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ARTÍCULO DE REVISIÓN

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: algunas consideraciones sobre su


etiopatogenia y tratamiento

Disorder due to lack of attention and hyperactivity: some considerations about its
etiopathogenesis and treatment

MsC. Alba Portela Sabari,I MsC. Migdalia Carbonell Naranjo,I MsC. Maricel


Hechavarría TorresII y MsC. Caridad Jacas GarcíaII
I
 Hospital Infantil Docente Sur "Dr. Antonio María Béguez César", Universidad de
Ciencias Médicas, Santiago de Cuba, Cuba. 
II
 Hospital General Docente "Dr. Juan Bruno Zayas Alfonso", Universidad de Ciencias
Médicas, Santiago de Cuba, Cuba.

RESUMEN

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad constituye un modelo persistente o


continuo de inatención y/o hiperactividad e impulsividad, que impide las actividades diarias
o el desarrollo típico, pues provoca dificultades para mantener la atención, la función
ejecutiva y la memoria de trabajo. Por su repercusión tanto en niños como en adultos, en la
actualidad resulta un tema de gran interés sobre el cual se efectúan muchos estudios a nivel
mundial. En este artículo se abordan aspectos importantes relacionados con la etiopatogenia
de dicho síndrome y los diferentes tratamientos empleados para paliarlo; asimismo se
ofrece información acerca de las morbilidades asociadas y los enfoques conceptuales que se
evidencian en los sistemas de clasificación internacionales.

Palabras clave: trastorno por déficit de atención e hiperactividad, inatención,


hiperactividad, impulsividad, niños.
ABSTRACT

The disorder due to lack of attention and hyperactivity constitutes a persistent or continuous
model of inattention and/or hyperactivity and impulsiveness that hinders the daily activities
or the typical development, because it causes difficulties to keep the attention, the executive
function and the work memory. For their repercussion either in children or in adults, at the
present time it is a topic of great interest on which many studies are made worldwide. In
this work important aspects related to the etiopathogenesis of this syndrome are approached
and the different treatments used to palliate it; also some information about the associated
morbidities and the conceptual approaches that are evidenced in the international
classification systems are offered.      

Key words: disorder due to lack of attention and hyperactivity, inattention, hyperactivity,
impulsiveness, children.

INTRODUCCIÓN

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es el término por el cual se


denomina al síndrome caracterizado por 3 síntomas nucleares: la inatención, la
hiperactividad y la impulsividad. Fue el pediatra inglés Still, en 1902, quien dio la primera
descripción de conductas impulsivas y agresivas, falta de atención y problemas
conductuales, a los que eran considerados como niños "distintos", incontrolables,
problemáticos; adjetivos que aún se emplean en la actualidad para describirlos.1

Este trastorno neurobiológico, que aqueja tanto a adultos como a niños, es descrito como un
patrón persistente o continuo de inatención y/o hiperactividad e impulsividad que impide
las actividades diarias o el desarrollo típico. Los afectados suelen experimentar dificultades
para mantener la atención, la función ejecutiva y la memoria de trabajo, y pueden
corresponder a 3 tipos distintos de TDAH:2 
• Inatento 
• Hiperactivo-impulsivo 
• Inatento e hiperactivo-impulsivo combinado

La afección es frecuente, pues puede aparecer en 3 % de los niños, con un predominio de 6


a 9 veces más en los varones; sus manifestaciones clínicas se dan en la escuela, al
interactuar con los compañeros, en el hogar. En la mayor parte de los casos no puede
determinarse una causa específica, pero se refiere que es probable la existencia de una base
biológica, en la cual influirían factores hereditarios, ambientales y sociales.3
Cabe señalar que las manifestaciones ya son notables a partir de los 3 primeros años de
vida, y muestran una diversidad clínica e intensa a partir de los 5 años. Durante la etapa
escolar su evolución es crónica y sintomáticamente evolutiva; de igual modo, 60 % de los
niños afectados pueden presentar otros síntomas asociados.4      

Asimismo la prevalencia mundial estimada del TDAH hasta los 18 años de edad es de 5,29
%, y representa entre 20 y 40 % de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-
juvenil.

Se ha demostrado, en estudios de seguimiento a largo plazo, que entre 60 y 75 % de los


niños con TDAH continúan presentando los síntomas durante la edad adulta. La proporción
entre niños y niñas con este trastorno es de 4:1 y en los adultos, de 1:1, para constituir un
importante problema en la práctica neuropediátrica debido a su aparición precoz y a su
naturaleza multifacética y crónica. Igualmente es el trastorno psiquiátrico más común de
todos los que afectan el neurodesarrollo y uno de los más frecuentes en escolares de 6-7
años.5

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad ha cambiado de definiciones a través de


la historia. En 1845, Hoffman, médico alemán, describió por primera vez las características
conductuales de algunos menores excesivamente inquietos y distraídos y dio origen al
término "hiperactividad". Desde entonces se han efectuado múltiples investigaciones con el
fin de establecer las causas de este síndrome.

