación con los factores bióticos se
llaman tropismos o taxismos. Se diferencian dentro de los tropismos, el fototropismo como
tendencia del organismo vivo a moverse bajo la influencia de la luz, el termotropismo,
tendencia a moverse por la acción del calor, el quimitropismo o tendencia a elegir
determinado medio físico-químico, el topotropismo o tendencia a moverse bajo la acción de
un irritante mecánico y muchos otros. La presencia de los tropismos que facilitan la
autorregulación, agotan la forma biológica del reflejo de las plantas.

En un estado mas superior de desarrollo surge en los animales una nueva variedad de
irritabilidad como es la sensibilidad. Según la hipótesis de A. Leontiev, la sensibilidad
“…genéticamente no es mas que la irritabilidad relacionada con un determinado tipo de
influencias del medio que interrelacionan al organismo con otras influencias, es decir,
orientan al organismo en el medio, cumpliendo una función de señal”1. El paso de la
irritabilidad a la sensibilidad esta relacionado con otro modo de vida. En los animales
altamente desarrollados se desarrolla la sensibilidad y se forman órganos de los sentidos.

Las señales de los objetos (olor, forma, color) son indiferentes por si mismas, en el sentido
de que ellas mismas no pueden satisfacer las necesidades orgánicas y adquieren un
significado de estímulos señaladores, por esto mismo inclusive el mas elemental de los
animales en determinadas condiciones puede empezar a reaccionar no solamente ante
estímulos bióticos, sino ante abióticos o estímulos indiferentes, los cuales en determinada
situación concreta pueden ser señal de presencia de irritantes bióticos.

1
A. Leontiev. Problemas del desarrollo de la psiquis. Editorial de la MGU, 1972, págs. 45-46

2
2. Dependencia de las funciones psíquicas del medio y de la estructura de los órganos.

LA PSIQUIS Y EL MEDIO

La extraordinaria variedad que tiene el medio ambiente de los organismos animales, lo


mismo que el clima y las condiciones de vida, suscitaron la diferenciación de los
organismos. En la tierra habitan mas de un millón de diferentes especies animales. Entre
toda la multiplicidad de fenómenos terrenales, existen sus cambios cíclicos como los ciclos
anuales, el cambio del día y la noche, los cambios de temperatura etc., etc. y todo lo vivo se
adapta a las condiciones existentes.

La autorregulación, partiendo de la irritabilidad elemental, encuentra su mas alto grado de


desarrollo en la mentalidad creadora del hombre. Mientras mas alta sea su capacidad de
reflejo, mas se libera la especie dada de animales del influjo inmediato del medio. Los
organismos unicelulares que responden mediante los tropismos a las modificaciones del
medio, dependen del todo y por completo de las condiciones ambientales inmediatas. Así,
ante una variación de la temperatura ambiental se modifica la velocidad de las reacciones
químicas del organismo; si la temperatura se eleva, la velocidad de las reacciones aumenta
y ante un descenso disminuye; y ante grandes aumentos o descensos de la temperatura, el
organismo unicelular perece. Esto ocurriría con cualquier organismo animal si lo
pusiéramos en condiciones con temperaturas muy altas o muy bajas, sin embargo, bajo tales
circunstancias existen diferencias sustanciales en la conducta de los animales superiores.

Una modificación brusca del medio ambiente provoca en el animal su desplazamiento, las
tortugas esteparias y los pequeños roedores durante el tiempo de calor sofocante o las
heladas invernales se entierran profundamente en la tierra en donde la temperatura es mas
parecida a la de sus condiciones normales de vida. En este caso actúa el instinto. El elefante
se bañara o se refugiara en la sombra, el mono también escogerá y preparara un lugar que le
permita soportar el calor sofocante. Aquí, además de los instintos, actúan reflejos
condicionados y la experiencia adquirirá en la vida individual de cada animal.

