Sunteți pe pagina 1din 6

Escenario 1

FUNDAMENTOS DE LA ÉTICA
Introducción
El origen de la palabra ética proviene de la raíz griega “ethos”, que en sus inicios significó
el “origen”, y que fue cambiando con el paso del tiempo hasta referirse a la manera de un
individuo, resultado de sus experiencias. La ética, como disciplina, estudia la coherencia
existente entre lo que son los actos del ser humano, basados en un sistema de valores
previamente adquirido y después pasado por el tamiz de lo que es bueno o malo, según
los conceptos dados por la moral, y de esta forma calificar los actos del ser humano
(Martínez et. al, 2011). Expresado de otra manera, la ética busca una armonía y
coherencia dentro de las acciones del ser humano, mientras que la moral, califica los actos
de una persona, sobre bases de creencias religiosas, conocimientos sociales y experiencias
1. El concepto de la ética a lo largo de la historia
Los griegos fueron los iniciadores de las observaciones científicas de la realidad y de la
percepción del mundo a través de los sentidos, es decir, que los conceptos del bien y el
mal están atravesados por las enseñanzas, la sensibilidad y los sentidos de los individuos.
De esta manera, Protágoras, en el siglo V, hizo las primeras definiciones de lo que debía
ser moralmente aceptable basado en la percepción subjetiva de la realidad. A Protágoras y
a los otros pensadores representantes de esta escuela de pensamiento se les llamó
sofistas
Contrario a los sofistas, Sócrates tenía una posición centrada en el famoso texto de los
diálogos de su discípulo Platón, el cual se puede sintetizar de la siguiente forma: la virtud
está dada por el conocimiento, de esta forma, una persona será virtuosa si tiene
conocimiento y así sabe de qué se trata la virtud, solo así puede discernir entre el bien y el
mal. Así pues, el mal es fruto de la ignorancia. De esta manera, basado en el pensamiento
socrático, la educación es lo que constituye la virtud, y esta puede hacer que la gente sea
y actúe conforme a la moral.
El concepto de ética ha evolucionado considerablemente desde los griegos. El filósofo
inglés Bertrand Russell, citado por Antonio Millán P. (1976) marcó una diferencia dentro
de la interpretación del pensamiento basado en el concepto ético de los últimos tiempos.
De manera crítica con respecto al concepto clásico de la moral, expuso la idea de que los
juicios morales expresan deseos individuales y que estos deseos se convierten en hábitos
sociales. Así pues, los grandes sabios o estudiosos son individuos que no son moralmente
completos, ya que los seres humanos solo participan en plenitud de la vida de la sociedad
y la virtud y la moral a partir de deseos que se vuelven prácticas sociales.
El filósofo alemán Martin Heidegger, citado por Leslie White (1982) planteaba que no
existía un concepto de moral basado en el conocimiento y la virtud (entendida como
verdad divina), aunque alguno puede surgir en el futuro. En este orden de ideas, afirmaba
que los seres humanos se hallan solos en el Universo, por lo que no hay un Dios, ni vida
eterna. En consecuencia, tienen que realizar y asumir las consecuencias de sus actos y
decisiones éticas en un conocimiento constante de la muerte como fin último de la vida.
Por lo tanto, lo bueno y lo malo se debe reflejar en la vida terrenal, no en la vida eterna
(dada por la religión)
2. Clases de observación de la ética
El concepto moderno de la ética ha trascendido la visión griega de la ética de la virtud y
del conocimiento, dando paso a otros conceptos más relacionados con ella, en el sentido
judeo-cristiano de lo que está bien y mal, a partir del conocimiento de la ley de Dios y que,
en la modernidad, ha sido reemplazado por la autopercepción del individuo y de la
interpretación del mundo subjetivo, que hace que los actos estén basados en conceptos
éticos completamente personales. A continuación se muestran algunas definiciones del
concepto de la ética según Alice Von Hildebrand (1983) en las que es importante destacar
la diferencia marcada entre el bien y el mal.
2.1. Ética de la virtud
En la ética de la virtud, los conceptos y las calificaciones morales surgen del interior del
individuo. Es decir, las acciones del individuo están dadas con respecto a las reglas que
regulan su comportamiento en la sociedad y en los lineamientos morales que rigen sus
