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En español, Filosofía de la aritmética
La percepción y la intuición son importantes, porque permiten comprender que además de
las cosas en el mundo, existen fenómenos que no son cosas, sino que tienen existencia
ideal en nuestra conciencia; y existencia ideal es el nombre que usa Husserl para evitar
que sus lectores piensen que tales fenómenos son creaciones suyas. Los conceptos como
el número, relación o cantidad, dice Husserl, no se crean en la conciencia, sino que se
descubren, se alcanzan, se llega a ellos. Para explicar esto, Husserl emprende una tarea
que ya había hecho Kant de otro modo:
En primer lugar menciono la tarea general que tengo que resolver para mí, si quiero
poder llamarme filósofo. Me refiero a una crítica de la razón. Una crítica de la razón
lógica y práctica, de la razón que valora como tal. (Ideas relativas a una
fenomenología pura y a una filosofía fenomenológica, como se cita en Lambert,
2006, p. 519)
La reducción fenomenológica
Para comprender este concepto, iniciemos con un ejemplo de intuición sensible, digamos
que hay una “cosa” delante de nosotros ahora que estamos escribiendo. Así comienza la
intuición sensible de la materia: vemos la forma, el color, su tamaño, la disposición de los
elementos, etc., de modo que el conjunto de estos elementos sensibles nos permite
distinguir esta “cosa” de otras “cosas” que también puedo distinguir. Aquí, entonces,
distinguir lo usamos como la capacidad de poner límites a lo que estamos viendo. Resulta
que la “cosa” que hemos ido viendo por partes se llama “retrato”, en este momento, con el
nombre ya dado, se tiene una intuición sensible. Entonces, una intuición es la captación de
un objeto delimitado. En el ejemplo, delimitar el “retrato” es diferenciarlo del “diploma” que
tengo a su lado, al mismo tiempo que los diferencio de la computadora, etc. Se podría decir
que tener una “intuición” de retrato es lo mismo que ser capaces de “ver” dónde comienza
y dónde termina un “retrato”.
Pero como ya vimos en el apartado anterior, no se puede hacer lo mismo con conceptos
como número, relación, cantidad ¿dónde están los límites sensibles de estos conceptos? Y
no tienen que ser conceptos extraños para fijarnos que utilizamos intuiciones no sensibles.
Por ejemplo, algunos como padres sabemos pensar qué sería la “paternidad” y la
diferenciamos de la “profesionalidad”, y decimos oraciones como “mi responsabilidad como
padre, me impidió asistir a tiempo a clase”. ¿Dónde están los limites sensibles de
“paternidad” y de “profesionalidad”? simplemente no existen.
Husserl explicaba que la costumbre o actitud natural lleva a las personas a pensar que
todo concepto se refiere a una “cosa en el mundo”, cuando en realidad no es así. Para
poder acceder a los conceptos eidéticos, a esas intuiciones no sensibles, Husserl propone
el método de la epojé. Este es un método mental que consiste en pensar como si el mundo
no existiera para quedarnos simplemente con la vivencia de la conciencia. En el ejemplo
del “retrato”, sería dejar de creer [por un momento, que tampoco Husserl andaba loco] que
el retrato existe y solo prestar atención al proceso cómo desde la percepción de elementos
se ha ido produciendo una intuición acabada, ¿qué pasaba en la conciencia mientras aquel
proceso sucedía? Aquello con lo que nos quedamos luego de la epojé es el residuo o
reducción fenomenológica. Aunque suene extraño, recién en este momento estamos frente
a “cosas” evidentes en la intuición, según Husserl. Al parecer, esto es así porque todas las
“cosas” como el “retrato” de nuestro ejemplo son producciones ya logradas, no son
consistentes en sí mismas, son momentos temporales del parecer de algo cambiará dentro
de poco, no permanecerá. En cambio, el residuo con el que nos quedamos luego de la
epojé es algo subsistente, solo que falta saber qué es y qué nombre tiene.
La fenomenología trascendental
El mundo de la vida es “el mundo de la experiencia sensible que viene dado siempre de
antemano como evidencia incuestionable” (como se cita en Herrera, s/f, p. 256). El mundo
de la vida es una relación entre personas y mundo en que la acción de la vida no supone
ningún concepto científico ni de ningún otro conocimiento. Por ejemplo, en una simple
conversación entre amigo, esta sería imposible si ellos no dieran por sentado, como parte
de su “mundo de la vida” que ambos conocen el mismo idioma. Normalmente esta no es
una preocupación entre amigos, se asume. Por esta razón, el mundo de la vida es un
concepto que indica que en la experiencia siempre hay más contenido que el recibido. Por
ejemplo, si asistimos a una fiesta en nuestra sierra peruana, solo recibimos la música, el
baile y la comida, pero sabemos que eso no es todo, que la “fiesta” significa y tiene
sentidos que van más allá de lo percibido: compadrazgos, camaradería, compartir
expectativas de vida, etc.
A modo de conclusión
Bibliografía