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MECÁNICA CLÁSICA
para Profesores de Física

Profesorado de Física de FaMAF


Dr. Lorenzo M. Iparraguirre – 2019 -
ÍNDICE
CAPÍTULO 1: Ideas básicas para la enseñanza de la Dinámica
1.1.- Sobre los movimientos y su explicación ……………………….. 5
Las Leyes de NEWTON
Las fuerzas en equilibrio
Fuerzas de contacto y campos de fuerza.
La Ley de Gravitación Universal y la fuerza Peso.
Las situaciones de la vida práctica y la fuerza de rozamiento.
1.2.- Las fuerzas en los movimientos…………………………….…… 19
Formulación preparatoria de la Ley del Impulso
Trayectoria
Vector desplazamiento y vector velocidad
Desplazamiento infinitesimal y tangencia
CAPÍTULO 2: Las Leyes de la Dinámica
2.1.- Accediendo a las Leyes del Movimiento………………………… 37
Vector cantidad de movimiento
2.2.- Ley del Impulso…………………………………………………… 39
Principio de Superposición y fuerza resultante
La Ley del Impulso para un cuerpo extenso
2.3.- El significado de las tres leyes…………………………………… 48
Sobre las definiciones de fuerza y masa
Principio de Inercia y referenciales inerciales
Movimiento relativo y cambio de referencial
56
2.4.- El análisis Normal-Tangencial……………………………………
Anexo 2.1: La Ley del Impulso en un intervalo infinitesimal
y en un intervalo finito …………………………………………………. 61
Anexo 2.2: Aplicación de las leyes básicas a movimientos típicos……. 65
1.- Movimientos rectilíneos (fuerza normal nula)……………………… 65
1.1.- Caso de fuerza nula: movimiento rectilíneo uniforme (MRU)…… 65
1.2.- Caso de la fuerza constante y tangencial: MRUV……………….. 66
1.3.- Caso de la fuerza elástica y tangencial: movimiento oscilatorio… 71
2.- Movimientos curvilíneos………………………………………….. 75
2.1.- Tiro oblicuo y caída libre ………………………………………. 75
2.2.- Movimiento circular uniforme …………………………………. 80
2

2.3.- Péndulos y planos inclinados…………………………………….. 86


CAPÍTULO 3: Trabajo y Energía
3.1.-Teorema del trabajo y la energía cinética ……………………….. 93
3.2.- Fuerzas conservativas y energía potencial ……………………… 100
Conservación de la energía mecánica
Un ejemplo de aplicación: moléculas diatómicas
3.3.- Sobre el trabajo y la energía en sistemas extensos ……………… 112
Trabajo de fuerzas exteriores e interiores
3.4.- Colisiones entre dos cuerpos ………………………………….... 123
Anexo 3.1: Definiendo el trabajo mecánico …………………………. 131
Anexo 3.2: Principio General de Conservación de la Energía ………. 135
Anexo 3.3: Potencia mecánica ……………………………………….. 139
Anexo 3.4: Producto Escalar de vectores ……………………………. 143
CAPÍTULO 4: Movimientos en fuerzas centrales
4.1.- Movimiento en coordenadas polares …………………………… 147
Velocidad angular orbital
La Ley de las Áreas
Cantidad de movimiento angular orbital
4.2.- El caso de las fuerzas coulombianas ……………………………. 156
Análisis introductorio de casos en fuerza coulombiana atractiva.
Energías positivas y escape de la partícula
Fuerza coulombiana repulsiva
4.3.- El tratamiento analítico ………………………………………….. 172
4.4.- El caso de la fuerza elástica ……………………………………… 178
Anexo 4.1: Demostración de la Ley de las Áreas ……………………. 181
Anexo 4.2. Propiedades de la elipse ………………………………….. 184
Anexo 4.3: El caso de las órbitas hiperbólicas ……………………… 193
Anexo 4.4: El vector de Lenz ……………………………………….. 197
Anexo 4.5: Reducción al Sistema Centro de Masa ………………….. 201
CAPÍTULO 5: Dinámica de Rotaciones
5.1.- Tratamiento introductorio ………………………………………. 207
Generalidades sobre el movimiento de rotación
Rotación pura
Efecto de las fuerzas sobre la rotación
Momento de una fuerza respecto de un eje.
Leyes de la dinámica de la rotación pura
Inercia de la rotación pura
Ley del Impulso para las rotaciones
Impulso angular
Momento de inercia
Cantidad de movimiento angular con respecto a un eje
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Trabajo y energía cinética de rotación.


Casos de momentos de inercia
Conservación de la cantidad de movimiento angular
5.2.- Tratamiento avanzado ………………………………………….. 225
Movimiento general del sólido
Velocidad angular.
Eje instantáneo de rotación
Dinámica de la rotación general del sólido
Cantidad de movimiento angular
Ley dinámica para la rotación
Energía cinética en las rotaciones
5.3.- Aplicación: Variaciones sobre la peonza simétrica …………….. 238
Caso de la rotación pura
Precesión libre de la peonza simétrica
El caso del trompo y artefactos parecidos
El caso didáctico elemental
Anexo 5.1: Movimiento en sistemas de referencia en rotación ………. 253
Anexo 5.2: Vectores axiales ………………………………………….. 259
Anexo 5.3: Entendiendo mejor la peonza simétrica ………………….. 263
CAPÍTULO 6: Elementos de elasticidad
6.1.- Fuerzas de campos y fuerzas de contacto ………………………. 269
6.2.-Tipos de esfuerzos o tensiones …………………………………. 270
6.3.- Tensor de tensiones ……………………………………………. 276
6.4.- Tensor de deformaciones ……………………………………… 279
6.5.- Materiales elásticos. …………………………………………….. 281
6.6.- El caso de los líquidos …………………………………………. 283
6.7.- Las leyes de la Mecánica ……………………………………….. 284
CAPÍTULO 7: Teoría Especial de la Relatividad
7.1.- Cinemática relativista …………………………………………… 287
Introducción
Transformaciones de Lorentz
Intervalo relativista.
Diagrama de MINKOWSKY
Transformación de las velocidades
Causalidad y cono de luz
7.2.- Dinámica relativista ……………………………………………. 307
Introducción
Cuadrivectores
Cuadrivelocidad y cuadrimomento lineal
7.3.- Aplicaciones especiales ………………………………………… 317
La energía en los decaimientos radiactivos.
El efecto Compton
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CAPÍTULO 8: Mecánica variacional


8.1.- Introducción histórica ………………………………………….. 323
8.2.- Función lagrangeana. Ecuaciones de Euler-Lagrange ………..... 326
Principio de Hamilton, o de mínima acción
Ecuaciones de Euler-Lagrange
Vínculos holónomos
Fuerzas que dependen de la velocidad: el caso electromagnético
8.3.- Función hamiltoniana. Ecuaciones de Hamilton. ……………….. 338
Ecuaciones canónicas
Propiedades del Hamiltoniano
8.4.- Transformaciones canónicas. ……………………………………. 343
Anexo 8.1: Lagrangeano de una partícula en un campo electromagnético 347
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CAPÍTULO 1:
Ideas básicas para la enseñanza de la Dinámica

COMENTARIO INICIAL
Este es un libro de Mecánica para estudiantes de profesorado de Física que ya
han aprobado una asignatura como Física 1, es decir que ya están
familiarizados con las leyes de la dinámica, con las características de los
movimientos básicos, y con herramientas como el álgebra vectorial.
La intención es revisar los conceptos intervinientes en estas leyes, así como los
aspectos importantes de sus significados, y también revisar los criterios
didácticos importantes para la transferencia al aula, que serán
fundamentales en el futuro papel docente de los alumnos de este curso.
Porque la idea principal es que un alumno de profesorado debe completar y
profundizar la formación conceptual ya adquirida, pero a diferencia de los
alumnos de la licenciatura, en lugar de hacerlo como preparación para
acceder a formulaciones más abstractas, debe hacerlo para lograr un
entrenamiento en la aplicación a la comprensión de los fenómenos que deberá
explicar en su vida de enseñante.
Esto exige que los alumnos de este curso, sin descuidar la profundidad y el
rigor en su formación, reciban un entrenamiento especial en interpretación y
modelización de situaciones de la vida práctica, y en el planteo de problemas
útiles para que su resolución contribuya a la comprensión de los temas y
conceptos.

1.1.- Sobre los movimientos y su explicación


Las Leyes de NEWTON
En este curso se suponen conocidos los tres principios fundamentales de la Dinámica Clásica,
enunciados en 1687 por Isaac NEWTON en su obra Philosophiae Naturalis Principia
Mathematica (―Principios Matemáticos de Filosofía Natural‖), como sus tres Leyes del
Movimiento, denominados usualmente ahora:
Principio de Inercia,
Principio de masa,
Principio de Acción y Reacción,
Todos los movimientos encuentran su explicación a través de esos tres principios, que son la
base de una teoría que además de ser eficiente, es una aventura del pensamiento apasionante y
hermosa.
Y consideramos que la razón por la que la enseñanza de esta parte de la Física debe contener
cálculos sobre movimientos simples, es más para presentar esta aventura del pensamiento,
ayudando a la construcción conceptual a través de elementos concretos, que por el interés
mismo de los cálculos. El carácter de aventura apasionante y hermosa de esta teoría, se debe
a que obliga a imaginar cómo la aplicación de fuerzas afecta a los movimientos, cómo desvía
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los cuerpos, cómo resultan las trayectorias, y cómo eso se visualiza en un automóvil, en un
mecanismo, o en un satélite o planeta. Y en esto es importante que haya mucha geometría,
porque la geometría, además de ser también hermosa, es necesaria para interpretar el mundo.
Y estas ideas básicas obligan a buscar estrategias que, a pesar de lo siempre escaso del tiempo
disponible, permitan llegar a manipular situaciones en las cuales sean importantes los
elementos geométricos que relacionan las fuerzas con las trayectorias y las velocidades.
Para lograr este objetivo hemos decidido comenzar directamente con el tratamiento, primero
exploratorio y cualitativo, y luego cuantitativo, de este tipo de situaciones, dando prioridad a
los razonamientos y elementos de la dinámica.
Pero esto no se puede hacer de cualquier manera. Debe sustituirse la forma habitual de la
   
Segunda Ley de NEWTON: F  m a , con la Ley del Impulso: F t  (m v) , más parecida a la
forma en que NEWTON la enunció.
De esta manera se procede con un razonamiento del tipo causa-efecto: la fuerza (causa),
actuando durante cierto intervalo de tiempo, tiene como efecto un cambio, que consiste en que
una velocidad inicial pasa a una final.
De lo contrario sería necesario un trabajo previo para lograr familiaridad con el concepto de
aceleración, y eso llevaría al tratamiento habitual, con gran inversión de tiempo con los casos
de aplicación de las fórmulas de los movimientos rectilíneo uniforme y uniformemente
variado, con pobres resultados en lo que es de interés para estas ideas que estamos
exponiendo, debido a las esquematizaciones usuales de los movimientos:
o separándolos en clases (rectilíneo uniforme - rectilíneo uniformemente variado –
circular)
o sin razonamientos sobre causas,
o reduciéndolos a fórmulas que indican su posición sobre un eje.

De manera para superar esta forma esquemática de estudiar los movimientos se propone
comenzar desarrollando especulaciones y discusiones cualitativas acerca de posibilidades de
movimientos. Hay mucho material de interés en el movimiento de los astros, satélites, y
vehículos de todo tipo, espaciales y terrestres. Y hay muchas posibilidades de comparar
especulaciones actuales, con puntos de vista que han tenido lugar a lo largo de la historia.
El Principio de Inercia debe ser tenido en cuenta para analizar los efectos de las fuerzas,
porque es el que anuncia que lo que puede cambiar el estado rectilíneo uniforme de
movimiento es la aplicación de fuerzas. Esto ya define gran parte de las propiedades de las
fuerzas, de una manera que generalmente se desaprovecha. En este punto son recomendables
muchas ejercitaciones con especulaciones sobre qué efecto producirían fuerzas, o cómo
aplicar fuerzas para lograr determinados efectos simples. Todo sin avanzar en el enunciado de
las leyes, sino a nivel de especulaciones cualitativas que deben ir pre-formando las
características de muchos casos simples de movimientos que se estudiarán más adelante en
detalle (ver ejemplos desarrollados).
A modo de ejemplo ilustrativo sugerimos un par de planteos para disparar actividades de
discusión (algunos aspectos se retoman y discuten en el Ejemplo 1.5).
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Planteo 1
Considere las siguientes afirmaciones. Para cada una califíquela de verdadero o falso en general, y
enuncie ejemplos que ilustren su conclusión.
a) Si sobre un cuerpo no actúa ninguna fuerza, deberá estar en reposo.
b) El movimiento de un cuerpo siempre tiene lugar en la dirección de la fuerza aplicada.
c) El movimiento siempre se inicia en la dirección de la fuerza aplicada.

Comentario didáctico
En una presentación inicial estas discusiones deben proponerse muy abiertas.
Se trata de ir formando criterios acerca de lo que es una fuerza, y también
acerca de cuándo es verdadera una afirmación.
Por ejemplo, ¿para mostrar que (a) es verdadero debo encontrar un ejemplo de
cuerpo en reposo sobre el que no haya aplicada ninguna fuerza, o bastaría
encontrar un cuerpo libre de fuerzas que esté en movimiento para mostrar su
falsedad?
Por otra parte, al buscar ejemplos van a surgir los naturales problemas para
identificar las fuerzas que actúan sobre cuerpos típicos de la vida cotidiana:
¿qué fuerzas actúan sobre una esfera apoyada en reposo sobre un piso liso y
horizontal? ¿y si la esfera está rodando? ¿qué es el peso? ¿ cuál es el peso?
¿Existen los cuerpos libres de fuerzas? ¿un satélite, planeta o asteroide están
libres de fuerzas?
¿Vale razonar sobre la esfera apoyada en reposo sobre un piso liso y horizontal,
si excluimos las fuerzas verticales, y hacemos pruebas con empujones en
direcciones horizontales?

Planteo 2
Si un pasajero de un tren que viaja suavemente a gran velocidad deja caer una naranja, ¿dónde cae
ésta? ¿Influye en ello el movimiento del tren? ¿cae justo debajo del punto en el que fue soltada? ¿o
cae más adelante? ¿o más atrás? ¿Qué fuerzas actúan sobre la naranja mientras va cayendo? Haga
un dibujo con la opción elegida y muestre las fuerzas que considera.
Y si el pasajero sostiene una plomada del tipo de albañil (un hilo con un cuerpito pesado en el extremo,
como un péndulo – pero quieto, sin pendular) dentro de este rápido tren, como se muestra en B en la
figura ¿debería indicar exactamente la vertical? ¿o debería colgar hacia atrás de la vertical? ¿o quizás
hacia adelante?
gran velocidad

?
A
 B 
? ?

Fig. 1: Imaginemos el interior de un vagón de tren viajando muy rápida y suavemente. ¿Según
cuál de las trayectorias mostradas pensamos que caería una naranja que un pasajero soltase en
A? ¿Cómo colgaría en B un péndulo en reposo?
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¿Y si este pasajero saca la mano por la ventanilla para hacer las mismas cosas? ¿es lo mismo que
dentro? ¿qué diferencias hay?

Comentarios didácticos
Nuevamente es para discutir abiertamente. En esta cuestión todo es más
complejo, y requiere mayores grados de abstracción.
Si se logra que los alumnos se instalen imaginariamente dentro del tren
sosteniendo la naranja, será valioso pedirles que logren imaginar si tendrán
que aplicarle o no una fuerza en la dirección del movimiento. Una vez que
tengan en claro que no deberá haber tal fuerza, se les podrá pedir que hagan
el esfuerzo de imaginación de pasar a ser un espectador que ve pasar al tren, y
ve pasar una naranja viajando a gran velocidad. ¿Estaría claro para el
espectador que la naranja viaja sin que nadie la empuje?
En algún momento este planteo puede ser útil para sugerir el siguiente
razonamiento: si yo soy una naranja que está quieta y tranquila sin que nadie
me aplique una fuerza, y veo viajar a un tomate, entonces él me ve viajar a mí,
y ve que no me aplican fuerzas. Tiene que darse cuenta de que las cosas pueden
estar moviéndose sin necesidad de fuerzas aplicadas!
¿Qué pasaría con las fuerzas sobre la naranja si el tren frenara? ¿Y si tomara
una curva?

Pero la elaboración adecuada del concepto de fuerza exige que sus propiedades sean
exploradas en experiencias simples, procediendo a su medición, y a la corroboración de sus
valores por medio de cálculos elementales. Esto solamente es posible en experiencias de
estática, o parecidas, con movimientos lentos, casi siempre uniformes.
Y estas experiencias necesarias para poder medir fuerzas ponen de relieve otro aspecto
importante de las fuerzas, que es su potencialidad para deformar cuerpos, además de la
potencialidad para influir sobre los movimientos.
De manera que en las experiencias de estática nuevamente aparece de manera natural la
posibilidad de interpretar la aplicación de fuerzas en término de razonamientos de tipo causa-
efecto: en estas experiencias las fuerzas aparecerán como causa de deformaciones, de la
aparición de tensiones en cada cuerpo, y de la aparición de reacciones en los contactos entre
cuerpos.
De manera que comenzaremos en el orden más económico, revisaremos primero casos de
interés con fuerzas estáticas, y en segunda instancia casos de interés con el efecto de las
fuerzas sobre los movimientos.

Las fuerzas en equilibrio


En los casos de sistemas de fuerzas en equilibrio se tiene la oportunidad de ilustrar y ejercitar
todo lo relacionado con la composición y descomposición de fuerzas, así como introducirse
en las nociones de elasticidad y deformabilidad de los materiales. También es la ocasión para
reflexionar sobre el Principio de Acción y Reacción, y sobre las fuerzas de contacto.
En particular los intentos de medición sobre situaciones cotidianas siempre proponen un
trabajo muy rico y necesario sobre las fuerzas de contacto, y obligan a clasificar las fuerzas en
dos tipos diferentes: fuerzas de contacto, y fuerza gravitatoria.
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Fuerzas de contacto y campos de fuerza.


Las fuerzas se pueden clasificar en dos tipos: fuerzas de contacto, y fuerzas a distancia.
Las fuerzas de contacto, como su nombre lo indica, son las fuerzas que un cuerpo aplica a otro
a través, o por medio, del contacto entre ambos.
Y es muy importante en la enseñanza insistir en la forma de determinar cuándo/dónde puede
haber fuerzas de contacto aplicadas sobre un cuerpo: siempre hay que inspeccionar en donde
hay contacto con otros cuerpos. Un cuerpo está libre de fuerzas de contacto aplicadas cuando
ningún otro cuerpo lo toca. Puede haber situaciones más sutiles, por ejemplo un medio
invisible (o casi), como el aire, generalmente aplica fuerzas de contacto en todas las
situaciones prácticas, y muchas veces eso no se percibe. Pero aún así, esas fuerzas son fáciles
de detectar de muchas maneras que no interesa analizar ahora.
Las fuerzas a distancia son otra cosa muy diferente. El ejemplo típico es la gravedad, pero
también podríamos incluir las fuerzas eléctricas y magnéticas. Son entes más complejos,
asociados cada uno con alguna teoría particular, y la forma de tratarlos en mecánica siempre
plantea algunos problemas conceptuales. En particular es importante saber que la idea de que
la gravedad podía actuar a través de las enormes distancias astronómicas sin necesidad de un
medio que transmitiera su acción, resultaba incomprensible y hasta repulsiva para el mismo
NEWTON quien destinó mucho esfuerzo a aclarar que estaba obligado aceptar el hecho, pero
que no podía explicarlo y no intentaba hacerlo. Él temía que su teoría fuera rechazada y hasta
ridiculizada por sostener esta idea sobre la gravedad.
Actualmente la Teoría General de la Relatividad, enunciada por EINSTEIN, ha cambiado estas
ideas mostrando que la gravedad no es en realidad una fuerza, sino una consecuencia de la
estructura geométrica del espacio-tiempo. Y la teoría electromagnética ha mostrado que las
fuerzas eléctricas y magnéticas no actúan a distancia, sino que son en realidad fuerzas de
contacto aplicadas por un ente denominado campo electromagnético.
Es decir, que desde el punto de vista conceptual podríamos cambiar el enfoque diciendo que
no existen las fuerzas a distancia, y las únicas acciones que deberíamos tratar serían las de
contacto. Pero eso conduciría a un esquema enormemente más complicado, absolutamente
inabordable en este nivel.
De manera que, desde un punto de vista práctico, para resolver problemas de la vida
cotidiana, es mucho más simple considerar el tratamiento de los dos tipos de fuerza, aunque a
veces haya que recurrir a procedimientos o definiciones ad hoc. Como por ejemplo la
gravedad, siempre será tratada y definida como una fuerza a distancia. Y cuando se hable del
campo gravitatorio, ello no irá más allá del intento de sembrar alguna noción difusa sobre la
existencia de un campo.
Algo similar puede decirse de las fuerzas eléctricas y magnéticas, con la distinción de que la
gravedad es inevitable en los problemas de la vida práctica, mientras que difícilmente en ellos
aparezcan fuerzas eléctricas o magnéticas. Pero en caso de aparecer una fuerza eléctrica, ella
sería tratada como una fuerza a distancia, aunque se lo hiciera hablando del campo eléctrico.
Aún en los casos en que se modeliza a los cuerpos sólidos considerándolos como compuestos
de partículas, las fuerzas postuladas entre esas partículas, infinitamente próximas, son fuerzas
a distancia, por más que en el lenguaje utilizado figuren términos como ―campos de fuerza‖,
o ―energía almacenada en estos campos‖.
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La Ley de Gravitación Universal y la fuerza Peso.


En toda situación de la vida práctica aparece la fuerza peso, la cual en general se trata con la
  
expresión P  m g , en donde se suele decir que g es la aceleración de la gravedad, sin llegar a
interpretaciones en términos de la ley de gravitación universal.
Puede considerarse que este enfoque surge naturalmente de una presentación en la cual se
estudia la cinemática del movimiento rectilíneo uniforme, luego la del uniformemente

variado, y luego ambas aplicadas al movimiento de los proyectiles, donde g es la aceleración
del movimiento, debida a la gravedad, y supuesta la ausencia de perturbaciones.
Este enfoque imita en cierta forma la primer parte del desarrollo histórico de las ideas sobre el
tema: Galileo encuentra experimentalmente la cinemática de la caída libre, y luego NEWTON
la explica en términos de la fuerza de gravitación.
Pero lo que aquí valoramos de la explicación de NEWTON es que él muestra la caída libre
como un movimiento particular explicado por las mismas leyes que el movimiento de
cualquier astro, y eso es posible uniendo las leyes del movimiento y la Ley de Gravitación
Universal que él enuncia. No tendría el mismo valor una explicación de la caída libre en
términos de una fuerza constante en la superficie de la Tierra, si no se estableciera una
conexión entre esa fuerza y la que retiene a la Luna en su órbita, por ejemplo.
De manera que de acuerdo con las ideas básicas de nuestro enfoque, preferimos que la
relación entre peso y masa surja del estudio explícito de la Ley de Gravitación Universal,
valorable además por su potencialidad para tratar temas de planetas, satélites, y objetos
astronómicos de actualidad, y no del estudio de la cinemática del movimiento rectilíneo
uniformemente variado.

Ley de Gravitación Universal


NEWTON enunció en 1687, junto con las leyes del movimiento, la Ley de Gravitación
Universal, que establece que entre dos cuerpos cualesquiera se manifiesta una fuerza de
atracción mutua, con intensidad directamente proporcional a ambas masas, e inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia entre sus centros; y absolutamente independiente de
cualquier otra cosa.

F2 m2
m1 F1

d12

Fig. 2: La fuerza de gravedad es una acción mutua, y como corresponde al principio


 
de acción y reacción, F1  F2 . La fuerza sobre el cuerpo de mayor masa es
exactamente de igual intensidad que la que actúa sobre el de menor masa.

La expresión para el módulo de la fuerza de atracción entre dos cuerpos de masas m1 y m2,
cuyos centros están a distancia d12 uno de otro, es:
m1m 2
F1  F2  F  G 2
(1)
d12
11

donde G es una constante de proporcionalidad llamada ―constante de fuerza gravitatoria‖ que


depende solamente del sistema de unidades utilizado, y cuyo valor, que se determina
11
experimentalmente, para nuestro sistema de unidades es G  6,6710 Nm2/kg2.
De la pequeñez de la constante G resulta que si con esta expresión calculamos la fuerza entre
cuerpos con masas de algunos kilogramos, separados por distancias de algunos metros,
obtenemos fuerzas tan pequeñas (del orden de 10-11 N), que son muy difíciles de detectar. Y
por ello en la vida práctica no percibimos que todos los cuerpos se atraen entre sí debido a la
gravitación mutua.
Pero si uno de los cuerpos es el planeta Tierra, con una masa M  5,98×1024 kg, la fuerza
sobre cualquier otro cuerpo pequeño de masa m se percibe como una atracción nada
despreciable hacia el centro del planeta, que denominamos fuerza peso del cuerpo.

Para tratar esto en la práctica se define un ―campo gravitatorio‖, g , del planeta, como el peso
del cuerpo por unidad de masa:

 P
g (2)
m
Definido de esta manera, dado que el peso de cualquier cuerpo es proporcional a su masa, el
campo gravitatorio resulta ser independiente de la masa del cuerpo que se considera, y
depende sólo de las características del planeta.
Es importante notar que en comparación con el radio de la Tierra (R  6370 km) todas las
cosas cotidianas pueden considerarse pegadas a la superficie, de manera que para aplicar la
ley (1) a un cuerpo de masa m en la superficie de un planeta de masa M y radio R, la distancia
d entre los centros de los cuerpos será aproximadamente igual a R, y tendremos:
GM
g= (3)
R2
Si en esta expresión colocamos los valores que corresponden para nuestro planeta, M 
5,98×1024 kg, R  6374 km) tenemos:
N  m2
6,67  10 11 2
 5,98  10 24 kg
kg N
g  9,81
6374  10 m3 2
kg
  
Y de este modo en la relación P  m g , g será para nosotros el campo gravitatorio, definido
como la fuerza gravitatoria por unidad de masa, concepto que se presta a mantener la noción
de las fuerzas como causas, y es coherente con la pretensión de explicar todos los
movimientos sin recurrir al concepto de aceleración.

Nota: dado que el valor de g depende de la distancia al centro del planeta, y la Tierra tiene cierto
achatamiento polar, hay variaciones con la latitud y con la altura del lugar. El valor 9,81 corresponde a
nivel del mar a 45o de latitud. También hay variaciones debido a inhomogeneidades de la composición
del planeta. Pero todas son muy pequeñas y podremos ignorarlas, de manera que en general
tomaremos g = 9,80 N/kg, y en cálculos rápidos 10 N/kg.
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Ejemplo desarrollado 1
Considerando la Ley de Gravitación Universal, F12 = G m1 m2 / d122, (la masa de la Luna vale 7,4×1022
kg, su radio 1738 km, y la constante G, 6,67×10-11 Nm2kg-2):
a) Explique cómo se obtiene y qué significa la intensidad del campo gravitatorio lunar gL  1,63 N/kg
b) Indique, con una breve justificación, cuáles opciones son verdaderas y cuáles falsas:
1. La causa de que el campo gravitatorio en la superficie lunar sea bastante menor que el que hay en
la superficie terrestre es la ausencia de atmósfera en la Luna.
2. En la Luna dos cuerpos de 1 kg cada uno, situados a 1 m de distancia, se atraen mutuamente con
una fuerza de aproximadamente 1,63 N.
3. En la Luna dos cuerpos de 1 kg cada uno, situados a 1 m de distancia, se atraen mutuamente con
una fuerza de aproximadamente 6,7×10-11 N.

Desarrollo
a) La intensidad del campo gravitatorio en la superficie de cualquier planeta se calcula con la expresión
(3).
6,67  1011 ( N·m2 ·kg 2 )  7,4  1022 kg
Para el caso de la Luna gL =  1,63 N/kg
(1738000 m)2
El campo gravitatorio significa la fuerza gravitatoria por unidad de masa de cualquier cuerpo situado en
ese lugar. Es decir que en la Luna un cuerpo de 1 kg, pesa 1,63 N, en vez de pesar 9,8 N, como
pesaría en la Tierra.
También es interesante decir que en la Tierra nos hemos acostumbrado a utilizar el kg como unidad de
fuerza, diciendo (o pensando), cuando vemos que la balanza indica 1 kg, que ése es el peso del cuerpo
que está en el platillo. Eso es correcto siempre que distingamos bien el significado de cada concepto.
Para que haya menos dificultades en un momento inicial, es útil la idea de masa como indicador de la
cantidad de materia. Una vez distinguidos los conceptos, queda claro que el kg unidad de fuerza es
una entidad absolutamente distinta del kg unidad de masa, y debemos distinguirlo con alguna
denominación tal como kgf.
Un cuerpo de 1 kg de masa pesa 1 kgf en la Tierra, y llevado a la Luna seguirá teniendo la misma
materia, o sea su masa seguirá siendo 1 kg, pero deberá pesar menos. A partir de la definición: ―el kgf
es lo que pesa en la Tierra a nivel del mar, a 45o de latitud, un cuerpo de 1 kg de masa‖, surge la
relación de conversión 1kgf = 9,81 N, con la cual una fuerza de 1,63 N expresada en kgf, es 1,63/9,8 =
0,16 kgf.
En la Luna un cuerpo de 1 kg no pesa 1 kgf! Y si llevamos a la Luna cualquier balanza electrónica de
uso corriente en cualquier negocio, al colocar este cuerpo en el platillo, se leerá 0,160.
No utilizaremos esa unidad en general, pero siempre hay que tenerla en cuenta.
b) La opción 1 es obviamente falsa, ya que el cálculo del punto anterior muestra que g L depende de la
masa y el radio de la Luna. Es un concepto que no depende de la existencia de atmósfera (aunque la
existencia de atmósfera depende de que exista un campo gravitatorio capaz de retenerla).
La opción 2 también es falsa, ya que según lo dicho en a), en la Luna un cuerpo de 1 kg es atraído por
la Luna misma, con una fuerza de 1,63 N.
La opción 3 es verdadera: la fuerza de atracción entre dos cuerpos cualesquiera está dada por la Ley
de Gravitación Universal, y para el caso de dos cuerpos de 1 kg de masa cada uno, a 1 m de distancia
uno de otro, se obtiene el valor 6,7×10-11 N, independientemente de que los cuerpos estén en la Luna,
en la Tierra, o en cualquier otra parte. Entre cuerpos de poca masa la fuerza es tan pequeña que es
muy difícil percibirla.
13

Ejemplo desarrollado 2:
Considere un cuerpo de 2 kg apoyado sobre el piso.
a) Dibuje todas las fuerzas actuantes, calculando el valor de cada una. Explique en qué interacción se
origina cada una, y dibuje el vector correspondiente con los diagramas de cuerpo aislado necesarios.
b) Repita a) si un agente aplica al cuerpo una fuerza de 5 N, verticalmente hacia abajo, sobre su parte
superior.

Desarrollo
a) Diagramas de cuerpo aislado
 
Sobre el cuerpo actúa el peso, P , hacia abajo, ejercido por la Tierra, y la reacción del piso, R ,
sosteniéndolo, hacia arriba. Ambas fuerzas deben tener el mismo módulo para equilibrarse, y para
conocerlo debemos averiguar el peso.
R = P = m g = 2 kg  9,8 N/kg = 19,6 N
Hay que considerar que los alumnos podrían decir que el peso del cuerpo es 2 kg, y en ese caso es
importante aceptarlo como válido, pero plantear una discusión sobre las unidades que se están
utilizando, como se ha discutido en el ejemplo anterior.
Para agregar un detalle a esa discusión: decir ―un cuerpo de 1 kg de masa pesa 1kgf‖, equivale a decir,
adoptando el kgf como unidad de fuerza: ―g  1,00 kgf/kg‖. Este valor hubiera surgido de la ley (1.1) con

la constante G expresada en esas unidades: G  6,7910 12 kgfm2/kg2).
19,6 N Fuerzas sobre
R CG cuerpo
CG
Accion R‘ 19,6 N
Accion-Reaccion
Reaccion
suelo 19,6 N
P
R‘
Tierra
19,6 N
Fuerzas sobre Tierra
 
La reacción al peso P del cuerpo no es R , sino la fuerza con que el cuerpo atrae a la Tierra: una
fuerza de 19,6 N dibujada en el centro de la
Tierra, hacia arriba. Una forma de convencerse cuerpo cayendo hacia la Tierra
P 19,6 N
de esto es pensar en el cuerpo cayendo
libremente, durante el lapso que permanece sin

tocar el piso. En esta situación P actúa, y por lo
 19,6 N
tanto su reacción también; pero R no, puesto que Tierra ascendiendo
no hay contacto. imperceptiblemente hacia
Tierra el cuerpo

De manera que claramente R no es reacción a la
fuerza con que la Tierra atrae al cuerpo, sino que
 
R es reacción a la fuerza con que el cuerpo se apoya sobre el piso. Por lo tanto R es acción-reacción

con R  , la fuerza con que el cuerpo ―pisa‖ el suelo. En el próximo punto la idea se amplía con otros
valores.
b) Ahora tenemos el mismo peso, pero mayor presión sobre el piso, porque un agente agrega 5 N
sobre el cuerpo. El piso reaccionará con lo necesario para impedir que el cuerpo se hunda en él, o sea
equilibrando 19,6 + 5 = 24,6 N. Por lo tanto ese será el valor de R y de R‘.
14

F
5,0 N R (24,6 N) 5,0 N 24,6 N

CG CG

suelo
P 19,6 N
19,6 N

R‘
(24,6 N)
24,6 N

Por simplicidad no se ha incluido el dibujo del agente que aplica la fuerza de 5 N sobre el cuerpo. Si se
lo hiciera la figura podría incluir la reacción a esta fuerza, y podrían considerarse más complicaciones
como el peso del agente, su reacción, y otras que no son relevantes para esto.

NOTA DIDÁCTICA: El diagrama de cuerpo aislado


Nótese cómo ayuda a la explicación de las situaciones el diagrama de cuerpo
aislado, que es un diagrama mostrando la parte de interés con todas las
fuerzas aplicadas sobre ella. En él cada uno de los cuerpos o partes en
interacción con el sistema elegido, es reemplazado por la correspondiente
fuerza que cada uno aplica.
Es un recurso heurístico muy importante para la resolución problemas de estos
temas la búsqueda de las fuerzas que deben ubicarse en cada diagrama, de las
que forman pares de acción-reacción entre sí, etc.

Las situaciones de la vida práctica y la fuerza de rozamiento.


En las situaciones de la vida práctica casi siempre está involucrada de alguna forma la fuerza
de rozamiento, y eso a veces induce a buscar la simplificación de plantear que se la considere
despreciable.
Pero mientras esa estrategia es válida para el planteo de algunos problemas del tipo ―de lápiz
y papel‖, también es no solo importante sino absolutamente necesario tener en cuenta la
fuerza de rozamiento en el análisis cualitativo de las situaciones de la vida cotidiana, y
además es un buen recurso didáctico preparar algunas actividades experimentales en las
cuales se la deba considerar y medir.
A veces se evita tratar el rozamiento en los niveles iniciales, porque se desea evitar el estudio
de las leyes del rozamiento en estos niveles. Pero la cuestión es que no es lo mismo evitar el
estudio de las leyes del rozamiento, que ignorar cómo el rozamiento interviene en las
situaciones familiares. No está bien tratar de entender las leyes de la dinámica a través del
análisis de situaciones de la vida práctica ignorando el rozamiento, porque siempre es un
ingrediente fundamental en ellas.
Lo que debe estar claro es que para esto no interesan las leyes del rozamiento; sólo interesa lo
más básico, que son las leyes de la dinámica: ¿cuánto debe valer cada fuerza según estas
leyes? ¿hay equilibrio de fuerzas, o no? ¿por qué? ¿cómo medir cada una?
Además es importante decir que es muy útil, casi imprescindible, estudiar esta parte de la
física con un dinamómetro en la mano, procediendo a realizar mediciones de fuerzas, junto
15

con el análisis de las situaciones, actividades para determinar procedimientos para medir, y
actividades para evaluar lo adecuado de los resultados.
Y en estas actividades también es importante destacar la capacidad de las fuerzas para
deformar cuerpos. Esa es la propiedad que se utiliza mayormente en los dinamómetros y
demás instrumentos que miden su intensidad, y queda plasmada en la Ley de Hooke, que
establece la proporcionalidad entre fuerza y deformación. A partir de la idea básica de esta ley
es posible improvisar instrumentos de medición con resortes o diversos cuerpos elásticos cuya
deformación se compara con la que corresponde a sostener cuerpos de peso conocido.

Veamos primero un ejemplo de deformación para sugerir que no sólo a los resortes se aplica
la Ley de Hooke.

Ejemplo desarrollado 3
Una varilla elástica está sujeta firmemente del borde de una mesa, y se verifica que colocando una
pesa de 50 g en su extremo libre (el cual sobresale 30 cm), éste desciende 1 cm debido a la flexión de
la varilla. Consideremos que desplazamientos verticales de 2 o 3 cm en el extremo, frente a 30 cm de
largo, pueden considerarse suficientemente pequeños como para poder describirlos con un eje vertical
rectilíneo (eje y).
a) Limitándonos a deformaciones suficientemente pequeñas, calcule la constante elástica que describe
aproximadamente la relación entre la fuerza aplicada y la altura y del extremo libre.
b) Calcule cuánto desciende el extremo si se coloca encima un cuerpo de 20 g. Dibuje la situación,
mostrando en un diagrama de cuerpo libre las fuerzas aplicadas sobre el cuerpo.

Desarrollo
Aplicaremos la idea de que si la varilla es elástica, para deformaciones pequeñas en las cuales la
curvatura no complique las ideas, el desplazamiento de la punta desde la posición de equilibrio será
proporcional a la fuerza aplicada.
a) El peso del cuerpo es m g = 0,49 N, y hace descender al extremo 1 cm, de manera que la constante
elástica es: k = 0,49 N / 0,01 m = 49 N/m = 0,49 N/cm.
fuerza que inmoviliza fuerza que aplica la varilla y pesa de 50 g
el extremo de la varilla 0,49 N

y=0

y = - 1 cm
peso
0,49 N

b) Peso del cuerpo de 20 g: 0,196 N, y = F / k = 0,40 cm.


y fuerza de la varilla
0,196 N sosteniendo al cuerpo
y=0

y = - 0,40 cm cuerpo de 20 g

Peso del cuerpo


fuerza sobre varilla Acción-Reacción 0,196 N
0,196 N
16

Ejemplo desarrollado 4
Un agente tira del extremo B de una cuerda horizontal cuyo otro extremo A está sujeto a un cuerpo de
2 kg que está apoyado sobre el suelo, como se muestra. Supongamos que todo queda estático porque

la fuerza FB que aplica el agente, de 2 N, es incapaz de ponerlo en movimiento.
FB
A B
2 kg

1) Analice la situación y todas las fuerzas intervinientes sobre el cuerpo, mostrando el diagrama de
cuerpo aislado correspondiente. Explique qué agente aplica cada fuerza. Encuentre los valores de
todas ellas.
2) Explique cómo medir cada fuerza, y proceda a hacerlo.
3) Indique cuál podría ser el valor mínimo de la fuerza necesaria para arrastrar el cuerpo, y corrobore
sus ideas con mediciones experimentales.

Desarrollo
1) Análisis de la situación:

El agente externo tira de la cuerda, con una fuerza aplicada en B ( FB ), y como consecuencia de ello la

cuerda se pone tensa y tira del cuerpo con una fuerza aplicada en A ( FA ); mientras tanto el cuerpo
 
está sometido a la acción de la gravedad ( P ), y sostenido por el piso con cierta reacción ( R ) que
existiría aunque no se tirase de la cuerda (pero que no necesariamente mantiene el mismo valor
cuando ello ocurre —es algo que hay que pensar). Además en la superficie de contacto con el piso

puede haber una fuerza de rozamiento ( Fr ) oponiéndose al deslizamiento. En la figura que sigue se
muestran todas estas fuerzas, sin pretensiones de que el dibujo sea completo.
R
A FA B FB
Fr

P
El valor del peso ya sabemos cómo se obtiene (obviaremos la posibilidad de utilizar la unidad kgf, pero
recomendamos tenerla siempre presente – ver discusión del ejemplo anterior): P = m g = 19,6 N.

Luego del análisis inicial hay que avanzar sobre algunos interrogantes como: ¿ FA tiene el mismo
  
módulo que FB ? ¿Cuáles son los valores (módulos) de Fr y de R ?
Aunque algunas respuestas son elementales, en este lugar mostraremos cómo se razona para llegar a
cada una: se deben revisar los diagramas de cuerpo aislado (del cuerpo, de la cuerda, y del piso), en
los cuales para cada fuerza, designaremos con prima ( ‘ ) a su compañera del par acción-reacción.
17

R
A FA FA‘ A B FB
Fr
Fr‘

R‘

Del diagrama de cuerpo aislado del cuerpo se concluye que, por el equilibrio entre las acciones
  
verticales, R tiene el mismo módulo que P (R = 19,6 N, o 2 kgf), y por el de las horizontales, Fr tiene

igual módulo que FA (Fr = FA).
 
Del diagrama de cuerpo libre de la cuerda, se concluye que FA se equilibra con FB (FA‘ = FB = 2 N), y
 
dado que FA tiene el mismo módulo que FA , porque constituyen un par acción-reacción, entonces se
concluye, por un lado, que en este caso la cuerda transmite directamente la fuerza que le aplica el
agente externo en B, aplicando en A una fuerza de módulo FA = 2 N, que también es el módulo de la
fuerza de rozamiento que se desarrolla Fr = 2 N (según el equilibrio planteado).
 
Por otra parte, el piso resulta pisado por el cuerpo con fuerza R  (reacción a R ), cuyo módulo es el

del peso P (es decir 19,6 N), y resulta empujado horizontalmente hacia la derecha por el rozamiento
con la misma intensidad de la fuerza externa aplicada en B (2 N).
Además es interesante notar que si se considera el sistema ―cuerpo + cuerda‖, para este sistema las
fuerzas en A serían interiores y no aparecerían en el diagrama de cuerpo aislado, el cual sería:
19,6 N
A B 2N

2N
19,6 N

En este diagrama, el equilibrio horizontal indica directamente que Fr = FB , sin la intervención de las
fuerzas en A.

Por último, es interesante aprovechar este ejemplo para destacar que en cualquier punto C de la
cuerda se puede considerar una superficie imaginaria SC que separa la cuerda en dos partes: AC y CB.
El equilibrio de cada una de esas partes - como se ve a continuación en los diagramas de cuerpo
 
aislado - obliga a considerar fuerzas en C para su explicación. Estas fuerzas en C, que son FC y FC ,
son fuerzas exteriores cada una para cada segmento y forman un par acción-reacción. Obviamente, el
módulo de ambas es igual al de la fuerza aplicada en B por el agente. La misma situación puede
imaginarse para cada uno de los infinitos puntos de la cuerda y, en general, para cada sección
imaginable de cualquier cuerpo tensionado cuando transmite una fuerza.
SC
FA‘ A C B FB

FA‘ A C FC FC‘ C B FB
18

Esto significa que el cuerpo que transmite la fuerza, la cuerda AB, está tensionada en todos sus
puntos. En cualquiera de sus secciones que se considere, hay un par acción-reacción constituido por
fuerzas interiores que no se tienen en cuenta al hablar del sistema total, pero que pueden ser
considerados, si es necesario, para determinados fines.
2) Veamos ahora qué se puede decir de las mediciones.
FB puede aplicarse tirando con un dinamómetro D, de este modo se mide la fuerza al mismo tiempo
que se la aplica.

D indica el valor
de FA o FB
FA D FB

El peso P, por otra parte se obtiene directamente colgando el cuerpo del mismo dinamómetro.
Las otras fuerzas, en cambio, en general no se miden, sino que su valor se infiere de las relaciones de
equilibrio.
Pero algunas podrían medirse. Por ejemplo colocando el cuerpo sobre el platillo de una balanza, ella

indicaría el valor de R  , que sería la fuerza que presionaría el platillo.
Si se quisiera medir la fuerza de rozamiento, podría colocarse el cuerpo sobre una base como una
tabla que pudiera desplazarse libremente (por ejemplo asentada sobre rodillos adecuados), y medir con
un dinamómetro D la fuerza necesaria para inmovilizar la base, que sería el mismo valor con que el

rozamiento FR tiende a arrastrarla hacia delante.
Base inmovilizada por F2

D indica el
valor de F2‘ FB
D F2’ F2 FR’

3) ¿Qué fuerza puede moverlo?


El planteo describe una situación extremadamente simple, y absolutamente familiar y cotidiana,
apuntando sobre todo a que surja y sea cuestionada la idea común y superficial, de que para mover un
cuerpo es necesario aplicarle una fuerza mayor que su peso.
Cualquier intento de verificar esa idea experimentalmente mostrará que en general el cuerpo puede ser
arrastrado con una fuerza mucho menor que su peso.
Al exigir a los alumnos que planifiquen la acción y la pongan a prueba experimentalmente, se pretende
que las sucesivas pruebas y las discusiones entre pares, aporten los elementos para que una serie de
adecuadas intervenciones del profesor permitan establecer claramente que las acciones de las fuerzas
deben ser entendidas asociadas con las direcciones en las que se aplican, como corresponde a entes
vectoriales: una fuerza horizontal como la aplicada por el hilo, no puede ser contrarrestada por una
vertical como es el peso. La fuerza horizontal que aparece entre las superficies oponiéndose al
deslizamiento es la que se denomina rozamiento, y sobre algunas superficies puede ser realmente
pequeña. Las consideraciones de equilibrio permiten averiguar su valor en este caso a través de
mediciones, sin conocer la teoría del rozamiento.
19

1.2.- Las fuerzas en los movimientos


La relación de las fuerzas con los movimientos queda totalmente contenida en la Ley del
Impulso, la cual además tiene, como hemos dicho, la virtud de presentarla asociada con
razonamientos del tipo causa-efecto, muy deseables en la elaboración de explicaciones en
situaciones de la vida cotidiana.
Y antes de llegar a la utilización formal de la Ley del Impulso es bueno comenzar con
formulaciones coloquiales que se presten a introducir las primeras nociones en discusiones y
razonamientos orientativos.

Formulación preparatoria de la Ley del Impulso


Esto que sigue es una formulación que puede presentar el profesor, conocedor de la Ley del
Impulso, a un auditorio que no la conoce, en la forma de un conjunto de reglas que deben
aparecer como guías razonables para discutir situaciones.
Estas reglas en realidad son una versión coloquial de la Ley del Impulso, que se presentan
como reglas relativamente laxas, susceptibles de ser manipuladas con cierta facilidad en
discusiones con las cuales se espera ir formando las nociones básicas necesarias para
comprender más adelante las leyes enunciadas de manera formal.
Para que este planteo sea bien simple, imaginaremos un cuerpo aislado, muy lejos de la
influencia gravitatoria de cualquier planeta, y sin contacto con cosa alguna más que el
―agente‖ que le aplicará la fuerza en cada caso; diremos que está como flotando en la nada (no
hay gravedad, no hay piso, no hay aire, no hay rozamiento, etc.).
Así que para este hipotético cuerpo que, según el principio de inercia, mientras no se le
apliquen fuerzas mantendrá su reposo o movimiento uniforme en línea recta, podremos decir:
1. Si el cuerpo está en reposo y se le aplica una (única) fuerza, iniciará el movimiento con la
orientación de la fuerza. Si la fuerza se mantiene aplicada con la misma orientación, la
velocidad aumentará mientras ello ocurra. Si la fuerza deja de aplicarse, la velocidad dejará
de aumentar, pero no disminuirá. Para que disminuya se necesita una fuerza que lo frene,
como veremos en el próximo punto.
v1 v2 v3 v4 v5 v6 v7
fuerza fuerza fuerza fuerza

Algo empuja hacia la derecha: Se suspende la fuerza:


Cuerpo se mueve hacia la derecha cada vez Cuerpo sigue hacia la derecha uniformemente
más rápido ( v1 < v2 < v3 < v4 ) ( v4 = v5 = v6 = v7 )

Fig. 3: Por acción de un agente externo que no se muestra, una fuerza empuja al cuerpo en el
lapso que abarca los cuatro primeros dibujos, haciendo que se inicie el movimiento, y luego que
aumente su velocidad. Al suspenderse la fuerza, el movimiento continúa como lo establece el
principio de inercia.

2. Si el cuerpo está en movimiento y se le aplica una fuerza orientada en sentido contrario al


movimiento, el efecto será la disminución de la velocidad, pudiendo llegar a detener el
cuerpo.
20

v1 v2 v3 v4 v5 v6 v7

fuerza fuerza fuerza fuerza

Cuerpo viaja hacia la derecha: Algo empuja hacia la izquierda:


No hay fuerza aplicada ( v1 = v2 = v3 = v4 ) Cuerpo sigue hacia la derecha frenándose
( v4 > v5 > v6 > v7 )
Fig. 4: En los cuatro últimos cuadros se muestra el frenado del cuerpo por medio de una fuerza en
contra del movimiento (aplicada por un agente externo que no se muestra). Si el agente continúa
actuando luego de que el cuerpo se detenga, el movimiento se reiniciará hacia la izquierda.

3. Si el cuerpo está en movimiento y se le aplica una fuerza transversal, su efecto será desviar
al cuerpo de la línea recta que seguiría naturalmente. La desviación ocurre, por supuesto,
en el sentido de la fuerza aplicada, y el cuerpo describe una línea curva mientras dura la
aplicación de la fuerza.
v8

v7
v6
Se suspende la fuerza:
v5 Cuerpo sigue en línea recta
v1 v4 en una nueva dirección
v2 v3 fuerza

fuerza
fuerza
fuerza

Cuerpo viaja en línea recta:


No hay fuerza aplicada
Fuerza empuja hacia un costado:
Cuerpo se desvía hacia ese lado

Fig. 5: Por acción de un agente externo que no se muestra, una fuerza transversal desvía al
cuerpo. Según el principio de inercia éste seguiría en línea recta si no le aplicaran fuerzas, y eso
es lo que ocurre cuando el agente suspende su acción.

4. Si se aplican varias fuerzas simultáneamente sobre un cuerpo, el efecto sobre el


movimiento es la superposición de los efectos que ellas tendrían por separado. En esos
casos se puede determinar la fuerza resultante, que puede pensarse como la fuerza neta
actuante, y se razona con ella como si fuese la única fuerza.

Es común que los alumnos elaboren interpretaciones referidas a las fuerzas, que son muy
distintas de lo que el profesor quiso transmitir, y que pasan desapercibidas para él, a menos
que haya previsto actividades para detectarlas y corregirlas.
Los siguientes comentarios deben ayudar en esta tarea.
21

1. FUERZAS Y PRINCIPIO DE INERCIA.


El papel fundamental del Principio de Inercia es permitir definir los sistemas
de referencia en los cuales deben tener validez las leyes del movimiento. Este
papel fundamental solamente puede ser abordado después de adquirir
suficiente destreza en el análisis de situaciones mecánicas con las leyes del
movimiento, debido al grado de abstracción que implica.
En una etapa inicial de la enseñanza se sobreentiende que se ha elegido un
sistema de referencia de manera adecuada, sin especificar cuál es esa manera,
como si fuera algo natural. En ese sistema de referencia el Principio de Inercia
es un decreto mucho más accesible, que permite encarar la ardua tarea de
comprender los movimientos a partir de afirmaciones concretas sobre la
presencia o ausencia de fuerzas en los casos básicos considerados.
En las presentaciones iniciales hay que insistir mucho sobre el hecho de que el
movimiento puede existir sin que haya fuerzas. Que las fuerzas comienzan a
aplicarse en algún momento y se suspende su aplicación en otro, y siempre debe
quedar claro cómo era el movimiento antes, cómo es después, etc. Muchas de las
dificultades conceptuales que tienen los alumnos se producen por la falta de
análisis de estos aspectos elementales.

2. NO HAY EXCEPCIONES.
Los alumnos pueden aceptar y entender estas leyes, y al mismo tiempo admitir
ideas que las contradicen, como por ejemplo que en algunos casos los
movimientos naturalmente se detienen porque dejan de actuar las fuerzas. En
la enseñanza es necesario plantear problematizaciones que hagan surgir estas
ideas, y las discusiones deben guiarse de manera que cada explicación pueda
estructurarse sin admitir excepciones a estas leyes.

3. LA ACCIÓN DE LA FUERZA REQUIERE TIEMPO.


Los procesos transcurren en el tiempo, durante un intervalo mayor o menor.
Cuando parece que puede haber algún fenómeno explosivo, un choque, un
rebote, algo que ocurre en un instante, se debe reflexionar más, inspeccionar
con más cuidado el modelo mental que se tiene de lo que ocurre. No es posible
poner en movimiento, detener, o desviar, instantáneamente a un cuerpo.
Cualquier proceso que parezca ser instantáneo, si se filma o inspecciona con un
aparato suficientemente rápido, se verá que se desarrolla gradualmente, a lo
largo de cierto intervalo de tiempo.

4. LOS CUERPOS NO TIENEN NI CONSERVAN FUERZA


Las fuerzas son aplicadas a un cuerpo por otro durante una interacción. Debe
estar muy claro que un cuerpo no posee fuerza en sí mismo, ni conserva una
fuerza que se le haya aplicado. Si impulsamos un cuerpo aplicándole una

fuerza F , y después de que dejamos de empujarlo continúa moviéndose,
entendemos que eso es la inercia, y no que lo hace porque conserva la fuerza
que le hemos aplicado. El cuerpo conserva el movimiento que le hemos
comunicado aplicándole fuerza. Si se nos pregunta qué fuerza está actuando
sobre el cuerpo en ese momento (después de que dejamos de empujarlo), no

debemos decir que sigue actuando F , porque eso significaría que lo seguimos
empujando.
22

Ahora bien, ya vemos que para aplicar estas ideas sobre la influencia de las fuerzas sobre un
movimiento vamos a necesitar cierta familiaridad con las trayectorias y los vectores velocidad
correspondientes.
Veamos qué elementos son necesarios para estos tratamientos, manteniendo la idea de no
entrar en el estudio de las funciones de posición de movimientos típicos.

Trayectoria
Cuando un punto se mueve describe una línea en el espacio, denominada trayectoria.
Para decir esto vamos a sobreentender que hemos establecido de alguna manera un sistema de
ejes cartesianos con respecto a los cuales se puede fijar la posición de cualquier punto.
El cambio de posición de un punto a medida que transcurre el tiempo es lo que se considera
movimiento. De manera que todo movimiento es algo que se define relativo a un sistema de
referencia, o referencial.
Oportunamente profundizaremos en estas ideas y definiciones.
En el movimiento de un cuerpo cada uno de sus puntos describe su propia trayectoria, y el
resultado es una familia de líneas, con un aspecto que puede ser muy complicado, pero que no
interesa en este momento, porque comenzaremos con el movimiento de cuerpos muy simples,
denominados partículas.
Denominamos partícula a un cuerpo cuyas dimensiones son suficientemente pequeñas como
para poder ser despreciadas al describir su movimiento. En estos casos la precisión de la
descripción no permite distinguir unos puntos de otros, y es por lo tanto suficiente con
estudiar el movimiento de un único punto cualquiera del cuerpo. Toda la familia de líneas
mencionadas se confunde en una única línea.
Así por ejemplo, el planeta Tierra es una partícula para describir su movimiento alrededor del
Sol, aunque obviamente no lo sea para estudiar las mareas, el movimiento de sus placas
tectónicas, o el movimiento de cualquiera de los cuerpos sobre su superficie.
Por otra parte veremos que las mismas leyes que describen el movimiento de una partícula,
automáticamente describen el movimiento del centro de masa (CM) de cualquier sistema de
cualquier tamaño, sin necesidad de que sea pequeño (ni sólido) – y esa es la razón por la cual
la invención de la partícula pequeña resulta una simplificación válida y eficaz.
Atendidas estas aclaraciones, en adelante diremos indistintamente cuerpo o partícula., y
hablaremos de la posición y movimiento de un único punto. De esta manera trataremos los
movimientos denominados lineales (en una etapa posterior trataremos los movimientos de
rotación, en los cuales sí se distinguen diferentes puntos de un mismo cuerpo sólido).
Los movimientos lineales pueden ser clasificados de acuerdo con:
 la forma de la trayectoria: rectilíneo, curvilíneo, circular, etc.
 el ritmo o la rapidez con que se recorre la trayectoria: uniforme, variado, uniformemente
variado, periódico, oscilatorio, etc.
En todos los casos un concepto clave para el estudio y la descripción de estos movimientos es
el vector velocidad, el cual da cuenta de la rapidez y de la orientación del movimiento en cada
instante.
23

Vector desplazamiento y vector velocidad


Vale la pena destinar un espacio a es revisar cómo se llega, desde la definición formal del
vector velocidad (de un punto móvil), a las formas prácticas más sencillas de utilizarlo.
Comencemos con un punto móvil que se desplaza uniformemente en línea recta pasando en el
instante tA por el punto fijo A, y en el instante posterior tB, por el punto fijo B.
El concepto esencial para esto es el vector desplazamiento AB, que se define con la
 
operación vectorial rB  rA , ilustrada en la figura 6, para un caso en dos dimensiones.
y
B
AB = rB - rA
rB
A
rA
x
O
 
Fig. 6: representación gráfica de la resta vectorial rB  rA , cuyo resultado define el

vector desplazamiento AB , para el intervalo considerado en la recta de trazos por
la que viaja un punto móvil.

Vemos así que la operación diferencia entre vectores posición nos da el llamado vector
desplazamiento, que indica la orientación que ha tenido el movimiento, y además, con su
módulo, indica directamente la distancia recorrida.
Por otra parte, la rapidez con la cual ocurre el desplazamiento de un punto respecto del
sistema de referencia correspondiente, puede definirse como el cociente entre la distancia
recorrida y el tiempo empleado:
dis tancia recorrida
tiempo empleado
Ahora bien, el movimiento ocurre con determinada orientación, y deseamos definir un vector
velocidad que indique adecuadamente esta orientación tanto como la rapidez.
 
Con esta idea definimos el vector velocidad, v , multiplicando el vector desplazamiento  r
por el escalar positivo (1/t), para así obtener un vector con la misma dirección y sentido, y

con un módulo que es el de  r , dividido por t:
  vector desplazamiento
v  1 t  r 
t
( x B  x A ; y B  y A )  x y 
 = ,  (4)
tB  tA  t t 
24

B v

r
rB A

rA

O
 
Fig. 7: el vector v tiene la misma dirección y sentido que el  r , pero otro módulo y otras
 
unidades (se dibuja con otra escala). El vector  r va desde el punto A hasta el B. El vector v se
dibuja sin punto de aplicación definido porque existe en cada uno de los puntos por los que pasa el
móvil en cada instante.

En el caso de movimiento rectilíneo y uniforme todos los cocientes expresados en (4) se


mantienen constantes aunque se tomen diferentes intervalos del movimiento, y eso equivale a

decir que la expresión define la misma v , independiente del intervalo t que se elija (en el
ejemplo 5 desarrollado más adelante esto se muestra con números, porque a los alumnos
conviene presentarles los conceptos a partir de elementos concretos). Esta idea es fundamental
para llegar desde este caso elemental, de movimiento rectilíneo y uniforme, hasta cualquier
caso general de movimiento, como haremos en el próximo punto.

COMENTARIO DIDÁCTICO 1.
Es importante advertir que tanto los vectores desplazamiento como velocidad,
son independientes de la ubicación del punto origen de coordenadas. Desde el
punto de vista didáctico eso sugiere que puede ganarse en claridad
prescindiendo del dibujo de los vectores posición, y conservando en las
ejercitaciones la importancia de dibujar vectores velocidad a partir
simplemente de las posiciones sobre la trayectoria (ver el ejemplo 5).

COMENTARIO DIDÁCTICO 2.
También es importante advertir que hemos presentado un tratamiento que nos
ha servido para definir la velocidad en un movimiento rectilíneo uniforme, y
para ello no hemos necesitado estudiar la función x(t).
Solamente hemos necesitado decir cosas: hemos necesitado decir que la
trayectoria es un recta; hemos necesitado decir qué es la velocidad; hemos
necesitado decir que la velocidad no varía en todo el recorrido; etc. Si
entendemos esas cosas, ya tenemos todo lo que necesitamos del movimiento
rectilíneo uniforme.

Velocidad instantánea
Imaginemos una partícula que describe la trayectoria mostrada en la figura 8 (como una
piedra pequeña lanzada oblicuamente hacia arriba, para que sea un objeto concreto). La
orientación del movimiento varía instante a instante, y queremos describirla para cada
instante, es decir con carácter de instantánea.
Pero el tiempo debe transcurrir para que tenga sentido el concepto de movimiento. En un
instante exacto, t1 por ejemplo, podemos tener una posición, como si fuera una fotografía,
25

pero para tener movimiento tenemos que tener cambio de posición, y para ello, un intervalo de
tiempo que transcurre, desde t1 hasta otro instante t2.
Para hablar de la orientación del movimiento en un instante, debemos considerar un
transcurso extremadamente pequeño de tiempo, con t2 tan próximo a t1 que ambos puedan
considerarse prácticamente como si fuesen el mismo instante para la orientación del
movimiento, pero sin que sean exactamente el mismo instante.

orientación del partícula en t3


movimiento en t1

Intervalo
t = t3 – t1
partícula en t2
Intervalo
t = t2 – t1
partícula en t1
Fig. 8: Trayectoria de una partícula lanzada al aire. Se ilustra lo que para este caso
se considera un intervalo grande de tiempo, t, y uno pequeño, t.

Es importante distinguir conceptualmente lo que se considera que podría ser un intervalo


suficientemente pequeño, desde t1 hasta t2, como se ilustra en la figura 8, y un intervalo
grande, desde t1 hasta t3.
Así por ejemplo, la orientación de este movimiento entre t1 y t2 está representada por la
flechita en la figura, y puede considerarse instantánea correspondiendo tanto a t1, como a t2,
como a cualquier instante t entre ambos porque no cambia apreciablemente en ese lapso.
Mientras que entre t1 y t3 la orientación del movimiento cambia mucho desde el comienzo
hasta el final, y por ello, en un intervalo como éste, sólo se podría hablar de una orientación
media para todo el intervalo, que no se parecería ni a la del comienzo ni a la del final.
Ya hemos utilizado la letra griega delta mayúscula () para indicar la duración de un intervalo
cualquiera: t = tfinal – tinicial, desde ahora, en general reservaremos esta letra para los
intervalos que se consideran largos, como t = t3 – t1 , y utilizaremos la delta minúscula (t),
para designar los intervalos suficientemente pequeños, o infinitesimales, como t = t2 – t1
(dependiendo del auditorio puede prescindirse de la denominación infinitesimal)

Desplazamiento infinitesimal y tangencia


Aunque conocemos definiciones precisas para lo que se considera infinitesimal, para nuestros
objetivos es importante tener otras herramientas más accesibles para auditorios no
especialistas.
Siempre es posible, para cualquier movimiento en cualquier instante dado, imaginar un
intervalo tan pequeño que en él no cambie apreciablemente ni la rapidez ni la dirección del
movimiento, de manera que el movimiento pueda considerarse rectilíneo y uniforme. Así es
que, durante ese pequeño intervalo podemos aplicar la definición (4) y obtener un vector
velocidad que será válido para ese pequeñísimo intervalo, y para cualquier subdivisión que se
imagine del mismo. De este modo obtenemos un vector velocidad que corresponde a un
intervalo tan pequeño que puede considerarse un instante.
De manera que a esta definición aplicada a un intervalo largo como t, corresponde

denominarla vector ―velocidad media en el intervalo t‖, v m :
26


  r  x y 
vm   ;  (4‘)
t  t t 
Y la misma definición, aplicada en intervalos t que puedan considerarse suficientemente

pequeños, se transforma en el concepto de velocidad instantánea, v (que para los entendidos
es la derivada del vector posición respecto del tiempo):

 r  x y 
v  ;  (5)
t  t t 

COMENTARIO DIDÁCTICO
Lo importante tratar el tema con alumnos de nivel medio, asumiendo que no
conocen el cálculo infinitesimal, es establecer claramente que la pequeñez de
los intervalos y de las subdivisiones, así como los cálculos involucrados
solamente deben ser imaginados, y no realizados explícitamente. Esto se verá
claramente en el Ejemplo 5, y será discutido en más comentarios.
Es decir que estas definiciones plantean ideas para imaginar, más que
indicaciones para hacer cálculos.


El vector desplazamiento  r , desde el lugar ocupado por la partícula en t1 hasta el ocupado
en el instante infinitamente próximo t2, indica la dirección del movimiento que está
ocurriendo en ese lapso. La recta que contiene a este vector es la recta tangente a la curva en
ese punto, o sea la recta que pasa por dos puntos infinitamente próximos de la trayectoria
(fig.9).

 r
v
t

A2
posición en t2 muy próximo a t1
A1   
 r  r2  r1
posición en t1
Fig. 9: A1 y A2 son las posiciones del punto móvil en los instantes sucesivos t1 y t2 . Los vectores
 
r1 y r2 , que no se muestran, serían indicativos de estas posiciones respecto de un origen
  
cualquiera que tampoco se muestra.  r  r2  r1 es el correspondiente VECTOR
 
DESPLAZAMIENTO, que se dibuja desde la posición r1 hasta la r2 , es decir desde A1 hasta A2 .
Si t es suficientemente pequeño, el desplazamiento desde A1 hasta A2 a lo largo de la
trayectoria tiende a coincidir con el vector desplazamiento, y la recta en línea de trazos que pasa


por ambos puntos define la tangente a la curva allí. El vector velocidad, v , se orienta como  r .

Es importante notar que el movimiento en un instante cualquiera está ocurriendo hacia los
puntos infinitamente próximos, y a eso lo indica correctamente una línea recta, que es la
tangente, aunque la trayectoria sea curva. El hecho de que la trayectoria luego de ese punto
sea curva está en el futuro: depende de las fuerzas que van a actuar después del instante
27

considerado. En ese instante aún no ha ocurrido lo que va a causar que la trayectoria se curve.
Si no se aplican fuerzas la trayectoria podría continuar recta. El vector velocidad no podría ni
debería predecir el futuro, y por ello debe estar en la recta que indica como está ocurriendo el
movimiento hasta ese instante.

COMENTARIO DIDÁCTICO
En el proceso de enseñanza en el nivel medio no llega a utilizarse el cálculo
infinitesimal, y los temas se tratan en el marco de las simplificaciones
correspondientes.
Pero en algún momento es necesario hablar de algún movimiento cuyas
características varían gradualmente: como un móvil cuya velocidad varía, o
la fuerza que aplica un resorte mientras varía su longitud, o una trayectoria
que es curva. En esos casos es bueno promover discusiones y análisis que, sin
llegar a plantear el concepto de infinitesimal, permitan entrever la idea de
que las cosas van cambiando instante a instante, y de que pueden concebirse
intervalos mayores y menores, y que se puede pensar en cosas que se tienen que
cumplir en cada instante, etc.
El caso de una trayectoria curva se presta particularmente a cierta gimnasia
mental con estos conceptos, porque tanto la curvatura de una trayectoria
curva, como la idea de tangencia son indiscutiblemente visibles, y es necesario
estimular razonamientos sobre sus características para muchas situaciones de
la vida práctica, a pesar de las dificultades que también son evidentes.
Por otra parte, es claro que el alumno, tanto como cualquier persona que
piense en la velocidad de un móvil que describe una curva, piensa
automáticamente en la velocidad instantánea. Aunque no conozca su
definición.
Es más, no solamente en una curva, sino en general cuando pensamos en la
velocidad de un cuerpo moviéndose, la idea de velocidad es la de velocidad
instantánea. Aunque sea difícil o desconocida la forma de calcularla. El hecho
de que calculemos la rapidez con la fórmula (distancia/tiempo demorado),
que corresponde a la velocidad media, no hace que imaginemos la velocidad
media.
Para el caso particular de pensar la velocidad en una trayectoria curva, es
importante tener en cuenta la posibilidad pensar el concepto a través de la
expresión (5), pero sabiendo que, como veremos inmediatamente, no representa
cálculos que realmente haya que realizar.
A continuación se muestra desarrollado un ejemplo que ilustra las
posibilidades de estas afirmaciones.
Es decir, en un nivel en el cual no se accede al cálculo infinitesimal, aún así es
útil entender por qué el vector velocidad debe ser tangente, y por qué la
rapidez con que se recorre cada pequeño intervalo de trayectoria está
expresada por el módulo de la expresión (5).
Y esto en la práctica significa que es de interés plantear ejercitaciones en las
cuales se pueda obtener el módulo del vector velocidad dividiendo cierta
distancia sobre cierto tiempo (parte de la actividad consiste en decidir qué
distancia y qué tiempo), y luego recurriendo a nociones geométricas dibujar
28

adecuadamente los vectores velocidad instantánea correspondientes a


determinados instantes. Y pensar en los significados de todas las operaciones
que se han realizado.
En el siguiente ejemplo el dibujo correspondiente a los puntos c) y d) muestra
los vectores velocidad instantánea en los distintos lugares de la trayectoria, y
debe servir para ilustrar que esa imagen es fundamental para la comprensión
de las características del movimiento.

Ejemplo desarrollado 5
Se observa que un cuerpo de masa m = 200 kg que está en reposo en A se pone en movimiento en t 0
= 0 s, siguiendo la trayectoria dibujada. Debido a ciertas fuerzas en las cuales no estamos interesados
aquí, el cuerpo aumenta gradualmente de velocidad hasta pasar por B en t 1 = 8 s, y a partir de allí el
movimiento se mantiene uniforme. El cuerpo pasa por C en t2 = 11 s, y continúa uniformemente hasta
pasar por D, donde comienza a frenarse gradualmente para quedar en reposo en E.
A B C 30

20
10
D
-70 -30 10 20
-10
-20
E

a) Encuentre los vectores desplazamiento correspondientes a los intervalos sucesivos AB, BC, CD, y
DE. Dibújelos sobre la trayectoria y expréselos como par ordenado. Comente cómo se podrían elegir
intervalos para que los sucesivos desplazamientos se aproximen más a la trayectoria.
b) Calcule el vector velocidad media correspondiente a los tramos AB, y BC.
c) Calcule el vector velocidad instantánea correspondiente a cada uno de los puntos A, B, C, D, y E.
Dibújelos sobre la trayectoria y escríbalos como pares ordenados.
d) Dibuje (y explique) el vector velocidad instantánea correspondiente a un punto cualquiera sobre la
curva, y también a puntos intermedios en cada intervalo.
e) Explique en qué partes de la trayectoria hay fuerza neta (resultante) actuando sobre este móvil, y en
qué partes dicha fuerza debe ser nula. Dibuje cualitativamente los vectores fuerza en donde existan,
explicando qué efecto está haciendo la fuerza en ese instante sobre el móvil.
f) Considere las siguientes afirmaciones. Para cada una califíquela de verdadero o falso en general, e
indique qué parte de este movimiento particular planteado aquí sirve para ilustrar su conclusión.
f.1) Si sobre un cuerpo no actúa ninguna fuerza, o si la resultante es nula, deberá estar en reposo.
f.2) El movimiento de un cuerpo siempre tiene lugar en la dirección de la fuerza resultante.
f.3) El movimiento siempre se inicia en la dirección de la fuerza resultante.
f.4) Si en un instante dado, la velocidad de un cuerpo es nula, la fuerza resultante sobre él, en ese
instante, también lo será.
Desarrollo
a) Vectores desplazamiento
Los vectores desplazamiento se obtienen en general restando sucesivos vectores posición; pero
también pueden leerse directamente sobre la figura como el vector que une los puntos sucesivos, y
  
aquí abreviamos recurriendo a ese método: D AB = (40 m ; 0 m) ; D BC = (30 m ; 0 m) ; DCD = (30 m; -

30 m) ; D DE = (0 m ; -30 m).
29

A B C 30
vAB vBC

D x
-50 -30 -20 -10 10 20 40 50 ( m )
-10
-20
E
Es claro que en el tramo curvo, en el cual el desplazamiento calculado con la definición
correspondiente de la figura 6, es un vector que se aparta mucho de lo que intuitivamente se entiende
como desplazamiento del móvil, y que todo mejoraría si se subdividiese la curva en muchas partes,
cuanto más pequeñas mejor. La definición de vector desplazamiento aplicada a intervalos demasiado
grandes, pierde gran parte de su sentido.
b) Velocidad media
Dividiendo los desplazamientos por los tiempos demorados, que son: 8 s para AB, y 11- 8 = 3 s para el
BC, obtenemos (se muestran como vectores huecos cualitativos en la figura anterior):
 
vm (AB) = (5 m/s ; 0 m/s) ; vm (BC) = (10 m/s ; 0 m/s).
Y lo mismo haríamos para los siguientes intervalos si se pidiera el cálculo. Por ejemplo en el intervalo
CD, el vector velocidad media apuntaría desde C hacia D, y es importante aclarar que no estamos
interesados en mostrarlo, ya que no representaría adecuadamente lo que en realidad fue el
movimiento.
c y d) Velocidad instantánea
Ahora viene la cuestión de qué hacer con la teoría de la velocidad instantánea. Lo importante es saber
que no tenemos que hacer el cociente ―desplazamiento muy pequeño / intervalo muy pequeño‖, sino,
usar esa idea para razonar como sigue:
Según el enunciado el módulo de la velocidad en A es nulo, aumenta gradualmente hasta alcanzar en
B un valor que se mantiene constante hasta D, y luego disminuye gradualmente hasta ser nuevamente
nulo en E.
 
O sea que, para comenzar, v A = v E = (0 ; 0).
Para seguir, entre B y C el movimiento es rectilíneo y uniforme, y en este caso la velocidad media es
igual en cualquier intervalo que se considere, en todo el intervalo o en cualquier parte pequeña del
mismo, por pequeña que sea.
Vale la pena detenerse a inspeccionar esto a través de un ejemplo. En este tramo el móvil viaja
uniformemente recorriendo 10 metros en cada segundo. Ahora pensemos en un t muy pequeño: por
ejemplo 10-3 s. En 10-3 s recorre 1 cm. Si consideramos ese desplazamiento de 1 cm de longitud en
cualquier parte del intervalo BC, y calculamos el vector velocidad dado por (1.4), siempre obtenemos lo
mismo: (1 cm/10-3s ; 0 cm/s) = (1000 cm/s ; 0 cm/s) = (10 m/s ; 0 m/s).
Inmediatamente se advierte que el resultado va a ser el mismo independientemente de la pequeñez del
intervalo que se imagine dentro de BC.
Por lo tanto, el vector velocidad instantánea en cualquier parte del intervalo BC, incluidos los puntos B y
C, es el mismo que el vector velocidad media:
 
v B = v C = (10 m/s; 0 m/s).
Para el tramo CD, el vector velocidad mantiene el mismo módulo que en BC, o sea 10 m/s (porque el
movimiento es uniforme, y eso significa que siempre se recorre la misma longitud de camino en un
mismo intervalo de tiempo), y sólo va cambiando de dirección manteniéndose tangente a la
30


circunferencia. En la figura se muestra para D: v D = (0 m/s; -10 m/s), y para un punto cualquiera de la
curva.
En A y E no se dibuja vector porque correspondería un punto, indicativo de módulo nulo.
En puntos intermedios entre A y B, o entre D y E, el enunciado no da indicaciones para determinar su
módulo; solamente puede saberse que,
entre A y B: vx = algún valor positivo desconocido menor que 10 m/s; vy = 0;
y entre C y D: vx = 0; vy = algún valor negativo desconocido, en valor absoluto menor que 10 m/s.
A B vB C vC
C

vD
Detalle de C muy ampliado.
Puntos anteriores y posteriores,
E muy cercanos, están alineados

Es importante entender que no se debe pretender que los vectores velocidad se curven un poco para
mantenerse sobre la parte curva de la trayectoria: estos vectores son rectos y tangentes a la curva en
cada lugar, porque allí, en cada lugar, deben indicar hacia dónde es el movimiento en ese instante, sin
importar que luego esa dirección pueda cambiar. El hecho de que posteriormente la dirección cambie,
dependerá de las fuerzas que actúen después de ese lugar.

Puede parecer chocante que en puntos como C, donde comienza la curva, el vector v C deba
mantenerse exactamente horizontal. Pero si se piensa en este punto (C), y puntos inmediatamente
anteriores, o posteriores, como se muestra en la figura ampliada, es muy claro que el vector está bien
así, ya que indica cómo es el movimiento que está ocurriendo en esos instantes, entre esos puntos
muy próximos.
De manera que en un punto cualquiera de la curva el vector deberá tener el mismo módulo, 10 m/s, y
dibujarse (con alguna escala elegida) tangente a la misma, lo cual, para este caso de un arco de
circunferencia, significa perpendicularmente al radio (tal como en C y en D).
Para contribuir a reflexionar sobre este detalle puede ser útil realizar, al menos alguna vez, un dibujo
exageradamente ampliado de esta zona (o de cualquier zona) de la trayectoria, dibujando sobre ella
vectores velocidad con alguna escala que los muestre relativamente pequeños, para mostrar que ellos
deben tener la dirección de la tangente, que es la misma de la curva en cada lugar, como se muestra
en la figura siguiente.
C
v v vC v

Vecindad del punto C exageradamente ampliada. Los vectores velocidad se dibujan en varios
puntos próximos con alguna escala que no los muestra tan ampliados, y entonces se puede ver
claramente que en cada lugar deben indicar la dirección de la curva, que es la de la tangente.

e) Fuerzas
En el tramo AB la velocidad aumenta, y no hay desviación, de manera que debió actuar una fuerza
resultante hacia delante, es decir, hacia la derecha de la figura.
El tramo BC se recorre uniformemente en línea recta, eso significa que no hay fuerza neta
(resultante) actuando. FR = 0 entre B y C.
31

El tramo CD se recorre uniformemente con desviación hacia la derecha (del movimiento): debe estar
actuando una fuerza resultante perpendicular al movimiento, hacia la derecha del mismo.
Entre D y E, el móvil se frena en línea recta. Es decir, se suspende la fuerza perpendicular que lo venía
desviando, y comienza a actuar una fuerza (resultante) hacia atrás (en la figura hacia arriba), que se
mantiene hasta que el móvil se detiene. En la figura se muestra la fuerza resultante con vectores
huecos.
A B C 30

D x
-50 -30 -20 -10 10 20 40 50 ( m )
-10
-20
E

Afirmaciones sobre fuerzas y movimientos


f.1) Es falso, contradice el principio de inercia. Un ejemplo es el tramo BC.
f.2) Es falso, como queda mostrado en el tramo CD, en el cual la fuerza es perpendicular al
movimiento, o más notablemente aún en el tramo DE, en el cual la fuerza es exactamente contraria al
movimiento. Es necesario reflexionar sobre el hecho de que, aunque el enunciado c.2) sería cierto para
el tramo AB, no lo es en general, y eso le confiere el carácter de FALSO, ya que contiene el
cuantificador ―siempre‖.
f.3) Es verdadera. Un ejemplo es el punto A.
f.4) Falso. El hecho de que un cuerpo se detenga no depende de la fuerza que actúa en ese instante,
sino de la acción de la fuerza en todos los instantes previos. Nótese que la pregunta se refiere a un
instante. Si pensamos en un cuerpo que permanece detenido durante un intervalo de tiempo,
necesariamente la fuerza neta sobre él debe permanecer nula durante el intervalo. Pero para
determinar que una afirmación es verdadera, no basta con encontrar una situación favorable (sino que
hay que mostrar la imposibilidad de las desfavorables). Si buscamos una situación de velocidad nula
que no sea permanecer detenido el cuerpo durante un intervalo, tenemos que pensar en un cuerpo que
se mueve y se detiene por un instante, por ejemplo. En el instante exacto de la detención, la fuerza
puede anularse, o no, y en este ejemplo encontramos ilustradas las dos situaciones.
Así tenemos el caso del punto E: la fuerza que ha actuado durante todo el trayecto DE para detener al
cuerpo, debe anularse en el instante en que el cuerpo se detiene (en E), ya que si continuara actuando
el movimiento se reiniciaría hacia D, es decir en el sentido de la fuerza que habría permanecido sin
anularse (por ejemplo si en el punto E hubiera habido un resorte que es comprimido por el móvil hasta
detenerlo, y luego lo lanza en sentido contrario).
De manera que en punto E, en el ejemplo desarrollado, la afirmación f.4) ha sido válida, pero con un
simple cambio en el enunciado, podría no haberlo sido. Esto la califica como FALSA, ya que de la
anulación de la velocidad no se deduce la anulación de la fuerza resultante.
El punto inicial, A, por otra parte, constituye un ejemplo de caso en que la afirmación f.4) es falsa. Ya
que mientras la fuerza resultante sea nula en el punto A, de velocidad nula, el movimiento no se
iniciará. El movimiento se inicia precisamente en el instante en que se aplica una fuerza en A. En ese
instante exacto, la velocidad es nula y la fuerza resultante no.
32

COMENTARIO CONCEPTUAL
Las afirmaciones f.1), f.2), f.4), pueden parecer capciosas, pero no lo son. Son
tres afirmaciones que reflejan la identificación errónea de la fuerza con el
movimiento o la velocidad.
Esta identificación, que es una de las barreras más comunes que hay que
superar para entender las leyes de la dinámica, obedece a una metodología de
pensamiento muy difundida, denominada “metodología de la
superficialidad”, la cual consiste en identificar de manera irreflexiva y rápida
conceptos diferentes a partir de cualquier semejanza. Los que adoptan (en
general inconscientemente) esta metodología, actúan como si estuvieran
obligados a tener respuestas o certezas rápidas para todas las cuestiones, no
importa cómo se obtengan, y como si hubiese algo malo en demorarse
reflexionando y elaborando alguna idea.
La esencia del pensamiento científico está precisamente en lo contrario: busca
elaborar con cuidado las ideas, revisando todos sus aspectos. Una semejanza
nunca debe motivo para una identificación inmediata, sino para una
búsqueda de razones que la justifiquen.
La veracidad de una ley no se juzga buscando un ejemplo favorable, sino al
contrario, tratando de mostrar que no podría haber contraejemplos.

Ejemplo desarrollado 6
Una cuerpo se desplaza libremente en el espacio (sin que actúen sobre él fuerzas de ningún tipo, no
hay gravedad ni rozamiento) a lo largo de una recta a.
A partir de un punto A se desea desviar al cuerpo para que siga la trayectoria mostrada, que consiste
en una semicircunferencia de radio R0, que luego continúa en la línea recta b, sin que varíe la rapidez
de su movimiento.
B
b
m  R0
v
a
A

Explique cómo es la fuerza que es necesario aplicar para lograr este movimiento: qué orientación debe
tener, y durante qué lapso debe actuar. Dibuje cualitativamente los vectores que correspondan.

Desarrollo
Al no haber rozamiento ni otras fuerzas extrañas, hay que esperar que el cuerpo llegue a A, sin
aplicarle fuerza alguna. Cuando llega a ese punto hay que comenzar a aplicarle una fuerza
perpendicular a la dirección del movimiento, hacia la izquierda, y hay que mantener esa fuerza aplicada
de esa manera (exactamente perpendicular a la trayectoria), con módulo constante, hasta que el
cuerpo llegue a B (donde se completa la semicircunferencia).
B
b

a
perpendiculares 
F

A
A partir de ese instante tB, simplemente se suspende la fuerza, y el cuerpo continuará por la línea recta
b.
33

Puede ser bueno tratar de imaginar una situación en la que se materialice esta propuesta. Eso no
siempre es fácil, pero en este caso podemos imaginar que se arroja una piedra con una honda (de las
del tipo que usó David contra Goliat, no una ―gomera‖ de bandas elásticas). El recorrido AB podría ser
la última media vuelta del movimiento de revolear la piedra, y B sería el punto en el que se suelta la
piedra. Así es posible imaginar claramente cómo las riendas de la gomera, sujetando la piedra, le están
aplicando continuamente la fuerza hacia el centro mientras ésta recorre la parte AB (lo cual también
sería válido para todas las vueltas anteriores del proceso de revolear la piedra). Cuando la piedra llega
a B, simplemente hay que soltarla para que ella continúe por la línea recta b (se está despreciando el
efecto de la gravedad).
Es muy interesante e instructivo llevarlo a la práctica, porque mientras se está revoleando el proyectil
cuesta imaginar que al soltarlo va a continuar por la tangente. Claro, hay que organizar una actividad
con algo blando, como un bollito bien apretado de papel, atado al extremo de un hilo, no con una
piedra. Y mejor en el patio que dentro del aula. Es muy instructivo el proceso de aprender a soltar el
hilo en el instante correcto.

Antes de terminar el capítulo es bueno hacer algunas aclaraciones referidas a elementos


básicos en el manejo de los vectores.

Nota: el punto de aplicación de los vectores


En el Álgebra Lineal, que es la teoría matemática de todo lo que se relacione con los espacios
vectoriales, no hay nada que sea, ni que se relacione, ni que pueda denominarse, ―el punto de
aplicación‖ de los vectores. Todas las operaciones vectoriales se hacen exclusivamente con las
componentes de los vectores, y ninguna necesita ni define un punto de aplicación de los vectores que
intervienen.
Ahora bien, los vectores que se utilizan en Física se refieren conceptos o acciones que tienen,
trivialmente, conexión con algo que ocurre en un punto del espacio. Esto hace que en Física a la
mayoría de los vectores se les atribuya de alguna manera, a veces trivial, a veces discutible, un punto
de aplicación, que es lugar del espacio en el que tiene lugar lo que representa el vector. Y por ello en
muchos textos, sobre todo en los más elementales, suele proclamarse como una propiedad importante
de los vectores, su punto de aplicación.
Pero es bueno tener presente que el punto de aplicación que se les atribuye a los vectores en Física,
no tiene que ver con las operaciones vectoriales, sino con criterios que en cada caso se desprenden
del significado del vector.
Así por ejemplo, supongamos el caso del vector desplazamiento de un punto móvil que pasa de la
posición A a la B.
Como hemos visto, la operación que debemos hacer para obtener el desplazamiento es la diferencia:
 
rB  rA . Estos dos vectores que restamos se dibujan con origen en O, el punto que es origen del
sistema de coordenadas, y en esas condiciones, el resultado es el desplazamiento AB, representado

por el vector AB .
34

A AB = rBrA
B
rA
rB

Es decir, resto dos vectores indicativos de posición con respecto, ambos, de su punto de aplicación que
es O, y el resultado es un vector que dibujamos aplicado en A, para que represente mejor el
desplazamiento AB.
  
De manera que es útil dibujar rA y rB con punto de aplicación O, y AB con punto de aplicación A.
Pero en realidad cuando escribimos estos vectores por medio de sus pares ordenados, escribimos:
 
rA = (1; 4), rB = (5; 3) , sin mencionar dónde se consideran aplicados, y para obtener la diferencia eso

no importa porque simplemente restamos estas componentes y obtenemos AB = (5; 3) – (–1; 4) = (6; –
1), al cual consideramos aplicado en A para que tenga sentido interpretarlo como el desplazamiento
AB.
 
Pero si sumáramos rB  rA , vectores que indican dos posiciones sucesivas de un punto móvil,
obtendríamos un vector que no tendría significado para el movimiento que se está describiendo; por
eso en general no haremos esta operación, aunque es posible hacerla.
Si en cambio hubiésemos sumado dos vectores fuerza que se aplican en un punto, esa suma sí tendría
sentido, y daría la llamada fuerza resultante, que aplicada en ese mismo punto tendría el mismo efecto.
Y si hubiésemos sumado dos vectores fuerza aplicados en diferentes puntos, la operación también
tendría sentido, daría nuevamente un vector llamado fuerza resultante, el cual no tendría punto de
aplicación definido.
Pero en cambio no haremos nunca la operación de restar dos vectores fuerza actuantes en el mismo
punto, porque el resultado, aunque pueda calcularse, en general carece de sentido.
Es decir, estas operaciones vectoriales se hacen porque tienen cierto significado, y el punto de
aplicación que se le atribuye a cada vector está supeditado a esos significados.

DOS COMENTARIOS FINALES

COMENTARIO 1. IDENTIFICACIÓN VECTOR = FUERZA


El tema fuerzas suele ser utilizado para enseñar el tema vectores,
prácticamente como prototipo del mismo.
Dado lo escaso del tiempo del que se dispone para enseñar tantos aspectos que
se necesitan para la comprensión de la mecánica, prácticamente resulta
imposible evitar que el tema fuerzas sirva para gran parte de la ejercitación
destinada al aprendizaje del tema vectores.
Pero dado que hay otros vectores (al menos desplazamiento y velocidad) que
son imprescindibles para formular y entender la mecánica, hay que
diagramar la enseñanza para que contenga la ejercitación con las fuerzas,
pero introduzca los vectores de una manera más general.
35

En principio podría considerarse que la esencia de las tres dimensiones del


espacio resulta de la posibilidad de desplazamientos en tres direcciones
independientes, y que por ello los vectores desplazamiento deberían ser el punto
de partida y bloque inicial del tema. Aún así, posteriormente es posible que la
necesaria ejercitación con vectores fuerza produzca en muchos alumnos la
identificación “todo vector es una fuerza”. Las estrategias de enseñanza
deberán estar preparadas para detectar y corregir esta identificación.

COMENTARIO 2: CÓMO SEGUIR


Para esta presentación es muy importante que el alumno esté familiarizado
con el significado de los vectores velocidad , con la forma de dibujarlos, y con
la forma de interpretar el movimiento a través del dibujo de la trayectoria con
los vectores indicados.
Entendemos que esto plantea dificultades que no aparecen en las
presentaciones tradicionales, pero consideramos que estos detalles en sí mismos
ya contienen gran parte de la comprensión que se espera lograr con el estudio
de la Dinámica.
Es decir, consideramos que en la medida en que los alumnos no puedan
interpretar y realizar ellos mismos estos dibujos de trayectorias con dibujos de
estos vectores, no estarán comprendiendo la Dinámica involucrada en el
movimiento.
Y entendemos que eso es lo que esencialmente sucede en las presentaciones
tradicionales: los alumnos aprenden a realizar algunos cálculos concretos
referidos a situaciones muy específicas y en general muy limitadas, pero,
¿pueden dibujar la trayectoria mostrando con vectores velocidad cómo van
produciéndose los cambios en el movimiento, interpretándolos en términos de
las fuerzas actuantes?
Entendemos que la respuesta es no. Enfáticamente no.
Y entendemos que los objetivos de la enseñanza en el nivel medio estarían
cumplidos si la respuesta fuera positiva, aunque no pudieran hacer cálculos
cuantitativos.
De manera que el próximo paso previsto para la formalización de la
enseñanza de las Leyes de la Dinámica requiere la resolución cuantitativa de
situaciones de interés, problematizadas adecuadamente.
Y lo que vale destacar es que en esta propuesta la herramienta a aplicar, la Ley
del Impulso, es una formalización natural de la tarea cualitativa encarada
como comienzo.
Se espera que al continuar de esta manera los alumnos sientan que están
profundizando la misma tarea ya iniciada, y no que están viendo un tema
diferente. En cualquiera de las etapas siempre estarán ejercitando la
capacidad de desarrollar explicaciones cualitativas de las situaciones, que se
irá completando con la capacidad de calcular en la medida del avance que se
logre.
36

CAPÍTULO 2:
Las Leyes de la Dinámica

2.1. – Accediendo a las Leyes del Movimiento


Después del trabajo exploratorio y aproximativo planteado en el capítulo anterior, hemos
llegado al momento de plantear formalmente las Leyes de la Dinámica, lo que será hecho
tratando de continuar una misma línea, formalizando naturalmente la tarea cualitativa
encarada como comienzo.
Se considera que la vía de acceso adecuada a una comprensión más profunda de estas leyes es
la resolución de problemas concretos.
Ahora bien, teniendo en cuenta que este texto se dirige a profesores que ya tienen
entrenamiento básico en estos temas, vamos a considerar que no es necesario agregar
elementos nuevos referidos al Principio de Acción y Reacción, y solamente algunos
comentarios referidos al Principio de Inercia serán presentados oportunamente, mientras que
la tarea esencial será planteada en torno a la Ley del Impulso, que es la que puede aportar los
elementos cualitativos y cuantitativos necesarios para resolver problemas concretos.
Ya hemos comentado que trataremos de movimientos de una partícula, para la cual hemos
mostrado cómo describir el movimiento y definir elementos como los vectores posición y
velocidad. Inicialmente continuaremos sobreentendiendo que estos elementos se definen
respecto de un sistema de referencia, con sus ejes cartesianos ortogonales perfectamente
ubicados y determinados respecto de ciertos cuerpos materiales de los cuales prescindiremos
en adelante, en el cual se cumple el Principio de Inercia. Este requisito fundamental se
sobreentiende sin explicaciones inicialmente, continuando con el tratamiento propuesto, pero
luego su significado será discutido con la profundidad que corresponde.

Vector cantidad de movimiento


Multiplicando el vector velocidad por la masa de la partícula se obtiene el vector cantidad de
movimiento lineal (o también momento, o momentum, o ímpetu, lineal), que tiene la misma
orientación, es decir la orientación del movimiento en cada instante, pero que además es
proporcional a la cantidad de materia en movimiento, y no sólo a la rapidez.

Siguiendo la costumbre usual utilizaremos la letra p para representar a este vector:
 
p  mv
Desde el punto de vista de su representación en un dibujo, este vector no podrá distinguirse
del vector velocidad más que por las unidades de la escala: será tangente a la trayectoria,
indicando la orientación del movimiento en cada instante, y como la masa de la partícula no

cambia mientras ésta se mueve, los cambios en el módulo del vector p solamente darán
cuenta de cambios en la rapidez. Si por ejemplo, consideramos la trayectoria de una piedra
lanzada al aire, las flechas de la figura siguiente pueden ser tanto vectores velocidad como
vectores cantidad de movimiento.
37

 
 v3  p3
v2  
v4 p2 p4
  
v1 v5 p5

p1
estos vectores se dibujan con estos vectores se dibujan con una
una escala de velocidades escala de cantidades de movimiento

Fig. 1: dos formas equivalentes de indicar el movimiento de una piedra lanzada al aire.

En el caso ilustrado por estas figuras, cualquiera de las dos representaciones da cuenta de lo
 
mismo: tanto los vectores v como los vectores p indican cómo la dirección del movimiento
va siendo alterada (curvada hacia abajo) por la acción de la fuerza de gravedad, al mismo
tiempo que la rapidez disminuye mientras la piedra sube, y vuelve a aumentar luego de que
ésta pasa por el punto más alto, efecto también debido a la acción de la gravedad.

Cantidad de movimiento de un cuerpo extenso


El hecho de que el vector cantidad de movimiento sea proporcional a la cantidad de materia
en movimiento, le otorga naturalmente carácter extensivo, por lo cual, para cualquier cuerpo o
sistema material, independientemente de que sea o no sólido, incluso de que esté o no
formado por partes o partículas no conectadas entre sí, se define su vector cantidad de
movimiento total como la suma (vectorial) de los vectores cantidad de movimiento de todas
las partes elementales por las que se lo pueda suponer integrado:
 
p total  p i (1)

Para cualquier sistema existe un punto especial, denominado centro de masa (CM), que de
alguna manera promedia la posición de la masa. Para cualquier cuerpo compuesto de

partículas de masa mi, cada una ubicada en ri , la ubicación del centro de masa está dada por:
 

rCM 
mi ri
mi ri  (2)
mi  m total


Derivando esta expresión obtenemos vCM , la velocidad del centro de masa, en el miembro
 
izquierdo, y 1 m total  m i v i = 1 m total  p i en el miembro derecho, de manera que:
 
p total  m total v CM (3)
Y es fácil mostrar que tanto (2) como (3) también son válidas si en el sistema se consideran o

se incluyen partes (no pequeñas) de masa mi para las cuales ri indica la ubicación del CM.

Ejercicio: demostrar esta afirmación.

Según esta expresión, es lo mismo calcular el vector cantidad de movimiento de un cuerpo o


sistema material cualquiera, teniendo en cuenta todos los movimientos individuales de las
partes o partículas que componen dicho sistema; o considerar una única partícula formada por
toda la masa concentrada en el centro de masa.
38

2.2.- Ley del Impulso


Esta ley es la que fue enunciada por NEWTON como ―Segunda ley del Movimiento‖, y es la
que define cómo las fuerzas que se le aplican determinan el movimiento de cualquier cuerpo a
partir de cualquier estado inicial.
Y por simplicidad vamos a comenzar considerando el movimiento de una partícula, sobre la

cual, durante el intervalo de tiempo considerado, solamente se aplica una única fuerza F , la
cual se mantiene constante.
Aunque éste es un Principio, es decir una premisa básica que se postula y no tiene
demostración, es importante, sobre todo para su enseñanza, tener presentes un par de
razonamientos elementales que guían su elaboración, y que ayudan a comprender su
significado y sus implicancias.

1) El efecto de una fuerza es proporcional al tiempo que actúa.


Una fuerza necesita tiempo para producir modificaciones en el movimiento de un cuerpo, de
manera que el vector indicativo de su efecto se obtiene multiplicando el vector fuerza por el
intervalo de tiempo t durante el que está aplicada.
 
Este vector se denomina vector impulso aplicado por F durante el intervalo t, It :
 
It  F t (4)

2) La modificación del movimiento, que puede consistir tanto en modificación del módulo
como de la dirección del vector velocidad, debe ser inversamente proporcional a la masa del
cuerpo en estudio, y debe ocurrir en la dirección en la que se aplica la fuerza.

Todo esto significa que v deberá ser:

 F t
v  (5)
m
Esta expresión ya es formalmente una versión de la ley que estamos buscando, y por una
cuestión más bien estética, para que le corresponda mejor la denominación Ley del Impulso,
 
la expresamos multiplicada por m, como It  m v , con lo cual, utilizando el vector cantidad
de movimiento queda:

 
It  p (6)

O bien, dicho de otra manera, a partir de una dada cantidad de movimiento inicial cualquiera,

p i luego de actuar la fuerza durante t, la cantidad de movimiento final será:

  
p f = pi  It (6‘)
39

Interpretación gráfica

Si en un instante t1 un móvil tiene la cantidad de movimiento p1 , y hasta el instante t2 actúa
  
sobre el móvil la fuerza F , aplicándole el impulso I12  F t , entonces la cantidad de

movimiento del móvil en t2 será el vector p 2 que se obtiene efectuando la suma vectorial
   
p1 + I12 (se dibuja p1 y a continuación I12 ).

Dibujo sobre la trayectoria p2


py Diagrama vectorial

fuerzas orientadas F p2 I12


posicion en t2
como el impulso
posiciones p1
p1 sucesivas
px
posicion en t1

Fig. 2 : A la izquierda se muestra la trayectoria de un móvil cuya cantidad de movimiento es p1 en

t1, y p 2 en t2. A la derecha se muestra el diagrama vectorial que representa la aplicación de la Ley
 
del Impulso para el intervalo (t1, t2): el vector desde el extremo de p1 hasta el de p 2 , es el impulso
que debió actuar. Para lograr ese impulso debió actuar sobre el móvil, durante todo el intervalo,
una fuerza como la que se muestra cualitativamente en varias posiciones sucesivas en el dibujo de
la izquierda.