acciones y pensamientos internos. El concepto de maldad aparece como la ignorancia de
estas reglas. Por tanto, los individuos son autónomos de regular sus acciones, únicamente
basados en lo que ellos consideran que está bien o mal. A partir de allí se empiezan a
calificar las acciones y de esta forma aparece el concepto de lo que se conoce como la
“virtud”, que no es más que la calificación de lo que está bien o mal en las acciones de un
individuo.
2.2. Hedonismo
Es el principio de la ética que rige todas las actitudes y comportamientos del ser humano,
tomando como base la búsqueda constante del placer y el rechazo del dolor. De esta
forma, todas las actuaciones de los seres humanos se basan en este principio y los
lineamientos éticos que rigen sus acciones van dirigidos a la consecución de estos
preceptos. Por medio de esta búsqueda, el individuo se permite seguir solamente los
caminos que lo llevan a una consecución del placer; por este medio se puede alcanzar la
perfección de los actos, ya que lo que genera placer en un individuo es el acatamiento de
las reglas y la acción moralmente buena.
2.3. Estoicismo
Para la escuela estoica, el mayor bien y anhelo del ser humano es la consecución de la
alegría y la serenidad por medio de la realización de la observación y la aceptación de los
sucesos de la vida del ser humano, conforme van ocurriendo. De esta forma, los estoicos
toman la vida con la aceptación total de los hechos, y sus parámetros éticos están dados
bajo el supuesto de aceptar todos los sucesos de la vida, de una forma tranquila, lo que
genera alegría y aceptación. Así pues, por medio de una visión estoica de la vida, el
individuo lleva un camino ético, cumpliendo los parámetros que el estoicismo brinda a su
vida, es decir, esta corriente de la ética le permite al individuo llevar un patrón de
conducta en sus actos que le permite vivir de una manera tranquila y feliz.
2.4. Utilitarismo
Dentro de esta corriente, el precepto ético del ser humano se centra en que su búsqueda
principal debe ser la consecución del bienestar general. Es decir que, por medio de las
acciones basadas en un altruismo moral de ayuda a los demás, se comprende el concepto
ético del bien. El altruismo moral es el concepto que debe regir la vida de los individuos y
si todos los individuos rigen sus patrones de conducta buscando un altruismo moral (el
bienestar general), entonces la sociedad podrá vivir de manera organizada y armónica.
2.5. Deontología
La deontología se centra en que un acto está bien, siempre y cuando se ciña y se atenga
estrictamente a las normas previamente establecidas en la sociedad. Es decir, que en la
medida que un individuo realice sus actos y estos sean acordes con las leyes, normas o
acuerdos existentes, estos serán siempre moralmente aceptables, es decir, serán buenos.
De esta forma, la ley es la línea que rige los actos del ser humano y es el ordenador de la
sociedad. Cuando la ley es cumplida y dada a la sociedad como un ordenador, la vida de
los individuos mejora en su calidad y se logra un estado de realización plena de la
condición humana.
2.6. Consecuencialismo
El consecuencialismo es un acto moralmente bueno, del cual se desprenden
consecuencias positivas. Es decir, cuando un individuo actúa moralmente bien, es cuando
sus actos producen un buen resultado, o una consecuencia positiva, la cual está
contemplada y aceptada dentro de un sistema de leyes. Todas las acciones de los
individuos están dadas por las consecuencias que ellas traen, es decir que las acciones de
los individuos son buenas, si las consecuencias de sus acciones son positivas para el
individuo mismo y para la sociedad.
2.7. Pragmatismo
Según el pragmatismo, lo ético y lo que está moralmente bien son los actos que están
acorde con las costumbres sociales imperantes alrededor del individuo y con las leyes que
han permitido que estas costumbres sobrevivan a lo largo del tiempo. Es decir, los
individuos actúan de manera ética y moral si sus acciones están acordes con las
costumbres de cómo se han hecho las cosas. Aquí en esta interpretación del concepto de
ética, la tradición es fundamental, ya que las acciones de los individuos se basan en las
tradiciones que han heredado las sociedades, por medio de la costumbre. Así pues, si las