Luego, en 1902, Frederick Still desarrolló una concepción muy particular de la hipercinesia
al asociarla a "fallos en el control moral" que no resultan de deficiencias intelectuales. En
los años siguientes distintos autores encontraron en niños que habían sufrido daño cerebral,
síntomas similares a los descritos por Still, lo que condujo a que se adscribiera claramente
la hiperactividad a una alteración neurológica.6

Durante los años 30 y 40, este término fue sustituido por el de "disfunción cerebral
mínima", apoyando la posibilidad de un origen funcional, que incluiría niños con
hiperactividad y disfunción atencional, sumado a otros trastornos del aprendizaje y
problemas motores leves. Apuntaban teorías neuroquímicas o neurofisiológicas como base
añadida de este espectro de comportamientos.7

A partir de la década de los 70 comenzaron a aparecer múltiples definiciones, como la de la


segunda edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, (DSM-II,
siglas del inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), donde se refiere
una reacción hipercinética. Hacia finales de la década de los 70, la novena revisión de
la Clasificación Internacional de las Enfermedades CIE9, hace alusión, esta vez, a un
síndrome hipercinético.8      

Hacia 1980 se publicó en los Estados Unidos la tercera edición del Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales III (DSM-III), donde por primera vez se definió el
síndrome utilizando una serie de síntomas; desde estos momentos se denominó como
"trastorno por déficit de la atención", representado con las siglas inglesas ADD (attention-
deficit disorder).
La versión revisada del DSM-III, el DSM-III-R, publicada en el 1987, introdujo varias
modificaciones al diagnóstico, pues se le cambió el nombre al de "trastorno por déficit de
atención con hiperactividad" (attention-deficit hyperactivity disorder ADHD -).

Así, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o sin esta, es definido en la
cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV),
como una alteración del desarrollo de inicio en la infancia.9

DESARROLLO

Causas del déficit de atención

En su base etiopatogénica se describen alteraciones en los neurotransmisores y en la


función selectiva de la formación reticular, y se admite una base genética y la acción de
factores ambientales. Su prevalencia se sitúa entre 8 y 10 %, y resulta uno de los problemas
médicos con mayores implicaciones psicopedagógicas, en cuyo tratamiento se precisa un
verdadero trabajo en equipo, junto con los profesionales de la escuela.

Entre las causas del déficit de atención e hiperactividad, figuran los siguientes factores:

• Factores de origen hereditario.

Se ha demostrado que no existe una transmisión familiar del trastorno a través de modelos
educativos, y que los factores hereditarios representan 80 % de los casos.10      

• Factores biológicos adquiridos durante los períodos prenatal, perinatal y posnatal.

Durante el período prenatal existen antecedentes, como la exposición intrauterina al


alcohol, la nicotina, determinados fármacos (como las benzodiazepinas, los
anticonvulsivantes), altos niveles de la hormona tiroidea (de la madre), infecciones,
insuficiencia placentaria, toxemia, preeclampsia, desnutrición.11

En el transcurso del período perinatal existen probabilidades de hipoxia en el feto, mal uso
y administración de sedantes en la madre al momento del parto, uso deficiente de fórceps,
expulsión demasiado rápida, sufrimiento fetal y/o práctica de cesárea, prematuridad o bajo
peso al nacimiento, alteraciones cerebrales, como la encefalitis o los traumatismos que
afectan a la corteza prefrontal, e hipoglucemia.11

• Factores neurofisiológicos.

En los pacientes con TDAH se han observado alteraciones de la actividad cerebral, como la
reducción del metabolismo/flujo sanguíneo en el lóbulo frontal, corteza parietal, núcleo
caudado y cerebelo; aumento del flujo sanguíneo y actividad eléctrica en la corteza
sensoro-motora; activación de otras redes neuronales y déficit en la focalización neuronal.
Las áreas prefrontales son importantes determinantes biológicos de la atención.12

Los ganglios basales y los lóbulos frontales son 2 estructuras afectadas. Los científicos han
encontrado cambios negativos en los lóbulos frontales, órganos del cerebro que intervienen
en el control de la conducta, en la solución de problemas y en la capacidad para mantener la
atención. Esto explica la dificultad de los afectados para controlar el comportamiento,
filtrar los estímulos y permanecer atentos.

Otra región dañada la constituyen los ganglios basales. Se ha detectado que 2 sustancias
químicas que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí, dopamina y noradrenalina,
están alteradas en los niños con déficit de atención e hiperactividad, pero no en sujetos
sanos.12      

• Factores genéticos.

Se han revelado tasas de concordancia de 25 a 40 % para gemelos dicigóticos o "mellizos"


y de 80 % para gemelos monocigóticos o idénticos. Los distintos estudios familiares le
asignan al TDAH una heredabilidad de casi 80 %.13

• Factores psicosociales y ambientales.

Entre estos pueden ser mencionados las psicopatologías de los padres, la baja situación
socioeconómica o el estrés psicosocial de la familia. También se consideran la mala
alimentación, el alcoholismo y el abuso de los videojuegos.14

• Factores neuroquímicos y neuroanatómicos. Estudios de neuroimagen.

La resonancia magnética ha revelado reducción del cuerpo calloso, núcleo caudado y


cerebelo, así como pérdida de alrededor de 5 % del volumen cerebral en niños que padecen
TDAH. Algunas diferencias se mantienen hasta una década, mientras que otras
desaparecen; las diferencias en el núcleo caudado desaparecen sobre los 18 años de edad.

Los estudios con imágenes funcionales como las del flujo cerebral por tomografía de fotón
único, sugieren alteraciones frontales y del cuerpo estriado; en tanto, los estudios de
tomografía por emisión de positrones han mostrado una reducción en el metabolismo de la
glucosa en el cuerpo estriado, el lóbulo frontal y las regiones somato-sensitivas y
occipitales.14,15

Se observa un déficit en la acción reguladora inhibitoria de neurotransmisores, como la


dopamina y norepinefrina, en la corteza prefrontal y el cuerpo estriado, así como del
neurotransmisor serotonina que tiene el rol en el control de los impulsos, mediado por su
acción sobre el eje mesolímbico-cortical.