Otra forma de la ley del impulso


Si en la expresión (6) dividimos por t obtenemos:
 
v F

t m
El miembro izquierdo es la variación del vector velocidad por unidad de tiempo, que es el

vector denominado ―aceleración‖, a .

 v
a (7)
t
Con esta notación tenemos la ley en la forma en la cual tradicionalmente se la presenta, con la
denominación ya mencionada de ―Principio de masa‖:

 F  
a o bien, F  ma
m
Como ya hemos dicho, trataremos de mostrar que es posible tratar adecuadamente todas las
situaciones de interés sin recurrir al concepto de aceleración, por lo cual no utilizaremos estas
expresiones en la etapa de desarrollar y explicar las leyes del movimiento.

NOTA DIDÁCTICA:
En nuestra propuesta es esencial la realización de esquemas gráficos
acompañando la interpretación de cualquier situación.
Los esquemas deben consistir siempre en los dos tipos de gráficos: debe haber un
dibujo mostrando la situación sobre la trayectoria, con los vectores fuerza y
velocidad (o cantidad de movimiento), y otro dibujo que debe ser un esquema
40

vectorial, mostrando los vectores impulso y cantidad de movimiento según la


operación vectorial que constituye la ley, ya sea en su versión (6) o (6’).
Y los primeros pasos en la enseñanza de esta ley debe estar acompañados de
esquemas correspondientes a cada una de las posibilidades típicas (fuerza
alineada con el movimiento, a favor, en contra, fuerza perpendicular al
movimiento, situaciones combinadas), y debe revisarse la similitud con los
tratamientos cualitativos de las diversas situaciones analizadas antes.

En este punto es necesario mostrar ejemplos típicos de aplicación de las leyes, y para abreviar
aquí podemos prescindir de los ejemplos obvios de movimientos rectilíneos con fuerzas a
favor o en contra del movimiento. Es claro que estos ejemplos son necesarios en la enseñanza,
pero en este lugar consideramos suficiente con un ejemplo de trayectoria curva que resume
los detalles más importantes.

Ejemplo desarrollado 1
Un cuerpo de masa m = 3 kg se desplaza con una velocidad de módulo v = 4 m/s a lo largo del eje x
hacia la derecha (sentido positivo), hasta que al llegar a un punto A comienza a actuar sobre él una
fuerza de 6 N que se mantiene constante durante 2 s, en dirección exacta del eje y. Ambos ejes, x e y,
están en un plano horizontal, sobre el cual el movimiento ocurre sin rozamiento.
Aplique la Ley del Impulso para determinar los vectores cantidad de movimiento y velocidad al terminar
de aplicarse la fuerza, y explique cómo continúa el movimiento después.
Dibuje cualitativamente la trayectoria, mostrando los vectores importantes para este proceso.

Desarrollo

Las fuerzas actuantes sobre el cuerpo son: el peso, P = (0 ; 0 ; m g)  (0 N ; 0 N ; -29,4 N), la
reacción de la superficie horizontal, que equilibra al peso, ya que ambas son las únicas fuerzas

verticales, o sea R = (0 N ; 0N ; 29,4 N), y, durante los 2 s en que actúa el agente externo, la fuerza

aplicada por un éste, F = (0 N ; 10 N ; 0 N).
z
R
F y

P

Claramente F es también la resultante, de manera que es la única que hay que considerar para el
movimiento, y en adelante se hará todo el análisis en las dos dimensiones del plano horizontal, (x, y).
Tenemos que inicialmente el movimiento es a lo largo de x, y nos interesa lo que sucede desde que le
aplicamos una fuerza en dirección y. Ya sabemos que una fuerza hacia un costado del movimiento
curva la trayectoria hacia ese lado. Ahora podemos calcular cuánto.
  
La cantidad de movimiento inicial es: p 0 = (12 kgm/s ; 0 kgm/s), el impulso aplicado: I = F  2 s = (0 ;
  
12 Ns). Así resulta que la cantidad de movimiento final es: p = (12 ; 12) kgm/s, y la velocidad v = p /m
= (4 ; 4) m/s. Luego, al suspenderse la fuerza, el móvil deberá continuar uniformemente en línea recta
en la nueva dirección.
Esto significa que, en 2 s, la trayectoria se ha curvado de manera que forma 45º con la dirección inicial,
y esa es la nueva dirección por la que continuará en línea recta.
41

y
t>2s py
pB
12
pB
o I
45
B
F 45o
tB = 2 s x px
A pA
pA 12

Situacion en el espacio Diagrama vectorial


tA = 0

Vemos que la velocidad en el eje x no ha cambiado, como corresponde al hecho de que no ha actuado
ninguna fuerza en esa dirección. También vemos que el módulo de la velocidad ha aumentado un
poco, de 4 a (42 + 42)½ = 5,66 m/s, y eso se entiende porque, a medida que la trayectoria se ha ido
torciendo, la fuerza orientada exactamente como el eje y, ha ido actuado con cierta componente
tangencial hacia delante.
Obsérvese la forma de trabajar: con los datos de la fuerza calculamos el impulso aplicado, luego
aplicamos la ley para tener la cantidad de movimiento final, una vez que la tenemos, dividiendo por m
tenemos la velocidad final.
Aplicando la Ley del Impulso no determinamos exactamente la forma de la trayectoria. Más adelante
veremos cómo hacerlo. Pero sí debe estar muy claro que esta ley dice que la trayectoria es una curva
que pasa gradualmente de la dirección inicial a la final, ya que el móvil demora t = 2 s en este cambio
de dirección. De ningún modo la aplicación de una fuerza perpendicular a la velocidad hará que la
trayectoria sea una recta quebrada (para lo cual debería ser t = 0).
Esto debe ser interpretado por quien resuelve el ejercicio, es decir, en algún momento, los alumnos.
Pero es claro que antes el profesor debe promover discusiones sobre este punto. Los alumnos tendrán
inicialmente muchas dificultades para decidir que deben dibujar una trayectoria curva, simplemente
porque no están acostumbrados a tomar esas decisiones, y porque la información al respecto debe
extraerse del hecho de que hay una demora para pasar del movimiento en una dirección, al movimiento
en otra dirección, y durante ese lapso el cuerpo no se detiene, sino que avanza. Cada uno de los
detalles es claro y simple, pero unirlos todos para llegar a la conclusión de que hay una trayectoria
curva, requiere una elaboración considerable.
Nuestra perspectiva es que cuando los alumnos desarrollen la capacidad de realizar esta elaboración,
habrán logrado un buen nivel de comprensión de las leyes de la dinámica; y que mientras no alcancen
esa capacidad, no habrán logrado un nivel satisfactorio de comprensión de estas leyes, aunque puedan
resolver los problemas numéricos habituales sobre MRU, MRUV, tiro oblicuo, y similares. Nótese, por
ejemplo que éste es formalmente el mismo problema del movimiento de un proyectil, pero aquí
solamente se estudia la dinámica, y no la forma de la trayectoria; y estamos exigiendo, y proponiendo
desarrollar, la capacidad de inferir el dibujo razonable de alguna curva para la trayectoria.

La Ley del Impulso en condiciones generales


Es importante saber que la Ley del Impulso siempre tiene la expresión (6), aunque la fuerza
aplicada no sea única ni se mantenga constante, y el sistema móvil no sea una partícula.
Pero en cada caso hay que tener en cuenta ciertos elementos que presentaremos a
continuación.
42

Principio de Superposición y fuerza resultante


Cuando se aplican varias fuerzas (exteriores) simultáneamente sobre una partícula, el efecto
sobre el movimiento es la superposición de los efectos que ellas tendrían por separado.

Esto significa que cuando actúan varias fuerzas Fi , la variación de la cantidad de movimiento
de la partícula en cualquier intervalo t debe ser igual a la suma vectorial de todas las
variaciones que causaría cada fuerza por separado, y eso significa que debe ser igual a la suma
vectorial de todos los impulsos aplicados en el intervalo:
  
p   Ii   Fi t
Pero esto claramente equivale a imaginar una fuerza resultante actuando, la cual sería el

resultado de la suma vectorial de todas las Fi :
 
FR   Fi (8)

Esto se denomina Principio de Superposición, y es un principio básico, tan importante y


necesario como los demás. NEWTON lo presenta (en su lenguaje, sin la notación vectorial)
como ―Corolario Primero‖, luego de sus tres Leyes del Movimiento, y es posible pensar que
debería ser un cuarto principio, con la misma categoría de los otros tres.
Vale destacar aquí que en los ejemplos de la vida práctica siempre hay que considerar más de
una fuerza actuando sobre el móvil, de manera que es útil reforzar la idea de que en todos los
enunciados de la Segunda Ley del Movimiento (tanto en esta versión: Ley del Impulso, como
en cualquiera otra), la fuerza involucrada siempre es la resultante.

La Ley del Impulso para un cuerpo extenso


Ahora pensemos en un sistema de cualquier forma y tamaño, que ya no puede ser considerado
una partícula, con partes sólidas líquidas y gaseosas que incluso pueden no estar conectadas
entre sí, moviéndose de cualquier manera bajo la acción de un sistema de fuerzas.
Para aplicarle las leyes que hemos enunciado, imaginémoslo compuesto por partículas de

masa mi y velocidad v i cada una, sobre cada una de las cuales habrá ciertas fuerzas que
 
denominaremos Fi( ext) y Fi(int) , denominaciones que indican respectivamente la resultante de
todas las fuerzas exteriores y de las interiores, que estén actuando sobre la partícula i.
 
Tanto Fi( ext) como Fi(int) son fuerzas exteriores para la partícula i, y determinan su movimiento
a través de la Ley del Impulso según:
 
  
Fi(ext)  Fi(int)  t  p i
Y sumando los términos de esta expresión sobre todas las partículas del cuerpo, se tendrá la
Ley del Impulso aplicada a todo el cuerpo completo:
  ( ext)      
  Fi   Fi(int)  t   p i    p i 
 i i  i  i 
Ahora bien, aunque las fuerzas interiores contribuirán a determinar el movimiento particular
de cada partícula, debido al Principio de Acción y Reacción darán resultado nulo al efectuar

su suma sobre todas las regiones en que se ha subdividido el cuerpo:  Fi(int)  0 . De manera
i
43

que solamente las fuerzas exteriores contribuirán al impulso sobre todo el sistema, y

denominando FR a la fuerza resultante de todas las aplicadas sobre el sistema tendremos que
ella es exacta y simplemente la resultante de las fuerzas exteriores:
  
FR   Fi   Fi( ext)
  
Y finalmente, dado que según (3) p total   p i  m v CM (siendo m la masa total), la Ley del
Impulso podrá enunciarse:
  
FR  t   p total  m v CM (6‘‘)
Expresión que además de reforzar nuevamente la idea de que solamente las fuerzas exteriores
intervienen en la ley del impulso, nos dice que si nos limitamos a considerar el movimiento
del CM, entonces la influencia sobre dicho movimiento se manifiesta exclusivamente a través
de la resultante de dichas fuerzas, de manera absolutamente independiente del lugar en que
cada una sea aplicada.
Y queda claro que sigue siendo válida la expresión (6), sobreentendiendo que el impulso se

calcula con FR .
Surge también claramente que si no hay fuerzas exteriores el movimiento del CM deberá ser
rectilíneo y uniforme como lo indica el Principio de Inercia.

NOTA DIDÁCTICA: PROPULSIÓN, VEHÍCULOS Y ROZAMIENTO

Sólo las fuerzas exteriores pueden alterar la cantidad de


movimiento de un sistema.
Lo único que se puede hacer desde el interior de un sistema
para cambiar su cantidad de movimiento es interactuar
con objetos del exterior.

En la enseñanza es muy importante destacar estas ideas y trabajar con ellas,


porque intervienen continuamente en algo tan natural y cotidiano como es la
propulsión de todos los seres y vehículos.
Cualquier animal terrestre avanza (hacia delante) apoyándose en una pata
que se mueve y empuja el suelo hacia atrás. Aquí interviene el principio de
acción y reacción: empujar algo hacia atrás, para recibir la reacción hacia
delante, y al mismo tiempo interviene la idea de que nada puede auto-
empujarse, sin interactuar con algo.
Un automóvil debe empujar el piso hacia atrás por medio de sus ruedas
motrices, para impulsarse. Si se impide el contacto de las ruedas motrices con el
piso, por ejemplo levantando estas ruedas, o suspendiendo el vehículo en el
aire, se impide la acción hacia atrás del auto sobre el piso, y como resultado el
vehículo no puede impulsarse. O mejor dicho, el auto no puede hacer que el piso
lo impulse.
Nótese además que el par “acción del vehículo sobre el piso hacia atrás-
reacción del piso sobre el vehículo hacia delante” no es ni más ni menos que la
fuerza de rozamiento entre la parte impulsora -la rueda- y el piso. Este
rozamiento es lo que nos permite impulsarnos. Cualquier persona sabe lo difícil
44

que es aprender los trucos dinámicos que permiten impulsarse sin rozamiento,
por ejemplo con patines, o sobre un terreno resbaloso. Lo mismo para un
automóvil en un terreno pantanoso.
De manera que es importante distinguir la fuerza de rozamiento que nos
empuja hacia delante en el lugar donde empujamos al piso hacia atrás, de la
fuerza de rozamiento que aparece en otros lugares, tendiendo a impedir que
nos deslicemos hacia delante con respecto a algo.

Ejemplo desarrollado 2
Considere un automóvil de 900 kg viajando a velocidad constante de 80 km/h en una carretera
horizontal. Suponga que este automóvil tiene ―tracción trasera‖ (es decir que el motor comunica
movimiento a las ruedas traseras), y que viajando a esa velocidad sufre la acción de una fuerza de
rozamiento total de 2000 N que se debe, casi exclusivamente, al aire.
a) Realice un diagrama de cuerpo aislado del automóvil mostrando las fuerzas horizontales exteriores
sobre el mismo, indicando dónde deben considerarse ubicadas.
b) Calcule el valor de la fuerza motriz que debe aplicar el automóvil al suelo por medio de sus ruedas
trasera. Dibuje esta fuerza en un esquema.
Desarrollo
(a) 80km/h (b) 80km/h
 
FRozam FRozam

  
FImpulsora Fmotriz FImpulsora
a) En (a) se muestran las dos fuerzas exteriores horizontales que consideramos sobre este vehículo.

La FRozam es la resultante de la acción del aire distribuida sobre toda la carrocería, y actúa hacia atrás

con 2000 N, tendiendo a frenar el vehículo. La Fimpulsora es la reacción del suelo ante la acción motriz de
la rueda empujando al suelo hacia atrás. Ésta es la fuerza que impulsa al vehículo, y debe valer 2000
N, de manera que la resultante sobre el vehículo es cero y por ello la velocidad se mantiene constante.

b) En (b) se muestra además el par acción-reacción que forma la ― Fmotriz ‖ representativa de la acción

por medio de la cual el automóvil empuja al piso hacia atrás, con Fimpulsora , que es la reacción del piso,
hacia adelante, sobre el vehículo. Tanto una como la otra son manifestación del rozamiento rueda-
pavimento, y su intensidad está limitada por la capacidad de los materiales para resistir el
deslizamiento. Estas dos fuerzas no dan resultante nula sobre el vehículo, porque sólo una de ellas
actúa ambas sobre él. No son un ―sistema de fuerzas actuantes sobre el auto‖, y no se calcula su
resultante.
No corresponde dibujar rozamiento hacia atrás sobre el vehículo en el contacto rueda piso, a menos
que la rueda esté frenada, cuando se trata de detener al vehículo.

NOTA: SOBRE LA FUERZA RESULTANTE


Ya se ha establecido claramente que la fuerza que interviene en la Ley del
 
Impulso siempre debe ser la fuerza resultante, definida por: FR   Fi(ext) .
Ahora bien, debe notarse que esta expresión solamente define las componentes

de FR . No define un punto de aplicación para ella, y eso se entiende porque esta
45

fuerza no existe como acción aplicada físicamente en punto alguno: es


simplemente una entidad muy cómoda para abreviar cálculos y simplificar las
ideas. Lo que existe, aplicado en cada lugar, actuando y produciendo los
efectos correspondientes, es cada una de las fuerzas que sumamos para obtener
la resultante.
Ahora bien, en la práctica esta fuerza es un objeto cómodo para los cálculos, y
a veces se desea atribuirle un punto de aplicación, y para ello se definen
algunos criterios que aquí no interesa mencionar.
Y frecuentemente cierto esfuerzo que se suele invertir en tratar de definir un
punto de aplicación para la fuerza resultante, tiene el efecto desafortunado de
ocultar el hecho de que la fuerza resultante en general es un artificio, un
concepto útil, pero sin real existencia física en la mayoría de los casos.
Tal vez el caso más ilustrativo es el de la fuerza peso: es absolutamente útil
para cualquier tratamiento práctico resumir las infinitas contribuciones de la
fuerza gravitatoria distribuida entre todos los elementos de masa de cualquier
cuerpo considerado, con una única fuerza resultante denominada “fuerza
peso (total)”, aplicada en un punto bien definido denominado “centro de
gravedad”, que es el CM del cuerpo; pero realmente no hay fuerza alguna
aplicada en ese punto, que en ocasiones ni siquiera pertenece al cuerpo.

El impulso cuando la fuerza no es constante


Si las fuerzas no se mantienen constantes, entonces aparece el problema de calcular el
impulso aplicado por una fuerza que va cambiando mientras transcurre el tiempo (obviamente
hablamos de la fuerza resultante).
Para calcular correctamente el impulso en estos casos es necesario subdividir el intervalo total
considerado (detalles en el Anexo 2.1), sea desde tA hasta tB, por ejemplo, en infinidad (todos
los que sean necesarios) de sub-intervalos suficientemente pequeños como para que en cada
uno se pueda considerar que la fuerza es constante.
Debe estar muy claro que en cada instante, instante a instante, en cada pequeño intervalo debe
 
cumplirse la ley: F t  p .

Sumando todos los miembros izquierdos (impulsos Ft ) de esta expresión para todos los
pequeños intervalitos desde tA hasta tB, debe obtenerse lo mismo que sumando todos los

miembros derechos (variaciones de cantidad de movimiento p ).

Ahora bien, la suma de todos los pequeños impulsos Ft da por resultado el impulso total del
intervalo:
 
IAB   F t (4‘)

Y la suma de todas las variaciones consecutivas p da por resultado la diferencia entre el
  
primer y último elementos  p  p B  p A .

Con lo cual finalmente la expresión más general posible para Ley del Impulso queda de la
siguiente manera, con exactamente la misma forma que (6):
   
IAB  p  p B  p A
46

Pero aquí es muy importante destacar que el impulso total en el intervalo (A,B) está dado por
la expresión (4‘), y que ella no pretende indicar una suma que realmente haya que efectuar,
sino que es importante como concepto, porque destaca el hecho de que el impulso no es algo
de un instante, sino que es algo que se acumula durante todo el tiempo en que se está
aplicando la fuerza. El impulso corresponde a un intervalo, nunca a un instante: no
existen los conceptos ―impulso en tA‖, ni ―impulso en tB‖. Esto refuerza la idea enunciada al
presentar la Ley del Impulso: la acción de una fuerza debe mantenerse cierto tiempo para
causar algún efecto.

Por el contrario, sí existe en concepto de cantidad de movimiento en tal o cual instante: p A es

el vector cantidad de movimiento en tA, y p B es el vector cantidad de movimiento en tB.

Por otra parte, para los niveles elementales siempre es posible considerar, cuando la fuerza

varía, que la expresión (4) se refiere a la fuerza media (lo simbolizaremos con F ).
Eso equivale a definir:

 I ( en t )
F = = vector fuerza media (9)
t
Es claro que si la fuerza es constante, coincide con la fuerza media. Ésta es la fuerza
hipotética que manteniéndose constante en todo el intervalo, hubiera aplicado el mismo
impulso que aplicó la fuerza que realmente actuó.

COMENTARIO DIDÁCTICO
 
Sobre la expresión (4’): IAB   F t merecen destacarse las siguientes cosas:

 La suma es vectorial. Es decir debe plantearse para cada componente, o bien


debe realizarse gráficamente.
 
 Puede escribirse F( t ) para hacer explícito el hecho de que F puede ir
 
 F(t) t ; o también
variando en el tiempo: IAB 
 
pueden escribirse subíndices
para indicar cada pequeño intervalo: I   F t . Significan AB i i

absolutamente lo mismo.
 La notación matemáticamente correcta para una suma de infinitos
términos infinitamente pequeños es con el símbolo integral en lugar del de
 

sumatoria: IAB  F( t ) t . Hay procedimientos específicos para calcular
integrales, pero no siempre son importantes.
 Independientemente del procedimiento de cálculo que se deba aplicar en
determinados casos, ahora es muy importante dejar en claro que las
   
expresiones IAB   F t i i 
, o IAB  F( t ) t , son símbolos indicadores de un
concepto, de algo que hay que pensar, y no necesariamente indican una
suma que haya que efectuar realmente en la práctica.
 Para los niveles elementales es muy útil recurrir al área de la gráfica F(t),
en casos unidimensionales, para evaluar el impulso.

Impulso como área de la gráfica F(t)


En la práctica el cálculo del impulso como suma de las contribuciones que se obtienen
subdividiendo infinitamente el intervalo da origen a la posibilidad de evaluarlo a través del
47

área de la gráfica que muestra, para cada componente, la intensidad de la fuerza en función
del tiempo.

Consideremos una gráfica de una componente de F , por ejemplo Fx, en función del tiempo,
como la de la figura 3 Luego podrá repetirse para todas las componentes, aunque en los casos
simplificados de movimiento rectilíneo, esto será suficiente.
Si trazamos líneas verticales subdividiendo el intervalo (t0 , t1) en muchos intervalitos de
duración t suficientemente pequeña cada uno, el espacio bajo la gráfica, hasta el eje
horizontal, queda subdividido en rectángulos (o trapecios rectangulares) muy angostos, cuya
base, o ancho, es t, y cuya altura es el valor de Fx allí, en ese el intervalo. Si ahora
efectuamos el producto Fx t, obtenemos el área de cada rectángulo.
De manera que la suma de todos los impulsos aplicados en todos los intervalos, es lo mismo
que la suma de todas las áreas de todos estos delgados rectángulos, y eso es lo mismo que el
área total bajo la gráfica.
Fx (N) Fx Fx(t)
Fx(tB)

Fx(t)

Fx(tA) Ix(en t)


t (s) t
tA t tB tA tB
t
Ix(en t) = Fx t = área
Fig. 3: Cuando Fx varía en el tiempo según la gráfica Fx(t), el impulso que aplica (en x) está dado
por el ―área‖ entre la gráfica y el eje de abscisa en el intervalo que sea. Las unidades de esta área
serán las del eje de ordenadas por las del eje de abscisas, es decir, Ns.

Notar que es un área que se calcula con las escalas de cada eje, con dimensiones de tiempo en
el eje de abscisas, y de fuerza en el de ordenadas: este área resulta con dimensiones N·s, ya
que es un impulso.

2.3.- El significado de las tres leyes.


Sobre las definiciones de fuerza y masa

Unidad de fuerza
En la práctica los valores de fuerzas y masas se suelen determinar recurriendo a instrumentos
que se calibran midiendo el peso de cuerpos tomados como patrón, aprovechando la gran
sensibilidad de los diversos tipos de balanzas existentes. Todos ellos se basan en las
propiedades de la gravedad.
Sin embargo es claro que debe ser posible definir los procedimientos para medir la masa y la
fuerza, con sus respectivas unidades, sin recurrir a la gravedad, ya que ésta no interviene
conceptualmente en sus definiciones.
Claramente los principios de la dinámica son los únicos que pueden intervenir en la definición
formal de estos elementos.
Así es que a partir de un cuerpo cuya masa se defina arbitrariamente como unidad (de masa),
se define la unidad de fuerza por medio de la Ley del Impulso, por ejemplo leyendo la
expresión (6) de la siguiente manera: “la unidad de fuerza es la que aplicada durante la
48

unidad de tiempo a un cuerpo de la unidad de masa, le produciría un cambio de velocidad


igual a la unidad de velocidad”.
De este modo, si se despeja la fuerza de esta expresión se obtiene, para su módulo: F =

m v /t, expresión que da claramente 1 para la intensidad de la fuerza que debe aplicarse
durante 1 s a un cuerpo de 1kg para que adquiera la velocidad de 1m/s, habiendo partido del
reposo, y así define la unidad que denominamos newton. Si luego en esta expresión se

colocan valores arbitrarios de m, v , y t, se obtiene un valor numérico para F, que la
expresa en esas unidades.
Claramente de esta expresión también resulta la expresión del newton en función de las
unidades fundamentales del Sistema Internacional (SI):
1m
1m
1N  1kg  1s  1kg  2  1kg  m  s  2
1s 1s

Masa inercial
Nuevamente la expresión (6), adecuadamente modificada como sigue, sirve para interpretar la
definición de masa:

F
m  (10)
v
t
Esto se denomina masa inercial, denominación que se justifica a través de cierta
interpretación de la inercia como resistencia al cambio de velocidad, que aparece exactamente
reflejada por el cociente (10) ya que éste implica que:
Un cuerpo A tiene más masa inercial que otro B,
si bajo la acción de la misma fuerza en el mismo tiempo se modifica
menos la velocidad del cuerpo A que la del B.
o bien:
si se requiere más fuerza para modificar en el mismo tiempo la velocidad
de A en la misma medida que la de B.

Es un aspecto básico de la teoría que la expresión (6‘) da un resultado independiente tanto del
numerador como del denominador, dependiente sólo del cuerpo, ya que, si por ejemplo se
aumenta la fuerza, entonces aumenta proporcionalmente la velocidad que adquiere finalmente
el cuerpo, o disminuye el tiempo que demora para llegar a determinada velocidad.
Un procedimiento elemental para determinar la masa según estas ideas podría ser el indicado
por Mach1, que es el siguiente.
Se toma un cuerpo cuya masa m0 se elige (arbitrariamente) como unidad de masa, y se lo hace
interactuar de cualquier manera (por ejemplo interponiendo un resorte entre ambos) con el
cuerpo cuya masa m se desea determinar. Dado que el Principio de Acción y Reacción
garantiza que la fuerza actuante sobre ambos cuerpos tendrá el mismo módulo, durante el
mismo intervalo de tiempo, y con la misma dirección (sentido opuesto), será suficiente medir

1 Ver Mecánica Elemental, J.G.Roederer. Ed. Eudeba.


49

 
las variaciones de velocidad v 0 y v sufridas por cada uno, para determinar su masa a
través de la relación:

v 0
m  m0 
v
Obviamente este procedimiento tiene valor esencialmente conceptual; en la práctica la
medición debería tener en cuenta muchas fuentes de error que habría que controlar, por
ejemplo la masa del resorte, y podría ser preferible un procedimiento que sometiera ambos
cuerpos a la misma fuerza, por ejemplo, en una centrifugadora calibrada para llegar a
determinado valor exacto de fuerza centrífuga, o algo similar.

Masa gravitatoria
Utilizando la balanza se puede comparar el peso P de cualquier cuerpo con el P0 de un cuerpo
patrón, y dado que según la Ley de Gravitación Universal se tiene que peso/masa = g,
constante independiente del cuerpo, entonces:
m P
 (11)
m0 P0
De esta manera, con la balanza se define la masa como proporcional al peso, lo que con
precisión se denomina ―masa gravitatoria‖, y vale aclarar que éste es el procedimiento que se
utiliza universalmente en la práctica para determinar masas, dada su simpleza y su gran
precisión.
Si bien los conceptos de masa inercial y de masa gravitatoria son distintos por su génesis, han
fallado todas las experiencias que se han ideado para poner de manifiesto hasta la más mínima
diferencia entre ellos, y se postula que ambas son realmente la misma cosa (―Postulado de
Equivalencia‖, Teoría General de la Relatividad).

Nota:
Para medidas muy precisas hay que tener en cuenta que el tipo de balanza que compara pesos
directamente es la balanza de platillos, para la cual tiene validez total la expresión (11), hasta el punto
que a veces se dice que esta balanza no mide pesos, sino masas.
Las balanzas de resorte, o con algún sistema electrónico sensible a la fuerza, pueden ser considerados
algún tipo de dinamómetro: ellas indican el peso, aunque la unidad diga gramo, y se utilicen para
determinar masas. Para ello han sido calibradas en algún lugar con una masa patrón, y hay que tener
en cuenta que pueden ser necesarias correcciones para compensar las diferencias que puede haber en
los valores de g entre el lugar para el cual se calibró la balanza, y el lugar donde se la utiliza.
De cualquier manera para medidas muy precisas con todos los tipos de balanzas son necesarias otras
correcciones debidas a la presencia del aire, con su empuje hidrostático.
Es útil tener presentes estos elementos por la posibilidad de organizar actividades interesantes de
análisis y discusión en el aula, siempre que se presente la ocasión adecuada.

La masa como cantidad de materia


Como ya hemos comentado, ésta es una idea de valor didáctico, aunque no homologada por el
uso científico formal. Aquí la sostendremos como base conceptual para pensar que el cociente
(10) define un valor constante para cada cuerpo, y que no varía cuando, por ejemplo,
deformamos el cuerpo, o lo llevamos a otro planeta.
50

Principio de Inercia y referenciales inerciales

El Principio de Inercia como postulado fundamental.


En la forma provisoria y simplificada en que hemos tratado este Principio, parece que fuese
una consecuencia de la Ley del Impulso, ya que si no hay fuerzas actuando esta ley implica
 
que p , o sea v , debe permanecer constante. Este razonamiento es erróneo, ya que, si bien es
correcto (y necesario) que la Ley del Impulso no contradiga al Principio de Inercia, no es
cierto que pueda reemplazarlo.
Para razonar correctamente es necesario comenzar advirtiendo que, aunque el Principio de
Inercia sea un principio fundamental, incuestionable por ser un postulado, no vale
automáticamente en cualquier sistema de referencia.
Para entender esto basta con pensar en la siguiente situación. Un observador O describe el
movimiento muy complicado de cierto cuerpo. Otro observador O1 que se mueve
acompañando exactamente al cuerpo lo ve, al mismo tiempo, en reposo. ¿Cuál de las dos
descripciones debemos tomar en cuenta para reflexionar sobre las fuerzas que actúan sobre el
cuerpo? Aplicando la Ley del Impulso a las observaciones de O1, diríamos que la fuerza neta
sobre el cuerpo es nula, y aplicándosela a las de O diríamos que actúan fuerzas muy
complicadas y cambiantes. Esta situación nos obliga a advertir que la Ley del Impulso no vale
para cualquier observador, es decir en cualquier sistema de referencia, y nos hace pensar si
será posible definir algo como un observador especial, que tal vez se pueda considerar en un
estado de reposo absoluto, para decir que las descripciones válidas son las que se refieren a él.
Pero tal observador absoluto no existe, y siempre debemos superar cierta cantidad de
incertidumbre cuando elegimos el sistema de referencia más adecuado para la descripción de
un movimiento.

Nota:
Vale aclarar que NEWTON pensaba que sí había un espacio absoluto, en reposo absoluto, de manera
que para él esto era muy claro: el Principio de Inercia vale para este sistema absoluto. Pero con el
avance de la mecánica, esa idea fue abandonada.

O sea, debe quedar claro que antes de hablar de movimiento hay elegir el sistema de
referencia, o ―referencial‖, sin lo cual ninguna afirmación tendría sentido. Aquí es donde
juega su papel el Principio de Inercia. Aceptar este principio fundamental implica suponer que
de alguna manera es posible saber si un cuerpo está libre o no de la acción de fuerzas de todo
tipo, y que una vez que estamos seguros de eso, debemos definir un sistema de referencia
respecto del cual este cuerpo está en reposo, o con movimiento rectilíneo y uniforme.
Es fácil determinar si un cuerpo está libre o no de la acción de fuerzas de contacto, pero no es
fácil determinar si está libre de la acción de cualquier tipo posible de fuerzas. A este
conocimiento se accedería luego de considerar globalmente todos los fenómenos que puedan
tener algo que ver con la situación del cuerpo, y en principio no tendría por qué ser algo
simple. Podría ser necesario llegar a conocer todas las leyes del Universo antes de poder
decir que sobre determinado cuerpo no actúa ninguna fuerza. Aunque ello no es posible, en
la práctica podemos establecer esto para ciertos cuerpos típicos dentro de cierto grado de
aproximación, conociendo algunos fenómenos y leyes importantes. Una vez que se ha
encontrado aunque sea hipotética o aproximadamente un conjunto adecuado de cuerpos
libres de fuerzas, entonces aplicamos el Principio de Inercia, para elegir, o definir, un
referencial en el cual estos cuerpos se mueven, (o moverían, si son hipotéticos) conservando

su p .
51

Una vez hecho eso, este principio nos asegura que cualquier otro cuerpo libre de fuerzas que
aparezca, también se moverá de esta manera en este referencial.

Referenciales inerciales
Los referenciales en los cuales se cumple el Principio de Inercia, se denominan ―referenciales
inerciales‖.
En un referencial no inercial, al no cumplirse este principio, tampoco se cumple la Ley del
Impulso, ya que ella tiene como base el aludido principio.
Esto significa que los referenciales inerciales son los únicos referenciales aptos para aplicar
las leyes de la mecánica (coloquialmente decimos que son referenciales ―buenos‖ para la
mecánica).
De manera que antes de resolver un problema de dinámica, hay que asegurarse de estar
hablando desde el punto de vista de un observador o referencial inercial. Esto debe hacerse
siempre antes de pretender analizar un movimiento (en la práctica se suele descuidar este paso
formalmente, pero debe estar presente al menos de manera tácita, implícita).
Es interesante saber que si se encuentra un referencial inercial, entonces cualquier referencial
que viaje uniformemente en línea recta y sin girar con respecto a él, también es inercial.
Es decir que si hay uno, hay infinitos referenciales inerciales. Descripto desde distintos
 
referenciales inerciales un movimiento tendrá diferentes vectores p , pero los vectores p ,
que son los que tienen que ver con las fuerzas según estas leyes y principios, no serán
afectados por el cambio de referencial, como mostraremos en el próximo punto.

Movimiento relativo y cambio de referencial


Cuando hablamos de la posición o el movimiento de una partícula siempre lo hacemos en el
marco de algún referencial, al cual corresponde la descripción de un observador. Este
observador es un personaje ficticio que nos permite humanizar y hacer más natural la
descripción, aunque formalmente podríamos decir que él es totalmente prescindible.
Así es que cuando decimos que el observador ve que la partícula pasa en tal instante por tal
punto con tal vector velocidad, lo que se establece es simplemente el conjunto de datos
objetivos (posición, velocidad, etc., en determinado instante), el cual es absolutamente
independiente de que realmente exista o no un observador registrándolo u observándolo.
Más aún, es costumbre imaginar al observador en el origen del sistema de coordenadas que
se toma de referencia, lo cual carece absolutamente de sentido: el observador simplemente es
todo el sistema de referencia, con la capacidad de registrar todo lo que sucede en cada uno de
sus puntos en cada instante.
De manera que a continuación pensemos en un sistema de ejes cartesianos y, y, z, con origen
O, que corresponde a un referencial (u observador) cualquiera, y que simbolizaremos con (O,
x, y, z).
La posición P de una partícula en el instante t en este sistema está dada por el vector posición

rP , el cual indica la ubicación del punto P respecto del origen O, y formalmente se escribe:
 
rP  OP  x P ( t ) x̂  y P ( t ) ŷ  z P (t ) ẑ , (12)
siendo x̂, ŷ, ẑ, los vectores unitarios base del sistema de coordenadas elegido.
Ahora pensemos en otro referencial (O‘, x‘, y‘, z‘), con un sistema de coordenadas de origen
O‘, correspondientes ejes y‘, y‘, z‘, y versores base x̂ , ŷ, ẑ .
52

P z’
rP‘
z rP y’
z’ y’

rO‘ O‘
z x’
x’
y
y O x x

Fig. 4: Vectores que intervienen en la descripción de la posición P de


una partícula desde dos sistemas cartesianos diferentes

  
De la figura 4 claramente se desprende la ecuación vectorial: rP  rP  rO , que nos permite
escribir la posición de P en el nuevo referencial, a partir de las posiciones de P y del nuevo
origen O‘ en el referencial anterior.
Ahora bien, para realizar analíticamente una composición vectorial como la que expresa esta
ecuación, el procedimiento general requiere prestar atención a la expresión completa:
x P x̂   yP ŷ  zP ẑ  x P x̂  y P ŷ  z P ẑ  x O' x̂  y O ŷ  z O ẑ  (13)
En donde hay que considerar que en los casos más generales los nuevos ejes se pueden estar
moviendo de cualquier manera, eso quiere decir, que el punto O‘ se traslade de cualquier
manera, y que los ejes x‘, y‘, z‘, vayan cambiando de orientación. Veremos esos casos
generales en el capítulo de rotaciones, con sistemas que rotan mientras su origen se traslada.
En esos casos los nuevos versores base, x̂ , ŷ, ẑ , van cambiando de orientación junto con los
ejes, y en cada instante deben expresarse en función de los viejos x̂, ŷ, ẑ, para poder obtenerse
las coordenadas de P en un sistema a partir de las que tiene en el otro sistema.
En este momento solamente nos interesa considerar lo más simple: transformaciones de
coordenadas entre sistemas mantienen sus ejes correspondientes siempre paralelos entre sí,
mientras el origen de uno de ellos (O‘ en este caso) tiene un movimiento arbitrario respecto
del otro que se toma de referencia..
De este modo los vectores base de ambos sistemas serán los mismos, y por la independencia
lineal de las diferentes direcciones del espacio, la expresión (13) nos dirá que la operación
  
rP  rP  rO puede hacerse simplemente con las ternas de coeficientes de cada vector:
(x P ; yP ; zP )  (x P  x O' ; y P  y O ; z P  z O ) (13‘)
En estas condiciones la cuestión es realmente muy simple: si en t1 tenemos posiciones dadas
por (13‘) con todas las coordenadas evaluadas en ese instante, y lo mismo en t2 con todas las
coordenadas evaluadas en ese nuevo instante, entonces restando miembro a miembro se tiene,
  
escrito en sus ternas de coordenadas: rP  rP  rO , y dividiendo cada término por el
intervalo t = t2 – t1, se tiene:
  
vP  v P  v O' (14)
Operación que se puede hacer con las componentes cartesianas de los vectores, sin necesidad
de mencionar los versores de la base, y que es válida obviamente para intervalos t grandes o
pequeños, es decir, tanto para velocidades medias como instantáneas.
53

Estas expresiones son utilizadas casi universalmente para el cambio de referencial, pues
cuando no se hacen aclaraciones especiales se sobreentiende que los ejes mantienen la misma
orientación todo el tiempo.
Esta expresión (14) justifica casi trivialmente la afirmación:
―Si existe un referencial inercial, entonces todos los que se mueven
uniformemente y sin rotar respecto de él, también lo son.‖

Ejercicio para el lector: demostrarlo.

 
Si cualquier partícula pasa de la cantidad de movimiento p1 a la p 2 por acción de cierta
fuerza en el intervalo (t1, t2), según la descripción en el referencial (O, x, y, z), en otro
  
referencial (O‘, x‘, y‘, z‘), pasará de la cantidad de movimiento p1  p1  m v O' (t 1 ) , a la
   
p2  p 2  m v O' (t 2 ) . De manera que si O‘ es inercial, es decir, si v O ' es constante, igual en
     
todos los instantes, y se tendrá para cualquier intervalo: p2  p1  p 2  p1 , es decir, p  p .
De manera que si en un referencial inercial se cumple le Ley del Impulso, ella se cumplirá en
todos los referenciales inerciales interpretando las mismas fuerzas en todos ellos.

NOTA PRÁCTICA: GRADOS DE INERCIALIDAD.


El sistema inercial perfecto no existe en la práctica, sino que se pueden definir
sistemas en los cuales, dentro de ciertas limitaciones y criterios, el Principio de
Inercia se cumple con mayor o menor aproximación. En este sentido se suele
decir que un sistema tiene mayor o menor grado de “inercialidad” que otro.

NOTA CONCEPTUAL: CALESITAS Y SISTEMAS NO INERCIALES.


Si sobre un piso muy liso, duro y horizontal, dejamos en reposo una esfera muy
dura y lisa, o la lanzamos rodando para examinar su movimiento, veremos
que el Principio de Inercia se cumple bastante bien en las direcciones
horizontales (el rozamiento hará que el movimiento se detenga antes de que se
note cualquier efecto de la rotación diurna del planeta). En esta
aproximación, podemos decir que la superficie de la Tierra, localmente y en
extensiones no demasiado grandes, se puede considerar un buen sistema
inercial.
Si ahora pensamos en un tren muy rápido y suave que viaja por una vía
horizontal muy perfecta y lisa, concluimos que éste también es un sistema
inercial, y por eso un pasajero no puede sentir ninguna diferencia entre viajar
en él, o estar en tierra firme.
Pero el pasajero sí detecta, con sus sensaciones y con sus experimentos, si el tren
toma una curva. El mismo efecto se nota, más exageradamente, en una
calesita que gira.
Cuando vemos a los niños girando en una calesita, tenemos muy clara la idea
que la calesita es un artefacto que gira, mientas el mundo exterior permanece
quieto.
Sin embargo, si subimos a la calesita y filmamos desde allí, veremos en la
filmación que todos los que van en la calesita están en reposo entre sí, mientras
54

que el mundo exterior gira alrededor de ella (en sentido contrario al que
vimos girar la calesita desde afuera).
Esto es una clara muestra de que el movimiento es relativo: desde el punto de
vista de que todo movimiento se define con respecto a algún referencial, es tan
válido decir que (con respecto a la Tierra) “gira la calesita y no la Tierra”,
como decir que (con respecto a la calesita) “gira la Tierra y no la calesita”.
Pero los de afuera se sienten cómodos y ven que los de la calesita tienen que
sujetarse para no caerse. Por otra parte, los de la calesita ven que los de afuera
están muy cómodos mientras ellos mismos no lo están, tienen que sujetarse, y
hasta se marean. De manera que todos, tanto los de afuera como los de la
calesita concluyen, ambos grupos en total acuerdo, en que cada grupo ve girar
al otro, pero que en realidad, los que giran son los de la calesita.
Además, si repitiéramos en la calesita las experiencias planteadas para
introducir discusiones con el tren en el capítulo anterior, veríamos otras cosas:
el péndulo ya no colgaría en la vertical, sino hacia afuera, la naranja no
caería en los pies del que la suelta sino hacia afuera y algo hacia atrás, y si se
la dejara quieta en el piso (suponiendo una calesita perfecta y suave con el
piso bien horizontal y liso) no permanecería en reposo, sino que clara y
obstinadamente comenzaría a rodar hacia fuera, y si la dejásemos seguir (o si
la lanzáramos rodando) no lo haría en línea recta.
¿Qué hacemos entonces con la idea de que el movimiento es relativo? Decir
finalmente que uno de los sistemas en realidad no gira, y el otro sí, equivale a
negar que ambos sirvan como sistemas de referencia.
La respuesta de la Física es que, en su lenguaje, se define al movimiento como
relativo a un referencial, y por lo tanto no es correcto decir que la quietud de
la Tierra es más real que la de la calesita.
Lo que se siente raro en la calesita, esencialmente es que en ella no se cumple el
Principio de Inercia: alguien que quiera permanecer en reposo en ella, deberá
aplicar fuerzas para ello, y tal vez deberá sujetarse para no caer. Las esferas
ruedan por el piso siguiendo líneas curvas, y alguien que intente caminar en
línea recta lo sentirá muy raro.
Esto, en el lenguaje de la Física, significa que con nuestras sensaciones
detectamos que la calesita no es un sistema inercial.
Es claro que nuestro sistema sensorial y de control de movimientos continua e
inconscientemente trata de hacer coincidir nuestras sensaciones con lo que
vemos para generar los impulsos nerviosos de los que dependemos para
movernos, para caminar, para estar parados, para esquivar peligros, y para
sobrevivir a cada instante.
Nuestro cuerpo, en general, detecta cuando estamos en un referencial que no es
inercial. En un referencial inercial sentimos como que todo está bien, y
pensamos “está quieto”. En un referencial no inercial nuestro sistema sensorial
y de control de movimientos nos avisa que hay algo raro, y sentimos que “algo
se mueve”. Eso puede ser erróneo desde el punto de vista de las definiciones,
pero a nuestro sistema de conocimiento común no le importan las
abstracciones ni las definiciones de la Física: si sentimos que el piso se mueve, a
sujetarse para no caerse!
55

De la misma manera, cuando decimos que realmente gira la Tierra alrededor


del Sol, y no el Sol alrededor de la Tierra, estamos incurriendo en el mismo uso
incorrecto del lenguaje científico: la cuestión no es que estos movimientos sean
o no reales, sino que lo que tomamos de referencia sea o no inercial.
La Tierra es un referencial mucho más inercial que la calesita, pero no lo
suficiente para estudiar los movimientos de los planetas. Un referencial fijo en
el Sol (que además ignore la rotación del Sol sobre sí mismo, que también la
tiene), es mucho mejor que la Tierra en su grado de inercialidad, y permite
una buena descripción dinámica del Sistema Solar.
Sin embargo para estudiar la galaxia no podríamos tomar como fijo al Sol,
habría que buscar algo mejor en su inercialidad. Y así sucesivamente.

2.4.- El análisis Normal-Tangencial


Hemos visto en muchos ejemplos cualitativos cómo la fuerza resultante a lo largo del
movimiento hace variar la rapidez del mismo, mientras que la fuerza resultante en la dirección
transversal determina la curvatura de la trayectoria.
Ahora es importante que aquellos tratamientos puedan ser justificados por la Segunda Ley, y
lo más interesante de haber elegido la forma de la Ley del Impulso para esta Segunda Ley,
permite repetir prácticamente los mismos tratamientos que antes fueron cualitativos, ahora
con los elementos vectoriales tratados con todo el rigor necesario. Y hay dos elementos que
acercan más ambos tratamientos: uno es el tratamiento gráfico de los vectores, y el otro es la
posibilidad de considerar las componentes de los vectores según las direcciones normal, y
tangencial, al movimiento en cada instante.
La consideración de las componentes normales y tangenciales de todos los vectores
intervinientes permite hacer abstracción de la orientación de los ejes coordenados necesarios
para tratar las componentes de los vectores, y de este modo permite una comprensión del
movimiento que podría considerarse intrínseca, en tanto que es lo más independiente posible
de los sistemas de referencia.
Las figuras 5, 6, y 7, ilustran varios casos. En ellas, se eligió un intervalo supuesto de
duración suficientemente corta como para que la fuerza resultante sea más o menos constante
en él. Dicha fuerza resultante está indicada con un vector hueco, y descompuesta según las
direcciones tangencial ( T ) y normal ( N ). En cada figura se agrega un diagrama de
cantidades de movimiento correspondiente al intervalo considerado, que ilustra la aplicación
de la Ley del Impulso a la situación.

eje N

 p1
 F  
FN p0 I

  eje T p1 Diagrama de cantida-
p0 FT des de movimiento
Fig. 5: Caso de un intervalo con componente tangencial de la fuerza resultante en el mismo
sentido del movimiento. La rapidez aumenta. Además se muestra una componente normal
de la fuerza desviando el movimiento hacia la izquierda.
56

  
FT p1 p1
T

 p2  
p2
 FN I
F N
Diagrama de cantidades
de movimiento
Fig. 6: Caso de un intervalo con componente tangencial de la fuerza resultante en sentido
opuesto al movimiento. La rapidez disminuye. Además se muestra una componente normal
de la fuerza desviando el movimiento hacia la derecha.


 p2
p1 t2 
I0;1 
I1;2

t1 p1

p0

 p2
p0
Diagrama de cantidades
t0 de movimiento

Fig. 7: Caso en que la trayectoria se recorre uniformemente. Sólo existe fuerza resultante
normal actuando de manera de lograr la curvatura o desviación del movimiento

En todos los casos, la trayectoria se curva hacia donde apunta la componente normal de la
fuerza aplicada. El vector impulso (representado también con una flecha hueca en cada
diagrama de cantidades de movimiento) tiene tamaño proporcional y exactamente la misma
dirección y sentido, que la fuerza resultante dibujada sobre la trayectoria.

La ley del impulso para las fuerzas tangenciales


Si adoptamos el criterio (arbitrario pero usual y conveniente) de elegir como positivo el
sentido del movimiento, podremos hablar siempre de pT y vT positivos, es decir que pT será
 
igual al módulo de p , y correspondientemente vT será lo mismo que el módulo de v (recordar
 
que v y p no tienen componente normal).
Con esta convención nunca tendremos el caso de pT o vT negativos, y consideraremos
positivas las fuerzas tangenciales hacia adelante, y negativas hacia atrás.
En estas condiciones, la ley del impulso, escrita para la componente tangencial, dirá:

FT t = p = m v (15)

 
Expresión que indica directamente lo que sucede con el módulo de p o de v , a partir de
características de la componente tangencial de las fuerzas aplicadas.
Por ejemplo digamos que, si FT>0, es decir hacia adelante, entonces p>0, lo que significa
 
que el módulo de p , (y también de v ), aumenta. Y viceversa, FT<0 significará hacia atrás
 
con respecto al movimiento, y entonces p<0, indicará que el módulo de p , (y también de v ),

disminuye, o sea que FT está frenando al móvil.
57

La ley del impulso para las fuerzas normales


Consideremos un movimiento en el cual actúa una fuerza estrictamente normal, es decir, sin
componente tangencial, de manera que la trayectoria se desvía un ángulo  en un lapso t,
sin que cambie la rapidez del movimiento.
Ya sabemos que para lograr esto la fuerza debe ir continuamente cambiando de dirección para
mantenerse siempre perpendicular a la trayectoria, y sólo falta averiguar el módulo necesario
para producir cierta desviación. En la próxima figura analizamos los vectores para un ángulo
, que se supone suficientemente pequeño como para poder ignorar el cambio en la dirección

de F , así obtendremos el módulo de la fuerza en ese instante; luego la fuerza se mantiene
aplicada con ese mismo módulo todo el tiempo que sea necesario para completar la
desviación  que se quiera.


eje N

p1
 
F  I = F t

p0

p1
 Diagrama de cantida-

p0 des de movimiento

Fig. 8: Esquema para calcular la fuerza normal capaz de producir una desviación.

En la figura 8 no se puede mostrar el ángulo tan pequeño como debería ser, pero es posible
imaginarlo, y en esas condiciones, en el diagrama vectorial de la derecha vale:
F t
  (16)
p
De aquí podemos despejar el valor que debe tener la fuerza para lograr esta desviación:

Fp (17)
t
Denominando velocidad angular, , a la desviación por unidad de tiempo:  = /t (o, en
valores medios, /t), tenemos otras expresiones útiles:
F=p=mv (17‘)

Nota conceptual:
Es importante para entender que las expresiones normal y tangencial de la Ley del Impulso deben ser
pensadas en un referencial inercial. Cuando la partícula va viajando por una trayectoria curva, los ejes
N y T van girando continuamente respecto del referencial de ejes x, y, el cual es inercial por definición.
Entendidos de esta manera los ejes N, T no definirían un referencial inercial; y tampoco servirían

porque el vector p no giraría como lo muestra la figura 8, ya que siempre estaría en el eje T.
De manera que hay que entender que lo que se hace es: en un instante dado para el que se va a hacer
la descripción, se eligen las direcciones exactas de los ejes N y T que corresponden al movimiento en
ese instante, y se aplican las leyes en un referencial inercial que tiene esos ejes quietos durante el

lapso t. En ese lapso se ve a la partícula moverse y cambiar infinitesimalmente la dirección de p
respecto de estos ejes.
58

Nota práctica
La formulación vectorial de la mecánica, es decir el hecho de que postulemos la Ley del
Impulso dada por la expresión (6), que es una relación entre vectores, según la cual cada
fuerza produce variación de la velocidad exclusivamente en su propia dirección, es lo que a
veces se denomina Principio de Independencia de los Movimientos. Según este Principio, es
decir, según esta formulación, el efecto de las fuerzas tangenciales es independiente de la
presencia o ausencia de las fuerzas normales, y viceversa. Así es que los cálculos que hay que
hacer para aplicar la ley del impulso para las fuerzas tangenciales en casos de trayectorias
curvas (en las cuales además hay fuerza normal resultante) son exactamente los mismos que
se deben hacer en los casos de movimientos rectilíneos, que serán ilustrados en el Anexo.
Por ello en este momento podemos prescindir de ejemplos de aplicación de la ley del impulso
tangencial, y en cambio sí es interesante analizar el siguiente ejemplo de aplicación de Ley
del Impulso para las fuerzas normales.

Ejemplo desarrollado 3
Un automóvil de 1000 kg (incluida la masa de los ocupantes) viaja por una carretera rectilínea
horizontal a razón de 20 m/s. En el punto A la carretera se curva suavemente hacia la izquierda, de
manera que 10 m más adelante, en el punto B, continúa en línea recta en una dirección que forma 5º
con la anterior. En todo el proceso el conductor regula la aplicación de fuerza motriz de manera de
mantener constante el valor de la velocidad en 20 m/s.
En el esquema se muestra la situación desde arriba.

B 5º
v0 A

10 m

Suponga para tener valores aproximados que las fuerzas de rozamiento valen unos 1500 N = 1,50 kN,
redondeando a tres cifras significativas, ya que más no tendría sentido.
Calcule la fuerza horizontal lateral (hacia la izquierda) que debe aplicar el piso a los neumáticos (por
efecto del giro que aplica el conductor al volante) mientras el automóvil viaja siguiendo la curva, entre A
y B. ¿Qué sienten los pasajeros? ¿Qué pasa con esa fuerza después de B, cuando el conductor
mantiene derecha la dirección?

Desarrollo
En el tramo rectilíneo de la pista (antes de A), dado que el automóvil viaja con velocidad constante,
todas las fuerzas están equilibradas, y la resultante es nula. En particular, en la dirección vertical
tenemos el peso (P = m g = 9800 N) equilibrado con la reacción normal del piso, que por lo tanto debe
valer 9,80 kN – en adelante no hablaremos más de las fuerzas verticales, ya que no interesan en estos
planteos. Y en la dirección horizontal, que sí interesa, tenemos el rozamiento de 1,50 kN equilibrado
con la fuerza impulsora aplicada por el piso a las ruedas motrices (reacción a la acción hacia atrás de
estas ruedas sobre el piso) también de 1,50 kN.
El equilibrio también vale para el tramo posterior a B. Las fuerzas impulsora y de rozamiento se
mantienen mutuamente opuestas alineadas con la nueva dirección de la trayectoria.
Pero en la curva debe haber una resultante no nula, que debe ser normal a la trayectoria, horizontal,
hacia la izquierda, para lograr la desviación de la cantidad de movimiento, y debe valer, según (2.15):
FR = m v /t .
59

Para calcular debemos expresar la desviación en radianes: = 5º = 52 / 360  0,0873 rad, y
calcular el tiempo demorado: t = 10 m / 20 (m/s) = 0,50 s.
El módulo de la fuerza resultante, inmediatamente después de pasar A, y hasta B, debe valer FR 
1000 kg20 m/s0,0873 / 0,5 s  3,49 kN.
3,49 kN
3,49 kN 3,49 kN 1,50 kN
1,50 kN
1,50 kN
1,50 kN 1,50 kN 1,50 kN

A B

Los pasajeros sentirán una fuerza (proporcional a la masa de cada uno) con la cual el vehículo les da
un empujón (sólo dura 0,5 s) hacia la izquierda – este empujón los desvía manteniéndolos dentro del
vehículo, en la trayectoria curva. Subjetivamente, viéndose inmóviles dentro del vehículo, los pasajeros
tendrán la sensación de que una fuerza los lanzó contra el lado derecho del mismo (fuerza centrífuga).
60

ANEXO 2.1:

La Ley del Impulso en un intervalo infinitesimal y en un intervalo finito

En el texto principal la Ley del Impulso ha sido presentada para un intervalo t cualquiera, no
necesariamente pequeño, aunque es claro que eso es una simplificación que vale solamente
para fuerzas constantes.
Ahora bien, si las fuerzas van variando mientras transcurre el intervalo, siempre es posible
imaginarlo subdividido en muchos intervalitos suficientemente pequeños como para que la
variación de las fuerzas pueda considerarse despreciable dentro de cada uno de ellos. Dado
que conceptualmente debe quedar muy claro que la ley debe cumplirse instante a instante, en
cada instante, si se la escribe para estos sub-intervalos de duración t suficientemente
pequeña, tendremos una situación que podremos tomar de partida, en la cual necesariamente
la ley será exacta.
Consideremos para ello la acción de fuerzas sobre una partícula desde tA hasta tB , como

consecuencia de las cuales el vector p del cuerpo va variando continuamente como se
esquematiza en la figura.
tB = tN
tN1
tN2

t3
t2
t1
tA = t0
Fig. 1: se muestra una trayectoria cualquiera de la cual se considera el intervalo desde el
instante tA hasta el instante tB, subdividido en N partes. Se han dibujado algunos vectores

p simplemente para sugerir que van variando de alguna manera cualquiera. No se hace
ninguna suposición acerca de si el movimiento comienza o finaliza en la zona mostrada, ni
sobre la duración del intervalo.

El intervalo des tA hasta tB está subdividido de manera que:


o t0 = tA , tN = tB , y t1 , t2 , ...tN-1 , señalan los instantes de comienzo/fin de las
subdivisiones intermedias. Estos intervalos se harán infinitesimales a medida que se
considere a N creciendo infinitamente.
   
o p0  pA es el vector cantidad de movimiento inicial, p N  pB , es el correspondiente
 
vector final, y pi  p( t i ) es el vector en el instante ti , es decir es el vector final de un
intervalo e inicial del siguiente.

o para cada intervalo tenemos la variación en el vector p expresada como la diferencia
vectorial entre los correspondientes vectores finales e iniciales del intervalo. Es decir,
     
p1  p1  pA , p2  p2  p1 , …, etc., y así hasta el final, siendo, para el último
  
intervalo p N  pB  p N 1
 
o para cada intervalo pequeño se calcula el impulso como corresponde, Ii  Fi t i ,
procedimiento en el cual se debe tener en cuenta que:
61


o el vector F es representativo de la fuerza resultante, no lo indicamos con subíndices
para simplificar la notación.
o la razón para subdividir el intervalo (tA , tB) en intervalitos infinitesimales es para que
el vector fuerza se mantenga suficientemente constante (en todas sus componentes y
características) durante el breve transcurso del tiempo que se considera, de manera que

quede bien determinado el vector F que corresponde utilizar para cada impulso

infinitesimal. Utilizamos aquí Fi para indicar este vector en cualquiera de los instantes
dentro del intervalo ti = ti – ti1.
 
Si ahora consideramos que para cada intervalo la Ley del Impulso dice que Ii  Fi t i debe ser

igual a p i , podremos escribir todos estos elementos en dos columnas que deben ser iguales
término a término:
   
I1  F1 t 1 p1  pA
   
I2  F2 t 2 p2  p1
   
I3  F3 t 3 p3  p 2

… …
   
IN1  FN1 t N1 p N 1  p N  2
   
IN  FN t N pB  p N 1

Todos los elementos aquí presentados son vectores. La columna de la izquierda contiene
vectores que representan el impulso aplicado por la fuerza resultante cada pequeño lapso, y es
claro que para obtener el impulso total comunicado por la fuerza durante todo el intervalo (tA ,
tB ), debemos realizar la suma (vectorial) de todos ellos.
 
Por otra parte la columna de la derecha contiene vectores que, excepto dos, p A y p B , están
todos repetidos con signos cambiados, es decir que al sumarlos se anularán todos excepto los
 
dos mencionados, obteniéndose pB  pA .
Como además las dos columnas deben ser iguales renglón a renglón (para eso las hemos
escrito), obtenemos entonces:
Suma vectorial de la columna izquierda:
 
I A ;B   Fi t i = Impulso aplicado por la fuerza resultante entre tA y tB
sumado
sobre
todos los t

Suma vectorial de la columna derecha:



 
p i = pB  pA
 
= p = variación total de p en el intervalo finito,
dependiente sólo de los vectores cantidad de
movimiento inicial y final, absolutamente
independiente de los vectores intermedios (es decir,
independiente del movimiento intermedio).
62

No hace falta decir que el resultado de sumar la columna derecha, además, es totalmente
independiente de la forma en que se subdivida el intervalo. Es independiente de que se lo
subdivida infinitesimalmente o no. Lo infinitesimal de la subdivisión sólo es importante en la
columna izquierda, para el cálculo del impulso aplicado por fuerzas que van variando
mientras actúan.

Finalmente la expresión más general posible para Ley del Impulso queda de la siguiente
manera, con exactamente la misma estructura que enunciamos antes en el texto:

 
Itotal  p

Impulso como área de la gráfica F(t)

Si subdividimos el intervalo total en muchísimos intervalos suficientemente pequeños,


siempre podremos expresar el impulso total como la suma (vectorial) de todos los impulsos
aplicados en cada uno de los intervalos pequeños. Claro que no intentaremos hacer este
cálculo efectivamente en la práctica, porque si la cantidad de intervalos pequeños es muy
grande, el procedimiento podría resultar tremendamente tedioso, y tal vez hasta imposible.
Pero tiene valor como idea.
Es decir, ahora tenemos el problema de averiguar el resultado de esta suma de toda una
enorme cantidad de pequeñas contribuciones, pero sin hacerla realmente.
Para solucionar este problema presentaremos aquí un procedimiento al cual recurriremos en
varias ocasiones en este curso.

Consideremos una gráfica de una componente de F , por ejemplo Fx, en función del tiempo,
como la de la figura 2. Dado que la suma vectorial se debe hacer por cada componente, esto
que haremos para la componentes x, luego deberá repetirse para las otras componentes que se
consideren (en los casos simplificados de movimiento rectilíneo, esto será suficiente)
Si trazamos líneas verticales subdividiendo el intervalo (t0 , t1) en muchos intervalitos de
duración t suficientemente pequeña cada uno, el espacio bajo la gráfica, hasta el eje
horizontal, queda subdividido en rectángulos (o trapecios rectangulares) muy angostos, cuya
base, o ancho, es t, y cuya altura es el valor de Fx allí, en ese el intervalo. Si ahora
efectuamos el producto Fx t, obtenemos el área de cada rectángulo.
Esto significa que la suma de todos los impulsos aplicados en todos los intervalos, es lo
mismo que la suma de todas las áreas de todos estos delgados rectángulos, y eso es lo mismo
que el área total bajo la gráfica.
63

Fx (N) Fx Fx(t)
Fx(tB)

Fx(t)

Fx(tA) Ix(en t)


t (s) t
tA t tB tA tB
t
Ix(en t) = Fx t = área
Fig. 2: Cuando Fx varía en el tiempo según la gráfica Fx(t), el impulso que aplica (en x) está dado
por el ―área‖ entre la gráfica y el eje de abscisa en el intervalo que sea. Las unidades de esta área
serán las del eje de ordenadas por las del eje de abscisas, es decir, Ns.

Notar que área debería estar entre comillas porque no es la verdadera área geométrica de la
figura, sino que se calcula con las escalas de cada eje, con dimensiones de tiempo en el eje de
abscisas, y de fuerza en el de ordenadas: este área resulta con dimensiones N·s, ya que es un
impulso.

Fuerza media
Si dividimos el impulso total del intervalo (es decir el área) por t, obtenemos la altura de un
rectángulo que tendría la misma área, o sea obtenemos el valor de la fuerza media, que es la
que siendo constante aplicaría el mismo impulso (en el mismo tiempo):
I x ( en t )
Fm,x =
t
O también (puesto que vale para cualquier eje):

I( en t )
vector fuerza media =
t
64

ANEXO 2.2:
Aplicación de las leyes básicas a movimientos típicos

1.- Movimientos rectilíneos (fuerza normal nula)


En estos movimientos la trayectoria es una línea recta, que contiene la dirección tangencial y
todos los vectores interesantes para el movimiento, es decir vector desplazamiento, velocidad,
cantidad de movimiento, y fuerza (resultante).
Si arbitrariamente sobre esta línea ubicamos el eje x, ganamos enormemente en comodidad ya
que en ese caso sólo tendremos que considerar la componente x de todos los vectores que
intervienen, pudiendo prescindir de las otras, como se ve a continuación.


p

F 
 m v
r

Fig. 1 : elección típica de ejes para un movimiento rectilíneo. El vector fuerza se


dibujó arbitrariamente de manera de representar una fuerza que está frenando al
móvil y debe estar claro que es la fuerza resultante de todas las acciones
exteriores en ese instante.

Cada vector podría ser descripto con las dos componentes que corresponden, pero al elegir el
eje x sobre la trayectoria, la componente y es siempre nula y no es necesario escribirla.
De este modo, sin olvidar que estamos trabajando con la componente del vector que
corresponda, podremos escribir simplemente funciones.
Se destacan casos típicos que analizamos en detalle a continuación.

1.1.- Caso de fuerza nula: movimiento rectilíneo uniforme (MRU)


En este caso la fuerza resultante es nula, y el cuerpo mantiene inalterada su cantidad de
movimiento, y con ella su velocidad:
Fx = 0  px = cte  vx = x/t, también debe ser constante

Para este movimiento sólo tendremos expresiones simples. Todas se obtienen a partir de la
definición de velocidad, considerando que vx es constante.

Es decir que de:


x
vx  (1)
t
Podremos despejar:
x = vx t (2)
65

Y como se ve la expresión de x(t) será una función de primer grado en t. Por ejemplo:

x = x0 + vx t (2‘)

Ejemplo 1.
Considere la siguiente gráfica que muestra la ubicación para cada instante de una partícula que viaja
por el eje x.
x (m)

50

10 t
1 2 3 5 8 (s)
a) Explique si es un movimiento rectilíneo o curvilíneo y cómo lo determina.
b) Explique si es uniforme o variado y cómo lo determina. Calcule la velocidad.
Desarrollo
a) Es un movimiento rectilíneo porque el enunciado dice que la partícula viaja por el eje x.
b) Es uniforme porque la gráfica x(t) es recta. Eso indica que tiene la misma pendiente, o sea que
indica la misma velocidad, en todos los tiempos. Y para encontrar esa pendiente, o sea la velocidad,
construimos en la figura un triángulo con un t arbitrario y el correspondiente x.
x (m)

50
x = 40 m
x(0) t = 8 s
10 t
1 2 3 5 8 (s)

La velocidad resulta v = pendiente = 40 m / 8 s = 5 m/s.


Es instructivo ver que pueden dibujarse varios triángulos con diferente base, y para todos se obtiene la
misma velocidad. Y también es instructivo insistir en hacer notar que si la gráfica no fuese recta, eso no
indicaría trayectoria curva, sino que indicaría que va cambiando la velocidad.

1.2.- Caso de la fuerza constante y tangencial: movimiento rectilíneo


uniformemente variado (MRUV).
Cuando se aplica una fuerza tangencial constante (sin componente normal), entonces el
impulso aplicado es proporcional al tiempo, y la cantidad de movimiento varía linealmente
con el tiempo:
Fx = cte ; I x  Fx t
px = p0 + Fx t (3)
Dividiendo esta expresión por la masa, se tiene automáticamente la expresión para la
velocidad, que también debe ser una función lineal del tiempo:
vx = v0 + (Fx /m)×t = v0 + a×t (4)
  
En donde hemos hecho intervenir la aceleración a  v t = F m , que es un vector constante
que también tiene la misma dirección del movimiento.
66

Nótese cómo en el caso de este movimiento, la velocidad y no la posición, es la que varía


linealmente con el tiempo. Ahora nos resulta interesante graficar la velocidad en función del
tiempo, aplicando las mismas ideas relacionadas con la función lineal. Como vemos a
continuación, tenemos gráficas parecidas a las anteriores, pero con un significado totalmente
diferente.
vx (m/s) vx (m/s)

v0
v0
t t
(s) t* (s)
Caso Fx > 0, v0 > 0 Caso Fx < 0, v0 > 0

Fig. 2: La función vx(t) es lineal cuando Fx = cte.

Observando esta última gráfica de vx(t), encontramos que: dado que la fuerza se mantiene
orientada hacia los x negativos en todo momento, mientras vx > 0 , es decir hasta t = t*, la
fuerza tiene sentido contrario al movimiento y por lo tanto está frenando al móvil.
Precisamente en t = t* es que éste se detiene, y a partir de ese instante la vx es negativa y por
lo tanto la fuerza resulta a favor del movimiento y hace aumentar el valor absoluto de la
velocidad.
Por otra parte, dado que la gráfica es una recta, queda claro que el movimiento es simétrico
respecto del instante de la detención, y esperando un cierto tiempo después de t*, la velocidad
tiene el mismo valor absoluto que tenía el mismo tiempo antes de t*.

Cálculo de la distancia recorrida


Antes de plantear las fórmulas para calcular la distancia recorrida, o la función x(t), es más
importante considerar algunos razonamientos que muchas veces son útiles para encontrar
rápidamente resultados sin necesidad de manejar toda la batería de fórmulas.

La distancia cuando la velocidad va cambiando, y el área bajo una gráfica.


Cuando la velocidad varía no podemos aplicar x = vx t para calcular la distancia recorrida
en un intervalo cualquiera (t0 , t1), suponiendo que éste no es muy pequeño, simplemente
porque no está determinado el valor de la velocidad que habría que utilizar.
No obstante, en un intervalo suficientemente pequeño, siempre vale calcular la distancia
recorrida (que es muy pequeña) aplicando x = vx t, si colocamos el valor vx que
corresponde a ese intervalo.
Ahora bien, si subdividimos el intervalo total en muchísimos intervalos suficientemente
pequeños, siempre podremos expresar la distancia total recorrida como la suma de todas las
distancias recorridas en cada uno de los intervalos pequeños, recurriendo al mismo método
utilizado antes para calcular el impulso con la gráfica F(t).
Consideremos una gráfica de la velocidad en función del tiempo de un movimiento
cualquiera, como la de la figura 2. Si trazamos líneas verticales subdividiendo el intervalo (t0 ,
t1) en muchos intervalitos de duración t suficientemente pequeña cada uno, el espacio bajo la
gráfica, hasta el eje horizontal, queda subdividido en rectángulos (o trapecios rectangulares)
muy angostos, cuya base, o ancho, es t, y cuya altura es el valor de vx allí, en ese el intervalo.
67

Si ahora, para calcular x, efectuamos el producto vx t, obtenemos el área de cada
rectángulo.

vx (m/s)
vx(t1)
cualquier función vx(t)
vx(t)

vx(t0)
t
t0 t t1
Fig. 2: Si para cualquier intervalo de base t, multiplicamos la base por la altura vx(t)
en algún punto intermedio, obtenemos el área sombreada, que a la vez debe ser la
distancia x recorrida en ese lapso. Si t es suficientemente pequeño se puede
considerar un instante, y la altura del rectangulito es la velocidad en ese instante.

Esto significa que la suma de todas las distancias x recorridas en todos los intervalos, es lo
mismo que la suma de todas las áreas de todos estos delgados rectángulos, y eso es lo mismo
que el área total bajo la gráfica.
De manera que en general, para la distancia recorrida (en x) por un móvil en el intervalo
cualquiera desde t0 hasta t1, con una velocidad dada por cualquier función vx(t), siempre vale:

x = ―área‖ bajo la gráfica, entre t0 y t1

―Area‖ está entre comillas porque no es la verdadera área geométrica de la figura, sino que se
calcula con las escalas de cada eje, con dimensiones de tiempo en el eje de abscisas, y de
velocidad en el de ordenadas: esta área resulta con dimensiones de longitud ya que es una
distancia.
vx (m/s)
vx(t1)

x(t1) – x(t0) = ―area‖ sombreada


vx(t0)
t
t0 t1
Fig. 3: Para cualquier velocidad vx(t) dada por una gráfica, la distancia recorrida
queda determinada por el área sombreada.

Vale notar que si en vez de hablar de la componente x del vector velocidad, hablamos de su
módulo, v(t) (suponiendo que lo tenemos graficado en función del tiempo), dado que éste se
refiere a la distancia recorrida en el espacio, y no sobre el eje x, ahora tendremos que el área
de la gráfica de v(t), en cualquier intervalo, representa la distancia recorrida en el espacio a
lo largo de la trayectoria.

Distancia recorrida en el MRUV


Luego de estos conceptos generales, podemos volver al problema particular de determinar la
distancia recorrida en un movimiento en el cual la velocidad varía linealmente.
68

En este caso debemos calcular el área de triángulos o trapecios.


vx [m/s]
vx(t) “Área” total =
v cálculo por medio de rectángulo + triángulo:
vo × t + ½ v× t
vo cálculo por medio del trapecio:
t ½ (vo + v) × t
t0 t t (s)

Fig. 4: Se muestran opciones para calcular el área correspondiente a una gráfica lineal de vx(t).

En la figura se muestra que hay más de una forma de calcular el ―área‖, o sea x (el
subíndice x está sobreentendido en todo lugar en donde falte). Todas las formas son
equivalentes, pero unas pueden ser más cómodas que otras según sean los datos que se
posean.
Las expresiones que más se utilizan son:
 Reemplazando v = a t , en rectángulo + triángulo:
x = v0 t + ½ a (t)2 (5)
Expresión en la cual se pone de relieve que x es función cuadrática del tiempo.

 Reemplazando t = v / a , en trapecio:

x = ½ (v + vo )×{(v  vo ) / a}

v 2  v02
= (6)
2a

O también: v2 = v02 +2 a x (7)

 La expresión para el área del trapecio tal cual está en la figura:

v0  v
x   t = vpromedio t (8)
2
En donde vpromedio es el promedio entre la velocidad inicial y la final.
Esta expresión (8) nos permite ver que para este movimiento en el que la velocidad varía
uniformemente (no es así en otros), la velocidad vpromedio coincide con x/t, que es la
definición de velocidad media de cualquier movimiento (expresión (4‘) del Capítulo 1).
Podría parecer que en esta expresión (8) x depende linealmente de t, pero eso no es así, ya
que vpromedio no es constante, sino que también aumenta linealmente con el tiempo.

Nota Práctica
Cuando la fuerza se aplica en sentido contrario a la velocidad el móvil se va frenando, y si la fuerza se
mantiene aplicada luego de que el móvil se detiene, el movimiento se reinicia instantáneamente en el
sentido de la fuerza, es decir en sentido contrario al del movimiento inicial. En este caso x no sirve
para saber la distancia recorrida, ya que sólo indica la diferencia entre la posición inicial y la final.
69

Si en particular hacemos x = 0 en (6) o (7), obtenemos v2 = v02. Esto muestra nuevamente que el
movimiento es simétrico respecto del punto de detención: si teniendo velocidad v 0 en x0, el móvil
avanza en contra de la fuerza hasta una posición x* en la cual se detiene e invierte la marcha, cuando
luego pasa por la misma coordenada (x1 = x0), lo hace con la misma velocidad cambiada de signo (v1 =
v0).
v1 x(t1) = x(t0) v(t*) = 0
F x
v0 F x*
x(t0)
d = x(t*) – x(t0)

Fig. 5: Móvil que avanza una distancia d contra la fuerza. Ésta lo detiene y luego lo acelera,
y al cabo de la distancia d el móvil tiene la misma velocidad inicial, con signo opuesto. Pero
x ya no indica la distancia recorrida.

Algunas representaciones gráficas típicas, para las diversas condiciones que se indican, son
las siguientes:
x(0)=0 x(0)=0
v(0)=0 v(0)< 0
Fx , ax > 0 Fx , ax > 0
t*
t* t*
x(0) >0 ; v(0)=0
x(0)>0 x(0)>0 Fx , ax < 0
v(0)>0 v(0)>0
Fx , ax < 0 Fx , ax > 0

t*
t*
Fig. 6 : algunos casos de gráficas x(t). Nótese que:
 El signo de x(0) se refiere a dónde corta la gráfica al eje vertical.
 El signo de v(0) indica cómo corta la curva al eje vertical (con pendiente hacia arriba o hacia abajo).
 El signo de Fx (que es el mismo de ax) indica si la curva aumenta o disminuye de pendiente a partir de
un instante cualquiera. O también si el movimiento se inicia hacia los x positivos o hacia los x
negativos a partir del instante de velocidad nula (t*).

Nota Práctica.
Los cálculos en la práctica se pueden simplificar descomponiendo el movimiento en dos fases: hasta
que se detiene (v = 0), y luego comenzando allí desde el reposo (v 0 = 0). De esta manera, ignorando
los signos y la distinción entre v0 y v (que luego se deciden para cada caso), todo se puede resolver
con dos expresiones muy simples:
d = ½ a (t)2 (5‘)
v =2ad
2 (7‘)

Ejemplo desarrollado.
Un automóvil de 800 kg de masa que viaja a 20 m/s debe detenerse en un semáforo que está 55 m
más adelante.
70

a) Calcular la fuerza mínima necesaria, suponiendo que se la comienza a aplicar cuando faltan 50 m
para el semáforo, y se mantiene constante.
b) Calcular el tiempo demorado para frenar.
c) Calcular la velocidad cuando faltan 2 m para el semáforo.
d) Graficar posición y velocidad en función del tiempo.

Desarrollo
a) Aplicamos v2 = 2 a d  a = v2 / (2 d) = (20 m/s)2 / 100 m = 4 m/s2  F = m a = 3200 N. En estos
cálculos v se refiere a la velocidad inicial, y a es el módulo de la aceleración. Si se hubiera utilizado la
expresión completa (5) se hubiera obtenido la aceleración negativa, y luego la fuerza también hubiera
resultado con signo menos, porque obviamente debe aplicarse hacia atrás.
b) Aplicamos la Ley del Impulso: 3200 N  t = 800 kg  20 m/s  t = 5 s.
Otra forma es aplicar t = d / vm = 50 m / 10 (m/s) = 5 s.
c) Aplicamos v2 = 2 a d , considerando d = 2 m, la distancia desde el punto para el que se calcula la
velocidad hasta el punto de velocidad nula (semáforo). Resulta v2 = 2  4 (m/s2)  2 m = 16 m2/s2  v
= 4 m/s (dado que la aceleración es 4 m/s2, esta velocidad se alcanza 1 s antes de la detención). Con
la expresión completa, (7), hubiera sido v2 = v02 + 2 a d, en donde d hubiese sido la distancia desde el
punto inicial hasta el punto para el que se calcula la velocidad, o sea d = 48 m. De manera que el
cálculo debería haber sido v2 = 202 + 2  (–4)  48 = 16 m2/s2  v = 4 m/s. Obviamente, de las dos
maneras obtenemos el mismo valor.
d)
x (m) pendiente = 20 m/s vx (m/s)
48 50 20
Area = 50 m
10
10 t 4 t
0
1 2 3 5 7 (s) 1 2 3 5 7 (s)

1.3. Caso de la fuerza elástica y tangencial: movimiento rectilíneo oscilatorio


Este es un caso para el cual desde el punto de vista didáctico son muy importantes los
razonamientos cualitativos que se plantearemos ahora, así como algunas conclusiones a las
que llegaremos. Luego veremos el método general de resolver matemáticamente el problema.
Es importante entender que saber física significa poder hacer estos razonamientos antes de
hacer cuentas.
Consideremos un cuerpo de masa m que se mueve horizontalmente, sin fricción, en el
extremo de un resorte de constante elástica k. El movimiento es a lo largo del eje x, cuyo
origen se elige en la posición de equilibrio del resorte (figura 7)).
Las fuerzas verticales están equilibradas entre sí (peso y reacción normal del piso), y en
ausencia de rozamiento la resultante es exactamente la fuerza que el resorte aplica al cuerpo,
la única que se necesita considerar. Esta fuerza tiene un valor y un sentido que va cambiando
según el grado de estiramiento instantáneo del resorte: es una fuerza elástica dada por Fx =
 k x , que tiende a llevar al cuerpo hacia la posición de equilibrio.
71

Analicemos el movimiento a partir de una condición inicial arbitraria como la siguiente: un


agente externo mantiene al cuerpo en un valor negativo de x (x0 < 0, o sea resorte
comprimido), y en t = 0 lo suelta.
Tenemos un cuerpo que parte del reposo impulsado por una fuerza que inicialmente vale k x0,
y que va disminuyendo a medida que el resorte se aproxima a su posición de equilibrio.
Es importante la siguiente idea: aunque la fuerza va disminuyendo la velocidad va
aumentando, porque la fuerza siempre es hacia delante. Aún si la fuerza desapareciera, la
velocidad no tendría que disminuir. Una imagen que ayuda es pensar en cuando se empuja un
automóvil: se comienza aplicándole una fuerza grande para iniciar el movimiento, y a medida
que la velocidad aumenta se va disminuyendo la fuerza, pero mientras sea hacia delante, por
pequeña que sea, contribuirá con un pequeño aumento de la velocidad.
Bien, el caso es que la velocidad no aumentará tanto como si fuera una fuerza constante
(MRUV), pero necesariamente aumentará hasta que el cuerpo llegue a x = 0.

F v=0 t=0
velocidad si la fuerza
se hubiese mantenido x
vx (m/s) x0
constante
v1 0 < t < t1
F v
x
t (s)
t1
v1 t = t1

x = 0: posición equilibrio resorte

Fig. 7: Un resorte empuja un cuerpo hacia la posición de equilibrio


con una fuerza que disminuye, mientras la velocidad va aumentando.
A la izquierda gráfica cualitativa de v(t). A la derecha esquema de la
situación.

En el instante que denominaremos t1 en el cual el resorte alcanza su longitud de equilibrio (x


= 0), la fuerza exactamente se ha anulado y el cuerpo ha alcanzado la velocidad que llamamos
v1. Aunque esa es la posición de equilibrio, el cuerpo obviamente no puede quedarse allí, ya
que se está moviendo, y allí exactamente no hay fuerza que lo frene —y aunque la hubiera el
cuerpo seguiría avanzando, necesitaría un tiempo y una distancia para frenarse—.
Efectivamente eso es lo que sucede: el cuerpo pasa por la posición de equilibrio y comienza a
frenarse por acción de la fuerza elástica que crece negativamente a partir de allí. Esto significa
que al pasar la posición de equilibrio recién empieza a disminuir la velocidad, o sea: la
velocidad v1 es la máxima que alcanzará este cuerpo.
Luego el cuerpo deberá detenerse en algún lugar x2, ya que la fuerza que lo frena crece
mientras el cuerpo avanza.

Y este es un buen momento para interrumpir con una pregunta:


¿Dónde/cuándo se detendrá el cuerpo?
72

Elija la opción correcta y reflexione sobre todas ellas, antes de continuar


leyendo.
a) Se detendrá cuando se termine su fuerza de avance.
b) Se detendrá cuando la fuerza (que es negativa) iguale a la velocidad en
valor absoluto.
c) Se detendrá cuando la fuerza del resorte (que es negativa) iguale en valor
absoluto a la fuerza del cuerpo.
d) Se detendrá cuando el impulso aplicado por la fuerza de frenado (que es
negativo) iguale en valor absoluto a la cantidad de movimiento m v1.

Son todas absurdas excepto la correcta, pero pueden ser tentadoras. Si encuentra algo de
tentador en a), b), o c), entonces usted debe revisar sus ideas más básicas.
Tenga en cuenta que:
Un cuerpo no tiene “fuerza de avance”, ni siquiera “fuerza” a secas. Eso no
existe. Fuerza es lo que el resorte le aplica, en este caso tirando de él para
frenarlo. Por Acción y Reacción el cuerpo tira del resorte hacia adelante con
una fuerza de exactamente la misma intensidad en todo momento.
Además una fuerza nunca puede igualar a una velocidad, ya que son cosas de
diferente naturaleza y dimensión.

No estamos en condiciones de determinar el valor de t1 ni de t2, pero sí de afirmar que se


llegará a un instante tal que Ix(t1  t2) = –m v1, y en ese instante será v2 = 0. Además es fácil
imaginar, por la simetría del proceso (más adelante podremos demostrarlo) que t2 – t1 = t1, y
que x2 = – x1.
Una vez que el cuerpo se detiene en x2 es claro que no puede permanecer allí porque el resorte
está estirado, aplicando una fuerza hacia el origen. De manera que el movimiento se reinicia
instantáneamente, ahora con velocidad creciendo negativamente, y se repite exactamente lo
mismo que ocurrió desde la partida, pero en sentido contrario, ya que la fuerza que aplica el
resorte es exactamente igual, salvo el signo, para el resorte estirado o comprimido. Así es que
en t3 = t2 + t1 el cuerpo pasará por la posición de equilibrio con v3 = – v1, y en t4 = 2 t2 = 4 t 1,
se detendrá por un instante en la posición inicial, para recomenzar y repetir exactamente todo
indefinidamente (en la suposición de no haber rozamientos ni influencias extrañas).
vx (m/s) x (m)
x0

t t
t1 t2 t3 t4 (s) t1 t2 t3 t4 (s)
x0
–v1
Fig. 8: funciones v(t) y x(t) para una masa en el extremo de un resorte. Nótese cómo la
velocidad, es máxima justo cuando el móvil pasa por la posición de fuerza nula, x=0.
73

Este movimiento es periódico, de período T = 2 t2 = 4 t1; se denomina período, T, al tiempo


transcurrido en el cual todo se repite, y frecuencia, f, al número de veces que se repite cada
ciclo completo por unidad de tiempo:
1
f= (9)
T
Se denomina elongación a la posición con respecto a la posición de equilibrio (x para este
caso), y amplitud de la oscilación al máximo valor de la elongación (x0 para este caso).
Aún no podemos efectuar cálculos analíticos; aunque sabemos que el impulso aplicado por el
resorte en cada cuarto de período, desde la máxima elongación hasta la posición de equilibrio,
es igual a la cantidad de movimiento adquirida: I(0; t1 ) = p1 = m v1 , no estamos en
condiciones de calcular ese impulso, porque no conocemos la función Fx (t). Si la
conociéramos tal vez podríamos calcular el impulso como el área bajo la gráfica. Pero aunque
sabemos que Fx = k x , no conocemos la función x(t), de la cual lo único que sabemos es que
debe tener un representación gráfica como la de la figura 8.
También podemos determinar que, si aumentamos la masa del cuerpo, para igual posición
inicial, deberá tardar más en llegar a la posición de equilibrio, mientras que deberá tardar
menos si aumentamos la constante k del resorte, ya que eso haría que aplique fuerzas
mayores. Esto nos permite decir que el período aumentará con m, y disminuirá con k.

A través de razonamientos similares a éstos es posible analizar cualquier fuerza de tipo


restaurador (que empuja hacia una posición de equilibrio), aunque no sea exactamente
elástica (proporcional a la elongación), y siempre se debe encontrar que la partícula sometida
a esta fuerza realizará oscilaciones periódicas. En general la función x(t) será más o menos
parecida a una función armónica, sin serlo exactamente.
Por ejemplo: podemos pensar en la bolita de un péndulo, o en una bolita que rueda por la
parte más baja de una pista o canaleta curvada hacia arriba.

El movimiento de cualquier cuerpo sometido a una fuerza restauradora es


oscilatorio, y si la fuerza es elástica las oscilaciones son armónicas.

El método analítico de encontrar x(t)


Existe un método general usual para llegar a la solución matemática, que consiste en escribir
la Segunda Ley en la forma (limitada al eje x): m ax = Fx, y en esta expresión, proponiendo
que x(t) es una función incógnita que debe ser hallada, se considera que ax = x( t ) (derivada
segunda respecto de t), y se escribe la expresión Fx(x, t) que se tenga de la fuerza para el caso
en estudio. Así se obtiene una ecuación diferencial de segundo orden, de la cual x(t) es la
solución.
De esta manera, para el movimiento libre de fuerza Fx = 0, se escribe: m x(t )  0 , y se
obtiene x(t) función lineal de t, es decir el MRU
Para el movimiento rectilíneo con fuerza constante Fx = F = cte, se escribe: m x(t )  F , y se
obtiene x(t) función cuadrática de t, es decir el MRUV

Y para este caso, fuerza elástica: Fx =  k x, con k constante positiva, se escribe:


74

m x(t )  k x(t ) , (10)


y se obtiene x(t) función armónica de t, que expresa oscilaciones de frecuencia angular
 k m.
Esta es una ecuación diferencial muy conocida, cuya resolución es inmediata y no viene al
caso analizar en más detalle aquí.
Lo que interesa señalar es:
1.- En la práctica se presentan frecuentemente variantes como la fuerza elástica acompañada
de rozamiento. Dos casos típicos son:
1.a.- El caso del rozamiento seco: Fx =  k x(t)  Fr, con Fr fuerza de rozamiento constante
1.b.- El caso del rozamiento viscoso: Fx  k x(t )   x (t ) , con  coeficiente proporcional a la
viscosidad.
No los analizaremos más aquí, pero oportunamente veremos ejemplos.
2.- Es importante entender que el hecho de que en una presentación básica de las leyes de la
mecánica pueda ser mejor no introducir la aceleración, no significa que cuando se llega a este
nivel, tratando con la resolución analítica de problemas de cierto grado de complejidad, sea
mejor seguir evitándola. En este nivel se supone que lo básico de la mecánica ya está
comprendido, y la forma más simple y económica de hallar soluciones analíticas es a través
del planteo general: m x(t )  Fx (x, t )
3.- Para el caso de presentar la fuerza elástica a auditorios sin conocimientos de cálculo
infinitesimal, siempre se puede recurrir, luego del planteo cualitativo anterior, a obtener las
expresiones analíticas proyectando el movimiento circular uniforme sobre un diámetro (ver
más adelante al final de este mismo Anexo).

2.- Movimientos curvilíneos

2.1.- Tiro oblicuo y caída libre


Éste es el más conocido ejemplo de superposición de movimientos, que presentaremos
abreviadamente.

Consideraremos un cuerpo de masa m con velocidad inicial arbitraria: v 0 , sometido a partir
de ese instante inicial a una única fuerza constante, orientada verticalmente hacia abajo, de
valor P = m g , la fuerza ejercida por el campo gravitatorio (nos estamos limitando al caso
ideal sin existencia del aire).
Este caso se presta especialmente para aplicar la ley del impulso por componentes, para un
sistema de ejes fijos, ( x , y ) , horizontal el x , vertical hacia arriba el y .

Consideremos entonces: FResultante  (0 ;  mg) .

Fx = 0  vx (t) = vo x = cte.  MRU en x

ay =  m g / m =  g = cte  MRUV en y
Se aprecia que hay un comportamiento sencillo en la proyección sobre cada eje. El
movimiento del proyectil puede considerarse la superposición de dos movimientos simples
muy conocidos:
75

Eje x :
 Fuerza nula  Movimiento uniforme
 Velocidad y cantidad de movimiento mantienen sus valores iniciales
 x(t) es una función lineal
Eje y :
 Fuerza constante  movimiento uniformemente variado, acelerado hacia abajo
 Velocidad y cantidad de movimiento varían linealmente con el tiempo. La
aceleración, vy /t , tiene exactamente el valor de la intensidad del campo
gravitatorio, independientemente de la masa del cuerpo que cae.
 y(t) es una función cuadrática

De esto resulta que la trayectoria y(x) debe ser una parábola de eje vertical; es interesante que
también la gráfica de y(t) tiene esa forma y no deben ser confundidas.

Pero lo más interesante aquí, más importante en la enseñanza que obtener las funciones
matemáticas, es reflexionar sobre aspectos cualitativos de este movimiento, como los
presentados a continuación.

1.- Superposición de movimiento horizontal con vertical


Este movimiento es un claro ejemplo de independencia de los movimientos según diferentes
direcciones, las figuras siguientes tratan de destacarlo.
x

Fig. 9: en negro se muestran las posiciones cada 0,05s de una bola que rueda uniformemente
sobre una mesa, y cae luego de llegar al borde. En blanco se muestra una bola que cae desde el
reposo por el eje y, comenzando su caída en el mismo instante en que lo hace la anterior, y otra
que continúa uniformemente en línea recta. La figura destaca que la bola que cae oblicuamente,
desciende (en el mismo tiempo) exactamente tanto como la que lo hace verticalmente, y avanza
exactamente tanto como lo hubiera hecho si hubiese continuado en línea recta. Los movimientos
de las bolas blancas, por otra parte, también pueden ser interpretados como las proyecciones del
movimiento de la bola negra sobre los respectivos ejes.

La figura 9 pretende destacar que lo que desciende un proyectil por acción únicamente de la
fuerza peso, además de ser independiente de la masa, es independiente de que esté avanzando
o no en sentido horizontal. Y de la misma manera, lo que avanza horizontalmente mientras
cae libremente, no es influido por esta caída.
76

Experiencia sencilla
Coloque dos monedas justo al borde de una mesa, una de ellas, A, a unos 5 cm de la esquina, y la
otra, B, a 20 o 30 cm de la primera.
Luego consiga una regla o varilla rectilínea de unos 40 cm de longitud, a la cual se tratará de dar un
movimiento semicircular, de manera que deslizándose sobre la mesa le pegue a ambas monedas
haciéndolas caer simultáneamente.
Se trata de que una de las monedas reciba un impulso horizontal grande, y la otra pequeño, de manera
que la primera caiga a unos metros de la mesa, mientras la otra cae muy cerca, prácticamente al pie de
la mesa.
Para ello se recomienda sujetar la varilla de manera que pueda pivotear alrededor de un punto como O,
acomodarla en la posición 1, paralela al borde de la mesa de manera que toque a ambas monedas,
luego llevarla hasta la posición 2, y desde allí, pivoteando en O, girarla rápidamente para golpear las
monedas.
1
moneda B
2
B
mesa vista mesa vista
desde arriba moneda A
lateral A
O

Con un poco de práctica puede lograrse que la moneda B caiga a 2 o más metros de la mesa, mientras
la A lo hace prácticamente al pie de la misma. Lo que se pretende es comprobar, escuchando el golpe
contra el piso, que la caída de ambas monedas es simultánea independientemente de que una tiene
una gran velocidad horizontal y la otra no.
El sonido permite detectar lo que se busca con gran sensibilidad, y es posible idear muchas variantes
que mejoren la experiencia.

El tiro presentado en la figura 9 es un ―tiro horizontal‖, y no difiere esencialmente en nada de


cualquier tiro oblicuo. En la próxima figura 10 mostramos un tiro oblicuo cualquiera. La
figura 9 simplemente representa la parte de la figura 10 que continúa desde el instante en que
el proyectil pasa por la altura máxima.
y

Fig. 10: el movimiento parabólico de un proyectil ideal es la exacta superposición de un movimiento


de subida y bajada vertical, rectilíneo, con aceleración constante, y un movimiento horizontal
uniforme.

También hay otra forma de descomponer el movimiento oblicuo de cualquier proyectil ideal.
La presentamos en la próxima figura 11.
77

C’

movimiento rectilíneo
uniforme del proyectil si
no actuase la gravedad
Fig. 11: las esferas negras muestran posicio-nes

9s
cada 1s de un proyectil ideal arrojado obli-

en
cuamente desde A. Se muestra cómo hubiera
continuado uniformemente de no existir grave-

libre
caída libre dad (Inercia). Además se muestra cómo, si B’ es
en 4s el punto hasta el cual lo hubiese llevado este
desplazamiento ideal en 4 segundos, entonces

caída
B’ una caída libre de 4s desde B’, comenzando allí
en reposo, lo restituye al exacto lugar B por el
cual el proyectil realmente pasa en t=4s. Lo mis-
mo se ilustra para el punto C , al cual llega el
B proyectil luego de 9s . Está claro que esto es
C válido para cualquier instante: el viaje del pro-
yectil sometido a la acción de la gravedad
puede pensarse como la superposición del
viaje sin gravedad, más la acción de la gra-
vedad sobre un proyectil que hubiera partido
A con velocidad inicial nula.

Vemos en esta figura que sería lícito decir que, con respecto al movimiento rectilíneo
uniforme que tendría el proyectil en ausencia de gravedad (según principio de inercia), se
halla en caída libre desde el mismo instante en que parte. Tanto mientras sube como mientras
baja, el proyectil cae libremente con respecto a la trayectoria rectilínea mencionada.
Esto ocurre (con las modificaciones debidas a la presencia del aire) en todos los proyectiles. A
veces se tiene la idea errónea de que los proyectiles disparados por armas de fuego recorren
un trecho en línea recta y luego comienzan a caer. Eso claramente no es así, y es muy
importante trabajar estas ideas con los alumnos. Es muy difícil ver estos proyectiles, y en
general el observador se imagina que viajan en línea recta; pero en realidad mientras viajan
caen como cualquier piedra. Sucede que llegan tan rápidamente a cualquier punto cercano
que no tienen tiempo de caer mucho, y viajan en una trayectoria de curvatura muy suave, casi
imperceptible. No obstante, están cayendo desde el instante en que abandonan el cañón del
arma.
Veamos números en un ejemplo: una bala disparada a 500m/s recorre 100m en 0,2s. Una
piedra cae gt2/2  0,2m en ese lapso; ¡y la bala también! La trayectoria de la bala parece
recta porque nadie percibe 0,2m en 100m; pero el encargado de calibrar la mira del arma, si es
un arma de precisión, sí tiene en cuenta la caída de 0,2m.
Cuando se arroja una piedra ésta a lo mejor recorre 4 o 5 m en un lapso de 0,2 s, y fácilmente
se percibe la curvatura de esa trayectoria.

2.- Vector velocidad en los distintos puntos


En la siguiente figura se muestra el vector velocidad, tangente a la trayectoria, tiene una
componente horizontal constante, y una vertical variable. Un proyectil lanzado verticalmente
con velocidad inicial vAy, por ejemplo, llegaría hasta la misma altura ymáx porque vy es la
velocidad del movimiento proyectado sobre y, de subida y bajada en línea recta vertical. Por
otra parte, vx es la velocidad del movimiento uniforme que se proyecta sobre el eje x.
78

y B=0
ymáx B vB pA

C vCx
C IAB
vAy vA
vCy vC pB
IBC
En cada instante: pC
v v v 2 2
Diagrama de cantidades
A x y

vAx de movimiento
A x
Fig. 12: vector velocidad en tres puntos arbitrarios de la trayectoria ideal de un proyectil.
Los tres tienen exactamente la misma componente x, y la componente vertical que
corresponda para ser tangentes a la trayectoria. La velocidad en el punto más alto, B, es la
menor de todo el trayecto, y vale lo mismo que la componente x de la velocidad inicial: v mín
= vB = vAx= vA cosA . El diagrama de cantidades de movimiento confirma las mismas cosas.

3.- Análisis “normal-tangencial”


Es útil analizar cualitativamente cómo varía la velocidad a partir descomponer la única fuerza
actuante, el peso, en sus componentes normal y tangencial.
y
B v

v P C
FN FT
P v

A FN

FT
P x

Fig. 13 : componentes normales y tangenciales del peso en distintos puntos de la


trayectoria de un proyectil. En el punto más alto, B, el peso sólo tiene componente
normal, que se confunde con él mismo.
Es claro que la fuerza tangencial frena al movimiento hasta el punto más alto, y lo acelera
luego. Por otra parte, la fuerza normal curva la trayectoria. Ambas componentes varían
continuamente.

