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Facultad de Ciencias Jurídicas

Escuela de Derecho
Antofagasta

Evaluación no presencial
Derecho Sucesorio

Integrantes: Daniela Contreras


Dominique Varas
Mario Solari
Diana Núñez
Claudio Meneses
Daniela Velasco
Docente: Constanza Astudillo Meza
Cátedra: Derecho Sucesorio
Fecha: Jueves 9 de enero del 2020
I.- Problemas planteados

El caso planteado presenta una serie de problemáticas relativas a las materias de


posesión efectiva, herencia yacente, título ejecutivo y prelación de créditos, todas
relacionadas entre sí, y que se concretizan en lo siguiente (éstas se desarrollarán en extenso
al momento de analizar el caso):

Un primer problema consiste en que no se ha solicitado que se dicte el decreto de


posesión efectiva, trámite el cual debe realizar uno o más herederos, personalmente o
representados por un mandatario, para así disponer legalmente de los bienes dejados por
quien ha fallecido –en este caso, don Percy-. Por lo anterior, doña Lidia se podría encontrar
en la disyuntiva, si solicitar la declaración de herencia yacente o realizar un requerimiento
judicial que obligue a los herederos –si los hay- para aceptar o repudiar la asignación de
don Percy, todo esto considerando en que han transcurrido meses desde el fallecimiento de
este último sin que nadie se haya pronunciado. A doña Lidia le urge tener en contra de
quien dirigirse para el pago de su crédito, sin considerar otros factores que obstaculizan este
objetivo y que se materializan en los siguientes problemas a mencionar.

Un segundo problema presente en el caso radica en que doña Lidia Rivera no tiene
en su poder un documento que acredite la deuda de don Percy por los seis millones de
pesos, es decir, no tiene un título ejecutivo que a su vez le permita cobrar el crédito que
tiene la sociedad a la cual representa, pues solo posee el libro de compraventa que es
obligada a llevar por ser comerciante. Entonces ¿Cómo puede comprobar que don Percy le
adeudaba el monto señalado? Esto lo analizaremos en extenso más adelante.

Finalmente, un tercer problema que se presenta es que, si bien a doña Lidia le consta
que don Percy es dueño de dos predios, y que podría pagar su crédito con ellos o parte de
ellos, ella debe considerar que están gravados con hipoteca en favor del banco “El
Económico”, por lo que, si aplicamos la materia relativa a la prelación de créditos, doña
Lidia no tiene preferencia para el pago del crédito que da lugar a este caso, (los seis
millones de pesos), quedando como acreedora simplemente valista.

II.- Derecho aplicable

Art.1240 Código Civil (CC): Herencia yacente.


Art.1232 CC: Caso especial de caducidad del derecho de opción.
Art.481 CC: Sobre el curador de la herencia yacente.
Art.487 CC: Facultades del curador de la herencia yacente.
Art.434 Código de Procedimiento Civil (CPC): Sobre los títulos ejecutivos.
Art.435 CPC: Preparación de la ejecución cuando no se tiene título ejecutivo.
Art.2489 CC: Créditos de quinta categoría.
Art.2477 CC: Créditos de tercera categoría.
Art.2470 CC: Causas de preferencia (prelación de créditos).
Art.680 al 702 CPC: Procedimiento ordinario de menor y mínima cuantía.
Art.680 al 692 CPC: Procedimiento sumario.