Morbilidades asociadas al trastorno      


Se sabe que más de 50 % de los niños y adolescentes diagnosticados con TDAH presentan
como mínimo un trastorno mórbido asociado, que puede enmascarar el diagnóstico y
retardar el tratamiento, lo cual ensombrece el pronóstico.

Entre los trastornos asociados se destacan los problemas de conducta, las dificultades
escolares, las dificultades de relación con los compañeros y con la familia; también
aparecen dificultades de adaptación y trastornos emocionales. Los trastornos de conducta
representan siempre un factor de agravamiento de estos problemas, con más posibilidades
de externalización de las conductas y las dificultades emocionales.

La morbilidad asociada aumenta según la edad en que se diagnostica el TDAH, con las
siguientes tasas en adultos jóvenes, según estudios realizados:16 
1. Abuso de sustancias: 14 % 
2. Trastorno disocial: 22 % 
3. Trastornos psicopatológicos y/o problemática social: 31 % 
4. Fracaso escolar: 44 %

Criterios diagnósticos según el DSM-IV

Del inciso A al E 17

A. Pueden manifestarse los síntomas descritos en los ítems 1 o 2

1) Seis o más de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante
6 meses, con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de
desarrollo.      

• Desatención

a. A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido
en las tareas escolares, en el trabajo u otras actividades. 
b. A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas. 
c. A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente. 
d. A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones
en el centro de trabajo no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para
comprender instrucciones. 
e. A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades. 
f. A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un
esfuerzo mental sostenido, como trabajos escolares o domésticos. 
g. A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades, por ejemplo, juguetes,
ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas. 
h. A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes. 
i. A menudo es descuidado en las actividades diarias.
2) Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por
lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación
con el nivel de desarrollo.

• Hiperactividad

a. A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento. 


b. A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que
permanezca sentado. 
c. A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en
adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud). 
d. A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio. 
e. A menudo "está en marcha" o suele actuar como si tuviera un motor. 
f. A menudo habla en exceso.      

• Impulsividad

g. A menudo da respuestas precipitadas antes de que hayan sido completadas las preguntas. 
h. A menudo tiene dificultades para aguardar su turno. 
i. A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros, por ejemplo, se
entromete en conversaciones o juegos.

B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban


alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad.

C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes,
por ejemplo, en la escuela o en el trabajo y en la casa.

D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad


social académica o laboral.

E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en la evolución de un trastorno generalizado


del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la
presencia de otro trastorno mental, ya sea del estado de ánimo, de ansiedad, disociativo o de
la personalidad.

Diagnóstico diferencial

• Trastornos del neurodesarrollo o psiquiátricos 18 


- Retraso mental 
- Trastornos del aprendizaje 
- Trastornos generalizados del comportamiento 
- Trastorno de ansiedad 
- Trastorno del estado de ánimo       
- Abuso de sustancias
• Factores ambientales 
- Estrés 
- Negligencia/abuso infantil 
- Malnutrición 
- Inconsistencia de pautas/estilos educativos 
- Desajuste de la exigencia

• Trastornos médicos 
- Encefalopatías postraumáticas o postinfecciosas 
- Epilepsia 
- Trastornos del sueño 
- Trastornos sensoriales 
- Efectos secundarios de fármacos 
- Disfunción tiroidea 
- Intoxicación por plomo

Pronóstico

Este depende de varios factores: 19,20 


- Si los síntomas son muy intensos, el pronóstico será peor. 
- Si el niño tiene el tipo combinado de inatención e hiperactividad, también avanzará de
forma más negativa. 
- Si los pacientes tienen asociados otros trastornos.

De no tratarse apropiadamente, puede llevar a: 


- Drogadicción y/o alcoholismo.       
- Bajo rendimiento escolar. 
- Problemas para conservar un trabajo. 
- Problemas legales.

De un tercio a la mitad de los niños con THDA continuarán teniendo síntomas de falta de
atención o de hiperactividad-impulsividad cuando sean adultos. Por su parte, los adultos
que padecen THDA con frecuencia son capaces de controlar su comportamiento y
disimular sus dificultades.

TRATAMIENTO

El tratamiento es complejo y multidisciplinario. En el caso de los niños se precisa la


intervención de pediatras, psiquiatras, profesores, psicólogos, pedagogos; y entre sus
objetivos se encuentra mejorar las funciones cognitivas conductuales y sociales, así como
aumentar la autoestima. Se basa principalmente en 2 componentes: las terapias
conductuales y el tratamiento farmacológico.
Asimismo, el control ambiental de la estimulación sensorial implica organizar el hogar y el
marco escolar del niño en la escuela, para reducir los estímulos y las distracciones. En
cuanto a la casa, se aconseja a los padres que dispongan de espacios tranquilos, estimulen
ejercicios de motricidad fina, entre otros.

Son útiles diversas modalidades de tratamiento y generalmente se requieren planteamientos


multimodales.21,22

Tratamiento farmacológico

Los fármacos empleados se dividen en 4 grupos: psicoestimulantes, neurolépticos,


antidepresivos y ansiolíticos-sedantes. Generalmente se emplean los 2 primeros y se dejan
los 2 segundos si existen estados mórbidos asociados.      

- Psicoestimulantes: el más empleado es el metilfenidato o Ritalina®, que se absorbe


rápidamente por vía oral y comienza a actuar a los 20-30 minutos después de ingerido; sin
embargo, el efecto solo se mantiene durante 3 o 4 horas, pues se elimina con relativa
rapidez. Su dosis estaría comprendida entre 0,3 y 0,5 mg/kg/día.