Ejemplo
Un inventor propone combatir incendios forestales soltando tanques llenos de agua desde aviones. Los
tanques se reventarían al chocar contra el suelo desparramando el agua en toda una zona, y se decide
poner a prueba la efectividad del método. Para ello un avión que vuela horizontalmente a 600 km/h a
400 m de altura suelta un tanque que se desea que caiga en un punto A.
Despreciando la influencia del aire, calcule cuántos metros antes de pasar sobre A debe soltarse el
tanque, y qué velocidad tiene éste cuando está por tocar tierra.
79

Desarrollo
Aplicamos la independencia de los movimientos verticales y horizontales. El tiempo que demora el
tanque en llegar al piso se calcula a partir de: 400 m = g t2/2  t = (2 d / g)½  9,0 s.
En 9 s el avión avanza lo mismo que el tanque: x  v9 s  1500 m  el tanque debe soltarse 1500
m antes de pasar sobre el punto A (la velocidad del avión en m/s es: 6105m/3600 s  166,7 m/s).
La velocidad del tanque tendrá una componente x que será la misma velocidad del avión, y una

componente y que será (en valor absoluto) vy = g t  88,3 m/s: v  (166,7 m/s ; - 88,3 m/s). El módulo
es: v  188,6 m/s.

2.2.- Movimiento circular uniforme


La trayectoria con forma de circunferencia se logra aplicando al móvil una fuerza normal
adecuada; para que sea recorrida uniformemente se requiere la ausencia total de fuerza
resultante tangencial, es decir fuerza resultante estrictamente normal. Ahora bien, una vez
establecido que la rapidez del movimiento se mantiene constante, es claro que para obtener
una circunferencia lo único que se requiere es mantener constante el valor de esta fuerza
normal (que es la resultante), pues ello curva uniformemente la trayectoria.
vectores p consecutivos

y vectores I = p py
consecutivos



(t) x px

R
Diagrama vectorial de
impulsos y cantidades
de movimiento
Fig. 14: a la izquierda se muestra la trayectoria indicando varias posiciones consecutivas del móvil
con los correspondientes vectores cantidad de movimiento y fuerza exterior aplicada. Los mismos

vectores p se indican en el diagrama de la derecha. Se ha sombreado el ángulo  entre dos

posiciones consecutivas y entre los correspondientes vectores p consecutivos para destacar que
son exactamente iguales.
El movimiento es uniforme si el ángulo central varía uniformemente, es decir si (t) es un
función lineal. El cociente entre lo que aumenta el ángulo central  y el tiempo transcurrido es
la velocidad angular, para la cual utilizaremos la letra griega  (omega):

 (11)
t
Notar en la figura 14 que esta velocidad angular necesariamente es la misma con la cual

cambia de dirección el vector p , que es la que nos interesa para calcular la fuerza normal.
Para relacionar la velocidad angular con el radio de la curva y la velocidad con que se la
recorre, simplemente reemplacemos la definición de ángulo en radianes, ángulo = arco/radio
80

en (11) (usaremos en general  para el arco, es decir para la distancia recorrida a lo largo de
la trayectoria):

 R  1 
t R t (12)
v

R
Ahora bien, ya sabemos que la fuerza debe orientarse hacia el centro de la circunferencia en
todo instante, y que debe mantener constante el módulo dado por la expresión (17‘) del
Capítulo 2, F =  m v. Sustituyendo en esta expresión a partir de (12), podemos tener las
expresiones que más se usan:
v2
F mv  m
v
R
R (13)
  m v  m2 R
R

Y de éstas se puede obtener la expresión para el radio de la curva que seguirá un móvil que
viaja con cierta velocidad mientras se le aplique determinada fuerza transversal:
mv2
R (13‘)
F

Pueden obtenerse otras expresiones, útiles para determinados casos particulares.

De manera que como conclusión podemos decir que para mantener un movimiento circular
uniforme es necesaria la aplicación de fuerzas cuya resultante esté dirigida hacia el centro, y
tenga el valor dado por (13). Esta fuerza se denomina ―centrípeta‖, que significa ―hacia el
centro‖.
Por acción-reacción, la persona o elemento que aplica esa fuerza al móvil sufre la acción de
una fuerza hacia afuera que le aplica el móvil a ella, llamada fuerza centrífuga, la cual,
puesto que acción y reacción tienen siempre idéntico valor, se calcula con las mismas
expresiones (13).
Es errónea la sensación de que sobre el móvil actúa la fuerza centrífuga: el móvil es desviado
de la línea recta por acción de una fuerza exterior dirigida hacia donde es la desviación, es
decir hacia el centro de la curva.
También es errónea la afirmación de que centrífuga y centrípeta se equilibran: cuando las
fuerzas se equilibran el movimiento es rectilíneo además de uniforme. Este es un claro
ejemplo de no equilibrio de fuerzas: sobre el cuerpo actúa una fuerza neta, la centrípeta, que
lo desvía continuamente. Si en un instante dado se suspende la aplicación de la fuerza sobre el
cuerpo (la centrípeta), desaparece en el mismo instante la fuerza centrífuga, y el móvil, libre

ya de fuerzas, continúa con el p que tenía en ese instante, constante a partir de allí: es decir
continúa por la tangente (ver figura 15).
Los pasajeros de un ómnibus que toma una curva tienden a irse hacia la pared del lado externo
porque tienden a continuar en línea recta, y no porque algo los empuje, a pesar de lo que a
ellos les parezca. La pared del ómnibus del lado externo de la curva los empuja hacia adentro,
haciéndolos viajar en una línea curva, y esa fuerza de interacción pared contra pasajero /
81

pasajero contra pared da origen a los apretujones, molestias y moretones que resultan de las
tensiones mecánicas que se desarrollan.

se corta el hilo p constante a


partir de que se
corta el hilo

fuerzas centrífugas
que aplica el hilo
tirando del centro vectores p consecutivos

fuerzas centrípetas
que aplica el hilo
tirando del cuerpo
fuerzas centrífugas Diagrama de cuerpo aislado del cuerpo
No es una situación que aplica el cuerpo mostrando las fuerzas sobre él
de equilibrio tirando del hilo

Fig. 15: ilustración de las fuerzas actuantes en el movimiento circular uniforme de un cuerpo que gira sujeta por
un hilo, en los instantes previos y posteriores a la ruptura del hilo. No se considera la existencia de la gravedad.
Derecha:en el diagrama de cuerpo aislado se muestran únicamente las fuerzas sobre el cuerpo, para mostrar
claramente que, antes de que se corte el hilo, no se tiene una situación de equilibrio entre fuerza centrípeta y
centrífuga.

Fig. 16: esquema de las fuerzas transversales aplicadas por el pavimento a los neumáticos de un
automóvil mientras viaja por una curva. La resultante de éstas es la fuerza centrípeta.

Ejemplo desarrollado
Una persona revolea una piedra de 0,8 kg sujeta al extremo de un cordel de 2 m de longitud, de
manera que describe circunferencias horizontales uniformemente a razón de 0,8 vueltas por segundo.
Dibuje la situación. Calcule y dibuje las fuerzas actuantes sobre la piedra.

Desarrollo
Sobre la piedra sólo actúan la gravedad y el hilo, y dado que el movimiento es circular uniforme
horizontal, la resultante debe ser horizontal, constante, y apuntada hacia el centro del círculo. Esto
significa que el hilo aplica una fuerza vertical que equilibra al peso, y como se ve en la figura, una
horizontal que es la resultante.
82

S
L
Fh 

A FR
O
circunferencia en plano horizontal
P

De manera que el hilo no puede estar horizontal, y el centro de la circunferencia, O, no es el punto de


suspensión, S. El hilo debe formar cierto ángulo  con la vertical, tal que Fh cos = P = m g, y se
mueve describiendo un cono, por lo cual esto se conoce como ―péndulo cónico‖. Además la fuerza
resultante debe ser m 2 R, y también debe ser Fh sen.
De manera que deben cumplirse las ecuaciones:
R = OA = L sen ; m g = Fh cos ; Fh sen = m 2 R
Sustituyendo R en la tercera se tiene Fh = m 2 L (como si el hilo girase en un plano horizontal!), y
luego sustituyendo Fh en la segunda: m g = m 2 L cos, de manera que cos = g/(2 L)  9,80
(N/kg) / {[5,03 (1/s)]22 m}  0,194    78,82º ( en donde se utilizó  = 20,8 (1/s)  5,03 (1/s) =
5,03 rad/s).
A partir de estos valores lo demás es inmediato:
P = 0,89,8 = 7,84 N ; Fh = 7,84/0,194 = 40,4 N ; R = 2sen78,82º = 1,96 m ; FR = 40,4sen78,82º
= 39,6 N (que se verifica que vale lo mismo que m 2 R).
Como reflexión final es interesante notar que a medida que aumenta la velocidad angular, se tiene que
cos 0, con lo cual   90º. A determinada velocidad, a simple vista puede parecer que el hilo
llega a la horizontal, pero en realidad los 90º exactos no se alcanzan nunca, y el hilo siempre describe
un cono.

Descripción cartesiana del movimiento circular uniforme


Proyectemos un movimiento circular uniforme sobre ejes cartesianos (x,y) con origen en el
centro de la circunferencia:
83

y
v vy v
vy

y(t) vx
vx Fx
Fy F Fy 

F
=t
x R y
vx Fx
x(t) x0 = R 
x

Fig. 17: proyección de un movimiento circular uniforme sobre los ejes cartesianos. Se muestran
 
los vectores F y v en una posición cualquiera sobre la trayectoria, con sus respectivas
componentes. Las mismas componentes se muestran también sobre cada eje, asociadas con
movimientos oscilatorios que serían proyección del movimiento circular. Separadamente se
muestran los triángulos necesarios para los detalles de la proyección sobre el eje x.

Analicemos en detalle para el eje x. A partir de los triángulos destacados en esta figura po-
dríamos obtener:
Fx vx x
  cos(t ) ;  sen (t ) ;  cos(t )
F v R
De la última expresión, podemos obtener la expresión para x(t):

x(t) = R cos( t) (14)

Ahora bien, si efectuamos el cociente entre las expresiones correspondientes, encontramos


que aunque Fx y x, dependen del tiempo, su cociente no lo hace:
Fx  F cos(t ) F
    con stant e negativa =  k
x R cos(t ) R
Donde k es el nombre que le damos a una constante positiva cuyo valor es k = F/R.
Vemos que el movimiento proyectado sobre el eje x se realiza bajo la acción de una fuerza
hacia el origen, de valor directamente proporcional a la distancia al mismo, que es
precisamente la ley de fuerza que da lugar a las oscilaciones elásticas.
Esto nos permite utilizar los elementos del movimiento circular para obtener propiedades de
las oscilaciones elásticas, sin recurrir a elementos de matemática más complejos.
Ahora decimos que esta constante de proporcionalidad es la constante k del resorte sujeto al
extremo del cual este cuerpo podría oscilar con la misma frecuencia de este movimiento
circular:
F m 2R
k   m 2
R R
De donde, razonando al revés, decimos:
84

Si tenemos un cuerpo de masa m oscilando a lo largo del eje x en el extremo de un resorte de


constante elástica k, al estar sometido a una fuerza Fx =  k x, deberá realizar las mismas
oscilaciones que corresponden a proyectar sobre el eje x un movimiento circular uniforme de
radio R igual a la amplitud de la oscilación, y velocidad angular dada por:
k

m
Obviamente, este movimiento circular es imaginario, no existe más que como una ayuda para
visualizar su proyección coincidiendo con las oscilaciones que tratamos de explicar, en el
extremo del resorte.
De manera que la expresión de x(t) para la oscilación elástica, efectivamente debe ser la
función armónica (14). El período de la oscilación, lógicamente, debe coincidir con el tiempo
demorado por el movimiento circular en completar una vuelta:
m 1 k
T  2 ; f 
k 2 m
Es importante notar que la frecuencia (o el período) sólo dependen de k y de m: el período
aumenta con m, que representa la inercia, y disminuye si aumenta k, que representa la dureza,
o rigidez, del resorte. Si a un cuerpo determinando, oscilando sujeto a un resorte determinado,
se le cambia la amplitud o la velocidad inicial, no cambiará el período.
Además, este movimiento circular imaginario también sirve para obtener vx(t) como
proyección de la velocidad tangencial sobre la circunferencia. Esto permite obtener fácilmente
relaciones como:
vmáx =  xmáx
que se justifica fácilmente si se tiene en cuenta que la velocidad con la que el cuerpo pasa por
la posición de equilibrio en la oscilación rectilínea, vmáx, es simplemente la velocidad lineal
del móvil en el movimiento circular, ya que se proyecta en su verdadera magnitud en los
instantes que corresponden. En la figura 24 esos son los instantes en los que el móvil cruza el
eje vertical.

Aplicación: Cálculo del período de un péndulo ideal


Consideremos una oscilación de muy pequeña amplitud. El movimiento limitado a un arco tan
pequeño no se distinguirá
esencialmente de un movimiento
rectilíneo. Si ubicamos un eje
cartesiano horizontal fijo, x, con
origen en la parte más baja de la
trayectoria, las componentes
tangenciales de todos los vectores L Fig. 18: oscilación de un péndulo en
involucrados coincidirán con las
condición de ―pequeña amplitud‖.
correspondientes componentes x .
A los fines del análisis tangencial,
puede considerarse que el movimiento
Elegimos x positivo hacia la x ocurre en el eje x .
derecha. La fuerza tangencial, que -xmáx xmáx
ahora es Fx, vale P sen = m g sen x=0 x(t)
, y se orienta hacia x = 0; si
escribimos sen = x/L, entonces obtenemos que la fuerza obedece a la misma ley que en el
caso del resorte:
85

x  mg 
Fx  mg    x(t)
L L
ctek

Vemos que en esta aproximación la masa oscila a lo largo del eje x exactamente como si
hubiese un resorte de constante elástica k = mg/L.
A través de esta conclusión, podemos trasladar cualquiera de las relaciones referidas al
resorte, simplemente haciendo corresponder los elementos de los dos movimientos. Por
ejemplo, si reemplazamos k = mg/L en la expresión para el período de las oscilaciones
elásticas obtenemos:
m L
T  2  2

m g g
L
era
Esta expresión es la que se conoce como 3 ley del péndulo, e indica que el período de estas
oscilaciones es independiente de la masa, tal cual debía ser, según hemos dicho al estudiar el
péndulo.

2.3.- Péndulos y planos inclinados.

Un péndulo ideal consiste en un cuerpo pequeño, asimilable a una partícula puntual de masa
m, suspendido de un hilo de longitud L. Sobre el cuerpo actúan la fuerza gravitatoria, o peso,

vertical, hacia abajo, de valor constante P = m g , y la fuerza del hilo, Fh orientada a lo largo
del hilo, de un valor por ahora desconocido.


m Fhilo sentido del
movimiento


P

Fig. 19: se muestran los vectores fuerza actuantes sobre el cuerpo en varias
posiciones sucesivas de un péndulo, en una pasada de izquierda a derecha. Nótese
 
como P es un vector totalmente constante, mientras que Fh varía en todas sus
características, pero manteniendo la orientación del hilo. Nótese también, una vez
más, que no hay ninguna fuerza hacia adelante aplicada sobre m más que las que
resultan de proyectar tangencialmente el peso.

Acción de las fuerzas tangenciales


La única de las dos fuerzas actuantes que tiene componente tangencial es el peso, de manera
que PT es la única que necesitamos considerar para decidir acerca de la rapidez de este
86

movimiento. En la próxima figura se muestran los elementos geométricos que debemos tener
en cuenta.


dirección vertical



PT
 
 P
Fig. 20: fuerza tangencial en un péndulo. Obsérvese que el ángulo que forma el hilo con la
vertical es el mismo que forma el movimiento (es decir la dirección tangencial) en cada
instante, con la horizontal.
De manera que aplicamos la expresión (15) del Capítulo 2, con FT = m g sen, y decimos: m
g sen t = m v. Es decir que la variación de la velocidad de este cuerpo en cada intervalo t
es absolutamente independiente de la masa del mismo.
El cociente v /t, que es la aceleración tangencial del movimiento, resulta totalmente
independiente de la masa, depende solamente de la intensidad del campo gravitatorio y de la
inclinación de la trayectoria en cada instante:
v
 g sen (15)
t
Asimismo resultan independientes de la masa en este caso, tanto la velocidad que adquiere el
móvil luego de cierto intervalo cualquiera de tiempo, como la función (t), o cualquiera de las
funciones que indican la posición con respecto a cada eje.
Antes de seguir con el péndulo es importante advertir que estas conclusiones son válidas para
cualquier cuerpo que se desliza sin rozamiento, y sin más acciones motrices que el peso
por una pista de cualquier forma.

Dado que el rozamiento es la fuerza tangencial que aparece en la superficie de contacto


entre el móvil y la pista, la ausencia del mismo es sinónimo de que la pista no aplica fuerza
tangencial. Por lo tanto, en los casos en que la única otra acción sobre el cuerpo se deba a la
gravedad, la única fuerza tangencial actuante será la componente tangencial del peso, y para
estudiarla o describirla deberemos hacer siempre el mismo esquema geométrico, y siempre
obtendremos:
Fuerza tangencial resultante = m g sen
v
 g sen
t
Y en todos los casos llegaremos a la conclusión de que cualquiera de las funciones que sirve
para describir la posición del móvil a través del tiempo es independiente de la masa.
Por ejemplo en una calle con pendiente, todos los vehículos en buen estado que partan del
reposo o con igual velocidad, sin freno y sin motor, tardarán aproximadamente lo mismo en
recorrer la misma distancia, tanto si es pendiente abajo como si es pendiente arriba. Y llegarán
con la misma velocidad a los mismos lugares, independientemente de que sean bicicletas,
87

motocicletas, automóviles, o camiones cargados o descargados (para que estas afirmaciones


sean estrictamente ciertas hay que considerar algunos detalles pero, de todos modos, la idea
esencial es que la masa no influye directamente).
Otro ejemplo sería considerar una montaña rusa de los parques de diversiones y preguntarse si
es mejor que vaya cargada o descargada para que sea más rápida, o más lenta, o para que haya
seguridad de que no va a detenerse sin poder trepar alguna cuesta. Si el artefacto está en buen
estado, carece en absoluto de importancia que vaya lleno o descargado, cargado con flacos o
con gordos; siempre completará su circuito en el mismo tiempo, y trepará con la misma
seguridad por todas las cuestas.
Las figuras siguientes ilustran para algunos casos típicos.

P sen


 Fig. 21: única fuerza tangencial actuante
P
sobre el carrito de una montaña rusa ideal.

P sen = constante

 Fig. 22: fuerza tangencial en el plano incli-


 nado.
En este caso se tiene un movimiento rectilí-
neo uniformemente variado, con aceleración

v/t = g sen , independiente de m.

centro
de curvatura

P sen Fig. 23: deslizamiento ideal en una pista con


forma de arco de circunferencia de radio R
 ubicado en un plano vertical. Este movimiento,
 además de realizarse con velocidad indepen-
diente de la masa, es idéntico al movimiento

de un péndulo de longitud igual a R.

Por último, si se desea aplicar una fuerza externa a un móvil en algún caso similar a éstos, los
razonamientos acerca de la condición de equilibrio o cosas similares, en la dirección
tangencial deben centrarse en la necesidad de equilibrar, o superar, a esta fuerza de valor
Psen que estamos tratando aquí.
88

Ejemplo desarrollado.
Un ciclista de 70 kg está con su bicicleta de 15 kg en reposo en A en lo alto de una colina, y tiene dos
caminos para llegar al punto B, en una calle horizontal 20 m más abajo. El camino 1 es una recta
inclinada de 100 m de longitud que desemboca justo en B; el 2 tiene una bajada recta, de 50 m de
longitud hasta el punto C de la calle horizontal, seguido del trayecto horizontal restante CB, de 80 m de
longitud, como se muestra (visto desde arriba ACB no es rectilíneo, por eso es un poco más largo).
Suponiendo que el ciclista desciende sin pedalear y sin aplicar los frenos (y que no hay rozamientos
apreciables), averigüe, calculando lo que sea necesario, en cuál de los dos caminos adquiere mayor
velocidad, y en cuál llega antes al punto B.
A

20 m
 C  B

Desarrollo
Sabemos que para el descenso en línea recta, sin rozamiento y sin motor, la sola acción de la
componente tangencial del peso hace que cualquier cuerpo independientemente de su masa, adquiera
una aceleración a = g sen (en este caso  puede ser  o ). Al cabo de una distancia d partiendo del
reposo, con aceleración a, adquiere velocidad tal que v2 = 2 a d = 2 g sen d = 2 g h (donde h es el
desnivel total, ya que h/d = sen).
Esto ya responde a una pregunta: la velocidad que adquiere la bicicleta es la misma en AB que en AC,
porque sólo depende del desnivel: v = (29,820)½ = 19,80 m/s, (y como veremos en el próximo
capítulo esto es muy general y tiene que ver con la conservación de la energía).
Ahora bien, el tiempo demorado en cada plano inclinado se puede calcular como t = d / vm, y dado
que vm = 19,8 / 2 = 9,90 m/s tanto para AB como para AC, tendremos: tAB = 10,10 s, y tAC = 5,05 s.
Ahora bien, la bicicleta que baja por AC, luego debe recorrer CB a la velocidad máxima, demorando
allí: 80 / 19,80 = 4,04 s, con lo cual, para el tramo ACB tarda 9,09 s, alrededor de 1 s menos que por
AB.

Acerca de las fuerzas normales


Las fuerzas normales tienen que ver con la curvatura de la trayectoria.
En el plano inclinado, la trayectoria es recta y no hay fuerza normal resultante. En ese caso
podemos prever que la reacción normal del plano equilibra exactamente a la componente
normal del peso, la cual vale Pcos .
reacciones del piso. Su resultante
equilibra a PNormal = P cos 

P cos 
Fig. 24: fuerzas normales en el plano
P  inclinado.

Cuando la trayectoria es curva, como en el caso del péndulo, debe haber además una
resultante con componente normal, centrípeta, de valor mv2/R. Como las componentes

normales existentes en este caso son: Fhilo , la cual actúa puramente en esta dirección, y la
componente normal del peso, de valor Pcos, entonces la resultante normal en general se
89

expresa como Fhilo  Pcos (ver figura 25), y no es cero, sino que como estamos diciendo,
vale m v2/ L.
Es decir:
mv 2
Fhilo = Pcos + (16)
L

Fh 1

máx
 Fh 2
Fh 1
Fh 2
Fig. 25: fuerzas normales en el péndulo. Se indican
PN1 también las fuerzas con las que el hilo tira del punto de
v2 suspensión. El subíndice 1 se refiere a la posición de

P reposo instantáneo, en la máxima elongación.

P
En la posición de reposo instantáneo, en las máximas elongaciones, tenemos v1 = 0 y por lo
tanto: Fhilo 1 = P cos1 .
Cuando la masa pasa con máxima velocidad por la posición más baja,  = 0 , tenemos la
máxima tensión del hilo. La fuerza resultante allí es hacia arriba y responsable de la curva de
la trayectoria según: Fhilo  P = m v 2/L.

Nota Práctica.
En la vida práctica a veces es más fácil imaginar la fuerza centrífuga que la centrípeta. Eso
puede ser fuente de algunos errores, y hay que tener cuidado para evitarlos.
Pero es interesante pensar, por ejemplo, que en el punto más bajo el hilo tiene la máxima
tensión porque allí tira de él la máxima fuerza centrífuga, además del peso, según la expresión
(16) : Fhilo 2 = P + m v22/L.

Ejemplo desarrollado
Un automóvil de 1000 kg (incluida la masa de los ocupantes) viaja por una carretera rectilínea
horizontal a razón de 20 m/s. En el punto A la carretera se curva suavemente hacia arriba, de manera
que 10 m más adelante, en el punto B, continúa en línea recta con pendiente positiva, formando 5º con
la horizontal.
Calcule la reacción normal del piso mientras el automóvil viaja horizontalmente, inmediatamente
después de pasar por A, y después de B, mientras viaja en línea recta por la pendiente.
¿Qué cambiaría si la pendiente (y la curva AB) fuera hacia abajo? ¿A qué velocidad las ruedas dejarían
de pisar el pavimento? ¿Qué sentirían los pasajeros?

v0 B
A 5º
10 m
90

Desarrollo
Este ejemplo ya fue desarrollado en su primer parte (carretera que inicia una subida), y ahora, para
esta parte sólo vamos a aplicar la fórmula para la fuerza centrípeta, para verificar que obtenemos el
mismo valor de la resultante normal.
El valor obtenido en aquélla ocasión fue 3,49 kN .
Ahora aplicaremos FR = m v2/R, para lo cual deberemos calcular R, el radio de la curva que tiene la
carretera. Para ello utilizamos el resultado obtenido anteriormente 5º  0,0873 rad = arco / R, y dado
que el arco AB es de 10 m de largo, obtenemos que R  114 m.

5º 10 m
= 0,0873 R  114 m
R
R

A B 5º = 0,0873 rad

10 m

Así resulta FR  1000 kg(20 m/s)2/114 m  3,50103 N = 3,50 kN, lo cual confirma el resultado
anterior.
Veamos ahora cuando la carretera se curva hacia abajo.
Ahora la fuerza resultante normal, entre A y B debe ser de 3,50 kN pero hacia abajo, para lo cual, debe
disminuir la reacción normal del piso: RN = PN  FR  9,80 – 3,50  6,30 kN. Por otra parte, en la
dirección tangencial la fuerza motriz debe disminuir en una cantidad igual a la componente tangencial
del peso (0,854 kN), ahora hacia delante después de B, o sea que debe pasar de 1,50 kN antes de A, a
0,65 kN después de B.
Veamos ahora a qué velocidad las ruedas pierden contacto con el piso: debemos plantear que R N = 0,
y eso significa FR = 9,80 kN = m v2 / R  v = (R g)½  33,4 m/s.
9,80 kN
33,4 m/s
9,76 kN
33,4 m/s

A
B
9,80 kN 9,80 kN
9,80 kN
9,80 kN

A esa velocidad las ruedas pierden contacto con el piso, y el automóvil está en caída libre durante un
breve lapso. Mientras dure, ni el piso sostiene al vehículo, ni los asientos sostienen a los pasajeros,
quienes comienzan a sentir ingravidez. A más velocidad esto podrá durar cada vez más hasta que el
automóvil retome el contacto, lo cual podrá ocurrir cada vez más lejos.
91

CAPÍTULO 3:
Trabajo y Energía

Comentarios introductorios acerca de la energía


Independientemente de que el concepto de energía es tal vez el más fructífero de toda la
Física, dentro del marco de la Mecánica a veces lo que más interesa es que es una herramienta
que permite resolver problemas de manera mucho más simple que lo que resultaría de aplicar
directamente las leyes básicas de la dinámica. Y para eso el ingrediente fundamental es el
Teorema del Trabajo y la Energía Cinética, que analizaremos a continuación.
Ahora bien, es importante tener presente que en un curso de Mecánica este teorema se puede
establecer de manera muy limpia y directa a partir de las leyes de la Dinámica, y sin embargo
la exquisita elaboración que la Mecánica había logrado en el siglo XVIII no bastó para
establecer el significado de la energía, el cual requirió de la Revolución Industrial, con sus
desarrollos tecnológicos y con los esfuerzos prácticos y teóricos de ingenieros, físicos, y otros
participantes interesados de variado origen y formación.
Es importante destacar que la mayor parte de lo que se dice sobre la energía dentro de la
Mecánica, está influido por lo que significa la energía fuera de ella.
Por eso aquí es importante mostrar cómo, dentro de la Mecánica, con las herramientas del
trabajo y la energía podemos entender situaciones, hacer cálculos y resolver problemas, pero
también es importante llamar la atención sobre la necesidad, para su enseñanza, de dar lugar a
búsquedas y discusiones sobre la forma en que las ideas se fueron estructurando, las diferentes
interpretaciones que se consideraron válidas en distintos ámbitos y momentos, y en general
considerar las posibilidades más adecuadas para los intereses de los diferentes grupos de
alumnos.
El profesor en su curso deberá tomar decisiones sobre la forma de distribuir en tiempo para
explorar los posibles significados de conceptos tan importantes como son la energía y el
trabajo.
En este curso es claro que debemos situarnos bien dentro de la Mecánica, desde el punto de
vista que considera trabajo y energía más que nada como herramientas útiles para los
razonamientos dinámicos.
De manera que haremos una presentación del teorema adecuada para un profesor que deberá
enseñar el tema en un nivel medio típico, acompañada de comentarios que luego se amplían
un poco en los Anexos de este capítulo.

3.1.-Teorema del trabajo y la energía cinética


Antes de comenzar es importante advertir que hay aspectos de este tema para los que, a
diferencia de lo que sucede con la Ley del Impulso, es muy distinta la idea de cuerpo, que la
de partícula. Y hemos elegido comenzar explícitamente con una partícula, para después
considerar los cuerpos de la vida práctica como constituidos por partículas, y continuar
elaborando el concepto de energía válido para ellos.
De manera que comencemos considerando el movimiento de una partícula de masa m
 
mientras pasa con velocidad v por un punto dado por r mientras actúa sobre ella una fuerza
92


F (resultante de todas las que pueda haber), y examinemos lo que nos dice la Ley del
Impulso, pero limitándonos a su parte tangencial (expresión (15) del Capítulo 2):
FT t = m v
eje
normal
F
FN


m eje tangencial
FT v
r
 
Fig. 1: Para el vector fuerza resultante F que actúa durante el desplazamiento  r se muestran
las componentes tangencial y normal.

Sin perder de vista que pretendemos llegar finalmente a enunciados generales, ahora para
comenzar nos vamos a limitar al caso en que la fuerza tangencial es constante, aprovechando
lo que ya sabemos sobre el movimiento de una partícula sometida a una fuerza tangencial
constante.

COMENTARIO DIDÁCTICO
Si se tiene un auditorio con la formación adecuada puede plantearse todo
para intervalos infinitesimales, y prescindirse del requisito de que F T sea
constante. De esta manera todo resulta más simple rápido y económico, pero
probablemente no sería apto para alumnos típicos de nivel medio: se gastaría
más tiempo tratando de que se comprendan los detalles de los infinitésimos que
lo que se ganaría en otras partes.

El movimiento que hemos estudiado con fuerza tangencial constante, ha sido un movimiento
rectilíneo, el MRUV. Ahora estamos interesados en un movimiento más general, pero es fácil
advertir que todo lo planteado para el MRUV seguirá siendo válido para cualquier
movimiento con fuerza tangencial constante mientras no hagamos intervenir nada que se
relacione con la fuerza normal.
El MRUV estudiado tenía lugar a lo largo del eje x, bajo una fuerza constante alineada con
este eje, es decir, puramente tangencial (FT = Fx).
Ahora consideraremos cualquier trayectoria, a lo largo de la cual designaremos las posiciones
con  , con lo cual, entre dos posiciones,  1 y  2 , tendremos una distancia   a lo largo del
camino.

Nota:
Al hacer esto estamos atribuyendo un sentido positivo a la dirección tangencial, que es hacia donde crece  , y
cuando escribimos   , aunque lo denominamos ―distancia‖, debemos saber que es una distancia orientada,
con signo. La distancia a lo largo del camino entre el punto indicado por  1 y el indicado por  2 , definida
correctamente debería ser  , siempre positiva. Pero en este desarrollo necesitamos algo análogo a lo que
fue x en el MRUV, es decir una distancia orientada. En general estos detalles quedan sobreentendidos, a
93

veces sin las aclaraciones debidas, y cuando surge una confusión es necesario poder determinar bien el
significado que se atribuye a cada símbolo.
Por otra parte, además, para que este desarrollo funcione bien, se sobreentiende que el sentido positivo de la
dirección tangencial, definido por  , vale también para la fuerza tangencial.

La trayectoria será curva debido a la presencia de la componente normal de la fuerza


resultante, pero vamos a ignorar completamente todo lo que se relacione con las fuerzas
normales, y luego veremos que eso es fundamental en la definición de trabajo.
Considerando ahora un intervalo t en el cual la fuerza tangencial permanece constante, la
expresión tangencial de la Ley del Impulso queda: FT t = m v, que puede ser escrita como:
FT = m v/t, y multiplicándola por la distancia   recorrida:
 v
FT   m
t
Ahora bien, para el MRUV teníamos la expresión (8) para calcular la distancia recorrida en
t: x = ½ (v1 + v2) t, que ahora sigue siendo totalmente válida si escribimos   en lugar de
x.
De manera que   /t = ½ (v1 + v2), y en el miembro derecho de la expresión anterior queda:
 v t = ½ (v1 + v2) (v2 – v1) = ½ (v22  v12), y finalmente tenemos:

v 22  v12 m v 22 m v12
FT   m   (1)
2 2 2
Ésta es la expresión del teorema del trabajo y la energía cinética. Si bien es una expresión
obtenida en el caso de fuerza tangencial constante, veremos luego que en realidad su validez
es general.
Cada término en esta igualdad tiene un nombre y una interpretación particular, ambos muy
importantes.
El miembro izquierdo FT  , se denomina trabajo mecánico hecho por la fuerza en el
recorrido considerado, y lo designaremos con W, inicial de ―work‖ (―trabajo‖ en inglés)
siguiendo una costumbre muy difundida (no utilizaremos T, inicial de ―trabajo‖ en español,
porque ya tenemos otros usos para ella).
De manera que:
W = FT  (2)
El miembro derecho, por otra parte, es la variación de la cantidad ½mv2, denominada energía
cinética, o de movimiento, de la partícula, que designaremos Ec:
1
Ec  m v2 (3)
2
Con lo cual la expresión de este teorema es:

W  Ec (1‘)

Esta presentación elemental del teorema merece algunos comentarios.


94

1.- El significado de la energía cinética


Si bien el concepto general de energía es muy difícil de definir completamente, entendemos
que una de sus formas de manifestarse es la llamada cinética, y aquí solamente pretendemos
interpretar el significado particular de esta energía cinética, desde la Mecánica, y recorriendo
un camino desde lo particular a lo general.
En estas condiciones aquí debe ser suficiente con algunas afirmaciones básicas.
1.1.- La energía cinética da cuenta de alguna propiedad del movimiento: es nula si la partícula
está en reposo, y aumenta con la velocidad y con la masa. La denominación cinética
simplemente pretende decir: de movimiento.
1.2.- La energía cinética no es vector, es escalar. O sea es una cantidad independiente de la
dirección y sentido del movimiento, que además no puede ser negativa. Una partícula
viajando con una velocidad que se considera positiva, que luego invierte su marcha y viaja
con velocidad negativa, tiene energía cinética positiva en ambas partes del viaje.
1.3.- En un conjunto de partículas la energía cinética es aditiva. Dado que no puede ser
negativa, se tiene que en un conjunto de partículas todas hacen su contribución positiva a la
energía cinética total, y nunca una puede cancelar la contribución de otra, aunque se muevan
en sentido contrario.

2.- El significado del trabajo


El concepto de trabajo en cambio es menos simple que el de energía cinética, y desde el punto
de vista de su enseñanza requiere de mucho trabajo con los alumnos, y aquí solamente
presentaremos abreviados los puntos más importantes.
2.1.- El trabajo mecánico es hecho por las fuerzas.
Si bien el vocablo trabajo designa muchas cosas de la vida práctica, casi todas las cuales en
general guardan cierta relación con el concepto mecánico que estamos analizando aquí, para
evitar confusiones vale delimitar el significado diciendo que el trabajo mecánico FT  es

hecho por la fuerza F de la cual FT es la componente tangencial, actuando sobre la partícula a
lo largo del camino  .
Cuando se habla del trabajo mecánico hecho por sistemas, o personas, o agentes, etc.,
significa en cada caso, el trabajo mecánico hecho por las correspondientes fuerzas que ellos
aplican.

2.2.- Solamente la componente tangencial de F hace trabajo.
Éste es un detalle clave, que merece discusión y trabajo con los alumnos tanto para que quede
claro desde el punto de vista del procedimiento (darse cuenta y saber encontrar la componente
en cada caso), como también desde un punto de vista más filosófico, es decir, buscando
diferentes argumentos para preguntas o inquietudes como: ¿por qué el trabajo se define
solamente con la componente tangencial de la fuerza? ¿por qué es razonable que la
componente normal no haga trabajo? etc.
Es claro que dentro del campo específico de la mecánica la respuesta a esas preguntas puede
ser tan simple como: porque así se obtienen las expresiones (1) o (1‘), es decir, porque así se
obtiene el teorema; pero desde el punto de vista de la enseñanza esto no se puede simplificar
tanto, y requiere mucho trabajo con los alumnos, aplicando diversas estrategias para que
resulte razonable algo que a primera vista parece caprichoso (en el Anexo 3.1 se amplía el
tema).
95

Para iniciar un argumento es posible decir que si pensamos en un ente como la energía de
movimiento de una partícula, guiados por una idea vaga de lo que la energía debería ser, ésta
debería depender del módulo de la velocidad y no de su orientación, y eso significa que debe
relacionarse con las componentes tangenciales de las fuerzas aplicadas, que son las que
pueden cambiar el módulo de la velocidad, y no con las normales, que solamente afectan a la
dirección.
2.3.- El trabajo no es un vector
En la definición del trabajo intervienen el vector fuerza aplicada, y también el vector
desplazamiento, pero con esos vectores se define algo que en este caso es un escalar, o sea un
número (con unidad) que no indica orientación en el espacio.
Este número puede tener signo positivo o negativo, y examinando las expresiones anteriores
vemos que el signo positivo (negativo) corresponde al caso en que la fuerza tangencial actúa
en el mismo (opuesto) sentido en que tiene lugar el desplazamiento.
La operación que define el trabajo a partir de estos vectores es el producto escalar, que
suponemos conocida por el profesor y no es necesario desarrollar aquí (en el Anexo 3.4 hay
detalles). Cuando sea conveniente para abreviar utilizaremos la notación correspondiente –
hasta aquí hemos mostrado todo lo que el profesor puede hacer en sus clases sin recurrir al
producto escalar.

2.4.- El trabajo es la forma mecánica de suministrar o transferir energía.


Esta es una idea fundamental, que en esta etapa inicial de la presentación del tema aún no
adquiere todo su significado, pero conviene tratar de ir organizándola.
Analizando la expresión W = Ec se ve que la cantidad de energía cinética que gana (o
pierde) una partícula es exactamente igual a la cantidad de trabajo positivo (o negativo) que
hace sobre ella la fuerza (resultante) que se le aplica.
En este momento solamente hemos definido una forma de energía, que es la cinética, y eso
limita el lenguaje y las situaciones que pueden considerarse. Pero cuando veamos otras
formas de energía, podremos decir que el agente que hace trabajo positivo sobre la partícula
incrementándole su energía cinética, ya tenía la energía en alguna forma, se la transfiere a la
partícula, y ésta la almacena como cinética.
Para el caso en que el trabajo hecho por la fuerza aplicada por el agente es negativo y la
partícula pierde algo de su energía cinética, aplicando el Principio de Acción y Reacción
podremos decir que la fuerza que aplica la partícula al agente hace trabajo positivo, y veremos
que en esos casos siempre se puede encontrar que la energía perdida por la partícula aparece
en alguna forma en el agente, y nuevamente podremos decir que hubo una transferencia de
energía.

El teorema cuando la fuerza tangencial varía


Al igual que sucede con la ley del impulso, si se considera un trozo cualquiera de trayectoria,
desde A hasta B, en el cual la fuerza resultante (o su componente tangencial, que es la que
importa) vaya variando, la aplicación del teorema debe hacerse subdividiendo el intervalo
total en N intervalitos suficientemente pequeños (infinitesimales, pero no es necesario decirlo)
como para que la FT pueda ser considerada constante en cada uno.
96

FR,i B
tB=tN
tN-1
i
vi
FT,i
 i
ti+1
A t1 t2 ti
tA=t0

Fig. 2: Elementos a tener en cuenta para el cálculo del trabajo de la


fuerza resultante sobre una partícula a lo largo del trayecto AB.
Procediendo de esta manera tendremos que para cada intervalito genérico, desde ti hasta ti+1,
la fuerza tangencial valdrá FTi, la distancia recorrida será  i , y el teorema del trabajo y la
energía cinética dirá:
FT i  i  Ec i 1  Ec i (4)
Como esta igualdad se debe cumplir en cada intervalo (procediendo de la misma manera que
ya hicimos para calcular el impulso aplicado por una fuerza variable), si escribimos una lista
con las N expresiones del teorema para los N intervalos sucesivos, entonces luego, sumando
entre sí todos los miembros izquierdos, e igualándolos con la suma de todos los derechos,
obtendremos la expresión general para todo el intervalo.
Es decir, por un lado efectuamos la suma de todos los miembros izquierdos F
i
Ti  i .

Esto nos da una acumulación de los sucesivos trabajos hechos por la fuerza a lo largo de todo
el camino, y decimos que eso es el trabajo total hecho por ella en el trayecto AB:
W(A  B)   FT i  i (2‘)
i

COMENTARIO DIDÁCTICO
La notación con el símbolo sumatoria no debe asustar. No es una cuenta que
haya que hacer, sino que es un concepto: el trabajo total realizado por la
fuerza desde tA hasta tB, se debe imaginar como la acumulación de las
contribuciones de los sucesivos intervalitos. Esta acumulación puede dejarse
indicada como una sumatoria, o como una integral:

W(A  B)   FT i  i   FT d
i
La notación con la integral tampoco debe asustar. Para una audiencia sin
formación matemática, es un símbolo. El signo integral es una S estilizada que
significa sumar. Para los entendidos además hay métodos para evaluar las
integrales.
Pero los no entendidos en general solamente tendrán que tratar con
situaciones simples en las que bastará con evaluar el trabajo a través del área
de la gráfica de FT(  ) en función de la distancia  recorrida a lo largo de la
curva (de la misma manera en que se evaluó el impulso como área de Fx(t)).
Pero aún en estos casos es recomendable destinar cierta cantidad de esfuerzo a
la tarea de transmitir la noción de trabajo como sumatoria de todas las
97

contribuciones FT i  i pues, al igual que el impulso, el trabajo es una variable


que representa algo que se acumula en todo un intervalo: no tiene sentido “el
trabajo en A”, ni “el trabajo en B”, el trabajo se hace entre A y B .

Por otro lado la suma de todos los miembros derechos es la suma de las sucesivas variaciones
de la energía cinética (como la suma de las variaciones sucesivas de cualquier variable), es
directamente igual a la diferencia entre el último y el primer valor de ésta, y es absolutamente
independiente de cómo se haya subdividido el intervalo:

 Ec
i
i 1  Ec i  Ec1–Ec0 + Ec2–Ec1 + Ec3–Ec2 +…+ EcN–EcN-1

= EcN – Ec0 = Ec(B) – Ec(A)


Es importante destacar, como diferencia entre trabajo y energía, que la energía cinética tiene
un valor definido en cada instante: tiene un valor EcA en A, y tiene un valor EcB en B. Es lo
que se denomina ―variable de estado‖, a diferencia del trabajo, que depende de todo el
proceso y no de un estado particular.
Con lo cual el teorema queda escrito de manera definitiva con la misma expresión (1‘), válida
para cualquier situación con la salvedad de que el miembro izquierdo, el trabajo, representa
toda la suma de contribuciones antes mencionada.

W(A  B)  Ec(B)  Ec(A) (1‘)

Nota: fuerza tangencial media


De cualquier manera que se calcule el trabajo, siempre puede definirse una fuerza tangencial media en
el intervalo considerado, tal que manteniendo un valor constante durante todo el intervalo, hubiera
producido el trabajo que efectivamente se produjo con la fuerza real.
De manera que la expresión (2), en un caso general de fuerza cualquiera, define la fuerza tangencial
media:
W(A  B)
W = FTmedia   FTmedia en AB =


COMENTARIO DIDÁCTICO:
Como ya hemos mencionado en otras ocasiones, en el nivel medio los
razonamientos deben hacerse sobre intervalos finitos, sin recurrir a las
estrategias de cálculo infinitesimal.
Pero en algún momento, porque alguna trayectoria es curva, o porque algún
resorte se va estirando, o por alguna razón similar, se debe llegar al planteo
de que algunas cosas van variando gradualmente, instante a instante. Y en
ese momento puede ser necesario plantear alguna estrategia como imaginar
un intervalo subdividido cierta cantidad indefinida pero muy grande de
veces: todo lo que haga falta para cierto efecto. Y luego imaginar cómo van
cambiando cosas de un intervalo a otro, o imaginar que es posible concebir la
suma de algo a través de todos los intervalos, etc.
Éstas son todas estrategias típicas del cálculo infinitesimal, pero no es
necesario ejecutarlas rigurosamente, sino solamente imaginar algunos
elementos básicos.
98

Y finalmente se recuadra algún resultado que se va a utilizar, como la


expresión (1’), o como la idea de que es posible pensar en una fuerza media, (o
como la idea de que el vector velocidad debe dibujarse tangente a la
trayectoria, que vimos en su momento), sin haber utilizado rigurosamente el
cálculo infinitesimal, pero habiendo conducido el pensamiento de manera que
podríamos decir, vislumbrando lo infinitesimal.
Es decir, debemos preguntarnos:
Si por ejemplo pensamos que el alumno debe saber que el trabajo es el producto
fuerza  distancia recorrida, pero no pensamos que puede imaginar que eso
también es la suma de la fuerza por los sucesivos elementos de distancia que se
van recorriendo, entonces, ¿estamos pretendiendo que comprenda un concepto,
o lo estamos entrenando solamente para que aplique una fórmula?
Luego de enseñarles la fórmula, ¿no sería nuestra obligación exigirles el
esfuerzo de avanzar un poco más allá, hacia este tipo de razonamientos
instante a instante? ¿O pensamos que ellos pueden descubrir solos ese mundo?
¿O pensamos que ellos no tienen derecho a ese mundo?

Similitudes y diferencias con la Ley del Impulso


Desde el punto de vista de su utilización para resolver problemas prácticos de cálculo, es

importante tener presentes las expresiones (en ellas v  v = módulo del vector velocidad):
Ley del impulso en su componente tangencial:
FT t = p = (m v)
Teorema del trabajo y la energía cinética:

FT   Ec   m v 2 2 
De manera que, dejando de lado la diferencia conceptual, ambas leyes nos indican claramente
que la componente FT es la única que interviene en el cambio del módulo de la velocidad, y
nos suministran la siguiente receta práctica:
Si estamos resolviendo un problema en el que se dispone más fácilmente de datos
sobre el tiempo que sobre la distancia recorrida, seguramente será más efectivo
intentar abordarlo con la ley del impulso tangencial; mientras que, a la inversa, si
disponemos de datos sobre la distancia recorrida antes que sobre el tiempo,
seguramente será más efectivo intentar abordarlo con el teorema del trabajo y la
energía cinética.

3.2.- Fuerzas conservativas y energía potencial


Ahora daremos otro paso que nos acercará un poco más al concepto de energía.
Vamos a considerar el Teorema del Trabajo y la Energía Cinética para una partícula puntual
sobre la que actúan varias fuerzas, pero siendo que entre las fuerzas aplicadas haya una (o
varias) de un tipo especial que merece la denominación de ―conservativa‖ (a las fuerzas de

este tipo las designaremos en general FC ), porque su acción es tal que se puede decir que
conserva la energía.
99

Veamos el significado en un ejemplo: una fuerza conservativa es la gravedad. Consideremos


un cuerpo que pesa 5 N y es lanzado hacia arriba. Cuando el cuerpo sube un metro la
gravedad hace un trabajo de 5 J, de manera que lo va frenando y le hace disminuir la energía
cinética quitándole 5 J; cuando el cuerpo baje y pase por el mismo lugar, al recorrer ese metro
hacia abajo, el peso le hará aumentar la velocidad, aumentando en 5 J su energía cinética. Le
habrá devuelto en la bajada lo que le quitó en la subida. Y siempre actuará así. Nunca será
posible inventar una máquina que repitiendo indefinidamente algún proceso pueda obtener (ni
perder) indefinidamente energía cinética de la gravedad.
De manera que lo que se requiere para que una fuerza sea conservativa es que su naturaleza
sea tal que el trabajo que ella hace sobre cualquier cuerpo cuando es llevado desde un punto
arbitrario A hasta otro punto arbitrario B, sea exactamente la misma cantidad de trabajo con
signo opuesto, que ella haría sobre ese cuerpo en el viaje desde B hasta A por cualquier
camino posible.

NOTA DIDÁCTICA:
Ya hemos comentado que el concepto de energía es muy amplio y excede el
marco de la Mecánica.
Aquí estamos haciendo una elaboración desde dentro de la Mecánica,
comenzando con una partícula, porque hemos encontrado que de esta manera
se logra una construcción que es accesible y que puede ser revisada y
reconstruida más fácilmente cuando surgen dificultades en la interpretación
de alguna situación.
Pero invariablemente la noción de energía conectada con aspectos de la vida
diaria se introduce en el discurso, haciéndole perder parte de su rigor: decimos
que lanzamos un cuerpo hacia arriba, y no que lanzamos una partícula hacia
arriba, porque lo primero suena habitual, y lo segundo sonaría sospechoso de
esconder algún tipo de trampa o elemento extraño.
Pero por ahora todo lo elaborado se circunscribe a una partícula.


Es decir, FC es conservativa si para cualquier par de puntos A y B, para cualquier partícula
que recorre cualquier camino posible entre ellos, se cumple que:
WFC(A  B) = WFC(B  A) (5)

Esto significa además, que el trabajo que hace FC para un desplazamiento desde A hasta B, a
lo largo de cualquier trayectoria posible para la partícula considerada, debe ser el mismo,
independiente de la trayectoria, de la forma en que se la recorra, y del tiempo demorado en
hacerlo.
Una definición equivalente es: una fuerza es conservativa si el trabajo total que hace sobre
una partícula es nulo cuando ella hace cualquier recorrido, de cualquier manera, partiendo de
un punto A hasta volver a pasar por el mismo punto.

Ejercicio: mostrar que los dos enunciados son equivalentes.

Es claro que una fuerza conservativa es una fuerza especial. Cuando en algún problema
proponemos la acción de algún agente que aplique una fuerza, tenemos libertad para proponer
que la fuerza aparezca, desaparezca, aumente disminuya, cambie de dirección etc. Eso
claramente no puede ser una fuerza conservativa, porque puede dar o quitar energía cuando lo
100

querramos. Puede dar o quitar cualquier energía en un trayecto AB, independientemente de


lo que haga en el BA.
Una fuerza conservativa no puede ser caprichosa: siempre tienen que estar en cada lugar
actuando de la misma manera. Cuando la partícula recorre un tramo en un sentido la fuerza
conservativa siempre le tiene que dar la misma cantidad de energía, y siempre le tiene que
quitar la misma cantidad exactamente cuando la partícula recorre el tramo en sentido
contrario.
Ya hemos mencionado que un ejemplo sería la gravedad. No hay forma de burlar la gravedad.
El cuerpo del ejemplo anterior lanzado hacia arriba puede ser retenido por algún mecanismo
que le impida bajar. En ese caso la gravedad no puede devolverle los 5 J que le quitó, pero
mientras el cuerpo esté arriba, la gravedad mantiene latente la capacidad de devolverle los 5 J.
No importa el tiempo que transcurra: aunque pasen miles de años, si algún día el cuerpo baja,
cuando lo haga, al pasar por el mismo tramo recuperará los 5 J.
De manera que cuando en un recorrido la gravedad (o cualquier fuerza conservativa) quita
algo de energía cinética (porque la partícula se desplaza en contra de la fuerza), decimos que
esa energía no se pierde, sino que queda almacenada en forma ―potencial‖, y podrá ser
totalmente devuelta si la partícula recorre el mismo camino en sentido inverso (es decir, a
favor de la fuerza).

Nota:
La denominación ―potencial‖ se refiere a la noción aristotélica que establece la dicotomía entre potencia
y acto. Lo potencial es lo que tiene la posibilidad de llegar a ser. Cuando se llega a ser, se constituye el
acto.

Inventamos entonces una energía potencial, Ep, de la que dispondrían los sistemas con la
capacidad de aplicar alguna fuerza conservativa, y que sería la forma en que ellos pueden
almacenar la energía cuando se la quitan a una partícula en movimiento.

Nota:
Vemos que la noción de energía potencial excede la noción de partícula: requiere de un sistema con
ciertas características, además de la partícula que se mueve bajo la influencia de la fuerza que el
sistema puede aplicarle.
En el caso de la gravedad decimos que el sistema es una entidad denominada campo gravitatorio, que
para existir requiere de un cuerpo externo a la partícula, fuente de dicho campo.
También es muy común el caso de la energía potencial elástica, asociado a un campo de fuerza
elástica, que suele ser un ente ideal que en la práctica está representado por la fuerza que puede
aplicar un resorte, o algún tipo de cuerpo material elástico.
Estos hechos constituyen más razones por las cuales debe entenderse que la noción de energía es
muy amplia y muy profunda. La mecánica no puede explicarla, sino solamente hallar las expresiones
necesarias para tratar con ella.

De manera que lo que estamos diciendo es que siempre que una fuerza conservativa actúa
realizando un trabajo, la cantidad de trabajo es una medida de la correspondiente variación de
la energía potencial:

WFC = Ep (6)


101

Y si no hay otras fuerzas actuando, además resulta que WFC = Ec = Ep, de manera que
(Ep + Ec) = Ep + Ec = 0. (6‘)
Es decir que la suma de ambas energías se conserva, y podemos decir que una se está
transformando en la otra.

Veámoslo con los números del ejemplo del cuerpo que sube para que sea más claro: en la subida el cuerpo
pierde 5 J de energía cinética en un metro. A eso lo escribimos Ec = 5 J. Decimos entonces que el cuerpo
almacenó 5 J como energía potencial de gravedad, es decir: Ep = Ec = + 5 J.
Luego, si se permite que el cuerpo baje, al recorrer un metro a favor de la gravedad ganará 5 J de cinética,
perdiéndolos de potencial. Dicho de otra manera, en la bajada la gravedad entregó los 5 J que había quitado en
la subida; eso significa que los había almacenado en forma de Ep, y ahora los ha devuelto.

La expresión (6‘) expresa una conservación: si definimos la energía mecánica total ET = Ec +


Ep, esta expresión nos dice que ET = 0.
Ahora consideraremos una partícula sobre la que hay varias fuerzas aplicadas no

conservativas, y además una conservativa, que designaremos FC , asociada con una energía
potencial Ep tal que Ep = WFC.
 
Designando FNC a la resultante de todas las fuerzas actuantes excluyendo a la FC , al
incorporar esto a la expresión (1‘) del teorema del trabajo y la energía cinética, queda:
Ec = WResultante = WFC + WNC = Ep + WNC
O sea:
WNC = Ec + Ep = Etotal (7)
Siendo la energía mecánica total:
Etotal = Ec + Ep (8)

Nota:
Vale aclarar que siempre es válida la expresión (1‘) WResultante(A  B) = Ec, en la cual las fuerzas
conservativas que puedan existir no se discriminan, sino que se tratan de la misma manera que todas
las demás.
También vale aclarar que si hay varias fuerzas conservativas, habrá una energía potencial para cada
una de ellas (y solamente una energía cinética): Etotal = Ec +Ep, con Ep = Ep1 + Ep2 + …, y que siempre
pueden utilizarse variaciones del teorema en las cuales se discriminen solamente algunas de las
fuerzas conservativas, y otras no.

Conservación de la energía mecánica


En el caso en que WNC(A  B) = 0, ya sea porque solamente actúan fuerzas conservativas, o
ya sea porque actúan fuerzas que no hacen trabajo (como el hilo en un péndulo ideal, o una
pista ideal sin rozamiento), la expresión (7) indica la conservación de la energía mecánica
total:
Etotal = constante (9)
102

Vale aclarar que esto no es algo que pueda denominarse Principio de Conservación de la
Energía Mecánica, sino que es algo que hemos escrito para una partícula puntual, y que de
alguna manera estamos imaginado generalizada a sistemas macroscópicos.
Pero en los sistemas macroscópicos reales esto solamente se puede llegar a cumplir en forma
aproximada, dado que en cualquiera de ellos siempre actúan algunas fuerzas disipativas, es
decir fuerzas no conservativas que siempre hacen trabajo negativo, como la fricción. Esas
fuerzas en general hacen que Etotal disminuya, en acuerdo con la expresión (7).
Sin embargo sí existe un Principio de Conservación de la Energía que se cumple estricta y
completamente, pero no es dentro de la Mecánica, y tampoco se refiere a una partícula
puntual como lo veremos pronto.

Expresiones para la energía potencial


Dado que la energía potencial asociada con cierta fuerza conservativa debe depender
exclusivamente de las características de esa fuerza según la expresión (6): WFc = Ep, y que
el trabajo WFC(AB), que ella hace entre A y B, no depende del tiempo empleado, ni de la
velocidad en A, ni en B, ni en ningún otro punto, ni depende del recorrido, etc., entonces la
energía potencial Ep se puede expresar como una función de las coordenadas de la partícula.
Supongamos que tenemos la función Ep(x, y, z) que nos permite calcular dicha energía en
cualquier punto.
La expresión (6) dice que la fuerza conservativa solamente define la variación de la energía
potencial. Esto significa que otra función Ep‘ que se obtenga sumando una constante C a la
anterior, también es válida como función, ya que ambas tendrán la misma variación entre dos
puntos arbitrarios dados.

De manera que la función Ep( r ) en general estará indefinida en una constante arbitraria, y se
podrá escribir como:
   
Ep( r ) = Ep( rA ) – WFC( rA  r ) (10)

Donde Ep( rA ) es un valor arbitrario que fijamos para la energía potencial en un punto
arbitrario A, a partir del cual podemos calcular el valor de Ep en cualquier punto según (10),
suponiendo que sabemos calcular el trabajo que hace la fuerza en cuestión entre esos puntos.
El cálculo de dicho trabajo es lo que indica la expresión (2‘):
 
WFC ( rA  r )   FT i  i
i

La forma más conveniente de evaluar el resultado de esta expresión depende de muchos


factores. En principio puede requerir saber calcular la integral  FT d , pero en los casos de
más interés práctico eso no es necesario, como veremos ahora en un par de ejemplos que nos
dejarán resultados útiles.

Ejemplo 1: energía potencial gravitatoria en la superficie de la Tierra


En esta zona el campo gravitatorio es constante. Si colocamos ejes x, y, horizontales y un eje z vertical,

positivo hacia arriba, la fuerza peso será: P = (0; 0;m g), y el trabajo hecho por esta fuerza mientras la
   
partícula de masa m se desplaza desde rA = (xA; yA; zA), hasta r = (x, y, z), resulta WFC( rA  r ) = m
g (z – zA) ; (ver Anexo 3.4)
103

  
De manera que aplicando (x): Ep( r ) = Ep( rA ) + m g (z – zA) = m g z + Ep( rA ) – m g zA
 
Y dado que tanto Ep( rA ), como zA son valores que se eligen arbitrariamente, decimos que Ep( rA ) – m
g zA = C, una constante arbitraria.
Y finalmente:
Ep = m g z + C
En general C se elige para que Ep sea cero en algún lugar particular. Si no se escribe nada, Ep será
cero en z = 0 (que de todos modos corresponderá a una altura arbitraria).

Ejemplo 2: energía potencial elástica


Consideremos una fuerza elástica aplicada por un resorte ideal a lo largo del eje x. Si definimos x = 0
en la posición de equilibrio, se tiene Fx = k x. De manera que la fuerza tangencial del resorte actúa
hacia la posición de equilibrio, y hace un trabajo negativo tanto si el resorte es estirado como
comprimido.
Por lo tanto, si partimos de xA = 0, y estiramos el resorte hasta cualquier valor x, el trabajo hecho por la
fuerza elástica será:
WFC(0x) = Área deF(x)
F (módulo)
F(x)
Área = ½ x  F = ½ k x2

x
x
De manera que aplicando (x) queda Ep(x) = Ep(0) + Área = Ep(0) + ½ k x2.
Finalmente, dado que Ep(0) es un valor arbitrario que podemos llamar C:
k x2
Ep(elástica) = +C
2
Si no se escribe C, Ep será cero en la posición de equilibrio del resorte, que es lo habitual.

COMENTARIO DIDÁCTICO:
Ya hemos utilizado esta estrategia de evaluar una integral a través del área
de una gráfica más de una vez (el impulso a través del área de la gráfica F(t),
o la distancia a través del área de v(t)), y cada vez debe ser justificado para
los alumnos por medio de la correspondiente construcción y discusión, aunque
aquí lo hayamos omitido.
En este caso además se deben plantear cuestionamientos para la tendencia
natural de los alumnos de aplicar W = F d, donde F es el valor máximo
(generalmente final) de la fuerza. Se debe llamar la atención sobre lo
razonable de pensar en una fuerza media, etc.

Para otros casos más complicados la expresión para Ep debe encontrarse a través del cálculo
infinitesimal. Y eso nos introduce en otro tipo de planteos de mucho interés conceptual.
Pero antes de llegar al cálculo infinitesimal hay muchos razonamientos y tratamientos útiles
que se pueden hacer planteando desplazamientos pequeños (infinitesimales sin necesidad de
mencionarlo formalmente). Así es fundamental retomar la expresión (6) definitoria de la
104

energía potencial, escribiéndola para un desplazamiento infinitesimal y eligiendo el eje x en la


dirección del desplazamiento. De esta manera la componente tangencial de la fuerza es FCx, y
entonces se obtiene una expresión muy útil:
Ep = FCx x (11)

Esta expresión nos dice cuánto varía Ep cuando la partícula se desplaza en cualquier dirección
que se elija, caracterizada con el eje x.

Además nos dice que FC apunta hacia donde Ep disminuye.

Ejercicio para el lector.


Muestre esta afirmación con algún ejemplo concreto.

Para lo que conocen derivadas esta expresión es también útil escrita de la siguiente manera:
Ep
FCx   (12)
x
Así escrita nos dice que la función energía potencial debe ser tal que su derivada a lo largo de

cualquier dirección debe ser la componente de la fuerza FC en esa dirección.
Es claro que la suma de cualquier constante a una función Ep dada no interviene en la
derivación y eso es coherente con la afirmación de que la Ep está indefinida en una constante
aditiva, ya que, como lo dice la expresión (6), se define por su variación.
Veamos un ejemplo de aplicación, que es el más importante para nuestros intereses.

Ejemplo 3: energía potencial coulombiana


Para distancias grandes de la superficie de la Tierra o de cualquier astro, la energía potencial
gravitatoria se puede denominar energía potencial coulombiana, que es la que corresponde a las
fuerzas coulombianas, que son las fuerzas radiales que disminuyen con el cuadrado de la distancia al
centro, r: Fr = cte/r2.
El nombre deriva de que fue Charles Agustín de COULOMB (1736-1806), quien estudió sistemáticamente
esta fuerza para el caso electrostático, al cual se aplica también esta denominación.
De manera que según (12) Ep debe ser una función de r tal que Fr =dEp/dr, y eso significa que (salvo
posiblemente el signo): Ep = cte/r.
Concretamente, para el caso gravitatorio, si tenemos una fuerza atractiva hacia el origen, cuyo módulo
es F = G M m / r2, donde M es la masa del astro central, muy grande, m es la masa del cuerpo en órbita

cuyo movimiento estudiamos, y G es la constante de gravitación universal, dado que el sentido de r es

opuesto al de F , tendríamos: Fr = K / r2, donde K es una constante positiva que vale: K = G M m =
6,67×10-11(N.m2/kg2)×M×m.
Y entonces:
K
Ep =  +C (13)
r
Eligiendo arbitrariamente C = 0, estamos eligiendo que Ep  0 cuando r  , lo cual es la costumbre
más difundida.
105

COMENTARIO DIDÁCTICO:
Para alumnos que no han estudiado derivadas, no es necesario destinar
tiempo a desarrollar los cálculos anteriores.
No obstante la energía potencial gravitatoria coulombiana puede ser
justificada cualitativamente a partir de la observación de la gráfica de F(r):
en la vecindad de la superficie de la tierra, al suponer F constante (F = m g),
la Ep en función de la altura resulta una recta de pendiente F, de manera
que, si consideramos que al alejarnos suficientemente podemos percibir la
disminución de g, entonces eso nos permite dibujar cualitativamente Ep(r)
modificando la recta.
Ep Ep = m g z

Epcoul

r
R distancia al
z=rR centro de la
radio de
altura sobre Tierra
la Tierra
la superficie
Y esta figura es suficiente para muchos análisis. Luego, si es necesario, la
expresión (13) se puede establecer por decreto, con la ayuda de análisis
cualitativos de la situación (ver Capítulo 4).

COMENTARIO DIDÁCTICO: interpretación de los movimientos que conservan la


energía mecánica a partir de la gráfica de la función energía potencial.
Un aspecto interesante del tratamiento de estos temas es la posibilidad de
analizar movimientos que conservan la energía a partir de las gráficas de las
energías potenciales correspondientes a cada uno.
Estos tratamientos permiten desarrollar nociones que son imprescindibles para
comprender temas del átomo, incluyendo aspectos de muchas reacciones
químicas, como es todo lo relacionado con los niveles de energía.
Para alcanzar estos objetivos es necesario aprovechar casos unidimensionales
con funciones Ep(x) arbitrarias, y proponer ejercicios de interpretar los detalles
mecánicos que se deducirían de estas funciones, las que podrían estar
definidas cualitativamente de manera gráfica.
Así por ejemplo, a partir de una gráfica arbitraria podríamos aplicar la

noción de que la función Ep(x) varía solamente donde Fc hace trabajo, y que lo
hace como lo indica la expresión (11): Ep = Fcx x, eso nos permite relacionar
directamente la presencia de la fuerza con la pendiente de la gráfica, como lo
dice la expresión (12) pero cualitativamente.
Por ejemplo para la gráfica de la figura, las fuerzas que actuarían se
muestran cualitativamente (con vectores huecos).
106

E (J)

Ep(x)

x (m)

Fcx > 0 Fcx < 0 Fcx > 0 Fcx < 0

Deben relacionarse las explicaciones del movimiento a partir de estas fuerzas,


con las explicaciones a partir de la conservación de la energía: ET1 = Ec1 + Ep1
= ET2 = Ec2 + Ep2
E (J)

ET2 = ET1
Ep2 Ec2
Ec1
Ep1 x
Epmin x0 x1 x2
Además debe analizarse dónde puede haber equilibrio estable y dónde
inestable, y proponerse ejercitaciones a los alumnos para que encuentren el
comportamiento de una partícula en diversos lugares.

También es bueno interpretar el papel de la constante aditiva C, a partir del


dibujo de gráficas que muestran que nada cambia en la pendiente en cada

lugar, y por lo tanto nada cambia en la fuerza FC , ni en los movimientos
posibles. Por ejemplo para un valor cualquiera de la energía total E T referido a
la gráfica Ep(x), se obtienen iguales oscilaciones, con los mismos puntos de
retorno A y B, que si se considera la energía total ET’= ET + C’ para la gráfica
Ep’(x).

E (J) Ep‘(x)

ET‘
Ep(x)

ET

A x0 B x2 x (m)
x1

Ejemplo desarrollado
El siguiente gráfico representa la energía potencial de un cuerpo/partícula de 2 kg que se puede mover
a lo largo del eje x.
107

E (J)
2

x (cm)
-6 -4 -2 2 4 6
a) Explique dónde debe haber fuerzas y cómo son. Diga cuál es la posición de equilibrio – diga si es
estable o inestable.
b) Si el cuerpo pasa por el origen con una velocidad de 1 m/s, encuentre el valor de la energía total,
hasta qué valor de x llegará, y cómo será el movimiento luego.
c) Encuentre la energía que es necesario suministrar al sistema para que el cuerpo aumente la
amplitud de sus oscilaciones hasta 6 cm a cada lado de la posición de equilibrio.
d) Indique si esta gráfica podría corresponder al cuerpo sujeto en el extremo de un resorte. En ese
caso encuentre la constante elástica del resorte, y la frecuencia de las oscilaciones.
e) Muestre cómo quedaría la gráfica e indique qué cambios habría si a la energía potencial original se
le sumara una constante C = 2 J.

Desarrollo
a) Las fuerzas deben apuntar hacia dónde Ep disminuye, o sea hacia el origen. Además la pendiente
muestra que su módulo crece con la distancia al origen. Hay una única posición de equilibrio, en x = 0,
ya que una partícula abandonada en reposo allí permanecería en reposo por no haber fuerza; el
equilibrio es estable porque si algo aparta del origen a esta partícula, la fuerza la llevará nuevamente al
origen, haciéndola oscilar alrededor del mismo (como corresponde, la curva muestra un mínimo allí).
b) La energía cinética del cuerpo al pasar por el origen es m v2/2 = 1 J, y ése es el valor de la energía
total también, ya que Ep(0) = 0, y entonces ET = 0+1 = 1 J. Trazando un recta indicativa de la energía
total por ese valor, encontramos que intersecta a la gráfica en x   4,5 cm, y eso nos indica los puntos
de retorno. Es decir que la partícula será frenada paulatinamente por la fuerza, y se detendrá en x 4,5
cm. La detención no podrá durar ya que en ese lugar sabemos (por la pendiente de la curva) que hay
fuerza hacia el origen. De manera que instantáneamente el movimiento recomenzará invirtiendo su
sentido, y etc. etc., el movimiento consistirá en oscilaciones periódicas.
E (J)
2

x (cm)
-6 -4,5 4,5 6
c) Según la gráfica, para que la amplitud de las oscilaciones aumente hasta 6 cm, la energía total debe
aumentar hasta 1,8 J, y para ello ET = 0,8 J.
d) Efectivamente esta gráfica podría corresponder a las oscilaciones del cuerpo sujeto a un resorte de
constante elástica tal que ½ k  (0,06)2 = 1,8 J, es decir k = 1000 N/m. La frecuencia de las
oscilaciones según la fórmula para el resorte, estaría dada por f = (1/2) k m  3,56 1/s.
e) La gráfica se correría 2 J hacia abajo, como se muestra.
108

E (J)

-6 -4,5 4,5 6 x (cm)


ET = 0,2 J
-1
ET = 1 J

-2
Al pasar el cuerpo por el origen con una velocidad de 1 m/s, la energía cinética seguiría siendo 1 J,
pero ahora allí la potencial vale 2 J, de manera que la total valdría –1 J. Nada cambia en el
movimiento.
Luego, para que la amplitud aumente hasta 6 cm a cada lado, se ve en la gráfica que la ET debe
aumentar hasta – 0,2 J, o sea que nuevamente ET = 0,8 J.
Y claro que nada cambiaría en las características del resorte que podría mantener este movimiento.

Un ejemplo de aplicación: moléculas diatómicas


La unión de dos átomos en una molécula diatómica se produce por la distribución de la carga
electrónica, que si alcanza valores adecuados entre los núcleos, ejerce fuerzas atractivas sobre
los mismos suficientes para equilibrar la repulsión electrostática entre ellos.
La forma de la nube electrónica en sus diferentes estados orbitales posibles depende de las
leyes cuánticas; cuando las molécula se forma hay una distancia de equilibrio internuclear, en
la cual la atracción mencionada equilibra a la repulsión entre los núcleos.
Un ―agente externo‖ debería hacer trabajo positivo tanto para separar como para aproximar
los átomos a partir de una situación inicial hipotética con la separación de equilibrio, porque
para distancias mayores que la de equilibrio predomina la atracción, y para menores la
repulsión.
Ahora bien, dado que las fuerzas eléctricas se debilitan con la distancia, es claro que si los
núcleos se separan suficientemente más allá de esa distancia de equilibrio, la fuerza de
atracción necesariamente irá desapareciendo, hasta que finalmente podremos considerar que
se ha disociado la molécula.
Por otra parte, si los núcleos se aproximan más allá de la separación de equilibrio, los estados
orbitales electrónicos no podrán mantener la cantidad de carga negativa entre ellos, y
predominará la repulsión, que podrá llegar a ser infinita: la distancia internuclear nunca podrá
llegar a ser cero.
Esto es lo que se lee en una gráfica típica de energía potencial Ep(x), donde x es la distancia
interatómica (léase entre los núcleos) en una molécula diatómica (figura 3).
Esta función se determina con ayuda de modelos teóricos y de datos experimentales, como
por ejemplo la energía necesaria para disociar las moléculas, la distancia de equilibrio, etc.
Es un buen ejemplo de cómo un razonamiento simple permite encontrar la forma cualitativa
de una función Ep(x).
109

E (J)
Ep(x) nube electrónica
E*p(x)
x0 x


(a) x (b)
E(x0)= 
Fig. 3.a) Energía potencial interatómica en una molécula diatómica. Ep* representa una función de
segundo grado que puede aproximar a la función real Ep en la cercanía de la posición de equilibrio
x0. b) Esquema de la molécula que muestra que x representa la distancia entre los núcleos.

Ahora bien, dada la forma de la función Ep(x), que por razones físicas elementales siempre
deberá ser similar a la mostrada en la figura, es claro que en la cercanía de la posición de
equilibrio siempre podrá ser aproximada razonablemente con una función de segundo grado
como la Ep*(x) mostrada en línea de trazos.
Para energías totales negativas no mucho mayores que E(x0), la distancia internuclear x
oscilará dentro de valores próximos a x0, y no habrá gran diferencia entre la energía que
indica Ep o la que indica Ep*.
Ahora bien, una función de segundo grado, como Ep*, corresponde a una fuerza elástica, y en
estas condiciones las oscilaciones serán armónicas. Esto nos indica uno de los aspectos más
importantes de la fuerza elástica: sirve para aproximar cualquier caso de vibración cerca de
una posición de equilibrio, como se discute a continuación.
Sabemos que la energía potencial de una fuerza elástica con constante elástica k, y con
posición de equilibrio en x0 es, en forma general Ep*(x) = ½ k (x – x0) + C.
Para este caso queremos hacer coincidir Ep*(x) con la función experimental Ep(x) en la
vecindad de x0, y para ello la constante C debe ser el valor de Ep(x) en el mínimo, , como
puede verse sustituyendo x = x0.
De manera que podemos aproximar el problema experimental real, con la función energía
potencial elástica:
Ep*(x) = ½ k (x - x0)2  

El valor de la constante k, en la gráfica, regula que las ramas de la parábola sean más o menos
cerradas, y se relaciona directamente con las características de las ligaduras químicas entre los
átomos.
Así por ejemplo, es importante saber que, en términos generales, es típico encontrar los
siguientes órdenes de magnitud en los valores de la constante de fuerza en función del tipo de
ligadura:
Uniones covalentes simples como en H2 k = 5102 Nm-1

Uniones covalentes dobles como en O2 k = 12102 Nm-1

Uniones covalentes triples como en N2 k = 20102 Nm-1

Uniones iónicas como en NaCl k = 1102 Nm-1


110

Para poder utilizar estas ideas en situaciones prácticas del dominio atómico es necesario tener
en cuenta el problema de la reducción al sistema centro de masa, debido a que la energía
potencial está expresada en términos de la distancia interatómica x, como si uno de los átomos
estuviese fijo en el origen, pero para aplicar las Leyes de la Dinámica, lo que debe estar fijo es
el CM.
Como veremos en el próximo capítulo (Anexo 4.3), para esto lo que necesitaremos es hacer
los cálculos como si tuviésemos un cuerpo de masa reducida, , en el extremo de un resorte
de longitud de equilibrio x0, y constante elástica k, con el otro extremo fijo en el origen.

3.3.- Sobre el trabajo y la energía en sistemas extensos


Ahora trataremos de analizar las diferentes posibilidades de extender estas ideas a cuerpos de
la vida práctica.

Caso del sistema asimilado a una partícula considerando toda la masa


concentrada en el centro de masa (CM).
Esta es la simplificación más básica posible, y de mayor utilidad práctica.
Consideremos un sistema extenso lo más general posible, es decir un cuerpo con partes que
pueden estar en cualquier estado (sólido, líquido o gaseoso), con fuerzas exteriores
distribuidas de alguna manera, cada una aplicada en algún lugar o parte determinada, y con las
fuerzas interiores que correspondan.
Por complicado que sea el sistema, siempre será posible aplicarle la Ley del Impulso:
 
FR ext t  m v CM

Esta expresión válida para cualquier sistema de masa m, siendo FR ext , la resultante de todas
las fuerzas exteriores, y tratándola como si se refiriese a una partícula de masa m concentrada
en el CM, el cual se mueve a lo largo de una trayectoria sobre la cual su posición está dada
 
por CM , limitándonos a la componente tangencial de FR ext (que seguiremos llamando FT ),
etc., es decir de la misma manera que se hizo para obtener todas las expresiones vistas hasta
aquí, se obtiene algo totalmente equivalente:
 m v CM
2

F Ti  CM i    (14)
i  2 
O bien, correspondiendo a la expresión (1‘):
W * (A  B)  Ec T (15)
En donde: EcT = ½ m vCM2, es la energía cinética de traslación, y W* =  FT i  CM i es un
i
concepto idealizado correspondiente al trabajo que discutiremos seguidamente.
Es decir, la expresión (15) nos presenta una versión práctica del teorema del trabajo y la
energía cinética, en la cual:
o EcT es una parte de la energía cinética. Es la que tendría el sistema si todas sus partículas
tuviesen exactamente el mismo movimiento, es decir, si i designa cada partícula, sería el
 
caso v i  v CM para todas. En ese caso el movimiento del sistema sería un movimiento de
traslación pura. La idealización de imaginar toda la masa concentrada en el CM, equivale
111

a atribuir un movimiento de traslación pura a todo el sistema, excluyendo rotaciones,


vibraciones, y todo otro modo interno de acumular energía cinética.
o W* no es igual al trabajo hecho por las fuerzas exteriores, sino que es el trabajo que
hubieran hecho estas fuerzas exteriores si hubiesen estado aplicadas todas en el CM (la
denominación W* es inventada aquí para este curso).
Así es importante que quede claro:
o El trabajo hecho por las fuerzas exteriores, Wext es la suma de los trabajos hechos por cada
una de las fuerzas exteriores: Wext = Wext(j), donde Wext(j) es el trabajo hecho por la
fuerza externa designada con el índice j, que se calcula con el desplazamiento que sufre el
punto de aplicación de esa fuerza específicamente,
o El trabajo hecho por la resultante de las fuerzas exteriores es algo que en general no está
definido, porque la resultante de las fuerzas exteriores no tiene un punto de aplicación
definido (una excepción sería el caso de la partícula puntual, en el cual todas están
aplicadas en el mismo punto, que además sería el CM).
o W* es un concepto inventado que evalúa el trabajo que las fuerzas exteriores hubieran
hecho si hubieran estado aplicadas en el CM. Este concepto sí está definido, y es útil, por
ejemplo, para hacer razonamientos con la expresión (15), pero es claro que no es lo mismo
que Wext.

Un ejemplo muy simple: si tenemos un cuerpo rígido en reposo y le aplicamos una cupla (o
par de fuerzas opuestas con cierta separación entre sus rectas de acción) durante cierto
intervalo de tiempo, el cuerpo adquirirá una determinada velocidad de rotación, cada una de
sus partículas se moverá con cierta velocidad en una trayectoria circular, de manera que todas
adquirirán cierta cantidad de energía cinética, y el total será la energía cinética de rotación que
adquirirá el cuerpo (como veremos más adelante). Pero la resultante de estas fuerzas
exteriores aplicadas es nula, y el CM permanecerá inmóvil, de manera que W* = 0, y EcT =
0. En cambio cada fuerza del par aplicado habrá realizado un trabajo positivo, y Wext también
será positivo e igual a la energía cinética de rotación adquirida por el cuerpo.

Otro ejemplo muy parecido sería un cuerpo que es aplastado en una prensa que le aplica
simétricamente dos fuerzas opuestas (resultante nula); nuevamente se tendrá W* = 0, y EcT
= 0. Y nuevamente Wext será una cantidad positiva, pero ahora es un poco más difícil definir
qué sucede con esa cantidad de energía. El Primer Principio de la Termodinámica nos permite
saber, como veremos más adelante, que al menos una parte puede quedar almacenada en el
cuerpo (podría ser una energía elástica si el cuerpo es elástico, como un resorte que es
comprimido, por ejemplo, o una energía ―térmica‖, que se manifestará en una elevación de
temperatura del cuerpo deformado plásticamente, etc.).

Pero trataremos de profundizar un poco para encontrar qué es todo lo que podemos decir
desde la Mecánica exclusivamente sobre el juego de los trabajos y las energías, antes de
establecer finalmente la conexión con la Termodinámica. Para ello lo más directo parece ser
modelizar el sistema suponiéndolo constituido por partículas a las que le aplicaremos lo que
ya tenemos establecido.

El sistema se considera un conjunto de partículas


Consideremos ahora nuevamente un sistema extenso lo más general posible, modelizado
como constituido por un conjunto de partículas materiales puntuales, cada una de masa mi (la
112

masa total del sistema es m = mi). Estas partículas se consideran capaces de aplicarse
fuerzas mutuas a lo largo de la recta que las une, con igual módulo y sentidos opuestos, como
corresponde al Principio de Acción y Reacción.

Energía cinética del sistema extenso


Tenemos que Eci = ½ mi vi2 es la energía cinética de la partícula i, y su suma constituye la
energía cinética total del sistema Ec:
1
Ec   Ec i   m i v i2 (16)
2
Es interesante considerar qué parte de esa energía cinética podría atribuirse al movimiento del
centro de masa.
  
Denominemos vi  v i  v CM a la velocidad de cada partícula en el SCM. Y para facilitar el
cálculo evitando el producto escalar, consideremos que en un instante dado definimos el eje x

alineado con el vector v CM , de manera que cada vector escrito en componentes quedará:

v CM = (vCM; 0 ; 0),

vi  (vi,x ; vi, y ; vi,z ) ,

v i  (v CM  vi,x ; vi, y ; vi ,z ) .
Con esto: vi2 = (v CM  vi ,x ) 2  vi,2y  vi,2z = v CM  vi  2 v CM vi, x , y al sumar sobre todas las
2 2

partículas:  ½ mi vi2 =  ½ mi vCM2 +  ½ mi vi‘2 + vCM mi vi,x‘, el último término


desaparece porque en el SCM  m i vi ,x  0
De manera que la energía cinética total del sistema resulta:
2
m i v CM m i vi 2
Ec =  
2 2
Y aquí en la suma del primer término del miembro derecho se tiene vCM2/2 factor común, y
queda (mi) vCM2/2 = ½ m vCM2, que es la energía cinética de traslación, EcT, ya que es la que
tendría el cuerpo si todas sus partículas tuvieran la misma velocidad que el CM; y el segundo
término es la denominada energía cinética intrínseca, Ec‘, que es la que tienen las partículas
en el SCM:
2
m v CM m i vi 2
Ec =  = EcT + Ec‘ (17)
2 2

Trabajo de fuerzas exteriores e interiores


Aplicando el Teorema del Trabajo y la Energía Cinética a todas las partículas que componen
un sistema extenso, y sumando sobre todas las partículas se llega directamente al resultado
que puede esperarse naturalmente: Wtotal = Ec.
Aquí Ec es la energía cinética total del sistema que vimos en el punto anterior, y Wtotal indica
el trabajo de todas las fuerzas actuantes sobre todas las partículas del sistema.
Ahora bien, las fuerzas actuantes sobre todas las partículas del sistema pueden ser exteriores,
si son aplicadas por agentes externos, o interiores si son aplicadas por otras partículas del
mismo sistema. De manera que naturalmente Wtotal se descompone en: Wtotal = Wext + Wint, y
entonces se llega a la expresión generalizada para el Teorema mencionado:
Wext + Wint = Ec (18)
113


Ahora bien, aunque sabemos que sumando sobre todas las partículas siempre será  Fint  0 ,
es fácil ver que la suma total de los trabajos hechos por estas fuerzas en general no se anula.
En efecto, las fuerzas interiores siempre pueden organizarse asociadas con cada par de
partículas de cuya interacción resultan. Y si bien las fuerzas mutuas entre dos partículas
siempre constituyen un par de vectores opuestos (en virtud del Principio de Acción y
Reacción), el trabajo que realiza cada una depende de lo que se desplaza la partícula sobre la
que ella actúa. Y dado que cada partícula puede tener un desplazamiento diferente del que
tiene la otra, no hay en principio razón alguna, salvo casos especiales, para que el trabajo
hecho por una fuerza de cada par, anule al hecho por la otra.
De manera que en general se tiene que Wint  0, y por lo tanto Ec no se debe únicamente a
las fuerzas exteriores, sino que resulta de las dos contribuciones mostradas en (18).
También es importante anticipar que, como veremos, los términos EcT y Ec‘, en que es
posible separar la energía cinética, no guardan relación directa con los términos Wext y Wint.

Nota: trabajo, energía cinética, y fenómenos térmicos


Ahora bien, de la manera en que se ha hecho el planteo la expresión (18) contiene tanto las
contribuciones usuales en la Mecánica, como contribuciones térmicas: el término Ec puede incluir la
energía cinética de agitación térmica microscópica, proporcional a la temperatura, y el término W ext
puede incluir energía transmitida microscópicamente por choques átomo a átomo desde un medio
externo más caliente, es decir, el término Q, denominado calor transferido, en el Primer Principio de la
Termodinámica.
Y podríamos decir que así planteada esta expresión es inmanejable, pues cualquier cálculo elemental
puede mostrar que en los casos típicos las contribuciones térmicas microscópicas son muy superiores
a las mecánicas macroscópicas, como es de esperar teniendo en cuenta que las velocidades atómicas
o moleculares debidas a la agitación térmica son del orden de 103 m/s.
La forma que adopta la Mecánica para resolver este problema consiste en adoptar un modelo de
materia desprovisto de agitación térmica. En cada elemento de volumen suficientemente pequeño
como para poder considerarlo un punto para el movimiento macroscópico, pero que contenga un
número suficientemente grande de partículas, les atribuimos a todas ellas la velocidad del CM del
conjunto de partículas (dentro de ese volumen). De esta manera estaremos atribuyendo a cada
partícula una velocidad correspondiente a ausencia de agitación térmica.
Luego, la forma útil de incluir los fenómenos térmicos será a través de Primer Principio de la
Termodinámica, que presentaremos más adelante.
De aquí en adelante proseguiremos teniendo en cuenta esta aclaración: la expresión (18) se aplicará a
sistemas modelizados con partículas sin agitación térmica.

El trabajo de las fuerzas interiores.


Es importante conocer que el término Wint aporta contribuciones tanto positivas como
negativas en infinidad de situaciones de la vida práctica. También es importante no caer en la
tentación frecuente de llamar conservativas a las fuerzas interiores y no conservativas a las
exteriores, y también es importante prestar atención al hecho de que Wint podría depender del
modelo que se plantee para la estructura microscópica del cuerpo. Aquí haremos algunos
razonamientos con el modelo usual, según el cual, como hemos comentado, cada cuerpo
estaría constituido por partículas que interactuarían aplicándose fuerzas mutuas a lo largo de
114


la recta que los une, de manera que la fuerza f i , j , aplicada sobre la partícula i por la j, es
  
exactamente opuesta a la f j,i aplicada por la j sobre la i: f i , j  f j,i .
De manera que podemos extraer algunas conclusiones analizando lo que sucede con un par
cualquiera de partículas, por ejemplo el par 1, 2. Si escribimos la contribución que hace este
par al trabajo Wint tenemos:
      
f1, 2   r1  f 2,1   r2  f1, 2  ( r1   r2 )
  
= f1, 2  ( r1  r2 ) (19)
  
En donde tenemos que ( r1  r2 ) es el vector que llamaremos r1, 2 , el cual da la posición de la
partícula 1 con respecto a la 2, es decir que va exactamente desde la partícula 2 hasta la 1, y
nos permitirá simplificar los razonamientos tomando la partícula 2 como fija. Por otra parte

f 1, 2 es la fuerza que actúa sobre la partícula 1 aplicada por la 2, y entonces actúa en la misma

dirección de r1, 2 (con el mismo sentido si la fuerza es repulsiva, y sentido contrario si es
atractiva).
 
Pero en cambio ( r1  r2 ) puede tener cualquier dirección, porque indica hacia dónde se
desplaza la partícula 1 respecto de la 2. El ángulo  que se muestra en la figura 4 es menor de
90º indicando que la partícula 1 se aleja de la 2, y si se acercaran sería mayor de 90º.

1‘ 
r1,2
f1,2
1
f2,1
r1,2
2

Fig. 4: se indica la posición de la partícula 1 respecto de la 2, y un pequeño


 
desplazamiento posible ( r1  r2 ) . En este caso las partículas se separan, y dado
que se muestra una fuerza atractiva, habría una contribución Wint < 0.

De manera que se puede ver que, en general, cuando hay deformación (cambio de algunas
distancias entre partículas) Wint puede dar una contribución no nula, negativa o positiva.
Veamos los detalles importantes.

El trabajo de las fuerzas interiores es independiente del referencial


Si se consideran todas las contribuciones a Wint descriptas desde dos referenciales inerciales,
se tiene que los desplazamientos sufridos por cada partícula, descriptos desde otro referencial
inercial con origen O‘ en el cual todas las posiciones se distinguen con primas (‘), serían:
      
 r1   r1  rO' y  r2   r2  rO' , siendo  rO ' el desplazamiento sufrido por O‘ en el mismo
lapso.
De manera que los desplazamientos relativos entre las partículas de cada par son
   
independientes del referencial:  r1  r2   r1  r2 , y por lo tanto Wint, suma de todas
contribuciones (19) independientes del referencial, también lo será.
115

Veremos en muchos ejemplos que el trabajo de las fuerzas interiores se hace a expensas de (o
se transforma en) otro tipo de energía no mecánica, la cual naturalmente no debe depender del
referencial, y eso es muy útil para interpretar este resultado.
Para cerrar el tema ahora es útil considerar el caso en que no hay deformación.

Caso del cuerpo rígido


En este caso de mucho interés práctico, comprende todos los desplazamientos de las
partículas que ocurren sin que varíe ninguna distancia entre ellas, de manera que Wint = 0, y
entonces la expresión (18) nos dice que: Wext = Ec.
Ahora bien, ya vimos que para cualquier sistema Ec = EcT + Ec‘, donde Ec‘ es la energía
cinética en el SCM (17). Y para un cuerpo rígido el único movimiento posible en el SCM es
una rotación, como estudiaremos en el Capítulo 5.
En el Capítulo 5 veremos en detalle cómo se calcula la energía cinética de rotación, y por
ahora podemos dejar expresado el Teorema del trabajo y la Energía Cinética para un cuerpo
rígido:
Wext = EcT + EcR

El caso de la fricción
 
Cuando dos cuerpos sólidos en contacto, aplicándose fuerzas mutuas F21  F12 a través de
una superficie S, sufren un deslizamiento sobre esa superficie, se tiene que los trabajos que
cada cuerpo hace sobre el otro son internos para el sistema de los dos cuerpos, y entonces el
trabajo neto interno resultante es:
      
W12 + W21 = F21  r1  F12  r2 = F12  (r1  r2 )
  
En esta expresión F12 es la fuerza que el cuerpo 2 hace sobre el 1, y dado que r1  r2 es lo
que desliza el cuerpo 1 respecto del 2, si denominamos d al valor absoluto de la distancia
 
deslizada, d = r1  r2 , se tiene:

W12 + W21 = F12 d < 0


El signo negativo se debe a que la fuerza entre las superficies que deslizan siempre tiene
sentido contrario al deslizamiento.
Si ahora tenemos un sistema de cuerpos rígidos al cual le aplicamos fuerzas exteriores, y
consideramos la expresión (18): Wext + Wint = Ec, entonces tendremos que Wint será nulo en
todas las superficies interiores en las que no haya deslizamientos, y tendrá la correspondiente
contribución negativa en cada superficie en la que sí lo haya. Si interpretamos que Wext (para
un caso en que sea positivo) es una cantidad de energía que agentes exteriores suministran al
sistema, el cual, en ausencia de deslizamientos, la almacenaría toda como cinética, debemos
interpretar que en presencia de rozamientos la cantidad Wint  F d se habrá perdido, ya que
faltará en Ec, y no habrá sido transferida a sistema alguno.
Esto nos permite interpretar que el trabajo de las fuerzas de fricción hace desaparecer energía
mecánica.
116

Nota:
Luego vendrá el Primer Principio de la Termodinámica a establecer una noción mucho más amplia de
lo que es la energía, y aplicándolo a este caso podremos decir que el trabajo de las fuerzas de fricción
en general hace desaparecer energía mecánica, pero transformándola en otra forma (térmica), y que
en total hay una estricta conservación.

COMENTARIO DIDÁCTICO
En el cálculo de los trabajos Wint se ha requerido la utilización del producto
escalar y la consideración de desplazamientos pequeños necesariamente. Estas
demostraciones son muy importantes en la formación de los profesores, y
cualquier intento de dejar de lado el producto escalar y los desplazamientos
pequeños las hace más engorrosas y complicadas.
Pero no son imprescindibles para los alumnos de nivel medio. Para estos
destinatarios es suficiente saber que hay un término Wint que debe ser
considerado, y es posible ilustrarlo con ejemplos simples de cuerpos que son
deformados, por ejemplo siendo estirados o comprimidos.
Pero al intentar elaborar estos ejemplos se cae en la cuenta de que posiblemente
los alumnos tengan dificultades de comprensión y falta de conocimiento de
detalles elementales del modelo microscópico de la materia. Y éste es un buen
momento para revisar algunos de esos detalles antes de tratar de seguir,
porque la elaboración de ideas sobre los modelos de la materia es uno de los
objetivos de esta materia.
Por ejemplo (a modo de sugerencia) se podrían promover discusiones sobre las
posibles fuerzas mutuas entre las partículas vecinas 1 y 2 en las situaciones
mostradas a continuación, y sobre el signo de la contribución de ese par de
partículas al Wint en una pequeña deformación de cada sistema producida por
la fuerzas mostradas.

F F
tapa émbolo
recipiente

1 sólido 1
Gas ideal comprimido
2 verticalmente 2
comprimido

sólido empujado
-F sólido elástico F con aceleración
F
estirado
2 1 2
1

Estas discusiones deberían ser abiertas, y en ellas deberían analizarse ideas


sobre la estructura microscópica de la materia y sobre las modelizaciones que
hacemos de ella para diversos fines.
117

Es interesante que surjan preconcepciones como que entre las partículas de un


gas predominan las fuerzas repulsivas, y entre las de un sólido predominan las
atractivas. Para hacer un aporte útil en las figuras anteriores se muestran dos
sólidos tensionados en reposo, de tal manera que en uno de ellos las partículas
mostradas del modelo deben repelerse y en otro atraerse.
Una idea interesante que debe conquistarse es que en principio, en ausencia de
tensiones, las partículas del modelo no se aplican fuerzas. Y las fuerzas
aparecen cuando se trata de apartarlas de algo que podría entenderse como
sus posiciones de equilibrio.
Otra idea interesante de trabajar es que si el cuerpo está en reposo, la situación
de existir fuerzas entre pares de partículas vecinas, es compatible con la idea
de que la fuerza neta sobre cada partícula puede ser nula.
Otro aspecto de interés es discutir si las partículas del modelo deben ser
necesariamente los átomos, o si es posible pensar en otras entidades abstractas.

Ahora revisemos un ejemplo simple que servirá para poner de relieve algunos detalles
importantes de los casos que hemos presentado.

Un ejemplo para discutir conceptos


Considere un plano horizontal, sobre el cual Juan, de 80 kg de masa, decide empujar un cajón
de 30 kg de masa.
Inicialmente el cajón está en reposo en A, y luego de que Juan lo empuja hasta B, a lo largo
de 20 m, ha adquirido (junto con Juan) una velocidad vB = 4 m/s.
Se considera el rozamiento: la fuerza de rozamiento que se desarrolla entre el piso y el fondo
del cajón es de 120 N, mientras que entre el piso y la suela de las zapatillas de Juan es
suficiente para que las zapatillas no resbalen, y su valor es una de las incógnitas del problema.
vB = 4 m/s
vA = 0
m1
80 kg m2
30 kg

A B
dAB = 20 m

a) Sobreentendiendo las fuerzas verticales, ya que no hacen trabajo y no aportan elementos de


interés a la discusión, encuentre las fuerzas horizontales. Es decir la que Juan debe aplicar al
cajón, y la que debe aplicar al piso para empujar el cajón como se pide.
b) Encuentre el trabajo hecho por las fuerzas y discuta los detalles relacionados con las
energías intervinientes.

Desarrollo
a) Para averiguar fuerzas horizontales en este caso debe bastar con el trabajo y la energía
cinética, que en principio podremos tratar con su expresión más simple (15), a partir de las
energías cinéticas involucradas.
118

Juan comienza desde el reposo, pero va ganado velocidad y termina corriendo. La energía
cinética que adquiere él es 80·42/2 = 640 J, la que adquiere el cajón es 30·42/2 = 240 J, de
manera que todo el sistema adquiere 880 J de energía cinética.
En el siguiente esquema se muestran las fuerzas de interés, distinguiendo con primas uno de
los integrantes de cada par Acción-Reacción.

m1 F2‘ F2
m2 F3 = F3‘ = 120 N
F1 F3

A F1‘ F3‘ B

Aplicando (15) al sistema completo se encuentra la resultante de las fuerzas exteriores: W* =


(F1 – 120) d = 880 J  F1  120 = 880/20 = 44 N. De aqui se obtiene F1 = 120 + 44 = 164 N
(éste es un valor medio, ya que va variando en las diferentes etapas de cada paso -
corresponde a una fuerza que se hubiera mantenido constante en todo el trayecto, como por
ejemplo, si el que empuja fuera un sistema mecánico con una rueda motriz).
Aplicando lo mismo al cajón solo, se obtiene: F2 – 120 = 240/20 = 12 N, de manera que F2 =
132 N.

b) W(F1) = 0 porque el punto de aplicación está fijo. Cada vez que Juan coloca el pie y empuja
hacia atrás recibe la reacción del piso hacia delante en un punto que permanece fijo. Y lo
mismo hubiera sido si hubiera un mecanismo con una rueda empujando.
W(F2) = F2 d = 132 · 20 = 2640 J
W(F3) = F3 d = 120 · 20 = 2400 J

Llama la atención el hecho de que F1 , la fuerza que impulsa a todo el sistema, no haga
trabajo, pero eso es claro, y por ello hemos distinguido con un asterisco el trabajo que se
calcula para aplicar la expresión (15).

Nota: ¿nadie trabaja cuando camina?


Antes de seguir es importante notar que esta situación también se daría en el caso de cualquier
vehículo, persona, o animal, caminando o corriendo.
Y es mucho más notable, sorprendente, advertir que el trabajo de la fuerza impulsora exterior también
es nula en casos como una persona subiendo por una escalera (y hasta trepando una soga o una
pared!): cada vez que describe cómo se sube un peldaño de altura h, se siente la tentación de afirmar
que la persona lo hace aplicando una fuerza que hace un trabajo m·g·h, y sin embargo, mientras
estemos en un referencial en el cual la escalera está en reposo y se ve subir a la persona, tanto la
fuerza que la persona aplica al piso para subir el peldaño, como la reacción a ésta, que es la fuerza
exterior que hace subir al cuerpo, están aplicadas en un punto fijo, y no hacen trabajo.

Veamos qué se puede decir de las energías.


