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PSICOPATOLOGIA

Proyecto Final

Monterrey Nuevo León a 31 de Agosto de 2018


INTRODUCCION:

Introducción

La psicopatología estudia las enfermedades o trastornos mentales, su origen,


curso y evolución, Los síntomas descritos para cada trastorno tienen
manifestaciones diferentes en cada persona, a veces son fácilmente observables,
pero no siempre es así. La recopilación en manuales de diagnósticos creados a
partir de la observación y la experimentación ayudan a afinar en esa búsqueda. La
equivocación en los diagnósticos se producen debido a que alguno de ellos
comparten síntomas iguales o muy parecidos, o que se han detectado síntomas
de forma errónea. 

Para poder dar un tratamiento indicado, existen diferentes modelos de abordaje


psicológico.

Un modelo representa una orientación para explicar la conducta anormal, es decir


es un enfoque de cómo se puede ver la salud/ enfermedad y los diferentes tipos
de cómo abordarla.
as escuelas y modelos pueden ser concebidos como el puente que une las
creencias implícitas y tacitas de una sociedad, con el comportamiento concreto de
sus actores y agentes ⇒ su nacimiento responde a la necesidad de implementar
un sistema de creencias. A medida que el sistema cambia, cambian también los
criterios, escuelas, modelos e instituciones.
En el siguiente trabajo podremos observar 5 diferentes modelos de la psicología y
cual es la diferencia entre estos mismos, además cuales sus características y la
forma en que abordan la conducta anormal.

En el siguiente escrito podremos observar diferentes casos y el abordaje o


tratamiento para cada caso y entenderemos que es la psicopatología y algunos
abordajes, asi como la diferencia entre la psicopatología y la psicología.

 Definición de psicopatología:

Se conoce como psicopatología a la disciplina que analiza las


motivaciones y las particularidades de las enfermedades de carácter
mental. Este estudio puede llevarse a cabo con varios enfoques o modelos,
entre los cuales pueden citarse al biomédico, al psicodinámico, al socio-
biológico y al conductual.

La psicopatología es una ciencia (tiene carácter objetivo) que estudia los


fenómenos mentales patológicos, abordados a través de un método
científico. La psicopatología es una rama de la psiquiatría que está
enfocada en la salud mental. Es el fundamento y base de la psiquiatría
clínica, que se ocupa del diagnóstico, tratamiento e investigación de las
enfermedades mentales.

La psicopatología es una disciplina que estudia lo anormal, lo desviado, lo


desadaptado, lo trastornado, lo desorganizado, etc; cuyo interés se centra
en la naturaleza y las causas de la conducta anormal o psicopatológica y se
plantea como objetivo principal descubrir leyes que regulan la conducta
anormal o patológica mediante el método científico.

 Diferencias entre psicopatología y psicología

Si el objeto de estudio de la Psicología es la conducta humana, la definición


más acepta de Psicopatología es que es la ciencia básica que aborda la
conducta humana.

Sin embargo, el objeto de estudio de esta disciplina puede ampliarse desde


las experiencias singulares cotidianas hasta lo que forma parte de las
actividades cognitivas, funcionamiento emocional y/o comportamientos
anómalos.

La Psicopatología se dirige hacia lo que le sucede a la persona, no solo a


los síntomas o manifestaciones anormales, sentido que recuerda más a una
concepción médica.

El término PSICOPATOLOGIA, etimológicamente psyché (psyjé): alma o


razón. páthos (pazos): enfermedad, logía: o lógos, que significa discusión o
discurso racional, puede ser usado en dos sentidos: 

1.- Como designación de un área de estudio: aquella área de la salud que


describe y sistematiza los cambios en el comportamiento que no son
explicados ni por la maduración o desarrollo del individuo ni como resultado
de procesos de aprendizaje, también entendidos como enfermedades o
trastornos mentales . 

2.- Como término descriptivo: aquella referencia específica a un signo o


síntoma que se puede encontrar formando parte de un trastorno mental. 

Psicopatología como área de estudio: Diferentes profesiones pueden llegar


a estar involucradas en el estudio de la enfermedad o trastorno mental.
Principalmente, son los psiquiatras y psicólogos los que se interesan por
esta área, pues a su vez participan del tratamiento, investigación acerca del
origen de los cuadros clínicos, su manifestación y desarrollo. En un plano
más general, muchas otras especialidades pueden participar del estudio de
la psicopatología. Por ejemplo, los profesionales de las neurociencias
pueden centrar sus esfuerzos de investigación en los cambios cerebrales
que ocurren en una enfermedad o trastorno mental. 

Los psiquiatras se interesan particularmente en la psicopatología


descriptiva, que se ocupa de la descripción de los síntomas y síndromes
que llegan a configurarse en una enfermedad o trastorno mental. Esto sirve
tanto para el diagnóstico de pacientes individuales o para la creación de
sistemas diagnósticos. Este último es el caso de la sección F de la
clasificación CIE de la Organización Mundial de la Salud, o el del Manual
Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, (DSM I II III o IV). 

La PSICOLOGIA CLINICA es la rama de la ciencia psicológica que se


encarga de la investigación de todos los factores, evaluación, diagnóstico,
pronóstico, tratamiento, rehabilitación y prevención que afecten a la salud
mental, no restringiéndose sólo a los llamados trastornos mentales, sino a
todas las condiciones que puedan generar malestar y sufrimiento al
individuo humano. 

Prácticas centrales de esta disciplina son el asesoramiento psicológico y la


psicoterapia, así como también la investigación, enseñanza, consulta,
testimonio forense y desarrollo de programas y administración.