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III.- Análisis del caso

Al momento del fallecimiento de don Percy (mediados de septiembre del 2019) se


produce la apertura de la sucesión, para luego tener lugar la delación de la herencia que,
según señala el artículo 956 inciso 1 del Código Civil, es el actual llamamiento de la ley
para aceptarla o repudiarla, confiriéndose a los asignatarios –si los hay, cuestión de la que
no tenemos certeza- un derecho para aceptar la asignación haciéndola suya y convirtiéndose
en sucesor, o bien repudiarla, quedando excluido de la sucesión del causante 1, es decir, de
don Percy.
En el caso comentado, y aun cuando solo se señala que durante meses no se ha
solicitado que se dicte el decreto de posesión efectiva, sin indicar –por ejemplo- la
existencia o no de herederos, será importante que doña Lidia considere todas las opciones
posibles para así lograr su objetivo, es decir, el pago de su crédito. Por lo anterior, nos
pondremos en los siguientes supuestos: En caso de no existir herederos, cuando estos han
repudiado la asignación (entendiendo que nunca han sido llamados a la sucesión), o
cuando estos no se han manifestado en un plazo de quince días contados desde la
apertura de la sucesión, aplicando el artículo 955 del Código Civil, lo sucederá el Fisco,
operando el quinto y último orden de sucesión, pues la herencia quedará vacante. Pero, si
no conviene a los intereses del Fisco aceptar la asignación, la herencia de don Percy podrá
ser declarada yacente, es decir y –basándonos en el artículo 1240 del Código Civil-, aquella
que no ha sido aceptada dentro de quince días contados desde la apertura de la sucesión, la
cual se produce – por regla general- al momento de la muerte del causante, siempre que no
exista albacea con tenencia de bienes que haya aceptado el cargo. Por tanto, en este caso se
cumplen los requisitos copulativos que dan lugar a la herencia yacente, estos son, en primer
lugar, el transcurso de quince días desde la apertura de la sucesión sin que se haya aceptado
la herencia o una cuota de ella, cuestión que se cumple, pues desde el fallecimiento de don
Percy a la fecha han transcurrido más de tres meses sin que se haya aceptado al menos una
cuota de la herencia. Y, en segundo lugar, que no exista albacea con tenencia de bienes
designado en el testamento, y si existe que no haya aceptado el cargo.
Pero ¿puede doña Lidia solicitar la declaración de la herencia yacente? Si, ya que
podrán solicitar la declaración el cónyuge sobreviviente, cualquier pariente o dependiente
del difunto, de oficio o cualquier persona interesada en ello. Esto, con el objetivo de que se
nombre un curador de bienes para que los acreedores del causante –como doña lidia- tengan
en contra de quien dirigirse para obtener el pago de su crédito.
Finalmente, y teniendo lugar la situación ya descrita, doña Lidia deberá considerar
que no posee título ejecutivo, documento, instrumento o resolución judicial que da cuenta
de una deuda determinada y de carácter indubitada al cual la ley le da suficiencia necesaria
para exigir el cumplimiento forzado de la obligación en él contenida mediante un
procedimiento de carácter ejecutivo o de apremio 2. Por tanto, y frente a este panorama,
doña Lidia tendrá dos opciones, la primera consiste en pedir que se cite al curador a

1
ELORRIAGA, Fabián. Derecho Sucesorio. 2 nd ed. Santiago de Chile, Abeledo Perrot. 2010. 69p.
2
Orellana, Fernando. Manual de Derecho Procesal. 2 nd ed. Santiago de Chile. Librotecnia. 2009. Tomo III.