Ya hemos dicho que todo el sistema adquiere 880 J de energía cinética (Juan 640 y el cajón
240), y además tenemos que por rozamiento se disipan 120·20 = 2400 J, de manera que
alguna intuición de conservación nos sugiere que alguien (que sólo puede ser Juan) debería
haber entregado 2400 + 880 = 3280 J, y nos gustaría poder encontrar una ley o expresión de la
cual se obtenga ese número.
Bien, la ley que expresa la conservación general de la energía no es mecánica, es el Primer
Principio de la Termodinámica: Wext + Q = U.
119

Para aplicarlo debemos definir cuál es el sistema al que se lo aplicaremos, y lo haremos con
tres opciones diferentes.

1) Sistema cajón:
Las fuerzas externas son F2 y F3. Los trabajos que estas fuerzas realizan sobre el cajón son
2640 y –2400 J respectivamente, con lo cual Wext = 2640 – 2400 = 240 J.
Por otra parte, por la superficie de contacto del cajón con el suelo ingresa una cierta cantidad
de calor Q, que en este caso solamente va a resultar en cierta elevación de temperatura de la
zona próxima. Vale aclarar que el tratamiento de esta superficie es un poco problemático:
justo en la superficie se aniquilan 2400 J de energía mecánica, que deben aparecer como
energía de agitación térmica que se va distribuyendo por la zona en forma de flujo calorífico
Q. Una parte ingresa al cajón, y otra parte al piso, y no tendremos forma de saber cuánto a
cada uno, y todo será más claro cuando incluyamos al piso en el sistema en el próximo punto.
En estas condiciones tenemos que U va a ser toda la energía en el cajón, que será la cinética
más cierta cantidad de energía térmica: U = Ec(cajón) + E(térmica) = ½ 30 · 42 + Q = 240 J +
Q; en donde E(térmica) es la cantidad que ingresó como Q, almacenada de alguna manera,
supuestamente expresable en términos de un aumento de temperatura.

2) Sistema cajón + suelo


Para este sistema Wext es solamente el realizado por F2: 2640 J, y si suponemos que este
sistema está térmicamente aislado (Q = 0) entonces el PPT dice:
2640 J + 0 = U
Siendo: U = Ec(cajón) + E(térmica) = 240 J + E(térmica)
De donde se obtiene E(térmica) = 2640 – 240 = 2400 J = – W(F3), que es lo que se disipó
en fricción.

3) Sistema Juan:
Considerar a Juan en un balance de energías exige tener en cuenta que vamos a simplificar
una serie complicada de procesos fisiológicos. Se supone que él tiene alguna reserva Um
(metabólica, digámosle), y que mantiene constante su temperatura por medio de la utilización
de algo de esta reserva y cierto intercambio de calor con el medio. Esos procesos ocurren
aunque él no empuje el cajón, y se alteran mientras lo hace, pero aquí vamos ignorar todas las
energías involucradas en la termorregulación, y sus alteraciones.
De manera que no consideraremos cambios en la energía térmica de Juan, ni flujos de calor en
él (los que nos interesan ocurren en el cajón).
Hechas estas aclaraciones veamos.
Las fuerzas externas son F1 y F2‘, para las cuales tenemos: W(F1) = 0 y W(F2‘) = 2640 J; de
manera que Wext + Q = 2640 J, dado que podemos tomar temperatura constante y Q = 0 para
él; y según este Principio entonces: U = 2640 J, que se componen de 640 J que se
incrementa su energía cinética, y – (2640 + 640) = –3280 J que debe disminuir esta reserva
metabólica de Juan, de acuerdo con la idea intuitiva antes mencionada lo sugería.

4) Sistema Juan + cajón + piso:


Finalmente (siguen válidos los comentarios sobre la termorregulación de Juan), si incluimos
el piso en la descripción anterior tenemos un sistema, en el cual Wext = 0, Q = 0, y Etotal = 0.
Ahora bien, la variación en energía total de este sistema se compone de:
120

Ec = 880 J, como se calcula a partir de las velocidades;


E(térmica) = 2400 J = –W(F3) , como se calcula a través del trabajo de la fuerza de fricción;
y Um = –3280 J, la cual se calcula a partir de Etotal = 0 = Ec + E(térmica) + Um .

Por otra parte es interesante describir el proceso desde el SCM. En en este referencial el piso
recorrerá la distancia 20 m hacia atrás, mientras Juan le aplica la fuerza constante de 164 N. De
manera que en este lapso, en el SCM, Juan hará sobre el exterior el trabajo de 3280 J. Esto nos brinda
un punto de vista más natural; aquí no se tiene la situación paradojal de que parece que nadie hace
trabajo: Juan hace el trabajo que resulta en la disminución de su reserva metabólica.
Pero el problema ha sido planteado precisamente para advertir sobre la posibilidad de aparición de una
situación desconcertante. Notar que el SCM no es inercial, pero eso no influye en estas ideas.

COMENTARIO DIDÁCTICO 1
Todas estas problemáticas no son necesariamente para plantearlas en aulas de
nivel medio: eso depende de la audiencia y de la ocasión, y el profesor deberá
decidirlo en cada caso.
Pero para eso el profesor debe tenerlo en claro, y para eso está la discusión
aquí.
Debe notarse que el ejemplo presenta en forma algo paradojal el hecho de que
la fuerza motriz que impulsa al sistema, aquélla a la que tendemos a
atribuirle todos los efectos, puede desconcertarnos no haciendo trabajo, al
menos en el sistema de referencia en el que la descripción es más simple.
Después de ver este ejemplo, el profesor podrá tener claro que puede evitar el
problema directamente con la utilización del trabajo que hemos denominado
W*, proponiendo explícitamente una fuerza resultante actuando sobre el CM, y
sabiendo que es un procedimiento lícito válido como simplificación.

COMENTARIO DIDÁCTICO 2
La enseñanza de la energía en el nivel medio no debería estar desconectada
de los elementos que constituyen el Primer Principio de la Termodinámica, ya
que ellos son los que permiten abarcar la esencia del concepto y la noción
fundamental de su conservación.
No obstante, en este curso el tratamiento de la energía debe ceñirse a las
aplicaciones mecánicas que se necesitan para continuar con los restantes
temas.
Por eso para brindar el panorama más completo y adecuado para el profesor se
han desarrolado aspectos de situaciones de la vida práctica y se agrega un
Anexo con el mencionado principio.
Y ahora terminaremos este capítulo con una aplicación que da pie para
ejercitar muchas de las nociones establecidas hasta este momento.
o Sistemas aislados
o Ley del Impulso
o Conservación de la cantidad de movimiento - composición y
descomposición de vectores en dos dimensiones
o Centro de masa
121

o Cambio de referencial - Transformación de las variables al sistema centro


de masa
o Energía cinética
o Conservación y no conservación de la energía cinética
o Trabajo de fuerzas interiores

3.4.- Colisiones entre dos cuerpos


Consideremos un choque entre dos cuerpos en lo que denominamos Sistema Laboratorio
 
(SL): los dos cuerpos de masas m1 y m2, viajan en este referencial con velocidades v1 , v 2 , y
 
cantidades de movimiento p1 , p 2 , respectivamente. Luego del encuentro estas variables han
cambiado a nuevos vectores que se indican con una prima.

v2’

y v1’ py
ptotal
v2
p1
p 2’
y m2
v1
p 1’
O x x p2
m1 px
Fig. 5. Izq: ilustración en el espacio de la colisión entre dos cuerpos/partículas de masas m1 y m2.
Der: diagrama que muestra la conservación de la cantidad de movimiento total del sistema. Dado que el
sistema es aislado, y el impulso externo aplicado es nulo, éste también es un diagrama de impulsos y
cantidades de movimiento del sistema completo.

Durante la colisión cada cuerpo aplica fuerzas al otro, fuerzas que en general son muy grandes
porque el cambio de cantidad de movimiento que sufre cada uno, suele tener lugar en
intervalos de tiempo muy cortos. Pero los dos cuerpos interactúan entre sí, y no con otros
objetos, de manera que constituyen un sistema aislado, sin fuerzas exteriores aplicadas.

Nota: siempre consideraremos que los cuerpos que chocan constituyen un sistema aislado
Aún en los casos en que haya fuerzas exteriores, como por ejemplo si dos proyectiles chocan en el aire
en presencia de la fuerza de gravedad, usualmente el tiempo que dura la colisión es tan corto que el
impulso que la fuerza externa puede aplicar a cada cuerpo en ese lapso suele ser completamente
despreciable comparado con las cantidades de movimiento que están en juego. De manera que
considerar que el sistema es aislado constituye una buena aproximación.

El hecho de que no actúen fuerzas exteriores implica la conservación de la cantidad de


movimiento total como se muestra en el diagrama de la derecha en la figura 5:
    
p total  p1  p 2  p1  p2
  
Por otro lado, para cada cuerpo se puede ilustrar la Ley del Impulso: Ii = pi  p i mostrando
 
los vectores I1 , e I2 , los cuales además deben ser exactamente opuestos entre sí para ilustrar
de otra manera dicha ley aplicada a todo el sistema.
122

ptotal
p1
p2’ I1 Fig. 6: Diagrama de impulsos y cantidades de
movimiento de cada cuerpo en la colisión ilustrada
I2 p1’
en la figura 5, mostrando con vectores huecos los
p2 impulsos recibidos por cada cuerpo.

Según los datos que se tengan en cada caso puede ocurrir que a partir de estos diagramas que
hemos presentado, ya se puedan encontrar todas las cantidades incógnitas, o también que aún
haya algunas que no estén determinadas.

COMENTARIO DIDÁCTICO
Hasta aquí hemos planteado la conservación de la cantidad de movimiento,
pero no la de la energía cinética. En alguna ocasión el enunciado puede
plantear que el choque sea perfectamente elástico (conservación de la energía
cinética), o que sea perfectamente plástico (cuerpos unidos después del choque,
con máxima pérdida de energía cinética), u otra cosa.
Pero también puede ocurrir que el enunciado no mencione estas variantes, y
aún así esté todo determinado. Por ejemplo, si las cantidades de movimiento
iniciales son conocidas, y una de las finales también, queda completamente
determinada la otra, junto con la cantidad de energía perdida.
Hay textos con análisis muy completos de las posibilidades de todas las
variables, pero desde el punto de vista de la formación de profesores
consideramos que no es útil aprender métodos exhaustivos de controlar todas
las variables, y que en cambio es útil poder examinar todos los aspectos de
cada situación. Y para ello es mejor que no haya grandes dificultades de
cálculo para que se puedan conocer todos los valores numéricos concretos.
Claro que el problema no debe terminar cuando se encuentran los valores
numéricos, sino cuando, con ellos, se hace un análisis completo de la
situación.

Para tener un panorama más completo es interesante tratar de describir el choque desde el
sistema centro de masa (SCM)

A partir del vector p total podemos obtener la velocidad del centro de masa, ya que
 
p total  (m1  m 2 ) VCM , y luego podemos expresar en el SCM cualquiera de las velocidades
conocidas en el SL. Es decir, si indicamos con una tilde (  ) todo lo que corresponde al SCM,

para cualquier velocidad v tendremos en general:
~  
v  v  VCM
~ 
Ahora bien, en el SCM el CM está en reposo por definición ( VCM  0 ). Y por lo tanto

p total  0 , y las cantidades de movimiento de los dos cuerpos considerados son vectores
opuestos, tanto antes como después del choque.
Es decir, el diagrama vectorial de cantidades de movimiento en el SCM tiene el aspecto
siguiente (aquí se ha tratado de respetar coherencia aproximada con las direcciones que se
dibujaron antes para el SL):
123

py
m2 p1
v2
v1’ 
v2’ p1’
v1 p2’ px
m1
p2

Fig. 7. Diagramas correspondientes a la colisión mostrada en la figura 5, ahora descripta en el


SCM, que muestran: Izq. Situación en el espacio. Der. Conservación de la cantidad de
movimiento.

En donde vale notar que, dado que las fuerzas actuantes son independientes del sistema
~ ~ ~
(inercial) de referencia, los impulsos que resultan de Ii = pi  pi , en el SCM, tienen que ser
  
exactamente los mismos que se obtuvieron de Ii = pi  p i , en el SL.
~
Así, agregando los vectores Ii al diagrama de cantidades de movimiento, se tiene:
py
Ii = Ii
p1
I1
p1’

p2’ px
I2 p2
Fig. 8. Reproducción del diagrama de cantidades de movimiento de la figura
7, mostrando con vectores huecos los impulsos recibidos por cada cuerpo, y
destacando que ellos son los mismos que se muestran en la figura 6, es decir
son independientes del referencial.

El análisis de las condiciones de la colisión en el SCM, permite determinar rápidamente


muchas de las variables, y llegar a las siguientes conclusiones útiles.
A) El ángulo  entre la dirección de incidencia y la de emergencia de cualquiera de las
partículas depende de ciertas condiciones particulares del choque, independientemente de que
éste sea plástico o elástico en cualquier grado. No hay que confundir que los vectores se vean
alineados en un diagrama que solamente muestra la conservación de la cantidad de
~
movimiento a través de la composición de los vectores p , con que los cuerpos viajen con sus
CM respectivos alineados.
La distancia entre las rectas por las cuales se acerca cada cuerpo en el SCM, se denomina
parámetro de impacto.
124

v1’ p1’

v1 p1  p2
v2 b

v2’ p2’

Fig. 9. Izq. Ilustración espacial de un choque en el SCM, en el que se muestra el parámetro de


impacto, b. Der. Diagrama cantidades de movimiento correspondientes al choque. En ella no
aparece el parámetro de impacto.

El choque en el cual ambos centros de masa de los cuerpos se acercan según una misma recta
se denomina frontal, y para cuerpos con suficiente simetría determina que reboten con  =
180º, es decir volviéndose cada uno sobre su misma trayectoria.
v2 v1 180º
antes
p1 = p2’ p2 = p1’

después v2’ v1’

Fig. 10: Ilustración de un choque frontal en el SCM. Corresponde al parámetro de impacto b = 0.

El caso opuesto es el choque en el cual ambos centros de masa se acercan según rectas
paralelas suficientemente separadas como para que los cuerpos no se toquen. En ese caso  =
0º, pues los cuerpos continúan sin desviarse.

v1
Antes b
v2
p1 = p1’  = 0º p2 = p2’
v1’
Después
v2’

Fig. 11: Ilustración de un choque frontal en el SCM con parámetro de impacto muy grande.

B) En el choque perfectamente elástico conservan su módulo tanto las velocidades de cada


cuerpo respecto del CM, como respecto del otro cuerpo, y por lo tanto las velocidades
relativas (de un cuerpo respecto del otro), conservan su módulo en cualquier sistema.
Demostración: la velocidad relativa, del cuerpo 2 con respecto al 1, por ejemplo, puede
obtenerse transformando las velocidades a un sistema en el cual 1 está en reposo, para lo cual
debe restarse vectorialmente la velocidad del 1.
  
Ahora bien, si hacemos esto partiendo del SL, obtenemos: v 21  v 2  v1 ; y si lo hacemos
 ~
~   
partiendo del SCM, obtenemos lo mismo, pues v 2  v1  v 2  v1 .
De manera que la velocidad relativa de un cuerpo respecto de otro es la misma en el SL que
en el SCM.
125

Pero en el SCM las dos velocidades son vectores colineales de sentidos opuestos de manera
~ ~ ~ ~
que: v 2  v1  v 2  v1 . Ahora bien, dado que en el choque elástico el módulo de cada
velocidad se conserva (en el SCM), entonces se conserva la suma de ellos, y por lo tanto se
conserva el módulo de la velocidad relativa; pero esta última es independiente del sistema.

C) En el choque perfectamente plástico toda la energía cinética que existe inicialmente en el


SCM se disipa, ya que los cuerpos quedan finalmente en reposo en el CM.

E) La energía cinética perdida es independiente del sistema de referencia.


Demostración: ya hemos visto que el trabajo de las fuerzas interiores es independiente del
sistema de referencia, y en estos choques, Ec = Wint porque no hay fuerzas exteriores.
Pero además en estos casos es muy fácil mostrar explícitamente, transformando las
velocidades entre dos referenciales, que se obtiene igual Ec en ambos. Queda como ejercicio
para el lector; y lo veremos por cálculo directo en ejercicios.
Para terminar vale decir que este tema puede ser ampliado dentro de un nivel adecuado y
accesible en Mecánica, de Landau & Lifschits. Pero se considera que los elementos
planteados aquí cubren perfectamente las necesidades de este curso.

Ejemplo desarrollado 1
Un cuerpo de masa m1 = 4 kg que se desplaza con v1 = 20 m/s por el eje x, choca con otro objeto de
masa m2 =16 kg que estaba en reposo, el cual es impulsado por el choque con una velocidad v‘ 2 = 4
m/s en una dirección que forma un ángulo  = 30º con el eje x, como se muestra.

m2 4 m/s
m1  = 30º

20 m/s 
m1 v1‘

a) Encontrar la velocidad v1 del cuerpo 1 después del choque.
b) Calcule los impulsos recibidos por ambos cuerpos y dibújelos..
c) Calcule la velocidad del centro de masa, y describa el choque desde el SCM, calculando y
mostrando todos los elementos.
d) Verifique que se obtiene la misma cantidad de energía cinética perdida en el SL y en el SCM.

Desarrollo
a) p2 = 0; de manera que p1 = ptotal = 80 kg·m/s a lo alrgo de x; p‘2 = 64 kg·m/s a 30º de x; Aplicando el
teorema del coseno podemos obtener p‘1 = (802+642-2·64·80·cos(30º))½ = 40,35 kg·m/s. Entonces v ‘1
= 40,35/4 = 10,09 m/s. Todos los elementos se muestran en la figura.
Luego, con el teorema del seno: sen = 64·sen30º/40,35 = 0,793607   = 52,52º . Y con el ángulo
 
obtenemos v1 = (6,14 m/s ; 8,0 m/s); v ‘1 = 10,09 m/s; v 2 = (3,46 m/s ; 2,0 m/s) ; v ‘2 = 4 m/s
126

py
p’2
I2 64

 = 30º 80 p1 px

 = 52,47º

40,35
I1
p’1

 
b) Los impulsos se muestran en la figura. Dado que I2  p2 , resulta que ambos son vectores de 64
kg·m/s, a 30º del eje x, como se muestran.

c) vCM = 80/(4+16) = 4 m/s, según x. De manera que en el SCM: v1  (16,0 ; 0,0) ; ~v1 = 16;
 ~ 
~
v 2 = 4; v1  (2,14 ;  8,0) ; ~
v 2  (4,0 ; 0,0) ; ~ v1 =8,28; v2  (0,54 ; 2,0) ; ~
v 2 = 2,07;
~ 
~ 
~ 
~
p1  (64,0 ; 0,0) ; p 2  (64,0 ; 0,0) ; p1  (8,56;  32,0) ; p 2  (8,56 ; 32,0)
d) Los elementos se muestran en la figura.
py
p’2
I2
33,14

75º
30º 64 64 p1 px

p2 30º
33,14
I1
p’1

e) Energía cinética perdida en SL: ½ 4202 – (½ 410,092 + ½ 1642) = 800 – 203,6 – 128 = 468,4 J
Energía cinética perdida en SCM: ½ 4162 + ½ 1642 – (½ 48,282 + ½ 162,072) = 640 – 137,1 –
34,3 = 468,6 J

Ejemplo desarrollado 2
Considere dos esferas que caen libremente juntas, perfectamente alineadas sobre la misma vertical, de
manera que la velocidad de ambas es v0 = 2 m/s cuando la primera llega al piso. Ambas esferas y el
piso son duros y perfectamente elásticos. Las masas son m1 = 0,4 kg, y m2 = 0,1 kg.
127

y m2

m1

h0

v0

a) Encuentre con qué velocidad rebotan ambas hacia arriba.


b) Encuentre hasta qué fracción de h0 sube cada una después del choque.
Desarrollo
a) Para resolver esto se considera que hay una pequeña separación entre ambas bolas, de manera tal
que la primera puede chocar con el suelo y rebotar hacia arriba, concluyendo su contacto con el suelo
antes de entrar en contacto con la segunda.
Entonces plantearemos las siguientes etapas (en todo momento al decir velocidad nos referiremos a la
componente y de la velocidad):
Etapa A: La primer bola ha rebotado elásticamente en el piso y viaja hacia arriba con velocidad v0, al
encuentro de la segunda que continúa bajando con velocidad – v0.
Etapa B: ambas bolas ya han chocado elásticamente. Si ambas viajan hacia arriba el proceso está
concluido, y si alguna o ambas lo hacen hacia abajo, hay que continuar definiendo etapas.
Comencemos con el choque que tiene lugar entre estas dos primeras etapas.
En SL, antes del choque (todo en m/s): v1 = 2; v2 = –2; vCM = (0,42 – 0,12)/0,5 = 1,2.
Ahora aplicamos que en el SCM, en un choque elástico frontal, simplemente se invierten las
velocidades.
Pasamos al SCM (usamos cursivas para este sistema)  para cualquier v: v = v – 1,2
Antes del choque: v1 = 0,8; v2 = –3,2;
Después del choque: v1‘ = –0,8; v2‘ = +3,2;
Vuelta al SL:  para cualquier v: v = v + 1,2  v1‘ = +0,4 = 0,2 v0; v2‘ = +4,4 = 2,2 v0;
b) Ambas bolas viajan hacia arriba  el problema concluyó. La (1) llega hasta (0,2 v0)2/2 g = 0,22 h0 =
0,04 h0 ; y la (2) llega hasta 2,22 h0 = 4,84 h0.

PRECAUCIÓN:
La forma en que rebota la bola de arriba es tan espectacular que nos da la
oportunidad de llevar una actividad muy llamativa al aula.
Pero hay que tener cuidado: la bola de arriba no solamente debe ser más
liviana que la de arriba, sino que debe ser realmente liviana, porque puede
adquirir una peligrosa velocidad. Se sugiere probar con algo como una
pelotita de ping-pong encima de una de golf, o de billar, y soltarlas desde 20 o
30 cm de altura.
128

ANEXO 3.1:
Definiendo el trabajo mecánico

Acerca de trabajo y energía


A comienzos del siglo XVIII ocurrió algo nuevo en la faz de la Tierra: el hombre inventó
máquinas que trabajaban por él usando el poder del fuego.
Las máquinas eran alimentadas con carbón, y gracias a lo que se llamó la fuerza motriz del
fuego, hacían el trabajo: primero bombearon agua para desagotar las minas de carbón, luego
movieron cosas, después comenzaron a propulsar vehículos, y definitivamente pusieron en
marcha una revolución, la Revolución Industrial.
En el proceso de tratar de que las máquinas hicieran más cosas con menos gasto de carbón se
desarrolló uno de los conceptos más fecundos de la física, el concepto de energía, que luego
desbordó el marco de la física, y ahora trata con todas las ciencias.
De manera que aunque en un curso como es éste es importante saber mantener tanto el
concepto de trabajo como el de energía restringidos dentro del marco de la Mecánica, es claro
que ambos conceptos surgieron en un marco mucho más amplio, y son importantes también
en un marco más amplio, de manera que en un proceso de enseñanza a auditorios con
inquietudes diversas es muy importante tanto reconocer y respetar esa amplitud, como incluir
detalles históricos de los procesos y la evolución de los conceptos, y hasta de ciertas
denominaciones y significados.
De manera que en este anexo aportamos elementos que deberían servir al profesor para
elaborar argumentos necesarios para orientar discusiones que él debería promover en la
enseñanza de estos temas.

Sobre la idea de trabajo


En la base misma del concepto de trabajo hay una idea estrechamente relacionada con las
necesidades de la Revolución Industrial: la idea de desplazar un objeto una cierta distancia
por medio de la aplicación de una fuerza, expresada a través del producto de ambos:
trabajo = fuerza aplicada  distancia desplazada

La razón para proponer este producto está directamente asociada con el concepto de energía.
Históricamente surgieron juntos, cada uno necesita de la elaboración del otro, y para su
enseñanza es útil recurrir a esta interdependencia.

Todo trabajo realizado implica la utilización de cierta cantidad de energía. Este concepto
puede no estar completamente definido, pero puede ser presentado como algo que
inevitablemente hay que gastar para realizar estos procesos. Algo que se necesita tener
previamente para hacer el trabajo, en cantidad proporcional a la cantidad de trabajo que se
desea realizar.
Una fuerza se puede mantener aplicada durante un tiempo ilimitado, sin gastar nada. Por
ejemplo, con un tornillo ajustado, o con un cuerpo pesado que se coloca sobre algo para
mantenerlo aplastado. Se entiende que puede haber cierto ―gasto‖ para ajustar el tornillo, o
para colocar el cuerpo pesado en el lugar deseado, pero nada debe gastarse luego, mientras la
fuerza permanece aplicada durante años.
129

Por eso no tendría sentido definir el trabajo multiplicando la fuerza por el tiempo que está
aplicada, como se hace al definir el impulso.
Cuando es necesario aplicar fuerza para desplazar un objeto, en esos casos necesariamente
habrá que gastar algo de eso que llamamos energía. La idea es básica y puede considerarse
casi intuitiva. Es válido utilizarla aunque la energía no esté completamente definida, porque
contribuye a elaborar su concepto y su definición.
Ahora bien, los vocablos trabajo y energía tienen muchas acepciones en la vida práctica, y la
tarea del enseñante consiste en hacer notar las diferentes posibilidades de cada una,
respetándolas a todas, y logrando que se establezcan claramente el significado y las
interpretaciones válidas en el marco de la Mecánica.
Somos organismos biológicos. En general asociamos la idea de trabajo con el esfuerzo que
algo requiere de nosotros, y en cierta forma lo medimos a través de nuestra sensación. Eso es
muy válido y legítimo, pero puede llevar a confusiones cuando se trata de construir el
concepto de trabajo que necesitamos aquí.
Debemos tener en claro que un organismo biológico puede gastar mucha energía para
mantener una fuerza estática aplicada, simplemente porque no es eficiente para ello. Y
también gasta energía continuamente para mantener sus funciones metabólicas, sin realizar
movimiento alguno.
De manera que estos hechos deben ser discutidos y conocidos, y deben ser dejados de lado en
la construcción de una definición de trabajo útil para la dinámica, algo que podemos llamar
trabajo mecánico, para que su nombre ya anuncie su carácter especial y distinto del que se
considera en el lenguaje coloquial.

Trabajo mecánico
Cuando se diseña una máquina que debe mover un cuerpo se trata de que aplique la fuerza de
la mejor manera posible, es decir, bien alineada con el movimiento que se quiere producir.
No obstante, sabemos que la dirección del movimiento de un cuerpo no tiene porqué coincidir
en todo instante con la de la fuerza resultante, ni con la de alguna fuerza particular que le
aplica algún agente determinado. Por lo tanto, la definición de trabajo hecho por una fuerza
debe servir para el caso general, y debe contemplar cualquier orientación de la fuerza respecto
del movimiento.
De manera que si sabemos que en el caso general la fuerza aplicada sobre un móvil puede
tener componente normal y componente tangencial, y que estamos tratando de definir el
trabajo de una manera que sea útil para relacionar con el concepto de energía, y que eso
funciona bien limitando la definición a la componente tangencial de la fuerza, lo que debemos
hacer es:
1) Definir el trabajo mecánico como el producto de la distancia recorrida por la
componente tangencial de la fuerza aplicada.
2) Elaborar razonamientos y argumentos para justificar por qué es razonable que una
fuerza no realice trabajo mecánico cuando se aplica perpendicularmente al desplazamiento
de un cuerpo.
El primer punto es la definición estándar del trabajo mecánico. Y el punto 2 tiene infinitas
posibilidades que necesariamente quedan a cargo de la inventiva de cada profesor, que debe
adaptarlas a las condiciones particulares de su enseñanza.
130

Una anécdota
Entre los esfuerzos que hacíamos hace varios años los profesores de física para ayudar a convencer a
los alumnos de que podía ser correcto y tener sentido definir que una fuerza perpendicular al
movimiento no hace trabajo mecánico, solía ser común presentar (con ciertos adornos y variaciones) el
ejemplo de un pasajero que transporta una pesada valija cierta distancia horizontal, y plantear la
discusión sobre la razonabilidad de considerar que este hombre no realizaba trabajo en ese proceso.
En algún momento de la discusión introducíamos el argumento de que el cansancio de la persona no
era una buena medida de la cantidad de trabajo que estaba haciendo, sino que era una consecuencia
de lo inadecuado del método para transportar la valija, porque si alguien inventara una valija con
ruedas (que fueran buenas ruedas sin rozamientos apreciables), y el piso un buen piso muy liso y
horizontal, la persona solamente debería dar un leve impulso inicial a la valija, la cual simplemente lo
acompañaría por inercia todo el recorrido que quisiera.
Y la anécdota es que en ese momento no existían las valijas con ruedas. Su mención sonaba
absolutamente extraña y aportaba de cierta comicidad muy útil para hacer memorables las ideas y
argumentos.
Y ahora prácticamente no existen las valijas sin ruedas!
Y los que hemos enseñado de esa manera, vemos en un aeropuerto o en una terminal de ómnibus a
las personas transportando casi sin esfuerzo pesadas valijas, y no podemos dejar de recordar aquellos
argumentos.

En el siguiente ejemplo desarrollado se propone al final una discusión como muestra de


argumentos típicos posibles para este punto., y a la vez se intenta mostrar la conveniencia de
que las discusiones sean alrededor de situaciones que involucren cálculos y valores concretos.

Ejemplo desarrollado.
Un cuerpo de 6 kg de masa está apoyado sobre el piso en el punto A.
a) Calcular el trabajo que hace un agente externo para levantar el cuerpo hasta el punto B, a 1,80 m de
altura sobre A.
b) Considere que un agente arrastra este cuerpo una distancia (horizontal) de 5 m hasta el punto C,
suponiendo que entre el cuerpo y el piso se produce una fuerza de rozamiento de 4 N. Calcule el
trabajo hecho por el agente, y el trabajo hecho por la fuerza de rozamiento.
c) Considere que el agente lleva este cuerpo hasta dejarlo colocado en una repisa en D, 1,80 m por
encima del punto B de las siguientes dos maneras:
c.1) Arrastra el cuerpo hasta C y allí lo levanta verticalmente hasta la repisa.
c.2) Levanta el cuerpo hasta B, y luego lo lleva directamente a la repisa.
d) Discutir los resultados, y lo adecuado o no de la definición de trabajo utilizada.
131

Desarrollo
Fagente
90º
(c.2) D
B
Fagente Peso
(a) (c.1)
Peso
Fagente
A Frozamiento C
(b)

a) El agente sólo debe equilibrar al peso, de valor: m g  59 N. La fuerza se aplica en la misma


dirección y sentido que el desplazamiento, por lo cual: WAB  59 N1,80 m = 106 J
b) Ahora el agente sólo debe equilibrar el rozamiento (ya que al peso lo equilibra la reacción normal del
piso): Fagente = 4 N, Wagente(AC) = 4 N5 m = 20 J.
El rozamiento es opuesto al desplazamiento: Frozamiento = 4 N, pero  = 180º; entonces Wrozamiento(AC) =
 4 N5 m =  20 J.
c.1) El agente debe hacer sucesivamente lo calculado en b) más lo calculado en a): 20 J + 106 J = 126
J.
c.2) Ahora el agente debe hacer sucesivamente lo calculado en a) más el trabajo para llevar el cuerpo
horizontalmente a 1,80 m de altura (trayecto BD). Pero para esto último el agente aplica una fuerza que
equilibra al peso, sin componente tangencial (  = 90º), y no realiza trabajo.
Por lo tanto el trabajo del agente para ABD, es el mismo que para AB: 106 J.
d) En este punto vale la pena discutir si puede ser correcto considerar que el trabajo es nulo para
transportar un cuerpo de 6 kg a 1,80 m de altura a lo largo de 5 m. Según la definición corresponde
decir WBD = 0, pero, ¿no correspondería cambiar esa definición?
Para una persona puede ser cansador transportar este cuerpo a 1,80 m de altura. Como también sería
cansador si le pidieran que simplemente lo mantuviese fijo en D durante cierto tiempo t, hasta que
vayan a comprar la repisa.
Pero eso no interesa en la definición de trabajo mecánico hecho por una fuerza. La fuerza que aplica el
agente para sostener el cuerpo, cansándose, también podría ser aplicada por un soporte, que lo podría
sostener indefinidamente. Y el transporte BD podría hacerse con un riel adecuado sin esfuerzo alguno.
Sólo habría que trabajar para subir el cuerpo hasta B (106 J), pero no para mantenerlo allí, o
transportarlo hasta D. Incluso el riel podría tener rozamiento, y el agente debería hacer trabajo en el
transporte BD, tal como ocurre en el AC, pero sería para vencer el rozamiento, y no tendría que ver con
la fuerza vertical.
Es decir, algunas cosas se pueden hacer bien, sin gastar, o se pueden hacer mal, con mucho gasto.
Veremos muchas veces que las componentes de las fuerzas perpendiculares a los movimientos
siempre pueden ser aplicadas por dispositivos que, si son adecuados, no gastan para ello.
132
133

ANEXO 3.2:
Principio General de Conservación de la Energía
Una de las propiedades definitorias de la energía es su conservación. Existe un principio
general de conservación de la energía que se cumple en todas las situaciones concebibles, y es
el denominado Primer Principio de la Termodinámica. Este nombre obedece al proceso en el
que se desarrollaron las ideas de energía (la Revolución Industrial), en el que se unió lo
térmico con la dinámica, en la lucha por entender y mejorar las máquinas térmicas.
Este principio tiene el siguiente enunciado muy simple, que por razones obvias sólo considera
formas térmicas y mecánicas de suministrar energía:

Q + Wext = E
En donde:
 Q es la cantidad de energía suministrada como calor, es decir por simple contacto o
proximidad con cuerpos a diferente temperatura. Q positivo significa calor transferido al
sistema por un cuerpo más caliente, y a la inversa, Q negativo significa calor transferido
por el sistema a cuerpos más fríos.
 Wext es el trabajo mecánico hecho por las fuerzas exteriores actuantes sobre el sistema.
Wext positivo significa energía suministrada al sistema mecánicamente, y viceversa, Wext
negativo significa energía que el sistema transfiere mecánicamente a otros sistemas.
 Finalmente E es la energía interna del sistema, de cualquier tipo que sea.
Es una cantidad que se compone de contribuciones mecánicas, térmicas, y de todo tipo, y
que para cada sistema depende de su estado, es decir es una función de las diversas
variables que definen del estado del sistema.
No es posible dar una expresión general para la energía, sino expresiones particulares para
cada tipo o forma de energía. Hemos visto, en páginas anteriores, la posibilidad de que
existan diversas expresiones para casos típicos simples de energías potenciales mecánicas,
y hemos visto dos expresiones para la energía cinética, para traslación y rotación. Pero hay
una variedad inagotable de posibilidades de la energía para distintos sistemas y fenómenos.

Se le pueden agregar otros términos que contemplen el ingreso o salida de energía del sistema
en procesos de otro tipo, además de los mecánicos y térmicos, con tal de respetar la idea
fundamental de la conservación. Teniendo en cuenta esas posibilidades, no hay excepciones a
este enunciado: es un Principio.
Es muy importante entender que la energía que ingresa de una forma, no tiene por qué
almacenarse de esa forma. Así por ejemplo, en cualquier situación de movimiento con
fricción se eleva la temperatura de un sistema haciendo trabajo sobre él, sin ponerlo en
contacto con algo más caliente, es decir:
Wext > 0 , pero Q = 0 , y el único efecto es que se eleva la temperatura. Es decir, se suministra
energía mecánicamente, pero se almacena térmicamente. Lo que en mecánica se denomina
disipación, con desaparición de energía mecánica, en esta visión global es una transformación
de la energía mecánica en térmica.
134

Lo mismo sucede con cualquier sistema calefactor eléctrico, al sistema entra energía eléctrica
(disfrazada con un término Weléctrico), pero lo único que cambia en el sistema es que eleva su
temperatura (es claro que no almacena energía eléctrica).
Este Principio es el referente máximo de las ideas de energía, y a través de él queda claro que:
o El trabajo, Wext, es la forma mecánica de suministrar energía
o El calor, Q, es la forma térmica de suministrar energía.

Ejemplo desarrollado 1.
Un calefactor eléctrico de inmersión es capaz de elevar la temperatura de 2 litros de agua desde los 20
hasta los 90 ºC en 5 minutos. Suponer que el agua está contenida en un recipiente ideal que no
absorbe ni transmite calor.
a) Calcular la energía empleada en este proceso, y la potencia del calefactor.
b) Indicar el valor de cada término según dos delimitaciones del sistema:
b.1) El sistema es el agua con el calefactor incluido.
b.2) El sistema es únicamente el agua, sin incluir el calefactor.

Desarrollo
a) En este proceso el calefactor toma una cierta cantidad de energía eléctrica de la red domiciliaria y la
suministra como calor al agua. Sabiendo que se requiere 1 cal para elevar la temperatura de cada
gramo de agua en 1 ºC, podemos calcular que para este caso se necesitarán: 1(cal/g·ºC)  m  T =
1(cal/g·ºC)  2000 g  70 ºC = 140103 cal = 140 kcal.
Para expresar esa energía en J utilizamos la conversión 1 cal = 4,185 J, y resulta la energía absorbida
por el agua 140  4,185  586 kJ.
b.1) Al sistema no ingresa calor por conducción desde una fuente más caliente  Q = 0; Ingresan 586
kJ + una pequeña cantidad E‘ que almacena el calefactor que también eleva su temperatura en 70 ºC,
en una forma que se denomina ―trabajo eléctrico‖, de manera que lo clasificamos como W ext = 586 kJ +
E‘; todo el sistema almacena E = 586 kJ + E‘.
b.2) Al sistema ingresan 586 KJ como calor, directamente por conducción desde el calefactor: Q = 586
kJ; y es lo único que ingresa: Wext = 0; el agua almacena E = 586 kJ.

Para terminar dos ejemplos con elementos típicos de mecánica.

Ejemplo desarrollado 2
Un cuerpo de 3 kg lanzado horizontalmente con una velocidad de 20 m/s contra una pared vertical se
aplasta contra ella sin rebotar. La pared es idealmente rígida y no se deforma.
Aplique el Primer Principio de la Termodinámica y encuentre el valor de cada término.
Desarrollo
El cuerpo viene viajando con Ec = 3·202/2 = 600 J. Al chocar pierde toda su energía cinética: Ec =
600 J. Pero no hay trabajo hecho por fuerzas exteriores, ya que la fuerza que lo frena es aplicada por
la pared y no sufre desplazamiento alguno: Wext = 0 (la fuerza de gravedad tampoco hace trabajo en
este proceso, ya que el desplazamiento es horizontal).
135

En principio tampoco hay calor suministrado al cuerpo. Él eleva su temperatura, como veremos, pero
no porque se le suministre calor, sino porque al ser Q = 0, y Wext = 0, debe ser E = 0. Pero Ec =
600 J, de manera que debe haber otra energía E‘ en el cuerpo, interna, independiente de la posición y
del movimiento, tal que E‘ = 600 J, de manera que E = Ec + E‘ mantiene constante su valor de 600 J
en todo el proceso del choque.
Obviamente esta energía E‘ es la que denominamos térmica, para la cual se utiliza la expresión
calorimétrica usual: E‘  Ce·m·T. Esta expresión es la que se utilizaría para calcular el incremento
de temperatura T, que aquí no se ha pedido.
El incremento de temperatura dará lugar a que, después del choque comience a haber una cierta
cantidad Q < 0, que dará cuenta de que el cuerpo comienza a enfriarse disipando calor al ambiente.
Pero durante el breve lapso que dura el choque, podemos suponer que no ha habido tiempo de
intercambiar una cantidad apreciable de calor, y esa es la razón por la cual la afirmación correcta para
el ejemplo ha sido Q = 0.
Para enriquecer el tema podemos analizar este proceso con la expresión (11): Wext + Wint = Ec.
Para este caso corresponde: Wext = 0; Ec = 600 J; de manera que Wint = 600 J, que puede ser
clasificado como un trabajo de deformación.

Ejemplo desarrollado 3
Considere un martillo de 500 g de masa, que se utiliza para clavar horizontalmente un clavo en una
madera. Para cada golpe se impulsa el martillo hasta que adquiere una velocidad de 10 m/s, velocidad
con la cual choca, y en 5 golpes hunde completamente el clavo, de 6 cm de longitud.
a) Calcule la fuerza media que debió vencer el clavo para penetrar.
b) Estime una longitud del recorrido del martillo mientras es impulsado, y con ella calcule la fuerza
media que se le debió aplicar.
c) Explique cómo es el juego de las energías durante el choque. Calcule el valor de cada término del
Principio.
Desarrollo
a) Designamos:
t0: instante de velocidad nula del martillo, inmediatamente antes de comenzar a ser impulsado
hacia delante.
t1: instante previo al contacto del martillo con el clavo
t2: instante en que clavo y martillo se detienen luego de penetrar (el clavo) 6/5 = 1,2 cm en la
madera.
Según los datos Ec(t1) = Ec1 = 0,5 kg (10 m/s)2/2 = 25 J, de manera que si aplicamos WFR = Ec para
el sistema martillo (en donde WFR es el trabajo de la fuerza resultante), obtenemos:
entre t0 y t1: WFR = 25 J = trabajo de la fuerza que impulsa al martillo;
entre t1 y t2: WFR = 25 J = trabajo de la fuerza con que la cabeza del clavo frena al martillo;
Ahora bien, por acción-reacción, este último trabajo, cambiado de signo, es el que hace el martillo
sobre el clavo hundiéndolo, que por lo tanto es también 25 J. Como además el clavo tiene velocidad
nula tanto en t1 como en t2, si le aplicamos la misma expresión obtenemos que WFR sobre él es nulo en
este intervalo, y por tanto, la fuerza media que lo empuja es igual en valor absoluto a la que lo frena, y
podemos calcularla sabiendo que hace un trabajo de 25 J en 1,2 cm: F = 25 J / 0,012 m  2,08103 N.
136

Esta parte justifica el uso del martillo: al chocar aplica una fuerza mucho mayor que la que el agente
podría aplicar directamente. El agente no podría hundir el clavo sin recurrir al golpe. El martillo sirve
para acumular energía que el agente le suministra en un camino largo con una fuerza baja, y la
descarga con una fuerza que es mayor cuanto más resista el objeto.
b) La fuerza media que impulsa al martillo, por otra parte se averigua de la misma manera que la que
frena al clavo: si estimamos que el martillo es empujado a lo largo de 60 cm, tendremos F  0,60 m =
25 J  F = 25 / 0,60  41,7 N
c) Ahora veamos el asunto de la producción de calor.
Primero un análisis más bien coloquial, sin pretender decidir exactamente cada término del Principio. El
trabajo hecho por la fuerza de rozamiento, - 25 J, significa que desaparecen 25 J de energía mecánica.
Por lo tanto, por una idea elemental de conservación, deben aparecer, distribuidos entre el clavo, la
madera, y luego el ambiente, 25 J de energía no mecánica, a la cual llamaremos térmica, ya que se
manifiesta exclusivamente a través de la elevación de la temperatura de las partes.
Hay que descartar cierta idea errónea según la cual, una parte de la energía disponible se transforma
en calor y otra en trabajo: la misma energía que se emplea para hacer el trabajo hundiendo el clavo, los
25 J, se transfiere al clavo que a su vez los gasta haciendo trabajo contra el rozamiento (gasta todo, ya
que alguna parte que no gastase, le debería quedar a él acumulada de alguna manera mecánica).
Trabajo que se hace contra el rozamiento, por definición, mecánicamente, se aniquila, es decir,
desaparece, y por conservación, debe aparecer todo como otro tipo de energía. En este caso térmica.
Ahora bien, sería difícil decidir algunos detalles si aplicamos el primer principio de la termodinámica al
clavo solo, por lo que conviene analizar el sistema clavo+madera (también se podría incorporar el
ambiente si se quisiera). Para el sistema clavo + porción de madera, tendríamos: Wext = 25 J, ya que es
el trabajo hecho por la fuerza que aplica el martillo, Q = 0, inmediatamente después del golpe, ya que
nadie suministra calor al sistema y no hemos considerado tiempo suficiente como para que haya
podido escapar calor al ambiente o al resto de la madera (si esperamos cierto tiempo, será Q < 0,
indicando que el sistema se está enfriando mientras el calor escapa disipándose), y por lo tanto E =
25 J. Esta energía, que se manifiesta a través de una elevación de temperatura, es la denominada
térmica - muchas veces se le dice calor, y esto puede ser aceptable a nivel coloquial, pero no debe
confundirse con el término Q.
137

ANEXO 3.3:
Potencia mecánica
El concepto de potencia es un concepto central en el ámbito industrial, y también en el
cotidiano, porque tiene que ver con todos los artefactos que una persona utiliza.
Cualquier aparato está diseñado para trabajar, entregar o utilizar energía con determinado
ritmo, es decir cierta cantidad por unidad de tiempo, manteniendo ese ritmo mientras sea
necesario. En general para adquirir un motor se tiene en cuenta, por ejemplo, no cuánto
trabajo puede hacer, ya que eso depende del tiempo que funcione, sino cuánto trabajo puede
hacer por segundo, lo que se denomina ―potencia‖.
Se define potencia mecánica como la cantidad de trabajo hecha por unidad de tiempo, es
decir algo como el ritmo al cual se realiza el trabajo, o la intensidad del proceso de trabajar:

W
Potencia 
t

Y de la misma manera, dado que el trabajo sólo se puede hacer a expensas de la cantidad de
energía que se absorbe o transfiere, también se llama potencia, en general, a la cantidad de
energía de cualquier tipo que se absorbe o transforma en cualquier otra por unidad de tiempo:
E
Potencia 
t
Todas las luces, los motores, artefactos electrodomésticos, etc., se eligen en función de su
potencia.

NOTA:
A pesar de la estrecha relación con el concepto de energía, el concepto de
potencia casi no aparece en los cursos de Mecánica, porque su utilidad tiene
que ver esencialmente con aplicaciones tecnológicas. No obstante, en la
enseñanza de temas relacionados con la energía en el nivel medio es
importante que este tema sea tratado, como una de las formas de aproximarse
al concepto de energía desde las aplicaciones prácticas.
Las facturas de consumo de energía eléctrica, los manuales y prospectos de los
artefactos domésticos, de los calefones y cocinas de gas, etc., constituyen fuentes
invalorables para ejercitaciones que, a través de las unidades de potencia
permitirán acercarse al concepto de energía, y al mismo tiempo adquirir
conocimientos extremadamente útiles para la vida práctica y doméstica.

Unidades
La unidad S.I. de potencia es el watt, castellanizado como vatio, que se simboliza con W,
denominado así en honor al ingeniero escocés James WATT (1736-1819), inventor de las
principales mejoras de las primeras máquinas de vapor: 1 watt es la potencia mecánica
correspondiente a la realización de 1 joule en 1 segundo:
1W = 1J / 1s
(No confundir la letra W utilizada para trabajo, con el símbolo del watt).
138

Dado que el joule es una unidad relativamente pequeña de energía, el watt también resulta una
unidad más o menos pequeña de potencia para los artefactos utilizados en el hogar.
Una lámpara LED consume entre 10 y 20 W, las lámparas antiguas, de filamento, para
igual iluminación consumían 70 o 100 W. Un motor eléctrico de cortadora de césped
pequeña puede consumir 250 W, una estufa eléctrica 1000 o 2000 W, y un motor de
automóvil puede estar alrededor de 70 kW.
Las empresas distribuidoras de energía eléctrica facturan a sus usuarios un monto
correspondiente a toda la energía (eléctrica) suministrada en un mes o en un bimestre, y
utilizan una unidad particular para ello, denominada kilowatt-hora (kWh), para reemplazar al
joule que es demasiado pequeño (aunque lo que correspondería científicamente sería utilizar
múltiplos del joule).
De manera que en la práctica industrial se define:
1 watt-hora = trabajo que se hace en 1 hora trabajando con una potencia de 1watt.
1 kWh = trabajo que se hace en una hora trabajando con una potencia de 1kW.

Dado que E = Potencia  t, resulta:


1 Wh = 1W× 3600 s = 3600 J
1 kWh = 1000 W × 3600 s = 3,6×106 J = 3,6 MJ.
Un hogar mediano consume unos 500 kWh por bimestre.
Otras unidades industriales de potencia, que no son S.I., son el HP (horse-power: caballo
de potencia) y el CV (caballo de vapor). Ambas unidades surgieron durante la Revolución
Industrial, y como sus nombres lo indican, toman como patrón la capacidad de ritmo
promedio de trabajo de un caballo. Ambas equivalen aproximadamente a ¾ de kW, y van
cayendo en desuso.

Ejemplo desarrollado 1.
Un calefactor eléctrico de inmersión es capaz de elevar la temperatura de 2 litros de agua desde los 20
hasta los 90 ºC en 5 minutos.
a) Calcular la energía empleada en este proceso, y la potencia del calefactor.
b) Calcular la cantidad de kWh que aporta esta operación al consumo eléctrico del hogar.

Desarrollo
a) En este proceso el calefactor toma una cierta cantidad de energía eléctrica de la red domiciliaria y la
suministra como calor al agua. Sabiendo que se requiere 1 cal para elevar la temperatura de cada
gramo de agua en 1 ºC, podemos calcular que para este caso se necesitarán: Q = 1(cal/g·ºC)  m 
T = 1(cal/g·ºC)  2000 g  70 ºC = 140103 cal = 140 kcal.
Para expresar esa energía en J utilizamos la conversión 1 cal = 4,185 J, y resulta Q = E = 140 
4,185  586 kJ.
La potencia es P = E / t = 1,95 kW.
b) El kWh es unidad de energía: 1kWh = 3600 kJ; E = 586/3600 = 0,163 kWh. También se podría
calcular multiplicando la potencia en kW por el tiempo en horas: 1,95(5/60) = 0,163 kWh.
139

Ejemplo desarrollado 2
Un automóvil cuya masa (incluyendo ocupantes) es de 900 kg, viaja 50 km por una ruta horizontal a
razón de 80 km/h, sufriendo una fuerza de rozamiento (esencialmente por parte del aire) de 700 N.
a) Calcule la potencia mecánica efectiva que aplica el vehículo al piso en estas condiciones.
b) Si se supone que el motor aprovecha el 40 % del poder calorífico del combustible para producir
trabajo, y que el 20 % de ese trabajo se disipa en los rozamientos internos de los mecanismos del
vehículo sin transferirse al piso, calcule la energía total del combustible que se consume en el trayecto.
c) Si el combustible utilizado es nafta, con un poder calorífico de aproximadamente 9000 kcal/litro,
calcular la cantidad de nafta consumida.

Desarrollo.
a) El trabajo mecánico para vencer el rozamiento de 700 N, a lo largo de 50 km, es F d  3500104 J =
35 MJ. Como el tiempo demorado es t = 50/80 = 0,625 h = 2250 s, la potencia mecánica resulta P 
35 MJ / 2250 s  15,5 kW (que en HP, sería aproximadamente 21 HP).
Es importante advertir que la energía cinética es irrelevante aquí, ya que si pensamos en que
apagamos el motor y dejamos que el vehículo avance a expensas de la energía almacenada, ella sólo
le alcanzaría para recorrer una muy pequeña fracción de los 50 km. Si calculamos obtenemos: 80 km/h
 22,2 m/s; Ec  90022,22/2 = 222 kJ  0,2 MJ.
b) Si E es la energía total del combustible consumido, el enunciado dice que: 35 MJ  0,4(1 – 0,2)E,
entonces E  109 MJ  26103 kcal.
c) Esta cantidad de energía es la que se obtendría a partir de la combustión de 26103 / 9000 = 2,9
litros de nafta.
140
141

ANEXO 3.4:
Producto Escalar de vectores
Hay una operación entre vectores que sirve entre otras cosas para expresar el trabajo de una
fuerza, y se denomina producto escalar entre vectores.
La definición habitual del producto escalar con la que se encuentran los estudiantes de física
tiene lugar en sistemas de coordenadas cartesianos ortogonales del espacio tridimensional, y
se refiere en general a los vectores que representan elementos típicos de esta materia.
Vale aclarar antes de seguir que el producto escalar admite tratamientos más abstractos y
generales que no interesan en este momento, de manera que lo que trabajaremos aquí son
ideas circunscriptas al ámbito de la física básica.
Esta operación se realiza entre dos vectores, y da por resultado un escalar, o sea un número
(positivo o negativo), indicativo de una magnitud, con la correspondiente unidad, pero sin
carácter vectorial.
Es decir, en física se denomina escalares a las magnitudes que no son susceptibles de
orientación en el espacio.

El producto escalar en la física básica


 
Dados dos vectores A y B del espacio tridimensional, se define el producto escalar entre
 
ambos, simbolizado A  B , como el escalar (es decir número) obtenido multiplicando los
módulos de ambos vectores por el coseno del ángulo comprendido entre ambos:

B
A
 
 A  B = A B cos

Es importante advertir que el producto escalar puede ser positivo o negativo. Como se ilustra
en los siguiente esquemas, el producto escalar es un número positivo si  < 90º , negativo si 
> 90º , y nulo cuando los vectores son perpendiculares entre sí ( = 90º ).

A B >0 B A B =0
B A B <0

B  90º
A A A

Propiedades que interesan en la práctica

1) El producto escalar es conmutativo


Una propiedad que se desprende trivialmente de la definición es que el producto escalar es
   
conmutativo: A  B = B  A
142

2) El producto escalar es igual al módulo de un vector por la componente del otro según
la dirección del anterior
 
Dado que B·cos es el valor de la componente de B en la dirección de A (con un signo que
corresponde al sentido), resulta que la definición dada equivale a decir que el producto escalar
de dos vectores es igual al módulo de uno cualquiera de ellos por la componente del otro
según la dirección del anterior.
AB

B
A  

A  B = A BA = B AB
BA
 
Donde los símbolos AB y BA, no representan exactamente el módulo de los vectores A B y B A
mostrados en la figura, sino que tienen el signo correspondiente a lo que son: valores de la
componente de cada vector según la dirección y sentido del otro.

3) El producto escalar es distributivo respecto de la suma vectorial


Esta propiedad se desprende inmediatamente del punto anterior:
 
      
A BC  AB AC

 
      
A  B C  AC  BC
Esto queda demostrado si se tiene en cuenta que la componente de una suma de vectores
según cualquier dirección es igual a la suma de las componentes según la misma:
 
 
 
B  C A  BA  C A .

4) Expresión del producto escalar en función de las componentes cartesianas ortogonales


de los vectores
Escribiendo cada vector con ayuda de los habituales versores base del sistema cartesiano
ortogonal, se llega fácilmente a la fórmula usual para calcular el producto escalar a partir de
las componentes cartesianas de cada vector:

A  A x x̂  A y ŷ  A z ẑ

B  B x x̂  B y ŷ  B z ẑ
 
A  B  (A x x̂  A y ŷ  A z ẑ)  (B x x̂  B y ŷ  B z ẑ) = AxBx + AyBy + AzBz

Con lo cual, indicando con el subíndice i cada componente cartesiana del vector,
distribuyendo los productos y teniendo en cuenta que cada versor da 1 multiplicado
escalarmente por sí mismo, y da cero multiplicado por cualquier otro ( x̂ 1  x̂ j   i, j ), se tiene
la expresión:
  3
A  B   A i Bi
i 1
143

Es claro que esta expresión se obtiene porque la base es ortonormal (los tres versores base del
mismo módulo y perpendiculares entre sí), lo que significa que es válida solamente en los
sistemas de coordenadas cartesianos ortonormales, que son los que se utilizan siempre en
física básica.

En otros sistemas de coordenadas, por ejemplo cartesianos oblicuos, u otros cualesquiera, los

vectores de la base, x i , podrían no ser unitarios ni ortogonales entre sí, y los productos
escalares entre ellos generarían 9 números que constituirían una matriz, gi,j, de 33,
denominada matriz métrica:
 
x i  x j  g i, j

Dado que los productos escalares son conmutativos, esta matriz es simétrica. Con ella la
expresión para cualquier producto escalar es:
 
A  B   g i, j A i B j
i, j

Esta es la expresión general para calcular el producto escalar en cualquier sistema de


coordenadas, la cual además abre las puertas a tratamientos mucho más generales que no
interesan aquí.

Aplicación al trabajo de una fuerza



Queda claro que para el caso de una fuerza F actuando sobre un punto que sufre un
 
desplazamiento  r , la componente de F a lo largo del desplazamiento es la componente

tangencial FT = F cos, y el trabajo realizado por F queda expresado de manera elegante y
compacta por el producto escalar:
  
FT   F cos  r  F  r
 
W = F  r

El caso de la fuerza peso


El cálculo del trabajo hecho por la fuerza peso cuando un cuerpo se mueve siguiendo una
trayectoria cualquiera en la vecindad de la superficie de la Tierra, se simplifica
automáticamente si se tiene en cuenta que esta fuerza es un vector constante en dirección
vertical. Con uno de los ejes cartesianos, por ejemplo z, vertical hacia arriba, resulta:
 
P  (0,0,P) , de manera que en cualquier desplazamiento r  (x, y, z) la expresión del
 
trabajo queda: W = P  r = P z, y sumando las contribuciones a lo largo de cualquier
trayectoria:  P z = P z =  P z, se tiene:
WP(AB) =  P (zB – zA)
Es decir, en el cálculo solamente interviene la variación de la altura del cuerpo,
independientemente de la forma de la trayectoria, lo cual facilita el tratamiento de muchas
situaciones.
144
145

CAPÍTULO 4:
Movimientos en fuerzas centrales

COMENTARIO INTRODUCTORIO
El tema de las órbitas circulares de satélites o planetas, puede quedar en un
ejercicio extremadamente simple de movimiento circular uniforme, o
ampliarse a una síntesis histórica que puede ser de gran valor, en el que
encontraremos que las leyes de KEPLER representan un aporte que no se debe
ignorar.
Acerca de las Leyes de KEPLER del movimiento planetario es muy interesante
superar su aprendizaje más o menos memorístico, intentando aplicarlas para
entenderlas y disfrutarlas. En este capítulo se presentan los elementos
necesarios para ese fin, mostrando a la vez cómo estas leyes son coherentes con
la estructura y los contenidos de este curso.
En este capítulo se presenta una propuesta de lo que es posible y conveniente
llevar al aula, desarrollando todos los elementos que corresponden a la
formación del docente con el nivel debido de un curso de Mecánica.

4.1.- Movimiento en coordenadas polares


El caso de las fuerzas atractivas hacia un punto fijo, denominadas fuerzas centrales, da lugar,
entre otros, a los distintos tipos de movimientos orbitales astronómicos, de sumo interés para
plantear transferencias al aula, tanto de temas modernos como históricos, y de ellos en general
nos ocuparemos en este capítulo.
Es claro que para describir estos movimientos suele ser muy ventajoso utilizar las
coordenadas polares, que se adaptan directamente a las variables de interés, con el origen en
el centro de fuerzas.
Como veremos más adelante, además, todos los movimientos de interés tienen lugar en un
plano que contiene al origen, de manera que para todos estos desarrollos nos limitaremos aquí
a movimientos en el plano, y bastará con las coordenadas r y  para ubicar una partícula
móvil.
La coordenada
 r indica la distancia de la partícula al origen, y es el módulo del vector
posición r .

La coordenada  indica el ángulo que forma el vector r con alguna dirección elegida de
referencia, que en general es el eje x de un sistema cartesiano auxiliar de referencia. Este
ángulo se denomina habitualmente azimut.
146

Dirección
angular
v 

v
rA vr
A

A
Dirección arbitraria
O de referencia:  = 0
Fig. 1: Elementos de las coordenadas polares en el plano.

Como vemos en la figura 1, para cada punto del espacio hay dos direcciones de referencia
sobre las cuales se proyectan los vectores. Una es la dirección radial, que es la dirección en la
que solamente varía r, con sentido positivo hacia donde aumenta r. La otra es la dirección
angular, azimutal, o transversal, tangente a la circunferencia en la cual solamente varía , con
sentido positivo hacia donde aumenta .

Cualquier vector de interés, como v en la figura 1, se proyecta en esas direcciones para definir
sus componentes vr y v. Hay que tener en cuenta que a medida que la partícula se mueve,
giran las direcciones de referencia (radial y angular), de manera que en cada punto es
necesario imaginar ejes perpendiculares, rectilíneos, que indican las direcciones radial y
angular en cada lugar (figura 2).

dirección angular
del punto A 
v

v vr = v cos

rA vr
A v = v sen

A
Dirección arbitraria
O de referencia:  = 0

Fig. 2: detalle de los ejes radial y angular que corresponden a la figura 1

De esta manera en vector posición tiene la particularidad de que solamente tiene componente
radial: rr = r ; r = 0.
Para encontrar las componentes del vector velocidad se procede como siempre, a partir de un
desplazamiento entre dos puntos próximos AA‘, proyectado sobre los ejes radial y angular,
como se ilustra en la figura 3.
147

eje A

v  eje rA
A‘
AA‘sen

A r =AA‘cos
rA


A‘ A
Dirección  = 0
O

Fig. 3: se muestra un pequeño desplazamiento AA‘ que tiene lugar en el intervalo t,
y sus proyecciones AA‘ cos sobre la dirección radial (eje rA), y AA‖ = AA‘ sen sobre la
transversal (eje A).

A partir de los elementos mostrados en la figura 3 se justifican inmediatamente todas las


definiciones correspondientes a las componentes de la velocidad en ejes cartesianos, referidos
ahora a los ejes rA y A.

 AA'
v
t
AA cos  AA sen
vr   v cos  ; v   v sen (1)
t t

Velocidad angular orbital


A medida que la partícula se mueve, la ubicamos con su distancia al origen, r, y el ángulo 
con la dirección de referencia. Es claro que aunque un movimiento sea rectilíneo, si no está
alineado exactamente con el origen, el ángulo  irá cambiando, de manera que visto desde O,
el movimiento presentará una velocidad angular  =  / t.
Así es que denominamos velocidad angular orbital a la que considera cómo cambia (por
unidad de tiempo) el ángulo  con que se ubica la partícula vista desde el punto origen
elegido.
Esta velocidad angular se puede relacionar con las componentes de la velocidad (1) a través
de los elementos que se muestran en la figura 3. Como se ve en ella, el ángulo  en radianes
que barre la visual desde O para un pequeño desplazamiento AA‘ se puede calcular
proyectando el segmento AA‘ sobre la dirección transversal, y dividiendo por rA,
obteniéndose:  = AA‘ sen / rA.
De manera que dividiendo por t, tenemos en general, para cualquier punto de la trayectoria:
v sen v 
 = (2)
r r
Donde  es el ángulo que forma el vector velocidad con la dirección radial.
148

Vemos que sólo la componente v del vector velocidad contribuye al movimiento angular
respecto de O, como corresponde esperar.
Si r es constante esta expresión se reduce naturalmente a la expresión habitual del movimiento
circular  = v / r , ya que entonces  = 90º.

COMENTARIO DIDÁCTICO
En general  no es constante, y para que los razonamientos sean correctos el
desplazamiento AA’ debe ser suficientemente pequeño como para que  se
pueda considerar aproximadamente constante en todo el intervalo t. De
manera que estas consideraciones son las mismas que ya hemos tenido en
cuenta antes cada vez que hemos razonado sobre intervalos pequeños, sin
necesidad de pensar que nos estamos adentrando en el cálculo infinitesimal.
El siguiente ejemplo ilustra sobre el manejo formal que se espera en este
capítulo. Se proponen allí actividades que serán fundamentales para los
alumnos.

Ejemplo desarrollado 1
Considere un punto con movimiento rectilíneo uniforme (en el plano z = 0) dado por: y = y0 = 10 m; x
=v0 t, con v0 = 2 m/s.
a) A partir de razonamientos, observación del movimiento de objetos, y comparaciones, realice gráficas
cualitativas de las funciones r(t), y (t). Luego encuentre la expresión de estas funciones y revise, y si
es necesario corrija y agregue detalles a las gráficas.
b) A partir de las funciones y gráficas anteriores, realice gráficas cualitativas de la velocidad radial, v r, y
de la velocidad transversal v, y de la velocidad angular respecto del origen, .
c) Revisar cualitativamente en un esquema que muestre la trayectoria, los ejes, y las direcciones (radial
y transversal/angular), cómo las componentes de la velocidad son coherentes con las gráficas del
punto b).

Desarrollo
Comencemos con un esquema que muestre todos los elementos a tener en cuenta
y 

r
v
 vr = v cos
v trayectoria
y0 = 10 m
v = v sen

vr 
=0 x
O
x
149

a) Las gráficas correspondientes son:

r (m) 

/2
10

t (s)
t (s)
-5 5

Ahora veamos las expresiones (unidades sobreentendidas m, y s):


r( t )  x(t ) 2  y( t ) 2 = r ( t )  4 t 2  100
y( t ) 10 5
tg =     = arctg(5/t)
x(t) 2 t t

COMENTARIO DIDÁCTICO
Es conveniente promover actividades para que los alumnos puedan elaborar
estas gráficas de manera cualitativa antes de buscar las funciones (pueden
imaginar que se observa un objeto por la ventanilla del lado izquierdo de un
automóvil que viaja en línea recta).
Y luego de escribir las funciones deben promoverse actividades para que ellos
decidan y muestren si estas funciones coinciden adecuadamente con las
gráficas, y encuentren modificaciones necesarias.
Funciones como tg y arctg pueden resultar misteriosas o intimidantes; sin
embargo la gráfica cualitativa de (t) no debe serlo, y la ocasión es buena
para adquirir cierto grado de familiaridad con estas funciones
trigonométricas (calculadora mediante) a partir de la interpretación de las
situaciones.
Pero finalmente será necesario que el profesor muestre cómo algunos detalles
son los más importantes y básicos. Por ejemplo los comportamientos asintóticos.
Ellos pueden ser explicados y luego puede ser bueno proponer nuevamente
actividades para discutir casos prácticos en los que se manifiestan.

b) De la misma manera, a través de propuestas de actividades de razonamiento e imaginación sobre


de situaciones adecuadas, deben surgir las gráficas cualitativas de las velocidades.
vr (m/s)
2 v

2
t (s)

t (s)
-2

También debe surgir que la gráfica de (t) es esencialmente la misma que la de v(t), con el valor 0,2 1/s
en el máximo.
150

c) Este punto requiere poder manipular los esquemas siguientes, y razonar para t  
y 

r
vr v r
v = v v
v vr
 x
O =0

La Ley de las Áreas

Velocidad Areal
Para cada pequeño desplazamiento AA‘ = v t, de una partícula, elegido un punto O como
centro, queda definido el triángulo OAA‘, cuya área es barrida en el intervalo t por la línea
que une el centro con la partícula. Si se considera que el segmento AA‘ es la base de este
triángulo, entonces su altura es b, perpendicular a la prolongación de AA‘, como se muestra
en la figura 4.
O

b

 v
A A‘

r
Fig. 4: en un pequeño desplazamiento AA‘, queda dibujado el triángulo OAA‘. Si se elige
AA‘ como base, entonces b, perpendicular a la prolongación de AA‘, es la altura del

triángulo. El vector r barre el área sombreada, de valor ½ AA‘ b

Se puede definir así la ―velocidad areal‖, es decir el área barrida por unidad de tiempo por la
línea desde la partícula al centro:
Area de OAA' AA' b
vareal =  =½vb (3)
t 2
Dado que, como se deduce de la figura 4, b = r sen, teniendo en cuenta (1) y (2), esta
expresión también puede escribirse como:
vareal = ½ v r sen = ½ r v = ½  r2 (4)

Ley de las Áreas, o Segunda Ley de KEPLER


Las famosas tres leyes del movimiento planetario enunciadas fenomenológicamente por
Johanes KEPLER (1571-1630), sirvieron de base para los desarrollos matemáticos deductivos
con los cuales NEWTON funda la Mecánica, en cuyo marco estas leyes son demostradas
rigurosamente.
151

Aquí será de fundamental importancia la Segunda Ley de KEPLER del movimiento planetario,
conocida como la Ley de las Áreas, la cual enuncia la Conservación de la Velocidad Areal, de
la siguiente manera:

El segmento que une el Sol con un planeta barre áreas iguales en tiempos iguales

bA S S
vA bA = vB bB = cte Area (AA‘S) = Area(BB‘S)
A FA A

bB A‘
FB
vB vB
B B B‘
Fig. 4: Se ilustran diferentes elementos que intervienen en la conservación de la velocidad areal
para un planeta en órbita alrededor del Sol. A la izquierda se muestra, para dos lugares de la
órbita, cómo se determina el segmento b, y cómo se enuncia la conservación con él. A la derecha
se muestra cómo la igualdad de las áreas barridas requiere que se recorran arcos AA‘ más largos
cerca del Sol, que los BB‘ que se recorren lejos del Sol, en un mismo intervalo de tiempo.

Aunque KEPLER enunció su ley para el movimiento de los planetas alrededor del Sol, a partir
de las leyes de NEWTON queda claro que es válida para el movimiento de cualquier partícula
bajo la acción de cualquier fuerza central, es decir atractiva (o también podría ser repulsiva)
hacia un punto fijo, denominado centro de fuerzas.
La demostración está en el Anexo 4.1, en el cual además, como corolario, se demuestra la
siguiente afirmación, que será muy importante en este Capítulo:

Bajo la acción de una fuerza central,


la trayectoria siempre está contenida en un plano.

Cantidad de movimiento angular orbital


Inspeccionando cualquiera de las expresiones de la velocidad areal, por ejemplo (3),
encontramos que la conservación de la velocidad areal es la conservación de la cantidad v·b, y
también de la cantidad m·v·b, dado que m es una constante que se conserva trivialmente.
Esta cantidad se analiza mejor pensando en que es el producto del módulo de la cantidad de
 
movimiento p , por la distancia b desde el punto O a la recta que contiene al vector p , es decir

la recta de acción del vector p .
 
Repitiendo el concepto de momento de una fuerza F , como producto del módulo de F por la

distancia desde el punto elegido como centro de momentos hasta la recta de acción de F ,
queda claro que la cantidad m·v·b es el momento de la cantidad de movimiento de la
partícula respecto del punto O. Por otra parte se puede identificar que b sería el brazo de
 
palanca del vector p  m v , con respecto al punto O, y muchas veces utilizaremos esa
denominación.
De manera que lo que hemos definido es el concepto de cantidad de movimiento adaptado al
movimiento de rotación. Se interpreta como la cantidad de movimiento de rotación, o
152

cantidad de movimiento angular; siguiendo la costumbre usual en estos temas lo


designaremos con la letra L, y lo estudiaremos en profundidad en el capítulo correspondiente
a las rotaciones.
La siguiente figura 5 muestra cómo debe buscarse el brazo de palanca b, para diferentes

orientaciones relativas entre p y OA.

O  O O
p  b
b p 
b p
A A A

Fig. 5: Cuando el movimiento es oblicuo respecto de la línea OA, el brazo de palanca, b, debe buscarse

como la distancia entre O y la recta de acción de p , tomada perpendicularmente a la recta (la distancia
de un punto a una recta sólo tiene sentido entendida de esta manera).

En la siguientes figura 6 se muestra, con dos casos extremos, por qué la cantidad L es
indicativa del concepto de circulación alrededor de O.

O b=0

O p 
b = OA A p
90o
A Movimiento rectilíneo radial:
Movimiento circular: L=0
máximo L = p ×OA

Fig. 6: Casos extremos: L máximo, y L nulo, para iguales valores de p y de distancia OA.

NOTA DIDÁCTICA: rotación y traslación terrestre


Vale aclarar que el calificativo orbital se agrega a la denominación cantidad
de movimiento angular, para distinguir esta rotación alrededor del centro de
fuerzas de la órbita, de una posible rotación del cuerpo en órbita sobre sí
mismo, que en este momento no nos interesa.
Es interesante indagar en las ideas de los alumnos sobre el/los movimientos
terrestres para lograr que lleguen a un panorama general más claro.
La denominación movimiento de traslación, se aplica en la vida diaria a la
circulación anual alrededor del Sol. Y en este momento la estaríamos
caracterizando con el concepto que estamos estudiando: cantidad de
movimiento de rotación orbital.
La denominación usual de movimiento de rotación, por otra parte, se aplica a
la rotación diurna del globo alrededor del eje que pasa por su propio centro.
Para ella definiremos en el capítulo correspondiente a las rotaciones, la
cantidad de movimiento de rotación intrínseca (es decir, sobre sí mismo).
De manera que aunque las denominaciones usuales: traslación, y rotación,
sean válidas, es importante reflexionar sobre que ambos movimientos caen
dentro de lo que estudian las rotaciones.
153

De manera que finalmente, para cerrar el tema, tenemos una relación directa entre velocidad
areal y cantidad de movimiento angular orbital:
L = ½ m vareal ,
y la Ley de las Áreas implica la conservación de estas dos cosas, que nos será útil escribir de
alguna de las siguientes formas:
L = m v b = m v r sen = m r v = m  r2 (4‘)

Y destacaremos aquí esta ley escrita en el lenguaje actual:

Bajo la acción de una fuerza central los cuerpos se mueven


describiendo una trayectoria plana, con conservación de la
cantidad de movimiento angular orbital.

COMENTARIO DIDÁCTICO
La propuesta de este capítulo es incursionar en todos los movimientos orbitales
que se pueda, aplicando la conservación de la energía mecánica y de la
cantidad de movimiento angular orbital.
La conveniencia de desarrollar ejercitaciones sobre la conservación de la
energía mecánica surge directamente de la estructura del este Curso, que en
eso es igual a cualquier otro, y como todos, requiere naturalmente de esas
ejercitaciones como una de las actividades básicas para consolidar los
conocimientos relacionados con las leyes de la dinámica y con el concepto de
energía mecánica.
Pero hay aquí una novedad: este capítulo sugiere dedicar el tiempo a unas
pocas funciones energía potencial (coulombiana y elástica), elegidas por su
relación con estas aplicaciones que se consideran aquí de interés, y
sacrificando para ello el tiempo que podría destinarse a funciones abstractas,
elegidas simplemente para ejercitar el procedimiento matemático
correspondiente.
Ahora debemos hablar de la conservación de la cantidad de movimiento
angular orbital.
En principio debemos esperar que para los alumnos de los futuros profesores que
toman este curso, éste sea un concepto desconocido, y con esa idea ha sido
organizado el capítulo.
Si bien es posible considerar que, en una etapa anterior de su instrucción, al
estudiar la noción de fuerza, y realizar actividades de medición y
familiarización con los conceptos, estos alumnos hayan sido también guiados
en el estudio del momento de una fuerza, y rudimentos de otros conceptos
asociados con rotaciones, habría pocas posibilidades que en este momento se
pudieran utilizar esas ideas. Es posible que recuperar el concepto de momento
de una fuerza, y elaborar el de momento de la cantidad de movimiento, y
justificar su conservación, requiera más tiempo que hacerlo a partir de la
Segunda Ley de KEPLER.
154

Claro que de todos modos siempre hay que tener presente la conveniencia de
utilizar los conocimientos previos que los alumnos pueden tener sobre temas
relacionados, pero debe quedar claro que no es necesario reelaborar todos los
conceptos relacionados con las rotaciones, desde momento de una fuerza en
adelante, para tratar los temas de este capítulo. Tampoco es necesario conocer
ni utilizar el producto vectorial. Si se quisiera optar por utilizar esas
herramientas, habría que pensar en la conveniencia de dejar este tema para
después de estudiar dinámica de las rotaciones – lo cual también es una
posibilidad que debe considerarse.
Por otra parte es claro que los futuros profesores que toman este curso conocen
  
el producto vectorial y todos los conceptos necesarios para escribir r  F  dL dt .
Pero a eso lo utilizaremos en el capítulo correspondiente a la dinámica de las
rotaciones, y aquí mostraremos cómo jugar con órbitas, sin recurrir a eso.
Debe dejarse en claro que no se pretende abordar el problema matemático de
deducir la forma de las órbitas, sino aplicar lo que está dicho en las Leyes de
KEPLER, darle sentido físico a ese conocimiento que los alumnos adquirirán
desde la Historia, y explorar sus posibilidades jugando con la geometría.
Esto último se presenta intensamente desarrollado en lo que resta de este
capítulo.

4.2.- El caso de las fuerzas coulombianas


Ya hemos dicho que las tres leyes de KEPLER del movimiento planetario sirvieron de base
para que Isaac NEWTON pudiera luego enunciar las Leyes de la Dinámica, que son las que
permiten explicarlas.
KEPLER determinó empíricamente sus leyes, realizando la proeza de liberar al pensamiento
humano de obligación autoimpuesta de considerar posibles solamente órbitas circulares.
NEWTON realizó la proeza de demostrar matemáticamente a partir de razonamientos físicos las
leyes enunciadas por KEPLER, y dio nacimiento con ello a la Dinámica.
Después de más de 300 años el problema matemático de encontrar la trayectoria de cuerpos
sometidos a la atracción gravitatoria de un astro central, denominado ―el problema de
KEPLER‖, es un tema obligado de los cursos básicos de Mecánica, pero sigue presentando
dificultades para los aprendices, y aquí se presenta la final de este capítulo para completar la
formación de los futuros profesores.
Pero el interés esencial de estas páginas es mostrar lo mucho que se puede hacer en aulas del
nivel medio, a partir del enunciado de las dos primeras leyes de KEPLER.
A la Segunda ya la hemos presentado, y ahora profundizaremos en la utilización de la Primera
Ley de KEPLER, la cual dice que:
“Los planetas describen órbitas elípticas con el Sol en uno de sus focos.”

Y luego de la obra de NEWTON, con un lenguaje más adaptado a nuestro tiempo,


consideraremos el enunciado modificado y enriquecido de la siguiente manera:

Una partícula sometida a una fuerza coulombiana, describe una cónica (elipse,
parábola o hipérbola) con el centro de fuerza en uno de sus focos.
155

Las cónicas son las curvas que se obtienen seccionando un cono con un plano con cualquier
oblicuidad, y pueden ser elipses, parábolas o hipérbolas (se sobreentiende la circunferencia
como caso particular de elipse sin excentricidad).
En este punto solamente trataremos con elipses, y para ello veremos ahora algunas
propiedades básicas. Para un tratamiento más profundo pueden buscarse detalles en el Anexo
4.2, y en el 4.3 hay detalles sobre órbitas hiperbólicas.

Características de la elipse
Dados dos puntos F y F‘, llamados focos, la elipse es la línea que se forma con todos los
puntos P tales que la suma de las distancias de cada uno a ambos focos es una constante:

FP + F‘P = cte
y
P
a b F, F‘: focos
F x O: centro
c O c
OF = OF‘ = c
F‘
a = semi-eje mayor
a b
b = semi-eje menor

Fig. 7: Elipse con elementos principales.

Lo más importante en este momento es destacar que el Sol o centro de fuerzas que se
considere, no se ubica en el centro, sino en un foco. Es decir que estas elipses resultan
fuertemente descentradas, y el parámetro que lo indica es la excentricidad, e, definida como:
c
Excentricidad: e =
a
Observando la figura 7 puede verse que imaginando focos más próximos o más lejanos, la
excentricidad varía entre 0 y 1.
El caso extremo de e = 0, implica que ambos focos están confundidos en el origen, y tenemos
una circunferencia centrada, en la cual a = b = radio.
El otro caso extremo de e = 1, máxima excentricidad, achata la elipse hasta que se transforma
en un segmento de recta desde F hasta F‘, con b  0, y a = c.

centro de la elipse
ba
F F F‘
F‘ a
astro astro
e casi 1
e << 1

Fig. 8: Dos casos casi extremos de excentricidad. Notar que el astro que sería el
centro de fuerza, no está en el centro de la elipse. En el caso de las órbitas de los
planetas (derecha), éstas son prácticamente circunferencias descentradas.
156

La propiedad de la fuerza gravitatoria que determina que las órbitas de los astros tengan esta
forma es que disminuye con el cuadrado de la distancia. Carlos Agustín DE COULOMB (1631-
1716), estudió las fuerzas electrostáticas y determinó que su intensidad era inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia, al igual que en el caso de la fuerza gravitatoria.
Salvo la diferencia esencial de que la fuerza gravitatoria depende de la masa de los cuerpos
que interactúan, y sólo puede ser atractiva, mientras que la electrostática depende de la carga
eléctrica, y puede ser atractiva (entre cargas de signo opuesto), tanto como repulsiva (entre
cargas de igual signo), ambas fuerzas son muy importantes en la naturaleza y, por ser ambas
centrales y depender de la distancia de la misma manera, dan lugar a los mismos tipos de
movimiento.
Por esto es que a las fuerzas centrales cuya intensidad disminuye con el cuadrado de la
distancia se las denomina coulombianas, y para ciertas características de los movimientos que
resultan no es necesario especificar si se habla de planetas o de electrones2.

Energía potencial coulombiana


Ya hemos visto (Capítulo 3) que para el caso gravitatorio tenemos una fuerza atractiva hacia
el origen, cuya componente radial es:
K
Fr = 
r2
Donde K es una constante positiva que vale: K = G M m = 6,67×10-11(N.m2/kg2)×M×m
Y de acuerdo con ella, la energía potencial es:
1
Ep =  K ×
+C (5)
r
Siendo C una constante arbitraria que en general tomaremos igual a cero.

Podremos extender todo para el caso de un electrón de carga –e atraído por un núcleo de Z
protones de carga +e (e  1,6×10-19C), cambiando solamente el valor de K, que deberá ser:
K = kel Z e2  2,3×1028 (N. m2/C2) × Z
Donde kel es la constante de fuerza electrostática que, al igual que G para la gravedad, indica
el valor experimental de la fuerza de atracción (o repulsión) entre dos cargas de la unidad de
carga situadas a la unidad de distancia, y vale kel  9,0109 N·m2/C2.

Análisis introductorio de casos en fuerza coulombiana atractiva.


En el análisis de un ejemplo el primer valor importante es el de la energía mecánica total. Para
comenzar elijamos un valor negativo para la energía mecánica total y representemos las
energías en una gráfica en función de r. Dejaremos para más adelante el caso de ET positiva.

2 Para el caso de los electrones en el átomo hay complicaciones que corresponden a la teoría cuántica, que invalidan
muchas de las conclusiones que valen para los satélites. Pero aún dentro de la teoría cuántica es posible seleccionar
resultados de la teoría clásica que son válidos en el dominio atómico, como veremos oportunamente.
157

E (J)
r H
r
ET
Ec
Ep(r)
K
Ep(r) =  r

Fig. 9: Una situación típica en una fuerza coulombiana, caracterizada


por la energía total. La energía total debe ser negativa para que la
partícula esté atrapada en órbita en una región acotada. El sombreado
sobre el eje indica la zona ―prohibida‖ para ese valor de ET.

Denominaremos H al valor de r en el cual se intersectan la recta indicativa de ET con la


gráfica de Ep(r). De la igualdad Ep = ET podemos despejar H = K / ET = K / ET.
El valor r = H señala toda una zona del espacio, una superficie esférica de radio H centrada en
el origen, en la cual Ep = ET. Todo el espacio exterior a esta superficie tiene Ep > ET y por lo
tanto es ―zona prohibida‖ para el móvil con esta energía, porque correspondería energía
cinética negativa allí.
En cambio la región dada por r  H es el interior de la esfera, y es la zona en la cual es
posible el movimiento. La energía cinética que tendría la partícula en cualquier lugar dentro
de esta esfera se puede calcular a partir de la conservación de la energía mecánica:
K
Ec = ET  Ep(r) = ET
r
Ahora bien, dentro de esta región el movimiento es posible de muchas maneras distintas,
siempre teniendo en cuenta que ya sabemos que ocurrirá en un plano que pasa por el centro.
Una vez elegido el plano, bastará con r y  (ángulo respecto de alguna dirección de
referencia), para describir todo.
Puede haber movimiento variando solamente r (movimiento puramente radial). Puede haber
movimiento circular, con r = cte, mientras solamente varía . Y puede haber infinidad de
combinaciones variando r y  de distinta manera.
Para tener un panorama general digamos que, si la partícula estuviese en algún r < H,
alejándose de manera exactamente radial, entonces se alejaría hasta r = H, en donde se
detendría. La detención sólo podría ser instantánea, porque inmediatamente la fuerza de
atracción la haría volver en línea recta aceleradamente hacia el centro.
E (J) v H
r
ET Fig. 10: El punto r = H es efectivamente
Ec el punto de retorno si la partícula se
Ep(r) aleja radialmente del centro.

Pero en general la partícula no se mueve exactamente a lo largo del radio, y entonces debe
describir una elipse. Cuando llega al punto más lejano, R = rmáx , este valor tiene que ser
menor que H, porque si hubiera llegado hasta r = H, se habría detenido (en ese punto
corresponde Ec(H) = 0), y a partir de allí sólo podría caer radialmente hacia el centro.
158

De manera que si sigue por la elipse es porque en el punto más alejado del centro no llega a
estar en reposo, sino que se mueve perpendicularmente a la dirección radial según la curva
correspondiente, conservando así cierta cantidad de energía cinética mínima, que nunca llega
a ser nula.
Para ilustrar esto en la figura siguiente se muestran tres órbitas posibles para la misma
energía.

(1)
(3)

(2) Fig. 11: Tres órbitas posibles. La órbita


elíptica general es la (3), que en el caso
extremo de máxima excentricidad se
transforma en (1), y con excentricidad
cero es la circunferencia (2).

Veamos ahora más detalles de cada caso de movimiento.

Caso 1: Movimiento radial.


La partícula se aleja desde r  0, con Ec   (luego discutimos si es posible), hasta r = H, en
donde se detiene para volver.
(J) H
r r
ET
Ec en un r cualquiera
Ep(r)
Ec   cuando r  0

Fig. 12: Energías en el caso de movimiento radial

Claramente en este caso la partícula no tiene cantidad de movimiento angular orbital con
respecto a O (en adelante omitiremos el subíndice, ya que siempre será con respecto a O), ya
que su trayectoria no tiene brazo de palanca:

Movimiento radial: L = 0

Especulemos ahora un poco acerca de lo que sucede en la zona r  0.


¿Podemos saber qué sucede exactamente en r = 0? ¿Tiene sentido esta pregunta?
No tiene sentido físico plantear que una partícula es lanzada desde (o llega a) exactamente el
origen con velocidad infinita. Hay que pensar en puntos muy cercanos al origen, con
velocidades muy grandes.
Por ejemplo pensemos en un cometa ―cayendo‖ radialmente (o en una trayectoria próxima a
una recta radial) hacia el Sol. Este cometa vendría desde muy lejos, en un viaje de cientos o
miles de años, desde un r  H muy grande, casi infinito, en donde tenía Ec  0, Ep  0, y ET 
0.
159

Antes de llegar a r = 0 (centro del Sol), chocaría con su superficie. Inmediatamente antes de
chocar tendría una enorme Ec debido a la enorme disminución de Ep, que habría pasado de
Ep(b)  0, a Ep(RSol) = valor negativo muy grande (ver figura 13 - en valor absoluto es un
aumento, pero como aumenta negativamente, a los fines de la teoría es disminución).
(J)
RSol  0 H
r
ET  0
Fig. 13: Un caso práctico de movimiento casi radial. H
podría ser considerado infinito en relación con el radio
del Sol. La energía cinética del cometa al llegar al Sol
podría ser considerada infinita en relación con su
Ep  
energía en otras partes del trayecto, aunque no en
Ecf  Ep(RSol) 
relación con la energía que almacena el Sol.

Al chocar toda la Ec del cometa desaparece como energía mecánica (decimos que se
transforma en energía térmica - el Sol es muy grande y caliente y no se altera por ello).
Pero también podría ocurrir que el movimiento no fuese exactamente radial. El Sol es muy
pequeño, prácticamente un punto comparado con la órbita de cualquier cometa. El cometa
podría dar vuelta por detrás del Sol, muy cerca de la superficie, y visto desde lejos parecería
que vuelve prácticamente por la misma línea radial por la que se acercó, como si hubiese
rebotado contra la superficie; y el proceso proseguiría periódicamente. Se podrían inventar
historias de ciencia ficción con éstas y otras posibilidades.

r=H
Sol
Fig. 14: La trayectoria radial es un caso límite de elipse degenerada
en recta, que es una elipse de excentricidad = 1.
Cualquiera que sea la historia que se invente, este cometa sería muy rápido cerca del Sol y
muy lento lejos, es decir que pasaría unos pocos meses o días en la vecindad del Sol (que es
cuando podemos avistarlo) y siglos en la parte lejana.

Caso 2: Órbita circular.


La circunferencia es un caso particular de elipse sin excentricidad. En este caso el movimiento
es circular uniforme, y todo se mantiene constante en él, no sólo ET.
Veamos relaciones que serán muy útiles. Si distinguimos con subíndice ―0‖ a todos los
valores que correspondan a este caso especial (r0, v0, Ec0, Ep0, etc.) tendremos:
K m v02 K
Fuerza normal: 2   simplificando r0   m v02 (6)
r0 r0 r0

Conservación energía: Ep0 + Ec0 = ET  Ec0 Ep0 = ET (7)


En (6) vemos que m v02, que es el doble de Ec0, es exactamente igual a la energía potencial
cambiada de signo, o sea, ya que ésta es negativa, igual al valor absoluto de la misma: Ec 0 =
½Ep0.
Introduciendo esto en (7), queda algo muy simple e interesante:
160

K
Ec0 =ET = ½Ep0  ET = (8)
2 r0
Pero siendo que H = K /ET, entonces: r0 = ½ H
E
r0 H r
ET
Ec0 Fig. 15: El caso del movimiento circular uniforme
Ep0 con energía total ET. La partícula se mantiene en
r0 = H/2, con Ec0 igual al valor absoluto de ET.

La cantidad de movimiento angular orbital para este caso vale: L0 = m v0 r0 , que como
veremos enseguida, es el máximo valor que puede tener el momento angular orbital para el
valor dado ET de energía total.
Si multiplicamos (6) por m r02 obtenemos m2 v2 r02 = K m r0, con lo cual podemos escribir una
expresión para este máximo momento angular en función de la energía total que será muy útil:
m
L0 = K m r0 = K (9)
2 ET

Caso 3: Órbita elíptica cualquiera.


Apoyándonos ahora en lo que sabemos del movimiento circular, pensemos en la siguiente
situación.
Dado siempre el mismo valor de energía total negativo, ET, nos ubicamos en A, a la distancia
r0 necesaria para establecer una órbita circular (ya sabemos que es r0 = ½ K/ET ), y desde
allí nos proponemos lanzar la partícula con la velocidad v0 necesaria para el movimiento
circular (ya sabemos que vale v0 = 2 E T m , porque la energía cinética tiene que ser igual
a ET), pero en varias direcciones diferentes, como se ilustra en la figura 16.

(2)

v0
v2 Fig. 16: El cuerpo se lanza desde A (a distancia r0 del origen)
v3 en varias direcciones distintas, con velocidad siempre de
v1 (1) 
A módulo v0 (v1 = v2 = v3 = v0). En la dirección radial, v1 ,
tendremos el movimiento rectilíneo 1. En la dirección

(3) perpendicular a la radial, v 0 , tendremos un movimiento
r = r0 circular. En cualquier otra dirección tendremos elipses de
características básicas similares, como (2) y (3).
r=H

De la forma que hemos procedido queda claro que se obtienen órbitas diferentes, pero todas
de la misma energía total ET, ya que ésta se conserva, y en el punto inicial, A, todas
comparten el mismo valor de Ep y de Ec.
161

Sin embargo todas tienen diferente momento angular orbital, ya que éste también se conserva
a lo largo de cada órbita, pero en el momento inicial todos son distintos. Efectivamente, si
aplicamos (4‘): L = m r v sen, tendremos que:
El movimiento (1), radial, se inicia con  = 0, y por tanto L1 = 0, como ya hemos dicho.
El movimiento circular se inicia con  = 90º , y por tanto tiene L0 = m v0 r0, que es el máximo
valor posible de L para esta energía.
Cualquiera de los otros movimientos, con trayectorias elípticas, se inicia con sen < 1, por lo
cual L2 = m v0 r0 sen2 < L0, y L3 = m v0 r0 sen3 < L0.
Teniendo en cuenta esto, ahora inspeccionemos una órbita elíptica cualquiera, como la de la
figura 17.
zona en la cual
puede hallarse
r=H (J) la partícula

rp rp ra H
r
ra va ET
Ecmáx Ecmín

vp

Fig. 17: Aquí se muestran los elementos básicos de una órbita elíptica típica. En el diagrama de la
derecha se entiende claramente que la intersección de Ep(r) con el valor de ET ya no indica un
punto de retorno, como ocurriría en un movimiento unidimensional. La apariencia de este diagrama
es engañosa porque sólo muestra una de las coordenadas del movimiento.

Vemos que la partícula no llega ni a r = 0, ni a r = H. Se mantiene orbitando entre los valores


rmáx = ra y rmín = rp. Su energía cinética no alcanza a anularse nunca, sino que disminuye hasta
un valor mínimo en el punto más alejado, y crece hasta un valor máximo en el punto más
cercano al origen. En astronomía se designa apoastro al punto más alejado del astro central
(afelio si es el Sol, y apogeo si es la Tierra), y periastro al más cercano (perihelio si es el Sol,
y perigeo si es la Tierra).
Ahora bien, planteamos:
Conservación energía mecánica:
K m v2
   ET (10)
r 2
Conservación momento angular:
L = m vp rp = m va ra  va = vp  (rp / ra) (11)
Si escribimos (10) para el punto más cercano y el más alejado, y recordamos que E T =
½ K/r0, queda:
2
K m vp K
   (10a)
rp 2 2 r0
162

K m va2 K
   (10b)
ra 2 2 r0
Ahora, si utilizamos (11), podemos eliminar va en (10b), luego, con (10a) eliminamos también
vp, obteniendo (luego de despejar – tarea para el lector):

rp + ra = 2 r0 (12)

Pero vemos en la figura 17 que rp + ra es la longitud el eje mayor de la elipse, y según (12),
debe valer lo mismo en todas estas órbitas posibles.

Esto nos dice claramente que:

Todas las órbitas de la misma ET,


tienen el eje mayor de la misma
longitud.

Notar que en el caso particular e = 0 la órbita es una circunferencia cuyo diámetro, que mide 2
r0, también es el eje mayor, y que en el caso e = 1, ése también es el valor de H, que es el eje
mayor.
Además (12) también nos dice que r0 = ½ (rp + ra) = promedio entre distancia máxima y
mínima.
O sea, mirando la figura 16, ahora podríamos decir que cuando lanzamos el cuerpo desde A
(con la velocidad v0) oblicuamente hacia fuera (o hacia dentro) con relación a la
circunferencia de radio r0, se aleja tanto hacia fuera de la circunferencia, como después se va a
alejar hacia dentro – lo que le falte para llegar a la distancia máxima, r = H, es exactamente lo
que le va a faltar luego para llegar al centro.
Las órbitas de poco momento angular tienen gran variación de distancia alrededor de r0, que
siempre es la distancia promedio, mientras que las de gran momento angular, se mantienen en
un anillo angosto cerca de la circunferencia de radio r0.
Si además observamos la figura con los elementos de la elipse, en ella se puede ver que las
distancias máxima y mínima se pueden relacionar con la excentricidad e:
r a  a  c  a (1  e) (13)
p

La excentricidad también se relaciona directamente con el momento angular. En los ápsides


se tiene: L = m vp rp = m va ra
De manera que escribiendo la conservación de la energía para alguno de los ápsides de la
elipse, por ejemplo (10a), y sustituyendo en ella vp = L/m rp , se tiene:
K L2 K
  2

rp 2 m rp 2 r0

Y de aquí, despejando L2 se tiene: L2 = K m (rp2 – 2 rp r0)/r0 = K m r0 (rp2 – 2 rp r0)/r02.


Expresión de la cual, completando cuadrados: rp2  2 rp r0 = (rp  r0)2 – r02, y recordando que
según (9) K m r0 = L02, se obtiene:
163

  rp 
2

L  L 1  1 
2 2
 
  r0
0
 
 
Y según (13) (recordando que r0 = a):
L2
 1  e2 (14)
L20
Es fácil verificar que se obtiene exactamente la misma expresión si se efectúan las mismas
operaciones a partir del otro ápside de la elipse.
Por último, a partir de la relación entre el momento angular orbital, y la velocidad areal, L =
2 m Vareal, se puede obtener el período T en función de la energía. Para ello recordemos que el
área de una elipse es  a b, y así podremos escribir:
a b L
Vareal = =
T 2m
De manera que T = 2 m  a b / L.

Si ahora observamos los elementos de la elipse (ver Anexo), vemos que b = a 2  c2 =


a 1  e 2 , de manera que aplicando (14) podemos escribir: T = 2 m  a2 / L0.
Y sustituyendo L0 = K m r0 a partir de (9), se llega a la expresión final:

ma3
T =2 (15)
K
La cual, elevada al cuadrado, nos da textualmente la Tercera Ley de Kepler: ―los cuadrados de
los períodos son directamente proporcionales a los cubos de las distancias medias al Sol‖

COMENTARIO DIDÁCTICO
La tercera ley fue obtenida empíricamente por KEPLER, y recién obtuvo su
justificación cuando NEWTON enunció sus leyes y resolvió formalmente las
características completas de este movimiento.
Sin embargo el caso simplificado de las órbitas circulares ya había sido
resuelto por Robert HOOKE en la época de NEWTON, y es un problema simple que
puede y debe ser abordado a nivel de enseñanza media.
Para este caso es suficiente con plantear la dinámica del movimiento circular
2 2
bajo la fuerza gravitatoria, como está en (6): GMm/r0 = m v0 /r0, para,
dividiendo por r0, obtener una relación inmediata para la velocidad angular
0 = v0/r0 (en este caso hemos reemplazado K en función de las masas porque es
más probable que ése sea el planteo para los alumnos de la escuela media):
GM
3
 02
r0
Dado que el período en un movimiento circular uniforme es T0 = 2/0, de esta
relación se obtiene directamente la misma expresión de la Tercera Ley de
KEPLER.
Pero es importante notar que este procedimiento, que es un buen método
mnemotécnico para recuperar esta ley cuando se la necesita (es muy fácil
164

plantear la dinámica del movimiento circular uniforme, y es muy difícil


recordar la resolución del problema general de las órbitas elípticas),
solamente nos autorizaría a hablar sobre el período de las órbitas circulares,
mientras que la Tecera Ley de KEPLER es válida para elipses de cualquier
excentricidad, y nos habilita a enunciar que:

Tanto el eje mayor como el período de las órbitas,


solamente dependen de la energía total ET.

