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La estética en la arquitectura.

Paulina Alvarado Santillano.


Tecnológico Nacional de México/ Instituto Tecnológico de Durango.
Santillanopaulina@yahoo.com

‘’La arquitectura comienza con poner dos ladrillos juntos cuidadosamente’’ (Ludwig Mies
van der Rohe, 1935)
Uno de los conceptos más debatidos creo yo ha sido el de la palabra Arquitectura,
¿Qué es?, ¿Cómo nació? Y lo más importante, ¿Qué hace a una construcción llamarse
arquitectura?
La muerte; el miedo más antiguo del ser humano. El hombre al darse cuenta de que
lo que lo mantenía con vida estaba dentro de él, se vio obligado a crear un lugar donde
vivir, donde habitar para estar con sus iguales y así tener la fantasía de que al menos, en ese
lugar estaba seguro. Así nació la arquitectura, de la necesidad de protegerse de la
naturaleza. Sin embargo, es mucho más que eso.
Algunas de las características natas de una persona son la búsqueda de la perfección
para así sentirnos tranquilos y la de percibir belleza e intentar representarla de alguna
manera, dado que todos somos diferentes, también la ‘’belleza’’ queda en un plano
subjetivo. Sin embargo, existe algo que de alguna manera regula este concepto de belleza.
La estética.
El termino estética fue introducido por el filósofo alemán Alexander Gottlieb Baumgarten
en su obra ‘’reflexiones filosóficas’’ acerca de la poesía (1735) y más tarde en su aesthetica
(1750). La estética es una reflexión filosófica que se hace objetos artísticos y naturales, y
que produce un ‘’juicio estético’’. La percepción sensorial, pero… ¿qué es la percepción
sensorial? Esta obedece a los estímulos cerebrales logrados a través de los 5 sentidos, vista,
olfato, tacto, auditivo, gusto, los cuales dan una realidad física del medio ambiente. De ello
que acto seguido se produce una idea objetiva o subjetiva en nuestra mente y esto nos lleva
a hacer juicios o razonamientos sobre objetos y personas.
La estética se adapta a las corrientes culturales de cada época y evoluciona
conjuntamente a estas, es por eso que la música, pintura, y sobre todo la arquitectura no son
las mismas en todos los tiempos, sino que han evolucionado junto con el hombre de
acuerdo a su época.
Es aquí donde empezamos a percibir la importancia que ha tenido y tiene la estética
para el hombre en cada época de su vida.

El arte es una experiencia que requiere una actitud del gusto, una valoración estética,
que no es espontanea porque solo se puede captar lo que es una obra del arte si se estudia.
La vida entera, con sus momentos dolorosos, cómicos, o grotescos, es capaz de trasladarse
al arte, pues gracias al sentimiento del artista, esas cosas simples, rostros vulgares, actitudes
cómicas o feas, momentos trágicos o dolorosos sufren un proceso de sublimación y son
presentados al contemplador como una obra de arte. Aristóteles sostuvo de manera explícita
que una naturaleza psicológica humana estable e inmutable concertaría que las artes
tendrían rasgos específicos.

Si bien no tiene normas estrictas y universales, va formando criterios o pautas en


cuanto a la belleza, y de forma constante, también al arte; diferentes y particulares en cada
sociedad. Dentro de cada contexto histórico y cultural, y a causa de ello, es que lo
desagradable se concentra en mostrar su desprecio hacia lo que esta Estética establecida
intenta producir, imponiendo modas, estilos, y, por lo tanto, también formas de pensar; en
las cuales se promueve la monotonía e igualdad de las grandes masas; que para quienes se
revelan ante ello, es un atentado en contra de su diferenciación como persona dentro de la
sociedad.

La belleza es un lugar para sentirse bien. Esta frase podría servir como un resumen de
la reflexión continua sobre belleza y funcionalidad en arquitectura. Uno puede llegar a un
edificio, vivir o trabajar en él, y sentirse bienvenido gracias a sus características
arquitectónicas. Uno puede saber que se siente así, pero describir ese estado, muchas veces
inconsciente, es definir, finalmente, la belleza, y hacerlo es un problema complicado. Se ha
llegado a una definición consensuada; sin embargo, cada quien tiene un concepto de belleza
armado con diferentes fuentes y referentes, y uno reacciona a la belleza de acuerdo con
ellos. Uno, si llega a reflexionar sobre eso, simplemente sabe que está en la belleza y que se
siente bien ahí.

En arquitectura la belleza es invisible, o se vuelve invisible luego de su


reconocimiento. Qué raro, ¿no?: los arquitectos y todos los profesionales que participan en
la creación de un edificio se esforzaron por hacer bien su trabajo, por dar lo mejor de sí
mismos, y luego, como por arte de magia, su trabajo visible desaparece para, en ese mismo
instante, dar paso a ese “sentirse bien” de las personas que viven, así sea
momentáneamente, en su construcción.

La unión de la belleza y la funcionalidad en arquitectura se logra cuando la sensación


evidente de la existencia de la belleza desaparece: uno sencillamente quiere estar ahí, en ese
edificio, y ni siquiera piensa por qué, aunque múltiples factores estén trabajando para lograr
esa sensación de bienestar.

Uno se afana en sus asuntos y flota en el bienestar creado por la conjunción de la


belleza y la funcionalidad en la edificación en la que estamos. La sensación es esa que
extrañamos cuando hay un desperfecto en nuestro entorno cotidiano: cuando se interrumpe
el flujo de la energía eléctrica o el motor que provee agua se quema y el líquido deja de
fluir para nuestro servicio, por ejemplo.

La estética es uno de los principales principios de la Arquitectura que tanto los


estudiantes como los profesionales deben adorar. Se trata de belleza o apreciación de la
belleza. En otras palabras, es una filosofía detrás de una apariencia agradable.
Un conjunto de principios seguidos por los diseñadores arquitectónicos o cualquier
diseñador para el caso de la evolución del producto final que es estéticamente agradable a
la vista, se llama estética. Está directamente influenciado por el gusto artístico de un
individuo.
La estética se ocupa de llevar el arte a la vida cotidiana de las personas. Al igual que
las personas necesitan ropa colorida y de diseño para vestir, probar y presentar la comida.
Del mismo modo, a las personas les gusta vivir y trabajar en lugares bellamente diseñados y
estéticamente agradables a la vista.

El transmitir una experiencia estética me confronta con un dilema que parte del
mismo concepto de estética. Si la estética no se reduce al campo de las bellas artes o artes
bellas, sino que abarca categorías sobre lo feo, lo grotesco, lo gracioso, lo trágico, lo
sublime, por ejemplo, cualquier cosa puede ser vivida como una experiencia estética.

Referencias.
Masiero, R. (2018). Estética de la arquitectura (Vol. 136). Antonio Machado Libros.

Arango Escobar, G. (2004). Una mirada estética de la arquitectura popular.

Barroso, J. A. R. (2006). El banquete de platon: la busqueda de la belleza y el bien en la atenas


clasica. Revista de filosofia y sociopolitica de la educacion TERE, (4), 5-21.

Madrazo, J. A. (2006). Belleza, sí, pero¿ qué es eso?. Atenea (Concepción), (493), 11-22.
San Juan, V. M. T. (2013). Teoría del arte y belleza en Platón y Aristóteles. La idea de la
estética (Vol. 2). Ediciones San Dámaso.

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