Sunteți pe pagina 1din 6

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA


DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
MAESTRIA EN ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
MATURIN EDO MONAGAS

LA ÉTICA PROFESIONAL DEL EDUCADOR Y SU RELACIÓN CON


LA NORMATIVA EDUCATIVA VENEZOLANA

Participante: Eglee Peck


C.I: 12155645
Facilitador: Prof(a): Arturo Lugo

Maturín, Marzo 2020


La filosofía política actual del país, tiene su equivalente en una
Filosofía de la Educación, que se centra en un nuevo modelo de sociedad, que se
convierte en el ámbito para la formación del nuevo ciudadano, quien hará
posible esta nueva república. El espacio para construir esta formación
es la nueva escuela como centro del quehacer de la comunidad y eje del desarrollo
local.
Venezuela requiere insertarse activamente en la sociedad del conocimiento y la
información, para ello es necesario implementar reformas educativas a todos los
niveles, lo cual va de la mano de cambios requeridos en la formación del docente,
cuyo objetivo principal debe ser estructurar una doctrina ética a lo largo de dicha
formación, desarrolle una fuerte identidad con su profesión, y que este claro en el
importante rol que juega dentro de la sociedad.
Es necesario que la formación del docente no sea solo una acumulación de
competencias, sino que sea portador del ethos académico, recibiendo una
formación en valores, dentro de los cuales son fundamentales: los valores cívicos,
para sembrar en la mente de los individuos hábitos que conformen una cultura
democrática y los que deben orientar las relaciones de la sociedad para elevar su
condición humana, a su vez que aprenda a crear escenarios éticos, que se
constituyan en el punto de partida para aportar al docente más elementos para un
desempeño eficaz.
El Ministerio del Poder Popular para la Educación, asume su responsabilidad de
garantizar una Educación Integral y de calidad para todo. Desde esta
perspectiva el Estado crea un conjunto de leyes o disposiciones
legislativas que conciernen al Sistema Educativo Venezolano, de manera que el
sector educativo y sociedad en general, tengan una misma situación jurídica y
gocen de los mismos privilegios.
Ética de la profesión docente:
Ética, según la RAE (2014), se define como el “conjunto de normas morales que
rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida. Ética profesional,
cívica, deportiva”. También es entendida como “parte de la filosofía que trata del
bien y del fundamento de sus valores”. Según Cortina (1994), la ética se considera
un tipo de saber orientativo a la acción humana dentro de la lógica y la razón. La
ética es por esencia un saber para la actuación racional.
Hablar de ética de la profesión docente implica centrar la atención en el
conjunto de normas que rigen la conducta de los profesionales facultados para el
ejercicio de una profesión. En este sentido Rojas (2011) expresa la relación como
compromiso vivencial con un alcance mayor a lo normado, siendo efectivo tanto
en la teoría como en la práctica. Para lograrlo los docentes deben estar
conscientes de sus competencias, que involucra en la práctica su capacidad
intelectual y moral, así como el mejoramiento de las mismas en beneficio de sus
estudiantes, que en conjunto permita el crecimiento cognitivo, afectivo y moral de
forma integral.
Se requiere contar con docentes con alto grado de compromiso, acompañado
de una preparación sólida como baluarte de desempeño integral, desde lo más
sencillo hasta lo más complejo, en la cual el docente sea poseedor de
conocimientos sustantivos con pensamiento reflexivo, acompañados de la
pedagogía y didáctica como facilitadores de la ruta a seguir. El conjunto, involucra
pensar antes de actuar, analizar desde la lógica crítica y analítica, dominar los
contenidos sustantivos para poder facilitar procesos de calidad y excelencia.
La ética está vinculada a la moral, a las normas y establece lo que es bueno,
malo, permitido o deseado respecto a una acción o una decisión. El concepto
proviene del griego ethikos, que significa “carácter”. Puede definirse a la ética
como la ciencia del comportamiento moral, ya que estudia y determina cómo
deben actuar los integrantes de una sociedad.
Un código, por su parte, es una combinación de signos que tiene un
determinado valor dentro de un sistema establecido. En el derecho, se conoce
como código al conjunto de normas que regulan una materia determinada.
Las normas mencionadas en los códigos de ética pueden estar vinculadas con
las normas legales (por ejemplo, discriminar es un delito penado por la ley). El
principal objetivo de estos códigos es mantener una línea de comportamiento
uniforme entre todos los integrantes de una empresa. Al incluir instrucciones por
escrito, no resulta necesario que un directivo explique a cada momento cuáles son
las obligaciones que tiene un empleado. Por otra parte, aquellas personas que
redactan el código de ética se encuentran en una posición jerárquica sobre el
resto, ya que están en condiciones de estipular cuáles son las conductas correctas
desde un punto de vista moral.
El ámbito educativo constituye el espacio en el cual los seres humanos pueden
responsabilizarse, comunicativamente, por la creación, gestión y aplicación valiosa
del conocimiento. En este ámbito es donde, en la convergencia de múltiples
actores sociales dispuestos a establecer acuerdos y llevarlos a la práctica, una