Es importante mencionar que no existe consenso en la comunidad científica sobre los


beneficios de la terapia con estimulantes, ni sobre su eficacia en torno a la mejora del
rendimiento académico o de la concentración.23

- Neurolépticos: como la tiaprida, la tioridazina. 


- Antidepresivos: la fluoxetina o Prozac®, el bupropion o Wellbutrin®, la venlafaxina o
Effexor® y la desipramina, han mostrado cierta utilidad, sobre todo cuando el TDAH
evoluciona con morbilidades asociadas, como el trastorno depresivo mayor o los trastornos
de ansiedad (por ejemplo: trastorno de ansiedad generalizada). 
- Ansiolíticos: como el alprazolam (Trankimazin®) y el clorazepato de dipotásico
(Tranxilium®); estos también se indican en caso de existir tics, junto con la tiaprida.

Tratamiento psicológico

Con terapias enmarcadas en corrientes cognitivo-conductuales e intervención


psicopedagógica sobre los problemas de aprendizaje que suelen aparecer en gran parte de
los sujetos con TDAH.

Terapias naturales

Desde la perspectiva de la medicina natural, se pueden usar diferentes remedios


naturales como adyuvantes, tales como la fitoterapia y los complementos de
herbodietética. 24-26

• Fitoterapia      
Se pueden usar varias plantas medicinales: 
- Manzanilla, pasiflora, tila, valeriana y melisa. 
- Gingo biloba: mejora el riego cerebral, lo que beneficia la concentración y la memoria. 
- Ginseng: aumenta la actividad cerebral y sus funciones, aumenta el rendimiento
intelectual.

• Vitaminas y complementos de herbodietética

- Omega 3 y 6 
- Vitaminas del grupo B: son importantes para mejorar los neurotransmisores cerebrales. 
- Vitaminas A, C y E: tienen un gran poder antioxidante que puede neutralizar los radicales
libres que posiblemente se formen en el cerebro. 
- Levadura de cerveza: es una gran fuente de vitaminas del grupo B y de calcio. Combate el
estrés y tonifica los nervios. 
- Lecitina de soja: equilibra el sistema nervioso, aumenta el rendimiento intelectual y
retrasa el envejecimiento celular.

Intervención dietética y nutricional

- Basada en una alimentación adecuada mediante dietas de eliminación de alimentos


causantes de alergias o sensibilidad. 
- Ciertos alimentos han sido identificados como causa de hiperactividad infantil: las harinas
refinadas, azúcares, edulcorantes, chocolates y lácteos procesados. 
- Se plantea que los colorantes y conservantes crean una gran sobrecarga química en un
organismo en crecimiento.

En la práctica cotidiana existen otras modalidades terapéuticas como la acupuntura, el


masaje metamórfico, que ayudarán a disminuir la hiperactividad y a relajar de manera
continua a la persona. La terapia floral constituye una alternativa en pacientes con TDAH, y
en esta, la del Dr. Edward Bach, que resulta una herramienta en el tratamiento integral del
cuerpo, la mente y el alma.      

El empleo de técnicas de relajación, ejercicios de respiración, actividades recreativas y


participativas, terapias musical y de energía, contribuyen a la curación en diferentes
trastornos según las particularidades individuales y las propias posibilidades del organismo
para enfrentar la enfermedad.

CONCLUSIONES

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad en niños escolares y adolescentes se


presenta con frecuencia, de manera que resulta importante considerar las diversas
situaciones de riesgo y morbilidades asociadas, que aumentan en proporción con la edad en
que se establece el diagnóstico, y entre las cuales se destacan las dificultades y los fracasos
escolares, las conductas de oposición, las dificultades en las relaciones interpersonales y
con la familia, las dificultades de adaptación y los trastornos emocionales.

Aproximadamente 3 cuartas partes de los niños afectados por este trastorno llegarán a la
adolescencia manteniendo los síntomas de falta de atención y concentración, con
hiperactividad o sin esta, y si no son adecuadamente diagnosticados y tratados, se sumarán
los problemas adaptativos, serán más vulnerables al consumo de drogas, a conductas
sexuales de riesgo y a comportamientos disociales, cuyas consecuencias pueden ser graves
para la salud mental, por lo que se debe enfatizar en la prevención, la detección, el
diagnóstico y el tratamiento adecuados.

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Recibido: 29 de enero de 2016. 


Aprobado: 29 de enero de 2016.      

 
Rev Pediatr Aten Primaria vol.19 no.73 Madrid ene./mar. 2017
 

NÚCLEO CLÍNICO. ORIGINALES

Calidad de vida en niños con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad
(TDAH)

M Hernández Martíneza  , N Pastor Hernándezb  , X Pastor Duránc  , C Boix Lluchd  ,


A Sans Fitóe 
a
Pediatra. CAP Collblanc. Consorci Sanitari Integral. Hospitalet de Llobregat. Barcelona.
España.
b
Psicóloga. Fundación ADANA. Barcelona. España.
c
Servicio de Pediatría. Hospital Clínic. Departamento de Pediatría. Facultad de Medicina.
Universidad de Barcelona. Barcelona. España.
d
Neuropsicóloga. Unidad de Trastornos de Aprendizaje (UTAE). Hospital San Joan de Dèu.
Esplugues de Llobregat. Barcelona. España.
e
Neuropediatra. Unidad de Trastornos del Aprendizaje (UTAE). Hospital San Joan de Dèu.
Esplugues de Llobregat. Barcelona. España.
RESUMEN:

Introducción:

el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es el problema del


neurodesarrollo más frecuente en la infancia. La definición de trastorno hace alusión a
aquellos problemas que con sus efectos generan malestar en las personas y en su entorno.
De origen multifactorial, con base neurobiológica, fuerte predisposición genética e
interacción con factores ambientales. Un 75% de niños con TDAH seran adolescentes con
TDAH, y de estos, un 50% serán adultos con TDAH. Provoca un gran impacto a nivel
cognitivo, emocional y social. El objetivo del estudio consiste en valorar la repercusión del
TDAH en el ámbito familiar, escolar y social, desde la óptica de la Atención Primaria,
mediante el concepto de calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), definida como la
autopercepción subjetiva e individual de los pacientes respecto a su salud, así como el
grado de bienestar físico, social y psicológico respecto a la enfermedad y al tratamiento.