Resumen
Es bueno en este punto hacer un resumen de las expresiones obtenidas.
Dado un valor de energía total ET < 0, se tiene:
Semi-eje mayor de cualquier elipse de esa energía
K
a= = r0 = radio de la órbita circular de esa energía. (16)
2 ET
Momento angular orbital máximo para esa energía:
m
L0 = m v0 r0 = K ma  K (17)
2 ET

Distancia máxima o mínima para órbitas elípticas de esa energía y excentricidad e:


K
r a  a  c  a (1  e) = (1  e) (18)
p 2 ET
Excentricidad de la órbita en función del momento angular orbital:

L2
e  1  L2 L20 = 1  (19)
K ma
Momento angular orbital en función de la excentricidad:

L  m K a (1  e 2 ) (20)
Esta última expresión no sirve cuando ET 0, ya que entonces, aunque L esté bien definido,
a, y L0  , y e  1, pero utilizando que p = a (1 e2), en donde p es el semi-latus
rectum (ver Anexo 4.2) queda una expresión útil para estos casos:
L= mKp (20‘)
Y se tiene además que para este caso, porque es una propiedad de las parábolas:
p L2
rp =  (20‘‘)
2 2mK
165

COMENTARIO DIDÁTICO: las leyes de la Dinámica


Es importante recordar que siempre deberíamos ser capaces de aplicar las Leyes
de la Dinámica a cualquier situación, aunque no podamos desarrollar
detalles matemáticos.
Así por ejemplo, en un punto cualquiera de una órbita elíptica debemos ser
capaces de dibujar la fuerza actuante, que es un vector hacia el centro de
fuerza, encontrar sus componentes normal y tangencial, por ejemplo, y
analizar el efecto de cada una.
En cada punto de la curva tendremos una fuerza tangencial FT que determina
que la velocidad deba aumentar en la parte en que la partícula se acerca al
centro de fuerza, y disminuir cuando se aleja.
Por otra parte, la fuerza normal, FN, actúa curvando la trayectoria, la cual,
según la Ley del Impulso para la fuerza normal debería tener un radio R =
m v2/FN.
Ahora bien, no estamos en un movimiento circular, pero eso no importa: en
cada instante, el arco que se recorre durante un pequeño intervalo t, se
confunde exactamente con una circunferencia del radio R debido. Este radio
se denomina radio instantáneo de la curva, aunque no sea una
circunferencia.
eje N
eje N recta tangente
eje T A
FT A
v RA
FN RA RA
F
mejor
circunferencia
tangente en A
CA
CA
Como se ilustra en la figura para un punto cualquiera A (en una elipse
cualquiera), a cierta distancia sobre el eje normal habrá un punto, CA , tal que
haciendo centro en él con un compás, se podría trazar la mejor circunferencia
tangente a la trayectoria en A (hay que encontrar el punto CA correcto para
ello– puede caer dentro o fuera de la elipse- y aquí no profundizaremos más).
En la vecindad de A, la trayectoria se confunde perfectamente con un pequeño
arco de esta circunferencia, y, mientras se lo está recorriendo, se está en un
2
movimiento circular de radio RA. Debe cumplirse: FN = m v /RA.
CA y RA se denominan respectivamente centro instantáneo y radio
instantáneo de la curva en la vecindad de A. No pretendemos saber
encontrarlos, pero sí saber que existen.

Energías positivas y escape de la partícula


Hasta ahora hemos analizado casos con ET < 0. Veamos qué sucede si la energía total es
positiva. En la figura siguiente podemos notar que en esta caso la partícula puede alejarse
hasta el infinito: no está ligada al centro de fuerzas. La trayectoria es una curva que según la
Primera Ley de KEPLER es una parábola (sólo si ET = 0), o una hipérbola, siempre con el
centro de fuerza en un foco.
166

v m
E Ec(r)
ET
r F

astro central

Fig. 18: Un caso de trayectoria hiperbólica. A la izquierda el esquema de energías


correspondiente. A grandes distancias la hipérbola se transforma prácticamente en una línea recta,
como lo muestran las rectas dibujadas, denominadas asíntotas de la hipérbola.

A medida que el cuerpo se aleja del centro de fuerza va disminuyendo su energía cinética,
pero la fuerza atractiva que le va quitando esa energía también va disminuyendo. El resultado
es que muy lejos ya la Ep(r) se mantiene casi constante, y eso indica que la fuerza casi es nula
y puede ser ignorada, pero a la partícula le queda aún una cierta cantidad de energía cinética.
En la gráfica se ilustra que Ec() = ET.
Podemos terminar estos ejemplos diciendo que la condición límite, que separa los casos de
partícula ligada al centro de fuerzas, del caso de partícula no ligada, es ET = 0.
Con ET = 0 la partícula puede alejarse hasta el infinito, pero pierde toda su energía cinética en
el proceso (Ec() = 0).
Para estos casos también es posible hacer diversas consideraciones sobre la relación entre la
forma de la trayectoria y el momento angular orbital. En el Anexo 4.3 están desarrollados
muchos detalles del caso de las órbitas hiperbólicas.

Ejercicio
Muestre que la parábola, definida como: ―conjunto de los puntos que equidistan de un punto
F, y de una recta llamada directriz‖, cumple con la definición de elipse (―línea que se forma
con todos los puntos P tales que la suma de las distancias de cada uno a ambos focos es una
constante‖) para el caso de a  , y con la ecuación polar (Anexo 4.2) para e = 1.
Muestre también que el semi-latus rectum debe ser igual a la distancia del foco a la directriz.

Ejercicio
Muestre que para la órbita parabólica la distancia mínima debe valer rp = p/2, y la cantidad de
movimiento angular L = m K p , como corresponde a cualquier órbita elíptica.

Velocidad de escape.
Supongamos que tenemos un cuerpo en la superficie de la Tierra (o de cualquier planeta o
astro similar), y nos preguntamos si es posible lanzarlo hacia arriba con una velocidad tal que
no retorne nunca (ignorando la resistencia del aire, así como la rotación del planeta).
Es claro que no es válida la aproximación habitual de considerar el peso constante. Hay que
considerarlo como fuerza coulombiana que se va debilitando a medida que el cuerpo se aleja.
Si pensamos que en la superficie del planeta de radio R, el cuerpo está inicialmente en reposo
a distancia R del centro de fuerza, deberemos atribuirle energía mecánica total inicial E0 igual
a la potencial, la cual a su vez tiene el valor dado por la expresión coulombiana Ep(R) =
K/R.
167

E
interior R exterior r

Wext K
Ep(r) = 
r
K
E0 E0 = 
R
Esta función ya no es válida
en el interior de la Tierra
Fig. 19: Esquema de la energía potencial coulombiana
cerca de la superficie terrestre.

Vemos en la figura que un agente externo debe realizar el trabajo capaz de dar al proyectil la
energía cinética que lleve la energía mecánica total desde su valor inicial E0 hasta su valor
final 0, con lo cual se podrá alejar infinitamente.
Esto es la diferencia 0 – E0 = E0= G M m / R, de manera que la energía cinética buscada es
 v0 2  G M m
2
m  R , y la velocidad necesaria resulta independiente de la masa del proyectil y
está dada por: v0  2GM R .
Esta velocidad se conoce con el nombre de ―velocidad de escape‖, y para el planeta Tierra
vale aproximadamente 11,6 km/s.

Ejercicio
A partir de los desarrollos anteriores, se advierte que cuando se alcanza la velocidad de escape
el móvil se alejará infinitamente aunque no sea lanzado en dirección radial.
Considere un proyectil de masa m que se lanza oblicuamente (formando un ángulo  con la
vertical) desde la superficie de un planeta de radio R, con la velocidad de escape (el planeta
no rota sobre sí mismo). Encuentre la trayectoria.

NOTA:
Es importante poder relacionar la energía potencial gravitatoria dada por
Ep = m g z, que hemos utilizado para movimientos en la superficie de la Tierra
(ahora la vamos a llamar Ep*), con ésta, de forma coulombiana, dada por
Ep(r) = –K/r.
Para hacerlo comencemos notando que z, la altura con respecto a algún nivel
arbitrario, también es una coordenada radial: z = r – R, de manera que:
Ep* = m g z = m g r – m g R
2
Pero si recordamos que g = G M / R , entonces:
r 1 r 1
Ep* = m G M 2  m G M =K 2 K
R R R R
2
Ésta es una función lineal de r, con pendiente K/R , que vale cero en r = R (ver
Ep*(r) en la figura). Notar que K/R2 = m gsup , es el peso del cuerpo en la superficie
terrestre.
2
Ahora bien, si calculamos la derivada de Ep(r), nos da K/r , lo que nos muestra
2
que en r = R, Ep(r) vale –K/R, y tiene la misma pendiente K/R que Ep*.
Esto nos dice que si a Ep(r) le sumamos K/R, se va a confundir (va a ser
tangente) con Ep*(r) en la cercanía de r = R; es la gráfica en línea de trazos en
la figura.
168

E Ep*(r)
K
R K
Ep(r) +
R
K
R R r
K
Ep(r) = 
r
K

R

De manera que si quisiéramos resolver el problema del escape con la función


Ep*(r) no podríamos, porque tiene pendiente constante, o sea que indica fuerza
peso constante a cualquier distancia, lo cual no es real. Con ella, para
cualquier energía total (cualquier velocidad inicial), siempre encontraríamos
un r de retorno, que nos daría el máximo alejamiento posible.
Pero si consideramos que la pendiente de la gráfica tiene que ir disminuyendo
con la distancia, entonces la gráfica se transforma en la línea de trazos, y
vemos la respuesta correcta: ya no hay punto de retorno cuando la energía
total llega al valor K/R.
Dado que a las funciones Ep siempre se les puede sumar cualquier constante sin
que se alteren las conclusiones físicas, la función en línea de trazos es, en su
significado físico, totalmente equivalente a la coulombiana Ep = –K/r, como
puede verse a partir de los siguientes razonamientos, adaptados a cada una
de las funciones:
 Según la función en línea de trazos el cuerpo tiene Ep = 0, en la superficie,
y hay que darle Ec  K/R para que escape. Va a llegar infinitamente lejos,
donde va a tener K/R de potencial, y lo que le sobre de cinética.
 Según la función Ep = –K/R, el cuerpo tiene Ep =–K/R, en la superficie, y
hay que darle Ec  K/R para que escape. Va a llegar Infinitamente lejos,
donde va a tener 0 de potencial, y lo que le sobre de cinética.

Escape del átomo: energía de ionización.


Si tenemos un electrón ligado a un núcleo en un estado de energía total E0 (que debe ser un
valor negativo), es elemental calcular qué energía es necesario suministrarle para arrancar este
electrón del átomo.
Tenemos que pasar de un estado de energía total ETinicial = E0 < 0, a un estado de ETfinal  0 (es
suficiente con ETfinal = 0).
r
ET
E Fig. 20: Salto de energía
necesario para la ionización.

Un agente exterior debe suministrar una cantidad Wext = ET = 0 – E0 =E0 (recordar que E0
es un valor negativo).
Esta cantidad de energía se denomina energía de ionización, pues el átomo luego quedará
definitivamente separado de este electrón, transformado en un ion positivo.
169

En general en el proceso de ionizar un átomo de muchos electrones, se denomina energía de


ionización a la mínima energía necesaria para ello, o sea a la necesaria para quitar el electrón
menos ligado. De manera que se considera a todos los electrones ubicados en los orbitales de
más baja energía que les sea posible ocupar. Esto se denomina estado fundamental del átomo.
El electrón menos ligado será el que esté en el nivel más alto de todos, siempre en el estado
fundamental del átomo, y la energía de este nivel, en valor absoluto, es la energía de
ionización.

Fuerza coulombiana repulsiva


Este es un caso de poco interés para nosotros, por lo cual le vamos a dedicar poco espacio.
Pero conceptualmente interesa saber que existe. Ocurre, por ejemplo entre cargas del mismo
signo, y corresponde a las famosas experiencias con las cuales Ernest RUTHERFORD (1871-
1937) en 1911, exploró el átomo bombardeándolo con partículas  (de carga positiva) y
encontró que éstas rebotaban como si hubiesen chocado contra algo muy masivo y
extremadamente pequeño (entiéndase: mucho más pequeño que el átomo).
RUTHERFORD interpretó estos resultados diciendo que el átomo tenía un núcleo
extremadamente pequeño (prácticamente un punto comparado con el resto del átomo), en el
que estaba la carga positiva, y prácticamente toda la masa. Aplicando estas mismas leyes que
estamos viendo él encontró que las partículas  no llegaban en realidad a chocarlo
mecánicamente, sino que se desviaban por la fuerte repulsión electrostática, siguiendo las
correspondientes trayectorias hiperbólicas (figura 21).
Y así se descubrió que el átomo tenía núcleo. y el mundo no volvió a ser el mismo.
Y aquí lo que interesa saber es que se siempre se pueden aplicar las mismas leyes básicas:
 La trayectoria debe ser una hipérbola con el centro de fuerza (repulsiva en este caso) en
un foco, porque sigue valiendo la Ley de KEPLER que hemos visto (comparando con el
caso de una trayectoria hiperbólica cuando la fuerza es atractiva, en este caso el centro
de fuerza está en el foco lejano),
 Se debe conservar el momento angular orbital (Ley de las Áreas), porque la fuerza es
central, y la energía total, porque la fuerza es conservativa.
 La energía potencial es la misma función que en el caso atractivo, pero positiva, de
manera que la fuerza apunta hacia fuera, que es hacia donde disminuye Ep(r) = +K/r.

E v  F
Ep(r) = K / r
eje
Núcleo
ET
focos

r asíntotas

Fig. 21: Trayectoria hiperbólica de una partícula  que se acerca a un núcleo atómico y es
repelida por él. A la izquierda el esquema de energías correspondiente, el cual muestra que
hay un acercamiento máximo posible para una partícula con energía dada.

4.3.- El tratamiento analítico


Es claro que casi todo lo hecho hasta aquí ha dependido de la afirmación de que en el campo
170

de fuerzas coulombianas las partículas deben seguir trayectorias con forma de elipse, parábola
o hipérbola. Eso fue demostrado por primera vez por NEWTON, de una manera muy
geométrica y complicada, y aquí ha sido utilizado exhaustivamente, jugando con todas las
posibilidades que abre ese conocimiento, pero no demostrado.
Ahora veremos dos tratamientos analíticos que permiten demostrarlo y hallar directamente las
características del movimiento sin pasar por juegos y especulaciones previas.

Método estándar
Hay un método estándar para hallar la trayectoria en cualquier potencial, que consiste en
utilizar la conservación de la energía y el momento angular orbital, planteados adecuadamente
en términos de las variables polares, r, .
Conservación L:
d
L = m r v = m r 2 = cte (4‘‘)
dt
En donde se ha expresado  = d/dt
Conservación ET:
K m v2
   E T = cte (10)
r 2
En esta expresión se escribe v2 = vr2 + v2, para separar variables radiales de angulares,
aprovechando que según (4‘‘) v solamente depende de r, ya que L permanece constante a lo
largo de la trayectoria.
De esta manera queda:
m r 2 L2 K
 2
  ET (21)
2 2mr r
En donde r  dr dt .

El potencial efectivo
Es una costumbre muy difundida tratar la ecuación (21) como si describiera la conservación
de la energía para un movimiento unidimensional (en la variable r), de una partícula de masa
m, para la cual la energía potencial sería la llamada ―energía potencial efectiva‖ Uef:
L2 K
U ef (r )  2

2mr r
Dado que para cualquier tipo de fuerza central, asociada con cualquier energía potencial
Ep(r), y no sólo la coulombiana, se tendrá la conservación de L, siempre se podrá escribir el
potencial efectivo sumando L2/2mr2 a la energía potencial, y con esto siempre se podrá tratar
de la misma manera el problema unidimensional:
m r 2
 U ef (r )  E T
2
171

E
L2
2 m r2
Uef

ET

K
Ep(r) = 
r

Fig. 22: Esquema del potencial efectivo.


La forma típica de la gráfica del potencial efectivo es muy simple: el término L2/2mr2 supera
claramente a Ep(r) en los r pequeños (a menos que hablemos de una Ep que crezca más
rápidamente que r2 cuando r0), y se hace totalmente despreciable para r grande. De manera
que la gráfica de U(r) presenta un típico ―pozo‖ que determina los valores posibles de r según
sea el valor de la ET.
El término L2/2mr2 es denominado término centrífugo, pues claramente impide que el móvil
llegue muy cerca del centro de fuerza (al menos para la fuerza coulombiana).
E E
L1 < L2 < Lmáx

Lmáx
rp ra r0
r r
ET ET
L2
L1
K
Ep(r) = 
r

Fig. 23. Izq. Para una dada ET, la Uef determina los valores máximo y mínimo que alcanza r.
Der. Dado el valor de ET existe un valor máximo de L, que corresponde a la Uef cuyo mínimo vale
ET, indicando un único valor de r, que es el de la órbita circular.

COMENTARIO DIDÁCTICO.
El potencial efectivo es un artefacto interesante, aunque prescindible: no nos
da información nueva.
Planteando Uef = ET se obtiene una ecuación de segundo grado para r, cuyas
raíces nos dan los valores de rp y ra en función de L y de ET que ya teníamos en
(18) y (19); y anulando el discriminante se obtiene el máximo valor de L en
función de ET. Se llega así rápidamente a estos valores sin perder tiempo en
interpretaciones; pero eso, didácticamente, puede ser poco recomendable.
Por otra parte hay que tener cuidado de no perder de vista que solamente
estamos tratando con una de las dimensiones del movimiento.
Así es que cuando se quiere presentar un panorama básico del tema a alumnos
con los que se necesite profundizar en interpretaciones, puede ser mejor
prescindir de este tratamiento, o postergarlo hasta después de un trabajo de
tipo reflexivo, ya que puede contribuir a la falsa idea de que el tema no se
puede tratar sin este elemento, y también a inducir algunas confusiones
172

dimensionales sobre el movimiento real.

Retomando el propósito inicial, partimos de (4‘‘) y (21):


d L

dt m r 2

dr 2  L2 
r    E T  Ep (r )   (22)
dt m  2 m r 2 

Y haciendo el cociente (para abreviar denominaremos f(r) al segundo miembro de (22), que es
función solamente de r) es posible relacionar r con , independientemente del tiempo, o sea
obtener, por ejemplo, la ecuación de la trayectoria:
d L
 2
(23)
dr m r f (r )
Ahora es posible plantear las siguientes integrales:
dr
t(r) =  f (r )
L
(r )   2
dr (24)
m r f (r )
Ahora la cuestión es que estas ecuaciones puedan integrarse. Eso depende del potencial.
Un procedimiento alternativo interesante es el de Moreschi en Fundamentos de la Mecánica
de Sistemas de Partículas, que toma la ecuación polar de las cónicas, (Anexo 4.2), obtiene de
ella d/dr, y luego de (24) despeja Ep(r), obteniendo así cuál es la función Ep(r) que da lugar
a esas trayectorias.
Aquí resolveremos (24) para hallar la forma de la trayectoria (para el caso coulombiano).
L dr
d 
mr2 2  K L2 
 E T   
m  r 2mr2 
L dr L dr
 
mr2 2 2K L 2 mr2 2 K2  L K 
2
ET   2 2 E T  2    
m mr m r m L  mr L
L dr

mr2 2 K2  L K
2
2 K2 
E T  2 1      E T  2 
m L  m r L m L 

Hacemos la sustitución:
173

L K

mr L L du
u  du  
2 K2 mr2 2 K2
ET  2 ET  2
m L m L
Se llega así a una integral muy simple:
du
    arco cos(u )
1 u2
Es decir:
L K

mr L
u = cos =
2 K2
ET  2
m L
De donde se puede despejar r, y al hacerlo se reconoce la ecuación polar de la elipse (Anexo
4.2):
L2
mK
r
2 L2
1 1 E T cos 
mK2

2 L2 E T
Siendo p = L2/mK, y e  1  , que son las expresiones (20‘) y (19) respectivamente,
mK2
que ya antes hemos encontrado.
Por otra parte, se puede ver que si ET > 0, entonces e > 1, y L puede tomar cualquier valor
(hipérbolas); mientras que si ET < 0, entonces e < 1, y L está acotado: L < m K 2 2 E T
(elipses). Etc.

Un segundo método
A continuación una deducción muy sencilla.
Partimos de la 2º Ley expresada en coordenadas polares:
 K
m r   2 r̂
r
Ahora bien, sabiendo que ˆ   r̂ (ver demostración al final), el segundo miembro puede
ser expresado como una derivada de la siguiente manera:  K r 2 r̂  K r 2 
 
ˆ  m K L
ˆ ,
y la ecuación queda:

r  K ˆ
L
Dado que L es constante, esta ecuación puede ser integrada inmediatamente dando:
174

  K
v  v 0  ˆ (25)
L

Donde v 0 es un vector constante arbitrario con unidades de velocidad, que podemos

considerar limitado al plano del movimiento. En principio v 0 podría no estar contenido en
este plano, pero al integrar también deberíamos haber considerado un vector constante fuera

del plano en el miembro derecho, y al no haberlo hecho, la ecuación integrada limita v 0 a

dicho plano. Notar que v 0 no puede coincidir con la velocidad en ningún punto de la
trayectoria.
y
P
r
v0
r


 x

Fig. 24: algunos elementos


de las expresiones (25) a (27)

Ahora multiplicamos la ecuación (25) vectorialmente por m r :
    mK 
m r  v  m r  v0  r  ˆ (26)
L
En esta expresión se advierte que todos los términos son vectores perpendiculares al plano del
movimiento, cuya componente ẑ es (se eligen los ejes x e y para el plano del movimiento, y
se elige circulación antihoraria: Lz = L > 0):
m r  v z  L
m r  v 0 z   m r v 0 sen(  ) ; ( es el ángulo que forma v 0 con el eje x)
 mK   mKr
 r  ˆ  
 L z L
De manera que (26) en componente z ha quedado:
mKr
L  m r v 0 sen (  )  (27)
L
De aquí puede despejarse r, y nuevamente se obtiene la ecuación polar de una elipse (o una
cónica en general - ver Anexo 4.2) cuyo eje mayor forma un ángulo  con el eje y:
L2 m K
r
L v0
1 sen (  )
K
Vemos que en el numerador está p = L2/mK, el semi latus rectum (Anexo 4.2), y en el
denominador la cantidad Lv0/K es una cantidad positiva que puede ir desde cero hasta
infinito, y que en ese lugar de esa ecuación es la excentricidad de la cónica: e = Lv0/K.
Para el caso e < 1 tenemos una elipse como la siguiente ( =  + /2 da el punto más lejano al
foco)
175

P
F‘ r

v0
 
p
x
p F

Fig. 25: elipse con los elementos mencionados.

El valor de v0 en principio no interesa, pero queda determinado a partir del de e: v0 = e K/L =


  
½ (vp  va) ; y también aplicando directamente (25) para  =   /2 : v 0  (v p  v a ) / 2 .

Demostración de que: ˆ   r̂


Observando directamente los versores r̂ y ̂ en la figura es posible advertir que estos versores
solamente cambian cuando cambia , es decir, cuando hay rotación.

v 


r

En una rotación infinitesimal  sufren los cambios r̂  


ˆ  , y 
ˆ  r̂  .

De manera que, dividiendo por t:: r̂  ˆ  , y ˆ  r̂  .

4.4.- El caso de la fuerza elástica


En este caso tenemos una fuerza central atractiva de módulo proporcional a la distancia:
Fr = k r
La energía potencial correspondiente es (a menos de una constante cualquiera C que se le
puede sumar sin que afecte las consideraciones físicas):
Ep = ½ k r2
Por ser una fuerza central ya sabemos que el movimiento debe ocurrir en un plano, y si en ese
plano consideramos los ejes cartesianos x, y, podemos llegar a varias conclusiones
importantes.
Por un lado vemos claramente que las componentes cartesianas de la fuerza pueden
expresarse, cada una, como una fuerza elástica en el eje correspondiente, ambas de la misma
 
constante k, ya que F  k r equivale a decir (Fx ; Fy) =  k (x ; y), y esto es:
Fx =  k x ; Fy =  k y
176

De manera que podemos tener oscilaciones armónicas independientes en cada eje, de


cualquier amplitud cada una, pero necesariamente de la misma frecuencia:
 1 k
f= =
2 2 m
La superposición de estas oscilaciones será una curva cerrada, ya que cada vez que transcurra
un período T la partícula volverá al mismo valor de x, y al mismo valor de y, es decir al

mismo lugar r = (x ; y).
Ahora bien, comencemos suponiendo el caso en el que las oscilaciones en x, de amplitud A,
están adelantadas T/4 respecto de las oscilaciones en y, cuya amplitud es B.
x(t) = A cos(t) ; y(t) = B sen(t)
A partir de cos 2 (t )  sen 2 (t )  1 , se obtiene inmediatamente:

x 2 y2
 1
A 2 B2
Pero esta es la ecuación cartesiana de una elipse de semi-ejes A y B (Anexo 4.2).
Ahora bien, las oscilaciones en cada eje son independientes y sabemos que cada una cumple
con:
½ k x2 + ½ m vx2 = ½ k A2 = energía total de la oscilación en x.
½ k y2 + ½ m vy2 = ½ k B2 = energía total de la oscilación en y.
Sumando estas expresiones, y teniendo en cuenta que r2 = x2 + y2, y que v2 = vx2 + vy2,
obtenemos:
½ k r2 + ½ m v2 = ½ k (A2 + B2) = ET del movimiento elíptico. (28)

Denominamos H = A2  B2 , a la distancia a la cual Ep = ET, o sea ET = ½ k H2 . Ésta es la


distancia más allá de la cual es imposible encontrar la partícula con la energía total dada, y es
la diagonal de un rectángulo cuyos lados son los semi-ejes mayores de la elipse.
y E (J)
k r2
ET Ep =
Ecmín 2
B A x Ecmáx
x=r
B A H
zona en la cual puede
r=H hallarse la partícula
Fig. 26: Elementos de las oscilaciones elásticas.

Ahora bien el caso más general posible es el caso en que las oscilaciones en cada eje están
defasadas en cualquier fracción de período, y no sólo en T/4. En el Anexo 4.2 se muestra que
la superposición de dos oscilaciones armónicas de la misma frecuencia (y la misma posición
de equilibrio), cada una rectílínea a lo largo de una dirección arbitraria, con amplitud
arbitraria, y con un defasaje arbitrario entre ellas, siempre es una elipse.
De manera siempre se cumple lo que hemos visto: el movimiento más general posible es una
elipse centrada en el origen, cuya excentricidad puede variar desde 0 hasta 1.
177

Dada una energía total ET, determinamos H = 2 ET k , o sea el valor que cumple con ET =
½ k H2, y luego podemos decir que son posibles todas las elipses cuyos semi-ejes forman un
rectángulo cuya diagonal es H.
Los casos extremos son:
 e = 0: movimiento circular de máximo momento angular orbital. Debe ser r0 = H / 2 , y
se verifica fácilmente que se cumple con la ley de fuerza normal: m v02/ r0 = k r0 , pues
ella equivale a: v0 =  r0. Esto también implica que m v02 = k r02, lo cual dividido por 2
dice que: Ec0 = Ep0 = ½ ET.
 e = 1: movimiento rectilíneo oscilatorio a lo largo de todo el diámetro de la zona de
r  H. No tiene momento angular orbital.

En la práctica la situación de fuerza elástica en el dominio atómico se encuentra siempre que


hay alguna partícula que es mantenida en una posición de equilibrio por fuerzas que le aplican
los vecinos (en general en el centro de fuerzas no puede haber un agente responsable de una
fuerza como ésta, porque allí debe haber lugar para la partícula móvil, ya que es su posición
de equilibrio).
Por ejemplo un núcleo atómico es mantenido en el correspondiente sitio de la red o de la
molécula, por la nube electrónica ―entrelazada‖ con las de los átomos vecinos.

Propuesta experimental casera


Un ejemplo aproximado de estas trayectorias se obtiene caseramente con un péndulo de hilo muy
largo, haciendo que ejecute oscilaciones de pequeña amplitud, para que el movimiento se mantenga
aproximadamente en un plano horizontal. Siendo la amplitud pequeña, tendremos que
aproximadamente la fuerza neta sobre el cuerpo estará en ese plano, será hacia el centro, y
proporcional a la distancia al mismo.
Entonces, dando impulsos suaves adecuados se obtienen movimientos en los cuales el hilo describe
distintos tipos de conos, mientras el cuerpo en el extremo dibuja aproximadamente elipses que pueden
variarse desde circunferencias hasta líneas diametrales.

Para analizar las posibilidades del momento angular es interesante plantear el siguiente
ejercicio: desde un punto A a cierta distancia r0 del origen se lanza un cuerpo con velocidad
de módulo v0 =  r0 (siendo  = k m ), en distintas direcciones imaginables, como se ilustra
en la figura 6.

(2)

v0
(3)
v2 Fig. 27: El cuerpo se lanza desde A (a distancia r0 del origen)
v3 en varias direcciones distintas, con velocidad siempre de

(1) A v1 módulo v0 (v1 = v2 = v3 = v0). En la dirección radial, v1 ,
tendremos el movimiento rectilíneo 1. En la dirección

perpendicular a la radial, v 0 , tendremos un movimiento
circular. En cualquier otra dirección tendremos elipses de
r = r0 H = 2 r0 características básicas similares, como (2) y (3).
178

De esta manera se tiene que todos estos movimientos se inician en A (y luego repetidamente
pasarán por allí), con la misma energía potencial (k r02/2), y con la misma energía cinética (ya
que todos parten en distintas direcciones pero con la misma energía cinética m v02/2). De
manera que así tenemos todas órbitas de la misma energía total ET = m 2 r02.
Ahora bien, el momento angular de cada una está dado por el valor inicial, que es:
m r0 v0 sen = m  r02 sen (siendo  el ángulo que forma la dirección de lanzamiento con la
dirección radial). De manera que todas tienen distinto momento angular, y así podemos ver
que:
Para una energía total ET dada, el momento angular orbital puede ir desde 0 hasta Lmáx.
El máximo momento angular corresponde  = 90º, que es la órbita circular. Se tiene Lmáx =
m  r02 = E T m k .
Todas las órbitas con momento angular menor que el máximo son elipses. Cuanto menor es el
momento angular, mayor es la excentricidad, más se acercan al centro y también llegan hasta
más lejos del mismo.
El caso límite de L = 0, corresponde a una trayectoria radial que se aleja lo más posible de A,
o sea, hasta r = H = 2 r0
179

ANEXO 4.1:
Demostración de la Ley de las Áreas
La Segunda Ley de KEPLER del movimiento planetario, conocida como la Ley de las Áreas,
enuncia la Conservación de la Velocidad Areal, de la siguiente manera:
―El segmento que une el Sol con un planeta barre áreas iguales en tiempos iguales‖

bA S S
vA bA = vB bB = cte Area (AA‘S) = Area(BB‘S)
A FA A

bB A‘
FB
vB vB
B B B‘
Fig. 1: Se ilustran diferentes elementos que intervienen en la conservación de la velocidad areal
para un planeta en órbita alrededor del Sol. A la izquierda se muestra, para dos lugares de la
órbita, cómo se determina el segmento b, y cómo se enuncia la conservación con él. A la derecha
se muestra cómo la igualdad de las áreas barridas requiere que se recorran arcos AA‘ más largos
cerca del Sol, que los BB‘ que se recorren lejos del Sol, en un mismo intervalo de tiempo.

Aunque KEPLER enunció su ley para el movimiento de los planetas alrededor del Sol, a partir
de las leyes de NEWTON queda claro que es válida para el movimiento de cualquier partícula
bajo la acción de cualquier fuerza central, es decir atractiva (o también podría ser repulsiva)
hacia un punto fijo, denominado centro de fuerzas, y a continuación se reelabora con nuestro
lenguaje vectorial actual la demostración que NEWTON denominó ―Proposición 1. Teorema
1‖.

Demostración.
Consideremos el movimiento de una partícula de masa m describiendo su trayectoria bajo la
acción de una fuerza atractiva hacia el punto fijo O. Aplicaremos la Ley del Impulso al
movimiento cada iguales intervalos de tiempo t, de la siguiente manera:

Comenzamos el análisis en un punto arbitrario A en el cual la partícula tiene velocidad v A y
 
cantidad de movimiento p A  m v A , y mientras viaja durante t, hasta el punto B, recibe el

impulso IAB , apuntado exactamente hacia O. Este impulso cambia su cantidad de movimiento
  
a p B  p A  IAB , de manera que en B la partícula ya tiene una nueva dirección de movimiento

dada por p B (notar que la velocidad en cada punto tiene la misma dirección del vector
cantidad de movimiento, y esa dirección define hacia dónde está viajando la partícula en cada
tramo).
Luego repetiremos el mismo procedimiento para cada intervalo: en el punto B la partícula

tiene cantidad de movimiento p B , y mientras viaja durante t, hasta el punto C, recibe el

impulso IBC apuntado exactamente hacia O, que cambia su cantidad de movimiento a
  
p C = p B  IBC .
180

Y procediendo así sucesivamente nos queda la trayectoria subdividida en intervalos AB, BC,
CD, DE, …, todos de la misma duración t.
Y si el intervalo t es suficientemente pequeño, cada arco puede ser asimilado a un segmento

rectilíneo recorrido con velocidad constante: AB es recorrido con velocidad v A , luego actúa
 
el impulso IAB , la velocidad cambia a v B , y con ella se recorre el segmento rectilíneo BC. En
 
C actúa el impulso IBC , la velocidad cambia a v C , y con ella se recorre el segmento rectilíneo
CD, etc. De esta manera la trayectoria resulta aproximada por el polígono ABCDE…, como
se muestra en la figura 2, y cuando imaginemos t cada vez más pequeño, se aproximará
indefinidamente a la curva real.
F
E

C B‘ IAB

h
pB pA
B‖
B
O
h

Fig. 2: Izq. Trayectoria aproximada con el polígono ABCDEF…, con cada lado correspondiente a intervalos de
igual duración t. Der. Diagrama vectorial mostrando la aplicación de la Ley del Impulso en el intervalo AB, con
la escala elegida para que este triángulo de vectores sea congruente (superponible exactamente) con el
triángulo ABB‖, y con el BB‘C, que son iguales entre sí por construcción.

Ahora con ayuda de estos elementos presentados hagamos el razonamiento.



En el punto A la partícula tiene velocidad v A , y dado que el intervalo t es suficientemente
pequeño, el arco AB es asimilado a un segmento rectilíneo recorrido con velocidad constante
  
v A . Luego actúa el impulso IAB , la velocidad cambia a v B , y con ella se recorre el segmento
rectilíneo BC, pero si no actuase fuerza alguna, la partícula continuaría uniformemente en
línea recta hasta B‘, recorriendo BB‘ igual a AB.
 
Pero la acción del impulso IAB cambia la velocidad v B , y con ella se recorre el segmento
 
rectilíneo BC (es decir, BC se traza paralelo a p B ). Si se elige la escala para dibujar p A del
mismo tamaño que AB, es decir
AB v A t t
Escala   
pA m vA m

entonces el vector p B deberá dibujarse con una longitud = Escala  pB = pB t/m = vB t =
BC.
181

Es decir que el triángulo BB‘C debe ser la misma figura que el diagrama vectorial que
representa la Ley del Impulso, y por lo tanto el lado B‘C debe tener exactamente la dirección
BO, es decir, desde la posición B en la cual actúa la fuerza, hacia el punto O.
En estas condiciones la partícula, luego de recorrer AB, debido a la acción de esta fuerza debe
desviarse y recorrer BC. Tenemos así que la línea desde O hasta la partícula barre primero el
triángulo OAB, y luego el OBC.
Y de la figura se desprende que ambos tienen la misma área, ya que los podemos considerar
con la base común AB, y la misma altura h (por la igualdad de los triángulos ABB‖, y BB‘C.
Luego, aplicando el mismo procedimiento y razonamiento a cada intervalo, encontraremos
que, mientras cada impulso se aplique exactamente en dirección hacia O desde cada punto, el
área de cada nuevo triángulo es igual a la del anterior: area(OBC) = área(OCD), área(OCD) =
área(ODE), etc. Es decir finalmente: todos los triángulos tendrán la misma área.
Si luego nos aproximamos a la trayectoria real considerando intervalos t más chicos,
tendremos cada vez un polígono de lados más cortos, pero que siempre cumplirá con la
igualdad del área de los triángulos sucesivos, con lo cual queda probada la ley para el caso
real.

Corolario
Bajo la acción de una fuerza central, la trayectoria siempre está contenida en un plano.
Demostración.
Si consideramos cada vez que se aplica la ley del impulso en la figura 2, por ejemplo en el
punto B, se tiene que la nueva dirección de de movimiento, BC, está en el plano definido por

la anterior, AB, y el impulso IAB , que actúa en la línea BO. Es decir, el triángulo OAB está en
el plano definido por O, y AB. El segmento BC estará en el mismo plano, y el siguiente
triángulo, OBC, por lo tanto, deberá estar en el mismo plano. Y así todos los subsiguientes.

Ejercicio para el lector


Haciendo un dibujo que corresponda, mostrar que el movimiento rectilíneo uniforme que tiene lugar en
ausencia de fuerza aplicada, eligiendo cualquier punto arbitrario como centro O, también se cumple la
Ley de las Áreas. Elaborar una explicación de por qué es razonable que ello ocurra.
182

Anexo 4.2:
4.2.1.- Propiedades de la elipse
Dados dos puntos F y F‘, llamados focos, la elipse es la línea que se forma con todos los
puntos P tales que la suma de las distancias de cada uno a ambos focos es una constante:

F FP + F‘P = cte. (1)


F‘
a b

Fig. 1: Elipse. Se indican los semi-ejes: a es el mayor y b el menor.

La definición justifica el conocido método para dibujar una elipse: colocar un papel blanco
sobre una tabla o cartón – elegir los puntos F y F‘ – clavar un alfiler en cada uno – hacer un
lazo cerrado de hilo y colocarlo encerrando los dos alfileres y estirarlo con la punta de un
lápiz hasta que se forme un triángulo con vértices F, F‘, y P (punta del lápiz) – manteniendo el
hilo suavemente tenso, y apoyando el lápiz sobre el papel, dibujar una línea circulando
alrededor de los alfileres – si todo sale bien, esta línea será una elipse.

P
F
F‘
Fig. 2: dibujando una elipse

Es bueno que el lector muestre a modo de ejercicio todas las siguientes propiedades que se
derivan directamente de esta definición:
Ejercicio 1:
Mostrar que la elipse será una curva cerrada simétrica con respecto a un eje que contenga los
focos, y también con respecto a un eje perpendicular al anterior que equidiste de ambos focos.
Ejercicio 2:
Inspeccionando la definición de elipse: FP + F‘P = cte., mostrar que esta constante es la
longitud del eje mayor, o sea:
FP + F‘P = 2 a, (1‘)
Ejercicio 3
Luego ubicando P sobre el eje menor, mostrar que en esa posición FP = F‘P = a.

En la siguiente figura 3 se muestran estos elementos con la notación usual.


183

a
P P : cualquier punto de la elipse
b
F, F‘: focos
F c c x O: centro
O F‘ OF = OF‘ = c
a a = semi-eje mayor
b = semi-eje menor

Fig. 3: Elementos de una elipse

Observando la figura se advierte fácilmente que b y c son los catetos de un triángulo


rectángulo cuya hipotenusa es a, de manera que c = a 2  b2  a 1  b2 a 2 .
Y denominando excentricidad e = c/a, tendremos:
c b
e=  1  b2 a 2 ; o bien:  1  e2
a a
Es claro que la excentricidad es un número entre 0 y 1.
El caso extremo de e = 0, implica que ambos focos están confundidos en el origen, y tenemos
una circunferencia en la cual a = b = radio.
El otro caso extremo de e = 1, máxima excentricidad, achata la elipse hasta que se transforma
en un segmento de recta desde F hasta F‘, con b = 0, y a = c.

Por otra parte, si se escribe la definición de elipse FP + F‘P = 2 a, en coordenadas cartesianas,


queda la expresión: (x  c) 2  y 2  (x  c) 2  y 2  2 a , que con un poco de paciencia se
puede transformar en la ecuación cartesiana habitual de la elipse:
x 2 y2
 1 (2)
a 2 b2
Esta ecuación nos muestra que la elipse es la curva que resulta de deformar una circunferencia
de radio a, multiplicando la escala del eje y por b/a.
Otra ecuación muy útil de la elipse es la ecuación polar referida a un origen ubicado en un
foco:

P
r
p p
 x r (3)
1  e cos 
F F‘

Fig. 4: Elementos de la ecuación polar de la elipse.


184

Para obtener esta ecuación, podemos aplicar el teorema del coseno al triángulo PFF‘ de la
elipse de la figura 4:
r2 + (FF‘)2 – 2 r FF‘ cos = (PF‘)2
En esta expresión sustituimos: FF‘ = 2 c ; y PF‘ = 2 a – r (de la expresión (1‘)).
De esta manera queda:
r2 + 4 c2 – 4 r c cos = (2a - r)2 = 4 a2 + r2 – 4 a r
Simplificando y reacomodando queda:
r (a – c cos) = a2 – c2,
y aquí, aplicando e = c/a : r (1 – e cos) = a (1 – e2)
Pero a (1 – e2) = p, como se obtiene de la ecuación cartesiana calculando y para x = c. Y
sustituyéndolo se obtiene: r (1 – e cos) = p, que es la ecuación buscada.

Esta ecuación es especialmente útil para el movimiento de cuerpos celestes, como veremos,
porque nos interesan los casos con el centro de fuerzas ubicado en un foco. En ella p es la
medida del llamado ―semi-latus rectum‖ (el latus rectum es el segmento que determina la
elipse sobre una recta perpendicular al eje principal trazada por el foco), que como dijimos
vale p = b2/a = a (1e2).

4.2.2.- Elipse como superposición de oscilaciones armónicas.


Supongamos que tenemos la superposición de dos oscilaciones armónicas rectilíneas
centradas en el origen y de la misma , una de amplitud A, a lo largo de la recta a, que forma
ángulo  con el eje x, y otra de amplitud B, a lo largo de la recta b, que forma ángulo  con el
eje x. Y supongamos además que esta última está defasada cierto ángulo arbitrario  respecto
de la otra, para tener la situación más general posible.
Es decir tenemos un punto oscilando a lo largo de a, cuya posición está dada por:

ra (t )  A cos( t ) ê a , siendo ê a  (cos  ; sen) un vector unitario que señala la dirección de la
recta a.

Otro punto oscilando a lo largo de b, tiene la posición dada por: rb (t )  B cos( t  ) ê b ,
siendo ê b  (cos  ; sen) un vector unitario que señala la dirección de la recta b.
La superposición de ambas oscilaciones significa un punto cuya posición está dada por:
  
r ( t ) = (x(t) ; y(t)) = ra ( t )  rb (t )

Ahora vamos a aplicar a cada oscilación la siguiente idea fundamental: sabiendo que la
proyección de un movimiento circular uniforme sobre un eje es un movimiento rectilíneo
armónico simple, podemos obtener éste como resultado de la suma vectorial de dos vectores
 
v1 y v 2 , del mismo módulo, v1 = v2 = x0/2, que giren con la misma velocidad angular  en
sentido contrario.
185

t
v1
x0 x Si v1 = v2 = x0/2,
entonces
x(t)  
v1  v 2 = vector en el eje x,
v2
con componente x igual a:
 t
x0 cos( t)
 
Fig. 5: se muestra la suma vectorial de v 1 y v 2 .

Aplicando esta idea, vamos a obtener cada oscilación con vectores que rotan en sentido
 
contrario: la suma de los dos vectores contrarrotantes A 1 y A 2 de longitud A/2, que se
superponen sobre la recta a en t = 0, da la oscilación armónica de amplitud A a lo largo de esa
 
recta; y la suma de los dos vectores contrarrotantes B1 y B 2 de longitud B/2, que se
superponen sobre la recta b en t = /, da la oscilación armónica de amplitud B a lo largo de
esa recta, adelantada lo que hemos dicho respecto de la anterior.
b
(t+) 
t+
y a
A1 t
B2  t 
B1
x
A2

Fig.6: Elementos para considerar la superposición de dos oscilaciones armónicas a lo largo


 
de direcciones diferentes a y b. Los vectores que rotan en sentido antihorario, A 1 y B1 , se
 
muestran negros, mientras que los que rotan en sentido horario, A 2 y B 2 , se muestran
blancos.

          
Es decir, ra (t )  A1  A 2 , rb ( t )  B1  B 2 , y r ( t ) = A 1 + A 2 + B1 + B 2 .
Ahora bien, para hacer esta suma podemos agrupar primero los dos vectores que giran para el
     
mismo lado ( A 1 + B1 ) = U , y ( A 2 + B 2 ) = V .
186


U
V

x

  
Fig. 7: A 1 y B1 , que dan por resultado U , se muestran todos negros, y giran en sentido
  
antihorario; mientras que A 2 y B 2 , que dan por resultado V , se muestran blancos, y
rotan en sentido horario.

  
De manera que r ( t ) = U + V ; estos dos vectores tienen diferente módulo, y giran con
 
velocidad angular  en sentido contrario: U gira en sentido antihorario, y V en sentido
horario.
Ahora bien, sin necesidad de explicitar el cálculo de ninguno de estos vectores, sabemos que

se deben cruzar en dos direcciones del plano perpendiculares entre sí. En una de ellas U tiene

siempre el mismo sentido que V (una vez ambos tienen un sentido, y la siguiente vez ambos
 
el sentido opuesto al anterior), y en la otra dirección U tiene siempre sentido contrario a V
(invirtiéndose ambos cada vez).
De manera que en el plano hay dos direcciones perpendiculares que identificaremos con
 
nuevos ejes x‘ e y‘. Sea x‘ la dirección en la cual U y V se superponen con igual sentido,
mientras que sobre y‘ lo hacen con sentido opuesto.
 
Si ahora denominamos t‘ el tiempo contado desde que U y V se superponen en el lado
positivo de x‘, podremos escribir (supongamos que U > V):

U = ( U cost‘ ; U sent‘)

V = ( V cost‘ ; V sent‘)
 
U + V = ( (U+V) cost‘; (U-V) sent‘ ) = (x‘(t‘) ; y‘(t‘))
y‘

UV
x‘
U+V

Fig. 8: elipse resultante referida a los nuevos ejes (x‘, y‘).

Ahora se ve fácilmente que esto es una elipse de semiejes U + V, y U – V , ya que:


x2 y' 2
 1
( U  V) 2 ( U  V) 2
187

Corolario:
En el caso en que las dos direcciones a y b coinciden, se obtiene un resultado que también es
de interés cuando se estudian oscilaciones en general: la superposición sobre una recta de dos
oscilaciones armónicas de igual frecuencia que tienen cualquier amplitud y fase siempre es
otra oscilación armónica de la misma frecuencia.

Todas las variables que se necesiten pueden ser obtenidas construyendo estos vectores paso a
paso en función de los datos de partida; aquí no lo hemos hecho porque nos hemos limitado a
mostrar que el resultado es una elipse.

4.2.3.- Otras cónicas: parábola e hipérbola


Hemos visto propiedades de la elipse. La elipse es la curva que resulta de seccionar un cono
con un plano como el 1 de la figura 9, que forma con el eje del cono un ángulo  mayor que
el ángulo  que define la apertura del cono.
1


F F‘
 Eje del
cono

Elipse

Fig. 9: la sección de un cono con > da por resultado una elipse

Pero si   , uno de los focos se alejará infinitamente, la elipse se estirará infinitamente, y


tendremos como caso límite de elipse con excentricidad e = 1, la curva denominada parábola.
Es decir que la parábola se obtiene por la sección de un cono con un plano como el 2,
paralelo a una directriz del cono.
2

F
  Eje del
cono

Parábola

Fig. 10: la sección de un cono con  =  da por resultado una parábola

Y si se tiene un plano 3 con  < , la sección será una curva de dos hojas, denominada
hipérbola

3

F F‘
 Eje del
cono

Hipérbola

Fig. 11: la sección de un cono con  <  da por resultado una hipérbola
188

Y las expresiones para estas curvas se obtienen con leves cambios en las fórmulas de la elipse.
Así se tiene que la hipérbola también puede definirse como el conjunto de puntos para los
cuales la diferencia de distancia a dos puntos llamados focos, es constante:
FP  F‘P =  2 a,
y de allí se puede obtener su ecuación cartesiana, que es:
x 2 y2
  1 (4)
a 2 b2
Inspeccionando la figura siguiente puede verse que para ella corresponde el signo positivo en
el miembro derecho de (4) (ya que para y = 0, x =  a; y no hay solución para x < a).
y

a
r
c p
b p r
 1  e cos 
O a
x
F‘ F c
e  1
c a

Fig. 12. Elementos de la hipérbola.


Se encuentra que valen las mismas definiciones que para la elipse: OF = OF‘ = c; distancia
desde O hasta la curva = a = semi-eje mayor; e = c/a, que ahora resulta mayor que 1; y vale la
misma ecuación polar, con e > 1.

Ejercicio
Mostrar que se cumplen las siguientes relaciones – compare con las correspondientes para la
elipse:
b2
b  a e2 1 p  a (e 2  1)
a
Ejercicio
Mostrar que las rectas dadas por y =  (b/a) x, son asíntotas de la hipérbola, es decir que ella
se acerca indefinidamente a estas rectas cuando x  .

Por último para la parábola vale la misma ecuación polar con e = 1.


Pero además sucede algo particular. Si se imagina una elipse cuyo foco derecho F‘ se va
alejando hacia x , y se plantea la ecuación de la elipse: FP + PF‘ = 2a, se tendrá que tanto
a como PF‘ tienden a infinito, pero su diferencia no: PF‘ = FF‘ – FP‘ = 2c – FP‘, de manera
que 2a – PF‘ = 2a  2c + FP‘ = 2(a – c) + FP‘, y (a – c) es la distancia desde F al vértice de la
parábola (FW en la figura 13).
189

2 FW+FP‘ P
hasta F‘
d
r

F 
W x
P‘

2 FW

Fig. 13: Parábola

De manera que la ecuación de la elipse queda FP = 2a  PF‘ = 2 FW + FP‘. Pero 2 FW + FP‘


es la distancia desde P a la recta d, trazada perpendicularmente al eje x a una distancia 2 FW
de F.
De aquí sale la definición de parábola como el conjunto de puntos P que equidistan de un
punto llamado foco (F) y una recta llamada directriz (d).
De esta construcción, trazando el eje y por el vértice W, se obtiene la ecuación cartesiana más
sencilla: x = y2/ 4 FW.
190
191

ANEXO 4.3:

El caso de las órbitas hiperbólicas


Aceptando, como hemos hecho con las elipses, que cuando las fuerza es coulombiana las
trayectorias son cónicas, resulta que cuando ET > 0 la trayectoria debe una hipérbola.
Ahora partiremos de las propiedades de las hipérbolas mostradas en el Anexo 4.2, para
analizar algunas posibilidades interesantes.
Un detalle clave para analizar los movimientos es que sigue siendo válida la expresión (16)
del Capítulo 4:
K
a ,
2 ET
La cual significa que, dado que convenimos en seguir denominando semi-eje mayor, al
segmento a, desde el centro hasta el vértice, sigue siendo válida la frase que afirma que todas
las órbitas de la misma energía total tienen el mismo semi-eje mayor.
Aunque es de prever que la demostración hecha para la elipse debe mantener su validez para
este caso, el aspecto tan diferente de las trayectorias y de algunos detalles hace que sea un
ejercicio interesante demostrar esa afirmación para este caso concreto. Y lo haremos de la
misma manera que en la elipse: aplicando la conservación de la energía y del momento
angular entre el punto más cercano y el más lejano.
v

a
vp
b = c sen = b
b c
b

O a F
rp = c – a
c

Fig. 1: algunos elementos de una órbita hiperbólica

Aplicamos:
2
K m vp m v 2
Conservación energía:    ET 
rp 2 2
Conservación momento angular orbital: m vp rp = m v b
Sustituyendo en esta última vp y v en términos de ET, y rp = c – a, queda:

2 K  2
 ET   (c  a )  E T b , de donde, elevando al cuadrado y simplificando:
m ca m
192

 K 
 ET   (c  a )  E T b  E T (c  a )
2 2 2 2

 ca
Se llega inmediatamente a la relación buscada:
K = 2 a ET

El siguiente paso importante es advertir que ahora el momento angular no está acotado: dada
cualquier energía ET > 0, L puede ir desde 0 hasta infinito, ya que dada E T, se tiene
v   2 E T m , y esta velocidad puede dirigirse en cualquier dirección, desde exactamente
hacia el centro en un movimiento radial con L = 0, hasta perpendicularmente a r, que puede
ser infinitamente grande y daría L infinitamente grande.
Ahora veremos que es interesante el planteo: ¿qué movimientos se obtienen, con una energía
ET > 0 dada, lanzando una partícula de masa m desde un punto A, a distancia r0 del centro de
fuerzas?
El razonamiento es:
Dada ET > 0, está fijada a = K/2 ET, y una vez elegido r0 queda fijada también la velocidad v0
por la conservación de la energía:

2 K 2 ET  2 a 
v0   E T   = 1  
m r0  m  r0 

Ahora podemos elegir cualquier dirección para el lanzamiento.


Comencemos considerando un lanzamiento desde A perpendicularmente a la dirección radial.
Éste será el movimiento de mayor momento angular posible para esa energía que pase por ese
lugar, y para él quedan fijadas todas las características del movimiento:

r0 = c – a = a (e – 1)  e = 1 + r0/a; c = a e; b = a e2 1 ; p = a (e2 – 1);


b
Ángulo total de desviación desde el lanzamiento: tg =  e2 1
a
2 ET  2 
L0 = m r0 v0 = m a (e  1) 1   = mKp
m  e 1

c
b v0


A r0 Fig. 2: caso en que se lanza una partícula
O a desde un punto A perpendicularmente a la
F dirección radial
c
193

Ahora podemos pensar en lanzar la partícula desde el mismo lugar con la misma energía total
(misma v0), pero oblicuamente, para tener L < L0.

O
v0 a
A
r0 F
c
rp

Fig. 3: caso en que se lanza una partícula desde un punto A,


oblicuamente hacia el centro atractivo F. Lanzada en sentido
opuesto recorrería la parte externa de la misma curva.

En función del nuevo momento angular habrá una nueva hipérbola, con la misma a, pero
nuevo r mínimo, rp, que ya no será r0, y por lo tanto, designando con primas a los nuevos
parámetros de la hipérbola, tendremos:

L2 L2 2
L‘= m K p = m K a (e 2  1)  e  1  = 1  2 (e  1) r0‘ = a (e‘ 1)
mKa L0
194
195

ANEXO 4.4:
El vector de Lenz
Este vector, también llamado de Runge-Lenz, y también, de Laplace-Runge-Lenz, siguiendo
la tradición histórica de su utilización, aunque ya había sido utilizado por autores anteriores a
Laplace, es una especie de curiosidad, útil para muchos procedimientos que tienen que ver
con el tratamiento de los movimientos en la fuerza coulombiana.
Se define de la siguiente manera:
  
VLenz  p  L  m K r̂
Y tiene la propiedad de ser constante en el caso de la fuerza coulombiana.

La demostración es inmediata, si se tiene en cuenta que L  0 , r̂   ˆ , L  m r 2 
 ,y

p  F(r ) r̂ . Utilizando estos resultados:
   
VLenz  p  L  m K r̂ =  F(r) r̂  L  m K 
ˆ

Y la última expresión es cero pues r̂  L̂  m r 2 


ˆ , y para la fuerza coulombiana
F(r)  K r 2 .
Sabiendo que este vector es constante, es inmediato calcularlo en cualquiera de los ápsides, en
donde los dos términos son paralelos al eje mayor, para ver que el resultado también lo es; y si
luego se lo calcula en cualquier otro punto lejos de éstos, se advierte que solamente puede
apuntar en el sentido hacia el periastro.
De manera que este vector es útil para determinar, desde cualquier punto de la órbita, la
dirección exacta del eje mayor, con la orientación hacia el periastro. Fácilmente se obtiene
que el vector se anula si no hay excentricidad.

pL
p

VLenz

L mKr

Fig. 1: vector de Lenz en una órbita elíptica general

Como ejemplo de aplicación, este vector, aunque no es imprescindible, es muy útil para parte
de la solución de problemas como el siguiente
196

Problema
Un satélite en órbita circular de radio r alrededor de un planeta de radio R se quiere hacer bajar
aplicando un impulso (prácticamente instantáneo), en dirección radial, para que tome contacto
tangencialmente con el suelo.
Calcular el impulso necesario, y la energía que será necesario quitarle al frenarlo en la pista de
descenso (para simplificar suponga que el planeta no rota).
Repetir el problema si el impulso se aplica en dirección tangencial.
Aquí no resolveremos el problema, sino que, suponiendo que el valor del impulso es el que
corresponde, nos limitaremos a aplicar este vector para hallar dónde se produce el contacto en
los casos del impulso normal y del tangencial.

Caso del impulso normal



Se pasa de una órbita circular de radio r0, velocidad v 0 , y momento angular L0, a una órbita
elíptica del mismo momento angular L1 = L0, y que en el momento inicial tiene la misma
    
posición, r1  r0 , pero la cantidad de movimiento p1  p 0  I , que conserva la componente
según ̂ , ha incorporado una componente radial p1r  I . Dado que previamente el vector de
Lenz era nulo por ser circular el movimiento, y que el segundo término del mismo no cambia
luego del impulso, tenemos que el vector de Lenz correspondiente a la órbita luego del
 
impulso, está dado por el primer término calculado con la variación del vector p , que es I ;
   
de manera que VLenz1  I  L 0 , el cual es un vector que apunta como p 0 , es decir en la
dirección de movimiento inicial. De manera que ésa será la dirección del eje mayor de la
órbita de descenso, y el satélite tomará contacto con el planeta tangencialmente cuando  se
incremente exactamente en 90º.
p0 A
VLenz
IA
p1
B

Impulso radial en A  contacto tangencial en B

Fig. 2: Vector de Lenz cuando se aplica un impulso radial a una partícula en


una órbita circular

Caso del impulso tangencial


Nuevamente tenemos que antes del impulso el vector de Lenz era nulo por ser circular el
movimiento, y que el segundo término del mismo no cambia luego del impulso, de manera
que el vector de Lenz luego del impulso está dado por la variación del primer término:
    
VLenz1  p1  L1  p 0  L 0
Pero el impulso no ha cambiado la dirección de ningún vector, solamente ha disminuido el

módulo de todos: p1 < p0, y L1 < L0; de manera que los dos términos tienen la dirección de r0 ,
197


y es mayor el segundo, por lo cual el nuevo vector de Lenz apunta opuesto a r0 , y el satélite
tomará contacto tangencialmente luego de que  se incremente en 180º.

p0 p1 A IA

VLenz

B Impulso tangencial en A  contacto tangencial en B

Fig. 3: Vector de Lenz cuando se aplica un impulso tangencial a una


partícula en una órbita circular
198
199

ANEXO 4.5:
Reducción al Sistema Centro de Masa
En general cuando se estudian los movimientos posibles de una partícula de masa m alrededor
de un hipotético centro de fuerza que está fijo en el origen de coordenadas, se suele estar
planteando una situación ideal, que no puede corresponder exactamente a la realidad.
En la práctica la fuerza sobre la partícula de masa m es aplicada por algún cuerpo, el cual
tiene masa M >> m, y está, según el Principio de Acción y Reacción, necesariamente
sometido a la fuerza que sobre él ejerce la partícula; y por no ser un cuerpo libre de fuerzas,
no puede considerarse estrictamente en reposo en el origen de un sistema de referencia
inercial.
El cuerpo central también tiene que moverse! Claro que si su masa es infinitamente grande,
tiene que moverse infinitamente poco, y tenemos la situación ideal que hemos estudiado. Ella
puede considerarse como caso límite cuando la masa del cuerpo central es suficientemente
grande – cosa que se cumple bastante bien en el Sistema Solar y en el átomo.
Pero no se cumpliría si pensamos en dos estrellas de masas parecidas, o dos átomos
componentes de una molécula. En esos casos cada cuerpo debería considerarse en
movimiento alrededor del centro de masa del sistema, que es el punto que podría
considerarse en reposo en el origen.

Nota:
Vale destacar que el caso de la fuerza elástica es un poco especial, porque en él la partícula estudiada
puede pasar por el centro, de manera que allí no puede haber un cuerpo responsable de la fuerza
atractiva. Así tenemos que, por ejemplo, en las oscilaciones elásticas de un núcleo atómico en torno de
su posición de equilibrio en la red, lo que le aplica las fuerzas elásticas hacia el centro, es
esencialmente la nube electrónica que lo rodea. No hay nada en el centro de su trayectoria elíptica
atrayéndolo, sino que lo que lo empuja hacia ese centro es todo el sistema exterior, cuya masa podría
ser infinitamente grande. En estas situaciones no sería necesario considerar este tratamiento.
Pero hay situaciones parecidas, por ejemplo vibraciones elásticas de moléculas di-atómicas, para las
cuales es este tratamiento es absolutamente necesario. Y en general es un elemento conceptual
imprescindible para toda situación en la que se considera la interacción entre dos cuerpos.

Consideremos dos partículas, de masas m1 y m2, unidas por alguna fuerza mutua de atracción.
Estas partículas pueden moverse de muy variadas maneras, combinando traslación con
rotación, pero lo hacen de manera que su centro de masa se mueve con movimiento rectilíneo
uniforme.

v1
m1
F1
vCM
CM

F2 v2 Fig. 1: Mientras dos partículas viajan


aplicándose fuerzas mutuas, sus trayectorias
m2 son curvas pero el CM viaja con MRU.
200

Si a este sistema de dos partículas lo acompañamos con un sistema de coordenadas que viaje
con la misma velocidad del CM, en este sistema, denominado SCM, dicho punto estará en
reposo en un lugar arbitrario, que elegimos como origen. Habremos descontado así el
movimiento del centro de masa, y tendremos a la vista los posibles movimientos intrínsecos
de las partículas.
La posición del CM en cualquier sistema está dado por:
 
 m1 r1  m2 r2
rCM 
m1  m2
 
Esto significa que, en el SCM, en el cual el CM se elige como origen, tendremos rCM  0 , y
por lo tanto:
 
m1 r1  m2 r2  0
 m 
r2   1 r1 (1)
m2
Es decir que ambas partículas tienen el mismo movimiento con respecto al centro de masa, ya
 
que r1 y r2 son vectores que se mantienen opuestos sobre la misma recta, y cuyos módulos se
mantienen en una relación fija:
r2(t) = (m1/m2) r1(t)
Es como si lo que hace una partícula fuera copiado exactamente por la otra del lado opuesto
del CM, con un factor de escala que es la relación entre las masas.

Si se considera que m2  , se tiene r2  0, de modo que es lo mismo decir que r es la
posición del cuerpo 1 con respecto al origen, que con respecto al cuerpo 2. Pero ahora  este
cuerpo ya no está en el origen, de manera que definimos claramente que utilizaremos r para
designar:
  
r = r1  r2

Y si eliminamos r2 de esta expresión utilizando (1) se encuentra que el movimiento de la
partícula 1 con respecto a la 2 también reproduce al de la partícula 1 con respecto al CM, con
   
otro factor de escala dado por (notar que r = r1  r2 , pero r = r1 + r2):

   m  m2 
r ( t ) = r1  r2 = 1 r1 ( t ) (2)
m2
v1
r1 m1

CM
r
m2 r2 Fig. 2: En el sistema CM ambas partículas describen
movimientos de la misma forma, opuestos respecto
v2 del CM, con un factor de escala constante.


Vemos así que si se toma r1 con respecto a la partícula 2, en vez de hacerlo con respecto al
CM, se introduce un factor de escala fijo en las distancias:
m1  m 2 m
=1  1
m2 m2
201

Este factor también ha afectado a las velocidades y cantidades de movimiento, ya que, si se


 
deja transcurrir un pequeño intervalo de tiempo t, los vectores posición r1 y r2 sufren
desplazamientos que también cumplen estas relaciones, las cuales luego, dividiendo por t,
también se encuentran entre las velocidades:
 m   m  m2 
v 2   1 v1 ; v= 1 v1 (3)
m2 m2

Ahora bien, todo el comportamiento mecánico de los cuerpos se deduce de la Ley del Impulso
aplicada en el sistema CM. Esta ley, para el movimiento del cuerpo 1 dice:
 
F(r) t  m1 v1
Así la Ley está correctamente aplicada en el SCM, pero dado que la fuerza que estamos
considerando está dada en función de r, la distancia entre los cuerpos, y no en función de r1,
 
puede sernos cómodo escribir la Ley también en términos de r y v .
 
Si para ello reemplazamos v1 = m2 (m1  m2 v , tomado de (3), queda:
 m1 m2 
F(r ) t  v
m1  m2
 
Pero esto nos dice que aplicando correctamente la Ley del Impulso, los vectores r y v (que
son los que dan el movimiento del cuerpo 1 respecto del 2) evolucionarían en el tiempo como
si la fuerza estuviera actuando sobre un cuerpo de masa  , que llamaremos ―masa reducida‖,
dada por:
m m
= 1 2 (4)
m1  m 2

O sea, afectamos la masa por un factor de escala que compensa al que afecta a la velocidad, y
tenemos la masa reducida. Notemos que, si m2 >> m1, resulta   m1.

Ejemplo desarrollado
Considere posibles vibraciones de la molécula de H35Cl, y de la de H2 (para este planteo considere las
masas en u.m.a., sin expresarlas en kg).
a) Sabiendo que las ligaduras H-Cl y H-H tienen longitudes de equilibrio 127,510-12 m, y 74,110-12 m
respectivamente, encuentre la ubicación del centro de masa de cada molécula, y haga un esquema a
escala, ubicando cada átomo en un sistema de coordenadas con el CM fijo en el origen de la respectiva
molécula.
b) Encuentre la masa reducida para cada caso, e interprete el significado de cada valor obtenido. En
particular explique por qué la del sistema HCl es muy parecida a la del hidrógeno, y la otra no.

Desarrollo
a) Dado que la masa del 35Cl es 35,5 uma, es decir 35,4 veces la del H, en la molécula HCl el centro de
masa estará exactamente ese número de veces más cerca del Cl que del H, mientras que en la
molécula H2 el CM estará exactamente al medio entre ambos.
202

-3,6 124
x

50 100 (10-12 m)
CM
Núcleo H
Núcleo Cl
-37 37
x
50 (10-12 m)
Núcleo H CM Núcleo H
b) La masa reducida resulta: HCl = 0,97 u.m.a. ; HH = 0,5 u.m.a. Para la molécula de HCl, tenemos
un protón oscilando unido a un núcleo 35,4 veces más masivo. El núcleo de Cl se mantiene cercano al
centro de masa, con oscilaciones de muy pequeña amplitud: cualquier movimiento del protón es
―copiado‖ por el Cl con amplitud 35,4 veces menor. De manera que para el protón esto es muy parecido
a estar unido a un punto fijo, por lo cual la masa reducida describe una partícula hipotética casi de la
misma masa que el protón.
Muy distinta es la situación en la molécula de H2: cada protón está unido a otra partícula que se mueve
exactamente tanto como él. Para el resorte es como si tuviese un extremo fijo, y en el otro una partícula
cuya masa fuese la mitad de la que realmente hay.

 
Por último, si vamos a resolver cualquier problema en términos de las variables r y v ,
debemos expresar la energía cinética y el momento angular orbital en esas variables.
 
Es decir, para aclarar: vamos a trabajar en términos de r y v , que expresan las variables del
cuerpo 1 con respecto al 2, pero no consideramos que el cuerpo 2 está fijo en el origen,
porque el que está fijo es CM.
Si considerásemos al cuerpo 2 fijo en el origen diríamos: Ec = ½ m1 v2, y L = m1 v r, lo cual
sería incorrecto (comparar con (5) y (6), más adelante).
Las expresiones correctas en el SCM son: Ec = ½ m1 v12 + ½ m2 v22, y LCM = m1 v1 r1 + m2
v2 r2, pero queremos expresar estas cosas en términos de r y v.
Entonces, para ello recurrimos a los factores de escala dados por (1) y (2):
m1 v12 m 2 m12 v12
2
Ec = ½ m1 v1 + ½ m2 v2 = 2

2 2 m 22
m1 v12  m 2  m1 
=  
2  m 2 
1 m1 m 2 2
= v
2 m1  m 2

= ½  v2 (5)

Y de la misma manera, para el momento angular orbital, LCM = m1 v1 r1 + m2 v2 r2, con los
mismos reemplazos, se obtiene:

LCM =  v r =  2 r (6)
203

Donde  es la velocidad angular:  = v1 / r1 = v2 / r2 = v / r . Estas igualdades se justifican


porque tanto la línea entre los cuerpos, como las líneas entre cualquiera de ambos cuerpos y el
CM, están alineadas y rotan todas juntas.
La conclusión práctica es muy simple:

Cuando dos cuerpos se mueven bajo la acción de fuerzas mutuas alineadas con la
recta que los une, el movimiento relativo de uno de ellos respecto del otro puede
explicarse como si él tuviese la masa reducida, , y el otro estuviera fijo en el
origen.

Ejemplo desarrollado.
Consideremos dos cuerpos el 1 de masa m1 = 1 kg, y el 2, de masa m2 = 3 kg, unidos por medio de un
resorte de 40 cm de longitud en equilibrio, y constante elástica k = 750 N/m.
Ambos cuerpos pueden oscilar sin rozamiento sobre una pista horizontal rectilínea a lo largo del eje x.
m2 k m1 x

a) encuentre la ubicación del centro de masa, y muestre que si se ubica el origen del eje x sobre él,
entonces la posición de equilibrio del cuerpo 1 estará en x01 = 30 cm, y la del 2 en x02 = 10 cm.
b) Muestre que si en el sistema CM el cuerpo 1 oscila 6 cm a cada lado de su posición de equilibrio, el
2 oscilará 2 cm a cada lado de su propia posición de equilibrio.
c) Calcule la fuerza que aplica el resorte a cada cuerpo cuando ambos están en el máximo
apartamiento, y en la máxima proximidad. Compárelas.
d) Con los valores calculados en c), y los correspondientes apartamientos de cada cuerpo de su
respectiva posición de equilibrio, muestre que es como si cada cuerpo estuviera unido al origen (y no al
otro cuerpo) por un resorte diferente. Calcule la longitud de equilibrio y la constante elástica de cada
uno.
e) Muestre que cada cuerpo oscilando independientemente en el extremo de su resorte diferente,
oscilaría con la misma frecuencia que el otro, y que esa es la misma frecuencia de oscilación de un
cuerpo de masa reducida en el extremo del resorte real.
Desarrollo
a) Si el resorte está en equilibrio un cuerpo estará a 40 cm de distancia del otro. Ahora, con respecto al
cuerpo 2 ubicado a la izquierda, el CM estará en xCM = (30 + 140)/4 = 10 cm.
De manera que ubicando el origen de un nuevo eje x en el CM, tendremos el cuerpo 1 ubicado en x10 =
30 cm, y el 2 en x20 = -10 cm. Como el resorte está en equilibrio no hay fuerza sobre ninguno de los
cuerpos, y esas posiciones son las posiciones de equilibrio de cada uno en el sistema CM.
204

CM
m2 m1 x

-10 cm x=0 30 cm
x20 x10
x10 - x20 = 40 cm

b) Si alejamos ambos cuerpos una cierta distancia y luego los soltamos a los dos simultáneamente, las
oscilaciones continuarán automáticamente manteniendo fijo el CM. Si queremos que el CM quede en el
origen, tenemos que soltar los cuerpos con el CM allí. Para ello, si inicialmente el cuerpo 1 parte de en
x1‘ = 36 cm, y el 2 debe partir de x2‘ = 12 cm (aplicamos siempre la relación x2 = (m1 / m2) x1).
m2 CM m1 x

x=0
x2‘ x20 x10 x1‘

En estas condiciones cada cuerpo oscilará como se ha pedido.


c) Cuando los cuerpos estén en la máxima separación, 48 cm, sobre cada uno actuará una fuerza de
módulo F = k0,08 = 60 N, en sentido de atraerse.
En la máxima proximidad, 32 cm, la fuerza también será F = k0,08 = 60 N, en sentido de repelerse
mutuamente los cuerpos.
Las fuerzas son iguales y opuestas sobre ambos cuerpos en cada instante, por P. de Acción y
Reacción, y también en cada cuerpo son de igual módulo y sentido opuesto en los extremos de su
oscilación.
60 N CM 60 N x

2 cm máxima separación
6 cm 6 cm
2 cm
60 N 60 N x
CM

x=0 máxima proximidad

x20 x10

d) Para el cuerpo 1, cuando él se aleja 6 cm de la posición de equilibrio, o del CM, la fuerza que le
aplica el resorte es 60 N. Entonces es como si estuviera sujeto a un resorte de k1 = 60/0,06 = 1000
N/m, cuyo otro extremo estuviese fijo en el CM, es decir en el origen (y no donde realmente está: en el
otro cuerpo móvil).
Para el cuerpo 2, cuando él se aleja 2 cm de la posición de equilibrio, o del CM, la fuerza que le aplica
el resorte es 60 N. Entonces es como si estuviera sujeto a un resorte de k2 = 60/0,02 = 3000 N/m (cuyo
otro extremo estuviese fijo en el origen).
e) Con estos dos resortes distintos el cuerpo 1 oscilaría con frecuencia dada por 1 = 1000 1 = 31,62
1/s; y para el cuerpo 2 tendríamos 2 = 3000 3 = 31,62 1/s.
Por otra parte, la frecuencia de un cuerpo de masa reducida  = 31/ (3+1) = 0,75 kg, oscilando en el
extremo del resorte original, de constante k = 750 N/m, sería la misma:  = 750 0,75 = 31,62 1/s.
205

CAPÍTULO 5:
Dinámica de Rotaciones

COMENTARIO DIDÁCTICO PRELIMINAR


En este capítulo comenzaremos con una presentación adaptada al nivel
medio, sin recurrir a productos vectoriales ni cálculo diferencial, y definiendo
en este nivel de manera abreviada todos los elementos básicos.
De esta manera se pretende desarrollar la mayor parte de los temas que pueden
trabajarse en aulas de nivel medio, brindando elementos a los futuros
profesores para cubrir aceptablemente las situaciones que se encuentran en la
vida práctica.
Luego el tratamiento se enriquecerá recurriendo a todos los elementos
necesarios para la formación de profesores tan completa como es de esperar.

5.1.- Tratamiento introductorio

Generalidades sobre el movimiento de rotación


El movimiento de rotación es un movimiento de los cuerpos rígidos en el cual hay una recta,
denominada eje de rotación, cuyos puntos permanecen fijos. Por la rigidez del cuerpo, los
demás puntos describen movimientos circulares manteniendo todas sus distancias o
posiciones relativas invariables.
Este movimiento, además de poder ser uniforme o variado de diversas maneras, puede
combinarse a su vez con otros movimientos, como el de traslación, o con otras rotaciones
alrededor de otros ejes, pudiendo obtenerse una gran variedad de situaciones posibles.

motor

Volante de máquinas rotatorias fijas:


ROTACIÓN PURA, e INTRÍNSECA

Péndulo:
ROTACIÓN PURA,
NO INTRÍNSECA,
Trompo: OSCILATORIA
ROTACIÓN + ROTACIÓN del EJE
Ruedas de la bicicleta: (PRECESIÓN)
ROTACIÓN + TRASLACIÓN

Fig. 1: varios casos diferentes de rotación.

El caso más simple posible se denomina rotación pura, y se da cuando el eje permanece fijo.
Si además el eje contiene al centro de masa del cuerpo, se dice que la rotación es intrínseca:
en un leguaje coloquial se dice que el cuerpo rota sobre sí mismo, ya que mantiene fijo el
centro de masa. La palabra inglesa ―spin‖ (castellanizada espín) que significa ―retorcer‖, o
―girar algo sobre sí mismo‖, se utiliza para este tipo de rotación a nivel de partículas atómicas.
206

Por otra parte, si el eje se mueve tenemos una rotación que no es pura; este movimiento puede
ser simple, como el caso de las ruedas de los vehículos cuando viajan en línea recta, que es
una combinación de rotación con traslación, pero también puede llegar a ser extremadamente
complicado, como veremos en algunos ejemplos.

Rotación pura
Consideremos un cuerpo rígido girando alrededor de un eje fijo. El cuerpo se considera
integrado por partículas de masa mi, y cada una ellas describe una circunferencia de radio i
en un plano que permanece fijo, perpendicular al eje, como se muestra en la figura 2.

i
mi j

mj
eje

Fig. 2: cuando un cuerpo describe una rotación pura los puntos del eje
permanecen inmóviles, mientras los otros describen circunferencias
en planos perpendiculares al eje. Como se ilustra, el cuerpo en
rotación no necesita tener simetría ni forma determinada.

Cada punto material describe su propia circunferencia de centro Ci y radio i. El centro de
cada circunferencia es el punto intersección del eje con el plano de movimiento de la partícula
considerada, y en general no es el origen de las coordenadas.
El origen de las coordenadas O se fija arbitrariamente. Por ejemplo, en el caso de la figura 3,
se fija en algún punto del eje, que podría ser también el centro de masa, aunque eso no es

importante. El vector posición de la partícula i es ri , cuyo módulo en general no es igual al
radio de la circunferencia descripta por ella, ya que éste es i, que es la distancia de la
partícula al eje (tomada perpendicularmente).

Sólo para los puntos que giran en el mismo plano que contiene al origen de coordenadas O, se
cumple que ri = i.

mi vi mi
ri i
i

Ci O Ci

Vista en el plano de
movimiento de mi

Fig. 3: Cada partícula i describe, en un plano perpendicular al eje, una circunferencia


cuyo centro Ci es la intersección de dicho plano con el eje. El radio de esta

circunferencia es i , que resulta ser la proyección del vector posición ri sobre el plano
del movimiento, y que indica también la distancia desde la partícula hasta el eje.
207

La condición de que el cuerpo sea rígido implica que, aunque cada punto material recorre su
propia trayectoria circular con su propia velocidad lineal vi , todos tienen la misma velocidad
angular , porque todos giran el mismo ángulo en el mismo tiempo. Si recordamos que para
el movimiento circular  = v / radio, para este caso tenemos:
vi
 : igual para todos los puntos del cuerpo (1)
i

Efecto de las fuerzas sobre la rotación


Una descripción dinámica de la rotación implica poder establecer cómo varía la velocidad de
rotación en función de las fuerzas exteriores aplicadas al cuerpo.
Para esto, lo primero que hay que tener en cuenta es que una fuerza sólo influye sobre un
movimiento de rotación si se la aplica de manera de tener componente en la dirección en la
cual el eje permite el movimiento del punto sobre el cual actúa.
Así es que, una fuerza aplicada sobre un punto A de un cuerpo en rotación pura, en el mismo
sentido en que se mueve el punto, hará un trabajo positivo y aumentará la velocidad de la
rotación, mientras que aplicada en sentido contrario hará trabajo negativo, y hará disminuir
dicha velocidad.
De las consideraciones sobre el trabajo que la fuerza puede hacer se deduce que, dada una

fuerza exterior cualquiera FA que se aplique en un punto A, fuera del eje, para el efecto sobre
la rotación sólo interesa la componente en la dirección tangencial a la circunferencia
descripta por A; las otras dos componentes, Faxial , paralela al eje, perpendicular al plano de la
circunferencia descripta por A, y Fradial, en dicho plano, en la dirección de la recta que pasa
por el centro de dicha circunferencia, no hacen trabajo y no tienen efecto sobre la rotación
(figura 4).
Fradial
Fradial
FA

Faxial A
A Ftang
Ftang A
eje
CA CA
Circunferencia
descripta por A

Vista en el plano de
movimiento de A

Fig. 4: Se muestra el vector hueco FA , indicativo de una fuerza aplicada en A, y con flechas llenas,
sus componentes axial, radial y tangencial. En línea de trazos también se muestra la proyección de

FA sobre el plano del movimiento del punto A, vector cuyas componentes en ese plano también son
  
Fradial y Ftan g . Para considerar efectos sobre la rotación sólo interesa Ftan g . Se ilustra un cuerpo
en rotación que no tiene simetría ni forma determinada.

Para el caso especial de una fuerza aplicada exactamente en algún punto del eje, queda claro
que no puede influir sobre la rotación, ya que estos puntos no se mueven y, por lo tanto, la
fuerza no hace trabajo (para estos puntos no hay dirección tangencial).
208


Es decir, en general la fuerza aplicada puede tener las tres componentes, FA =
  
Faxial  Fradial  Ftan g , pero la única componente con posibilidades de influir sobre la rotación es
la Ftang.

Momento de una fuerza respecto de un eje

Construcción del concepto


Ahora tratemos usar estas ideas para establecer una expresión para lo que denominaremos
―momento de la fuerza con respecto a un eje‖, concepto que representa el poder de la fuerza
para modificar (producir, detener, etc.) la rotación de un cuerpo alrededor del eje. A veces,
también le diremos poder de rotación de la fuerza con respecto al eje.
Para simplificar los razonamientos, consideremos una rotación orientada con el eje
perpendicular al plano de la hoja, de manera que en nuestros esquemas veamos la rotación
directamente hacia un lado u otro en el plano del papel. Para facilitar las ideas pensemos en
un disco o plato redondo de radio R que tiene absoluta libertad de rotación alrededor del eje,
que será el punto O en nuestros dibujos. Cualquier fuerza que apliquemos sobre un punto del
disco podrá producir o no rotación, pero no logrará cambiar la ubicación del eje (éste está
montado sobre cojinetes que le permiten girar pero no desplazarse).

Ahora bien, es claro que si una fuerza FT se aplica en A tangencialmente a la circunferencia de
centro O, tiene el mismo poder de rotación que si se aplica tangencialmente en cualquier otro
punto de esta circunferencia, como se sugiere en la figura 5(a).

Por otra parte, si en A se aplica F oblicuamente, para comparar su poder de rotación con el

de FT sólo se necesita ubicarla angularmente con respecto a dicha circunferencia, y
descomponerla según las direcciones radial y tangencial. La componente radial indicará una
acción tendiente a desplazar el eje, que será equilibrada por las reacciones en los soportes del
eje que impiden su desplazamiento, mientras que la componente tangencial expresará
estrictamente la acción de la fuerza tendiente a producir rotación (figura 5(b)).

A‘‘
A‘
O
FT
O
FT  F
A A 
C B
(a) (b) Frad

Fig. 5: (a) estas fuerzas aplicadas tangencialmente a la misma circunferencia tienen el


mismo poder de rotación con respecto a O a condición de tener igual intensidad,
independientemente del punto particular de la circunferencia sobre el que actúan.
(b) si una fuerza se aplica oblicuamente, su poder de rotación está dado exclusivamente por
su componente tangencial, independientemente de la existencia de la componente radial.

Ahora bien, dada una fuerza aplicada en A nos interesa saber cuánto debe valer una fuerza
aplicada en otro punto, para equilibrar el poder de rotación de la primera, y para resolver eso

es suficiente con advertir, en la figura 5, que F podría ser equilibrada en todos sus efectos,
209


incluido su poder de hacer rotar, por – F que se aplicara en cualquier punto B, C, etc, de la
misma recta de acción.

Ahora, tracemos una circunferencia con centro en O, tangente a la recta de la fuerza F en el
 
punto B (figura 6), e imaginemos la fuerza – F aplicada en B (la denominamos FB ). Esta
fuerza actúa tangencialmente a su circunferencia, y tiene el mismo poder de rotación respecto
de O que cualquier fuerza de módulo FB aplicada tangencialmente en cualquier punto de la

circunferencia de radio OB. Además, ella puede equilibrar la acción de F aplicada en A, cuyo
 
poder de rotación es el de FT (a la cual denominamos ahora FA ), aplicada tangencialmente en
A o en cualquier punto de la circunferencia de radio OA.

O
FA
FB   F
B A 

Fig. 6: Dada FB aplicada tangencialmente en B, para encontrar la fuerza que pueda
equilibrar su poder de rotación aplicada tangencialmente en una circunferencia de
mayor radio, debe prolongarse la tangente en B hasta cortar a la circunferencia

mayor. En ese punto, denominado A, se proyecta tangencialmente  FB y se

obtiene FA .

Ahora bien, observando la figura 6, vemos que FA F  OB OA , de donde se deduce que la


relación entre los módulos de las fuerzas que hay que aplicar tangencialmente en puntos de
dos circunferencias de diferente radio para tener el mismo poder de rotación está dada por:
FA× OA = FB × OB (2)
Podemos decir que esta expresión define precisamente el poder de rotación de cada fuerza con
respecto a O, ya que expresa una cantidad proporcional a la fuerza aplicada, tal que si
comparásemos su valor para dos fuerzas cualesquiera orientadas de esta manera, aquélla para
la cual este producto sea mayor, superará en poder de rotación a la otra.
En el lenguaje matemático se acostumbra a denominar ―momento de la cantidad tal con
respecto a un eje o punto‖, al producto de esa cantidad por la distancia al eje o al punto, de
manera que según la expresión que hemos hallado, al poder de rotación le corresponde
precisamente la denominación ―momento‖ (que no debe interpretarse como algo que tiene que
ver con el tiempo o el instante).

De manera que definimos el momento o poder de rotación con respecto a O de una fuerza F
aplicada en A formando un ángulo  con la línea OA:

MF,O = F  OA  sen (3)


Teniendo en cuenta que, como se ve en las figuras 5 y 6, F sen es FT, la componente de F
tangencial a la circunferencia que puede describir el punto A alrededor del eje, y que
OAsen es igual a la distancia OB entre el eje y la recta de acción de la fuerza, tenemos que
son definiciones equivalentes del momento:
210

MF,O = F  OB
= FT  OA (3‘)

La distancia OB entre el eje y la recta de acción de la fuerza se denomina ―brazo de palanca‖


de la fuerza respecto del eje, y utilizaremos para ella en general la letra b. En la siguiente
figura 7 se ilustran casos de diferente brazo de palanca.
O  O O
F  b
b F 
b F
A A A
Fig. 7: Cuando la fuerza se aplica oblicuamente, el brazo de palanca debe buscarse como la distancia
entre O y la recta de acción de la fuerza, tomada perpendicularmente a la recta (la distancia de un punto
a una recta sólo tiene sentido entendida de esta manera).


O F O b=0
b = OA
90o MF,O = 0
MF,O = F×OA A A 
F
Momento máximo Momento nulo

Fig. 8: Caso de momento máximo y de momento nulo, para una fuerza aplicada a distancia OA del
punto eje O.

ACERCA DEL SENTIDO DE LA ROTACIÓN


La rotación ocurre en el espacio, tiene orientación, y se puede describir con
ayuda de vectores axiales y productos vectoriales, como haremos más adelante
en este capítulo. Cuando se dispone de esos elementos todo eso se puede hacer
muy rápidamente y sin tantas argumentaciones.
Pero es necesario saber que gran parte de estos temas pueden tratarse sin esos
elementos, como se presenta en esta propuesta..
En este planteo, digamos que, observando de manera de ver de frente el plano
de la rotación (en el cual tienen lugar las circunferencias descriptas por los
puntos que giran), es decir viendo “de punta” el eje, se acostumbra a asignar
signo + al sentido de rotación antihorario, y signo  al sentido horario.

Por supuesto que esta asignación de signos es arbitraria, y puede ser


modificada si se lo desea: una rotación horaria es vista como antihoraria
desde detrás del plano.

Ejemplo desarrollado
Se utiliza un torno para elevar baldes con mezcla de albañilería. En los dos casos dibujados el balde
con la mezcla tienen una masa de 30 kg, el radio del tambor vale R 1 = 10 cm, y la manija tiene una
longitud de 50 cm.
Despreciando rozamientos calcule la fuerza necesaria para equilibrar el peso del balde cuando la
manija está en cada una de las tres posiciones indicadas, suponiendo que:
211

a) la fuerza se aplica perpendicularmente a la manija.


b) la fuerza se aplica siempre verticalmente.
60º 60º
Para los tres casos (b), descomponga la
fuerza aplicada según las direcciones 30º 30º
tangencial y normal al desplazamiento posible,
y explique el efecto de cada una de ellas
sobre el sistema. (a) (b)

Desarrollo recta de acción de P


a) En todos los casos el peso del balde (P  29,4 N), actuando a lo brazo de palanca de P
largo de la soga, actúa con un brazo de palanca (con respecto al
eje), que es el radio del tambor, de manera que tiene un momento
MP = P·R1 = 29,4 0,10 = 2,94 N·m, con sentido positivo
(antihorario).
De manera que la fuerza aplicada debe ser tal que equilibre el
momento MP, es decir debe aplicar un momento en sentido horario P
(lo cual está garantizado por la forma en que están dibujadas las
fuerzas), de módulo 2,94 N·m, en todos los casos.
Ahora bien, en los tres casos dibujados en a), la fuerza se aplica perpendicularmente a la manija, es
decir tangencialmente al movimiento posible, y eso significa que su brazo de palanca siempre es la
misma longitud de la manija, independientemente de los ángulos indicados.
Por lo tanto en cualquiera de estos tres casos el módulo de la fuerza aplicada debe ser tal que:
F  0,50 m = 2,94 N·m
Es decir, F = 29,4 / 0,50 = 5,88 N.
b) Nuevamente debemos averiguar F para que aplique un momento igual a 2,94N·m, pero en cada
caso eso ocurrirá con un valor distinto de F. Mostraremos dos formas equivalentes de calcular.
Una forma es buscando los brazos de palanca de cada fuerza.
F1T
F1N
F1
O B1 B3 B O
2

F2 F2
F3N
F3 F3T

Como se ve en la figura de la izquierda, para F1 el brazo de palanca es OB1 = 0,50 m  cos 60º = 0,25
m. De manera que F1 = 2,94 / 0,25 = 11,76 N.

Para F2 el brazo de palanca OB2 es la misma palanca, y estamos en la misma condición del caso a), de
manera que F2 = 5,88 N.

Para F3 el brazo de palanca es OB3 = 0,50 m  cos 30º = 0,43 m. De manera que F3 = 2,94 / 0,43 =
6,79 N.
Otra forma de hacer el cálculo es descomponiendo cada fuerza según las direcciones tangencial y
normal al desplazamiento posible, como se muestra en la figura de la derecha. En este caso sabemos
que la única que contribuye al momento es la componente tangencial, la cual, para producir el
momento buscado, debe valer 5,88 N en todos los casos.
212

De manera que, para tener esta componente,


F1 debe valer F1 = 5,88 / sen 30º = 11,76 N
F2 coincide con F2T, o sea que debe valer 5,88 N
F3 debe valer F3 = 5,88 / cos 30º = 6,79 N
Por otra parte, la componente normal actúa a lo largo de la manija, comprimiéndola y empujando al eje
en el caso 1, y traccionando la manija y tirando del eje en el caso 3 (en el caso 2 no hay fuerza a lo
largo de la manija).

Leyes de la dinámica de la rotación pura


Inercia de la rotación pura
En esta presentación inicial con ideas transferibles a la enseñanza en el nivel medio, estamos
tratando de establecer las leyes para las rotaciones con una estructura similar a las que ya
conocemos para los movimientos lineales. Para ello comencemos considerando el caso más
simple, de un cuerpo sólido con un eje fijo, al cual no se aplique ninguna fuerza exterior sobre
los puntos fuera del eje. En este caso, una rotación no podrá iniciarse espontáneamente, ni
tampoco detenerse: si no se aplican fuerzas con momento sobre un cuerpo rígido que está
rotando, entonces, por inercia, su rotación continuará manteniendo constante el valor de la
velocidad angular.
Vale aclarar que aunque la mecánica no tiene lo que podría llamarse un ―Principio de Inercia
de las Rotaciones‖, y las leyes de la dinámica de las rotaciones serán desarrolladas en este
capítulo sin necesidad de invocarlo, coloquialmente estas ideas tienen sentido en una etapa
inicial del desarrollo del tema, y es útil jugar un poco con ellas.

También es interesante notar que, en este caso, necesariamente actúan fuerzas interiores
sobre cada partícula del cuerpo, ya que cada una describe un movimiento circular, que para
mantenerse requiere de la acción de una fuerza centrípeta. En el cuerpo rotante se desarrollan
tensiones cuyo efecto es aplicar una fuerza centrípeta neta sobre cada partícula. Estas fuerzas,
tanto la acción sobre cada partícula (centrípeta), como la reacción (centrífuga) de ella sobre
las vecinas, tienen la dirección estrictamente radial, y por ello no tienen momento con
respecto al eje, y no contribuyen de ninguna manera a iniciar, ni a mantener, ni a detener la
rotación.

m3 Sc Sr

v3 F3
F1 v1
F2 m1
m2
v2 (a) (b)
Fig. .9: Aún en el caso en que un cuerpo rota libremente, sin ninguna fuerza exterior aplicada, hay
fuerzas sobre cada una de sus partículas constituyentes. Estas fuerzas son aplicadas sobre cada
partícula por las partículas vecinas, y tienen la dirección hacia el centro, como se ilustra en (a) para tres
partículas genéricas con vectores huecos. En (b) se ilustran las tensiones normales, de tracción, que
aparecen tanto en cualquier superficie cilíndrica, Sc, como en cualquier plano radial que contenga al eje,
Sr . El cuerpo podría romperse si estas tensiones se hicieran demasiado grandes, y a partir de ese
momento, cada parte continuaría con un movimiento diferente.
213

Ley del Impulso para las rotaciones


Ahora consideremos que sobre este cuerpo (rígido con un eje que es mantenido fijo por
cojinetes ideales sin rozamiento) se aplican varias fuerzas exteriores en distintos puntos, para
lograr una rotación de determinadas características.
Si consideramos la masa mi de una partícula cualquiera del cuerpo, podemos aplicarle la Ley
del Impulso en la dirección tangencial, y decir que en un intervalo de tiempo t, su velocidad
(tangencial) vi sufrirá una variación vi tal que:
FTi t = mi vi
En esta expresión, Fi es la resultante de todas las fuerzas tangenciales sobre la partícula i.
Estas fuerzas son ejercidas por todas las partículas vecinas, más los agentes exteriores que
actúen allí, si los hay (notar que los agentes exteriores, en general, actúan sólo sobre algunos
puntos particulares, mientras que todas las partículas vecinas se ejercen fuerzas mutuas unas
con otras); estas fuerzas son consideradas interiores para el cuerpo que rota, aunque sean
exteriores para una partícula determinada.

 FT i t   FT i t = mi vi
ejercidas ejercidas
por agentes por otras
exteriores partículas

Ahora bien, como el cuerpo es rígido, la velocidad tangencial sólo puede cambiar al cambiar
la angular, de manera que el miembro derecho puede ser escrito como mi i . Como nos
interesa escribir este cambio en función de los momentos de las fuerzas actuantes, podemos
multiplicar toda la expresión por i :
t F Text ; i i  t F T int ; i i = mi i  i

Ahora bien, en el primer término del miembro izquierdo está expresada la suma de los
momentos de las fuerzas exteriores aplicadas sobre cada partícula. El resultado de esa suma
es el momento total de las fuerzas exteriores que estén aplicadas sobre esa partícula, si las
hay, con respecto al eje. Si además nos planteamos sumar ese resultado sobre todas las
partículas, simplemente tendremos el momento total de las fuerzas exteriores sobre el sistema
completo con respecto al eje.

  FText ; i i   Mtotal fuerzas exteriores


i

En cambio, en el segundo término del miembro izquierdo está expresada una suma que
considera los momentos de las fuerzas sobre una partícula, debidas a sus vecinas. Estas
fuerzas, por acción y reacción, son opuestas a las que ella ejerce sobre sus vecinas, y entre
cada par de partículas también los momentos son opuestos, porque las dos fuerzas actúan
sobre la misma recta. De manera que si se suman todos estos términos sobre todas las
partículas, el resultado, que es el momento neto debido a todas las fuerzas interiores, debe ser
nulo.
Momento neto de fuerzas interiores

  FT int ; i i   0
i

De manera que, sumando ambos miembros sobre todas las partículas obtenemos lo que
podemos considerar como Ley del Impulso para una rotación pura:
214

Mfuerzas exteriores t =   mi i2 (4)


i

Revisemos los términos de esta expresión, mientras la comparamos con la correspondiente al


  
movimiento lineal: F t  (mv)  m v .

Impulso angular
Dado que el momento de las fuerzas es el concepto que juega, para las rotaciones, el papel
que las fuerzas juegan para los movimientos lineales, entonces el momento de la fuerza,
multiplicado por el tiempo que actúa, juega el papel del impulso para las rotaciones, al cual
denominaremos ―impulso angular‖, con respecto al eje correspondiente.
Impulso angular = M t (5)
Vale decir que así como el impulso lineal es un vector con la orientación de la fuerza
aplicada, el impulso angular tiene orientación en el espacio, que es la misma orientación del
momento aplicado (es decir, con respecto al eje ubicado de determinada manera, con signo
más para los impulsos en sentido antihorario, y signo menos para los horarios). En el Anexo
5.2 se plantea cómo representar las rotaciones por medio de vectores para entender, de manera
más sencilla, el concepto de orientación aplicado a rotaciones.

Momento de inercia
Si en el movimiento lineal, hacemos el cociente entre el módulo del impulso aplicado, y el
cambio en la velocidad sufrido por el cuerpo, tenemos una constante característica de la
inercia del cuerpo, que es m:
F t
m
v
Decimos que m caracteriza la inercia (para el movimiento lineal), y hasta a veces, para dar
énfasis, se dice que m es una medida de la inercia.
Si tratamos de aplicar estos conceptos al caso de la rotación, encontramos, a partir de (4):
M t
  mi i2

En el caso que nos ocupa, en el que el cuerpo es rígido, esta expresión da una constante para
cada cuerpo con un eje elegido: se calcula a partir de su masa y sus medidas (veremos
ejemplos), y no depende de que el cuerpo esté en reposo o no, es decir de la velocidad
adquirida.
Esta constante, que debe expresar la inercia que ofrece el cuerpo para rotar alrededor del eje
considerado, recibe, por razones de usos matemáticos la denominación de momento de inercia
respecto del eje correspondiente, que simbolizaremos con ―I‖:

I m  i
2
i (6)

El momento de inercia es proporcional a la masa, como corresponde a la idea de inercia, pero


además depende de que la masa esté distribuida cerca o lejos del eje.
215

Cantidad de movimiento angular con respecto a un eje


Para el movimiento de rotación, el concepto correspondiente a la cantidad de movimiento está
dado por la ―cantidad de movimiento angular‖, que designaremos en general con J.
Aquí en esta primera parte estamos en un tratamiento simplificado en el cual todos los
momentos son con respecto a un eje. Más adelante abarcaremos el caso general, en el cual los
momentos se definen con respecto a un punto, utilizando el producto vectorial.
Teniendo en cuenta esta aclaración, para un cuerpo sólido en rotación pura, definimos la
cantidad de movimiento angular (con respecto al eje), como el momento de la cantidad de
movimiento con respecto al eje. Esto significa, para cada partícula del cuerpo, multiplicar el
módulo del vector cantidad de movimiento, m vi , por su brazo de palanca, o, distancia al eje,
i .
Así, para todo el conjunto de partículas del cuerpo, tendremos:
J =  mi vi i =  mi  i i = mi i2  (7)
Es decir, sacando  factor común de la sumatoria, y utilizando la definición de momento de
inercia (6):
J=I (8)

Con esta notación podemos reescribir la Ley del Impulso para las rotaciones puras (4), de una
forma totalmente similar a la de las traslaciones:

M t = J = = I  (9)

Ejemplo desarrollado
Un volante cuyo momento de inercia vale I = 0,2 kg·m², está en reposo montado sobre cojinetes sin
rozamiento. En un instante dado se le aplica un momento de M = 2 N·m en el sentido indicado, durante
5 segundos. Luego se suspende la aplicación de M.
Calcule la cantidad de movimiento angular y la velocidad angular que adquiere el
volante al cabo de los 5 segundos de aplicación del momento. Explique qué
sucede después.
Desarrollo
Aplicando la Ley del Impulso obtenemos la cantidad de movimiento angular adquirida:
J = M t = 2 N·m  5 s = 10 joule·s
Dado que J = I , entonces la velocidad angular adquirida es:
 = J / I = 10 J·s / 0,2 kg·m² = 50 1/s (es decir 50 rad/s).
Al suspenderse la aplicación del momento impulsor, dado que es una situación ideal sin rozamiento, el
dispositivo continuará girando indefinidamente con esa velocidad angular inalterada.