De esta forma, los organismos animales se liberan poco a poco de la dependencia inmediata
del medio. Sin embargo, no importa el grado de desarrollo de los seres animales, estos no
alcanzan una liberación total de dicha dependencia. El medio es la condición de existencia
del organismo vivo y el factor mas importante para determinar la vida de los seres
vivientes, ósea, dicho en otra forma, la existencia de los organismos vivos esta
determinada, condicionada causalmente por el medio ambiente.

LA PSIQUIS Y LA EVOLUCION DEL SISTEMA NERVIOSO

La adecuación del reflejo depende antes que nada de la estructura de los órganos de los
sentidos y del sistema nervioso. Así, cuanto mas agudamente responda el receptor a
determinado tipo de estímulos, tanto mas adecuada será la reacción. En cierto sentido en
esto existe una causalidad directa. El desarrollo de los receptores se combina, en cierto
sentido, con el desarrollo de determinado tipo de sistema nervioso. El grado de desarrollo
de los órganos de los sentidos y del sistema nervioso determina constantemente el grado y
la forma del reflejo psíquico.
3
El tipo de sistema nervioso mas altamente organizado, es el sistema nervioso tubular, el
cual es la unión de células nerviosas (en los cordados) dispuesta en forma de tubo. En el
proceso de evolución de los vertebrados surge y se desarrolla la medula espinal y el
cerebro, ósea, el sistema nervioso central. Simultáneamente al desarrollo del sistema
nervioso se desarrollan y perfeccionan los órganos de los sentidos de los animales.

En correspondencia con el desarrollo del sistema nervioso y de los receptores se hacen mas
complejas las formas del reflejo psíquico. En los animales aparecen nuevas funciones
psíquicas y se perfeccionan las ya existentes en niveles inferiores de la evolución
(sensación, percepción, memoria y finalmente el pensamiento). Tanto mas complejo es el
sistema nervioso cuanto mas perfecta es la psiquis. Un significado especial en la evolución
de los vertebrados tiene el desarrollo del cerebro. En el cerebro se forman centros de
localización, los cuales se intercomunican a través de las formaciones nerviosas especiales
como son las zonas asociativas y cuanto mas alto sea el grado de desarrollo del animal mas
perfectas son estas zonas. Los animales poseedores de un sistema nervioso central reflejan
en forma mas adecuada las influencias del medio ambiente. En este caso, el papel
fundamental en la actividad del sistema nervioso de los animales altamente organizados lo
desempeña la totalidad de los reflejos condicionados.

Se concluye así, que la evolución de la psiquis se expresa en una mayor complejidad de las
formas funcionales de los receptores y también en la actividad señaladora.

El desarrollo progresivo en la formación del cuerpo, del sistema nervioso y de los órganos
de los sentidos de los animales, gracias a un cambio cuantitativo y cualitativo en las formas
de reflejo, provoca la aparición de relaciones multilaterales y complejas de los organismos
vivos con el medio ambiente.

Sin embargo, no se puede pensar que dentro de las condiciones de un mismo medio, en los
animales se desarrollen y se conviertan en fundamentales receptores de un mismo tipo. El
desarrollo filogenético de la sensibilidad de los animales, esencialmente depende del tipo
de estímulos que para ellos sean biológicamente significativos. En un mismo medio, la
araña, se orienta por las vibraciones, la rana por un susurro difícilmente perceptible para el
hombre, el murciélago por los ultrasonidos y el perro se orienta antes que nada por los
olores (y no de todo tipo, sino de los ácidos orgánicos, siendo inferior el olfato para los
olores aromáticos tales como flores o hiervas); los pájaros se orientan por el oído y la vista,
etc.

La evolución de la psiquis no es rectilínea, sino que se perfecciona en diferentes


direcciones. En un mismo medio habitan animales con los mas variados niveles de reflejo y
al contrario, en medios diferentes se pueden encontrar diferentes tipos de animales con
niveles de reflejo similares.

