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Estudiantes pelean contra la crisis

Resulta curioso que el último análisis, realizado por el


Instituto Nacional de Estadística (INE), acerca de los
indicadores básicos de salud en Venezuela abarca desde el año
1990 hasta el 2011, hace casi una década. Lo más cercano
publicado por una institución gubernamental fue un Boletín
Informativo acerca de la Situación Epidemiológica Nacional,
difundido en 2016 por el Observatorio Venezolano de la Salud
(OMS). El primero de estos estudios refleja una disminución en la
tasa de mortalidad en los niños menores de 5 años, y el segundo
muestra el descenso en los casos confirmados de malaria.

Venezuela padece desde hace años una crisis que ha afectado


a la economía, la alimentación y a el estado de salud de sus
habitantes. La relación directa que existe entre la escasez de
alimentos y la escasez de medicinas no solo afecta la salud
física de los venezolanos, también influye en los aspectos
psicológicos. La esperanza y la posibilidad de poder solventar
las necesidades básicas como seres humanos trae repercusiones en
la percepción de lo que se quiere obtener de la vida. El mismo
Maslow plantea como una de las necesidades más básicas del ser
humano a la alimentación.

La escasez de alimentos ha provocado un desorden en la dieta


diaria de los venezolanos y, como es natural, el estilo de vida
de una persona incide según el modelo de Lalonde, junto con otros
factores, en el estado de salud de la misma. Aunado a esto, las
malas condiciones de los servicios de salud y la no accesibilidad
a los medicamentos necesarios para solventar las patologías que
se presentan forman una complicación más en el trabajo del médico
actual.
La Federación Farmacéutica Venezolana, (Fefarven), estima que
ocho de cada diez medicamentos no están disponibles en las
farmacias por la hiperinflación que afecta a la economía
venezolana. También apunta que la escasez se ubica en un 90% en
el caso de los fármacos de alto costo para enfermedades como
cáncer, VIH y hemofilia. (El País, 2018).

Es por esto, que hoy en día se dice que estar enfermo sale
caro. Sin embargo, la falta de fármacos es nada más que ‘la punta
del iceberg’. En los hospitales se evidencia una gran cantidad de
equipos dañados y muchas veces es necesario trasplantar pacientes
de un lugar a otro para poder realizar los estudios
correspondientes. Según Clisánchez (2020):

Los bebés recién nacidos que ameriten cuidados intensivos en


Puerto Ordaz y San Félix deben ser remitidos al hospital Ruiz y
Páez (en Ciudad Bolívar), recinto que tampoco cuenta con una
unidad de cuidados intensivos y en el que a veces el personal de
la salud debe utilizar material artesanal para salvar la vida de
la mayor cantidad de niños que sea posible.

Todo lo dicho anteriormente hace innegable la crisis


sanitaria que atraviesa nuestro país. Cuántos no hemos tenido que
recurrir a las redes sociales para preguntar por un medicamento
que no estaba disponible. Se ha convertido en algo normal que un
médico pida a los familiares de los pacientes conseguir los
insumos necesarios para realizar una operación. Lógico que
mientras más se prolongue esa engorrosa búsqueda, peor será para
el paciente.

Para este punto, todos nos hemos visto afectados de una u


otra manera por la crisis. La mayoría ha tenido por lo menos un
familiar por el que han tenido que moverse por todas partes o
sacar dinero de donde no tienen para poder comprar un
medicamento. Y si no, es porque ellos fueron el familiar
necesitado.

En tiempos de difíciles es donde más unidos debemos estar


como ciudadanos, como estudiantes, como futuros médicos. Y no
permitirnos caer ante las adversidades, porque estas por más
difíciles que parezcan solo están en el camino para volvernos más
fuertes. Y esa es la mentalidad que necesitan los venezolanos hoy
en día.

A pesar de todo, la voluntad de querer salir adelante no es


suficiente. Se necesitan soluciones, propuestas y acciones a
corto, mediano y largo plazo. Nosotros como estudiantes estamos
algo limitados en lo que podemos hacer. Por ahora, nuestra
prioridad principal debe ser invertir nuestro tiempo en
convertirnos en buenos profesionales aptos para el futuro que nos
espera, y en el proceso impulsar un pilar importantísimo para la
salud hoy en día: la prevención.

Dice el dicho que es mejor prevenir que lamentar, esta


generación goza de privilegios que no tenían las anteriores como
lo es el internet. Como estudiantes, como personas podemos optar
por usar nuestras redes sociales de manera que podamos hacer
llegar la información sobre cómo prevenir algunas enfermedades y
sobre cómo detectar signos de algunas otras. Puede parecer algo
pequeño, pero un enfermo menos siempre marcará la diferencia.