 Procesos psicológicos básicos

Los seres humanos interactúan con el mundo mediante operaciones corporales y


procesos mentales.[1] Los procesos mentales incluyen el procesamiento de la
información proporcionada por los sentidos, el almacenamiento de información, el
razonamiento, la toma de decisiones para reaccionar adecuadamente ante los
eventos del ambiente y la resolución de problemas. La psicología cognitiva
moderna se encarga del estudio de estos procesos, pero a diferencia de su
predecesora del siglo XIX, no se basa en la introspección. La psicología cognitiva
moderna estudia las conductas del ser humano, interpretadas en función de estos
procesos y en conjunto con la neurociencia cognitiva busca explicar los procesos
en función del funcionamiento fisiológico del cerebro. [2]
Los procesos mentales o cognitivos son muy complejos e interactivos. No existen
puntos específicos en los que se pueda decir que uno concluye y otro inicia. Sin
embargo, con fines didácticos es posible agruparlos en 4 áreas diferentes en base
al proceso que realizan sobre la información que las personas reciben del medio
ambiente.[3] Los procesos relacionados a la captura de información (sensación,
percepción y atención) reciben la información del medio y la ponen a disposición
de los otros procesos. Los procesos relacionados a la reacción (emoción y
motivación) toman la información y llevan a las personas a tomar acciones. La
memoria es el proceso relacionado con el almacenamiento de la información y los
procesos relacionados a su procesamiento (aprendizaje, pensamiento, lenguaje e
inteligencia) nos permiten analizar tanto la información almacenada como la nueva
información capturada por los sentidos para adaptarnos y modificar el ambiente.
Sensación
La sensación es el proceso que engloba la captura de información por parte de
los sentidos (vista, oído, gusto, olfato, dolor, presión, temperatura, propiocepción,
etc.) y su transmisión hacia el cerebro. Se interesa por los mecanismos mediante
los cuales los órganos receptores (ojos, oidos, etc.) reciben los estímulos y los
codifican para trasmitirlos al cerebro mediante las neuronas aferentes,
especialmente en la magnitud mínima que debe tener un estímulo para que pueda
distinguirse con seguridad de la ausencia del mismo, conocida como umbral
absoluto y en la diferencia mínima que debe haber entre dos estímulos para que
los sentidos identifiquen una diferencia, conocida como diferencia mínima
perceptible (dmp). También hace uso de la teoría de detección de señales para
comprender los procesos que permiten diferenciar un estímulo del resto de
información en el ambiente, llamada ruido, porque ese proceso falla en ocasiones
(vemos algo que no existe, escuchamos un sonido que no se ha producido, etc.) y
cuales son las implicaciones de esos errores. [2]
Percepción
La percepción es el proceso activo mediante el cual los organismos interpretan las
señales sensoriales, organizándolas y dándoles significado, para modelar el
mundo que los rodea. Este proceso puede ser ascendente o descendente. La
percepción ascendente se da cuando las sensaciones capturadas por los sentidos
son transferidas al cerebro para su integración y uso por parte de otros procesos
cognitivos. La percepción descendente está guiada por los conocimientos y
experiencias previas y permiten interpretar y dar sentido a los estímulos ambiguos,
incompletos o poco claros.[1]
El proceso perceptivo incluye varias etapas, que inician con la sensación de los
estímulos (descrita anteriormente), su transmisión al cerebro y su procesamiento
para dar lugar a la experiencia de haber recibido el estímulo. Continua con la
clasificación de las percepciones en categorías concretas para dotarlas de
significado y termina con la respuesta, que incluye las actividades motoras que
realizan los individuos como resultado de la misma. El proceso no es aislado e
involucra múltiples componentes y otros procesos cognitivos (por ejemplo, el
lenguaje se verá involucrado si la reacción al estímulo es una respuesta hablada,
la inteligencia participará para determinar la mejor respuesta ante ese estímulo
concreto, etc.)[1]
Atención
El entorno de los organismos es complejo y envía gran cantidad de información
que es capturada por los órganos sensoriales y transmitida al cerebro. Sin
embargo, los individuos no son capaces de procesar toda esa información y
normalmente solo les interesa una pequeña fracción. La atención es el proceso
cognitivo que busca y selecciona los estímulos que son de interés, tanto externos
como internos, y permite concentrarse en ellos, ignorando el resto de la
información. Se suele analizar como compuesta de tres tipos de procesos
distintos: selectivos, de distribución y de mantenimiento. Los procesos selectivos
se activan cuando es necesario enfocarse en un estímulo determinado e ignorar
los demás. Los procesos de distribución le permiten al individuo atender múltiples
estímulos de forma simultánea. Finalmente, los procesos de mantenimiento se
activan cuando es necesario mantener la atención en ciertos estímulos de forma
prolongada. Todos estos tipos de procesos atencionales se consideran
organizados en tres etapas generales: la captación de la atención (cuando se
producen cambios en el ambiente o iniciamos una tarea), el mantenimiento de la
atención y finalmente el cese atencional cuando dejamos de concentrarnos en un
estímulo.[1]
La atención es una función básica indispensable para el correcto funcionamiento
de otros procesos cognitivos y las alteraciones en su funcionamiento suelen alterar
gravemente la vida diaria de las personas que las sufren. Algunas de las
patologías relacionadas con problemas de atención incluyen la heminegligencia y
los trastornos por déficit de atención. Las alteraciones atencionales no son
necesariamente la causa de otros trastornos psicológicos como la esquizofrenia,
los trastornos de estados de ánimo, los trastornos de ansiedad y los trastornos
obsesivo-compulsivos, pero si son componentes frecuentes en los síntomas que
estas generan.[1]

Memoria
La memoria es el proceso cognitivo que le permite a los individuos almacenar la
información que reciben del ambiente a la que han prestado atención y usarla para
realizar otros procesos cognitivos, ya sea de inmediato o posteriormente. Este
proceso consiste en tres etapas principales: la codificación para introducir
información en la memoria, el almacenamiento para conservar la información y la
recuperación para usarla posteriormente. Desde un punto de vista funcional se
pueden identificar tres tipos diferentes de memoria: sensorial, de corto plazo y de
largo plazo. La memoria sensorial es un almacén temporal que registra la
información proporcionada por los sentidos. Es de muy corto plazo (la información
se almacena solo unos cuantos segundos) y solo la parte de la información de
esta memoria que recibe atención se traslada a la memoria de corto plazo. La
memoria de corto plazo contiene la información de la que el individuo es
consciente, es fácilmente accesible, tiene una duración aproximada de 20
segundos y sufre procesamiento adicional por otros procesos cognitivos antes de
trasladarse a la memoria de largo plazo. Finalmente, la memoria de largo plazo es
el mayor depósito de información del cerebro y conserva todos los datos
disponibles al individuo. Esta memoria está compuesta de al menos dos
mecanismos de almacenamiento diferentes: la memoria explícita para la
información que recordamos conscientemente y la memoria implícita para la
información inconsciente. La información incosciente es la que usamos para las
actividades que realizamos automáticamente debido a la repetición, como los
movimientos al practicar un deporte.[2]
Motivación
La motivación se refiere al conjunto de procesos que dan energía y dirección al
comportamiento. Una conducta con energía es un comportamiento fuerte, intenso
y persistente. La dirección se refiere al propósito de la conducta. Significa que esta
está guiada hacia el logro de un objetivo específico. Estos procesos o
motivaciones se pueden clasificar en internos si son generados por el individuo
mismo o externos si son disparados por eventos ambientales, sociales o
culturales.[4]
El término «motivaciones internas» es un concepto que agrupa tanto a las
necesidades como a las cogniciones y a las emociones. Las necesidades son
condiciones indispensables para conservar la vida y pueden ser fisiológicas como
el hambre y la sed, psicológicas como la autodeterminación y la competencia o
sociales como la afiliación y el reconocimiento. Las cogniciones son sucesos
mentales como pensamientos y creencias y las emociones son fenómenos de
corta duración que ayudan a adaptarse a los eventos del medio ambiente. Las
motivaciones externas son sucesos ambientales que cambian la disposición del
individuo a hacer ciertas cosas. Los estímulos como el dinero y las características
del entorno como el clima son ejemplos de motivaciones externas. [4]
Emoción
Las emociones son reacciones afectivas de corta duración a estímulos
significativos del medio ambiente que ayudan al individuo a adaptarse al entorno
en que se encuentra.[4] Generan cambios sustanciales en los organismos en
periodos de tiempo relativamente cortos, que incluyen la activación de
mecanismos fisiológicos apropiados para la situación, la realización de conductas
expresivas acordes con el tipo de emoción y la generación de una respuesta
subjetiva que consiste en la racionalización de la emoción y que incluye el juicio y
evaluación de la situación.[1]
Actualmente no existe acuerdo sobre la lista precisa de emociones que
experimentan las personas y otros seres vivos en general. Sin embargo es
frecuente el uso del concepto de «emociones básicas» para referirse a un
conjunto en particular de emociones que son más innatas que adquiridas, surgen
de las mismas circunstancias para todos los individuos, generan una respuesta
fisiológica específica y fácil de predecir y se expresan de formas únicas y
distintivas. Las emociones más frecuentemente consideradas en este grupo
incluyen la alegría, el asco, la tristeza, el enojo, el temor y el interés. [4] El resto de
las emociones se suele considerar como resultado de la combinación de estas
emociones básicas.[1]

 Procesos psicológicos básicos patológicos

En concreto hay tres características del flujo del comportamiento que se utilizan
como criterios diferenciadores:
1. Inflexibilidad adaptativa: rigidez e inflexibilidad en las estrategias de
relación con los demás; poca adaptación a las circunstancias y además
produce reajustes en el ambiente ante estímulos objetivamente neutros.
2. Estabilidad tenue: fragilidad o falta de resistencia bajo condiciones de
estrés subjetivo.
3. Círculos viciosos: patrones conductuales que generan y perpetúan las
dificultades existentes.
En cuanto a la personalidad sana se caracteriza de al siguiente forma:
1. Resistencia al estrés
2. Tolerancia a la frustración
3. Carácter autónomo
4. Competencia profesional y personal
5. Habilidad para establecer relaciones interpersonales satisfactorias.
Al hablar de salud psicológica estamos indicando que existen pocas diferencias
entre cómo uno se ve a sí mismo, cómo le gustaría ser y que exigencias sociales
cree que debe cumplir. En todo caso, el más importante indicador de alteración y
trastorno psicológico es el malestar subjetivo definido como dolor, sufrimiento,
conflicto y desmoralización.
La psicopatología, en términos generales, se ocupa del estudio de la
conducta anormal. Lo difícil viene a la hora de definir qué se entiende por
“anormal”. Sobre este asunto no puede haber unanimidad ya que coexisten
múltiples criterios de anormalidad, tales como el estadístico, el social, el subjetivo
y el biológico. La realidad es que ninguno se basta por separado, más bien se
complementan.
En resumen, los elementos que definen un comportamiento o una actividad
mental como anormales no difieren de los que definen la normalidad más
que en términos de grado, extensión y repercusiones, lo cual indica la
conveniencia de adoptar criterios dimensionales para caracterizar la
psicopatología. Existen, por tanto, grados de anomalía o alteración mental, pero
no todos implican ausencia de salud mental.
MODELOS PSICOLOGICOS
Trastorno bipolar, episodio actual maníaco sin síntomas
psicóticos
El trastorno bipolar solía conocerse como trastorno maníaco depresivo. Como el antiguo
nombre sugiere, alguien con trastorno bipolar tendrá severos cambios del estado de ánimo.
Estos cambios duran normalmente varias semanas o meses y van más allá  de lo que la
mayoría de nosotros experimenta. Estos cambios son:    Bajadas o depresiones Sentimientos
de depresión intensa y desesperanza Subidas o manías Sentimientos de felicidad extrema y
desesperanza Mixtos Por ejemplo,  sentirse deprimido y al mismo tiempo tener la inquietud y
el exceso de actividad de una fase maníaca

¿Qué tipos hay?