El medio no es algo invariable, sino que como toda materia, el medio evoluciona. A este
medio en evolución se adapta la especie animal que en él habita. Puede ocurrir, sin
embargo, que el medio radicalmente se modifico para algunos animales y esto influyo en el
desarrollo de las funciones psíquicas, al mismo tiempo, el cambio ocurrido no ejerció una
influencia determinante en el desarrollo de las funciones de otros animales.
4
3. Surgimiento de la conciencia en el proceso de la actividad laboral y su naturaleza
socio-histórica.

LA ESENCIA DE LAS DIFERENCIAS ENTRE LA PSIQUIS HUMANA Y LA DE


LOS ANIMALES.

Sin duda existe una inmensa diferencia cualitativa entre la psiquis humana y la del animal
mas altamente organizado. Así, no es posible hacer ninguna comparación entre el
“lenguaje” de los animales y el lenguaje humano, pues mientras el animal solamente puede
emitir señales a sus congéneres, en relación con fenómenos limitados por una situación
inmediata, directa, el hombre puede en cambio informar a otras personas con ayuda del
lenguaje, sobre el pasado, presente y el futuro y transmitirles a ellos su experiencia social.

Gracias al lenguaje, en la historia de la humanidad ocurrió la reorganización de las


posibilidades reflectoras y así la representación del mundo en el cerebro del hombre se hizo
más adecuada. Gracias al lenguaje, cada hombre utiliza la experiencia acumulada por la
sociedad durante su practica secular y puede adquirir conocimientos sobre hechos con los
cuales personalmente nunca se enfrento. Además, el lenguaje le da posibilidad al hombre
de formarse conceptos sobre el contenido de la mayoría de sus impresiones sensoriales.

La diferencia entre el lenguaje de los animales y el del hombre establece además


diferencias en el pensamiento. Esto se explica por el hecho de cada función psíquica
particular se desarrolla en interacción con las otras funciones.

Mediante muchos experimentos los investigadores han demostrado que de los animales
superiores es propio solo el pensamiento práctico (manual, según Pavlov). Así, solamente
con un proceso de entrenamiento previo, el mono puede resolver tareas circunstanciales de
uno u otro tipo, e inclusive crear instrumentos. Las formas abstractas del pensamiento en
los monos no han sido observadas por ninguno de los investigadores que han estudiado la
psiquis de los animales. El animal puede actuar solamente dentro de los marcos de una
situación visualmente percibida, los cuales no puede rebasar o abstraer y de la cual no
puede asimilar sus principios abstractos. El animal es un esclavo de la situación percibida
en forma inmediata. La conducta del hombre se caracteriza por su capacidad de abstraerse o
apartarse de una situación concreta dada y prever las consecuencias que puedan surgir en
relación con dicha situación.

De esta forma, el pensamiento concreto o práctico de los animales los somete a sus
impresiones directas sobre una situación dada, mientras que la capacidad del hombre de
pensar abstractamente supera la dependencia directa de la situación dada. El hombre es
capaz de reflejar no solo las influencias directas del medio, sino que puede prever aquellas
que pueden suceder. El hombre está en capacidad de obrar en correspondencia con la
necesidad conocida, ósea, conscientemente.

Esta es la primera distinción esencial entre la psiquis humana y la animal.

5
La segunda distinción entre el animal y el hombre consiste en la capacidad de este de crear
y conservar las herramientas. El animal crea herramientas o instrumentos en una situación
concreta. Fuera de la situación concreta el animal nunca identifica los instrumentos como
tales, ni se aprovisiona de ellos, una vez que el instrumento juega su papel en esa situación
dada, inmediatamente deja de existir para el mono como instrumento.

Así, si el mono acaba de utilizar un palo como instrumento para acercar una fruta, al poco
tiempo después puede roerlo u observar tranquilamente como esto lo hace otro mono. De
esta manera los animales no viven en un mundo de objetos permanentes y el objeto
adquiere determinado sentido solo en una situación concreta, en el proceso de la actividad2.
Además, la actividad de los animales nunca se realiza colectivamente y, en el mejor de los
casos, los monos pueden observar la actividad de sus congéneres, pero nunca van actuar
conjuntamente ayudándose unos a otros.