No obstante, las redes sociales también son un arma de doble


filo. En muchas ocasiones circula por internet información falsa
(o no del todo cierta) que no ayuda a proteger la salud de los
ciudadanos, de allí surge nuestra responsabilidad de desmentir y
aclarar las temáticas que se puedan presentar. Pero para ello,
debemos ser los primeros conocedores de esos temas y ser capaces
de rectificar con bases y sobre todo con calma para evitar el
pánico en la población. De esta forma volvemos a caer en el
compromiso de mantenernos en búsqueda continua de conocimientos.

Ya se dejó claro cómo afecta la situación del país al


sistema sanitario y a la salud física del ser humano. Mas, estas
no son las únicas formas en la que la salud de los venezolanos se
ve afectada. Este caos generado por la crisis económica que
atraviesa Venezuela aumenta los niveles de estrés de la
población. Y, aunque no se han realizado estudios formales sobre
sus repercusiones a nivel psicológico, algunos psicólogos y
psiquiatras han dado sus opiniones al respecto:

Antes, las personas podían tener múltiples motivos personales


para acudir a una consulta, cada uno con una historia muy suya.
Ahora, independientemente de la edad, sexo o estrato social las
consultas tienen como denominador común ‘la situación del país’ y
sus problemas derivados, que hoy son tan graves como la calidad
de vida, el acceso a bienes y servicios, atención médica,
seguridad, planificación del futuro, unión familiar (…). (Alcázar
como citó Lares, 2018)

Como futuros trabajadores de la salud, debemos prepararnos


para los próximos problemas que se presentarán en consecuencia a
todos los inconvenientes vividos en estos años. Estas diferencias
en los estados de ánimo de los venezolanos podrían ser anuncio de
la eventual necesidad de más especialistas enfocados en la salud
mental de la población. Por supuesto, donde surge una necesidad,
surgen empleos, algo que se puede tomar en cuenta a la hora de
escoger especialidad.

Ahora bien, existen dos maneras de evaluar la crisis


sanitaria: las soluciones a la crisis en sí y las soluciones a
las consecuencias de la crisis. La primera solo puede solventarse
con medidas políticas y económicas que lastimosamente solo pueden
ser ejecutadas por los líderes políticos y personalidades con
mayores recursos financieros. La segunda, como fue dicho
anteriormente, tiene que ver con la prevención de las
enfermedades. De esta manera al menos podemos evitar que aumente
la demanda de medicinas que no son fáciles de conseguir.

De hecho, todavía podemos hacer una contribución para hacer


más fácil lidiar con esta crisis: mantener a la familia unida.
Con esto no nos referimos a la distancia, sino más bien al
sentimiento de protección que solo puede brindar una familia
unida. Es difícil lidiar con la enfermedad de un familiar entre 5
personas, pero más difícil es cuando una sola persona lleva toda
la carga económica. Esta es una invitación a recordar que lo que
hoy es por mí, mañana será por ti.

También, sería bueno crear una fundación que permita recoger


dinero para la compra de medicinas e insumos necesarios en los
centros oncológicos que son los que se ven más afectados a causa
de la escasez de medicinas debido a la urgencia con la que son
requeridos. Imperativo también es recordarle a la población lo
importantes que es la vacunación y que es un derecho que como
ciudadanos debemos exigir que se cumpla y denunciar por todos los
medios posibles casos en los que no se da.

Finalmente, no está de más recordar que las cargas son más


llevaderas si hay unión entre los venezolanos porque esta no es
una guerra entre ciudadanos, es una guerra contra la crisis.
Todos estamos cargados de estrés en esta realidad y pensar en los
problemas no sirve de nada si no se ejecutan soluciones. Porque
no importa que tan rotos estemos, roto no es lo mismo que
irreparable.
Referencias

Clisánchez, L. (28 de enero de 2020). Hospitales de Bolívar


cumplen un año y nueve meses sin terapia intensiva neonatal.
Correo del Caroní. Recuperado de

https://www.correodelcaroni.com/salud/4187-hospitales-de-
bolivar-cumplen-un-ano-y-nueve-meses-sin-terapia-intensiva-
neonatal

Fuente, A. (9 de mayo de 2018). La escasez de medicinas mata en


Venezuela. El País. Recuperado de

https://elpais.com/elpais/2018/04/23/planeta_futuro/15245025
59_810295.html
Instituto Nacional de Estadística (2011). Indicadores Básicos de
Salud. Recuperado de
http://www.ine.gov.ve/index.php?
option=com_content&view=category&id=83&Itemid=46
Lares, V. (11 de diciembre de 2018). La crisis empeoró la salud
mental de los venezolanos. El Tiempo. Recuperado de:
https://www.google.com/amp/s/www.eltiempo.com/amp/mundo/vene
zuela/aumentan-casos-de-depresion-y-suicidio-en-venezuela-
por-crisis-economica-303822
Observatorio Venezolano de la Salud (2016). Boletín
Epidemiológico. Recuperado de
https://www.ovsalud.org/publicaciones/documentos-
oficiales/boletin-epidemiologico-2016/

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