Bipolar I: Ha habido al menos una “subida” o fase maníaca que ha durado más de una
semana. Algunas personas con Bipolar I tendrán solamente fases maníacas, aunque la
mayoría tendrá también periodos de depresión.
Bipolar II: Si se tiene más de una fase depresiva severa pero solamente fases maníacas
moderadas (llamadas hipomaníacas).

Ciclación rápida: Si se tienen más de cuatro fases en un periodo de doce meses. Afecta a 1
en cada 10 personas con trastorno bipolar y puede ocurrir con los tipos I y II.

Ciclotimia: Los cambios del estado de ánimo no son tan intensos como en el trastorno bipolar
completo pero pueden duran más. La ciclotimia puede convertirse en trastorno bipolar
completo.

¿Cuál es la causa del trastorno bipolar?

No se conocen bien las causas pero los estudios sugieren que:

• Como el trastorno bipolar tiende a aparecer en determinadas familias, los factores genéticos
tienen más importancia que la educación.

• Puede que haya un trastorno físico en los sistemas cerebrales que controlan el estado de
ánimo‐ esto explica que a menudo el trastorno bipolar pueda controlarse con medicación.

• Acontecimientos estresantes o enfermedades físicas pueden precipitar cambios en el


estado de ánimo.

¿Qué se siente en un trastorno bipolar?

Depende de hacia dónde haya oscilado el estado de ánimo.

Depresión: El sentimiento de depresión es algo que todos vivimos de vez en cuando. Incluso
nos puede ayudar a reconocer y tratar de resolver problemas en nuestras vidas pero en la
depresión clínica o en el trastorno bipolar el sentimiento de depresión es peor, continúa
durante más tiempo y hace que sea difícil o imposible afrontar el día a día.

Cuando uno se deprime, puede notar los siguientes cambios:

Cambios Emocionales

• Sentimientos de depresión que no desaparecen.

• Ganas de romper a llorar sin ningún motivo.

• Perdida de interés.

• Ser incapaz de disfrutar nada.

• Inquietud y nerviosismo.

• Pérdida de confianza en sí mismo.

• Sentirse inútil, incapaz y sin esperanza.

• Ideas de suicidio.
Cambios en el Pensamiento

• Ser incapaz de pensar positivamente o con esperanza.

• No poder tomar decisiones simples.

• Tener dificultad para concentrarse.

Cambios Físicos

• Pérdida de apetito y de peso.

• Dificultad en conciliar el sueño.

• Despertarse más temprano de lo normal.

• Sentirse completamente agotado.

• Estreñimiento.

• Pérdida de interés en el sexo.

Cambios en el Comportamiento

• Dificultad en empezar o acabar cosas‐ incluso tareas diarias.

• Llorar mucho ‐ o sentir que se quiere llorar pero sin poder hacerlo.

• Evitar la compañía de otras personas.

Manía

La manía es un sentimiento extremo de bienestar, energía y optimismo. Puede ser tan


ntensa que afecte a tu manera de pensar y de juzgar. Puedes creer cosas extrañas de ti
mismo, tomar malas decisiones y comportarte de manera vergonzosa, dañina y a veces
peligrosa.

Como la depresión, puede hacer difícil o imposible afrontar el día a día de manera efectiva.
Una fase maniaca puede afectar tanto a las relaciones personales como a la vida profesional.

Cuando no es tan extrema, se llama “hipomanía”.

Cuando uno sufre manía, puede notar los siguientes cambios:

Cambios Emocionales

• Estar muy feliz y excitable.

• Sentirse irritable hacia otros que no comparten su optimismo.

• Sentirse más importante de lo normal.

Cambios en el Pensamiento
• Estar lleno de ideas nuevas y emocionantes

• Ir de una idea a otra con rapidez.

• Oír voces que otros no pueden oír.

Cambios Físicos

• Sentirse lleno de energía.

• No querer o ser incapaz de dormir.

• Tener mayor interés en el sexo.

Cambios en el Comportamiento

• Hacer planes grandiosos y poco realistas

• Estar Muy activo, moviéndose rápidamente de un lado para otro.

• Comportarse de manera distinta a lo normal.

• Hablar con rapidez (a otras personas les cuesta entender de qué se está

hablando).

• Tomar decisiones extrañas sin darles la debida consideración, a veces

con devastadoras consecuencias.

• Derrochar dinero.

• Tratar con exceso de confianza o criticar a otras personas.

• Estar, en general, desinhibido.

Si uno se encuentra en medio de una fase maníaca por primera vez, puede ser que no se dé
cuenta de que algo va mal‐ aunque sí lo hagan amigos, familiares y compañeros. La persona
se puede sentir ofendida si alguien intenta hacérselo notar. Gradualmente se pierde contacto
con asuntos cotidianos y con los sentimientos de los demás.

Síntomas psicóticos

Si una fase maníaca o depresiva es suficientemente severa se pueden tener “síntomas

psicóticos”.

• En fases maníacas, los síntomas tienden a ser ideas grandiosas sobre uno mismo, que se
tiene una misión importante que cumplir o que se poseen poderes y aptitudes especiales.
• En fases depresivas, se puede sentir que uno es excepcionalmente culpable, que es peor
que nadie, o incluso que ha dejado de existir.

Además de estas creencias extrañas también se pueden tener alucinaciones (cuando

se oyen, huelen, sienten o ven cosas pero no hay nada o nadie para justificarlo).

Tratamientos

Hay cosas que uno puede intentar para evitar que sus cambios de estado de ánimo se
conviertan en episodios completos de manía o depresión. Los mencionaremos más abajo,
pero a menudo la medicación todavía es necesaria para: mantener el estado de ánimo
estable (profilaxis) y tratar una fase maníaca o depresiva.

Trastorno esquizoide de la personalidad

El trastorno esquizoide pertenece al llamado “Grupo A” (raros o excéntricos) de los trastornos


de personalidad, y es una condición poco común en la que las personas evitan las
actividades sociales y la interacción con otros individuos.

Las personas con esta patología suelen parecer extraños o peculiares, y suelen mostrarse
distantes e indiferentes ante las relaciones sociales.

Los individuos con trastornos de personalidad muestran patrones de pensamiento y


comportamiento de larga duración que difieren de lo que la sociedad considera normal. La
inflexibilidad de su personalidad puede causar angustia, y también puede interferir en
distintas áreas de la vida de la persona, incluyendo el funcionamiento social y laboral. Las
personas con trastornos de personalidad suelen tener habilidades de afrontamiento pobres y
dificultades para formar relaciones sanas.

A diferencia de las personas que sufren trastornos de ansiedad, que saben que tienen un
problema pero son incapaces de controlarlo, las personas con trastornos de personalidad
generalmente no son conscientes del problema que sufren y suelen pensar que no tienen
ningún problema. Como no saben que tienen un trastorno, no suelen ir en busca de ayuda
para tratarlo.

Síntomas del Trastorno Esquizoide de la Personalidad

La sintomatología del Trastorno Esquizoide de la Personalidad suele estar caracterizada por


el aislamiento social y la evitación de actividades sociales y de relaciones interpersonales.
Estas personas suelen organizar sus vidas para evitar el contacto con otras personas.
Muchos nunca se casan o pueden seguir viviendo con sus padres en la edad adulta.