Trabajo y energía cinética de rotación.


Utilizando los conceptos desarrollados hasta aquí es posible escribir expresiones para el
teorema del trabajo y la energía cinética en las rotaciones, adaptadas a las variables angulares,
totalmente similares a las del movimiento lineal.
216

Trabajo en una rotación pura


Ya sabemos que el trabajo hecho por una fuerza, en general, puede calcularse con la expresión
W = FT d. Si ahora nos referimos a una fuerza que se aplica sobre un punto de un cuerpo
rígido que tiene un eje fijo, tenemos que cuando el punto haya recorrido una distancia d a lo
largo de una circunferencia de radio , podemos escribir:
d
Ángulo girado (en radianes):  

Momento aplicado: M = FT 
Con lo cual:
d
W = FT d = FT 

= M  (10)
Esta última expresión no es imprescindible, ya que es totalmente equivalente a F T d, y
cualquiera de las dos puede aplicarse a una rotación. Pero tiene el valor conceptual, y hasta
estético, de permitir escribir, para las rotaciones, expresiones en variables angulares,
totalmente similares a las expresiones en variables lineales que hemos visto para el
movimiento de traslación.
Energía cinética en una rotación pura
Tenemos que la energía cinética de cualquier sistema, y eso incluye a un cuerpo que rota,
siempre puede ser expresada como:
mi vi2
Ec   2
Ahora escribamos las velocidades en la sumatoria en función de la única velocidad angular,
, sustituyendo vi =  i :
mi vi2 mi 2 i2
 2
  2
Si en esta expresión extraemos ½ 2 como factor común fuera de la sumatoria, llegamos a la
expresión buscada:
I 2

1
Ec  2 mi i2 = (11)
2 2
Teorema del trabajo y la energía cinética
Si repetimos con las variables angulares el mismo procedimiento hecho con las variables
lineales para demostrar este teorema, llegamos exactamente a la misma expresión W = Ec,
escrita ahora como:
M  =  (½ I 2)
Donde M es el momento resultante de todos los momentos de las fuerzas exteriores con
respecto al eje del cuerpo, W = M  es el trabajo resultante de todas las fuerzas exteriores.

Casos de momentos de inercia


Hay algunos casos típicos que siempre es útil tener a mano. Los cálculos se hacen integrando
sin mucha dificultad.
217

Caso 1: Masa puntual en el extremo de una varilla.


Cuando hay un cuerpo girando sujeto en el extremo de una varilla o de un hilo de longitud L,
suponiendo que el cuerpo tiene un tamaño despreciable frente a L, y que la masa de la varilla
o hilo es despreciable frente a la masa del cuerpo, tenemos un caso trivial para la expresión
(6) en el cual todas las partículas que pueden considerarse tienen aproximadamente la misma
distancia L al eje. Por lo tanto, L2 resulta factor común de la suma de las masas, y queda:
I = m L2
La misma idea también se aplica a cuerpos cuya masa se mantiene a distancia R
(suficientemente grande) del eje, por medio de varillas o elementos cuya masa puede
despreciarse, como el péndulo, cualquier objeto no muy grande que gira en el extremo de una
cuerda, un anillo, una rueda de bicicleta y otros (figura 10).

m m M
L R R

O M=4m

I = m L2 I = M R2 I = M R2

Fig. 10: Para los casos en los cuales la masa del cuerpo puede considerarse toda a cierta
distancia fija del eje, el momento de inercia vale masa  distancia2
Caso 2: Cilindro, o disco, con respecto a su eje.

R R
1
I MR2
2

Fig. 11: Para un cilindro o un disco el momento de inercia con respecto al eje vale f 
masa  R2, donde f es un factor menor que 1 (en este caso, ½ ), ya que al efectuar la suma
(6) todos los elementos de masa, excepto los del borde, tienen distancias i al eje menores
que R.

Caso 3: Esfera, con respecto a un eje que pasa por el centro.

R
I 2
MR2
5

Fig. 12: Para una esfera sucede lo mismo dicho en la figura 11 para el cilindro,
excepto que el factor f es menor aún (0,5 para el cilindro y 0,4 para la esfera),
porque la esfera concentra más masa cerca del eje, a igualdad de otras condiciones.

Caso 4: Eje paralelo a otro con respecto al cual I es conocido.


Si se conoce el momento de inercia I0 con respecto al eje e0 que pasa por el centro de masa, el
momento I con respecto a otro eje e, paralelo al anterior, a distancia d del mismo, vale (esto se
conoce como ―teorema de Steiner‖):
218

m e0
CM
I = I 0 + m d2
d
e

Fig. 13: El teorema de Steiner ayuda en los casos en que el eje de rotación está
fuera del cuerpo.

Ejemplo desarrollado 1
Calcular el momento de inercia de un péndulo constituido por un esfera de 2 cm de radio y 300 g de
masa que gira sujeta al extremo de un hilo de 60 cm de largo, con respecto al punto de suspensión, y
determinar cuánto error se hubiera introducido considerándola una partícula puntual en el extremo del
hilo.
Desarrollo
Aplicamos el teorema de Steiner, con d = 62 cm. Para calcular I0 consideramos la esfera respecto aun
eje por su centro: I0 = 0,40,30kg(2cm)2  0,48 kgcm2. Con esto: I = I0 + 0,30kg(62cm)2  0,48 +
1153,2 kgcm2  1153,7 kgcm2.
Se ve claramente que el primer sumando puede ser despreciado introduciendo un error < 0,05%.

Ejemplo desarrollado 2
Consideremos un volante de hierro (7850 kg/m3) de 30 cm de diámetro y 1,2 cm de espesor, montado
sobre un eje también cilíndrico de hierro, de 2 cm de diámetro y 30 cm de longitud, montado sobre
cojinetes perfectos sin rozamiento. Solidario con este disco hay un pequeño tambor de 2 cm de radio
en el que se enrolla un hilo que se utiliza para hacer girar el sistema por medio de una fuerza que tira
de él.
R = 15 cm
F

r = 2 cm
F

a) Calcular el momento de inercia del disco. Explicar si es necesario considerar las contribuciones del
eje y del tambor, o si pueden despreciarse.
b) Calcular el momento y el impulso angular aplicado al disco si se tira del hilo con una fuerza de 20 N
durante 6 s.
c) Suponiendo que inicialmente el disco está en reposo, calcular la velocidad angular que adquiere en
este proceso, y a partir de ella obtener la longitud de hilo desenrollada bajo la acción de la fuerza.
d) A partir de la longitud de hilo desenrollada calcular el trabajo hecho por la fuerza, y verificar que
coincide con la energía cinética adquirida.
e) Explicar cómo es el movimiento luego de suspenderse la aplicación de la fuerza.

Desarrollo
a) Tanto para el disco, como para el eje y el tambor se aplica la fórmula del momento de inercia del
cilindro. Es de prever que las contribuciones del eje y del tambor serán despreciables (lo que
mostraremos con unos cálculos aproximados).
219

Necesitamos las masas de cada parte.


Mdisco = densidad  volumen = 7850 (kg/m3)    (0,15 m)2  0,012 m  6,66 kg
Meje = 7850 (kg/m3)    (0,01 m)2  0,30 m  0,74 kg
No tenemos elementos para calcular la masa del tambor, pero veremos que no es necesaria porque no
contribuirá apreciablemente al momento de inercia.
Idisco  6,66 kg  (0,15 m)2 / 2  0,075 kg·m2.
Ieje  0,74 kg  (0,01m)2 / 2  0,000037 kg·m2, totalmente despreciable frente al anterior. Asimismo, se
puede estimar que el momento de inercia del tambor será comparable al del eje, tal vez menor, y que,
por lo tanto, no será necesario calcularlo.
b) El brazo de palanca de la fuerza aplicada es el radio del tambor, 2 cm, como se ve en la figura.
Entonces, el momento aplicado es: M = 20 N2 cm = 0,40 N·m.
El impulso angular con respecto al eje resulta: M t = 0,40 N·m  6 s = 2,4 J·s.
c) A partir de la ley del impulso, sabemos que la cantidad de movimiento angular adquirida es igual al
impulso angular aplicado: J = 2,4 J·s. Dado que inicialmente el disco estaba en reposo, ésta es la
cantidad de movimiento angular final: J(6s) = J = 2,4 J·s = I . De manera que  = 2,4 J·s / 0,075
kg.m2 = 32 1/s.
Dado que la velocidad angular varía uniformemente de 0 a 32 1/s, la velocidad del hilo, que es la del
contorno del tambor (v =  r), pasa de 0 a 0,64 m/s, y su extremo recorre una distancia d = v m t =
0,326 = 1,92 m.
d) El trabajo hecho por la fuerza resulta W = 20 N  1,92 m = 38,4 J; por otra parte, la energía cinética
vale: Ec = 0,075 kg·m2  (32 (1/s))2 / 2 = 38,4 J (hay total acuerdo).
e) Por inercia, luego de suspenderse la aplicación de la fuerza, suponiendo que no hay rozamientos, la
rotación continuará con velocidad angular constante de 32 radianes por segundo.

Conservación de la cantidad de movimiento angular con respecto a un eje


A partir de la Ley del Impulso para las rotaciones (9), es elemental plantear que si el momento
resultante de las fuerzas exteriores es nulo, la cantidad de movimiento angular debe ser
constante (se sobreentiende aquí que todo momento es con respecto a un eje):
Si M = 0, entonces J = constante.
En el movimiento lineal, si la fuerza resultante es nula, debe conservarse la cantidad de
 
movimiento p  m v . Y dado que la masa es necesariamente constante, esto significa que

debe conservarse v .
En el movimiento angular hay una gran diferencia, porque J = I , pero I puede variar si el
cuerpo cambia de forma. Es decir, para cuerpos absolutamente rígidos que giran alrededor de
un eje fijo, la conservación de J es lo mismo que la conservación de . Estamos en un caso
absolutamente similar a los casos de movimiento lineal.
Pero es fácil tener casos de movimientos de cuerpos formados por partes que pueden
acercarse o alejarse, o acomodarse de diversas maneras, variando I. En estos casos,  debe
variar automáticamente de manera de mantener constante el producto I .
220

Un ejemplo analizado: Acróbatas y patinadores.


Cuando se tiene un cuerpo que puede deformarse, la ausencia de momento aplicado con
respecto al eje de rotación, implica la conservación de la cantidad I , y dado que I se puede
disminuir (aumentar) acercando (alejando) partes al eje, resulta que se puede variar la
velocidad angular, que es inversamente proporcional a I:
1 I 2

2 I1
Así tenemos el caso de patinadores que suelen iniciar giros alrededor de un eje vertical con
los brazos abiertos, y luego logran aumentar enormemente la velocidad de rotación acercando
los brazos al cuerpo para disminuir el momento de inercia.
Es notable en este caso (y en muchos otros similares), que si bien el sistema no está aislado de
manera absoluta, lo está respecto de acciones referidas al eje de rotación, por ello se da este
caso de conservación de J.
¡Pero no se conserva la energía cinética! Para verlo basta intentar con algunas cifras: por
ejemplo, supongamos que I2 = I1 / 3, de manera que 2 = 3 1. Si calculamos la energía
cinética final: Ec2 = ½ I2 22 = ½ (I1/3) (31)2 = 3 Ec1.
¿De dónde salió la energía cinética extra? Del trabajo de las fuerzas interiores: el patinador
debe aplicar una fuerza para vencer la fuerza centrífuga y acercar sus brazos o partes al eje.
Realiza un trabajo positivo (a expensas de su reserva interna de energía) que se traduce en el
aumento de energía cinética de rotación.
Además, es fácil calcular que la fuerza centrífuga aumenta mucho para las partes que se
acercan al eje, porque aumenta su velocidad lineal, y también disminuye el radio, de manera
que el acróbata debe aplicar una gran fuerza para acercar estas partes, y ello resulta en un gran
aumento de energía cinética. Todo puede terminar en un gran desastre si el que gira no está
muy bien entrenado para mantener cada parte en el lugar y con la alineación exacta!

Actividad experimental ilustrativa


Conseguir un cordel fuerte de algo más de un metro de longitud y sujetar de un extremo algún
cuerpo de unos 40 o 50 gramos de masa (puede ser un llavero con dos o tres llaves).
Pasar el cordel por dentro de un tubo (puede ser el cuerpo de una birome) que habrá que
sostener verticalmente en alto con una mano, revoleándolo suavemente de manera que el
cuerpo en el extremo describa un movimiento circular horizontal, como se muestra. Mientras
tanto el otro extremo del hilo debe ser mantenido fijo con la otra mano.

Cuando el movimiento tenga una velocidad suficiente como para mantenerse suavemente sin
necesidad de mover más el tubito, apretando fuertemente a éste para mantenerlo lo más
inmóvil posible, se tira suave pero sostenidamente con la otra mano del extremo del hilo para
ir acortando el radio de la circunferencia.
221

Es claro que la fuerza aplicada por el hilo al cuerpo está alineada con el centro, por lo que no
aplica momento, y se debe plantear la conservación de la cantidad de movimiento angular.
Esta conservación, al disminuir el radio, se manifestará como un marcado aumento de la
velocidad del cuerpo. El movimiento podrá llegar a transformase en un giro vertiginoso,
mientras el aumento de la fuerza centrífuga hará imposible mantener inmóvil el tubo, que se
sacudirá violentamente por más fuerza que se aplique para impedirlo.
El efecto es muy notable a pesar del rozamiento que se hace muy fuerte en el borde del tubo.
Para evitar accidentes se recomienda comenzar a experimentar con masas pequeñas y
movimientos suaves.

COMENTARIO CONCEPTUAL Y DIDÁCTICO


Este asunto de la conservación de la cantidad de movimiento angular es muy
interesante para los alumnos de nivel medio. Tiene que ver con todas las
piruetas de acrobacia en los circos, en los bailes callejeros, en los trampolines,
etc. Además es verificable en experiencias sencillas y muy contundentes como la
propuesta en el punto anterior, y se conecta directamente con temas ya vistos,
como los movimientos orbitales, o que podrían estudiarse a partir de establecer
estas ideas aquí.
Pero para el futuro profesor alumno de este curso, debe estar claro que la Ley
del Impulso para las rotaciones que hemos invocado, fue establecida para
cuerpos sólidos en rotación pura, y no hemos demostrado que se cumpla para
cuerpos deformables.
La demostración será establecida más adelante, cuando tratemos los casos
generales.
Hasta aquí solamente hemos aprovechado la posibilidad de apoyarnos en
analogías para extender la validez de esta ley, porque resulta un elemento de
mucho interés.
El recurso es útil y válido; es casi obligatorio para el nivel medio. Pero en este
curso es claro que deberemos desarrollar también los fundamentos completos.
222

5.2.- Tratamiento avanzado


Movimiento general del sólido
En este punto comienza una profundización en todos los conceptos relacionados con la
rotación de los sólidos.
Para ello vamos a plantear el movimiento más general posible de un sólido, tan general que
solamente trataremos de construir una descripción válida para un instante, es decir: trataremos
el movimiento durante un lapso infinitesimal t, y estableceremos los elementos para la
descripción. Y aunque luego veremos las expresiones de la dinámica que nos permitirán
pensar cómo continúa el movimiento, en la interpretación de casos complicados siempre
podremos recurrir a este esquema para descifrar cómo es el movimiento de cada punto en
cada instante particular.
En el movimiento más general posible de un cuerpo sólido, cualquier par de puntos A y B
pasan a nuevas posiciones A‘ y B‘ tales que todos los puntos contenidos en el segmento
rectilíneo AB pasan a estar en el segmento rectilíneo A‘B‘, el cual además debe tener la
misma longitud del original AB.
Esto define una transformación lineal que puede ser representada por una matriz de
  
desplazamientos D = [D], tal que si U  rB  rA es el vector desde A hasta B, escrito en

columna, entonces su variación U (también en columna) está dada por el producto
matricial:
 
U  D U
El hecho de que se conserve el módulo de los vectores en esta transformación lineal puede ser
planteado pidiendo que la transformación sea generada por una sucesión de transformaciones
   
infinitesimales tales que en cada una de ellas se obtenga U  D U con U  U  0 .
Explicitando la estructura de los productos matriciales esto queda (los índices , , van de 1 a
3 indicando las componentes cartesianas x, y, z):
0   U  U    D  U  U 
  ,

Y dado que esta expresión debe ser válida para todos los vectores U que se elijan
arbitrariamente, esto significa que la matriz de cualquier desplazamiento infinitesimal (que es
lo que nos interesa para el intervalo t) debe ser antisimétrica:
D =  D
Esto significa que en general podremos escribir una matriz de éstas con solamente tres
elementos no nulos:
 0 D x , y D x ,z 
 
D =  D x , y 0 D y,z 
  D x ,z  D y,z 0 

Ahora bien, es fácil verificar que esta matriz tiene determinante nulo, lo cual significa que
 
tiene un núcleo de vectores N tales que D( N ) = 0.
Tratemos de identificar este núcleo.
223

0  D x , y N y  D x ,z N z

0  D x , y N x  D y , z N z (12)

0  D x , z N x  D y , z N y
De estas tres ecuaciones solamente dos son independientes, de manera que una componente

de N puede ser elegida arbitrariamente, y eso nos dice que el núcleo es un subespacio de

dimensión 1, que contiene todos los múltiplos del vector N = (Dy,z ; Dx,z ; Dx,y). Por

comodidad escribiremos N  n̂ , para que el versor n̂ sea la base de este subespacio, y con
el coeficiente  pequeño podremos lograr que el desplazamiento sea pequeño o infinitesimal.
De esta manera la matriz D queda:
 0  nz ny 
 
D =   n z 0  nx 
 n y nx 0 

Y conociendo la operación producto vectorial (y si no la conociésemos éste sería el momento
de inventarla), encontramos que:
   
( rB  rA )   n̂  ( rB  rA ) (13)
El conocimiento de las propiedades del producto vectorial nos permite interpretar que esta
expresión indica una rotación de ángulo  alrededor del eje indicado por el vector n̂ , como

muestra la figura 14, y por razones estéticas en adelante vamos a denominar  a este vector:

 n̂   (en los próximos párrafos aclararemos que estos entes no son verdaderos ―vectores
físicos‖, sino que les corresponde la denominación ―pseudo-vectores‖).
Ahora bien, de esta manera queda expresado el desplazamiento infinitesimal más general
posible de cualquier segmento del sólido, lo que equivale a expresar el desplazamiento
(infinitesimal) más general posible, de cualquier punto B relativo a algún punto A elegido
como referencia.




Fig. 14: el vector  en el eje que pasa por A significa
r 
r que el punto indicado por r se desplace respecto de A
un ángulo  en el plano perpendicular al eje por la
circunferencia que mantiene constante la distancia al
    
A mismo. Eso equivale a ( r  rA )    ( r  rA ) .

Es claro que se puede elegir arbitrariamente un sistema de referencia en el cual un punto



particular, como el A, sufre en t el desplazamiento arbitrario  rA . En este sistema, entonces,
cualquier punto del sólido sufre en t el desplazamiento más general posible dado por:
    
r  rA    ( r  rA ) (14)
224

Esto equivale a decir que:

El movimiento más general posible de un sólido en cada intervalo


infinitesimal, es una combinación de traslación con rotación.

Velocidad angular.
Apliquemos esta expresión (14) que sirve para todos los puntos, a otro punto cualquiera C:
    
rC  rA    ( rC  rA )
    
De manera que rA  rC    ( rC  rA ) puede ser sustituido en (14) para eliminar el
desplazamiento del punto arbitrario A, en términos del de otro punto también arbitrario, C. Al
hacerlo obtenemos:
       
r  rC    ( rC  rA )    ( r  rA )
   
= rC    ( r  rC ) (14‘)
Esto nos dice que el movimiento infinitesimal más general posible del sólido se puede

expresar con un mismo único vector de rotación  , totalmente independiente del punto que
tomemos de referencia.
Dividiendo todas estas expresiones por t, obtenemos las velocidades correspondientes.
Definiendo la velocidad de rotación:

 
 , (15)
t
Podemos escribir:
    
v  v A    ( r  rA ) (16)

No hay aquí ni podría haber afirmación alguna sobre la evolución en el tiempo de estas
variables. La expresión (16) solamente dice cómo es, en un instante dado, la velocidad de
cualquiera de los puntos de un sólido animado del movimiento más general posible; y nos
dice que en cada instante hay un único vector velocidad angular que expresa el movimiento.

Eje instantáneo de rotación


    
Si ahora multiplicamos escalarmente por  la expresión (16), obtenemos que   v    v A :
es decir que todos los vectores velocidad tienen en cada instante la misma componente en la

dirección de  . Ésta puede ser nula, en cuyo caso lo será para todos los puntos, o no serlo.
Para interpretar esto de la manera más simple, comencemos considerando la situación en que
  
la componente de las v es nula en la dirección de  : todas las v están en planos

perpendiculares a  , y en la figura 15 ilustramos la ubicación y velocidad del punto arbitrario
A, y ahora veremos que en esta condición necesariamente existirán puntos de velocidad nula.
225

 vA
Vector saliente
perpendicular al
plano de la hoja A
A: punto arbitrario, con
velocidad arbitraria

Fig. 15: En un plano perpendicular al vector  se indica el punto arbitrario A con su

velocidad arbitraria.  es un vector que solamente tiene dirección y sentido: no está
ubicado en punto particular alguno.

Nos preguntamos si existirá algún punto para el cual la expresión (16) se anule. Para ese
     
punto debería cumplirse   ( r  rA )  v A , y eso es fácil de resolver: r  rA tiene que ser un

vector perpendicular a  , de módulo vA/, situado, respecto de A, del lado hacia el cual
 
apunta   v A .
Punto de velocidad nula

r  rA
Vector de longitud vA/
vA
 A
Línea perpendicular a vA

Fig. 16: Si el punto A tiene la velocidad indicada, y el cuerpo rota con velocidad  ,
el punto indicado está en reposo en el instante representado.

El esquema de la figura 16 muestra que en esta situación es fácil encontrar que hay puntos
para los cuales la expresión (16) se anula, o sea, puntos que están en reposo en ese instante.

La línea paralela a  , trazada por ese punto, constituye el eje instantáneo de rotación.
Una parte de este eje puede estar dentro del cuerpo. En ese caso los puntos materiales del
cuerpo que pertenecen al eje están instantáneamente en reposo, mientras que todos los demás

tienen (instantáneamente) una rotación de velocidad angular  alrededor de ellos.
Si el eje está totalmente fuera del cuerpo nada esencial cambia: no hay puntos del cuerpo en
reposo, pero todos los puntos del cuerpo tienen (instantáneamente) el mismo movimiento de
rotación alrededor de este eje que tendrían si estuviesen unidos sólidamente a él, aunque en
este caso sea una línea ideal del espacio.
 
Ahora pensemos en la situación en la cual   v A no es nula. En esta situación no podremos
   
hallar puntos para los cuales se anule (16), ya que   ( r  rA ) nunca podrá anular a v A ,

porque éste no es perpendicular a  .
Sin embargo para cualquier punto la situación es la misma del caso anterior, sumándole a

todos los vectores velocidad una componente a lo largo de  , igual para todos.
Es decir, en cada instante el movimiento más general posible del sólido se entiende como un

desplazamiento (que puede no existir) de todo el sólido a lo largo de  , compuesto con una

rotación alrededor de un eje instantáneo de rotación, que es una línea recta paralela a  que
tiene todos sus puntos instantáneamente en reposo – aunque puede estar fuera del cuerpo.
226

En el siguiente instante podemos tener otro eje instantáneo de rotación, con otra o la misma
orientación.

Nota: vectores y pseudo-vectores


Para llegar a la expresión (13) hemos reemplazado la transformación lineal representada por la matriz
D, por el producto vectorial (13). La transformación D es una rotación que deja invariante una recta, que
es el espacio vectorial expandido por cualquier múltiplo del vector n̂ , y es independiente del sentido
del mismo. De manera que el sentido que se le asigna es el que hace funcionar correctamente el
producto vectorial (13).
Ahora bien, la definición de producto vectorial es a través del siguiente determinante:
î ĵ k̂
 
A  B  Ax Ay Az
Bx By Bz

Como todo determinante el producto vectorial cambia de signo si permutamos dos filas o columnas.
El cambio de signo por la permutación de las dos últimas filas le da la propiedad de anticonmutatividad
al producto vectorial.
El cambio de signo por la permutación de dos columnas cualesquiera, refleja la propiedad de que el
sentido del vector obtenido de un producto vectorial depende de la paridad de la terna de ejes o de
   
vectores base î, ĵ, k̂ . Es decir: A  B
 
 A  B
terna derecha terna izquierda

Esto significa que la operación producto vectorial es una operación pseudo-vectorial: el resultado del
producto vectorial de dos vectores es un pseudo-vector. Se denomina así a los vectores (les
corresponde la denominación vectores por pertenecer a un espacio vectorial con todas las operaciones
y condiciones debidas), que en el espacio físico, debido a los entes que representan, deben cambiar de
sentido al cambiar la paridad de la terna de ejes utilizada.
Jugando un poco puede verificarse que el producto vectorial de un vector por un pseudo-vector es un
vector ―verdadero‖, así como que el producto vectorial de dos vectores o dos pseudo-vectores entre sí,
es un pseudo-vector.
De manera que estos entes se introducen en la física de las rotaciones (y en otros campos: en todo
tema que requiera productos vectoriales, como el magnetismo), sin que se advierta que son de
diferente naturaleza.
Así pasan desapercibidas algunas cuestiones como: ¿qué tipo de ente se obtiene de sumar un vector
más un pseudo-vector?
Y la respuesta es: ninguna operación con sentido físico requiere sumar vectores con pseudo-vectores.
El resultado no tendría sentido.
Para ilustrar de manera práctica estas nociones sobre el comportamiento de los pseudo-vectores, es
bueno analizar la siguiente figura que representa un cilindro rotando frente a un espejo, sobre el cual se
ha indicado un punto A, el vector velocidad de este punto, y el vector velocidad angular del cilindro. Las
variables del lado reflejado se indican con primas.
227

vA ‘ ‘ 
vA

A
A‘

Imagen reflejada Espejo

Sobre la imagen pueden dibujarse el vector posición y el vector velocidad de A o de cualquier otro
punto que se desee, y todos serán exactamente los reflejados de los que corresponden a los mismos
elementos del cilindro real.
Pero el vector velocidad angular del cilindro reflejado deberá ser el opuesto del vector velocidad
  
angular reflejado, o bien las operaciones del tipo vA    rA hechas con él deberán cambiar algún
signo para que correspondan con los vectores posición y velocidad reflejados.
Igual problema aparece si se observa la imagen reflejada de una bobina con corriente y se trata de
dibujar el campo magnético reflejado.

Ahora bien, la física está estructurada así, con vectores y pseudo-vectores. Ambos son vectores, desde
el punto de vista algebraico, por pertenecer a espacios vectoriales con todas las operaciones y
requisitos debidos.
Pero físicamente ambos representan diferente tipo de entes, por lo cual debemos distinguirlos.
A los que representan entes del espacio físico con la misma orientación que ellos indican, es decir a lo
largo de una línea, en su mismo sentido, los denominamos vectores verdaderos, o reales, o
simplemente vectores, a secas. Estos vectores comparten la misma simetría de los entes que
representan.
A los otros les queda la denominación de pseudo-vectores, o también vectores axiales, por su relación
con los entes que representan en el espacio físico: en general indican la dirección del espacio que
corresponde al ente representado, pero su sentido no representa algo real del ente; solamente lo
representa a través de una convención, y cambia cuando cambia la paridad de la terna coordenada, sin
que algo cambie en el ente.
Vectores y pseudo-vectores solamente se mezclan a través de operaciones pseudo-vectoriales, y
nunca deben combinarse linealmente unos con los otros.
De manera que la simetría de los pseudo-vectores no es la misma que la de los entes que representan
(rotaciones en este caso).
Una rotación puede ser indicada completamente con una línea recta que indica la ubicación del eje, a
condición de que se agregue a la misma algo que indique el sentido de la rotación. Una forma de lograr
esta indicación es mediante una convención que identifique un sentido de rotación con un sentido a lo
largo de la recta. Esto es lo que hacen los pseudo-vectores, o vectores axiales.
Invertir la rotación se indica invirtiendo el sentido del pseudo-vector. Funciona, pero en realidad nada
hay en la rotación que indique hacia un lado del eje o hacia el otro. La siguiente figura muestra
claramente la incongruencia entre la simetría del pseudo- vector, y la del cuerpo en rotación.

recta eje de la rotación 

vector que indica un sentido


cuerpo en rotación de rotación a través de una
convención
228

Otra forma de indicar la rotación podría ser: indicar la recta eje, e indicar sobre ella un sentido de
circulación:

indicación natural del


cuerpo en rotación sentido de rotación

Esta forma mostrada en la última figura es poco práctica, pero no introduce ningún elemento artificial.
Su simetría es exactamente la de la rotación. Pero no se utiliza porque no se puede operar
vectorialmente con ella.

COMENTARIO DIDÁCTICO.
El manejo de los productos vectoriales abrevia enormemente los esfuerzos para
desarrollar cualquier tema relacionado con rotaciones. Si por ejemplo se quiere
  
definir el momento de la cantidad de movimiento, basta con escribir L  r p.
Luego basta con derivar respecto del tiempo esta expresión para obtener
prácticamente toda la dinámica de las rotaciones.
Eso puede dar la ilusión de que a través de esos elementos es la única forma, o
la más clara o verdadera de enseñar estos temas.
Pero al pensar así se están pasando por alto dos cosas importantes: por un lado
las dificultades que puede presentar en sí mismo el aprendizaje del producto
vectorial, y por otro lo chocante o desconcertante que puede resultarles a los
alumnos la falta de coherencia entre las simetrías que sugiere un vector axial,
y la del movimiento que representa.
Hemos visto que es posible desarrollar limpiamente todo el formalismo, y aún
así ignorar aspectos básicos de los entes que se están utilizando, como la
naturaleza pseudo-vectorial de algunos, así como problemas de simetría, los
cuales en general se pasan por alto simplemente porque la costumbre
generalizada es utilizar un formalismo sin cuestionarlo.
Por eso en la primer parte de este capítulo hemos considerado muy importante
mostrar cómo muchos de estos temas pueden tratarse sin recurrir ni a
productos vectoriales ni a vectores axiales.
Y en este momento del curso, aceptando la necesidad absoluta de recurrir a los
vectores axiales para explicar fenómenos como el movimiento de precesión,
consideramos que es conveniente disponer de algunos mecanismos alternativos
para introducir estos vectores, para lo cual hemos agregado el Anexo 5.2.

Dinámica de la rotación general del sólido


Cantidad de movimiento angular
En este nivel, utilizando el producto vectorial y los elementos del cálculo diferencial,
podemos plantear la definición definitiva de la cantidad de movimiento angular de una
partícula, que es el momento de la cantidad de movimiento lineal de la misma. Es decir:
    
L  r p  mr v
Luego la cantidad de movimiento angular de un sólido se define naturalmente como la suma

de la de todas las partículas que lo componen (utilizaremos en general la letra J para la
229


cantidad de movimiento angular de un sólido, y L para una partícula, para mantener el uso
Capítulo 3, en el que teníamos L para la cantidad de movimiento angular orbital):
    
J   ri  p i   m i ri  v i (17)
  
En esta expresión los vectores ri y v i  dri dt dan la posición y velocidad de cada partícula

respecto del origen del sistema de referencia, de manera que J es naturalmente la cantidad de
movimiento angular del cuerpo respecto de dicho punto origen del sistema (para tratar
determinadas situaciones, oportunamente recuperaremos el concepto de momento con
respecto a un eje, utilizado en la sección anterior de este capítulo).

Necesitaremos saber cómo se relaciona J con la cantidad de movimiento angular respecto de
otro punto móvil O‘ cualquiera.
Consideremos para ello O‘ origen de otro sistema de referencia, respecto del cual las
     
posiciones y velocidad de cada partícula serán: ri  ri  rO' , y vi  v i  v O' .
De manera que la cantidad de movimiento angular respecto de O‘ será:
      
J    m i ri vi   m i ( ri  rO' )  (v i  v O' )
       
  m i ri  v i  m i ri  v O'  m i rO'  v i  m i rO'  v O'

Ahora hay que tener en cuenta que, denominando m a la masa (total) del cuerpo: m =mi, se
tendrá:
 
 mi ri  m rCM
  
m i v i  m v CM  p total
Con lo cual:
       
J   J  m rO'  v O'  m rCM  v O'  m rO'  v CM
 
Y si en esta expresión tenemos en cuenta que rCM  rO' es la posición del CM referida a O‘,

 , queda la expresión final que relaciona las cantidades de movimiento angular referidas a
rCM
dos orígenes distintos:
     
J  J   m rCM
  v O'  m rO'  v CM (18)
Esta expresión no resulta muy útil excepto cuando el punto O‘ es el centro de masa del

 = 0, y entonces:
cuerpo, caso en el cual rCM
   
J  J CM  rCM  m v CM (19)

En donde J CM es la cantidad de movimiento angular intrínseca, también denominada de
espín, que en general designaremos con la letra S por esa razón.
Y es importante destacar que esta definición es independiente del movimiento de O‘, es decir
del CM. Nótese que en general el SCM no es un sistema inercial: el SCM es un sistema en el
cual el CM está en reposo en el origen, y que cumple la condición de que siempre es un
sistema sin rotación, es decir que sus ejes no rotan respecto de cualquier sistema inercial.
230

Cantidad de movimiento angular intrínseca


Si aplicamos la expresión (13) para el caso en que el punto A sea el CM, origen del SCM,
    
tendremos vi    ri , donde ri , y v i , son los vectores posición y velocidad de cada
partícula en este sistema, de manera que la cantidad de movimiento angular intrínseca, que

denominaremos S ahora, será:
    
S  J CM   m i ri  (  ri)
        
Aplicando la identidad A  (B  C)  B (A  C)  C (A  B) se tiene:

    
S   m i  ri 2  ri (  ri) 
Utilizando índices griegos (, , de 1 a 3) para indicar componentes vectoriales x, y, z:
  
S   m i    ri 2  ri ri     m i   ri 2  ri ri  (20)
 i  i

Donde  es la delta de Kronecker, que vale 1 si los dos índices son iguales, y 0 en caso
contrario.
Nota: Para que estas sumatorias se vean más sencillas es posible hacer dos cosas: una es suprimir los
índices i, sobreentendiendo la suma sobre todas las partículas; otra es simplemente escribir todo para
una única partícula y recién al final recuperar la idea de que estamos tratando con una cantidad
extensiva, y entonces plantear la suma sobre todos los componentes.
Por último vale destacar que el truco de introducir la delta de Kronecker para llegar a (20), que
desconcierta un poco a los que lo ven por primera vez, es muy usado por los que están en estos temas,
y resultará más claro después de los próximos párrafos.


Definimos entonces I, que es una matriz de 33 dada por: I    m i   ri 2  ri ri . 
i

Esta matriz, u operador matricial, se conoce como ―tensor de inercia‖, y, escrito


explícitamente es:
 
 m i ( yi  z i )   m i x i yi   m i x i z i 
2 2

 i i i

I      m i y i x i
    2

m i (x i  z i ) 2
  m i yi z i  (21)
 i i i 
   m i z i x i   m i z i yi  m i ( x i 2  yi 2 )
 i i i 
Nota: para verificar que efectivamente que I dado por (21) funciona correctamente, simplemente hay
que aplicarla para calcular explícitamente alguna componente, por ejemplo Sx.

Lo importante de I es que actúa como un operador lineal sobre los vectores, es decir, si
   
representamos con I a este operador, entonces I () da otro vector, S , que en general tiene
otra dirección, y la operación involucrada es lineal, o sea, si a, y b, son números, entonces
      
I (a 1  b 2 ) = a I (1 ) + b I (2 ) .
De esta manera finalmente tenemos la siguiente expresión muy compacta para la cantidad de
movimiento angular intrínseca de cualquier cuerpo (la suma sobre los índices griegos
representa un producto matricial, con los vectores S y  escritos en columna):
231

S   I   (22)

Inspeccionando los elementos de la matriz en (21) podemos ver que:


1) Cada elemento de la diagonal es la suma de las masas de las partículas constituyentes del
cuerpo multiplicadas cada una por su distancia al cuadrado al eje correspondiente. Cada uno
de estos elementos se denomina ―momento de inercia‖ del cuerpo con respecto a dicho eje.
2) Cada elemento fuera de la diagonal se anula si el cuerpo es simétrico con respecto a alguno
de los planos en los que se anula una de las coordenadas que intervienen.
Estas dos propiedades nos dicen que si el cuerpo tiene suficientes simetrías, y los ejes
coordenados coinciden con los ejes de simetría, el tensor será diagonal.

Pero además, el hecho de que la matriz de I sea simétrica, significa que siempre puede ser
diagonalizada por un cambio de coordenadas adecuado, aunque el cuerpo no tenga simetrías.

Una vez diagonalizado I solamente tendrá elementos no nulos en la diagonal, y estará
referido a tres ejes perpendiculares entre sí, que se denominan ―ejes principales‖.
I11 0 0
I    0 I 22 0 
 (21‘)
 0 0 I 33 
En estas condiciones será:
S = (I11 1; I22 2; I33 3) (22‘)
En donde vale destacar:
o I es el momento de inercia con respecto al eje principal del cuerpo indicado con ,
este eje pasa por el CM, y obviamente rota con el cuerpo.

o  es la componente de  en la dirección de este eje, lo que significa que es lo que

proyecta en cada instante el vector  , vector del espacio que varía en el tiempo según
se estudia en el próximo punto, sobre la dirección  de la terna de ejes principales, la
cual rota con el cuerpo de otra manera, que también se determinará en el próximo
punto.

Nota: mecanismos con eje fijo.


Hemos comenzado el capítulo analizando los casos simples de cuerpos que están sólidamente unidos
a un eje de rotación que es mantenido fijo en algún mecanismo, y para esos casos definíamos todos
los momentos (tanto de la fuerza como de la cantidad de movimiento) con respecto al eje. Ahora
veremos que un momento con respecto a un eje, es lo mismo que la proyección del momento con
respecto a un punto del eje, en la dirección del eje.
 
Cuando el eje está fijo, él fija la dirección de  , y la componente de J en esa dirección, que
denominaremos J, es:
 1    
J  ˆ  J   m i   ( ri  (  ri ))

1    
Permutando cíclicamente en esta expresión se tiene: J    m i (  ri )  (  ri )

232

  
Pero el producto (  ri ) da un vector, v i , cuyo módulo es igual a  multiplicado por la distancia del
punto en cuestión al eje de rotación, i , de manera que: J =  mi  i2 =  i mi vi , que es la cantidad
de cantidad de movimiento angular con respecto al eje.
Además se recupera la expresión:
J =   mi i2 =  I
Donde I es el momento de inercia con respecto al eje fijo de rotación.
Esta es la situación correspondiente a la figura 3 del comienzo de este capítulo. Cada partícula i
describe, en un plano perpendicular al eje, una circunferencia cuyo centro es la intersección de dicho
plano con el eje. El radio de esta circunferencia es i , que resulta ser la proyección del vector posición

ri sobre el plano del movimiento, y que indica también la distancia desde la partícula hasta el eje.
Y debe notarse además que la expresión es válida en general, aunque el eje no esté fijo, y nos

relaciona la componente de la cantidad de movimiento angular en la dirección de  , con el momento
de inercia respecto del eje instantáneo de rotación. Pero claro que estas expresiones son útiles cuando
se aplican a algún mecanismo con un eje que se mantiene fijo, porque en esos casos se puede calcular

I en función de la geometría del cuerpo (lo que no tendría sentido si la dirección de  va cambiando
respecto del cuerpo).
En el caso en que el eje considerado pase por el CM escribiríamos S =   mi ‘i2 =  I‘.
El Teorema de Steiner, según el cual el momento de inercia I con respecto a cualquier eje paralelo a
 
 , debe ser igual momento de inercia I‘ del cuerpo con respecto a un eje paralelo a  que pase por
el CM, más el producto de la masa por la distancia al cuadrado entre los ejes: I  = I‘ + m d2, nos
permite relacionar las cantidades de movimiento angular respecto de ambos ejes:
J =  I =  (I‘ + m d2) =  I‘ + m  d2

Aquí se puede identificar la expresión (19) proyectada en la dirección de  : el primer término es la
componente del momento angular intrínseco (S = I‘ ), mientras que en el segundo tenemos que  d
 
= vCM , y por lo tanto m  d 2  m d v CM   ˆ  ( rCM  m v CM )

Ley dinámica para la rotación


Aunque ahora vamos a estudiar la ley dinámica fundamental para la rotación de los sólidos, es
importante notar que todo lo que vamos a hacer es válido para cualquier sistema material,
independientemente de que sea o no un cuerpo sólido. Al final destacaremos los aspectos
específicos que corresponden para el caso de un sólido en rotación.

Consideremos un sistema sobre el que se aplican fuerzas que denominaremos Fext en general.
Prescindiremos de subíndices que estarán sobreentendidos, porque en general se tendrán en
cuenta muchas fuerzas externas posibles.
  
Partamos de que, para cada partícula, la derivada respecto del tiempo de L  ri  p i es
     
v i  p i  ri  dp i d t , y que en esta suma el primer término es nulo porque v i es paralelo a p i ,
 
mientras que en el segundo término, d p i d t es la fuerza resultante sobre la partícula, f i .
  
De manera que sumando sobre todas las partículas del sistema se tendrá d J d t   r  f . El
miembro derecho es el momento resultante de todas las fuerzas que actúan sobre todas las
partículas, en el cual ya sabemos que no contribuyen las fuerzas interiores al sistema; es decir
 
que finalmente  r  f es el momento de las fuerzas exteriores aplicadas al sistema:

dJ   
  r  Fext  M ext (23)
dt
233

Esta expresión es elemental y fundamental. Vale lo mismo para una partícula en cualquier
tipo de movimiento, para un sistema cualquiera de partículas, y para un sólido en rotación.
Puede ser escrita en forma de Ley del Impulso para las rotaciones, generalizando la expresión
(9) que se limitaba a los casos de rotaciones puras alrededor de ejes de simetría:
 
M ext t  J (23‘)
En esta expresión el miembro izquierdo es el Impulso Angular, y nos permite pensar la
dinámica de las rotaciones en términos causa-efecto, de la misma manera que hemos pensado
la de los movimientos lineales.
Ahora veamos cómo dependen estas leyes del punto elegido como origen. Consideremos un
punto O‘ origen de otro sistema de referencia, respecto del cual las posiciones de cada punto
  
serán r   r  rO' :
        
Mext   r   Fext   ( r  rO' )  Fext  M ext  rO'   Fext
   
Y ahora, derivando respecto del tiempo (19): J  J CM  rCM  m v CM , y teniendo en cuenta
 
(23): M  dJ dt , se obtiene la expresión final de interés:

 d  dS
M CM  J CM  (24)
dt dt
Y ahora finalmente, vale aclarar que todas estas expresiones son válidas para cualquier
sistema material, sea o no un sólido en rotación. En el caso del cuerpo sólido es cuando la
cantidad de movimiento angular intrínseca está dada por (22), o (22‘).

Nota:
En los casos en que el movimiento del CM es rectilíneo y uniforme, se tiene que el SCM es un
referencial inercial, y en estos casos la expresión (24) es simplemente la (23) particularizada para este
sistema.
Sin embargo la expresión (23) en general no es válida para sistemas no inerciales, y la expresión (24)
muestra que sí lo es para el SCM, aunque no sea inercial, sobreentendiendo siempre que cumple el
requisito de no tener rotación.

Por último es interesante puntualizar, para el caso de mecanismos con un eje fijo, que
proyectando la expresión (23) en la dirección del eje, y sobreentendiendo que solamente
consideramos fuerzas exteriores, escribiríamos:
dJ  d
M   I (25)
dt dt

En donde M, la proyección del vector M en la dirección el eje, es el producto de las

componentes perpendiculares al eje de las fuerzas exteriores ( Ftan g en la figura 4 de este
capítulo), por sus brazos de palanca, o sea las distancias  desde donde está aplicada cada una,
al eje.
Es decir M es el momento (de las fuerzas correspondientes) con respecto al eje.
Así es que en general estos mecanismos tienen algún motor que impulsa su rotación aplicando
un torque o momento estrictamente axial, es decir alineado con el eje, el cual es precisamente
M, y además generalmente el mecanismo tiene simetría y el eje de rotación es un eje
234

principal del tensor de inercia. De este modo la expresión (25) simplemente trataría con la
única componente de las expresiones fundamentales generales (23) o (24).
Pero si el cuerpo en rotación no tiene la simetría suficiente, por algún problema de centrado, o
por la razón que sea, y el eje de rotación no es exactamente un eje principal, tendremos que el
momento angular tendrá componentes fuera del eje, y entonces la expresión (25) solamente
tratará con la parte motriz del momento que debe aplicarse, es decir, la parte que acelera,
mantiene, o frena la rotación.
Y habrá otras componentes del momento, que deberán ser aplicadas por los cojinetes o
soportes del eje, según las ecuaciones de los casos generales (23) o (24), para mantener fijo al
eje. En general estas componentes aparecerán como reacción a las fuerzas que el cuerpo en
rotación aplicará a los cojinetes o soportes. Es interesante ver estos detalles en el ejemplo de
la rueda torcida, desarrollado más adelante, como una variante de la peonza simétrica.

Energía cinética en las rotaciones


Ya hemos visto en el Capítulo 3 que la energía cinética de un sólido en un instante dado
puede expresarse como:
m 2
Ec  Ec  v CM
2
En donde Ec‘ es la energía cinética de rotación intrínseca, mientras que el segundo término
es lo que puede denominarse energía cinética de traslación.
Ya hemos visto que Ec‘ = ½ I 2 , en donde I =  mi i‘2 es el momento de inercia del

cuerpo con respecto a un eje paralelo a  que pasa por el CM.
Ahora podemos agregar otra expresión interesante.
Partimos de:
mi   2 m    
Ec   (  ri)   i (  ri) (  ri)
2 2
             
Si se aplica A  (B  C)  B  (C  A) se puede escribir (  ri)  (  ri) =   ( ri  (  ri)) .
Con esto,
1 
Ec    S = Ec‘ = ½    (26)
2
Y en el sistema de ejes principales del tensor de inercia se tendrá:
Ec‘ = ½ I1 12 + ½ 2 22 + ½ 3 32 , (26‘)
donde I es el momento de inercia del cuerpo con respecto al eje principal x.

5.3.- Aplicación:
Variaciones sobre la peonza simétrica
Este tema no puede faltar en el estudio de la dinámica de las rotaciones, porque engloba los
casos de trompos y volantes con los cuales se ilustran en la enseñanza movimientos muy
llamativos e importantes, como diversas variantes del movimiento de precesión.
La peonza simétrica es un sólido con un eje de simetría de revolución, que denominaremos x3.
Esto ya significa que los otros dos ejes principales del tensor de inercia del sólido, x1, y x2,
235

son totalmente equivalentes entre sí, y podrían ubicarse en cualquier dirección del plano
perpendicular a x3, que denominaremos 3. Para este tratamiento será importante la noción de
que estos ejes son ejes fijos del sólido. Es decir pueden ubicarse arbitrariamente en cualquier
dirección del plano 3, pero una vez ubicados quedan fijos, y la parte de ellos interior al sólido
puede considerarse constituida por puntos materiales del mismo.
Por otra parte para todos los aspectos de la rotación del cuerpo no interesa si x1, y x2, son
también ejes de simetría, es decir si el sólido es simétrico respecto del plano 3, y para todos
los fines prácticos se pueden distinguir dos tipos de peonza simétrica, según que el momento
de inercia respecto del eje de revolución, I3, sea mayor o menor que cualquiera de los otros
dos. Básicamente cualquier comportamiento se puede asimilar al de un cilindro, el cual, si es
corto se puede considerar un disco, y si es largo una varilla cilíndrica.
Un cilindro corto tiene I3 > I1 = I2. El caso más extremo es el del disco delgado, con I3 = 2 I1,
Para la varilla cilíndrica se tiene I3 < I1 = I2, pudiendo llegar en el caso más extremo a ser I3
infinitamente más pequeño que cualquiera de los otros.
El interés básico de esta sección consiste en elaborar razonamientos alrededor de la aplicación
de la ecuación dinámica fundamental de las rotaciones:
 d 
M J (23)
dt
 
En donde M es el momento resultante de las fuerzas externas, y J es la cantidad de
movimiento angular respecto de algún punto elegido, que en general va a ser el centro de
masa (CM), aunque también veremos otros casos.

Para nuestros razonamientos será fundamental expresar al vector J en función de sus
componentes según los ejes principales del tensor de inercia:
   
J  I1 1  I 2 2  I 3 3

En donde  es el vector velocidad angular (instantáneo), cada una de cuyas componentes

 i en la dirección del eje principal xi, están siendo tratadas con carácter vectorial:
   
  1  2  3

Es claro que si  está alineado con un eje principal se tiene la situación elemental en la cual

J también está alineado con éste, y todo el tratamiento se hace muy simple.

Pero los movimientos de interés son los que tienen lugar cuando  no está alineado con un
eje principal, y en esos casos en general se debe considerar la situación que se muestra en la
figura 17, y cuyos significados y posibilidades nos vamos a dedicar a profundizar.
236

 
x3 J x3 J
  


3  x2 3 
x2

x1

x1 3

Fig. 17: dos casos extremos de peonza simétrica: disco chato, y varilla larga. Se muestra el eje de
simetría de revolución, x3, y un plano perpendicular a él, designado 3

Para ambos casos se muestra el vector  correspondiente a rotaciones similares, con sus

proyecciones sobre el eje x3 y sobre el plano 3. El correspondiente vector J se ubica más cerca de

x3 en el caso del disco, y más lejos en el caso de la varilla, siempre en el plano definido por x3 y  .

   
Denominamos   y L  a las respectivas proyecciones de  y L sobre el plano
perpendicular al eje x3.
     
Dado que   =   3 , entonces   1  2 , de manera que la igualdad entre I1 e I2,
       
implica que J  debe estar alineado con   , ya que J   I1 1  I 2 2  I1 (1  2 ) = I1  .
De aquí surge la afirmación más importante para comenzar el análisis:
 
J debe estar siempre en el plano determinado por  y x3, independientemente de
cómo sean los vínculos, los momentos aplicados, y el movimiento resultante.

Luego de esto es importante ver que en el caso del disco, I3 > I1 (en adelante escribiremos I1
 
tanto para I1 como para I2), J queda entre  y x3; mientras que en el caso de la varilla, con I3
 
< I1, es a la inversa:  queda entre J y x3.

Caso de la rotación pura


Éste es un caso sin complicaciones que contradigan los aspectos intuitivos. Corresponde a
cuerpos que tienen un eje material que gira dentro de cojinetes que lo mantienen fijo en el
espacio (es decir: respecto de un referencial inercial), y en los que, para ir más allá del caso
trivial en que algo gira alrededor de un eje de simetría, consideramos que el eje material
mencionado no está alineado con el eje de simetría del cuerpo.
De manera que en estos casos se tiene:
o Los cojinetes son vínculos que mantienen fijo el eje de rotación.

o El vector velocidad angular,  , mantiene su dirección constante, pudiendo cambiar su
módulo solamente si actúan momentos de fuerzas exteriores con componentes en esa
dirección. Esa componente del momento de las fuerzas exteriores, M, será la
resultante entre el momento de fricción en el cojinete, tendiente a frenar la rotación, y
eventuales momentos motrices que se apliquen para acelerarla, y deberá cumplir con:
237

M   I  d dt
Donde I es el momento de inercia con respecto al eje fijo.

o La componente transversal de J variará aún si el módulo de la velocidad angular se
mantiene constante, y la ecuación (23) indicará que están actuando momentos
transversales que son aplicados por los cojinetes como reacción a las fuerzas
transversales que el eje les aplica a ellos.
o Si además el CM estuviera fuera del eje, aparecerían más fuerzas y momentos en los
cojinetes, aunque su cálculo ya no implicaría la ecuación (23).

Ejemplo desarrollado: una rueda torcida


Considere un disco uniforme chato de 40 cm de diámetro, y 2 kg de masa, montado rígida y algo
oblicuamente sobre un eje también cilíndrico, de 1 cm de diámetro y 20 de longitud, y masa
despreciable, de manera que su plano forma 80º con este eje.
El CM está en el centro del eje, el cual está montado sobre cojinetes que le permiten girar sin
rozamiento, y lo mantienen con su alineación fija.
e2: eje diametral del disco

e1
10º e0: eje fijo de rotación

e1: eje del disco

cojinetes

El sistema está inicialmente en reposo, y es puesto en marcha por un motor que le aplica el momento
constante necesario para que llegue a 1200 r.p.m. en 10 s. A partir de ese momento la rotación se
mantiene uniformemente.
a) Encuentre los ejes principales del tensor de inercia y los correspondientes momentos de inercia del
sistema respecto de esos ejes.
b) Encuentre el impulso angular aplicado al sistema durante los 10 segundos en los que aumenta su
velocidad angular. Encuentre el valor del momento aplicado por el motor al eje.
c) Encuentre el momento total actuante sobre el sistema desde que gira con la velocidad final
constante de 1500 rpm..
Desarrollo
a) Al ser despreciable la masa del eje, los ejes principales corresponden a una simetría muy clara: e1
es el eje geométrico del disco, y los otros dos ejes principales son cualquier par de rectas sobre el
plano del disco perpendiculares entre sí, como e2, que se muestra en la figura en el plano del dibujo.
Los valores de los momentos de inercia son I1 = m R2/2 =0,04 kg·m2, I2 = I3 = I1/2 = 0,02 kg·m2.

b) El vector  final, de módulo 2·1200/60 = 40 1/s, proyecta sobre I1, 1 =  cos10º  123,7 1/s, y
sobre el plano del disco,  =  sen10º  21,8 1/s.
238

De manera que J1 = I1 1 = 4,95 J·s; J = J2 = I2 2 = 0,44 J·s;  = arctg(0,44/4,95) = arctg(0,0881) =



5,04º ; de manera que el vector J tiene módulo J = (J12+J2)1/2 = 4,97 J·s ; y forma un ángulo de 4,96º
con el eje fijo de rotación.

Esto significa que la componente del vector J en la dirección del eje fijo de rotación es J0 =
4,97·cos(4,96º) = 4,95 J·s, y éste valor es el que debe ser igual al impulso angular suministrado por el
motor. De manera que el momento aplicado por el motor al eje debió valer: 4,95/10 = 0,49 N·m.
c) Ahora coloquemos ejes fijos: Z en la dirección del eje de rotación; X vertical en el plano de la hoja, e

Y perpendicular al plano de la hoja. Tomando t = 0 el instante del dibujo, las componentes de J en
función del tiempo serán:
JZ = J cos4,96º = 4,95 J·s = cte.
JX = J sen4,96º cos(t) = 0,43 cos(t)
JY = 0,43 sen(t)
X
e1  = 5,04º
J1
1
10º
J
Z
 J
4,96º
2

e2

El módulo del momento dado por d J /dt, será M = 0,43 J·s = 54 N·m; y el vector, en el instante del
dibujo, es un vector perpendicular al papel, saliente del mismo. Este vector indica un momento de
fuerzas aplicado sobre el eje por los cojinetes. Queda claro que el momento que debe aplicar los
cojinetes para mantener el eje fijo es muy superior al momento motriz necesario para poner en rotación
el sistema.
En la figura se ilustran aproximadamente las fuerzas que deben actuar.

e0: eje fijo de rotación

Fuerzas sobre el Fuerzas centrífugas,


eje, aplicadas por B aplicadas por partes
el cojinete como A y B

Como se muestra con las fuerzas dibujadas con flechas blancas, ellas actúan en el sentido de
mantener el sistema con el disco torcido, dado que partes de éste como A y B, que no quedan
compensadas por partes equivalentes del lado opuesto del eje, aplican fuerzas centrífugas al resto
(flechas negras), tendientes a ―enderezarlo‖.
Las fuerzas que aplican los bujes (flechas blancas) vale aproximadamente 54 N·m/0,2 m = 270 N.
239

NOTA DIDÁCTICA:
A pesar de lo intimidante que pueden parecer algunos aspectos de este caso, es
una introducción relativamente simple a los aspectos generales de las
rotaciones. Después de estudiar que se necesita una matriz para relacionar la
velocidad con la cantidad de movimiento angular, ¿tiene sentido no hacer
algún ejemplo de aplicación?
Este ejemplo es una aplicación que tiene que ver con el balanceado dinámico
de las ruedas de automóviles (y de cualquier artefacto giratorio). Contiene la
explicación de por qué, al equilibrar estáticamente un artefacto giratorio
solamente nos aseguramos de que el CM quede alineado con el eje, y eso no es
suficiente para evitar vibraciones cuando el artefacto gire.
A través del análisis de estos detalles concretos, se facilita la comprensión de
aspectos teóricos más generales de las rotaciones, y se tiene la posibilidad de
interpretar muchos detalles de manera simple y hasta intuitiva.

Precesión libre de la peonza simétrica


Vamos realizar el análisis para un cuerpo como el mostrado en la figura 18, que representa
cualquier caso de peonza simétrica con I3 > I1 (para el caso I3 < I1 valdrán las mismas ideas
esenciales).
En la figura 18, izquierda, se indica un plano 0 que es el plano definido por el eje de simetría
 
x3 y el vector  . Ya hemos dicho que este plano también contiene al vector J y a todos los
demás vectores de interés que se muestran en el dibujo de la derecha, para el cual, este plano
0 es el plano de la hoja.
Para simplificar el tratamiento sin pérdida de generalidad consideraremos que el CM está en
reposo (en un referencial inercial) y es el origen de coordenadas al cual referiremos los
vectores posición de puntos que consideraremos.
Lo que vamos a analizar es el movimiento libre de la peonza, es decir el movimiento que tiene
a partir del instante mostrado en el dibujo, mientras no haya momento aplicado por fuerzas
exteriores respecto del CM.
240

J

J


x3  J
3

P P
3
O
rP
O

Q
rQ 3‘
0
Q

Fig. 18: vectores a considerar en la rotación libre arbitraria de una peonza con I3 > I1. En la figura

de la izquierda se indica el plano 0 definido por  y x3, el cual contiene además, todos los
vectores de interés. A la derecha este plano es el plano de la hoja, y se muestran en él todos los
vectores y sus descomposiciones de interés.
Se muestran puntos materiales como P, en el eje x3 , o como Q, en la intersección del plano 0 y el
plano 3 (no indicado aquí, que es perpendicular a x3 por el centro O).


Es decir que según la ecuación fundamental (23), J se mantendrá constante, a partir de una

situación inicial en la que se tiene un vector  que no está alineado con el eje de simetría x3.

En estas condiciones es claro que  no puede ser un vector constante (para serlo requeriría

que J no lo fuera), y en los próximos párrafos trataremos de mostrar los razonamientos que

consideramos más directos y accesibles para determinar el movimiento de  .

La idea clave es que el movimiento de cada punto material P está dado por  en cada
instante a través de la expresión (16):
  
v P    rP (16‘)

Resultan de interés las dos descomposiciones del vector  mostradas en la figura 18:
o Una descomposición útil es a lo largo de x3 y de la dirección transversal:
  
  3   (27)

o Otra descomposición útil es a lo largo de x3 y de la dirección de J :
  
  3'  J (28)
Velocidad de precesión
Comencemos aplicando (16‘) al movimiento de los puntos materiales que están en el eje de
simetría, como el P de la figura 18. Para esto se podría utilizar tanto (27) como (28), y dado
 
que en ambas expresiones  tiene una componente alineada con rP , se obtendría:
    
v P    rP  J  rP (29)

Cualquiera de las dos expresiones nos dice que v P es un vector perpendicular al plano 0, de
módulo vP =  rP = J rP sen.
De manera que si partimos de las ubicaciones mostradas en la figura 18 para un instante dado
241

t, vemos que luego de t los puntos del eje, como P, se habrán movido dejando el origen fijo.
Y dado que éstos son puntos materiales sobre el eje x3, indican directamente su posición y su
movimiento.
En cambio los puntos materiales que en el instante t están sobre la línea que pasa por el CM
 
con la dirección del vector J (la denominaremos ―línea del vector J ‖ para abreviar), no
indican su movimiento. Exceptuando el CM, ellos pasan por esa línea en ese instante,
  
moviéndose como lo indica la ecuación v    r , y luego de t ya no están sobre ella, que
permanece fija.

Es decir, la línea del vector J es una línea abstracta del espacio, no es una línea formada por
puntos materiales del cuerpo. Esto es importante, y aunque a veces confunde, es una
  
consecuencia elemental de la fórmula básica de las rotaciones: v    r . Ésta dice
claramente que los únicos puntos materiales que están en reposo en el instante t son los que
 
están en la ―línea de  ‖ (línea por el CM con la dirección instantánea de  ).
Todo esto nos dice que en t + t el eje x3 se habrá movido como los puntos P lo indican: habrá

salido del plano 0(t), y definirá, junto con la línea de J , que habrá permanecido fija, un

nuevo plano 0(t+t). En este plano el ángulo entre x3(t+t) y L mantendrá su valor , que
permanecerá constante, ya que el desplazamiento infinitesimal de los puntos P ha sido
perpendicular al plano 0(t).

Ahora bien, en el nuevo plano 0(t+t), tiene que estar el nuevo vector (t  t ) , ya que es el

plano definido por x3(t+t) y J , y tomándolo como plano del dibujo, podremos repetir
exactamente las mismas figuras anteriores, que ahora corresponderán al nuevo instante t+t.

Esto significa claramente que el eje de simetría axial del cuerpo, x3, describe alrededor de J
un cono (de ángulo  entre ambos) con velocidad angular (de precesión) dada por el vector

 J que permanece constante en el espacio.
El módulo de esta velocidad de precesión, según se puede ver en las figuras es:
 J J
J   
sen I1 sen I1
Velocidad de rotación
Ahora nos falta analizar cuál debe ser considerada la velocidad de rotación alrededor de x3
que se combina con la de precesión para describir el movimiento completo.
El asunto es un poco desconcertante porque los puntos del cuerpo en general no describen
circunferencias con respecto a un referencial fijo, sino con respecto a su eje x3, que va
precesionando y arrastrando consigo al plano 0. Sería fácil definir la velocidad de rotación
respecto de este plano, pero claramente esa no sería la velocidad de rotación respecto de un
referencial en reposo.
De manera que lo más razonable es considerar el movimiento de los puntos materiales que en
un instante dado están en la intersección del plano 3 con en el plano 0, como Q (3 es el
plano perpendicular a x3 por el centro O, que se muestra en la figura 17). Si se utiliza la
descomposición (27) para calcular la velocidad de estos puntos se hace evidente que ellos
  
tienen la velocidad determinada por 3 , independientemente de   , que es paralelo a rQ :
     
v Q  (3   )  rQ = 3  rQ
242


Vemos que para cualquiera de estos puntos v Q será un vector perpendicular al plano 0, de
módulo vQ = 3 rQ. Es importante entender que esta velocidad (y cualquiera calculada con
(16‘)) es respecto de un referencial fijo, y no respecto del plano 0, que también se mueve.
Esto hace que sea razonable considerar 3 como la velocidad de rotación sobre su eje que se
atribuye a la peonza en este movimiento.

Nota:

Inspeccionando la figura 18 vemos que el plano 0, definido por x3 y la línea de J , en el caso de I3 > I1
 
gira más rápido que el sólido (porque la línea de J está más cerca de x3 que la línea de  ), de

manera que Q se mueve hacia atrás respecto de este plano, de acuerdo con el vector 3' , que apunta

en sentido contrario a 3 .
En el anexo 5.3 se amplía este punto con ayuda de los ángulos de Euler.

Por otra parte es interesante analizar la energía cinética de la rotación. De la expresión general
Ec   I    2 se obtiene:
 ,

Ec = ½ I3 32 + ½ I1 2
El segundo término de la suma indica una energía cinética que se agrega a la de rotación
debido al movimiento del eje x3.

El caso del trompo y artefactos parecidos


Para concluir ahora revisaremos el caso del trompo, junto con detalles de algunos artefactos
parecidos imprescindibles en la enseñanza de estos temas, explorando las simplificaciones
que habitualmente se utilizan en las presentaciones.
Comenzaremos considerando un trompo girando con alta velocidad alrededor de su eje de
simetría x3, el cual forma (instantáneamente) un ángulo  con la dirección vertical,
caracterizada por el eje Z de un referencial inercial considerado fijo, (O, X, Y, Z).
La punta del trompo se apoya sobre un plano horizontal sin rozamiento en un punto P del
plano Z = 0, y su centro de masa permanece en el eje Z (ver figura 19)

Nota:
Éste puede ser un problema realmente complicado, que no vamos a examinar en toda su profundidad, ya que
aspiramos a examinar posibilidades y detalles notables de estos temas que puedan ayudar en la enseñanza de
las rotaciones.
En tal sentido vale notar que en general en las presentaciones habituales el trompo se considera con la punta en
un punto fijo, lo cual tiene ventajas y desventajas respecto de lo que se plantea aquí (punta apoyada sobre un
plano horizontal sin rozamiento). Y observando un trompo real puede verse que no se ajusta exactamente a
ninguna de ambas posibilidades.
En este caso, la ausencia de rozamiento entre la punta y el piso nos permite considerar que el CM no sufre
desplazamientos horizontales, y el comportamiento es más cercano al del caso real, en el cual la punta del
trompo recorre alguna trayectoria desplazándose sobre el piso.

En estas condiciones actúa sobre el trompo en P una fuerza vertical (en general no constante),

que aplica con respecto al CM un momento M , que en general no es constante, pero es
siempre perpendicular al plano definido por Z y x3, de manera que, en virtud de la ecuación
243


fundamental (23), nos dice que deben ser constantes tanto el módulo de la componente J 3 ,

como la componente vertical J Z , en donde la notación se refiere a las descomposiciones
ortogonales:
     
J  J3  J  = J Z  J X  JY
 
Y la constancia del módulo de J 3 , automáticamente implica la del módulo de 3 (ya que J3 =
I3 3), componente ésta que también se refiere a la descomposición ortogonal (27):
  
  3   .
 
Ahora bien, J ,  , y x3, están siempre en el mismo plano, pero ese plano en general no
contiene al eje Z.
El caso en el que el eje Z se mantiene en el mismo plano que los otros vectores y líneas
mencionados, es un caso particular en que la inclinación del trompo se mantiene constante, ya

que variar el ángulo entre x3 y Z requiere que exista alguna componente de  perpendicular
al plano definido por ambos.
De manera que no debe perderse de vista que considerar al eje Z contenido en el plano

definido por  y x3 impone una simplificación bastante grande, que por ejemplo, no
permitiría explicar la nutación.
Así es que el problema general puede ser realmente muy complicado, y en estas páginas nos
limitaremos a comentar algunos aspectos importantes. En cambio sí revisaremos detalles del
 
caso simplificado que hemos mencionado, con  constante y Z en el plano de J ,  , y x3.

El caso general, con gran velocidad de rotación


Una simplificación interesante tiene lugar cuando la velocidad de rotación es muy grande, y
se mantienen las demás variables dentro de ciertos intervalos adecuados.

En efecto, si el momento angular es suficientemente grande como para que el momento M le
produzca una variación suficientemente lenta, es posible considerar el movimiento de

precesión libre de la peonza alrededor de la dirección de J , la cual, aproximadamente
constante en intervalos suficientemente cortos (pero largos comparados con 1/3), va

precesionando lentamente alrededor del eje vertical Z, debido a la acción de M .
Dado que la velocidad angular J de la precesión libre (para un trompo típico con I3  I1) es
parecida a 3, es decir, muy grande en el caso que estamos considerando, se puede tomar la
 
acción media de M para calcular la precesión de J , que describirá un cono de manera
bastante uniforme, y en principio el movimiento resultante será una combinación de las dos

precesiones descriptas: mientras J describe un cono alrededor de Z con velocidad angular 
que denominamos de ―precesión‖, el eje del trompo, x3, describe un cono de ángulo 

alrededor de J , con la velocidad angular J correspondiente a la precesión libre de la peonza,
en un movimiento que ahora denominamos ―nutación‖.
244

Z


J x3

J
3

CM
Fig.19: el trompo y
algunos de sus
movimientos típicos

P
O

Sobre este movimiento es pertinente hacer varias reflexiones.


1.- En el trompo girando a gran velocidad la nutación en general no existe
En este planteo en el que la punta del trompo tiene libertad para deslizarse sobre el plano
horizontal, el movimiento que hemos llamado de nutación, se ejecutaría con una velocidad
angular muy grande: J  J/I1 = valor próximo al de 3, y se vería como una vibración del eje
de similar frecuencia, que nunca se observa. Solamente se lo observa en esos lanzamientos
defectuosos en los cuales la púa no toma contacto con el piso y el trompo queda saltando y
rebotando, girando con gran velocidad, medio acostado contra el piso, mostrando ese
movimiento vibratorio de apariencia caótica. En este movimiento la punta no está fija ni

limitada a un plano, sino circulando alrededor de J , como corresponde a la precesión libre, y
no corresponde hablar de nutación. Pero si la púa se asienta sobre el piso, en cuanto lo hace
esa vibración desaparece, y se tiene la precesión desprovista de nutación.
Las razones por las cuales la nutación desaparece en cuanto la púa del trompo toma contacto
con el suelo no son fáciles de analizar rigurosamente, pero es fácil intuir que la fuerza de
contacto con el suelo (idealmente no habría rozamiento, pero en la práctica sí lo hay), muy
complicada de analizar pero en general oponiéndose a la circulación de la punta, tiende a

llevar la dirección de J a coincidir con el eje del trompo, x3, haciendo desaparecer
rápidamente dicha nutación.
En el tratamiento en el que se considera fijo al punto P, la situación es diferente por dos
razones. Por un lado la frecuencia de la precesión libre, que correspondería aproximadamente
a la frecuencia de nutación, es J  J/(I1+m·L2), valor bastante menor que el de 3 (siendo m
la masa, y L la distancia de la punta al CM).
Y por otro lado en P se supone que no actúan fuerzas disipativas. Vale destacar que está
implícita la necesidad de adecuadas fuerzas en P que pueden ser considerables – en
determinadas condiciones deben actuar hacia abajo impidiendo que el trompo salte.
Y vale destacar nuevamente que en el movimiento real del trompo mientras gira a alta
velocidad, no vale plantear que el punto P permanece fijo (aunque sea válido en el estudio en
general de la peonza); es decir que en general en el trompo la nutación solamente puede ser
observada cuando el trompo ha perdido mucha velocidad, en sus últimas evoluciones, al caer,
algunas veces.
245

2.- El trompo suele caminar y erguirse.


Un detalle importante tanto de este tratamiento como del que considera fijo al punto P, es que
ninguno de ambos justifica el comportamiento habitual del trompo, consistente en que a partir
de un comienzo muy inclinado, recorre algunas circunferencias con la punta mientras su
inclinación disminuye, hasta terminar perfectamente vertical con su eje inmóvil, situación que
se mantiene un tiempo relativamente largo mientras conserva suficiente velocidad de rotación.
Es importante comprender que en cualquiera de las descripciones la inclinación media del eje
debe mantenerse mientras la velocidad de rotación es grande: el proceso de erguirse el trompo
como buscando la vertical, que parece natural después de observarlo varias veces, no se
justifica con los elementos considerados hasta aquí, y debe tener un mecanismo que lo
explique.
La explicación requiere, en primera instancia, la libertad de desplazamiento de la punta sobre
el plano horizontal, y además, considerar la existencia de rozamiento entre esa superficie y la
punta del trompo, la cual no debe ser perfectamente puntiaguda, sino algo redondeada.
De esta manera los puntos que estarán en contacto con el piso cuando el trompo está inclinado
rotando a gran velocidad, no serán puntos del eje x3, sino puntos animados de cierta velocidad
tangencial que sufrirán una fuerza de rozamiento en sentido contrario a dicha velocidad.
En todos los casos de rotación suficientemente rápida la fuerza tendrá la misma dirección y
sentido que el desplazamiento que le corresponde al punto P en virtud de la precesión, y eso

resultará en un momento tendiente a llevar J y el eje del trompo hacia la vertical.

El caso de inclinación constante.


Desarrollaremos aquí éste que es el caso obligado en la enseñanza de los aspectos más básicos
del movimiento de precesión, ya sea que se lo ilustre con un trompo, o con un volante
suspendido o apoyado en un punto de su eje.
Veremos que además de la gran simplificación que supone la condición  = constante, para
llevar este caso al aula en general son necesarias aún más simplificaciones, y es necesario que
el profesor esté consciente de ellas.
Nos limitaremos aquí al caso de la punta fija en un punto P.
Z 
x3 Z x3

3
JP CM CM

p‘ FP FPv mg


FPh
P P

Fig. 20: el trompo con la punta fija en P, y algunos de los vectores importantes.

Tenemos entonces la punta fija en el Punto P. Sobre ella actúa la reacción del piso, con
componentes vertical y horizontal. La componente vertical hacia arriba, es de módulo FPv
igual al peso del trompo, ya que el CM se mueve en un plano horizontal. La componente
246

horizontal tiene módulo m vCM2/ L sen, ya que el CM describe uniformemente una


circunferencia de radio L sen (L es la distancia de P hasta el CM).
Pero si escribimos la ecuación dinámica (23) tomando el punto P como centro de momentos,

la única contribución al momento es la del peso del trompo, de manera que M un vector
perpendicular al plano 3 (definido por Z, y x3), de módulo M = m g L sen.

El efecto de este momento, es la precesión del vector J , es decir la rotación de todo el plano
3 alrededor de Z, con velocidad angular p tal que:
M = p J sen (30)

Ahora bien, la cantidad J·sen es el valor de la componente horizontal de J , y se expresa con
  
ventaja recurriendo a la descomposición J  J 3  J  :
J sen = J3 sen  J cos
De manera que (30) se transforma en:
m g L sen = p (J3 sen  J cos) = p (I3 3 sen  I‘1  cos) ,
donde I‘1 = I1 + m L2.
Si ahora aplicamos que, como puede verse en las figuras:  = p sen, nos queda la
ecuación:
I‘1 cos p2  I3 3 p + m g L = 0
Esta ecuación puede resolverse para p:

I 3 3  (I 3 3 ) 2  4 I1 m g L cos 
p  (31)
2 I1 cos 
con la condición (I3 3)2  4 I‘1 m g L cos, que pone un límite mínimo a la velocidad de
rotación 3 para que el sistema pueda mantenerse con inclinación constante:
3  4 I1 m g L cos  I 3
En particular para  = 0, la condición 32  4 m g L I1/I32 es la condición de estabilidad para
que el trompo se mantenga girando con su eje vertical.
Para los casos de 3 muy grande, puede verificarse que la solución que da p<< 3 , en
general de más interés didáctico, es la que corresponde al signo negativo en (31), y si 3 es
muy grande se reduce aproximadamente a:
mgL
p  (32)
I 3 3

El caso didáctico elemental


Por último es interesante revisar un poco el recurso didáctico más utilizado para presentar
estos temas a auditorios novatos, que consiste en mostrar la precesión de un volante (rueda de
bicicleta o similar) apoyado o sostenido por uno de los extremos de su eje, girando a gran
velocidad.
247

p
CM 3 J
P

mg
Fig. 21: esquema simplificado de un volante girando a gran
velocidad, con su eje horizontal apoyado en un punto P,
precesionando debido al momento de la fuerza peso.

En estas presentaciones se simplifican extremadamente los detalles. Se considera 3


 
suficientemente grande como para que sea válido plantear que  y J están alineados con el
eje x3, el cual puede ser horizontal como en la figura 21, o con cualquier inclinación. En estas
condiciones se tiene que el momento de la fuerza peso respecto del punto de apoyo, MP = m g

L, causa la precesión que se manifiesta como la rotación del vector J , de módulo J  I3 3,
 
con velocidad angular  p alrededor de un eje vertical, de valor tal que el módulo de dJ dt ,
igual a pJ, sea igual al del momento. Es decir:
mgL
p 
I 3 3
Que es la misma expresión (32) obtenida para el trompo, como corresponde ya que estamos
exactamente ante la misma situación física, y ambas, con similares simplificaciones se
utilizan para la enseñanza.

En este momento, después de los desarrollos planteados es posible agregar los siguientes
comentarios.
1.- Se ha ignorado que la precesión implica una componente de la velocidad y de la cantidad
de movimiento angular fuera del eje x3. Esto es una simplificación que hace más accesibles
las explicaciones. Pero si el que la utiliza no es consciente de lo complejo del tratamiento
completo y de las simplificaciones que se han introducido, en algún momento puede advertir
detalles básicos que no se articulan bien, y quedar desconcertado.
Si ello ocurre, para llegar a una comprensión mejor puede ser necesario revisar todos los
pasos del caso  = cte.

2.- Se suele ignorar una componente horizontal (que es la FPh en la figura 20 del trompo) de la
fuerza en el apoyo necesaria para explicar el movimiento circular uniforme del CM. Esa
componente es irrelevante para determinar la velocidad de precesión, pero es importante
como elemento conceptual. Claramente su valor se hace despreciable si 3 se hace muy
grande.
3.- Debe estar claro que el movimiento con  = cte. no corresponde exactamente a la
demostración que se hace liberando uno de los extremos del eje del volante luego de
comunicarle la velocidad de rotación, ya que por la sola aplicación del momento de la fuerza

peso que se plantea en la figura 21 no se pasa de la condición inicial de J constante, al
movimiento de precesión con  constante: este movimiento solamente se obtiene si la
precesión ya existe en el momento inicial.
No obstante si 3 es muy grande, la precesión es muy lenta y las condiciones iniciales
descriptas son muy parecidas.
248

Pero conceptualmente es importante tener en cuenta de que a partir de la condición inicial de



 estrictamente alineado con x3, lo cual además implica que este eje inicialmente está en
reposo, la aplicación del momento de la fuerza peso da lugar a un movimiento de precesión
más nutación, necesariamente con variación de , como se desprende del tratamiento
completo que puede verse en cualquier texto especializado en general.
Pero debido a la extrema complejidad del tratamiento completo del tema, que hace
prácticamente imposible que un lector haga un planteo aproximado rápido para verificar o
determinar cómo debe comenzar el movimiento del eje luego de liberar uno de sus apoyos con
el disco girando a gran velocidad, a continuación mostramos un razonamiento aplicando
 
M t  J a partir del eje inicialmente en reposo.
Este razonamiento además pretende ilustrar sobre particularidades de la dinámica de las
rotaciones que no se perciben en el tratamiento formal.

El razonamiento
Para terminar el tema veamos un razonamiento que muestra la evolución de los vectores de
 
interés en sucesivos intervalos infinitesimales, aplicando M t  J a partir de una situación
inicial con el volante girando con gran velocidad 3, con el eje x3 en reposo alineado con el
eje Y fijo de un sistema de referencia inercial (X, Y, Z) ubicado como se muestra en la figura
22.
Inicialmente el momento aplicado es nulo porque el eje está apoyado en sus dos extremos, y
la descripción comienza en t = t0, instante en el que se quita el apoyo del extremo derecho.
Z

CM 3
Y
X
J
mg
Fig. 22: un volante está girando a gran velocidad, con su eje horizontal
alineado con el eje Y, y apoyado en sus dos extremos, hasta el instante
mostrado en la figura en que se ha suprimido el apoyo del extremo derecho

Así tenemos que en un primer intervalo t, bajo la acción del momento constante de la fuerza
  
peso respecto del origen, J sufrirá una variación J  M t , en dirección –X. Es decir,

claramente en t1 = t0+t, el vector J habrá girado en el plano XY, alrededor del eje Z, un
pequeño ángulo J = M/J = M t / I33, y ahora tendrá componentes JX(t1) = M t; JY(t1) 
J(t0) = I3 3.

Pero el eje del volante no habrá girado junto con J , porque los puntos materiales tienen el
   
movimiento dado por  según r    r t . Es decir que los puntos exactos del eje x3 no se
habrán movido en absoluto.
Nota

Ésta es la parte clave del razonamiento. Una simplificación ingenua sería pensar que la rotación de J
es acompañada automáticamente por el eje del volante y que ello constituye el movimiento de
precesión. Pero esa rotación del eje del volante solamente podría ocurrir si hubiera una componente de
249


 en la dirección Z, y ésa no es la situación inicial considerada.

Ahora bien, la aparición de la componente JX automáticamente implica la aparición de una


componente X = JX /I1 =(M/I1) t.
 
De manera que luego de un primer intervalo infinitesimal, los vectores  y J habrán girado
un ángulo infinitesimal de primer orden en el plano, XY, sin que el eje del volante tenga
desplazamientos de ese orden.
A continuación dejemos transcurrir otro intervalo: t1  t2 = t1 + t.
   
Por un lado tenemos que en virtud de la misma ley dinámica J  M t , los vectores  y J
vuelven a sufrir un incremento similar cada uno al anterior, de primer orden, en dirección –X:
JX(t2) = 2 M t; X(t2) = (2M/I1) t.
Pero ahora hay una componente X que indica un movimiento del eje en el plano ZY, hacia
abajo. Así es que el eje x3 gira un ángulo x3 = X t = (M/I1) (t)2 alrededor del eje X (el
signo negativo indica sentido horario, es decir, hacia abajo) - éste es un desplazamiento de
segundo orden en t, en principio despreciable, pero que irá incrementándose en el transcurso
de sucesivos intervalos.

Ahora bien, nuevamente hay algo notable: esta inclinación del eje x3 no es compartida por J ,
que solamente varía en la dirección del momento aplicado, que es la del eje X, como ya
 
hemos considerado al aplicar J  M t . De manera que esta inclinación del eje x3 no

compartida por J , da lugar a que aparezca una proyección de este vector en la dirección
perpendicular a x3, en el plano YZ, dando origen a una componente Z = J x3/I1 = (MJ/I12)
(t)2, también de segundo orden, en principio despreciable, pero que irá incrementándose.
Esta componente Z es la que, en un próximo intervalo, indicará que el eje x3 comienza a
girar alrededor de Z en un inicio de lo que será la precesión.
Aunque este razonamiento no pretende ir mucho más allá, permite prever que luego de varios
intervalos en los cuales X y JX crecen linealmente con el tiempo, sus valores ya no serán tan
pequeños, y harán que en cada intervalo el eje x3 gire un ángulo x3 = X t, hacia abajo, que
podrá ser considerado de primer orden en t, y que implicará una componente Z del valor
correspondiente para mantener constantemente JZ = 0.
250
251

ANEXO 5.1:

Movimiento en sistemas de referencia en rotación

Movimiento relativo y cambio de referencial


Comencemos pensando en un sistema de ejes cartesianos y, y, z, con origen O, que
corresponde a un referencial que simbolizaremos con (O, x, y, z), y que consideraremos en
reposo.
Llegado el momento de aplicar leyes para resolver alguna situación de dinámica, este sistema
deberá ser inercial, y así lo consideraremos, pero no necesitamos ese requisito aquí.
La posición P de una partícula en el instante t en este sistema está dada por el vector posición

rP , el cual indica la ubicación del punto P respecto del origen O, y formalmente se escribe:
 
rP  OP  x P ( t ) x̂  y P ( t ) ŷ  z P (t ) ẑ ,
siendo x̂, ŷ, ẑ, los vectores unitarios base del sistema de coordenadas elegido, los cuales son
los artefactos que se consideran en reposo según el enunciado del primer párrafo.
Ahora pensemos en otro referencial (O‘, x‘, y‘, z‘), con un sistema de coordenadas de origen
O‘, correspondientes ejes y‘, y‘, z‘, y versores base x̂ , ŷ, ẑ .
P z’
rP‘
z rP y’
z’ y’

rO‘ O‘
z x’
x’
y
y O x x

Fig. 1: Vectores que intervienen en la descripción de la posición P de


una partícula desde dos sistemas cartesianos diferentes

  
De la figura 1 claramente se desprende la ecuación vectorial: rP  rP  rO' que ya hemos visto
en otras ocasiones, en las cuales los versores base { x̂ , ŷ, ẑ } se mantenían constantes.

Ahora veamos la situación cuando el referencial (O‘, x‘, y‘, z‘) rota con velocidad angular 
(constante), respecto del (O, x, y, z). Para abreviar cada eje será designado x‘i, con el índice i
= 1, 2, o 3. Y asimismo los versores base serán { x̂ i }.

Ahora bien, si al escribir el vector rP   x Pi x̂ i se escriben los versores x̂ i en función de los
de la base fija { x̂ i } del referencial (O, xj): x̂ i   cos( i , j ( t )) x̂ j (donde i,j(t) es el ángulo
j

entre x̂ i y x̂ j ), entonces claramente este vector expresa la posición de P respecto de O‘, en el


referencial fijo (O, xj), y su derivada va a indicar la velocidad de P respecto de O‘ en el
referencial fijo.
252

Pero si al derivar respecto del tiempo los versores x̂ i hacemos uso de que su movimiento es
 
una rotación uniforme de velocidad angular  , y que por lo tanto: x̂ i    x̂ i , entonces
podemos obtener expresiones que siguen escritas en función de la base móvil { x̂ i }, las cuales
pueden interpretarse directamente en términos de lo que se mide u observa en este referencial.

  
Efectivamente, consideremos la posición del punto P para los dos referenciales rP  rP  rO' :

rP   (x Pi  x O'i ) x̂ i   x Pi x̂ i (1)
Y procedamos a derivar una y dos veces respecto del tiempo como hemos dicho:

 (x Pi  x O'i ) x̂ i   x Pi x̂i  x Pi   x̂ i 

=  x Pi x̂ i     x Pi x̂ i

   
 (x Pi  x O'i ) x̂ i   xPi x̂ i  x Pi   x̂ i  x Pi   x̂ i  x Pi   (  x̂ i )
  
=  xPi x̂ i  2    x Pi x̂ i    (   x Pi x̂ i )

Ahora identifiquemos los diferentes términos.

Hay algunos triviales, como:


  
rP   x Pi x̂ i , v P   x Pi x̂ i , a P   x Pi x̂ i : posición, velocidad, y aceleración,
respectivamente del punto P en el referencial fijo.
  
rO'   x O'i x̂ i , v O'   x O'i x̂ i , a O'   x O'i x̂ i : posición, velocidad, y aceleración,
respectivamente del origen O‘ del referencial móvil, en el referencial fijo.

rP   x Pi x̂ i : posición del punto P en el referencial móvil. Podría haber cierta ambigüedad si
 
se tiene en cuenta que la expresión (1) muestra que esto también es igual a rP  rO' , vectores
que siempre interpretamos escritos en la base fija. Si quisiésemos despejar toda ambigüedad

podríamos denotar:  x P i x̂ i  ( rP )' , pero en general no es necesaria tanta precisión, y en lo

que sigue continuaremos escribiendo rP para este vector.

Hay otros que necesitan notación especial:



(vP )'   x Pi x̂ i : velocidad relativa de P respecto de O‘, en el sistema de O‘.

(a P )'   xPi x̂ i : aceleración relativa de P respecto de O‘, en el sistema de O‘.

Con esta notación finalmente queda:


    
v P  v O'  (vP )'  rP (2)
       
a P  a O'  (a P )'  2   (vP )'      rP  (3)
La expresión (2) nos muestra que la velocidad relativa de P respecto de O‘, expresada en el
referencial fijo, dada por el miembro izquierdo, no es lo que se interpreta como velocidad de
253

P (también respecto de O‘) en el referencial móvil, sino que la diferencia entre ambas es el
 
término   rP .
Por otra parte, la expresión (3) nos indica de manera similar todos los términos que hay que
considerar para describir la aceleración relativa desde los dos referenciales.
  
El término     rP  se identifica fácilmente con la aceleración centrípeta que tienen
respecto del referencial fijo, los puntos que están quietos en un referencial giratorio cuyo
origen está fijo (ver los ejemplos siguientes). Pero los puntos que se mueven respecto de ese
referencial giratorio agregan al término anterior el término de Coriolis como aceleración
respecto del referencial fijo:
  
a Coriolis  2   (vP )'
También por supuesto son posibles situaciones con todo tipo de combinaciones de
movimientos en los cuales se pueden entremezclar los roles que juegan estos términos, pero
esencialmente se interpretan según estas ideas básicas expuestas.
Veremos algunos ejemplos simples básicos.

Ejemplo 1: un punto fijo en una plataforma giratoria.


Una plataforma circular de radio R gira uniformemente alrededor de un eje vertical (z) con velocidad
angular . Se consideran el referencial (O, x, y, z), fijo, cuyo eje z es vertical, y el referencial (O‘, x‘, y‘,
z‘), cuyo origen O‘ y eje z‘ están fijos coincidiendo con los del sistema fijo, y cuyos ejes (x, y) están fijos
sobre la plataforma.
y

x’
y’ P
rP = rP‘
y
y’ x’ x
O = O‘ x

En los dos referenciales mencionados, escribir la posición velocidad y aceleración del punto P fijo en la
intersección del eje x‘ con el contorno de la plataforma, identificando los elementos de las expresiones
(2) y (3).
Desarrollo
Según el enunciado O‘ está en reposo, con rO‘ = 0, vO‘ = 0, y aO‘ = 0. Además para el punto P se tiene:
    
rP  R x̂  , ( vP )'  0 , (a P )'  0 .
       
Entonces la expresión (2) nos dice: v P    rP , y la (3): a P      rP   2 rP , la que se
interpreta inmediatamente como la aceleración centrípeta.
254

y
vP
x’
y’ P

y’ aP
x’ x

Ejemplo 2: un punto viajero en una plataforma giratoria.


Consideremos nuevamente la misma plataforma y referenciales del ejemplo anterior.
Pero ahora se trata de describir el movimiento de un punto P que viaja uniformemente a lo largo del eje
x‘ de la plataforma, con su velocidad y aceleración según ambos referenciales, identificando
nuevamente los elementos de las expresiones (2) y (3).
y

x’
y’

y’ x’ x

P (vP)‘

Desarrollo
En este enunciado tenemos nuevamente en reposo O‘, con lo cual rO‘ = 0, vO‘ = 0, y aO‘ = 0.
Además ahora (llamo v0 a la velocidad con la que P viaja por x‘, y denomino t = 0 al instante en que
   
pasa por el centro: rP  v 0 t x̂  , (vP )'  v 0 x̂  , (a P )'  0 .
  
Entonces la expresión (2) nos dice: v P  v 0 x̂     rP , es decir, que para el referencial fijo, se
compone la velocidad del punto de la plataforma por que pasa P, con la velocidad de P.
Claramente, si expresáramos el movimiento de P en coordenadas polares del referencial fijo, diríamos:
r = v0 t ;  =  t + 0 ;
vr = v0 (el signo debe ser igual al de t: cambia en t = 0) ;
v =  r =  v0 t
     
Y la expresión (3) nos dice: a P  2   (v 0 x̂ )      rP  .
Aquí vemos una aceleración de Coriolis constante (para el referencial giratorio) siempre hacia ŷ  , es
decir hacia la izquierda del movimiento, lo cual tiene que ver con que la trayectoria vista desde el
referencial fijo es un línea que constantemente se curva hacia la izquierda. Además vemos el término
centrípeto que da exactamente la aceleración centrípeta del punto de la plataforma por el cual está
pasando el punto P en cada instante considerado. Es interesante el instante en el que P pasa por el
255

origen, porque allí desaparece este término, y la aceleración es la de Coriolis, con la orientación del eje
y‘ en ese instante, como se ilustra en la figura.
y

x’ vP 
P x

aP
Trayectoria de P, para O
y’

Este ejemplo sirve para plantear que cuando un vínculo (un riel, una guía, etc.) obliga a un móvil a
viajar en línea recta en un sistema que gira (respecto de un referencial inercial), la trayectoria en
general será curva respecto del referencial inercial, de manera que el móvil estará animado de una
 
aceleración de Coriolis 2   (v) (además de otras posibles aceleraciones). Esto significa que el
vínculo que lo mantiene en línea recta deberá aplicarle la correspondiente fuerza, siempre
perpendicular a la dirección en que permite en movimiento.

Ejemplo 3: un ejemplo que mezcla los términos.


Consideremos nuevamente la misma plataforma y referenciales del ejemplo anterior.
Pero ahora se trata de describir el movimiento del punto P que se mantiene en reposo en el sistema
fijo, en la intersección del eje x con el borde de la plataforma, identificando nuevamente los elementos
de las expresiones (2) y (3). .
y

x’
y’
y x’
y’ rP = rP‘ P x
x

Desarrollo
En este enunciado tenemos siempre rO‘ = 0, vO‘ = 0, y aO‘ = 0.
Además ahora P circula en sentido horario respecto de O‘, y está en reposo respecto de O, con:
    
rP  R x̂ ; v P  0 ; a P  0 .
  
Entonces la expresión (2) nos dice: (vP )    rP .
      
Y la expresión (3) nos dice: 0  (a P )  2   (v' P )      rP  . Pero aquí vemos que según (2) el
  
término de Coriolis es dos veces el centrípeto cambiado de signo, ya que (vP )    rP , y entonces:
   
(a P )    (  rP )  2 R x̂ (por comodidad quedó expresado en términos de la base fija).
256
257

ANEXO 5.2:
Vectores axiales

COMENTARIO DIDÁCTICO.
Hemos visto que el manejo de los productos vectoriales abrevia enormemente los
esfuerzos para desarrollar cualquier tema relacionado con rotaciones, pero
suele pasar por alto los problemas conceptuales que pueden aparecer debido a
la naturaleza pseudo-vectorial de estos mecanismos.
Por eso en la primer parte de este capítulo hemos considerado muy importante
mostrar cómo muchos de estos temas pueden tratarse sin recurrir ni a
productos vectoriales ni a vectores axiales.
Y en este Anexo, considerando la necesidad de recurrir a los vectores axiales
para explicar fenómenos como el movimiento de precesión, ofrecemos un punto
de vista alternativo para introducir estos vectores.

Representación vectorial de rotaciones y elementos angulares


Una rotación queda determinada en el espacio si se indica el eje y el sentido de rotación
alrededor del mismo.
La ubicación del eje determina al mismo tiempo todos los planos, perpendiculares a él, en los
cuales se desplazan los puntos del cuerpo en rotación, así como los centros de todas las
trayectorias circulares de éstos.
Esto significa que el problema de indicar una rotación en el espacio es equivalente al
problema de indicar su eje, y uno de dos sentidos posibles asociados con él.
De manera que si, por medio de alguna convención asociamos (arbitrariamente) un sentido de
circulación alrededor del eje, con un sentido a lo largo del mismo, podremos utilizar un vector
para indicar variables de la rotación, de la siguiente manera:
 Con la dirección del vector indicamos exactamente la dirección del eje de rotación;
 Con una convención arbitraria decimos que cada sentido del vector indica un sentido de
giro alrededor del mismo.
Hay dos convenciones posibles para asociar el sentido del vector con el sentido de la rotación
que representa, y éstas serían: o la convención ―dextrógira‖ (que significa ―del giro a
derechas‖, o ―de la mano derecha‖), o la convención ―levógira‖, o ―siniestrógira‖ (que
significa ―del giro a izquierdas‖, o ―de la mano izquierda‖).
Los vectores utilizados para representar variables angulares se denominan vectores axiales
(axial significa ―perteneciente o relativo a un eje‖). Utilizaremos siempre la convención
dextrógira, que es la siguiente:
Si se toma el vector axial con la mano derecha, con el pulgar apuntando como el vector, los
dedos al cerrarse, quedan indicando el sentido de circulación correspondiente alrededor del
mismo.
258

Sentido
de
circulación

Mano derecha
Fig. 1: Convención dextrógira.

Otra forma de definir esta misma convención dextrógira es decir que observando el plano de
la rotación desde el lado desde el cual la rotación se ve con el sentido antihorario, se debe ver
el vector correspondiente salir hacia el observador. Se ilustra en la figura siguiente.

Vector axial visto desde la punta Vista superior:


(saliente de la hoja hacia el observador) Vector axial saliente,
circulación antihoraria
Vector axial

circulación Situación en el espacio

Vista inferior:
Vector axial visto desde la cola Vector axial entrante,
(entrante hacia la hoja desde el observador) circulación horaria
Fig. 2: La circulación es dextrógira respecto del sentido del vector axial si
corresponde a alguna de estas figuras. Notar que la misma rotación se puede ver
como horaria o antihoraria, según desde qué extremo del eje se la observe.

Debe tenerse siempre presente que:


 Un vector axial no indica en absoluto algo que ocurra a lo largo del mismo, hacia uno u
otro de sus extremos, sino que indica rotación alrededor del mismo, en uno u otro sentido
de circulación.
 Una vez que elegimos una convención, ya sea la dextrógira, o la levógira, para representar
una circulación con un vector axial, decimos que este sentido de circulación es dextrógiro
o levógiro con respecto al sentido del vector axial.

Con ayuda de los vectores axiales, entonces definimos:


259

Los ángulos se representan con vectores axiales:


Vector axial representativo de 

Representación tradicional del ángulo  en el plano


Fig. 3: Representación de un ángulo con un vector axial.

La velocidad angular, la cantidad de movimiento angular, se representan con vectores


axiales
La velocidad angular se define dividiendo el desplazamiento angular por el tiempo, de manera
  
que si el desplazamiento angular se expresa con un vector:    2  1 , entonces la

velocidad angular resulta el correspondiente vector axial  . Si además consideramos que la
cantidad de movimiento angular (en una rotación pura, y para los casos simples en que el eje
es eje de simetría) se define como el producto del momento de inercia por la velocidad
angular, también tendremos naturalmente un vector axial para representar la cantidad de

movimiento angular J :

J 
 

 t

 
J  I
Fig. 4: Representación de velocidad y cantidad de
movimiento angulares con vectores axiales.

El momento de las fuerzas aplicadas se representa con un vector axial


Si se considera una fuerza actuando en el plano de una rotación, podemos representar el
momento con un vector axial cuyo módulo es M = F b, cuya dirección es la del eje, es decir
perpendicular al plano, y con el sentido dado por la convención dextrógira:

M M
F b
F b

Fig. 5: Representación del momento de una fuerza con vectores axiales.

Como aplicación de estos conceptos podemos escribir la Ley del Impulso de las
rotaciones puras con ayuda de los vectores axiales correspondientes:
  
M t  I   J
260

Ejemplo desarrollado
Considere un volante de hierro montado sobre un eje cilíndrico de hierro, con cojinetes perfectos sin
rozamiento. Solidario con este disco hay un pequeño tambor en el cual se enrolla un hilo de 1 m de
lonfitud, del que pende una pesa de masa m = 1 kg.