Material y métodos:

para valorar la CVRS prospectivamente se aplicó el cuestionario KINDL(r) a dos grupos de


niños de 6 a 16 años, uno recientemente diagnosticado de TDAH, sin haber iniciado tipo
alguno de tratamiento, y otro de niños sin TDAH.

Resultados:

el resultado, tanto de la valoración global de la CVRS, como de sus seis dimensiones,


muestra diferencias significativas con una percepción de calidad menor en el grupo de
niños con TDAH respecto al grupo control.
Conclusión:

por tanto, el TDAH compromete seriamente la calidad de vida de los niños que lo padecen.

Palabras clave: Calidad de vida; Trastorno por déficit de atención (TDAH)

INTRODUCCIÓN

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) afecta aproximadamente a uno


de cada veinte niños o adolescentes en Europa1. Es un problema de gran magnitud dada su
elevada prevalencia, la psicopatología que conlleva, la comorbilidad a la que puede
asociarse y la cronicidad. Por tanto, debería considerarse como un problema de salud
pública2.

Los pacientes con TDAH pueden experimentar síntomas de falta de atención,


hiperactividad e impulsividad, desequilibrios emocionales, problemas cognitivos y
comorbilidades. Produce un deterioro funcional con un impacto negativo en la calidad de
vida. Si bien aparentemente es invisible en el día a día, tiene una grave repercusión en el
bienestar psicológico, social y académico del sujeto que lo padece3. El papel del pediatra de
Atención Primaria (AP) es primordial en la detección precoz y el manejo de dicho trastorno
y debe abordarlo como otro problema de salud crónico4.

En los últimos años, la importancia de la calidad de vida relacionada con la salud en la


infancia (CVRSI) se refleja en el aumento de publicaciones científicas sobre dicho tema y
en el desarrollo de instrumentos para su evaluación. Este concepto deriva de la definición
de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS)5 como el "completo estado de
bienestar físico, psíquico y social y no solo la ausencia de enfermedad o incapacidad".

Kaplan y Bush en 1982 propusieron el término calidad de vida relacionada con la salud
(CVRS), que contempla la salud como un concepto holístico, multidimensional e integral
en el que por primera vez se tiene en cuenta la percepción del niño sobre su bienestar, con
referencia a aspectos físicos, psicológicos, cognitivos y sociales6. El constructo en inglés
recibe el nombre de quality of life (QoL). Esta definición incluye tanto los elementos que
forman parte del individuo como aquellos externos que interaccionan con él y pueden llegar
a cambiar su estado de salud. Por tanto, el concepto de calidad de vida no puede ser de
ningún modo independiente de las normas culturales, patrones de conducta y expectativas
de cada persona, teniendo estos aspectos una relevancia especial a la hora de construir o
adaptar instrumentos para medirla. La CVRS se evalúa mediante cuestionarios
estandarizados que comprenden distintas dimensiones que se valoran con preguntas cuyas
respuestas están categorizadas en escalas.

La CVRSI7 es la valoración que tienen el niño y el adolescente de acuerdo con su desarrollo


evolutivo, sus diferencias individuales y su contexto sociocultural del funcionamiento
físico, psicológico y social cuando este ha sido limitado o alterado por la presencia de una
enfermedad o accidente.
Objetivo

El objetivo principal de este trabajo es evaluar el impacto del TDAH sobre la calidad de
vida de los niños con dicho trastorno. Para ello se analizan las diferencias de la CVRSI
percibida por los propios niños en un grupo con TDAH y en otro sin TDAH que servirá de
control. El instrumento escogido para efectuar la medición es el cuestionario KINDL(r), que
valora seis dimensiones: bienestar físico, psicológico, autoestima, familia, amigos y el
colegio. Se compara la repercusión del TDAH en las diferentes dimensiones y en el
cómputo global observando la diferencia de áreas afectadas entre los dos grupos.

MATERIAL Y MÉTODOS

El entorno asistencial para reclutar pacientes se centró en el ámbito de AP del centro de


Atención Primaria (CAP) Collblanc y en la consulta ambulatoria de la Unidad de
Trastornos de Aprendizaje (UTAE) del Hospital de San Joan de Dèu (Barcelona, España).
El periodo de inclusión en el estudio se prolongó durante un año natural (de enero de 2014
a enero de 2015).

Para realizar el diagnóstico se utilizaron test que recogen los criterios clínicos del DSM-IV-
TR. En concreto se utilizó el Rating-Scale-IV (du Paul 1998)8 cumplimentado en dos
ámbitos diferentes: los profesores y la familia. Se exige que los síntomas hayan aparecido
antes de los siete años de edad, que interfieran de forma significativa en la actividad
académica, social, y familiar del niño o adolescente y que no puedan ser explicados por la
presencia de otra psicopatología.