Otros rasgos comunes de las personas con este trastorno son los siguientes:

No desean ni disfrutan las relaciones cercanas, incluso con los miembros de la familia

Eligen trabajos y actividades solitarias

No se interesa por tener experiencias sexuales con otras personas

No suelen tener amigos íntimos o personas de confianza

Se muestran indiferentes a los halagos o las críticas de los demás

Muestran frialdad emocional

Causas del Trastorno Esquizoide de la Personalidad

Se sabe poco de las causas del Trastorno Esquizoide de la Personalidad, pero parece ser
que tanto factores genéticos como ambientales juegan un papel importante este trastorno.

Ambiente y genética

Por un lado, muchos profesionales de la salud mental especulan que la ausencia de cariño y
afecto por parte de los progenitores durante la infancia contribuye al desarrollo de la
patología, pero la alta presencia del trastorno en familias con algún miembro que sufre
esquizofrenia sugiere que puede tener factor hereditario remarcable.

Tratamiento del Trastorno Esquizoide de la Personalidad

Como se ha comentado, las personas que sufren este trastorno raramente buscan ayuda de
un profesional. Además, el tratamiento supone un reto para el psicoterapeuta debido a la
dificultad de entablar relaciones por parte del paciente. Esto suele solucionarse cuando el
terapeuta muestra cierta distancia con éste.

Psicoterapia y soporte farmacológico

Aprendizaje de habilidades sociales

Puesto que a estos individuos les cuesta aprender las pautas sociales de manera rápida, es
necesario que aprendan habilidades sociales concretas, por ejemplo, explicándole algunos
comportamientos que podrían ser vistos como rudos o groseros. El psicoterapeuta puede
influir de manera que el paciente aprenda cómo distorsiona sus pensamientos o
percepciones, además de reeducarle de manera que adquiera maneras más adaptativas de
responder y de relacionarse.
Si el trastorno es de tipo leve o moderado, podría mejorar de manera rápida. Sin embargo,
en los casos más delicados y graves, el paciente podría tener una mayor dificultad para
trabajar y vivir de manera independiente. El tratamiento se centra en la mejora de habilidades
de afrontamiento, así como la mejora de la interacción social, la comunicación, y la
autoestima.

Trastorno obsesivo compulsivo con predominio de actos


compulsivos

 Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y


persistentes que son egodistónicos, es decir, que no son experimentados
como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que
invaden la conciencia y son vividos como exagerados o sin sentido, a veces
como repugnantes. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a
veces sin conseguirlo. Es entonces cuando se ponen en marcha las conductas
compulsivas encaminadas a reducir la ansiedad motivada por la obsesión.

 Compulsiones: son conductas repetitivas, generalmente «caprichosas», y


aparentemente finalistas que se realizan según determinadas reglas de forma
estereotipada y cuya principal función es reducir la ansiedad provocada por la
obsesión. La conducta no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para
producir o evitar algún acontecimiento o situación futura, relacionados con la
obsesión en cuestión, por lo que su realización reduce la ansiedad provocada
por la última. Sin embargo, o bien la actividad no se halla conectada de forma
realista con lo que se pretende impedir o provocar, o bien puede ser
claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión
subjetiva junto con un deseo de resistirse a la compulsión, por lo menos
inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta de sentido de la
conducta (algo que no siempre ocurre en niños pequeños) y no
obtiene placer en realizar esta actividad, aunque ésta disminuye la ansiedad
provocada por su obsesión. El enfermo enseguida nota que una sola
compulsión o «ritual» no basta para reducir su ansiedad, con lo que se ve
obligado a repetir o aumentar el ritual (círculo vicioso). Ejemplos típicos son
verificar varias veces las mismas cosas una y otra vez, ya que en la repetición
de patrones el enfermo obtiene una reducción inmediata del malestar, aunque
claramente contraproducente ya que con ellos está reforzando la dinámica del
trastorno.

 Las obsesiones y las compulsiones son una fuente significativa de malestar


para el individuo o interfieren en el funcionamiento social, laboral y en su
actividad diaria, ocupando gran parte del tiempo del individuo. Generalmente el
afectado es consciente de la irracionalidad de su trastorno, y puede sentir
culpa y vergüenza por ello, o tener «miedo de volverse loco». Cada ritual, o
patrón de rituales, está ligado a una misma obsesión, y el enfermo «tiene» que
realizar varios a lo largo del día, acarreando todo esto una gran pérdida de
tiempo y malestar en su vida diaria.

 No debe confundirse con los desórdenes fóbicos.

 El trastorno obsesivo-compulsivo estadísticamente es igual de frecuente en


varones que en mujeres.

Sintomas:

 Intolerancia a la incertidumbre: conjunto de creencias referidas a la


importancia del control en todos los aspectos de la vida para lograr la
seguridad y la certidumbre, debido a la dificultad de funcionar
adecuadamente en situaciones ambiguas y al tener pocas habilidades para
afrontar los cambios impredecibles.
 Sobreestimación de la amenaza: se magnifican las probabilidades de que
un suceso catastrófico suceda.
 Perfeccionismo: creencias basadas en la idea de que encontrar soluciones
perfectas es posible y necesario. Se le suma la incapacidad para tolerar
errores o imperfecciones mínimas.
 Responsabilidad excesiva: sobre la base de determinados esquemas
cognitivos, con reglas referentes a la conducta correcta y a la
responsabilidad que se activan a partir de ciertos eventos críticos o
específicos.60
 Creencias sobre la importancia de los pensamientos: referido a la
importancia dada a los pensamientos y al significado que se les atribuye.
Esta característica es denominada por algunos autores como «fusión
pensamiento-acción».
 Creencias sobre la importancia del control de los pensamientos
propios: necesidad de controlar todos los pensamientos en todo momento.
Realizan férreos esfuerzos por intentar «no pensar» ciertas cosas o en
eliminar determinados tipo de pensamientos.
 Rigidez de ideas.

Tipos de TOC[editar]
Dentro del TOC se pueden diferenciar los tipos más comunes: 25

 Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones


relacionadas con la contaminación o el contagio a través de determinados
objetos o situaciones (contaminarse a sí mismo o contagiar a los demás).
Obsesiones en relación con la propagación de la enfermedad mediante la
suciedad, microorganismos y sustancias tóxicas. Con frecuencia, usan guantes
o desinfectantes, lavan y limpian sus manos, la ropa, limpieza general de la
casa, un sinnúmero de veces al día, a pesar de que nunca logra sentirse limpio
o libre de contaminantes. También se incluyen los limpiadores compulsivos,
solo por el simple hecho de tener las cosas perfectamente limpias, como si así
fuera la manera correcta.25

 Verificadores: son personas que inspeccionan de manera excesiva con el


propósito de evitar que ocurra una determinada catástrofe; obligados a
comprobar los objetos, como las cerraduras de las puertas (ser asaltado por
ladrones), los listados de contrataciones y los aparatos electrodomésticos (gas,
vitrocerámicas, calentador, enchufes). Revisan cajones, puertas y aparatos
eléctricos para asegurarse de que están cerrados, con seguro o apagados;
viven con temor excesivo e irracional de causar daños a sí mismos o a los
demás a causa de una falta de control y verifican constantemente las cosas;
visualizan terribles catástrofes en las cuales se culpan de una falta de
responsabilidad; desarrollan elaborados rituales de control que hace que sea
difícil para ellos completar las tareas diarias. Tienen una gran necesidad
de doble o triple verificación por duda o responsabilidad patológica; a menudo,
esta obligación viene del temor de no poder confiar en su memoria; nunca
pueden estar seguros de si han realizado la tarea adecuadamente; se
preguntarán repetidas veces si se ha realizado una acción, por ejemplo,
«¿cerré la puerta?», «¿apagué la luz?», «¿cerré la llave de gas?», etc. 2526

 Verificadores somáticos e hipocondríacos: intrusiones obsesivas


persistentes en relación a su salud; temor a desarrollar una enfermedad
amenazante para la vida (ej. cáncer) (entran en pánico ante síntomas
somáticos extraños y lo relacionan con una enfermedad grave que pueda
acabar con su vida); verifican diversas funciones corporales, como la
frecuencia cardíaca, ritmo de la respiración, temperatura corporal o diversos
aspectos de su imagen corporal o anatómica. 27282930

 Repetidores: son aquellos individuos que se empeñan en la ejecución de


acciones repetitivas.25

 Ordenadores: son personas que exigen que las cosas que les rodean
estén dispuestas de acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo
distribuciones simétricas.25

 Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden


desprenderse.25
Véase también: Síndrome de Acaparador Compulsivo

 Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o


imágenes repetitivos, llamados compulsiones mentales, con el objeto de
contrarrestar su ansiedad provocadora de ideas o imágenes, que constituyen
las obsesiones.25

 Numerales: buscan sentido a los números que les rodean; sumándolos,


restándolos, cambiándolos hasta que les da un número significativo para ellos.
 Filosofales: con tendencias algo inciertas. Viven en un proceso metafísico
del que no pueden desprenderse.

 Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos


reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores. No obstante,
a diferencia de quienes sufren los demás tipos de TOC, no se entregan a
comportamientos reiterativos de tipo físico (sin compulsiones), sino a procesos
reiterativos únicamente mentales.

 Perfeccionistas: autoexigentes, se preocupan por detalles menores e


irrelevantes; necesidad imperiosa de hacer las tareas perfectas; necesidad
extrema por saber o recordar cosas que pueden ser muy triviales; mantener en
un perfecto orden las cosas.3132333435

 Supersticiosos (pensamiento mágico): las personas que sufren de TOC


presentan altos niveles de paranoia, disturbios de percepción y pensamiento
mágico, en particular «fusión de pensamiento y acción», la creencia que los
pensamientos negativos o determinados actos pueden originar daños. Estas
personas sienten el fuerte impulso de realizar tareas repetitivas (rituales) sin
sentido aparente, para contrarrestar sus pensamientos intrusivos como si dejar
las puertas abiertas pudiera perjudicar a las personas amadas. Tienen la
sensación de que si no hacen el ritual algo malo les puede suceder. Pueden
creer dogmáticamente en diversas supersticiones populares (o albergar una
duda obsesiva), y realizan ritos compulsivos. Miedo a hechos o
seres sobrenaturales (ej. magia negra, buena suerte, mal de ojo, hombres
lobo, vampiros, fantasmas, etc.), por ejemplo pensar que los muertos no
pueden descansar en paz si no se hace un determinado ritual (escrúpulo de
conciencia).3637

 Preguntadores compulsivos: tienen la necesidad de estar continuamente


preguntándose a sí mismos o a los demás sobre cualquier cosa por nimia,
trivial o absurda que sea.26

 Dubitativos e indecisos (intolerancia a la incertidumbre): los pacientes


con TOC suelen tener dificultades con las situaciones ambiguas e inciertas, y
con la toma de decisiones. Suelen preocuparse por los errores y dudar sobre
sus acciones. Necesitan la certeza necesaria para maximizar la predecibilidad
y el control, y reducir así la amenaza y por tanto paliar su ansiedad. 3839
Obsesiones y compulsiones recurrentes[editar]
Algunas de las obsesiones y compulsiones que se describen a continuación no
suelen divulgarse en la literatura científica oficialmente reconocida. Sin embargo,
los psicólogos clínicos en su práctica descubren una serie de obsesiones «no
clásicas» que se repiten con relativa frecuencia: 26

 Obsesiones de contaminación: preocupación por los gérmenes (virus,


bacterias, hongos, etc.), suciedad, polución, o sustancias químicas peligrosas;
preocupación por las secreciones corporales (orina, heces, saliva, etc.);
preocupación por contraer enfermedades de transmisión y venéreas (sida,
hepatitis, etc.), desarrollar enfermedades mentales (alzheimer, esquizofrenia,
psicosis, etc.), cáncer, infarto repentino, o temor de padecer alguna
enfermedad desconocida o no catalogada (hipocondría); miedo a
las radiaciones ionizantes o no ionizantes (telefonía móvil, microondas,
antenas, radares, centrales nucleares, etc.).40

 Obsesiones sobre la salud y la apariencia física: dieta, ejercicio, estilo


de vida; moda e imagen personal; obsesión con el
envejecimiento; ortorexia, anorexia, vigorexia, dismorfofobia.26

 Obsesiones relacionadas con la sexualidad: pensamientos persistentes


acerca de la realización de actos sexuales repugnantes o prohibidos, o de
comportamientos tabúes, que vive con angustia; obsesión y dudas sobre
la orientación sexual hasta puntos extremos, obsesionados con el tema de
modo que no pueden vivir su vida con normalidad; 40 compulsiones asociadas:
preguntar obscenidades, realizar gestos obscenos, masturbación compulsiva,
etc.414243

 Trastorno obsesivo-compulsivo relacional  (TOCR): síntomas centrados


en las relaciones intimas/cercanas mismas o en los defectos de la pareja. El
foco de tales síntomas puede ser la pareja intima de uno, su hijo o su Dios. 4445
46

 Obsesiones de contenido agresivo: temor a causar algún tipo de daño a


otras personas o a uno mismo; miedo a cometer crímenes o aparecer como
responsable de errores, fracasos, imprudencias, accidentes o catástrofes; por
su mente se cruzan imágenes horribles y violentas.40

 Obsesiones filosófico-religiosas: necesidad de confesar pecados


inexistentes o ínfimos que se supone han cometido y estar preocupado por la
culpa consiguiente; escrúpulos de conciencia: excesivamente preocupado por
la posibilidad de cometer algún acto pecaminoso en lo que se refiere a su
religión o creencias (como por ejemplo pensar o decir algo blasfemo, proferir
obscenidades o insultos, preocupación por si se ha realizado determinado
ritual religioso adecuadamente, miedo a ser condenado al infierno, o
acumular karma); actos compulsivos como arrepentirse, confesarse o rezar;
pensamientos intrusivos e inmorales sobre el sexo o herir a alguien; preguntas
existenciales reiterativas del tipo: «¿qué habrá después de la muerte?»,
«¿existe Dios?», «¿cuál es la finalidad de la existencia?». 2647484950

 Obsesión con la inteligencia: se someten a continuas y diversas pruebas


de inteligencia para verificar su inteligencia, temor a perder puntos en el
cociente intelectual.

 Info-obsesivos (acumuladores): obsesión por acumular, acaparar,


controlar y ordenar la mayor cantidad de información posible; estar siempre
enterado de las últimas tendencias y avances; en todos los campos del
conocimiento o en alguno en particular, volviéndose muy compulsivos y
ansiosos por su necesidad de control; comprar, almacenar y clasificar de
manera compulsiva revistas, periódicos, libros, enciclopedias, estar subscrito a
boletines, bibliómanos, coleccionistas, adictos a internet (acumulación de
archivos digitales); normalmente no tienen tiempo suficiente ni ningún método
para organizar y asimilar la información, por lo que muchas veces tienden a
la procrastinación.26515253

 Otros: adictos al trabajo (trabajólico), ludópatas

Causas de los síntomas del TOC

Varias teorías sugieren una base biológica para el trastorno, y actualmente una
serie de estudios está explorando esta posibilidad. La Tomografía de Emisión
Transaxial de Positrón (TETP) y otras técnicas de representación del cerebro
han sugerido que pueden existir algunas anormalidades en el lóbulo frontal y
en los ganglios basales que influyen en los síntomas del TOC. Meta-análisis
recientes de los estudios de voxel-based morphometry que comparan
personas con TOC y controles sanos han encontrado que las personas con
TOC presentan un aumento bilateral del volumen de sustancia gris en los
núcleos lenticulares, extendiéndose a los núcleos caudados, mientras que una
disminución del volumen de materia gris en los giros frontal medial
dorsal/cingulado anterior bilaterales Esto contrasta con los hallazgos en
personas con otros trastornos de ansiedad, que presentan una disminución (en
vez de aumento) bilateral del volumen de sustancia gris en los núcleos
lenticulares/caudados, mientras que también una disminución del volumen de
materia gris en los giros frontal medial dorsal/cingulado anterior bilaterales.62

Es importante recordar los factores psicodinámicos como causantes de los


síntomas que se desencadenan según un patrón de autoconversión. Por otra
parte, la familia y terapeutas, se sienten forzados a acomodarse a la enfermedad
respondiendo a comportamientos coercitivos del paciente por lo cual el éxito
terapéutico depende en gran medida de factores dinámicos interactivos.

Otros estudios parecen indicar que pueden estar implicadas anormalidades en


ciertos neurotransmisores (los mensajeros del cerebro). Uno es la serotonina, que
se cree ayuda a regular la disposición de ánimo, la agresión y la impulsividad.
También es el encargado de enviar la información de una neurona a otra, proceso
que parece ser está «ralentizado» en las personas con TOC. Las neuronas que
responden a la serotonina se encuentran en todo el cerebro, pero especialmente
en los lóbulos frontales y en los ganglios basales.