A diferencia del animal, el hombre crea los instrumentos de acuerdo a un plan previsto de
antemano, los utiliza según el fin a que estén destinados, y los conserva. El hombre vive en
un mundo de objetos relativamente permanentes, emplea los instrumentos conjuntamente
con otros hombres y asimila de otros la experiencia para su utilización y a su vez la
transmite a otros.

El tercer rasgo distintivo de la actividad psíquica del hombre es, la transmisión de la


experiencia social. El animal y el hombre disponen en su arsenal una experiencia
acumulada por las generaciones anteriores en forma de actuaciones instintivas ante
determinado tipo de estimulo. Tanto los unos como los otros adquieren una experiencia
individual en todas las posibles situaciones que se les presentan en la vida, pero solo el
hombre asimila la experiencia social.

La experiencia social ocupa un lugar predominante en la conducta de cada hombre en


particular. La experiencia social transmitida al hombre desarrolla en gran medida su
psiquis. Desde la mas tierna edad, el niño empieza a dominar las formas de utilización de
los instrumentos y las formas del trato. Las funciones psíquicas del hombre cambian
cualitativamente gracias al dominio de cada sujeto en particular sobre los instrumentos del
desarrollo cultural de la humanidad. En el hombre se desarrollan las funciones superiores
propiamente humanas (lenguaje, memoria, atención arbitraria y pensamiento abstracto).

Tanto el nivel del desarrollo de los sentidos como el desarrollo del pensamiento abstracto
influyen en el grado de adecuación del reflejo de la realidad. Por eso la cuarta y mas
esencial diferencia entre el animal y el hombre esta en los sentimientos. Naturalmente que
el hombre y los animales superiores no permanecen indiferentes a lo que ocurre a su
alrededor, los objetos y acontecimientos pueden suscitar en los animales y el hombre
determinados tipos de reacción en dependencia de lo que los influye, o sea emociones
positivas o negativas.

2
El concepto “actividad” se emplea en relación con el animal en forma convencional, en el sentido de
actividad vital.

6
Sin embargo, solamente en el hombre puede existir la capacidad desarrollada de sentir la
pena o la alegría de otro hombre, solamente él puede embriagarse con la naturaleza o
experimentar determinados sentimientos al tomar conciencia de algún hecho vital.

Una importantísima distinción entre la psiquis humana y la animal, radica en las


condiciones en que ha transcurrido el desarrollo. Si durante el desarrollo del mundo animal
el desarrollo de la psiquis transcurrió de acuerdo con las leyes de la evolución biológica, el
desarrollo de la psiquis propiamente humana y de la conciencia humana se somete a las
leyes del desarrollo histórico social. Sin la asimilación de la experiencia de la humanidad,
sin el contacto con los semejantes, no es posible el desarrollo de los sentimientos
propiamente humanos, no se desarrolla la capacidad de atención dirigida, ni la memoria, ni
la capacidad de pensar abstractamente y no se forma la personalidad humana.

Sobre esto evidencian los casos de niños criados entre animales. Todos los “niños salvajes”
manifestaron reacciones animales primitivas y en ellos no fue posible descubrir todas
aquellas particularidades que diferencian al hombre del animal. Mientras que un mono
pequeño que por casualidad se quedo solo, sin la manada, de todas formas se comportara
como mono, el hombre, en cambio, solo se convierte en hombre cuando su desarrollo tiene
lugar entre otros hombres.

La psiquis humana es producto de toda la evolución anterior de la materia. El análisis del


desarrollo de la psiquis nos permite hablar de las premisas biológicas para el surgimiento de
la conciencia.

Sin duda que los antepasados del hombre poseían la capacidad de pensar objetiva y
activamente, así como de formar múltiples asociaciones. El antepasado del hombre al
poseer extremidades como las manos podía construir instrumentos elementales y utilizarlos
en una situación concreta. Todas estas manifestaciones las podemos encontrar en los monos
antropomorfos contemporáneos.