Criterios de inclusión en el grupo experimental: 1) edad entre 6 a 18 años; 2) niños


recientemente diagnosticados de TDAH y que aún no hubiesen iniciado algún tipo de
tratamiento (ni farmacológico ni psicológico); 3) ausencia de enfermedad crónica que
pudiese afectar su calidad de vida, y d) capacitados para contestar correctamente el
cuestionario.

Criterios de inclusión en el grupo control: 1) edad entre 6 a 18 años; 2) no cumplir los


criterios del DSM-IV-TR para el diagnóstico clínico de TDAH; 3) ausencia de enfermedad
crónica que pudiese afectar su calidad de vida, y 4) capacitados para contestar
correctamente el cuestionario.

Consideraciones previas a la aceptación de participación en el estudio:

 Aprobación por el Comité de Ética del Consorcio Sanitario Integral, al que


pertenece el CAP Collblanc, lugar donde se realizó mayoritariamente el estudio.
 Hoja de consentimiento informado (CI). Los niños con 12 años de edad o más, tras
una explicación conjunta con los padres, firmaron ellos mismos el CI. En los
menores de 12 años fueron los padres quienes lo firmaron.
 Hoja informativa sobre el estudio a realizar. El paciente, los padres (o sus tutores
legales) en caso de menor de edad, recibieron información suficiente sobre los
objetivos del estudio.

Se reclutaron para este estudio un total de 58 niños de ambos sexos con edades
comprendidas entre 6 y 16 años. La muestra se compuso de 26 niños con TDAH y 32 sin
TDAH.

Metodología

Se realizó un estudio analítico con diseño de casos y controles. Los niños cumplimentaron
la versión española del cuestionario alemán KINDL(r) (Fig. 1) adaptada a su edad. Para
obtener los resultados se establecieron comparaciones del resultado global y de las distintas
dimensiones analizadas para valorar la repercusión de las áreas afectadas en la calidad de
vida en ambos grupos.

Dado que la percepción de calidad de vida viene determinada en gran medida por el
contexto sociocultural en el que se desenvuelve la persona, se midió este componente
mediante el test de Graffar. Dicho test valora la cualificación educacional, clase social,
tamaño de la familia, tipo de vivienda e ingresos familiares cuantificando en un único valor
el nivel socioeconómico. Su análisis comparativo entre las dos muestras orienta sobre
potenciales diferencias que explicasen los resultados.
Para seleccionar el cuestionario de calidad de vida se revisaron de forma sistemática los
instrumentos genéricos de CVRSI publicados en la bibliografía9,10.

El test KINDL(r) fue el elegido para el estudio. En primer lugar, está validado para la
población española y el idioma castellano. Posee unas buenas propiedades psicométricas11.
La consistencia interna fue aceptable en la mayoría de dimensiones (rango α = 0,40-0,88),
así como la estabilidad test-retest (rango CCI = 0,52-0,80). La versión española del
KINDL(r) presentó coeficientes de fiabilidad y validez aceptables y permite disponer de un
nuevo instrumento para aplicar en la práctica clínica pediátrica y en salud. Es un
instrumento genérico de CVRS, autoadministrado, lo contestan los propios niños y
adolescentes, por lo que refleja la propia percepción del individuo. Es de origen alemán.
Fue desarrollado por Bullinger en 1994 y revisado por Ravens-Sieberer y Bullinger en el
año 1998. La versión española fue realizada por Rajmil et al. en el 2004, en la ciudad de
Barcelona12. El cuestionario fue diseñado a partir de la conceptualización de salud de la
OMS, teniendo en cuenta la opinión de expertos en cuanto a las dimensiones más
importantes a medir en niños y adolescentes con enfermedades crónicas. Consta de 24
preguntas, distribuidas en seis dimensiones y cada dimensión se compone de cuatro ítems:
bienestar físico (ítems 1, 2, 3 y 4); bienestar psicológico (ítems 5, 6, 7 y 8); autoestima
(ítems 9, 10, 11 y 12); familia (ítems 13, 14, 15 y 16); amigos (ítems 17, 18, 19 y 20);
colegio (ítems 21, 22, 23 y 24).

Puede ser utilizado en población entre 4 a 16 años. Para cubrir correctamente este rango de
edades existen tres modalidades: Kiddy-Kindl(r) para niños entre cuatro y siete años, Kid-
Kindl(r) para niños de 8 a 12 años y Kiddo-Kindl(r) para edades entre 13 y 16 años. También
hay versiones para padres, que en nuestro estudio no incluimos.

Las opciones de respuesta para cada ítem del KINDL(r) se recogen en una escala Likert de
cinco categorías, desde "1" (nunca) a "5" (siempre). Las preguntas hacen referencia a la
semana anterior a la entrevista y las puntuaciones obtenidas en cada dimensión se
transforman a una escala normalizada que permite su comparación. Una puntuación más
elevada representa una mejor CVRS. Se puede obtener una única puntación total o índice
global de CVRS, a partir de las medidas de las seis dimensiones. La versión Kiddy(r),
indicada para los niños de menor edad, simplifica la respuesta a tres categorías y aunque se
organizan en las mismas dimensiones, el resultado solo está validado para el índice global
de la CVRS.

Los cuestionarios son autoadministrados y de participación voluntaria. Se explicaron las


instrucciones, resolviendo las dudas o preguntas siempre por los mismos miembros del
equipo y se registraron los comentarios de los niños, que los rellenaron individualmente y
por separado, en la consulta.