(a) (b)

a) Considere la situación ilustrada en (a), cuando el hilo lleva desenrollados 60 cm, habiendo partido la
pesa desde una situación inicial en reposo, con el hilo totalmente enrollado. Dibuje los vectores axiales
momento aplicado sobre el disco, velocidad angular y cantidad de movimiento angular del disco, en el
instante considerado.
b) Considere la situación ilustrada en (b), luego de que el hilo se desenrolló totalmente, y por estar
sujeto al tambor, ha comenzado a enrollarse en sentido contrario debido a que el disco, por inercia, ha
continuado girando. Dibuje los vectores axiales momento aplicado sobre el disco, velocidad angular y
cantidad de movimiento angular del disco, en el instante considerado.
Desarrollo
a) Dado que el disco parte del reposo, la velocidad y la cantidad de movimiento angulares que
adquiere, tienen el mismo sentido que el momento aplicado, y según la regla de la mano derecha, son
  
tres vectores sobre el eje, hacia la derecha:   ;  J ;  M
b) Ahora el momento aplicado cambia de sentido, tendiendo a frenar la rotación, que continúa con el
  
mismo sentido anterior. Por lo tanto los vectores son:   ;  J ;  M
261

ANEXO 5.3:
Entendiendo mejor la peonza simétrica
1.- El caso I3 > I1
En el texto del Capítulo 5 hemos desarrollado el caso de una peonza simétrica del tipo
achatado, es decir, con I3 > I1 = I2 (siendo x3 el eje con simetría de revolución), que aquí
ampliaremos con algunas consideraciones sobre los ángulos de Euler.
Vamos a comenzar resumiendo los resultados ya obtenidos, aplicados al caso de un disco
chato de radio R. En la figura del disco (figura 1, izquierda) se indica un plano 0 que es el
 
plano definido por el eje de simetría x3 y el vector  . Este plano también contiene al vector J
y a todos los demás vectores de interés que se muestran en el dibujo de la derecha, para el
cual, este plano 0 es el plano de la hoja.
El CM está en reposo y es el origen de coordenadas al cual se refieren los vectores posición
de puntos que interesan.
J

J 

J
x3 
3 x2 

P P
3
rP
rQ x1
vQ
Q
rQ 3‘
0
Q

Fig. 1: vectores a considerar en la rotación libre arbitraria de un disco o peonza con I 3 > I1. En la

figura de la izquierda se indica el plano 0 definido por  y x3, el cual contiene además, todos los
vectores de interés. A la derecha este plano es el plano de la hoja, y se muestran en él todos los
vectores y sus descomposiciones de interés.

  
La igualdad entre I1 e I2, nos permite definir I = I1 = I2, con lo cual   1  2 , y entonces
       
J  I1 1  I 2 2  I 3 3 = I1   I 3 3 = J   J 3
Analizamos el movimiento libre de la peonza a partir del instante mostrado en la figura, es
decir sin momento aplicado por fuerzas exteriores respecto del CM.

En estas condiciones J se mantiene constante, y hemos visto que el movimiento del eje
(caracterizado por el movimiento de un punto como el P) corresponde a un movimiento de

precesión con velocidad angular  J , que es un vector constante.
El módulo de esta velocidad de precesión, según se desprende de las figuras es:
262

 J J
J   
sen I1 sen I1

Por otra parte la rotación alrededor del eje x3 se describe adecuadamente con el vector 3 ,
que es el que permite obtener directamente la velocidad de puntos materiales como el Q
(respecto de un referencial fijo, y no respecto del plano 0, que también se mueve), a través
de:
     
v Q  (3   )  rQ = 3  rQ

Algo sobre los ángulos de Euler


Ahora completaremos la interpretación del movimiento con los ángulos de Euler y sus
derivadas.
Para identificarlos agregamos a los ejes x1, x2, x3, fijos en el cuerpo sólido que rota, un
conjunto de ejes X, Y, Z, fijos en el referencial inercial, con el origen en el CM.
En un dibujo anterior (figura 1) teníamos el plano 3, perpendicular el eje x3, que era el plano

del disco giratorio. Y ahora ubicamos el eje Z en el vector J , aprovechando que es un vector
constante, y agregamos el plano Z, perpendicular a este eje, que contiene los ejes X e Y
(figura 2).
Así es que ahora el ángulo polar del eje x3 en el sistema de ejes fijos, X, Y, Z, es el ángulo ,
que se mantiene constante en este movimiento de precesión. El plano 3, perpendicular a este
eje intersecta al plano Z en una línea que podemos llamar nodal, la cual, por ser común a
estos planos perpendiculares respectivamente a x3 y a Z, también es perpendicular a ellos, es
decir, al plano 0.
Tenemos entonces que, sobre el plano Z, que es fijo, la línea nodal circula formando el
ángulo (t) con el eje fijo X. Es claro entonces que  es la velocidad angular con la cual
circulan alrededor de Z tanto esta línea como el eje x3 y el plano 0. Es decir que ésta es la
velocidad angular de precesión: J   .

Z  Z
x2
  J
x3 J  x3
x2
3 3 Y

x1

x1 Z 
X

0 3

Fig. 2. Izquierda: repetición de figuras anteriores con los elementos para indicar la rotación de la
peonza simétrica. Derecha: agregado del sistema de ejes fijos X, Y, Z, indicando los ángulos de
Euler. Por razones de claridad el plano Z (definido por los ejes X, Y) se muestra con forma de
disco del mismo radio R que el disco giratorio.
263

Ahora agregando el ángulo (t) que forma el eje móvil x1 con la línea nodal, queda
completamente determinada la posición del cuerpo rotante respecto del sistema fijo, de
manera que con la superposición de  con  , teniendo en cuenta adecuadamente el valor de
, deben quedar completamente descriptas precesión y rotación.
Pero lo importante es advertir que aunque  indica correctamente precesión (velocidad
angular del eje x3 alrededor de Z),  no indica lo que denominaríamos rotación del sólido

alrededor de x3, sino que lo correcto es decir que el vector velocidad angular  es la

superposición de una componente según Z de valor  (que es  J ), con otra según x3 de valor
 (veremos inmediatamente que  es negativo en este caso, y que esta componente es la que

hemos denominado 3' ). Es decir que estos elementos definen la descomposición:
  
  3'  J .
Efectivamente, ya vimos que los puntos materiales como el Q, cuando están en el plano 0,
son superados por éste, que gira más rápido. De la misma manera la línea nodal, que en cada
instante es perpendicular al plano 0, circula por el plano Z con más rapidez que los puntos
materiales del disco cuando pasan por allí. Y esto significa que la línea x1, fija respecto de los
puntos materiales del disco, es superada por la línea nodal, resultando  < 0.
De manera que la que se considera rotación del cuerpo alrededor de su eje x3, está dada por el

vector 3 , el cual indica la velocidad de los puntos materiales del plano 3 respecto de los ejes
fijos X, Y, Z, en el instante en que cruzan el plano 0: vQ = 3 rQ.
Considerando entonces que  es la velocidad de rotación 3‘ alrededor de x3, proyectando
  
sobre x3 la descomposición 3'    J , se obtiene:

 = 3  J cos ,
y aplicando 3 = J3/I3 = J cos/I3, y J = J/I1, finalmente se obtiene la expresión
1 1
  J cos    

 I 3 I1 

Resulta muy ilustrativo analizar un esquema como el siguiente, que muestre el movimiento de
un punto del borde del disco giratorio en la vecindad de la línea nodal, visto desde algún
punto adecuado del plano Z, cercano a dicha línea nodal, suficientemente lejano.
x3 Z
plano 3 en t

3 R t plano 3 en t+t
W J R t N 
plano Z
 R t  R t 
 R t W‘

En la figura se muestra el plano 3 en los instantes t y t+t. La intersección con el plano Z es


la línea nodal, que se desplaza desde W hasta N en el intervalo considerado. Siendo R el radio
del disco giratorio, esta distancia WN barrida por la línea nodal es igual a J R t.
264

Mientras tanto el punto W del borde del disco giratorio avanza 3 R t a lo largo de dicho
borde (hasta la posición W‘), y  R t perpendicularmente (es decir junto con el plano 3).
Y la distancia que queda entre W‘ y N es  R t .
Esta figura tiene la virtud de mostrar explícitamente cómo la línea nodal se adelanta
continuamente a cualquier línea radial material del disco giratorio. Y este efecto es
independiente de la velocidad de rotación, solamente depende de que I3 > I1, y se manifiesta

en la figura con el hecho de que  >  ( es el ángulo que forma  con x3, como se muestra
en la figura 1).
Luego, observando la figura 2 se deduce fácilmente que  cos = 3, y  sen = J sen,
con lo cual el esquema se puede utilizar para corroborar las expresiones anteriores. Así, a
partir del triángulo WW‘N, ya sea aplicando el teorema del seno, o proyectando el triángulo
sobre alguno de sus lados, se obtiene fácilmente:

  J cos   3 .

2.- El caso de la varilla larga (I3 << I1)


Habiendo entendido los detalles del caso I3 > I1, para este caso solamente resta agregar
algunas observaciones de interés.
 
Está claro que ahora el vector J se apartará más del eje x3 que  , siempre manteniendo la
condición fundamental de que estos dos vectores y el eje x3 estarán en el mismo plano, y la
únicas novedades importantes son los cambios en las apariencias de los diagramas que se
producen cuando se da la situación I3 >> I1.

En estos casos se tiene que el ángulo  (entre J y x3) podrá llegar a ser grande aunque 

(ángulo entre x3 y  ), sea pequeño.

J 
 J
x3  x2 
J

3 x3

3 J

x1 3‘
J3

0 3

Fig. 3: vectores a considerar en la rotación libre arbitraria de un cilindro con I3 < I1. En la figura de

la izquierda se indica el plano 0 definido por  y x3, el cual contiene además, todos los vectores
de interés. A la derecha este plano es el plano de la hoja, y se muestran en él todos los vectores y
sus descomposiciones de interés.


Si  es suficientemente próximo a x3 puede lograrse que la velocidad de rotación del cuerpo,
3, que será en general 3  , sea mucho mayor que la de precesión, J, la cual en general
podrá ser muy parecida a .
265

La precesión, por otra parte, tendrá lugar en general con un ángulo  grande, pero también es
posible la situación de que este ángulo sea pequeño, como puede verse en el ejemplo que se
desarrolla a continuación.

Ejemplo desarrollado de varilla cilíndrica


Considere una varilla cilíndrica de longitud L = 1 m, y radio R = 1 cm.
a) Calcule los momentos principales de inercia.

b) Considere la rotación libre correspondiente a un vector  que forme un ángulo  = 1º con el eje x3 del
cilindro, y encuentre la velocidad angular de precesión J y el correspondiente ángulo .
c) Encuentre las condiciones para que la precesión tenga lugar con un ángulo   5º. Para esta condición
encuentre nuevamente los vectores importantes.
Desarrollo
a) I3 = ½ m R2 =1,25104 kg·m2; I1 = I2 = ¼ m (R2+L2/3) = 0,2084 kg·m2.
Es de interés tener presente el cociente: I1 / I3  1667

b) Si  = 1o , entonces las componentes de  son: 3 =  cos1o   ;  =  cos1o = 0,0175 

Las correspondientes componentes de J son:
J3 = 1,25104  ; J = 0,2084 0,0175  = 0,00365 
De manera que tg = J/J3 = 29,17 ; y entonces  = 88º, y resulta además: J  J
Y finalmente la frecuencia de precesión también resulta prácticamente igual a :
J = J/I1  J/I1 = 0,0175    / 57,1
Vemos en este primer caso, que es posible tener una varilla rotando rápidamente alrededor de su eje
longitudinal, y describiendo un cono de precesión con una velocidad mucho menor (casi 60 veces
menor en este ejemplo). El cono resulta muy abierto, le falta poco para transformarse en un plano.
Puede surgir la duda de si será posible conseguir un cono de precesión muy cerrado con cuerpos
similares a esta varilla con relación I1 / I3 muy grande.
Un ejemplo se encuentra en el punto c).
c) Ahora nos planteamos   5º. Entonces J = J3 tg(5º) = 0,0875 J3 ; de manera que  = J/I1 = 0,42 J3 =
 
0,421,2510 4 3 = 5,2510 5 3.
Es decir que tg = /3 = 5,25105, y entonces  = 0,0030º.
En estas condiciones es claro que 3  , y J3  J. Y J = J/I1  J3/I1 =  I3 / I1 = 6104    /
1667
Es decir, que en general, si I1/I3 >>1, se tendrá tg / tg  I1/I3, y cuando  sea suficientemente
pequeño, /J también tenderá a ese valor.
266
267

CAPÍTULO 6:
Elementos de elasticidad

6.1.- Fuerzas de campos y fuerzas de contacto


Una de las fuerzas fundamentales que interviene en los problemas de Mecánica, casi
podríamos decir, la fuerza mecánica por excelencia, es la fuerza de contacto, por medio de la
cual un cuerpo aplica fuerza a otro a través exclusivamente del contacto entre ambos.
Generalmente en estos casos se dice que el agente o cuerpo A aplica una fuerza al cuerpo B
en determinado punto, que se denomina punto de aplicación de la fuerza, y es precisamente el
punto de contacto. Eso es un lenguaje muy típico pero cuestionable.
El agente que aplica la fuerza siempre es un cuerpo material, que nunca puede tocar al otro
cuerpo en un punto geométrico, sino en una zona. De manera que entre los cuerpos que
interactúan mecánicamente por contacto, hay una superficie que podríamos denominar de
separación, pero que en realidad es una superficie SAB a través de la cual se hace el contacto.
Es decir que SAB, que pertenece tanto a A como a B, delimita qué es lo que se considera A y
qué es lo que se considera B.
Es más A y B pueden ser partes del mismo cuerpo, y aún así la parte A puede interactuar
mecánicamente (es decir por medio de fuerzas de contacto) con la parte B a través de la
superficie que delimita, y en ese sentido separa, lo que es A de lo que es B.
El lenguaje utilizado en el párrafo anterior permite definir el sentido de estos términos: las
fuerzas de contacto son aquellas que un cuerpo o sistema aplica a otro exclusivamente a través
de la superficie de separación o contacto. Por esto se dice también que estas fuerzas se
transmiten a través de la superficie sobre la que se considera que actúan.
Existen otras fuerzas que no son de este tipo, por ejemplo las fuerzas cuya acción se define
por medio de campos de fuerza, de las cuales el ejemplo típico, obligado, es el de la fuerza
gravitatoria.
Para este caso se interpreta que sobre cada elemento de masa m de un cuerpo material

situado en el campo gravitatorio g , de nuestro planeta por ejemplo, actúa una fuerza
 
F  m g , la cual no es aplicada a través de la superficie que delimita al elemento, sino que
actúa de alguna manera abstracta, distribuida en el volumen, y nada puede apantallarla o
bloquearla en manera alguna.
También podríamos hablar de manera similar de los campos eléctricos y los magnéticos, al
menos en su concepción más simple y elemental.

Nota:
Vale destacar que en un tratamiento más profundo los campos eléctrico y magnético se interpretan
como entes dotados de las mismas propiedades dinámicas de la materia: tienen capacidad de
transportar energía, momento lineal y angular, y ejercer fuerzas de contacto. Si se tiene en cuenta este
punto de vista, todas las fuerzas serían de contacto, excepto la gravitatoria, que no sería una fuerza,
sino que debería ser tratada como una manifestación de las propiedades geométricas del espacio
tiempo.
268

No obstante esta observación, es claro que hay cierta presentación básica del campo eléctrico que lo
define como la fuerza por unidad de carga ejercida sobre las cargas por otras cargas eléctricas, y
mientras un problema se trate de esa manera, en ese nivel, se está hablando de una fuerza que no es
de contacto, sino del tipo ―a distancia‖.

En las siguientes páginas nos vamos a ocupar exclusivamente del tratamiento de las fuerzas
de contacto.
Decimos entonces que dada una fuerza aplicada de cualquier manera en determinado lugar de
un sistema, las leyes de la Mecánica imponen la existencia de determinadas reacciones que
implican que a través de cada superficie concebible, la parte del sistema que queda de un lado
de la superficie, aplique determinada fuerza sobre la parte que queda del otro lado.
De manera que en cada caso todo el conjunto de sistemas materiales que están en contacto
están aplicándose mutuamente las fuerzas que requieren las leyes de la Mecánica, y además
cada parte de cada sistema está aplicándole al resto la fuerza que corresponde a través de cada
una de las infinitas superficies imaginables.
Cuando se estudia la deformación que sufre un material en función de la fuerza que se le
aplica, se trata de definir propiedades del material que sean independientes de la forma
particular del cuerpo considerado, y para lograr esto se trata de establecer relaciones entre
conceptos unitarios que se definen para ello adecuadamente. Así, para tratar con fuerzas, se
define el esfuerzo, o tensión, o presión, como la fuerza por unidad de superficie sobre la que
actúa, y para tratar las deformaciones se definen deformaciones unitarias, es decir por unidad
de la magnitud que es deformada.

6.2.-Tipos de esfuerzos o tensiones


Tensión normal
Se denomina normales a las tensiones debidas a fuerzas que actúan perpendicularmente a la
superficie a través de la cual se aplican. Las tensiones normales pueden ser de tracción o de
compresión. El esfuerzo de tracción es el que tiende a alargar el material, y el de compresión
es el que tiende a acortarlo (también suele denominarse presión a la compresión, y tensión a la
tracción; para evitar confusiones conviene siempre aclarar lo que se quiere decir).
La figura 1 intenta mostrar para las tensiones normales algo importante que es válido para
todos los tipos de tensión: las tensiones de tracción (o de compresión) están en todo el interior
del cuerpo traccionado (o comprimido). En cualquiera de las infinitas secciones transversales
imaginables la fuerza está distribuida actuando como lo indica el principio de acción y
reacción: la parte que queda de un lado de la sección, tira (o empuja) de la parte que queda del
otro lado.
269

Tracción Compresión

S1 S2

fuerza fuerza fuerza fuerza


exterior exterior exterior exterior

fuerzas con que tira fuerzas con que tira fuerzas con que empuja fuerzas con que empuja
el trozo derecho del el trozo izquierdo del el trozo derecho al el trozo izquierdo al
izquierdo en S1 derecho en S1 izquierdo en S2 derecho en S2

Fig. 1 : Tensiones de tracción actuando a través de secciones como S1 , y de compresión a


través de S2. Para cada cuerpo se lo puede considerar dividido en partes en la sección indicada, y
abajo se muestra el diagrama de cuerpo libre de cada parte de cada cuerpo. En cada sección
transversal se han dibujado pequeños vectores representativos de las fuerzas distribuidas,
y esto es válido para cada una de las infinitas secciones transversales imaginables.

Tensiones tangenciales.
Las tensiones tangenciales describen cómo se distribuyen las fuerzas que actúan
paralelamente a una superficie, como por ejemplo, el caso del rozamiento, que ilustramos en
la figura 2.
(a) (b)
Fext
Fr2 Fr1
S3

Fig. 2: Un caso típico de fuerza tangencial: el rozamiento. Un cuerpo es arrastrado por la fuerza Fext , y
ello provoca la aparición de fuerzas de rozamiento tangenciales en la superficie de contacto S 3. En (a) se
muestra el par acción-reacción de rozamiento en S3. Para no complicar la figura no se muestran las
fuerzas normales, que son las que presionan una superficie contra la otra. En (b) se muestran por
separado el cuerpo y el piso, destacando qué fuerza actúa sobre cada uno, y cómo están distribuidas en
la superficie de contacto.

La fuerza de rozamiento siempre se distribuye como una tensión tangencial en la superficie a


lo largo de la cual se trata de arrastrar un cuerpo: el cuerpo que el agente quiere arrastrar hacia

la derecha, aplica una fuerza (de rozamiento) Fr1 sobre el piso, tendiendo a arrastrarlo en ese
mismo sentido (hacia la derecha), y por acción-reacción el piso aplica la misma fuerza de
 
rozamiento, a través de la misma superficie, pero hacia la izquierda ( Fr2 = Fr1 ) al cuerpo,
tendiente a impedir su deslizamiento. Estas fuerzas, divididas por la superficie de contacto,
dan la tensión tangencial de rozamiento.

Las tensiones tangenciales también aparecen en los esfuerzos de torsión, en las secciones
como S4 en la figura 3. La denominación de ―torsión‖ se refiere claramente al efecto de
retorcer. El que éstas sean tensiones tangenciales se deduce del hecho de que lo que está de
un lado de la sección en cuestión tiende a rotar, deslizando en esa sección S4 , sobre la que
está del otro lado.
270

Torsión
S4

Fig. 3: La parte del cilindro que está a la derecha de cualquier sección S4 tiende a
rotar, deslizando en esa sección , sobre la que está a la izquierda.

Tensiones isotrópicas

Un caso particular de tensión normal es el de los fluidos, en los cuales las tensiones actúan
perpendicularmente sobre cualquier superficie que se considere, independientemente de su
orientación en el espacio. En la figura 4 se ilustra una compresión isotrópica, en un fluido,
comparándola con la compresión de un sólido.

F F
fluido tapa émbolo

recipiente
S2 sólido
S3 S2 comprimido
S1 S1 verticalmente

Fig. 4: La fuerza F se aplica por medio de una tapa émbolo adecuada sobre un fluido contenido en
un recipiente a la izquierda, y sobre un sólido de forma similar, a la derecha (las flechas negras
representan acciones exteriores, y las blancas, interiores). En el fluido aparecen presiones
normales sobre las paredes y sobre cualquier superficie interior, tal como S1 o S2. En el sólido sólo
actúan presiones verticales, normales en las superficies horizontales como S3, pero con
componentes tangenciales sobre superficies oblicuas como S1. En el sólido no hay tensiones
actuando sobre superficies verticales como S2.

Tratamiento de los diferentes tipos de tensión.


El caso de la tensión normal se estudia por medio del estiramiento o compresión de un sólido
sometido a un esfuerzo de tracción o compresión simple a lo largo de una única dirección.

F F
a‘ a


Fig. 5: un cuerpo cilíndrico es estirado por la fuerza F. Experimentalmente se determina
que además de que su longitud aumenta, su dimensión transversal disminuye.

Para lograr definiciones independientes de la forma y tamaño del cuerpo en estudio se definen
variables unitarias dividiendo apropiadamente por longitudes o superficies: denominemos  al
estiramiento o deformación unitaria longitudinal, y  al esfuerzo o tensión normal, en la
sección transversal S:
271

 F
  (1)
 S
Se define el módulo de Young, o de elasticidad longitudinal del material, como:

E (2)

Ahora bien, en un esfuerzo de tracción como el que se considera, el estiramiento de  a   no
ocurre en general conservando el volumen, que siempre aumenta un poco, ni conservando las
dimensiones transversales, que siempre disminuyen un poco (y valdrían todos los conceptos
inversos para el caso de un esfuerzo de compresión), sino que en general, para cada material
se define el coeficiente de Poisson, , como la relación entre la variación unitaria de la
dimensión transversal, t , y la longitudinal,  :
a
 a   t (3)
 

Este coeficiente valdría 0,5 para un cuerpo que conservara estrictamente el volumen (estos
enunciados siempre se refieren a deformaciones pequeñas), y en la práctica debe ser menor
que ½, ya que de lo contrario el volumen de un cuerpo disminuiría al estirarlo y aumentaría al
comprimirlo; en general vale alrededor de 0,3.

Un tratamiento similar se da a las tensiones tangenciales, también denominadas de corte, que


son las que tienden a producir deslizamientos a lo largo de la superficie sobre la que se
considera su acción, en lugar de estiramientos. Se ilustra esquemáticamente en la figura 6.
y 
D‘ Fext C C‘
D

E E‘

A B
Fext
Fig. 6: Un rectángulo ABCD se deforma transformándose en ABC‘D‘ bajo la acción de las dos fuerzas
externas indicadas con flechas blancas. Estas fuerzas están aplicadas tangencialmente sobre las
superficies horizontales superior (en yD), e inferior (en yA). En cualquier superficie horizontal interior,
como la que pasa por E, también actúan fuerzas iguales a ésas como par acción reacción indicado con
flechas grises. Para cualquier punto E, la deformación es EE‘, proporcional a yE . El cociente EE‘/yE es
independiente del punto, y se denomina deformación unitaria tangencial.

La deformación unitaria tangencial, , se define, en función de la deformación mostrada en la


figura 6, como:
desplazamiento EE
  tg
dis tancia transversal EA
La tensión tangencial, , se define de la misma manera que la normal:
F
 (4)
S
272

Y se define el módulo de elasticidad transversal, también llamado rigidez, o módulo de corte,


G, de manera análoga al de Young, como el cociente entre la tensión tangencial (o cortante), y
la deformación unitaria tangencial:

G (5)

Y con un criterio similar a lo hecho hasta aquí puede definirse el módulo de elasticidad
isotrópica o volumétrica, K, como el cociente entre la presión aplicada, p, y la variación
unitaria del volumen que sufre el cuerpo cuando se lo somete a una presión de tipo
hidrostático (es la inversa de lo que se suele definir como compresibilidad):
F p
p K (6)
S V
V
Ahora bien, a través de la combinación de algunas deformaciones simples, puede mostrarse
que todos estos módulos de elasticidad no son independientes, sino que, para materiales
homogéneos e isótropos en sus propiedades están ligados por las siguientes relaciones:
E = 2 ( + 1) G (7)
E 2 G (  1)
K= = (8)
3 (1  2 ) 3 (1  2 )
En este tratamiento estamos sobreentendiendo que los materiales tratados son homogéneos, y
además isotrópicos en sus propiedades. La homogeneidad es un requisito muy obvio, pero no
así la isotropía: las propiedades de un material monocristalino, por ejemplo, dependen en
general de la orientación de los ejes del cristal. Si bien los materiales monocristalinos son
muy poco utilizados en artefactos mecánicos, otro ejemplo anisotrópico de mucha aplicación
práctica son los materiales constituido por fibras de algún tipo, cuyas propiedades mecánicas
son fuertemente dependientes de la orientación de las fibras.

Límite elástico
En todos los desarrollos presentados hasta aquí se han presentado las deformaciones de todos
los tipos como estrictamente proporcionales a las correspondientes tensiones aplicadas. Eso es
un comportamiento típico de casi todos los materiales, conocido como comportamiento
elástico, y tiene lugar para valores de tensión inferiores al que se denomina límite elástico.
Cumplir estrictamente con estas leyes enunciadas significaría que la proporcionalidad entre la
tensión aplicada y la deformación se mantendría independientemente del tiempo que dure el
proceso, de que se esté aumentando o disminuyendo el esfuerzo, y de las veces que se lo haga:
estas leyes corresponden a un proceso reversible e intemporal.
En la práctica la mayoría de los materiales se aproximan bastante bien a este comportamiento
ideal mientras no se supera el límite elástico, y hasta se define como elasticidad la capacidad
de un material de recuperar completamente sus dimensiones previas, cuando se suspende la
aplicación de las fuerzas que lo han deformado.
En general al superar el límite elástico el material comienza a sufrir una deformación plástica,
es decir permanente, hasta llegar a la ruptura.
Un buen criterio de diseño de piezas materiales contempla un coeficiente de seguridad, tal que
en el funcionamiento del artefacto la tensión no supere determinada fracción, por ejemplo la
mitad, del valor del límite elástico.
273

Es claro que hay una inmensa diversidad de comportamientos de los distintos materiales, y el
comportamiento elástico solamente es una idealización útil para la mayoría de ellos. Y a los
fines de tener un vocabulario mínimo sobre el tema, es conveniente tener alguna descripción
básica de propiedades como la presentada en la siguiente lista.
 Dureza: es la capacidad de cada material de rayar o marcar a otros, sin ser marcado por
ellos. Debido a que las mediciones de dureza son las más sencillas, muchas veces son
utilizadas para identificar materiales y para controlar el estado mecánico de estructuras.
 Elasticidad: es la capacidad de recuperar la forma original cuando se suspenden las fuerzas
que han originado una deformación.
 Plasticidad: es la capacidad de cambiar definitivamente de forma, adoptando una nueva
forma sin recuperar la original al suspenderse las fuerzas que han originado una
deformación.
 Ductilidad: es la plasticidad de un material frente a esfuerzos de tracción, es decir la
capacidad para alargarse permanentemente sin romperse. Esta propiedad permite estirar los
metales transformándolos en alambres.
 Maleabilidad: es la plasticidad frente a esfuerzos de compresión, es decir la capacidad para
aplastarse el material permanentemente. Esta propiedad permite forjar y laminar los
metales transformándolos en chapas.
 Fragilidad: un material frágil es el que se rompe sin muestras de deformación plástica; ésta
es una propiedad opuesta a la plasticidad. Los materiales muy duros tienden a ser frágiles.
 Tenacidad: ésta es una combinación de resistencia elevada con gran capacidad de
deformación permanente sin romperse. La resistencia de un material a los choques se suele
tomar como índice de su tenacidad.

En la siguiente tabla se presentan algunos valores – pero deben considerarse tentativos, ya que
varían mucho con los tratamientos térmicos y procedimientos de fabricación
Límite elástico Razón de
E G
(a la tracción) Poisson ()
Material (GPa) (GPa) (MPa)
Acero 210 81 600 0,28
Bronce 110 41 430 0,33
Cobre 120 45 350 0,35
Aluminio 70 27 150 0,34
Plomo 18 0,44
Granito 50 20
Goma 7 0,50
274

2.3.- Tensor de tensiones


Supongamos que se quiere describir un estado de tensiones absolutamente general, tal que a

través de cada elemento de superficie dS se transmite una fuerza dF . Esto significa que el
estado de tensiones puede ser expresado por medio de un operador T tal que:

dF = T(dS) (9)
Para analizar las propiedades de este operador comenzaremos caracterizando el elemento de
 
superficie por medio de su versor normal n , orientado de manera tal que la fuerza dF es

aplicada por el medio hacia el cual apunta n , a través de dS, sobre el medio del otro lado.
 
Ahora bien, al escribir dS  n dS , estamos escribiendo dS = n dS = dS cos, donde  es el

ángulo que forma n con el versor x̂  de la base coordenada. De manera que este ángulo

también es el que forma dS, perpendicular a n , con el plano perpendicular a x̂  , y a través de
una simple construcción geométrica puede verse entonces que dS = dS cos, es la superficie
de la figura proyectada por dS sobre el plano perpendicular a x̂  . Eso se ve muy fácilmente
construyendo un tetraedro cortando el triedro formado por los planos coordenados con un
plano oblicuo como se muestra en la figura 7 para la proyección sobre el plano perpendicular
al eje x.
y
C
n n
dF dSx dS
y
x
dS D B x
O x A O
z z
 
Fig. 7. Izqierda. Para cada elemento de superficie dS se tiene un versor normal n , y una fuerza dF

aplicada a través del elemento dS por el material del lado indicado por n sobre el del otro lado.
Derecha. El elemento de superficie dS es el triángulo ABC, y proyecta el triángulo sombreado AOC sobre

el plano y,z. El ángulo entre n y el eje x, x, es el mismo que entre las superficies perpendiculares a
ambos, y dado que ambas superficies tienen el lado AC en común, sus alturas, DO y DB, tomadas
perpendicularmente a AC, forman el mismo ángulo x y están en la misma relación DO = DB cos x, de lo
cual resulta que dSx = dS cosx,

Ahora bien, el operador T que exprese el estado de tensiones según (9), debe respetar el
Principio de Acción y Reacción. Eso impone que (9), escrita en términos de la expresión

vectorial de dS cumpla con:
 
T(dS)  T(dS) (9‘)
Por otra parte para los casos estáticos, (9‘) debe expresar las condiciones de equilibrio.
Para analizar las consecuencias de esto, consideremos ahora, con la misma construcción
geométrica de la figura 7, el volumen tetraédrico infinitesimal que se muestra en la figura 8.
275

y
C
dS
dS = dSx
(1)

B x
A
z
dS(2) = dSy

Fig. 8. La superficie ABC indicada por su vector normal dS , junto con sus
proyecciones sobre los planos coordenados, delimitan un elemento de volumen

tetraédrico que se indica aquí por sus vectores salientes dS(  ) en cada cara.

Eligiendo todos los vectores superficie salientes al elemento de volumen se tendrá que el

vector correspondiente a cada cara perpendicular a un eje, por ejemplo dS(  ) para el eje x , es
 
exactamente opuesto al dS  que proyecta el vector de la cara triangular, dS , sobre ese mismo
 
eje dS(  )  dS .
De manera que la aplicación de (9‘) a cada una de las caras da los siguientes 4 vectores
representativos de las fuerzas de contacto ejercidas por el medio externo sobre el tetraedro:
Sobre la cara triangular:
    
dF = T( dS ) = T(dS x  dS y  dSz ) (9‘‘)

Sobre la cara perpendicular al eje x indicada por su vector normal saliente dS(  )
  
dF = T(dS() )  T(dS )  T(dS ) (9‘‘‘)
Ahora bien, para hablar de equilibrio (limitado a la parte lineal, luego analizaremos la parte
angular) entre todas las fuerzas actuantes sobre el tetraedro, deben considerarse todas las
fuerzas: éstas son solamente las de contacto, y puede haber otras, por ejemplo la de gravedad
que actúa sobre la materia en el interior del volumen y no lo hace a través de la superficie del
mismo.
Aquí interviene la consideración de que el volumen es infinitesimal: cualquier fuerza que no
sea de contacto será proporcional al volumen del elemento, mientras las fuerzas de contacto
son proporcionales a la superficie. Al hacer tender las dimensiones a cero, las fuerzas
volumétricas se harán despreciables frente a las de contacto, y el equilibrio deberá verificarse
exclusivamente entre las fuerzas dadas por (9‘‘) y (9‘‘‘).
Por otra parte el hacer tender a cero las dimensiones de la región considerada, las expresiones
(9‘‘) y (9‘‘‘) deberán ser evaluadas en el mismo punto, y establecerán una condición que
deberá verificarse en cada punto.
Por último, si el sistema no está en equilibrio, entonces la resultante de todas las fuerzas debe
ser igual al producto masa por aceleración; pero la masa es proporcional al volumen, y al
tender éste a cero, nuevamente se obtiene que en cualquier caso debe verificarse el equilibrio
entre las fuerzas dadas por (9‘‘) y (9‘‘‘).
De manera que el equilibrio entre las fuerzas dadas por (9‘‘) y (9‘‘‘), significará
     
T(dS x  dS y  dSz ) = T(dS x ) + T(dS y ) + T(dS z ) , y esto, para cualquier orientación de la
superficie, implica que T debe ser un operador lineal.
276

 
Es decir para cualquier número , y vectores V1 y V2 :
   
T(V1   V2 )  T(V1 )   T(V2 ) (10)
Esto significa que T puede expresarse por medio de una matriz de 33, T, de manera que las
 
componentes cartesianas de dF se obtienen a partir de las de dS por medio del producto
matricial:
dF =  T dS = T dS (11)

En donde en la última igualdad hemos sobreentendido la sumatoria sobre los índices iguales
(convención de Einstein), modalidad que adoptaremos en general.
Ahora bien, el equilibrio de los momentos impone una condición más a T. Para obtenerla
consideremos como elemento de volumen un paralelepípedo de lados dx dy dz (figura 9), y
planteemos los momentos respecto del centro del mismo.

y n2 dF2

y+dy dF1
n3
n1
dF3
y
dF4 n4
z x x+dx x

Fig. 9. Elemento de volumen para considerar los momentos de las fuerzas de contacto.

Consideremos la componente z del momento aplicado por la fuerza en la cara dS1. Dado que
el versor normal está dado por la terna (1, 0, 0), esta fuerza está dada por la terna T1 = (T11,
T21, T31), en la cual las componentes del tensor están evaluadas en la superficie dS1, lo cual
indicaremos con un supraíndice entre paréntesis (T(1)).
La componente z del momento total entonces respecto del centro de la celda es:
dx dy
M3 = (F1y  F3 y )  (F2 x  F4 x )
2 2
(1)
T21  T21
( 3)
T ( 2)  T12( 4)
= dx dy dz  12 dx dy dz
2 2
T21  T12
= dx dy dz
2
Y ahora nuevamente el hecho de que el volumen sea infinitesimal nos indica que M debe ser
nulo, ya que debe ser igual al producto aceleración angular  momento de inercia respecto de
ejes que pasen por el centro de la celda, y estos momentos de inercia son del orden de
volumen  dimensión al cuadrado, que tiende a cero como a5, si a es el lado del elemento de
volumen.
Esto aplicado a las tres componentes del momento implica que T = T, es decir, la matriz
T debe ser simétrica en los índices , .
277

De manera que finalmente, si para simplificar notación recuperamos algunas denominaciones


del comienzo: utilizando  para denominar tensiones normales, y  para las tensiones
tangenciales, tendremos en general:
 1 12 13 
T  12 2  23 
13  23  3 

6.4.- Tensor de deformaciones


El concepto general de que cada tensión aplicada es proporcional a la deformación unitaria
producida, una vez que tenemos un tensor que nos permite expresar cualquier tipo de estado
de tensiones, nos invita a buscar una expresión similar para expresar cualquier estado de
deformación general.
Consideremos dos puntos próximos P y Q de un medio material que sufre una deformación.
 
La deformación está dada por un campo vectorial u ( r ) , es decir una terna de funciones
(u1(x), u2(x), u3(x)), donde  es un índice de 1 a 3, para indicar las coordenadas x, y, z.
   
De manera que u ( rP ) indica que el punto P pasa a la posición P‘, y u ( rQ ) indica que el punto
Q pasa a la posición Q‘, como se muestra en la figura 10, en la cual los vectores huecos
representan estos desplazamientos.
uP P‘
P
rP Q‘
z
rQ Q uQ

y O x

Fig. 10: se indican los puntos próximos P y Q, y sus desplazamientos.

 
Si para abreviar denominamos  al vector desde P hasta Q, y   desde P‘ hasta Q‘, tendremos
   
    u(Q)  u(P) , que escrito en componentes es:
 
     u  ( rQ )  u  ( rP ) (12)
 
Ahora bien, la diferencia u  ( rQ )  u  ( rP ) , que toma la función u entre los puntos próximos
P y Q, puede ser escrita:
  u
u  ( rQ )  u  ( rP )       u  ,    (13)
 x

En donde la coma entre los índices significa derivada parcial: u  ,   u  x  , y según la


convención de Einstein en la última expresión está sobreentendida la suma sobre .
De manera que con esto (12) puede ser escrita:
     u  ,   
Y con esto podemos expresar la deformación a través del alargamiento unitario   de
cualquier distancia entre puntos P y Q del medio de la siguiente manera:
278

 1
 (    ) 
 
1

     
En primer orden de pequeñez tendremos para   2 (se sobreentiende la suma sobre , ):
   2 
     2  2   u  ,      2 1  2 u  ,      
  
De manera que elevando a la ½ y reteniendo nuevamente los términos de primer orden:
1
    u  ,     

Y con esto podemos escribir el alargamiento unitario:
  
 u  ,  (14)
  
Ahora bien, los elementos u, constituyen una matriz de 33 que en general no es simétrica,
pero que puede ser descompuesta en parte simétrica (u(,)) y parte antisimétrica (u[,]) de la
siguiente manera:
u, = ½ (u, + u,) + ½ (u,  u,) (15)
Es decir: u, = u(,) + u[,] , con u(,) = ½ (u, + u,) ; y u[,] = ½ (u,  u,).
Es fácil ver que solamente la parte simétrica interviene en (14), ya que u

[  , ]    0 .

De manera que, finalmente:


  
  u (  , )  (16)
   
Expresión que nos da el alargamiento unitario que ha sufrido (en cada lugar) el material, en la
dirección especificada cualquier vector unitario n̂      . La matriz que interviene en el
cálculo es la matriz simétrica D = u(,) , denominada tensor de deformaciones.
Podemos interpretar que el efecto del operador lineal D (correspondiente a la matriz D)
sobre cualquier vector unitario n̂ indicativo de una dirección del espacio, es producir cierta
variación del vector unitario dada por D(n̂)  D  n  .

Esta variación, proyectada sobre el mismo vector n̂ indica la variación relativa de distancia
(entre puntos del medio) que tiene lugar a nivel infinitesimal en esa dirección.
Y (16) expresa esa variación relativa de distancia infinitesimal con la operación n̂  D(n̂) .

Nota
Si revisamos el significado de la parte antisimétrica que ha sido descartada, u[,], encontramos lo que
ya hemos visto al estudiar rotaciones: indica una variación de posiciones relativas entre puntos del
medio que no da lugar a deformación, y eso es una rotación. Es decir que u[,] es una matriz de
rotación, que puede ser escrita también con las componentes de un pseudo-vector desplazamiento

angular,  :
279

 0 u x , y  u x , z    0   z  y 
   
u[,] =  u x , y  0 u y ,z   =   z 0   x 
  u x , z   u y , z  0    y  x 0 

 
Con este vector  el desplazamiento de cualquier punto P señalado por r está dado por el producto
    
vectorial: u ( r ) = r    r .

6.5.- Materiales elásticos.


Finalmente, la ley general de los materiales elásticos establece que debe haber una
proporcionalidad entre los tensores T y D, lo cual se denomina Ley de Hooke
generalizada, y tiene la forma:
D = C T (17)
En donde C es el tensor de 4 índices, denominado tensor de elasticidad, que permite calcular
cada uno de los elementos de la matriz de deformaciones en función de los 9 elementos del
tensor de tensiones, para cualquier comportamiento del medio material teniendo en cuenta
todas las posibles anisotropías debidas a la estructura cristalina particular.
Para el caso de los materiales isótropos la expresión de C se simplifica completamente, y
puede demostrarse que en general:
T 
D =    tr(T) (18)
2G E
En donde  es la delta de Kronecker, y tr(T) la traza de la matriz T.
Esta expresión resulta totalmente natural (y hasta se la podría deducir de allí) si se la escribe
para cada elemento particular de la matriz.
Veámoslo. Para simplificar utilicemos  para las deformaciones longitudinales unitarias y 
para las correspondientes deformaciones transversales unitarias.
Con esta notación la matriz D queda:
 1  12 2  13 2 
D     12 2 2  23 2
  13 2  23 2  3 

Ahora inspeccionemos la figura 6. Se aplica una fuerza en dirección x sobre una superficie
perpendicular a y, y se produce un desplazamiento unitario 12 = 12/G. Pero al construir el
elemento simetrizado, queda D12 = ½ 12.
Este razonamiento nos lleva a escribir, para todos los términos fuera de la diagonal:
   
D    (19)
2 2G
Ahora revisemos una deformación longitudinal: en presencia de una única tensión normal 
se produce una deformación longitudinal  = /E en el mismo sentido, y una de sentido
280

contrario dada por el factor de Poisson , en las direcciones perpendiculares. Habiendo


tensiones normales perpendiculares en direcciones superpuestas, se debe esperar entonces:
1 (   3 )
1   2 (20)
E E
2 (   3 )
2   1 (20‘)
E E
3 (  1 )
3   2 (20‘‘)
E E
Uniendo estas expresiones se tiene (18); e invirtiendo las expresiones:
E
T = 2 G D     tr(D)
(1  2 ) (1  )

E   
=  D     tr(D)  (18)
1   (1  2 ) 

Ejemplo 1:
Material sometido a tracción pura a lo largo de x (caso de la figura 5):
 0 0   E 0 0 

T   0 0 0  
D    0    E 0 
 0 0 0  0 0    E 
Es fácil ver cómo la matriz D da cuenta del estiramiento y la disminución de sección de un
cuerpo traccionado.

Ejemplo 2:
Caso de fuerza cortante de la figura 6. Este caso ofrece alguna dificultad. Es claro que además
de las fuerzas mostradas en la figura (fuerzas tangenciales paralelas a x en los planos de y
constante), debe haber otras que equilibren los momentos, y lo que vamos a intentar hacer es
encontrar estas fuerzas para el caso en que la distribución de fuerzas y deformaciones sea
totalmente homogénea.
Podemos comenzar con el tensor de deformaciones. Tenemos una única deformación
tangencial 12 = x/y = EE‘/EA. No hay alargamientos a lo largo de ninguno de los ejes x, y,
z. De manera que el tensor de deformaciones es:
 0  12 2 0

D     12 2 0 0
 0 0 0
Y entonces el de tensiones necesariamente debe ser:
 0 G  12 0
T  G  12 0 0
 0 0 0
281

Eso significa que deben actuar también fuerzas tangenciales equivalentes en los planos de x
constante, en la dirección y. Y también significa que el elemento mostrado debe deformarse
en x y en y, como se ilustra en la figura 11.

y n2 y
dF2 dF2

n3 dF1 dF1
n1 dF3
dF3 
dF4 dF4
n4
x x
z z
Fig. 11. Izquierda. Esquema de las fuerzas tangenciales que deben actuar en los planos normales
a los ejes x e y para producir deformaciones tangenciales puras en esas superficies.
Derecha. Deformaciones correspondientes. El ángulo  es la mitad del  mostrado en la figura 6.

Claramente puede verse que rotando el elemento mostrado en la figura 11-derecha, un ángulo
 = ½  en sentido horario, se obtiene la deformación original de la figura 6 (esta rotación
falta porque ha sido suprimida la parte antisimétrica de la matriz u,)

6.6.- El caso de los líquidos.


Los líquidos son fluidos incompresibles. Nos ocuparemos aquí de aplicar estas ideas a casos
extremadamente simples, como por ejemplo los casos de flujo laminar, que es cuando está
definida la velocidad de flujo en cada punto e instante. A esos casos podemos tratarlos como
 
si fuese el caso de un material deformable en el cual el campo de deformaciones u ( r ) es un
campo de velocidades, es decir, deformaciones por unidad de tiempo, el cual además puede
 
ser en general función del tiempo u ( r , t ) .
En el seno de los fluidos se desarrollan tensiones a las que se aplican exactamente todos estos
desarrollos, en los cuales simplemente se sustituye la constante G, por la constante ,
denominada ―coeficiente de viscosidad‖, dado que para el fluido se interpreta que la figura 6
ilustraría un desplazamiento x por unidad de tiempo, que es una velocidad de flujo. El flujo
se interpreta así como un deslizamiento de capas imaginarias de fluido, cada una respecto de
las adyacentes, y la fuerza tangencial que aparece entre las superficies es la fuerza viscosa
(figura 12).

v4 v4
v3 v3
v2 v2
v1 v1
pared pared
Fig. 12. Izquierda. Las flechas huecas son las fuerzas sobre la capa 3, ejercidas, hacia adelante
por la capa 4, más rápida, y hacia atrás por la capa 2, más lenta. Pegadas a ellas, las flechas
negras son las respectivas reacciones sobre esas capas 4 y 2. Derecha. Lo mismo entre la capa
1+2+3 y la pared. Todas las flechas blancas deben indicar siempre equilibrio ya que se está
considerando un caso de régimen estacionario con todas las velocidades constantes en el tiempo,
por lo cual todas las fuerzas son de igual módulo.
282

Teniendo en cuenta que capas más alejadas tienen proporcionalmente más diferencia de
velocidad entre sí, es decir proporcionalmente más desplazamiento relativo por unidad de
tiempo, la tensión tangencial (viscosa) es proporcional a la diferencia de velocidad entre las
capas dividida por la distancia (transversal) entre capas, es decir al ―gradiente transversal de
velocidad de flujo‖, y la constante de proporcionalidad, , se denomina coeficiente de
viscosidad.

 (19)
 vx
y
Claramente  representa en los fluidos, lo que el módulo de corte, G, en los sólidos elásticos.
Manipulando un poco las constantes para adaptarlas a los conceptos de presión y viscosidad,
puede verse que la expresión para el tensor de tensiones en el caso del fluido incompresible
es:
T = 2  u(,) – p  (20)
Donde p es un escalar denominado presión, que en general puede ser función del punto y
expresa la parte isotrópica de la tensión normal que puede desarrollarse en el fluido, y  es el
escalar denominado coeficiente de viscosidad. El signo de p está asignado de manera que
valores positivos de presión indican tensiones de compresión.

6.7.- Las leyes de la Mecánica


Ahora bien, en las leyes de la Mecánica las fuerzas debidas a campos intervienen de la misma
manera que las de contacto, de manera que estas las leyes, al imponer relaciones entre todas
las fuerzas actuantes y el movimiento y las deformaciones del sistema, permiten establecer
ecuaciones que relacionan entre sí todos los elementos intervinientes.
Por ejemplo, para cada elemento de volumen dV, tendremos una ecuación como:

dv  
  f  f (21)
dt cont campos
En la cual:

v y  son la velocidad y densidad de la materia contenida en el elemento de volumen
 
f y f son las densidades volumétricas de fuerza de contacto total y la fuerza del campo
cont campos

respectivamente actuantes sobre el elemento de volumen considerado.


La densidad de fuerza debida a campos se evalúa según el campo del que se trate. Por ejemplo
  
para el campo gravitatorio, g , se tiene f   g .
campos

La densidad volumétrica de fuerza de contacto, por otra parte, se evalúa considerando una
superficie cerrada Sc, que encierre al elemento de volumen V. Si n̂ es el vector unitario
saliente de la superficie Sc en cada lugar, la densidad de fuerza de contacto por unidad de
volumen estará dada por (se sobreentiende la suma sobre el índice ):
1
V 
f  T n  dS (22)
cont
283

Nota:
Para cada componente  la expresión T n dS = T dS es un producto escalar que indica el flujo
  
del vector T ( T es un vector cuya componente  es (T )  = T). Con esta notación queda claro
  
que T dS = T  dS es el flujo de T , y por lo tanto la expresión (22) para V tendiendo a cero

define su divergencia   T  T x  .
De manera que a partir del tensor que permite calcular las fuerzas de contacto, también podemos
conocer la densidad volumétrica de fuerza de contacto, que es necesaria en general para plantear las
ecuaciones de movimiento (siempre se sobreentiende la convención de Einstein para los índices
repetidos):
T
f   T,
cont x 
Por ejemplo, y sólo a modo de ilustración, la ecuación (21), para la dinámica por unidad de volumen de

un fluido incompresible de densidad  sometido al campo gravitatorio constante g , queda de la
siguiente manera:
Du 
  T,+  g
Dt

En donde D/Dt es la llamada derivada sustancial:  / t  u   : el primer sumando da cuenta de que

el campo de velocidades u pueda estar variando en el tiempo en un lugar fijo determinado, y el
segundo de lo que varía por unidad de tiempo la velocidad de una porción de fluido al pasar por el lugar

trasladándose entre dos puntos vecinos en los cuales u tiene diferencias.
284
285

CAPÍTULO 7:
Teoría Especial de la Relatividad

7.1.- Cinemática relativista


Introducción
La Teoría Especial de la Relatividad surge esencialmente de la necesidad de conciliar la
mecánica con el electromagnetismo, debido esencialmente a que en mecánica las ecuaciones
son invariantes frente al cambio del referencial (inercial) de referencia, y eso no sucede en el
electromagnetismo.
Para poner un ejemplo simple, si se considera un imán en reposo en un referencial inercial,
éste produce determinado campo magnético, que descripto desde otro referencial inercial (en
movimiento respecto del anterior) es superposición de campo eléctrico con magnético. Esta
transformación de los campos está prevista en la teoría electromagnética, por supuesto, pero
no funciona exactamente si la velocidad relativa es grande, y el cambio entre sistemas se hace
de la manera clásica, con un tiempo absoluto.
Es decir, si se escriben las ecuaciones de MAXWELL, base de esta teoría, para un dado
referencial inercial (O, x, y, z, t), y se realiza el cambio de variables para pasar a otro
referencial inercial (O‘, x‘, y‘, z‘, t), las ecuaciones cambian de forma. Escritas en la forma
usual solamente son válidas en un referencial.
Esto desagradaba de sobremanera a EINSTEIN, quien encontró que cambiando algunas
nociones básicas sobre el tiempo y el espacio, podía lograrse que los referenciales inerciales
fuesen equivalentes tanto para la mecánica como para el electromagnetismo. Así es que en
1905 publica su trabajo ―Zur Elektrodynamik bewegter Körper‖ (Sobre la electrodinámica de
los cuerpos en movimiento), en el cual enuncia lo que luego se conocerá (por sugerencia de
Max PLANCK) como Teoría Especial de la Relatividad, y cuyos elementos básicos
presentaremos aquí.

Nota:
La teoría electromagnética recibe su impulso principal del ―Treatise on Electricity and Magnetism‖
publicado por James Clerck MAXWELL (1831-1879) en 1873. En él se presentan las denominadas
―ecuaciones de MAXWELL‖, en una forma que actualmente resulta muy complicada. Luego estas
ecuaciones son trabajadas y presentadas en una forma mucho más accesible, independientemente por
Heinrich Rudolf Hertz (1857-1894), y Oliver HEAVISIDE (1850-1925) con Josiah Willard GIBBS (1839-
1903) en 1884.
Vale destacar que aunque las ondas electromagnéticas ya se obtenían del trabajo de MAXWELL desde
1865, actualmente en todos los razonamientos y menciones de las ecuaciones de Maxwell nos
referimos a la versión más actual y simplificada de Heaviside-Gibbs.

Ahora bien, una consecuencia de las Ecuaciones de Maxwell, es que pueden existir ondas
electromagnéticas, las cuales pueden viajar en el vacío con una velocidad de valor fijo, c 
3108 m/s, independiente tanto de la velocidad de la fuente que las genera, como de la del
detector u observador que las recibe.
286

Aunque ahora las ondas electromagnéticas son tan difundidas que casi nada en el mundo
moderno funcionaría sin ellas, en la época de MAXWELL estas ondas eran totalmente
desconocidas, su existencia era una simple hipótesis cuya importancia ni siquiera se podía
intuir, y el hecho de que la velocidad predicha por la teoría para estas ondas, coincidiera
bastante bien con la velocidad de la luz, simplemente sirvió para interpretar la naturaleza de la
luz, hasta entonces desconocida.
Lo importante aquí es que la teoría permite, por un lado explicar y aceptar la existencia de
ondas en el vacío, ondas que no necesitan medio para propagarse, y por otro lado, calcular la
velocidad de estas ondas (en el vacío) con una simple expresión: c = 1/(0 0)½, en la cual
solamente intervienen constantes que se determinan en experiencias de electrostática y
electrodinámica.
De manera que en la expresión para calcular la velocidad de estas ondas no aparece nada que
tenga que ver con el posible movimiento del observador. Eso es desconcertante, aunque
también podría ser desconcertante que la velocidad de ondas que viajan en el vacío pudiera
depender del movimiento de alguien. La velocidad de cualquier onda es en general
independiente de lo que la genera, y solamente dependiente del medio. Pero al propagarse en
el vacío, no tiene de qué depender.
Podría argumentarse que el electromagnetismo solamente sería válido para un referencial
especial, privilegiado: el electromagnetismo privilegiaría un referencial entre todos los
inerciales, y la Relatividad surge porque EINSTEIN rechaza esa hipótesis y busca la forma de
que todos los referenciales inerciales sean equivalentes para el electromagnetismo también.
Ahora bien, en la práctica resulta que es mucho más fácil pensar cómo describir la marcha de
un pulso de luz desde referenciales en movimiento relativo, que pensar en cómo transformar
las ecuaciones de Maxwell de un referencial a otro, y de las dos maneras se llega a las mismas
conclusiones acerca de cómo deben modificarse las nociones de tiempo y espacio. De manera
que, una vez que EINSTEIN ya hizo la parte difícil, todos los demás podemos estudiar el tema
de la manera fácil, que es simplemente analizando cómo deben modificarse las coordenadas
(x, y, z, t), para que los pulsos de luz marchen con una velocidad de valor fijo, c, en cualquier
referencial inercial.
Ahora bien, las transformaciones en la interpretación del tiempo y del espacio que son
necesarias para que todos los observadores inerciales, animados de cualquier velocidad,
puedan atribuir la misma velocidad a la marcha de un pulso de luz, son tan profundas, que es
conveniente una aproximación gradual al tema.
Una aproximación previa típica es a través del famoso ejemplo del tren muy rápido y largo
AB, en cuyo punto medio O se enciende una luz en cierto instante t0 mientras pasa por una
estación. Para abreviar y llegar rápidamente a lo que necesitamos podemos pensar en algún
sistema óptico para que la luz se vea tanto desde el interior como desde el exterior del tren, o
simplemente pensar que el tren es abierto.
287

A A‘ O B B‘

V t
c t c t

Fig. 1: Un tren muy largo y rápido viaja hacia la derecha con gran velocidad V, y en un instante
dado, cuando sus extremos ocupan las posiciones A y B en la estación, se enciende una lámpara
en su centro O. La situación se utiliza para plantear discusiones acerca del instante en que se ve
encenderse la luz desde los extremos del tren, dentro y fuera del mismo.

De manera que (sin pretender mucho detalle exacto) el tren está ubicado desde A hasta B en la
estación pasando con gran velocidad V en el instante en que se enciende la luz en su punto
medio O. Los espectadores que están en la estación en A y en B, verán encenderse la luz un
cierto tiempo t después, que es lo que demora la luz en llegar desde O (t = ½ AB/c).
Y en ese intervalo t el tren habrá avanzado V t (A hasta A‘, y B hasta B‘), de manera que
en el instante exacto t0 + t en que la luz llega (simultáneamente) a A y B, ya habrá pasado
por el extremo trasero A‘ del tren, y aún no habrá llegado al extremo delantero B‘.
Esto, desde el punto de vista de la física clásica, significaría que la luz viaja con velocidad c
tanto hacia delante como hacia atrás respecto de los espectadores de la estación, pero que
respecto de los pasajeros que van en el tren lo hace con velocidad c – V hacia delante, y c + V
hacia atrás.
Ahora bien, si la lámpara está dentro del tren, moviéndose con él, no podríamos esperar este
comportamiento, sino más bien el inverso: que la luz llegue simultáneamente a los extremos
A‘ y B‘ del tren, pero no a los espectadores A y B en el andén.
Y qué debería suceder si hay dos lámparas, una fija en el andén, en O, y otra en el centro del
tren, ambas accionadas por un interruptor que se activa por medio de una varilla que sale del
centro de tren hacia una costado, y que al pasar frente a O acciona ambos interruptores?
¿Pensaríamos que la lámpara fija en el andén es vista encenderse simultáneamente por A y B,
fijos también en el andén, mientras que la que viaja con el tren es vista encenderse
simultáneamente desde los extremos A‘ y B‘ del tren?
Es claro que dada la poca precisión con la que hemos hecho el planteo, no esperamos obtener
muchos detalles precisos. Pero algunas cosas pueden quedar claras.
Por ejemplo, no estamos tratando de adivinar posibilidades para la luz, sino estamos tratando
de comprender el electromagnetismo, y éste establece la velocidad de propagación de la luz
como independiente del movimiento de la fuente de manera indiscutible.
Eso establece que no tiene importancia que la lámpara pertenezca al tren o al andén.
Podríamos pensar que posiblemente la longitud de las graduaciones en la dirección del
movimiento son alteradas de alguna manera por el movimiento: por ejemplo, en algún
momento se planteó que los móviles sufrían un acortamiento en la dirección del movimiento
respecto de los cuerpos fijos. Con esa hipótesis (FitzGerald-Lorentz) se logró solucionar
algunos problemas que ya mencionaremos, pero no nos ayudaría en este caso, ya que una
mitad del tren debería haberse acortado, y la otra alargado. Además eso establecería que los
288

dos referenciales no son equivalentes; y lo que estamos buscando es cómo puede pensarse el
tema respetando la posibilidad de que todos los referenciales lo sean.
De manera que inexorablemente debemos considerar la idea de que el tiempo transcurra de
manera diferente en cada referencial. Pero el transcurrir diferente no se limita a fluir con
distinto ritmo, sino que lo que debe considerarse es la pérdida de la noción de simultaneidad:
para los viajeros la luz llega simultáneamente a A‘ y B‘, pero no a A y B. Y viceversa para los
observadores del andén.
Ahora bien, si aceptamos esto (y necesariamente debemos hacerlo), también debemos aceptar
que puede haber problemas para comparar medidas de longitud en la dirección del
movimiento.
Así es que la longitud del tren medida por los pasajeros que van en él, es la distancia que ellos
encuentran entre A‘ y B‘, y medida por la gente del andén, es la distancia entre A y B.
A y B son dos espectadores que se paran en cada extremo del tren en un instante dado: es
decir, el tren pasa rápido, y A tiene que estar justo frente al extremo trasero exactamente en el
mismo instante en que B está frente al otro extremo. Pero los del tren no tienen la misma
noción de simultaneidad: ello ven que justo en el instante en que A pasa frente a A‘, B no está
frente a B‘, sino que ya había sido sobrepasado.
Esto significa que el problema que tendremos para transformar el tiempo de un sistema a otro,
también nos introducirá problemas para interpretar las distancias a lo largo del movimiento.
En cambio las distancias transversales no se ven alteradas por el cambio de referencial. Por
ejemplo la altura del tren: en el andén puede haber un pórtico de cierta altura tal que el tren al
pasar lo toca. Si tiene 3 m de altura, y el tren lo toca es porque tiene esa altura, y los pasajeros
pueden medirla y llegar al mismo valor.
Estas especulaciones nos permiten aproximarnos a las ideas que deberemos considerar.

Nota: el experimento de MICHELSON-MORLEY


En 1887 Albert Abraham MICHELSON (1852-1931), y Edward MORLEY (1838-1923), hacen el famoso
experimento consistente en utilizar la extrema sensibilidad de un interferómetro de brazos iguales, para
investigar la posibilidad de que el movimiento orbital de la Tierra, de unos 30 km/s fuese detectable en
el movimiento de la luz.
El interferómetro de MICHELSON consiste en una plataforma sobre la que hay montados, en O, a la
entrada del haz de luz, un espejo semi plateado que divide el haz en dos mitades de igual intensidad a
90º una de la otra, y dos espejos planos totalmente reflectantes en A y en B, de manera de volver a
reunir las dos mitades del haz nuevamente en O. Allí una mitad de cada haz pasará hacia el
observador que recibirá de esta manera superpuesta una contribución que ha hecho el viaje OAO, con
otra de igual intensidad que ha hecho el viaje OBO (ver figura).
El operador entonces podrá regular finamente la ubicación de uno de los espejos, por ejemplo, el A,
para lograr el grado de interferencia deseada, que corresponderá a la igualdad exacta de caminos
recorridos dentro de una fracción de la longitud de onda de la luz. Prescindiendo de detalles técnicos
como que el brazo OB posee una lámina compensadora para compensar exactamente el espesor
extra que recorre el haz que atraviesa el espejo O, plateado en su cara delantera, podemos proseguir
la discusión con un interferómetro ideal, con la confianza que los detalles experimentales han sido
todos cuidados y compensados en el caso real.
289

L2

Luz de la
A fuente
O

L1

De manera que comencemos suponiendo que la Tierra está en reposo en el referencial inercial
privilegiado en el cual la velocidad de la luz es c. El operador ajusta el espejo A hasta asegurar (por
medio de la figura de interferencia) que L2 = L1. Los dos haces llegan simultáneamente, demorando
2L/c cada uno, en su recorrido a lo largo de su dirección particular.
Pero ahora imaginemos una situación más real: la Tierra viaja con cierta velocidad V (respecto del
referencial absoluto), y para comenzar la discusión, supongamos que lo hace a lo largo de la dirección
del brazo (1). Pero podemos suponer que el operador no conoce estos hechos.
Antes de seguir hay que analizar un detalle muy importante: el interferómetro no se enfoca hacia la luz
de una estrella o astro en especial que no participe del movimiento de la Tierra para ponerlo de
manifiesto, sino que la luz que ingresa proviene de una lámpara o fuente que pertenece al mismo
interferómetro. Hay que insistir nuevamente en que la experiencia solamente tiene sentido porque se
interpreta que la luz es una onda electromagnética que se propaga con velocidad de valor c en algún
referencial privilegiado del Universo, y se trata de detectar el movimiento de la Tierra respecto de dicho
referencial.
De manera que para que el haz dividido en O vuelva a reunirse allí, la trayectoria seguida por cada uno,
visto en ese referencial privilegiado, es:
B B‘

L2

O‘‘
A A1‘ O O‘
L1

En el instante t = 0 (esto no es la teoría de EINSTEIN, esto es un intento de salvar la física clásica, con
su tiempo absoluto, encontrando un referencial privilegiado, que podría ser considerado de reposo
absoluto, en el cual se cumple el electromagnetismo), la luz ingresa al espejo divisor de haz, O, y en
ese instante los otros espejos están en A, y B.
290

El haz que continúa sin desviarse encuentra el espejo A en el lugar A1‘, en el instante t1‘ = L1/(c+V). Allí
se refleja y encuentra al espejo O en cierto lugar en el instante t1‘‘= t1‘+L1/(c-V)
2 L1 1
De manera que en total demora t1 = t1‘‘ 
c 1  V2 c2
2 L2 1
El otro haz sigue la trayectoria OB‘O‘‘, para la cual demora: t2 
c 1  V2 c2
De manera que si los brazos son iguales los dos haces no van a demorar lo mismo, y el haz a lo largo
de L1 va a llegar atrasado.
Pero el operador regulará la posición del espejo A hasta que la figura de interferencia le indique que los
dos haces se encuentran sin defasarse.
Esta condición, equivalente a la igualdad de ambos brazos cuando V = 0 (es decir en el referencial de
reposo absoluto), ahora se alcanza si L1 L 2  1  V 2 c 2 .
El asunto es que el operador no conoce los valores exactos de la longitud de cada brazo, dado que la
medida precisa es la que obtiene por la interferencia, de manera que interpreta que los ha igualado de
la mejor manera posible.
Pero si ahora gira 90º la plataforma, resultará que el lado más corto, L1, irá a la posición en la cual la
luz demora menos, así que los haces se defasarán, y con la corrección que el operador deberá hacer
nuevamente para lograr sincronizar los haces, podrá calcular el valor de V.

Si ahora pensamos en una situación real en la cual se desconoce la dirección del movimiento de la
Tierra respecto del referencial absoluto, ella se podrá obtener girando la plataforma hasta obtener el
máximo atraso para el haz en esa dirección.

Claro que además la dirección del vector V puede no estar en el plano horizontal, y se podría necesitar
una movilidad complicada para ubicar completamente el vector, pero todo eso no tiene ninguna
importancia, simplemente porque la experiencia arroja un resultado absolutamente negativo: fue el
resultado negativo más sorprendente, famoso, y fructífero de la Historia.
No importa cómo se ubique el interferómetro, una vez que se calibran sus brazos para que los haces
vuelvan sincronizadamente al punto O, por más que se cambie la orientación, no se puede detectar
defasaje alguno entre los haces. La Tierra parece estar siempre en reposo absoluto: siempre se llega a
la conclusión de que V = 0.
En el momento inicial esto fue muy sorprendente, pero era físicamente posible que justo en el día inicial
de la experiencia la Tierra estuviese en reposo en el referencial absoluto. Claro que a los 6 meses, el
movimiento orbital habría cambiado la velocidad en aproximadamente 60 km/s, valor perfectamente
detectable por el instrumento.
De manera que la experiencia se hizo muchas veces en todas las condiciones posibles. Pero siempre
fue lo mismo. Siempre se obtuvo V = 0.

NOTA 1.
El resultado parece muy lógico a cualquiera que no considere la teoría que
está de por medio: si la lámpara pertenece al aparato, ¿qué diferencia va a
encontrarse poniéndolo en diferentes posiciones?
291

Y aquí es dónde interviene la teoría: precisamente se quiere detectar si el


espacio en sí mismo tiene diferente comportamiento en diferentes direcciones
para las ondas luminosas, debido a que nos estamos moviendo respecto de ese
espacio absoluto ideal que sería el que tiene el comportamiento isótropo ideal.
Se intentaron explicaciones con el auxilio del éter. Habría un éter de
naturaleza misteriosa, imponderable, respecto del cual se cumple el
electromagnetismo. Un referencial de reposo absoluto sería un referencial
respecto del cual el éter está en reposo. En cierto sentido el éter sería la
caracterización del sistema de reposo absoluto. Y entonces podría pensarse que
la Tierra en su movimiento arrastra al éter en su vecindad.
Y tantas cosas más podrían pensarse.

Otra explicación fue la contracción de FITZGERALD-LORENTZ: estos dos físicos, George Francis
FITZGERALD (1851-1901) en 1889, y Hendrik Antoon LORENTZ (1853-1928) en 1892, proponen que el
sistema que se mueve respecto del absoluto sufre una contracción en el sentido del movimiento, de
valor aproximadamente L/L  ½ V2/c2  1 – (1-V2/c2)½. De esta manera, cuando se sincroniza la
llegada de los haces con el brazo (1) a lo largo del movimiento, la relación L1 L 2  1  V 2 c 2 se
cumple si los brazos tienen la misma longitud ―nominal‖ pero el (1) ha sido víctima de este
acortamiento. Al girar el instrumento este brazo recuperará su valor nominal, y se acortará el otro,
preservando siempre la sincronización.
FITZ GERALD y LORENTZ encuentran así las que posteriormente se han llamado ―transformaciones de
LORENTZ‖ que caracterizan los cambios entre referenciales inerciales en Relatividad.

Transformaciones de Lorentz
EINSTEIN conocía estos resultados negativos de la experiencia de MICHELSON, y estas
transformaciones de coordenadas necesarias para que se pudiera obtener la velocidad de la luz
con el mismo valor en cualquier referencial, y se sirve de ellos para plantear una revolución
en la concepción del espacio-tiempo.
Entonces EINSTEIN enuncia que:

Todos los referenciales inerciales son equivalentes para enunciar las


leyes del electromagnetismo, además de las de la mecánica.

Equivalentes para enunciar las leyes del electromagnetismo es traducido aquí como el
enunciado simple de que la velocidad de la luz tiene el mismo valor en todos ellos.
Entonces ahora vamos a tratar de elaborar las modificaciones necesarias en nuestras
concepciones para que se pueda cumplir esto.
En principio podemos decir que no hay cambios para la forma en que un observador inercial
organiza su sistema de ideas: él tiene sus ejes uniformemente graduados, sus relojes
sincronizados, etc., y puede encontrar natural que las ondas electromagnéticas en el vacío
viajen con una velocidad fija en cualquier dirección, independientemente de la velocidad de la
fuente que las emite, si eso es lo que afirma la teoría. Y lo que le va costar entender es que
otro observados que está en movimiento respecto de él, pueda medir los mismos valores de
velocidad de estas ondas.
292

En este punto es importante recuperar algunas ideas acerca de lo que se pretende indicar
cuando se habla de lo que mide un observador. Cuando hablamos de la posición o el
movimiento de una partícula siempre lo hacemos en el marco de algún referencial, al cual
corresponde la descripción del observador. Así es que cuando decimos que el observador ve
que la partícula pasa en tal instante por tal punto con tal vector velocidad, lo que se establece
es simplemente el conjunto de datos objetivos (posición, velocidad, etc., en determinado
instante), el cual es absolutamente independiente de que realmente exista o no un observador
registrándolo u observándolo.
Más aún, es costumbre imaginar al observador en el origen del sistema de coordenadas que
se toma de referencia, lo cual carece absolutamente de sentido: el observador simplemente es
todo el sistema de referencia, con la capacidad de registrar todo lo que sucede en cada uno de
sus puntos en cada instante.
Es decir, el referencial está munido de un sistema de ejes cartesianos y, y, z, con origen O,
que simbolizaremos con (O, x, y, z).
Los ejes son rectilíneos, perpendiculares entre sí, y están graduados uniformemente hasta el
infinito con alguna unidad de longitud, y en cada lugar hay un cronómetro que registra el
instante en el que ocurre algo en ese lugar.
Aquí hay un punto importante: cuando se dice el instante t en que ocurrió algo, no se alude al
instante en el que se lo observó desde el origen, o desde otro lugar determinado, sino a lo que
indicaba el cronómetro del lugar en el que ocurrió.
En la física clásica podía considerarse la posibilidad de que algo ocurrido en un lugar, fuera
conocido instantáneamente en otro lugar. La fuente inspiradora de esa idea era el hecho de
que la velocidad de la luz era tan enormemente grande comparado con cualquier otra, que se
la podía imaginar infinita, y así, no sólo que la información que ella transportaba podía
considerarse que llegaba instantáneamente, sino que además ayudaba a imaginar que podría
haber otros métodos de tomar conocimiento instantáneamente de lo ocurrido a cierta
distancia.
Básicamente la propagación casi instantánea de la luz es lo que llevó a elaborar la idea de
cómo el tiempo parece ser: algo que fluye uniformemente con total independencia del
observador (o del referencial). Es la idea del tiempo absoluto: el tiempo de la física clásica.
Una vez instalada la idea del tiempo absoluto, hasta se pierde de vista el hecho de que ella
depende de la existencia de algo que se propague instantáneamente. Pero es claro que con la
física que se puede elaborar dentro de la idea del tiempo absoluto, no se puede explicar que la
velocidad de la luz no dependa del observador.
Ahora debemos abandonar esa idea, pero para poder hacerlo debemos tener cosas seguras a
las que aferrarnos. Una cosa segura ahora será la constancia de la velocidad de la luz, y la
vamos a utilizar como medio seguro para sincronizar y controlar relojes.
De esta manera, en cada referencial, es posible emitir un pulso de luz desde el origen en el
instante t0, el cual será recibido por el encargado de controlar el sitio A en el instante en que el
cronómetro de ese sitio indica tA, y siendo reflejado de vuelta al origen llegará a éste en el
instante t1. Luego de realizado este procedimiento el encargado de controlar el origen
determina que la distancia al sitio A es dA = ½ c (t1 – t0), y comunica al encargado del sitio,
que su reloj debe indicar t‘A = t0 + (t1 – t0)/2 = (t0 + t1)/2.
Es decir, estamos presuponiendo que el referencial puede tener un encargado de cada sitio,
con un encargado del origen que se encarga de todos los procedimientos de sincronización, y
con un cronómetro en cada sitio, capaz de funcionar perfectamente, es decir sin atrasarse ni
293

adelantarse. Cuando el encargado del sitio A recibe la información del valor t‘A que su
cronómetro debió indicar al recibir el pulso de luz, eso le sirve para verificar si su reloj está
correctamente sincronizado, o para saber cuánto debe atrasarlo o adelantarlo. Pero no tiene
dudas sobre si su reloj está funcionando bien.
Es decir, estamos planteando la situación ideal de que en todos los sitios hay relojes ideales
que funcionan perfectamente bien, y que son sincronizados con algún procedimiento como
éste, que gracias a la constancia de la velocidad de la luz garantiza que es posible determinar
exactamente el instante en el que ocurre algo en cualquier lugar del Universo por lejano que
sea, por medio del reloj que está allí y que hemos sincronizado de esta manera.
Por supuesto que se puede demorar muchísimo tiempo para sincronizar los relojes de sitios
muy lejanos, y también muchísimo tiempo para reunir (por ejemplo en el origen) la
información de dónde/cuándo ocurrieron determinados eventos lejanos. Además es claro que
si el observador en el origen mira con un telescopio las diversas regiones de su sistema, él no
los ve sincronizados: ve más atrasados a los más lejanos, conforme le va llegando la luz desde
ellos. Pero él sabe que están sincronizados y que debe creer en la indicación de cada uno.
Bien, de manera que conceptualmente es claro que se puede concebir cada referencial lleno de
ejes graduados y relojes perfectamente sincronizados, que permiten determinar perfectamente
en qué instante ocurre cada cosa en cada lugar. Estas determinaciones estarán totalmente
libres de efectos aparentes: no importa si algo se ve ocurrir antes porque ocurre cerca y la
información llega primero. Lo que se tiene en cuenta es el instante indicado por el reloj que
está en el lugar en el que el evento ocurre – y los relojes son todos ideales y están
estrictamente sincronizados con el procedimiento que aprovecha la propiedad clave que es la
constancia de la velocidad de la luz.
De manera que lo que estamos diciendo es que la situación ideal de la física clásica,
aparentemente sigue sin cambios para cada observador inercial, y los problemas solamente
van a aparecer cuando él quiera comparar sus mediciones con las de otros referenciales
inerciales.
Y ahora vamos a buscar la forma de describir la marcha de un rayo de luz desde dos

referenciales inerciales que se mueven con velocidad V uno respecto del otro.
Es decir tendremos un referencial inercial (O, x, y, z, t) y otro (O‘,x‘, y‘, z‘, t‘) que viaja con

velocidad V respecto del primero, y en ambos trataremos de describir la marcha de un frente
esférico de ondas luminosas que parten de un dado lugar en cierto instante.
Dado que cada uno de los referenciales inerciales es homogéneo e isótropo, todas las cuentas
e simplifican si los orígenes de ambos sistemas se eligen en el punto desde el cual se emite la
luz, en ese instante, y los ejes homónimos de ambos sistemas se eligen paralelos entre sí.
Elijamos el eje x a lo largo del movimiento, de manera que para O, la velocidad de O‘ es
   
v O'  V  (V, 0, 0) , y viceversa, para O‘: vO  V  (V, 0, 0) .
Es decir, tenemos los dos referenciales con sus ejes x superpuestos moviéndose a lo largo de
los mismos, y en el instante en que los dos orígenes se superponen, parte de ese origen
común, el frente de ondas esférico en todas direcciones. Por simplicidad los relojes de los dos
referenciales se sincronizan de manera que el reloj del origen de cada uno indica cero también
en el instante de la superposición y partida de la luz: t = 0 = t‘.
Ahora bien, queremos encontrar una transformación lineal entre las coordenadas de ambos
sistemas. La transformación debe ser lineal porque el espacio es homogéneo para ambos
sistemas.
294

Por otra parte es claro que estamos ante un problema de simetría cilíndrica alrededor del eje x:
lo que suceda con y es lo mismo que con z. Basta con estudiar la marcha de un rayo de luz en
el plano (x, y).
Por otra parte, no se espera un cambio en las unidades de medida entre ambos sistemas: en
ambos sistemas se utiliza la misma regla de longitud unitaria, y el mismo reloj.
Además como ya hemos comentado, no debe haber cambios en las direcciones transversales
al movimiento. Es decir, si la regla con la unidad de medida en el eje y’ pasa frente a la regla
del otro referencial, ubicada en el eje y, o en cualquier línea paralela a este eje, en el instante
en que se superpongan deben verse coincidiendo en su longitud. Esto significa que debe ser y
= y’, y en realidad la transformación de coordenadas que debemos encontrar es entre (x, t) y
(x’, t’).
Es decir, debemos encontrar los coeficientes a, b, d, e, tales que:
x‘ = a x + b t
t‘ = d x + e t
y que:
1. si x‘= 0, para cualquier t‘, entonces estamos hablando del movimiento de O‘, y debe
ser x = V t
2. Si x = 0, para cualquier t, entonces estamos hablando del movimiento de O, y debe ser
x‘ = V t‘
3. Si x = c t, entonces estamos describiendo un rayo de luz que viaja a lo largo de x, y
también debe ser x‘ = c t‘
4. Si x‘ = 0, pero y‘ = c t‘, entonces estamos describiendo un rayo de luz que viaja a lo
largo de y‘, y debe ser x = V t, c t = V 2 t 2  y 2 (en donde, además y‘= y = c t‘)

Aplicando sucesivamente estas cuatro condiciones se pueden determinar los coeficientes:


1.  b = a V
2.  e = b/V = a
3.  d = a V / c2
4.  a = (1 – V2/c2)–½
De manera que la transformación lineal buscada queda expresada por:
x‘ =  (x  V t) (1)
Vx
t‘ =  (  + t) (2)
c2
1
Siendo   , un factor que aparece reiteradamente en todos los temas de
1  V2 c2
relatividad, y que como puede verse, mantiene un valor muy aproximadamente igual a la
unidad para todos los valores de V << c a los que estamos acostumbrados, pero que puede
crecer infinitamente si V  c.
295

Estas relaciones definen las Transformaciones de LORENTZ, que como ya hemos comentado
fueron halladas por LORENTZ en 1892 e interpretadas como indicativas de los alargamientos o
acortamientos que debía sufrir cada sistema en la dirección del movimiento, para que pudiera
explicarse el resultado negativo de la experiencia de MICHELSON-MORLEY.
Vale notar que si V << c, y dentro de distancias razonables, estas relaciones se transforman en
las expresiones usuales del cambio entre coordenadas de referenciales inerciales:
x‘  x  V t
t‘  t
A éstas se las suele denominar ―transformaciones de Galileo‖.

Inspeccionando las transformaciones de Lorentz, queda claro que solamente tienen sentido
para V < c. Generalmente se utiliza definir:  = V/c, factor adimensional, en módulo siempre
< 1.
Es interesante a veces tomar, por ejemplo, unidad de longitud = ―segundo-luz‖ (abreviaremos
―s.l.‖). En estas unidades c = 1, y V = .
Se suelen hacer gráficas x(t), con la costumbre de que el eje de ordenadas se reserva para el
tiempo.
xB(t) xD(t)
t xL(t)
xA(t)

1s
1 s.l.
x
O
Fig. 1: varias gráficas x(t) de movimientos uniformes a lo largo de x de
distinta velocidad: vA = 0; vD > vB. xL(t) corresponde a un rayo de luz.

Transformación inversa
Es fácil verificar que la transformación inversa se obtiene cambiando el signo a V:
x =  (x‘ + V t‘) (1‘)
V x
t=( + t‘) (2‘)
c2

Ejemplo 1: medición de longitudes.


Interprete la longitud de una regla ubicada a lo largo del eje x, cuya longitud propia es L0, viajando a lo
largo de x con V = 0,80 c (se llama longitud propia de un objeto a la que mide el observador que lo
tiene en reposo).
Si llamamos A, y B, a los puntos extremos de la regla, ellos están en reposo en el referencial móvil,
separados por una distancia fija, que se obtiene efectuando la resta xB‘  xA‘. En este sistema en el
cual la regla está en reposo, no tiene importancia en que esta resta se efectúe tomando la posición de
cada extremo en un mismo instante t‘ o en cualquier instante cada una, ya que siempre se va a obtener
lo mismo.
296

Pero en el referencial de O la regla viaja, y podremos escribir las funciones xA(t), y xB(t) que dan la
posición de cada extremo, viajando con velocidad constante V. Y para establecer su longitud debemos
efectuar la resta L = xB(t)  xA(t), cuidando que x(t) se escriba para el mismo t para cada extremo.
Escribiendo la expresión (1) para cada extremo y efectuando la resta, tenemos que los términos V t se
eliminan al tener el mismo valor de t (para cada extremo), y queda:
xB‘  xA‘ =  (xB  xA) = L0.
Es decir L = L0/ = (3/5) L0.
Queda claro que el observador que tiene la regla en reposo mide la mayor longitud posible, que es la
propia. Para todos los que la ven viajar, es más corta. Claro que si cada sistema tiene una regla igual,
el efecto es simétrico: para cada uno su regla es más larga.
En las siguientes gráficas se indica la posición de cada extremo en función del tiempo para cada
referencial, teniendo en cuenta cómo las transformaciones de Lorentz modifican las graduaciones del
eje x.
t’
t
xA‘(t‘) xB‘(t‘)
xA(t) xB(t)

x’
x
O
O
L0 0,6 L0

Más adelante veremos que hay una forma de hacer estos diagramas (diagrama de Minkowsky), que es
mucho más eficiente y clara para mostrar estas relaciones.

Las restas hechas en este ejemplo constituyen una traslación que corre el origen del sistema
móvil al extremo A de la regla. Luego todo se reduce a estudiar cómo viaja el otro extremo.
Como esto siempre es posible, a veces conviene tener en claro que las Transformaciones de
Lorentz en general pueden plantearse como transformaciones de intervalos:
x‘ =  (x  V t)
Vx
t‘ =  (  + t)
c2

Ejemplo 2: medición de tiempos.


Considere la marcha de un reloj que viaja a lo largo del eje x, con V = 0,80 c.
El reloj está fijo en el origen O‘: x‘(t‘) = 0, e indica el tiempo propio de este observador, t‘.
En el referencial en el que se lo ve viajar x = V t, de manera que según (2):
Vx VVt
t‘ =  (  2
+ t) =  (  2 + t) = t  (1- V2/c2) = t / 
c c
Equivalentemente se puede plantear para intervalos: t‘ = t /  = 0,60 t .
El intervalo de tiempo propio entre dos sucesos es el más corto que miden todos los observadores que
captan los sucesos, y obviamente también es simétrico.
297

Pero para entender que este efecto sea simétrico es necesario revisar las ideas. Para ello
veamos las figuras siguientes:
En t = tA
En t = tB
V V
tA‘ tB‘
x x
tA tA tB tB
xA xB xA xB

Fig. 2: un reloj móvil (que es un reloj de O‘), visto por O, o sea, comparado sucesivamente con
distintos relojes de O. En cada instante todos los relojes de O indican el mismo instante.

El evento A es el pasaje del reloj móvil por el origen O. Ocurre en xA = 0, tA = 0, xA‘ = 0, tA‘
= 0.
El evento B es el pasaje del reloj móvil por el lugar situado en xB, y ocurre en tB = xB/V.
Pero para el sistema móvil, cuyo origen es este reloj por definición, B sigue ocurriendo en el
origen: xB‘ = 0. De manera que ambos eventos, A, y B, ocurren en el mismo lugar para el
sistema móvil, y por lo tanto el intervalo de tiempo que los separa, es propio, y es el más corto
posible t‘ = t/. Utilizaremos la letra  en general para el tiempo propio:  = t/.
De esta manera en el referencial de O se observa, y se mide, cómo un reloj viajero atrasa.
Además podría verse que todos los relojes viajeros de O‘ atrasan exactamente al mismo ritmo,
pero que además están defasados entre sí.
Es decir, colocando un instante dado del referencial O, por ejemplo t = 0, en la expresión (2),
podría verse que t‘ tiene valores diferentes en los diferentes lugares, como se ilustra en la
figura 3:
t‘ =  Vx/c2
V V V V V
+2 +1 0 1 2 Relojes de O‘

0 0 0 0 0 Relojes de O
x

Fig. 3: varios relojes móviles de O‘, vistos en un instante de O, por ejemplo t = 0.

Y esto explica por qué si en el referencial O‘ (para quien todos sus relojes están perfectamente
sincronizados, y no así los de O), se observa un reloj de O, viajando hacia x-, y se lo va
comparando con los sucesivos relojes de O‘, se lo verá atrasando.
Es decir, si tomamos el reloj fijo en x = 0, y comparamos su lectura t, con la t‘ de cada lugar
por el que va pasando:
t‘ =  t
O bien, t‘ =  t. Ahora t es el intervalo de tiempo propio, y es el más corto posible.

Intervalo relativista.
Aplicando las transformaciones de Lorentz es fácil verificar por cálculo directo, para dos
eventos cualesquiera A, y B, que la siguiente cantidad es independiente del referencial:
298

(x)2 + (y)2 + (z)2 – (c t)2 = (x‘)2 + (y‘)2 + (z‘)2 – (c t‘)2


Por convención se prescinde de los paréntesis para simplificar la escritura:
x2 + y2 + z2 – c2 t2 = x‘2 + y‘2 + z‘2 – c2 t‘2
Se interpreta el espacio-tiempo, como un espacio de 4 dimensiones, en el que la ―distancia‖,
aquí denominada ―intervalo‖, s, se calcula con esta expresión seudo-euclídea:
s2 = x2 + y2 + z2 – c2 t2 (3)

Nota: distancia euclídea


En el espacio tridimensional, dadas las coordenadas de dos puntos, se define la distancia entre ambos
con la conocida fórmula de la geometría euclideana:

d  (x) 2  (y) 2  (z) 2


Es decir, prescindiendo de los paréntesis y de la raíz, simplemente para abreviar la notación
escribimos:
d 2  x 2  y 2  z 2
Esta distancia resulta independiente de los valores xi que cada sistema de coordenadas le atribuye a
ambos puntos.
En el caso del espacio-tiempo relativista, s juega el mismo rol que la distancia d en el espacio
tridimensional, pero se calcula con una fórmula no-euclidiana, que se denomina seudo-euclidiana.
El cambio de un referencial inercial a otro puede ser pensado como un cambio de coordenadas en el
espacio-tiempo, y lo que permanece invariante entre dos eventos frente a este cambio de coordenadas,
resulta ser el intervalo s.

Caso del intervalo nulo


Si s = 0, entonces la distancia espacial d entre los dos eventos, dada por: d2 = x2 + y2 + z2,
cumple con d2 = c2 t2.
Esto dice que la separación en tiempo y espacio entre los dos eventos es tal que pueden ser
unidos por un rayo de luz (y es importante notar que todos los observadores inerciales
acuerdan en eso).
Caso del intervalo imaginario
Si s2 < 0, entonces tenemos d2 < c2 t2, y d/t = V < c, es la velocidad de un móvil para el
cual los dos eventos ocurren en un mismo lugar. Para este móvil el intervalo de tiempo es
propio, y vale  = (-s2/c2)½.
Volviendo a la expresión inicial tenemos: s2 = V2 t2 – c2 t2 = - c2 t2 (1 – V2/c2) = - c2
t2/2, que corrobora la expresión:  = t / .
Por esto los intervalos con s2 < 0, se denominan ―tipo tiempo‖, ya que siempre existe un
observador para el cual simplemente la separación entre los dos eventos es un transcurso de
tiempo.
Caso del intervalo real
Si s2 > 0, entonces tenemos d2 > c2 t2, y no puede haber un móvil con velocidad d/t, ya que
sería mayor que c.
299

En cambio sí existen referenciales para los cuales los dos eventos son simultáneos, y en
cualquiera de ellos t‘ = 0, y d‘ = s.

Diagrama de MINKOWSKY
Este diagrama es una forma especial de representación gráfica (x, t), en la cual se puede
mostrar la graduación de los ejes para cada observador inercial de acuerdo con las
transformaciones de Lorentz.
Comencemos con el diagrama básico ya visto en la figura 1, en la cual se muestran las
gráficas x(t) de varios móviles animados de movimiento uniforme a lo largo de x, por
comodidad con unidades tales que c = 1.
xB(t) xD(t)
t xL(t)
xA(t)

1s
1 s.l.
x
O

El eje de ordenadas está graduado mostrando el transcurso del tiempo para el observador O, y
se denomina línea de mundo de O. Cada uno de sus puntos muestra la ubicación de O en cada
instante.
De la misma manera la línea xA(t) y xB(t) serían las líneas de mundo de dos observadores, A
que está en reposo, y B que viaja con cierta velocidad VB.
Ahora consideremos, para cada uno de estos referenciales, el origen ubicado de manera que
todos los orígenes se superpongan en un punto en el instante tomado como origen del tiempo
también para cada uno de los referenciales.
xA(t)
xB(t) xL(t)

1s

x
O 1 s.l.
Fig. 4: varias gráficas x(t) de movimientos uniformes a lo largo de x de
distinta velocidad: vA = 0; vD > vB. xL(t) corresponde a un rayo de luz.

La línea xA(t) podría tener la misma graduación que el eje de ordenadas, y la xB(t) debería
tener una graduación más espaciada, que muestre cómo marcha el tiempo para B. Cada una de
estas graduaciones indicaría el tiempo propio de cada observador.
Esta graduación puede hacerse recurriendo a la expresión del intervalo: x2 – c2t2 = s2
Cualquier valor negativo constante de s2 define una hipérbola (cualquier valor positivo
también, pero aquí estamos interesados en los negativos), y dado que no depende del
observador, esa hipérbola intersecta a cada línea de mundo en el mismo valor de tiempo
propio: x2 – c2t2 = x‘2 – c2t‘2 = s2.
300

Así la hipérbola x2 – t2 = x‘2 – t‘2 = – 1, corta a cada línea de mundo en el valor t‘ = 1.


x2 – t2 = –4
( t‘ )
(t)
x2 – t2 = –1

2
2

1
1

x
O 1 2
Fig. 5: cada hipérbola x2 – t2 = -s2, intersecta la línea de mundo de
cualquier móvil que haya pasado por el origen en t = 0, en el valor t‘ = s.

Ahora bien, si en las transformaciones de Lorentz (2) planteamos t‘ = 0, obtenemos x/t =


c2/V, es decir, siendo c =1, tenemos que x/t = 1/V. Es decir, la línea que da el instante t‘ =
0, es simétrica respecto de la línea a 45º, de la línea de mundo del observador.
Y esta línea t‘ = 0, puede considerarse el eje x‘ del observador que viaja con velocidad V.
Por otra parte, las hipérbolas que dan valores constantes positivos de s2, son simétricas de las
anteriores, y sirven para calibrar de la misma manera cualquier eje x‘.
x2 – t2 = –4
t‘
t
x2 – t2 = +4

2
x’
2

1
1
2
1 x
O 1 2
Fig. 6: el eje x ‘ indica los puntos de t‘ = 0, y debe graduarse con las
hipérbolas mostradas, de manera similar al eje t ‗.
301

t
t‘

2
x’
2

1
1
2
1
x
O 1 2

Fig. 7: las líneas paralelas al el eje x ‘ son líneas de instantaneidad para O‘: cada
una corresponde a un valor constante en (2); y las paralelas al eje t‘ corresponden a
un valor constante en (1).

Ejemplo:
Encuentre gráficamente las coordenadas de un evento A en ambos referenciales.
Desarrollo.
t t‘
A
tA
3
tA‘
2 x’
2

3
1
1
2
xA‘
1 x
O 1 2 xA 3

Ejemplo:
a) Muestre el proceso de medir una regla de unidad de longitud 1 a lo largo de x, viajando con
velocidad V en esa dirección.
b) Luego muestre cómo el viajero mide la regla cuando está en reposo en el eje x.
Desarrollo
a) Considere que un extremo de la regla fijo es el origen O‘, y el otro, A, está fijo en la marca 1 del eje
x‘.
302

t t‘

medición a
t = cte
1,0 x’

0,5 1,0

0,5
x
O 0,5 1,0
medición a t = cte

b) Ahora consideremos que un extremo de la regla es el origen O, y el otro, A, está fijo en x = 1.


t

t’

x’

0,5 1,0

0,5
x
O 0,5 1,0

Transformación de las velocidades


Consideremos ahora un móvil cualquiera, el cual para el referencial O se mueve de manera

que su posición está dada por r ( t ) = (x(t), y(t), z(t)).
Para O‘ que se desplaza a lo largo de x con velocidad V, las transformaciones de Lorentz se
pueden escribir como:
dx‘ =  (dx – V dt) ; dy‘ = dy ; dz‘ = dz ; dt‘ =  (dt – V dx/c2)
Con estas expresiones, dividiendo dx‘ por dt‘, se obtiene:
dx   (dx  V dt ) vx  V
v‘x =   (4)
dt   (dt  V dx / c ) 1  V v x c 2
2

Y de similar manera:
dy dy vy
v‘y =   (5)
dt   (dt  V dx / c )  (1  V v x c 2 )
2

dz  dz vz
v‘z =   (5‘)
dt   (dt  V dx / c )  (1  V v x c 2 )
2

Estas expresiones constituyen la Transformación de Lorentz de las velocidades, y permiten


verificar (y demostrar) el hecho fundamental de que ninguna adición de velocidades permite
obtener una velocidad mayor que c.
303

Ejemplo
Considere que dos móviles se mueven a lo largo del eje x de cierto referencial, uno hacia el otro, con
las velocidades v1 = 0,8 c, y v2 =  0,8 c. Encuentre la velocidad con la que el móvil 1 ve acercarse al 2.
Desarrollo
Transformemos las velocidades a un sistema O‘ que se mueve a lo largo de x con V = v1.
v ‘1 = 0
v2  V  0,8 c  0,8 c  1,6 c
v ‘2 =    0,976 c
1 V v2 c 2
1  0,8·0,8 1,64

Causalidad y cono de luz


A partir de estos desarrollos podemos advertir que lo que hace que la velocidad de la luz sea
independiente del observador, es una propiedad del espacio-tiempo, más que de la luz.
Vemos que la estructura del espacio tiempo es tal que fija el valor c como el máximo valor de
velocidad para el viaje de cualquier partícula. Y si la velocidad de una partícula tiende a ese
valor para algún observador O‘ el cual además se mueve en la misma dirección y sentido
respecto de otro observador O con una velocidad que a su vez tienda a c, la correspondiente
adición de velocidades no podrá hacer que la velocidad de la partícula supere el valor c
respecto de O.
Y veremos luego de estudiar algo de dinámica relativista, que una partícula acelerada
indefinidamente por una fuerza constante, también adquirirá una velocidad cuyo valor tenderá
a c sin poder alcanzarlo.
De manera que lo que hemos hallado es que las propiedades del espacio-tiempo imponen una
velocidad máxima a la propagación de cualquier cosa. Esta velocidad, c, no puede ser
alcanzada en realidad por ninguna partícula material, y es la velocidad natural de las
interacciones electromagnéticas.
Podemos interpretar que es la velocidad natural de las interacciones electromagnéticas porque
al no necesitar éstas un medio material para propagarse, su propagación queda necesaria y
naturalmente sujeta a las propiedades exclusivas del espacio tiempo vacío. De manera que
ésta debe ser la velocidad de propagación de cualquier entidad o interacción que no requiera
medio material, por ejemplo, la gravedad.
Así es que ningún evento A puede ser causa de, (o influir sobre) otro acontecimiento B, del
cual lo separe un intervalo tipo espacio, porque ello requeriría de algo que se propagara con
mayor velocidad que c.
Es muy importante notar que los intervalos relativistas son invariantes, de manera que la
clasificación en espaciales, nulos, o temporales, es independiente del referencial.
En la figura 8 se muestra un diagrama (x, t) con el que es costumbre mostrar, para la
dimensión espacial x, a partir de cualquier evento A en la línea de mundo de una partícula, las
dos líneas nulas (rayos de luz) que delimitan todos los eventos sobre los que A podrá influir
en el futuro (por ejemplo B), así como todos los que han podido influir sobre A en el pasado
(por ejemplo C).
Un evento como el D en esta figura está separado de A por un intervalo espacial, y eso
significa que aunque en esta gráfica es anterior a A, para otros referenciales es posterior. Eso
significa que no puede haber relación causal entre ellos: ninguno pudo influir sobre el otro.
304

t
x(t)
B

Rayo de luz Futuro de A


hacia x Rayo de luz
hacia x+
A
D
x
O
Pasado de A
C
Fig. 8: x(t) es la línea de mundo de una partícula, y sobre ella A es un evento
cualquiera. Entre los dos rayos de luz mostrados están todas las líneas temporales
que pueden conectarlo con eventos como B que pueden ser influidos por A (futuro),
o como C, que pudieron influir sobre A (pasado). Eventos como D, fuera de esta
zona son anteriores a A en algunos referenciales, y posteriores en otros.

Si se agrega una dimensión más al diagrama, por ejemplo el eje y, todos los rayos de luz que
pasan por un evento determinan una superficie cónica que da lugar a la denominación usual
de cono de luz. Por supuesto que el concepto incluye a las tres dimensiones del espacio,
aunque no se pueden representar gráficamente las cuatro dimensiones del espacio-tiempo.

Nota:
La ecuación x2 + y2 – z2 = 0 define una superficie cónica cuyo eje es el eje z, en el espacio
tridimensional. La ecuación x2 + y2 – c2 t2 = 0 define una superficie cónica, que podríamos dibujar, pero
cuyo eje es temporal. En el espacio tridimensional esta ecuación indica circunferencias en el plano z =
0, cuyo radio vale c·t, es decir se va expandiendo con t, y da lugar a que se dibuje un cono si se
representa el tiempo en la tercer dimensión.
La generalización a todas las dimensiones es x2 + y2 + z2 – c2 t2 = 0, que indica una superficie esférica
de radio r = c·t en cada instante, y que puede ser imaginada (pero no dibujada) como un hipercono en
el cuadriespacio cuando se agrega el eje t.
305

7.2.- Dinámica relativista


Introducción
Tratemos ahora de enunciar las leyes de la Dinámica en el marco de la Relatividad.
Es claro que tanto el Principio de Inercia, como el de Acción y Reacción, no sufren ningún
cambio respecto de su versión clásica. Obviamente el Principio de Acción y Reacción
solamente se puede referir aquí a fuerzas de contacto, es decir, a fuerzas que actúan
localmente, y no tendría sentido tratar de aplicarlo a fuerzas que actuarían a distancia, como la
gravedad, porque ello solamente tendría sentido en el marco de la existencia del tiempo
absoluto y la propagación instantánea de las interacciones (la gravedad solamente halla su
explicación en el marco de la Relatividad General).
Es decir que lo que debemos encontrar ahora es la forma adecuada de la Ley del Impulso para
una partícula, y vamos a comenzar con algunos tanteos que nos ayuden a comprender por qué
no es correcto pensar algunas cosas.
Como no vale la pena complicarnos con algunas expresiones que se tornan muy laboriosas (ya
que simplemente vamos a mostrar algo que no hay que hacer) vamos a poner un ejemplo de
choque elástico manejado numéricamente.