Sin embargo, no se puede deducir que la conciencia apareció en forma inmediata con la
evolución de los animales, pues el hombre es un producto de las relaciones sociales. La
manada fue el presupuesto biológico de las relaciones sociales, los antepasados del hombre
vivían en manadas, lo que les permitía defenderse de los enemigos en la mejor forma
posible y prestarse una ayuda mutua.

El factor que posibilito la transformación del mono en hombre, fue la actividad laboral, es
decir, la actividad realizada por el hombre para la elaboración y utilización conjunta de los
instrumentos.

7
LA ACTIVIDAD LABORAL COMO PRESUPUESTO Y RESULTADO DEL
DESARROLLO DE LAS RELACIONES HUMANAS

La naciente actividad laboral influyo en el desarrollo de las relaciones sociales de la


sociedad y las relaciones sociales nacientes influyeron en el perfeccionamiento de la
actividad laboral. Este avance en el desarrollo de los antepasados del hombre se presento
como consecuencia de un brusco cambio en las condiciones de vida, cambios catastróficos
del ambiente suscitaron grandes dificultades para la satisfacción de las necesidades al
disminuir las posibilidades de una obtención fácil de alimentos y al empeorarse el clima.
Los antepasados del hombre entonces debían extinguirse o cambiar cualitativamente su
conducta. Como subraya F. Engels, “cientos de miles de años –en la historia de la tierra no
más que un segundo en la vida humana- pasaron seguramente antes de que de una tropa de
monos que trepaban los arboles saliera una sociedad de seres humanos”3.

La comunicación instintiva de los antepasados del hombre en el interior de la manada poco


a poco fue reemplazada por la comunicación a base de la actividad “productiva”. De esta
forma, el surgimiento del trabajo y la formación de la sociedad humana son la causa de la
humanización de los antecesores antropomorfos del hombre.

En el trabajo se desarrollo también la conciencia humana, que en la escala evolutiva es la


forma superior de reflejar la realidad y de la cual es característico la abstracción de las
condiciones objetivas y permanentes de la actividad material y la realización sobre esta
base de la transformación de la realidad circundante.

La construcción, utilización y conservación de las herramientas son actividades que


conducen a una mayor independencia de la influencia directa del medio. Al pasar de
generación en generación, las herramientas de los antiguos adquieren cada vez mas una
fisionomía mas compleja, que parte de los prodigiosos trozos de piedra con aristas cortantes
y termina con los instrumentos especializados hechos colectivamente. A tales instrumentos
se les asignan funciones fijas: punzar, cortar, partir y precisamente en relación con esto
surge la distinción cualitativa entre el medio percibido por el hombre y el del animal, pues
como ya fue mencionado, el animal vive en un mundo de cosas accidentales, mientras que
el hombre se crea un mundo de objetos permanentes. Los instrumentos creados por el
hombre son los portadores materiales de las operaciones, acciones y actividad de las
generaciones precedentes.

El hombre, al actuar sobre la naturaleza y modificarla, al mismo tiempo cambia su propia


naturaleza. “El trabajo –dice Marx- es, en primer término, un proceso entre la naturaleza y
el hombre, proceso en que éste realiza, regula y controla mediante su propia acción su
intercambio de materias con la naturaleza. En este proceso, el hombre se enfrenta como un
poder natural con la materia de la naturaleza. Pone en acción las fuerzas naturales que
forman su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y la mano, para de este modo
asimilarse, bajo una forma útil para su propia vida, las materias que la naturaleza le brinda.
Y a la par que de ese modo actúa sobre la naturaleza exterior a él, y la transforma su propia

3
F. Engels, Dialéctica de la naturaleza. C Marx y F. Engels. Obras, t.20 págs. 490-491

8
naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en él y sometiendo el juego de sus
fuerzas a su propia disciplina”.4

Bajo la influencia del trabajo, nuevas funciones fueron asignadas a la mano, esta adquirió
una mayor agilidad de movimientos y en relación con un progresivo perfeccionamiento de
la configuración anatómica se modifico la correlación entre el hombro y el antebrazo, se
aumento la movilidad de todas las articulaciones, especialmente las de la mano. Sin
embargo, la mano se desarrollo no solo como un instrumento prensor, sino también como
un órgano para el conocimiento de la realidad objetiva.