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confesar deuda y así preparar la vía ejecutiva que le permita obtener el título del cual
carece.
Considerando que una de las facultades del curador es pagar las deudas de sus
representados –en este caso de don Percy- (artículo 487 parte final del Código Civil) y
enajenar bienes del causante para este mismo fin (excepciones del artículo 488 del mismo
código), es posible establecer que el curador podrá ser requerido para el pago de un crédito
por vía ordinaria o ejecutiva. En este punto, doña Lidia, para cobrar los seis millones de
pesos mediante un juicio ejecutivo, y considerando que carece del título, deberá realizar
una de las gestiones preparatorias para la vía ejecutiva, la que tiene por objetivo constituir o
complementar alguno de los requisitos que falten al título para que este tenga mérito
ejecutivo3. En este caso, procederá como gestión la citación a confesar deuda, establecida
en el artículo 435 del Código de Procedimiento Civil y que, de realizarse, producirá como
consecuencia la configuración del título ejecutivo para continuar el proceso. En caso de
negarse la deuda, a doña Lidia no le quedará más opción que iniciar juicio ordinario o
sumario4.
Una segunda opción es iniciar un juicio por vía ordinaria o sumaria pues, tal y como
señala el profesor Fernando Orellana, el acreedor podrá ejercer la acción de cobro de pesos
cuando el deudor, en una gestión preparatoria para la vía ejecutiva, niegue la deuda 5. No
obstante consideremos esta última como una segunda opción, en el evento que la vía
ejecutiva (confesión de deuda) falle, si doña Lidia intentara primero el cobro de su crédito
por vía ordinaria o sumaria , y obtiene una sentencia definitiva a su favor, esta última
configurará un título ejecutivo en virtud del artículo 434 número 7 del Código de
Procedimiento Civil, es decir, un título que la ley le de mérito ejecutivo, siendo –
específicamente- una sentencia que causa ejecutoria, pues podría interponerse un recurso en
su contra6. Por tanto, doña Lidia sí tiene posibilidades de cobrar su crédito por vía
ejecutiva, siempre teniendo en consideración que, al no tener título ejecutivo perfecto desde
un comienzo, podría verse afectada su pretensión.
Aun cuando la solicitud de la declaración de la herencia yacente por parte de doña
Lidia nos parece la vía más adecuada considerando los datos entregados y el tiempo
transcurrido desde la muerte del causante a la fecha, esta podría considerar otra opción, la
cual tiene como eje principal el requerimiento judicial que obligue a los herederos –en caso
de existir- a pronunciarse.
En caso que doña Lidia considere esta opción, y efectivamente existan herederos,
surgirá para estos el derecho de opción, posibilidad de aceptar o repudiar la asignación una
vez producida la delación de la herencia. En este punto, y considerando que el caso indica
que no se ha solicitado que se dicte el decreto de posesión efectiva desde septiembre del
2019 a la fecha, doña Lidia –como acreedora- podría realizar un requerimiento judicial
(deducir demanda) con el objeto de que los herederos se pronuncien aceptando o
repudiando la herencia de don Percy.
El artículo 1232 del Código Civil señala que producido lo anterior, los asignatarios
tendrán un plazo de cuarenta días para declarar si aceptan o repudian la asignación, plazo
que podrá ser ampliado hasta por un año, tiempo en el cual el o los asignatarios podrán

3
Orellana, Fernando. Procesos de Ejecución. 2 nd ed. Santiago de Chile. Librotecnia. 2010. Tomo III
4
Orellana, Fernando. Procesos de Ejecución. 2nd ed. Santiago de Chile. Librotecnia. 2010. Tomo III
5
Orellana, Fernando. Procesos Civiles Ordinarios y Especiales. 3er ed. Santiago de Chile. Librotecnia. 2010.
Tomo II.
6
Orellana, Fernando. Procesos de Ejecución. 2nd ed. Santiago de Chile. Librotecnica. 2010. Tomo III

