Sunteți pe pagina 1din 4

Por lo general, el objetivo final de muchos latinos es el de lograr el famoso “sueño

americano” es decir, vivir en EE.UU con el pretexto de ser esto la oportunidad de


alcanzar una vida cómoda y digna que los países del sur no ofrecen, pero
¿realmente el sueño americano existe o solo es una utopía en la que ciegamente
creemos?. El comienzo del fin se dio con Milton Friedman quien en su libro
“Capitalismo y Libertad” publicado en 1962 [1] con el cual postula y propone las
bases del neoliberalismo el cual se basa en el incremento del lucro para las
empresas, sin embargo a día de hoy esta dinámica permeó completamente la
sociedad ya que no influyó únicamente en la economía y el comercio internacional
sino también en los fundamentos de la atención en salud [2], por lo tanto, ahora
mismo podemos afirmar que podría mal nombrarse la “pesadilla americana” ya que
este país adopta una posición sumisa a la voluntad de grandes empresas que
influyen en las leyes y el modo de vida, donde la dinámica de consumo se
fundamenta en la necesidad de vivir para trabajar y no trabajar para vivir, donde
prima el consumo como excusa para encajar en una sociedad de tendencias sobre
el ser y desarrollo de la libre personalidad. Asombrosamente, en contraste con
nuestros tiempos actuales de cambio y promoción de derechos, la salud ha
adoptado una característica de mercancía y un lujo de fácil adquisición únicamente
para los poderosos, mientras que el resto de personas que acumulan riqueza,
inician etapas de deterioro físico y cognitivo que obliga a que dispongan de sus años
de inversión para recuperar parcialmente su estado de salud a costos exorbitantes
para así volver a caer en el actual paradigma económico con base en el capitalismo
salvaje, el cual pese a que no está presente en Colombia en tal proporción, muestra
rasgos que la sociedad colombiana imita de la región anglosajona Proporcional a
este pensamiento, se sigue manteniendo un sistema feudal gracias a la cultura
donde la mediocridad y la mentalidad oportunista de la población, definida en el
argot nacional como: “el vivo vive del bobo”, es latente. Sumado a una marcada falta
de identidad y un pensamiento individualista alimentado por una falta de empatía,
producto de diferentes factores socioeconómicos, ha permitido que dicho modelo
esté siendo usado para la toma de decisiones de gobierno respecto a la salud y el
trabajo y claramente aprovechando este constructo social para tomar decisiones
lesivas en la calidad de vida del colombiano promedio.

Por lo tanto, podemos afirmar que el neoliberalismo en lugar de cumplir la falacia de


progreso trajo consigo el enriquecimiento de unos pocos y la miseria de muchos, lo
cual sumado a los determinantes sociales presentes como la cultura, la identidad y
los valores refuerzan el abismo de desigualdad presente en nuestros días.

Como se dijo previamente el neoliberalismo surgió en la segunda mitad del siglo XX,
postulado por Friedman quien en su libro afirmó: ​“ En este tipo de economía solo
hay una sola responsabilidad social: Usar los recursos y emprender las actividades
orientadas a aumentar el lucro”, ​es decir, dar completa autonomía a las empresas y
evitar al mínimo la intervención del estado, permitiendo incluso que este sea
empleado suyo al utilizar sus recursos para impulsar sus intereses por medio de la
política sin importar a cuantos afecten, con el único objetivo de tener cada vez más
utilidades; esto puede verse en Estados Unidos con el modelo de trabajo por horas,
donde no hay un sueldo fijo y por lo tanto, no hay seguridad social o pensión pagada
por la empresa, esto quiere decir, que si el dinero no alcanza se debe trabajar en
más lugares y más horas, lo cual indiscutiblemente obliga al ciudadano a sacrificar
sus horas libres que puede dedicar al ocio, relaciones familiares e incluso tiempo de
sueño. No conformes con ello con el fin de ganar más dinero las empresas se
involucraron en la salud y sanidad al ser los principales prestadores de esta, esto lo
consiguieron por el descarado negocio que se llevó a cabo entre Edgar Kaiser y el
presidente Richard Nixon el 17 de febrero de 1971 [3], debido al cual un día
después la salud pasó de ser regulada y provista por el estado, a ser vendida por
los seguros médicos, cuyos dueños no tienen el más mínimo interés acerca del
bienestar de las personas, ya que desde dicho acuerdo se han escudado de
responder por las personas y han acomodado la ley para hacer de la salud
completamente un negocio en el que se gana igual pero se invierte lo más mínimo
en los “clientes”. De tal forma que se presentan tres escenarios: Mantener los
cobros el servicio a pesar de que este cubre solo unas cuantas situaciones, buscar
vacíos donde puedan justificar el declinar el servicio y finalmente aceptar la
intervención a costos exorbitantes o con procedimientos experimentales cubriendo
un poco o ningún porcentaje del mismo.

Si bien el trato a las personas con seguro médico es malo, los norteamericanos sin
seguro son tratados aún peor ya que ni siquiera son atendidos en hospitales sino
son abandonados en centros de acogida o en la acera de una calle reflejando así la
nula humanidad que permite el sistema de salud, se han olvidado de la importancia
de las personas y se han enfocado en acumular riquezas. Por ello, Estados Unidos
no es un país donde las personas dejan de ser personas y se convierten en
herramientas de producción que pueden ser fácilmente reemplazadas por tanto
refleja que su cultura e identidad es el dinero en sí mismo, el dinero es quien les
define y para ellos es lo único que importa.