La actividad laboral condujo a que la mano en movimiento continuo, poco a poco, se


convirtiera en un órgano especializado del tacto activo. El tacto es una propiedad
específicamente humana, utilizada para el conocimiento del mundo. La mano es “…un
delicado órgano del tacto –escribió Séchenov- y este órgano radica en la mano como una
fibra capaz no solo de acortarse, alargarse, y desplazarse en todas las direcciones posibles,
sino también de sentir de manera determinada cada uno de estos desplazamientos” 5. La
mano es el órgano del tacto no solamente porque la sensibilidad al contacto y a la presión
en la palma y en los extremos de los dedos es mayor que en otras partes del cuerpo (por
ejemplo, la espalda, los hombros, o las rodillas), sino también, porque siendo un órgano
formado en el trabajo y adaptado para actuar sobre los objetos, la mano esta capacitada para
una actividad táctil y es por esto mismo que ella nos proporciona valiosos conocimientos
sobre las propiedades existentes en los objetos del mundo material.

De esta manera, la mano del hombre adquirió capacidad para variadísimas funciones,
totalmente ajenas a las extremidades de sus antecesores. Precisamente por esto F. Engels
hablo sobre la mano no solo como órgano de trabajo, sino como fruto de este.

El desarrollo de la mano transcurrió en interrelación con el desarrollo de todo el


organismo. La especialización de la mano como órgano de trabajo propicio el caminar
erecto.

La acción de las manos durante el trabajo se encontraba siempre bajo el control de la vista.
En el proceso del conocimiento del mundo y en la actividad laboral se establecen múltiples
vínculos entre los órganos del tacto y de la vista, como resultado de los cuales se modifica
el efecto de la acción del estimulo, del cual el hombre toma conciencia mas profunda y
adecuadamente.

El funcionamiento de las manos tuvo una influencia especial sobre el desarrollo del
cerebro. Para las manos, como órgano especializado y en desarrollo, debió de formarse su
representación en el cerebro y esto sirvió de causa no solamente para un aumento de la
masa cerebral, sino para una complejización de su estructura. Las zonas sensoriales y
motrices en desarrollo en el cerebro humano influyeron a su vez en el desarrollo posterior
de la actividad cognoscitiva, la que propicio un reflejo aún más adecuado.

4
C. Marx. El Capital. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 23, págs.. 188-189
5
I. Séchenov. Obras escogidas de Filosofía y Psicología, M. Gospolitizdat 1947, págs.. 396-397

9
El surgimiento y desarrollo del trabajo condujo a una satisfacción incomparablemente
mejor de las necesidades humanas de alimentos, vivienda y demás. Sin embargo, las
relaciones sociales de las personas cualitativamente cambiaron las exigencias biológicas y
engendraron otras propiamente humanas. La necesidad de satisfacer estas exigencias
engendro la demanda de instrumentos de trabajo e impulso su desarrollo.

En esta forma, el trabajo sirvió de causa para el desarrollo de la sociedad humana, para la
formación de las necesidades humanas, para el desarrollo de la conciencia que no solo
reflejaba al mundo, sino que lo transformaba. Todos estos fenómenos en la evolución
humana condujeron a un cambio radical en las formas de comunicación entre las personas.
La necesidad de transmitir la experiencia de las generaciones anteriores, de enseñar la
actividad laboral a los conterráneos, de repartir las distintas actividades entre ellos, creo la
exigencia de la comunicación. El lenguaje de los instintos no podía en forma alguna
satisfacer esta exigencia. Así, conjuntamente con el trabajo y en el proceso del trabajo, se
desarrollaron las formas superiores de la comunicación mediante el lenguaje humano.
Conjuntamente con el desarrollo de la conciencia y sus formas propias de reflejar la
realidad se modifica el hombre mismo como personalidad.

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