4
examinar el objeto asignado, las cuentas y papeles de la sucesión e impetrar medidas
conservativas7. Lo anterior, pues doña Lidia o cualquier otro tercero podría tener derechos
que hacer valer en contra de la sucesión, por lo que le interesa que el asignatario se
pronuncie, cuestión que como ya señalamos no ha ocurrido. Cabe agregar que, según el
artículo 1233 del Código Civil, el asignatario constituido en mora de declarar si acepta o
repudia se entenderá que repudia.
En caso que los herederos acepten la asignación, a doña Lidia le será importante
tomar conocimiento si estos han aceptado pura y simplemente o con beneficio de inventario
ya que, en el primer caso, se confundirá el patrimonio del causante, don Percy, con el de
sus herederos, por tanto, existirá un solo patrimonio en contra del cual doña Lidia podrá
dirigirse como acreedora del causante, y el heredero responderá con su patrimonio propio e
ilimitadamente de las deudas que don Percy haya dejado. En cambio, de aceptar con
beneficio de inventario, el o los herederos –si los hay- no serán responsables de las
obligaciones hereditarias y testamentarias, sino hasta la concurrencia del valor total de los
bienes que han heredado.
Sumado a lo anterior, y tal como mencionamos con anterioridad, doña Lidia no
posee un título ejecutivo que acredite la deuda por los seis millones de pesos, por tanto –en
este caso- tendrá dos opciones. La primera de ellas es preparar la vía ejecutiva realizando la
gestión preparatoria que consiste en la citación a los herederos para confesar deuda, esto en
virtud de la regla general de transmisibilidad en el derecho civil, es decir, los herederos son
sucesores del causante y lo representan en todos sus derechos y obligaciones (respecto al
proceso y efectos, nos remitimos a los ya mencionados respecto del curador cuando a este
se le requería de pago). Mientras que, en segundo lugar, nos remitimos a la segunda opción
mencionada anteriormente, referida al juicio de cobro de pesos.
Finalmente, y considerando todo lo ya mencionado, cabe hacer presente que, si bien
a doña Lidia le consta que don Percy es dueño de dos predios en San Clemente, y que estos
podrían servir para pagar los seis millones de pesos, estos están gravados con hipoteca en
favor del banco “El Económico”, por tanto, a primera vista podríamos señalar que no
gozaría de preferencia para el pago de su crédito.
La prelación de créditos es tratada por el Código Civil en el artículo 2469 al artículo
2491 y tiene por objeto determinar en qué orden se pagan a los distintos acreedores cuando
concurren conjuntamente para el cobro de estos 8. Cabe señalar que en el artículo 2469 del
Código Civil hace excepción a la igualdad de los acreedores, las causales de preferencias,
indicadas en el artículo 2470 inciso primero del mismo código, el privilegio y la hipoteca.
En este caso, doña Lidia posee un crédito de quinta clase, los cuales, conforme al
artículo 2489 inciso primero del Código Civil, no gozan de preferencia y son aquellos a los
cuales la ley no confiere preferencia alguna para su pago, por tanto, se pagarán después de
todas las otras clases de créditos si los bienes alcanzan en forma total ya que, en caso
contrario, se pagarán a prorrata. Por otro lado, el banco “El Económico” posee un crédito
de tercera clase, cuestión que lo sitúa en un pago preferente en comparación al de doña
Lidia
Con todo lo anterior, el que los predios estén gravados con hipoteca se traduce en
que fue contratado un seguro desgravamen, seguro obligatorio para el caso, el cual –
cumplimiento los requisitos de procedencia- podría pagar el inmueble, alzando la hipoteca,
y dando la posibilidad de que doña Lidia –ya habiendo obtenido su título ejecutivo- pueda

7
ELORRIAGA, Fabián. Derecho Sucesorio. 2 nd ed. Santiago de Chile, Abeledo Perrot. 2010. 71p.
8
Abeliuk, René. Las Obligaciones. 6ta ed. Santiago de Chile. Thomson Reuters. 2014. Tomo II.

5
cobrar el crédito, siempre y cuando no existan otros acreedores con crédito preferente al de
ella, o que, una vez pagado los otros créditos, con el remanente pueda obtener los seis
millones de pesos que dan lugar a este caso.

IV.- Conclusiones

Analizado y resuelto el problema que es objeto de este informe, cabe precisar


ciertos puntos relevantes obtenidos mediante este caso práctico, los cuales –en un primer
lugar- dicen relación con que la declaración de la herencia yacente es una especie de
antesala de la gestión preparatoria para la vía ejecutiva, la cual tiene como finalidad
permitir cobrar créditos, incluso a quien no posee un título ejecutivo, ya que con esta
declaración se busca el nombramiento de un curador para luego pasar al ámbito procesal y
preparar la ejecución por la confesión de la deuda, solicitando el acreedor que se cite al
deudor a la presencia judicial para ello. De prosperar esta vía, se habilitará al acreedor para
hacer valer en contra del deudor (sea causante o heredero) la confesión judicial como título
ejecutivo (artículo 434 Código de Procedimiento Civil).

En esta misma línea, es claro que tanto el derecho civil como el derecho procesal se
unen con el fin de dar respuesta a problemáticas jurídicas que se pueden presentar,
generando opciones de procedimiento o bien complementándose la una a la otra, cuestión
que queda claramente reflejada en el caso, pues, si bien los problemas suscitados dicen
relación al área del derecho civil, la solución a estos mismos es posible –también-
encontrarla en los procedimientos civiles ordinarios y en el derecho ejecutivo.

Finalmente, y como queda demostrado en el informe, es importante considerar


siempre todas las aristas de un caso, pues como vemos, aun resolviendo el gran problema
de la ausencia del título ejecutivo, y se tenga derecho a cobrar un crédito por la vía
ejecutiva, se debe considerar que pueden existir otros acreedores con preferencia para el
pago de sus créditos, cuestión que podría frustrar las expectativas de –en este caso- doña
Lidia de conseguir el pago efectivo de su crédito.

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