La concentración cerebral de serotonina es mayor en los varones que en las


mujeres.63 Esto hace que los psicofármacos (como un inhibidor de la recaptación
de serotonina, ISRS) actúen mejor en ellas.

Últimos estudios revelan que, aunque el nivel de serotonina sea mayor en los
varones, no es reflejado en el TOC ya que la incidencia de este trastorno no se ha
analizado correctamente bajo las bases del IIS.

Evidencias actuales demuestran la implicación del eje intestino-cerebro en


diversos trastornos neuropsiquiátricos.64 Nuevas vías de investigación incluyen la
posible relación del TOC con alteraciones en la microbiota intestinal y con la
enfermedad celíaca o la sensibilidad al gluten no celíaca, con casos previos
documentados de remisión de los síntomas obsesivos-compulsivos mediante la
dieta sin gluten.

Tratamientos del TOC

Las investigaciones clínicas y los experimentos que se llevan a cabo han


generado información que ha demostrado que el uso de tratamientos tanto
farmacológicos, como cognitivo-conductuales pueden beneficiar a la persona a
convivir con TOC y controlar tanto las obsesiones como las compulsiones, pero,
en ningún caso, esto le permitirá superar la patología definitivamente. A un
paciente le puede favorecer significativamente una terapia conductista
(generalmente aquellos en los que predominan las compulsiones), mientras que
otro puede beneficiarse de la farmacoterapia (normalmente recetada a pacientes
en los que predomina un trastorno obsesivo incapacitante). Otros pueden usar
tanto medicación, como terapia conductista. También hay quien puede empezar
con medicación para ganar control sobre sus síntomas y entonces continuar con
terapia conductista. El tipo de terapia debe ser decidido por el psiquiatra que
diagnostique el trastorno, en cualquier caso.

Psicofármacos

Diversas pruebas clínicas han demostrado que aquellos medicamentos que


afectan al neurotransmisor serotonina pueden reducir significativamente los
síntomas del TOC. El primer psicofármaco aprobado para el tratamiento del TOC,
fue el antidepresivo tricíclico clomipramina.

Los psicofármacos de segunda generación, que son los más utilizados hoy en día,
se llaman Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS). Algunos
de ellos son fluoxetina, fluvoxaminay paroxetina. Otro que ha sido estudiado en
pruebas clínicas controladas es sertralina.

Recientemente se han empezado a emplear fármacos duales denominados


Inhibidores de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina (IRSN), como la
venlafaxina, y específicos como la mirtazapina, que serían eficaces para tratar
tanto el TOC como la depresión asociada, en casos específicos y sobre todo
cuando la monoterapia con ISRS se mostrara ineficaz.

Estudios extensos han demostrado que estos medicamentos favorecen, al menos


ligeramente, a casi el 80 % de los pacientes y, en más de la mitad de los casos, la
medicación alivia los síntomas del TOC al disminuir la frecuencia e intensidad de
las obsesiones y compulsiones. La mejoría por lo general lleva dos semanas o
más.

Si un paciente no responde bien a uno de estos medicamentos, o tiene efectos


secundarios inaceptables, otro ISRS puede dar una respuesta mejor. Se están
haciendo investigaciones sobre el uso de un ISRS como el medicamento principal
y uno de otra variedad de medicamentos como un aumentador para pacientes que
solo son parcialmente sensibles a los ISRS. La medicación es útil en el control de
los síntomas del TOC, pero a menudo, si se deja el medicamento, sobreviene una
recaída. De hecho, aun cuando los síntomas han disminuido, la mayoría de las
personas necesitará medicarse indefinidamente, quizás con una dosis menor.

Psicoterapia conductual (Exposición con Prevención de Respuesta, EPR)

Un método específico psicológico llamado Exposición y Prevención de Respuesta


(EPR) es efectivo para muchas personas con TOC, especialmente en aquellas con
rituales conductistas. Mediante este método el paciente se enfrenta, deliberada o
voluntariamente, al objeto o idea temida, ya sea directamente o con la
imaginación. Al mismo tiempo, el paciente es alentado a evitar sus rituales con
apoyo y medios provistos por el terapeuta, y posiblemente por otros que el
paciente reclute para asistirle.

Por ejemplo, un paciente que se lava las manos compulsivamente puede ser
alentado a tocar un objeto que cree está contaminado y luego la persona es
instada a evitar lavarse durante varias horas hasta que la ansiedad provocada se
haya reducido en gran parte (la ansiedad baja con el paso del tiempo, aunque el
paciente crea lo contrario). El tratamiento se empieza por una compulsión que
provoque poca ansiedad en el paciente, y una vez superada esta, se pasa a la
siguiente, y así paso por paso, guiado por la habilidad del paciente a tolerar
ansiedad y controlar los rituales. A medida que progresa el tratamiento, la mayoría
de los pacientes gradualmente sienten menos ansiedad causada por los
pensamientos obsesivos y pueden resistir los impulsos compulsivos.

Los estudios realizados y la práctica diaria demuestran que la EPR es una terapia
muy exitosa para la mayoría de los pacientes que la completan. Para que el
tratamiento sea exitoso, es importante que el terapeuta esté totalmente capacitado
para dirigir este tipo específico de terapia. También es útil que el paciente esté
muy motivado y tenga una actitud positiva y determinada.

Los efectos positivos de la EPR perduran una vez que el tratamiento ha terminado.
Un estudio realizado en 1996 indicó que de más de 300 pacientes con TOC que
fueron tratados con EPR, un 76 % todavía mostraba un aligeramiento significativo
en el lapso comprendido entre los 3 meses y los 6 años posteriores al tratamiento
(Foa y Kozak, 1996). Otro estudio encontró que el incorporar componentes de
prevención de recaída en el programa de tratamiento, junto con sesiones de
seguimiento después de terapia intensiva, contribuye al mantenimiento de la
mejoría (Hiss, Foa y Kozak, 1994).

La búsqueda continua de causas, junto con investigaciones acerca del


tratamiento, promete producir aún más esperanzas para personas con TOC y sus
familias.

Psicoterapia cognitiva

Las obsesiones son pensamientos, fantasías o impulsos intrusivos que tienen que
ver con estar en peligro o ser agresivo. Otras veces son sensaciones de que algo
«malo» va a pasar o de que el malestar no se acabará nunca. En cualquier caso,
cuando aparecen en la mente, el paciente trata de darles una explicación, de
evitarlas o de anularlas siguiendo algún procedimiento que le calme (lo que
llamamos compulsiones).

La terapia cognitiva parte de la idea de que los pensamientos, fantasías o


impulsos que invaden la mente no son el problema en sí mismo, ya que todo el
mundo los experimenta en algún momento, sobre todo cuando está tenso por
algún motivo. El problema aparece cuando el paciente valora como peligrosa la
aparición de estos fenómenos en su mente y se siente responsable de lo que
ocurra, momento en el que trata de hacer algo que le permita sentirse seguro y no
responsable de lo que pase.

Mediante experimentos que el terapeuta diseña para el paciente, se pone a


prueba ideas destructivas sobre el poder de los pensamientos, la culpa, la
búsqueda de seguridad absoluta, la tendencia al catastrofismo, el perfeccionismo,
el autocastigo y la intolerancia al malestar. Esto permite que el paciente no
reaccione con la angustia de antes, consiguiendo que las obsesiones y las
compulsiones vayan desapareciendo progresivamente.

Psicoterapia de orientación psicoanalítica

Según lo afirma la Asociación Estadounidense de Psiquiatría el tratamiento


psicoanalítico no demuestra eficacia en el tratamiento del trastorno obsesivo
compulsivo, alegando además la existencia de una falta de evidencia por parte de
la terapia psicodinámica o el psicoanálisis, lo que la lleva a no considerarla
efectiva para tratar el TOC.81

El abordaje psicoanalítico es una de las opciones que existen para tratar el TOC.
Para esta clase de terapia, el énfasis está puesto en indagar el origen de las ideas
obsesivas y las repeticiones compulsivas por medio de las asociaciones propias
del paciente, para luego interpretar los mecanismos psíquicos inconscientes que
están involucrados en la formación de los síntomas, las ideas obsesivas y las
repeticiones compulsivas.