sociedad puede conocer y conocerse así misma de modo crítico, valorar sus
potencialidades, superar sus debilidades, cultivar sus capacidades y afirmar un
proyecto de vida en común.
Dicho proyecto, amplio, tolerante y plural, se constituye en una plataforma para
construir y perfeccionar instituciones justas, a través de la formación de excelentes
profesionales, ciudadanos comprometidos (Esteban Bara, F. 2004) y personas que
se corresponsabilizan por la vida en todas sus dimensiones. En todos los niveles
educativos y, en especial, en la Universidad, la responsabilidad es la de avanzar
hacia la excelencia.
Ello implica el avance significativo en la reflexión crítica sobre los fines para los
cuales educar, en la determinación concertada de las estrategias adecuadas para
alcanzar tales fines y en el desarrollo de acciones eficaces para su progresiva
realización. La excelencia, como virtud, pertenece a la dimensión ética de la
conducta humana, y abarca reflexión, estrategia y acción para la vida digna.
Ella alcanza una importancia creciente en la actualidad dentro del campo
educativo. Excelencia que significa trabajar por el más alto nivel en los siguientes
campos: Información actualizada y consolidada, conocimiento valido, legítimo y
eficaz para la resolución de problemas, saber abierto, comprensivo e integrador,
sabiduría capaz de elevar todos y cada uno de los niveles anteriores al
pensamiento y realización de la vida buena (V. Martin, 2005).
Educar no solo para conocer, sino principalmente para pensar. Pensar
comunicativamente las finalidades de la acción humana y las mediaciones a través
de las cuales se busca alcanzarlas.
La aplicación o ejercicio de la práctica de la profesión dependerá en buena
medida de la formación que posea, traducida en la calidad del servicio que ofrece
a la comunidad en su radio de acción con lo cual el ejercicio de la profesión se
vincula estrechamente con la ética. El conjunto de relaciones conlleva a la
revitalización constante de las profesiones, sin perder de vista su esencia en el
código deontológico, así como sus fines legítimos y las competencias que se
requieren en la dinámica operativa del ejercicio profesional.
Por tanto, la escuela tiene el gran compromiso de formar ciudadanos aptos para
la vida aunado al ejercicio de la democracia, tal como lo indica la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela (1999), expresados en su Art. 103 “Toda
persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en
igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas
de sus aptitudes, vocación y aspiraciones…” Por su parte, el Art. 104, expresa: “La
educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada
idoneidad académica…” Se reafirma la gran importancia del maestro en la
formación de los estudiantes, así como su papel en la construcción de la sociedad.
Se trata de asumir el reto y compromiso en la formación y actuación de los
docentes para el cumplimiento cabal de lo establecido en su sagrada misión de
formar.
En nuestro país, sin tener un modelo curricular venezolano coherente que le
diera continuidad a los procesos educativos desde la niñez hacia la adultez. Cada
niño y niña pasaba por un proceso lleno de contradicciones que lejos de fortalecer
la formación integral, atomizan el conocimiento y cargan de confusiones en
principios y valores.
Es por ello que se necesita desdibujar las fronteras entre niveles, etapas,
fases, etc. y avanzar en un proceso educativo que tenga la visión humanista
(centrándose en la esencia humana, con sus potencialidades, capacidades,
competencias), integral (conocer, hacer, ser y convivir), y de procesos,
reconociendo la diversidad y especificidad de las modalidades, que permita
realmente formar al nuevo (a) ciudadano (a), tanto en su desarrollo pleno como
persona en su esencia social y colectiva a lo largo de la vida, en un proceso de
educación permanente.
Al respecto, la Ley Orgánica de Educación (2009) establece:
Art. 14 “El sistema educativo es un conjunto orgánico integrador de políticas y
servicios que garanticen la unidad del proceso educativo… y su continuidad a lo
largo de la vida… ”
Cabe destacar, en cuanto a los niveles y modalidades que comprenden el
Sistema Educativo Venezolano, se establezcan realmente las condiciones y se
fijen las normas para que los estudiantes desarrollen al máximo sus aptitudes y
potencialidades necesarias para su formación, tal como lo señala la Ley Orgánica
de Educación.
“La formación docente requiere de una planificación holística, consensuada,
centrada en la ética y de forma especial en los valores educativos, con exigencias
acordes a la gran responsabilidad y compromiso que el ejercicio de sus funciones
precisa, en consonancia con la dinámica educativa actual”
Finalmente, la ética en la formación docente y las normativas tienen una
estrecha relación ya que exigen una educación responsable que genere en sus
actores la necesidad de construir una sociedad dispuesta a convivir, desarrollar
potencialidades, promover acciones de cooperación y al mismo tiempo, mantener
la armonía entre sus pensamientos, sentimientos y acciones para así erradicar las
indiferencias y el conformismo que conllevan al deterioro del país.

https://uma.edu.ve/admini/ckfinder/userfiles/files/Legislacion%20Educativa%2011-
12(2).pdf
https://es.scribd.com/document/172320928/Legislacion-Educativa-Venezolana
http://educacionenvenezuela20122.blogspot.com/p/formacion-de-la-etica-
docente_30.html

S-ar putea să vă placă și