Para almacenar y procesar las puntuaciones de los cuestionarios se creó un formulario


informatizado donde transcribir las respuestas de manera anónima. Finalizada la recogida
de datos se descargó y adaptó el algoritmo que genera el cálculo del cómputo global y de
las distintas dimensiones. Dicho algoritmo viene facilitado por BiblioPRO
(www.bibliopro.org) para el Kid-Kindl y el Kiddo-Kindl como un archivo de sintaxis
del softwareestadístico Statistical Package for Social Science(r) (SPSS(r)). Para el Kiddy-
Kindl se ha realizado la adaptación a la reducción de categorías y solo resuelve el cálculo
del índice global. La explotación estadística de los datos se ha realizado con el programa de
IBM SPSS(r) versión 23. Se compararon las puntuaciones medidas en cada dimensión y del
índice global mediante con la prueba t de Student verificada la homogeneidad de varianzas
entre las muestras para cumplir con las condiciones de aplicación.

Para utilizar el cuestionario KINDL(r) se solicitó la autorización pertinente a la Biblioteca


Virtual de referencia científica internacional de los cuestionarios en lengua española de
Resultados Percibidos por los Pacientes (BiblioPRO, www.bibliopro.org)13. BiblioPRO es
un recurso web desarrollado por la Unidad de Investigación en Servicios Sanitarios del
Institut Municipal d´Investigació Mèdica (IMIM-IMAS) en el marco de la Red de
Investigación cooperativa para la Investigación en Resultados de Salud y Servicios
Sanitarios (Red IRYSS), financiado por el Instituto de Salud Carlos III (G03/202).

El cronograma discurrió en una primera fase de preparación para organizar la


documentación y los procedimientos de reclutamiento, así como para obtener el permiso
del Comité Ético de Investigación. A continuación, se fueron incluyendo los sujetos en el
estudio los cuales, una vez verificados los criterios de inclusión y obtenido el CI, rellenaron
el cuestionario que no dispone de identificadores demográficos, con lo cual los resultados
se almacenaron en un formato anonimizado. Alcanzado el tamaño suficiente se procedió al
registro informatizado de las respuestas de los cuestionarios y al análisis estadístico seguido
del análisis de los resultados y la generación de los gráficos correspondientes a los
resultados.

RESULTADOS

La distribución por sexos de la muestra fue de 11 niños y 20 niñas en el grupo control,


mientras que en el grupo de TDAH fue de 14 niños y 12 niñas. La comparación de
proporciones entre los dos grupos mediante el test de chi-cuadrado no mostró diferencias
significativas (χ2 = 1,936; p = 0,164). En relación al test de Graffar para valorar el nivel
socio-económico y de instrucción del contexto del niño, se encontró una distribución
similar (Tabla 1), sin hallar diferencias significativas de las proporciones entre ambos
grupos (χ2 = 4,455; p = 0,216).

Cada una de las seis dimensiones analizadas, así como el cómputo global demuestran
diferencias altamente significativas (p < 0,02) entre ambos grupos, con una peor calidad de
vida en los niños con TDAH respecto al grupo control.
El algoritmo que calcula los resultados a partir de los valores de la escala de Likert
introducidos en los cuestionarios ofrece tres formatos equivalentes: un resultado
acumulativo, otro promediado y finalmente otro transformado a una escala de 0 a 100. Para
simplificar se ha preferido utilizar el formato resultante de la transformación a una escala
de 0 a 100 siendo este último el valor máximo posible. Los resultados gráficos se
representan mediante diagramas de "cajas y bigotes" (box-plot) que suministran
información sobre los valores mínimos y máximos y la distribución de los resultados de la
muestra. Las cajas son los rectángulos y los bigotes son los brazos. Están basados en
cuartiles. El borde inferior de la caja marca el Q1 (25%), la línea horizontal en el interior de
la caja indica el Q2 o mediana (50%), y el borde superior delimita el Q3 (75%). Las líneas
que se extienden desde los límites inferior y superior de la caja hasta los extremos
representan el rango de valores mínimo y máximo respectivamente. Se visualiza así la
distribución del conjunto de datos, los valores atípicos y la simetría de la distribución. El
50% de la muestra analizada está contenida entre los límites de la caja, mientras que los
extremos de los bigotes incluyen todos los valores. Tanto los resultados de las tres formas
de calcular el cómputo global de la CVRSI (Fig. 2) normalizado a una escala de 1 a 100,
como los de las seis dimensiones analizadas en los casos que se puede aplicar (Tabla 2),
muestran diferencias altamente significativas entre ambos grupos y siempre en el sentido de
registrar los peores resultados los niños del grupo de casos. Las dimensiones que muestran
una peor valoración en este grupo son el bienestar físico y la autoestima (valores medios de
61 puntos) y especialmente la escuela (media de 45 puntos). Las mayores diferencias entre
las medias obtenidas en cada grupo se registran en relación al bienestar psicológico (20
puntos) y la dimensión que valora la escuela (21 puntos).
Se aprovechó para analizar la posible influencia del sexo y de la edad sobre el resultado del
cómputo global de la CVRS en el grupo de pacientes con TDAH (Tabla 3). En relación al
sexo, la comparación de la media de los valores de CVRS entre ambos grupos no mostró
diferencias significativas (t = 1,165, p = 0,256). En cuanto a la edad, se segmentó la
muestra en dos grupos. El de menor edad agrupaba los niños diagnosticados de TDAH con
edades comprendidas entre seis y nueve años. El grupo de mayor edad incluyó a los niños
con diez o más años. La comparación de la media de los valores de CVRS entre ambos
grupos tampoco mostró diferencias significativas (t = 1,608, p = 0,121).