Un ejemplo ilustrativo
Consideremos un choque elástico frontal que ocurre entre dos partículas a lo largo de x, en el SCM, y
luego veamos qué ocurre al describirlo desde otro referencial que viaja también a lo largo de x.
Sea m1 = 1; m2 = 2; y las velocidades antes del choque son ~v = 2/3; ~v = 1/3 (se ha tomado c = 1; la
1 2
tilde es para indicar que son valores en el SCM, y el signo indica el sentido de cada velocidad).
Éste es un caso muy simple, estamos en un referencial inercial, y con Relatividad o no, las velocidades
después del choque deberán ser: ~v1 = 2/3; ~v 2 = 1/3.
Obviamente se cumple la conservación de la cantidad de movimiento lineal planteada como
 m i v x i : m1 ~v1 + m2 ~v 2 = 0 = m1 ~v1 + m2 ~v 2 .
Ahora efectuemos la transformación de las velocidades a un referencial que se mueve con V = 0,8 c
en la dirección x.
~
vV ~
v  0,8
Para cada velocidad la fórmula de transformación es: v  
~
1 V v c 2
1  0,8 ~
v
Con ella se obtiene, antes del choque: v1 = 22/23; v2 = 7/11; y después del choque: v‘1 = 2/7; v‘2 =
17/19.
Y ahora tratemos de verificar la conservación de la cantidad de movimiento lineal propuesta como
 mi v x i :
Antes: m1 v1 + m2 v2 = 22/23 + 14/11 = 564/253 = 2,2292…; después: m1 v‘1 + m2 v‘2 = 2/7 + 34/19 =
276/133 = 2,0752…
Claramente  m i v x i , que se conserva para el primer observador, no se conserva para el segundo (y
tampoco lo haría para cualquiera otro con cualquier valor de V que se eligiera).
306

Es de presumir que no sabemos cómo escribir correctamente la cantidad de movimiento



lineal. Deberíamos encontrar una expresión que se reduzca a m v cuando v/c  0, y
tendríamos que encontrar una guía para el razonamiento.
También sería interesante entender por qué falla la conservación que propusimos.
Una ayuda para encontrar el razonamiento correcto podría venir a través del
electromagnetismo: si podemos transformar todas las fórmulas del electromagnetismo, y
encontrar en ellas cómo debe moverse una partícula cargada en un campo dado, seguramente
hallaremos pistas sobre cómo plantear correctamente algunas variables – pero aquí trataremos
de prescindir de eso, y mantenernos exclusivamente dentro de razonamientos de mecánica.

2.2.- Cuadrivectores
La relatividad permite considerar el espacio-tiempo como un espacio vectorial de cuatro
dimensiones. Por razones de comodidad vamos a uniformar las unidades de todos los ejes
definiendo, en lugar del tiempo, una coordenada x0 = c t, la cual es temporal, pero tiene
unidades de longitud. De esta manera nos queda cada evento indicado por un cuadrivector
cuyas 4 coordenadas x son: (x0, x1, x2, x3) = (ct, x, y, z).
Utilizaremos como notación colocar subíndices griegos a una letra para designar al
cuadrivector correspondiente.
Es decir, un evento queda ubicado en tiempo y espacio, por un vector posición x en el
 
cuadriespacio, y será útil la notación: x = (x0, r ), utilizando el vector r , que da la posición
en el espacio tridimensional habitual de cada observador.
Las transformaciones de Lorentz pueden escribirse con una matriz de 44, L. Para el caso
de sistemas con los ejes espaciales de la misma orientación, y movimiento relativo a lo largo
de x, la operación matricial correspondiente sería:
 x 0      0 0  x 0 
 x       0 0  x 
  (6)
 y   0 0 1 0  y 
    
 z   0 0 0 1  z 
Operación que también puede indicarse como:
x    L   x   (6‘)
Para cada evento hay un punto en este espacio, es decir, un cuadrivector. De ese cuadrivector
conocemos las coordenadas que le atribuyen los distintos observadores inerciales.
Y las transformaciones de Lorentz son las que permiten hallar las coordenadas que un
observador atribuye a cada evento, a partir de las que le atribuye otro.

Nota.
Aquí por simplicidad trataremos de realizar todos los razonamientos limitándonos a las orientaciones de
ejes y movimientos relativos que hemos mencionado.
Es claro que se podrían plantear rotaciones en el espacio tridimensional de uno o de ambos
referenciales inerciales involucrados en cada transformación, para obtener matrices de
transformaciones más generales.
307

Obviamente todas las operaciones vectoriales entre elementos de este espacio dan por
resultado nuevos vectores del espacio. Pero ello no es así si nos limitamos al espacio
tridimensional de un observador, ya que las transformaciones de Lorentz mezclan la
componente x con la t de un observador para encontrar la descripción de otro.
Esto significa que solamente tiene sentido tratar de enunciar leyes generales, si se refieren a
los cuadrivectores.
Por ejemplo, para un sistema aislado compuesto por partículas no tiene sentido pretender
enunciar la conservación de la cantidad de movimiento lineal a través de la expresión

 mi v i  cte , porque esa expresión está escrita con la parte tridimensional de los
cuadrivectores correspondientes, y cualquier transformación de Lorentz va a mezclar una
componente de estos vectores con alguna componente temporal que no figura en ellos.
Por eso vimos en el ejemplo anterior que en un choque entre dos partículas, la cantidad
 
m1 v1  m 2 v 2 se conservaba para algún observador inercial, pero no para otros.

Producto escalar
Una propiedad fundamental de las transformaciones de Lorentz, es que ellas garantizan que
todos los observadores obtienen el mismo intervalo relativista entre dos eventos cualquiera
según la expresión (3): s2 = –x02 + x12 + x22 + 32.
Ahora vamos a interpretar esta expresión, la cual, a partir del cuadrivector x, expresado no
importa por qué observador, permite obtener un escalar invariante, igual para todos los
observadores, como un caso particular de producto escalar en el cuadriespacio.
Es decir, dados dos cuadrivectores cualesquiera, u, y v, definimos como una propiedad de
este espacio vectorial la existencia de una operación denominada producto escalar, denotada
u   v  , la cual da por resultado un escalar invariante (independiente de las coordenadas que
cada observador atribuye a cada cuadrivector) según la siguiente expresión:
u   v  =  u0 v0 + u1 v1 + u2 v2+ u3 v3 (7)
 
Si utilizamos la notación usual para las componentes espaciales: u = (u0, u ), v = (v0, v ),
podemos escribir también:
 
u   v  =  u0 v0 + u  v (7‘)
 
Donde u  v es el producto escalar habitual en el espacio tridimensional.
El producto escalar es una operación que hace corresponder un escalar invariante a cada par
vectores. Escalar invariante aquí significa que da el mismo valor calculado con las
coordenadas de cualquiera de los observadores inerciales, y esa es la propiedad fundamental
del intervalo dado por (3). Por esa razón se considera que la invariancia del intervalo indica
cómo debe definirse el producto escalar en el cuadriespacio.
La notación para el intervalo, entonces, sería:
s2 = xx (3‘)

Vale agregar que hay muchas explicaciones y notaciones más completas y abarcativas que se
utilizan habitualmente para el producto escalar, que son muy útiles en tratamientos más
profundos y completos, pero que no son necesarios en este nivel.
308

Nota:
Los diferentes autores utilizan diferentes modalidades para tratar este tema, y aquí podemos mencionar
dos modalidades típicas.
1) Algunos definen el producto escalar, y el intervalo, con el signo opuesto al que estamos utilizando:
u   v  = u0 v0  u1 v1  u2 v2  u3 v3
s2 = xx = x02  x12  x22  32
En esta modalidad los intervalos temporales son reales, y los intervalos espaciales imaginarios.
2) Otros autores definen la componente temporal imaginaria: x0 = i c t. En este caso el producto escalar
se define con la misma expresión euclídea del espacio tridimensional:
u   v  = u0 v0 + u1 v1 + u2 v2 + u3 v3
s2 = xx = x02 + x12 + x22 + 32
En esta modalidad las transformaciones de Lorentz son simplemente rotaciones en el cuadriespacio.
Los intervalos temporales son imaginarios, tal como la coordenada temporal, y los espaciales son
reales.

Cuadrivelocidad y cuadrimomento lineal


Consideremos una partícula de la cual se conoce la trayectoria en el cuadriespacio, dada por

su cuadrivector posición en función del tiempo para un observador dado: x = (c t, r ( t ) ).
La diferencia entre dos cuadrivectores posición de la partícula correspondientes a dos
 
instantes sucesivos constituye otro cuadrivector: x = (c t,  r ), o bien x = (c t,  r ).
Queremos utilizar este cuadrivector desplazamiento para definir el cuadrivector velocidad
dividiendo por el tiempo transcurrido, pero para ello debemos utilizar el tiempo propio
transcurrido, que es un escalar invariante:
x / = u = cuadrivector velocidad. (8)
Notar que x /t sería un ente de 4 componentes que no constituiría un cuadrivector del
cuadriespacio, porque no tendría el mismo significado para cualquier referencial.
Teniendo en cuenta que dt =  d, es decir d/d =  d/dt, podemos obtener una expresión
simple para el cuadrivector velocidad:

dx  dx   dr  
u =     c,     c,  v  (8‘)
d dt  dt 
 
En donde vemos que la parte espacial de u no es exactamente la velocidad v  dr dt que se

define en el tri-espacio, sino que es  v , siendo  el correspondiente factor que se calcula con

el módulo de dicha v .

Nota:
Estamos buscando cómo escribir leyes generales de la física. Ellas deben establecer relaciones entre
cuadrivectores, y no entre vectores espaciales, ya que deben ser equivalentes para todos los
referenciales inerciales. Pero luego deberemos saber traducirlas a afirmaciones sobre las entidades
que se miden y definen en el espacio tridimensional de cada observador.
309

Cantidad de movimiento
Las leyes sobre la cantidad de movimiento deben ser escritas para el correspondiente
cuadrivector. Para cada partícula habrá un escalar invariante m (igual para todos los
referenciales), que indicará su masa, y con él el cuadrivector cantidad de movimiento lineal
será:

p = m u =  m c,  m v (9)
Ahora vamos a pensar en la conservación de la cantidad de movimiento lineal. Para una única
 
partícula que se mueve libremente conservando v , automáticamente se conservan tanto m v

como  m v , y para este caso no hay ninguna diferencia entre pensar que la cantidad de
 
movimiento tri-espacial p debe ser definida de una manera o de la otra (como m v , o como

 m v ).
Pero ahora consideremos un sistema de varias partículas con masas, velocidades, etc.,
caracterizadas por un índice i:

pi  = mi ui  =  i mi c ;  i mi vi  (10)


Donde  i  1  v i2 c 2 
1 2
.
Para todo el sistema deseamos definir una cantidad de movimiento total P como la suma de
todas las contribuciones de cada partícula:
  
P = p
i
i     i mi c ;   i mi vi 
 i i 
(11)

Nótese que esta expresión (11) contiene un factor i para cada partícula, lo cual suena como
muy complicado, ya que cada uno involucra una derivación respecto de un tiempo propio i
particular para cada una. Esto, aunque se ve como una gran complicación, es lo que hace que
cada elemento, y con ello toda la suma, sean cuadrivectores.
Si las partículas interactúan entre sí, pero el sistema es aislado, pretendemos enunciar que P
se conserva. Si el mismo proceso se describe desde otro referencial, tendremos otro
cuadrivector, P‘, que también se conservará – ya hemos visto en un ejemplo de dos partículas

que eso no sucede con  m i v i .

Se gana en claridad si se parte de un referencial en el cual la parte espacial de P es nula: P =


 
   
  i m i c ; 0 , es decir P    i mi v i  0 .
Claramente éste debe ser el SCM; y denominando M = i mi, se puede escribir:
 
P  M c ; 0 . 
Utilizando (6) ahora transformemos este cuadrivector a O‘ que viaja con V a lo largo de x (el
signo es para obtener un CM viajando en x con V positiva):
 P0      0 0  M c    M c 
P       0 0  0    M V 
 x    (12)
Py   0 0 1 0  0   0 
      
 Pz   0 0 0 1  0   0 
310

De aquí obtenemos en general, la cantidad de movimiento cuadridimensional de un sistema de


partículas cuyo CM viaja con V a lo largo de x:
 

P     i m i c ;   i m i V (12‘)

Y por las propiedades de los cuadrivectores, también debe ser:

P‘ =  p i =   m c ;   m v  
i i i i i (13)
i

Nota:
Es interesante obtener (13) por medio de la transformación explícita de cada una de las velocidades
ui . Aquí mostraremos cómo hacerlo con el mecanismo cuadrivectorial:
  i c      0 0   i c     i c(1  v i x V c 2 )
   v    v   
 i i x      0 0  i i x      i (V  v i x )  (14)
  i vi y   0 0 1 0  i v i y    i vi y 
       
  i vi z   0 0 0 1   i v i z    i vi z 
De la igualdad entre los primeros elementos de estos vectores columna se obtiene fácilmente una
expresión muy útil y trabajosa de obtener de otra manera:
 i    i (1  v i x V c )
2

Con esta expresión las otras tres filas inmediatamente permiten obtener las transformaciones de las
velocidades (4), (5), y (5‘).
Y por otra parte, efectuando las sumas que plantea (12) sobre las componentes en el miembro derecho
de (14), se obtiene:
Componente temporal:
V
  m    
i i i mi 
c2
  i mi vi x
 
Pero el segundo término es nulo, ya que V es la velocidad del CM, y en él  m vi i i  0 , de manera
que   m    
i i i mi

Componente x:
   m v
i i ix     i mi V    i mi v i x

Donde nuevamente el segundo término es nulo, de manera que    m v


i i ix    i mi V

Componente y (y de la misma manera, z):


 i mi vi y    i mi v i y  0

De manera que si m es el invariante denominado masa de una partícula, la cantidad que debe
 
considerarse como la cantidad de movimiento tridimensional es p   m v ; lo cual, a todos los
fines prácticos equivale a atribuir a cada partícula una masa relativista, mr, que depende de la
velocidad según la expresión:
311

mr =  m (15)
Y el valor m, invariante característico de cada partícula, es la masa propia, y corresponde a la
idea de masa en reposo.

Podemos completar el ejemplo anterior del choque elástico entre dos partículas, mostrando la
forma correcta de plantear la conservación de la cantidad de movimiento.

Ejemplo
Consideremos dos partículas que sufren un choque elástico a lo largo de x en el SCM, con masas
relativas m1r = 1; m2r = 2; velocidades antes del choque ~v1 = 2/3; ~v 2 = 1/3 (se ha tomado c = 1; y la
tilde es para indicar que son valores en el SCM).
Hallar las velocidades después del choque, y luego describirlo en un referencial que se mueve con V =
0,8 c en la dirección x.
Desarrollo
Las velocidades después del choque deberán ser: ~v1 = 2/3; ~v 2 = 1/3, y se cumple la conservación de
la cantidad de movimiento lineal planteada con las masas relativistas, que no cambian en este choque:
m1r ~v1 + m2r ~v 2 = 0 = m1r ~v1 + m2r ~v 2 .
Ahora bien, para describir el proceso desde otro referencial debemos conocer las masas en reposo, m1
y m2, que deben cumplir con:
m1 ~ ~
1v + m2 ~ ~
1 v =02 2

m1 ~ 2 ~
v 94
Es decir:  ~ ~2  = 10 8  0,3953
m2 1 v1 2 9  1

Adoptemos: m1 = 10 8  0,3953; m2 = 1.
Ahora efectuemos la transformación de las velocidades a un referencial que se mueve con V = 0,8 c
en la dirección x. Eso ya lo hemos calculado y da, antes del choque: v1 = 22/23; v2 = 7/11; y después
del choque: v‘1 = 2/7; v‘2 = 17/19.
Y ahora debemos calcular las nuevas masas relativistas, para lo cual necesitamos los nuevos .
Resultan: 1 = 23 45 ; 2 = 11 72 ; 1‘ = 7 45 ; 2‘ = 19 72 .
Y con esto veamos la conservación de la cantidad de movimiento lineal:

Antes: 1 m1 v1 + 2 m2 v2 = 23 10 22 11 7
 1 
3
45 8 23 72 11 2

Después: 1‘m1 v1‘ + 2‘m2 v2‘ = 7 10 2 19 17


 1 
3
45 8 7 72 19 2
Claramente se verifica la conservación. Y además vemos que el sistema podría pensarse como una
partícula con una masa de reposo M = ~ m + ~ m = 3 10 3
1 1 2 2
9 2
 , que está en reposo
1
5 8 8 8
en el SCM, y a la cual, descripta desde el referencial que viaja con V = 0,8 c, le corresponde un
cuadrivector cantidad de movimiento:
312

 
 

P   M c, M V =
1
M c ; 0,8 M c ; 0 ; 0   15 2
c;
3
c ; 0 ; 0 
1  0,8 2  8 2 
Vemos que (haciendo c = 1) la parte espacial del cuadrivector P‘, coincide con el valor calculado
anteriormente para la cantidad de movimiento del sistema antes y después del choque en este
referencial.

Fuerza
Derivando el cuadrivector cantidad de movimiento de una partícula respecto del tiempo
propio, obtenemos el cuadrivector fuerza, f:
d  d d  
f  p      m c ;  (  m v)  (16)
d  dt dt 
 
Dado que p =  m v es el vector cantidad de movimiento del espacio tridimensional, podemos

interpretar que la parte tridimensional del cuadrivector fuerza es  veces la fuerza F del
 
espacio tridimensional ( F  dp dt ):
 
f   (f 0 ; f )  (f 0 ;  F) (16‘)

Ahora veamos la interpretación de la componente temporal de estos vectores.


La cuadrivelocidad de una partícula tiene la importante propiedad de que su módulo es
contante.

Efectivamente dada u =  c ;  v , su módulo cuadrado, definido como el producto escalar
del cuadrivector por sí mismo es:
u   u    2 c 2   2 v 2 =  2 c 2 (1  v 2 c 2 ) = c2 (17)
De manera que podemos escribir:
d du
0= (u   u  )  2 u   
d d
Y multiplicando estas expresiones por m, y acomodándolas un poco obtenemos:
d d d  d 
0  u  mu    u   p    c (  mc)   v  (  m v)
d dt dt dt
De donde se deduce:
d  d   
(  m c 2 )  v  (  m v)  v  F (18)
dt dt
 
Ahora bien, según el teorema de la energía cinética: F  v  dEc dt , de manera que la
expresión relativista para la energía cinética debe ser: Ec =  m c2 + C. La constante se elige C
= m c2, para que Ec sea cero cuando v lo es, de manera que:
Ec = (  1) m c2 (19)
313

Ejercicio:
Expandiendo  para baja velocidad, muestre que se obtiene Ec  ½ m v2.

Masa-Energía
En este punto EINSTEIN interpreta que el aumento de masa relativa de una partícula cuando
aumenta su velocidad, es un aumento de su inercia que se debe a que la energía cinética tiene
inercia. Continuando el razonamiento interpreta que toda energía tiene inercia según la
misma relación:

A una cantidad de energía E, corresponde una masa relativista mr = E /c2.

De este modo la masa de reposo m de cualquier partícula mide la inercia de una cantidad
energía de reposo E0 = m c2. Si existiera un proceso capaz de aniquilar la partícula, liberaría
de alguna manera esa cantidad de energía.
De este modo la cantidad mr c2 =  m c2 es la energía total de la partícula, suma de la de
reposo más la cinética:
E = E0 + Ec =  m c2 (20)

Esto nos permite re-escribir el cuadrivector momento lineal dado por (9), de la siguiente
manera, y re-bautizarlo cuadrivector momento-energía:

p = E c ; p (21)
Es decir, energía y momento lineal son componentes del mismo ente del cuadriespacio: la
componente temporal es la energía (dividida por c por razones de uniformar unidades – notar
que c allí es simplemente una constante universal que no afectará a ningún significado).

Nota
Es interesante reescribir y examinar las expresiones (11), (12‘) y (13), correspondientes al cuadrivector
momento-energía de un conjunto de partículas.
Ahora diríamos que cualquier partícula tiene la energía Ei = i mi c2, y su cuadrivector momento energía
es: p i   E i c 2 ; p   2i c ; v i  . Y con esto, el cuadrivector momento energía de todo el conjunto
 E 
c
 E  
podría escribirse: P =  E c ;  2i v i  , donde E = Ei es la energía total del conjunto.
 c 
  
Si este sistema fuese el SCM, se tendría P  E c ; 0 , y en un sistema O‘ desde el cual se ve al SCM
  E   E  
viajando con V , se tendría: P     E c ; 2 V  =  E  c ; 2 V 
 c   c 
Vemos que la cantidad Ei/c2, que es igual al producto i mi, juega el papel de masa de cada partícula en
la cantidad de movimiento tridimensional, y su suma en la del conjunto, lo cual justifica la denominación
de masa relativista.
314

Movimiento con fuerza tangencial o fuerza normal


Es interesante analizar los casos de movimiento con estos dos tipos diferentes de fuerza,
porque se encuentra en ellos cierto comportamiento muy diferente del que estamos
acostumbrados a baja velocidad.
   
Efectivamente, si consideramos la ley del impulso en la forma F  dp dt , con p   m v ,
podemos distinguir dos casos:
Fuerza puramente tangencial
El movimiento es rectilíneo, dv/dt = aT (aceleración tangencial), y se tiene F = m d( v)/dt.
 3 v dv  v2  3
Pero d/dt = ; de manera que F T = m 1  2   a T . Si pretendiésemos definir la masa
c 2 dt  c 
como el cociente F/aceleración, no daría la masa relativista, m, sino una masa mayor que esa:
FT
aT

  m· 2 1  v 2 c 2 
Fuerza puramente normal

El movimiento es circular uniforme, con v y  constantes. En este caso dv dt es la aceleración
normal, de módulo v2/R, y se tiene: FN = m  aN.
En este caso es válido considerar la masa relativista como el cociente entre la fuerza y la
aceleración.

Todo funciona como si hubiera una masa para la fuerza longitudinal y otra para la transversal.
De manera que no es posible extrapolar directamente todas estas ideas de la dinámica clásica
 
a la relativista. La ley que se puede extrapolar directamente es la del impulso: F  dp dt .
Vale notar que en el referencial de reposo instantáneo (que equivale a decir: para v << c),
 
también se cumple F  m a , como puede verificarse valuando v = 0,  = 1, pero
 
a  dv dt  0 , en todas las expresiones anteriores.

Ejemplo: movimiento rectilíneo uniformemente variado relativista.


Supongamos una partícula de masa m inicialmente en reposo, sobre la que se aplica una fuerza
constante en la dirección del eje x.
Obtener x(t), y v(t).
Desarrollo
El movimiento será rectilíneo a lo largo de x. Partimos de F = d(m  v)/dt = cte  m  v = F (t  t0),
siendo t0 el instante en que v = 0.
Es decir  v = a0 (t  t0), siendo a0 = F/m la aceleración inicial, que es la aceleración propia.
a 02 ( t  t 0 ) 2
Elevando al cuadrado y manipulando un poco puede obtenerse: v 2 
a 2 (t  t ) 2
1 0 2 0
c
315

a0 t
De manera que, eligiendo t0 = 0 para abreviar la escritura: v  c , y luego integrando y
c 2  a 02 t 2
c2 a 02 t 2
eligiendo x(t0) = 0: x  1
a0 c2
Vemos que v  c, para t , como corresponde al aumento indefinido de la masa relativista con la
velocidad.
Vale notar que éste es el caso de un electrón (o cualquier partícula cargada) abandonada en reposo en
un campo eléctrico uniforme y constante, dado que las fórmulas de transformación correspondientes
para un campo eléctrico alineado con el movimiento del observador indican que el valor de este campo
 
es independiente de la velocidad del referencial. De manera que la fuerza sobre la partícula: F  q E ,
resulta constante a medida que ésta se acelera.

7.3.- Aplicaciones especiales

La energía en los decaimientos radiactivos


Los procesos nucleares son los únicos que involucran energías tan grandes que su masa puede
detectarse experimentalmente. Así resulta que simplemente consultando una tabla de valores
de masa de núcleos y partículas determinados con suficiente precisión, se encuentra que el
valor de la masa de un núcleo con Z protones y N neutrones, no coincide con el valor que se
obtiene sumando la masa en reposo de Z protones y N neutrones.
El ejemplo más simple y evidente es el del C12, que tiene 6 protones, 6 neutrones, y 6
electrones, y se toma para definir la unidad de masa atómica u.m.a., como exactamente la 12
ava parte de su masa (es decir, por definición de u.m.a., la masa del átomo de C12 es
exactamente 12 u.m.a.). Teniendo en cuenta que las masas de estas partículas componentes
cuando están cada una aislada son: mp = 1,0073 u.m.a., mn = 1,0087 u.m.a., me = 0,00055
u.m.a., un simple cálculo muestra que sumando la masa de todas las partículas que componen
este átomo se obtiene 12,0993 u.m.a., es decir casi un 1% más de lo que vale la masa del
conjunto cuando estas partículas están ubicadas en un átomo de éstos.
No pensamos que los protones y neutrones del C12 son de una clase diferente que sólo se
encuentra en los núcleos de este elemento, sino que estamos viendo el efecto de la expresión
(20), que ahora escribiremos en su forma más famosa: E = m c2. Es decir podemos pensar que
las cantidades de energía involucradas en las ligaduras nucleares son tan grandes que en la
tabla de valores de masa atómica de los diferentes isótopos se nota la masa de estas energías.
No se puede notar, por ejemplo que la masa de los electrones es diferente cuando están libres
que cuando están ligados a un nivel cualquiera en cualquier átomo. Porque en ningún caso
estas energías representarían una fracción de la masa en reposo del electrón que pudiera
detectarse con la precisión de los métodos conocidos.
Pero es evidente que dentro del núcleo ya estamos hablando de mayores órdenes de magnitud
en las energías involucradas. Cuando los científicos advirtieron esto se dieron cuenta de que
leyendo simplemente una tabla de masas atómicas, y haciendo sumas, restas, multiplicaciones
y divisiones era posible determinar algunas reacciones nucleares que de conseguirse
permitirían obtener fabulosas cantidades de energía.
316

Nota: masa en reposo y masa relativa


Es claro que en estos temas, cada vez que se dice masa, si no se especifica ―en reposo‖, se habla de
masa relativa, o más bien vale decir de la cantidad E/c2. Oportunamente hemos visto que vale la
expresión M = i mi para la masa en reposo de un conjunto de partículas de masa (en reposo) mi
cada una, lo cual nos indica claramente que la masa en reposo no es la suma de las masas en reposo,
sino que el tema debe ser pensado en función de la componente temporal (E/c) del cuadrivector
momento-energía: E/c = Ei/c .
Para un núcleo la masa en reposo sería M = E/c2, pero en la energía del conjunto, además de la
energía cinética de los nucleones, está involucrada ahora una energía potencial, que constituye la
energía de ligadura de la que hablamos en el próximo punto.
El tema confirma la validez universal de la expresión E = m c2, que trasciende completamente el marco
desde el que se la obtiene, y el genio de EINSTEIN que pudo verlo.

Nota: masas en MeV


La ecuación E = mo c2 nos permite expresar la masa de reposo de las partículas a través de la energía
que sería necesaria para crearlas, o de la que se obtendría en su aniquilación, y si se utiliza el eV como
unidad de energía, entonces sirve para expresar la masa de las partículas en eV, identificándola con la
energía mencionada.
Así se puede decir que la masa en reposo del electrón (o del positrón) es de alrededor de 0,5 MeV, la
de un protón de 938,2 MeV, y la del neutrón de 939,5 MeV, siendo la u.m.a. (definida como la doceava
parte de la masa del 12C) de 931,55 MeV, todas muy cerca de 1 GeV.

Ejercicio: verificar estos valores.

Energía de ligadura
La diferencia entre la masa (en reposo) de los nucleones cuando están separados y la masa del
núcleo constituido por ellos, multiplicada por c2, nos da una cantidad de energía faltante (para
el núcleo), es decir que el núcleo ha debido irradiar o entregar a algún agente o sistema
externo para formarse.
Esa cantidad de energía es la que se requeriría entregar para disociar el sistema y volver a
tener todos los nucleones separados, y por ello recibe la denominación energía de ligadura. Si
denominamos mn a la masa del neutrón, mp a la masa del protón, y mnu a la masa del núcleo:
Elig = (Z mp + N mn - mnu) c2 (22)
Dividiendo la energía de ligadura por el número de nucleones tenemos la energía de ligadura
por nucleón (figura 9).
317

MeV/nucleón

16
12
O
C 8 63 238
56
Fe Cu U
4
He

7
Li
5

3
2
2
1 H
A

20 40 60 80 100 120 140 160 180 200 220


Fig. 9. Gráfica de la energía de ligadura por nucleón para los distintos números de nucleones.

Podemos ver que los núcleos de entre 50 y 120 nucleones son los que tienen menos energía
(máxima ligadura) por nucleón. De manera que se obtendría energía tanto si se consiguiera
romper núcleos muy masivos en fragmentos de ese orden de nucleones, como si se
consiguiera fusionar núcleos menos masivos para obtenerlos. En la fisión nuclear, por
ejemplo, se consigue romper núcleos de alrededor de 240 nucleones (uranio, plutonio, o
similar) en fragmentos de alrededor de 100 y 140 nucleones, como estroncio, xenón, kriptón,
etc., y se aprovecha la diferencia de energía.
También se observa que se la cantidad más enorme de energía se podría obtener si se
consiguiera fusionar deuterones para obtener helio. Ese es el proceso de fusión nuclear, la
fuente de energía de las estrellas.

COMENTARIO DIDÁCTICO: la gráfica de la masa de los nucleones en función de


A
También es interesante graficar la masa promedio de los nucleones en función
del número de nucleones A, lo cual resulta en la gráfica de la figura 9
invertida.
318

MeV/nucleón
2
H
937

935
7
Li

4 16
He O 238
U
56 63
12
C Fe Cu
A
930
20 40 60 80 100 120 140 160 180 200 220
Esta gráfica, aunque contiene exactamente la misma información que la
anterior, conduce más directamente a otro tipo de razonamiento que es de
interés: lleva a establecer un paralelo entre los procesos que liberan energía
buscando el estado de mínima energía de las capas electrónicas (reacciones
químicas exotérmicas, emisión de radiación, etc.), y las reacciones nucleares
donde los núcleos buscan su mínima masa-energía.
Se sugiere, sobre todo para su enseñanza, combinar razonamientos con el
empleo de ambas gráficas.

Energía de desintegración
Toda reacción nuclear que entrega energía lo hace según la relación:
Q = m c2
Q es la energía de desintegración, que se reparte como energía cinética de los diversos
fragmentos, y m , el defecto de masa, es la diferencia entre las masas iniciales y finales:
m = mX – (mY + mP) (23)
Donde mX , mY y mP son, respectivamente, la masa en reposo del núcleo padre, la del núcleo
hijo y la de la partícula emitida. Si el núcleo se fragmenta en más de un núcleo hijo, como
ocurre en la fisión nuclear, podremos tener m = mX – (mY1 + mY2 + mP), o algo equivalente
según la reacción, planteando siempre la conservación de la energía.

Ejemplo 1: una desintegración alfa


Cuando el núcleo del 226Ra experimenta un decaimiento  convirtiéndose en 222Rn, el valor Q de la
reacción es de 4,87 MeV.
Podemos tratar esto entonces con las herramientas de la física básica para cualquier choque explosivo.
Nos instalamos en el sistema centro de masa, inicialmente un cuerpo de masa m1 = 222 u.m.a. (el
núcleo de radón), está en reposo junto con la partícula  , que luego es emitida a lo largo del eje x.
319

m1 + m2
x
Antes

m1 m2
Después v1 v2 x

A continuación solamente resta plantear la conservación de la cantidad de movimiento lineal, y de la


energía, como en cualquier choque (explosivo), actividad que queda a cargo del lector, y constituye el
Problema 12 de la Guía Nº8.

Ejemplo 2: un decaimiento gamma


En el decaimiento  los fotones emitidos tienen energías tan altas que van desde 1 MeV hasta 1 GeV.
Un ejemplo de este tipo de decaimiento se da en una de las formas que tiene el boro 12B para decaer a
12C. La energía de desintegración Q para este proceso vale 13,4 MeV, y puede darse por dos caminos

posibles: o bien por un único decaimiento - de 13,4 MeV, o bien a través de un primer decaimiento -
con una energía de 9 MeV hasta un estado excitado de 12C* seguido por un decaimiento  de 4,4 MeV
a 12C en su estado fundamental.
Si quisiéramos hacer alguna cuenta con la emisión , deberíamos tratar a este caso de la misma
manera que hicimos con la desintegración . Llamaremos Q* a la energía de la desintegración 
únicamente (4,4 MeV), m1 a la masa (en reposo) del 12C, y m2 a la del fotón emitido.
Por razones básicas de Mecánica Cuántica, el fotón es una partícula de radiación electromagnética, de
energía E = h f, siendo h la constante de Planck, y f la frecuencia de la radiación. Es una partícula sin
masa en reposo, pero con masa relativa m = E/c2 = h/c, y cantidad de movimiento p = h/.
Nos instalamos en el sistema centro de masa: inicialmente un cuerpo de masa m* = m1 + m2 (el 12C*)
está en reposo, y luego emite el fotón de masa m2 = Q*/c2 a lo largo del eje x.
m1 + m2
x
Antes

m1 m2
Después v1 c x

Ejercicio
1.- Complete los cálculos para mostrar que el retroceso del 12C no es relativista y retiene
aproximadamente sólo el 0,02% de la energía de la desintegración.
2.- Muestre que la longitud de onda del fotón emitido será del orden de 310-13 m.

El efecto Compton
Este es un interesantísimo caso que conjuga fórmulas clásicas, relativistas, y esquemas
vectoriales para la conservación de la cantidad de movimiento lineal al más puro estilo de los
que se utilizan en la física básica.
El efecto fue descubierto en 1923 por Arthur COMPTON (1892-1962), que estudiando la
radiación X dispersada por un bloque de carbono descubrió que tenía longitud de onda mayor
320

que la radiación incidente (notar la fecha: aún no estaba claro que debiera aplicarse la fórmula
de DE BROGLIE), la cual además dependía del ángulo de dispersión.
Luego de estudiar el tema, COMPTON decidió que lo que se encontraba era el efecto de
choques de fotones X con electrones del carbono. La energía y cantidad de movimiento de los
fotones era suficientemente alta como para que los electrones pudieran considerarse
inicialmente libres y en reposo. Luego de la colisión los electrones habían sido arrancados de
su orbital, eran libres, y podían o no estar en condiciones de velocidad relativista.
El esquema de tratamiento es como sigue.
y c‘

Antes ‗ Después

c  x


C e v‘

Y tendríamos que plantear las leyes de conservación del cuadrimomento-energía, que puede
escribirse como las leyes clásicas habituales de conservación de la energía y del momento
lineal.
Conservación de la cantidad de movimiento lineal:
y h h
pf‘ pf = pf‘= pe‘= me‘v‘
 ‘

 pf x

pe‘

Conservación energía (consideramos inicialmente libre y en reposo el electrón):


hc hc hc hc
+ me c2 = + me‘ c2  E‘ – E = 
   
Si se utiliza para el electrón: pp = me2 c2 = E‘2/c2 + pe‘2 , entonces luego de trabajar un poco
expresando el diagrama vectorial de manera algebraica, relacionando las ecuaciones y
despejando, se obtiene:
‘ -  = o (1- cos )
Siendo o = h / mo c , la denominada longitud de onda de Compton.
El efecto COMPTON constituyó en su momento un importante aporte a las ideas que debían
considerarse para el desarrollo de la teoría cuántica.
321

CAPÍTULO 8:
Mecánica variacional

8.1.- Introducción histórica


Luego del éxito espectacular de la leyes de NEWTON los matemáticos (que en general eran
también físicos, astrónomos y filósofos) de la época comenzaron a desarrollar formulaciones
que permitieran resolver problemas cada vez más variados y complejos.
Un avance fundamental fue el desarrollo del cálculo infinitesimal, cuya creación se debió al
propio NEWTON y a su contemporáneo Gottfried Wilhelm von LEIBNIZ (1646-1716), entre
quienes se desarrolló una famosa y agria disputa sobre la paternidad del tema. Dicha disputa
tuvo lugar entre 1699 y 1711, pero ambos aseguraban estar utilizando los elementos de ese
cálculo desde muchos años antes.
Es famosa la anécdota del concurso que organizó en 1697 Johann BERNOULLI (1667-1748),
matemático de una familia de matemáticos, para determinar cuál sería la trayectoria que
debería seguir una partícula cayendo sin rozamiento a lo largo de una guía de esa forma, entre
dos puntos A y B, para demorar el mínimo tiempo. Curva que se denomina braquistócrona.
(del griego  (brachistos): el menor, y  (chronos): tiempo).
Cuenta la leyenda que hubo varias respuestas correctas, entre ellas de LEIBNIZ, Jacob y
Johann BERNOULLI, y se dice que NEWTON resolvió en una tarde lo que a los demás les llevó
meses.
Pero lo que interesa notar aquí, es que no basta con saber las leyes de la dinámica para
resolver eso. Con las leyes de la dinámica, dada la curva, sabríamos cómo hacer para calcular
el tiempo. Ahora bien, cómo encontrar la forma de la curva que hace mínimo el tiempo,
requiere otras estrategias: requiere un cálculo que consiste en plantear variaciones pequeñas, y
determinar si esas variaciones han hecho aumentar o disminuir algo, en este caso el tiempo
demorado.
Ésa es la idea básica. Luego hay que saber seguir con el procedimiento, claro. Y lo importante
aquí es advertir que en esa época todos estos grandes pensadores ya estaban en esa senda.
Así es que en algún momento Jakob BERNOULLI (1654-1705), hermano mayor de Johann,
inventa algo que luego Jean le Rond D‘ALEMBERT (1717-1783) desarrolla y presenta en 1743
en su Tratado de la Dinámica, como Principio de los trabajos virtuales, el cual es de interés
mirar un poco porque arroja luz sobre una forma de proponer y utilizar pequeñas variaciones.
Aunque no nos interesa en profundidad, y no vamos a aplicarlo, miremos con un poco de
detalle.
Este principio establece para un sistema de n partículas con vínculos ideales (no disipativos),

indicada cada una por un índice i, con una posición ri , y sobre cada una de las cuales actúa la
   
fuerza resultante Fi  Fie  f i , siendo Fie la resultante de las fuerzas exteriores aplicadas sobre

la partícula, y f i la resultante de las fuerzas de vínculo, debe cumplirse la siguiente ecuación:



 
 Fie  p i  ri  0 (1)
i
322


Donde  ri es cualquier desplazamiento virtual de la partícula i, lo que significa un
desplazamiento infinitesimal cualquiera permitido por los vínculos, el cual no necesariamente
ocurre en el movimiento real en algún t, es decir, aunque no ocurra en el movimiento real.
No vamos a deducir ni justificar ni usar esta ecuación, pero sí nos vamos a preguntar: ¿para
qué sirve esta ecuación? ¿Cuál es su sentido?
Nótese que en (1) no aparecen las fuerzas de vínculo; de manera que ése es uno de sus
sentidos: nos hemos desligado de un cierto número de fuerzas.
Otro de los sentidos es que estos grandes matemáticos, fácilmente inventaron métodos para
resolver esto. Métodos que no exigen hacer dibujos encontrando cada componente de cada
fuerza y especulando y razonando sobre la figura que resulta, sino que llevan a ecuaciones
diferenciales con las cuales la tarea se reduce a matemática pura, y ellos se sienten muy
cómodos.
Para entender un poco esta expresión observemos que si tenemos el caso de que las n

partículas sean libres y no haya vínculos, entonces todos los desplazamientos virtuales  ri son
independientes entre sí, y al ser arbitrarios, la expresión (1) me conduce al razonamiento: si la

suma (1) tiene que dar cero con desplazamientos  ri arbitrarios, entonces debe ser cero cada
término (porque para cada uno podríamos elegir que todos los otros desplazamientos fueran
nulos, y entonces ése sería el único término que quedaría en la suma, y debería por lo tanto ser
nulo – y el razonamiento valdría para todos).
 
 
Por otra parte, para ese término Fie  p i  ri  0 , el hecho de que deba ser nulo para un

 
desplazamiento  ri que es un vector arbitrario indica que debe ser nulo el vector Fie  p i .
Es decir, llegamos a que para cada partícula debe cumplirse la ley del impulso:
 
Fie  p i  0
Es decir, hemos verificado que para las partículas libres (1) equivale a las leyes de Newton, y
hemos encontrado un modo de razonar con ciertos entes denominados desplazamientos
virtuales, y no parece que hayamos ganado algo.
Pero analicemos otro caso simple: un péndulo simple, o sea una masa m, con un vínculo que
 
solamente le permite desplazamientos  r perpendiculares a r (si el origen es el punto de
suspensión).
 
Ahora tenemos una condición de vínculo: r  r  0 , que podemos traducir en que se ha
perdido un grado de libertad: si consideramos las direcciones de las coordenadas esféricas, r,

, , tenemos que r = 0, y solamente podemos considerar desplazamientos virtuales (r )  =

r , y (r )  = r sen , es decir, desde el punto de vista práctico, para la expresión (1),  y
.
Y considerando estos desplazamientos arbitrarios, la expresión (1) nos dice que para cualquier
dirección tangencial a la superficie esférica r = cte, se debe cumplir la ley del impulso
tangencial considerando la fuerza tangencial externa que se aplique (en este caso la
componente tangencial del peso), y sin tener que considerar la fuerza aplicada por el vínculo.
La fuerza aplicada por el vínculo (vínculo ideal sin rozamiento) está en la dirección radial,
para la cual (1) no dice nada; pero esa ausencia de información sobre la dirección radial no
influye en el movimiento.
323

Es decir, que (1), llamado el Principio de D‘ALEMBERT, o de los trabajos virtuales, nos
permite disminuir el número de coordenadas a tratar, y trabajar solamente con las
independientes.
Es decir, si hay vínculos que relacionan de diversas maneras los desplazamientos posibles de
las n partículas, el sistema tendrá un número s < 3 n de grados de libertad, y habrá un
conjunto de coordenadas independientes q1…qs que permiten expresar unívocamente el
estado del sistema. Es claro que todas las variables del sistema se podrán escribir en términos
  
de estas coordenadas generalizadas. En particular ri  ri (q1 , , , q s )  ri (q j ) , y a través de estas

relaciones, todo lo que dependa de ri se puede escribir en función de las qj.
Dado que estas coordenadas son independientes por definición, para ellas se tendrán s
desplazamientos virtuales qj arbitrarios.
Y luego, manipulando un poco estas transformaciones de coordenadas se llega a que la
expresión (1) puede escribirse:

 d  Ec  Ec 
 
   dt  q 
 q   Q j  q j  0

(2)
j
  j  j 

Donde Qj son las fuerzas generalizadas, que se obtienen al hacer la transformación de
coordenadas:
 e ri
Q j   Fi 
i q j
s n  
Es decir, las Qj cumplen con: Q
j1
j q j   Fie  ri , expresión que justifica la denominación
i 1

trabajos virtuales, ya que el miembro derecho es el trabajo que harían las fuerzas en los
desplazamientos virtuales.
Y en el caso en que estas fuerzas son gradientes de una energía potencial Ep, entonces
 
 Fie  r = Ep, y las Qj son los gradientes en las coordenadas qj:
Ep
Qj   (3)
q j

Notar que en coordenadas cartesianas ésta es la expresión (12) del Capítulo 3: Fx = -Ep/x.
Y ahora, considerando la independencia de los qj, podemos enunciar que (2) implica que
todos los paréntesis son nulos.
Es decir, (2) equivale a s ecuaciones que deben cumplirse:

 d  Ec  Ec 
    Qj  0 , j = 1, 2, …s
 q 
(4)
 dt
  q j  j 

Y también, para los casos en que las Qj son gradientes de Ep, y siendo que Ep no depende de
las velocidades q j , las ecuaciones (8.4) quedan:

d  (Ec  Ep )  (Ec  Ep )
 0 (5)
dt  q j 
 q j
324

No hemos demostrado muchos pasos de este procedimiento porque no es algo que vayamos a
utilizar. Pero nos interesa porque la ecuación (5) es la misma que obtendremos con el método
de LAGRANGE y HAMILTON. Y aunque el método es completamente diferente, es interesante
advertir que luego de NEWTON los matemáticos habían comenzado a idear métodos para
resolver problemas complejos a través de plantear estas variaciones virtuales, las cuales, luego
de ciertas manipulaciones, les transformaban la tarea de dibujar y analizar vectores con
componentes acciones y reacciones, en la tarea de resolver estas ecuaciones diferenciales. Y
la única información física de la situación planteada, está en las expresiones de Ec, y Ep, que
hay que saber escribir en términos de las coordenadas qj.
Éste que hemos visto es un método variacional diferencial, que continúa siendo una estrategia
válida actualmente.
Pero un año después, en 1744, Pierre Louis Moreau de MAUPERTUIS (1698-1759) presenta el
Principio de Mínima Acción, que es un principio variacional integral, muy parecido a los que
nos interesan.
La forma de este principio, sin entrar en detalles exactos, consiste en proponer que el
movimiento de un sistema entre dos puntos dados siempre es tal hace mínima la Integral de
Acción, siendo esta integral algo parecido a lo que ahora escribimos como:

S   Ec  Ep  dt
t2

t1

Es decir, que el valor de S, calculado a lo largo de las trayectorias {qj(t)} que corresponden al
movimiento ―real‖ del sistema, el que corresponde a las leyes de la dinámica, es menor que a
lo largo de cualquier trayectoria variada arbitrariamente {qj+qj}. Como veremos, esto lleva a
las mismas ecuaciones (5) de D‘ALEMBERT.
De manera que MAUPERTIUS se entusiasma extremadamente con su hallazgo, y considera que
―entre todos los posibles movimientos que llevan de un punto a otro, la Naturaleza elige esos
que lo hacen con el mínimo gasto de acción‖, y que ―es la mejor expresión de la sabiduría del
Creador‖.
Este principio luego fue desarrollado y mejorado por LEIBNIZ y EULER. En 1778 Joseph Louis
de LAGRANGE, inventó una función, ahora denominada lagrangeano, con la cual luego, en
1835, Sir William Rowan HAMILTON (1805-1865) enunció la versión del Principio de mínima
acción que veremos en este capítulo.
Es interesante mencionar que en 1662 Pierre de FERMAT había enunciado el Principio según
el cual los rayos de la luz en la refracción y la reflexión, seguían el camino de mínimo tiempo
(Principio de FERMAT).
Para terminar vale agregar que las formulaciones lagrangeana y hamiltoniana de la mecánica
clásica que se desarrollaron a partir de estos principios, tienen la ventaja de que su
cosmovisión es más transferible a los marcos de la Teoría de la Relatividad y la Mecánica
Cuántica que la de las leyes de NEWTON. Esto ha hecho que este principio se considere un
principio fundamental de la física.

8.2.- Función lagrangeana. Ecuaciones de Euler-Lagrange


Principio de Hamilton, o de mínima acción
Partiremos aquí del Principio de Hamilton, el cual enuncia que para todo sistema mecánico
existe una función de las coordenadas y las velocidades que contiene toda la información
325

necesaria para determinar el movimiento del sistema a través de la condición de que la


integral de línea de esa función, denominada acción, sea un mínimo con respecto a todas las
posibles variaciones del movimiento entre dos puntos dados.
Es decir, dado un sistema mecánico con n grados de libertad del cual (q1…qn) son las n
coordenadas independientes, y dos instantes arbitrarios t1 y t2, existe una función denominada
función de Lagrange, o lagrangeana, L(q1 (t )...q n (t ), q 1 (t )...q n (t ), t ) , tal que la integral de
línea:
t2
S   L(q1 ( t )...q n ( t ), q 1 ( t )...q n ( t ), t ) dt (6)
t1

es un extremo para el camino (q1(t)…qn(t)) que corresponde a las leyes de la dinámica,


respecto de todos los posibles caminos próximos que dejan fijos los extremos qj(t1) y qj(t2).

Donde vale aclarar:

Acerca del sistema mecánico


Este método es extremadamente poderoso y abarca todas las situaciones que son de interés en
la física teórica.
A pesar de ello, no cualquier situación de las que se tratan en la vida práctica permite definir
un sistema mecánico para el cual este tratamiento sea válido.
Aunque los sistemas mecánicos para los cuales vale este principio sean de los más variados,
obviamente sólo pueden considerar fuerzas que puedan quedar especificadas de alguna
manera como función de las posiciones, las velocidades, y/o el tiempo, dado que esas son
todas las variables de las que depende la función L, y ella determina completamente lo que
puede suceder en el sistema. De manera que las fuerzas aplicadas arbitrariamente por agentes
externos, muy frecuentes en las situaciones de la vida práctica, solamente son admisibles en la
medida en que puedan ser especificadas como funciones de estas variables.
El caso más simple es el de las fuerzas conservativas que se calculan como gradiente de una
función energía potencial Ep, la cual solamente depende de las posiciones y no de las
velocidades - eventualmente la energía potencial también puede depender del tiempo si el
sistema no es aislado. En estos casos veremos que L = Ec – Ep.
Otro caso de mucho interés en física es el del caso electromagnético, en el cual actúa la fuerza
de Lorentz, que depende explícitamente de la velocidad de la partícula cargada. Veremos que
en este caso basta con agregar un término que da cuenta de estas fuerzas.
Y hay más posibilidades que no consideraremos.

Acerca de la acción.
Se denomina a S integral de acción, o simplemente acción, y el enunciado muchas veces
establece que el movimiento del sistema está dado por el mínimo de la acción. Pero como
veremos, el procedimiento para encontrar el mínimo de la acción lo que encuentra son
extremos, y a veces el movimiento corresponde a un máximo de la acción.
Esto es similar a lo que ocurre con la luz y el Principio de Fermat: en la reflexión y la
refracción la luz sigue el camino del mínimo tiempo, pero es posible disponer sistemas
ópticos en los cuales la luz sigue alguna trayectoria de máximo tiempo (un ejemplo en la
figura 1).
326

A A
B  B
 ‘
‘
L1

O‘ O‖
O‘ O O‖ O

Fig. 1. Dos casos de reflexión. En ambos el rayo reflejado OB, forma el mismo
ángulo con la normal que el incidente, AO. Pero en el caso de la izquierda el
trayecto AOB es más corto que cualquier trayecto vecino AO‘B, o AO‖B, mientras
que en el de la derecha, el AOB es el más largo.

De manera que no es correcta la idea de Maupertuis de que es una manifestación de la


sabiduría de Dios o la Naturaleza que siempre encuentra lo más económico, y lo más riguroso
es hablar de extremo y no de mínimo de la acción, aunque es un detalle que se sobreentiende
y al que no se le da importancia en general. Vale notar, tanto en este caso de la acción como
en el de la luz en el Principio de Fermat, que el extremo siempre corresponde a un mínimo en
intervalos suficientemente cortos, pero no en intervalos de longitud arbitraria (en general
diremos mínimo en este texto, siguiendo la costumbre de denominar de mínima acción al
principio de Hamilton).
Esta definición (6) tiene algunas diferencias con la de Maupertuis, que es más limitada, pero
no interesa entrar en el detalle.
Siempre la unidad de la acción resulta ser J·s, como se desprende de la expresión típica L =
Ec – Ep.

Acerca del movimiento


El movimiento del sistema queda especificado por el conjunto de funciones {q1(t)…qn(t)}.
Se denomina espacio de configuración al espacio n dimensional en el cual cada punto indica
en cada dimensión el valor de la coordenada correspondiente. En este espacio tenemos que
cada punto indica completamente la posición del sistema en cada instante.
q2
q2(t2)

qj(t)

(qj+qj)(t)
q2(t1)
q1
O q1(t1) q1(t2)

Fig. 2. Trayectoria en un espacio de configuración de dos


dimensiones. Se ilustra en línea de puntos una trayectoria
variada.
327

De esta manera el transcurso del tiempo hace que el punto en este espacio se vaya
desplazando, y el conjunto de funciones {q1(t)…qn(t)} determina una línea que es la
trayectoria del sistema en el espacio de configuración.
El estado mecánico del sistema en cada instante queda especificado por la posición y la
velocidad, es decir por el conjunto de funciones qj(t), y el conjunto de sus derivadas q j ( t ) .
Dada una posición cualquiera en un instante dado, {q1…qn}, es necesario dar la velocidad
correspondiente  q 1 ...q n  en el mismo instante para que quede especificado el estado, y con
eso la evolución posterior del sistema. En ese sentido, las velocidades son independientes de
las posiciones: fijada cualquier posición, es posible dar cualquier valor a las velocidades,
independiente de los valores dados a las posiciones en ese mismo instante.
Y en ese sentido las q y las q son variables independientes en la función lagrangeana: L =
L(q, q , t) . No obstante, una vez que se elije una trayectoria {q1(t)…qn(t)}, todas las q pasan a
ser funciones del tiempo derivadas de las correspondientes q(t), y también L pasa a ser la
función del tiempo L(q1 (t )...q n (t ), q 1 (t )...q n (t ), t ) que constituye el integrando de (6).

Acerca de las variaciones


La condición de extremo de la acción se refiere a variaciones arbitrarias qj(t) tales que se
anulen en los instantes inicial y final: qj(t1) = qj(t2) = 0.
Cuando se pasa de una trayectoria qj(t) a la correspondiente trayectoria variada qj‘(t) = qj(t) +
qj(t), la velocidad pasa de la derivada de qj(t) a la derivada de qj‘(t), lo cual significa que las
q no se pueden variar independientemente de las q, sino que:
d
q j  q j (7)
dt
Ahora bien, la variación de la trayectoria da lugar a una variación del valor de L en cada
instante según:
L(q, q , t ) L(q, q , t )
L   q j  q j (8)
j q j q j
t2
Y de esto resulta la variación de la acción: S   L dt , con la cual se decide que S llega a
t1

un mínimo cuando S = 0 (es decir, como se aclaró: S llega a un extremo).

Ecuaciones de Euler-Lagrange
Finalmente llegamos a la clave del procedimiento, que es el método para encontrar las
trayectorias que extreman la acción.
Planteamos el extremo de S utilizando (8):
t2  L(q, q , t ) L(q, q , t ) 
0   L dt     q j  dt
t2
q j 
t1 t1  q j q j 
 j 
Necesitamos hacer un razonamiento en el cual la arbitrariedad de las variaciones nos permita
anular términos, de manera similar a lo hecho por D‘Alembert, pero no es posible porque hay
variaciones q que no son independientes de las q. De manera que eliminamos estas
variaciones con (7):
328

t2  L L d 
0   
t1 
q j  q j  dt

(9)
 j q j q j dt 

   q
t2
Y ahora para lograr una expresión de la forma 0   j j dt , integramos por partes el
t1
j

segundo término del integrando, haciendo uso de:

d  L  L d d  L 
q j   q j   q j 
dt  q j  q dt
 j dt  q j 

Con esto (8.9) queda:


 L d  L   t2 d  L 
  q   q j  dt
t2
0  q j dt   (10)
t1
j
 j dt  q j   t1 dt  
j  q j


La segunda integral es trivial, porque se cancela con la derivada, de manera que:
t2
d  L    L 
  q j  dt    q j  ,
t2
 t1 dt j  q j   j  q j 
  t1

y esta expresión es nula porque se han definido la variaciones de manera de anularse en los
instantes inicial y final: qj(t1) = qj(t2) = 0
De manera que finalmente (10) queda:
 L d  L  
  q
t2
0  q j dt
t1
j
 j dt  q j  

Y ahora la arbitrariedad de los qj nos permite exigir que todos los paréntesis deben ser
idénticamente nulos, ya que:
o Si definimos que todos los qj son nulos excepto uno de ellos, entonces la integral de
ese término de la suma debe ser nula – y luego el mismo razonamiento vale para
todos.
o Si ahora examinamos un término de la suma en particular, de índice k por ejemplo (ya
establecimos que su integral debe ser nula):
t 2  L d  L 
0        q k dt

 q k dt  q k 
t1

Ahora aprovechamos la arbitrariedad de qk(t) para elegir que sea nula en todo t
excepto en un intervalo pequeño centrado en un valor particular t*. De esta manera la
integral tendrá solamente la contribución de ese intervalito, y para que sea nula con
cualquier valor que tenga qk(t*), todo el paréntesis valuado en t* deberá serlo.
De manera que finalmente hemos llegado a un conjunto de n ecuaciones diferenciales:
L d  L 
0    k = 1, 2, …n (11)
q k dt  q k 
329

Estas son n ecuaciones diferenciales para n funciones qk(t) que hacen que la acción S sea
mínima.
Estas son las ecuaciones de Euler- Lagrange. La similitud con la expresión (5) del método de
D‘Alembert nos permite inferir que para los sistemas conservativos:
L = Ec – Ep (12)

Nota:
Es posible inferir la forma de la función L a partir de razonamientos básicos sobre las simetrías del
espacio y el tiempo, y algunas nociones sobre lo que se puede esperar del comportamiento mecánico.
Y luego, a partir de razonamientos similares es posible deducir todas las leyes de conservación y de
comportamientos básicos de los sistemas de manera general, sin entrar en los detalles particulares de
cada uno.
Aquí el camino será mucho menos abstracto, como corresponde a este Curso.

Lagrangeano en coordenadas cartesianas


Si tenemos un sistema de n partículas que interactúan entre sí por medio de fuerzas
conservativas deducibles de una función energía potencial según la expresión (12) del
Capítulo 3: Fxi = Ep/xi., siendo xi cualquiera de las coordenadas cartesianas que indica la
posición de la partícula i, entonces la función lagrangeana es:
m i ( x i2  y i2  z i2 )
L= i 2
 Ep ( x 1 , y1 , z1 ,...x n , y n , z n ) ,

y el extremo de la acción queda determinado por las 3n ecuaciones (11), que para este caso
dicen (utilizando nuevamente xi para xi, yi, o zi):

0  Fxi 
d
m i x i 
dt
Donde vemos que se obtiene que todas las partículas deben cumplir la Ley del Impulso, es
decir, se recupera la dinámica newtoniana.
De manera que queda demostrado que para cualquier sistema en el cual todas las fuerzas sean
derivables de una energía potencial, la función lagrangeana está dada por (12): L = Ec – Ep.
Vemos además que cada componente del momento lineal está dada por la derivada parcial de
L(x i ,..., x i ,...) con respecto a la derivada temporal de la coordenada correspondiente:
m i v i ,x  L x i , lo cual, en notación vectorial puede abreviarse:

     

p i   L r1 ,...rn , r1 ,...rn
ri
 (13)

Ahora consideraremos una gran ventaja de estos procedimientos sobre los manejos con
vectores que exige la mecánica newtoniana tradicional: si en un problema dado buscamos la
trayectoria que hace mínima la acción, dado que la acción es independiente de las
coordenadas que se utilicen para calcularla, una vez que hallamos la trayectoria que la hace
mínima, ella es independiente de los cambios de coordenadas. Al cambiar éstas, simplemente
se obtiene la misma trayectoria expresada en nuevas coordenadas.
De manera que debe estar claro que si las ecuaciones de Newton hacen que la acción tenga un
extremo cuando está escrita en coordenadas cartesianas, y reescribimos todo en cualquier
sistema de coordenadas generalizadas qj, entonces resolviendo Euler-Lagrange, es decir, (11),
330

en cualquier sistema de coordenadas que sea, estaremos encontrando las funciones qj(t) que
hacen que se cumpla Newton en cartesianas.

Momento conjugado de una coordenada


Y así es que tenemos que para cada coordenada generalizada qj definimos el momento
conjugado pj generalizando (13):
L(q, q , t )
pj  (13‘)
q j
De esta manera las ecuaciones (11) nos dicen:
L(q, q , t )
p j 
q j
Y podemos establecer una analogía con la mecánica tradicional denominando fuerza
generalizada, Qj, al miembro derecho: Qj = L/qj.
Vemos que si una coordenada qj no aparece en L(q, q , t ) , entonces el correspondiente
momento pj es constante.

Ejemplo desarrollado 1: péndulo simple


Considere un péndulo simple, de masa m y longitud R, cuyo movimiento está restringido a un plano
porque no tiene un hilo de longitud R sino una varilla rígida, ideal, sin masa, que está montada sobre un
eje que solamente le permite girar en el plano vertical.
Escribir el Lagrangeano, plantear las ecuaciones de Euler-Lagrange, y mostrar que coinciden con las
típicas ecuaciones del péndulo obtenidas por medio de la mecánica newtoniana.
Desarrollo
Este movimiento tiene un único grado de libertad, y la coordenada natural para éste es , el ángulo
formado por el hilo (varilla) con la dirección vertical hacia abajo (tomamos sentido positivo antihorario).
Tenemos v = R  , con lo cual Ec = m R2  2/2, y Ep =  m g R cos, de manera que
L = m R2  2/2+ m g R cos.
El momento conjugado de  resulta: p = m R2  y las ecuaciones de E-L quedan:
m R2  = m g R sen,
que es la ecuación que se obtiene con la mecánica newtoniana, y cuya solución para amplitudes
pequeñas consiste en oscilaciones armónicas de período T = 2 R g .
Podemos ver que el momento generalizado no tiene unidades de momento lineal, sino de momento
angular (kg·m2·s-1), ya que es exactamente la cantidad de movimiento angular respecto del centro de
suspensión, y la fuerza generalizada, Q = m g R sen, es el momento de la fuerza gravitatoria
respecto del mismo punto.
Por otra parte vale razonar sobre los dos grados de libertad eliminados por los vínculos, diciendo que
podríamos partir de un péndulo con los 3 grados de libertad, en el cual la varilla fuera elástica en su
longitud, con longitud de equilibrio R, y el soporte también permitiese oscilaciones laterales con cierta
constante elástica asociada. Éste sería un sistema de 3 grados de libertad, con un movimiento muy
complicado que para el caso en que las constantes elásticas fuesen grandes (es decir, pequeña la
331

deformabilidad de la varilla y su soporte), tendría algún parecido con el de nuestro péndulo. Para este
sistema estamos seguros de que la formulación lagrangeana es válida porque es un sistema
conservativo de una partícula con sus tres grados de libertad.
A medida que considerásemos constantes elásticas cada vez más grandes, la varilla se comportaría
cada vez de manera más parecida a la varilla rígida de nuestro problema, y siempre el tratamiento
lagrangeano describiría correctamente su movimiento. En el límite de constantes elásticas infinitamente
grandes, la elasticidad de la varilla y de su soporte desaparecen, y la varilla se transforma en el vínculo
que hace perder los dos grados de libertad correspondientes. Y queda una única ecuación de E-L para
el único grado de libertad restante, , y llegamos a la conclusión de que mientras los vínculos sean de
este tipo, sin fuerzas disipativas, la demostración de que las ecuaciones de E-L equivalen a las de
Newton para la partícula con sus 3 grados de libertad, también es válida para los grados de libertad que
dejan los vínculos.

Vínculos holónomos
Existen varios tipos de vínculos, con sus particularidades, tema en el cual no
profundizaremos.
El tipo más típico y simple, único en el que nos detendremos, es el de los vínculos
holónomos, que aquél en el que cada vínculo impone una condición:
  
f ( r1 , r2 ,..., rn , t )  0 (14)
Éste es el caso de más interés. Para este caso son válidas todas las consideraciones que hemos
hecho. En él, cada ecuación de vínculos reduce un grado de libertad, pues alguna de las
coordenadas de posición queda definida implícitamente en función de las 3n – 1 restantes.
Un caso de estos vínculos es el de cuerpo sólido. Si un cuerpo es sólido entonces para cada
par de partículas del mismo, señaladas por los índices i, j, la distancia dij se mantiene
constante, de manera que se pueden escribir n(n1)/2 ecuaciones (una por cada par de
partículas)
 
( ri  rj ) 2  d i2j  0
Ahora bien, estas ecuaciones de vínculo no son todas independientes, ya que en el sólido
basta con fijar la posición de cada partícula respecto de 3 no alineadas elegidas
arbitrariamente, para que queden determinadas todas las posiciones relativas, de manera que
en realidad hay 3n6 ecuaciones de vínculo independientes, y al sólido le quedan 6 grados de
libertad.
El caso del péndulo de longitud R con punto de suspensión en el origen sería otro ejemplo
muy simple, para el cual hay una ecuación de vínculo:
r2 – R2 = 0,
y el sistema pierde un grado de libertad.
Como se ve en (14), las ecuaciones de vínculo holónomos también pueden depender del
tiempo, cuando por ejemplo, algún mecanismo es móvil. Si en el péndulo, por ejemplo, el

origen tuviera un movimiento dado por rO ( t ) , la condición de vínculo sería:
 
( r  rO (t )) 2  R 2  0
Claro que el movimiento en este caso es completamente distinto al del péndulo simple: basta
con imaginar un péndulo cuyo punto de suspensión es agitado por un agente externo
332


siguiendo una función arbitraria rO ( t ) ; y consecuente el lagrangeano, siempre escrito como
Ec – Ep, adopta una forma totalmente distinta como función de  y  , mucho más
complicada, y aún así las ecuaciones de Euler-Lagrange sirven para resolverlo, aunque no es
siquiera un sistema conservativo.
Hay otro tipo de vínculos, además. Por ejemplo una bola que rueda sin resbalar sobre una
dada superficie tiene, además de condiciones sobre la posición, condiciones sobre la
velocidad del punto de contacto. Esas condiciones no limitan el número de coordenadas
independientes, y deben ser tratadas de otra manera que aquí no interesa.
Para verlo con algo más de detalle. Supongamos el ejemplo más simple: una esfera de radio R
que rueda sin resbalar sobre una superficie plana. Su centro O se desplaza por el plano que
está a distancia R de la superficie plana, y para ubicarlo allí se necesitan dos coordenadas, por
ejemplo q1 y q2; luego se necesitan tres coordenadas angulares para determinar la orientación
de la misma (con dos ángulos q3 y q4 se especifica la posición de algún punto A de la
superficie de la esfera, y con un tercer ángulo q5 alrededor del eje OA, se indica la posición de
otro punto B).
Sin embargo, para especificar un estado inicial arbitrario, del cual dependerá todo el
movimiento posterior, es necesario especificar los 5 valores arbitrarios de las qj, pero no es
posible dar valores arbitrarios a las 5 velocidades q j , ya que la velocidad en el punto de
contacto debe ser nula, y eso introduce una condición de vínculo f (q1 ,..., q 5 , q 1 ..., q 5 )  0 que
no está contemplada en la expresión (14).
No vamos a profundizar más en este tema. Baste saber que con algunas modificaciones a la
función lagrangeana pueden abarcarse todas las situaciones que son de interés en la física
teórica, y eso es lo que hace tan importante estos tratamientos.

No unicidad del Lagrangeano


El lagrangeano de un sistema dado no está unívocamente definido.
Veremos que si L(q, q , t ) es el lagrangeano de un sistema dado, y le sumamos una función
que sea una derivada total con respecto al tiempo de una función arbitraria de las coordenadas
y del tiempo, obtenemos L(q, q , t ) = L(q, q , t ) + df (q, t ) dt , que veremos que es otra función
válida como lagrangeana para el sistema.
En efecto, si planteamos el extremo de la acción con esta nueva función L‘ obtenemos:
t2  d  t2 t2 d
0    L  f  dt   L dt   f dt
t1
 dt  t1 t1 dt

Pero la integral del último término se cancela con la derivada, de manera que es simplemente
la diferencia entre los valores de la función f en los extremos:
t2

t1
df dt dt  f (q( t 2 ), t 2 )  f (q( t 1 ), t 1 ) ,
Y la variación de esta diferencia es nula porque consideramos variaciones que mantienen fijos
los puntos en los instantes inicial y final: qj(t1) = qj(t2) = 0:
t2
 df dt dt  f (q( t 2 ), t 2 )  f (q( t 1 ), t 1 )  0 .
t1

Esto significa que si una dada trayectoria qj(t) hace extrema la acción con L, también la hace
con L‘, de manera que podemos anunciar que el lagrangeano de cualquier sistema está
indefinido en una función aditiva que sea la derivada total con respecto al tiempo de una
333

función arbitraria de las coordenadas y del tiempo.

Ejemplo desarrollado 2
Considere el caso del péndulo simple en dos dimensiones correspondiente al ejemplo 1.
Muestre que si se le suma una constante a la energía potencial, lo que se le suma al lagrangeano
puede ser escrito como la derivada respecto de t de una función f(t).
Desarrollo
Si Ep =  m g R cos + C, el lagrangeano L = Ec – Ep queda
L = m R2  2/2 + m g R cos  C = L‘ – C,
donde L‘ es el lagrangeano anterior. En este caso, trivialmente: L – L‘ =  C = d (C t)/dt, de manera que
f = C t

Ejemplo desarrollado 3: péndulo simple cuyo punto de suspensión viaja con MRU
Considere el caso del péndulo en dos dimensiones correspondiente al ejemplo 1 analizado antes
(movimiento limitado a un plano vertical x,y), proponiendo ahora que el punto de suspensión es movido

con MRU, con v O  (v O,x , v O, y ) .

a) Escriba el lagrangeano L(,  , t ) para este caso.



b) Encuentre las ecuaciones de E-L, y muestre que no aparece v O en ellas, es decir que son las
mismas del péndulo con el origen fijo. Interprételo físicamente.

c) Muestre que la diferencia entre los dos lagrangeanos (con v O , y sin ella) es la derivada con
respecto al tiempo de una f(, t).
Desarrollo

a) Para este caso con eje x horizontal, y eje y vertical hacia arriba, si v  es la velocidad de la
   
partícula/cuerpo respecto de O, tenemos: v  (R  cos  ; R  sen) , v  v  v O , y v2 =
 
v 2  v 2  2 v  v = R 2  2  v 2  2 R  cos  v  2 R  sen v .
O O O O, x O, y

De manera que Ec = m R 2  2 2  m v O2 2  m R  cos  v O,x  m R  sen v O, y ; y Ep =


m g ( y 0  v O, y t  R cos ) ; con lo cual:

m R 2  2 m v O2
L=   m R  cos  v O,x  m R  sen v O, y  m g ( y 0  v O, y t  R cos )
2 2
b) Ahora se tiene:
p = L  = m R 2   m R cos  v O,x  m R sen v O, y

dp 
 m R 2   m R sen  v O,x  m R cos   v O, y
dt
L
 m R  sen v O,x  m R  cos  v O, y  m g R sen

De manera que cancelando los términos iguales en ambos lados del signo igual, las ecuaciones de E-L
quedan:
334

m R 2   m g R sen
Que es exactamente la misma ecuación que se obtuvo en el ejemplo anterior, la ecuación típica del
péndulo, y la misma que si hubiésemos hecho vo = 0, ya que esta velocidad no aparece aquí.
Esto se interpreta físicamente diciendo que la descripción con O fijo, y la descripción con O animado de
MRU, solamente difieren en que son descripciones del mismo movimiento desde dos referenciales
inerciales, y por lo tanto deben dar las mismas funciones (t).
c) Si llamamos L‘ al lagrangeano del ejemplo anterior, que es L escrito con vo = 0, entonces la
diferencia entre ambos es:
m v O2
L – L‘ =  m R  cos  v O, x  m R  sen v O, y  m g ( y 0  v O, y t ) ,
2
d  m ( v O  g v O, y t ) 
2

y esto es igual a t  m g y 0 t  m R sen v O, x  m R cos  v O, y 


dt  2 

Fuerzas que dependen de la velocidad: el caso electromagnético


El caso electromagnético es muy importante en la práctica y tiene la particularidad de que la
fuerza sobre una patícula de carga q (fuerza de Lorentz) tiene la parte magnética que es
proporcional a la velocidad:
   
F  qE  qvB
 
En donde E es el campo eléctrico y B el magnético. Para escribir la expresión del

lagrangeano para este caso se necesitan los potenciales  y A más que los campos.
Ambos potenciales son funciones únicamente de las coordenadas y el tiempo; (x, y, z, t) es

un potencial escalar, y A( x, y, z, t ) es un potencial vectorial, y aunque aquí no vamos a
utilizarlo, es interesante saber que en la versión del electromagnetismo escrita en notación
relativista, estos dos potenciales constituyen un único cuadrivector potencial A = (, Ax, Ay,
Az).
De acuerdo con las ecuaciones de Maxwell, los campos pueden obtenerse a partir de estos
potenciales según las expresiones fundamentales  (en unidades SI):
 A  
E    ; B  A
t
Y lo que interesa aquí es que la función lagrangeana adecuada para una partícula de masa m y

carga q moviéndose en un campo electromagnético dado por los potenciales  y A es:

m r 2  
L=  q   q A  r (15)
2
La demostración está en el Anexo 8.1.
Aquí interesa decir que en general, más allá del caso electromagnético, las ecuaciones de
Euler-Lagrange pueden generalizarse para el caso en que las fuerzas se obtienen de un
potencial generalizado U(qj, q j ), el cual puede ser función de las velocidades, y no sólo de las
posiciones como la función Ep. No entraremos en más detalle.
335

Ejemplo desarrollado 4: partícula en campo magnético constante


Considere una partícula de masa m y carga eléctrica positiva q, moviéndose en un campo magnético
 
constante B 0 cuyo potencial vector es A = ½ B0 (-y, x, 0).
a) Encuentre el campo magnético, y escriba explícitamente el lagrangeano. Muestre que el momento
   
conjugado de r es: p  m v  q A .
b) Encuentre las ecuaciones de Euler-Lagrange.

c) Resuelva explícitamente estas ecuaciones y encuentre r ( t ) para la condición inicial
 
r (0)  (0, 0, 0) , v(0)  v 0 (cos 30 o , 0, sen30 o ) , con v0 valor constante. Muestre que es la
  
trayectoria helicoidal que se obtiene a partir de la fuerza de Lorentz: F  q v  B0
Desarrollo

î ĵ k̂
  B0   
a) B  A  = k̂ B 0
2 x y z
y x 0

m 2 q B 0 ( x y  y x )
L= ( x  y 2  z 2 ) 
2 2
L q B0 y
px =  m x   m x  q A x
x 2
L q B0 x
py =  m y   m y  q A y
y 2
L
pz =  m z  m z  q A z
z
q B 0 y L q B 0 y
b) p x  m x     m x  q B0 y
2 x 2
q B 0 x L q B 0 x
p y  m y     m y  q B0 x
2 y 2
L
p z  m z  0  z  0
z
c) Para las coordenadas x e y tenemos ecuaciones acopladas. Derivando la 2da ecuación de E-L y
eliminando x con la 1ra:  d 3 y dt 3  qB0 m y  y   cos( t  ) , con , , constantes,
2

y  = qB0/m. Entonces y = (/) sen(t+) + , con  constante.


La condición inicial y(0) = 0, vy(0) = 0, impone  = /2,  =  ,  y =  (1 – cos(t) ) .
Ahora sustituyendo y    sen(t ) en la ecuación para x , queda: x   2 sen(t )  x =
 sen(t) +  t +  , con , , constantes.
De manera que x    cos(t )   , dado que esto debe ser igual a  y /    cos(t ) ,
entonces  = 0.
Y con la condición inicial x(0) = 0, vx(0) = v0 cos30º = v0x , se obtiene:  = 0,  = v0 cos30º/, es decir:
x = (v0x/) sent , y = (v0x/) (cost – 1). La parte en z es trivial: z = ½ v0 t.
336


La trayectoria es una hélice de radio (v0x/), con eje paralelo a z (es decir al campo B 0 ), en el plano

(z, y), en y = (v0x/), recorrida en sentido horario visto desde z+, con velocidad v 0 que forma 30º con

el plano de la circulación (es decir 60º con el campo B 0 ), hacia z+.
Por otra parte, la fuerza magnética calculada en el instante t = 0 a partir de la expresión de Lorentz
  
( F  q v  B0 ), es un vector en dirección y-, de módulo q v0 B0 sen60º = q v0x B0, que curva la
trayectoria de una partícula de masa m con velocidad v0x en el plano de circulación, con un radio mv2/F
= m v 0 x q B0 = (v0x/), que es el valor obtenido de las ecuaciones de E-L.

8.3.- Ecuaciones de Hamilton. Función hamiltoniana.

Ecuaciones canónicas
En un sistema de n coordenadas independientes qj, a partir de la definición de los momentos
conjugados de cada coordenada: pj = L/ q j , se obtienen n funciones de transformación pj =
pj(q, q ,t) (estamos sobreentendiendo los índices en las variables, y lo continuaremos haciendo
mientras ese uso no de lugar a confusiones).
Suponiendo que estas funciones son independientes, definen implícitamente a las n
velocidades q j como funciones de las variables {q, p}: q j = q j (q, p, t).
Ahora podemos pensar en un espacio de 2 n dimensiones, cuyas variables son todas las qj y
los pj, denominado espacio de las fases. El principio según el cual el valor de todas las
coordenadas y las velocidades en un instante dado determina completamente el estado del
sistema, y su evolución posterior, también puede ser enunciado reemplazando las velocidades
por los correspondientes momentos, es decir postulando que el estado y evolución del sistema
quedan determinados por el conocimiento de todas las coordenadas y todos los momentos en
un instante dado.
De manera que en el espacio de las fases cada punto determina el estado de todo el sistema en
algún instante, y por lo tanto determina la línea que es la trayectoria de todo el sistema para
todo tiempo.
Podemos preguntarnos si sería posible calcular la acción (definida como Ldt) a lo largo de
trayectorias arbitrarias en este espacio fásico (es decir funciones arbitrarias {q(t), p(t)}), y
encontrar las trayectorias mecánicas extremando dicha acción frente a variaciones arbitrarias
q y p, que dejen invariantes las coordenadas espaciales en los instantes inicial y final del
intervalo considerado (q(t1) = q(t2) = 0).
Ahora bien, plantear que p pueda variarse independientemente de q, implica dejar de lado las
relaciones pj = pj(q, q ,t) obtenidas de pj = L/ q j , es decir, decretar que éstas no existen más,
y que los pj quedan definidos por ser todo el conjunto de variables necesarias para especificar
completamente el estado del sistema además de las qj en cada instante.
Pero inmediatamente encontramos un problema: si utilizando las relaciones q j = q j (q, p, t)
eliminamos las q j en la lagrangeana sustituyéndolas en términos de las nuevas variables
obtenemos:
L‘(q, p, t) = L(q, q j (q, p, t), t). (16)
337

Pero la integral de esta función a lo largo de una línea arbitraria en el espacio fásico no se
puede extremar, ya que:
t2  
t2
t1 L  dt  
t1  j
 L ( q , p, t ) q j  q j  L ( q , p, t ) p j  p j
 dt ,


y por lo tanto la anulación de esta integral, teniendo en cuenta la independencia de las
variaciones q y p, implica que sean nulas todas las derivadas parciales.
De manera que aunque L‘ coincidiría con L en cada punto de una trayectoria para la cual el
valor de p estuviese dado por las relaciones pj(q, q ,t), resulta que esas relaciones no existen en
este caso, ya que se obtendrían de pj = L/ q j , pero no tenemos L(q, q j , t), sino que
solamente tenemos L‘(q, p, t).
Aquí es donde es útil la transformación inventada por Adrien-Marie LEGENDRE (1752-1833).
Consideremos una función H(q, p, t) que se obtiene de la expresión: H = p q – L,
eliminando en ella todos los q sustituyéndolos por su expresión en términos de q y p:
H(q, p, t) = p q (q, p, t) – L(q, q (q, p, t), t). (17)
Veremos que esta función es muy importante y útil. Se la denomina función de Hamilton, o
hamiltoniana.
Con ella podemos definir una nueva función
L‘‘(q, q , p, t) = p q – H(q, p, t), (18)
la cual coincide con L en cada punto de una trayectoria para la cual el valor de p esté dado por
la relación pj(q, q ,t), pero que está definida sobre cualquier trayectoria arbitraria en el espacio
fásico, y que a diferencia de L‘ dada por (16), aún depende de las variables q .

Planteamos ahora extremar la acción calculada como la integral de línea de L‘‘ =  p q  H(q,
p, t), a lo largo de una trayectoria dada por funciones arbitrarias q(t), p(t), entre dos puntos
fijos determinados, t1, y t2, de la manera habitual (proponiendo variaciones arbitrarias q y p,
tales que las q se anulan en los extremos del intervalo).
A raíz de estas variaciones será
 H H 
L‘‘ =   p q  p q  q q  p p  ,
 
en donde lo importante es advertir que q es la variación de la derivada temporal de q, sin
relación con la variación de los p. De manera que para el término p q vale:
p q  d(p q) dt  q p , y con esto la expresión para L queda:
 d H H 
L =   p q  dt (p q)  p q  q q  p p 
 
d  H   H  
=  p q     q   p   p 
p 
 q  ,
q  
dt  
en donde, como siempre, al integrar L para expresar la variación de la acción, el término que
es una derivada se anula porque las variaciones q son nulas en los extremos de integración, y
338

entonces las variaciones independientes de q, y p, imponen la anulación de los paréntesis, es


decir:
H(q, p, t )
 q j (19)
p j
H(q, p, t )
 p j (20)
q j
Ahora bien, dado que H está definida por (17), tenemos que:
H(q, p, t )  L(q, q , t ) 
 q j   p i q i (q, p, t )   q k (q, p, t )
p j i p j k q k p j
Por lo tanto (19) implica que:
 L(q, q , t )  
  p 
q i
 q i (q, p, t )  0 (21)
 p j
i
i 
Y dado que la transformación q j (q, p, t) debe cumplir con q i p j  0 , entonces (21)
implica que cada paréntesis debe ser nulo, es decir, se recupera la relación
p i  L(q, q , t ) q i , que define la transformación pi(q, q ,t).
Cumpliéndose esta relación, quedan seleccionadas las trayectorias a lo largo de las cuales la
función L‘‘ que hemos integrado coincide con la lagrangeana habitual, y su extremo entonces
debe definir las trayectorias mecánicas (además puede mostrarse fácilmente por cálculo
directo que (20) equivale a las ecuaciones de Euler-Lagrange).
De manera que, a partir de la función H(q, p, t), se obtienen 2 n ecuaciones diferenciales de
primer orden, que son las ecuaciones de movimiento en la mecánica hamiltoniana, también
denominadas ecuaciones canónicas, o ecuaciones de Hamilton.

Ejercicio para el lector:


Mostrar por cálculo directo que H(q, p, t ) q j   L(q, q , t ) q j , para H definido por (17).

Propiedades del Hamiltoniano


Calculemos la derivada respecto del tiempo de H(q, p, t) a lo largo de una trayectoria
mecánica.
dH  H H  H
   q  p  
dt  q p  t
Es claro que todos los paréntesis son nulos en virtud de las ecuaciones canónicas, de manera
que:
dH H
 (22)
dt t
Por otra parte, el cálculo también puede hacerse a partir de la definición H = p q – L, en
cuyo caso resulta:
dH  L L  L
   q p  p q  q  q  
dt  q q  t
Es claro que todos los paréntesis son nulos en virtud de las ecuaciones de E-L, de manera que:
339

dH L
 (23)
dt t
De manera que, si L no depende explícitamente del tiempo, entonces H es una constante de
movimiento, y tampoco depende explícitamente del tiempo.
Ahora bien, veamos cuál es el significado físico de H cuando L = Ec(q, q ,t) – Ep(q, t).

Siempre Ec es una función homogénea de segundo grado en las q : Ec = M ij (q, t ) q i q j , de


manera que pj = L q j  Ec q j  2 M i j q i , y  p q = 2 Ec, con lo cual:
H=  p q  L = Ec + Ep (24)
Es decir que la función hamiltoniana es lo que interpretamos como energía mecánica, escrita
en términos de q y p, y se conserva cuando L no depende explícitamente del tiempo.

Ejemplo desarrollado para discutir conceptos.


Consideremos una partícula de masa m en movimiento rectilíneo a lo largo del eje x, bajo una
fuerza elástica de constante k:
m x 2 k x 2
L(x, x ) = 
2 2
Consideremos trayectorias desde x(t1) = 0, hasta x(t2) = A, siendo   k m , t1 = 0, y t2 =
/.
Todas las trayectorias mecánicas que pasan por estos puntos extremos están dadas por:
x(t) = B sent + ½ A (1 – cost),
con B = constante arbitraria.
Para ellas, x = ½ A sent + B cost, de manera que las trayectorias en un esquema con
ejes x, x , cualitativamente son:
x

½A

B
P1
x
½A+B A
B P2

Fig. 3. Trayectoria mecánica representada cualitativamente en el


espacio (x, x ), para x(t) = B sent + ½ A (1 – cost)
En esta representación el punto inicial P1 da el estado inicial: x(0) = 0, x (0) = B, y
determina toda la trayectoria subsiguiente. No hay otra trayectoria mecánica diferente que
pase por x(0) = 0, x (0) = B.
Otras trayectorias mecánicas desde x(t1) = 0, hasta x(t2) = A, son posibles pero con diferente
velocidad, y por lo tanto en el diagrama de ejes (x, x ) parten de otro punto (con misma x(0)
pero diferente x (0)), y terminan en el mismo valor de x(t2) = A, pero con otro valor de x (t2),
como se ilustra en la figura 4.
340

x

P‘1
P1

A
x

P2

P‘2
Fig. 4. Dos trayectorias mecánicas de iguales coordenadas
iniciales (x1 = x‘1 = 0), y finales (x2 = x‘2 = A), pero diferentes
velocidades (v‘1 > v1 y v‘2  v2).

Además hay trayectorias no mecánicas (que no cumplen las leyes de la dinámica) que son
posibles. Por ejemplo, podemos pensar en ir desde x(t1) = 0, hasta x(t2) = A (siempre para t1 =
0, y t2 = /), con velocidad constante: x = x/t = A/ (la gráfica correspondiente se
muestra en la figura 5).
x
P1 P2
A/
x
A

Fig. 5. Una trayectoria posible, no mecánica.


En cambio no son posibles las rectas horizontales con otro valor de ordenada. Ni una que
indique valores negativos de velocidad, mientras x aumenta, etc.
Ahora bien, si definimos p = L/ x = m x , simplemente cambiamos la escala del eje de
ordenadas, de manera que estas figuras se modifican solamente en los valores que se indican
en el eje de ordenadas.
Pero podemos preguntarnos qué significaría que la variable p sea independiente de x y de x .
Es decir, consideremos la figura 6, en la cual se muestra la misma trayectoria posible (no
mecánica) de la figura 5, pero con p en ordenadas.
p
P‘(t)
P‘1

P1 P(t) P2

P‘2 x
A

Fig. 6. Trayectoria posible P1 P2 en el espacio fásico, y trayectoria


variada arbitrariamente, en la cual P(t)  P‘(t), dejando fijas las
coordenadas inicial y final, x1 y x2.
Ahora interpretemos. El significado de p es absolutamente indefinido: p no es m x , sino que
es una variable necesaria para especificar el estado del sistema, cuyo significado se
establecerá al final del análisis. En esta etapa del planteo se puede conjeturar que seguramente
p será alguna función de x ; mientras tanto p es lo que indica el eje de ordenadas, es decir
tiene un significado como constituyente del espacio fásico. En cambio x tiene un significado
asociado con cada trayectoria x(t).
341

La gráfica de cada trayectoria en este espacio fásico muestra una relación p(x); no muestra
directamente la dependencia con el tiempo, aunque ella está definida por el valor de t que
corresponde a cada punto.
En cualquiera de las trayectorias, P1P2, o P‘1P‘2, se puede calcular perfectamente L(x, x , t),
ya que está determinado y no depende de p. Solamente la parte x de la variación afectará a la
acción calculada con esta L, que es completamente insensible a los valores de p.
De manera que el problema de determinar la trayectoria mecánica x(t) se puede resolver con
independencia del significado de p. Ésta podría, en principio, ser compatible con cualquier
p(x), es decir, con cualquier dibujo en el espacio fásico. La línea P1P2, por ejemplo, bien
podría ser la trayectoria mecánica, si la ubicación de los valores de t sobre ella reflejara
correctamente la función x(t) debida.
Es decir que el espacio fásico agrega un grado de libertad a las representaciones posibles de
nuestro problema mecánico, lo cual puede ser de utilidad para imaginar estrategias de
solución en determinados problemas complicados.
Recién al definir el significado de p aplicando p = L/ x = m x , la trayectoria mecánica será
la que muestra la figura 3.
Una muestra de una estrategia inadecuada, sería utilizar p = L/ x = m x , para reemplazar x
en L(x, x , t). Así se obtendría L‘(x, p, t) = L(x, x (x, p, t), t) = p2/2m – k x2/2.
Esta función obviamente sí depende de p, pero no de x . Y la acción calculada con ella no
tiene extremo en el espacio fásico (frente a variaciones arbitrarias x y p que dejen
invariantes las coordenadas espaciales de los instantes extremos).
En cambio la función p x - H(x, p, t) , con H definido por (17), que coincide con L si p = m x ,
es una función nueva si p es una variable independiente de x . Es la función: L‖= p x – p2/2m
+ k x2/2.
La acción calculada con esta función sí puede extremarse frente a variaciones arbitrarias
independientes x y p, con x1 = x2 = 0 (recordando que las  x son derivadas temporales
de x), y da por resultado una relación x = x (x, p) (para este caso x = p/m), y una ecuación
diferencial para x(t).

8.4.- Transformaciones canónicas.


Ya hemos comentado que una de las ventajas de la mecánica lagrangeana sobre la
newtoniana, que esencialmente se desarrolla en coordenadas cartesianas, reside en la
propiedad de mantener su forma en sistemas generalizados de coordenadas de cualquier tipo.
De manera que las ecuaciones de E-L mantenían su forma frente a cambios de coordenadas
del tipo:
Qj = Qj(qi, t) (25)
Estas transformaciones se denominan transformaciones puntuales.
Y es claro que las ecuaciones de Hamilton también mantienen su forma en estas
transformaciones.
Pero el hecho de que la mecánica hamiltoniana se desarrolle en un escenario ampliado, con n
coordenadas qj y n momentos pj que especifican independientemente el estado del sistema,
nos sugiere la posibilidad de que sus ecuaciones mantengan la forma en un conjunto más
342

amplio de transformaciones, que incluyan cambios a nuevos momentos, además de nuevas


coordenadas:
Qj = Qj(qi, pk, t) Pj = Pj(qi, pk, t) (26)
Esta transformación se denomina canónica, si existe un nuevo hamiltoniano, H‘(Q, P, t) tal
que las soluciones de las nuevas ecuaciones canónicas:
H (Q, P, t )  H' (Q, P, t )
 Qj  P j
Pj Q j
describen la misma dinámica que correspondía al sistema original (descripto por H(q, p, t)).
Veamos ahora las condiciones para que una transformación del tipo (26) sea canónica.
Hemos visto que las ecuaciones canónicas surgen de imponer la anulación de las variaciones
de la integral:

  p q  H(q, p, t)dt ,
t2

t1

frente a variaciones independientes de las q y los p, que dejen invariantes q(t1) y q(t2).
Luego de una transformación (26), si es canónica, pediremos que se anulen las variaciones de:

  P Q  H(Q, P, t)dt ,
t2

t1

frente a variaciones independientes de las Q y los P, que dejen invariantes Q(t1) y Q(t2).
Ahora bien, siendo que las trayectorias mecánicas extreman estas integrales frente a
variaciones arbitrarias de los q y los p, que dejan invariantes las coordenadas inicial y final,
también las extreman si reducimos el conjunto de variaciones a las que dejan invariantes
coordenadas y momentos inicial y final.
Para que estas dos integrales tengan extremo a lo largo de la misma línea del espacio fásico,
es suficiente con que la diferencia de los integrandos sea la derivada temporal de una función
de las coordenadas, los momentos y el tiempo, F(q, p, t):
d
 p q  H(q, p, t) =  P Q  H(Q, P, t)  dt F ,
De manera que podremos escribir:
dF   p dq   P dQ  (H  H) dt , (27)
La existencia de esta función garantiza que la transformación sea canónica, y se la denomina
función generatriz de la transformación.
Sin embargo no cualquier función F(q, p, t) es generatriz de una transformación canónica: si
se tiene un sistema mecánico, y una transformación canónica en el espacio de las fases,
entonces (27) será la diferencial total de una función F definida en este espacio; pero si se
escribe cualquier función F(q, p, t), ella no genera un transformación canónica.
No profundizaremos en los requisitos que debe cumplir una función para ser generatriz de una
transformación canónica; solamente veremos algunas características importantes.
En la expresión (27) podemos leer cómo relacionar los distintos elementos de la
transformación a partir de la función generatriz F:
343

F F F
pi  Pi   H  H  (28)
q i Q i t
Éste ha sido un tipo de función generatriz, y hay cuatro tipos principales: F(q, Q, t), (q, P, t),
(p, Q, t), y (p, P, t).
Si se tiene una de ellas se puede pasar fácilmente a otra por medio de una transformación del
tipo de Legendre. Así por ejemplo, si sumamos la diferencial de PiQi a ambos miembros de
(27), obtenemos:
dF   P Q   p dq   Q dP  (H  H) dt , (29)

Es decir, sumando PiQi a una función generatriz del tipo F(q, Q, t), obtenemos otra, del tipo
(q, P, t), tal que:
  
pi  Qi  H  H  (30)
q i Pi t
Y procediendo de la misma manera, primero restamos pi qi a la función F:
(p, Q, t) = F(q, Q, t) – pi qi  d   q dp   P dQ  (H  H) dt ,

  
qi   Pi   H  H  (31)
p i Q i t
Y por último, restamos pi qi a la función  (que es lo mismo que sumar PiQi pi qi a la
función F):
(p, P, t) = (q, P, t) –pi qi  d   q dp   Q dP  (H  H) dt

  
qi   Qi  H  H  (32)
p i Pi t
Nota:
Esta presentación de los cuatro tipos principales de funciones generatrices ha sido totalmente
esquemática, y deja muchos detalles sin profundizar.
Así por ejemplo, para revisar un detalle entre tantos, miremos la afirmación de que sumando PiQi a
una función generatriz del tipo F(q, Q, t), obtenemos otra, del tipo (q, P, t), es decir:
(q, P, t) = F(q, Q, t) + PiQi
Es claro que la suma indicada en el miembro derecho no da automáticamente una función de q, P, y t,
sino de q, Q, P, y t. De manera que para obtener explícitamente (q, P, t) con esta operación debería
sustituirse Q = Q(q, P, t), lo cual se obtiene de Pi = F/Qi (ver el siguiente ejemplo).

Ejemplo desarrolado
Considere el hamiltoniano del oscilador armónico unidimensional: H = p2/2m + m 2 x2/2.
a) Analice las características de la transformación canónica generada por F = ½ m  x2 cotgQ.
b) Obtenga la generatriz (q, P, t) = F(q, Q, t) + PiQi, y muestre que genera la misma transformación
canónica.
Desarrollo
a) Aplicamos (28):
344

p = F/x = m  x cotgQ
F mx2
P 
Q 2 sen2 Q
H‘(Q, P) = H = ½ m 2 x2 (cotg2Q + 1) =  P
Ahora las ecuaciones canónicas con las nuevas variables son:
Q  H    P  
H 
0
P Q
mx2
De manera que P = P0 = ; Q =  t + Q0.
2 sen 2 Q
Entonces, volviendo a la representación (x, p), encontramos que la transformación canónica ha resuelto
el problema, ya que:
2P 2P
x 2  0 sen 2 Q  0 sen 2 ( t  Q 0 )
m m
b) Para este ejemplo, F(q, Q, t) + PiQi = ½ m  x2 cotgQ + P Q. Si bien la relación entre x, P, y Q,
hace que la derivada de esta expresión respecto de Q sea nula, así como está escrita contiene la
variable Q, y ahora la vamos a eliminar explícitamente.
De Pi = F/Qi ya hemos obtenido P = m  x2/2 sen2Q; de manera que Q = arcsen(x (m /2P)½) y
sustituyéndolo en la expresión anterior se obtiene:

mx2 2P  m 
 ( x , P)   1  P·arcsen  x 

2 mx 2
 2 P 
Luego, con un poco de paciencia aplicamos (8.39):

 2P   m 
 m  x2  p ;  arcsen  x   Q  m  x2/2 = P sen2Q

x m P  2 P 
Y sustituyendo en H = p2/2m + m 2 x2/2 se obtiene nuevamente: H‘ = H =  P, sin que haga falta
utilizar /P en realidad.
345

ANEXO 8.1:

Lagrangeano de una partícula en un campo electromagnético


El caso electromagnético es muy importante en la práctica y tiene la particularidad de que la
fuerza sobre una patícula de carga q (fuerza de Lorentz) tiene la parte magnética que es
proporcional a la velocidad:
   
F  qE  qvB
 
En donde E es el campo eléctrico y B el magnético.

Para escribir la expresión del lagrangeano para este caso se necesitan los potenciales  y A
más que los campos.
Ambos potenciales son funciones únicamente de las coordenadas y el tiempo; (x, y, z, t) es

un potencial escalar, y A( x, y, z, t ) es un potencial vectorial, y es interesante saber que en la
versión del electromagnetismo escrita en notación relativista, estos dos potenciales
constituyen un único cuadrivector potencial A = (, Ax, Ay, Az) (aunque aquí no vamos a
utilizarlo este hecho).
De acuerdo con las ecuaciones de Maxwell, los campos pueden obtenerse a partir de estos
potenciales según las expresiones fundamentales (en unidades SI):

 A  
E    ; B  A
t
Y lo que trataremos de encontrar ahora es la función lagrangeana adecuada para una partícula
de masa m y carga q moviéndose en un campo electromagnético dado por los potenciales  y

A.
   
Para ello comencemos reescribiendo la expresión v  B  v  (  A) , que se necesita para

expresar la fuerza sobre la partícula. Es importante recordar que las componentes de v son
funciones de t, pero no de las coordenadas.
 

v  (  A)     v       A  =      v    A 

  
 
=   v  A  v  A 
De manera que:
 
dv  A     
m  q     ( v  )A  ( v  A) 
dt  t 
   
Pero A t  (v  )A es la derivada respecto del tiempo del campo A valuado en la posición
de la partícula en cada instante.
Esto significa que puede escribirse:

 
d    
m v  q A  q  ( v  A  )
dt
   
De manera que si probamos proponiendo: p  m v  q A = L v , entonces según las
ecuaciones de Euler-Lagrange, debería ser
346

 
L r  q (v  A  ) r
Y estas expresiones son coherentes con la función:

L=
m v2
2

 
q vA 

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