En el caso de Colombia pese a que el panorama es algo más alentador no es que


sea algo bueno tampoco, vivimos con la cruz de la violencia desde hace más de 50
años, desde la patria boba hasta la actualidad las personas “comunes” se han
lastimado y asesinado entre sí mientras que los grandes terratenientes y famosos
políticos viven ostentosamente a costa de la vida de los demás, esto gracias a
nuestra propia ignorancia y pésima toma de decisiones producto de la mediocridad y
el facilismo al que estamos acostumbrados, nos gustan los resultados pero no el
proceso y queremos cambios sin esforzarnos; por ello somos poco analíticos y
fácilmente manipulables, siendo blanco fácil de mecanismos de control como los
medios de comunicación y la religión mediante los cuales vivimos en oscurantismo
en pleno siglo XXI en la que la violencia y la explotación laboral es nuestro pan de
cada día sin que manifestemos queja alguna porque somos tan cómodos que no
tenemos la iniciativa necesaria para que las cosas cambien.

Pero cómo cambiar las cosas si pese a nuestra simpatía con el extranjero somos
enemigos entre nosotros mismos, los valores que se supone nos enseñaron ahora
son solo un añorado recuerdo del pasado, no nos importa lastimar o aprovecharnos
del otro para así conseguir nuestro sustento, vemos con pesimismo nuestra tierra
añorando vivir en otros países sin darnos cuenta que lo que vivimos es
consecuencia de las decisiones de nuestros antepasados y de paso las nuestras
que siguen siendo las mismas, idolatramos al extranjero y le tratamos con
amabilidad mientras que al mismo tiempo miramos con hostilidad a nuestro vecino y
es que desde siempre hemos descalificado lo nuestro, no nos hemos dado cuenta
del valor que tiene nuestra gente y nuestra tierra y por ello las hemos regalado a
otros que si ven su potencial; sabiamente decía Jaime Garzón [4] que no sabemos
quienes somos pues veneramos al extranjero y regalamos nuestros recursos y el
producto de nuestro esfuerzo a otros gobiernos mientras vemos reina la hostilidad
reina entre nosotros y nuestro pueblo muere de hambre, no hemos aprendido la
importancia de la unidad y por tanto hemos sido fácilmente manejados según los
intereses de magnates extranjeros en el afán de ser “desarrollados” como ellos sin
comprender que hay muchas formas de ser desarrollados y que al seguir las pautas
de otros jamás seremos desarrollados, al no entender esto permitimos que nuestra
gente fuera y sea pisoteada, para reflejo de ello podemos recordar la masacre de
las bananeras de 1928 donde trabajadores colombianos fueron asesinados por
defender los intereses de una empresa norteamericana, o un suceso más reciente el
cual es la causa de la presente crisis en el sistema de salud colombiano, al igual
que sucedió en Estados Unidos la privatización de la salud por medio de la ley 100
de 1993 mediante la cual se creó el sistema general de seguridad social por medio
del cual se trasladó la gobernanza del sistema de salud del estado al sector privado
convirtiendo a las ciencias de la salud en oficios ya que restan autonomía a sus
decisiones y pasan a ser empleados bajo este nefasto sistema que deshumaniza
completamente la atención por un lado al reducir el salario de los profesionales,
restringir su rigor científico y precarizar completamente las condiciones laborales, al
trabajar turnos más largos y no tener lugares de descanso adecuados, y por tanto
tener que dormir en el piso; y por el otro al eliminar la noción de persona y empezar
a verlo como cliente, y por tanto ser atendido según su salario permitiendo que
quienes tienen malos salarios sean pésimamente atendidos tanto para consulta
externa como en urgencias donde son atendidos incluso en una silla en los pasillos
del hospital en lugar de una camilla además no de no tener cobertura de los
insumos necesarios para su tratamiento.
En síntesis, la calidad de vida de las personas en Estados Unidos no va a mejorar
hasta que no comprendan la importancia de las personas dejando de lado el afán
por la acumulación de riquezas dando importancia una mayor importancia a las
relaciones humanas y en Colombia no mejorará si no aprendemos además de lo
anterior, quienes somos y la importancia de nuestra gente y nuestra tierra, pero la
verdadera pregunta es ¿realmente serán y seremos capaces de cambiar en pro de
una mejor calidad de vida para todos?

Bibliografía
[1]​https://archive.org/details/friedman-milton-capitalism-and-freedom/page/n1/mode/
2up
[2] Patiño, J. (2018). Grupo de humanización facultad de medicina.
youtube.Disponible en: ​https://www.youtube.com/watch?v=D7XtPs48tD4
[3] Moore, M. (2007). SICKO completa - Michael Moore (Español). youtube.
Disponible en: ​https://www.youtube.com/watch?v=dVdaosweLF8
[4] Garzón, J. (2019). Jaime Garzón en la UAO, "La universidad es la mejor etapa
de la vida". youtube. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=fxpBytf1ZOM&t=3877s

S-ar putea să vă placă și