DISCUSIÓN

La peculiaridad de este estudio estriba en que se realiza a los niños y no a los padres o
cuidadores. Es importante destacar que el concepto de CVRS tiene un carácter subjetivo e
individual. A pesar de que podría cuestionarse si las dificultades de concentración del niño
con TDAH y la alteración de las funciones ejecutivas pudiesen dificultar su capacidad de
introspección a la hora de contestar los cuestionarios, consideramos importante que el
cuestionario lo contesten los propios niños y no inferirlo a partir del traslado de la visión
del adulto, puesto que la CVRS ha de ser percibida por el propio sujeto, y como se ha
comentado existen instrumentos validados para ello en edades pediátricas.

Los estudios realizados ponen de manifiesto la existencia de diferentes percepciones de la


CVRS en el TDAH, entre los niños afectos y sus padres. En uno14 se observó cómo los
niños con TDAH puntuaban peor su CVRS que sus padres. Otro15 demostró la escasa
concordancia entre padres e hijos en la valoración del impacto del TDAH en la CVRS.

Hay trabajos publicados para valorar la calidad de vida infantil en el que fueron los propios
niños los que contestaron el KINDL(r)16.

Otro aspecto a considerar se centra sobre el impacto del TDAH en la calidad de vida de los
niños afectos. El estudio LIS17 valora la repercusión del TDAH y cómo es capaz de
impactar negativa y profundamente sobre las relaciones sociales y familiares de la vida
diaria de los niños afectados. El estudio fue realizado en seis países europeos (Reino Unido,
Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y España), mediante una amplia encuesta por
Internet. En dicho estudio, los cuestionarios fueron cumplimentados por padres y
cuidadores de niños con y sin TDAH, así como por adultos con y sin TDAH. El 60% de los
cuidadores tenían la sensación de que la condición del TDAH repercutía directamente en la
autoestima de los niños. En el estudio LIS la vida en la escuela era el área afectada con más
frecuencia.
Los resultados del presente estudio corroboran estos hechos. El bienestar psicológico, la
repercusión en la esfera familiar y en la escuela fueron las tres dimensiones más afectadas
según los propios pacientes. La percepción de la calidad de vida en relación con la escuela
es la dimensión con peores resultados en los dos grupos, pero, así y todo, la valoración es
significativamente peor en los niños con TDAH alcanzando una de las mayores diferencias
respecto a los niños del grupo control.

El posible efecto del contexto sociocultural y el nivel de instrucción familiar se descartó al


comprobar que la distribución de los resultados del test de Graffar era homogénea en ambos
grupos. El sexo tampoco parece influir en la respuesta a los cuestionarios en el grupo de
niños con TDAH, al igual que la franja de edad, lo cual indirectamente demuestra la validez
del test de KINDL(r).

Existe una versión informatizada del KINDL(r) denominado CAT-SCREEN. Es una versión


para los niños más pequeños. Esta versión para ordenador ha sido evaluada de forma
incompleta en cuanto a sus propiedades psicométricas, motivo por el cual no se han podido
utilizar en este estudio.

Por tanto, la calidad de vida está deteriorada en el paciente con TDAH, tal como sugieren y
refieren otros autores.

Conclusiones

Los niños con TDAH recién diagnosticado tienen una peor percepción de su calidad de vida
en relación con el grupo de niños sin TDAH. En todas las dimensiones analizadas se
demuestran diferencias significativas entre los dos grupos. Puede afirmarse que
globalmente los pacientes afectados por TDAH tienen una percepción propia de su estado
vital bastante peor que los niños sin TDAH. El bienestar físico, la autoestima y la escuela
son los aspectos peor valorados.

El bienestar psicológico, la repercusión familiar y la escuela son las tres dimensiones en las
que se demuestran mayores diferencias entre los dos grupos. Por ello, la atención por parte
del pediatra de AP a la dinámica familiar y a las dificultades escolares son de gran
importancia para sospechar la presencia de TDAH a través de estos efectos en su entorno
de relación más próximo.

En la atención pediátrica primaria es necesario disponer de nuevos instrumentos que tengan


en cuenta el punto de vista del paciente. Los instrumentos de medida de CVRS están
demostrando ser de una gran utilidad para la evaluación diagnóstica y la valoración de
necesidades. Es importante incorporar la medida de la CVRS en el niño con TDAH para
valorar su repercusión y analizar aquellas dimensiones más afectadas en su vida cotidiana,
para mediante un tratamiento adecuado, poder intervenir de forma más específica y mejorar
su bienestar. Cualquier intervención en la infancia, sea en la escuela, la familia, o en
ámbitos de salud, debería considerar las áreas a las que los niños asignan un alto valor en la
satisfacción cotidiana y preguntarse si están cubiertas esas necesidades y aspiraciones.
El hecho de padecer un TDAH tiene un impacto directo en la vida de los pacientes e incide
en la percepción que el niño tiene frente a la vida.

Ante las evidencias obtenidas en el estudio y en la bibliografía médica, el pediatra de AP


tiene como reto intentar que el diagnóstico y el abordaje del TDAH sean precoces y
eficaces para minimizar la repercusión que dicho trastorno tiene en la calidad de vida del
niño que lo padece y de su entorno. Mejorar la calidad de vida del niño con TDAH es
sentar bases firmes para el bienestar futuro.

AGRADECIMIENTOS

A los niños y familias que quisieron participar en el estudio.

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Referencia para citar este artículo: Hernández Martínez M, Pastor Hernández N, Pastor


Durán X, Boix Lluch C, Sans Fitó A. Calidad de vida en niños con trastorno por déficit de
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