Freud analizó un caso emblemático de un paciente que presentaba un cuadro que


él llamó de «neurosis obsesiva», denominado El hombre de las ratas. En este
caso se veía que sus compulsiones y obsesiones tenían elementos que se
repetían a nivel inconsciente desde la homofonía de palabras o de situaciones
relacionadas con la historia familiar del individuo. En el famoso caso de Freud
publicado como A propósito de un caso de neurosis obsesiva se encuentra el
análisis y la solución de una serie de síntomas obsesivos de carácter grave.82

En la época de su fundación, la posición del psicoanálisis frente a las patologías


neuróticas en general y a la neurosis obsesiva en particular constituyó una
innovación importante. La teoría freudiana instaló por primera vez el supuesto
básico de la «causalidad psíquica» del conflicto inconsciente, en donde el sujeto,
en este caso neurótico obsesivo, genera síntomas como satisfacciones sustitutivas
a los deseos reprimidos.83
El yo del neurótico queda avasallado por el conflicto inconsciente entre los
mandatos y las reglamentaciones superyoicas y los deseos inconscientes
provenientes del ello. De esta forma, las mociones de deseo inconsciente solo
pueden aflorar mediante formaciones de compromiso, que son las que se
expresan en los síntomas obsesivos. Sin embargo existen casos de tratamiento
exitoso de la neurosis obsesiva con terapia psicoanalítica

CASOS DE PSICOPATOLOGIAS:

Caso 1

Trastorno bipolar, episodio actual maníaco sin síntomas psicóticos

La paciente es una mujer de 27 años, casada y sin hijos. Es enfermera en una


unidad de salud materno infantil.

Motivo de consulta : Fue llevada al hospital por su marido porque estaba muy
excitada y verborrágica. Después de discutir con su esposo cuatro días antes, se
fue de su casa enojada a la mezquita donde permaneció rezando toda la noche.
Cuando regresó a la mañana siguiente su esposo estaba enojado con ella y le dijo
que si quería pasar toda la noche en la mezquita podía irse a vivir allí. Se fue a la
casa de su mamá donde se perturbó más y más. Estaba muy excitaba, no podía
dormir, hablaba casi incesantemente y se negaba a comer. Rezaba
fervientemente pero mezclaba palabras, aparentemente sin darse cuenta. Su
interminable conversación era especialmente sobre religión y la interrumpía sólo
para cantar plegarias en las que acusaba a numerosas personas de pecar y les
ordenaba rezar. Su madre llamó al marido y le dijo que él era responsable de ella.
Como la paciente se negó a ser tratada, su esposo la trajo al hospital por la fuerza.

Antecedentes : El segundo matrimonio de la paciente tuvo lugar dos años antes


de ocurrir el actual episodio. Su esposo tenía 34 años y era un musulmán devoto
que trabajaba en una fábrica de autos. No tenían hijos lo que causaba tensión en
el matrimonio. Su primer matrimonio fue a los 21 años; duró sólo unos pocos
meses porque su esposo se fue a trabajar a un país fronterizo y no lo había vuelto
a ver ni a oir desde entonces. Al momento de la internación su padre tenía 54
años y su madre 56. La paciente era la quinta de una familia de dos hermanos y
seis hermanas. Se había interesado en la religión desde chica. A los siete años
mostraba ya un gran entusiasmo en leer el Corán y memorizó casi todas las
secciones del libro. Tenía una hermosa voz y a menudo la invitaban a eventos
sociales porque cantaba muy bien. Se integraba adecuadamente con la gente y le
era fácil hacer amigos, disfrutando el hecho de que su canto -y también el baile- a
menudo la convertían en el centro de atención. Era una mujer enérgica y por lo
general optimista aunque admitió estar a veces deprimida. No había antecedentes
de enfermedad mental en su familia. A la edad de 22 tuvo un largo episodio de
depresión al disolverse su primer matrimonio. Estaba triste e insegura, se retrajo y
no quería cantar ni ir a fiestas. Tenía dificultad para dormir, se despertaba
temprano y se sentía cansada; además no tenía ganas de comer y perdió peso.
De todas maneras logró continuar con su trabajo con sólo unos pocos días de
licencia por enfermedad. No consultó a un médico y después de unos pocos
meses gradualmente mejoró y recobró su estado de ánimo habitual y su nivel de
actividad. Tuvo un accidente de tránsito a los siete años y se rompió un brazo.
Tenía bocio, con un nódulo palpable en el lóbulo izquierdo de la tiroides.

Datos actuales: La paciente estaba prolijamente vestida y aun más, era


elegante. Se la notaba excitada e irritable y gritaba agresivamente. Hablaba
demasiado y su conversación era difícil de seguir porque iba demasiado rápido,
cambiando de un tema a otro. Se creía superior a los demás, los que estaban
celosos de ella por su voz y belleza. Su inteligencia era superior a la normal y se
sentía más fuerte y saludable que nunca. Se distraía con facilidad, pero estaba
totalmente orientada con respecto al tiempo, al espacio y a su persona. No
mostraba falla en la memoria u otras funciones cognitivas. Los exámenes físico y
neurológico, EEG y pruebas de laboratorio, incluyendo las de función tiroidea, eran
normales.

Al ser internada, la paciente hacía dos días que estaba irritable, con humor
expansivo y marcada verborragia, hiperactividad, insomnio y aparente
grandiosidad aunque no de carácter delirante. No se observaban síntomas
psicóticos. No había signos de etiología orgánica ni, en particular, de
hipertiroidismo. No se sospechó consumo de sustancias psicoactivas. El episodio,
por lo tanto, coincide con los criterios sintomatológicos de manía sin síntomas
psicóticos, y su gravedad avala este diagnóstico, aún si su duración fuera menor
de una semana, porque se necesitó una internación y aplicación de antidepresivos
con seguimiento de terapia psicología sistemica. También hubo otro episodio
afectivo en el pasado, depresión leve a moderada.

Medicamentos para estabilizar el estado de ánimo( el litio)

Caso 2

Trastorno esquizoide de la personalidad

joven soltero de 25 años. Motivo de consulta: El paciente fue persuadido por su


hermano para que busque ayuda en un hospital psiquiátrico porque tenía
reacciones violentas y pensamientos suicidas. Cinco semanas antes había
atacado a su madre sin advertencia y pegándole salvajemente, hasta que su
hermano fue en su ayuda. Durante las semanas siguientes tuvo una cantidad de
explosiones agresivas y varias veces amenazó con quitarse la vida. Explicó el
ataque a su madre diciendo que ella había tratado de perjudicarlo y que había
recibido instrucciones de una fuerza extraterrestre para pegarle. Después del
ataque se encerró en sí mismo, absorbido por sus propios pensamientos, y a
menudo hablaba solo aún cuando otras personas estuvieran alrededor. A veces su
familia tenía la impresión que escuchaba voces que otras personas no podían oir.
Le dijo a su hermano mayor que tenía miedo de atacar a alguien, o de matarse;
temía perder control de sus propios actos. Antecedentes: El paciente creció en la
zona rural del país. Era el segundo de 10 hijos. Su padre tenía tierras pero era
adicto al opio y trabajaba muy poco. La madre trabajaba la granja, sembrando
cereales y criando algunos animales con la ayuda de sus hijos más chicos. El
paciente dejó la escuela en el noveno grado para seguir estudiando música. Se
fue de su casa y pasó los últimos años de su adolescencia en la casa de un
músico, un viejo amigo de su padre quien le enseñó a tocar la guitarra. Aprendió a
tocar bastante bien y se convirtió en un apasionado por la música. Tocó la guitarra
en varios conciertos pero nunca pudo conseguir un trabajo fijo o ganar suficiente
dinero como para mantenerse. Su hermano mayor, un maestro, lo ayudaba
financieramente. Eventualmente a los 23 años el paciente se mudó con él. Se
llevaban razonablemente bien siempre y cuando su hermano no interfiriera con su
voluntad de estar solo. Antes de enfermarse había sido bastante ambicioso con
respecto a su actividad, quería convertirse en un gran músico. Solía sentarse
durante horas solo en su habitación, para tocar la guitarra. Sin embargo, no le
gustaba tocar en presencia de otros y se mostraba indiferente a las alabanzas o
críticas. Su interés por la música era abrumador y tenía poco contacto social. No
se lo veía interesado en tener novia ni tenía amigos íntimos de su mismo sexo.