cosas se hacen de un modo determinado en la sociedad, estas están bien y no hay motivo
alguno por el cual deban cambiar.
2.8. La tradición judeo – cristiana
En la tradición de las religiones judeo-cristianas, la ética está basada, en rasgos generales,
en el cumplimiento de los códigos de comportamiento moral y ético. En el caso de la
religión católica, estos cánones de comportamiento están dados por el cumplimiento de
los diez mandamientos. Así pues, cuando el individuo cumple con el código de acciones, se
actúa de una manera moralmente aceptable y de acuerdo con la ley de Dios. De esta
forma, la religión y todos los preceptos y enseñanzas dados por ella son los lineamientos
que deben ser seguidos en la sociedad, para que se desarrolle de forma correcta el
individuo. Si un individuo cumple con estos lineamientos, tiene entonces un
comportamiento ético y aceptable dentro de la sociedad, basado en la tradición judeo –
cristiana
3. El individuo y la ética
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto y tomando la definición de Manuel
Velásquez, el actuar de forma ética se puede definir como: “una cuestión de no seguir los
propios sentimientos. Una persona que sigue sus sentimientos puede alejarse de lo que es
correcto. De hecho, los sentimientos con frecuencia se apartan de lo que es ético”
(Velásquez, 2004).
De esta forma, a pesar de que los seres humanos tenemos una complejidad dentro de la
estructura de la construcción de nuestros valores éticos y morales, es importante y muy
pertinente también tener en cuenta que somos un cúmulo de sentimientos, aprendizajes y
experiencias que hacen que nos comportemos de una forma determinada frente a
diversas situaciones. Estos comportamientos están dados en parte por las tradiciones,
enseñanzas, aprendizajes, leyes y códigos éticos, así como también hay un gran
componente emocional que dirige nuestras actuaciones
En este orden de ideas, la ética conlleva al estudio y la razón del individuo sobre la
realidad que lo absorbe y lo rodea. De esta forma, es necesario definir algunas
características de la ética.
 Es teórica, es decir, al hablar de ética se está hablando en un plano puramente especulativo y con
base en supuestos (deber ser).
 Es general, es decir, al encontrar los supuestos, estos se convierten en ideas mucho más tangibles:
virtudes, cualidades, normas, leyes, mandamientos o reglas para el buen vivir del individuo.
 Actúa dentro del plano del debate y la controversia, es decir, la ética está siempre sujeta a debates
y reformulaciones de sus preceptos.
 Actúa como una forma de conciencia. Siempre sobre el plano del “deber ser”.
 Centra su observación sobre los conceptos morales, es decir, sobre lo que está bien y lo que está
mal.
 Está presente en todas las actividades del ser humano.
4. Relativismo ético
Teniendo en cuenta las características éticas anteriormente expuestas, ahora es
importante centrar el análisis en el individuo. En este orden de ideas, aparece el
relativismo ético, el cual se refiere a que la orientación ética de los individuos corresponde
directamente a la orientación y a los modelos dados y permeados por la cultura a la que
pertenece, es decir, el relativismo moral habla y se centra sobre la subjetividad del
individuo como forma particular de observar sus actos y de relacionarse con el mundo y la
sociedad a su alrededor
De esta forma, sus actos dependen de lo que para el individuo y la sociedad está bien o
mal, en donde no hay unos parámetros firmemente establecidos que definan claramente
lo que se acepta y lo que no. Es decir, los individuos se comportan con unos parámetros
éticos flexibles, basados en una moral que se rige por las conveniencias personales. En
otras palabras, se actúa según lo que le conviene
Así se hace visible el concepto del relativismo, dado en la medida que la variedad de
conceptos planteados por las normas sociales y las reglas de las comunidades, hacen que
esta visión sea comúnmente extendida y aceptada.
Al parecer, este concepto del relativismo ético es muy aceptado actualmente en la
sociedad, ya que libera al individuo de la responsabilidad moral sobre sus acciones, ya que
estas están ligadas directamente a la conveniencia de estas sobre los actos que realiza el
individuo en la sociedad.
A continuación, se muestran algunas características del relativismo ético:

 Lo que está bien o mal, en términos morales, depende de la sociedad en donde se


apliquen estos conceptos.
 Si está bien o mal, será relativo al tipo de sociedad de la cual el individuo sea parte.
 Las normas y acuerdos no son de orden homogéneo en su aplicación para todos los
individuos de la sociedad.
 Los modelos y acuerdos éticos están influenciados por factores externos y ambientales, lo
cual hace que su aplicación sea relativa a las particularidades en donde se aplican y a la
variedad de los individuos.

Esta concepción, debido a sus características, ha tenido gran aceptación por las
sociedades post – modernas, en donde no existe una realidad, sino una multiplicidad de
percepciones de la realidad. Y estas percepciones se deben adaptar también a las normas
morales y a los preceptos éticos de la misma sociedad y de los individuos. Estos son los
principios de lo que conocemos como la ética occidental, vigentes desde la implantación
de estos principios en la antigüedad y reformulada actualmente para analizar la realidad
en consideración de lo que está bien o mal, o de cómo se deben dirigir las acciones; esto
es lo que se conoce como la crisis de la ética occidental.

La racionalización de la vida cotidiana ha generado ciudadanos, como dice la expresión


popular, cortados con la misma tijera. Precisamente por ello, resultan más controlables y
de más fácil manejo por parte de las estructuras que guardan el orden social, político,
económico y hasta religioso. De esta forma, se puede hablar de la creación de una "jaula
de hierro”, metáfora expuesta por Max Weber en su escrito de 1905: “La ética protestante
y el espíritu del capitalismo” (Fidanza, s.f.). Es decir, que la estructura de la sociedad
moderna está diseñada como un entramado de leyes, normas, códigos y mandamientos
de carácter rígido que impiden que el individuo piense por sí mismo, o decida según los
parámetros de su más auténtico sentir con respecto a la ética que regirá todos los
designios de su vida en todos los niveles

Se podría hablar actualmente de una “crisis de valores éticos”, pero en realidad no se


trata de una crisis, sino de una reconfiguración del paradigma de la sociedad moderna. Es
decir, actualmente los valores tradicionales deben ser reconfigurados y observados de
otra forma, para que estos respondan a las necesidades éticas y a los nuevos retos
morales que está imponiendo la sociedad actual.

5. La ética en América Latina


En América Latina, como en todo el mundo, la globalización es el modelo que impera
dentro de la construcción de la economía, las leyes, la cultura y las políticas sociales.
También hace que la producción local y los valores propios hayan sido desplazados por
valores y prácticas traídas desde los centros de poder político y económico y no han sido
acoplados ni adaptados a otras sociedades.
Aunque es pertinente recordar que la moral y la ética son considerados como valores de
aceptación y aplicación universal, en América Latina, la aplicación de estos valores no es
dada de manera uniforme ni equitativa, ya que aplica a los individuos según su ubicación
social, su estatus, su poder económico y hasta sus características sociales y demográficas.
Algo que en la práctica se ha mostrado como la exclusión y las brechas de inequidad
presentes actualmente en el continente, y que ha frenado el desarrollo hacia una sociedad
realmente incluyente y justa para todos.

S-ar putea să vă placă și