Datos actuales: El paciente era un joven bien parecido y estaba vestido


apropiadamente. Al ser examinado estaba tenso, hablaba rápido y en forma
excitada. Tenía tendencia a agitar la mano sin razón aparente. Su conversación
estaba interrumpida por interpolaciones, y de vez en cuando se volvía incoherente
e incomprensible. Se sonreía superficial e inapropiadamente. En la expresión de
sus afectos era cerrado y se enojaba al hablar de su madre. Decía que ella lo
hubiera querido muerto. Expresaba temor porque un poder extraterrestre llevaría
su mente a otro planeta. Explicaba que este poder controlaba sus pensamientos y
le daba órdenes para lastimar a otras personas. Aparentemente el poder
extraterrestre hablaba sobre la situación de Ibrahim. Le decía que su madre lo
quería ver muerto y le había dado instrucciones para matarla. Los últimos días
antes de la internación, Ibrahim consideró la idea de matarse para impedir que el
poder extraño tomara total control de élEl paciente muestra un conjunto de
síntomas característicos, que corresponden al diagnóstico de ezquizofrenia, con
duración de la enfermedad superior a un mes. Los síntomas incluyen inserción de
pensamientos, alucinaciones auditivas con voces que discuten y dan órdenes,
delirios de persecución, delirio de control de pensamientos y de estar en
comunicación con fuerzas extraterrestres, y comportamiento catatónico en forma
de excitación y conductas violentas. Como las alucinaciones y los delirios son
prominentes, el diagnóstico es esquizofrenia paranoide con un caracter agregado
debido al curso incierto, por ser el período de observación demasiado corto. La
personalidad del paciente muestra un modelo esquizoide: pocas actividades le dan
placer, se muestra indiferente tanto a los halagos como a las críticas, tiene poco
interés por las experiencias sexuales, constantemente elige actividades solitarias y
no tiene amigos cercanos. Estas características apuntan a un diagnóstico de
trastorno esquizoide de la personalidad, pero los criterios generales para una
perturbación de la personalidad también deben cumplirse: un patrón constante de
comportamiento desadaptativo, presente desde la adolescencia, notable a lo largo
de una serie de situaciones sociales y personales, y que causan malestar personal
o deterioro significativo en el rendimiento social y que no pueden ser explicados
como manifestación o consecuencia de otro trastorno mental.

Tratamiento:

Psicoterapia y soporte farmacológico

Dicho tratamiento combina la psicoterapia con la administración de fármacos,


generalmente antipsicóticos como Risperidona u Olanzapina. En los casos en que
el trastorno presenta comorbilidad con trastornos como la depresión o la ansiedad,
se suele administrar también antidepresivos o ansiolíticos.

Caso 3

Trastorno obsesivo compulsivo con predominio de actos compulsivos

El paciente es un joven de 23 años, soltero y que trabaja sin sueldo en la granja


familiar.

Motivo de consulta: Este paciente fue derivado al servicio de siquiatría debido a


su extrema lentitud e indecisión. Su condición había empeorado los últimos cinco
años. Durante este tiempo había estado atormentado con ideas de que podría
haber hecho algo malo sin pensar o que podría haber perjudicado a otras
personas. Sentía la necesidad de controlar su comportamiento para estar seguro
de que no había causado daño a nadie. La primera vez que notó este problema
fue cuando estaba estudiando en la universidad. Vivía allí y permanentemente
tenía el pensamiento, cuando lavaba la ropa, de que podría haber mezclado la
ropa suya con la de otros compañeros. También temía haber usado dinero que le
habían prestado o que le había sacado a otros estudiantes, aunque en realidad
nunca pedía prestado y siempre se aseguraba de pagar todo lo que debía. Se
sentía con la obligación de controlar permanentemente si había cerrado la canilla
o apagado la luz y los artefactos eléctricos. De lo contrario pensaba que alguien
podría verse afectado o que podía causar algún daño. Al final pasaba tanto tiempo
controlando las cosas que tenía poco tiempo para estudiar y dejó la universidad
sin aprobar nada. Al año siguiente fue convocado al servicio militar donde se le dio
tanto para hacer que no tuvo oportunidad de controles . Al regresar a su casa la
necesidad de controlar todo volvió aún más fuerte que antes . Casi no podía
conducir un auto porque si pasaba personas o animales en la ruta, debía pararse
para ver si no estaban lastimadas. No podía salir a cazar con su padre porque
después de cada tiro se tenía que asegurar de que nadie a su derecha, izquierda
o aún detrás hubiera sido herido. Lo hacía aún sabiendo que esto no era posible.
Su capacidad de trabajo disminuyó porque tenía que pensar en cada tarea antes
de poder hacerla . Y debía controlar cada una; después de terminarla, se lo veía
parado, inmóvil con ojos bajos , absorbido en sus pensamientos. Durante las
conversaciones comunes decía muy poco porque se trababa en el medio de las
oraciones , o en el medio de las palabras. Cuando decía algo debía reconsiderarlo
y controlarlo antes de continuar. Trató de sobreponerse a la necesidad de
controlar todo pero no lo logró. Gradualmente perdió la confianza en sí mismo, se
sintió sin ganas y fatigado, perdió toda iniciativa y pasaba mucho tiempo
descansando o durmiendo. No sentía la sensación de que estaba siendo
controlado o influenciado desde afuera, y nunca tuvo alucinaciones.

Antecedentes: El paciente nació y se crió en una granja. Le fue bastante bien en


la escuela y luego tuvo varios trabajos como granjero y realizó estudios
posteriores. Los dos años anteriores a la consulta, trabajó sin sueldo en la granja
de la familia. Cuando tenía 16 años su madre se suicidó en el curso de un estado
depresivo. Según el médico de la familia, ella sufría de trastorno bipolar. En el
momento de ocurrido el hecho el paciente no mostró problemas aparentes en
aceptar su muerte. Tiene un hermano y una hermana que viven en la misma casa.
Su padre se casó nuevamente y su esposa parece ser bien aceptada por los hijos.

Datos actuales: El paciente parecía reservado y algo distante con movimientos


duros y desgarbados. Estaba vestido de manera simple y correcta. Hablaba muy
lento y respondía preguntas después de largas pausas. Se lo veía un tanto
deprimido y su autoestima era baja. La comunicación no tenía colorido emocional,
pero aparte de eso su conversación no parecía perturbada. No se sospecharon
síntomas psicóticos y no mostró formas de llamar la atención ni trató de sacar
partido de la entrevista. Al final de la segunda entrevista tuvo cierta dificultad para
retirarse y luchaba contra la compulsión de verificar si no se estaba llevando algo
que no le pertenecía. Los síntomas de este paciente responden a los criterios para
trastorno obsesivo-compulsivo con obsesiones y compulsiones de larga data, que
se manifestaban de forma repetitiva y desagradable, y causaban angustia e
interferencia con el funcionamiento social e individual. Aceptaba que estos
síntomas se originaban en su propia mente, y que eran ideas excesivas y sin
razón. Al comienzo trató de superarlas sin éxito, y por último había desistido. Las
compulsiones parecen ser predominantes. El trastorno estaba acompañado por
estado de ánimo depresivo., cansancio, falta de iniciativa, falta de confianza en sí
mismo, y disminución de la autoestima, lentitud e hipersomnia, coincidiendo con
un episodio depresivo leve . La concurrencia de un episodio depresivo con un
trastorno obsesivo-compulsivo no es poco frecuente. Un episodio depresivo
moderado o severo puede estar acompañado por obsesión y compulsión como
parte de ese trastorno, y si así fuera, el diagnóstico de episodio depresivo es
primero. Por otro lado, un trastorno obsesivo-compulsivo severo y incapacitante
puede llevar a una reacción depresiva, coincidiendo con los criterios de episodio
depresivo como diagnóstico subsidiario. En este caso, el TOC tuvo lugar antes, y
el síndrome depresivo fue posterior y claramente secundario con respecto al
primero.

Tratamiento: Psicoterapia conductual


Un método específico psicológico llamado Exposición y Prevención de
Respuesta (EPR) es efectivo para muchas personas con TOC, especialmente en
aquellas con rituales conductistas. Mediante este método el paciente se enfrenta,
deliberada o voluntariamente, al objeto o idea temida, ya sea directamente o con
la imaginación. Al mismo tiempo, el paciente es alentado a evitar sus rituales con
apoyo y medios provistos por el terapeuta, y posiblemente por otros que el
paciente reclute para asistirle.
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